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lunes, 24 de junio de 2019

Documento de excepcional importancia: la entrevista concedida por monseñor Viganò al Washington Post



La extensa entrevista concedida por monseñor Viganò a Chico Harlan y Stefano Pitrelli en el Washington Post del pasado día 10, con el título de El arzobispo Carlo Maria Viganò concede su primera entrevista de cierta extensión desde que pidió al Papa que dimitiera, revista una importancia excepcional por diversos motivos:

Para empezar, el más importante es que la entrevista pone de relieve el rotundo fracaso de la estrategia vaticana de guardar silencio en cuanto a las detalladas acusaciones del ex nuncio en Estados Unidos. Los portavoces de la Santa Sede estaban convencidos de que las revelaciones de monseñor Viganò podían llegar apenas a un público reducido que no tardaría en olvidar la momentánea impresión. No ha sucedido así.

El Washington Post es uno de los diarios más leídos del planeta. Cuenta con millones de lectores, y durante casi tres días la entrevista al arzobispo ha sido el artículo más leído en su página web. La voz de monseñor Viganò ha tenido un impacto mundial, y se ha impuesto como un testimonio que no puede ser desechado ni subestimado.

En segundo lugar (y esto está relacionado con el motivo anterior), el Washington Post considera al prelado un testigo de relevancia histórica cuya credibilidad nadie puede poner en duda. El arzobispo no habla de los problemas teológicos suscitados por documentos como Amoris laetitia, sino que se limita a exponer  datos  que conoce: la existencia de una mafia corrupta que «ha tomado las riendas de numerosas instituciones eclesiásticas, desde arriba hasta abajo, y explota a la Iglesia y a los fieles con fines inmorales». Lo que aglutina a dicha mafia «no es una intimidad sexual compartida, sino un interés común de protegerse y hacer carrera profesional, así como de sabotear toda tentativa de reformar la corrupción sexual».

A los torpes intentos de los medios vaticanos para desacreditarlo atribuyéndole sed de poder, Viganò responde: «En todo caso, lo principal no es mi motivación, y las preguntas al respecto son una maniobra de distracción. La verdadera pregunta importante es si mi testimonio es verdadero. Lo sostengo, y solicito investigaciones para que salga a la luz la verdad. Desgraciadamente, quienes ponen en tela de juicio mi motivación no están dispuestos a llevar a cabo investigaciones abiertas y profundas».

Con estas palabras, el arzobispo demuestra un amor por la verdad que le impide avalar posibles errores de pontífices anteriores a Francisco. De ese modo caen por tierra las insinuaciones de que intenta contrastarlo con Benedicto XVI y Juan Pablo II, como hizo Vatican Insider en el artículo que dedicó a la cuestión tras la publicación de la entrevista. Viganò anticipó una respuesta muy equilibrada: «Sinceramente, me gustaría que se publicasen todos los documentos, si no han sido destruidos. Sería muy posible que perjudicara la reputación de Benedicto XVI y San Juan Pablo II, pero ello no es motivo suficiente para abstenerse de indagar la verdad. Tanto Benedicto como Juan Pablo son humanos y pueden haber cometido errores. Y en caso afirmativo, queremos saberlo. ¿Para qué mantenerlos ocultos? Todos podemos aprender de nuestros errores. Yo mismo me lamento de no haber hablado públicamente antes. Como dije, esperaba contra toda esperanza que la Iglesia se reformara por dentro. Pero una vez que se ha hecho patente que el propio sucesor de San Pedro era uno de los encubridores de los delitos, no me cupo duda de que el Señor me pedía que hablara, cosa que he hecho y seguiré haciendo».

Uno de los aspectos más importantes de la entrevista es la reiterada convicción de que la homosexualidad –así como el hecho de que el Vaticano no haya respondido– es una parte fundamental del problema que afronta actualmente la Iglesia con la cuestión de los abusos. Cuando el entrevistador le pregunta: «¿Podría explicar con la mayor claridad posible de qué forma está relacionada, a su juicio, la homosexualidad con los abusos?», Viganò responde: «Nos movemos en dos frentes: 1) Delitos de abuso sexual y 2) encubrimiento de los delitos de abuso sexual. En la mayor parte de los casos que se dan en la Iglesia actual, la clave está en que siempre hay una componente sexual, con frecuencia subestimada.

Con respecto a lo primero, está claro que los hombres heterosexuales no eligen preferente a muchachos y a hombres de su sexo como compañeros de aventuras sexuales, y aproximadamente el 80% de las víctimas son varones, una gran mayoría de los cuales ya ha pasado de la pubertad. (…) Quienes han hundido a las diócesis de EE. UU. no son pedófilos, sino sacerdotes homosexuales que abusan de jóvenes ya desarrollados sexualmente (…) Por lo que respecta a la mafia gay dentro del colegio episcopal, lo que la une no es una intimidad sexual compartida, sino un interés común de protegerse y hacer carrera profesional, así como de sabotear toda tentativa de reforma». Con todo, «ante las pruebas irrebatibles, causa estupor que la palabra homosexualidad no aparezca una sola vez en ninguno de los documentos oficiales recientes de la Santa Sede, incluidos los dos sínodos sobre la familia, el de la juventud y la reciente cumbre del pasado febrero».

Hay algo más en la entrevista que merece la pena subrayar: la  valoración  por parte de monseñor Viganò de la reducción al estado laico del cardenal Theodor McCarrick. Para el ex nuncio, esta sanción « ha sido un castigo justo pero, hasta donde se sabe, no hay razones legítimas para que no se impusiera hace más de cinco años tras un proceso justo por la vía judicial». Lo cierto es que no se ha actuado contra McCarrick por vía judicial, sino administrativa. Cuesta no pensar que se haya hecho para manipular la opinión pública. «Hacer de McCarrick un chivo expiatorio aplicándole un castigo ejemplar –es la primera vez en la historia de la Iglesia que un cardenal es reducido al estado laico– daría a entender que el papa Francisco estaba resuelto a combatir los abusos sexuales del clero».

Explica Viganò: «Según un comunicado de la Oficina de Prensa Vaticana del 16 de febrero del presente año, McCarrick fue declarado culpable por la Congregación para la Doctrina de la Fe de “solicitaciones en confesión y violaciones del sexto mandamiento del Decálogo con menores y adultos, con la circunstancia agravante del abuso de poder”. La pena impuesta fue la dimisión del estado clerical, que Francisco confirma como definitiva. De este modo, McCarrick, que siempre se declaró inocente, fue privado de toda posibilidad de impugnar la sentencia. ¿Dónde está el justo proceso? ¿Funciona así la justicia en el Vaticano? Por otra parte, una vez declarada definitiva la sentencia, el Papa ha imposibilitado que se realicen más investigaciones, las cuales podrían revelar que en la Curia y otros lugares se tenía noticia de los abusos de McCarrick, así como quién contribuyó a que fuera nombrado arzobispo de Washington y más tarde cardenal. Se observa, además, que los documentos relativos a esta causa, cuya divulgación se había prometido, no han llegado a divulgarse en ningún momento. Lo fundamental es que el papa Francisco oculta deliberadamente las pruebas sobre McCarrick».

« Ahora bien, consideramos la dimensión espiritual mucho más importante, y ha estado totalmente ausente de todo comunicado sobre McCarrick y toda conferencia de prensa. La finalidad principal de una sanción en el orden canónico es el arrepentimiento y la conversión: suprema ratio est salus animarum (la ley suprema es la salvación de las almas). Por tanto, me parece que la simple reducción al estado laico es del todo inapropiada, porque no proporciona un remedio ni expresa preocupación por el fin más importante de la sanción, que es la salvación del alma de McCarrick. Es más, a menos que vaya acompañada de otras medidas, la simple reducción al estado laico podría considerarse una muestra de desprecio por dicho estado. La idea de que un prelado que se porta mal se castigue con la expulsión del estado clerical es una forma de clericalismo. (…) Creo, y no soy el único, que a McCarrick también se le debería aplicar la pena de excomunión, de la cual se puede ser absuelto en cualquier momento. Como un medicamento debidamente dosificado, debería habérsele prescrito a McCarrick para motivarlo a asumir la responsabilidad de sus pecados, arrepentirse y reconciliarse con Dios, y salvar así su alma».

Estas palabras ayudan a entender una importante cuestión. Quien gobierna actualmente la Iglesia lo hace interviniendo los institutos de vida religiosa que no son de su agrado y expulsando del clero a quien pudiera causar problemas en la opinión pública. Reducir al estado laico se entiende como ser despedido de una Iglesia que funciona como una empresa, lo cual puede darse sin una causa justificada. Todo por decreto pontificio, sin oportunidad de presentar recursos canónicos. Se olvida, sin embargo, que una vez recibido el sacramento del Orden imprime carácter y nunca se pierde. No hay autoridad que pueda anular la condición ontológica del sacerdote, al cual siempre será necesario mostrar misericordia. Y ante todo, no se puede llegar a extremos como la expulsión del estado clerical sin un debido proceso en el que se permita al imputado exponer sus alegatos.

Quien no atiende a razones, es posible que no tenga razón, y se ve obligado a mentir para justificar su modo de obrar, como hizo el papa Francisco, que estaba al corriente de los abusos de McCarrick al menos desde el 23 de junio de 2013, cuando monseñor Viganò, en respuesta a una pregunta precisa de él le reveló la existencia de un abundante expediente sobre el purpurado estadounidense.

A día de hoy, monseñor Viganò es el único obispo que ha señalado públicamente al papa Francisco como responsable directo de la terrible crisis que azota a la Iglesia. A la pregunta de si «bajo la dirección de Francisco el Vaticano está tomando medidas contra el grave problema de los abusos», el arzobispo responde: «El papa Francisco no sólo no mueve un dedo para sancionar a los autores de los abusos, sino que no hace absolutamente nada para denunciar y poner en manos de la justicia a quienes llevan décadas facilitando y encubriendo los abusos». Y cuando los entrevistadores le preguntan: «¿Le parece que de haber solicitado la dimisión del Papa habría desviado la atención de su mensaje?», responde con humildad y firmeza: «Habría sido preferible afrontar la cuestión que plantea partiendo de un punto que he incluido en mi tercer testimonio: pido, es más, suplico vivamente al Santo Padre, que cumpla con su función de sucesor de San Pedro. Ha asumido la misión de confirmar a sus hermanos y guiar a todas las almas siguiendo las huellas de Cristo. Reconozca sus errores, arrepiéntase, manifieste su disposición a cumplir el mandato que recibió San Pedro y, una vez convertido, confirme a sus hermanos» (Lc. 22,32).

Adelante la Fe – 14 junio 2019
Roberto de Matteipublicado el 

Siguiente herejía de Francisco: Jesús “se convierte en pan”



La Eucaristía es “Jesús que se hace pan”, y contiene “toda la realidad de la Iglesia”, afirmó el papa Francisco el 23 de junio en la homilía de Corpus Christi.

Siguió alegando que en la Eucaristía encontramos a Dios mismo “contenido en un pedazo de pan”. Estas afirmaciones son profundamente heréticas.

Es verdad que la Biblia llama a la Eucaristía “pan partido”, “pan de los ángeles” o “pan del cielo”. Sin embargo, es erróneo afirmar que “Jesús se hace pan” – incluso un alumno de teología de primer año sabe esto.

El concepto herético pronunciado por Francisco es llamado “empanación”. Niega la transustanciación y generalmente es explicado con la errónea declaración que “Dios se hizo pan”. La Transustanciación es el cambio de la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo, efectuada a través de la Consagración durante la Misa.

Además, la Iglesia no puede ser identificada con la Eucaristía como hizo Francisco.

El Sínodo al servicio de la agenda neo-pagana


(CORRIPONDENZA ROMANA)


El periodista Edward Pentin del National Catholic Register tuvo la amabilidad de solicitar mis primeras impresiones sobre el Instrumentum laboris para la próxima Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, divulgado en el día de ayer. Lo hago con mucho gusto como editorial para el sitio internet panamazonsynodwatch.org.
En mi opinión, el Instrumentum laboris representa la abertura, de par en par, de las puertas del Magisterio a la Teología India y de la Ecoteología, dos derivados latinoamericanos de la Teología de la Liberación, cuyos corifeos, después del derrumbe de la URSS e del fracaso del “socialismo real”, atribuyeron a los pueblos indígenas y a la naturaleza el rol histórico de fuerza revolucionaria, en clave marxista.
Al igual que la TL, el Instrumentum laboris toma como base de sus elucubraciones, no la Revelación de Dios contenida en la Biblia y en la Tradición, sino en la realidad de la supuesta “opresión” a la que estaría sujeta la Amazonía la cual, de simple área geográfica y cultural, pasa a ser “interlocutor privilegiado”, “lugar teológico”, “lugar epifánico” y “fuente de revelación de Dios” (n°2, 18 y 19).
Desde el punto de vista teológico, el Instrumentum laboris no sólo recomienda la enseñanza de la Teología India “en todas las instituciones educativas”, para “una mejor y mayor comprensión de la espiritualidad indígena” y para que “se tomen en consideración los mitos, tradiciones, símbolos, ritos y celebraciones originarios” (n° 98), sino que, a lo largo del documento, repite todos sus postulados. O sea, que las “semillas del Verbo” no sólo están presentes en las creencias ancestrales de los pueblos aborígenes sino que ya han “crecido y dado frutos” (n° 120), por lo que la Iglesia, en lugar de la evangelización tradicional que busca su conversión, debe limitarse a “dialogar” con ellos ya que “el sujeto activo de la inculturación son los mismos pueblos indígenas” (n° 122).
En ese diálogo intercultural, la Iglesia debe además enriquecerse con elementos claramente paganos y/o panteístas de tales creencias, como “la fe en Dios Padre-Madre Creador”, las “relaciones con los antepasados”, la “comunión y armonía con la tierra” (n° 121) y la conectividad con “las diferentes fuerzas espirituales” (n° 13). Ni siquiera la curandería queda al margen de ese “enriquecimiento”. Según el documento, “la riqueza de la flora y de la fauna de la selva contiene verdaderas ‘farmacopeas vivas’ y principios genéticos inexplorados” (n° 86). En ese contexto, “los rituales y ceremonias indígenas son esenciales para la salud integral pues integran los diferentes ciclos de la vida humana y de la naturaleza. Crean armonía y equilibrio entre los seres humanos y el cosmos. Protegen la vida contra los males que pueden ser provocados tanto por seres humanos como por otros seres vivos. Ayudan a curar las enfermedades que perjudican el medio ambiente, la vida humana y otros seres vivos” (n° 87).
En el plano eclesiológico el Instrumentum laboris es un verdadero terremoto para la estructura jerárquica que la Iglesia tiene por mandato divino. En nombre de la “encarnación” en la cultura amazónica, el documento invita a reconsiderar “la idea de que el ejercicio de la jurisdicción (potestad de gobierno) ha de estar vinculado en todos los ámbitos (sacramental, judicial, administrativo) y de manera permanente al sacramento del orden” (n° 127). Resulta inconcebible que el documento de trabajo de un Sínodo pueda cuestionar una doctrina de fe, como es la distinción, en la estructura de la Iglesia, entre clérigos y laicos, afirmada desde el Primer Concilio de Nicea en adelante y basada en la diferencia esencial entre el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial de los clérigos, que tiene su raíz en la sucesión apostólica y está dotado de una potestad sacra. Se inserta en esa esa dilución del sacerdote católico en algo similar a un pastor protestante el llamado a reconsiderar la obligatoriedad del celibato (n° 129 § 2) y, más aún, el pedido de identificar qué tipo de “ministerio oficial” puede ser conferido a la mujer (§ 3). El Cardenal Joseph-Albert Malula, de Zaire, y Mons. Samuel Ruiz de Chiapas deben estar agitándose en sus tumbas al ver que los proyectos que trataron de implementar (y que fueron rápidamente interrumpidos por el Vaticano) ahora están siendo propuestos en un Sínodo que, según sus organizadores, tiene valor universal.
Desde el punto de vista ecológico, el Instrumentum laboris representa la aceptación por parte de la Iglesia de la divinización de la naturaleza promovida por las conferencias de la ONU sobre el medio ambiente.
En efecto, ya en 1972, en Estocolmo, sus actas oficiales decían que el hombre ha mal administrado los recursos naturales sobre todo por causa de “una determinada concepción filosófica del mundo”. Mientras “las teorías panteístas … atribuían a los seres vivos una parte de la divinidad … los descubrimientos de la ciencia condujeron … a una especie de desacralización de los seres naturales”, la cual retira su mejor justificación “en las concepciones judeo-cristianas, según las cuales Dios habría criado el hombre a su imagen y le habría dado la tierra para que la someta”. Al contrario, decía la ONU, las prácticas del culto a los ancestros “constituían un baluarte para el medio ambiente, en la medida en que los árboles, o los cursos de agua eran protegidos y venerados como reencarnación de los ancestrales” (Aspects éducatifs, sociaux et culturels des problèmes de l’environnement et questions de l’information, ONU, Asamblea General, Estocolmo, 5-6 junio 1972, A/CONF.48.9, p. 8 y 9).
Y en el discurso conclusivo de la Eco92, de Rio de Janeiro, el Secretario General de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, declaró que “para los antiguos, el Nilo era un Dios que se venera, así como el Rhin, fuente infinita de mitos europeos, o la selva amazónica, madre de todas las selvas. En todas partes, la naturaleza era la habitación de las divinidades. Ellas confirieron a la selva, al desierto, a la montaña, una personalidad que imponía adoración y respeto. La Tierra tenía un alma. Reencontrarla, resucitarla, tal es la esencia de [la Conferencia Intergubernamental] de Rio” (A/CONF.151/26, vol. IV, p. 76(.
¡Esa agenda neopagana de la ONU ahora es propuesta por una Asamblea Sinodal de la Iglesia Católica!
El Instrumentum laboris, citando un documento de Bolivia afirma que “la selva no es un recurso para explotar, es un ser o varios seres con quienes relacionarse” (n° 23) y prosigue afirmando que “la vida de las comunidades amazónicas aún no afectadas por el influjo de la civilización occidental [¡sic!] se refleja en la creencia y en los ritos sobre el actuar de los espíritus, de la divinidad – llamada de múltiples maneras – con y en el territorio, con y en relación a la naturaleza. Esta cosmovisión se recoge en el ‘mantra’ de Francisco: ‘todo está conectado’” (n° 25).
Desde el punto de vista económico-social, el Instrumentum laboris es una apología del comunismo, disfrazado de “comunitarismo”. Y de la peor forma de comunismo, que es el colectivismo de las pequeñas comunidades. En efecto, según el documento, el proyecto de “buen vivir” (sumak kawsay) de los aborígenes supone “que hay una inter-comunicación entre todo el cosmos, en donde no hay excluyentes ni excluidos”. La nota explicativa del vocablo indígena envía para una declaración de varias entidades indígenas, intitulada “El grito del sumak kawsay en la Amazonia”, la cual afirma que dicho vocablo “es una Palabra más antigua y más actual” (con mayúscula en el texto; o sea, una Revelación divina) que nos propone “un estilo de vida comunitaria con un mismo SENTIR, PENSAR y ACTUAR” (también aquí las mayúsculas son del texto).
Esta frase nos recuerda la denuncia hecha por Plinio Corrêa de Oliveira, en 1976, del tribalismo indígena como una nueva etapa, todavía más radical, de la Revolución anárquica: “El estructuralismo ve en la vida tribal una síntesis ilusoria entre el auge de la libertad individual y del colectivismo consentido, en la cual este último acaba por devorar la libertad. En tal colectivismo, los varios ‘yo’ o las personas individuales, con su pensamiento, su voluntad, su sensibilidad y sus modos de ser, característicos y discrepantes, se funden y se disuelven, según ellos, en la personalidad colectiva de la tribu generadora de un pensar, de un querer, de un estilo de ser densamente comunes”.
Lo que el Instrumentum laboris propone no es en definitiva sino un convite a que la humanidad dé el último paso rumbo al abismo final de la Revolución anticristiana: el anarco-primitivismo de John Zerzan y del terrorista Unabomber.


El 21 de mayo, los Dos Concilios Cristianos Chinos de la provincia oriental de Shandong emitieron un documento donde obligan al clero cristiano en la jurisdicción a incluir la ideología socialista en el contenido de sus sermones. Lo cuenta el portal de información sobre derechos humanos en China Bitter Winter.

El documento, ‘Plan de implementación para llevar a cabo actividades de los “cuatro requisitos” en los sitios religiosos de la provincia’, obliga al clero a guiar a los creyentes para que fortalezcan su postura ideológica al integrar los valores socialistas fundamentales en actividades colectivas religiosas y en su vida diaria.

El citado plan prevé obligar a las iglesias a colocar en sus instalaciones carteles elaborados por funcionarios del Gobierno comunista con versículos de la Biblia que ilustran los doce principios de los valores socialistas fundamentales: prosperidad, democracia, civilidad, armonía, libertad, igualdad, justicia, gobierno de la ley, patriotismo, dedicación, integridad y amistad.

El de Shandong no es un caso aislado. A finales del año pasado circuló en Internet la noticia sobre La interpretación teológica de los valores socialistas fundamentales, una publicación de Wang Heping, de la Oficina de Teología de la Archidiócesis de Pekín. El autor supuestamente intenta encontrar los vínculos entre los principios del socialismo chino y la doctrina católica, interpretando los valores socialistas fundamentales basándose en la perspectiva de la fe católica. Ante esto, algunos cristianos comentaron que la elevación de los valores socialistas fundamentales al nivel de la teología equivale a considerar al Partido Comunista como Dios.

En Henán ordenaron a una iglesia protestante aprobada por el Gobierno que quitara de los Diez Mandamientos “No tendrás otros dioses aparte de Mí”, y que dejara únicamente nueve.

El PCCh también está acelerando el denominado entrenamiento “rojo” del clero. El 18 de marzo, el Comité de Asuntos Étnicos y Religiosos de la ciudad de Wuhan en la provincia central de Hubei comenzó un entrenamiento de adoctrinamiento de duración de una semana para 44 miembros del clero de iglesias que pertenecen a la Asociación Patriótica Católica China. Los cursos incluyeron temas como “El espíritu del decimonoveno Congreso Nacional”, “El pensamiento de Xi Jinping acerca del socialismo con características chinas para una nueva era”, “Valores socialistas fundamentales”, “El I Ching y la filosofía”, y temas parecidos.

Carlos Esteban

sábado, 22 de junio de 2019

"El Amazonas desemboca en Alemania" - PADRE SANTIAGO MARTIN F.M.


Duración 9:23 minutos

NOTICIAS VARIAS 22 de Junio de 2019



El Papa aconseja ‘no criticar’, los peligros del Sínodo para la Amazonía y el misterio de Emanuela Orlandi
INFOCATÓLICA


SPECOLA

Los socios musulmanes del Papa Francisco, moros y cristianos unidos en China, el Vaticano pierde Italia, América, sastres romanos

SECRETUM MEUM MIHI

Cuando un sacerdote condenado por acosar a una menor escribe en L’Osservatore Romano Artículo de Secolo d’Italia, Jun-21...

DIANE MONTAGNA

             Archbishop stops Vatican women’s soccer match after opposing team protests Church’s position on abortion         


RELIGIÓN EN LIBERTAD

¿Algún medieval creía que la Tierra fuese plana? Ni uno, pero el útil mito anticristiano aún pervive
Selección por José Martí

La ‘sabiduría ancestral’ de la espiritualidad amazónica (Carlos Esteban)



Los yanomamis constituyen una de las etnias más numerosas entre los diversos pueblos indígenas de la Amazonia, compuesto por unos 20.000-30.000 individuos que viven en poblados de una cincuentena de personas en la selva ecuatorial, entre Brasil y Venezuela.

Cuando alcanzan la pubertad, los varones de la tribu, que consumen regularmente ‘epená’, una sustancia alucinógena, suelen disponer de varias mujeres. Los chamanes utilizan la droga en sus rituales para comunicar con los espíritus. El infanticidio es una de las ‘tradiciones’ más arraigadas entre los yanomamis. La madre, tras parir, puede acoger al hijo o enterrarle vivo. Lo segundo es más probable si el niño nace con algún tipo de malformación o como medio de selección sexual (se prefieren varones en el caso de un primer parto). Si nacen gemelos, solo uno puede sobrevivir; en el caso de varones, normalmente se sacrifica al más débil. La razón es que dos bebés consumen demasiada leche materna, sobre todo teniendo en cuenta que se les da de mamar hasta los tres años de media.

Pese al cuadro que suele pintarse de los indígenas como pueblos pacíficos, los yanomamis se precian de guerreros y creen necesario desplegar una actitud altanera. Matar a un enemigo es el medio de convertirse en un unokai, una posición de prestigio dentro de la tribu. Cuanto mayor es el número de enemigos masacrados, más alto es el prestigio social del guerrero y puede conseguir más mujeres para su harén. Para atacar aldeas de otras tribus prefieren aliarse con extraños en preferencia a parientes, y suelen casarse o casar a sus hijas con estos aliados.

Una de las costumbres de esta etnia es el canibalismo ritual. En un ritual funerario colectivo y sagrado queman el cadáver y se comen las cenizas del muerto mezcladas con un pasta vegetal. Creen que la energía vital reside en el tuétano, y que así la recuperan para el grupo familiar. Un yanomami que mata a un adversario en territorio enemigo también practica esta forma de canibalismo para purificarse.

No hay nada demasiado especial en la cultura y cosmovisión de los yanomamis que los aleje demasiado de la cultura y cosmovisión de las otras tribus indígenas del territorio, y conviene conocerlas al leer el Instrumentum Laboris del Sínodo de la Amazonia, que se celebrará en Roma en octubre, cuando habla de la “sabiduría ancestral, reserva viva de la espiritualidad y de la cultura indígena” de estos pueblos amazónicos que, añade, “tienen mucho que enseñarnos … con estas sabidurías ancestrales en las que se manifiestan semillas del Verbo”.

O, por citar las palabras del Cardenal Baldisseri en la presentación del documento: “Es el Papa Francisco quien nos muestra el camino para comprender la expresión ‘rostro amazónico’. De hecho, en Puerto Maldonado, dice: “Quienes no habitamos estas tierras necesitamos vuestra sabiduría y conocimiento para entrar, sin destruir el tesoro que encierra esta región, repitiendo las palabras del Señor a Moisés: Quítate las sandalias, porque la tierra que pisas es tierra sagrada”.

Carlos Esteban

Sínodo de la Amazonía: Señores cardenales y obispos, ¿de verdad quieren una Iglesia así? (Roberto de Mattei)



Del blog de Aldo Maria ValliDuc in altum, hemos tomado el siguiente análisis del profesor Roberto de Mattei sobre el Instrumentum laboris publicado por la Santa Sede con miras al Sínodo de los obispos sobre la Amazonía, programado para el próximo mes de octubre ().
Las primeras reacciones al Instrumentum laboris para el Sínodo de la Amazonía se centran en la apertura a la posibilidad de los sacerdotes casados y de la inclusión de la mujer en el sacerdocio de la Iglesia. Pero el Instrumentumlaboris es algo más que eso: se trata de un manifiesto de la ecoteología de la liberación que propone una visión panteísta e igualitaria inaceptable para un católico. Como ha destacado acertadamente José Antonio Ureta, se trata de abrir de par en par las puertas del Magisterio a la ecología india y la ecoteología, derivados hispanoamericanos de la teología de la liberación, cuyos corifeos, tras el desplome de la URSS y el fracaso del auténtico socialismo han atribuido a los pueblos indígenas y a la naturaleza el papel histórico de fuerza revolucionaria en clave marxista. 
En el documento publicado por la Santa Sede el pasado 17 de junio, la Amazonía irrumpe como «un nuevo sujeto» en la vida de la Iglesia (nº2). ¿Y qué es la Amazonía? Es algo más que un lugar físico, es una «biosfera compleja» (nº10), pero es también «una realidad llena de vida y sabiduría» (nº5) que se convierte en paradigma conceptual y convoca a una conversión «pastoral, ecológica y sinodal» (nº5). Para llevar a cabo su misión profética, la Iglesia tiene que ponerse a la escucha de los «pueblos amazónicos» (nº7). Esos pueblos son capaces de vivir en armonía con todo el Cosmos (nº12), pero sus derechos están amenazados por los intereses económicos de las multinacionales que, como dicen los indígenas de Guaviare (Colombia), «le han cortado las venas a su Madre Tierra» (nº17). La Iglesia «escucha los clamores tanto de los pueblos como de la Tierra» (nº18), porque la Amazonía es un lugar teológico desde donde se vive la fe, es también una fuente peculiar de revelación de Dios (nº19). Se añade una tercera fuente a la Revelación junto a la Sagrada Escritura y la Tradición: la Amazonía, territorio donde «todo está conectado» (nº20), todo «constitutivamente existen en relación, formando un todo vital» (nº21). En la Amazonía se hace realidad el ideal comunista, porque, en el colectivismo tribal, «Todo se comparte, los espacios privados –típicos de la modernidad– son mínimos».
Los pueblos indígenas se han liberado del monoteísmo y han recuperado el animismo y el politeísmo. Es más, como se lee en el nº25, «La vida de las comunidades amazónicas aún no afectadas por el influjo de la civilización occidental se refleja en la creencia y en los ritos sobre el actuar de los espíritus, de la divinidad –llamada de múltiples maneras– con y en el territorio, con y en relación a la naturaleza. Esta cosmovisión se recoge en el mantra de Francisco: “Todo está conectado” (LS 16, 91, 117, 138, 240)».
El documento afirma con insistencia que la cosmovisión amazónica abarca «sabiduría ancestral […] reserva viva de la espiritualidad y cultura indígena» (nº26). Por consiguiente, «Los pueblos amazónicos originarios tienen mucho que enseñarnos. […]Los nuevos caminos de evangelización han de construirse en diálogo con estas sabidurías ancestrales en las que se manifiestan semillas del Verbo» (nº29). La riqueza de la Amazonía no consiste en ser monocultural, sino en constituir «un mundo pluriétnico, pluricultural y plurireligioso (nº36) con el que es necesario establecer un diálogo. Los pueblos amazónicos «nos confrontan con la memoria del pasado y con las heridas causadas durante largos períodos de colonización. Por ello el papa Francisco pidió “humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”. En este pasado la Iglesia a veces ha sido cómplice con los colonizadores, ello sofocó la voz profética del Evangelio»(nº38).
La ecología integral incluye «la transmisión de la experiencia ancestral, cosmologías, espiritualidades y teologías de los pueblos indígenas, en torno al cuidado de la Casa Común» (nº50). Estos pueblos, «En su sabiduría ancestral han cultivado la convicción que toda la creación está conectada, lo cual merece nuestro respeto y responsabilidad. La cultura de la Amazonía, que integra los seres humanos con la naturaleza, se constituye en un referente para construir un nuevo paradigma de la ecología integral» (nº56). La Iglesia tiene que despojarse de su romanidad y asumir un rostro amazónico: «El rostro amazónico de la Iglesia encuentra su expresión en la pluralidad de sus pueblos, culturas y ecosistemas. Esta diversidad necesita de una opción por una Iglesia en salida y misionera, encarnada en todas sus actividades, expresiones y lenguajes» (nº107). «Una Iglesia con rostro amazónico en sus pluriformes matices procura ser una Iglesia “en salida” (cf. EG 20-23), que deja atrás una tradición colonial monocultural, clericalista e impositiva, que sabe discernir y asumir sin miedos las diversas expresiones culturales de los pueblos» (nº110). El espíritu panteísta que anima la naturaleza amazónica es un leit-motiv del documento. «El Espíritu creador que llena el universo (cf. Sab 1,7) es el que durante siglos ha alimentado la espiritualidad de estos pueblos aún antes del anuncio del Evangelio y el que les mueve a aceptarlo desde sus propias culturas y tradiciones» (nº120). Por tanto, «Hay que captar lo que el Espíritu del Señor a través de los siglos ha enseñado a estos pueblos: la fe en el Dios Padre-Madre Creador, el sentido de comunión y armonía con la tierra, el sentido de solidaridad con sus compañeros, el proyecto del “buen vivir”, la sabiduría de civilizaciones milenarias que poseen los ancianos y que influye en la salud, la convivencia, la educación, el cultivo de la tierra, la relación viva con la naturaleza y la Madre Tierra, la capacidad de resistencia y resiliencia en particular de las mujeres, los ritos y las expresiones religiosas, las relaciones con los antepasados, la actitud contemplativa y el sentido de gratuidad, de celebración y de fiesta, y el sentido sagrado del territorio» (nº121).
Además, en función de una saludable descentralización de la Iglesia, «las comunidades piden que las Conferencias Episcopales adapten el ritual eucarístico a sus culturas». «La Iglesia se ha de encarnar en las culturas amazónicas que poseen un alto sentido de comunidad, igualdad y de solidaridad por lo que no se acepta el clericalismo en sus diversas formas de manifestarse. Los pueblos originarios poseen una rica tradición de organización social donde la autoridad es rotativa y con un profundo sentido de servicio. Desde esta experiencia de organización sería oportuno reconsiderar la idea de que el ejercicio de la jurisdicción (potestad de gobierno) ha de estar vinculado en todos los ámbitos (sacramental, judicial, administrativo) y de manera permanente al sacramento del orden». (nº127). Partiendo de la premisa de que «el celibato es un don para la Iglesia», se pide expresamente «para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana» (nº129). Por otra parte, es necesario proporcionar a las mujeres sin falta «su liderazgo, así como espacios cada vez más amplios y relevantes en el área formativa: teología, catequesis, liturgia y escuelas de fe y política», así como «identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica».
¿Qué más se puede añadir? ¿Callarán los obispos, sucesores de los Apóstoles, y los cardenales, consejeros del Papa en el gobierno de la Iglesia, ante este manifiesto político-religioso que pone patas arriba la doctrina y la praxis del Cuerpo Místico de Cristo?
Roberto De Mattei
(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

viernes, 21 de junio de 2019

Vídeo Noticia: China impone la «significación» de la Biblia: Jesús, aparentemente, era un socialista


Duración 1:44 minutos

NOTICIAS VARIAS 21 de Junio de 2019




SPECOLA



INFOCATÓLICA

El Sínodo al servicio de la agenda neo-pagana (José Antonio Ureta)

El espíritu de conquista (Bruno Moreno)

El arzobispo de Indianápolis revoca la identidad católica de colegio jesuita (Juanjo Romero)

INFOVATICANA

Sínodo sobre la Amazonia, el problema está en la Laudato Si (Riccardo Cascioli)



Para entender cómo ha podido hacerse público un documento desconcertante como es el documento preparatorio para el Sínodo sobre la Amazonia, hay que remontarse a la encíclica Laudato Si'. Es allí que se encuentran los principios que en el Sínodo sobre la Amazonia son llevados a sus últimas consecuencias.

Un documento desconcertante como el Instrumentum Laboris para el Sínodo sobre la Amazonia no se comprende si no es como el resultado de un crecimiento constante de una corriente ecologista en la Iglesia, que en la encíclica Laudato Si' (2015) tuvo su reconocimiento oficial y, en consecuencia, su elevación a doctrina.

El giro representado por la encíclica sobre el medio ambiente va más allá de la atención a la “casa común”; de hecho, es una toma de distancia de la tradicional antropología católica para incluir categorías sociales y políticas que tienen su raíz en el darwinismo social. En la Laudato Si' llega el eco de la Carta de la Tierra, una declaración de principios éticos fundamentales que nace de un proyecto madurado en Naciones Unidas, en el que el hombre pierde su centralidad en lo creado para convertirse en parte de una “comunidad de vida” en la que tiene la misma dignidad que animales y vegetales. Se trata de una visión fundamentalmente panteísta, de tal modo que la referencia obligada a la Revelación cristiana presente en la encíclica parece más que nada yuxtapuesta a concepciones religiosas que tienen una raíz bien distinta.

En el catolicismo, la armonía en la Creación proviene de una relación correcta del hombre con el ambiente circundante y con Dios que se resume en la fórmula “la naturaleza es para el hombre, pero el hombre es para Dios”. En otras palabras, la relación correcta del hombre con la naturaleza es consecuencia del reconocimiento de la pertenencia a Dios, hacia quien se es responsable del modo en el que usamos los dones de la naturaleza, así como de las relaciones con los otros hombres. Es exactamente la visión que está bajo el tan incomprendido e instrumentalizado Cántico de las Criaturas de San Francisco.

Aunque en la Laudato Si' se critica explícitamente el “biocentrismo” típico de la llamada “ecología profunda”, de hecho la fuerte y justificada critica al antropocentrismo moderno no es la ocasión de reafirmar la tradicional visión católica. Tan cierto es esto que se desestima mediante una broma la experiencia del monacato benedictino, que por el contrario es el ejemplo más grande en la historia de lo que significa una relación correcta con la naturaleza que desciende del “Quaerere Deum” [buscar a Dios]: en una vida vivida como búsqueda de Dios, el hombre colabora con la obra de la Creación, haciendo florecer la naturaleza a su alrededor. En cambio, se proponen como modelo de armonía entre el hombre y la naturaleza las comunidades primitivas y aborígenes (n. 146), según una visión tan idílica como irreal. Es precisamente esta exaltación de las culturas indígenas la que es llevada a las consecuencias extremas en el Instrumentum Laboris.

Tal impostación no es sorprendente si se considera que una contribución decisiva a la redacción de Laudato Si' provino del ex fraile franciscano brasileño Leonardo Boff, principal exponente de la teología de la liberación, condenado ya en la década de 1980 por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Desde la década de 1990 Boff vive en una reserva ecológica y además de haber llevado a cabo actividades académicas y de ensayos, ha apoyado los principales movimientos ecológicos y marxistas de América Latina. Fue él mismo quien reveló que fue el Papa Francisco quien lo llamó y quiso leer todos sus libros como ayuda para  escribir Laudato Si'. Y la influencia es más que evidente. Así como, por ejemplo, al asumir acríticamente la catástrofe ambiental –climática y no solo ésta– como fundamento sobre el cual impostar lo que el Papa definió como “conversión ecológica”. Es la primera vez que un análisis social y político, por su naturaleza opinable y sujeto a correcciones, se convierte en fundamento de un acto magisterial y, también aquí, es la misma impostación que encontramos en el Instrumentum Laboris.

Otro giro decisivo fundamental de la Laudato Si' es la adopción del concepto de “desarrollo sustentable”, que los pontificados anteriores habían rechazado siempre. Demasiado superficialmente, de hecho, se piensa que la “sustentabilidad” se refiere simplemente a la inclusión del respeto por el medio ambiente como uno de los criterios de valoración de iniciativas económicas, sociales y políticas. La sustentabilidad, por el contrario, es un concepto mucho más amplio, afirmado en la década de 1980 en el ámbito de las Naciones Unidas, hijo de una concepción atea y materialista. Fundamento del concepto de sustentabilidad es una visión negativa del hombre, elemento disruptivo para el ecosistema global: es por eso que las políticas ambientales globales tienden a limitar el impacto humano, cuantitativa y cualitativamente. Es decir: control de la natalidad en los países pobres, freno al desarrollo y desindustrialización en los países ricos.

Si bien en la Laudato Si' encontramos una fuerte acentuación del segundo aspecto pero un rechazo de principio de los métodos de control de los nacimientos, parece evidente que si se asumen por buenos los principios que están a la base de una concepción global de la relación hombre-naturaleza, rehusarse a adoptar las consecuencias prácticas se convierte en puro moralismo destinado antes o después a ceder totalmente

En otras palabras: si se da por bueno que la presencia y la actividad humanas es dañina para el medio ambiente y pone en riesgo la supervivencia misma del planeta; si se continúa lanzando alarmas sobre la próxima catástrofe, si se afirma que estamos al borde del abismo, es necesario aceptar tarde o temprano medidas de emergencia para detener la actividad humana, incluida la difusión de métodos anticonceptivos para controlar los nacimientos. Así como se considera la cultura aborigen como un modelo de armonía, no puede no continuarse de ello la valorización de las religiones animistas y la condena de la evangelización, que en efecto parece clara en el Instrumentum Laboris.

La verdadera puesta en juego, entonces, no es tanto el cuidado del medio ambiente –lo que obviamente debe hacerse– ni las medidas para salvar la selva amazónica (admitido que ésta es la tarea específica de la Iglesia). Hay mucho más, está el contenido mismo de la fe católica. Por esta razón se torna importante que los obispos tomen conciencia de esto y comiencen por rechazar el Instrumentum Laboris en vista del Sínodo sobre la Amazonia.

Riccardo Cascioli

Publicado originalmente en italiano el 20 de junio de 2019, en www.lanuovabq.it/it/sinodo-amazzoni…

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

El papa Francisco se pone al lado de los que odian a la Iglesia



Durante las elecciones en la Unión Europea, el papa Francisco se presentó como la verdadera oposición contra el viceprimer ministro italiano Matteo Salvini, cuyo partido -la Liga- obtuvo una fuerte mayoría del voto católico.

El Vaticano favoreció enérgicamente a partidos proaborto, pro homosexualismo y pro inmigración masiva como el partido de Emma Bonino, el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático.

Todos ellos tienen el apoyo de los ricos y de los medios de comunicación.

Ahora, miembros de estos partidos, dirigidos por Bonino, han firmado una petición, pidiendo abolir la educación religiosa en las escuelas públicas, reducir los ingresos de la Iglesia de un impuesto italiano que ayuda a financiar a la Iglesia, imponer el impuesto a la propiedad sobre la Iglesia y hacer reclamos impositivos contra la Iglesia.

Francisco dijo en febrero de 2016 que Bonino estaba entre “los grandes de la Italia de hoy”

La mayoría de Italia la considera uno de los males políticos más grandes en la historia del país.

El arzobispo de Génova prohíbe los actos de reparación por el ‘Orgullo’ (Carlos Esteban)



El cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova, ha ordenado la cancelación de tres actos de reparación por el desfile del Orgullo Gay en parroquias de su diócesis, mientras permite que se celebren jornadas de oración ‘contra la homofobia’.

No es “apropiado”. Esa es la razón aducida por el cardenal Bagnasco para impedir que tres parroquias de su archidiócesis, Génova, lleven a cabo los actos de reparación previstos por las ofensas contra Dios que se cometen en el curso de las celebraciones del Orgullo Gay.

Consistía meramente en un rezo del Santo Rosario y una Adoración Eucarística convocadas en las iglesias de Santa Marta, San Pío X y San Esteban, pero han debido suspenderlo después de recibir una carta del arzobispado pidiéndoles que cancelen estos actos de piedad.

Según informa La Nuova Bussola Quotidiana, la comunicación llegó de la mano del obispo auxiliar, Nicolo Anselmi, que comunicó por vía telefónica a las parroquias en cuestión que el cardenal consideraba “inapropiadas” estas iniciativas.

Tanto la Nuova Bussola como el americano National Catholic Registerhan han tratado de ponerse en contacto con Bagnasco y con Anselmi para conocer las razones de este veto, pero ninguno de los dos ha querido hacer declaración alguna al respecto.

Es sorprendente que el arzobispado se tome esta molestia al prohibir actos de reparación para ofensas a la fe y a la moral católicas que pueden contemplarse en el curso de la celebración del Orgullo, cuando lleva permitiendo al menos desde 2017 que se celebren en iglesias como San Pietro in Banchi “vigilias contra la homofobia”. Esa misma parroquia, el pasado 12 de mayo, celebró una jornada ecuménica de oración, con el visto bueno del arzobispado, contra la discriminación de homosexuales y transexuales, organizada por un grupo LGBT.

En un momento en que se debate la penetración del ‘lobby lavanda’ en las filas de la Iglesia, que estallan escándalos de abusos sexuales por parte de clérigos homosexuales y que aún dura la ‘resaca’ del ‘libro denuncia’ de Frédéric Martel ‘Sodoma’, el extraño criterio de una figura como Begnasco, que ha sido presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, resulta extraordinariamente significativo.

Carlos Esteban

Dictadura de género: un profesor expulsa a un alumno por decir que hay dos sexos



La imposición de la anticientífica ideología de género en muchos países occidentales está llegando a unos extremos propios de una novela distópica. Tenemos un nuevo ejemplo llegado del Reino Unido.
Según ha denunciado el Doctor Adrian Hilton en su blog, un profesor expulsó de clase a un alumno de un centro educativo de Escocia por afirmar que hay dos sexos, hombre y mujer. El propio alumno grabó la escena de la surrealista discusión que tuvo con el profesor por el motivo de su expulsión:

Duración 2:21 minutos
Expulsado de clase por afirmar lo mismo que la Biología
El profesor reprochó al estudiante que su opinión “no es muy inclusiva”, añadiendo que “ésta es una escuela inclusiva”. En un momento de la conversación se escucha al profesor afirmando lo siguiente: “decir que no existe nada que no sea masculino o femenino, no es inclusivo”. Ante la insistencia del alumno en afirmar que existen dos sexos, el profesor reprocha al joven “elegir hacer un problema de esto. Tuviste la oportunidad de guardar silencio. Claramente se te dio la oportunidad de no insistir y elegiste hacerlo. Acto seguido, y ante la insistencia del muchacho en afirmar que existen dos sexos, el profesor le invitó a expresar su opinión “en tu propia casa, no en esta clase”, como si en una escuela no tuviese cabida toda opinión que concuerda con lo que la Biología demuestra: que existen dos sexos definidos por los cromosomas XY (hombres) y XX (mujeres).
“No todas las políticas son científicas”, afirmó el profesor ante las objeciones del alumno
“¿Así que tú tienes que expresar tu opinión en clase pero mi opinión tiene que quedarse dentro de mi casa?”, le preguntó el joven. “No estoy dando mi opinión. Estoy declarando cuál es la política de la autoridad escolar nacional”, dijo el profesor. Es decir, que hay una política oficial que contradice abiertamente a la Biología, y en consecuencia el que pretenda decir lo mismo que la Biología se tiene que callar so pena de ser expulsado: ¿esto es lo que entienden por democracia? Lo más pasmoso es que cuando el alumno alegó que “eso no es científico en absoluto”, el profesor contestó: “No todas las políticas son científicas”. Es decir, que el propio profesor reconoce que su opinión no es acorde con lo que la ciencia demuestra, pero la impone apelando a la política. Y luego vendrán hablando de la Inquisición: ¿cómo llamamos a esto entonces?
“¿Cómo puede ser inclusivo expulsar a un estudiante por expresar una visión científica del sexo?”
“Impactante, ¿no es así? Esta es una escuela “inclusiva”, y eso parece significar que solo hay una opinión que es aceptable en la escuela, comenta Adrian Hilton, señalando una paradoja cada vez más frecuente en todos los ámbitos infestados por la ideología de género: y es que en nombre de la inclusión, se está excluyendo y censurando a todo el que no suscribe las tesis anticientíficas de dicha ideología. “¿Cómo puede ser inclusivo expulsar a un estudiante por expresar una visión científica del sexo?”, se pregunta el Doctor Hilton, que denuncia que esto es simplemente un ejemplo de la ideología de género “que se inculca en las mentes de los niños”. Hilton también denuncia: “Los cristianos británicos que creen en (y se atreven a argumentar) el orden natural de “hombre y mujer” van a tener dificultades en los próximos años. La opresión puede comenzar con un estudiante excluido de la clase; pronto avanzará hacia una ortodoxia oficial del Estado y un cumplimiento obligatorio bajo pena de despido del trabajo, o arresto y juicio sumario por transgredir las leyes de “odio”. ¿Quién hubiera pensado que la cuestión del hombre y la mujer, la naturaleza del matrimonio y la verdad sobre la persona humana se convertirían en el fundamento de la persecución cristiana?”
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