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viernes, 27 de mayo de 2016

AMORIS LAETITIA TIENE UN AUTOR A LA SOMBRA: SE LLAMA VICTOR MANUEL FERNÁNDEZ (Por Sandro Magister)


El artículo en cuestión se encuentra dentro del conjunto de artículos que se van actualizando sobre la Amoris Laetitia. El último es el de Sandro Magister el 25 de mayo. Este mismo artículo se encuentra en el blog Miles Christi, traducido para Infovaticana por Helena Faccia Serrano. Es el que coloco en este blog, aunque usando un formato diferente.   

Jorge Mario Bergoglio -luego Francisco I- y Víctor Manuel "Tucho" Fernández
  
[NOTA: Tucho" Fernández es un apodo con el que se conocer a Victor Manuel Fernández. Proviene de Norberto "Tucho Méndez", el famoso jugador de Racing y Huracán que le amargó varias jornadas futbolísticas al San Lorenzo de su padre en los años 40 y 50].  

Son impresionantes las semejanzas entre los pasajes clave de la exhortación del Papa Francisco y dos textos de hace diez años de su principal consejero. Un doble sínodo para una solución que ya estaba escrita.  Son los párrafos clave de la exhortación post-sinodal “Amoris laetitia”. Y son también -a propósito- los más ambiguos, como demuestran las múltiples y constantes interpretaciones y aplicaciones prácticas que han tenido a continuación.
   
Son los párrafos del capítulo octavo. De hecho, abren el camino a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar. Que el Papa quería llegar a esto, es algo que es evidente para todos. Era algo que ya hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires.
   
Pero ahora se descubre que algunas formulaciones clave de la “Amoris laetitia” tienen una prehistoria argentina, copiadas tal cual de un par de artículos de los años 2005 y 2006 de Víctor Manuel Fernández, ya entonces -y aún hoy- pensador de referencia del Papa Francisco y escritor a la sombra de sus textos principales.
  
Más abajo se pueden comparar algunos pasajes de la “Amoris laetitia” con otros de esos dos artículos de Fernández. La semejanza entre unos y otros es enorme.
  
Pero antes es mejor enmarcar los hechos. En esos años Fernández era profesor de teología en la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires. En esa misma universidad se llevó a cabo en 2004 un congreso teológico internacional de profundización de la “Veritatis splendor”, la encíclica de Juan Pablo II “sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia”, decididamente crítica de la ética “de la situación”, la corriente laxista presente entre los jesuitas del siglo XVII y difundida hoy más que nunca en la Iglesia.
   
Atención. La “Veritatis splendor” no es una encíclica menor. En marzo de 2014, en uno de sus raros y muy meditados escritos como Papa emérito, Joseph Ratzinger, al indicar las encíclicas a su juicio “más importantes para la Iglesia” de las catorce publicadas por Juan Pablo II, primero citó cuatro, con pocas líneas para cada una, pero después añadió la quinta, precisamente la “Veritatis splendor”, a la que dedicó una página entera, definiéndola “de inmutada actualidad” y concluyendo que “estudiar y asimilar esta encíclica sigue siendo un deber grande e importante”.
   
En la “Veritatis splendor” el Papa emérito ve que se devuelve a la moral católica su fundamento metafísico y cristológico, el único capaz de vencer la deriva pragmática de la moral corriente, “en la que ya no existe lo que es verdaderamente mal y lo que es verdaderamente bien, sino sólo lo que desde el punto de vista de la eficacia es mejor o peor”.
   
Pues bien, ese congreso del año 2004 en Buenos Aires, dedicado en particular a la teología de la familia, se movió en la misma dirección trazada después por Ratzinger. Y fue precisamente para reaccionar a ese congreso por lo que Fernández escribió los dos artículos citados, prácticamente en defensa de la ética de la situación.
   
Esos dos artículos fueron también la causa de que la congregación para la educación católica bloqueara la candidatura de Fernández como rector de la Universidad Católica Argentina, para doblegarse años más tarde, en 2009, al entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, que hizo lo imposible para obtener el nihil obstat con el fin de que se promoviera a su pupilo.
   
En 2013, apenas elegido Papa, Bergoglio le honró nombrándolo obispo con el título de la extinguida sede metropolitana de Tiburnia. Y desterró a la Biblioteca Apostólica Vaticana al principal responsable del suspenso, el teólogo dominico Jean-Louis Bruguès, sin nombrarlo cardenal, como es tradición para todos los Bibliotecarios de la Santa y Romana Iglesia.
    
A partir de entonces Fernández pasa casi más tiempo en Roma que en Buenos Aires, atareadísimo haciendo de escritor fantasma de su amigo el Papa, sin haber aumentado mientras tanto sus credenciales de teólogo, en absoluto brillantes, desde el principio.
     
De hecho, el primer libro que reveló al mundo el genio de Fernández fue: “Sáname con tu boca. El arte de besar”, publicado en 1995 en Argentina con esta presentación al lector escrita por el propio autor:
“Te aclaro que este libro no está escrito tanto desde mi propia experiencia, sino desde la vida de la gente que besa. Y en estas páginas quiero sintetizar el sentimiento popular, lo que siente la gente cuando piensa en un beso, lo que experimentan los mortales cuando besan. Para eso charlé largamente con muchas personas que tienen abundante experiencia en el tema, y también con muchos jóvenes que aprenden a besar a su manera. Además consulté muchos libros, y quise mostrar cómo hablan los poetas sobre el beso. Así, tratando de sintetizar la inmensa riqueza de la vida, salieron estas páginas a favor del beso. Espero que te ayuden a besar mejor, que te motiven a liberar lo mejor de tu ser en un beso”.
   
Mientras que en lo que concierne la consideración que Fernández tiene de sí mismo basta una cita de hace un año, extraída de una entrevista suya al “Corriere della Sera”, en la que se mostró desdeñoso hacia el cardenal Gerhard L. Müller, prefecto de la congregación para la doctrina de la fe y, por consiguiente, examinador previo -pero ignorado desde hace tres años- de los borradores de los textos papales:
“He leído que algunos dicen que la curia romana forma parte esencial de la misión de la Iglesia, o que un prefecto del Vaticano es la brújula segura que impide que la Iglesia caiga en el pensamiento ‘light’; o bien que ese prefecto asegura la unidad de la fe y garantiza al pontífice una teología seria. Pero los católicos, leyendo el Evangelio, saben que Cristo ha asegurado una guía y una iluminación especial al Papa y al conjunto de los obispos, pero no a un prefecto o a otra estructura. Cuando se oyen decir cosas de este estilo parecería casi que el Papa es un representante suyo, o una persona que ha venido a molestar y que debe ser controlada. […] El Papa está convencido de que lo que ya ha escrito o dicho no pueda ser castigado como si fuera un error. Por lo tanto, en el futuro todos podrán repetir esas cosas sin miedo a ser sancionados”.
   
Este es, por lo tanto, el personaje que Francisco mantiene cerca de sí como su pensador de referencia, el hombre que ha puesto por escrito extensas partes de la “Evangelii gaudium”, el programa del pontificado; de la “Laudato si'”, la encíclica sobre al ambiente; y, por último, de la “Amoris laetitia”, la exhortación post-sinodal sobre la familia.
  
  He aquí, a continuación, los pasajes de la “Amoris laetitia” en los que son evidentes la copia sobre las formulaciones de Fernández de hace diez años.

Es útil leerlos teniendo presente lo que ha dicho recientemente Robert Spaemann, gran filósofo y teólogo con el que Fernández no puede ser comparado en absoluto:
“El verdadero problema es una influyente corriente de teología moral, ya presente entre los jesuitas del siglo XVII, que sostiene una mera ética de la situación; ética que Juan Pablo II rechazó, condenándola en su encíclica ‘Veritatis splendor’. La ‘Amoris Laetitia’ rompe también con este documento magisterial.
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COMPARACIÓN ENTRE LA “AMORIS LAETITIA” 
Y LOS DOS ARTÍCULOS DE VÍCTOR MANUEL FERNÁNDEZ DE HACE DIEZ AÑOS
   
Los textos con las correspondientes abreviaciones son:

AL – Francisco, Exhortación apostólica “Amoris laetitia”, 19 de marzo de 2016.

Fernández 2005 – V. M. Fernández, “El sentido del carácter sacramental y la necesidad de la confirmación”, en “Teología” 42 n. 86, 2005, pp. 27-42.

Fernández 2006 – V. M. Fernández, “La dimensión trinitaria de la moral. II. Profundización del aspecto ético a la luz de ‘Deus caritas est”, en “Teología” 43 n. 89, 2006, pp. 133-163.
   
Junto a las abreviaciones se indican, cada vez, el número del párrafo en el caso de la “Amoris laetitia” y el número de página en el de los artículos de Fernández. [Para que se pueda leer con más agilidad, el escrito de la AL está en cursiva  y el escrito de Fernández está en rojo oscuro]

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"AMORIS LAETITIA", párrafo 300: 

“Se evita el riesgo de que un determinado discernimiento lleve a pensar que la Iglesia sostiene una doble moral” (AL: 300). / 

“No se propone así una doble moral o una «moral de situación»” (Fernández 2006: 160).
    
“AMORIS LAETITIA”, párrafo 301

“Para entender de manera adecuada por qué es posible y necesario un discernimiento especial en algunas situaciones llamadas «irregulares», hay una cuestión que debe ser tenida en cuenta siempre, de manera que nunca se piense que se pretenden disminuir las exigencias del Evangelio. La Iglesia posee una sólida reflexión acerca de los condicionamientos y circunstancias atenuantes. Por eso, ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada «irregular» viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante” (AL: 301). /

 “Contando con los condicionamientos que disminuyen o suprimen la imputabilidad (cf. CCE 1735), existe siempre la posibilidad de que una situación objetiva de pecado coexista con la vida de la gracia santificante” (Fernández 2005: 42).
   
“Los límites no tienen que ver solamente con un eventual desconocimiento de la norma. Un sujeto, aun conociendo bien la norma, puede tener una gran dificultad para comprender “los valores inherentes a la norma” [Nota 339: Juan Pablo II, Exhort. ap. Familiaris consortio (22 noviembre 1981), 33: AAS 74 (1982), 121] o puede estar en condiciones concretas que no le permiten obrar de manera diferente y tomar otras decisiones sin una nueva culpa” (AL: 301)./

Cuando el sujeto histórico no está en condiciones subjetivas de obrar de otra manera ni de comprender “los valores inherentes a la norma” (cf. FC 33c), o cuando “un compromiso sincero con respecto a una norma determinada puede no llevar inmediatamente a acertar en la observancia de semejante norma” [Nota 45: B. Kiely, “La ‘Veritatis splendor’ y la moralidad personal”, en G. Del Pozo Abejon (ed.), “Comentarios a la ‘Veritatis splendor'”, Madrid, 1994, p. 737]. (Fernández 2006: 159) 
  
“Como bien expresaron los Padres sinodales, “puede haber factores que limitan la capacidad de decisión”. Ya santo Tomás de Aquino reconocía que alguien puede tener la gracia y la caridad, pero no poder ejercitar bien alguna de las virtudes [Nota 341: Cfr Summa Theologiae I-II, q. 65, a. 3, ad 2; De malo, q. 2, a. 2], de manera que aunque posea todas las virtudes morales infusas, no manifiesta con claridad la existencia de alguna de ellas, porque el obrar exterior de esa virtud está dificultado: “Se dice que algunos santos no tienen algunas virtudes, en cuanto experimentan dificultad en sus actos, aunque tengan los hábitos de todas las virtudes” [Nota 342: Íbid., ad 3] (AL: 301)

“Santo Tomás reconocía que alguien puede tener la gracia y la caridad, pero no poder ejercitar bien alguna de las virtudes “propter aliquas dispositiones contrarias” (ST I-II 65, 3, ad 2). Esto no significa que no posea todas las virtudes, sino que no puede manifestar con claridad la existencia de alguna de ellas porque el obrar exterior de esta virtud está dificultado por disposiciones contrarias: “Se dice que algunos santos no tienen algunas virtudes, en cuanto experimentan dificultad en sus actos, aunque tengan los hábitos de todas las virtudes” (íbid., ad 3) (Fernández 2006: 156).
   
“AMORIS LAETITIA”, párrafo 302

“Con respecto a estos condicionamientos, el Catecismo de la Iglesia Católica se expresa de una manera contundente: «La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales» [Nota 343: N. 1735], En otro párrafo se refiere nuevamente a circunstancias que atenúan la responsabilidad moral, y menciona, con gran amplitud, «la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos, el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales» [Nota 344: Ibíd., 2352; cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Iura et bona, sobre la eutanasia (5 mayo 1980), II: AAS 72 (1980), 546. Juan Pablo II, criticando la categoría de “opción fundamental», reconocía que «sin duda pueden darse situaciones muy complejas y oscuras bajo el aspecto psicológico, que influyen en la imputabilidad subjetiva del pecador”: Exhort. ap. Reconciliatio et paenitentia (2 diciembre 1984), 17: AAS 77 (1985), 223]. Por esta razón, un juicio negativo sobre una situación objetiva no implica un juicio sobre la imputabilidad o la culpabilidad de la persona involucrada [Nota 345: Cf. Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración sobre la admisibilidad a la sagrada comunión de los divorciados que se han vuelto a casar (24 junio 2000), 2] (AL: 302). / 

“Esto aparece de un modo explícito en el Catecismo de la Iglesia Católica: “La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales” (CCE 1735). El Catecismo menciona también la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos, o un estado de angustia (cf. CCE 2352). Aplicando esta convicción, el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos expresó que, al referirse a la situación de los divorciados vueltos a casar, sólo está hablando de “pecado grave, entendido objetivamente, porque el (p. 158) ministro de la Comunión no podría juzgar de la imputabilidad subjetiva” [Nota 42: Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración del 24-06-2000, punto 2a] (Fernández 2006: 157).

“Por otra parte, puesto que no podemos juzgar de la situación subjetiva de las personas [Nota 23: Sobre este punto algunas intervenciones recientes del Magisterio ya no dejan dudas. El Pontificio Consejo para los Textos Legislativos expresó que, al referirse a la situación de los divorciados vueltos a casar, está hablando de “pecado grave, entendido objetivamente, porque el ministro de la Comunión no podría juzgar de la imputabilidad subjetiva”: Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración del 24/06/2000, punto 2a. Igualmente en una reciente notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se sostiene que para la doctrina católica “existe una valoración perfectamente clara y firme sobre la moralidad objetiva de las relaciones sexuales de personas del mismo sexo”, mientras “el grado de imputabilidad subjetiva que esas relaciones puedan tener en cada caso concreto es una cuestión diversa, que no está aquí en discusión”: Congregación para la Doctrina de la Fe, Notificación sobre algunos escritos del Rvdo. P. Marciano Vidal, 22/02/2001, 2b. Evidentemente, el fundamento de estas afirmaciones está en lo que sostiene el Catecismo de la Iglesia Católica en el punto 1735, citado a continuación en el texto de este artículo] y contando con los condicionamientos que disminuyen o suprimen la imputabilidad (cf. CCE 1735), existe siempre la posibilidad de que una situación objetiva de pecado coexista con la vida de la gracia santificante” (Fernández 2005: 42).
   
“AMORIS LAETITIA”, párrafo 305

“A causa de los condicionamientos o factores atenuantes, es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado – que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno – se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia [Nota 351: En ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos…]. El discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites” (AL: 305). / 

“Este dinamismo trinitario que refleja la vida íntima de las divinas Personas, puede realizarse también en una situación objetiva de pecado (p. 157) siempre que, debido al peso de los condicionamientos, no sea subjetivamente culpable.(Fernández 2006: 156)”.

“[...] una “realización del valor dentro de los límites de las capacidades morales del sujeto” [Nota 46: G. Irrazabal, “La ley de la gradualidad como cambio de paradigma”, en “Moralia” 102/103 (2004), p. 173]. Hay entonces “objetivos posibles” para este sujeto condicionado, o “etapas intermedias” [Nota 47: Cf. G. Gatti, “Educación moral”, en AA.VV., “Nuevo Diccionario de Teología moral”, Madrid, 1992, p. 514] en la realización de un valor, aunque siempre orientadas al pleno cumplimiento de la norma” (Fernández 2006: 159).

 "No hay duda que el Magisterio católico ha asumido con claridad que un acto objetivamente malo, como es el caso de una relación prematrimonial, o el uso de un preservativo en una relación sexual, no necesariamente lleva a perder la vida de la gracia santificante, de la cual se origina el dinamismo de la caridad” (Fernández 2006: 158).

“Por otra parte, puesto que no podemos juzgar de la situación subjetiva de las personas y contando con los condicionamientos que disminuyen o suprimen la imputabilidad (cf. CCE 1735), existe siempre la posibilidad de que una situación objetiva de pecado coexista con la vida de la gracia santificante” (Fernández 2005: 42).

“¿No justifica esto la administración del Bautismo y la Confirmación a adultos que estén en una situación objetiva de pecado, de cuya culpabilidad subjetiva no se puede emitir juicio?” (Fernández 2005: 42).

Sandro Magister

jueves, 26 de mayo de 2016

El humo del Infierno en la Cúpula de la Iglesia Católica (Miguel Salinas, entrevistado por Javier Navascués)





Nada escapa a la Providencia de Dios. Ante la tenebrosa situación de la Iglesia y de la humanidad nos dará mucha luz comprender lo que está pasando realmente en el mundo y quién mueve los hilos de todo aquí en la Tierra. ¿Quiénes son los verdaderos enemigos de la Iglesia? ¿Cómo la combaten? ¿Cómo podemos hacerles frente?

Lo principal es la vida de oración y la fidelidad a Cristo y a la Tradición de la Iglesia. El nos dará luz, prudencia y sabiduría para seguir militando con firmeza y enarbolando su bandera con valentía.

Miguel Salinas Chávez es analista político, asesor de las Fuerzas Armadas, de la Iglesia y de representaciones diplomáticas. Fundó el Semanario Boletín de Información e Inteligencia Estratégica (BIIE) que recibe colaboraciones de expertos de todo el mundo. Está catalogado como uno de los medios más importantes de habla hispana. En esta entrevista Miguel Salinas analiza las causas de la persecución a la única Iglesia verdadera, la Iglesia Católica.

¿Por qué la Iglesia verdadera es perseguida?

En mi libro Iglesia Perseguida, Iglesia Verdadera hago un repaso histórico de las persecuciones a la Iglesia. Desde la primera comunidad cristiana, fundada en el vientre de María, estuvo amenazada por las leyes y los poderes establecidos. Esto continuó con el nacimiento y reconocimiento de Jesús como Mesías y representó una confrontación con el poder corrupto. Esta condición de ser perseguida la sufrió la Sagrada Familia y años después el mismo Jesucristo en medio de su ministerio y sus seguidores después de su muerte y resurrección. Son el signo distintivo entre la verdadera Iglesia y las desviaciones y herejías que han surgido desde su fundación misma.


Cristo mismo advirtió a sus discípulos que se prepararan para la persecución, ya que su Iglesia, la única verdadera, va en contra de los intereses del mundo y el mundo la repudiaría. Ninguna Iglesia ha sido tan perseguida como la Iglesia Católica. En ella se encuentra real y verdaderamente la presencia de Jesús a través de los sacramentos y ella es la depositaria única y legítima de su doctrina. Por eso los enemigos de Cristo la tienen como el blanco de sus ataques.

¿Quiénes son los verdaderos enemigos de la Iglesia y sus fines?

Los primeros y verdaderos enemigos de la Iglesia siempre han sido los dirigentes judíos, tanto políticos como religiosos. Ellos a su vez fueron el blanco de las palabras más duras que pronunció Jesús contra cualquier persona o grupo. Los judíos a lo largo de estos veinte siglos nunca han “perdonado” a Dios lo que ellos consideran la gran afrenta de haberles retirado su favor y su predilección cuando ellos, libre y deliberadamente, rechazaron al Mesías. Cristo, con su bendita sangre y su sacrificio, afianza una Nueva Alianza con la Iglesia que Él fundó en los Apóstoles.

En ese momento, la Iglesia Católica y la dirigencia judía quedaron en lados opuestos y estos últimos, llenos de un odio diabólico, han creado toda clase de operaciones y ataques para destruir a la Iglesia que les sustituyó en el plan divino de la Redención. Ésta es la razón por la cual crearon todas las herejías que negaban la divinidad de Cristo así como versiones apócrifas de los Evangelios que contradecían la Tradición y la Enseñanza Apostólica.

Después crearon la masonería y usaron el gnosticismo para desvirtuar la parte sobrenatural de la presencia real de Cristo en su Iglesia. Luego lanzaron contra la Iglesia el ateísmo de la Revolución Francesa, después el Comunismo y, finalmente, a lo largo del siglo XX, a través de los medios masivos de comunicación, que ellos controlan, han lanzado toda clase de ataques. Han promovido un estilo de vida completamente opuesto a lo ordenado en el Evangelio.

¿Por qué decidió escribir el libro sobre la Iglesia perseguida?

Lo hice como una necesidad de conciencia para presentar de una forma muy concreta y didáctica quiénes son los enemigos de la Iglesia, cómo han actuado, qué tácticas han usado y cómo la Iglesia se ha defendido y salido adelante. Lo hice también con la intención de que los católicos que lo lean se sientan comprometidos a tomar parte en la defensa de la Iglesia, a la que dicen pertenecer, para que salgan de su buenísimo y de su ingenuidad y vean claramente. Este será sin duda el momento más doloroso de estos dos mil años. 

También sentí la necesidad de hablar claramente y de forma directa a quienes tienen la responsabilidad de velar por los intereses y la integridad de la Iglesia, para que comprendieran cómo los veinte siglos de historia de la Iglesia están en función de este momento histórico, del cual nos toca ser protagonistas, lo queramos o no.

¿Usted cree que esta persecución a la Iglesia va a ser más cruenta en los próximos años?

Sin duda, porque los métodos son cada vez más inhumanos y cuentan con el respaldo de Poderes de Gobierno y Organismos Internacionales que los proveen de armas, recursos y logística, que hacen más efectivos sus ataques y, además, desde el plano sobrenatural, el mismo demonio sabe que le queda muy poco tiempo, por lo cual está acelerando el paso e incrementando su maldad como no se ha visto en toda la historia. Así que lo que estamos por presenciar será de una crueldad como no la hemos visto nunca y debemos estar preparados para ello a través de una profunda vida de oración, sacrificios, penitencia y vivir en estado de gracia, para que nuestras oraciones sean atendidas y dignas de ser escuchadas.

Nunca la Iglesia ha enfrentado una situación parecida en la cual el humo del infierno ha llegado a la misma cúpula de la Iglesia. Por ello esta será la más cruenta persecución, ya que se desatará de parte de la Iglesia, tomada por la masonería satánica, contra la Iglesia verdadera y legítima , que será el resto que se mantendrá fiel al Evangelio, a la Doctrina, a la Tradición y al Magisterio.

Javier Navascués

¿Conocemos todo el tercer secreto de Fátima?


Duración: 55 segundos


Relacionado con este vídeo, he encontrado un artículo muy interesante de Roberto de Mattei titulado La crisis de la Iglesia a la luz del secreto de Fátima.

He aquí unos pocos párrafos:

Cuando el 13 de julio de 1917 la Virgen anunció en Fátima que si la humanidad no se convertía Rusia difundiría sus errores por el mundo, esas palabras resultaban incomprensibles. Los acontecimientos sacaron a la luz el significado. Después de la Revolución Bolchevique de octubre de 1917 quedó claro que la expansión del comunismo era el instrumento del que Dios quería servirse para castigar al mundo por sus pecados.

Entre 1989 y 1991, el imperio del mal soviético se desmoronó en apariencia, pero la desaparición de su envoltorio político permitió una difusión más amplia del comunismo en el mundo, difusión que tiene su núcleo ideológico en el evolucionismo filosófico y el relativismo moral. La filosofía de la praxis que, según Antonio Gramsci, sintetiza la revolución cultural marxista, se ha convertido en el horizonte teológico del nuevo pontificado, trazado por teólogos como el cardenal alemán Walter Kasper y el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernándezinspirador de la exhortación apostólica Amoris Laeititia.

En este sentido, no debemos tomar el Secreto de Fátima como punto de partida para entender que está teniendo lugar una tragedia en la Iglesia, sino partir de la crisis eclesial para entender el significado fundamental del Secreto de FátimaUna crisis que se remonta a los años sesenta del siglo XX, y que con la abdicación de Benedicto XVI y el pontificado de Francisco ha experimentado una aceleración sin precedentes.


miércoles, 25 de mayo de 2016

La Amoris Laetitia interpretada por el propio Francisco (9 de 9)


Cardenal Schönborn

[Con esta entrada ponemos fin a la presentación que hizo el cardenal Schönborn sobre la AL de Francisco]

Pero a este propósito él no nos ofrece una casuística de recetas, sino que simplemente nos recuerda dos de sus frases famosas: “a los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de tortura, sino el lugar de la misericordia del Señor” (EG 44) y la Eucaristía “no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y un alimento para los débiles” (EG 44). 

[Todos somos débiles. Nadie es perfecto sino sólo Dios. Quienes van a misa y hacen oración es, precisamente, porque son conscientes de su indignidad, de su debilidad y de su necesidad de Dios … no son hipócritas sin corazón ni, mucho menos, se creen perfectos, como parece insinuar el santo Padre: un juicio que, sin embargo, no se lo aplica a los que son gays. En estado de pecado no se puede acceder al sacramento de la Eucaristía, no se puede comulgar. Y esta afirmación es Palabra de Dios: “El que coma el pan o beba el cáliz, indignamente, se traga y se bebe su propia condenación” (1 Cor 11, 29). ¡Tan sencillo como es el confesarse y admitir esa debilidad poniéndose en las manos de Dios, con la esperanza y la seguridad de que el Señor nos va a ayudar a seguir luchando contra nuestros pecados y contra todo aquello que nos separa de Él! A la gente se la engaña y esto es muy grave. Todos tendremos que rendir cuentas ante DiosNo entiendo cómo se puede hablar tan alegremente de estas cosas, tergiversando y adulterando esas hermosas palabras que son el amor y la misericordia … y que nunca, nunca, están reñidas con el amor a la Verdad.

A este respecto, hay recogido, en este mismo blog, un estudio del padre Brian W. Harrison, de título "La revolución del papa Francisco se opone a dos mil años de Tradición" que no vendría mal releer ... Continúa hablando Schönborn:]

¿No es un desafío excesivo para los pastores, para los guías espirituales, para las comunidades, si el “discernimiento de las situaciones” no está regulado de modo más preciso? El Papa Francisco conoce esta preocupación: “Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna” (AL 308). A ésta él objeta diciendo: “Ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio” (AL 311).

[Grave error es realizar este tipo de afirmaciones así, a la ligera ... Aquí no se trata de ser rígidos, sino de amar la verdad y de llamar pan al pan y vino al vino; o sea, de actuar como lo haría Jesús, del que tan poco se habla. No es rígido quien afirma que dos y dos son cuatro. No es rígido quien afirma que quien vive con otra mujer, que no es la suya, vive en estado de adulterio y de pecado y que, si quiere comulgar debe arrepentirse y cambiar su corazón, aunque le duela. Ésa será una herida que le curará y le llevará a Dios]

El Papa Francisco confía en la “alegría del amor”. El amor debe encontrar el camino. Es la brújula que nos indica el camino. Es la meta y el camino mismo. Porque Dios es amor y porque el amor es de Dios. Nada es tan exigente como el amor. El amor no se puede comprar. Por esto nadie debe temer que el Papa Francisco nos invite, con “Amoris Laetitia”, a un camino demasiado fácil. “El camino no es fácil pero es pleno de alegría”

[Así concluye la presentación del cardenal Schönborn, que puede leerse completa pinchando aquí. Véase también la primera entrada de estas nueve]

[Y, ciertamente es así, pero sólo si nos referimos al amor entendido tal y como Jesús lo entiende, que es un amor crucificadoSi quitamos la cruz y huimos de ella,  quitamos, juntamente, el amor y la alegría. No es riguroso hablar de la alegría del amor, sin más, sino de la alegría del verdadero amor, o sea, de la alegría del amor crucificadoNo hay amor más grande que el de dar la vida por los amigos”, dijo Jesús (Jn 15, 13). Y san Pablo: “Yo predico a Cristo y a Cristo crucificado” (1 Cor 1, 23a) … aunque sea “escándalo para los judíos y necedad para los gentiles” (1 Cor 1, 23b). 

La cruz fue el camino que Dios eligió para salvarnos, porque en ella el amor se autentifica y no es una palabra vacía. Ése es el único amor que nos puede traer la alegría, porque es verdadero amor. Cualquier otro amor, si no pasa por la cruz, es falso, porque el amor conlleva la totalidad. Eso es lo que se prometen los esposos al casarse: amor y fidelidad en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de sus vidas hasta que la muerte los separe. 

Quien actúa conforme a esas palabras actúa según el  Espíritu de Jesucristo y de él puede decirse, con verdad, que el Espíritu Santo anida en su alma y en su corazón. él -y a los que actúen como él- se dirigirán las palabras del Señor, cuando llegue ese momento que tanto anhelamos y que Él anhela más que nosotros mismos: “Porque has sido fiel en lo poco, Yo te confiaré lo mucho; entra en el gozo de tu Señor” (Mt 25, 23)]

José Martí 

martes, 24 de mayo de 2016

Padre harto de la ideología de género (Danny Thompson, de Arizona, en EEUU) [Contiene vídeo VIRAL]

Artículo tomado de Religión en Libertad

El pasado 13 de mayo, el gobierno de Barack Obama emitió una directiva conminando a todas las escuelas públicas de Estados Unidos a que permitan a alumnos "transgénero" utilizar los servicios y vestuarios del sexo que elijan conforme a su "identidad de género", y ello independientemente del sexo que figure en su ficha de inscripción en el centro o en su documentación personal. 


Ni siquiera se trata, pues, de transexuales que hayan obtenido un reconocimiento legal de su nuevo sexo tras una intervención quirúrgica, sino que basta la simple autodefinición por el interesado para disfrutar de ese privilegio: “No hay espacio en nuestras escuelas para la discriminación de ningún tipo, incluida la discriminación contra los estudiantes transgénero por su sexo”, declaró la fiscal general, Loretta Lynch.

Aunque la disposición no es vinculante desde un punto de vista legal, la Administración Obama ya ha transmitido que su incumplimiento podría implicar la retirada de financiación pública para el colegio que se niegue a aplicarla. La norma es además beligerante contra estados como Carolina del Norte y Mississippi, que han legislado en sentido contrario, de forma que cada cual utiliza los servicios y vestuarios que se corresponden con su sexo biológico.



Foto de Danny Thompson en su perfil de Facebook.

Un índice de la irritación de muchos estadounidenses contra esta medida ideológica impuesta por vía de amenaza lo marca el fulgurante éxito de un vídeo, basado en el sentido común, grabado en forma de selfie por Danny Thompson ante la puerta de entrada del baño femenino en los servicios públicos de un colegio. 

En apenas diez días, el vídeo en su versión original inglesa se acerca a los 27 millones de visionados en Facebook, a los que se suman 3 millones en la versión subtitulada en español.

Thompson, pastor evangélico en la Wynne Chapel de Cochise (Arizona), defiende que su postura contraria a la disposición de Obama "no es odio ni discriminacion, es sentido común".


La consecuencia de las directrices transgénero en muchos lugares donde ni siquiera hay potenciales "beneficiarios" está siendo la desaparición de los baños diferenciados por sexo.


Entrevistado por la cadena KGUN9, afirma que no tiene nada contra la comunidad transgénero ni se opone a que tengan sus propios baños y vestuarios, pero teme los abusos a los que dará lugar la nueva directriz: "No me opongo a que la gente transgénero utilice el baño, me opongo a que los chicos utilicen los servicios de las chicas y que unos y otros se aprovechen de la situación, incluidos chicos mayores con niñas pequeñas".

Danny cuenta que desde que puso el vídeo muchas personas han confrontado con él sus puntos de vista, y sólo ha recibido algunas amenazas, a las que no hace caso.


El vídeo viral de Danny Thompson

Duración 3:35 minutos

JOHN IRVING, UN HOMBRE FEMINISTA Y TONTO DE REMATE (Eulogio López)


Duración 2:05 minutos

lunes, 23 de mayo de 2016

Los cristianos no deben hacer proselitismo (tomado de Gloria TV)


Si un cristiano está convencido de que Jesucristo es Dios, verdadero y único Dios, Aquel por quien todo fue hecho cuando aún no se había hecho verdadero hombre: "Todas las cosas fueron hechas por Él (el Verbo, la Palabra, el Hijo) y sin Él no se ha hecho nada de cuanto ha sido hecho" (Jn 1, 3). 

Si un cristiano tiene fe y cree por lo tanto en las palabras de Jesús quien, después de haber resucitado y antes de ascender a los cielos, les dijo a sus discípulos: "Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 19-20)

Si un cristiano, en definitiva, se ha encontrado con Jesucristo y sabe que sólo Él es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14, 6), sería muy poco misericordioso para con los demás si intentara quedarse con esa Verdad sólo para sí mismo, además de incumplir un mandato expreso del Señor. 

Se justifica así todo el movimiento cristiano que, desde sus inicios, tuvo lugar a partir de la venida del Espíritu Santo que Jesucristo envió a sus discípulos de parte de su Padre, ese Espíritu que procede conjuntamente del Padre y del Hijo, y que es quien les dio la fortaleza que necesitaban para poder hacer frente a todas las adversidades que, sin duda, se les iban a presentar,..., incluso hasta el extremo de dar su vida, como así ocurrió. 

Por eso está justificada la Evangelización de América así como la de todos los lugares a los que llegaron los misioneros en su afán por difundir la Buena Nueva que les había sido revelada. Y, sin embargo, se pide perdón por ello. Hoy ese hacer nuevos discípulos, es decir, el proselitismo, está condenado ... porque se ha perdido la fe en Jesucristo. No hay otra explicación.

El mismo Papa Francisco dice que "el proselitismo es una solemne tontería" y su máxima número uno es "vive y deja vivir"«los que son cristianos, con la Biblia, y los que son musulmanes, con el Corán», igualando así -de hecho, aunque no se diga- todas las religiones [Véanse, si no, las intenciones de oración de Francisco para enero de este año] e incurriendo, por lo tanto, en herejía, aunque no sea formal, pues "escrito está: Al Señor, tu Dios adorarás y a Él solo servirás" (Mt 4, 10).

Como podemos ver en el siguiente vídeo así se manifiesta también Justin Welby, el arzobispo anglicano de Canterbury:


Duración 27 segundos


José Martí

Francisco versus Jesucristo (de Gloria TV)


Por lo que parece, Francisco no debe de tener muy claro el concepto de adulterio, puesto que contradice a Jesucristo. Podemos escucharlo en este corto vídeo de Gloria TV:


Duración 1:05 minutos

¿Obedecer a Dios o al Papa? (tomado de un café con Galat 18 de mayo)


Duración 3:13 minutos

sábado, 21 de mayo de 2016

La Amoris Laetitia interpretada por el propio Francisco (8 de 9)



Cardenal Schönborn

      "El discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites. Por creer que todo es blanco o negro a veces cerramos el camino de la gracia y del crecimiento, y desalentamos caminos de santificación que dan gloria a Dios” (AL 305)

[Cuando el Papa dice "en medio de los límites" yo debo de sobreentender que está hablando en cristiano y que, por lo tanto, tal discernimiento se debe realizar teniendo siempre presente la Palabra de Dios. Porque así es: el verdadero discernimiento debe de hacerse a la luz de las palabras de Jesucristo, el fundador de la Iglesia, Aquel que es la Verdad y que dijo, sin lugar a otras posibles interpretaciones: “El que se casa con otra adultera” (Lc 16, 18). En este caso concreto, y como siempre que habla Jesús, el sí es sí y el no es no. Como cuando dice: "El que no está conmigo está contra Mí" (Mt 12, 30). Conviene, por nuestro propio bien, no olvidar estas ideas evangélicas ... pues también "se cierran estos caminos de la gracia y del crecimiento" si el discernimiento no se realiza según Dios. ... El discernir bien no puede oponerse nunca a la palabra de Dios ... Y quien así discierne no es un corazón cerrado ni un fariseo, sino más bien lo contrario]

El Papa Francisco nos recuerda una frase importante que había escrito en Evangelii Gaudium 44: “un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes dificultades” (AL 305). 

[¿Qué significa la vida "exteriormente" correcta? ¿Otra vez damos por sentado que quien actúa bien lo hace sólo de cara a los demás y no de cara a Dios? Por otra parte, ¿es que existe alguien cuya vida transcurra sin enfrentar importantes dificultades? "La vida del hombre sobre la tierra es milicia" (Job 7, 1). 

Todas las personas, hombres y mujeres, atraviesan por dificultades "importantes" a lo largo de toda su vida y, en particular, de su vida matrimonial. ¿Aquellos que permanecen fieles en su matrimonio viven una vida sólo exteriormente correcta? ¿Su lucha es sólo "aparente" y, por lo tanto, insincera y menos grata a Dios? ¿Cómo se pueden hacer esas afirmaciones a la ligera, sin tener ninguna base para hablar de ese modo? 

Por otra parte, parece que los que son infieles a su cónyuge, lo hacen porque no tienen más remedio; y aparecen como víctimas, como los únicos con verdaderos problemas y necesitados de ayuda ... aunque una ayuda que, a mi entender, sólo admiten si se les dice que deben discernir "en conciencia" su actuación. El buen pastor tiene la obligación de hacerles ver que están en pecado mortal y que deben hacer todo lo posible por salir de esa situación, por doloroso que pueda ser. La auténtica ayuda no debe de ocultar la verdad. Si tal hiciera no se les estaría ayudando, por mucho que se hable de misericordia y de comprensión. No hay tal. 

Puesto que están actuando objetivamente mal ante Dios, la ayuda pasa, antes de nada, por hacerles ver que eso es así, abriéndoles los ojos a la verdad. Que intenten reavivar el primer amor de su único matrimonio válido, que es el primero. Y, en todo caso, si la convivencia con el verdadero cónyuge (que, como digo, es el primero) es imposible, por las razones que sean (razones reales), ayudarles a que mantengan una vida de oración y de relación con Dios, hacerles ver que no están solos y que, posiblemente, tengan que renunciar a vivir en la misma casa que el segundo "cónyuge" (que no es tal) si, haciéndolo, eso les llevara a mantener relaciones sexuales con él, puesto que estarían cometiendo un pecado de adulterio. 

Los mandamientos de la Ley de Dios no han cambiado. Y de su cumplimiento depende nuestra felicidad, aunque tal cumplimiento sea costoso. Dios ayuda siempre a quien tiene buena voluntad. Recordemos lo que decía el apóstol Pablo a los corintios: "Fiel es Dios que no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas; antes bien, con la tentación os dará también el modo de poder soportarla con éxito" (1 Cor 10,13). Sobre las tendencias desordenadas y la lucha personal tengo escritos dos artículos en mi otro blog. Pueden leerse haciendo clic aquí y aquí.


 Quien actúa bien no es porque todo le salga a pedir de boca y porque no tenga dificultades en su matrimonio. No conozco ningún caso de matrimonios que no tengan algún tipo de problemas -y no necesariamente sencillos- pero no todos se hacen las víctimas. Lo que no se puede hacer es legalizar como bueno lo que es intrínsecamente malo, con la excusa de que los matrimonios en los que los cónyuges son fieles es una situación deseable e ideal, pero que no todos son capaces de ello. Admitir esa posibilidad equivale a admitir que Dios pide cosas imposibles. Ya hemos visto que no es así (1 Cor 10, 13).

Y hay más: si se da pie para ello, que es lo que está ocurriendo con la AL (de ahí tanto revuelo) ... aunque fuese un solo caso, por mucho discernimiento que queramos ponerle a la situación, lo cierto y verdad es que se abría abierto la puerta para que el número de divorciados vueltos a casar aumentase de modo estrepitoso. Esa es la lógica que se ha seguido en el caso del aborto. Hay un video del padre Santiago Martín que habla precisamente de la comparación entre aborto y comunión de divorciados vueltos a casar. 



Y más aún: admitida una sola situación "irregular" ¿qué inconveniente habría en admitir cualquier otra? Es simple lógica y simple sentido común, que hoy brilla por su ausencia. Y, por desgracia, eso es lo que se desprende de esas palabras de Schönborn (¡perdón, del papa Francisco!) en su AL 305. De hecho, al día siguiente de salir públicamente la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, que fue el 8 de abril (aunque está rubricada el 19 de marzo), el Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas abrió la mano estrepitosamente ordenando ya dar la comunión a todos los adúlteros, como ejercicio de misericordia, sin que Francisco lo amonestase por ello, en absoluto.

Por cierto, el cardenal Marx (le cuadra bien el nombre) dice que los obispos alemanes harán lo que les dé la gana, independientemente de las conclusiones sinodales. Esto fue previo a la exhortación AL ... aunque, por otra parte, según tengo entendido, aunque no recuerdo dónde lo leí, es algo que ya vienen haciendo durante bastante tiempo.

Yo les recordaría a estos señores obispos que meditaran las siguientes palabras del profeta Isaías: "¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, de los que ponen tinieblas por luz y luz por tinieblas, de los que cambian lo amargo en dulce y lo dulce en amargo!" (Is 5, 20)]

En el sentido de esta “via caritatis” (AL 306) el Papa afirma, de manera humilde y simple, en una nota (351), que se puede dar también la ayuda de los sacramentos “en ciertos casos”

[Bueno, puestos a reflejarlo todo, saquemos a relucir lo que acababa de decir el Papa justamente en el punto anterior (AL 305) y que el cardenal Schönborn no ha mencionado en su presentación. Dice asÍ:

A causa de los condicionamientos o factores atenuantes, es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado —que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno— se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia.  

Y a renglón seguido, la nota 351, ya aludida, que comienza diciendo que, efectivamente, "en ciertos casos", podría darse también la ayuda de los sacramentos

Dos tremendos disparates, al menos, pueden observarse, a primera vista, que se oponen directamente a la Doctrina Perenne de la Iglesia: Primero que se puede estar en gracia de Dios en medio de una situación objetiva de pecado (de la que se es consciente; AL, 301). Segundo: Que el sujeto en cuestión, en estado de pecado, pueda recibir el sacramento de la Eucaristía, sin haber pasado previamente por la Confesión de los pecados, con el correspondiente propósito de cambio, olvidando la Palabra de Dios: "Quien come y bebe, sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11, 29). O también: "Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor, indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor" (1 Cor 11, 27). El fondo del problema se encuentra en que ya no se cree en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Ésa es la razón por la que están ocurriendo hoy tantas cosas que, en sus buenos tiempos, jamás se habrían permitido en la Iglesia Católica. 



Continuará