BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



miércoles, 16 de noviembre de 2022

La «tienda sinodal» de Francisco desaloja al catolicismo para dar lugar a todo lo demás.


PorTHE REMNANT
16/11/2022




En Atanasio y la Iglesia de Nuestro Tiempo, el obispo Rudolf Graber citó un artículo del periódico parisino “L’Humanisme”, del masónico Gran Oriente de Francia, que describía los cambios que eventualmente tendrían lugar dentro de la Iglesia Católica:
“Entre los pilares que colapsan más fácilmente encontramos el Magisterio; la infalibilidad, que era considerada como firmemente establecida por el Concilio Vaticano Primero y que ha tenido que enfrentar un ataque por parte de personas casadas durante la publicación de la encíclica Humanae vitae; la Real Presencia Eucarística que la Iglesia logró imponer en las masas medievales desaparecerá con la creciente inter-comunión e inter-celebración entre sacerdotes católicos y pastores protestantes; … la diferenciación entre la Iglesia que dirige y el clero (bajo) de negro, mientras que, de aquí en más, las direcciones provendrán de la base de la pirámide hacia arriba como en cualquier democracia. . .”
Si bien el ataque a la infalibilidad ya estaba encaminado en 1968, debemos notar que el periódico masónico pudo predecir acertadamente estos desarrollos fundamentales de la Iglesia Católica décadas antes que la mayoría de los católicos se dieran cuenta de lo que estaba pasando. Ciertamente, la noción de Iglesia como “democracia” solo se ha visto francamente amenazada con el Sínodo de la Sinodalidad de Francisco. Los masones sabían lo que sobrevendría porque se habían infiltrado en la Iglesia mucho antes del Concilio Vaticano Segundo, con el objetivo de facilitar gran parte de la subversión anticatólica que vemos finalmente en el sínodo de Francisco.

En cierta medida, el Sínodo de la Sinodalidad de Francisco representa una continuación más palpable de los esfuerzos destructivos llevados a cabo durante más de sesenta años por los infiltrados, en nombre del Espíritu del Vaticano Segundo. Hoy, los innovadores ya no esconden sus planes, están diciendo “la parte silenciosa en voz alta” y los fieles católicos ya pueden escuchar sus pérfidas mentiras y herejías.

Más importante aún, el sínodo de Francisco también nos permite ver quiénes estuvieron promoviendo los cambios a partir del Vaticano II. Tal como se describe abajo, algunos de los cambios propuestos buscan admitir a quienes quieren identificarse como católicos (y recibir la comunión) sin seguir las enseñanzas de la Iglesia. Pero muchos otros cambios propuestos parecen estar motivados por las agendas masónica y globalista que, en última instancia, conducen a la subversión de la Iglesia y al surgimiento de una religión mundial. No obstante, en el fondo, el único que desea todo esto del sínodo es Satanás. Como tal, Satanás es la verdadera fuerza impulsora del sínodo.

Bajo esta luz, podemos considerar tres componentes básicos en el documento sinodal para la etapa continental (DEC), publicado el 27 de octubre de 2022: invitando a todos a la gran tienda de la Iglesia; transformando a la Iglesia en una Iglesia Sinodal; y desalojando al catolicismo real.

Invitando a todos a la «gran tienda» de la Iglesia.

A lo largo del DEC, leemos acerca de la necesidad de incluir a toda la humanidad dentro de la Iglesia:

“Todos están llamados a participar en este viaje, nadie está excluido.” (Párrafo 103)

“La sinodalidad es una llamada de Dios a caminar juntos con toda la familia humana.” (Párrafo 43)

“Así es como muchas síntesis imaginan a la Iglesia: una morada espaciosa, pero no homogénea, capaz de cobijar a todos, pero abierta, que deja entrar y salir (cf. Jn 10,9), y que avanza hacia el abrazo con el Padre y con todos los demás miembros de la humanidad.” (Párrafo 27)

“La visión de una Iglesia capaz de una inclusión radical, una pertenencia compartida y una profunda hospitalidad según las enseñanzas de Jesús está en el centro del proceso sinodal.” (Párrafo 31)

Para alcanzar esta “inclusión radical” de toda la humanidad, el sínodo desarrolla la idea de ensanchar la tienda de la Iglesia:

“Es a un pueblo que vive la experiencia del exilio a quien el profeta dirige palabras que nos ayudan hoy a centrarnos en lo que el Señor nos llama a través de la experiencia de una sinodalidad vivida: «Ensancha el espacio de tu tienda, extiende los toldos de tu morada, no los restrinjas, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas» (Is 54,2)).” (Párrafo 25)

Algo de este “ensanchamiento de la tienda” ha sido explicitado en cierta medida desde el Vaticano II, comenzando con la aceptación de todos los cristianos y, luego, en el diálogo con religiones no cristianas. La reunión de oración de Juan Pablo II en Asís, y otras reuniones similares patrocinadas por Benedicto XVI y Francisco, representaron este espíritu durante décadas.

El Sínodo de la Sinodalidad busca ensanchar la tienda aún más, tanto al abrazar a “toda la humanidad” como al recibir explícitamente a aquellos cuyos pecados los dejaron siempre fuera de la Iglesia. Por eso tenemos las siguientes declaraciones en el DEC:

“Entre los que piden un diálogo más incisivo y un espacio más acogedor encontramos a quienes, por diversas razones, sienten una tensión entre la pertenencia a la Iglesia y sus propias relaciones afectivas, como, por ejemplo: los divorciados vueltos a casar, los padres y madres solteros, las personas que viven en un matrimonio polígamo, las personas LGBTQ… Por otra parte, los que han dejado el ministerio ordenado para casarse también piden mayor acogida y apertura al diálogo.” (Párrafo 39)

“Muchas síntesis también dan voz al dolor que experimentan los divorciados vueltos a casar por no poder acceder a los sacramentos, así como los que han contraído un matrimonio polígamo.” (Párrafo 94)

En sus esfuerzos por amar a los pecados, el sínodo de Francisco odia a los pecadores, al decirles que son bienvenidos sin arrepentirse. Para concretar esta bienvenida, el sínodo necesita ensanchar la tienda para admitir no solo a ciertas personas sino también a sus situaciones irregulares y su negativa a aceptar las enseñanzas de la Iglesia. Finalmente, el pecador siente un falso sentido de inclusión; los globalistas se acercan a su religión mundial; y Satanás se regocija ante la pérdida de almas y la grave ofensa a Dios.

Transformando a la Iglesia en la Iglesia Sinodal. El concepto de “ensanchar la tienda” insinúa necesariamente que en la actualidad la “tienda” no admite a ciertas personas y sus creencias anticatólicas. El sínodo intenta ensanchar la tienda de varias maneras, y todas ellas implican un ataque a lo que la Iglesia siempre ha sido y debe seguir siendo. El DEC reconoce que este ataque conduce a cierto tipo de muerte:

“Ensanchar la tienda requiere acoger a otros en ella, dando cabida a su diversidad. Implica, por tanto, la disposición a morir a sí mismo por amor, encontrándose en y a través de la relación con Cristo y con el prójimo.” (Párrafo 28)

Por lo general, los escritores santos hablan de la necesidad de morir a sí mismo para dejar que Cristo viva en nosotros, pero este no es el sentido que recogemos del sínodo. Aquí, el sínodo quiere hacernos “morir a sí mismo” para admitir la “diversidad” no católica de los demás. Debemos dejar de ser católicos porque eso disuade a otros de entrar a la tienda. Esto es verdaderamente diabólico.

Entre los aspectos específicos de la reestructuración, encontramos el mayor rol de la mujer en el ministerio, un rol más reducido de los sacerdotes, la aceptación de diversas expresiones litúrgicas, y la reforma de la ley canónica. Pero el cambio más impactante es transformar a la Iglesia en una “Iglesia sinodal”:

“El DEC sólo será comprensible y útil si se lee con los ojos del discípulo, que lo reconoce como el testimonio de un camino de conversión hacia una Iglesia sinodal que, a partir de la escucha, aprende a renovar su misión evangelizadora a la luz de los signos de los tiempos, para seguir ofreciendo a la humanidad un modo de ser y de vivir en el que todos puedan sentirse incluidos y protagonistas. En este camino, la Palabra de Dios es una lámpara para nuestros pasos, que ofrece la luz con la que releer, interpretar y expresar la experiencia vivida.” (Párrafo 13)

“Si la Iglesia no es sinodal, nadie puede sentirse realmente en casa.” (Párrafo 24)

“A través de estas voces, percibimos «el sueño divino de una Iglesia global y sinodal que vive la unidad en la diversidad. Dios está preparando algo nuevo y debemos colaborar»” (Párrafo 29)

¿Por qué Satanás y los globalistas necesitan una Iglesia sinodal? Tal como lo afirma el DEC, la Iglesia sinodal es necesaria para superar la hostilidad de los fieles católicos a la diversidad anticatólica:

“Como ya se ha subrayado en varias ocasiones, una Iglesia sinodal debe abordar en primer lugar las numerosas tensiones que surgen del encuentro entre las diversidades. Por eso, una espiritualidad sinodal sólo puede ser una espiritualidad que acoge las diferencias, promueve la armonía y saca de las tensiones la energía necesaria para avanzar en el camino.” (Párrafo 85)

“Una Iglesia sinodal se construye en torno a la diversidad, y el encuentro entre diferentes tradiciones espirituales puede representar una “escuela” de formación, en la medida en que es capaz de promover la comunión y la armonía, contribuyendo a superar las polarizaciones que viven muchas Iglesias.” (Párrafo 87)

Una Iglesia sinodal reúne a todos y los “escucha”. Si la Iglesia sinodal reúne a suficientes personas, eventualmente Satanás y sus globalistas escucharán algo que sirva a sus fines. La Iglesia sinodal entonces designará a aquello como el sensus fidei, el cual dirán está guiado por el Espíritu Santo — aquí, el DEC describe su propio sentido teológico de esa manera:

“Incluye el precioso tesoro teológico contenido en el relato de una experiencia: la de haber escuchado la voz del Espíritu por parte del Pueblo de Dios, permitiendo que surja su sensus fidei.” (Párrafo 8)

Satanás y los demonios deben encontrar extremadamente gracioso que describan al documento como “precioso tesoro teológico.” Naturalmente, Satanás y los globalistas harán todo lo posible para que el sínodo continúe hasta que no quede nada por destruir.” Tal como describe útilmente el DEC, este proceso comenzó con el Vaticano II y continúa indefinidamente:

“Al mismo tiempo, caminar juntos como Pueblo de Dios requiere que reconozcamos la necesidad de una conversión continua, individual y comunitaria. En el plano institucional y pastoral, esta conversión se traduce en una reforma igualmente permanente de la Iglesia, de sus estructuras y de su estilo, siguiendo las huellas del impulso al aggiornamento continuo, legado precioso que nos ha dejado el Concilio Vaticano II, al que estamos llamados a mirar mientras celebramos su 60º aniversario.” (Párrafo 101)

De este modo, queda más claro cómo los masones entendieron en 1968 hacia dónde se dirigía la Iglesia — ellos estaban conduciendo el proceso del Vaticano II, y su influencia persiste hasta hoy. El hecho de que hoy pueden llevar a cabo sus objetivos abiertamente bajo el título de un sínodo de varios años es espantoso — cada día que persiste aumenta el insulto a Dios y el peligro para las almas.

Desalojando al Catolicismo Real. Si tomáramos seriamente la idea del sínodo sobre la “inclusión radical” de todas las personas, podríamos pensar que los católicos tradicionales son admitidos en la Iglesia sinodal. El problema está, por supuesto, en que los católicos tradicionales creen en lo que la Iglesia siempre ha enseñado y, por lo tanto, saben que la Iglesia no puede hacer ninguna de las cosas propuestas por el sínodo. Como tal, el sínodo debe desalojar de la gran tienda al catolicismo.

El sínodo deja esto en claro en varias maneras. Mientras aboga por la aceptación de diversas preferencias litúrgicas (tal como esperábamos), no parece muy cordial hacia quienes celebran y asisten a la misa tridentina:

“La gente se queja de las restricciones en el uso del misal de 1962; muchos consideran que las diferencias sobre la forma de celebrar la liturgia llegan a veces al nivel de la animosidad. Las personas de ambos bandos dicen sentirse juzgadas por quienes tienen una opinión diferente. La Eucaristía, sacramento de la unidad en el amor en Cristo, no puede convertirse en motivo de enfrentamiento ideológico, ruptura o división. Además, existen elementos de tensión propios del ámbito ecuménico, con un impacto directo en la vida de muchas Iglesias, como, por ejemplo, compartir la Eucaristía. Por último, hay problemas relacionados con las modalidades de inculturación de la fe y el diálogo interreligioso, que también afectan a las formas de la celebración y la oración.” (Párrafo 92)

El DEC identifica cierta tensión en cuanto a la liturgia, pero luego la resuelve regañando (en lugar de escuchando) a los apegados a la misa tridentina. La razón es evidente: quienes adoran a Dios según la misa tridentina se oponen generalmente a los métodos sacrílegos de la Iglesia sinodal, tales como el falso ecumenismo y la comunión para los que están en pecado mortal.

El sínodo hizo esto aún más explícito en el “documento preparatorio” de 2021, en el que describió a los diversos actores involucrados en el camino sinodal:

“En su estructura fundamental, una escena originaria aparece como una constante del modo en que Jesús se revela a lo largo de todo el Evangelio, anunciando la llegada del Reino de Dios. Los actores en juego son esencialmente tres (más uno). El primero, naturalmente, es Jesús, el protagonista absoluto que toma la iniciativa, sembrando las palabras y los signos de la llegada del Reino sin hacer «acepción de personas» (cf. Hch 10,34).”

Luego de identificar a los primeros tres actores — Jesús, el pueblo, y los apóstoles — el documento preparatorio sinodal identifica al “más uno”:

“Además existe otro actor “que se agrega”, el antagonista, que introduce en la escena la separación diabólica de los otros tres. Ante la desconcertante perspectiva de la cruz, hay discípulos que se alejan y gente que cambia de humor. La insidia que divide – y por lo tanto contrasta un camino común – se manifiesta indiferentemente en las formas del rigorismo religioso, de la intimación moral que se presenta más exigente que la de Jesús, y de la seducción de una sabiduría política mundana que pretende ser más eficaz que el discernimiento de espíritus. Para eludir los engaños del “cuarto actor” es necesaria una conversión continua.”

Quienes han escuchado a Francisco a lo largo de los últimos años, saben que los católicos tradicionales son este “otro actor” divisivo, rígido, de cuyos engaños hay que escapar. Si seguimos lo que la Iglesia enseñó siempre, somos los “antagonistas,” ocasionando una “separación diabólica” de los demás actores.

El sínodo invita a toda la humanidad a la “gran tienda” de la Iglesia sinodal, pero la sinodalidad requiere que quienes crean en lo que la Iglesia ha enseñado siempre sean marginados, insultados y, por último, desalojados. A decir verdad, la Iglesia sinodal no puede escuchar la voz de Satanás y de los globalistas si los católicos están hablando siempre de lo que Jesús en verdad enseñó — por eso la Iglesia sinodal mueve la tienda a donde los verdaderos católicos no pueden ir y donde no puedan ser escuchados.

Jesús nos advirtió acerca del ancho camino sinodal:“Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos son los que entran por él.” (Mateo 7:13)

A través del sínodo de Francisco, Satanás y los globalistas buscan empujar a todos los católicos a través de la puerta ancha que conduce a la perdición. Que Dios conceda al resto de los obispos fieles del mundo la gracia de ser buenos pastores, asegurando que ningún católico siga el camino sinodal al infierno. ¡Santísima Virgen María, destructora de todas las herejías, ruega por nosotros!

Robert Morrison

Artículo original. Traducido por Marilina Manteiga

martes, 15 de noviembre de 2022

Así es la iniciativa provida contra la que Irene Montero lanzó un bulo calumnioso


Los activistas proaborto llevan años recurriendo a las más burdas mentiras para justificar y promover ese cobarde crimen contra los más indefensos.



La mentira, un arma habitual de los activistas proaborto

El objetivo de esas mentiras es triple: el primer lugar, deshumanizar y cosificar a la víctima del aborto, para que esta atrocidad parezca algo tan inocuo como quitarse un grano y la sociedad acabe acostumbrándose a ese crimen; en segundo lugar, engañar a las madres embarazadas, haciéndoles creer que el aborto no tiene efectos adversos para ellas; y en tercer lugar, desprestigiar a quienes defienden el derecho a la vida de los hijos por nacer, presentándolos como personas odiosas que se dedican a insultar y acosar a las mujeres.

El bulo calumnioso lanzado por Irene Montero contra los provida

Un nuevo ejemplo de las mentiras de los activistas proaborto lo hemos tenido a raíz de unas declaraciones de la ministra Irene Montero en un viaje a Argetina. Una vez más, la dirigente de extrema izquierda ha acusado falsamente a los provida de acosar e insultar a las mujeres que van a abortar, una mentira que los grupos de presión proaborto y sus medios afines no cesan de repetir, pero sobre la que no han mostrado ni una sola prueba de tales cosas. Simplemente se aferran a la vieja máxima de la propaganda de que una mentira repetida muchas veces acaba tomándose por una verdad. El viejo "miente, que algo queda".

Pero esta vez la ministra ha añadido una mentira más a su repertorio habitual de bulos: ha acusado a los provida de acosar a las mujeres "metiéndolas en camiones o furgonetas en las que las obligan a hacerse ecografías para poder mostrarles los fetos y por tanto intentar convencerlas de que no interrumpan el embarazo". Esto es algo peor que una mentira: es una calumnia, ya que la ministra está imputando falsamente dos delitos (coacciones y secuestro) a los provida. Si la ministra tuviese pruebas de esos delitos (no las ha presentado) debería acudir a los tribunales a presentarlas. En realidad ha mentido, y lo que debe hacer una ministra que lanza calumnias es dimitir o ser cesada.



Así es en realidad la iniciativa provida a la que calumnia Montero

Por lo demás, en España sólo hay una iniciativa que dispone de un vehículo que ofrece ecografías a las mujeres que van a abortar: se llama Ambulancia Vida. Es un proyecto que no recibe subvenciones y se mantiene sólo gracias a donativos y a la labor que hace un grupo de voluntarios, entre los que hay profesionales sanitarios. Esta iniciativa cuenta con todos los permisos legales para desarrollar esa actividad y ofrece ecografías de forma gratuita y VOLUNTARIA a aquellas mujeres que quieren hacérselas. Ya os hablé sobre esa iniciativa aquí en 2016, cuando inició su andadura de la mano de la plataforma Derecho a Vivir.

Si hubiese siquiera una sola denuncia de alguna mujer contra la Ambulancia Vida, los políticos proaborto y sus palmeros mediáticos ya se habrían encargado de difundirla por doquier, aunque fuese una denuncia falsa. Pero no ha habido ni una. Y como no hay denuncias, Irene Montero se inventa falsas acusaciones para desprestigiar a los provida. Una auténtica miserable, y no ya porque recurra a la mentira para ensuciar el honor de quienes no opinan como ella (lo cual ya es despreciable), sino porque lo hace para seguir promoviendo una atrocidad contra los más inocentes e indefensos. Ya no se puede caer más bajo.


Podéis escuchar aquí las palabras de Irene Montero y el testimonio de una de las mujeres que recibieron la ayuda de los voluntarios de la Ambulancia Vida (hoy, gracias a ellos, es madre de un precioso niño):

Duración 2:14 minutos


La actitud de Montero es un recordatorio de que el mal existe

Para terminar, hay que reconocer que el hecho de que esa ministra mienta responde, ante todo, a una tradición ideológica: Irene Montero ha reconocido que es comunista, y el movimiento totalitario al que pertenece ha tenido la desfachatez de llamar "democracias populares" a brutales dictaduras. Recurrir a mentiras y calumnias para defender una atrocidad es lo que comunistas como ella vienen haciendo sin cesar desde hace más de un siglo. Esto debería servirnos, además, de recordatorio: el mal existe y hay personas que se dejan corromper moralmente hasta extremos escalofriantes. Lo que hacen al mentir es peccata minuta al lado del hecho de defender una matanza de inocentes.

Elentir

Los críticos contra la FSSPX no siguen a la Santa Sede




OnePeterFive publica la respuesta a un texto, que forma parte de una serie de debates sobre la FSSPX. Lo retomamos, en nuestra traducción, por las interesantes ideas que ofrece.

Durante cuarenta años, los enemigos de la Tradición han presentado una demanda canónica de cisma contra los Obispos y Sacerdotes de la Fraternidad San Pío X y los fieles que los apoyan.

Sin embargo, el pontificado del Papa Francisco anuló estas pretensiones canónicas; El Santo Padre otorgó al Superior General de la Fraternidad permiso para ordenar sacerdotes, nombró al obispo Fellay ministro canónico de segundo grado, otorgó facultades globales para escuchar confesiones y ordenó a los obispos del mundo asistir a bodas en las capillas de la FSSPX (o delegar facultades de otro modo, según corresponda). la mayoría lo ha hecho).

En consecuencia, la crítica de la Fraternidad ha pasado del fundamento canónico al moral. Por un lado, los amigos de la Tradición y los partidarios de la obra del santo arzobispo Lefebvre tienen motivos para alegrarse; las estrategias cambiantes parecen un reconocimiento implícito de que la campaña de cuatro décadas contra la FSSPX finalmente se ha resuelto.

Por otro lado, los argumentos que se acaban de utilizar parecen todavía destinados a difamar a los sacerdotes de la FSSPX, y quizás incluso a los fieles que asisten a sus liturgias, y a asustar a aquellos católicos que de otro modo podrían sentirse atraídos por la belleza de la misa tradicional en latín y la doctrina ortodoxia de la FSSPX. .

El nuevo argumento, presentado por mi oponente del debate, Andrew Bartel, es esencialmente este: la FSSPX es culpable de cisma, incluso si no es estrictamente un cisma canónico. Su historial de actos cismáticos significa que son peligrosos.

Se sigue, por supuesto, que si son culpables de cisma, ningún católico puede acercarse a ellos para recibir los sacramentos. (No creo que Andrew haya dicho esto explícitamente, pero cualquier católico estaría de acuerdo en que no podemos adorar o estar en comunión con los cismáticos). Que el Vaticano haya declarado repetidamente que los católicos pueden asistir a misas y recibir los sacramentos de los sacerdotes de la FSSPX debería ser suficiente para resolver el problema de una vez por todas.

Andrew afirma que la FSSPX rechaza la "sumisión al Papa en la fe, el culto y el gobierno", aunque es claramente lo contrario. ¿Monseñor Fellay, como Superior General, se negó a someterse al Papa Francisco en 2017 cuando le pidió que instituyera un proceso para reconocer los matrimonios en las capillas de la Fraternidad? ¿Es un niño que busca la ayuda de un padre y acepta con gratitud esa ayuda el tipo de conducta que ahora constituye un rechazo a la sumisión?

Cuando el Santo Padre ordenó a los obispos del mundo colaborar con los sacerdotes de la FSSPX para que los matrimonios en las capillas de la Fraternidad fueran incuestionablemente lícitos y válidos, la Fraternidad rechazó estos nuevos procedimientos canónicos, ¿como haría un cismático? Cuando los sacerdotes de la FSSPX trabajan con los Vicarios Generales en cientos de diócesis alrededor del mundo para obtener facultades matrimoniales en sus capillas, ¿representa una negativa a someterse a la regla del Papa?

Cuando el Superior General y los tres Obispos de la FSSPX anunciaron su deseo de unirse al Santo Padre en la consagración de Rusia, ¿constituye esto un rechazo a la sumisión en la fe?

Andrew también afirma que el ministerio continuo de los Sacramentos por parte de los sacerdotes de la FSSPX representa actos de desobediencia continua, pero esto es objetivamente falso; ¿Cómo puede ser 'suspendido' un sacerdote que ha recibido facultades directamente del Santo Padre cuando la naturaleza misma de una suspensión canónica es la privación de facultades?

Mi oponente del debate argumenta que las ordenaciones anuales de hombres al sacerdocio por parte de los obispos de la FSSPX son "ilícitas", a pesar de que el obispo Fellay anunció al mundo en 2015 que el Santo Padre, de hecho, había dado su permiso para tales órdenes. ¿Cómo podría ser ilegal un acto cuando el legislador supremo de la Iglesia ha otorgado permiso para realizar ese acto?

¿Quién es, en realidad, el culpable que se niega a aceptar la autoridad del Santo Padre en estos asuntos?

Como muchos críticos de la FSSPX, Andrew argumenta que la FSSPX es culpable de "rechazar un concilio ecuménico". Sin embargo, la FSSPX no niega que el concilio fuera ecuménico ni que el papa que lo convocó tuviera derecho a hacerlo. De hecho, el fundador de la Fraternidad, el arzobispo Marcel Lefebvre, participó personalmente en el concilio e incluso firmó los documentos conciliares.

La verdad sobre la posición de la Fraternidad sobre el Concilio Vaticano II es que han expresado reservas con respecto a las nuevas ideas sobre la libertad religiosa, el ecumenismo y la colegialidad. Los sacerdotes de la Fraternidad advierten que, dada la confusión sobre lo enseñado por el Concilio, es mejor servir a los fieles aferrándose a las doctrinas tradicionales de la Iglesia.

En un momento de confusión, ¿cómo podría considerarse polémico incluso repetir la instrucción de San Pablo [1]?

El Concilio mismo, en efecto, no pretende haber promulgado nuevos dogmas que requieran el asentimiento de la fe, ni anatematiza a los que se niegan a someterse a las disposiciones pastorales del Concilio.

Además, la voluntad de la Iglesia bajo los pontificados del Papa Juan Pablo II y Benedicto XVI de entablar discusiones doctrinales con la FSSPX a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe [2] demuestra que las preguntas sobre las novedades del Concilio son admisibles , y que los sacerdotes de la FSSPX son católicos (ya que el diálogo con los cismáticos lo llevaría a cabo el Dicasterio para la promoción de la unidad de los cristianos).

De hecho, como muestra Maike Hickson (aquí y aquí), fue la posición de reserva legítima de la FSSPX en el Vaticano II lo que oficialmente permitió la Santa Sede como un punto de vista legítimo para los católicos, lo que llevó al levantamiento de las excomuniones de la FSSPX (anulando implícitamente el razonamiento contenida en la Ecclesia Dei Adflicta de Juan Pablo II). [3]

Curiosamente, el Papa Francisco ha decidido que ya no es necesario siquiera celebrar estas discusiones doctrinales. Si el Santo Padre no ve las reservas de la Fraternidad sobre las noticias del Concilio dignas del juicio del Vaticano, y si recordamos que el Vaticano I enseñó infaliblemente que es deber del papado guardar y proteger la Fe, como entonces un crítico de la Fraternidad concluye que ¿Las reservas sobre tales novedades implican pecado, y mucho menos cisma? [4]

¿Es posible que aquellos que usurpan la autoridad única del Vicario de Cristo y los fieles católicos para encenderse con gas se arriesguen al cisma al negarse a someterse al sucesor de San Pedro en estos asuntos?

En su artículo y en sus entrevistas con otros opositores de la FSSPX, Andrew dio mucha importancia a mi decisión de no responder a cada una de sus declaraciones en el debate. Me gustaría señalar que, en primer lugar, era su deber probar su argumento. Al ver que no podía hacerlo, no vi la necesidad de continuar con todos los temas sueltos, sino de ceñirme a la cuestión central del cisma.

Además, el argumento de Andrew parece, a veces, estar basado en la paráfrasis de sacerdotes anónimos que se supone que dijeron esto o aquello. Un participante en el debate no puede comprometerse con tales afirmaciones. ¿Quién es el sacerdote? ¿Qué dijo realmente? ¿Cuál fue el contexto? ¿Este sacerdote representa con precisión la posición de la FSSPX? Sin forma de concluir nada con certeza, el debate entra en el terreno de los chismes y las conjeturas. Tales tácticas no merecen una respuesta cuando hay tan poco tiempo y tantos temas sustantivos para discutir.

Andrew también insinúa que al ofrecer Misa, asistir a bodas y escuchar confesiones, los sacerdotes de la FSSPX están involucrados en actos que son, en esencia, malvados. Escribe: "el fin nunca justifica los medios".

Por supuesto, lo que enseña la Iglesia es que los malos medios nunca se justifican, por buenas que sean las intenciones. Parece que Andrés concede que la ley suprema de la Iglesia (el bien de las almas) es la intención, pero ¿cómo es posible que los mismos sacramentos instituidos por Cristo para la salvación de los hombres sean malos? ¿Cómo podrían ser malvados los sacramentos ofrecidos por los sacerdotes católicos, con el permiso del Vicario de Cristo?

Este dilema teológico y eclesiológico profundamente problemático demuestra los riesgos morales que implica que los laicos que no tienen la preparación y la autoridad para juzgar la conciencia de los sacerdotes lo hagan de todos modos y en un foro público.

En su conclusión escrita, Andrew le pide que responda dos preguntas. Primero, me pregunta si he probado que sus argumentos son erróneos o falaces. En segundo lugar, pregunta si por mi compromiso o falta de él en ciertos temas, he renunciado al tema. Estas son las preguntas equivocadas, por supuesto.

Fue el trabajo de Andrew, al argumentar afirmativamente, probar que la FSSPX está en cisma. El editor de OnePeterFive ahora le ha dado amablemente otra oportunidad de probar su argumento. Solo usted decidirá si ha ganado la discusión, pero debe aceptar que no es mi trabajo discutir en el estilo que él quiere de mí, seguir los argumentos que él desea abordar o tomarme el poco tiempo que tengo disponible para perseguir cualquier pista falsa.

No digo esto para defender mi propia actuación, que sin duda podría mejorarse, sino para recordarles que la defensa de la Tradición no saldrá victoriosa si caemos presa de los trucos retóricos o de la tentación de responder a todas las acusaciones posibles, independientemente del mérito.

Tampoco prevaleceremos en nuestra defensa de la Tradición si tememos ad hominems, ridiculización, doxing, discriminación, difamación o anulación de la cultura eclesiástica. Sí, a veces los enemigos de la Tradición utilizarán estos métodos para asustar a quienes contemplan una entrada en la apologética -quizás seas tú- en un intento de disuadirte de contribuir a la defensa de nuestra liturgia y nuestra fe.

En cambio, debemos dejar de lado el miedo por completo y considerar que el hombre y la mujer son razonables y de buena voluntad en su búsqueda de la verdad. Pueden ver un debate de YouTube, leer artículos aquí en OnePeterFive o reflexionar sobre las publicaciones en las redes sociales. Es probable que hablen con familiares y amigos y busquen sacerdotes que tengan reputación de sabiduría y ortodoxia.

Confío en que ellos, como ustedes, concluirán por sí mismos, con la ayuda del Espíritu Santo, que adherirse a la liturgia y la fe de nuestros antepasados ​​durante veinte siglos no es un delito canónico ni moral.

Dios, en su infinita sabiduría, ha tenido a bien colocarnos a ti y a mí en este tiempo y lugar, para no escondernos detrás del teclado, no rehuir los bochornosos escándalos de nuestro tiempo ni apartarnos de la defensa pública de la Iglesia, sino abrazar esta difícil y torpe lucha contra clérigos rebeldes y laicos presuntuosos que os decretarían a vosotros ya vuestros antepasados ​​culpables de pecado, herejía o cisma por haber emulado siglos de santos.

No temas. No huyas de la lucha. No te quejes. Cumple con tu deber, con alegría.

Jeff Cassman *
________________________________

[1] “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8).
[2] Para una introducción básica a esto, vea el artículo de Wikipedia.
[3] “Me gustaría recordar a los teólogos y otros expertos en ciencias eclesiásticas que deben sentirse llamados a responder en las circunstancias actuales. De hecho, la amplitud y profundidad de la enseñanza del Concilio Vaticano II exige un renovado compromiso de estudio para revelar claramente la continuidad del Concilio con la Tradición, especialmente en puntos de doctrina que, quizás por ser nuevos, aún no han sido abordados. sido bien comprendida por algunas partes de la Iglesia» Juan Pablo II, Ecclesia Dei Adflicta (1988), 5.
[4] “Y como ante todo tiene el deber de defender la verdad de la fe, si surgen dudas sobre la fe, es con su juicio que deben ser resueltas” Pastor Aeternus, cap 4, part 2.

* Jeff Cassman es un ex analista de inteligencia de la Fuerza Aérea y experto en modelos de comportamiento predictivo para una agencia de publicidad en Nashville, TN. Es católico de cuna y asistió por primera vez a una misa tradicional en latín en 2000. Más tarde estudió teología en el Colegio de los Santos Apóstoles en Connecticut. Jeff es cofundador de Catholic Men of America, la única cofradía profesional nacional de hombres católicos en nuestro país. Es un granjero caballero, cría cerdos, conejos, gallinas y codornices y ha diseñado y construido ambientes acuapónicos para el cultivo en invernadero de tilapia y productos orgánicos. Jeff ha estado casado con su novia de la escuela secundaria, Sarah, durante 28 años y han educado en casa a sus 14 hijos (11 niños y tres niñas), que ahora tienen entre 3 y 26 años. En su tiempo libre, a Jeff le encanta comer y dormir.

El SUPERMERCADO de las religiones

CATÓLICO ACTIVO

Monseñor Isidro Puente, habla 13 idiomas entre los que destacan el latín, griego, hebreo, arameo, siriaco-caldeo, fenicio, púnico-cartaginés, ugarítico y copto, es Licenciado en Filosofía y Doctor en Teología y fundador y director de las Religiosas Ecuménicas de Guadalupe, con la aprobación de la Santa Sede y del entonces Obispo Diocesano de Tijuana, para formar Religiosas Santas y Sabias como pide el Concilio Vaticano II, en el que participó como seminarista en 1964 y 1965. Conoce más sobre Monseñor aquí

Sermón del día 9 de Octubre 2022

Duración 29:41 minutos

https://youtu.be/V0-g9knPSo8

 

Curriculum de Monseñor Puente

Mons. Dr. Lic. Don Isidro Puente Ochoa Jr.

Nació en la Ciudad de Colima, México el 16 de Abril de 1947, hijo legítimo de católico matrimonio de Don Isidro Puente Ochoa y de la Sra. Maestra Angelina Ochoa de Puente. Es residente de Tijuana, Baja California, desde julio de 1949. Tercero de once hijos; son sus hermanos: Jesús, Elba, Miguel Ángel, Rosa María, Gloria, José Luis, María Elena, Jorge, Roberto y Evangelina.

Cursó su Primaria en varios Colegios de Tijuana y en 1959 ingresó al Seminario Misional de Nuestra Señora de la Paz. Obtuvo siempre los primeros lugares y terminó los cinco cursos de Humanidades.

En 1964 El Excmo. Sr. Obispo de Tijuana, Mons. Alfredo Galindo y Mendoza lo envió a Roma al Pontificio Colegio Urbano Propaganda FIDE.

En 1967 Obtuvo la Licenciatura en Filosofía con la tesis: “La Experiencia metafísica en Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. “

En Roma el 8 de Diciembre de 1970 fue ordenado Subdiácono y Diácono el 6 de Enero de 1971 y Sacerdote el 27 de Marzo de 1971 por manos del Eminentísimo Cardenal Agnello Rossi, Prefecto de Propaganda FIDE, auxiliado por el ahora Cardenal Gantín de África y el Cardenal Lurdusami de India.

En Junio de 1971 obtuvo la licenciatura en Teología con su Tesís: “Índice de los Apócrifos del Nuevo Testamento.”

Se le otorgó la licenciatura en Ciencias Bíblicas en 1973 en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, cuyo rector era el ahora Cardenal Martini, arzobispo de Milán, con la Tesis: “Los vocablos que aparecen una sola vez en la Biblia comparados con la Literatura Ugarítica”

Cursó Filosofía y Letras en la Universidad Civil de Roma. Analizó todos los archivos de la Sagrada Romana Rota desde 1909 hasta 1975.

Hizo estudios en Jerusalén y Alemania.

Domina los idiomas: inglés, italiano, francés, alemán, latín, griego, hebreo, arameo, siriaco-caldeo, fenicio, púnico-cartaginés, ugarítico y copto en sus cinco dialectos: bohérico, acmímico, subacmímico, sahídico y fayúmico. Conoce y lee el portugués, holandés y otros.

Fue alumno fundador y Prefecto en el Colegio San Pablo de Propaganda FIDE. Por cinco años alumno distinguido del Pontificio Colegio de San Pedro Apóstol en la ciudad eterna.

En 1976 Culminó sus estudios al obtener con máximas calificaciones el Doctorado en Teología con la Tésis: “Los Hechos de los Apóstoles” en Copto, con versión Latina, comentario filológico, literario y crítico. En tanto auxiliaba a miembros de la Curia Romana en trabajos de suma importancia.

En 1976 regresó a Tijuana, donde ha sido Catedrático en el Seminario Mayor y Menor por 12 años. Allí y en otros Institutos Religiosos ha impartido Cátedra de Teología Dogmática, Moral, Sacramentos, Sagrada Escritura, Introducción Bíblica, Hebreo, Griego, Latín, Alemán, Francés, Metafísica, Espiritualidad, Formación de Religiosos, Psicología, etc.

Es predicador de Ejercicios Espirituales. Conferencista muy apreciado en la Academia de la Lengua Juan Ruíz de Alarcón, de la Ciudad de México; en Monterrey Nuevo León., del Club Serra en Washington D.C., y en Ginebra, Suiza. También del Club Rotario Internacional y del Club de Leones entre muchas otras asociaciones que lo invitan frecuentemente a elucidar temas históricos, filosóficos y de formación.

Es Censor Arquidiocesano de Tijuana y de Monterrey,

Ha escrito libros eruditos para especialistas en filología clásica y bíblica, liturgia, patrología y también para divulgación sobre diferentes temas pastorales.

Inició en 1977 lo que ahora es el Tribunal Eclesiástico y la Comisión de Obispos de Alta y Baja California, que comprende también a Arizona y Sonora.

Es fundador de las Religiosas Ecuménicas de Guadalupe, Instituto aprobado por la Santa Sede y el Obispo Diocesano de Tijuana, Emilio Carlos Berlié Belaunzarán, como pía unión para formar Religiosas que puedan corresponder a lo que verdaderamente pide el Concilio Vaticano II (en el cual pudo participar como joven seminarista en 1964 y 1965) dicha fundación fue iniciada en 1984 y hasta hoy exige la máxima preparación que pueda darse a una Religiosa en la actualidad.

Ha sido Capellán Diocesano de la Adoración Nocturna Mexicana. Director Diocesano de la Legión de María. Juez Eclesiástico y Provisor, Examinador del Clero, Secretario y miembro del Consejo Presbiteral, Confesor de varios Institutos Religiosos y un tiempo del Seminario. Encargado de la Doctrina de la Fe. Redactor de Documentos para la Santa Sede.

Ha sido Promotor de Justicia en el Proceso de Beatificación del ahora Beato José María Yermo y Parres. Juez principal en el Proceso de la Sierva de Dios Julia Navarrete. Consultor en casos difíciles, con facultad Episcopal para Confirmar y para absolver pecados reservados. En ocasiones ha sido Vicario General de la Diócesis de Tijuana ad ínterim, y Vicario Judicial y Vicario de Religiosos y Religiosas de Tijuana, Ensenada, Tecate del mismo obispado.

Ha sido Rector de la Iglesia del Santo Angel y Párroco de la Iglesia de Santa Cecilia.

Ha ayudado a muchas fundaciones religiosas de esta Diócesis; en especial a las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta, a los Hermanos de Magdala con sus asilos de ancianos, a las Misioneras de San Carlos y a la Casa del Migrante, etc. Frecuentemente representa al Excelentísimo Sr. Arzobispo en diferentes foros y comisiones así como en funciones Sagradas y Predicaciones. Junto con los Padres del Oratorio San Felipe Neri ha iniciado y dirigido el Instituto de Formación Permanente de Religiosas.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Más allá de la Batalla Cultural



Duración 11:53 minutos

DIRIGIDO A LOS VOTANTES DEL PSOE, para que abran sus ojos a la realidad y luego voten en consecuencia




La eliminación del delito de sedición para captar el apoyo del separatismo catalán a las cuentas del gobierno no es responsabilidad de una sola persona.



Una traición muy acorde con la tradición política del PSOE

Pedro Sánchez es, sin duda, el máximo responsable de esa traición al Estado de Derecho, al ser el presidente del gobierno, pero si ocupa ese cargo es porque tiene un partido apoyándole en cada cosa que hace: el PSOE. Un partido que se ha caracterizando históricamente por anteponer sus intereses partidistas a las reglas democráticas. Recordemos las palabras pronunciadas en 1933 por el entonces presidente del PSOE, Francisco Largo Caballero, al que su partido sigue revenciando hoy en día: "el Partido Socialista va a la conquista del Poder, y va a la conquista, como digo, legalmente si puede ser. Nosotros deseamos que pueda ser legalmente, con arreglo a la Constitución, y si no, como podamos".

Los dirigentes que comparten la responsabilidad de esa traición

Incluso con todo el poder que tiene como presidente del gobierno, Pedro Sánchez no podría cometer esa traición a nuestra democracia -porque así es como debe calificarse el hecho de desarmar a nuestro país de las herramientas legales para combatir a quienes ya dieron un golpe separatista y pretenden volver a hacerlo- sin el apoyo de su partido. Bastaría con que los barones regionales y locales del PSOE alzasen su protesta y montasen un revuelo interno para que a Sánchez no le quedase más remedio que dar marcha atrás. Sin embargo, a juzgar por el silencio dominante, en el PSOE parecen estar de acuerdo con que Sánchez ponga a España por debajo de su interés personal, sacrificando el bien común a sus ganas de seguir doce meses más en el gobierno, al precio que sea.

Los barones autonómicos del PSOE

Los principales cómplices silenciosos de Sánchez en esa traición son los barones autonómicos del PSOE. Son, después de la dirección nacional, quienes más poder tienen en el seno del partido, especialmente en aquellos casos en los que su cargo dentro del PSOE se simultanea con la presidencia de una comunidad autónoma. Todos ellos han decidido guardar silencio ante esta nueva cesión de Sánchez ante el separatismo, incluidos aquellos que más tienden a marcar distancias con el nacionalismo porque saben que apoyarlo les restaría votos.

El PSOE tiene nueve presidentes de comunidades autónomas: Ximo Puig (presidente de la Comunidad Valenciana), Emiliano García-Page (presidente de Castilla-La Mancha), Javier Lambán (presidente de Aragón), Guillermo Fernández Vara (presidente de Extremadura), María Chivite (presidenta de la Comunidad Foral de Navarra), Adrián Barbón (presidente del Principado de Asturias), Concha Andreu (presidenta de La Rioja), Ángel Víctor Torres (presidente de las Islas Canarias) y Francesca Armengol (presidenta de las Islas Baleares). Ni uno de ellos ha abierto la boca para desmarcarse de la nueva claudicación de su jefe de filas ante los golpistas del 1-O.

Los principales barones locales del PSOE

Los barones autonómicos no están solos en su silencio cómplice ante las maniobras de Sánchez. Lo mismo podemos decir de todos y cada uno de los diputados autonómicos, presidentes de diputaciones, alcaldes, concejales y otros cargos electos. Una mención especial, por su importancia dentro del partido, se merece el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, alcalde de Vigo, que cuando llegan las elecciones siempre procura poner el logo del PSOE de tal forma que cueste distinguirlo.

También se merecen una mención los alcaldes socialistas de importantes ciudades españolas: Antonio Muñoz Martínez (alcalde de Sevilla), José Antonio Serrano Martínez (alcalde de Murcia), José Francisco Hila Vargas (alcalde de Palma de Mallorca), Augusto Hidalgo (alcalde de Las Palmas de Gran Canaria), Óscar Puente (alcalde de Valladolid), Ana González Rodríguez (alcaldesa de Gijón), Núria Marín (alcaldesa de Hospitalet de Llobregat), Inés Rey (alcaldesa de La Coruña), Carlos González Serna (alcalde de Elche), Francisco Cuenca Rodríguez (alcalde de Granada), Rubén Guijarro (alcalde de Badalona), Marta Farrés (alcaldesa de Sabadell), Mamen Sánchez Díaz (alcaldesa de Jerez de la Frontera) y Noelia Posse (alcaldesa de Móstoles), por sólo citar a los que gobiernan en ciudades con al menos 200.000 habitantes.

Existe la idea muy extendida de que una persona se puede presentar a unas elecciones locales sin tener que implicarse en los grandes asuntos nacionales, pero ¿acaso creen aceptable su silencio cuando lo que está haciendo el máximo dirigente del PSOE es dejar indefensa a nuestra democracia? ¿En serio se creen que muchos votantes van a olvidar que los candidatos locales socialistas concurren a las elecciones en las filas del mismo partido del que forma parte Sánchez, un partido que Sánchez está usando para erosionar nuestro Estado de Derecho?

¿Harán examen de conciencia los votantes del Partido Socialista?

No voy a hacer como otros, que piden a los socialistas que al menos piensen en su partido. Con el historial de violencia, juego sucio, corrupción, atropellos y sectarismo que tiene el PSOE, lo mejor que podría pasar es que desapareciese. Sería un gran día para España y para nuestra democracia, porque si bien el pluralismo político gana con la presencia de distintas opciones políticas, lo que no resulta bueno para ningún país es que exista un partido que se dedica a ceder ante unos golpistas mientras todos sus dirigentes se mantiene tan silenciosos como tumbas. Yo ya no les pido a esos barones regionales y locales del PSOE que hagan examen de conciencia, porque no sé si les queda algo de eso. Lo que sí me atrevo a sugerírselo es a sus votantes, porque habrá muchos, espero, a los que les importe más España que su partido. Ya va siendo hora de que despertéis.

Elentir

sábado, 12 de noviembre de 2022

NOTICIAS 12 DE NOVIEMBRE DE 2022


CONTANDO ESTRELAS

- Moción de censura a Sánchez: 52 motivos para apoyarla y 298 para sentir vergüenza

https://www.outono.net/elentir/2022/11/12/mocion-de-censura-a-sanchez-52-motivos-para-apoyarla-y-298-para-sentir-verguenza/


ADELANTE LA FE

- Templos desacralizados, y ‘religión’ del hombre (Mons. Aguer)

https://adelantelafe.com/templos-desacralizados-y-religion-del-hombre-mons-aguer/


Selección por José Martí

Dios no está presente en este proceso sinodal



(Riposte Catholique)-En su blog, el obispo Rob Mutsaerts, obispo auxiliar de Bois-le-Duc (Países Bajos), denuncia el proceso sinodal:

El jueves 27 de octubre, la Secretaría del Sínodo de los Obispos en Roma presentó el documento de trabajo para la fase continental del sínodo «Por una Iglesia sinodal: communio, participatio, missio». La declaración se hizo en una conferencia de prensa presidida por el cardenal Grech y celebrada en el centro de prensa de la Santa Sede en Roma. El documento se titulaba «Aumenta el espacio de tu tienda» (Isaías 54:2). Sobre la base de todos los documentos finales de las reuniones en los distintos continentes, la Secretaría del Sínodo de los Obispos elabora el Instrumentum Laboris, el documento de trabajo para las reuniones sinodales de 2023 y 2024.

El mantra del proceso es: escuchar. ¿A quién? A todos. El documento de trabajo contiene un buen número de citas.

«Estas citas se han elegido porque expresan de forma especialmente poderosa, bella o precisa sentimientos que se expresan de forma más general en muchos informes. La experiencia sinodal puede leerse como una forma de reconocimiento para aquellos que no se sienten suficientemente reconocidos en la Iglesia.»

Los perfiles del proceso sinodal son cada vez más claros. Proporciona un megáfono para las opiniones no religiosas. El documento indica hacia dónde debe conducir el camino sinodal en última instancia:

«Significa una Iglesia que aprende escuchando a renovar su misión evangelizadora a la luz de los signos de los tiempos, para seguir ofreciendo a la humanidad un modo de ser y de vivir en el que todos puedan sentirse incluidos como protagonistas.»

Quiénes son los que se sienten excluidos. Párrafo 39:

«Entre los que reclaman un diálogo más significativo y un espacio más acogedor, encontramos también a quienes, por diversas razones, sienten una tensión entre la pertenencia a la Iglesia y sus propias relaciones amorosas, como por ejemplo: divorciados vueltos a casar, padres solteros, personas en matrimonios polígamos, personas LGBTQ, etc. 
».

En resumen, los que no están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica. Lo que el documento de debate parece sugerir es que hagamos una lista de quejas y luego las debatamos. La misión de la Iglesia es diferente. No es examinar todas las opiniones y luego llegar a un acuerdo. Jesús nos mandó algo más: proclamar la verdad; es la verdad la que os hará libres. El comentario de que la Iglesia no presta atención a la poligamia es especialmente curioso. Además, el documento no presta atención a los tradicionalistas. Ellos también se sienten excluidos. De hecho, el Papa Francisco los considera literalmente como tales (Traditionis Custodes). Aparentemente no hay empatía para este grupo.

Hasta ahora, el proceso sinodal parece más bien un experimento sociológico y tiene poco que ver con el Espíritu Santo que supuestamente resuena a través de todo el ruido. Casi se podría decir que es una blasfemia. Lo que está cada vez más claro es que el proceso sinodal va a ser utilizado para cambiar una serie de posiciones de la Iglesia. Lo principal que sale de las sesiones de escucha es una fe evaporada, que ya no se practica y que no acepta las posiciones de la Iglesia. La gente se queja de que la Iglesia no acepta sus opiniones. Aunque esto no es del todo cierto. Los obispos flamencos y alemanes van aún más lejos, lo que en realidad es mucho más trágico. Ya no quieren llamar pecado al pecado. Así que de conversión y arrepentimiento ya no se habla.

Como era de esperar, los llamamientos a la admisión de las mujeres al sacerdocio incluyen

«el papel activo de las mujeres en las estructuras de liderazgo de los organismos eclesiásticos, la posibilidad de que las mujeres convenientemente formadas prediquen en las parroquias, y un diaconado y un sacerdocio femeninos
».

Un ejercicio inútil, dado que los tres últimos pontificados han declarado explícitamente que esto es imposible. En política, todo está abierto a la discusión y al debate. Este no es el caso de la Iglesia. Existe una doctrina de la Iglesia que no está sujeta a tiempo y lugar. Pero el documento de trabajo realmente parece cuestionarlo todo. Así, leemos en el párrafo 60:

«La llamada a la conversión de la cultura de la Iglesia, para la salvación del mundo, está concretamente ligada a la posibilidad de establecer una nueva cultura, con nuevas prácticas y estructuras. »

Y luego dice esto:

«Se pide a los obispos que busquen los medios adecuados para llevar a cabo su tarea de validación y aprobación del documento final y que éste sea el fruto de un auténtico camino sinodal, respetuoso con el proceso realizado y fiel a las diferentes voces del pueblo de Dios en cada continente.»

Aparentemente, el cargo de obispo se reduce a la mera aplicación de lo que, en última instancia, es el máximo común denominador como resultado de una cascada de opiniones. La eventual fase final del proceso sinodal sólo puede parecerse a un día de excursión. Como es de esperar, todos los que no se salen con la suya dirán que están excluidos. De antemano, esto es una receta para el desastre. Si todo el mundo consigue lo que quiere -lo que no es realmente posible- el desastre es total. Entonces, la Iglesia habrá renegado de sí misma y dilapidado su identidad.

Al presentar el documento de trabajo, el cardenal Grech insistió mucho en que la tarea de la Iglesia es actuar como amplificador de todo el sonido que provenga del interior de la Iglesia, aunque sea contrario a lo que ésta siempre ha proclamado. Antes era diferente. En la época de la Contrarreforma, la Iglesia insistía en la claridad de sus afirmaciones. Convences a la gente defendiendo la fe católica de forma argumentada y con plena convicción. No se convence a nadie escuchando y dejando las cosas como están. Lo que molesta es que los obispos tenían instrucciones de escuchar y documentar lo que se decía. Estos informes se recogían en las provincias eclesiásticas y se enviaban a Roma. Informes que contienen múltiples herejías con la firma de la conferencia episcopal. No podíamos hacer otra cosa, pero no estoy nada contento. Muchos cardenales, por cierto, han devuelto la patata a Roma, preguntando qué es realmente la sinodalidad. No ha habido una respuesta clara.

Jesús adoptó un enfoque diferente. Escuchó a los dos discípulos decepcionados en el camino de Emaús. Pero en un momento dado habló y dejó claro que iban por mal camino. Esto les llevó a dar la vuelta y regresar a Jerusalén. Si no nos volvemos, acabaremos en Emaús y estaremos aún más lejos de casa de lo que ya estamos.

Una cosa está clara para mí. Dios no está presente en este abrumador proceso sinodal. El Espíritu Santo no tiene absolutamente nada que ver. Entre los protagonistas de este proceso hay, en mi opinión, demasiados defensores del matrimonio homosexual, personas que no creen realmente que el aborto sea un problema y que nunca se muestran como defensores del rico credo de la Iglesia, queriendo sobre todo caer bien a su entorno laico. Qué falta de cuidado pastoral, qué falta de amor. La gente quiere respuestas genuinas. No quieren volver a casa con más preguntas. Estáis alejando a la gente de la salvación. Es por ello que he renunciado al proceso sinodal.

viernes, 11 de noviembre de 2022

La semana roja | Actualidad Comentada | 11-11-2022 | Pbro. Santiago Martín FM



Duración 10:26 minutos

Viganò: «la Sede Apostólica está ocupada por un enemigo jurado de la Iglesia»



Entrevista de Michael Matt a monseñor Viganò en la Catholic Identity Conference

2 de octubre de 2022.

1. Actualmente hay muchos católicos que creen que la Santa Madre Iglesia está atravesando su peor crisis en la historia, mayor incluso que la de la herejía arriana. ¿Está de acuerdo?

No puedo afirmar que ésta sea la mayor crisis que tendrá que sufrir la Iglesia de aquí al final de los tiempos. Desde luego, es la peor hasta la fecha, tanto por las devastadoras proporciones de la apostasía como por actitud hipnótica de los sacerdotes de a pie y de los fieles hacia la jerarquía. Ha habido ocasiones en que la persecución era más implacable, pero encontraba resistencia en los obispos y en el pueblo católico, que veía en la Sede Petrina un faro de verdad y un obstáculo a la instauración del reino del Anticristo. Hoy en día ya se ha retirado el katejón, al menos temporalmente, y la Sede Apostólica está ocupada por un enemigo jurado de la Iglesia.

Nunca en la historia habíamos asistido a una traición sistemática de la Fe, la Moral, la Liturgia y la disciplina eclesiástica, traición que es favorecida y hasta promovida por la autoridad suprema de la propia Iglesia, con el silencio cómplice de la Jerarquía y la aceptación acrítica por parte de numerosos sacerdotes y fieles. La situación se agrava más todavía porque la labor disolvente que lleva a cabo la iglesia en las sombras avanza en sincronización con la acción subversiva del estado en las sombras. Esto hace que el pueblo católico sea objeto de un doble ataque, tanto como fieles como ciudadanos.

Estas dos realidades indiscutibles tienen por denominador común el odio implacable de Satanás a Cristo y su santa Ley, la Iglesia y la civilización cristiana. El engaño es tan patente que ya no se puede catalogar de teoría conspiratoria.

Si se mira bien, resulta inquietante que los protagonistas de este plan criminal, tanto en el Gobierno como en la Iglesia, provengan del ambiente radical chic en que nacieron y se cultivaron el progresismo, el pacifismo, el ecologismo y el homosexualismo católicos, y el discurso progre de la izquierda desde los años sesenta. Como he dicho en otra ocasión, los obispos a nivel individual y la Jerarquía de los últimos años en su totalidad habrán de responder ante Dios y ante la historia de su complicidad en esta crisis, y ciertamente porque en algunos casos han sido quienes la han instigado y promovido haciendo dejación de funciones en cuanto al deber de la Iglesia como Domina gentium.

2. ¿Qué convenció a Vuestra Excelencia para integrarse a la contrarrevolución tradicional católica?

¿Un hijo se quedaría cruzado de brazos viendo a su madre humillada y dejaría que los sirvientes la hicieran objeto de escarnio y vituperio, la despojaran de su triple corona y sus vestiduras reales, robasen sus joyas, vendiesen sus posesiones, la obligaran a vivir entre ladrones y prostitutas y llegaran incluso a retirarle su título real y degradarla? Un ciudadano de una nación gloriosa, ¿permitiría que su patria fuera destruida por gobernantes traidores y autoridades corruptas sin alzarse en armas para devolverle el honor que le ha sido arrebatado?

Si esto es así en el orden natural, más lo es todavía y más urgente cuando la Santa Iglesia es asaltada por sus enemigos, no sólo en las cosas temporales al subastar templos, ornamentos y objetos sagrados -como siempre han hecho a lo largo de la historia-, sino incluso en cuanto a sus bienes sobrenaturales, los tesoros de los que su divino Rey la ha dotado para la santificación de las almas, las riquezas incorruptibles de su doctrina y liturgia. Clérigos corruptos la han hecho objeto de escándalo, han adulterado sus enseñanzas, puesto en fuga su ejército y demolido las murallas que la protegían de incursiones enemigas. Las almas que, gracias a la Iglesia, estaban a salvo y acompañadas en su peregrinar terreno a la eternidad han sido rechazadas y están perdidas. Almas por las que Nuestro Señor derramó su Sangre, a las que sacerdotes infieles han abandonado y expulsado del sagrado recinto.

Quedarse impasible ante el ultraje de que es objeto nuestra Santa Madre Iglesia no es menos grave que lo que hacían los que estaban entre la multitud que presenció la Pasión y Crucifixión de Nuestro Señor y los gritos y escupitajos de sus verdugos. Porque somos hijos de Dios al ser hijos de la Iglesia, y por los méritos de Jesucristo nos restituye la Gracia y nos hace herederos del Reino de los Cielos.

En un principio, hace sesenta años, parecía que después de los trágicos sucesos de la Segunda Guerra Mundial y el horror de las dictaduras, era la propia Iglesia la que quería deshacerse de su pasado para acortar distancias entre lo que el mundo había terminado por ser y lo que quedaba de él. Aquel despojo parecía ser una concesión a una sociedad trastornada por las revoluciones y por el fin de las monarquías católicas arrastrados por una democracia que se creía que podía ser cristiana, a pesar de saber que sus supuestos valores se oponían radicalmente al concepto trascendente de la autoridad propia de la doctrina católica. En aquellos años no eran muchos los que se daban cuenta de que la evolución conciliar subvertiría el orden divino, el kosmos, sembrando el caos en la Iglesia, dando lugar a la herejía y demoliendo la ortodoxia, y aceptarían que la virtud y la honradez fueran reemplazadas por la corrupción de las costumbres.

Este proceso subversivo -del latín evertere, que significa precisamente subvertir- ha llevado a la cúspide de la Jerarquía a quienes nunca hubieran debido acceder a ésta, y emblemáticamente ha expulsado o marginado a quienes hasta entonces eran estimados y respetados. Tal ha sido el destino de numerosos obispos, sacerdotes y religiosos a quienes se impuso la revolución, presentada como una actualización que traería una primavera conciliar con un resurgimiento de la fe en pueblos agotados por un siglo de sangrientos conflictos.

Muchos creían de buena fe que lo que el cardenal Suenens había presentado con tanto entusiasmo como el 1789 de la Iglesia no era sino una fase de transición o ajuste de la que el cuerpo de la Iglesia renacería más fuerte y despierto. No fue así, como hemos visto y comprobado. La revolución conciliar no se diferenció en nada de las que hundieron reinos temporales y derribaron la fe cristiana. Todo lo contrario: suponen el cumplimiento irremediable de un plan subversivo concebido por una mente diabólica que ataca primero el cuerpo mortal para luego arremeter forzosamente contra el alma inmortal, y que para lograr su objetivo empieza por devastar la sociedad civil y continúa con un ataque implacable a la sociedad religiosa.

Desde el 13 de marzo de 2013 el cáncer conciliar ha mutado en desastrosas metástasis. Como obispo, como sucesor de los apóstoles, me he visto obligado a alzar la voz y adoptar una posición clara ante tan tremenda degradación y humillación de la Iglesia. Insto a mis compañeros en el episcopado a despertar también del sopor que los ha convertido en espectadores pasivos de esta passio Ecclessiae y en cómplices del enemigo. ¡Pónganse en pie y proclamen la verdad desde los tejados! Que los prelados supuestamente conservadores dejen de defender a toda costa el Concilio, que es la causa principal de esta masacre de almas que clama venganza al Cielo. Tomen partido antes de dejarse arrollar por la ruina común.

3. ¿Sigue celebrando la Misa nueva en alguna ocasión?

No, hace ya varios años que no celebro el Novus Ordo, y no veo cómo pueda dar marcha atrás aceptando celebrarlo aunque sea de vez en cuando.

Debo mi conversión a la Misa de los Apóstoles y al amor que profeso al venerable Rito Ambrosiano, porque en él descubrí lo que desde hacía décadas se le había arrebatado a mi sacerdocio despojándolo de una fuente de doctrina, pero más todavía de una espiritualidad y un ascetismo que sólo se encuentra en el Santo Sacrificio. En la Misa católica, el celebrante es un alter Christus no sólo porque ofrece in persona Christi, Sumo Sacerdote y víctima inmaculada a la Majestad del Padre, sino también porque místicamente es imagen de Cristo víctima. En esta íntima unión con nuestro Señor radica el alma misma del sacerdocio, el principio vital del apostolado, la regula fidei de la predicación y el poder de la Gracia para santificar almas. Y como sin sacerdocio y sin Misa no puede subsistir la Iglesia, se comprende la feroz oposición a la Misa y al sacerdocio tradicional por parte de los enemigos de Cristo, y se ve la importancia y la necesidad de permanecer fieles a tan valioso tesoro.

Volver al rito montiniano después de haber recibido la Gracia para seguir al Señor hasta el Calvario por medio de la Misa Tradicional sería para mí una traición mucho más grave que en el caso de quienes no conocen tan venerable rito.

En este punto me gustaría recordar que la cuestión de la Misa de siempre no se zanja con una evaluación formal y, por así decirlo, racional. Es la forma más perfecta en que el Cuerpo Místico adora a la Santísima Trinidad, pero es también la voz con que la Esposa se dirige al divino Esposo. Si en el orden natural para una esposa es impensable todo lo que merme su amor al esposo, y ciertamente considera ofensivo todo lo que lo ponga al mismo nivel que los demás hombres, ¿cómo se va a atrever un alma sacerdotal enamorada de Dios a permitir que las perfecciones de la esposa sean ocultadas o negadas para no ofender a sus enemigos? La Caridad no es tolerante, porque no conoce limitaciones ni concibe que puedan hacerse concesiones. Hace apenas unos días, con ocasión del enésimo aquelarre ecuménico en Kazajistán, Bergoglio denunció el fundamentalismo calificándolo de perjudicial para el diálogo interreligioso y la hermandad universal; no puede haber nada más ajeno a la verdadera Fe, y no hay nada más coherente con la mentalidad masónica que promueve la religión de la humanidad.

Aunque entiendo la difícil situación en que se encuentran muchos de mis hermanos en el episcopado y el sacerdocio, no puedo menos que exhortarlos a ser más coherentes en este sentido y abrazar la Misa de siempre sin reservas y con verdadero espíritu sobrenatural, pues esa Misa es el arma más poderosa para resolver la crisis que atraviesa la Iglesia; no se puede servir a dos señores.

4. ¿Es acertado afirmar que la obediencia, como virtud natural más que teológica, debe estar siempre y sin excepción al servicio de la Fe, y que en consecuencia podría ser pecado obedecer a modernistas que ocupen puestos de autoridad?

La obediencia es una virtud natural que se opone a la desobediencia (falta de obediencia) y al servilismo (obediencia excesiva). Ahora bien, la obediencia no se le debe a cualquiera, sino únicamente a los que están constituidos en autoridad, y dentro de los límites que legitiman su ejercicio. En la Iglesia, la obediencia está ordenada a su fin último, que es la salvación de las almas en la unidad de la Fe católica. Las autoridades establecidas para salvaguardar la Fe no pueden legislar contra ella, precisamente porque su autoridad deriva de la misma fuente, es decir el Dios y Legislador supremo, que no puede contradecirse a Sí mismo. Obedecer una orden ilegítima para complacer a la autoridad corrompe la obediencia, que deja de ser obediencia para convertirse en servilismo.

Me gustaría señalar además que quienes hoy exigen obediencia ciega, total e inmediata a los fieles son los mismos que se rebelan contra la autoridad cuando ésta es ejercida por los buenos. Los que anulan la totalidad del Magisterio en nombre del Concilio y del camino sinodal son los mismos que se rasgan las vestiduras ante quienes rechazan aceptar la revolución permanente de Amoris laetitia y Traditiones custodes. El problema, como vemos, está en la crisis de autoridad, que se niega a acatar la autoridad suprema de Dios, que es por donde se debe empezar para ser una autoridad legítima.

5. ¿Cómo respondería, en todo caso, a quienes señalan que Cristo fue obediente hasta la muerte, y que todos somos llamados a hacer lo mismo?

Nuestro Señor no obedeció al Sanedrín, ni a los sumos sacerdotes y las autoridades del pueblo que le advertían que no se declarara Hijo de Dios y por hacerlo lo condenaron a muerte. Nuestro Señor obedeció al Padre apurando hasta las heces el amargo cáliz de la Pasión: non sicut Ego volo, sed sicut Tu. Ahí está la verdadera virtud de la obediencia, en que sólo cumple las órdenes de las autoridades terrenas en orden a realizar los propósitos que las legitimizan. Así como al Sanedrín no le correspondía poner en duda la divinidad de Cristo, sino que conociendo las Escrituras tendría que haberlo reconocido como el Mesías prometido, la Jerarquía no está autorizada a exigir obediencia en cuestiones contrarias a la Fe y costumbres. Del mismo modo, imitando el ejemplo de Cristo y fortalecidos por la amonestación petrina, repetimos: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hch. 5:29).

6. Francisco ha declarado que los tradicionalistas rechazan el Concilio. Teniendo en cuenta que el 14 de febrero de 2013 Benedicto afirmó que el Concilio había sido secuestrado por los medios informativos, haciendo con ello un daño incalculable a la Iglesia y banalizando la liturgia, ¿no deberían todos los católicos rechazar el Concilio tal como lo presentaron al mundo, según Benedicto, los medios de difusión?

En primer lugar, es preciso aclarar que la contribución de la prensa a la narrativa conciliar es meramente parcial y marginal si se la compara con el contenido claramente subversivo del Concilio tal como lo quisieron sus autores. No existe el fantasma de un concilio bueno supuestamente traicionado por los modernistas. Se lo concibió de tal forma que en sustancia fuera imposible su catolicidad, disimulando sus trampas (que no tardarían en quedar de manifiesto) tras un manto de verborrea y conceptos equívocos. Si la prensa secuestró el Concilio contrariando la voluntad de los padres y pontífices, ¿cómo es que ninguno de ellos reiteró la doctrina católica ante las constantes desviaciones que transmitían los órganos de prensa? Si la trivialización de la liturgia en el periodo postconciliar fue culpa de la prensa, ¿cómo es que ningún obispo llegó a proponer siquiera que el Novus Ordo se celebrase en continuidad con el Vetus, sino que aprovechó las innovaciones del rito montiniano para fomentarlo? Si la liturgia de siempre no suponía un peligro para la nueva, ¿a qué se debe esta persecución implacable de quienes querían seguir celebrando por el rito antiguo?

En esto Bergoglio tiene toda la razón: los católicos que querían ser fieles a la Tradición rechazaron el Concilio precisamente porque era ajeno y contrario a la Tradición, que es la regla de la Fe. Esto no sólo confirma la catolicidad de la liturgia tradicional, sino también lo ajeno de la liturgia reformada al desarrollo armónico que ha conocido el culto a lo largo de los siglos: de ahí que, sustancialmente, no sea católico.

Por lo tanto, los católicos no sólo tienen el derecho sino también el deber de exigir que la Iglesia rinda culto a la Santísima Trinidad del modo más perfecto en vez de con un rito falso fruto de mentes doctrinal y moralmente desviadas y creado para agradar a los herejes y disminuir la Fe. La cuestión no es inventar una liturgia más católica que el Novus Ordo, sino sanar la gravísima herida que se infligió a la Iglesia al suprimir un rito con dos mil años de antigüedad y sustituirlo por una deplorable falsificación. Para restaurar la Iglesia será imprescindible restablecer la liturgia católica y prohibir la reformada.

7. Parece mínimamente posible que instalaran a Bergoglio en el Trono de San Pedro con vistas a socavar la teología pontificia. Al criticar a Francisco, ¿no estaremos contribuyendo a la ejecución de los mencionados planes para el papado?

Los que consiguieron que el cónclave de 2013 eligiera a Bergoglio sabían de sobra que él tenía intenciones de desacreditar el papado y humillar a la Iglesia Católica como principal consecuencia de su instalación en la Silla de San Pedro, así como de la difusión de herejías, errores morales y gravísimos escándalos. Es más, precisamente con la constante conducta de ese hombre, implacablemente llevada a cabo en los últimos diez años, el papado ha sido objeto del más grave y contundente de los asaltos por parte de quien debe al papado la autoridad que ejerce sobre la Iglesia. Ningún ataque externo a la Iglesia habría tenido el mismo efecto. Habría que decir también que la renuncia de Benedicto XVI y la monstruosidad canónica a la que dio lugar del papa emérito asestó un golpe mortal a la Iglesia y ha hecho posible que se pueda ejecutar el complot contra ella que incluía la elección de un papa que contribuiría a la ejecución de los planes de la élite mundial.

Criticar a Bergoglio por lo que hace no beneficia a sus instigadores, a la mafia de San Galo ni a la élite masónica mundialista que con toda intención lo colocó donde está. Por otra parte, la indignidad del argentino para ocupar el Trono de San Pedro es una señal evidente de la acción premeditada y maliciosa de quienes sabían muy bien que la manera más eficaz de demoler una institución consiste en una labor de descrédito llevada a cabo por quienes ejercen en ella la máxima autoridad. No se diferencia en nada de lo que sucede actualmente en el ámbito de lo civil, donde toda la clase política y dominante está corrompida y sometida a los intereses criminales de la misma élite anticristiana, que por un lado corrompe las almas con la propaganda LGTB y la ideología de género y por otro se sirve de prelados corruptos -como está haciendo en Bélgica con la bendición de parejas homosexuales- para sacar el más extremo partido a las palabras de Bergoglio, empezando por aquello de «¿quién soy yo para juzgar»?

Me gustaría dejar clara una consecuencia sumamente grave (e inevitable) de la progresiva legitimización de la doctrina LGTB y la ideología de género en la vida de la Iglesia: sabemos que el Magisterio condena los actos homosexuales como intrínsecamente perversos. Son un mal. Quienes los realizan pecan gravemente, y si no se arrepienten su alma está destinada a la condenación eterna. Esto lo enseña de manera inequívoca la Sagrada Escritura tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Pero, por el contrario, las palabras de Bergoglio y la conducta de sus cómplices están encaminadas a eliminar toda condena moral de la sodomía y los cambios de sexo. ¿Qué pasará de aquí a unos años cuando haya fieles transexuales que pidan recibir las Sagradas Órdenes? No sigo; dejaré que ustedes entiendan el abismo que se ha abierto ante nosotros.

A los que aún pretenden distinguir qué parte del magisterio bergogliano es vinculante y cuál no les digo que no hace falta repetir que aunque esa forma de abordarlo salve la doctrina de la infalibilidad pontificia, desde luego deja en mal lugar a la Iglesia, y demuestra a la vez que Bergoglio es lo menos pontificio que pueda haber. Es una realidad que perciben instintivamente los más sencillos de los fieles, de la misma manera que un órgano trasplantado es rechazado por un organismo que no lo reconoce como propio. El sensus fidei les permite entender lo mismo que el análisis de sus heréticas declaraciones a los teólogos y canonistas. El famoso buenas tardes con el que saludó desde el balcón de San Pedro el 13 de marzo de 2013 sintetiza en dos palabras el hecho innegable de que no tiene ni idea de lo que es ser papa.

8. Vuestra Excelencia ha adquirido notoriedad internacional por hablar claro contra el Gran Reinicio. ¿Cómo respondería a quienes lo acusan de dar crédito a teorías de la conspiración y dicen que lo mejor que puede hacer es callarse y dedicarse a rezar?

Rezar, rezo de todas maneras, y no veo por qué no voy a cumplir con la obligación que tengo como obispo y sucesor de los Apóstoles callando en cuanto a temas estrechamente relacionados y complementarios. Cuando mis críticas se limitaban al encubrimiento de los escándalos del ex cardenal McCarrick y las desviaciones doctrinales del Concilio, les bastaba con colgarme la etiqueta de lefebvrista para satanizarme ante los fieles; pero cuando comencé a señalar la relación entre el golpe de estado mundial perpetrado por el estado en las sombras, primero con la emergencia pandémica y ahora con la crisis energética, y la no menos subversiva elección de Bergoglio organizada por la iglesia en las sombras, no me sorprendió que me añadieran el sambenito de conspiranoico para desacreditarme ante quienes me escuchan. Para mis acusadores, el peligro es el mismo: alguien ha empezado a razonar por su cuenta y ha comprendido que hemos sido víctimas de un fraude colosal para perjudicar nuestra vida material mediante el plan de Davos y la espiritual mediante el Concilio y el proyecto bergogliano.

También me gustaría entender por qué los planes subversivos de organizaciones privadas multinacionales -verdaderas mafias organizadas y bien arraigadas en los centros neurálgicos de poder-, cuyos propios promotores anuncian con mucha antelación y que suponen la realización de los distópicos delirios de la secta masónica se puedan desestimar tildándolos de teorías de la conspiración. Si la Mafia declarase públicamente que desea exterminar a parte de la población y yo viera que se estaba organizando para hacerlo, y luego fuera testigo de que está ejecutando su plan de exterminio tal como anunció, no es que yo me invente teorías conspiranoicas; es que la mafia se siente tan segura de que se saldrá con la suya que ni siquiera tiene que disimularlo, y da de hecho por sentado que nos convenceremos a nosotros mismos –ya que nos considera inferiores– de que nuestra aniquilación es buena y deseable. De hecho, está pasando lo mismo con la ideología verde de la matrix neomalthusiana que considera al ser humano un parásito del planeta: las decisiones de la ONU, la Unión Europea y los diversos gobiernos se basan en el falso pretexto del calentamiento global con miras a deslegitimar las emisiones de carbono y legitimar la introducción de lo que llaman energías sostenibles. Y eso no es ni más ni menos que una mentira, una excusa para obligar a las masas a someterse a un dominio total y garantizar así a la élite un poder y una riqueza desproporcionados. Bien pensado, hasta los propugnadores del Concilio afirmaban que estaban poniendo a la Iglesia al día; falso pretexto, porque lo que en realidad se proponían era algo tan inmencionable como su destrucción.

Estado en las sombras e iglesia en las sombras son dos caras de una misma falsa moneda, porque uno y otra son fruto de la misma mente infernal que odia a Dios tanto en la Creación como en la Redención, y que lucha desenfrenadamente contra la vida del cuerpo y la del alma. A pesar de su satánico delirio, este sistema ha demostrado su eficacia en tanto que la gente siga aislada y abandonada a su suerte. Al mismo tiempo, saber que no están solos y compartir una misma cosmovisión y una misma Fe abre los ojos de muchos y les infunde valor y fuerzas para resistir, manifestar públicamente el engaño y aglutinar a la resistencia. Así es tanto en el ámbito civil como en el eclesiástico; no es casual que la farsa pandémica haya asociado al estado en las sombras y la iglesia en las sombras en un discurso surrealista y criminal que escandaliza a los ciudadanos y los fieles.

¿Puede V.E. decir algo sobre el papel de nuestra Reina y del Santo Rosario en estos tiempos de confusión en los que muchos hasta pueden quedarse sin Misa?

Esta entrevista concluye con una alusión a María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, hecha todopoderosa por la Gracia. En este épico combate entre la Mujer y la Serpiente antigua, el Santo Rosario es el arma más poderosa con la que debemos hacer nuestra parte como milites Christi, en virtud del Sacramento de la Confirmación que hemos recibido.

Muchos de ustedes tienen hambre de Verdad y sed de santidad, bienes eternos que tenemos a nuestra disposición por medio del Santo Sacrificio de la Misa que han podido degustar gracias a la resistencia de unos pocos prelados y sacerdotes y a la providencial decisión de Benedicto XVI mediante Summorum Pontificum. Otros, no saben lo que se pierden, porque este tesoro espiritual se les ha ocultado y robado durante mucho tiempo, pero si lo descubrieran ya no podrían prescindir de él. Por tanto, como católicos y como miembros vivos del Cuerpo Místico tenemos el debe de exigir la restituio in integrum de la Misa de los Apóstoles, y las autoridades de la Iglesia tienen el deber de no sólo concederla como privilegio, sino de reconocerla como pleno y exclusivo derecho de la ciudadanía de la Iglesia.

Pero para ello es necesario que todos nos hagamos merecedores de dicha gracia con una vida de santidad y dando valeroso testimonio de la Fe en que hemos sido bautizados. La práctica de las virtudes y el rezo constante del Santo Rosario serán lo que nos infunda fuerzas en este camino y muevan a Nuestra Señora, Abogada nuestra, a compasión para que en el restablecimiento del culto público de la Iglesia de Cristo veamos un anticipo de de la gloria eterna que nos está reservada.

(Artículo original. Traducido por Bruno de la Inmaculada)