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martes, 26 de septiembre de 2023

Abascal ha avisado a Feijóo de que VOX estará a su lado si pone distancia infinita con este Gobierno y con los enemigos de España.



DURACIÓN 32:40 MINUTOS

Sánchez amenaza al Rey con un referéndum consultivo, entre monarquía y república si no le otorga la investidura (Eulogio López)



Juan Carlos I está en España y La Moncloa ha prohibido al pacato y timorato jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, que la fiesta familiar con motivo del juramento de la Constitución por parte de la futura Reina, Leonor de Borbón, se celebre en Zarzuela. Por tanto, se celebrará en el Pardo. En definitiva, Moncloa teme a Juan Carlos I y prohibe que entre en Zarzuela. Entró en su primer viaje y no ha vuelto a hacerlo.

La mera presencia de Juan Carlos I en España estos días demuestra el miedo que le tiene el PSOE: prohíbe a Alfonsín que Juan Carlos I pise La Zarzuela

Sánchez amenaza al Rey con un referéndum consultivo, entre monarquía y república si no le otorga la investidura.

Pero mucho más relevante es que el nuevo viaje de Juan Carlos I a España coincida con el debate de investidura de Alberto Núñez Feijoó. Felipe VI sopesa, por primera vez, no nominar a Pedro Sánchez para formar Gobierno. Sí, ya sé que resulta difícil de creer, dada la historia acomodaticia del actual monarca. Ahora bien, Felipe VI puede no ser el rey más osado pero no es tonto, sabe que esta vez el Frente Popular que plantea Pedro Sánchez es aún más radical que el que lleva gobernando desde hace cinco años.

El anterior monarca asistirá a la fiesta familiar de su nieta ... en El Pardo, no en Zarzuela
Felipe VI podría, por ejemplo, dejar pasar los dos meses de plazo hasta que resulte preceptivo convocar elecciones.
Sánchez lo sabe. Por eso ha vuelto a cruzar la línea roja. En otras palabras, el Gobierno socialista ha dado un paso más hacia el abismo y ahora amenaza al Rey con que, o bien nomina a Sánchez para formar gobierno, o promulgará un referéndum entre monarquía y república. Un referéndum consultivo, naturalmente, pero que no deja de ser un ataque en toda regla a la dinastía borbónica, pues pone en solfa el sistema monárquico.

Eulogio López

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Si Felipe VI se atreviera a plantarle cara a Pedro Sánchez, los españoles le estaríamos muy agradecidos; y entonces - y sólo entonces- en caso de que Sánchez cumpliera con su amenaza del referendum ... se encontraría con unos ciudadanos cansados de sus mentiras que, aunque no fueran demasiado monárquicos, se decantarían por votar Monarquía antes que República ... con tal de quitarse a Sánchez de en medio; y, sobre todo, porque habrían visto que, aunque tarde, el Rey habría salido de su comodidad y habría dado la cara. No se puede olvidar que Felipe VI es Capitán General de todas las Fuerzas Armadas del Ejército de España. Ahora mismo tiene en sus manos el futuro de España como nación y el fin o la continuidad de la Monarquía en España.

Tal vez deberíamos de rezar, con fuerza, por el Rey, para que tome la decisión justa, sin miedo de ninguna clase. Se trata de una situación excepcional que requiere adoptar medidas excepcionales.

Nuestra SUPERFICIALIDAD (Padre Javier Olivera Ravasi)



Hay un mal argentino que, no por ser argentino resulta exclusivo de nuestra nacionalidad. Y es la superficialidad. Por eso, al menos cada tanto, conviene predicar sobre el tema.

Pero: ¿a qué nos referimos? A ese vicio tan contrario a la humildad que, en vez de poner sus raíces en lo esencial, en el humus del espíritu se vuelve hacia la terra, hacia lo terreno e insignificante de la planicie.

Estamos hablando acerca de ese error habitual que nos impide ir a la esencia de las cosas para quedarnos en las apariencias, tanto de lo humano como de lo divino.

La superficialidad es ese hábito de quedarse en el fenómeno, en lo que brilla o reluce, dirían los griegos, tan típico de la cultura moderna, carente de interioridad y -por eso mismo- amiga de los budismos y orientalismos de moda que muestran una pseudo profundidad.

El superficial percibe sólo lo aparente, no nutriéndose de la realidad, sino de su cáscara.

Algunos dicen que, al igual que el sanguíneo, el superficial “no penetra hasta lo profundo, ni ve el todo. Más bien se contenta con la superficie o con una parte del todo. Amigo de trabajos fáciles, vistosos, que no exigen demasiada labor, resulta casi imposible de convencer de este defecto suyo: de que es superficial”.

Porque el superficial todo lo juzga superficialmente: incluso cuando le dicen que es superficial…

Este vicio tan nuestro nos hace inconstantes, cambiantes, caprichosos y frívolos en el trato; pero no sólo en nuestras relaciones conmutativas, sino incluso distributivas: vivimos en la superficie con los amigos y con el mismo Dios uno y Trino.

Y este defecto resulta, a la corta o a la larga, un horrible escollo para crecer en la vida espiritual.

1) Pero, ¿cómo se muestra este defecto?

a. En primer lugar, el superficial, busca la apariencia de las cosas, lo fugaz, lo intrascendente e innecesario. Se queda en la epidermis de la realidad, nunca bajando al humus. Y la más de las veces se manifiesta en el valor que se le da a lo accesorio y externo

– “Dime de qué te precias y te diré de qué careces” –reza el refrán.

Porque el superficial intenta adornar desmesuradamente su exterior, para ocultar su interior.

No tiene nutrientes, sólo hinchazones:

“Le tuvieron lástima al Matungo, que ya no podía con los huesos, y en pago de sus doce años de tiro lo soltaron para siempre en un alfalfar florido. El alfalfar era un edén caballuno, extenso y jugoso, y Matungo no tenía más que hacer que comer a gusto y tumbarse en la sombra a descansar después, mirando estáticamente revolotear sobre el lago verde y morado las maripositas blancas y amarillas.

Y sin embargo Matungo no engordó. Era muy viejo ya y tenía los músculos como tientos. Echó panza sí, una barriga estupenda, pero fuera de allí no aumentó ni un gramo, de suerte que daba al verlo, hundido en el pastizal húmedo hasta las rodillas, la impresión ridícula de un perfil de caballete sosteniendo una barriga como un odre.

-¡Qué raro!

-No crea. Lo mismo le pasa a mucha gente. Al que lee mucho y estudia poco, al que come en grande y no digiere, al que reza y no medita, al que medita y no obra.

Flacos y barrigones…”

(P. Leonardo Castellani)

Es así nomás: el superficial es flaco y barrigón.

b. El superficial es, además, incapaz de aprender de las lecciones, porque nunca forja una experiencia adecuada de la realidad; nunca llega a convertirse en “un hombre de experiencia”. La memoria del pasado en cuanto pasado no le da “lecciones”, sino sólo “hechos”, “cosas pasadas”, porque hasta las acciones pretéritas quedan para él en la superficie. No hay ni heridas, ni gozos, ni tristezas que le enseñen a tener ojos mejores. Consecuencia de todo esto será su pobreza de discernimiento: porque nunca aprende del pasado…

c. El superficial es, además, inconstante: evita implicarse a fondo en cualquier tema, tanto en el ámbito amoroso, como profesional o espiritual. Ama emprender obras pero jamás se ata a ninguna, dejando siempre la puerta abierta para abandonar el partido cuando las papas quemen. En el plano del amor, es un “Don Juan Tenorio”; en el de la Fe, es un San Pedro de la noche de Jueves Santo que le dice a la sirvienta acusadora: “¡Mujer! ¡Te aseguro que no lo conozco!”.

Actúa como las abejas: desflora las rosas para pasar rápidamente a otras. Todo en él es explosivo, imprevisto, aniñado… Sólo hace lo que “le divierte”.

Habla con sus semejantes y hasta con Dios, pero pensando siempre en la próxima cosa que tiene que hacer.

2) Algunas raíces de la superficialidad

Claramente, deben existir algunas causas o raíces que predispongan a una vida epidérmica.

a. En primer lugar, un estilo de vida demasiado sensual, cómodo y poco mortificado

No nos referimos aquí a que debe uno convertirse en estoico o espartano, pero ciertamente la falta de moderación en los placeres del cuerpo vuelcan al hombre hacia lo corporal, debilitando su capacidad intelectual; es decir: nos vuelven torpes e incapaces de penetrar y entender la realidad en su profundidad. De allí que, la mayoría de las veces, la superficialidad nazca de la falta de austeridad en nuestra vida.

b. En segundo lugar, el miedo

No nos referimos aquí a cualquier clase de miedo, sino a aquél, muy específico, que nos retrae de todo tipo de compromiso. El superficial es incapaz de comprometerse siquiera con un partido de ajedrez a la semana. No-puede, porque no-quiere.

c. En tercero y último, la vanidad o el vivir del “qué dirán”

Porque el que vive “de cara al mundo”, buscando su aprobación, necesariamente privilegiará sus apariencias. Al contrario, el despreocupado del qué dirán tendrá un corazón indiviso y vuelto hacia Dios y, hacia Dios que está en el prójimo.

3. Los remedios contra la superficialidad

Digamos que, aunque parezca paradójico, resulta muy difícil lograr que una persona superficial comprenda que es superficial. Porque, si lo entendiera, su misma respuesta sería análoga a su carácter:

– “¡Y bueno!¡seré superficial y listo!” – dirá.

Pero apostemos a la buena intención y busquemos un remedio. La solución, habiendo visto las raíces, se encuentra en la principal de las virtudes cardinales, la virtud de la prudencia, esa reina de las virtudes que regula de manera conveniente y ordenada las acciones para llegar al fin propuesto. Es a partir de algunas de sus partes que podrá comenzarse a remediar la superficialidad:

a. Será importante guardar memoria de lo pasado. No para mortificarnos, sino para meditar y aprender las lecciones a partir de los yerros y aciertos, propios y ajenos.

b. La docilidad, es decir, el dejarse enseñar, el “saber dejarse decir algo”, como dice Pieper. Porque uno se hace prudente en la medida en que escucha a los prudentes, de allí que Santo Tomás diga: “En las cosas que atañen a la prudencia, nadie hay que se baste siempre a sí mismo”.

Y algo parecido nos narran las Sagradas Escrituras:

“No te apoyes en tu prudencia” dice el libro de los Proverbios (3,5),

“Busca la compañía de los ancianos y si hallas a algún sabio, allégate a él” (Eclesiástico 6,15).

c. La circunspección, es decir, el estar atento a las circunstancias, a lo que pasa a nuestro alrededor. Es el saber ubicarnos y tomar conciencia de nuestro ser; frente a qué y a quién estamos parados.

Como ejercicio práctico, quizás podría servir el nutrirse de la sabiduría de los grandes libros, meditándolos. La lectura pía, atenta y devota de la Biblia, especialmente de los libros sapienciales (Salmos, Proverbios, Sabiduría, etc.) podría ayudar muchísimo a un alma que busca el humus y no la terra.

La meditación de las postrimerías, además, ayudarían también a despertar de este sueño de la vida, como dice la copla:

“Muerte, juicio, infierno y gloria,
ten cristiano en la memoria”

Quizás por eso el gran San Ignacio, cuando despedía a San Francisco Javier, le decía en boca de Pemán:

No te acuestes una noche
sin tener algún momento meditación de la muerte y el juicio,
que a lo que entiendo, dormir sobre la aspereza de estos hondos pensamientos
importa más que tener por almohada, piedra o leño.


* * *

Pongámonos en manos de Dios, con nuestras superficialidades y banalidades, haciendo lo necesario de nuestra parte, para que Él complete el resto y recordando lo que San Pablo decía a los corintios: “pasa la escena de este mundo” (1 Cor 7,31).

P. Javier Olivera Ravasi, SE

Padres ¡revisad los libros de religión católica! | Alicia Beatriz Montes Ferrer



Recientemente he podido ver en algún medio digital así como en RRSS que se ha levantado una pequeña voz debido a que en un libro de Religión católica de primaria se ensalza la labor del fundador de la ONG Open Arms. Los que nos hemos detenido alguna vez en analizar a qué se dedica realmente esta organización, sabemos que empuja la entrada de inmigrantes ilegales a los que “sueltan” en los países que los acogen y acaban, en su inmensa mayoría, siendo presas de bandas violentas, de drogas, prostitución y delincuencia…

Sin restar importancia a este capítulo que aparece en los libros de religión católica, y teniendo en cuenta que prácticamente todas las ONGs tienen un trasfondo muy oscuro, he de decir que es una verdadera minuciosidad en comparativa con lo que podemos hallar en todos y cada uno de los libros de esta editorial, en concreto de SM, es decir, de la Fundación Santa María. Una editorial católica que se ha diluido en un mar de ideologías progresistas anticristianas.

Sin embargo, no vaya a pensarse usted que esto es reciente… Por desgracia para todos los que aún tenemos la valentía de seguir confesándonos cristianos católicos y matriculamos a nuestros hijos en esta asignatura, el adoctrinamiento está servido hace unos cuantos años atrás. Ciertamente ahora con más descaro y apoyado por el nuevo currículo de religión católica[1] publicado el curso pasado que es un calco a los postulados de la tan mencionada Agenda 2030. No queda más opción que pensar que la Conferencia Episcopal española ha roto hace tiempo con los valores católicos que debería defender y transmitir.

Rondaba el mes de septiembre del año 2018, empezaba un nuevo curso escolar cuando yo, maestra de religión católica en un centro público de infantil y primaria, recibí los nuevos manuales de mi asignatura de la editorial anteriormente citada, SM. Comencé a echar un vistazo para programar el nuevo curso y mi sorpresa fue cada vez mayor conforme indagaba más y más en los contenidos de sus páginas. Dado que los errores doctrinales, ideologías y autores heréticos iban en aumento, no me quedó otra alternativa que ir apuntando todas y cada una de las actividades de cada tema de cada curso, de modo que, tras ir analizando profundamente todo, obtuve como resultado un informe.

Dicho escrito fue enviado el curso siguiente a todos los delegados de la educación católica de Andalucía para que pusieran al corriente a los docentes de sus diócesis, fue difundido por diversas RRSS del ámbito educativo católico y publicado en algunos medios de comunicación digitales[2]. Participé en un par de programas de canales de YouTube explicando los contenidos de los libros de religión católica de SM, e incluso me llegó un comunicado amenazador de dicha editorial.

Aunque pudiera parecer a priori lo contrario, nada de esto hizo que esos libros fueran retirados o revisados. Al cabo del tiempo quedó en el olvido no sin antes haber podido comprobar que no pocos docentes de esta asignatura aprueban y abrazan muchos de los ideales que se muestran en esos manuales totalmente en contra de la doctrina católica. Recibí muchas felicitaciones por el trabajo que me llevó varios meses llevar a término, pero también saboreé el desprecio que se muestra a todo aquel que no entra por el maldito aro de la agenda 2030. Sin duda, quedó más que demostrado, que esta editorial está al servicio de los Objetivos que nos pretenden imponer para llevarnos a un nuevo orden mundial muy alejado de la libertad y dignidad de las que Dios nos ha otorgado.

Han pasado 5 años desde entonces, he creado mi propio material y este curso que tocaba renovar los libros no los he pedido para mi centro educativo. Me consta que
SM no es la única editorial que está introduciendo los temas del género, la multiculturalidad, el ecumenismo, el miedo al cambio climático, la inmigración y el ecologismo como la nueva religión sustituta del cristianismo… y como guinda del pastel, en SM tenemos la Teología de la liberación marxista en la que Jesús se nos muestra como el salvador de las injusticias de este mundo como podrían ser las discriminaciones que tan de moda están por motivos del género o por ser mujer, así como se muestra la imagen de una Iglesia semejante más a una ONG que a ser sacramento de nuestra salvación.
Yo poco puedo hacer por paralizar esta locura desde mi pequeño rincón en un colegio lleno de niños que saltan, ríen y juegan, ignorantes del adoctrinamiento al que están siendo sometidos. Paco puedo hacer si los padres siguen mirando a otro lado, si no se responsabilizan de lo que sus hijos están recibiendo entre esas paredes en las que dejan a sus hijos bastantes horas en manos de unos docentes en los que confían, pero que quizás les puedan sorprender dados sus pensamientos progresistas que profesan abiertamente.

Padres, revisad los libros de religión católica impregnada de la Agenda totalitaria, defended nuestra religión, el último baluarte que puede salvar a su hijo de las garras enemigas que merodean constantemente amenazando con herir de muerte su alma inocente.


El informe se puede encontrar en este enlace[3].[4]


Alicia Beatriz Montes Ferrer | Casada, madre de 6 hijos, máster en Ciencias de la Familia, maestra de religión católica y socia voluntaria de las asociaciones Libertas y ECA y colaboradora de la asociación Enraizados.



¿Poder al pueblo o monarquía absoluta? Las contradicciones de Francisco (por Sandro Magister)



Están aflorando muchas contradicciones en la Iglesia Católica. Por un lado, se celebra un Sínodo sobre la sinodalidad, que extiende la participación en el gobierno de la Iglesia mucho más allá del Papa y de los obispos, también a sacerdotes, religiosos y laicos, hombres y mujeres. Pero, por otro lado, se asiste a un ejercicio de los poderes papales por parte de Francisco, más autoritario y monocrático que nunca.

Con una novedad adicional extemporánea, anunciada el 11 de septiembre por el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el argentino Víctor Manuel Fernández, quien, respondiendo por escrito a las preguntas de Edward Pentin para el “National Catholic Register”, asignó a Francisco “un carisma particular para salvaguardar el depósito de la fe, un carisma único, que el Señor dio sólo a Pedro y a sus sucesores”, pero del que nadie jamás había tenido noticias.

Se trata de “un don vivo y activo”, explicó Fernández, “que actúa en la persona del Santo Padre. Yo no tengo este carisma, ni lo tiene usted ni tampoco el cardenal Burke. Hoy sólo lo tiene el papa Francisco. Ahora bien, si usted me dice que algún obispo tiene un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entramos en un círculo vicioso (en el que cada uno puede decir que posee la verdadera doctrina) y esto sería herejía y cisma. Recuerde que los herejes siempre creen conocer la verdadera doctrina de la Iglesia. Lamentablemente, hoy caen en este error no sólo algunos progresistas, sino también, paradójicamente, algunos tradicionalistas”.

Es difícil pensar en una extensión aún más desmesurada de la infalibilidad del Papa en materia de fe, afirmada por el Concilio Vaticano I dentro de límites extremadamente estrictos. Y, de hecho, el nuevo dogma inesperadamente enunciado por Fernández termino rápidamente bajo el fuego de una avalancha de críticas.

La más argumentada y estridente provino del campo conservador, en el blog “Caminante Wanderer”, escrito por un anónimo y culto erudito argentino.

Pero también en el bando opuesto, el progresista, el muy singular “carisma” del que, según Fernández, sólo estaría dotado Francisco fue rechazado sin apelación, precisamente porque es incompatible con los límites de la infalibilidad papal reafirmados por el Concilio Vaticano II. en la constitución dogmática “Lumen gentium”. Massimo Faggioli, profesor de teología en la Universidad de Villanova, escribió sobre esto en [la revista estadounidense] “Commonweal”.

Es por eso que sigue siendo aún más incomprensible la contradicción entre los poderes monocráticos ilimitados -de los que Francisco se considera cada vez más investido desde arriba, con el sello de su teólogo cortesano- y la contemporánea “democratización” de la Iglesia deseada por él con la nueva sinodalidad.

También en esta nueva forma del Sínodo Francisco cambió de ritmo durante su pontificado.

Volviendo al Concilio Vaticano II, en “Lumen gentium”, la Constitución dogmática del Vaticano II expresamente dedicada a la Iglesia, la palabra “Sínodo” aparece una sola vez y es sinónimo de la palabra “Concilio”, el cual reúne exclusivamente al Papa y a los obispos

Mientras que en los escasos documentos papales de las décadas siguientes en los que se repite la palabra “sinodalidad”, se refiere a cómo se practica en las Iglesias ortodoxas, es decir, el colegio de obispos reunidos con su patriarca o arzobispo mayor para ejercer la autoridad jerárquica sobre su respectiva Iglesia.

Peter Anderson, el erudito de Seattle que es un agudo observador de lo que ocurre en las Iglesias orientales y difunde las notas informativas más puntuales y bien documentadas sobre el tema, ha constatado que desde el Concilio hasta finales de 2013 sólo ha habido doce apariciones de la palabra “sinodalidad”: seis con Juan Pablo II, dos con Benedicto XVI y cuatro con Francisco.

De esto se deduce que, incluso en el primer año después de su elección como Papa, Francisco no se inclinaba en absoluto, al menos en sus pronunciamientos públicos, hacia una “democratización” de los Sínodos.

La primera vez que habló de “sinodalidad” fue el 28 de junio de 2013, dirigiéndose a la delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. Y se refirió a la “reflexión de la Iglesia católica sobre la colegialidad episcopal”, para la que era bueno “aprender” de la “tradición de la sinodalidad tan típica de las Iglesias ortodoxas”.

La segunda vez fue en la homilía del día siguiente, festividad de los santos Pedro y Pablo, para augurar “armonía” entre el Sínodo de los Obispos y el primado del Papa.

La tercera fue en la entrevista de septiembre de 2013 con Antonio Spadaro, el director de “La Civiltà Cattolica”. Allí planteó por primera vez la idea de que “quizás sea hora de cambiar la metodología del Sínodo, porque la actual me parece estática”. Pero para repetir inmediatamente que es “de nuestros hermanos ortodoxos” que “se puede aprender más sobre el significado de la colegialidad episcopal y sobre la tradición de la sinodalidad”.

La cuarta vez fue en la exhortación apostólica “Evangelii gaudium” del 24 de noviembre de 2013, el documento programático de su pontificado, pero en el que nuevamente se limitó a decir que “en el diálogo con nuestros hermanos ortodoxos los católicos tenemos la posibilidad de aprender algo más sobre sobre el significado de la colegialidad episcopal y sobre su experiencia de la sinodalidad”.

Pero esto fue sólo el comienzo. En los años siguientes, para Francisco hubo todo un crescendo de anuncios y de decisiones que condujeron a la actual mutación de la forma del Sínodo, ahora tan alejado del modelo plurisecular todavía vigente en las Iglesias orientales como para motivar, de ese lado, la protesta de la que informó el anterior post de Settimo Cielo:

> El sínodo de Francisco no aprendió nada de los sínodos de las Iglesias orientales. Las objeciones de un obispo greco-católico

Al dar poder al “pueblo de Dios”, es decir, al ampliar la participación en los Sínodos, con derecho a voto, incluso a los simplemente bautizados, Francisco ha realizado ciertamente una innovación importante.

Pero una vez más en completa contradicción. Pues no fue un sínodo el que decidió el cambio, como pretende el nuevo curso “popular”, sino él solito, el Papa.

Homilía de hoy | Martes, XXV semana del Tiempo Ordinario | 26-09-2023 | P. Santiago Martin FM.



DURACIÓN 11: O4 MINUTOS

Falsos profetas quieren la Iglesia al servicio de la Agenda 2030: Cardenal Müller (por el padre Juan Razo)



DURACIÓN: 66 MINUTOS

sábado, 23 de septiembre de 2023

Homilía de hoy |Memoria de San Pio de Pietrelcina, presbítero | 23-09-2023 | P. Santiago Martín FM



Duración 13:36 minutos


NOTICIAS 23 DE SEPTIEMBRE DE 2023



ADELANTE ESPAÑA


- Sánchez mata al padre | Luis Losada Pescador

- Todo el poder mundial para el director general de la OMS, el comunista Tedros Adhanom

- Feminismo made in Spain (I): Breve historia de una infamia | José Riqueni Barrios

- Encuentran un 'vínculo causal definido' entre la implementación de la vacuna COVID y los picos en la mortalidad por todas las causas

- La genetista Alexandra Henrion ante el Covid: "Las vacunas se ensayaron con la población"

El presidente de la ONU se une a la OMS y aprueba una declaración para crear una autoridad pandémica global


LA GACETA DE LA IBEROSFERA

Almeida instala más de 250 cámaras en Madrid para controlar que se cumplen las restricciones climáticas

López Obrador se queja de una medida del Instituto Electoral que le impide criticar a otros políticos

El jurado popular declara culpable al anciano que se defendió frente al ladrón que asaltó su casa

Las élites exigen en la ONU la censura a quienes disienten de la «emergencia climática» (CARLOS ESTEBAN)

Carlos Esteban: ‘Ahora empieza el verdadero bipartidismo, VOX contra todos los demás’


LA CIGÜEÑA DE LA TORRE


El cardenal Müller en apoyo del obispo Strickland


FPCS

El declive de la virtud en Occidente

INFOVATICANA


El cardenal Ricard será sancionado próximamente

China envía dos obispos al Sínodo

Francisco: «Es hora de trabajar juntos para detener la catástrofe ecológica, antes de que sea demasiado tarde»

Francisco recibe a la principal seguidora y defensora de Marko Rupnik

Francisco se dirigirá a la conferencia de la Fundación Clinton sobre el ‘cambio climático’


ADELANTE LA FE

Avisos de Dios a la Europa infiel (DE MATTEI)

INFOCATÓLICA

Müller pide a Mons. Strickland que no dimita y afirma que un Papa no debe deponer a un obispo de forma arbitraria

La Santa Sede desea que la Agenda 2030 siga siendo un importante signo de esperanza que cambie vidas

El cardenal Ladaria se da de baja del Sínodo sobre sinodalidad sin dar explicaciones públicas

Ataque indecente de la Cadena Ser a Santa Teresa de Calcuta

Peter Seewald pide a Mons. Bätzing que deje de difundir falsedades sobre Benedicto XVI

EL DEBATE

El Gobierno de Sánchez ha asumido el plan de destrucción nacional encabezado por los golpistas

Suiza lidera el ranking mundial de atracción de talento; España se estanca en el puesto 32


Selección por José Martí


miércoles, 20 de septiembre de 2023

Doloroso silencio ante la Blasfemia | Actualidad Comentada | 02-08-2024 | Pbro. Santiago Martín FM

Fe, esperanza y enamoramiento de Cristo Jesús (Padre Alfonso Gálvez)


Homilía del 1 de abril de 1978

Duración 18:31 minutos

NOTICIAS SOBRE TEMAS ECLESIALES DE ACTUALIDAD




ADELANTE LA FE

Mons. Schneider: sobre la validez del pontificado de Francisco

ESPADA DE DOBLE FILO

Los buenos curas

INFOVATICANA

El cardenal Sarah lamenta que el motu proprio Traditionis custodes ha dañado la paz litúrgica que logró Benedicto XVI

CONTANDO ESTRELAS

Donald Trump era un político provida pero sus palabras indican que ha dejado de serlo

Selección por José Martí

Declaración del Obispo Athanasius Schneider sobre la validez del pontificado del Papa Francisco (Video)

CONSERVANDO LA FE


DURACIÓN 47:51 MINUTOS

Santos estigmatizados, una vida de entrega, de amor y de servicio



“Vivo, ya no yo; es Cristo quien vive en mí” (Gá 2,20)


Pbro. Adrián Ramos Ruelas / Arquimedios Guadalajara.- El Padre Pío de Pietrelcina, reconocido como santo en el año 2002 –y otros más–, han recibido los estigmas del Señor Jesús, signo visible que los identifica con Él, y gracia que los impulsa a amar hasta el extremo. “Estigma” significa “marcado a fuego”. Aunque los estigmas (huellas visibles de la Pasión de Cristo en algunas partes del cuerpo de algunos hermanos nuestros) no significan inmediatamente vida de santidad, expresan el deseo de parecerse lo más posible a Cristo. En algunos, casos, corroboran la santidad de quien los recibe por la práctica de las virtudes.

El fenómeno de los estigmas es una muestra de la realeza de la Pasión del Señor en la cruz, de la cual han participado, por voluntad de Dios, ciertos santos que han meditado y amado el sacrificio de Cristo crucificado y ofrecen esos sufrimientos por el bien de todos. Los estigmas pueden ser visibles o invisibles.

Cuando la Madre Iglesia reconoce este fenómeno como auténtico, lo acepta, pero no lo propone para ser creído como dogma de fe. Da, incluso, algunos criterios para su aprobación:
- Los estigmas están localizados en los lugares de las cinco llagas de Cristo.
- Los estigmas aparecen todos al mismo tiempo.
- Los estigmas aparecen espontáneamente mientras la persona ora extasiada.
- No se pueden explicar por causantes naturales.
- No degeneran en necrosis (muerte patológica de un conjunto de células o de cualquier tejido del organismo).
- Carecen de infecciones.
- Se mantienen inalterados a pesar de los tratamientos.
- No sufren procesos de descomposición.
- Provocan una importante modificación de los tejidos.
- Ausencia de una perfecta e instantánea cicatrización.
- Están acompañados de fuertes dolores tanto físicos como morales, así como de participación en los sufrimientos de Cristo.
- La persona practica las virtudes cristianas heroicamente.

Aunque no recibamos los estigmas, los discípulos tenemos la consigna de parecernos lo más posible a Cristo en una vida de entrega, de amor y servicio.

¿QUÉ SANTOS HAN RECIBIDO LA GRACIA DE LOS ESTIGMAS DE CRISTO?

Entre otros, encontramos en esta lista a 

san Francisco de Asís, 
santa Catalina de Siena, 
santa Rita de Casia, 
santa Lutgarde de Aywiers, 
san Juan de Dios, 
santa Rosa de Lima, 
santa Margarita María Alacoque, 
santa Gema Galgani, 
santa Verónica Giuliani, 
san Pío de Pietrelcina.

ENSEÑANZAS:

1. Los estigmas que algunos cristianos han recibido son aprobados por la Iglesia al ver los frutos de conversión y santidad en quienes lo reciben.
2. Están en la línea de las revelaciones privadas; por tanto, no obliga creer en ellas por sí solas.
3. Se trata de gracias espirituales y particulares que motivan a una mayor devoción al santo o santa que los ha recibido en su deseo de parecerse más a Cristo.

Guillermo Gazanini Espinoza 

SANTIAGO ABASCAL y SU RELACIÓN con MILEI «Es un tipo entrañable, lleno de sensibilidad»

DIARIO ABC

DURACIÓN 11:22 MINUTOS

https://youtu.be/9TnCfti05kA

domingo, 17 de septiembre de 2023

¿Más sabio que Santo Tomás? (Bruno Moreno)



Hace tiempo, escribí un artículo titulado “Mejores que Jesucristo”, sobre la plaga de eclesiásticos que, claramente, consideran que son más misericordiosos, inteligentes y avanzados que el mismo Hijo de Dios encarnado. Generalmente, como es lógico, no se atreven a decirlo con esas palabras, pero sí lo hacen con los hechos cuando defienden que habría que cambiar el Evangelio o la fe y la moral reveladas por Cristo, que es lo mismo que defender que ellos saben mejor que nuestro Señor lo que debe hacer el ser humano, o cuando pretenden que permitir el divorcio y demás inmoralidades es mucho más misericordioso que ser fieles a lo que Jesucristo enseñó.

En ese contexto, no es extraño que también hayamos terminado por tener a un Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que da por hecho que es más sabio que Santo Tomás. Era inevitable que sucediera antes o después. Lo digo con todo el respeto debido a su dignidad episcopal y reconociendo que, por supuesto, Mons. Fernández no lo expresa así, ni será consciente de que piensa así, pero los hechos son los hechos y lo cierto es que propone exactamente lo contrario que Santo Tomás y espera que le creamos a él en lugar de al santo y Doctor de la Iglesia, algo que solo se explicaría si fuese más sabio que él.

En efecto, Mons. Fernández nos asegura que los obispos no deben pretender corregir nunca al Papa en materia de fe, porque “si me dicen que algunos obispos tienen un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entraremos en un círculo vicioso (en el que cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) y eso sería herejía y cisma”.

¿Es eso cierto? ¿Los obispos deben quedarse calladitos y no criticar nunca algo que ha dicho el Papa, porque hacerlo sería caer en la herejía y el cisma? 

Veamos qué decía Santo Tomás sobre el tema (al igual que toda la Iglesia anterior y posterior): “en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos” (S. Th., II-II, 33, 4). El inferior no solo puede, sino que debe reprender públicamente a un superior si habla contra la fe católica. Y esto es un principio universal en la Iglesia, de manera que no solo los obispos, sino también los simples sacerdotes o incluso los fieles pueden y deben rechazar cualquier error de fe, lo defienda quien lo defienda, aunque sea un papa. Pero está claro que Mons. Fernández debe de ser más sabio que Santo Tomás y habrá que hacerle caso a él y no al Doctor de la Iglesia.

¿Y qué dijo San Pablo? “Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema” (Gal 1,8). Parece que está muy claro: si alguien dice algo contra la fe, aunque sea un ángel o un Apóstol o, presumiblemente, un Papa, no hay que hacerle el más mínimo caso. San Pablo no dijo, “bueno, si lo digo yo que soy Apóstol, entonces sí vale”. Nadie, sea quien sea, puede afirmar nada contra la fe en la Iglesia y, si lo hace, hay que rechazarlo.

Pero, si nos queda alguna duda, preguntémonos: ¿qué hizo San Pablo? Exactamente lo que había dicho que debía hacerse. Cuando el primer Papa llevaba a error a los fieles al volver a las prácticas del judaísmo, San Pablo reprendió en público a San Pedro: “dije a Cefas en presencia de todos…” (Gal 2,14). ¿Por qué públicamente? Porque su conducta había sido públicamente escandalosa y estaba extraviando a los fieles. Y no solo reprendió públicamente al Papa, sino que contó que lo había hecho en la Carta a los Gálatas, que es Palabra de Dios. Santo Tomás explicó este hecho diciendo que así San Pedro dio humildemente ejemplo a los superiores para que aceptaran la corrección de sus inferiores si se habían apartado del buen camino. O quizá debamos concluir que Mons. Fernández es más obediente que el Apóstol San Pablo y más humilde que San Pedro, además de saber más sobre la Iglesia que la propia Palabra de Dios.

¿Y qué han dicho los concilios? El III Concilio de Constantinopla, por ejemplo, condenó al Papa Honorio por haber coqueteado con las ideas de los herejes monotelitas, condena que fue confirmada por el Papa San León y por los Concilios II de Nicea y IV de Constantinopla. ¿Será que no sabían que no se puede corregir a un Papa en materia de fe? El Concilio Vaticano I como es sabido, definió las circunstancias en que el magisterio del Santo Padre es infalible. No hace falta pensar mucho para darse cuenta de que eso implica que hay otro magisterio papal que no es infalible y, por lo tanto, puede estar equivocado si se aparta de la Tradición y la Escritura. Y, si está equivocado, ¿no habrá que rechazarlo como nos recordaba San Pablo en el párrafo anterior? Bueno, supongo que Mons. Fernández sabrá más que cuatro Concilios ecuménicos.

El Concilio Vaticano I, por cierto, refuta otra teoría de Mons. Fernández expresada en la misma entrevista, en la que nos asegura que: “Cuando hablamos de obediencia al magisterio, esto se entiende al menos en dos sentidos, que son inseparables e igualmente importantes. Uno es el sentido más estático, de un «depósito de la fe» que debemos custodiar y preservar incólume. Pero, por otro lado, existe un carisma particular para esta salvaguardia, un carisma único, que el Señor ha dado sólo a Pedro y a sus sucesores. En este caso no se trata de un depósito, sino de un don vivo y activo, que actúa en la persona del Santo Padre. Yo no tengo este carisma, ni usted, ni el cardenal Burke. Hoy sólo lo tiene el Papa Francisco.”

Este doble carisma es algo completamente ajeno a lo definido por el Concilio Vaticano I, que además lo negó expresamente: “Así el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro, no de manera que ellos pudieran, por revelación suya, dar a conocer alguna nueva doctrina, sino que, por asistencia suya, ellos pudieran guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe” (Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Pastor Aeternus, 18 de julio de 1870). 

¿Cuál es, por tanto, el carisma de Pedro? El de guardar santamente y exponer fielmente el depósito de la fe. Ese otro carisma del que habla Mons. Fernández, que “no se trata de un depósito” y que “actúa en la persona del Santo Padre” parece ser, pues, una invención, es decir una de esas nuevas doctrinas que el Concilio rechazó expresamente.

¿Y qué nos dice la historia de la Iglesia? Cuando el Papa Juan XXII afirmó que las almas de los justos solo verían a Dios después del Juicio Final, es decir, una herejía, los teólogos de París, sus propios cardenales y varios príncipes católicos se volvieron contra él e incluso le amenazaron con la hoguera hasta que el Papa se retractó de sus errores antes de morir. Su sucesor, Benedicto XII, definió como dogma de fe la doctrina que había negado su predecesor, para que no hubiera ninguna duda. ¿Será que no sabían que no se puede corregir a un Papa? El Papa Adriano VI enseñó que un Papa podía errar en materia de fe e incluso enseñar una herejía. Inocencio III dijo que la fe es algo tan importante que, como Papa, solo podría ser juzgado si se apartara de ella. ¿Les haremos caso? Claro que no, habrá que creer más bien que Mons. Fernández sabe más de historia de la Iglesia que la propia Iglesia y más teología que el Papa Benedicto XII o Adriano VI.

¿Y qué han hecho y dicho los santos? Hay multitud de ejemplos. Santa Catalina de Siena, con mucho cariño, echaba unas broncas terribles al Papa de la época. San Roberto Belarmino, Doctor de la Iglesia, en De Romano Pontifice, habló de la posibilidad de que un Papa cayera en la herejía (citando el caso de Juan XXII como herejía material) y consideró la opinión contraria como una mera “creencia piadosa”. San Alfonso María de Ligorio dijo que, si el Papa incurriera en herejía, por eso mismo quedaría privado del pontificado. ¿Y los teólogos? Multitud de los mejores teólogos han enseñado que el Papa podía caer en herejía, como mínimo material, pero también en muchos casos formal. Por ejemplo, el Cardenal Cayetano, Melchor Cano, Francisco Suárez, Domingo Báñez, Billuart, Juan de Torquemada, Billot, Ballerini o Juan de Santo Tomás, por citar solo unos pocos. Sus opiniones sobre cómo podía solucionarse ese problema fueron muy diversas, pero el reconocimiento de que el problema de hecho podía darse es habitual entre los teólogos y todos defendían que la herejía también debía combatirse si era afirmada por un Papa, porque eso es lo que siempre ha enseñado la Iglesia sobre el tema. El Decreto de Graciano, en el siglo XII, afirmaba que el papa no es juzgado por nadie, “a no ser que se desvíe de la fe”. En fin, supongo que ya podemos tirar los escritos de santos y teólogos a la papelera, ahora que Mons. Fernández nos ha explicado las cosas mucho mejor.

Todo esto (y otros muchos ejemplos más que podrían darse), por supuesto, no decide el tema de si conviene corregir a un Papa en concreto o no, que es una cuestión prudencial y en la que conviene ser muy humildes y cautelosos, pero muestra sin lugar a dudas que la idea de que los obispos no deben corregir nunca al Papa en materia de fe es completamente ajena a la enseñanza de la Iglesia a lo largo de los siglos.

Sería injusto centrarnos demasiado en el pobre Mons. Fernández, que simplemente es hijo de una época en que la mala formación es habitual y se encuentra en un cargo que le supera, porque el problema, como decíamos está mucho más extendido. Tiendo a pensar que los católicos del futuro se maravillarán al pensar en nosotros y dirán que vivimos en una época asombrosa, en la que no solo tenemos clérigos que son más misericordiosos que el mismo Jesucristo, sino también son más sabios que Santo Tomás, más obedientes que San Pablo y más santos que San Roberto Belarmino o San Alfonso María de Ligorio y conocen mejor la fe que los Concilios Ecuménicos que la definieron o que la propia Palabra de Dios. Todo un portento.

¿Qué debemos hacer en una época así? Lo que siempre han hecho los católicos: amar a la Iglesia, rezar mucho por el Papa y los obispos, ser fieles a la Tradición recibida y a la fe de la Iglesia, rechazar humildemente pero con firmeza todo lo que sea contrario a ellas y confiar en Cristo, que es el único Señor de la Historia.

Así es como la extrema izquierda mintió a las mujeres con una ley que beneficia a violadores



En nombre del feminismo, la extrema izquierda de Podemos ha engañado a las mujeres de España y ha favorecido a sus agresores sexuales.



La Justicia alertó sobre los efectos de la ley pero Montero los negó

Al igual que su partido, Podemos, la ministra de Igualdad, la comunista Irene Montero, lleva meses mintiendo sobre su ley del "sólo sí es sí". Como ya supieron los lectores de Contando Estrelas hace un año, esa ley rebajaba las condenas a los agresores sexuales, algo que ya fue advertido por el Consejo General del Poder Judicial en 2021, antes de que la ley fuese aprobada. A pesar de la evidencia, Montero lo negó y dijo en febrero que "las leyes no bajan penas".

Podemos culpó a los jueces de los resultados de su ley

Desde que empezaron las críticas por esas rebajas penales a violadores y pederastas, Podemos ha venido culpando a los jueces de aplicar mal la ley, en una exhibición de ignorancia jurídica y de cinismo político que buscaba cargar a la Justicia con las culpas de la ley redactada por dirigentes de ese partido. Una campaña de desinformación que muchos simpatizantes de la extrema izquierda se tragaron sin rechistar, de la misma forma que se tragan cualquier mentira que les digan desde Podemos y otros partidos afines.

Podemos defendió esa ley y se negó a modificarla

A finales de agosto de 2023, Montero celebró el primer aniversario de esa ley ensalzándola y sin hacer ni la más mínima autocrítica sobre su contenido y sobre su responsabilidad como ministra sobre el contenido de la ley que redactó su departamento. Recordemos, de hecho, que a comienzos de febrero, desde Podemos justificaron la rebaja de condenas a violadores. Dos meses más tarde, cuando la ley fue reformada por el PSOE y el PP, Podemos votó en contra de la reforma, porque se negaba a cambiar ni una coma de esa ley.

Ahora Podemos cambia de versión y culpa al PSOE

Después de todo esol, ayer, en un mitin de Podemos, Irene Montero se refirió a esa ley y dijo (ver vídeo): "sí, la ley tiene un error, un error garrafal, que como todo el mundo sabe, ha cometido el Ministerio de Justicia, que es del Partido Socialista".

Esta declaración de Montero implica un cambio de versión que deja a la ministra como una mentirosa. Si la ley tenía un gran error (Montero ni siquiera dice cuál) y ese error era responsabilidad del PSOE, ¿entonces por qué cuando el PSOE dio a Podemos la oportunidad de corregir esa ley, Podemos se negó? Podemos actuó como el partido autor de esa ley, un partido que no toleraba que se cambiase ni un ápice de su ley.

Y si el error fue del PSOE, ¿por qué Podemos lleva meses culpando a los jueces? ¿Podemos acusó falsamente a los jueces de aplicar mal la ley, es decir, les acusó falsamente de cometer un delito de prevaricación, a pesar de que sabía que el error supuestamente se debía al PSOE?

Y si ese error fue culpa de los socialistas, ¿por qué Podemos se ha negado a hacer ni la más mínima autocrítica de esa ley, incluso cuando el PSOE decidió modificarla? Podemos defendió con más radicalidad que el PSOE esa ley de la que ahora culpa a sus socios de gobierno. Incluso votó en contra de su modificación.

Una mentalidad de secta en la que la verdad no importa

Obviamente, Montero y la dirección de Podemos saben que los hinchas de ese partido de extrema izquierda tienen unas grandísimas tragaderas. Los comunistas llevan muchos años prefiriendo las consignas del partido cuando éstas entran en colisión con la lógica. Lo hicieron durante décadas llamando "república democrática" a la dictadura comunista de Alemania Oriental, y lo han hecho cada vez que se declaraban "demócratas" y a la vez apoyaban a dictaduras como las de Cuba y Venezuela. ¿Qué les importa una mentira más? El comunismo funciona como una secta, y en las sectas la verdad no importa.

El problema de España es que esa mentalidad sectaria se ha extendido también al mal llamado "centro-izquierda", a los que se declaraban "socialdemócratas" y ahora actúan, en la práctica, como un simple clon de la extrema izquierda. El PSOE es tan culpable de esa ley como Podemos. La apoyaron los diputados de ambos partidos y la aprobó en su conjunto un Consejo de Ministros formado por socialistas y comunistas y presidido por Pedro Sánchez. Por mucho que ahora se tiren los trastos a la cabeza, socialistas y comunistas son responsables por igual de ese favor a los violadores. Y Pedro Sánchez es especialmente responsable de que Irene Montero se mantenga aún hoy en su cargo.

Elentir

Llamamiento al Papa y al Sínodo de numerosos fieles católicos reunidos en Asís



Me señalan otro llamamiento, uno de los muchos que no fueron escuchados, empezando por la Dubia de los 4 cardenales... aquí - aquí - aquí - aquí - aquí - aquí. En caso de expresión de doctrinas contrarias al Depositum fidei, sólo se habla de suspensión del consentimiento (ver nota 1). La cuestión de la posible deposición de un Papa hereje es diferente (nota 2)

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Miramos con preocupación y aprensión la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, convocada en Roma para el próximo mes de octubre, sobre el tema de la "Sinodalidad". Como hijos de la Iglesia y como ciudadanos de esta gran Nación, nos dirigimos al Papa Francisco, pidiéndole que tenga la gran valentía, que ya tuvieron sus venerados antecesores, de no permitir nunca que nos desviemos de ninguna manera de la doctrina católica, reafirmando la verdad. del Evangelio, capaz de revelar y restaurar al hombre y al pueblo su vocación originaria y altísima.
El Sínodo no se atreve a atacar la naturaleza de la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Esta preocupación no surge de ninguna ideología, sino de los procesos que usted ha iniciado y que fomenta, como confió a un obispo italiano, en un sínodo anterior. La doctrina no es otra cosa que la enseñanza católica, que Pablo llama el “poder del Evangelio”. No se reduce sólo al Credo, sino que se extiende al Catecismo, que no es agua destilada, sino condensación de vida y santidad vivida por la Iglesia.
Como decía el cardenal Caffarra: una Iglesia sin doctrina es sólo una Iglesia más ignorante.
Como creyentes, con el sensus fidei, proporcional al desarrollo de la fe y a la santidad de vida de cada uno, estamos llamados a defender la fe para difundirla por el mundo, como ocurrió en el Concilio de Éfeso. El sensus fidei no es la volonté gènérale de Rousseau, el resultado de la influencia del pensamiento dominante en un momento dado, sino lo que siempre se ha creído, en todas partes y por todos – laicos y sacerdotes – en todo el mundo a lo largo de los siglos. El sensus fidei actúa como una especie de sistema inmunológico espiritual, que hace que los fieles reconozcan y rechacen instintivamente cualquier error.
Hoy, en la Iglesia, se intenta convencernos de que abrazar la herejía y la inmoralidad no es pecado, sino más bien una respuesta a la voz del Espíritu Santo, que hablaría a través de personas que se sienten marginadas.
Santo Padre, el documento de trabajo del próximo Sínodo no es un resumen de la fe católica ni de las enseñanzas del Nuevo Testamento. Es radicalmente incompleto, ambiguo y hostil, en muchos sentidos, a la perenne tradición apostólica. El Nuevo Testamento no es reconocido de ninguna manera como la Palabra de Dios, la norma para todas las enseñanzas sobre la fe y la moral. Quienes lo escribieron sueñan con otra Iglesia, que no tenga nada de fe católica. Su Santidad, ponga fin a cualquier ambigüedad entre Sinodaler Weg y el Sínodo Universal, advierta a la Iglesia alemana y nombre otro relator general para el próximo Sínodo.

No permitamos que hoy la Iglesia enseñe doctrinas contrarias a las que ha enseñado anteriormente en materia de fe y moral, permitiendo que las uniones entre personas homosexuales sean bendecidas, implicando así que el comportamiento homosexual como tal no sería contrario a la ley de Dios y a el camino de la persona hacia Dios.

No deis al próximo Sínodo, que es sólo una representación guiada de pastores y fieles, la autoridad en materia doctrinal y pastoral, que pertenece exclusivamente al Romano Pontífice y al Colegio Episcopal. De lo contrario, la unidad de la Iglesia correrá grave peligro, porque con tantos fieles en todo el mundo esperando una respuesta cierta, suspenderemos prudentemente nuestro asentimiento , y la misión de Pedro, que ama y une, fracasará.

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Nota de la Iglesia y post-concilio

1. En cuanto a la "suspensión del consentimiento": Card. Müller afirmó recientemente: “ La autoridad formal del Papa no puede separarse de la conexión sustancial con la Sagrada Escritura, la Tradición Apostólica y las decisiones dogmáticas del Magisterio que le precedieron. De lo contrario, al malinterpretar Lutero el papado, éste se pondría en el lugar de Dios, único autor de su verdad revelada, en lugar de limitarse a dar fiel testimonio, en la autoridad de Cristo, de la fe revelada en forma integral. y sin adulterar y presentarlo auténticamente a la Iglesia. En una situación tan extrema, de la que Dios puede salvarnos, todo funcionario eclesiástico habría perdido su autoridad y ningún católico está ya obligado a obedecer religiosamente a un obispo herético o cismático" . Fuente
Roberto Bellarmino, en la hipótesis (entonces sólo de escuela) de un Papa hereje, afirma: "Es lícito resistirle no haciendo lo que ordena e impidiendo la ejecución de su voluntad: sin embargo, no está lícito juzgarlo, castigarlo o destituirlo, porque son actos propios de un superior” ( De Romano Pontifice , II, 29).

2. Según Mons. Schneider (sobre la deposición de un Papa herético): “En asuntos tan delicados no se puede seguir una opinión, ni siquiera si ha sido sostenida por teólogos eminentes (como San Roberto Belarmino o San Alfonso) durante un período de tiempo considerable. . Más bien, debemos esperar una decisión explícita y formal por parte del Magisterio de la Iglesia, decisión que el Magisterio aún no ha emitido". Fuente + observaciones de P. Pasqualucci aquí