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sábado, 12 de diciembre de 2020

Cinco obispos publican declaración contra las vacunas Covid-19

 ES NEWS


Monseñor Athanasius Schneider publicó el 12 de diciembre una declaración contra las vacunas Covid-19 hechas con [tejidos de] bebés abortados. La declaración fue co-firmada por

• el cardenal Janis Pujats, de Riga (Latvia)
• el arzobispo de Astana (Kazajistán), monseñor Tomasz Peta
• el ex arzobispo de Karaganda, monseñor Jan Pawel Lenga
• el obispo de Tyler (Texas/Estados Unidos), monseñor Joseph Strickland

Un grupo internacional de científicos y médicos participaron en la elaboración de la declaración, que rechaza el “coro creciente” de conferencias episcopales, obispos individuales y sacerdotes que “permiten” esas vacunas.

Los cinco prelados rechazan los dos documentos del Vaticano (2005, 2008) que apoyan la teoría que una vacuna inmoral puede ser “moralmente lícita” en “casos excepcionales de necesidad urgente” si no hay alternativa.

La declaración explica que esta posición es inaceptable para los católicos, quienes “categóricamente y más allá de toda sombra de duda rechazan el aborto en todos los casos como un mal moral grave que clama al cielo por venganza”.

El principio teológico de una “cooperación material” moralmente posible se aplica para Schneider sólo a casos como pagar impuestos o utilizar productos fabricados con trabajo esclavo, pero no al “monstruoso” crimen del aborto, el cual es “el peor de todos los genocidios conocidos” por el hombre.

El texto culmina diciendo que “los fines no pueden justificar los medios”.

LA GRAN MENTIRA SOBRE CANARIAS

 EL TEATRO DE WILL


Duración 10:42 minutos



Una prueba de PCR no es igual a Covid-19. Los problemas con el recuento de "CASOS" de Covid19

 DOCTORA NATALIA PREGO CANCELO


Duración 4:44 minutos

La Dra Natalia Prego Cancelo nos explica los problemas con el recuento de casos de Covid19. Una prueba de PCR no es igual a covid-19 y así lo afirma de igual forma Carl Heneghan, director del Centro de Medicina Basada en Evidencia de la Universidad de Oxford y editor de BMJ Evidence 


En consecuencia conviene repensar la forma de medir la Covid.

La Virgen de Guadalupe, verdadera Madre de América

 ADELANTE LA FE



Nuestra Señora de Guadalupe posee los títulos de Patrona de Hispanoamérica (concedido por San Pío X), de las Américas (Pío XI), Emperatriz de América (Pío XII) y Madre de las Américas (Juan XXIII). Previamente, Benedicto XIV la había proclamado patrona de Nueva España en 1754.

La historia de la aparición de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego, indio de estirpe real, en el cerro Tepeyac es harto conocida, por lo que no nos detendremos mucho en ella. Nuestra Señora se le apareció varias veces, y le pidió que solicitara al obispo que le construyese una iglesia en aquel lugar. El prelado le pidió una prueba. La Virgen se le volvió a aparecer, e hizo que brotaran rosas en el Tepeyac, a pesar de que era invierno. Juan Diego las recogió en su tilma (manto que usaban los indios, pero que también utilizaban como ayate o mecapal para llevar cargas cuando trabajaban en el campo). Cuando se presentó ante el obispo y abrió el manto dejando caer las rosas en el suelo, la imagen apareció impresa en la tilma. Es una imagen aqueiropita, es decir, no pintada por manos, al igual que la Sábana Santa, Nuestra Señora de Coromoto o el Santo Rostro de Manoppello.

Las tilmas se confeccionan tejiendo fibras del maguey o ágave. Los tejidos de ágave rara vez llegan a durar más de 20 ó 30 años. Una copia hecha en tela de maguey hace un par de siglos se desintegró en unas pocas décadas. La tilma ya tiene 489 años y no ha sufrido el menor deterioro. Durante más de un siglo careció de la menor protección, soportando el humo de las velas y los toques y besos de los fieles. Por alguna razón misteriosa, la tela repele el polvo y los insectos. El monte Tepeyac, lugar de la aparición, junto al lago Texcoco, tiene tal grado de salinidad que en ochenta años deshace el hierro. Cuando en 1795 un trabajador que limpiaba el marco de plata la salpicó accidentalmente con ácido. Habría sido suficiente para destruir la tela, pero apenas dejó unas leves manchas que tienden a desaparecer con el tiempo. El 14 de noviembre de 1921 un anarquista colocó un explosivo disimulado en un ramo de flores que destruyó vidrieras y ventanas de la basílica y casas aledañas, y hasta retorció un crdrio ucifijo de bronce, pero la tilma no sufrió el más leve daño; ni siquiera se quebró el viantibalas que la protege.

La tilma mide 1,43 m., pero guarda la proporción áurea. Es un pictograma. Los aztecas no tenían alfabeto y escribían mediante imágenes, como los egipcios con los jeroglíficos; de un solo golpe de vista captaban mucho. Entendían el lenguaje de los símbolos.

Al superponer la tilma sobre un mapa de México las flores coinciden exactamente con montañas y volcanes que eran sagrados para los indios. Esto quiere decir que Ella es Señora de todos ellos. Pero como eso sólo se puede comprobar observando desde el espacio, tal cual los ve Ella desde el cielo, aquí tenemos un mensaje para nuestra época tecnológicamente avanzada, como pasa con la Sábana Santa. La Reina de la Tierra es María, no la Pachamama (que además es andina y ni siquiera se la representaba con una estatuilla hasta la abominación desoladora que se dio en el lugar santo del Vaticano en octubre de 2019; justo antes de la plaga del covid, qué casualidad. Pero claro, hoy en día prima el buenismo y a nadie le gusta a hablar de que Dios manda castigos y plagas). Para nosotros, la flor es un adorno o se ofrece como un gesto de cariño; para los aztecas, era el símbolo de la verdad. Por medio de flores, la Virgen demostró que su mensaje era verdadero y que Juan Diego no mentía.

En 1531 apareció el cometa de Halley, lo cual fue para los indios señal de que algo andaba mal. Luego vino un eclipse que los dejó aterrorizados. Pensaron que Huitzilopochtli, el dios de la guerra, debía de estar furioso. Eso exigía sangre, muchos sacrificios humanos. Para colmo, un terremoto destruyó los templos, y una epidemia de viruela se cobró gran cantidad de víctimas. Todo aquello quería decir que su religión estaba errada. Cuando los conquistadores destruyen sus ídolos, los indios entienden que su civilización está herida de muerte. Sin templo, para ellos no hay cultura ni civilización. Entonces hace su aparición la Virgen Tecuatlasupe, la que aplasta la serpiente, trayendo el nuevo templo, simbólicamente representado en su manto.

El 12 de diciembre, día de la primera aparición, era el solsticio de invierno, pues aún estaba en vigor el calendario juliano. En el gregoriano equivalía al 22 de diciembre, pero éste calendario no entró en vigor hasta 1582. A partir del solsticio de invierno los días empiezan a ser más largos, hay más luz. Nuestra Señora se aparece inaugurando la era de la luz.

Por eso, a lo largo de la siguiente década cerca de diez millones de indígenas se bautizan. A lo largo del Nuevo Mundo se dieron apariciones e intervenciones milagrosas de la Virgen, que contribuyeron a la rápida conversión de los naturales, como Coromoto e Itatí, y hasta Santiago Apóstol se apareció en caballo y ayudó a los españoles en algunas batallas en que se vieron en un aprieto con indios agresivos que los superaban en número, según cuenta el Inca Garcilaso en su Historia general del Perú. 

Richard Kuhn, premio Nobel de química en 1938, llegó a la conclusión de que los pigmentos que componen la imagen no son de origen vegetal, animal ni mineral, ni tampoco sintéticos. No fue capaz de determinar el origen. No son de este mundo. El Dr. Phillip Callaghan, biofísico, científico de la NASA y técnico en pinturas ha afirmado que los pigmentos no son de ningún elemento conocido. Y en todo caso, no hay el menor rastro de pinceladas. Esto es posible apreciarlo a simple vista en el zapato de la Virgen, que aparece pisando la luna. Es del color de la tilma y permite apreciar la trama de los hilos. Se observa además que carece de imprimación, es decir, de alguna de las sustancias que se suelen aplicar previamente a una superficie para pintarla. Por tratarse de una tela muy porosa que puede contener orificios, desgarros, costuras visibles y nudos en los hilos, es imprescindible la imprimación para ocultar las imperfecciones de la tela y permitir que se adhiera mejor el color. De hecho, las imperfecciones contribuyen a destacar la belleza de la imagen; por ejemplo, un nudo en la trama queda disimulado formando el labio inferior.

El Dr. Enrique Graue, oftalmólogo y rector de la UNAM, observó con un oftalmoscopio que los ojos de la Guadalupana reflejan la luz exactamente como lo harían unos ojos humanos: al acercar una luz se contraen las pupilas, y alejarla se dilatan, y poseen las tres características de refracción de la imagen que tiene el ojo humano: el efecto Púrkinje-Sánsom, por el que la imagen se triplica en la córnea y en las dos caras del cristalino. ¡Están vivos! Esto es imposible de hacer en una pintura. Los ojos han sido examinados por una veintena de oftalmólogos, así como por el Dr, José Aste Tönsmann, ingeniero informático de la Universidad de Cornell y profesor de investigación operativa de la Universidad Iberoamericana de México, aumentando la imagen hasta una escala 2500 veces superior al tamaño real, y llegaron a descubrir en la imagen un total de 13 personas, varias de las cuales han podido ser identificadas. Se trata de las que estaban presentes en el momento del milagro de las rosas, incluido el obispo junto con sus asesores y sirvientes. Es una instantánea de lo que sucedió en el momento del milagro. En el centro de la pupila y a escala más reducida se ve otra imagen, independiente de la primera: en el ojo izquierdo aparece una familia indígena compuesta por una mujer, un hombre y varios niños, y en el derecho otras personas de pie detrás de la mujer. 

Las estrellas del manto reproducen la situación de las constelaciones visibles en la madrugada del 12 de diciembre de 1531 en el momento de la aparición. El Dr. Andrés Brito explica que las estrellas corresponden a la posición que ocupaban en el cielo, con la peculiaridad de que se trata de una imagen especular anamórfica: es como un espejo que refleja las estrellas del firmamento. Como si la Virgen estuviera en el espacio y las estrellas se reflejaran en el manto.

Como en el capítulo 12 del Apocalipsis, es una Mujer revestida del Sol, con la Luna a sus pies y una corona de 12 estrellas en la cabeza. Hay en total 46 estrellas y 14 constelaciones: sobre la cabeza brilla la constelación Corona Boreal. Claro. Es Reina. Hay otras constelaciones, como el León (el León de Judá), con la estrella Régulus (en latín, pequeño rey; el Niño Jesús al que dará a luz), que coincide con nahui ollin. La constelación de Virgo (la virgen) se representaba en ilustraciones de la época con una espiga y un sarmiento: en ella están las estrellas Spica y Vendimiatrix (espiga y vendimiadora: el pan y el vino de la Eucaristía). Junto a Virgo está Coma Berenice, que es una mujer con un niño. A continuación va el Navío Argós, representando el arca de Noé o arca de salvación, como también se ha llamado con razón a María, y la Cruz. Centauro, con una víctima y Ara (el altar). Luego Sagitario con el arco, señal de la Alianza, (otro centauro; ser con 2 naturalezas, como Cristo), que dispara al Escorpión y Ofiuco (la serpiente). Todo muy significativo. Y la estrella Sirio, que en hebreo se llama Nas seir ene (el Príncipe que viene) y recuerda en su pronunciación a nazareno. «Los cielos pregonan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos» (Salmo 19,2).

Huitzilopochtli, al que los españoles, incapaces de pronunciar su nombre, llamaban no sin cierta lógica Huichilobos, era el dios de la guerra, sanguinario y caníbal; Ometéotl era en cambio el dios de la vida y la alegría que hacía brotar las plantas. No tenía forma antropomorfa. Se lo representaba como una espiral en cuyo centro estaba la flor nahui ollin, símbolo para los aztecas de la vida universal. Era el creador de las personas, dueño del Cielo y la Tierra y dios verdaderísimo por el que se vive, características propias del Dios verdadero. Nuestra Señora se presenta ante los indígenas como Madre de ese Dios. Era un mensaje que entendían perfectamente. Les habla en su idioma, por así decirlo. Les decía que había un Dios bueno, al que sin conocerlo intuían y torpemente veneraban y buscaban a tientas; como el Dios desconocido (Agnostos Theos) de los griegos por el que juraban los atenienses, y que, según les explicó San Pablo (Hechos 17) era aquel al que adoraban sin saberlo, Creador del mundo y cuanto éste contiene, Señor del Cielo y la Tierra que da vida y aliento a todo. Semina Verbi que preparaban el camino para conducir al Dios verdadero.

La Virgen es una Señora. Si no tuviera la cabeza inclinada, la costura de la tela pasaría por su cabeza, y eso no va con una Señora. Pero como tiene el cabello suelto, eso quiere decir que es virgen; no está casada. Las casadas llevaban el pelo recogido. Tiene un broche de jade, piedra semipreciosa que pulían los indios para hacer espejos; la consideraban divina porque se veían reflejados en ella. Y como en el broche de jade estaba el símbolo que veían en los estandartes de los conquistadores (la Cruz), pensaban: «Ella es de la misma religión que éstos que han venido por el mar a los que consideramos dioses». 

Tiene las manos juntas. Para nosotros está rezando, y así es, pero para los indios ese gesto significaba: «Traigo un regalo». La cinta que lleva a modo de cinturón quiere decir que está embarazada (¡en cinta!). Esto concordaba con lo que decían los misioneros de que tuvo a Jesús a pesar de ser virgen. El regalo que trae es su Hijo, Creador del mundo y sostenedor del universo.

Se adorna con el Sol, se viste con las estrechas y tiene la Luna a sus pies: esto quiere decir que es emperatriz del universo. Es más poderosa que los astros y que sus dioses, porque esos dioses –los astros– están al servicio de Ella. Pero no es una diosa. A pesar de ser emperatriz, no deja de manifestar humildad con la cabeza inclinada. Inclinada ante Aquel que es mayor que Ella.

La flor nahui ollin, flor de Ometéotl, aparece siete veces: el regalo que trae es, pues, el verdadero Dios del que Ometéotl es figura. Los españoles no percibían nada de esto, pero los indios lo entendían en cuanto lo veían. 

Tiene una rodilla ligeramente levantada. Recuerda a las Inmaculadas de Murillo y otros pintores, aunque éstas son posteriores. Pero esa postura de contrapposto, que se utiliza en pintura y escultura para dar sensación de movimiento, significa para los indios que está bailando. Nosotros entendemos el baile como algo lúdico y festivo que no va con la liturgia, pero para los indios era su forma de adorar. Está rezando y adorando al Dios que nos trae. La túnica es de color turquesa, que sólo podía ser usado por el emperador; por tanto, es emperatriz.

Está situada sobre la Luna. México significa «ombligo de la Luna». O sea, que viene a tomar posesión del país. Hay otras etimologías, pero ésta es la más popular hoy en día y la que tiene más sentido. Para los mexicas, al igual que lo era su propia tierra para tantos otros pueblos de América y de Asia, México era el centro del mundo. La luna es negra: María eclipsa el Sol y oscurece la Luna, que eran dioses para los indios, y les hace ver que su Hijo es el Sol de Justicia, más poderoso que sus dioses paganos. 

El ángel no es tal, sino Juan Diego vestido con la camisa que llevaban los indios convertidos. Sus alas no son de ángel, sino de águila, porque habla como Águila. Cuauhtlatoatzin, apellido de Juan Diego y nombre que usaba antes de bautizarse, significa «el que habla como el águila». Nos trae a la Virgen. Con una mano sostiene el cielo, representado en el manto, y con la otra la Tierra, simbolizada por la túnica. Une cielo y tierra mediante la Virgen de Guadalupe. La que aplasta la serpiente, es decir, aplasta a Coatlicue, madre de los dioses equivalente a la Pachamama incaica, cuyo templo se hallaba precisamente en el Tepeyac y a la que ofrecían sacrificios humanos. Se la representaba con una falda de serpientes y de la cabeza le brotaban otros dos ofidios. También la conocían como Tonantzin, que significa «nuestra venerada madre». Pero la verdadera Madre del Cielo vino a sustituir a la falsa, y por eso le pidió a San Juan Diego que se le edificase un templo allí en el Tepeyac. Como tantas otras veces en la historia de la conversión de los pueblos, el nuevo templo de la verdadera religión se edifica sobre el viejo de la idolatría. La verdad se impone y sustituye a la mentira y la ubicación de los antiguos templos y lugares sagrados es exorcizada y consagrada, como ha sucedido tantas veces a lo largo de la historia al cristianizarse Roma y los diversos pueblos paganos. Que no nos vengan ahora con cuentos queriendo resucitar el paganismo ni inventando sincretismos.

Tecuatlasupe quiere decir la que aplasta la serpiente. Los españoles, incapaces de pronunciar trabalenguas como aquellos nombres mexicas, entienden Guadalupe. Pero la propia Virgen pidió que se la honrase como Santa María de Guadalupe cuando se apareció a Juan Bernardino, tío de Juan Diego que estaba enfermo y fue sanado por la Virgen, y con ese nombre une el Viejo y el Nuevo Mundo. Es madre de los españoles y de los indios. Por eso tiene rasgos mestizos. Estudios genéticos han demostrado que el 93% de la población del país es mestiza. Es la raza cósmica (es decir, universal) de la que hablaba el mexicano José de Vasconcelos. Al contrario que las potencias coloniales o que EE.UU., España no exterminó a los indios; se casó con ellos, los bautizó y tuvo descendencia, ampliando su familia y acrecentando almas a la Iglesia.

El 24 de abril de 2007, día en que se legalizó el aborto en México, los feligreses que atestaban la basílica durante la Misa pudieron observar a la altura del vientre de la imagen una luz con la forma de un embrión, que muchos pudieron fotografiar (ver aquí).

Para terminar, diremos que el contador y matemático Fernando Ojeda superpuso el diseño de las flores y las estrellas sobre un pentagrama y obtuvo una melodía que se cree que es la música celestial que oyó Juan Diego cuando se le apareció la Virgen. Cuando se intentó repetir el experimento con copias de los siglos XVI y XVII en las que los pintores habían dispuesto aleatoriamente las flores y las estrellas salió un sonido inarmónico. En Youtube se pueden encontrar numerosas grabaciones y adaptaciones: para arpa (aquí y aquí), con otra instrumentación, y hasta arreglada para orquesta.

¡Feliz onomástica a todas las Guadalupes de América, España y Filipinas!

Sobre la ilicitud moral del uso de vacunas hechas de células derivadas de fetos humanos abortados (Monseñor Athanasius Schneider)

 ADELANTE LA FE


Recientemente, se ha sabido por los servicios de noticias y diversas fuentes de información que en relación con la emergencia de Covid-19, en algunos países se han producido vacunas utilizando líneas celulares de fetos humanos abortados, y en otros países se planea producir tales vacunas. Hay cada vez más voces de los eclesiásticos (conferencias episcopales, obispos individuales y sacerdotes) que dicen que en el caso de que no haya una alternativa para una vacunación con sustancias éticamente lícitas, sería moralmente permisible para los católicos usar vacunas, a pesar de las líneas celulares de bebés abortados que han sido utilizados en su desarrollo. Los partidarios de tal vacuna invocan dos documentos de la Santa Sede (Pontificia Academia para la Vida, “Reflexiones morales sobre vacunas preparadas a partir de células derivadas de fetos humanos abortados” del 9 de junio de 2005 y Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción “Dignitas Personae, sobre ciertas cuestiones bioéticas” del 8 de septiembre de 2008), que permiten el uso de dicha vacuna en casos excepcionales y por tiempo limitado sobre la base de lo que en teología moral se denomina cooperación material remota, pasiva con el mal. Los documentos mencionados dicen que los católicos que usan tal vacuna tienen al mismo tiempo “el deber de expresar su desacuerdo al respecto y de pedir que los sistemas sanitarios pongan a disposición otros tipos de vacunas”.

En el caso de las vacunas elaboradas a partir de líneas celulares de fetos humanos abortados vemos una clara contradicción: entre la doctrina católica que rechaza categóricamente y más allá de la sombra de una ambigüedad el aborto en todos los casos como un grave mal moral que clama al cielo por venganza (ver Catecismo de la Iglesia Católica 2268, 2270 y sigs.), y la práctica de considerar las vacunas derivadas de líneas celulares fetales abortadas como moralmente aceptables en casos excepcionales de “necesidad urgente”, sobre la base de una cooperación material remota pasiva. Argumentar que tales vacunas pueden ser moralmente lícitas si no hay alternativa es en sí mismo contradictorio y no puede ser aceptable para los católicos. Cabe recordar las siguientes palabras del papa san Juan Pablo II sobre la dignidad de la vida humana por nacer: “La inviolabilidad de la persona, reflejo de la absoluta inviolabilidad del mismo Dios, encuentra su primera y fundamental expresión en la inviolabilidad de la vida humana. Se ha hecho habitual hablar, y con razón, sobre los derechos humanos; como por ejemplo sobre el derecho a la salud, a la casa, al trabajo, a la familia y a la cultura. De todos modos, esa preocupación resulta falsa e ilusoria si no se defiende con la máxima determinación el derecho a la vida como el derecho primero y fontal, condición de todos los otros derechos de la persona” (Christi fideles laici, 38). El uso de vacunas elaboradas a partir de células de niños no nacidos asesinados contradice la máxima determinación de defender la vida por nacer.

El principio teológico de la cooperación material es ciertamente válido y puede aplicarse a una gran cantidad de casos (pago de impuestos, uso de productos del trabajo de esclavitud, etc.). Sin embargo, este principio difícilmente se puede aplicar al caso de las vacunas elaboradas a partir de líneas celulares fetales, porque quienes las reciben consciente y voluntariamente, entran en una especie de concatenación, aunque muy remota, con el proceso de la industria del aborto. El crimen del aborto es tan monstruoso que cualquier tipo de concatenación con este crimen, incluso uno muy remoto, es inmoral y no puede ser aceptado bajo ninguna circunstancia por un católico una vez que ha tomado plena conciencia de él. Quien usa estas vacunas debe darse cuenta de que su cuerpo se está beneficiando de los “frutos” de uno de los mayores crímenes de la humanidad (aunque con pasos remotos mediante una serie de procesos químicos).

Cualquier vínculo con el proceso de aborto, incluso el más remoto e implícito, ensombrecerá el deber de la Iglesia de dar testimonio inquebrantable de la verdad de que el aborto debe ser rechazado por completo. Los fines no pueden justificar los medios. Estamos viviendo uno de los peores genocidios conocidos por el hombre. Millones y millones de bebés en todo el mundo han sido sacrificados en el útero de su madre, y día tras día este genocidio oculto continúa a través de la industria del aborto y las tecnologías fetales y el impulso de gobiernos y organismos internacionales para promover tales vacunas como uno de sus objetivos. Los católicos no pueden ceder ahora; hacerlo sería tremendamente irresponsable. La aceptación de estas vacunas por parte de los católicos, sobre la base de que sólo implican una “cooperación remota, pasiva y material” con el mal, le haría el juego a sus enemigos y debilitaría el último baluarte contra el aborto.

¿Qué otra cosa puede ser el uso de líneas celulares fetales de niños abortados que la violación del orden de la creación dado por Dios, ya que se basa en la violación grave de este orden al matar a un niño por nacer? Si a este niño no se le hubiera negado el derecho a la vida, si sus células (que desde entonces se han cultivado varias veces en el tubo de ensayo) no estuvieran disponibles para la producción de una vacuna, no podrían comercializarse. Por lo tanto, hay una doble violación del orden sagrado de Dios: por un lado a través del aborto mismo y, por otro lado, a través del atroz negocio de comercializar el tejido de los niños abortados. Sin embargo, este doble desprecio del orden de la creación nunca puede justificarse, por supuesto tampoco a través de la intención de preservar la salud de una persona a través de una vacuna basada en este desprecio del orden de la creación dado por Dios. Nuestra sociedad ha creado una religión sustituta: la salud se ha convertido en el mayor bien, un dios sustituto al que se deben hacer sacrificios. En este caso con una vacuna basada en la muerte de otra vida humana.

Al examinar las cuestiones éticas que rodean a las vacunas, tenemos que preguntarnos: ¿por qué fue posible todo esto?, ¿por qué surgió en la medicina, cuyo propósito es traer vida y salud, la tecnología basada en el asesinato? La investigación biomédica que explota a los inocentes no nacidos y utiliza sus cuerpos como “materia prima” para el propósito de las vacunas parece más similar al canibalismo. También debemos considerar que, en el análisis final, para algunos en la industria biomédica, las líneas celulares de los niños no nacidos son un “producto”, el abortista y el fabricante de la vacuna son el “proveedor” y los receptores de la vacuna son consumidores. La tecnología basada en el asesinato tiene sus raíces en la desesperanza y termina en la desesperación. Debemos resistir el mito de que “no hay alternativa”. Al contrario, debemos proceder con la esperanza y la convicción de que existen alternativas y que el ingenio humano, con la ayuda de Dios, puede descubrirlas. Este es el único camino de la oscuridad a la luz y de la muerte a la vida.

El Señor dijo que en el fin de los tiempos incluso los elegidos serán seducidos (cf. Mc 13:22). Hoy, toda la Iglesia y todos los fieles católicos deben buscar urgentemente fortalecerse en la doctrina y la práctica de la fe. Al enfrentar el mal del aborto, más que nunca los católicos deben “abstenerse de toda apariencia de mal” (1 Tes. 5:22). La salud corporal no es un valor absoluto. La obediencia a la ley de Dios y la salvación eterna de las almas deben tener primacía. Las vacunas derivadas de las células de los niños no nacidos cruelmente asesinados son claramente de carácter apocalíptico y posiblemente presagien la marca de la bestia (cf. Apoc 13:16).

Algunos eclesiásticos de nuestros días tranquilizan a los fieles afirmando que una vacunación con una vacuna Covid-19, preparada con líneas celulares de un niño abortado es moralmente lícita, si no se dispone de alternativas, justificándola con una llamada “cooperación material y remota” con el mal. Tales afirmaciones de los eclesiásticos son altamente anti-pastorales y contraproducentes, considerando la creciente industria del aborto y las tecnologías fetales inhumanas, en un escenario casi apocalíptico. Es precisamente en este contexto actual, que probablemente aún podría agravarse, que los católicos categóricamente no pueden alentar y promover el pecado del aborto ni siquiera de una manera muy remota y leve aceptando la mencionada vacuna. Por eso, como sucesores de los Apóstoles y Pastores, responsables de la eterna salvación de las almas, consideramos imposible callar y adoptar una actitud ambigua respecto a nuestro deber de resistir con “la máxima determinación” (san Juan Pablo II) contra el “crimen indecible” del aborto (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 51).

Esta nuestra declaración fue redactada con el asesoramiento de médicos e científicos de diferentes países. Una contribución sustancial vino también de los laicos, de las abuelas, abuelos, padres y madres de familia, de los jóvenes. Todos los consultados independientemente de su edad, nacionalidad y profesión rechazaron unánime y casi instintivamente una vacuna elaborada a partir de líneas celulares embrionarias de niños abortados, al mismo tiempo que consideraron la justificación del uso de esa vacuna sobre la base de una “cooperación material a distancia” y de algunas analogías, como inadecuadas para una aplicación en este caso. Eso es reconfortante y al mismo tiempo muy revelador, pues su respuesta unánime es una demostración más de la fuerza de la razón y del sensus fidei.

Más que nunca necesitamos el espíritu de los confesores y mártires que evitaron la menor sospecha de colaboración con el mal de su época. La Palabra de Dios dice: “Sed simples como hijos de Dios sin reproche en medio de una generación depravada y perversa, en la cual debéis brillar como luces en el mundo” (Fil. 2, 15).

12 de diciembre de 2020, Memoria de la Santísima Virgen María de Guadalupe

Cardenal Janis Pujats, arzobispo emérito metropolitano de Riga (Letonia)

+ Tomash Peta, arzobispo metropolitano de la archidiócesis de María Santísima en Astana (Kazajstán)

+ Jan Pawel Lenga, arzobispo-obispo emérito de Karaganda (Kazajstán)

 + Joseph E. Strickland, obispo de Tyler (EE. UU.)

+ Athanasius Schneider, obispo auxiliar de la archidiócesis de María Santísima en Astana (Kazajstán)

Athanasius Schneider

viernes, 11 de diciembre de 2020

Cardenal Müller: los gobiernos utilizan el Covid-19 como pretexto

 ES NEWS


Los políticos no tienen derecho a prohibir la Santa Misa y la celebración de los sacramentos dijo el 10 de diciembre el cardenal Gerhard Ludwig Müller en el sitio web LifeSiteNews.com.

Él piensa que algunos gobiernos están utilizando el coronavirus como una “oportunidad para suprimir la Iglesia Católica”.

Para Müller, las medidas del Covid-19 son “incoherentes”, ya que se permiten reuniones masivas y transporte público apretujado, mientras que están prohibidas las Misas en iglesias grandes. Él insiste diciendo que debemos ser “muy firmes” y dar prioridad al culto de Dios.

En numerosos países los obispos cancelaron o restringieron las Misas, a veces antes que los políticos los urgieron a hacerlo.

jueves, 10 de diciembre de 2020

NOTICIAS 10 de diciembre de 2020


MENTE ALTERNATIVA

EL EXPERIMENTO DE TRANSGÉNESIS QUE PRETENDEN REALIZAR CON LA HUMANIDAD A TRAVÉS DE LAS ‘VACUNAS’ COVID-19

Contiene Video de 8:46 minutos https://lbry.tv/@mentealt:1/transgenesis:3

MARCHANDO RELIGIÓN

La vacuna del Covid: Consideraciones éticas sobre su aplicación


Entrevista Monseñor Schneider Parte I Fratelli Tutti. Pluralidad Religiones. Concilio Vaticano II.

Entrevista Monseñor Schneider Parte 2. Quién es Verdadero Papa. Falsa Obediencia. Misión Laicos.

CONTANDO ESTRELAS

Youtube permite cuestionar un genocidio pero no cuestionar las elecciones en EEUU


Selección por José Martí

Pell: la quiebra del Vaticano

SPECOLA


Estos días estamos viendo los primeros comentarios al diario de la prisión del cardenal Pell. Por el autor, por las cosas vividas, son de gran interés y estamos seguros de que darán mucho de qué hablar. 

Los titulares de hoy presentan como un ataque al Papa Benedicto XVI la opinión del cardenal sobre la figura del ‘papa emérito’: 
«Un Papa emérito (…) no debe llevar la sotana papal blanca y no debe enseñar públicamente. Esto se debe a que la presencia paralela de un Papa retirado y un Papa en el cargo da lugar a problemas y enredos, alimenta fracturas e incluso desmorona la idea de unidad”. «Es necesario que se aclaren los protocolos sobre el papel de un Papa que ha dimitido. Aunque el Papa retirado puede conservar el título de Papa emérito, debe reintegrarse en el colegio cardenalicio para ser conocido como Cardenal X»
Es evidente que la renuncia de Benedicto XVI ha cambiado aspectos del papado que considerábamos intocables . Pell, como tantos otros en Roma, no está preocupado en absoluto por el papa Benedicto XVI que suple, con su enorme autoridad moral y reconocida sabiduría, todos los problemas que la novedosa figura del ‘papa emérito’ puede provocar. El problema que entendemos en las palabras de Pell se refiere mucho más al futuro que al presente. La figura del ‘papa emérito’ forma parte del modo de ejercer el ministerio petrino y conviene que sea regulada para no encontrarnos con sorpresas en los años venideros. Los aires de cónclave están soplando con demasiada fuerza en estos tiempos y no creemos que terminemos el ‘año de San Jose’, como sucedió con el de la Fe, sin alguna sorpresa.

El otro punto que es resaltado es el peligro de quiebra en el Vaticano. Es un tema viejo que simplemente se está agravando con la epidemia. Muy acertadamente el cardenal Pell indica que ‘no se puede seguir siempre así’. Los problemas económicos en el Vaticano no son nuevos y se arrastran desde el pontificado de Pablo VI. Hasta ahora se han tapado los agujeros haciendo equilibrios y sin atajar con decisión el problema de fondo. El enorme desajuste entre ingresos y gastos se ha cubierto con ‘aportaciones extraordinarias’ del IOR, el banco de Vaticano, y de la Secretaría de Estado y esto durante años. A los problemas del balance anual hay que sumar los ‘deficits ocultos’ que poco a poco van aflorando. El problema de la sanidad y las pensiones de los empleados no está resuelto y podemos estar ante un escenario de pocas aportaciones y muchas obligaciones. Las reservas no son como cuentan los papeles y las pérdidas, no solo en Londres, pueden hacernos despertar bruscamente de un dolce far niente. La epidemia está precipitando las cosas, pero las raíces del problema son profundas.

Specola

VENEZUELA QUEDA EXPUESTA Y ESPAÑA SIGUE TAMBALEÁNDOSE. ALÉJENSE, AQUÍ NO HAY NADA QUE VER

 EL TEATRO DE WILL




DURACIÓN 11:42 minutos



martes, 8 de diciembre de 2020

lunes, 7 de diciembre de 2020

Viganò: La Iglesia de Bergoglio se arroga el impío derecho de cerrar los templos

 ADELANTE LA FE



VIRGO POTENS
Ante la inminente festividad de la Inmaculada 

El rico epulón de la parábola (Lc.16,19-31), tras ser condenado al Infierno por no haber socorrido al pobre Lázaro, pidió a Abrahán que advirtiese a sus cinco hermanos de los suplicios a los cuales estaba condenado, a fin de que ellos no cayeran en el mismo pecado. Y Abrahán les respondió: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se dejarán persuadir ni aun cuando alguno resucite de entre los muertos» (Lc.16,31). 

A lo largo de la historia Nuestra Señora ha intervenido como Madre amorosa para ponernos en guardia de los castigos que se ciernen sobre el mundo a causa de sus pecados, a fin de invitar a los hombres a la conversión y la penitencia y de colmar a sus hijos de innumerables gracias. Allí donde la Palabra de Dios es olvidada, aparece la voz de María Santísima, ya sea para anunciar una devoción particular, ya para pedir sacrificios y oraciones que pongan fin a las epidemias y otros azotes. En Quito, en La Salette, en Lourdes, en Fátima, en Roma, en Akita, en Civitavecchia y en muchos otros lugares la Mediadora de todas las gracias ha amonestado a la humanidad extraviada para apartarla de la rebelión a la Ley Divina y llamarla al verdadero arrepentimiento y el rezo del Santo Rosario. Pero a pesar de las diferencias en el tiempo y las circunstancias, Aquella que se digna mostrarse a unos pobres mortales como nosotros es siempre la misma; siempre misericordiosa, siempre Abogada nuestra. 

La Señora que se apareció a los pastorcitos en Fátima pidió al Papa que, en unión con todos los obispos, consagrara Rusia a su Corazón Inmaculado. Hasta el día de hoy, esta petición sigue sin ser atendida, no obstante de que se hayan materializado las desgracias que el mundo habría de padecer si no se hacía caso de lo que pedía la Santísima Virgen. El ateísmo radical del comunismo se ha propagado por todas partes, y la Iglesia es perseguida por crueles y despiadados enemigos a la par que se ha llenado de sacerdotes corruptos y viciosos. Con todo, a pesar de haberse reconocido el origen sobrenatural de las apariciones y de lo evidente de las calamidades que afligen a los hombres, la Jerarquía se niega a obedecer a la Virgen. «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se dejarán persuadir ni aun cuando alguno resucite de entre los muertos», dice Abrahán al rico de la parábola. ¿Cómo puede ser que ni siquiera hayan sabido escuchar la voz de la que es Madre de Dios y Madre nuestra? ¿Qué les oprime el corazón, qué les entenebrece la mente, que los vuelve sordos y ciegos mientras el mundo se sume en el abismo y se condenan tantas almas? 

En obediencia al señorío universal de Cristo Rey aceptamos también venerar a María Santísima como Reina nuestra. Y cuando invocamos al Padre nuestro con las palabras «hágase tu voluntad», sabemos que esa voluntad coincide perfectamente con la de nuestra Madre, modelo de obediencia y de humildad que mereció ser escogida desde el principio de los tiempos para engendrar en su seno virginal al Rey de reyes. Todos los deseos de la Madre de Dios son órdenes para nosotros; ni siquiera hace falta entenderlos como órdenes, porque nuestra respuesta y nuestro deseo es, y debe ser, complacerla y demostrarle fidelidad. Y esto vale de modo eminente para los sagrados ministros, que con el sacramento del Orden asumen la unción sacerdotal del Sumo Sacerdote Jesucristo: María Santísima ve a su Hijo en todo sacerdote que renueva místicamente sobre el altar el propio Sacrificio. 

Por eso, causa dolor, un dolor sordo y lacerante, la indiferencia de tantas almas consagradas y de tantos, de demasiados obispos, hacia la Santísima Virgen María. Duele y desgarra el corazón oír hablar al propio Bergoglio con tanta falta de respeto a Nuestra Señora, y tener noticia de que después de reducir drásticamente las celebraciones pontificias la Pascua pasada, haya pensado en aprovecharse del covid para cancelar algunas de las celebraciones de la Santa Navidad y suspender el tradicional homenaje a la Inmaculada, cuyo monumento se alza en la Plaza de España desde 1857. Con ello perdemos otro pedazo de Roma, otra libra de carne que el cínico mercader* pretende arrancar a la vida de los romanos en prueba de fidelidad a la dictadura sanitaria (*N. del T.: Alusión a la comedia de Shakespeare El mercader de Venecia, en la que el judío Shylock exige al mercader Antonio pagar una deuda con una libra de su propia carne, aunque en esta comedia de enredo al final es el usurero el que termina perjudicado y humillado). 

La Iglesia de los católicos, la Iglesia que aman cuantos se honran con el nombre de cristianos, es la que no retrocede ante la autoridades civiles volviéndose cómplice y cortesana, sino la que soporta la persecución valerosamente y con la mirada en lo sobrenatural, porque sabe que es preferible morir entre los más atroces tormentos que ofender a la Santísima Virgen y a su divino Hijo. Es la que no calla cuando el tirano de turno se alza contra la majestad de Dios, aflige a sus súbditos y traiciona la justicia y la autoridad que la legitima. Es la que no cede ante los sobornos ni se deja seducir por el poder o el dinero. Es la que sube al Calvario, como Cuerpo Místico de Cristo, para completar en sus propios miembros los padecimientos del Redentor y resucitar triunfalmente con Él. Es la que socorre a los débiles y oprimidos con misericordia y caridad mientras se yergue impávida y temible ante los arrogantes y los soberbios. Cuando hablaba el Pontífice de esa Iglesia, la grey de Cristo escuchaba la voz consoladora del Pastor manifestada en una larga serie de papas unánimes y concordes en la profesión de la única Fe. 

Y por el contrario, la iglesia de Bergoglio no vacila en cerrar los templos y arrogarse el impío derecho de negar a Dios el culto público y privar a los fieles de la gracia de los Sacramentos por miserable complicidad con las autoridades civiles. Humilla a la Santísima Trinidad rebajándola al nivel de los ídolos y los demonios con los ritos sacrílegos de una religión neopagana; arranca la corona y el cetro a Cristo Rey en nombre del mundialismo masónico; ofende a la Corredentora y Mediadora para no molestar a los herejes enemigos de ella; falta al deber de predicar el Evangelio en nombre del diálogo y de la tolerancia; silencia y adultera las Sagradas Escrituras y los Mandamientos de Dios para agradar al espíritu del mundo; trastoca las sublimes e intocables palabras de la oración que el Señor nos enseñó; profana la santidad del sacerdocio eliminando en los sacerdotes y religiosos el espíritu de penitencia y de mortificación y abandonándolos a las seducciones del demonio; reniega de dos mil años de historia despreciando las glorias de la Cristiandad y la sabia intervención de la Divina Providencia en los sucesos terrenales; sigue con entusiasmo modas e ideologías en vez de formar a las almas para que sigan a Cristo; se somete y esclaviza al Príncipe de este Mundo para obtener prestigio y poder; llega a predicar el blasfemo culto al hombre rechazando los derechos soberanos de Dios. Y cuando habla Bergoglio, casi siempre se escandalizan y desorientan los fieles, porque dice todo lo contrario de lo que esperan oír del Vicario de Cristo. Les pide obediencia a su propia autoridad mientras la aprovecha para destruir el Papado y la Iglesia contradiciendo sin excepción a todos sus predecesores. 

Contamos con la promesa de María Santísima: «Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará». Inclinémonos ante este Corazón palpitante de purísima caridad para que la llama de ese santo amor se refleje en cada uno de nosotros; para que la llama que en él arde nos ilumine y haga capaces de entender las señales de los tiempos. Si nuestros pastores callan por miedo o complicidad, los innumerables laicos y almas buenas tienen la oportunidad de compensar la traición y expiar los pecados de ellos invocando la misericordia de Dios, que «acogió a Israel su siervo, recordando la misericordia » (Lc. 1,54). 

Hoy, los sumos sacerdotes de este sanedrín moderno ultrajan a Nuestro Señor y a su Santísima Madre como siervos complacientes de la élite mundialista que aspira a instaurar el reino de Satanás; mañana, retrocederán ante la victoria de la Virgo Potens, que restablecerá la Santa Iglesia y traerá paz y concordia a la sociedad mediante la oración y los sacrificios de muchos hijos suyos humildes y desconocidos. 

Sea ése nuestro voto con el que honremos a nuestra Señora y Reina en la inminente festividad de la Inmaculada Concepción. 

+Carlo Maria Viganò, arzobispo 
1 de diciembre de 2020 
Feria III infra hebdomadam I Adventus

Arzobispo Viganò: Francisco usa el Covid-19 "para humillar a Dios"

 ES NEWS


Al igual que en Pascua, Francisco utiliza nuevamente el Covid-19 para cancelar la Navidad y la veneración de la Inmaculada, el 8 de diciembre en la Plaza España, escribe el arzobispo Carlo Maria Viganò en una declaración datada el 7 de diciembre.

Para él, la “llamada ‘Iglesia’ de Bergoglio" cierra las iglesias y se arroga el derecho de negar el culto público de Dios y privar a los fieles de los Sacramentos “a través de una connivencia miserable con el poder civil”.

En consecuencia – cree Viganò – la “Iglesia” de Bergoglio “humilla a la Santísima Trinidad” al rebajarla al nivel de ídolos y demonios con rituales sacrílegos de una religión neo-pagana. Así le arrebata la corona y el cetro a Cristo Rey “en nombre del Globalismo Masónico”.

Viganò advierte que con frecuencia los católicos se escandalizan y desorientan cuando habla Francisco, “porque sus palabras son lo exactamente opuesto a lo que ellos esperan escuchar del Vicario de Cristo”.

Francisco pide obediencia “a su propia autoridad”, observa Viganò, si bien la utiliza para destruir el papado y la Iglesia, “contradiciendo a todos sus predecesores, sin excluir a nadie”.

Anticipo. Los diarios de la prisión del cardenal Pell

 IL SETTIMO CIELO




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Puesto en libertad el 7 de abril por la Suprema Corte australiana que por unanimidad reconoció la inconsistencia de las acusaciones, el cardenal George Pell, de 79 años, entregó sus diarios de la prisión a Ignatius Press, la editorial estadounidense fundada y dirigida por el jesuita Joseph Fessio, discípulo de antigua data de Joseph Ratzinger y miembro de su “Schulerkreis”, para que sean publicados.

Y aquí está. El primer volumen del “Prison Journal” [Diario de la Prisión] de George Pell saldrá a la venta el 15 de diciembre y Settimo Cielo anticipa aquí algunos pasajes, con la autorización del editor.

El libro, de 350 páginas, cubre los primeros cinco meses de los 404 días transcurridos por el cardenal en una celda de aislamiento, en la Prisión de Evaluación de Melbourne.

Cada tarde Pell escribía el diario de la jornada, dos o tres páginas que casi siempre comenzaban con sus reflexiones sobre las dos lecturas matutinas del Breviario, una extraída de la Biblia y otra de los Padres de la Iglesia, y terminaban con una oración.

La Biblia y el Breviario – con las Laudes, las Vísperas y el Oficio de Lecturas – eran dos de sus seis libros, no más, que le fueron permitidos tener consigo en prisión, a su elección. Otro era “Guerra y Paz”, de León Tolstoi.

La celda era larga, entre 7 y 8 metros, ancha un poco más de 2 metros, con la cama, la silla, la mesita, el lavabo, el agua, la ducha y el televisor. La ventana, con sus barras y el vidrio oscurecido, permanecía siempre cerrada. En las celdas de la misma ala había asesinos y terroristas, algunos de ellos musulmanes, y Pell escuchaba tanto las oraciones como los gritos. Dos veces al día se le permitía salir por media hora en un pequeño patio rodeado por altos muros, también allí solo, y este era también el único momento en el que podía telefonear. Un par de veces a la semana recibía visitas y de tanto en tanto una religiosa le llevaba la comunión eucarística.

No se le permitía celebrar Misa, la dominical la veía en televisión. Recibía muchas cartas, también de algún vecino de celda, y los familiares y los amigos le procuraban diarios, recortes, diarios de páginas web, incluidas las de Settimo Cielo. Vestía el mismo uniforme que los demás encarcelados, sin el cinturón por razones de seguridad, y era sometido, como los demás, a frecuentes controles antidroga e inspecciones corporales.

Pero sus diarios no tienen nada triste. Más bien son calmos y tranquilazadores, aquí y allá con un hilo de ironía. Los partidos de fútbol australiano y de rugby encuentran en él un comentarista partícipe. La escritura es simple y profunda a la vez. El lamento está ausente. Aunque afloran críticas a Francisco y a Benedicto XVI, ellas son mesuradas y ecuánimes, como se puede advertir en los pasajes más abajo informados.

Sobre el escándalo financiero en la curia, que también lo había atormentado en Roma, en el diario hay menos todavía de eso poquísimo que Pell dijo hace algunos días en la entrevista con Nicole Winfield para Associated Press, que efectivamente nunca había pensado “que habría de ser en Technicolor como hemos visto”, pero “puede ser que se trate de una incompetencia desconcertante”, lamentablemente con “tanta criminalidad involucrada”, y en cuanto a la posible contribución del Vaticano a la campaña contra él en Australia su esperanza es que no haya existido, pero “pienso que descubriremos si ha habido o no”, porque “ciertamente la fiesta no ha terminado”.

Pero dejemos la palabra al cardenal Pell, en esta pequeña antología de su “Diario de la Prisión”.

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EL DOLOR DE JOB, EL MÍO Y EL DE MIS AMIGOS CHINOS

(Lunes 4 de marzo y sábado 15 de junio de 2019, pp. 26-27 y 283-284)

En el Breviario, los problemas de Job continuaron y empeoraron, porque se le permitió a Satanás infectarlo con úlceras malignas. Pero Job no condenó a Dios, aunque su esposa, amargada, lo exhortaba “a maldecir a Dios y morir”. Job no pronunció ninguna palabra pecaminosa. “Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿por qué no deberíamos aceptar el mal?” (Job 2, 9-10).

En muchas ocasiones, cuando se me preguntó sobre el sufrimiento inmerecido, respondí que también “al Hijo de Dios, Jesús, no todo le salió bien”. Para los cristianos, esto los induce siempre a detenerse y reflexionar, y a veces les he pedido recordar también los momentos de bendición. [...]

Jamás me han gustado los escritores, ni los grandes escritores cristianos como san Juan de la Cruz, que enfatizan el rol esencial y necesario del sufrimiento, si queremos acercarnos a Dios. Jamás he leído gran parte de su obra, al encontrarla un poco aterradora, mientras que he llegado a leer “El castillo interior” [1588] de santa Teresa de Ávila, aunque seguía una similar y robusta teología española.

Mi enfoque es más similar al del abuelo de Jude Chen, […] quien invocaba a Dios a partir de los pequeños problemas, porque sin ellos habría sido orgulloso y gracias a ellos quería evitar problemas más grandes. […]

Mi tiempo en prisión no es un picnic, pero se convierte en un período de vacaciones si se lo compara con otras experiencias de prisiones. Mi buen amigo Jude Chen, originario de Shanghai y ahora residente en Canadá, me ha escrito sobre la prisión que padeció su familia bajo el régimen de los comunistas chinos.

En 1958 el hermano de Jude, Paul, un seminarista, y la hermana Sophie, estudiante de secundaria, fueron encarcelados por ser católicos y pasaron treinta años en dos prisiones diferentes, para Sophie en el frío de China septentrional. A la familia se le concedió una visita al mes de quince minutos, cuando estaban en una prisión de Shangahi, y una carta de cien palabras al mes en el lapso de tres décadas.

Al abuelo de Giuda, Simon, que era rico y había construido una iglesia parroquial dedicada a la Santísima Trinidad, le confiscaron todos sus bienes. Jude lo amaba y ambos vivieron en la misma casa durante nueve años hasta la muerte del anciano. Jude cuenta que cuando le preguntaban sobre su propiedad confiscada, él respondía: “Todo vino de Dios y será restituido a Dios”.

Después del comienzo de la Revolución Cultural en la primavera de 1966, los Guardias Rojos irrumpieron en su casa y se decepcionaron al descubrir que el abuelo Simon había muerto. En consecuencia, destruyeron su tumba, saquearon la casa y obligaron a la madre de Jude a quemar todos sus objetos religosos. El padre de Jude fue despedido como docente y rebajado a portero.

A los once años y en la escuela primaria, Jude fue obligado a confesar a sus cuarenta compañeros de clase que era un criminal de una familia criminal. Recuerda también a su maestro que decía a sus compañeros se mantuvieran lejos de él.

A los diecisiete años, el mismo Jude fue enviado durante ochos años a un campo de trabajo en un suburbio de Shanghai. Mientras estaba por partir, sus padres le dieron esta instrucción: “Jude, no conserves odio en tu corazón, sino solamente amor”. Este es el combustible sagrado que da fuerza a la Iglesia.

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ESAS INTERPRETACIONES TAN PELIGROSAS DE “AMORIS LAETITIA”

(3 de marzo, Miércoles de Cenizas, y sábado 23 de marzo 2019, pp. 25 e 75)

Estoy siguiendo también la lectura de la Carta a los Hebreos, un gran texto, que desarrolla el objetivo central de Pablo de explicar el rol de Jesús en el Antiguo Testamento o con categorías hebreas; que completa la obra y el mensaje de la primera Alianza. La fidelidad a Cristo y a su enseñanza permanece indispensable para algún catolicismo fructífero, para algún despertar religioso. Este es el motivo por el que las “aprobadas” interpretaciones argentina y maltesa de “Amoris laetitia” son tan peligrosas: van contra la enseñanza del Señor sobre el adulterio y la enseñanza de san Pablo sobre las disposiciones necesarias para recibir adecuadamente la Santa Comunión. […]

La primera lectura del Breviario es tomada siempre del Éxodo, capítulo 20, en el pasaje que se relata la promulgación por parte de Dios de cuanto hemos ordenado en los Diez Mandamientos. Como adulto, y también como niño, los he considerado siempre esenciales. Hace cincuenta años recuerdo haber leído que Bertrand Russell, un famoso filósofo ateo, afirmaba que los Diez Mandamientos eran como un examen final de diez preguntas, de las que era suficiente responder sólo a seis. Inteligente, pero demasiado cómodo […].

En los dos Sínodos sobre la Familia, algunos voces proclamaron en voz alta que la Iglesia era un hospital de campaña o un puerto de refugio. Pero ésta es solamente una imagen de la Iglesia y está muy lejos de ser la más adecuada o relevante, porque ante todo la Iglesia debe mostrar cómo no enfermarse y como escapar a los naufragios, y aquí los mandamientos son esenciales. Jesús mismo enseñó: “Si ustedes cumplen mis mandamientos permanecerán en mi amor” (Jn 15, 10).

(En una nota editorial a pie de página, respecto a las interpretaciones de “Amoris laetitia”, se explica que “líneamientos pastorales” que “permitían recibir la Comunión en ciertas circunstancias a los católicos divorciados que se habían vuelto a casar” fueron publicadas en Argentina y en Malta, y “el papa Francisco aprobó los lineamientos de Buenos Aires en una carta a los obispos de la región en setiembre de 2016”, mientras que “la publicación de los lineamientos malteses en ‘L’Osservatore Romano’, el diario de la Santa Sede, en enero de 2017 fue vista también por algunos como una aprobación oficial de esos lineamientos”).

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“¿PAPA EMÉRITO”? UN ROL A DEFINIR

(Sábado 29 de junio de 2019, fiesta de los santos Pedro y Pablo, p. 319)

Soy favorable a la tradición milenaria que los Papas no renuncian, que continúan hasta la muerte, porque esto ayuda a mantener la unidad de la Iglesia. Los progresos en la medicina moderna han complicado la situación, al permitir que los Papas de hoy y de mañana puedan vivir probablemente mucho más que sus predecesores, aun cuando su salud se debilite mucho. […].

Pero es necesario que se clarifiquen los protocolos sobre el rol de un Papa que haya renunciado, para reforzar las fuerzas de la unidad. Si bien el Papa jubilado puede mantener el título de “Papa emérito”, se debería reinsertar en el colegio cardenalicio y pasar a ser conocido como “cardenal X, Papa emérito”, no debería vestir la sotana papal blanca y no debería enseñar públicamente. A causa de la reverencia y del amor por el Papa, muchos se sentirían reacios a imponer tales restricciones a alguien que en un tiempo se sentaba en la cátedra de Pedro. Probablemente esas medidas serían introducidas mejor por un Papa que no tenga ningún predecesor todavía viviendo.

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UNA TARJETA AUTÓGRAFA DE MCCARRICK, “ALGUNA VEZ CARDENAL”

(Martes 4 de junio de 2019, p. 254)

Ayer recibí, reenviada por mi secretario en Roma, el padre Anthony Robbie, una pequeña tarjeta recubierta por minúsculas letras ilegibles de Ted McCarrick. A pesar de los reiterados esfuerzos, no logré leer el 80 o el 90 por ciento, por eso no pude ni siquiera entender su mensaje principal para mí. Tiene ochenta y nueve años y firmó “Ted McCarrick, Catholicus, olim cardinalis”, que en latín significa “Católico, alguna vez cardenal”.

Siempre fue cortés conmigo y fue un hábil “recaudador de fondos” y tejedor de contactos, bien conectado en todos los niveles y especialmente con los Demócratas [estadounidenses]. Desafortunadamente, causó mucho daño en más de un sentido. [...] Aunque rezo explícitamente todos los días por las víctimas, nunca he mantenido una categoría en mi lista de oración por los sacerdotes abusadores y por los obispos delincuentes. Debería remediar esto y recé por Ted McCarrick, "olim cardinalis".

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LA MUSULMANA QUE SE CONVIRTIÓ A JESÚS, “A CUALQUIER COSTO”

(Lunes 1 de julio de 2019, p. 323)

Un sacerdote australiano me informó que muy poco antes había recibido a seis musulmanas en la Iglesia Católica, bautizándolas y confirmándolas, y que dos de ellas habían sido enviadas al ostracismo por sus familias. Él preguntó a una de ellas por qué estaba decidida a dar este paso, y ella respondió simplemente que “quería amar a Jesús, a cualquier costo”. El mismo sacerdote comentó después: “Supongo que para todos nosotros esto debería ser nuestro único motivo y objetivo". Ellas forman parte de un constante flujo subterráneo de musulmanes convertidos.

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EL CASO DEL RUGBIER FOLAU, CUANDO TAMBIÉN DIOS SE PIERDE EN LA NIEBLA

(Lunes 6 de mayo y miércoles 26 de junio de 2019, pp. 181 y 309-311)

Israel Folau es un brillante jugador de rugby, originario de Tonga y hombre piadoso, de fe cristiana simple, un protestante de vieja estampa, que no tiene tiempo para las fiestas católicas de Navidad y de Pascua, mucho menos para la devoción a la Virgen.

Ha parafraseado y modificado la lista de san Pablo de los que no “heredarán el Reino de Dios”, publicando su advertencia en Instagram: “Borrachos, homosexuales, adúlteros, mentirosos, fornicadores, ladrones, ateos, idólatras. El infierno les espera. Arrepiéntanse”. Ahora bien, los funcionarios del sindicato de rugby lo despidieron por incitación al odio. [...]

Este caso creará precedentes importantes en la lucha por la libertad religiosa, y el Lobby Cristiano Australiano mostró sentido común al apoyar a Folau. Aun cuando no estoy a favor de condenar a las personas al infierno, porque esto es asunto de Dios, Folau está reafirmando simplemente las enseñanzas del Nuevo Testamento, cuando detalla las actividades no compatibles con la pertenencia al Reino de los Cielos. Lo que es extraño es que no hayan surgido quejas por parte de idólatras, adúlteros, mentirosos, ladrones, fornicadores, etc., pidiendo su expulsión y despido. Me pregunto cuántos de los que han sido hostiles con Folau son cristianos y cómo pueden creer en el paraíso y en el infierno. Quien está seguro de sus propias convicciones no se preocupa demasiado por la expresión de puntos de vista diferentes y opuestos, especialmente si los considera desprovistas de sentido. Por el contrario, las fuerzas cada vez más groseras de lo políticamente correcto no aceptan que todas las personas sean tratadas con respeto y amor, sino que exigen, en nombre de la tolerancia, no sólo que la actividad homosexual sea legal tal como los matrimonios del mismo sexo, sino que todos deben aprobar esas actividades, al menos públicamente; y que se le impida a todos predicar enseñanzas cristianas sobre el matrimonio y sobre la sexualidad en cualquier espacio público. Esto sería precisamente el final de la libertad religiosa. [...]

Estamos entrando en un nuevo mundo de ideas, con el colapso del monoteismo. […] La civilización occidental nos ha convertido en lo que somos y una de las razones de su éxito es la tensión creativa entre Atenas y Jerusalén. Ambas ciudades están bajo ataque. Jerusalén y Roma, su aliada, soportan el mayor peso de este ataque, los ataques frontales, pero la debilidad de ambas hace difícil defender a Atenas. Cuando se pierde de vista a Dios en medio de la niebla, sea ésta la niebla de la lujuria, de la posesión o del poder, se violan las defensas de la razón y de la verdad.

Sandro Magister

“Un cuento de Navidad para Le Barroux”. De Natalia Sanmartín Fenollera

 QUE NO TE LA CUENTEN


Gracias a la generosidad de la Señorita Prim, perdón… de Natalia Sanmartín, hemos recibido ayer el libro “Un cuento de Navidad para Le Barroux”.

Le Barroux es un lugar en Francia donde existe una abadía tradicional francesa con monjes benedictinos. Y la Navidad, es el recuerdo del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo (por las dudas, ¿vio?).

¿De qué trata este cuento breve de apenas 72 páginas y excelentes ilustraciones de Michaela Harrison (otra aficionada a los signos benedictinos)?


Pues no se lo vamos a contar aquí…; sólo podemos decirles que, en menos de una hora, se lee; porque es un cuento, un cuento brevísimo para niños y grandes que sólo los primeros entenderán (los adultos diremos que lo entendimos, pero será mentira).

Un niño, sin padre, pierde a su madre; no a una madre común, sino a esas que sólo tienen tiempo para lo importante y no para lo urgente. Una madre que es capaz, de contar cuentos, cazar mariposas y desgranar rosarios…

Y ese pequeño, amante de las arañas, de los libros de ciencias y de los héroes bíblicos, luego de verse huérfano de lo que más ama un niño en esta tierra –fuera de las arañas, de los cuentos y de los héroes bíblicos, claro– comienza a preguntarse si todo eso que oía de los labios de su madre, era verdad.

Porque las madres no mienten, exageran…, como exagera siempre el amor.

Es el caer en la adultez, ese tiempo de ensueño que, muchas veces, nos impide gozar de la vida verdadera, que es la vida de arriba, que “no se goza estando viva hasta que esta vida muera”, como decía la santa de Ávila.

– “¿Y si no es cierto esto o lo otro? ¿y si todo es un “cuento narrado por un idiota”?¿y si después de esta vida, nada…?”.

Y nos vienen a la idea las apuestas pascalianas, de que es mejor vivir etsi Deus daretur a vivir como si Dios no existiese, es decir, como políticos…

Y el niño pide signos; signos de que todo lo que le narraban era verdad. Como Gedeón, como Moisés, y no los ve; o, mejor dicho, los ve, pero no los percibe; como se ven las especies eucarísticas sin que, muchas veces, percibamos la realidad.

Y pasan las navidades, con peticiones, recuerdos y anécdotas; y rostros que ya es difícil por haberlos soñado y pensado tantas veces; y sólo recién, al final, el niño, a punto de caer en la adultez, es decir, ese período que sucede a la enfermedad de la adolescencia, entiende que esas señales que pedía al Buen Dios, estaban allí, en una estrella, en una torre o en un arca, que escondían y velaban lo que existía pero, muchas veces, no se dejaban ver, como el Sol.

Y entonces, despierta. Como la Señorita Prim.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

domingo, 6 de diciembre de 2020

Vaticano admite ruptura con "lo que la Iglesia hizo alguna vez"



El Manual sobre Ecumenismo del Vaticano, presentado el 4 de diciembre, admite la ruptura con la tradición católica.

El número 17 afirma que los católicos “no sólo pueden ciertamente, sino que deben” buscar oportunidades para rezar con otros cristianos, pero deberían comprender que algunas comunidades cristianas no practican la oración en común, “tal como fue alguna vez el caso de la Iglesia Católica”. El Manual recomienda rezar juntos los Salmos y los Cánticos escriturísticos.

Es fácil mostrar que las exigencias contenidas en el Manual se oponen a la doctrina católica:

• Sínodo de Laodicea (363 d.C.): “Nadie debe rezar en común con herejes y cismáticos”.
• Concilio de Cartago (397 d.C.): “Nadie debe rezar o cantar salmos con herejes”.
• Derecho Canónico (1917 d.C.): “No es lícito para los católicos asistir o tomar parte en forma activa en ceremonias no católicas”.
• Congregation del Santo Oficio (1949 d.C.): “Se debe evitar cualquier comunicación en el culto”.

El Manual, n. 20, recomienda que los “ministros” católicos y otros “ministros” cristianos prediquen durante los servicios no eucarísticos de los demás.

El Manual, n. 36, afirma que la fe y una “disposición adecuada” son suficientes para que los no católicos reciban la Comunión. El Concilio de Trento condena esta postura y define que la fe sola NO es una base suficiente para recibir la Comunión, porque se necesita también la Confesión.

El Manual manipula el lenguaje, introduciendo palabras como “interconfesional” e “intereclesial”. Utiliza el término “Iglesias” para las comunidades no católicas sin distinción, con letras mayúsculas para las comunidades ortodoxas y en letras minúsculas para las sectas protestantes.