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miércoles, 8 de enero de 2025

La GUERRA CIVIL te la han contado MAL (Fernando Paz)


    FERNANDO PAZ


DURACIÓN 3:26 MINUTOS


Fernando Paz es historiador, profesor, conferenciante y escritor, reconocido por su especialización en Historia Contemporánea. 

Autor de una docena de libros, entre ellos Europa bajo los escombros, Antes que nadie y La neutralidad de Franco. 

Además, con La Esfera de los Libros ha publicado Núremberg: Juicio al nazismo, una obra clave en el análisis del legado del Tercer Reich. 

En televisión, ha dejado su huella como director y presentador de programas como Tiempos modernos en Intereconomía TV, dedicado a explorar la Historia, y La inmensa minoría en El Toro TV, un espacio centrado en el análisis de la actualidad. Su trayectoria lo posiciona como una referencia en el ámbito histórico y cultural.  

NUEVO CURSO de Fernando Paz:

Franco (III-a) Un balance del franquismo (Pío Moa)



Aunque es muy difícil sintetizar en unos pocos puntos la cuestión, y dada la enorme cantidad de desvirtuaciones y falsedades en torno a ella, expondremos aquí algunas líneas generales.

1. Ganada la guerra, los nacionales se aplicaron como tarea prioritaria a reconstruir el país, física y políticamente,con ánimo de convertirlo en potencia importante en Europa. Sin embargo el optimismo inicial chocó con la ingente dificultad de la herencia de hambre y la desintegración económica de la zona izquierdista. A ese problema se sumó la guerra en Europa, durante la cual Inglaterra restringió el comercio español (petróleo, plástico, fertilizantes…) valiéndose de su dominio del mar.

2. La guerra en Europa estalló, como había querido Stalin, entre Francia e Inglaterra por un lado, y Alemania por el otro. Franco la había temido porque el beneficiario evidente sería la URSS y declaró enseguida la neutralidad. No obstante existía el peligro de verde arrastrado a la contienda por invasión o presiones extremas.

3. Los nacionales (salvo los monárquicos y los próximos al episcopado) simpatizaban más con Alemania–que les había ayudado en la guerra civil y con la que no tenía España conflicto histórico– que con Inglaterra, que invadía España en Gibraltar. No obstante, Franco insistió en la reconstrucción del país, y se mantuvo al margen pese a las presiones de Hitler: solo entraría en guerra si esta era corta, algo que sabía imposible. Al invadir Hitler la URSS, cuando la victoria alemana parecía segura, Franco envió la División Azul como pago por la ayuda recibida en la guerra civil.

4. Una vez derrotada Alemania en 1945, España hubo de afrontar nuevas amenazas: soviéticos, anglosajones y otros decidieron aislarla internacionalmente. Era una medida criminal, porque España no había entrado en la guerra y porque, podía y buscaba provocar una gran hambruna en el país. No obstante, en aquel muro exterior encontró España una grieta, Argentina, y la diplomacia franquista evitó la catástrofe.

5. El aislamiento exterior se combinó interiormente con una guerra de guerrillas (el “maquis”), sumamente peligroso en aquellas arduas condiciones de hostilidad externa y de graves carencias económicas internas.No obstante, hacia 1948 el maquis estaba prácticamente vencido, aunque derrotar política y diplomáticamente el aislamiento no se lograría plenamente hasta bien entrados los años 50.

6. Pese a tantas contrariedades, el balance de esos años 40 puede calificarse de espléndido: España se libró de las matanzas y miserias del resto de Europa, se reconstruyó penosamente, pero con sus propias fuerzas, y al terminar los años 40 los indicadores económicos (consumo de energía, construcción y urbanización, enseñanza sobre todo primaria y secundaria, regadíos, repoblación forestal, tráfico aéreo, teléfonos, esperanza de vida al nacer…) superaban netamente a los del mejor año de la república. Tales éxitos frente a la hostilidad exterior y a la subversión interior no se habrían logrado sin una básica adhesión popular al nuevo régimen: el recuerdo de la república y del frente popular estaba demasiado fresco para suscitar nostalgias en la mayoría.

7. La alianza entre las potencias ganadoras de la guerra mundial no podía durar mucho, como previó Franco, vino la “guerra fría” y ante la resistencia demostrada por el franquismo Usa tuvo que avenirse a un acuerdo, dada la inestimable posición geoestratégica de España ante una posible invasión soviética de Europa occidental. Dado que Usa era la única protección real ante una posible expansión soviética, España permitió, como otros países europeos, la presencia de bases useñas, a cambio de resquebrajar el aislamiento, y finalmente España entró en la ONU en 1955.

8. La presencia useña, con sus productos industriales y culturales, influyó en España y en el propio régimen, pero este mantuvo una esencial independencia política y cultural, en relación con Hispanoamérica y sin dejarse arrastrar a guerras ajena, como la de Vietnam (Franco profetizó la derrota de Usa). Tampoco hubo reconocimiento de Israel: España había salvado a decenas de miles de judíos de la persecución nazi (los anglosajones no hicieron nada al respecto), pero luego Israel secundó el aislamiento de España, la cual encontró en cambio apoyo en varios países árabes –entonces en vías de secularización varios de ellos–. Otro respaldo fundamental contra el aislamiento fueron bastantes países hispanoamericanos.

9. Las imposiciones exteriores obligaron a organizar la economía –con notable éxito, dadas las circunstancias– sobre el modelo llamado “autárquico”, que a finales de los años 50 se mostraba agotado, como tantos otros. A finales de esa década, y superado el aislamiento, España se sumó al modelo keynesiano posterior a la II Guerra Mundial, que dio a Occidente “los treinta (años económicamente) gloriosos”, y que a su vez se agotaría poco antes de la muerte de Franco.

10. Un balance de conjunto podría ser este: en los años 40, el franquismo libró a España de las destrucciones de la guerra mundial que afectaron a casi todo el resto de Europa; el país se reconstruyó con sus propias fuerzas, sin incurrir en la enorme deuda económica, moral, política y militar del resto de Europa occidental hacia Usa; superadas con éxito las enormes dificultades y la peor hostilidad de los años 40-50, el país conoció durante quince años una de las tasas de crecimiento más rápidas del mundo.

11. El éxito económico del franquismo ha sido muy ponderado en diversas historias de la época, pero son probablemente más importantes otros logros: la superación de los odios brutales de los años 30 y la salud social. En cuanto a esta, al morir Franco España era el mejor o uno de los mejores países del mundo en cuanto a delincuencia y población penal, drogas, abortos, suicidios o estabilidad familiar, etc., y se había situado entre los tres primeros en esperanza de vida al nacer. etc. Y la población, en su inmensa mayoría, estaba reconciliada y moderada políticamente, lo que hizo posible una transición sin serios traumas, decidida popularmente a partir de la legitimidad de aquel régimen.

PÍO MOA

martes, 7 de enero de 2025

Año de Franco (II) Qué fue la guerra civil (Pío Moa)

MÁS ESPAÑA Y MÁS DEMOCRACIA


Puesto que la democracia procedió de la legitimidad del franquismo (aprobada en referéndum) y no de la ruptura con ella, y a su vez el franquismo provino de la guerra civil, es preciso empezar por esta última el análisis histórico-político.

1. Las historias de la guerra civil suelen ser una selva de datos, a menudo parcial o totalmente falsos, de juicios sobre personajes, anécdotas y relatos parciales, en los que no pocas veces se diluye lo esencial: por qué se llegó a la guerra y qué se jugaba en ella por los dos bandos. Las versiones más habituales son tres: la de la derecha tipo PP, la de la izquierda y los separatistas, y la de la derecha tradicional.

2. La versión tipo PP habla de unos grupos criminales o enloquecidos de uno y otro bando a quienes les dio por matarse entre sí, no se sabe bien por qué, y arrastrar al resto del país. La estupidez de semejante “explicación” no merece más comentario que el del asombro por que hayan podido expresarla diversos historiadores y periodistas.

3. La versión de la izquierda tiene más dignidad intelectual, aunque es perfectamente falsa: la guerra habría enfrentado a las fuerzas democráticas republicanas con las fuerzas reaccionarias que empobrecían y explotaban al “pueblo”. La tesis podría funcionar si no fuera porque los partidos “democráticos” eran principalmente un PSOE y una PCE dispuestos a imponer la llamada “dictadura del proletariado”, es decir, de ellos mismos; y porque la izquierda en general, durante la república, empobreció notablemente a los trabajadores masificando el paro y duplicó el número de muertos por hambre.

4. La versión de la izquierda empeora si atendemos a la propia guerra civil, en la que el frente popular desarticuló la economía y produjo la mayor hambre conocida en España en el siglo XX, pese a disponer inicialmente de casi toda la industria y de grandes extensiones agrarias. En cambio los “reaccionarios” aseguraron un abastecimiento suficiente para la población de su zona, aunque en la posguerra tuvieron que afrontar las consecuencias de la increíble desorganización económica de la mitad del país que había estado en manos izquierdistas.

5. La tercera versión argumenta que la guerra procedió de la rebelión de la parte sana de la sociedad para defender a la Iglesia y a España contra el desorden tiránico de una izquierda antirreligiosa y fundamentalmente comunista. Esta explicación es más demostrable que las anteriores, pero resulta un tanto roma: por ejemplo, habla de “bando republicano” identificando república y frente popular y otorgando a este la legitimidad de la primera, cuando fue el frente popular quien destruyó la legalidad republicana, haciendo inevitable la guerra. Este es un error de gran calado, que en nuestros días ha permitido la desvirtuación de la transición democrática.

6. Entender la guerra exige apreciar la composición política de los dos bandos. El frente popular se componía de dos partidos realmente fuertes y de masas el PSOE y el PCE, ambos aspirantes a transformar radicalmente la cultura e historia del país imitando a la URSS. En torno a ellos giraban los republicanos de izquierda, de representatividad y fuerza popular muy escasas, y los anarquistas, que pronto fueron desbancados. Otros dos partidos clave fueron los separatistas vascos y catalanes (PNV y Esquerra). Por ello cabe describir al frente popular como, esencialmente, alianza de partidos sovietizantes y separatistas a quienes los sovietizantes reconocían derecho de secesión.

7. El bando nacional también integraba a partidos o tendencias heterogéneas: las más visibles, aunque no las principales, las carlistas y falangistas; además monárquicos, sin apoyo popular pero sí entre el generalato y las clases altas; y católicos procedentes de la extinta CEDA, que había llegado en la república a ser el partido con más votos populares. Dado que el frente popular aspiraban en definitiva, a romper la continuidad política, histórica y cultural de España, el elemento de unión entre los nacionales puede describirse como el intento de garantizar dicha continuidad sobre la base de la unidad nacional y la cultura cristiana.

8. Tal diversidad política obligó a los dos bandos a un gran esfuerzo unificador, a fin de combatir eficazmente al enemigo. Al frente popular le unía la voluntad de aplastar al bando nacional, al que llamaban “fascista” por motivos de utilidad propagandística, pero las divergencias entre sus partidos eran tan fuertes que motivaron numerosos asesinatos y dos pequeñas guerras civiles entre ellos mismos. Los únicos con una estrategia política y militar inteligente, los comunistas, intentaron afirmar la unidad empleando a menudo el terror contra sus aliados. Sin lograr imponerse del todo, aunque sí lo bastante para sostener la guerra por cerca de tres años.

9. Las divergencias en el bando nacional también amenazaban la cohesión y la eficacia militar. Sin embargo se logró la unidad de acción entre sus tendencias o partidos sin recurrir al terror entre ellos. Su unidad fue garantizada por la parte del ejército que se le había unido, poco politizada pero disciplinada, y particularmente en el prestigio de Franco. Este había emprendido la rebelión en condiciones que –como expresó el socialista Prieto– garantizaban su derrota, pues casi todos los recursos financieros, industriales y la mayor parte de los militares habían quedado en manos del frente popular. Haber superado una situación prácticamente desesperada con unas tropas reducidas pero eficaces, dio a Franco una aureola y prestigio que hicieron indiscutibles sus decisiones.

10. Al desarrollarse la contienda en medio de las gravísimas tensiones europeas que desembocarían en la II Guerra Mundial, se produjo pronto una intervención exterior en apoyo de uno u otro bando. Los nacionales obtuvieron ayuda fundamentalmente de Italia y Alemania, también de Usa (petróleo), mientras que el frente popular la obtuvo de la URSS y en alguna medida de Francia o Méjico, también de Usa. En cuanto a Inglaterra y Francia, procuraron la “no intervención” para que las llamas de España no se cruzasen los Pirineos: menos de veinte años antes habían ganado la I Guerra Mundial, con apoyo de Usa, y procuraban mantener el statu quo salido de su victoria.

11. Mussolini y Hitler apoyaron a Franco porque no querían tener un régimen soviético y sí un aliado en la retaguardia europea. La intervención de Stalin fue más compleja: estuvo dictada por la convicción de que pronto estallaría una nueva guerra en Europa, y por la obsesión de evitar que comenzase por el este, entre la Alemania nazi y la URSS, que podría destruir al régimen soviético. En cambio, si estallaba por el oeste, entre las potencias democráticas y las fascistas, él quedaría arbitro de la situación. Entonces la guerra de España le dio la oportunidad de atraer a Francia e Inglaterra al choque con Alemania e Italia: toda su estrategia política se centró en presentar al frente popular como un régimen democrático al que debían defender obligatoriamente las otras democracias (aunque lo sostuviera la URSS, paradójicamente). Como sabemos, la obvia desconfianza de Londres y París hacia Moscú, y la victoria de Franco, frustraron esa estrategia. La cual, en cambio, tendría éxito en septiembre de 1939, solo cinco meses después de la guerra de España, mediante un Pacto germanosoviético con el que nadie había contado, y que hizo comenzar la guerra europea efectivamente por el oeste.

12. Deben señalarse diferencias de fondo entre las intervenciones fascistas y la soviética. Ni Hitler ni Mussolini llegaron a condicionar de modo algo significativo la conducción política y estratégica de Franco, mientras que Stalin, al recibir el grueso de los recursos financieros del frente popular, enviados por el PSOE, se hizo el verdadero amo de las izquierdas españolas, ayudado además por un partido comunista fanáticamente adicto a Moscú y que se convertiría en el partido hegemónico de las izquierdas. Por otra parte la policía política soviética actuaba en territorio español con independencia del gobierno izquierdista. Otra diferencia histórica muy relevante es que Hitler no había cometido por entonces los genocidios conocidos en la II Guerra Mundial, mientras que Stalin llevaba tras sí verdaderas montañas de cadáveres.

13. En resumen, el sentido de la guerra civil fue la oposición entre quienes aspiraban a sovietizar o disgregar a España en pequeños estados manejables desde el exterior, y quienes querían impedirlo a toda costa. La causa precisa de la guerra fue la destrucción de la legalidad republicana por el PSOE y los separatistas catalanes principalmente, en dos golpes sucesivos: la insurrección de octubre de 1934, planteada directamente como guerra civil, que fracasó pero dejó malherida a la república; y el fraude electoral de febrero de 1936, que le dio la puntilla, destruyendo su legalidad. Con lo que dejó a sus contrarios ante el dilema de sublevarse o ser aplastados desde el poder. El fraude electoral izquierdista abrió paso a un nuevo régimen que no llegó a consolidarse por haber perdido la guerra después de haberla provocado.

Pío Moa

25 disparates educativos, presuntamente progresistas, que nos conducen al desastre (ANDRÉS AMORÓS)




1. Sentir horror por el trabajo, el esfuerzo.

Lo encarna Lilith Verstrynge, que ha sido Secretaria de Organización de Podemos y Secretaria de Estado para la Agenda 2030: «La cultura del esfuerzo genera fatiga estructural, ansiedad y cardiopatía».

Es un error garrafal: sin esfuerzo, ni los individuos aprenden nada ni los pueblos consiguen nada valioso. Lo resume un refrán: «Pereza es llave de pobreza». No creo que ése sea un ideal progresista.

2. Despreciar la memoria.

La memoria no es algo que sirva para que se luzcan los tontos. La ensalza Montaigne: es «un instrumento de utilidad asombrosa», que debe ejercitarse y desarrollarse.

García Márquez consideraba un tesoro los poemas que había aprendido de memoria, en la escuela: un pequeño paraíso, en el que siempre podía refugiarse y que nadie le podía arrebatar. ¿Qué poemas aprenden de memoria hoy los niños, en España?

3. Olvidar la historia y la cronología.

Mi nieta, de 15 años, sabe quizá más que yo sobre la primera República española pero la pongo en un grave aprieto cuando le pregunto qué siglos comprende la Edad Media, cuándo llega a España el Renacimiento, cuál es la fecha de la Revolución Francesa. Así se lo han enseñado.

Sin saber situarlos en épocas, siglos y etapas, los acontecimientos históricos pierden su significado, se convierten en un caos. A eso ha conducido el actual desdén pedagógico por la cronología.

Y, como es bien sabido, si no entendemos la historia, estamos condenados a repetir los errores.

4. Negar la autoridad de los profesores.

Lo dijo Cervantes: «Nadie es más que otro si no ha hecho más que otro». Los que saben más de una materia son los que deben enseñarla: eso les concede autoridad moral. El «colegueo» con los alumnos que muchos profesores fomentaron no ha conducido a nada bueno.

En la película Ensayo de orquesta, Fellini muestra el caos que se produce en una orquesta cuando los músicos pretenden tocar sin director. A los sindicatos italianos no les hizo ni pizca de gracia.

5. Buscar la igualdad, no la excelencia.

Es un error básico, supone la mayor demagogia: igualar por abajo. Lo único de verdad progresista es que asciendan los que se esfuerzan, sea cual sea su origen social y su nivel económico.

6. Suprimir los exámenes, los suspensos, la repetición de cursos.

Los exámenes son antipáticos pero inevitables. Sin exigencia, los individuos y los pueblos se hunden.

A comienzos de 2020, la ministra Celaá, del PSOE, anunció que la titulación de los estudiantes «no quedará supeditada a la no existencia de materias sin superar, para que nadie se quede atrás». Los periodistas que la escuchaban tradujeron: «Aprobado general».

Eso es injusto, porque iguala a los que trabajan con los vagos. Además, desanima tanto a los profesores como a los alumnos: ¿para qué se van a esforzar, si el resultado final será idéntico?

7. Hacer depender las becas sólo de la situación económica, no del rendimiento escolar.

Lo acaba de proponer Sumar, a comienzos del año 2025: es una pura demagogia, conduce a fomentar la vagancia. Como resume la duquesa, en El Quijote: «Nadie nace enseñado».

El filósofo estadounidense Michael J. Sandel, ganador del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, ha denunciado lo que él llama «la tiranía del mérito», porque provoca la soberbia de los triunfadores y la humillación de los que no lo logran. Propone algo tan infantil como un sorteo, para decidir quiénes pueden acceder a las universidades de mayor prestigio… A esas bobadas llegan algunos presuntos sabios progresistas.

8. No aprender conocimientos, sino aptitudes.

Lo leo y lo escucho con frecuencia: «Ya que todo está en internet, no hace falta aprender nada, basta con saber cómo se hace». Igual que si se tratara del folleto de instrucciones de un electrodoméstico o de una medicina. Los más cursis lo dicen en inglés: el «know how». Es algo que conduce sencillamente a la ignorancia.

9. No estudiar, hacer trabajos.

Resignados a que sus alumnos se limiten a copiar trozos de Wikipedia, algunos profesores exigen ya que les presenten los trabajos escritos a mano: así, por lo menos, los estudiantes se habrán tomado el trabajo de copiarlos, no se habrán limitado a imprimirlos.

10. «Ninguna cultura es superior a otra».

Puede sonar muy democrático pero es un verdadero disparate. A eso conduce el multiculturalismo: vale igual la filosofía griega que un rito de los antropófagos.

Tiene esto consecuencias terribles: se busca compensar supuestos agravios, eliminando los que se consideran tradicionales elitismos. Un ejemplo claro: en una universidad inglesa, han prohibido enseñar música de todos los compositores de raza blanca. Hagan la lista…

11. Suprimir unos colonialismos que no han existido.

Los hispanoamericanos tuvieron siempre la misma consideración legal que los españoles. Igualar la labor de España en Hispanoamérica con lo que hicieron en África otros países es un dislate, aunque lo crea un ministro de Cultura.

12. Considerar anticuados los libros; lo moderno son los blogs, los resúmenes, las redes sociales.

En realidad, ninguna herramienta tecnológica ha superado al libro en riqueza de posibilidades y en sencillez de manejo. No leer libros empobrece radicalmente a los individuos, convierte a las sociedades en presa fácil de dictadores y de farsantes. Leerlos fomenta nuestro espíritu crítico, nos protege de las mentiras de la propaganda política.

Resume Cervantes, con tanta belleza como exactitud: «En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos, para darle sentido a nuestra existencia».

13. Defender que una imagen vale más que mil palabras.

Es una simpleza y una falsedad, aunque se haya repetido mil veces. Unas palabras bien elegidas constituyen un instrumento de comunicación muchísimo más rico y más complejo que cualquier imagen.

Escribió Olegario González de Cardedal: «El hombre viene al mundo con sus alforjas llenas de mendrugos de pan, unas colodras de agua y unas pocas palabras primordiales. Con ellas nombra todas las cosas… Unas pocas palabras verdaderas, nacidas de la entraña de quien habla, es lo que necesitamos».

14. No enseñar a hablar en público.

En nuestras Universidades, apenas existen ya exámenes orales.

En nuestro Parlamento, casi todos los diputados se limitan a leer lo que llevan escrito en un papel, venga o no a cuento. Cuando se salen de eso y tienen que improvisar, suele dar vergüenza escuchar las simplezas que muchos dicen y los errores que muchos cometen.

15. No enseñar a escribir.

Hasta en los periódicos más prestigiosos leemos ahora con frecuencia textos con errores graves de vocabulario, sintaxis, puntuación, significado… A nadie le extraña: ya nos hemos acostumbrado.

16. Creer que las normas académicas no valen para nada.

Rechazar esa tontería no es un prurito académico sino un imperativo de la comunicación. Cualquier ignorante pretende tener su propio estilo, escribir como quiere. El mito de la espontaneidad conduce a textos ilegibles o que acaban transmitiendo lo contrario de lo que su autor pretendía. Para romper las reglas, como han hecho los grandes artistas, primero hay que conocerlas.

17. No se debe criticar nada: todo es discutible.

El mito posmoderno de que todo vale igual es una falacia y ha traído un verdadero desastre cultural. No todo vale lo mismo: yo no escribo en prosa como Cervantes, ni en verso como Quevedo.

En un país de osados charlatanes, como es el nuestro, sigue siendo válido lo que dijo Ortega: en España, lo verdaderamente revolucionario sería que cada cual hablara sólo de lo que sabe. Quizá reinaría entonces un inmenso silencio…

18. La verdad no existe, sólo es un medio de opresión, forjado por los poderosos.

El que no cree en nada, juega cínicamente con las palabras y con las ideas, dice que lo suyo no es mentir sino cambiar de opinión. Lo vemos todos los días.

Unamuno nos muestra lo que debemos hacer, en ese caso: «¿Tropezáis con uno que miente? , gritadle a la cara: ¡mentira!, y, ¡adelante!». Nos los enseña Jesús, en el Evangelio de San Juan: «La verdad os hará libres».

19. El patriotismo es propio de fachas.

En ninguna nación civilizada se acepta esta simpleza. El país que lo creyera sería incapaz de cualquier progreso material y moral. El paletismo localista es muy malo pero carecer de raíces (o negarlas) resulta lamentable y estéril.

20. España es una nación de naciones.

Nadie sabe qué significa con exactitud ese juego de palabras. Puede aludir tanto a excelencia («actor de actores», «libro de libros») como a división en partes («cantar de cantares»). Pero sí está claro lo que ahora se pretende, al usarlo: negar la unidad de España.

21. Debemos pedir perdón a Hispanoamérica.

Con sus luces y sus sombras, lo que hizo España en Hispanoamérica es, objetivamente hablando, una de las mayores hazañas de la historia de la humanidad.

Así lo definió ya Francisco López de Gómara, en la dedicatoria a Carlos V de su Historia general de las Indias: «La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que lo crio, es el descubrimiento de Indias. Y así las llaman Mundo Nuevo».

Los murales de Diego Rivera han ilustrado para la historia del Arte, la leyenda negra de España en América

22. Todas las lenguas de España tienen igual valor.

Parece ser que existen hoy en el mundo cerca de siete mil lenguas vivas. Todas merecen respeto pero sería un disparate creer que todas ellas tienen el mismo valor cultural y social.

Como resumió Amado Alonso, el castellano se convirtió en español y éste, luego, en nuestro idioma nacional. Es la única lengua común a todos los españoles. Un separatista vasco necesita el castellano para entenderse con un separatista catalán.

23. El bable y el andaluz son lenguas de cultura.

Con todo respeto, las dos son hablas, no lenguas de cultura: no tienen una gramática propia ni una literatura considerable.

El bable es un habla derivada del antiguo dialecto astur-leonés.

El habla andaluza –resume Rafael Lapesa– reúne una serie de meridionalismos lingüísticos; se caracteriza por la entonación ágil, el ritmo rápido y vivaz, la articulación relajada. Es un habla, con sus bien conocidas variedades locales, pero no es una lengua distinta de la común, la española. Ningún español tiene problemas para entenderse, cuando va a Andalucía. Exactamente igual que sucede con el español de América.

Defender que el bable y el andaluz son lenguas obedece a motivos puramente sentimentales, de autoafirmación. En el caso del bable, además, responde a intereses económicos: ha servido para que se hayan creado departamentos, plazas de profesores, becas….

24. El franquismo sigue vivo.

Franco murió el 20 de noviembre de 1975. Los españoles que vivieron conscientemente la etapa del franquismo tienen hoy más de 70 años: evidentemente, no son la mayoría de nuestra sociedad ni tampoco los que ocupan los puestos directivos.

Alertar ahora del peligro que suponen las reliquias del franquismo es una pura operación política interesada; como define nuestro refranero, «dar lanzada a moro muerto».

25. No se debe enseñar el cristianismo.

Al margen de las creencias de cada cual, es absolutamente indiscutible que el cristianismo es una de las raíces básicas de la historia de España.

Un estado no confesional no puede ignorarlo: hacerlo supondría renegar de lo que somos y condenarnos a no entender nada de nuestra historia ni de nuestra cultura.

De la educación nacen la mayoría de nuestros males. El presunto progresismo español actual ha hecho suyos, entre otros, todos estos disparates. Así estamos.

Andrés Amorós

España en libertad con Fco. Franco: las razones de Franco vs patrañas de Sánchez y el PSOE

EL ESPAÑOL DIGITAL


Franco, el estadista, el buen gobernante, el patriota, frente a los analfabetos, corruptos y antinacionales de siempre, hoy representados por Sánchez (con la colaboración del PP), el PSOE y los secesionistas.

DURACIÓN 5:46 MINUTOS

lunes, 6 de enero de 2025

Ante el año de Franco (I) Por qué la transición (PÍO MOA)



1. Para rehuir o desviar la atención de sus responsabilidades penales, el gobierno del PSOE ha decidido hacer de 2025 algo así como “el año contra Franco”, bajo el título “50 años de libertad”, como si antes no hubiera habido libertad y como si la libertad se debiera al PSOE. Entender esta cuestión es esencial, porque está en la base de todas las políticas desde la transición.

2. La propaganda del PSOE ha presentado al franquismo como una tiranía brutal, incluso genocida, pero aquí entra su primera contradicción. Si fue así, ¿por qué el PSOE no luchó contra ella como hicieron o hicimos los comunistas, afrontando a veces serios riesgos? Al morir Franco solo había un reducido número de presos políticos, ninguno socialista o demócrata, y casi todos comunistas o terroristas. Esta realidad se ha disimulado con ampulosas retóricas antifranquistas, pero la “lucha” del PSOE contra Franco solo se volvió “heroica” mucho tiempo después de haber desaparecido su régimen. Hay que prestar gran atención a este dato, que suele ser pasado por alto.

3. Una segunda contradicción es la pretensión de que la libertad se debió en alguna medida importante al PSOE. Pero por aquellas fechas el número de socialistas era insignificante, así que muy poco pudo influir, aunque pronto el partido se inflara por muchas ayudas recibidas. Y eran personas, como es fácil comprobar, que no solo no habían hecho oposición real a la “dictadura genocida”, sino que habían hecho carrera y prosperado en ella, incluso dentro del mismo funcionariado. También este aspecto suele ser minusvalorado en los análisis e historias corrientes, y tiene gran importancia.


4. Si la oposición real al franquismo era totalitaria comunista o terrorista y no había demócratas en las cárceles, ¿de dónde podía haber venido la transición democrática? Evidentemente, solo podía haber venido de donde vino: del propio franquismo, organizada o impulsada por personas como Fernández-Miranda o Suárez, que habían sido jefes del Movimiento, o por Juan Carlos, un rey decidido por Franco. Nuevamente, esto suele olvidarse o minusvalorarse y es la evidencia decisiva.

5.- Otra cuestión es: ¿Por qué el franquismo, sin ser un régimen democrático, pudo derivar a una democracia sin haber sido derrocado? La respuesta es que el régimen se había agotado políticamente y sus cuatro partidos o familias estaban en descomposición, pero al mismo tiempo la oposición era demasiado débil y sin apoyo popular para derribarlo.

6.- ¿Cómo se produjo el agotamiento del franquismo y cuándo empezó la transición? El franquismo constaba cuatro tendencias “familias” o partidos principales: carlista, falangista, monárquico y próximo al episcopado. El lazo de unión entre los cuatro era el carácter común católico, y el régimen mismo se proclamó católico y seguidor de las orientaciones sociales del papado. Hasta el II Concilio Vaticano de los años 60, Roma y la Iglesia española habían sido un puntal esencial del régimen, pero con dicho concilio se produjo un divorcio que desahució ideológicamente al régimen. Peor aún: gran parte de la Iglesia pasó a apoyar a comunistas, separatistas y terroristas etarras. En las historias y la retóricas supuestamente explicativas sobre la reciente historia del país, este dato crucial apneas recibe la importancia que tiene.

7. Con el Vaticano II empieza realmente la descomposición del régimen, y por tanto una transición que podría haber conducido a reproducir un caos como el de la república o el Frente Popular. Este peligro lo sentían vivamente algunos sectores del régimen, que creían posible mantener el franquismo tal cual después de la desafección de la Iglesia y de la muerte de Franco. Pero los sectores decisivos del régimen constataban que la sociedad creada por el franquismo, muy mayoritariamente reconciliada, políticamente moderada y próspera, hacía muy difícil la repetición de aquella vieja historia.

8. No obstante, el peligro persistía y era doble: que la oposición que surgía no hubiera asimilado la experiencia histórica, y que intentara volver a las andadas aprovechando las dificultades y vacíos de un cambio de régimen sin precedentes. Y, efectivamente, la oposición intentó repetir algo parecido al Pacto de San Sebastián que trajo la república, agrupándose en torno al Partido Comunista en una Junta que se llamó descaradamente “democrática”, y en una “plataforma” también llamada alegremente “democrática” en torno a un PSOE todavía apenas existente pero que saltaba a la palestra con mucho más radicalismo verbal que el PCE (como había pasado en la república, por lo demás).

9. Se creó así una triple pugna entre los rupturistas, que reivindicaban una supuesta legitimidad del frente popular y por tanto una vuelta a las convulsiones del pasado; el llamado “búnker”, que creía posible mantener el régimen como si no hubiera pasado nada importante desde el Vaticano II; y los reformistas, que auspiciaban un cambio democrático “de la ley a la ley”, es decir, partiendo de la legitimidad histórica del franquismo. El cerebro de la reforma fue Torcuato Fernández Miranda. La pugna fundamental, entre reforma y ruptura, se desarrolló durante 1976 hasta culminar en el referéndum de diciembre de ese año. Los intentos rupturistas mediante movilizaciones callejeras, un intento de huelga general, cierto terrorismo y el boicot al referéndum, fracasaron. El referéndum decidió por enorme mayoría popular que la transición salida del régimen era la única salida viable, mientras tanto el búnker como los rupturistas se demostraban demasiado débiles para impedirlo y no tuvieron más remedio que resignarse de mejor o peor grado.

10. En las historias habituales sobre la época, el referéndum de diciembre del 76 apenas es tratado más que como una anécdota o un trámite, pese a su carácter históricamente decisivo, al desarmar cualquier otra opción y asegurar el tránsito básicamente pacífico y ordenado de un régimen a otro. Lo que vino después, bajo el impulso de Juan Carlos y la dirección de Suárez, requiere otro análisis. Baste aquí reseñar que Torcuato, verdadero organizador del cambio y mentor de Suárez, se vio muy pronto desasistido tanto de Suárez como del rey, y la transición comenzó a tomar un rumbo no del todo distinto, pero sí más complicado. Y dado que todo giraba y sigue girando en torno al significado histórico del franquismo, debemos seguir precisamente con ese significado.

Pío Moa

sábado, 4 de enero de 2025

España en libertad con Fco. Franco: el túnel de Guadarrama




CONSTRUCCIÓN DEL TÚNEL DE GUADARRAMA. Filmoteca Española. 1963
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DURACIÓN 9:45 MINUTOS



 El túnel de Guadarrama abierto al público Inaugurado oficialmente por Franco. 

1963 12 09 NODO 1092B

DURACIÓN 2:26 MINUTOS

RESUMEN ROSARIO UNIVERSAL DE DICIEMBRE DE 2024




DURACIÓN 4:21 MINUTOS

El PSOE tachó como 'delito' críticas de Vox al socialismo pero ahora apoya una mofa a Cristo





El PSOE apela a esa ofensa para apoyar el escarnio a los creyentes

Esta semana, la empresa pública Televisión Española emitió una ofensa a Cristo en su programa de Nochevieja, un hecho que ha provocado críticas al gobierno, que es el que controla ese medio pagado por todos los contribuyentes. Desde el PSOE han apoyado abiertamente esa ofensa a los cristianos, con un mensaje del ministro Félix Bolaños anunciando que despenalizarán el delito de escarnio a los creyentes, tipificado en el Artículo 525 del Código Penal. Bolaños ha justificado esa reforma apelando a la "la libertad de expresión y creación", pero su partido parece tener una idea muy dispar de esa libertad.

En 2020 el PSOE denunció a Vox por un 'delito de odio' contra 'el socialismo'

Así lo demuestra el propio sitio web de ese partido. El 16 de abril de 2020, el PSOE anunció una denuncia contra Vox ante la Fiscalía General del Estado, acusando a ese partido conservador de difundir "bulos" para "provocar una reacción en contra del Gobierno". Es una acusación bastante cínica viniendo de un partido como el PSOE, que viene utilizando la mentira de forma sistemática para desprestigiar a sus rivales políticos.

En su comunicado, el PSOE afirmó que "nadie, ni tan siquiera una formación política, se puede amparar en la libertad de expresión manifestada a través de la crítica política para cometer delitos". Lo más pasmoso fue leer cuál era la supuesta víctima de esos presuntos delitos denunciados por el PSOE ante la Fiscalía: el PSOE hablaba de "un delito de odio, de acuerdo al artículo 510 del Código Penal, por dirigirse contra un determinado pensamientos político, el socialismo, representado por el PSOE, y contra sus representantes en las instituciones".

El PSOE apeló a un artículo del mismo capítulo que el delito que quiere derogar

Hay que señalar que la denuncia del PSOE iba dirigida a críticas legítimas de un partido contra una ideología política. No era, como el caso de hace unos días, una ofensa gratuita contra una religión, lanzada desde una televisión pagada por todos los contribuyentes. Por lo visto, para el PSOE criticar al socialismo es "delito" pero mofarse del Cristianismo no lo es. Una descarada doble moral que ya forma parte de la tradición política del partido de Pedro Sánchez.

Por otra parte, lo curioso de la denuncia del PSOE es que el Artículo 510 está en el mismo Capítulo IV del Código Penal que el Artículo 525 que los socialistas pretenden derogar. Ese capítulo contiene diversos artículos que están referidos a los "delitos relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas". El Artículo 510 tipifica las incitaciones al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo por motivos como "la ideología, religión o creencias".

La Fiscalía archivó la denuncia del PSOE: Vox emitió una crítica legítima

Significativamente, la Fiscalía archivó la denuncia del PSOE contra Vox, al considerar que las críticas de este partido eran legítimas (de hecho, se trataba de críticas por la pésima gestión que el gobierno de Pedro Sánchez hizo durante la pandemia). Es decir, que el PSOE intentó criminalizar a Vox por criticar el socialismo, y ahora pretende darnos lecciones de "libertad de expresión", enmarcando así una clara ofensa al Cristianismo emitida por un canal estatal controlado por los socialistas. Una ofensa que tenía como fin provocar una polémica que sirviese para tapar los casos de corrupción de que afectan al partido, al gobierno y a la familia de Sánchez.

ELENTIR

viernes, 3 de enero de 2025

Una Iglesia sin Fuego, del Espíritu Santo | Fe, en Jesucristo como Verdadero Dios y Hombre



DURACIÓN 15:38 MINUTOS

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS REINARÁ EN ESPAÑA



ROSARIO EN FERRAZ RESPONDE A LAS BLASFEMIAS DE TVE

DURACIÓN 3: 04 MINUTOS


Durante la celebración de las campanadas de año nuevo en RTVE, vivimos un hecho escandaloso que en cualquier sociedad sana, habría supuesto una reacción a la altura de lo acontecido. Una señora, que las presentaba (y que la conocerán, por cierto, en su casa), enseñó una estampita. En ella aparecía la imagen del Sagrado Corazón de Jesús pero en lugar de tener la cara de Cristo, había puesto en su lugar la de una vaca. ¡¿Pero de qué va esta gentuza blasfema?! ¿Qué se creen? Que se laven la boca antes de burlarse de nuestro Señor Jesucristo. Esto es el Estado laico o aconfesional en el que vivimos. Un Estado en el que «caben todas las religiones», menos la única religión verdadera. Un Estado que llaman plural y tolerante pero en el que solo se blasfema e insulta a nuestro Creador. Una sociedad, en definitiva, que quiere matar a Cristo. ¿Para esto van dirigidos nuestros impuestos?, ¿para que chusma siniestra blasfeme con total impunidad? Esta sociedad, desde luego, ha perdido el norte, son de los mismos que tirotearon en 1936 el monumento al Sagrado Corazón de Jesús: el mismo perro con distinto collar. Pero que sepan que lo llevan claro: todos aquellos que se mofan del Sagrado Corazón de Jesús nos tendrán enfrente y en el día que mueran, como no se arrepientan, les espera un porvenir muy oscuro. El Sagrado Corazón de Jesús reinará en España y con más veneración que en otras partes y esto es lo que les duele. No penséis que es casualidad que se mofen del Sagrado Corazón, al mismo que nos consagramos como nación en 1919. Lo hacen porque le temen y quieren que el pueblo tome como burla a nuestros símbolos. Pero no, esta es nuestra bandera: la bandera del Sagrado Corazón de Jesús que todo católico debe portar y a la que defenderemos con todas las consecuencias. Que se rían de Mahoma, de la Agenda 2030 o de cualquier necio a los que aplauden y rinden pleitesía por 30 monedas de plata. ¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío! Os deseo un feliz 2025, que sea un año lleno de fe, rosarios y de servicio a Cristo, a María y a España. ¡Abajo las ideología y que viva Cristo Rey! Vamos a hacer lo que se tendría que hacer en todas las parroquias de España: rezar como reparación.

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ORACIÓN DE REPARACIÓN POR BLASFEMIA EN RTVE

DURACIÓN 1:39 MINUTOS


Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios María santísima.
Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

Si la inteligencia artificial suprime la historia, la realidad y la poesía






Gracias a la inteligencia artificial se ha abolido la realidad y se ha sustituido la creatividad. Si no lo crees, escucha estas dos historias.

- Érase una vez la fotografía que documentaba la realidad. No se puede negar la verdad, ahí está la foto que da fe de la verdad. Pero un buen día un fotógrafo neoyorquino, Philip Toledano, encargó un milagro a la inteligencia artificial. Hizo realizar fabulosas pruebas de cámara para un festival titulado Estamos en guerra, en Deauville, Normandía, en el que Robert Capa, el famoso fotógrafo, documentó el día D, el día del legendario desembarco en Normandía. Todo parecía real, las imágenes, los rostros, los telegramas. Y en cambio nada era cierto, todo era resultado de una reconstrucción ficticia de situaciones y materiales. Puro ilusionismo, el trabajo de escribir en el smartphone, con el apoyo de la IA, o más bien de la prestidigitación, como hacen los magos y prestidigitadores. 

Toledano anuncia: la idea de la fotografía como verdad se pierde para siempre. Novedad absoluta o regreso a la época anterior a la fotografía, cuando el relato, la representación pictórica, mítica, el testimonio oral transmitido debían acreditar un acontecimiento, sin certificación irrefutable. Estamos ante el surrealismo histórico, afirma el fotógrafo creativo. A partir de ahora las imágenes ya no darán testimonio de la realidad de las cosas, son maleables. Por otro lado, son tristemente conocidas las manipulaciones que se producen en la web, en las redes sociales, de rostros y cuerpos, muchas veces de menores, que se utilizan en falsas escenas eróticas.

La tarea de vigilancia de la policía postal también se vuelve difícil, porque las imágenes pasan de mano en mano y pueden modificarse, distorsionarse en el camino, hasta perder las huellas que las identifican.

Pero volviendo a las fotografías falsamente históricas: otro golpe letal a la memoria histórica, a la verdad de los hechos. Como ya sucedió en los regímenes totalitarios (Stalin hizo desaparecer de las fotografías a figuras del régimen deshonradas y eliminadas físicamente) o como sucede en las manipulaciones actuales de los servicios secretos y la desinformación cinematográfica y televisiva, hoy cualquiera puede manipular la realidad histórica y mezclar acontecimientos reales con falsificaciones. Al fotógrafo le emociona esta posibilidad de borrar la realidad o modificarla a su gusto. Se puede revertir la realidad, dice Toledano, adentrarse en lugares inaccesibles, ver cosas que nadie ha visto jamás y nunca podría haber visto. "La Inteligencia Artificial es increíblemente flexible, puede ser como un sueño o un poema". Sí, hermosa, pero la realidad no lo es, ni siquiera la verdad. ¿Deberíamos alegrarnos porque la realidad se está borrando?

- Hablando de poesía, la Inteligencia Artificial también logra simular la inspiración lírica, el genio poético. La revista Scientific Report ha publicado una investigación realizada por un equipo de investigadores del Universo de Pittsburgh: un repertorio mixto de cinco poemas escritos por grandes poetas, desde Shakespeare en adelante, fue sometido a una amplia muestra de 1600 personas escritas por ChatGpt. El objetivo era demostrar que los lectores no notan la diferencia, no saben distinguir lo real de lo falso. Y, por supuesto, el experimento tuvo éxito. Pero el engaño es doble. No sólo el declarado de versos escritos por el poeta y versos escritos por la IA. Pero el verdadero engaño es la falsa creatividad de la máquina: ChatGpt genera textos a través de algoritmos que ensamblan canciones a partir de un inmenso almacén de datos. Se pescan versos en el mare magnum del universo poético, no hay inspiración creativa. Operación matemática carente de inteligencia, montaje de alta precisión tecnológica, no inspirada en una vena lírica y creativa. No hay ningún poeta conmovido detrás de esos versos, aunque no se puede descartar que puedan producir emoción y emoción en quien los lee.

Hemos contado dos historias paralelas o quizás convergentes, en las que sucede una cosa y se producen tres consecuencias. La premisa es que se pierden los límites entre lo verdadero y lo falso, entre lo auténtico y lo falso, entre lo real y lo inventado. El usuario ya no sabe distinguir entre ambas áreas, todo queda a merced de la Inteligencia Artificial. 

Las consecuencias resultantes son de tres tipos:

La primera: la realidad, la historia, los hechos pueden ser sustituidos. 

El segundo: la creatividad, la inspiración poética, el genio, pueden ser reemplazados. 

La tercera: el hombre, como la historia y la poesía, es superfluo, puede ser sustituido. 

¿Deberíamos alegrarnos o preocuparnos por todo esto, celebrar o asustarnos, exaltarnos o deprimirnos? ¿Es esto un progreso para la humanidad o una catástrofe?

Permítanme considerarlo instintivamente; a primera vista parece más una derrota que un logro, más un fracaso que un progreso. 

Luego me recompongo, dejo a un lado el espíritu apocalíptico y trato de pensar. 

La Inteligencia Artificial es preciosa en muchos campos, a veces nos hace vivir mejor, amplía nuestras posibilidades de vida y de conocimiento

Sin embargo, bajo tres condiciones: 

La primera es que podemos distinguir lo verdadero de lo falso, la poesía de las cartas del tarot, el poeta del robot; es decir, que todavía existen medios para separar unos de otros hasta el punto de hacerlos reconocibles. 

La segunda es que el poder de la tecnología puede contrarrestarse con conocimiento crítico, inteligencia a escala humana, una cultura capaz de compensar el crecimiento de la IA y el hombre puede orientar, filtrar, gobernar y dirigir la tecnología sin ser directo al respecto. 

La tercera es que la expansión de la IA artificial puede detenerse cuando se vuelve perturbadora y peligrosa para la humanidad y el mundo. Que el hombre monte el tigre si no quiere ser arrastrado y finalmente arrollado.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Quienes niegan que Jesús existió «no niegan a Jesús, niegan la historia»: el caso de Michel Onfray



Michel Onfray (n. 1959), un filósofo francés que se define como materialista y ateo y defensor de una ética hedonista, y con varias obras publicadas en español, acaba de publicar en Francia un libro titulado La teoría de Jesús. Biografía de una idea, donde sostiene que Jesucristo no existió.

Marco Fasol, precisamente un estudioso de las fuentes históricas del cristianismo y de reliquias como la Sábana Santa, autor de Jesús de Nazaret: ¿una historia verdadera? Los Evangelios a la luz de la ciencia, le ha respondido en el mensual católico de apologética Il Timone:

Onfray no niega a Jesús, sino la historia

Hace poco se ha publicado un libro de Michel Onfray, ensayista francés, titulado La teoría de Jesús. Biografía de una idea, quien en su anterior Tratado de ateología (2005) dejaba claros sus prejuicios y su mordaz resentimiento anticlerical.


La teoría de Jesús es una improbable exhumación de hipótesis mitológicas que tienen un par de siglos de antigüedad. La frase inicial es emblemática: "Creí en Dios y en Jesús mientras creí en Papá Noel". Es realmente increíble que en el siglo XXI todavía haya quien se burle de los lectores haciendo pasar su ignorancia de las fuentes históricas por una emancipación de los cuentos infantiles.

Sólo él, después de dos mil años de cristianismo, habría logrado "descubrir" que "Jesús es una criatura ideal, que existe única y exclusivamente en el mundo de las ideas" (pág. 23). Porque "no hay nada qué hacer: desde hace dos mil años no hay ninguna prueba de la existencia histórica de Jesús" (pág. 37). Luego, reconociendo haber exagerado, concede benévolamente: "¡Toda esa evidencia fue inventada o por Helena, madre del emperador Constantino, o por quienes seguían a esa pareja infernal!" (pág. 41).

Evidentemente, el autor cree que sus lectores no saben que los Evangelios se escribieron tres siglos antes de Constantino, y luego continúa con paradojas risibles como la de "Judas ahorcado por Jesús" (pág. 193), partiendo de la tesis básica de que Jesús "es simplemente un concepto, un personaje conceptual" (pág. 148).

Ahora bien, este libro es una clara demostración de cómo la ideología, los prejuicios y el resentimiento deforman la realidad histórica manipulando, tergiversando o simplemente ignorando los documentos objetivos.

Pruebas filológicas

La ciencia histórica no puede basarse en la acritud y los prejuicios anticlericales, sino que debe hacerlo en las fuentes históricas. Examinemos pues brevemente las fuentes históricas sobre Jesús.

'Últimas noticias de Jesús' (Espasa) de José María Zavala aborda diversas pruebas históricas y arqueológicas que demuestran la historicidad de Jesucristo y del relato evangélico. Un buen antídoto a las ignorancias o falsedades de Onfray.

Cualquiera que tenga algún conocimiento de los manuscritos antiguos sabe que los textos de los cuatro Evangelios canónicos y de todo el Nuevo Testamento son miles (5.000 manuscritos griegos y 8.000 latinos), que a menudo son muy antiguos y coinciden en lo esencial, aunque, por supuesto, no faltan los errores de copia, que, sin embargo, nunca afectan al contenido esencial.

»Los Evangelios son, con mucho, el texto más documentado de la Antigüedad en cuanto a número y antigüedad de manuscritos. Pensemos que, por el contrario, de César o Platón sólo tenemos una docena de manuscritos antiguos, de Tácito sólo un par y, por ende, defectuosos.


Cualquiera que conozca los textos originales de los Evangelios -escritos en griego- sabe que el léxico y la morfología sintáctica revelan una inconfundible matriz hebrea y aramea, las lenguas habladas por Jesús en su predicación. Se trata, pues, de textos cuyos autores escucharon directamente la predicación aramea de Jesús. Todos ellos fueron escritos en el siglo I, es decir, pocas décadas después de la muerte de Jesús. Han conservado algunas decenas de palabras arameas (abbà, amen, talita kumi, effatá, hosanna) y conservan la sintaxis propia del hebreo o del arameo más de un centenar de paralelismos antitéticos, varias decenas de paralelismos sinónimos, un centenar de pasivas teológicas (la creación originalísima de Jesús), repeticiones frecuentes que ayudan a la memoria, según una técnica tradicional propia del judaísmo y ajena al griego.Un origen tardío o mitológico de los Evangelios es insostenible en el plano filológico.

Criterio de concatenación

Evidentemente, el "lumbrera" de Onfray se cuida de no informar de estos rastros arameos incontrovertibles que refutan su ideología. Y también se cuida de no comparar el número de manuscritos del Nuevo Testamento con el de los autores paganos.

Luego llegamos a la investigación histórica sobre el núcleo genético del Evangelio: el relato de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Onfray ignora por completo el criterio histórico objetivo de la explicación necesaria o la concatenación de los acontecimientos. Los historiadores de las últimas décadas han desarrollado este criterio, que resulta muy claro cuando se aplica a la "madre de todos los milagros" que es la resurrección de Jesucristo.

Este criterio puede formularse así: "Si, ante un conjunto de hechos que requieren una explicación coherente y suficiente, se ofrece una que ilumine y agrupe armónicamente todos esos elementos (que de otro modo seguirían siendo enigmas), entonces estamos en presencia de un dato (hecho, palabra) auténtico" (René Latourelle).

Un documental muy completo del sacerdote Álvaro García de Movellán sobre la autenticidad de los Evangelios.

El historiador debe partir de una certeza histórica derivada de todas las fuentes disponibles: Jesús murió en la cruz. Este acontecimiento está atestiguado por los 27 libros del Nuevo Testamento, por Flavio Josefo y Tácito, y por todos los primeros escritores cristianos.

Después de este espantoso suceso podemos comprender fácilmente el desconcierto psicológico y teológico de los discípulos en la tarde del Viernes Santo. No entendían por qué Dios había permitido esta muerte vergonzosa. Los discípulos se habían encerrado en el Cenáculo. No tenían recursos humanos para volver a levantarse. Con la sepultura del Maestro, habían quedado sepultadas también sus esperanzas. En este punto, un historiador objetivo puede recurrir a la prueba por reducción al absurdo, por analogía con la demostración de los teoremas matemáticos.

La prueba por reducción al absurdo

Por la vía de lo absurdo intentemos borrar la resurrección de Jesús de la historia; imaginemos por un momento que nunca ocurrió, que fue una invención de los discípulos. Examinemos lo que nos dicen las fuentes históricas sobre los acontecimientos posteriores. Todo el mundo -creyentes y no creyentes- reconocen que, al cabo de sólo tres días, los discípulos aparecieron radicalmente cambiados e iniciaron la mayor revolución ética y teológica de la historia. Es un vuelco inexplicable si se borrara el encuentro con el Resucitado. Anuncian a Jerusalén y al mundo entero que el crucificado, humillado, azotado y escarnecido es el único Dios verdadero.

Nótese que todos ellos eran judíos observantes, monoteístas de toda la vida. Nunca, jamás, habrían soñado con predicar la divinidad de un hombre a menos que tuvieran pruebas firmes, capaces de hacer añicos sus convicciones más profundas. Muchos de ellos murieron mártires para dar testimonio de ello.

Un cambio tan radical, del desconcierto del Viernes Santo a la proclamación entusiasta, sólo es históricamente comprensible si los discípulos vieron realmente algo extraordinario. Y todas las fuentes nos dicen que realmente se encontraron con Jesús resucitado, que les explicó el significado de su muerte y el valor ético de su victoria, no con la espada, sino con el amor y el perdón.

En conclusión, si un historiador suprimiera los encuentros del Resucitado con los discípulos, no sólo amputaría todos los documentos, sino que convertiría en absurdo e incomprensible el paso del Viernes Santo al Domingo de Resurrección. Corresponde al lector elegir entre la teoría del "mito de un Jesús conceptual" y la investigación de la ciencia histórica sobre los documentos y el criterio de concatenación de los acontecimientos.