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miércoles, 8 de diciembre de 2021

Sobre las desconcertantes palabras de Bergoglio acerca de Mons. Aupetit (Aldo Maria Valli)



Ante las declaraciones del Papa en el avión sobre el caso del arzobispo Aupetit, uno siente una mezcla de desconcierto y tristeza. Desconcierto por el grado de desequilibrio alcanzado por Bergoglio, tristeza por el nivel al que ha descendido el papado.

En primer lugar, releamos la conversación entre el Papa y la corresponsal de Le Monde, Cécile Chambraud.

Cécile Chambraud (en español)

Santo Padre, hago la pregunta en español para mis colegas. El jueves, cuando llegamos a Nicosia, nos enteramos de que usted había aceptado la dimisión del arzobispo de París, monseñor Aupetit. ¿Puede explicar por qué, y por qué con tanta prisa?

El Papa Francisco

Sobre el caso Aupetit. Me pregunto: ¿qué hizo Aupetit que fuera tan grave como para tener que dimitir? ¿Qué ha hecho? Que alguien me responda...

Cécile Chambraud

No lo sé. No lo sé.

El Papa Francisco

Si no conocemos el cargo, no podemos condenar. ¿Cuál era la acusación? ¿Quién sabe? [nadie responde] ¡Es malo!

Cécile Chambraud

Un problema de gobierno o algo más, no lo sabemos.

El Papa Francisco

Antes de responder diré: haz la investigación. Haz la investigación. Porque existe el peligro de decir: "Ha sido condenado". ¿Pero quién lo condenó? "La opinión pública, los chismes…". ¿Pero qué hizo? "No lo sabemos. Algo..." Si sabes por qué, dilo. Por el contrario, no puedo responder. Y no sabrás por qué, porque fue una falta de su parte, una falta contra el sexto mandamiento, pero no total, sino de pequeñas caricias y masajes que hizo: así es la acusación. Esto es un pecado, pero no es uno de los más graves, porque los pecados de la carne no son los más graves. Los pecados más graves son los que tienen más "angelicidad": el orgullo, el odio... estos son más graves. Entonces, Aupetit es un pecador como yo. No sé si lo sientes así, pero tal vez... como lo hizo Pedro, el obispo sobre el que Cristo fundó la Iglesia. ¿Cómo es que la comunidad de aquella época aceptó a un obispo pecador? Y eso fue con pecados muy "angelicales", como negar a Cristo, ¿no? Pero era una Iglesia normal, estaba acostumbrada a sentirse siempre pecadora, todos: era una Iglesia humilde. Se ve que nuestra Iglesia no está acostumbrada a tener un obispo pecador, y pretendemos decir 'mi obispo es un santo'. No, esto es Caperucita Roja. Todos somos pecadores. Pero cuando los chismes crecen y crecen y crecen y se lleva el buen nombre de una persona, ese hombre no podrá gobernar, porque ha perdido su reputación, no por su pecado —que es pecado, como el de Pedro, como el mío, como el tuyo: es pecado—, sino por el parloteo de los responsables de contar la historia. Un hombre al que se le ha quitado la fama de esta manera, públicamente, no puede gobernar. Y esto es una injusticia. Por eso acepté la dimisión de Aupetit no en el altar de la verdad, sino en el de la hipocresía. Eso es lo que quiero decir. Gracias.

Bergoglio ha desplegado aquí todo su repertorio: imprudencia, ambigüedad, duplicidad, incoherencia, descaro.

Como vemos, ante un periodista que, legítimamente, quiere saber por qué el Papa ha aceptado la renuncia de Mons. Aupetit al cargo (nótese bien: Aupetit no ha renunciado, sino que ha puesto el cargo en manos del Papa, dejándole la decisión), Bergoglio dice "si no conocemos el cargo, no podemos condenar". ¡Pero si en realidad fue él quien condenó a Aupetit! Y si lo condenó, se supone que tenía elementos circunstanciales para hacerlo. En su lugar, dice a los periodistas que investiguen: pero ¿qué tienen que ver los periodistas con esto? Es él quien debe explicar por qué aceptó la dimisión de Aupetit, asumiendo la responsabilidad de la decisión.

Luego, sin embargo, dice algo; pero, como siempre, no con claridad. Más bien lanza una acusación, y lo hace (con mucha malicia) con el aire de quien aparentemente defiende al arzobispo, en esa forma dual y farisaica típica del modelo peronista aprendido en Argentina. Habla de una "falta contra el sexto mandamiento, pero no total, sino de pequeñas caricias y masajes a la secretaria, que solía hacer". La referencia a la secretaria (muy grave, porque pone introduce a una persona que nunca había sido mencionada explícitamente hasta ahora) fue eliminada de la versión oficial publicada por la Oficina de Prensa del Vaticano, pero se mantuvo en la grabación audiovisual.

¿Y qué hay de la idea de que la falta hacia el sexto mandamiento puede ser "no total"? ¿Y que hay "pecados mayores" como el orgullo y el odio? ¿Por qué más grave? ¿En comparación con qué? ¿Y quién lo ha decidido? El estado de confusión es el peor.

Y luego la última perla: un hombre (Aupetit) 'al que le han quitado la fama [supongo que quería decir la reputación] para que, públicamente, no pueda gobernar'. Y esto es una injusticia. Por eso acepté la dimisión de Aupetit no en el altar de la verdad, sino en el de la hipocresía". ¿Pero cómo? De esta manera usted, Papa, declara abiertamente que ha sucumbido a la injusticia y que no ha defendido la verdad, mientras que usted, como Pastor Supremo, debería hacer todo lo contrario. ¡No sólo: después de sus declaraciones, Monseñor Aupetit queda marcado de por vida como el que acaricia y masajea a su secretaria!

En conclusión, lo que se desprende de los enrevesados razonamientos de Bergoglio es una interioridad deteriorada y una espiritualidad enferma, así como un sentido distorsionado de la justicia y de sus deberes. Esto no es sorprendente, ya que hemos llegado a conocer a Bergoglio y su concepto de la moral. Lo sorprendente y desalentador es que todavía haya quien se preste a este juego de masacre, quien guarde silencio haciéndose cómplice de un escándalo que ha llegado a la aberración, quien tolere que una persona completamente inadecuada para el papel que desempeña siga demoliendo obstinadamente lo que queda del papado y de la Iglesia de Cristo. Un papado —hay que recordarlo— que Nuestro Señor instituyó y al que confirió el poder sagrado para que gobernara la Iglesia y no la transformara en una entidad que tuviera la finalidad contraria a la que Él fundó.

Rara vez doy nombres, pero en este caso me gustaría dirigirme a Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, un colega al que conocí, cuando todavía era vaticanista para la RAI, como una persona inteligente, honesta y amable. Querido Matteo, perdona que me meta, pero como me imagino tu malestar, te pregunto: ¿por qué no dejas este aquelarre? ¿Por qué te haces cómplice de esta locura? ¿No ves que cada día que pasa la institución del papado está más herida y degradada? ¿No ves que la auctoritas está cada vez más comprometida? Cuando todo esto termine —porque el Señor no permitirá que la Iglesia sea devastada de esta manera indecorosa— se pedirá cuenta de esta acción devastadora no sólo al principal responsable, Bergoglio, sino también a sus colaboradores, entre los que muchos sufren su excesivo poder sin compartirlo. ¿Quieres también estar —como muchos, demasiados, laicos, sacerdotes, obispos y cardenales— en el número de los que serán señalados como corresponsables y partidarios del tirano?

Aldo Mª Valli

martes, 7 de diciembre de 2021

Francisco en el altar de la hipocresía (Carlos Esteban)



Si algo llama la atención de las palabras del Santo Padre en vuelo sobre la aceptación a la renuncia del arzobispo de París, Michel Aupetit, es que contradice frontalmente todo lo que creíamos saber de Francisco con respecto a las murmuraciones y presiones de los medios.

Algo creíamos saber sobre el estilo personal del Santo Padre en este aspecto: no cede a las presiones, especialmente a las voces que piden cabezas. Por eso resulta tan sorprendente la explicación que dio en el vuelo sobre su aceptación de la renuncia de Aupetit.

Recordemos: “Con respecto al caso Aupetit, yo me pregunto, ¿qué cosa ha hecho él tan grave como para tener que darle la dimisión. Que alguien me responda, ¿qué ha hecho?”

“Y si no conocemos la acusación, no podemos condenar… Antes de responder yo diré: hagan las investigaciones, eh, porque se corre el peligro de decir: ha sido condenado. ¿Quién lo ha condenado? La opinión pública, la charlatanería… no sabemos… si ustedes saben por qué, díganlo, en caso contrario no puedo responder. Y no sabrán porque fue una falta de él, una falta contra el sexto mandamiento, pero no total, de pequeñas caricias y masajes que hacía a la secretaría, ésta es la acusación. Esto es pecado, pero no es de los pecados más graves, porque los pecados de la carne no son los más graves. Los más graves son aquellos que tienen más carácter angelical: la soberbia, el odio”.

“Así que Aupetit es un pecador, como lo soy yo – no sé si usted se siente… tal vez – como ha sido Pedro, el obispo sobre el que Jesucristo ha fundado la Iglesia. Cómo es que la comunidad de aquel tiempo había aceptado a un obispo pecador, y él tenía una pecaminosidad con tanto carácter angelical, como era ¡renegar a Cristo! Porque era una Iglesia normal, estaba acostumbrada a sentirse pecadora siempre, todos, era una Iglesia humilde. Se ve que nuestra Iglesia no está acostumbrada a tener un obispo pecador, hacemos de cuenta para decir: mi obispo es un santo… No, este pequeño birrete rojo… todos somos pecadores”.

“Pero cuando la charlatanería crece, crece, crece y le quita la fama a una persona, no, no podrá gobernar porque ha perdido su fama, no por su pecado, que es pecado – como el de Pedro, como el mío, como el tuyo – sino por el parloteo de las personas. Por esto acepté su dimisión, no en el altar de la verdad, sino en el altar de la hipocresía”.


La última frase tiene una interpretación difícil, sobre todo en los términos tan crudos en los que se expresa el Santo Padre. ¿Quiere decir que ha cedido a una decisión que cree injusta por presión de los acusadores, a los que no cree?

No es imposible. En realidad, y al margen de los personajes de este pequeño drama, puede tener sentido remover a un prelado inocente si el pueblo lo tiene por culpable y la situación le impide gobernar de manera eficaz. Después de todo, el ministerio de un pastor no es un premio para el hombre, sino un servicio a las almas de sus feligreses, por lo que tampoco sería un castigo su apartamiento del poder eclesial.

Sin embargo, como decimos, es muy distinto a lo que estamos acostumbrados en la persona del Santo Padre. No pocos de sus colaboradores cercanos -desde Maradiaga a Zanchetta- han sido acusados durante más tiempo de cosas mucho peores que las que se achacan a Aupetit, y el Papa no les ha dejado caer. En ocasiones, incluso, ha reaccionado a las críticas promocionando al criticado, casi en un gesto de desafío.

El Papa no considera que sea cosa de importancia, pecado grave, la aventura sentimental que se le adjudica al pastor, en una mitigación de los pecados de la carne -caricias y masajes, en este caso, según el Papa- que ya ha repetido en alguna otra ocasión. Ignora en su parrafada las otras acusaciones, quizá más relevantes, sobre el estilo autoritario del arzobispo, que ya provocara la renuncia de dos de sus principales colaboradores en la archidiócesis.

Las palabras del Papa podrían señalar un cambio en su política de nombramientos y ceses, prestando mayor atención a la aceptación pública del candidato. Podrían, pero se nos antoja sumamente improbable.

Carlos Esteban

lunes, 6 de diciembre de 2021

Juan Manuel de Prada no lo puede decir más claro, ¡a ver si se enteran de una vez!



La pregunta es muy sencilla: Si tu te sientes protegido, ¿qué problema tienes con lo que yo haga? O más fácil todavía: ¿te sientes estafado y piensas que psicológicamente estarías mejor con aquello de “mal de muchos consuelo de tontos”? Puede que sea una mezcla de las dos preguntas, puede que los que hayan caído en la trampa puede que sea una mezcla esté entre los que son demasiado tontos y piensan que su gobierno les protege, o demasiado simples y piensan que todo el mal que ellos sufran será menor cuanta más gente lo padezca de una forma idéntica.

El caso es que nos encontramos en un momento en el que muchos pensaron que pincharse era la solución, pero ahora no están demasiado convencidos, o siguen convencidos del asunto y piensan que el problema es de los demás. Pero la realidad de todo lo que está sucediendo es el gran ejemplo que ha puesto el periodista y escritor, Juan Manuel de Prada: ¿No será que el problema son los agujeros de tu paraguas y no el hecho de que yo no lo lleve? Al fin y al cabo, el problema es mío si me mojo. ¿Y si a mi eso no me preocupa?

Escuchen con atención porque nos encontramos en un momento un tanto extraño. Miren que no ha sido el sentido común el más común de los sentidos últimamente, pero lo que estamos viendo ahora es absolutamente estúpido.

Duración 1:15 minutos

Los descaros del Papa Francisco



La situación que estamos viviendo en la Iglesia es tan desconcertante que uno, a veces, comienza a dudar de estar en sus cabales. Porque aquí alguien está loco (y por loco entiendo a aquel que es incapaz de conectarse correctamente con la realidad), y a veces pienso si no seremos nosotros, el minúsculo grupo de católicos tradicionales. Y lo pienso, porque resulta difícil afirmar que todo el resto de los católicos es el que está loco, resto que incluye a los obispos y a la mayor parte de los sacerdotes. ¿Es que nadie con autoridad para hacerlo es capaz de señalar el proceso de destrucción al que está conduciendo la Iglesia el Papa Francisco? Advertirlo, de seguro lo advierten, pero quienes deberían hablar, callan.

Señalo algunos episodios desconcertantes de los últimos días. Apareció un libro titulado Love Tenderly. Sacred Stories of Lesbian and Queer Religious (Amar tiernamente. Relatos sagrados de religiosas lesbianas y queer). Allí, veintitrés religiosas lesbianas y queer (¿qué será una monja queer?) cuentan sus historias de “amor sagrado”. La congregación de las Hermanas de la Misericordia ha expresado que esperan que este libro “ilumine las mentes a la sacralidad y a la infinita diversidad de Dios”. Y hasta ahora, la Congregación del Religiosos del Vaticano, no ha dicho nada y las monjitas lesbianas autoras del libro seguirán felices revolcándose en sus amores impuros.

Paralelamente, el Santo Padre ha aceptado la renuncia al cargo de arzobispo de París de Mons. Aupetite, que había puesto a su disposición luego de que un semanario lo acusara de mantener una relación sentimental con una mujer. A esta acusación, el arzobispo respondió que se trató de una situación ambigua que había ocurrido en 2012, que sus superiores estuvieron siempre al tanto de la situación y que esa relación, aunque inconveniente, no tuvo de ninguna manera una dimensión sexual. A pesar de todo esto, fue expulsado de su sede. Mons Aupetite era un obispo moderado o conservador, sobre todo en algunas cuestiones como la bioética y la homosexualidad, sobre lo que se había expresado con toda la claridad de la doctrina de la Iglesia. Probablemente haya sido esto lo que motivó la rápida aceptación de su renuncia.

Resulta entonces que el Vaticano —es decir, el gobierno de la Iglesia católica—, permanece callado frente a un escándalo como es la publicación de los amores lésbicos de unas cuantas monjas, y actúa con la mayor dureza ante un caso oscuro y ciertamente fogoneado por sus enemigos, que involucra a un obispo respetuoso de la doctrina de la fe. Y todo al mismo tiempo. ¿No es esto una cosa de locos?

El 2 de diciembre, reunido en Chipre con los católicos allí presentes, el Papa Francisco dijo
“No hay y no debe haber muros en la Iglesia católica, por favor. Es una casa común, es el lugar de las relaciones, es la convivencia de la diversidad: ese rito, ese otro rito; uno lo piensa así, esa monja lo vio así, la otra lo vio de otro modo. La diversidad de todos y, en esa diversidad, la riqueza de la unidad”. 
¿Alguien puede negar el descaro de Bergoglio? Habría que recordarle a este hombre que hace pocos meses, él mismo edificó un muro enorme, con alambradas y vidrios de botellas rotas en los bordes, para dejar fuera de la Iglesia católica —es misma que él afirma que no tiene muros—, a los fieles que prefieren el rito tradicional, a través de un motu proprio llamado Traditionis custodes. No estoy haciendo interpretación; estoy relatando hechos

Resulta que en el término de pocos días se nos dice que estamos en la Iglesia de la diversidad, en la que hasta las monjas lesbianas son consideradas una prueba de la riqueza de la creación divina, pero se prohíbe ferozmente la existencia de unos pocos “diversos”: los rígidos de siempre, que se aferran a un rito abrogado, según Mons. Roche. Hay diversos buenos y diversos malos; hay que derribar los muros que nos separan de los musulmanes, de los protestantes, de los homosexuales y de cualquier otra minoría, pero hay que edificar un muro, con empalizada y foso en el que naden cocodrilos y tiburones, para dejar fuera a la indeseable minoría de los católicos tradicionales.

El sábado, el Papa Francisco se reunió con las más altas autoridades de Grecia, país en el que está de visita apostólica. Y allí, muy orondo, hizo una enconada defensa de la democracia, y dijo estar preocupado puesto que “se registra un retroceso de la democracia. Ésta requiere la participación y la implicación de todos y por tanto exige esfuerzo y paciencia; la democracia es compleja, mientras el autoritarismo es expeditivo…”. 

Yo no sabré cuál será la reacción de los líderes mundiales hacia este descarado personaje. El descrédito de Bergoglio debe ser descomunal —espero— en los altos círculos del poder. En primer lugar, me pregunto con qué cara un monarca absoluto se pone hablar de democracia, y a despotricar contra el autoritarismo. Parece una broma. Uno de los Papas más autoritarios de los últimos tiempos, reclamando consensos y democracias. ¿Qué dirá el cardenal Angelo Becciú que fue desposeído no solamente de todos sus cargos sino también de sus privilegios cardenalicios expeditivamente, en el curso de una entrevista con el Sumo Pontífice? Becciú no es santo de mi devoción, pero todo hombre tiene derecho a un juicio justo. Pues él no lo tuvo. El monarca absoluto decidió su culpabilidad y le aplicó la pena; y todo en diez minutos, y en su despacho. El “juicio” se está sustanciado en estos días a puertas cerradas, pero no muy herméticamente, puesto que se están filtrando los videos que publica diariamente el Corriere della sera. Y, por lo que parece hasta ahora, Francisco autorizó todas y cada una de las opacas y millonarias operaciones inmobiliarias, que terminaron en un desastre, y de las que después culpó a Becciú.

Pero más importante aún, me pregunto cómo un Papa puede ponerse a pontificar sobre la democracia, y sobre sus debilidades y retrocesos. Pues ahora pareciera que los principios de la Revolución eran los acertados y la democracia liberal que hoy campea en el mundo es el ideal del gobierno de todas las naciones. Y esto es justo lo contrario a lo que la Iglesia enseñó unánimemente a lo largo de los dos últimos siglos. ¿A quién le hacemos caso? ¿Al Papa Francisco o a los Papas anteriores?

Ya sabemos que el coro de obispos, sacerdotes y fieles se levantará a gritos a decirnos que debemos estar en todo de acuerdo con el Papa Francisco. Cuidado. Como bien nos alertaban la semana pasada Carlos Esteban y Fernando Beltrán, la Iglesia católica se está convirtiendo rápidamente en una secta. Y cuando esto termine de ocurrir, para lo cual no falta mucho, ya no será la iglesia de Cristo, y las puertas del infierno tendrán el poder de prevalecer sobre ella.

Reflexión ulterior: Resulta asombroso que una institución milenaria como la Iglesia latina no haya previsto mecanismos legales para actuar en casos como el del actual pontífice. Es verdad que en siglos pasados se recurría, sin demasiados remilgos, a un té debidamente condimentado o a una ventana abierta en las alturas de Castel Sant’Angelo. Pero, a mi entender, se debió haber previsto algún recurso canónico que permitiera, cuando menos, amordazar a un Papa desequilibrado.

The Wanderer

Opinar como el Papa en todo (Fernando Beltrán)



Esta semana he sido testigo de una ridícula polémica, en torno a las vacunas contra el coronavirus, que me ha hecho recordar uno de los problemas del catolicismo hodierno; y no me refiero a este pontificado, me refiero a los últimos 200 años.

El caso en concreto es simplemente una pequeña muestra del fenómeno, no me detendré mucho en él: un sacerdote publica sus razones para no vacunarse; nos hacemos eco diciendo que no todo el clero sigue la línea marcada por el Papa y el Vaticano en esta cuestión ―es público que abogan fuertemente por la vacunación―; y el sacerdote en cuestión tiene que excusarse con cierto aire dramático diciendo que su adhesión al Papa es absoluta y bla bla bla
No entro en el tema vacunas sí, vacunas no; no quiero analizar la conveniencia de que un sacerdote o el Papa opinen sobre cuestiones médicas; lo que me preocupa es que un sacerdote tenga que excusarse acongojado porque opina diferente al Pontífice reinante sobre vacunas; no sobre el dogma de la Santísima Trinidad, la Inmaculada o la divinidad de Cristo; sobre malditas vacunas.
Me pregunto, como Carlos Esteban: ¿En que momento se convirtió la Iglesia en una secta? ¿Es que tenemos que opinar igual que el Papa en todo? Algunos parece que así lo piensan, y ven prácticamente como un acto cismático, o una amenaza contra la manida unidad, manifestar opiniones diferentes a Su Santidad en medicina o inmigración; geopolítica o energía nuclear.

¡Qué lío tener que opinar igual que el Papa en todo! Sobre todo, porque ha habido 266. Y, además, ¿cómo funciona? ¿Hay que opinar como el actual o como los anteriores? ¿A partir de cuántos años se puede criticar a un Papa? ¿100, 200? Porque, de hecho, aquellos que no toleran una simple crítica o un disentir del Papa actual, sí se permiten, en cambio, hablar de épocas oscuras de la Iglesia, de los Borgia y de la Inquisición.

Ayer, el Papa dijo que las alambradas fronterizas significan odio. ¿Ahora tenemos que arrancar las púas de las verjas de nuestras casas para ser buenos católicos fieles al Santo Padre? ¿Tenemos que pedir a nuestros gobernantes que retiren las vallas de Ceuta y Melilla para estar en comunión con la Iglesia? ¿O, más bien, es una cuestión opinable y podemos disentir públicamente con Su Santidad?

Sinceramente, me inclino por lo último. No somos una secta.

Fernando Beltrán

¿Cuándo se convirtió la Iglesia de Cristo en una secta? (Carlos Esteban)



La mitad de los católicos norteamericanos no cree en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, según las últimas encuestas de Pew Research sobre las que hemos informado ya. Una holgada mayoría, un 59%, descree del infierno. En cuestiones de doctrina moral, los números son aún más desalentadores, y el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puede seguir presentándose como un ‘católico devoto’ mientras impulsa la política proabortista más agresiva de la historia, y la abrumadora mayoría de los obispos norteamericanos no se atreven a aplicar el Código de Derecho Canónico para que se le niegue la Sagrada Eucaristía.

Y, sin embargo, nada de esto desata las alarmas sobre la ‘unidad’ de la Iglesia entre los buenos, pese a ser rechazos explícitos de la doctrina eterna de Cristo. En cambio, basta disentir de opiniones del Papa absolutamente ajenas a la fe para que se levante un coro vociferante que se rasga las vestiduras denunciando una brecha de la ‘unidad’. ¿Cuándo se convirtió la Iglesia de Cristo en una secta?

Parte de la perplejidad viene de que nunca antes de ahora había existido la posibilidad de escuchar al Santo Padre -o al obispo, o a los cardenales- en tiempo real desde tantos canales, nunca antes había estado el fiel tan expuesto a un caudal continuo de declaraciones papales, sin que el fiel sencillo tenga a veces los medios de distinguir lo fundamental de lo accesorio.

Eso no es unidad, es uniformidad. Eso es la negación misma de la cacareada ‘sinodalidad’. Es concebir a la Esposa de Cristo como un culto, casi como un partido o empresa en el que el CEO o el líder puede cambiar a voluntad el rumbo y las verdades. La misma expresión, tan extendida, de ‘Iglesia de Francisco’ debería ponernos en alerta. No: la Iglesia de Cristo, de la que Francisco es el vicario temporal encargado con la misión de conservar intacto el depósito de la fe.

Disentir de las visiones políticas o científicas del pontífice no debería verse como indicio de falta de unidad, sino como expresión de la sana ‘libertas’ de la que se ufanaba San Agustín ante las cuestiones opinables
La Iglesia de hoy no es la Iglesia, es sólo una parte, ni siquiera mayoritaria. Está la Iglesia de ayer y la de mañana; están la Iglesia Triunfante y la Iglesia Militante. Y todas ellas son la misma Iglesia, que no puede contradecirse ni renunciar a una iota de la verdad en Cristo.
No creo que beneficie la imagen que da la Iglesia al mundo -imagen importante de cara a la evangelización- esta servil sumisión a estilos y maneras, énfasis y opiniones personales. Los católicos sufrieron durante siglos, desde la aparición de la mal llamada Reforma Protestante, el título de ‘papistas’. 

Pero los católicos no seguimos al Papa; no es el Papa nuestro Capitán, sino Cristo, del que el Santo Padre es solo el encargado de custodiar su Iglesia durante un plazo, siempre breve frente a la eternidad.

Carlos Esteban

domingo, 5 de diciembre de 2021

La entrega por Amor de la voluntad y de la inteligencia



Homilía predicada el 22 de febrero de 2003.

Texto evangélico: Mc. 9: 2-13.

Duración 22:09 minutos

Fumar mientras se reza y rezar mientras se fuma



Hace unos días, un lector recordaba en el blog el viejo chiste eclesiástico. Un dirigido espiritual (seglar o seminarista, según las versiones) le pregunta al director espiritual: ¿Padre, puedo fumar mientras rezo? “No, hijo mío”, le responde el sacerdote, escandalizado. “Eso sería una tremenda falta de respeto. Estás dirigiéndote a Dios todopoderoso y sería indigno que lo hicieras con un cigarrillo en los labios”. El dirigido se queda pensando sobre el asunto y, al día siguiente, le pregunta al sacerdote: “Padre, ¿puedo rezar mientras fumo?” “¡Por supuestísimo!”, le dice el clérigo con una gran sonrisa. “Todas las ocasiones son buenas para rezar. Reza siempre que fumes y te estarás ganando el cielo al hacerlo”.

El chiste, aunque ya sea muy conocido, tiene su gracia, pero lo que me sorprende es que, a menudo, se cuenta dando a entender que tiene una moraleja más o menos relativista: todo es según el color del cristal con que se mira, las cuestiones dependen de la forma en que se planteen, todos sabemos que da igual rezar fumando que fumar rezando, la hipocresía del director espiritual, etc.

Digo que me sorprende ese enfoque porque, si algo enseña el chistecillo es exactamente lo contrario. En efecto, lo que salta a la vista al contarlo es que las dos cosas de las que se habla, fumar y rezar, son cualitativamente distintas. Más aún, infinitamente distintas. De otro modo el chiste no tendría gracia. Basta sustituirlas por leer y respirar o por escuchar música y descansar, por ejemplo, y vemos que la historia pierde toda su gracia. Instintivamente sabemos que no se puede poner a Dios y a cualquier otra cosa en el mismo plano, mientras que ninguno de nosotros encontraría una diferencia sustancial entre descansar mientras se escucha música y escuchar música mientras se descansa. En cambio, cuando se trata de hablar con Dios, hay algo que no cuadra y crea la extrañeza en la que se basa el chiste.

De hecho, se podría decir que la gracia del chiste viene ni más ni menos que del primer mandamiento. Del mismo modo que Dios está a una infinita distancia del hombre y de cualquier otra cosa, el primer mandamiento está a infinita distancia del segundo, que se refiere al amor a los demás y a uno mismo. Dios no puede ocupar un lugar en nuestra vida al lado de otras muchas cosas y comparable al de ellas, aunque sean buenas. Dios está en otro plano y, más que ocupar un lugar en nuestra vida, lo cierto es lo contrario: en Él vivimos, nos movemos y existimos.

En ese sentido, absolutamente todo lo que hacemos debemos hacerlo para gloria de Dios (que en la anécdota aparece como rezar mientras se fuma). Todo lo que hagáis, sea de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias al Dios Padre por medio de Él. Y, al revés, absolutamente nada de lo que podamos hacer debe anteponerse o igualarse a Dios, porque eso sería quitarle la gloria. Solo a Dios le corresponde todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. De ahí la diferencia de rezar mientras se fuma y fumar mientras se reza: en la primera opción todo, incluido el fumar, se usa para la gloria de Dios, mientras que en la segunda se pone a Dios al mismo nivel que las cosas de este mundo, como el fumar.

Me alegré de que el lector hiciera referencia al chistecillo, porque estamos muy necesitados de que nos recuerden el primer mandamiento y su centralidad. En este blog hemos advertido contra muchos de los errores que podemos encontrar hoy entre gran parte de los católicos, a veces muy graves, pero sin duda el peor y el que causa todos los demás es el olvido de la primacía absoluta de Dios.

En una tendencia que viene de lejos y que se ha acelerado en este último siglo. Se va transformando el cristianismo teocéntrico en un “cristianismo” antropocéntrico, en el que sigue hablándose de Dios, pero más bien como decorado, excusa o justificación para lo que verdaderamente importa, que es el ser humano y todo lo relacionado con él. Así, casi se ha perdido por completo el sentido de la majestad de Dios, de su infinita distancia al ser humano, de la inefabilidad de sus designios y la inapelabilidad de sus juicios. A los católicos les avergüenza hablar del temor de Dios, de su justicia o de la diferencia esencial entre el catolicismo y cualquier otra religión, porque todas esas cosas muestran esa misma distancia infinita entre Dios y el hombre. De alguna forma, en la catequesis, en la predicación y en buena parte de lo que se dice en la Iglesia, se da a entender que Dios está ahí para hacernos felices, en lugar de decir la verdad, que es que nosotros estamos aquí para alabar a Dios y hacer su voluntad. Ciertamente, eso nos hará felices, gracias a Dios, pero el importante es Él, no nosotros.

El problema es que, como decía, Dios no puede estar en el mismo plano que otras cosas y, si intentamos que así sea, si intentamos crear un cristianismo en que el primer y el segundo mandamiento son intercambiables o, peor aún, el único que importa en la práctica es el segundo, lo que sucede es que Dios se va, desaparece, aunque permanezcan las referencias a Él más o menos rutinarias o vergonzantes. Igual que no se puede introducir una pieza redonda en un hueco cuadrado, no se puede colocar a Dios eterno, infinito y todopoderoso en un huequecito limitado y finito de nuestra vida al lado de otros muchos huequecitos similares.

Por eso no entendemos nada, ni atraemos a nadie, ni tenemos vocaciones de consagración a Dios, ni los católicos asumen la moral católica, ni entendemos la indisolubilidad del matrimonio, la castidad o el valor del sufrimiento, ni soportamos la idea misma del infierno, ni nos distinguimos en nada de los paganos, ni podemos evitar que los católicos sigan apostatando por millones, porque lo cierto es que en la práctica nos hemos olvidado de Dios y un cristianismo secularizado solo sirve para echarlo fuera y que lo pisen las gentes.

Bruno Moreno

sábado, 4 de diciembre de 2021

NOTICIAS VARIAS 4 DE DICIEMBRE DE 2021




- INFOCATÓLICA

NEOS (por Pedro L. Llera)

https://www.infocatolica.com/blog/gobiendes.php/2111281112-neos#more41996


- QUE NO TE LA CUENTEN

¿Católicos por Boric? Palabra de un ex-militante izquierdista

https://www.quenotelacuenten.org/2021/12/04/catolicos-por-boric-palabra-de-un-ex-militante-izquierdista/


- MENTE ALTERNATIVA

Documento Confidencial de Pfizer expone el Encubrimiento Criminal de la FDA sobre las MUERTES POR VACUNA … Sabían que estaba matando a gente a Principios de 2021… Tres veces más MUJERES que HOMBRES.

https://www.mentealternativa.com/documento-confidencial-de-pfizer-expone-el-encubrimiento-criminal-de-la-fda-sobre-las-muertes-por-vacuna-sabian-que-estaba-matando-gente-a-principios-de-2021-tres-veces-mas-mujeres-que-hombres/

- ALTO Y CLARO TV

¿Es el cambio climático el ataúd en el que van a meter a la población mundial? (por Fernando Paz). Contiene VIDEO de 20 minutos de duración

https://www.youtube.com/watch?v=ysa1_1aThpo

Selección por José Martí

viernes, 3 de diciembre de 2021

Viganò: "Italia es una nación bendecida por Dios y tiene un papel clave contra el Nuevo Orden Mundial"



Hay un hombre que en este momento está literalmente aterrorizando a la jerarquía de la iglesia anticatólica de Bergoglio y a las altas esferas del poder globalista. Este hombre fue objeto de feroces ataques mediáticos que primero lo desacreditaron y difamaron hasta el punto de calificarlo como una especie de "peligro" real para la sociedad. 

Este hombre es el arzobispo Carlo Maria Viganò. Desde hace más de un año, Viganò se ha convertido en una guía espiritual para todos los católicos, cristianos e incluso no creyentes que se sienten completamente perdidos y abandonados en esta época de gran aflicción moral y desierto de valores. Viganò consigue llegar a todos los sedientos de razón y justicia en este mundo al revés en el que vive la humanidad. 

Desde el inicio de la operación terrorista del coronavirus, Monseñor ha hablado con voz tranquila y firme. Inmediatamente denunció el plan del Gran Reset de Davos y la matriz globalista que concibió la farsa pandémica.

Al mismo tiempo, también denunció la corrupción e infiltración de la masonería en la institución que sobre todo debería haber presidido y defendido a los fieles y al mundo de este asalto infernal, es decir, la Iglesia Católica. Probablemente la "culpa" del arzobispo sea precisamente ésta. Su "culpa" es la de haber dicho y difundido verdades que los poderosos no querían que se dijeran. 

En esta entrevista que nos concedió, Viganò ayuda a comprender una vez más lo que está en juego en esta batalla que pretende esclavizar a la humanidad para arrastrarla hacia el totalitarismo del Nuevo Orden Mundial.

Monseñor también recuerda a los perseguidos por haber permanecido anclados a su Fe, y por no haberse inclinado ante este régimen, que no deben derrumbarse. Ser expulsado de una sociedad injusta y malvada debe ser un honor para todos aquellos que han sufrido la infame discriminación y persecución. 

Ésta es probablemente la razón por la que muchas personas miran a este hombre en este período histórico. Es uno de los pocos pastores que logra hablar con sencillez al corazón de los hombres comunes. Estas son sus palabras dirigidas a cada uno de nosotros.

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- Excelencia, recientemente ha sido víctima de feroces ataques mediáticos que se han intensificado cada vez más. El director de La Stampa, Giannini, llegó a llamarlo “sinvergüenza” en la televisión en vivo, y Bruno Vespa dijo que Dios debe “perdonarlo” por sus posiciones sobre las vacunas y la llamada pandemia. ¿Por qué los medios de comunicación italianos le consideran una especie de enemigo público y por qué parecen tenerle tanto miedo?

Como ya he tenido ocasión de observar, es típico de un régimen totalitario deslegitimar cualquier forma de disensión, inicialmente con el ridículo del oponente, hecho objeto de burla para desacreditarlo; luego con su patologización (o psiquiatrización), haciéndolo pasar por un loco para ser internado; por tanto, con su criminalización y con la creación de las condiciones para su separación del consorcio civil.

Mentiras, insultos y agresiones personales -como la última en mi contra, por el semanario Viernes de la República- forman parte de esta puesta en escena, en la que los sumos sacerdotes de Covid se rasgan la ropa ante cualquier objeción a su falsedad. Por otro lado, La Stampa y La Repubblica pertenecen a la familia Elkann, emparentada con los Rothschild desde el siglo XVI. John Elkann en 2016 precedió al ensayo La cuarta revolución industrial de Klaus Schwab, en el que el presidente del Foro de Davos describe en detalle el Gran Reinicio. La adhesión a la narrativa oficial por parte de la élite implica también la acción de descrédito y calumnia contra quienes se oponen a ella, según modalidades sectarias de conspiradores.

Eso sí, en el ensordecedor silencio de los obispos y en la propaganda de Santa Marta a favor del suero genético, es obvio que una voz discordante denunciando el golpe de Estado en curso por parte de la élite globalista perturba y es intolerable para quienes exigen un asentimiento irracional a  sus declaraciones contradictorias.

- En este sentido, los medios de comunicación incluso han llegado a enviar verdaderos espías a las misas de esos sacerdotes, como Don Giorgio Ghio, que denuncian el daño de las vacunas y la deriva anticristiana que pesa sobre la sociedad actual. El espíritu de la verdadera Iglesia tradicionalista no solo no parece extinguirse, sino que parece haberse reavivado. En su opinión, ¿es este espíritu el que más aterroriza al poder globalista?


Afirmo que las intromisiones de la autoridad civil en el ámbito eclesiástico violan el Concordato entre la Santa Sede y la República Italiana, y que la CEI no es la contraparte legítima del Gobierno en la negociación de protocolos y acuerdos que, como contratos por un no- beneficiario, son nulas. Dicho esto, creo que todo sacerdote tiene el derecho, de hecho el deber, de advertir a sus fieles sobre el peligro concreto (y todo menos hipotético) que representa la inoculación de la droga experimental, tanto más cuando toda la farsa psicopandémica es claramente instrumental para el establecimiento de una dictadura, el control de la ciudadanía y la violación de los derechos naturales y constitucionales bajo el pretexto sanitario.

La esclavitud de la Jerarquía Católica, de las Conferencias Episcopales, de los Obispos y de los párrocos a la narrativa oficial es tan descarada y cortesana, que pone en evidencia la infiltración de la iglesia profunda que he denunciado repetidamente. Una infiltración que se inició hace al menos setenta años y que hoy se manifiesta por su soberbia y por la persecución de voces disidentes tanto en lo que se refiere a la supuesta emergencia pandémica, como en lo que concierne a desviaciones doctrinales, morales y disciplinarias mucho más graves o inquietante complicidad con el estado profundo .

Esta evidencia de la traición a los Pastores ha llevado, como ocurre contextualmente en el ámbito civil, a una oposición espontánea que parte de la base - desde el laicado y desde el Clero - y que afecta significativamente tanto a la pandemia como a la crisis de la Jerarquía. . Por un lado tenemos a los partidarios del Gran Reset con su ideología anticatólica y anticristiana, flanqueados por la iglesia de Bergoglio. Por otro lado, tenemos a los que se oponen al Nuevo Orden Mundial, que encuentran la culminación natural de su propio establecimiento de valores en el inmutable Magisterio católico y en la liturgia tradicional. Ciudad del diablo y Ciudad de Dios: la división es siempre la misma, porque las fuerzas en el campo se despliegan en dos frentes ontológicamente opuestos y enemigos.

- Un ex coronel de los servicios secretos rusos, Vladimir Kvachov, definió la pandemia como una especie de operación terrorista diseñada expresamente para provocar una reducción de la población de la tierra y establecer una especie de dictadura mundial. En un artículo publicado por la Fundación Rockefeller en 2010 y titulado "Operation Lockstep" se habla explícitamente del estallido de una pandemia que permite a los gobiernos implementar medidas autoritarias y represivas de libertad personal para posteriormente construir una especie de supergobierno global. Estas medidas represivas son las mismas que hemos visto aplicadas durante el último año y medio, como las máscaras y el distanciamiento que han desatado una psicosis y un odio social probablemente nunca visto en las sociedades occidentales.

Lo he estado pensando y afirmando desde el inicio de la psicopandémica, cuando en mayo del año pasado denuncié los peligros y absurdos de esta grotesca farsa. Conozco bien los escenarios de la Fundación Rockefeller, así como los prefigurados por el Gran Reset del Foro Económico Mundial (cuyo presidente se reunió el 14 de noviembre de 2019 con el primer ministro Conte y hace unos días con Draghi) y los de Estados Unidos (Agenda de las Naciones 2030).

Esta operación, que requirió una preparación muy minuciosa y requiere la colaboración de amplios sectores del sector público y privado, así como la connivencia del poder judicial, la policía y las fuerzas de información, se configura como un verdadero golpe de Estado, con el que la La pandemia es la excusa con la que hacer que las violaciones de los derechos fundamentales parezcan inevitables y establecer el régimen totalitario del Nuevo Orden. Y en este Nuevo Orden rige la superstición pandémica, con sus brujos, sus pagodas vacunas, sus rituales irracionales, sus excomuniones contra los pecadores vitandi , es decir, contra los que no aceptan apostatar de la razón incluso ante la Fe para abrazar la locura y furia ideológica.

- En la sociedad del Gran Restablecimiento que Vuestra Excelencia ha denunciado en varias ocasiones, el transhumanismo juega un papel fundamental. Las tecnologías avanzan a tal velocidad que se habla abiertamente de la posibilidad de controlar el comportamiento humano a través de dispositivos electrónicos insertados en el cerebro de un ser humano. Klaus Schwab, presidente del foro de Davos y principal ideólogo de esta sociedad posthumana, teorizó este nuevo prototipo de humano / autómata. Por tanto, la tecnología ya no parece estar al servicio del hombre, sino que, por el contrario, se convierte en una herramienta para someter y aniquilar la esfera de libertad del propio hombre. En su opinión, ¿el objetivo último del transhumanismo es precisamente este, es decir, privar al hombre del libre albedrío que le ha dado Dios?

El transhumanismo es un proyecto infernal, en el que el diablo imita la obra creadora de Dios pervirtiéndola y corrompiéndola. La obediencia al suave yugo de la Ley de Dios es reemplazada por la esclavitud y la sumisión a la tiranía de Satanás, en la que ni siquiera hay tolerancia para el bien y todos están obligados a hacer el mal, a aceptarlo, a legitimarlo. Y aunque solo Dios puede leer nuestra conciencia, Satanás intenta violar el santuario de nuestra parte espiritual para controlarla e inducirnos a hacer el mal incluso en contra de nuestra voluntad.

En su último libro The Great Reset, Klaus Schwab escribe: ' También estamos investigando nuevas formas de usar e implantar dispositivos internos que monitorean nuestros niveles de actividad y química sanguínea y cómo estos pueden asociarse con el bienestar, la salud mental y la productividad en el hogar. y en el trabajo. También estamos aprendiendo más sobre el funcionamiento del cerebro y siendo testigos de emocionantes desarrollos en el campo de la neurotecnología ». Es una ilusión que sólo Lucifer puede concebir, y que está condenada al fracaso total precisamente porque se manifiesta en su matriz anticristiana, porque desafía la divina realeza de Jesucristo. Un delirio en el que la criatura, rebelde al orden divino, se levanta en lugar del Altísimo, repitiendo con la misma infortunada determinación el NO usado por Lucifer.

Satanás es simia Dei : en todo lo que hace para alejarnos de Dios y arrastrarnos al infierno, siempre vemos el grotesco intento de imitar al Salvador, de usurpar su señorío, de pervertir su enseñanza, de robarle almas. El Diablo quiere ser adorado en lugar de Dios, quiere que el Anticristo reine sobre el mundo y someta a toda la humanidad a su propia tiranía, reemplazando a la Iglesia de Cristo con la anti iglesia de Satanás, es decir, con la Religión de la Humanidad, ecuménica y ecológica.

- Ha hablado varias veces en sus intervenciones en video y escritos sobre la amenaza inminente del Nuevo Orden Mundial. Varios jefes de estado, políticos destacados en el escenario internacional y miembros de las familias más poderosas del mundo, como George H. Bush, Henry Kissinger, Nicolas Sarkozy y David Rockefeller, solo por nombrar algunos, han utilizado expresamente esta expresión para definir la meta política a alcanzar. En el curso de la crisis del Coronavirus, hemos escuchado a otros políticos volver a usar este término con frecuencia. El gobernador de Veneto, Luca Zaia, incluso dijo que las vacunas se utilizarán precisamente para establecer un Nuevo Orden Mundial. ¿Puede explicar qué subyace a esta idea del Nuevo Orden Mundial y por qué las vacunaciones masivas jugarían un papel tan importante en su realización?

El Nuevo Orden Mundial no es nuevo ni es un orden : representa la loca ambición de Satanás de derrocar el plan providencial de Dios, cancelar la verdadera Religión, que es la única que conduce a la salvación eterna y reemplazar el ordo christianus con el caos. infernal: mentira en lugar de Verdad, injusticia y opresión en lugar de justicia, arbitrariedad y licencia en lugar de obediencia a la Ley de Dios, muerte en lugar de vida, enfermedad en lugar de salud, la legitimación del Mal y la condena del Bien, la persecución del el bien y la exaltación de los malvados, la ignorancia en lugar de la verdadera cultura y la sabiduría, la fealdad y lo horrible en lugar de la belleza, la división y el odio en lugar de la armonía y el amor.

Satanás no quiere ser adorado cubriéndose con los atributos de Dios, sino pretendiendo hacerse adorable en todo lo que lo hace malvado, obsceno, falso, grotesco y monstruoso. Quiere la subversión total, una subversión ontológicamente diabólica y anticristiana, es el Nuevo Orden, obtenido con el golpe global impuesto con el pretexto de una emergencia provocada deliberadamente.

La campaña de vacunación, desprovista de toda validez científica, sirve sobre todo como una aparente legitimidad para la adopción de controles y rastreo, hoy con la excusa (que es falsa, dado que los vacunados pueden infectar y contagiarse) de limitar la propagación de Covid. , mañana con el uso del sistema de crédito social para la emergencia verde, igualmente falso y pretexto. El paso verde se concibe como la marca de la Bestia mencionada en el Apocalipsis, para permitir o prohibir a las personas comprar, vender, viajar, gastar, comer, vivir.

En segundo lugar, la inoculación de un suero genético experimental que conduce a un debilitamiento del sistema inmunológico natural de los individuos constituye un delito muy grave, porque transforma a las personas en enfermos crónicos, es decir, en clientes de por vida de empresas farmacéuticas y sanitarias privadas. , con un aumento exorbitante de los beneficios de la élite globalista y un empobrecimiento de la población. Incluso este elemento aparentemente secundario revela la matriz subversiva del Gran Reinicio., porque no se trata solo de un atentado a la salud de las personas, sino de un atentado a la seguridad nacional de los Estados, que encuentran a sus Fuerzas Armadas afectadas por los efectos secundarios de la vacunación y la exclusión de los soldados no vacunados. En mi opinión, este es un punto poco considerado por quienes analizan las criticidades de la situación actual, y que muestra la voluntad de quienes, constituidos en autoridad, cooperan en la destrucción de las naciones para esclavizarlas al Nuevo Orden.

- Manteniéndonos aún en el tema del Nuevo Orden Mundial, Su Excelencia en una de sus intervenciones en video explicó cómo el Concilio Vaticano II a principios de la década de 1960 asumió un papel fundamental en la preparación del camino para este proyecto. En este sentido, el Concilio fue el evento que construyó una nueva iglesia liberal separada de la tradición católica y cercana al espíritu del mundo moderno, que en cambio debería haber combatido y contenido. Básicamente, la institución que debería haber sido el katechon, la fuerza que impide la manifestación del Anticristo, se ha convertido en su portavoz y promotor. ¿Es posible afirmar en este sentido que fueron las fuerzas masónicas que se infiltraron en la Iglesia incluso entonces las que dieron vida a esta transición? La fase de apostasía que vive la Iglesia en este momento histórico, según usted, es de hecho la realización de la visión que tuvo León XIII en 1884 y las profecías de Fátima en 1917 y Akita en 1973 que anunciaban cómo sería la Iglesia. plagado de herejías durante las siguientes décadas?

La revolución conciliar representa el 1789 de la Iglesia - según la misma admisión de uno de los protagonistas del Concilio, el Cardenal Suenens - que desde el Vaticano II hace las demandas revolucionarias, la ideología liberal, el comunismo, el colectivismo y más en general su propio espíritu de el mundo, la teoría de género, la disolución del cristianismo no sólo en el ámbito doctrinal, sino también en el ámbito moral y cultural, es decir, como elemento vivificante de la Civilización Cristiana. Esta traición, obtenida de manera no diferente a las que caracterizaron la acción de las Logias contra las Monarquías Católicas, se consuma precisamente con una infiltración que actuó en dos frentes: uno ideológico y otro práctico.

En el frente ideológico, la ortodoxia se ha corrompido con herejías y errores filosóficos de los que todavía hoy sufrimos las nefastas consecuencias; En el aspecto práctico, se ha corrompido la moral de los individuos, sometiéndolos a sus pasiones para dominarlos, haciéndolos esclavos de sus vicios para chantajearlos, promoviendo a los más corruptos a la cúspide de aquellas instituciones que, con su comportamiento escandaloso , primero habrían desacreditado y deslegitimado. ¿Qué credibilidad puede reclamar la Iglesia en materia de moral sexual, cuando sus más altos Prelados son sucios pervertidos? ¿O en cuestiones de honestidad, cuando los funcionarios de la Santa Sede están implicados en escándalos financieros y especulaciones bursátiles?

Por tanto, es necesario volver a la Tradición ya valores hoy anulados y olvidados como la honestidad, el sentido del deber, la fidelidad, el amor a la patria, el honor y la disciplina. Un retorno al Christianus ortodoxo tanto en el ámbito civil, con una reforma radical de los estados; y en el ámbito eclesiástico, con la remoción de los falsos pastores y la restauración de todo lo destruido por la furia ideológica revolucionaria del Vaticano II. Si queremos que termine la prueba a la que nos somete la Providencia, es fundamental que se elimine la causa de los castigos que el Señor nos inflige, es decir, todo este sistema anticristo que surge de los principios masónicos y de la Revolución.

Restauramos la autoridad como expresión del poder de Cristo, y damos formación moral y espiritual a los que gobiernan: una tarea difícil, pero que hay que hacer ahora si queremos transmitir a nuestros hijos los valores que los harán buenos. Cristianos y buenos ciudadanos, responsables ante Dios de su propio comportamiento y deseosos de obedecerle, proclamarle Rey, rendirle honores públicos. Reconocido como Rey nuevamente, Nuestro Señor no permitirá que Sus hijos perezcan en la batalla, y les dará una victoria resplandeciente. Pero hasta que entendamos el error que subyace a los horrores actuales, no podemos esperar la intervención de Dios.

- Recientemente, Bergoglio habló explícitamente de la necesidad de darle vida al Gran Reset tanto que argumentó que ya no habrá vuelta a la normalidad. Bergoglio, por tanto, se convirtió en un apóstol de la religión universal tan deseada por las logias masónicas cuyo objetivo final es eliminar por completo el cristianismo. ¿Es posible decir que Bergoglio es la conclusión natural de la herejía del Vaticano II? En su opinión, ¿la apostasía de la que hablan las profecías reconocidas por la Iglesia Católica y las visiones del Beato Holzhauser ya ha alcanzado su punto culminante y está a punto de llegar a su conclusión?

Bergoglio es uno de los seguidores más convencidos de la religión globalista: abraza todas sus demandas, promueve sus planes, propaga su doctrina, lucha contra sus enemigos. Si no cumpliera el papel que se le reconoce dentro del cuerpo eclesial, podría ser considerado el profeta del Nuevo Orden Mundial y el principal enemigo de la Iglesia de Cristo. El hecho de que sea universalmente considerado jefe de la Iglesia pone de manifiesto una evidente incompatibilidad, un gravísimo conflicto de intereses, una clara traición a la autoridad amparada.
Y las mismas modalidades que le permitieron suceder a la renuncia de Benedicto XVI revelan la intervención de fuerzas hostiles a la Iglesia, materializada con el manejo de la mafia en St. Gallen e incluso antes esperada por el Estado profundo , como surgió de los correos electrónicos de John Podesta habla de una "primavera de la Iglesia" que acompañaría al mundo y renunciaría a anunciar el Evangelio.

Este "pontificado" es la aplicación coherente de los principios establecidos por el Vaticano II, como afirma con orgullo el propio Bergoglio. Todo lo que ha dicho y hecho desde 2013 está en consonancia con los errores que implican los textos conciliares, sus silencios conspiradores, sus malentendidos culpables.

Pero como todo lo que es obra del Diablo, no tiene esperanzas de éxito, y solo sirve para hacernos comprender una verdad muy evidente que aún no somos capaces de reconocer: la única esperanza de salvación radica en abrazar plenamente la Fe Católica. , como Nuestro Señor lo enseñó a los Apóstoles y como la Santa Iglesia nos lo propuso para creer durante dos mil años. Todos los errores, los intentos de acomodarse a la mentalidad del siglo, los compromisos para hacerse un hueco en el mundo, las traiciones a cambio de poder vienen de Satanás y, como tales, están condenados al fracaso.

Si Cristo Rey vuelve a reinar en la Iglesia, incluso antes que la sociedad civil, se dignará concederle buenos y santos Pastores, y un pontífice valiente, que denuncia la apostasía, combate los errores, reúne a los buenos alrededor de la Cruz de Cristo. Porque la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, también está destinada a la Pasión, pero en la dignidad e integridad de ser precisamente Esposa del Cordero Inmaculado, y no concubina de los eternamente derrotados.

Por eso espero y rezo para que la Providencia conceda al mundo un tiempo de paz y conversión, en el que los Pastores y el Rebaño vuelvan a la fidelidad al Evangelio, para que puedan afrontar dignamente la última persecución antes del Juicio Final. Si este tiempo propicio fuera inaugurado por la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón, creo que realmente podríamos enmarcar los hechos presentes en esa perspectiva escatológica que encuentra cumplimiento en la victoria de Cristo sobre el Diablo.

- Su Excelencia en los últimos días ha lanzado un llamamiento público para construir una especie de Alianza Global Anti-Globalista. En su opinión, ¿debería esta alianza tener su base inspiradora en Italia, un país históricamente odiado por la masonería y el poder globalista?


Italia es una nación bendecida por Dios y por la presencia de la sede del Papado. Su civilización, compuesta por el patrimonio histórico, cultural y artístico de sus ciudades pero unida en el vínculo de la fe católica, siempre ha sido objeto de la acción desintegradora de Satanás y sus siervos. La masonería odia a Italia: odia su gloriosa historia, intrínsecamente ligada al advenimiento del cristianismo primero y luego a su difusión; odia sus tradiciones, todas imbuidas de cristianismo; odia su arte eminentemente cristiano; odia su cultura y civilización, una voz elocuente del poder de la Fe en informar cada área de la vida humana; odia a los santos, que arrebataron millones de almas del infierno con su predicación y su ejemplo; odia a sus habitantes,

Por eso creo que Italia debe jugar un papel principal en la oposición a la tiranía del Nuevo Orden, proponiéndose como la sede natural de esta Alianza Antiglobalista mundial. Y dado que el regreso de una monarquía católica es difícil de imaginar en este momento, creo que las formas de gobierno de los municipios y estados previos a la unificación pueden brindar una gran inspiración a quienes deseen proponer una reforma de los gobiernos civiles consistente con los principios cristianos y compatible con las necesidades de la modernidad: pienso en particular en la Alegoría del Buen Gobierno pintada al fresco en el Palazzo Comunale de Siena, en la que las Virtudes teologales iluminan y dirigen las Virtudes cardinales y cívicas.

-Son muchas las personas que se enfrentan a serios problemas personales y sociales debido a la aplicación del certificado verde lanzado por el gobierno de Draghi. Muchos están renunciando a su salario para no someterse a la vacunación y están tomando las calles para protestar contra la deriva autoritaria sin precedentes que Draghi ha traído a Italia. ¿Qué te apetece decir a todos los que están sufriendo en este difícil momento histórico por esta represión y a los que se dejan llevar por la desesperación creyendo que en realidad no hay nada más por hacer?

Respondo con las palabras de Nuestro Señor: « Les he dicho estas cosas para que tengan paz en Mí; en el mundo tendréis tribulación, pero anímate, yo he vencido al mundo ”(Jn 16, 33). A quienes sufren discriminación por sí mismos y por los de sus seres queridos; a los que han sido obligados a vacunarse por el indigno chantaje de la autoridad civil y por la escandalosa connivencia de la autoridad eclesiástica; a los que se niegan valientemente a someterse a normas ilegítimas y tiránicas; a los que se ven privados de los medios de sustento por su consistencia, les digo: ustedes son prueba de que la fuerza y ​​la violencia con que se impone el Mal puede acaso llegar a afectarlos en los bienes, en el cuerpo, en los afectos; pero nunca, nunca podrán quitar la serenidad de haber permanecido fieles al Señor.

¿Crees que los mártires son personas con poderes especiales? Los verdaderos Mártires fueron, son y serán personas como tú y como yo, personas con mil defectos tal vez, pero animados por el amor de Cristo, es decir, por la Caridad, dispuestos a dar la vida para no negar lo sobrenatural y divino. amor. Y si pudieron, con la ayuda de Dios, afrontar la muerte en atroces tormentos, ¿quieres que no puedas, bajo el manto de la Santísima Virgen, resistir a estos tiranos tan crueles como cobardes? Siéntete honrado por el privilegio que se te concede de merecer el Cielo: tu fidelidad, tu fortaleza ante las imposiciones de un poder hostil, merecerá la ayuda y protección del Cielo incluso en las pequeñas cosas. Permanece en la Gracia de Dios, que es el único bien que nadie te podrá quitar: el resto se ocupará de Aquel a quien invocamos como Auxilio de los cristianos. Y cuando interviene la Virgen, el infierno tiembla.

Cesare Sacchetti

Una Europa excluyente y suicida | Actualidad Comentada | 3-12-2021 | Pbro. Santiago Martín FM



DURACIÓN 8:28 MINUTOS

Consejos para vivir la Navidad como católicos (Padre Santiago González)



Estamos en diciembre y avanzado el adviento se acerca la navidad. Y en este breve artículo me permito compartir algunos consejos para vivir este tiempo litúrgico tan fuerte y entrañable para todo cristiano a la vez que resistimos la oleada de secularismo agresivo desde lo mundano y sutil, en parte, desde el modernismo religioso. Por supuesto que lo primero y principal para un discípulo de Cristo es preparar esta y cualquier otra fiesta de la mejor forma posible: con una confesión contrita. Pasemos a los consejos de forma concreta y clara:

1: No comencemos la decoración navideña al menos hasta el domingo de gaudete, III de adviento, que es anticipo de la navidad, o como muy pronto en la Inmaculada. Las formas no son lo importante pero nos “hablan” de nuestra disposición interior; y la disposición ha de ser vivir el adviento como tiempo de espera y penitencia.

2: Huyamos del consumismo como del mismo demonio (que es de hecho quien lo alienta). Es normal que en la familia se hagan regalos, comidas especiales…claro que si, pero con sobriedad y decoro. La navidad no puede convertirse en objeto de márketing creador de necesidades que solo existen en la calculadora del negociante.

3: Acudamos a Misa del gallo; sí, recuperemos esa preciosa tradición. Hay que movilizarse para ello y expresar el deseo a los párrocos y rectores de templos. La Misa de nochebuena a las 12 de la noche del 24 de diciembre. Nada de “misas del pollito” celebradas a las 6, 7 u 8 de la tarde. El argumento más miserable que me han dicho para suprimir la Misa de medianoche es que “como ya en las familias son mayoría los no practicantes…”….signo típico del pensamiento débil dentro de la cristiandad. Volvamos a la tradición más entrañable y nada mejor como colofón de la cena familiar que ir todos a la Santa Misa del gallo.

4: Si estamos de vacaciones y disponemos de mayor tiempo libre hagamos nuestros el espíritu auténtico de la navidad a la hora de acompañar, visitar, confortar, a nuestros amigos y conocidos que más estén sufriendo. Dediquemos menos tiempo a comidas/cenas mundanas y más a vivir la caridad fraterna en estos días navideños.

5: Enseñemos a los niños que el 24 de diciembre por la noche viene el Niño Jesús y NO papá noel. Y si preguntan les contamos de donde viene la tradición del que parece haber usurpado el cumpleaños de Jesús: un obispo de la actual Turquía llamado san Nicolás y cuya memoria celebramos el 6 de diciembre y no el 24.

6: Felicitemos con la palabra NAVIDAD, y no con la mundanizada expresión de “felices fiestas”.

7: El 31 de diciembre por la noche busquemos en nuestro entorno donde se celebre Misa a las 12 de la noche: magnífica forma de empezar el año nuevo. No con borracheras ni fiestas insanas sino con el Santo Sacrificio de Cristo por amor a nosotros. Y sí: hay Misas en muchos lugares a esa hora. El que firma este artículo la celebra cada año en una céntrica Iglesia de Sevilla dedicada a san Onofre, y cada año acuden más fieles.

8: Celebremos la Epifanía con verdadero espíritu de Fe y Amor. Enseñemos a los niños que la alegría no se basa solo en recibir sino en compartir igualmente. Y sigamos la estela de la sobriedad y el decoro frente al secularismo consumista.

9: Mantengamos la decoración navideña en nuestros hogares hasta el domingo posterior a Epifanía. El tiempo litúrgico de la navidad no acaba el 6 de enero sino con la celebración del Bautismo del Señor. En la tradición católica incluso se extendía el plazo hasta el 2 de febrero, día de la Presentación en el templo de Jesús.

10: Por último….que la navidad sea una verdadera fiesta cristiana en forma y fondo; que crezcamos en amor a Dios y al prójimo y que ese amor no se avale en emociones que se lleva el viento sino en obras de virtud. 

Si así lo hacemos habremos vivido una navidad cristiana y no una mera fiesta consumista.

Padre Santiago González

LA TRISTE historia DE LOS SEÑOROS que no SABÍAN DECIR TE QUIERO



DURACIÓN 10:11 MINUTOS

https://youtu.be/BhLSWz8jbG8


Cuatro tópicos izquierdistas que la derecha comete el error de asumir con frecuencia



Desde hace tiempo se habla de la batalla de las ideas contra la izquierda, pero a veces se olvida que ésta no sólo consiste en ofrecer buenos argumentos.



Una de las bases de esa confrontación ideológica contra los dogmas de la izquierda debería ser romper con su marco conceptual, es decir, que hay que librar esta batalla no sólo combatiendo los dogmas de la izquierda, lo cual es un reto muy importante y del que mucha gente de derechas ha desertado, sino también derribando los términos manipulados que usa para imponer esos dogmas, lo cual es más difícil aún. Vivimos desde hace años en una sociedad donde la izquierda es hegemónica ideológicamente y eso se ha traducido en muchos tópicos izquierdistas que incluso la propia derecha -o gran parte de ella- asume sin rechistar. Veremos a continuación algunos ejemplos.

1. Creer que el socialismo no es socialista

Es muy frecuente escuchar a personas de derechas diciendo que tal o cual partido socialista no es verdaderamente socialista, porque no se preocupa de los trabajadores, porque los lleva a la ruina y porque altos cargos de ese partido viven entre lujos. Pues no. El socialismo es precisamente eso: una ideología que genera miseria entre el pueblo mientras la élite socialista se hace rica. El socialismo no defiende a los trabajadores: sólo intenta engañarles para que renuncien a su libertad a cambio de promesas utópicas. Ninguna ideología ha esclavizado tanto a los trabajadores como el socialismo en sus distintas franquicias, especialmente la comunista. Los partidos socialistas arruinan y traicionan a los trabajadores precisamente porque son socialistas.

2. Creer que progresismo es sinónimo de progreso

Otro tópico muy frecuente que ha asumido mucha gente de derechas es considerar que todo lo progresista es bueno. Alguna gente de derechas incluso afirma que el aborto no es progresista, aunque precisamente los partidarios de esa ideología estén entre los promotores más fanáticos de la cultura de la muerte. Progresismo no es sinónimo de progreso. Antes bien, un progresista es al progreso lo que un carterista es a una cartera. Progresismo es un término equivalente a socialismo. Es uno de los disfraces que utiliza esta ideología. Para un progresista, “progreso” es socialismo, aunque éste provoque que una sociedad próspera se convierta en un pozo de miseria económica, política y sobre todo moral.

3. El discurso clasista de la izquierda

El marxismo es una ideología que se basa en el odio de clase. Considera que el mundo se divide entre burgueses opresores y proletarios oprimidos. Esta visión del mundo quedó totalmente desfasada con el auge de la clase media en el mundo libre, pero todavía hoy mucha gente de derechas utiliza términos como “clase obrera”, acuñado por la izquierda para oponerlo a la “clase burguesa”. No debemos olvidar que la palabra “obrero” viene del latín “operarius”, cuyo significado es trabajador. Burgués era como se conocía a los habitantes de las primeras ciudades medievales (burgos). Sea cual sea tu nivel de vida, si te ganas la vida trabajando eres en sentido estricto un “obrero”, ya seas asalariado, autónomo o empresario. Y si eres barrendero y vives en una ciudad, eres tan “burgués” como un industrial que viva en ella. Todo trabajo es igual de digno tenga una alta o baja remuneración o cualificación. Basta ya de etiquetas estúpidas.

4. El mito de la izquierda tolerante

Uno de los grandes errores que comete mucha gente de derechas es tragarse el cuento de que la izquierda es la representante de la tolerancia en el mapa político. A menudo, personas de derechas se lamentan de que tal o cual partido de izquierdas tenga gestos de intolerancia, como si fuese una traición a sus valores y a sus orígenes, como si con ello la izquierda estuviese dejando de ser izquierda. La verdad es que el socialismo y el comunismo han sido movimientos profundamente intolerantes desde sus orígenes, cuando propugnaban sin rodeos una “dictadura del proletariado”. El primer país con un gobierno comunista fue Rusia, y fue en forma de una brutal dictadura. De hecho, desde 1917 el comunismo ha sembrado el mundo de dictaduras en las que millones de personas han sido víctimas de una opresión terrible. En Occidente, socialistas y comunistas no han dejado de erosionar derechos fundamentales como la libertad de educación, la libertad religiosa, la libertad de expresión y la libertad de información, acusando de “odio” a todos los que no opinamos como ellos.

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