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lunes, 7 de agosto de 2023

MILAGRO DE JIMENA Evaluación y expectativas tras la JMJ

 En ti confío


Duración 45:36 minutos


Intervención de Monseñor Munilla De 0 a15:15 minutos. A continuación habla un sacerdote y finalmente, de nuevo, habla Monseñor Munilla a partir del minuto 37 hasta el final.

Milagro en la JMJ | Actualidad Comentada 7-8-2023 | P. Santiago Martín FM | Magnificat.tv



Duración 15:36 minutos

Mons. Gabriel Mestre, otro obispo que abandona la Iglesia



Luego de la sospechosamente veloz provisión al vacante arzobispado de La Plata en la persona de Mons. Gabriel Mestre, hasta ahora obispo de Mar del Plata, se han conocido declaraciones del mitrado que no conviene pasar por alto. Es probable que hayan sido esas declaraciones las que le alcanzaron su promoción y es seguro que ellas lo ubican fuera de la comunión con la fe de los apóstoles.

En este blog nos referimos en varios ocasiones a los nombramientos episcopales del pontificado de Francisco y, en todos lo casos, se trataba de personajes mediocres y alejados de la excelencia. Con el nombramiento de Mestre tenemos algo peor: un obispo que está fuera de la comunión eclesial pues niega pública y claramente la enseñanza sostenida por la Iglesia a lo largo de dos mil años. En una de las sedes más importantes del país se sentará un obispo que no adhiere a la integridad de la fe, aún cuando el día de su toma de posesión recite el Credo. Ya no es necesario mirar a Alemania para encontrar obispos cismáticos; los tenemos en nuestro país, aunque se de la paradoja de que son nombrados por el sucesor de Pedro.

En una entrevista radial y otra realizada para un medio de prensa escrita, Mons. Mestre, al igual que lo hizo su antecesor en la sede platense, Mons. Víctor Fernández, ha negado la necesidad del estado de gracia para recibir la eucaristía, o bien, ha negado el carácter de pecado grave contra el sexto mandamiento que poseen las prácticas sexuales con personas del mismo sexo. Desde San Pablo a esta parte, la Iglesia siempre fue clara en la formulación de su doctrina sobre estos dos temas. Dice el obispo Mestre que confirmó a dos “chicas” travestis y, por el contexto, no pereciera que se trató simplemente de señores que, por diversión, se vestían de mujer sino que asumían el rol femenino en también en otras circunstancias; en pocas palabras, que mantenían habitualmente relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. Que estas personas estén en “situación de travestismo”, es irrelevante para el mitrado, equiparable a estar en “situación de obrerismo” o en “situación de diabetismo”. No hay razón para negarles un sacramento de vivos como es la confirmación. Más aún, Mons. Mestre declaró que: “Yo hoy tengo en las estructuras pastorales nombradas a personas homosexuales, casadas incluso con el llamado matrimonio igualitario, y están presentes, cantan en misa, leen, comulgan, no comulgan si quieren, es un tema personal de ellos y están en las estructuras pastorales nombradas por el Obispo”. Y esto debe ser, insiste, “de lo más natural”; pues da lo mismo —es lo que da a entender— el sexo de la persona con la que cada cual se case.

Pareciera que Mons. Mestre tiene una particular obsesión con las personas que están en “situación de travestismo” o en situaciones análogas. En el canal de Youtube oficial de su diócesis —y según me dicen por decisión personal suya a pesar de las dudas de sus colaboradores— se publicó este video con el “testimonio” de uno de estos “católicos comprometidos” que viven una sexualidad por fuera de los cánones cristianos. Como el mismo Mons. Mestre lo dice sin ambages, se trata de que la Iglesia debe adaptarse al nuevo paradigma del mundo que no es ya el paradigma de la cristiandad. Y ese nuevo paradigma —“agenda 2030” le dicen algunos— incluye entre sus postulados el derecho universal al coito. Y, para justificar desde la moral cristiana este derecho, se recurre a argumentos emotivistas, pues son los únicos a los que puede recurrirse visto que los aportados por las Escrituras y la Tradición son lapidarios en cuanto a la condenación sin ningún tipo de atenuantes de la sodomía.

Gabo, el testimoniante del video, es ciertamente una persona culta e inteligente, sus argumentos están muy bien formulados y son, seguramente, los mismos argumentos de Mons. Mestre. Él apela a una supuesta “invitación” o “llamado” de Dios a la felicidad, al cual, debido a que siente atracción sexual por personas del mismo sexo, no podría responder. Es verdad que Dios nos llama a ser felices, pero la felicidad plena no la encontramos en esta vida sino en la otra, y sabemos también que la máxima felicidad que podemos alcanzar en este paso por la tierra exige la práctica de las virtudes. Y esto no es solamente doctrina cristiana; es también doctrina aristotélica, y estoica.

El problema reside en el concepto de felicidad que tiene Gabo. Se trata, parece, de una felicidad inmanente que consistiría en saciar una serie de apetitos y deseos. Habla, por ejemplo, de construir una pareja. Los cristianos no tienen pareja: los varones tienen novia, y luego esposa; y las mujeres tienen novio, y luego esposo. No hay otra opción. Y esta ha sido la enseñanza de la iglesia desde siempre, sólo interrumpida en los últimos años por el Papa Francisco que permitió tener concubina o concubino, y se declaró prescindente en el juicio acerca de quienes viven modo uxorio con otra persona del mismo sexo.

Se trata de emotivismo puro. Desde el punto de vista de la sensibilidad, puede resultar difícil para un sacerdote decirle a Gabo o a las “chicas en situación de travestismo”, que en sus vidas deberán abstenerse de la práctica sexual propia del matrimonio y, consecuentemente, que deberán ejercitarse continuamente en la virtud de la castidad. Pareciera que los están condenado al fracaso, a la tristeza y a la desesperación. Es mucho más fácil decirles y convencerlos de que Dios quiere que sean felices y, como la felicidad implica también el ejercicio de la sexualidad, podrán hacerlo con otra persona de su mismo sexo, porque Dios lo quiso así. Como ha dicho el papa Francisco hace dos días en Lisboa: “Dios te ama como eres y no como quieres ser”. No la vale la pena el esfuerzo de ser casto, dirá Gabo, si Dios me ama tal como soy.

El problema no es solamente que esta postura es frontalmente contraria a lo que enseña la Escritura, la Tradición y el Magisterio, sino que estamos frente otro problema: una concepción equivocada de la felicidad y de la misma vida. Dice Gabo que “la felicidad es una actitud ante la vida, que consiste en elegir”. Y eso es un error conceptual. En todo caso, la actitud ante la vida que consiste en elegir es la libertad. La felicidad se encuentra en la actualización de nuestras potencias de acuerdo a nuestra naturaleza que, entre otras cosas, consiste en ser varón o mujer y, sobre todo, en ser seres plenamente intelectuales o racionales. Consiste en vivir de acuerdo a la naturaleza y regidos por la razón; consiste en llegar al “conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo” (Ef. 4, 13), y todo eso no se consigue “viviendo en pareja”. Se consigue siendo virtuoso y obedeciendo los mandatos de Dios, nos gusten más o menos, y nos resulten más o menos comprensibles. En última instancia es una cuestión de fe: si creemos en Dios, debemos obedecerle, y nadie dijo que eso fuera fácil. Si no lo obedecemos, nuestra fe entonces es débil, o falsa. Es decir, es otra fe.

Emotivismo, puro emotivismo. Si el criterio de felicidad y de seguir el “llamado a la felicidad” que nos hace Dios debiera pasar necesariamente por tener una “vida de pareja”, ¿a cuántos dejamos en el camino como pobres infelices? Santa María Goretti, a quien asesinaron antes de llegar a la edad de casarse; santa Liduvina que pasó su vida postrada en una cama, o el beato Contardo Ferrini, que fue soltero, por nombrar a los que se me viene ahora a la cabeza.

San Pablo decía a los colosenses: “Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra”. Pareciera que ahora, con tal de poseer los bienes de abajo, es lícito incluso quebrantar la ley de arriba, o ley divina. Nuestro mundo ha proclamado el derecho humano al coito, que no pude ser conculcado por nadie, ni siquiera por Dios, y al que deben acceder todos, aún aquellos que renunciaron a él por un voto de castidad que sería inválido por retrógrado. Y no me extrañaría que fueran varios los religiosos/as que justifiquen en su conciencia el quebrantamiento de sus votos apelando a tal derecho.

No se trata de señalar con el dedo a Gabriel. Ciertamente es sincero cuando dice que quiere ser un buen cristiano, pero ha sido confundido por quienes, como Mons. Gabriel Mestre, debieran haberle mostrado el camino de la verdadera libertad.

Las máscaras van cayendo y la bruma se va aclarando. Ya vemos más claramente quiénes están en la Iglesia, puesto que conservan la fe de los apóstoles, y quiénes se están separando de ella, porque han preferido la fe del mundo.

The Wanderer

P.S. 1: Un detalle interesante. Mons. Mestre dice textualmente: “La perspectiva de Francisco, que está totalmente instalada en nuestra iglesia, donde un divorciado en nueva unión puede acercarse a confesarse y a comulgar si quiere con total y absoluta libertad. Eso hasta hace siete años no se podía y ahora se puede de manera totalmente libre”. Hasta hace siete años, no se podía; luego, con Amoris letitiae, se podía sólo despué de recorrer un camino de discernimiento acompañado por un sacerdote; ahora “se puede de manera totalmente libre”. La velocidad de la apostasía no pueden ya negarla ni los más empecinados optimistas.

P.S. 2: Vista la veloz flexibilidad en las condiciones para acercarse a comulgar, y visto que para Mons. Mestre, según deja entender en la entrevista, [“…(el sexo de la persona con la que cada cual se casa y se acercan a la Iglesia) no aparece porque no debería aparecer; porque debe ser algo natural en la vida de las comunidades”], da lo mismo el sexo de la pareja con la cual se mantengan relaciones, cabe preguntarse si, dentro de poco, no dará lo mismo también la edad o la especie de esa pareja.

NOTICIAS 6 de Agosto de 2023



GAUDIUM PRESS

domingo, 6 de agosto de 2023

Las señales de la Segunda Venida (P. Alfonso Gálvez)



DURACIÓN 10:33 MINUTOS


25/11/81 www.alfonsogalvez.com

Cuando el Papa menciona a un blasfemo



En su discurso a las autoridades en Lisboa el miércoles 2 de agosto, el Papa Francisco citó al escritor portugués José Saramago: «Porque, como señaló Saramago, 'lo que da verdadero sentido al encuentro es la investigación, y tenemos que recorrer un largo camino para alcanzar lo que está cerca".

Para el italiano medio, el nombre de Saramago tal vez no signifique nada. Para los católicos portugueses, sin embargo, es el epítome de la maldad, la blasfemia y la aversión a la Iglesia. Ateo, comunista e impío, Saramago escribió El Evangelio según Jesucristo en 1991, lo que provocó una muy fuerte reacción de las autoridades eclesiásticas y de los fieles lusitanos.

Acusando al autor de ser un "ateo confeso y comunista impenitente", monseñor. Eurico Dias Nogueira, entonces arzobispo de Braga y primado de Portugal, escribió: «La obra contiene una vida delirante de Cristo, concebida en la perspectiva de la ideología político-religiosa [de Saramago], y distorsionada por esos parámetros, dando como resultado un libro blasfemo, pisoteando la verdad histórica y difamando a los más grandes personajes del Nuevo Testamento, como la Virgen, San José y los Apóstoles, así como al mismo Cristo, principal objetivo. Por tanto, este libro constituye un insulto a los creyentes cristianos: a todos nosotros.

Para comprender a qué abismo de maldad llega Saramago, y pidiendo disculpas a los lectores por la crudeza de la escena, recuerdo que en el libro, desafiando la verdad histórica, la fe y el espíritu cristiano, Saramago imagina un acto sexual entre la Virgen y San José, durante el cual Dios Padre habría mezclado su simiente con la de José, y de la cual habría sido concebido Jesús.

La virginidad de María, inmaculada antes, durante y después del parto, es negada escandalosamente con la afirmación de que habría tenido otros ocho hijos con José. Jesús habría sido el primogénito, y el único que escapó del anonimato. Jesús dejaría entonces la casa de su padre y se encontraría con María Magdalena en un burdel, viviendo con ella desde entonces en concubinato.

Para completar la blasfemia y la herejía, la relación de Jesús con el Padre Eterno es cualquier cosa menos amistosa. El Jesús de Saramago es escéptico, lleno de dudas, de espíritu rebelde. Dios Padre es vengativo, colérico, impaciente con los problemas existenciales del Hijo. Hasta el punto de que, poco antes de morir en la cruz, Jesús afirma, tergiversando la frase evangélica: "Hombres, perdonadle, porque [Dios] no sabe lo que hace".

Su disidencia con la Iglesia fue tal que, cuando murió en 2010, el Osservatore Romano -tan pródigo en asentimientos amistosos- le dedicó en cambio un artículo bastante rencoroso, llegando a definirlo como "un hombre y un intelectual sin metafísica". admisión, hasta este último clavado en su obstinada fe en el materialismo histórico, alias marxismo», el que había optado «lúcidamente» por ponerse «del lado de la cizaña en el trigal evangélico»1.

Es verdaderamente triste ver a un Romano Pontífice mencionar de manera positiva a un personaje que, para usar la expresión del órgano vaticano, "se había puesto del lado de la cizaña" que, como recuerda el Evangelio, había sido sembrada por el Maligno .Julio Loredo - Fuente

Juan Pablo II y la Teología del cuerpo – Un estudio del Modernismo



Al igual que Blondel y de Lubac descubrieron el “auténtico cristianismo” con 2000 años de retraso, así Karol Józef Wojtyla (el papa Juan Pablo II) descubrió la “auténtica sexualidad cristiana” para la Iglesia a los 2000 años de su existencia.(1)

Introducción a la Serie de artículos

La «Teología del cuerpo» es una invención de Karol Józef Wojtyla, conocido por la historia como el papa Juan Pablo II. (2)

Los temas principales de la nueva filosofía y teología propias de Wojtyla acerca de la dimensión corporal del amor humano, el sexo, la sexualidad, el matrimonio y el celibato se gestaron y tomaron su forma concreta a través de un largo período que empezó incluso antes de su ordenación sacerdotal en 1946 y continuó cuando fue hecho obispo auxiliar y luego el Cardenal Obispo de Cracovia, Polonia (1958-1978).

El 5 de septiembre de 1979, cuando no llevaba todavía un año de pontificado, Juan Pablo II, en su audiencia general de los miércoles, pronunció el primero de ciento veintinueve discursos basados en los textos revisados de un libro suyo, ya publicado, acerca de la Teología del Cuerpo(TDC). Seis discursos basados en el Cantar de los Cantares se habían preparado, pero nunca vieron la luz del día por ser considerados demasiado delicados para un público juvenil. El último discurso del papa acerca de la Teología del Cuerpo se pronunció cinco años más tarde, el miércoles, 28 de noviembre de 1984.

Como obra catequética, la Teología del Cuerpo es antropocéntrico, esto es, centrado en el hombre, a la vez que personalista, acorde al tema central del Concilio Vaticano Segundo y el estilo filosófico personalista y fenomenológico propio de Wojtyla.

Desde un punto de vista católico, el mismo nombre «teología del cuerpo» es problemático.

Teología [del griego theós, que significa Dios, y logos que significa discurso], en todas sus formas, se centra en Dios y sus atributos, en todo lo divino, las verdades reveladas y temas de fe, pero no, propiamente, en el hombre.

En lo que se refiere al cuerpo humano, el hombre es uno. Está compuesto tanto por un alma espiritual y racional como por un cuerpo material que da al hombre su identidad corporal. El alma inmortal e intelectual, infundida al cuerpo en el momento de la concepción, es el principio substancial que informa al cuerpo y le da vida. El cuerpo sin el alma es inerte, un cadáver.

¿Cómo puede existir, entonces, una «Teología del Cuerpo»?

Es una pregunta difícil, aunque sólo es uno de tantas preguntas que el autor (Wojtyla) y sus partidarios se han esforzado en responder en defensa de un «nuevo» «desarrollo» «revolucionario» en la enseñanza sexual católica al que llaman la «Teología del Cuerpo».

El hecho de que la Teología del Cuerpo sea difícil de leer y aun más difícil de entender es algo en que están de acuerdo tanto los adeptos como los detractores de la obra de Wojtyla.

De hecho ha dado lugar a un pequeño negocio de alcance mundial que tiene como su única finalidad la de explicar y divulgar esta nueva teología entre los laicos tanto católicos como no católicos, el clero y los religiosos. Aun no ha llegado el día en que los que rinden culto a Juan Pablo II se den cuenta de que la razón por la que los escritos de Juan Pablo II son difíciles de comprender probablemente sea porque no son católicos, o quizá sea más justo y más preciso decir que en lo que sus escritos tienen de originales, no son católicos y en lo que tienen de católicos, no son originales.

Dadas ciertas complejidades inusuales y la naturaleza multifacética de la controversia de la Teología del Cuerpo (TDC), el autor ha elegido un formato de pregunta y respuesta para proporcionar una visión más clara de los temas críticos que se han de tratar.

Iª Parte

Los orígenes de la Teología del Cuerpo

¿Cuándo se hizo pública, por primera vez, la Teología del Cuerpo (TDC) de Wojtyla?

El manuscrito original que versa sobre la TDC y recopila el trabajo de Wojtyla se publicó en italiano bajo el título Uomo e donna lo creó: Catechesi sull’amore umano (Hombre y mujer los creó: una catequesis sobre el amor humano) antes de su elevación al papado en 1978. (3) Después de que fue nombrado papa, Juan Pablo II dio una versión revisada de sus propias charlas, en pequeños fragmentos, en las audiencias generales de los miércoles desde el otoño de 1979 hasta el otoño de 1984, con tan sólo unas pocas interrupciones, muy oportunas. El título alternativo de su obra, Teología del Cuerpo, lo puso el mismo papa.

El primer ciclo de charlas acerca de la TDC de Juan Pablo II, que llevaba por título «Lo que se quiere decir con ´Comienzo,´» basado en los dos relatos del Génesis y que versaba sobre la indisolubilidad del matrimonio, se dio el 5 de septiembre de 1979, un año antes del inicio de Sínodo de obispos en Roma acerca del Papel de la familia cristiana en el mundo moderno de 1980.

¿Existe más de una traducción de la TDC al inglés?

Sí. La primera traducción al inglés la publicaron las Hijas de San Pablo en el año 1997. Esta traducción se hizo a partir de un texto obtenido en las oficinas del periódico vaticano L’Osservatore Romano en las que se traducen y publican la versión inglesa de los discursos del papa después de las pronuncie. En el caso de la TDC, el gran número de traductores, cada uno en un estilo distinto, dio lugar a muchas inconsistencias entre las versiones.

En el año 2006, Michael Waldstein trajo a la luz una traducción inglesa, nueva y mejorada, del libro Hombre y mujer los creó – Una teología del cuerpo basada en el texto en lengua polaca de Wojtyla que contenía un sistema de títulos originales de cada capítulo además de seis charlas adicionales que nunca se habían publicado más que en lengua polaca. (4) Waldstein es un personaje central en cualquier conversación sobre la TDC. Es el presidente y fundador del Instituto Teológico Internacional para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia en Gaming, Austria. Se creó este centro de estudios a petición de Juan Pablo II.

¿La TDC hunde sus raíces en las primeras ideas y escritos de Wojtyla sobre la sexualidad humana?

El 11 de Mayo de 2006, el Papa Benedicto XVI, dirigiéndose a los que formaban parte del Instituto para Estudios sobre el Matrimonio y Familia, reconoció que:La idea de "enseñar a amar" ya era propia de Karol Wojtyla cuando era un sacerdote joven y después le llenaba de vigor, como joven obispo, cuando se enfrentaba a los momentos difíciles que llegaron al publicar la profética encíclica, que llegó justo a tiempo, de mi predecesor Pablo VI, "Humanae Vitae". Esa fue la circunstancia que le hizo comprender la necesidad de emprender un estudio sistemático de este tema.

En su ensayo «El misterio del ‘Amor Justo'», John T. Crosby, profesor de filosofía en la Universidad Franciscana de Steubenville, Ohio, y un proponente de la TDC, afirma que «Karol Wojtyla ha albergado una afinidad especial hacia el amor entre el hombre y la mujer desde los primerísimos días de su ministerio sacerdotal» y que «demostró una habilidad inusual para reflexionar» sobre este amor. (5) Crosby cita del libro de Juan Pablo II Cruzando el umbral de la esperanza:Como sacerdote joven aprendí a amar al amor humano [esto es, el amor entre el hombre y la mujer]. Este ha sido uno de los temas fundamentales de mi sacerdocio. . . . Si uno ama el amor humano, naturalmente surge la necesidad de dedicarse completamente al servicio del 'amor justo,' pues el amor es justo, es bello. (6)

Crosby afirma que el primer libro de Wojtyla, Amor y Responsabilidad, nacido de su experiencia pastoral con parejas jóvenes, es un estudio profundo y original del «amor justo». (7)

¿Cuándo se escribió Amor y responsabilidad?

Amor y responsabilidad se tomó de una serie de charlas, dirigidas a universitarios, que se centraban en la moral sexual católica, relaciones conyugales, castidad y ética sexual dadas por Wojtyla en 1958 y 1959 en la Universidad Católica de Lublin (KUL), siendo obispo auxiliar de Cracovia. En 1960, se publicó la primera edición de Amor y responsabilidad en lengua polaca con el título Matos I Odpowiedzialnosc por el TNKUL (Sociedad Intelectual de la Universidad Católica de Lublin). Las ediciones en francés e italiano se publicaron en 1965, pero la versión inglesa no vio la luz hasta 1981. (8)

¿Cuál fue el impacto que tuvo Amor y responsabilidad sobre la TDC?

Tuvo un impacto grande en la TDC. Como afirmó Juan Pablo II, la filosofía y los temas básicos de la TDC vieron su origen en Amor y responsabilidad, además de algunos de sus escritos anteriores como Persona y acto. (9) Amor y responsabilidad incluye las ideas iniciales de Wojtyla acerca del valor sexual del cuerpo, el matrimonio, el adulterio, la castidad, la continencia, el celibato y, por encima de todo, el valor y la supremacía de la «persona». El mismo título que escogió Wojtyla para la obra, Amor y responsabilidad, preconizó la naturaleza radical de sus futuras catequesis sobre el sexo y el matrimonio, esto es, la Teología del cuerpo.

El título, Amor y responsabilidad, señaló, además, el inicio de un ataque encubierto a las enseñanzas tradicionales de la Iglesia acerca de los fines primarios del matrimonio, a saber, la procreación y la educación de los hijos y la formación de una familia (un principio que Wojtyla no veía con buenos ojos puesto que estimaba que tal elemento devaluaba el amor conyugal) para dar mayor importancia a las «relaciones interpersonales,» la «integración», «amor» y «responsabilidad.»

¿Cuál es el fundamento filosófico de Amor y responsabilidad?

Amor y responsabilidad representa uno de los primeros intentos de Wojtyla de «casar» la escolástica tradicional de Santo Tomás de Aquino con las filosofías seculares modernas(modernistas), en particular la de Max Scheler, un discípulo de Edmund Gustav Albrecht Husserl, el padre de la fenomenología. (10) Es un secreto a voces que aun cuando era un joven seminarista, Wojtyla encontró carencias en la escolástica y mantenía la esperanza de desarrollar un sistema filosófico y ético nuevo que incorporara la objetividad del tomismo con el personalismo y el subjetivismo humano del Schelerismo — un sistema que era más adecuado para las exigencias y problemas de esa criatura mítica salido de Gaudium et Spes, a saber, «el hombre moderno». (11)

¿Salió bien este intento de «casar» tales ideas?

¡De ninguna manera! ¿Cómo podría salir bien?

Las pasiones intelectuales de Wojtyla se decantaban claramente a favor de Scheler en detrimento de Santo Tomás.

En este cruce de caminos, viene a la mente el aviso de San Pablo acerca de los que «cerrarán sus oídos a la verdad y se volverán a los mitos», (12) y la de San Pío X, quien, en su encíclica Pascendi de 1907, relacionó la afinidad de los modernistas por las novedades filosóficas y teológicas con su odio a la escolástica, y señaló que «no hay señal más segura de que un hombre está en camino hacia el modernismo que cuando empieza a mostrar su aversión por este sistema». (13)

Wojtyla sabía que no debía atacar directamente al tomismo, pero sí intentó eludirlo.

Estas observaciones y críticas a Wojtyla y a sus primeros escritos son validadas, aunque indirectamente, incluso por los promotores de sus obras.

El P. Richard N. Hogan, discípulo de Juan Pablo II, aunque reconoce la contribución de las tradiciones tomista y agustiniana que parten de la existencia de Dios y son «objetivas, deductivas y basadas en principios«, sin embargo cree que nuestra «cultura moderna» exige que, ahora, las verdades de la fe deben ser reveladas por nuevos caminos que son «principalmente subjetivos, inductivos y experienciales«. (énfasis añadido) (14) Hogan destaca la contribución de Wojtyla en este sentido:La dificultad, sin embargo, estriba en tomar las "joyas" de la fe... y presentarlas de un modo nuevo a través de un nuevo sistema filosófico, sin cambiar el contenido de estas "joyas". Necesitamos otro genio, otro San Agustín, otro Santo Tomás, que haga por nuestra era lo que cada uno de estos santos hizo por la suya. Juan Pablo II es otro Santo Tomás, otro San Agustín.

Wojtyla vio que la fenomenología proporcionaba una manera de volver a vincular las normas éticas a la realidad.... A pesar de las críticas que Wojtyla hizo a la obra de Scheler, vio que el uso que éste hacía de la fenomenología proporcionaba una poderosa herramienta para el estudio de la ética cristiana. Si las normas cristianas enseñadas por la Revelación pudieran entenderse como normas interiores, es decir, si estas normas pudieran percatarse a través de la experiencia, dejarían de tener el carácter de leyes externas impuestas desde fuera (el énfasis es nuestro). Además, se podría hablar de estos valores de una manera subjetiva, adecuada al mundo moderno. (15)

Como informó Zenit News, el 22 de marzo de 2003, unos cuarenta y tres años después de escribir Amor y responsabilidad, Juan Pablo II elogió tanto a Husserl como a Scheler en una recepción en el Vaticano para los delegados del Instituto Mundial de Fenomenología, con sede en Estados Unidos. El Papa dio gracias a Dios por haberle permitido participar en la «fascinante empresa» que supuso la investigación y el desarrollo de las obras de Scheler, desde sus años de estudio y enseñanza e incluso más tarde, «en las sucesivas etapas» de su vida y de su ministerio pastoral.

Al perfilar la fenomenología como «sobre todo, un estilo de pensamiento, una relación intelectual con la realidad, cuyos rasgos esenciales y constitutivos se espera captar, evitando prejuicios y esquematismos«, el Papa terminó su discurso describiendo la fenomenología como «una actitud de caridad intelectual hacia el hombre y el mundo y, para el creyente, hacia Dios, el principio y fin de todas las cosas» (el énfasis es nuestro). (16)

¿Fue muy leído en Estados Unidos Amor y responsabilidad cuando se publicó en inglés en 1981?

Al aparecer más de veinte años después de la edición polaca, el libro probablemente pasó desapercibido para la mayoría de los laicos católicos, aunque es posible que gozara de cierta popularidad en ciertos círculos académicos católicos y entre clérigos, religiosos y seminaristas.

¿Cuándo se leyó Ud. Amor y responsabilidad?

Lo leí por primera vez en el año 1981, poco después de que se tradujera al inglés. La nueva edición incluía algunos elementos adicionales que no estaban presentes en el texto original de Lublin de 1960, como una nueva introducción de Karol Wojtyla, ahora sentado en la Cátedra de San Pedro como Juan Pablo II; algunas referencias a la encíclica Humanae Vitae publicada por el Papa Pablo VI el 25 de julio de 1968; un estudio adicional sobre sexología y ética sexual; y unas «notas» en las que el Papa remite a sus obras anteriores, especialmente Persona y acto.

El libro fue un «regalo» de un amigo de muchos años, un sacerdote tradicionalista, que se sintió tan angustiado después de leerlo que lo tiró a la papelera, pero, pensándoselo mejor, lo sacó y me lo envió. Al igual que a él, a mí también me inquietaron muchos aspectos del libro.

Brevemente, ¿qué aspectos concretos de Amor y responsabilidad le inquietaron?

Pues, incluso para un profano, estaba claro desde el principio que el autor de Amor y Responsabilidad se había adentrado en aguas filosóficas muy extrañas y peligrosas.

En su introducción original, escrita en 1960, Wojtyla afirma que su obra «no es una exposición de doctrina». (17) Más bien, refleja en toda ella «un carácter personalista». (18) Atribuye el origen del libro a la «incesante confrontación de la doctrina con la vida», es decir, con la experiencia vivida por las personas, por él mismo y por los demás. (19) «La moral sexual pertenece al ámbito de la persona. … El nivel personal es el único plano adecuado para todo debate sobre cuestiones de moral sexual», explica Wojtyla. (20)

También afirma que su libro «nació principalmente de la necesidad de establecer las normas de la moral sexual católica sobre una base firme, una base lo más definitiva posible, apoyándose en las verdades morales más elementales e incontrovertibles y en los valores o bienes más fundamentales», en particular, el bien de la persona en el contexto del «amor y la responsabilidad» (el énfasis es nuestro). (21) Lo que implica esta afirmación es patente: la Iglesia tuvo que esperar casi 2000 años para que Wojtyla pusiera «la moral sexual católica sobre una base firme», como si para tal tarea la Ley Natural, las Escrituras, el Magisterio de la Iglesia y la Tradición hubieran demostrado ser inadecuados.

En su nueva introducción a la traducción inglesa de Amor y responsabilidad, escrita después de que fuera nombrado papa, Juan Pablo II reafirma la primacía de la «experiencia» en el ámbito de la moral sexual.

La intención del libro es ofrecer una oportunidad de ‘confrontación’ continua e ininterrumpida; una oportunidad de ‘poner a prueba la experiencia con la experiencia'», explica el Papa. (22) Punto seguido, amplía su tesis sobre el valor de la experiencia:“ Esta obra está abierta a todo vestigio de experiencia, venga de donde venga, y es al mismo tiempo un llamamiento permanente a todos para que dejen que la experiencia, su propia experiencia, se haga oír, en toda su extensión, en toda su amplitud, y en toda su profundidad. ... Si los omitimos [es decir, los contenidos de la experiencia], estaremos restando valor y empobreciendo la experiencia, y privándola así de su validez, siendo, como es, la única fuente de información y la base de todo conocimiento fiable sobre cualquier tema. Amor y responsabilidad, con esta suerte de metodología, no teme ni debe temer nada que pueda ser legitimado por la experiencia. La experiencia no tiene por qué temer a la experiencia. La verdad sólo puede salir ganando de tal confrontación". (23)

¿Puede citar un ejemplo concreto de Amor y responsabilidad que ilustre cómo las desventuras filosóficas de Wojtyla afectaron a su capacidad de comunicar las verdades objetivas que sustentan las enseñanzas perennes de la Iglesia sobre la moral sexual?

Uno de los ejemplos más extraños se encuentra en el capítulo V, «Sexología y ética», que, como se ha señalado anteriormente, fue escrito en una fecha posterior por Wojtyla como un suplemento a los cuatro capítulos anteriores. (24) Contiene la única referencia al aborto en el libro.

En una sección titulada “El problema del control de la natalidad”, Wojtyla introduce la cuestión del aborto provocado, al que se refiere eufemísticamente como «el acto de interrumpir artificialmente el embarazo». (25)

Wojtyla afirma que moralmente, “‘la interrupción del embarazo’ es una ofensa muy grave”, pero en su escrito tan sólo se centra en la experiencia de la persona que aborta, no en el niño que es asesinado:“Es [el aborto], de hecho, una interrupción artificial del ritmo biológico natural con consecuencias muy profundas. No hay analogía para el enorme sentimiento de resentimiento que deja en la mente de una mujer. No puede olvidar el hecho del aborto y tampoco librarse del resentimiento que alberga contra el hombre que le llevó a ello. Aparte de sus efectos físicos, el aborto artificial provoca una neurosis de ansiedad con sentimientos de culpa hasta la médula, y a veces incluso una profunda reacción psicótica. En este contexto, podemos destacar la importancia de las declaraciones de las mujeres que sufren depresión durante el climaterio y que, a veces, una década después del suceso, recuerdan el embarazo interrumpido con pesar y sienten una culpa tardía por ello. ...(26)

Ahora bien, la realidad objetiva es que el aborto provocado es el asesinato deliberado de un niño no nacido con la cooperación al menos tácita de su madre. Es el asesinato más vil, porque no sólo se priva al niño no nacido de su vida física, sino también de su vida espiritual, ya que se le priva del Sacramento del Bautismo, la llave de la puerta del cielo.

Sin embargo, en ningún lugar hace mención Wojtyla del niño no nacido cuando habla del aborto. Además, si bien es cierto que matar al propio hijo es un crimen antinatural que provoca una grave «neurosis» y «psicosis» -así como la virtud es su propia premio, el pecado es su propio castigo-, habría sido más apropiado, que Wojtyla, como pastor de almas, recordara a sus lectores del peligro de la muerte eterna si la mujer y sus cómplices no se arrepintieran y son absueltos de su grave pecado.

Luego, como para echar sal en la herida (y más desde una perspectiva provida), Wojtyla concluye su declaración anterior con la observación de que «no hay motivos para discutir el aborto en relación con el control de la natalidad. Hacerlo sería bastante impropio (el subrayado es nuestro)».

Una vez más, la realidad objetiva es que el aborto inducido es la íntima servidora de la anticoncepción y la esterilización. Ambos se estimulan mutuamente y compiten entre sí. Parafraseando a Planned Parenthood, el aborto siempre es necesario como respaldo a la anticoncepción defectuosa u omitida.

Wojtyla cometió un grave error cuando negó la conexión inherente entre el aborto y el control de la natalidad. [En la segunda parte de esta serie volveremos a examinar este punto concreto en relación con la Comisión de Cracovia].

En los dieciocho años que transcurrieron entre la publicación de Amor y responsabilidad y la finalización de TDC, ¿qué acontecimientos influenciaron el punto de vista de Wojtyla acerca del sexo y el matrimonio?

Se me ocurren al menos tres:La participación de Wojtyla en el Concilio Vaticano II, especialmente su influencia en Gaudium et Spes;
La creación por Wojtyla, en 1966, de un grupo especial de investigación, conocido como la «Comisión de Cracovia», con el fin de volver a examinar las enseñanzas de la Iglesia sobre el amor conyugal;
La contribución del cardenal Wojtyla a la encíclica Humanae Vitae, publicada por el Papa Pablo VI el 25 de julio de 1968.

¿Desempeñó Wojtyla un papel importante en el Concilio Vaticano II?

Al principio no, pero su influencia creció lentamente durante la segunda mitad del Concilio, tras su nombramiento como arzobispo de Cracovia el 13 de enero de 1964. Hay que recordar que Wojtyla no recibió el birrete rojo de manos del Papa Pablo hasta el 26 de junio de 1967, mucho después de la clausura del Concilio. (28)

Del 31 de enero al 6 de abril de 1965, Wojtyla participó en la redacción del Esquema XIII, Gaudium et Spes, la Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, pero no fue uno de los principales artífices del documento, tal como se llegó a decir. (29)

Sin embargo, su influencia, así como la de los padres conciliares que compartían algunas de sus ideas revolucionarias sobre el matrimonio, como el Cardenal Leo Jozef Suenens de Malines-Bruselas y el Cardenal Paul-Émile Léger de Montreal, puede verse en Gaudium et Spes, Parte I, Capítulo 1 «La dignidad de la persona humana», y Parte II, Capítulo I «Fomentar la nobleza del matrimonio y de la familia», con sus connotaciones fuertemente «personalistas»; en la descripción del amor conyugal como «una forma primaria de comunión interpersonal»; y en la ausencia clamorosa de los términos “primario” y “secundario” en lo que se refiere a los fines del matrimonio en el texto del decreto. (30)

Llegados a este punto, puede ser útil recordar que en la apertura de la segunda sesión del Concilio, el 6 de octubre de 1963, ya se hablaba entre los padres conciliares de que se acercaba un cambio de paradigma sobre el matrimonio y sus fines.

Este rumor se alimentó aún más cuando el Papa Juan XXIII, en marzo de 1964, sólo unos meses antes de su muerte, con la aprobación del Cardenal Giovanni Battista Montini, su heredero, encargó la creación de una Comisión Pontificia especial para estudiar los recientes avances de la anticoncepción hormonal y para reexaminar la oposición de la Iglesia a la anticoncepción a la luz de las nuevas tendencias demográficas. (31)

El Papa Pablo VI eliminó el tema del «control de la natalidad» del orden del día del Concilio, ¿verdad?

Sí. El 23 de junio de 1964, un año después de la muerte del Papa Juan XXIII, el Papa Pablo anunció la reformulación y reorganización de la Comisión Pontificia para el Estudio de los Problemas de la Familia, la Población y la Natalidad que, en efecto, eliminó las bombas de relojería que eran el «control de la natalidad» y el «control de la población» de los puntos a deliberar por los Padres del Concilio.

Cuando Pablo VI promulgó Gaudium et Spes el 7 de diciembre de 1965, incluía la famosa nota 14 a pie de página en la que el Papa Pablo VI afirmaba: “Por orden del Sumo Pontífice, se han confiado a una comisión algunas cuestiones que requieren una investigación más profunda y cuidadosa para que lleve a cabo un estudio sobre la población, la familia y los nacimientos, a fin de que, una vez terminado, el Sumo Pontífice pueda emitir un juicio. Con la actual doctrina del Magisterio sobre estos asuntos, este santo sínodo no pretende proponer soluciones concretas en este momento”. (32)

¿Seleccionó el Papa Pablo al arzobispo Wojtyla para formar parte de la Comisión Pontificia para el control de la natalidad?

El Papa Pablo nombró a Wojtyla para que se uniera a las deliberaciones de la Comisión durante su quinta, última y más importante, reunión en junio de 1966, pero Wojtyla decidió no asistir, bien por las delicadas complicaciones políticas que atañían al Cardenal Primado Stefan Wysznski y al régimen comunista, bien porque ya había desarrollado una vía de comunicación más directa y eficaz con el Papa.

Randy Engel

Notas a la Parte I

Esta paráfrasis del autor es un juego de palabras de una serie de nueve partes de Si Si No No (Sociedad San Pío X) titulada «Creen que han ganado» de autor anónimo, «Hirpinus» y traducida de Courrier de Rome. Está disponible en http://www.sspxasia.com/Documents/SiSiNoNo/1993_August/They_Think_Theyve_Won.htm. Para un incomparable TAC de la mente modernista de Maurice Blondel y el P. Henri de Lubac, véase la encíclica de San Pío X, Pascendi Dominici Gregis (1907).

Nacido el 18 de mayo de 1920 en Wadowice (Cracovia), Polonia, Wojtyla perdió a su madre y a su hermano Edmund antes de alcanzar la mayoría de edad. Poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia, donde estudió filosofía, literatura y humanidades, escribió poesía y se unió al Grupo de teatro rapsódico de vanguardia «Studio38». Con la guerra llegó la ocupación nazi y luego el dominio soviético. En octubre de 1942, fue aceptado como candidato a las órdenes sagradas en el seminario clandestino organizado en Cracovia bajo el arzobispo Adam Sapieha. Fue ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1946. Dos semanas más tarde, tras obtener el permiso de Stalin para abandonar Polonia, partió a Roma para estudiar en el Angelicum. Dos años más tarde regresó a Cracovia, y en 1954 obtuvo el título de profesor de grado y postgrado en la Universidad Católica de Lubin (KUL). Incluso después de su nombramiento como obispo auxiliar de Cracovia en 1958, la afición de Wojtyla por la novedad filosófica siguió floreciendo, como lo demuestra su sensacional ciclo de conferencias sobre el sexo, la sexología y la ética sexual en Lubin entre 1958 y 1959.

Giovanni Paolo II, Uomo e donna lo creò: Catechesi sull’amore umano. Roma: Città Nuova y Libreria Editrice Vaticana, 1985. Como señala Michael Waldstein, el original polaco tiene el mismo título, pero no el subtítulo.

Juan Pablo II, Man and Woman He Created Them: A Theology of the Body, traducido por Michael Waldstein, Pauline Books & Media, Boston, 2006.

El Papa Benedicto XVI, «Authentic and the Authentic Theology of the Body», traducido por Michael Waldstein, Pauline Books & Media, Boston, 2006. Benedicto XVI, «El amor auténtico se transforma en luz», (Zenit News) enhttp://www.zenit.org/article-15995?l=english

John F. Crosby, «The Mystery of ‘Fair Love'» en http://www.catholic.net/rcc/Periodicals/Igpress/cwr4-99/essay.html.

Juan Pablo II, Crossing the Threshold of Hope, editado por Vittorio Messori; traducido del italiano por Jenny McPhee y Martha McPhee, Alfred A. Knopf, Nueva York, 1994, p. 123.

Karol Wojtyla (Papa Juan Pablo II), Amor y responsabilidad, traducción inglesa, Farrar, Strausand Giroux, Inc., Nueva York, 1981.

Para una breve descripción del estudio (incompleto) de Karol Wojtyla de 1969 Osoba y Czyn (Persona y Acto), que ha sido retitulado The Acting Person: A Contribution to Phenomenological Anthropology (Analecta Husserliana), véase http://www.amazon.com/Acting-Person-Contribution-Phenomenological-Anthropology/dp/9027709858/ref=sr_1_1?ie=UTF8&s=books&qid=1202238403&sr=8-1

Para más información sobre Person and Act, véase «Wojtyla’s Walk Among the Philosophers», de George Weigel, en http://www.eppc.org/publications/pubID.2779/pub_detail.asp.

En septiembre de 1951, el arzobispo Eugeniusz Baziak, administrador apostólico de Cracovia, concedió al joven Wojtyla un permiso para realizar los exámenes de acceso a la universidad. Del 1 al 3 de diciembre de 1953, Wojtyla completó esa tarea presentando su tesis sobre el sistema ético de Max Scheler. En 1960, el mismo año en que se publicó Amor y responsabilidad, la Academia de Ciencias de la Universidad Católica de Lublin publicó la tesis del obispo auxiliar Wojtyla, «Evaluación de la posibilidad de construir una ética cristiana basada en el sistema de Max Scheler». Véase «Biografía (Pre-Pontificado) de Su Santidad Juan Pablo II», disponible en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 13 de febrero de 2001.
11. Gaudium et Spes [Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual] promulgada por el Papa Pablo VI, 7 de diciembre de 1965. Disponible en http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vatii_cons_19651207_gaudium-et-spes_en.html.

«Porque se acerca el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo deseos de oír, se amontonarán maestros a su medida, y, dejando de escuchar la verdad, se desviarán hacia los mitos» (II Tim 4, 3-4).
Papa Pío X, Pascendi Dominici Gregis, 8 de septiembre de 1907, «El modernista como reformador» (38).
Ibid.

«La fenomenología representa una ‘caridad intelectual’, dice Juan Pablo II», Zenit News, Vatican City, 24 de marzo de 2003.

Wojtyla, Amor y responsabilidad, 1981, p.15.

Ibid, p.18.
Ibídem, p. 15.
Ibídem, p. 18.
Ibídem, p. 16.
Ibídem, p. 10.
Ibid., Véase también «En la raíz de la filosofía de Karol Wojtyla», Zenit News, 19 de febrero de 2006, que contiene lo más destacado del congreso de tres días celebrado en Madrid sobre «La filosofía personalista de Karol Wojtyla». Según Jaroslaw Merecki, «la experiencia, primera fuente de la filosofía del hombre, y el encuentro con la fenomenología son las fuentes de la filosofía de Karol Wojtyla».
Todo el capítulo 5, «Sexología y ética», empezando por el uso poco riguroso que hace Wojtyla de términos como «sexología» y «control de la natalidad», y después por su lenguaje sexual explícito, es muy problemático, no sólo el ejemplo del aborto que se cita.

Ibídem, p. 284.
Ibídem, 284-285.
Ibid. 285.

Tras la muerte del cardenal Adamo Stefano Sapieha, el 21 de julio de 1951, Eugeniusz Baziak, arzobispo de Lviv (Ucrania), fue nombrado administrador apostólico de Cracovia, cargo que ocupó hasta su muerte, el 15 de junio de 1962. El 16 de julio de 1962, Wojtyla fue nombrado Vicario Capitular, y en diciembre del año siguiente fue designado Obispo Metropolitano de Cracovia.

El P. Ralph M. Wiltgen no menciona el nombre de Wojtyla en su obra clásica The Rhine Flows dInto The Tiber, Tan Books, Rockford, Il., 1985.

Véanse las notas a pie de página de Donald R. Campion, en The Documents of Vatican II (Walter M. Abbott,S.J., General Editor, American Press, 1966, pp. 249, 250, 252, 254 y 256), que coincide enérgicamente en esta apreciación sin mencionar a Wojtyla por su nombre.

Los seis miembros de la Comisión original se reunieron en octubre de 1963 en Lovaina. Los seis miembros de la Comisión original se reunieron en octubre de 1963 en Lovaina. Una Comisión ampliada, de tres niveles, creada por el Papa Pablo VI, se reunió en Roma en abril y junio de 1964, una vez en 1965, y celebró su última reunión en abril de 1966 con la presencia de 72 miembros
Gaudium et Spes, parte II, capítulo 1, nota a pie de página nº 14.

Tomado de “Catholic Family News

sábado, 5 de agosto de 2023

España al borde del precipicio (Fernando del Pino Calvo-Sotelo)


Nec laudibus nec timore, sed sola veritate
(Ni con alabanza ni con miedo sino sólo con la verdad)


Escribo pocas veces sobre política española, pero la frustración de las expectativas creadas respecto a una alternancia en el gobierno exige una reflexión. Aunque todo análisis realizado a posteriori –incluyendo este artículo– tiene menos valor que si se hubiera realizado a priori y debe ser tomado cum grano salis, las funestas consecuencias que tendrá la continuación del actual gobierno, cuyos pactos con sus aliados separatistas doy por sentado, requiere de una seria llamada de atención.

La probable permanencia en el poder de un personaje como Sánchez sólo se entiende por un motivo: es un gobernante que nunca ha tenido oposición digna de tal nombre. En efecto, la no-oposición, blandita como el algodón, de Rajoy II (Casado) y Rajoy III (Feijoo) ha sido un regalo extraordinario que le ha permitido cruzar todo tipo de líneas rojas sin recibir coste de respuesta más allá del trémulo piar de un pajarillo. Este estilo político de no-oposición se basa en esperar a que caiga la fruta al suelo en vez de cogerla de las ramas del árbol, en ponerse con parsimonia a la cola esperando que antes o después le llegue el turno, en concentrarse en andar de puntillas y no hacer mucho ruido más que en levantar la voz. Es como un café tibio, algo insulso y poco apetecible y la antítesis de la osadía y audacia necesarias para alcanzar el poder, que la ultraizquierda leninista supo utilizar con tanta eficacia.
Errores de bulto y expectativas frustradas

Algunas críticas sobre el modo en el que el PP ha realizado su campaña electoral me parecen justas. La forma más frecuente de ganar unas elecciones es metiendo miedo a la población y diciéndole a quién culpar de ello. Mientras el PSOE dominaba esta estrategia tan burda como eficiente con el miedo a la “ultraderecha” (particularmente en Cataluña, donde los votantes no separatistas prefieren el apaciguamiento a la firmeza y confrontación, al contrario que los separatistas), el PP aludía como socio preferente a un PSOE moderado hoy inexistente a la vez que denigraba a su socio de gobierno natural: la oposición haciéndose oposición a sí misma. En abierto contraste, el PSOE trataba con guante blanco a sus socios comunistas sin mencionar en ningún momento el “voto útil” a pesar de que la izquierda está tan dividida como la derecha – dividida, pero no enfrentada.

Tras afirmar sentirse “más cerca del PSOE que de Vox” (¿será cierto?), el PP cayó en la trampa de asumir el discurso de su adversario y realizó una campaña acomplejada y a la defensiva centrada en disculparse por sus pactos. ¿Tan difícil era poner como ejemplo el éxito de Madrid, donde tras un gobierno del PP con el apoyo de Vox no sólo no han desfilado las huestes franquistas por la Castellana, sino que los ciudadanos, encantados, han otorgado al PP mayoría absoluta? La patológica falta de combatividad de la no-oposición le impedía incluso fingir indignación y exigir explicaciones a Sánchez por la estable alianza del psicópata con la “ultraizquierda” y el separatismo de pasado golpista o terrorista. Que le haya sido más sencillo al PSOE asustar con la “ultraderecha” que al PP asustar con la alianza subversiva que personifica Sánchez (y que asusta incluso al minoritario socialismo moderado que tantos añoramos) resulta increíble. Por último, la ausencia del líder del PP en el segundo debate fue algo tan patético como el escaño vacío de Rajoy en su moción de censura.

Por lo tanto, aciertan quienes señalan como un problema al principal partido de la no-oposición, pues, como en Hamlet, “algo huele a podrido en Dinamarca”. En efecto, la dinastía Rajoy no terminó con su marcha de la política, sino que continuó con sus sucesores, que permanecieron fieles a ese estilo timorato que he descrito antes y que supone una verdadera bendición para un gobernante agresivo y sin escrúpulos como Sánchez. Éste es el verdadero nudo de la cuestión, y muestra un problema mucho más profundo que afecta a la política española desde la Transición.
El desequilibrio de fondo de la política española

Este estilo de comportarse se basa en la aceptación de las reglas, del lenguaje y de las definiciones de bien y mal del adversario político (el PSOE state of mind de Quintana Paz), lo que da lugar a la dócil aceptación de un doble rasero. Quien expide los pasaportes de corrección política es la izquierda. Por ejemplo, los comunistas subversivos de Podemos, los filoterroristas de Bildu o los delincuentes separatistas catalanes son partidos respetables, pero Vox es una peligrosa “ultraderecha” a la que hay que encadenar. ¿Se imaginan que al golpista Tejero – que pasó 15 años en prisión – se le hubiera indultado a los 3 años como a los catalanes? ¿Se imaginan que el caso ERE – el mayor escándalo de corrupción de la democracia– hubiera afectado a la derecha? Pero la mayor muestra del doble rasero es que, a pesar de que desde la llegada de la democracia toda la violencia política ha provenido de la extrema izquierda (tanto con el terrorismo marxista de ETA y el GRAPO como con los escraches y las violentas manifestaciones de batasunos y podemitas), es sobre la derecha sobre quien recae la sospecha permanente de extremismo.

El mismo estilo es el que explica la obsesión por el “centrismo”, concepto que nada tiene que ver con la loable definición aristotélica de virtud (el justo medio entre dos extremos), sino con un vacío absoluto de ideas y principios y un abandono de la lucha política rayano en la cobardía. ¿Observa acaso el PP que Sánchez o Podemos hayan alcanzado el poder gracias a su “centrismo”? ¿Cómo aspira a tener éxito un partido que vive atrapado por el miedo a pisar las líneas que le marca su adversario para provocarle una indefensión estructural?

En España la mitad del espectro político decidió hace muchos años dar por perdida la batalla del lenguaje y aceptó jugar con las cartas trucadas sin presentar debate ideológico o cultural alguno, limitándose a un seguidismo de toda iniciativa política que presentara la otra mitad (feminismo, ideología de género, etc.). Naturalmente, esto incluye adoptar el epíteto de “ultraderecha” (los ultras sólo pueden ser de derechas) para demonizar al partido que nació originalmente como una disidencia de los votantes traicionados por Rajoy.

En efecto, la crisis crónica del PP y la división de “la derecha” tienen como responsable último a Rajoy, nombrado a dedo con escaso acierto. Tras dos derrotas electorales consecutivas, sólo pudo ganar las elecciones del 2011 gracias a una enorme crisis económica utilizando como ariete la única acción responsable de Zapatero, que fue congelar las pensiones en un entorno de quiebra técnica del Estado. El PP prometió no congelarlas y bajar los impuestos, pero al llegar al poder aumentó las pensiones un insignificante 0,25%, subió los impuestos más allá de lo que proponía el Partido Comunista y, lejos de avergonzarse, se jactó de ello a través del ministro de Hacienda más dañino para la seguridad jurídica de nuestro país (hasta la llegada de Sánchez y el desastre Montero, naturalmente): “Me río porque hemos desconcertado a la izquierda”, afirmó encantado Montoro. Poco tiempo después, el gobierno del PP volvió a mentir sobre la subida del IVA, que realizó después de las elecciones andaluzas del 2012 tras afirmar que no lo haría.

Tras prometer luchar contra la corrupción (sin comentarios) e incumplir su programa, que incluía “la reforma del sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial, para que, conforme a la Constitución, doce de sus veinte miembros sean elegidos por los jueces”, continuó traicionando a sus electores al mantener el protocolo que permitió la salida airosa de ETA tras su derrota policial. Incumplió sus promesas y consolidó todas las leyes ideológicas de ZP, incluyendo la de Memoria Histórica o la del aborto: es más, susurró a sus magistrados afines que metieran en un cajón su propio recurso ante el Constitucional. Increíble.

De este liderazgo tan dañino, del que el PP jamás ha entonado un mea culpa, nació Vox, un partido que tras su inicial ascenso perdió impulso y quedó noqueado con su fracaso en Andalucía, donde intentó pasar de partido nicho a partido mayoritario. Su dificultad para evolucionar desde una política de guerrilla a la de una política de gobierno, sus inoportunas estridencias estéticas y verbales, que favorecen la caricatura y el voto del miedo, la carencia de renovación de sus cuadros y las extrañas inclusiones y exclusiones en sus listas electorales son errores propios de la formación, que sorprendentemente ha omitido toda autocrítica.

La “derecha” puede acudir a las elecciones dividida, pero no enfrentada. El tiempo de despreciarse mutuamente o de apelar al cansino timo del “voto útil” ha pasado.
Los que miran sin ver y escuchan sin entender

Pero el verdadero culpable de que Sánchez pueda seguir gobernando es esa parte del electorado español que le ha votado a pesar de protagonizar la legislatura más escandalosa de la democracia. A esa parte del electorado no parece importarle nada sus mentiras constantes respecto a no indultar a los golpistas catalanes o no gobernar con los comunistas ni con los simpatizantes del terrorismo vasco; o la entrega al País Vasco de las competencias penitenciarias, a lo que se habían negado todos los gobiernos anteriores, que ha servido para acelerar el tercer grado de terroristas de ETA, o la reforma ad hoc del delito de sedición y de malversación para premiar a los golpistas catalanes. Esta parte del electorado tampoco parece darle importancia a la preocupante demolición institucional que ha llevado a cabo, desde su asedio a la jefatura del Estado, al escandaloso cese, sin precedentes, de la directora del CNI o al dictatorial control de un Tribunal Constitucional absolutamente politizado que parece querer bordear la prevaricación sin fingir ya siquiera un mínimo de objetividad.

Los votantes de Sánchez tampoco parecen comprender que votarle significa votar el independentismo catalán y el filoterrorismo de Bildu (ojo, su socio más leal), que amplifican su poder gracias a Sánchez, su topo en la Moncloa. Si esto no les importa, imagínense lo poca importancia que darán a su guerracivilismo desenterrador de muertos, a la sistemática erosión del Estado de Derecho con su abuso del decreto-ley, su ilegal estado de alarma o la aprobación de leyes abiertamente inconstitucionales, o a sus tics autoritarios que le llevan a evitar exponerse al escrutinio público de la prensa o el Parlamento. Tampoco parece importarles el cambio de política exterior respecto al Sahara y su sometimiento a Marruecos en detrimento de los intereses nacionales tras el sospechoso espionaje a su móvil, actuación que en un país con instituciones más sólidas habría dado lugar a una seria investigación independiente. Por último, también les da igual su estilo macarra y el impudoroso amor al lujo y a los privilegios de que ha hecho gala, más propios de un dictador de república bananera que del primer ministro de un país europeo. El mérito de Sánchez es haber comprendido precisamente esto: que puede hacer lo que le venga en gana porque a una parte de su electorado todos estos escándalos le vienen grandes o le resultan indiferentes.

La lección que extrae un psicópata de estas elecciones es que tiene carta blanca para hacer su voluntad sin límite ninguno. Prepárense. Especializado en explotar la carencia de contrapoderes del régimen del 78, que no supo crear instituciones fuertes e independientes ni arbitró suficientes mecanismos de autodefensa ante una situación así, Sánchez continuará con su agenda subversiva e inescrupulosa de demolición del sistema con un poder crecientemente autocrático y arbitrario sin que la ley le sirva de freno, pues domina el Constitucional como si estuviéramos en la URSS. No esperen ninguna ayuda de la UE: Sánchez es uno de los suyos, pues saca un diez en todas las asignaturas ideológicas de Bruselas.

Si Sánchez se mantiene en el poder, el daño que producirá a España será difícilmente reparable: el régimen del 78 quedará herido de muerte y la Constitución será papel mojado. Lamentablemente, ni la oposición, ni los medios, ni gran parte de los españoles se han enterado de lo que nos jugábamos en estas elecciones.

viernes, 4 de agosto de 2023

NOTICIAS VARIAS 4 DE AGOSTO 2023 (incluye videos)


LA GACETA

El Partido Popular y VOX firman su pacto de gobierno en Aragón

El obispo Munilla carga contra la ideología de género en la JMJ: «Nadie nace en un cuerpo equivocado»

INFOVATICANA


Emmanuel Danann

SOUND OF FREEDOM: La película que enloquece al progresismo |Emmanuel Danann analiza la reacción desmedida de la prensa y de los progresistas a la película Sonido de Libertad.

VIDEO 6:47 MINUTOS


ELENA BERBERANA

ENFERMA EL PROTAGONISTA DE SOUND OF FREEDOM JIM CAVIEVEL Y LOS MEDIOS LO SILENCIAN

Jim Caviezel, protagonista de la perseguida cinta de Sound of Freedom, ha caído enfermo justo antes de arrancar la gira de la película por el mundo, siendo El Salvador el primer país con un presidente en atreverse a enfrentarse a la presión mediática y recibir al equipo de la película. La ausencia de Caviezel se debió a su urgente hospitalización en Atlanta. El intérprete no pudo ni salir de EEUU teniendo que ser recogido en una ambulancia en el mismo aeropuerto, tal y como anunció el productor del film Eduardo Verastegui en un hotel de El Salvador. Llama poderosamente la atención el silencio mediático sobre este asunto. De momento, el actor ya fue dado de alta, pero aún no ha transmitido nada la productora sobre su estado de salud. El propio productor pedía una oración por él reconociendo que su estado no era nada halagüeño. Cabe recordar que Verastegui confesó que había recibido amenazas tras el estreno de la película más boicoteada de la historia del cine americano.

video 15:38 MINUTOS


LISBOA JMJ 2023 VIDEOS

 


UN SACERDOTE MILLENNIAL


- JMJ2023 Obispo No queremos convertir a los jóvenes. 

DURACIÓN 13:54 MINUTOS



- OBISPO ESPAÑOL (D. Demetrio Fernández González) en JMJ - Agenda 2030 e Ideología de Género


CONOCE, AMA Y VIVE TU FE

Aprobado por los Obispos de México el Rito Maya de la Santa Misa / Luis Román

Duración 2:16 minutos


¡ATENCIÓN! España va hacia la ruina en octubre

EL TORO TV


26:11 MINUTOS

Ariza: está muy bien que la Iglesia pida perdón… ¿Y la ONU o Pedro Sánchez?



Duración 3:11 minutos