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lunes, 5 de septiembre de 2022

POESÍA Y NIÑOS

DE LIBROS, PADRES E HIJOS




«Aparece la musa y se despeja mi sombría inteligencia; otra vez libre, busco la unión entre los mágicos sonidos, los sentidos y los pensamientos».

Alexander Pushkin


«Enséñenles poesía a sus hijos; abre la mente, da gracia a la sabiduría y hace hereditarias las virtudes heroicas». 

Walter Scott


La poesía es esencial para los niños, no les quepa duda. Y lo es, no solo porque fortalece su imaginación y su memoria, porque acrecienta su vocabulario y su capacidad de comunicación lingüística, sino también, y sobre todo, porque constituye un cauce privilegiado de expresión de la que es su efímera experiencia poética del mundo. Y sin embargo, a pesar de ese carácter esencial, y quizá por ello, su uso en estos días se haya tremendamente descuidado.

Y no crean que lo poético es algo extraño a la infancia; algo complejo y sofisticado; algo impropio y desaconsejable a esas edades. En absoluto. Porque, ocurre que los niños nacen con un tono poético. Vienen al mundo con una visión existencial pura que impregna todo lo que hacen, lo que dicen y lo que piensan. Y esta atmósfera en medio de la cual viven afecta a todo, incluso a la manera en que se comunican a través de mensajes directos y sin artificios, con la originalidad de la simpleza, en forma de pareados, de epigramas, en parrafadas a veces semi inteligibles, pero de una viveza y una profundidad que muchos artistas adultos se pasan la vida intentando recuperar.

Porque, lo poético no siempre se identifica con el verso, entendido como una técnica que permite hacer poesía, o como diría el poeta inglés William Wordsworth, que ayuda a encadenar «las mejores palabras en el mejor orden». Lo poético es mucho más que eso. Es una manera de conocer y de entender el mundo.

Y como en cualquier otro ámbito de la educación, los niños se inician en el lenguaje de la poesía con la ayuda de sus mayores. Necesitan el acompañamiento de sus padres o de sus maestros, su ánimo y sus consejos. E igualmente precisan escuchar, leer y escribir poesía. Pero sin que esta relación suponga un orden, ni una rígida ruta: la audición, la lectura y la escritura pueden convivir, deben convivir con los niños y, cuando sea posible, no deben abandonarse nunca. Aunque, es verdad, el mantenimiento de la práctica de la última de ellas –la escritura–, llegado un momento, dependerá en grado sumo de las Musas y no de la voluntad del presunto poeta. 

Pero, ese torrente poético innato que brota del alma de los niños puede y debe educarse hacia un modo de expresión mejor, aunque no más auténtico. Esta pérdida de autenticidad es el precio que el poeta ha de pagar para intentar conservar, al menos, parte de esa visión poética y poder expresarla.    

Escribía al respecto Juan Ramón Jiménez, citando al también poeta alemán Novalis:

«“Dondequiera que haya niños—dice Novalis—existe una edad de oro.” Pues por esa edad de oro, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta, y se encuentra allí tan a gusto, que su mejor deseo sería no tener que abandonarlo nunca».  

Y a fin de que el niño, en esa «edad dorada», pueda encadenar, aunque sea de forma precaria, las mejores palabras en el mejor orden, deberá ser alimentado convenientemente en su acervo lingüístico y en sus patrones formales, con ritmo y pausa, con tono y rima, para poder dar cauce adecuado a ese innato sentido poético. 

Por esta razón, deberíamos leerles desde muy niños rimas y canciones, y luego, cuando ya sepan leer, que reciten versos y declamen poemas con nosotros. Quedará para más adelante el leer en silencio y con recogimiento. Y por supuesto, que no olviden el memorizar poemas, tal como le conminaba Pavel Florenski a su hijo mayor desde la soledad y el sufrimiento del Gulag:

«Hijo mío, nunca dejes de recitar en voz alta hermosos poemas».

Pero eso sí, han de ser poemas buenos y hermosos. Porque es tarea nuestra ayudarles a hacer brotar y a pulir ese gusto poético. Y para desarrollar plenamente este poder apreciativo, debemos poner a su alcance lo mejor de lo mejor. Luego, cuando crucen la línea de la sombra, ellos buscaran sus propios pastos, que sin duda serán buenos si en su momento se les alimentó debidamente, se cultivó su paladar poético y se les puso en el camino de encontrar el alimento intelectual adecuado.

Sin embargo, eso no es todo. Para que los pequeños se aficionen de verdad a la poesía será preciso que se diviertan jugando con ella, y que compartan esa diversión con nosotros o con otros niños. En alguna ocasión se tratará de la emoción causada al unir o separar ciertas palabras y, en otra, simplemente, de una combinación de sonidos y ritmos, aun cuando esté desprovista de significado y se trate de algo absurdo y sin sentido. Porque la poesía, y en mayor medida la poesía infantil, está íntimamente relacionada con el juego, al que suele acompañar rítmicamente, o incluso, en ocasiones, es ella misma un juego, un juego de palabras que el niño trasforma, haciéndolas suyas y aportándoles viveza y encanto. 

Ah, y una última cosa: nuestros hijos no deberán dejar de copiar poemas. Deberemos alentarles a ello, para que se dejen llevar por el estilo de los poetas que más les atraigan, por los poemas que más les gusten. Que hagan suyas palabras, versos, estrofas de otros. Que ensayen, una y otra vez, escribiendo, garabateando, torpemente al principio, con más destreza y fluidez después, los versos y poemas que vengan a sus corazones o que retengan guardados en su memoria. Que jueguen con las palabras, con las rimas, con las metáforas y las evocaciones, con la música y el ritmo de los grandes poetas. Ser imaginativo no puede significar, ni para los niños ni para los adultos, el ser totalmente original. Esto es un error moderno que solo nos ha traído fealdad y pobreza artística. Escribir poesía, en palabras de Matthew Arnold, es sencillamente «la forma más bella, impresionante y ampliamente eficaz de decir las cosas», y solo escribiendo es como alguno de esos pequeños quizá descubra algún día que las musas le estaban aguardando. El resto, al menos, se acercará a la poesía, lo que no es poco.   


P.D.

Las antologías son una fórmula muy válida de acercar la poesía a los niños, pues, aunque grandes poetas han escrito piezas, para, o al alcance de los niños, en general estas se encuentran dispersas entre otros versos que seguramente no les atraerán. Se trata, por tanto, de buscar esas piezas, de reunirlas, y eso lo hacen muy bien los antólogos. Así que a continuación paso a referirles algunas buenas antologías, que creo, son lo mejor para empezar.


-Cordialidades (1941) de Antonio Fernández. 

-Poesía infantil (1951) de Federico Torres. 

-Versos para niños (1954) de Antonio Fernández. 

-Selección de poesía para niños (1961) de Juan-Miguel Romá. 

-Antología de la literatura infantil en lengua española (1966) de Carmen Bravo-Villasante.

-Al corro de la patata, por Carmen Bravo-Villasante.

-Pito, pito, colorito: folclore infantil, por Carmen Bravo-Villasante.

-Colorín, colorete, rimas y canciones infantiles tradicionales recopiladas por Carmen Bravo-Villasante.

-Arre moto piti poto, arre moto piti pa, de Carmen Bravo-Villasante.

-China, china, capuchina, de Carmen Bravo-Villasante.

-Trabalenguas y otras rimas infantiles, de Carmen Bravo-Villasante.

-Una, dola, tela, catola, de Carmen Bravo-Villasante.

-Pinto, pinto, gorgorito (retahílas, juegos, canciones y cuentos infantiles antiguos), de Raquel Calvo Cantero y Raquel Pérez Fariñas.

-Gira, girasol (una reproducción de un antiguo y encantador libro de Ernest Nister con canciones infantiles españolas).

-Canciones infantiles, de Elena Fortún y María Rodrigo (La escritora Elena Fortún y la pianista y compositora María Rodrigo escriben al alimón este libro en 1934, bellamente ilustrado por Gori Muñoz. Recuperado recientemente por la editorial Renacimiento).

-Romances españoles, anónimo

-Poesía (Disparatario), de Edward Lear.

-Jardín de versos para niños, de R. L. Stevenson.

-350 poemas para niños, de la biblioteca Billiken.

-Elogio de la niñez, de José A. Ferrari.

-400 poemas para explicar la fe, de Yolanda Obregón.

-El silbo del aire (1965) de Arturo Medina.

-Poesía española para niños (1997) de Ana Pelegrín.

-Canto y cuento (1997) de Carlos Reviejo y Eduardo Soler. 

Casi todas son unas estupendas antologías, variadas y aptas tanto para niños (especialmente las antologías recopiladas por Bravo-Villasante) como para adolescentes.


Igualmente, les remito a mi blog de selección de poesía, La memoria poética

Entradas relacionadas con el tema (alguna de las cuales contiene enlaces a antologías personales):

La poesía  

Primeras rimas y canciones  

A vueltas con la poesía. Las antologías  

¿Por qué todavía les leo a mis hijas en voz alta?  

Acercarse a la poesía 

Tiempo de Navidad, infancia y poesía  

Una ración de tonterías nunca viene mal  

De libros, camas y niños  

Jardín de versos para niños  

El niño y el poeta 

De los gatos y los libros

Hacia al asombro a través de la poesía  

El olvido de la memoria (y su rescate a través de la poesía) 

Volver a la poesía  

Poesía una vez más  

La importancia de la poesía. Poesía y verdad  

El cardenal Müller desenmascara al Papa Francisco



Ya no lo decimos solamente nosotros desde este blog. Lo dice el cardenal Müller:

El cardenal Gerhard Müller, ex titular de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), tuvo la amabilidad de facilitar a LifeSite una copia de sus reflexiones sobre la reforma de la Curia que se está aplicando mediante el documento papal Praedicate Evangelium, firmado por el papa Francisco el 19 de marzo. Müller tenía la intención de presentar su declaración al Consistorio de cardenales que se reunió a finales de agosto en Roma, pero debido al limitado tiempo asignado para hablar en la reunión, no pudo entregarla.

En su declaración, el cardenal alemán, que fue destituido por el Papa Francisco de forma repentina en junio de 2017, deja claro que ve una tendencia preocupante que se está produciendo actualmente en la Iglesia. Se opone al fuerte papalismo que socava la autoridad de la enseñanza sacramental de cada obispo individual, y también al debilitamiento del oficio y la autoridad de los ministros ordenados al delegar en los laicos los puestos de liderazgo en la Curia Romana y en las diócesis.

"No es un progreso en la eclesiología", escribió, "sino una flagrante contradicción con sus principios fundamentales, si toda la jurisdicción en la Iglesia se deduce de la primacía jurisdiccional del Papa. También la gran verborrea del ministerio, la sinodalidad y la subsidiariedad no puede ocultar la regresión a una concepción teocrática del papado."

El prelado alemán insistió en que la autoridad del Papa se basa en que Cristo mismo le ha dado la autoridad, y nadie más. "Pedro actúa con la autoridad de Cristo como su Vicario. Su autoridad para atar y desatar no es una participación en la Omnipotencia de Dios", insistió Müller. Continúa diciendo que "la autoridad apostólica del Papa y de los obispos no es de derecho propio, sino sólo un poder espiritual conferido para servir a la salvación de las almas mediante el anuncio del Evangelio, la mediación sacramental de la gracia y la dirección pastoral del Pueblo de Dios peregrino hacia la meta de la vida eterna."

Es decir, la autoridad del Papa está vinculada y limitada por su deber de conducir a las almas a la salvación del modo en que Cristo mismo lo ha ordenado. No es independiente del mandato de Cristo.

Por lo tanto, "una Iglesia totalmente obsesionada con el Papa ha sido y es siempre la caricatura de la 'enseñanza católica sobre la institución, la perpetuidad, el significado y la razón del sagrado primado del Romano Pontífice'", explicó el cardenal.

Basándose en el principio relativo a los límites de la autoridad del Papa, el cardenal Müller deja claro que el Papa no puede cambiar el orden jerárquico y sacramental de la Iglesia nombrando a laicos como jefes de una diócesis o de una curia. "El Papa tampoco puede conferir a ningún laico de forma extrasacramental -es decir, en un acto formal y legal- el poder de jurisdicción en una diócesis o en la curia romana, para que los obispos o sacerdotes actúen en su nombre", escribió el prelado.

La publicación de esta declaración del cardenal Müller es la segunda intervención de un cardenal que no pudo pronunciarse en el reciente Consistorio. El cardenal alemán Walter Brandmüller, historiador de la Iglesia, tampoco pudo pronunciar sus palabras, por lo que Sandro Magister las publicó en su blog. En esta intervención, el cardenal Brandmüller lamentó que bajo el pontificado del papa Francisco la libre discusión de los cardenales con el Papa haya dejado esencialmente de existir. "En la antigüedad esta función de los cardenales encontraba una expresión simbólica y ceremonial en el rito de la 'aperitio oris', de abrir la boca", escribió el cardenal, que significa "el deber de expresar con franqueza la propia convicción, el propio consejo, especialmente en el consistorio." Luego añadió que esta necesaria franqueza "está siendo sustituida por un extraño silencio".

Por ello, el prelado alemán consideró que los consistorios bajo el Papa Francisco son poco eficaces y útiles. "Se distribuyen formularios para solicitar un tiempo de intervención, seguido de comentarios obviamente espontáneos sobre cualquier tipo de tema, y eso es todo", describió los consistorios pasados. "Nunca ha habido un debate, un intercambio de argumentos sobre un tema concreto. Obviamente, un procedimiento completamente inútil".

El último Consistorio en el que los cardenales de la Iglesia católica aún pudieron hablar libremente fue el de 2014, en el que el papa Francisco invitó al cardenal Walter Kasper a presentar su propuesta sobre la admisión de los divorciados vueltos a casar a la Sagrada Comunión. Como informó entonces el vaticanista italiano Marco Tosatti, un gran número de cardenales se opuso a la iniciativa del Papa Francisco. Desde entonces, el pontífice argentino no volvió a permitir que se surgiera una discusión libre durante un Consistorio. Estos dos cardenales alemanes son dignos de elogio por asegurarse de que esa discusión parcial pueda tener lugar en público ahora.

The Wanderer

Homilía. Padre Alfonso Gálvez. Domingo 13º después de Pentecostés: Los diez leprosos



Homilía del 12 de septiembre de 2011

Duración 41:08 minutos

Algunas reflexiones sobre los milagros




Como dice el título de este artículo, van a ser sólo unas pocas, desde luego no todas, dejando a los lectores que incluyan las que deseen; seguro que mejores que las nuestras.

Los milagros no surgen así como así. Para que se produzcan, salvo excepciones que confirman esta regla, hay que hacer lo posible y lo imposible, humanamente hablando, claro, para merecerlos. Hay que trabajarlos.

Los milagros no son magia… «potagia», producto de una varita mágica, salvo en los casos que Dios quiera. Así pues, a veces tardan y… a veces ni siquiera se producen.

Los milagros, una vez producidos, hay que seguir, salvo excepciones, mereciéndolos, trabajándolos.

Cuando pedimos algo, y todo lo que pedimos suele ser un milagro, algo que consideramos que sin la intervención divina no lograremos, hay que poner en la petición dos cosas: fe y voluntad; o sea, a Dios rogando, sí, pero también con el mazo dando. Nada de sentarse mirando al cielo como bobos… y vagos, a esperar a que… nos caiga la breva. Si vemos los milagros de Nuestro Señor relatados en los Evangelios, todos tienen abundancia de fe pero también de voluntad por parte de sus peticionarios. No hay uno solo, además, en el que el Señor no remarque lo de la fe: «Hágase según vuestra fe», dijo a los leprosos; «Nunca he visto tanta fe en Israel», dijo a los enviados del centurión; «Tu fe te ha curado», etc.

Al mismo tiempo, en todos hay una gran voluntad de parte de los peticionarios. Los leprosos caminan, se mueven, se arriesgan a ser objeto de la ira del pueblo, pero no cejan en su empeño por acercarse a Jesús. La hemorroisa se mete entre la multitud a codazos con tal de tocar Su manto. Aquellos otros cogieron al paralítico, lo subieron a la azotea y quitan tejas y argamasa para abrir un agujero por donde descolgarle, etc.

En todos hay fe ciega en que el Señor les puede curar, pero también esfuerzo, trabajo, voluntad para… ponérselo fácil o al menos demostrar que… ¿se lo merecían?

No es el caso de la conversión de San Pablo, milagro portentoso porque ni él tenía fe, sino todo lo contrario, ni menos aún voluntad, sino todavía menos. Pero es que los designios del Señor son insondables, y Su poder absoluto para hacer con Su viña lo que quiera según Sus planes trazados con Su mente que no funciona como la nuestra porque ya dijo que nosotros no pensamos como Él.

También es muy importante considerar, además, que los milagros, una vez producidos, deben ser objeto de agradecimiento de por vida, no debemos olvidarlos, sino tenerlos muy presentes y dar gracias por ellos siempre, siempre, porque es de bien nacidos ser agradecidos. La primera forma de agradecimiento es reduciendo sustancialmente nuestros pecados; ¡que ya está bien, leche! La segunda es mediante oraciones de agradecimiento, jaculatorias o simplemente un «gracias Señor por…» cada vez que nos acordemos del milagro o lo veamos presente si fue una curación, un empleo, etc.

Asimismo, debemos ser consecuentes con el milagro y no malograrlo. Por ejemplo, ¿se han preguntado ustedes qué fue de los leprosos, de los cojos, paralíticos y endemoniados curados por Nuestro Señor, es decir, objeto de sus milagros? Pues que una vez «arreglados» su vida debió cambiar radicalmente porque debieron pasar de no hacer nada y de vivir de la limosna, a tener que… trabajar. Sí, eso tan duro como es tener que trabajar. Bien, pues debieron ser consecuentes y agradecidos y debieron ponerse a trabajar, y además a hacerlo bien, por causa de… su milagro; quien de ellos no lo hizo pecó dos veces: una por pereza y vagancia, y la otra por malgastar la gracia especial que supuso el milagro que Nuestro Señor le regaló. Ojo al parche que es importante, porque pedimos la curación de, por ejemplo, un niño y luego, una vez curado, nos quejamos de que hay que ver la lata que da. ¡Qué mal haríamos en arrepentirnos de haber pedido y más aún de que se nos concediera aquel milagro! ¡Cuidado con eso!

Pedimos milagros todos los días, porque en realidad nuestras peticiones son siempre algo que sabemos que por nosotros mismos no podemos lograr, pues bien, hagámoslo con fe y pongamos voluntad (trabajo, acción) para que se nos conceda, y, una vez concedido, pongamos agradecimiento en forma de oraciones y para que lo logrado fructifique para mayor gloria de Dios.

Ah, y no se nos olvide que los milagros que pidamos quedan siempre a la consideración de la voluntad de Dios que sabe lo que queremos, pero mucho mejor sabe lo que nos conviene, algo que nosotros no siempre sabemos. Así es que si a pesar de poner mucha fe y mucha voluntad no se nos concede (o tarda, vaya que si tarda), seguro que es porque no nos conviene (al menos en ese momento) y nada más lejos de la voluntad de Dios que hacernos una gracia que vaya a ser para nosotros, en realidad, una desgracia; así es que siempre conformémonos con la voluntad de Dios que Él sí sabe, nosotros no.

Juan Cruz

domingo, 4 de septiembre de 2022

BREVE BIOGRAFÍA DEL PADRE ALFONSO GÁLVEZ


El P. Alfonso Gálvez Morillas nació en Totana-Murcia (España), el 4 de junio de 1932, en el seno de una familia católica. Los estudios primarios los cursó en su pueblo, en el Colegio de la Milagrosa, dirigido por las Hijas de la Caridad. En 1942 inició sus estudios de Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media Alfonso X el Sabio en Murcia.


En 1949 empezó su carrera de Derecho en la Universidad de Murcia y durante ese mismo curso escolar, sintió la llamada del Señor para que se encaminara al sacerdocio. Al año siguiente ingresó en el Seminario Conciliar de San Fulgencio de Murcia. Con autorización del entonces Obispo de Cartagena, pudo simultanear los estudios eclesiásticos y los civiles. Se licenció en Derecho en el año 1956.

Ese mismo año, el día 10 de junio, recién cumplidos los 24 años, fue ordenado presbítero en la iglesia de San Juan Bautista de Murcia, por el Obispo de Cartagena Mons. Ramón Sanahuja y Marcé. A los pocos días, fue destinado como coadjutor a la parroquia de San Andrés de Murcia. Fue allí donde empezó el trabajo con la juventud, aunque, en realidad, ya había emprendido esa tarea durante sus años de seminarista. Transcurridos tres años, en septiembre de 1959, fue enviado por su Obispo a Ecuador formando parte de un equipo de sacerdotes diocesanos, por un tiempo de cinco años. Primero fue profesor del seminario San Luis Gonzaga en Cuenca de Ecuador. Dos años después, fue párroco de El Tambo, un pueblecito de la Sierra. Y al poco tiempo, se trasladó a Venezuela, en donde había también un equipo de sacerdotes de Murcia trabajando para la Arquidiócesis de Barquisimeto. Allí estuvo dos años y medio en la parroquia de San Antonio de la ciudad de Barquisimeto, hasta completar los cinco años del plazo para el cual se le había destinado a Sudamérica.

A su regreso a España, el Obispo Mons. Miguel Roca Cabanellas le nombró de nuevo Coadjutor de San Andrés y Profesor de Religión en el Instituto Alfonso X el Sabio de Murcia; posteriormente fue colaborador de San Andrés, pero ahora con más libertad de movimientos para que pudiera dedicarse a su trabajo con los jóvenes, tarea que el Obispo siempre bendijo y aprobó.

Su apostolado con jóvenes y de modo especial con vocaciones sacerdotales, se concretó con el paso de los años en la Sociedad de Jesucristo Sacerdote, una asociación religiosa que fue aprobada, como Pía Unión, el 29 de julio de 1980, por el Obispo Mons. Javier Azagra Labiano, con el apoyo y aliento de Mons. Miguel Roca, en ese tiempo ya Arzobispo de Valencia. Posteriormente, el 27 de noviembre de 1986, fue aprobada de nuevo, bajo la figura jurídica de Asociación de Fieles, para adecuarse a la nomenclatura del nuevo Código de Derecho Canónico de 1983. Esta Asociación tiene una Rama de Mujeres y otra de Hombres, todos ellos seglares consagrados al Señor.

Comenzó a formar un grupo de sacerdotes que, siendo miembros de la Sociedad y estando incardinados en diferentes Diócesis, comenzaron su trabajo en España y Ecuador. Y con el tiempo, en Estados Unidos (1985) y Chile (1996).

Desde 1982 residió en la Casa Matriz de la Sociedad, Residencia El Pedregal, en el término de Mazarrón-Murcia (España). Durante más de 20 años viajó a las diferentes Diócesis en las que estaba implantada la Sociedad. Para llevar a cabo su labor, contó en todo momento con el permiso y apoyo de los diversos Obispos que han ocupado la Sede de la Diócesis de Cartagena.

En 1991 fundó en New Jersey el Colegio Shoreless Lake School para la formación de estudiantes. Colegio que, diez años después, se trasladó a Totana en España. Actualmente, el Colegio solamente admite a miembros jóvenes de la Sociedad, con vistas a la formación sacerdotal. Este Colegio tiene una extensión en Sauk City (Wisconsin), para chicas que estén dispuestas a formar parte de la Rama Femenina de la Sociedad, que cuenta con dos casas en España y en Wisconsin.

En 2009, comenzó a publicar en una página propia en internet algunos sermones y artículos, junto con otras grabaciones de años anteriores.

En el verano del 2018, su salud comenzó a empeorar a causa de los años, lo cual le impidió continuar predicando, tanto en público como en privado. Cuidado por sus hijos en El Pedregal durante todo este largo proceso de deterioro de su salud, fue hospitalizado en La Vega de Murcia el día 2 de Julio, donde entregó su alma a Dios , el día 6 de Julio del año 2022.

A lo largo de su vida llevó a cabo un importante trabajo redaccional. Publicó Una sociedad utópica (1950), La Fiesta del Hombre y la Fiesta de Dios (1983), Comentarios al Cantar de los Cantares (dos volúmenes: 1994 y 2000), El Amigo Inoportuno (1995), La Oración (2002), Meditaciones de Atardecer (2005), Esperando a Don Quijote (2007), Homilías (2008), Siete Cartas a Siete Obispos (2009), El Invierno Eclesial (2011), El Misterio de la Oración (2014), Sermones para un Mundo en Ocaso (2016), Cantos del Final del Camino (2016), Mística y Poesía (2018), etc.

jueves, 1 de septiembre de 2022

miércoles, 31 de agosto de 2022

Queda aprobada en Consejo de Ministros la nueva ley del aborto



Duración 2:08 minutos

Respetar todas las opiniones (Bruno Moreno)



“El respeto de todas las opiniones, aun de las más falsas o perversas, no es más que la orgullosa negación del respeto debido a la Verdad, Para amar sinceramente la verdad y el bien es necesario no tener ninguna simpatía por el error y el mal. Para amar verdaderamente al pecador y contribuir a su salvación es menester detestar el mal que hay en él”.

Fray Reginald Garrigou-Lagrange OP, La naturaleza de Dios.

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Pocas cosas me irritan más que oír a alguien decir que “respeta todas las opiniones”. Quien dice algo así o bien no sabe lo que dice o no dice más que tonterías. Respetar todas las opiniones es, en realidad, imposible, porque equivale a negar el bien, la verdad, la lógica, la razón y el propio ser, sin los cuales no se puede afirmar nada con sentido. A fin de cuentas, si una opinión y la contraria son igualmente respetables, eso significa que la verdad y el error son igualmente respetables, con lo que cualquier razonamiento pasa a ser fútil y carente de sentido. Por lo tanto, cuando alguien empieza declarando que respeta todas las opiniones, de inmediato se deduce que sus propias opiniones no son respetables, sino disparatadas.

Por definición, sólo se pueden respetar lo bueno, lo verdadero y lo bello, porque nada que no sea bueno, verdadero o bello es digno de la veneración del hombre. Lo malo, lo erróneo y lo feo a lo sumo se pueden tolerar, con el fin de preservar un bien mayor y siempre con el deseo de que lo tolerado acabe desapareciendo como merece.

Esto, que es un principio básico para toda criatura pensante, se ha oscurecido desgraciadamente en la mentalidad de nuestra época. La rebelión contra Dios que está en el origen de la modernidad ha llevado al hombre a sucumbir ante los tres grandes disparates trillizos del voluntarismo, el relativismo y el feísmo, que pretenden que no hay cosas buenas, verdaderas o bellas en sí mismas, sino que todo depende de lo que decida uno mismo (o de lo que decidan la moda, los expertos, el Estado o quien sea).

Es la vieja tentación gnóstica, que rechaza la creación como algo malo y busca liberarse de ella. Las consecuencias las vemos por todas partes, por ejemplo cuando la televisión intenta convencernos de que ser hombre o mujer es cuestión que el propio interesado decide a voluntad. O cuando se pretende que no hay nada bueno ni malo y lo único importante es lo que uno siente en su interior. O, por dar un ejemplo más cercano, cuando los pobres fieles tienen que tragarse (y pagar) horrendas iglesias de cemento que no suscitan más que desesperanza y revulsión, pero son obra de algún arquitecto famoso y carísimo.

“Liberarse” del respeto debido a la verdad, la belleza o el bien y del correspondiente desprecio debido a sus opuestos, aunque sea con la excusa de no ofender a nadie, solo puede conducir a la destrucción del ser humano. Ante esta tentación, los cristianos debemos ser santamente intolerantes y recordar sin descanso que el error y el mal, lejos de ser dignos de respeto, no merecen más que nuestro desprecio, nuestro rechazo y nuestro aborrecimiento.

Bruno Moreno

Aborto: el Partido Popular acepta jugar con las reglas tramposas de la izquierda




Empieza la liga de fútbol y el Equipo Azul, el favorito para ganar esta temporada, se las tiene que ver, una vez más, con los trucos del Equipo Rojo.



Los efectos de jugar con las reglas tramposas que impone el equipo rival

Desde hace años, la estrategia del Equipo Rojo consiste en jugar sucio y hacer trampas, y además quejarse si el Equipo Azul no se deja amedrentar y les planta cara. Parece increíble que esa estrategia tan burda tenga éxito, pero es así por dos motivos: la prensa deportiva afín al Equipo Rojo forma parte de esa estrategia y critica al Equipo Azul haga lo que haga (sobre todo si gana), y además sucesivos entrenadores del Equipo Azul han decidido plegarse a esas críticas, pidiendo a sus jugadores que cuando sus rivales les den patadas, les dejen pasar sin más incluso a riesgo de dejar la portería indefensa y que les metan un gol.

Para evitar las tentaciones de que planten cara a sus rivales, los entrenadores del Equipo Azul exigen a sus jugadores que se aten las manos a la espalda antes de empezar el partido. “Así la prensa deportiva afín al Equipo Rojo no podrá decir que somos agresivos y nos portamos mal”, presumen los entrenadores del Equipo Azul. El resultado es que los jugadores azules tienen que hacer un esfuerzo mucho mayor para ganar que el Equipo Rojo, ya que han aceptado jugar con las reglas impuestas por éste. De hecho, el Equipo Azul ha sancionado repetidas veces a sus jugadores que decidieron desatarse las manos al jugar, acusándoles de estar ayudando al Equipo Rojo con esa actitud.

El PP optó por esa solución por miedo, pereza intelectual y tibieza

Lo que acabamos de ver, aunque parezca absurdo, es una descripción metafórica de la política española desde hace décadas. Hace ya muchos años, el Partido Popular decidió someterse a los caprichos de la izquierda, después de que el PSOE y sus medios afines desplegasen una insistente campaña consistente en identificar cualquier discrepancia de los dogmas de la izquierda como un indicio de franquismo o de fascismo. El miedo a las críticas de los medios afines al PSOE, unido a una creciente pereza intelectual y la tibieza a la hora de defender sus principios, llevó al PP a aceptar competir en el ruego político con las reglas impuestas por la izquierda. Unas reglas que no tienen nada que ver ni con la Constitución, ni con la libertad ni con la tolerancia, sino que consisten, básicamente, en someterse a sus dogmas ideológicos.

Limitarse a vender gestión tampoco funciona

En virtud de esta estrategia, el PP ha abandonado la batalla de las ideas contra la izquierda, limitando su actividad a venderse como un mejor gestor que el PSOE. Y esto último con el inconveniente de tener que hacerse cargo del desastre económico que dejan los socialistas cada vez que gobiernan, lo que significa que el PSOE despilfarra dinero a manos llenas, como si no hubiese mañana, y cuando el PP vuelve al poder y se ve obligado a hacer ajustes, es acusado por la izquierda de imponer “recortes”. Y es que los socialistas no se conforman con que sus rivales se sometan a sus dogmas ideológicos en otros asuntos. El PSOE también quiere que el PP asuma su desastroso recetario económico socialista, a fin de que éste tampoco tenga contestación.

Nueva ley del aborto: la oposición de Vox y el silencio del PP

Ayer vimos el último episodio de esa estrategia. El Consejo de Ministros aprobó un proyecto de reforma de la ley del aborto de 2010 con el que pretende facilitar todavía más que se mate a los hijos por nacer, evitar que las madres que van a abortar tengan siquiera información sobre el hijo del que pretenden deshacerse, imponer el adoctrinamiento sexual en los colegios incluso a los más pequeños y hacer listas negras de los médicos que se niegan a perpetrar abortos. Como viene ocurriendo con otros proyectos legislativos del PSOE, se trata de un proyecto que lesiona derechos fundamentales, empezando por el más básico de todos, que es el derecho a la vida.

Frente a ese nuevo ataque del PSOE a los derechos fundamentales, Vox ha reiterado que “seguirá luchando para defender la vida”. De hecho, Vox es el único partido provida del Congreso. Por el contrario, el PP ha respondido con un silencio sepulcral a la aprobación de ese proyecto abortista. Los canales de comunicación de ese partido no han dicho ni una palabra sobre ello. Finalmente, el PP filtró a un medio afín que no hará campaña contra la nueva ley del aborto porque sería “caer en la trampa del Gobierno”.

El PP ha caído de lleno en las trampas de la izquierda

Esa actitud del PP no es nueva. El PP viene lanzando mensajes parecidos desde hace muchos años. Según el PP, llevarle la contraria a la izquierda es caer en su trampa y en su juego, una idea más bien extraña que desde Génova 13 se dedican a justificar por el hecho de que el PP siempre se amilana en esos debates y se pone a temblar en cuando alguien de la izquierda le llama “facha” o “retrógrado”. Al final, el miedo del PP a ser criticado por la izquierda le ha llevado a asumir, sin más, muchos de los dogmas ideológicos izquierdistas. De hecho, durante el mandato de Aznar y durante el de Rajoy, a pesar de disponer de amplias mayorías absolutas, el PP no derogó las leyes abortistas del PSOE (ni la de 1985 ni la de 2010), a pesar de haber recurrido las dos ante el Tribunal Constitucional.

Así pues, cada vez que dice que no va a caer en la “trampa” de la izquierda o que no va a seguir su “juego” como argumentos para huir de importantes debates, lo que hace el PP es, precisamente, aceptar jugar con las reglas tramposas de la izquierda. Unas reglas según las cuales si quieres tomar parte en el debate público en España debes someterse a los dictados ideológicos de la izquierda o arriesgarte a ser señalado como un “fascista”, con las consecuencias que eso conlleva habitualmente (actos de intimidación, amenazas, agresiones…). En realidad, lo que hace la izquierda es suprimir el debate público e imponer una dictadura ideológica, una dictadura en la que la izquierda impone sus ideas y se dedica a insultar y perseguir al que discrepa. Por eso Vox es tan necesario: porque es el único partido dispuesto a plantar cara a la izquierda, que es la única forma de recuperar el pluralismo político y la libertad de expresión que la izquierda ha ido reduciendo hasta el ridículo con su tramposa estrategia.

Elentir

martes, 30 de agosto de 2022

Noticias del 27 al 30 de agosto de 2022


EL ESPAÑOL DIGITAL

- Oposición a los intentos (¿coacciones?) de Defensa para inocular a sus miembros


- Pedro Sánchez, fabricante de miseria en España


CONTANDO ESTRELAS

- Hablamos Español y AEB: dos discursos muy distintos y sólo uno defiende nuestra libertad



CHIESA E POST CONCILIO

- Obispo Viganò / 'Agere sequitur esse'. La visión "teológica" del Gran Reinicio


ADELANTE LA FE

- De Washington a Buenos Aires (Mons. Aguer)


WANDERER

- No ver lo evidente


IL SETTIMO CIELO

- Dos cardenales y un historiador acusan al papa Francisco de traicionar al Concilio


Selección por José Martí

domingo, 28 de agosto de 2022

De la muerte (Juan Cruz)



¿Qué es la muerte? La muerte es la separación temporal del alma y del cuerpo.

¿Por qué es la muerte una separación? Porque la muerte no hace más que desunir las partes de que está compuesto el hombre, pero no las destruye. La muerte no destruye el alma, que por ser una sustancia simple y espiritual, es naturalmente inmortal. No destruye los elementos del cuerpo, pues nada de cuanto Dios ha creado vuelven a la nada.

¿Por qué hemos dicho que es temporal esta separación? Porque el día deja resurrección, el alma volverá a juntarse con su propio cuerpo.

¿De qué despoja la muerte al hombre? La muerte despoja al hombre de todo lo que posee en este mundo, y reduce su cuerpo a polvo. “Pero el hombre, una vez muerto, y descarnado y consumido, dime ¿Qué se hizo de él?” (Job., XIV, 10).

¿Qué nos enseña la fe tocante a la muerte? Nos enseña: 1° que la muerte es inevitable. “Polvo eres, y a ser polvo tornarás” (Gen., III, 19). 2° Que la muerte es el castigo del pecado. “La muerte se fue propagando en todos los hombres, por aquel solo Adán en quien todos pecaron” (Rom., V, 12). 3° Que moriremos una sola vez. “Está decretado a los hombres el morir una sola vez” (Hebr., IX, 27). 4° Que la muerte fija irrevocablemente nuestra suerte. “Si el árbol cayere hacia el Mediodía o hacia el Norte, doquiera que caiga, allí quedará” (Ecl., XI, 3) – “Mientras tenemos tiempo, hagamos bien a todos” (Gal., VI, 10), porque viene la noche de la muerte, cuando nadie puede trabajar” (Juan IX, 4).

¿Quiénes son los que niegan estas dos últimas verdades de nuestra santa fe? Los partidarios de la metempsicosis, los cuales pretenden que las almas pasan por una serie indefinida de existencias, transmigrando de un cuerpo a otro más o menos perfecto, según que hayan vivido con mayor o menor santidad en el cuerpo precedente.

¿Conocemos la hora de nuestra muerte? Dios se ha reservado el secreto no solamente del tiempo y del lugar de nuestra muerte, sino también de la manera como hemos de morir y del estado en que se encontrará nuestra alma en aquella hora decisiva. “Velad vosotros, ya que no sabéis ni el día ni la hora” (Mat., XXV, 13).

¿Por qué permite Dios que ignoremos la hora de nuestra muerte? Para enseñarnos que siempre debemos estar dispuestos a comparecer delante de Él. “Estad siempre prevenidos, porque a la hora que menos pensáis vendrá el Hijo del hombre” (Luc., XII, 40).

¿Es la muerte igual para todos los hombres? No: pues la del justo es preciosa a los ojos del Señor (Salmo CXV, 15), y la de los pecadores es funestísima (Salmo XXXIII, 23).

¿Por qué es preciosa la muerte del justo? 1° Porque la muerte es el término de su destierro. “Ay de mí, que mi destierro se ha prolongado” (Salmo CXIX, 13). 2° Porque lo saca de su prisión. “Saca de esta cárcel a mi alma para que alabe tu santo nombre” (Salmo CXLI, 8) – “Oh qué hombre tan infeliz soy yo! ¡Quién me librará de este cuerpo de muerte” (Rom., VII, 24). 3º Porque lo introduce en la morada de la luz y de la felicidad. “Amaneció la luz al justo, y la alegría a los de recto corazón” (Salmo XCVI, 11).

La muerte ¿es para el justo una verdadera muerte? No: pues para el justo, morir es entrar en la verdadera vida. “No moriré, sino que viviré y publicaré las obras del Señor” (Salmo CXVII, 17).

¿Por qué es horrible la muerte del pecador? 1° Porque para él la muerte es la pérdida eterna de todo lo que ha amado. “¿Conque así me ha de separar de todo la amarga muerte?” (I Reyes XV, 33). 2° Porque lo precipita en la muerte eterna. “Horrenda cosa es por cierto caer en manos del Dios vivo” (Hebr., X, 31).

Ya que la muerte decide nuestra suerte eterna, ¿qué debemos hacer? Debemos: 1° Pensar a menudo en la muerte. Nada hay más saludable que este pensamiento para desasir nuestra alma de los bienes corruptores de la tierra, e inclinarla a reducir el cuerpo a servidumbre, pues dentro de poco esos bienes le serán quitados y el cuerpo será pasto de los gusanos. “He dicho a la podredumbre: Tú eres mi padre; y a los gusanos: Vosotros sois mi madre y mi hermana” (Job., XVII, 14). 2º Persuadirnos íntimamente de que la muerte está cerca. “En verdad que como una sombra pasa el hombre” (Salmo XXXVIII, 7) – “Estoy cierto de que pronto saldré de él (el cuerpo)” (II Pedro I, 14). 3° Poner pronto en orden nuestra conciencia. “Dispón de las cosas de tu casa; porque vas a morir, y estás al fin de tu vida” (Isaías XXXVIII, 1). 4° Estar siempre dispuestos a comparecer delante de Dios, pues la muerte vendrá como un ladrón (Mat., XXIV, 43). 5° Desear ardientemente el morir con la muerte de los santos. “Ojalá pueda yo lograr el morir como los justos, y que sea mi fin semejante al suyo” (Núm., XXIII, 10) – “Deseo verme libre de las ataduras de este cuerpo y estar con Cristo” (Filip., I, 23).
Juan Cruz

Los alemanes bombardean el Vaticano | Actualidad Comentada | 26-08-2022 | Pbro. Santiago Martín FM



Duración 13:08 minutos


La realidad del Evangelio frente a las utopías modernas (Padre Alfonso Gálvez)



sábado, 27 de agosto de 2022

Monseñor Viganò sobre las escandalosas declaraciones de Vincenzo Paglia sobre la Ley 194



 
Las salidas de Mons. Paglia ya no debería sorprender a ningún católico. Su inspiración modernista, misericordiosamente abierta al mundo y cerrada a la Verdad, supera toda imaginación y es el emblema más eficaz de la herejía firmemente arraigada en la Iglesia hasta las cumbres más altas. A partir de aquí antecedentes sobre la APV. Pero Mons. Vigano. Aquí está el índice de sus intervenciones anteriores y relacionadas. Comunicado sobre las escandalosas declaraciones de Vincenzo Paglia sobre la Ley 194


El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Vincenzo Paglia, en el curso de una entrevista concedida a RaiTre el 26 de agosto ( aquí ), definió la infame Ley 194 sobre el aborto como "un pilar de nuestra vida social", escandalizando a millones de fieles católicos italianos. al Magisterio y aún atentos a las feroces palabras de Juan Pablo II contra ese horrible crimen que en Italia sacrificó a más de seis millones de criaturas inocentes en el altar del egoísmo y de la ideología liberal anticristiana.

La justa indignación del cuerpo eclesial ante las declaraciones del Presidente de una Academia encargada por Juan Pablo II precisamente para combatir el aborto va acompañada del aplauso de los defensores de la "salud reproductiva" y de la "interrupción del embarazo", siempre dispuestos a acusar al Iglesia de intromisión cuando habla con la voz de Cristo, pero de alabanza en cuanto sus peores exponentes se prostituyen al pensamiento único y hacen suyas las instancias inhumanas del neomaltusianismo.

Como Pastor y Sucesor de los Apóstoles no puedo dejar de condenar con la mayor fuerza las escandalosas palabras de Paglia, que contradicen el Evangelio y la enseñanza de los Romanos Pontífices.

El Nuevo Orden Mundial, las Naciones Unidas, la OMS, la Unión Europea, el WEF, la Comisión Trilateral, el Club Bilderberg y todas las organizaciones que siguen la Agenda 2030 consideran la bárbara matanza en el vientre de una persona inocente como una ley, como una "pilar de la vida social". Es emblemático y revelador que la secta de apóstatas que infestan la Jerarquía católica y han ocupado su cúspide se encuentran alineadas con las posiciones ideológicas de los enemigos de Cristo no solo en temas aparentemente inconexos -como la narrativa de la psicopandemia y la ideología verde- sino también en negación de los fundamentos mismos de la Ley Natural, incluido el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

Es desconcertante que nadie, entre mis Hermanos en el Episcopado y menos entre los miembros del Colegio Cardenalicio, se atreva a alzar la voz para condenar las delirantes palabras de Paglia y pedir su renuncia inmediata a la Pontificia Academia para la Vida.

Los fieles, amonestados por buenos sacerdotes, aléjense de estos lobos disfrazados de corderos y pidan al Señor que intervenga para salvar a Su Iglesia, ocupada por un Sanedrín de corruptos y pervertidos que siguen crucificando a Jesucristo en Su Cuerpo Místico.

+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
27 de agosto de 2022

miércoles, 24 de agosto de 2022

Propuesta de un debate (Pío Moa)



Le Figaro ha publicado un artículo de un señor Emilio Silva en respuesta a mi entrevista con Isabelle Schmitz en Le Figaro histoire. Me parece excelente la iniciativa porque puede abrir el necesario debate intelectual y democrático que vengo proponiendo en vano desde hace muchos años. Y sería muy justo que el debate partiera de Francia, porque en España no solo no ha sido posible, sino que se han dictado leyes para impedirlo; y porque la guerra de España tiene un alcance histórico e ideológico que va más allá de la propia España.

Para empezar conviene establecer una diferencia. Yo soy un historiador independiente de cualquier poder o partido político, que lleva muchos años silenciado por los grandes medios en España, mientras que Silva preside una asociación subvencionada por el poder socialista con dinero público, que se nos obliga a pagar a todos, y de acuerdo con una ley que trata de imponer a los españoles, desde el poder, su versión de la historia, persiguiendo la discrepancia y atacando así las libertades de investigación, opinión y expresión. Esta diferencia de entrada no es banal.

Que el señor Silva se ampare en una ley totalitaria ya hace sospechar que su versión ha de ser falsa. Claro que, a pesar de la sospecha, esa versión podría ser correcta en términos históricos y el franquismo haber practicado un «genocidio». La palabra pretende equiparar al franquismo con el nazismo, una idea que no se sostiene ideológica, política ni históricamente, pero que tiene gran efecto emocional sobre las personas desinformadas, así que habrá también que hablar de ello.

En todas las guerras se cometen atrocidades por unos y otros, por lo que interesa ante todo entender cómo se ha llegado a ella. Y una de mis conclusiones es la decisiva responsabilidad del PSOE (mucho mayor que la de los comunistas o los anarquistas) en la destrucción de la legalidad republicana, la preparación deliberada de la guerra, el terror y la entrega de la soberanía a Stalin. Son conclusiones extraídas, no de la propaganda franquista, sino de la muy abundante documentación de la izquierda, que he investigado durante diez años. Es evidente que al poder socialista le interesa mucho ocultarlo y sustituir la historia por una «memoria» emocionalmente manipulada. Y al no poder rebatir mis tesis, ocultarlas e impedirles circular es uno de los objetivos básicos que esta ley contra las libertades públicas.

En segundo lugar conviene entender el carácter y objetivos de los bandos en pugna, y ese es otro tema de fondo a debatir. ¿Fue una guerra entre fascistas y demócratas como suele plantearse? Lo veremos también.

Y finalmente, es revelador el empleo del término «revisionismo», como si fuera un pecado mortal. Claro que soy revisionista, porque investigo, y la revisión es una exigencia elemental de la razón y la ciencia, opuesta precisamente al despotismo dogmático que las leyes de «memoria» quieren imponer.

Propongo al señor Silva, o a cualquier otro, empezar por las ideas y prácticas del PSOE acerca de la república, en especial a partir del verano de 1933.

Pío Moa