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viernes, 1 de junio de 2018

Conversando con Jesús: ¿Sueño o realidad? (5 de 5) [ 22 de 22] (José Martí)





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Como me habéis dado la espalda, Yo os he dejado hacer. Ya sabes lo respetuoso que soy con la libertad que os concedí al crearos. Pero los resultados están a la vista: hay una gran desolación en toda la tierra.  Mi Nombre y el de mi Madre son despreciados y ridiculizados. Apostasía general extendida a casi toda la Iglesia y el mundo, el cual está dominado por el Nuevo Orden Mundial, obra del Maligno. Son muchos los que se avergüenzan de ser cristianos. Y la causa de ello es que la doctrina que reciben no les atrae, pues no les habláis de Mí sino de lo mundano. Y es por eso, entre otras cosas, que los seminarios se encuentren prácticamente vacíos.

Yo esperaba una respuesta más enérgica de mis Cardenales pero no la ha habido: sólo miedo y cobardía, pues muchos de ellos han perdido la fe; o bien, tienen una fe muy débil. Apenas se ha podido oír -tímidamente- la voz de algunos cardenales y obispos ... pero tampoco ellos han sido capaces de hacerte una corrección formal en toda regla (como debería de haber ocurrido) y haberte declarado hereje (herejía material o formal ... , ¿qué más da?) por no ser fiel al Depósito que has recibido.  Una dejación que adquiere una especial relevancia, dada la gravedad extrema de los sucesos que se están produciendo en la Jerarquía y que están afectando perniciosamente a todo mi rebaño.

Comprenderás que no puedo permitir, por más tiempo, que continúe este proceso de secularización y de apostasía generalizada, que se ha extendido por toda la tierra. El mundo entero -y mi Iglesia, en particular, contigo a la cabeza- me ha dado la espalda. Y se están consagrando, como derechos, en las leyes civiles,  lo que son verdaderas aberraciones "contra natura". Tal es el caso, por ejemplo, del mal llamado "matrimonio" entre homosexuales y del "derecho" al aborto, males ambos -junto con otros- que se están propagando, como un cáncer, de nación en nación, con la anuencia de una gran parte de la Jerarquía, siendo tú, sobre todo, como "Vicario" de Cristo, quien debiera de haber hablado y, sin embargo, no lo has hecho; de ahí lo ocurrido en el caso de Irlanda, por poner un ejemplo, el más reciente.

Pues bien: ha llegado el momento de las auténticas "sorpresas" del Espíritu. Actuarás conforme a lo que te he dicho que hagas. Dispones de poco tiempo, porque poco es el tiempo que te queda de vida. Ésta es la única oportunidad que te doy. Y lo que te estoy diciendo no es ningún sueño, sino una visión, una revelación que te hago personalmente para que no te condenes y para que no arrastres contigo a millones de personas a ese "infierno" que tú niegas que existe, pero cuyos umbrales acabas de presenciar.

Cuando despiertes, ten presente lo que te acabo de decir y llévalo a la práctica de manera inmediata. Rodéate de aquellos cardenales que te han corregido y cuéntales TODA la conversación que hemos tenido. Y que conste todo por escrito, como ya te he repetido.

No consentiré que la barca de Pedro se hunda. Se acercan días de gran tribulación. Todos tendrán que definirse. Tendrán que elegir entre la Muerte y la Vida. Si se arrepienten de corazón, aún están a tiempo de salvarse. Pero si eligen seguir separados de Mí, los dejaré. A todos os he dado libertad para que podáis amarme como Yo os amo. Sin esa libertad no podríais amarme. Yo no os puedo imponer que me améis. El amor o es libre o no es amor.  Ésa es la razón por la que, respetando la libertad que os concedí al crearos, si elegís vivir separados de Mí y odiándome, y odiando todo lo que Yo amo, no puedo sino dejaros hacer, por más que el camino que habéis elegido os lleve a la eterna condenación, a la Muerte segunda, la que no tiene retorno: habrá sido elección vuestra, por más que mi deseo sea vuestra salvación. 

Tú tienes que ser mi brazo ejecutor en esta última posibilidad que os quiero dar. Si me obedeces y te arrepientes, te salvarás y te perdonaré todo el gravísimo daño que me has hecho y que has causado a mi Iglesia. Pero es necesario que actúes; y que lo hagas ya. Una vez convertido, confirma a mis hermanos en la fe: ¿recuerdas? 

Presta atención: A aquellos cardenales que eran como tú has sido (es decir, herejes), despídelos. Tienes en tu haber el fenómeno "sorpresas del Espíritu". Házselo saber para que te obedezcan. En cuanto a aquellos cardenales que me han sido fieles, pero que tú has despedido o recluido en puestos de poca influencia, devuélvelos de nuevo a los puestos que ya ocupaban o a otros de mayor responsabilidad, pues en ellos voy a poner mi confianza para sacar a la Iglesia del bache tremendo en el que se encuentra. De entre ellos, Yo elegiré un nuevo Papa. Y éste actuará de manera tal que sean excomulgados todos aquellos sacerdotes, religiosos y monjas que escandalizan a mis fieles, enseñándoles "doctrinas" contrarias a la fe católica; a todos aquellos que aceptan, como normales, los criterios del mundo actual: marxismo, socialismo, aborto, homosexualidad, etc... 

De no hacerlo así perecerás indefectiblemente y tu destino definitivo será ese infierno, del que dices que no existe, pero que, sin embargo, acabas de ver con tus propios ojos. Cuando "despiertes", tendrás la tentación de considerar que toda esta conversación que hemos mantenido ha sido sólo una pesadilla. No ha sido ninguna pesadilla, sino algo real. Desecha esa tentación, como al mismo Diablo, y actúa: ése es el "lío" que Yo quiero.


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Fue entonces cuando desperté de ese sueño en el que soñé que Francisco soñaba; y acto seguido lo escribí para que no se me olvidara. Aunque algo se me haya pasado por alto, pienso que el Mensaje y la voluntad de Jesús con relación al papa Francisco, aparecen con suficiente claridad en ese escrito que reflejo en este blog.


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Caí en la cuenta de que me había quedado durmiendo mientras hacía oración. Al principio me asaltó una duda: ¿Sería realmente cierto que Francisco había tenido esa revelación de Jesús,  a la que yo asistí, como espectador, en mi sueño?  ¿Era ése el modo en el que Jesús pensaba actuar para evitar, en lo posible, el desmoronamiento completo de la Iglesia? ¿Era ésa una respuesta a mi petición? ¿Y por qué a mí -precisamente a mí- tenía que revelarme ese secreto?

Sigo sin entenderlo. Sí sé que sólo Dios es Dios; y que para Él nada hay imposible. Sé también que Dios nos sorprende, a veces, con su manera de hacer las cosas; y que sus planes van más allá de nuestra imaginación: normalmente no los comprendemos. Pero, pasado el tiempo, caemos en la cuenta de que eso que ocurrió -y que no entendíamos- fue realmente lo mejor.

Claro está: en este caso concreto, ¿quién me asegura a mí que Dios va a proceder de ese modo (el que yo he soñado) para salvar a su Iglesia? Es absolutamente cierto que Dios tiene que intervenir, pues de Dios nadie se ríe. Sé que el Maligno, ése que está rigiendo ahora el mundo y la Iglesia, tiene los días contados, pues la victoria final no será suya: no puede serlo, puesto que las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia. Tenemos la Palabra de Jesús, o sea, la Palabra de Dios. Antes de que eso ocurriera, tendría lugar el final de los tiempos. Y Dios acortaría los días de apostasía, pues de lo contrario, nadie se salvaría. Pero, ¿hemos llegado ya a ese final?

Como el Señor es mi Amigo (de lo que estoy muy orgulloso y muy agradecido), sé que puedo confiarle a Él todo, incluso aquellas cosas que se me pasan por la imaginación como una posible solución a los problemas eclesiales. Él no se va a disgustar, porque entiende que es el Amor a Él y a su Iglesia lo que me lleva a pensar en posibles soluciones, por disparatadas que parezcan: Él puede hacer eso ... y mucho más. Eso sí: tenemos la seguridad de que, sea lo que sea lo que haga, siempre será lo mejor.


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Mientras cavilaba de este modo, me pareció escuchar estas palabras del Señor, como dirigidas a Francisco (el Papa de mi sueño, como si el sueño aún no hubiera concluido)

- La mayoría de los cardenales no te harán caso. No te obedecerán. Es más: pensarán que te has vuelto loco. Y eso les dará pie para echarte del trono papal. Se abrirá un Gran Cisma en toda la Iglesia, como jamás hubo otro tan grande. Pero aquéllos que permanezcan fieles, aunque sean pocos,  ("mi pequeño rebaño") ésos se salvarán.

Yo aproveché estas palabras de Jesús a Francisco para seguir conversando con Él.

- Señor -le dije- ¿No podría ocurrir que un conjunto de cardenales -aunque fuesen pocos- se segregaran del resto (dado que se ha producido claramente una traición a tu Iglesia) y que ellos, por su propia cuenta, eligieran a un nuevo Papa, el cual sería el verdadero Papa, siendo el otro un impostor?

No escuché nada. Y seguí hablando:

- Ya sé que en la situación actual esto parece inviable, teniendo en cuenta -además- que cada vez quedan menos cardenales que piensen "en católico". Los pocos que aún quedan están siendo reducidos al silencio o bien son combatidos por el resto de "cardenales". No cabe duda de que hay un cisma, de hecho, en la Iglesia Católica (se reconozca o no) ... situación ésta que se va agravando más cada día que pasa. 

Silencio en el ambiente ... pero seguro de que Él me escuchaba, proseguí:

- La Iglesia está irreconocible, y lo peor de todo es que son muchos [sobre todo, los más jóvenes] los que no han conocido otra Iglesia que ésta. El caballo de Troya -infiltrado en la Iglesia- ha tomado las riendas y no está dejando títere con cabeza.

Continué:

- La iglesia -cada vez con más virulencia- se está "identificando" con el mundo; sus criterios no son ya cristianos, sino "mundanos".


"Por eso el mundo los oye" (1 Jn 4, 5) -escuché con alegría.

-  Quiero hacerte una pregunta, Señor.  

- Dime

- Aunque dudo mucho de que aparezca ese grupo de cardenales "rebeldes" que eligieran un nuevo Papa ... pienso que, en caso de producirse, sería lo mejor, a mi entender. Se produciría -ciertamente- un cisma en la Iglesia, al haber dos Papas. Unos se decantarían por el actual Papa, la inmensa mayoría, "aquellos que son del mundo y por eso hablan cosas mundanas y el mundo los oye". (1 Jn 4, 5). 

- Continúa

Y habría otros, que serían minoría, [ y que, lógicamente, serían excomulgados por Francisco], que seguirían al nuevo Papa, al que habrían elegido, en secreto, unos pocos cardenales con ideas claras y pensamientos conformes a la Doctrina Católica de toda la vida. Éste sería, entonces, el verdadero Papa.

- Sigue

- Entonces quien quedaría excomulgado, por apóstata,  sería Francisco, aun cuando fuesen muchos los que le siguieran. Nos encontraríamos así, otra vez, con una Iglesia catacumbal, como en los primeros momentos del Cristianismo. 

No escuché nada, de modo que proseguí hablando:

- Esta Iglesia sería perseguida por todos, pero esta Iglesia, que sería la verdadera, sería -por eso mismo- la que daría cumplimiento a tus Palabras de que "las puertas del infierno no prevalecerían contra ella" (Mt 16, 18). 

- Esta Iglesia verdadera -continué- estará formada por los que siguen siendo creyentes, como siempre ha sido ... aunque, al ser una minoría mínima, aparecerán como "rebeldes", de modo que, a los ojos del mundo, será la "Iglesia" de Bergoglio la que poseerá toda apariencia de legitimidad, la que será aceptada por el mundo, y la que se quedará con todos los templos. 

- ¿Y qué más?

- No lo sé. He escrito algo en este blog sobre sueños que tuve, pero no dejan de ser elucubraciones. Mi mente no da para más. 

- ¿Sugieres algo?

- Bueno, está claro que se producirá un cisma formal en la Iglesia [digo formal porque el cisma real ya existe, aun cuando no sea reconocido como tal]. Pero pienso que tal cisma es, incluso, necesario, pues servirá para que los cristianos se definan en un sentido o en otro; y así se saldrá de la confusión existente. Todo tendrá que ser revisado. Y habrá que poner, otra vez, las cosas en su sitio, conforme a la Tradición Perenne de la Iglesia de veinte siglos.

- ¿Algo más?

- Señor, soy consciente de que esta prueba a la que estamos sometidos es una prueba de fe. Es ahora, más que nunca, cuando tenemos que demostrar (y podremos lograrlo con tu ayuda, que no nos va a faltar) que nuestro amor y nuestra confianza en Tí no son mera palabrería,  teniendo siempre presente, en nuestra mente y en nuestro corazón, estas palabras que el profeta Isaías pone en el oráculo de Dios, o sea, en tus labios: "Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos, mis caminos" (Is 55, 8). Creo que es aquí donde debemos buscar la respuesta a todas nuestras preguntas.

- Completamente de acuerdo.


- Gracias
José Martí

jueves, 31 de mayo de 2018

Lo que ocurre en Alemania no se queda en Alemania



La COPE no es la Iglesia (la Conferencia Episcopal, tampoco) [Carlos Esteban]



El católico tiene vedado el optimismo ramplón del mundo, tanto como el pesimismo mundano. No puede pensar que se acerca una Edad de Oro construida por el hombre, esa que venden las ideologías y se deduce de la omnipresente mitología del progreso, y tiene muy claro que la expresión de la Salve, “este valle de lágrimas”, no es exagerada o inoportuna. El autor de El Señor de los Anillos, J. R. R. Tolkien, hablaba en católico cuando decía concebir la Historia como una sucesión de derrotas.

Pero, por otra parte, también participamos de un ‘optimismo ontológico’, nacido de saber que Cristo no vencerá al mundo, sino que ya lo ha vencido -Nolite timere, ego vici mundum-, que la ‘pélicula’ de la Creación tiene un final feliz y está cumplido. Es el ‘Non Praevalebunt’ -las Puertas del Infierno no prevalecerán sobre la Iglesia-, al que de forma tan irreverente, rozando lo blasfemo, se ha referido el Secretario de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, en referencia a una empresa radiofónica, COPE.

Porque COPE, en el mejor de los casos, pertenecería a esas empresas fugaces, por humanas, sobre las que no solo se nos permite ser pesimistas, sino que casi se nos invita a ello. Desde luego, la Historia está repleta de ruinas católicas bastante más serias, benéficas y altruistas que COPE.

Eso, en el mejor de los casos, que no se da en este. Porque COPE, como su hermana 13TV, solo puede considerarse un medio de comunicación católico estirando abusivamente el adjetivo. Con más precisión deberíamos hablar de ‘medio clerical’, es decir, puesto al servicio de los intereses de una casta cuya confusión interesada con la Iglesia toda ha sido causa de muchos de los males que vivimos.

La confusión es tal que desde nuestra jerarquía siempre se ha torcido el gesto a toda iniciativa periodística surgida del laicado católico si no llevaba el prescriptivo olor a sotana y sacristía.

Que estos medios ‘de la Iglesia’ no son medio de evangelización principalmente se puede comprobar fácilmente sintonizándolos en casi cualquier momento. Lejos de ello, estos medios han puesto a la Iglesia en baratillo al unirla en aberrante matrimonio con los intereses de un partido, el que ocupa el gobierno, que se pasa alegremente por el forro no ya los principios irrenunciables de que hablara Benedicto XVI, sino cualquier asociación con la fe cristiana, “salvo en alguna cosa”.

No hay, pues, razón alguna para que Gil Tamayo bastardee las Escrituras para hacer de ese cuestionable instrumento de poder del clero español que actúa como ‘cheerleaders’ de un partido en tantas cosas anticristiano, una ‘obra de Dios’. La COPE, afortunadamente, no es la Iglesia; por no serlo, ni siquiera la Conferencia Episcopal Española es la Iglesia. Y no solo las puertas del infierno pueden prevalecer contra ella, sino también, esperemos, las del Cielo.


Carlos Esteban

Athanasius Schneider Iglesia Militante


Duración 51:24 minutos

Cuando no hay batalla, no hay cristiandad. Cuando no hay batalla, no hay verdadera Iglesia de Dios, no hay verdadera Iglesia Católica. 

El Concilio Vaticano II nos enseña: "A través de toda la historia humana existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas, que, iniciada en los orígenes del mundo, durará, como dice el Señor, hasta el día final. Enzarzado en esta pelea, el hombre ha de luchar continuamente para acatar el bien, y sólo a costa de grandes esfuerzos, con la ayuda de la gracia de Dios, es capaz de establecer la unidad en sí mismo. "(Gaudium et spes, 37)

Esta dramática situación de "todo el mundo [que] está en poder del maligno" (1 Jn 5:19; ver 1 Pedro 5: 8) hace que la vida del hombre sea una batalla. (véase Catecismo de la Iglesia Católica, 409)

NOTA: El vídeo se oye en español

Noticias varias 30 de mayo de 2018



Life Site News

El viejo orden de Irlanda ha sido barrid por un nuevo orden que mata a los niños

Radio Roma Libera

Volver a la Iglesia militante (Monseñor Schneider)

Adelante la Fe (One Peter Five)

¿Por qué todos los obispos chilenos ofrecieron su renuncia al Papa? (Steve Skojec)

The Remnant

Come Back, My Sisters (Remembering the Women Who Educated America)


Que se vayan al Sáhara (Padre Jorge)

La Nuova Bussola Quotidiana


First Things

La gracia bajo presión (George Weigel)

Selección por José Martí

Dominique Wolton asegura que al Papa solo lo quieren “los ateos y los agnósticos” (Carlos Esteban)



En una entrevista concedida al diario ABC, el sociólogo francés Dominique Wolton asegura que le comentó al propio Papa, con quien ha conversado para documentarse para un libro sobre el Pontífice (‘Política y sociedad’), que “los católicos de derecha no le quieren, los de izquierda tampoco, porque va usted más lejos que ellos y es más libre. Los únicos que le quieren son los agnósticos y los ateos”.

El Papa, continúa Wolton, rompió a reír ante el comentario.

Wolton no es precisamente una “fuente hostil”; habla de Francisco con sincera admiración, apreciando su cercanía y afabilidad. “Bromea muchísimo, es muy cálido y cercano”, asegura Wolton. “Francisco siempre es muy natural. Su éxito mundial obedece a que no habla como un Papa, habla como un laico y además es bastante político. Para ser más precisos este hombre vive y aplica el Evangelio. No le gustan los ricos, ni le gustan los poderosos, como en los Evangelios”.

De ahí, opina el sociólogo, viene la oposición al Pontífice desde diversos sectores: 

“Las resistencias proceden de los conservadores porque el Papa critica a la Curia, quiere a las mujeres en la Curia, pide que se tome en consideración la situación personal de los divorciados vueltos a casar para que puedan comulgar, quiere acabar con la industria de las armas, defiende la ecología y no se opone a la unión civil de los homosexuales”.
Naturalmente, no deja de ser la visión de Wolton, que ha mantenido conversaciones con Francisco entre febrero de 2016 y febrero de 2017, pero quizá el autor no aprecia que esas afirmaciones que desgrana y que supuestamente provocan por igual el recelo de los ‘conservadores’ no están ni mucho menos en el mismo plano.

- Criticar a la Curia es casi una tradición, y no es probable que altere al más sensible de los católicos ‘conservadores’.

- Introducir mujeres en la Curia parece responder más a un prurito de seguir las modas del mundo, y es legítimo preguntarse si conviene o no, pero tampoco debería alarmar a nadie, porque la Curia no es una institución de derecho divino, sino una mera administración.

- “Tomar en consideración la situación de los divorciados vueltos a casar para que puedan comulgar” es algo que se hace desde antes de que Francisco llegara a la Cátedra de Pedro. Otra cosa es que la solución sugerida sea, en opinión de muchos, un modo de condonar el adulterio.

- Acabar con la industria de las armas es un pío deseo pero, si se me permite la comparación, está al nivel del discurso de una Miss Mundo. Defiende la ecología, claro: ¿quién está contra la ecología? Cosa muy distinta es estar a favor de grupos ecologistas que anteponen el bien de cualquier especie a la humana, o que convierte a la tierra en un ídolo, una diosa, la Pachamama o Gaia.

- Pero estar a favor de la unión civil de los homosexuales sería preocupante. Y digo “sería” porque no me consta fehacientemente la opinión de Su Santidad. Significaría, simple y llanamente, estar a favor del pecado habitual, y no uno especialmente leve.

Representaría, además, una paradójica situación, porque supondría decirle a los heterosexuales que deben guardar la castidad y abstenerse de mantener relaciones que son, de suyo, naturales, al tiempo que se permitiría a los homosexuales ‘barra libre’ para esas otras relaciones que la Iglesia considera contra natura.

No creo, pese a todo, que al Papa sólo le quieran “agnósticos y ateos”. Eso sería admirable, sería el abandonar el rebaño para ir en busca de la oveja perdida, y si realmente le quisiesen, dejarían de ser agnóstico y ateos y los traería a Cristo.

Desgraciadamente, y por el momento, no es lo que estamos viendo.

Carlos Esteban

miércoles, 30 de mayo de 2018

El concepto mítico de pueblo es un peligro para la democracia


 
 
 

Sobre el cardenal electo, monseñor Toribio Ticona


EL INFIERNO (II) (Capitán Ryder)

En este post, Monseñor Segur, desgrana la infinidad de testimonios históricos, proféticos, evangélicos que hacen referencia al infierno.
El Señor, en su infinita misericordia, ha impreso en la conciencia de todos los pueblos esta gran verdad, para que todos ellos tengan su oportunidad de alcanzar la salvación.
Vamos con algunos, de los infinitos, testimonios que ponen de manifiesto esta gran e incomoda verdad, hoy en día.
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Desde un principio se encuentra consignada claramente la existencia de un infierno eterno de fuego en los más antiguos libros conocidos, los de Mises … En ellos se encuentra el nombre mismo del infierno, con todas sus letras.

Así, en el capítulo decimosexto del libro de los Números, vemos a los tres levitas Coré, Dathan y Abiron que habían blasfemado de Dios y rebelándose contra Moisés, “tragados por el infierno”, repitiendo el texto: “Y bajaron vivos al infierno; y el fuego que hizo salir el Señor devoró a otros doscientos cincuenta rebeldes”.

Moisés escribía esto más de mil seiscientos años antes del nacimiento de nuestro Señor, es decir, hace cosa de tres mil quinientos años.

En el Deuteronomio dice el Señor por boca de Moisés: “se ha encendido en mi cólera el fuego, y sus ardores penetrarán hasta las profundidades del infierno”.

En el libro de Job, escrito también por Moisés, según parecer de los más grandes sabios, los impíos, cuya vida rebosa de bienes, y que dicen a Dios: “No tenemos necesidad de Tí, no queremos tu ley: ¿para qué servirte y rogarte?” esos impíos caen de repente en el infierno.

Job llama al infierno “la región de las tinieblas, la región sumergida en las sombras de la muerte, la región de las desdichas y las tinieblas, en la que no existe orden alguno, pero donde reina el horror eterno". He aquí testimonios ciertamente más que respetables y que se remontan a los más apartados orígenes históricos.

Mil años antes de la Era cristiana, cuando no se trataba aún de historia griega ni romana, David y Salomón hablan con frecuencia del infierno como de una gran verdad, de tal modo conocida y admirada de todos, que no hay necesidad de demostrarla. En el libro de los Salmos, David dice, entre otras cosas, hablando de los pecadores: “Sean arrojados al infierno; que los impíos sean confundidos y precipitados al infierno”. Y en otra parte habla de los “dolores del infierno”.

Salomón no es menos explícito. Refiriendo los propósitos de los impíos que quieren seducir y perder al justo, dice: “devorémoslo vivo, como hace el infierno”. Y en aquel hermoso pasaje del libro de la Sabiduría, en que tan admirable pinta la desesperación de los condenados, añade: “He aquí lo que dicen en el infierno, aquellos que han pecado, pues la esperanza del impío se desvanece como el humo que el viento se lleva”.

En otro de sus libros, llamado Eclesiástico, dice también: “La multitud de los pecadores es como un manojo de estopa, y su último fin es la llama de fuego; tales son los infiernos y las tinieblas y las penas”.

Dos siglos después, más de ochocientos antes de Jesucristo, el gran profeta Isaías decía a su vez: “¿Cómo has caído de lo alto de los cielos, oh Lucifer? Tú que decías en tu corazón: Yo subiré hasta el cielo y seré semejante al Altísimo, te vemos precipitado en el infierno, en el fondo del abismo”

En otro pasaje de sus profecías, Isaías habla del fuego, “del fuego eterno del infierno”. "Los pecadores, dice, deben temblar de espanto. ¿Quién de vosotros podrá habitar en el fuego devorador, en las llamas eternas?"

El profeta Daniel, que vivió doscientos años después de Isaías, dice, hablando de la resurrección final y del juicio: “Y la muchedumbre de aquellos que duermen en el polvo, se despertarán, los unos para la vida eterna, los otros para un oprobio que no acabará nunca”.

Existe igual testimonio de los demás profetas, hasta el precursor del Mesías, San Juan Bautista, el cual habla al pueblo de Jerusalén del fuego eterno del infierno, como de una verdad de todos conocida y de la que nadie jamás ha dudado. Hablando de Cristo que viene, exclama:  "En su mano tiene el bieldo y limpiará su era y recogerá su trigo (los elegidos) en el granero, pero la paja (los pecadores) la arrojará al fuego inextinguible” (Mt 3, 12)

La antigüedad pagana, griega y latina, nos habla igualmente del infierno y de sus terribles castigos, que no tendrán fin. Bajo formas más o menos exactas, según que los pueblos se alejaban más o menos de las tradiciones primitivas y de las enseñanzas de los Patriarcas y Profetas, se encuentra siempre la creencia de un infierno, de un infierno de fuego y de tinieblas.

Tal es el Tártaro de los griegos y de los latinos. “Los impíos que han despreciado las santas leyes, son precipitados en el Tártaro para no salir jamás, y para sufrir allí horribles y eternos tormentos”, dice Sócrates, citado por Platón, discípulo suyo.

Y Platón dice también: “Debe prestarse fe a las antiguas y sagradas tradiciones, que enseñan que después de esta vida el alma será juzgada y castigada severamente, si no ha vivido como convenía”. Aristóteles, Cicerón, Séneca, hablan de las mismas tradiciones, que se pierden en la noche de los tiempos.

Homero y Virgilio las han revestido de los colores de su inmortal poesía. ¿Quién no ha leído la relación de la bajada de Eneas a los infiernos, donde bajo el nombre de Tártaro, de Platón, etc, hallamos las grandes verdades primitivas, desfiguradas, pero conservadas por el Paganismo? Los suplicios de los malos son allí eternos, y uno de ellos está pintado como “fijo, eternamente fijo, en el infierno”


El infierno, Monseñor Segur
Capitán Ryder

¿Por qué el aborto es importante para la izquierda? (José Carlos Rodríguez)


Un grupo de feministas reclama la legalización del aborto en Argentina.

La práctica de matar a los hijos incluso antes de que éstos nazcan no es en absoluto nueva. Lo que es reciente es la creación de un movimiento social que defiende el derecho de los padres, y en particular el de las madres, de practicar un aborto. De hacerlo, además, por consideraciones que van más allá de la salud de la madre, como pueden ser el hecho de que la concepción no haya sido deseada, o de que rompa sus planes vitales, o sus expectativas profesionales o económicas. También se ha defendido como un instrumento ideal para mejorar la sociedad, por medio del control de la natalidad que permitiría bien limitar la población, bien hacerla más perfecta desde el punto de vista racial. Incluso se ha utilizado como medio de protesta por las condiciones laborales.

En la historia de este movimiento se suele citar a la inglesa Marie Stopes, pero ella era una firme defensora del control de la natalidad, pero no del aborto, y prefería buscar alternativas a terminar de manera dramática la llegada de un bebé no deseado. Para ella la alternativa era la prevención por métodos anticonceptivos. Stopes creó la Sociedad para el Control Constructivo de la Natalidad y el Progreso Racial. Al otro lado del Atlántico, Margaret Sanger tenía una posición muy parecida, favorable al control de los nacimientos para la mejora de la raza, pero crítica con el aborto.

Ya a comienzos del siglo pasado, Stella Browne planteó el derecho al aborto, y lo hizo en unos términos que nos resultan familiares. Si la mujer podía acabar con la vida de su hijo antes de que naciera, tendría un control total sobre su cuerpo y su sexualidad. También asumió las teorías de Thomas R. Malthus, según las cuales hay que elegir entre la prosperidad y el crecimiento de la población.

Esos términos, los expuestos por Stella Browne, son los que se han impuesto en el movimiento pro aborto: Liberada de la necesidad de tener que continuar con un embarazo, deseado o no, la mujer tiene más opciones para organizar su vida. Se pone en pie de igualdad con el hombre, cuya vinculación con la persona concebida es menor. Y llegamos así a la nueva sociedad, en la que encajan las expresiones “liberación de la mujer” e “igualdad real entre hombres y mujeres”.

No es casualidad que los primeros éxitos del movimiento pro abortista tuviesen lugar en regímenes totalitarios. En Rusia se legalizó en 1920. En la alemania nacional socialista, en 1938. La URSS fue el primer régimen que impuso el aborto libre y gratuito. Tiene una lógica aplastante, pues en un sistema socialista el control es más fácil cuando la población es menor. Eso lo entendía Lenin perfectamente. No en vano, inició una guerra contra su propio pueblo de un alcance y brutalidad desconocidas para la humanidad hasta entonces, y el objetivo de crear esa maquinaria de exterminio era el control político.
“Si transige con el aborto, la Iglesia pone en peligro todo el dogma. La izquierda lo sabe, y entiende que la religión católica, y en realidad el cristianismo en general, son un obstáculo para sus planes”
Las pretensiones del régimen nazi eran menos ambiciosas, y más en línea con la moral progresista de entonces. Cuando se habla de darwinismo social se suele pensar en William Graham Sumner y “la supervivencia del más apto”, pero el mayor influjo de Darwin en el pensamiento social fue en la izquierda.

Y con un razonamiento en principio atractivo: Todos los animales están sometidos a las leyes de la evolución; todos menos el hombre. El hombre es el único que conoce el ambiente y las condiciones de esa evolución, y que puede cambiarlos. Si lo hace, habrá tomado el control de su propia evolución, y será capaz de crear una sociedad sobre bases nuevas. Y con esas ideas, al servicio del socialismo y de un racismo asumido como científico, el movimiento progresista internacional abrazó la eugenesia como una de las principales palancas del progreso.

La Alemania de los años 30’ y 40’ fue la primera en llevar a cabo esos objetivos a gran escala. Y el aborto era un engranaje imprescindible de esta construcción. Después de la guerra, el gusto por la eugenesia ha decaído mucho, sin llegar a desaparecer. Y los argumentos en favor del aborto siguen las líneas de Stella Browne.

Estos son los términos que ha puesto el movimiento pro aborto sobre la mesa. Lo que yo planteo es cuáles son los motivos por los que esta cuestión es tan importante dentro de la izquierda. Por un lado, la igualdad de resultados es propia de la izquierda. Por otro, autores como Miguel Delibes veían incoherente que la izquierda se postulara como adalid de los desfavorecidos y permitiese el crimen definitivo sobre los seres humanos más indefensos. ¿Dónde hay que buscar el motivo de que sea tan importante para la izquierda?

A mi modo de ver donde hay que mirar es a la Iglesia. La Iglesia siempre defenderá al nonato. No hacerlo supondría desechar la mano divina nada menos que en la concepción de las personas. Si transige con el aborto, la Iglesia pone en peligro todo el dogma. La izquierda lo sabe, y entiende que la religión católica y, en realidad, el cristianismo en general, son un obstáculo para sus planes, porque plantean una visión del hombre radicalmente distinta de la suya.

Por eso tiene que defender al aborto. Porque, y aquí llegamos al núcleo del asunto, el aborto es un instrumento político poderosísimo. Pongámonos en la situación de una mujer que ha abortado, o que ha decidido hacerlo, o incluso que se plantea que tendrá que tomar esa decisión en el futuro. Por un lado tiene a la Iglesia acusándola de acabar con la vida de un ser humano, de una persona en potencia. No hace falta recurrir a palabras como “crimen” para que esa acusación caiga con todo el peso moral que asumimos para otros casos en los que se mata a alguien. Por otro lado, tiene a un movimiento que no sólo le dice que no tiene culpa, sino que utiliza los términos más duros para la Iglesia, y le promete que por ese camino, el de la elección sobre el progreso del embarazo, llegará a la plena realización personal. ¿Qué posición es más fácil de asumir? Y una vez asumida, ¿no será más fácil dejar de lado todo lo que se asocie a la Iglesia y su visión de la vida?

Este es el reto al que se enfrenta la Iglesia. Y, a la vista de lo que ha ocurrido en Irlanda, es un reto difícil de superar.

José Carlos Rodríguez

Construir el futuro sobre la ley divina y natural (Roberto de Mattei)



Hace cuarenta años, ​e​l 22 de mayo de 1978, ​con el nombre de Ley 194 para la interrupción del embarazo, se aprobó en Italia, por parte de una clase dirigente democristiana, el homicidio de Estado en masa.

Digo homicidio porque la ley 194 establece la licitud de eliminar al ser humano inocente en el vientre de su madre. Y homicidio de Estado, porque es un crimen aprobado, organizado y costeado por el Estado italiano. Homicido en masa, porque, según cálculos oficiales, las víctimas del aborto en Italia se aproximan a los seis millones, cantidad superior, con diferencia, al total de las bajas mortales en todas las guerras y catástrofes naturales desde la fundación del Estado italiano (1861) hasta la fecha.

Emma Bonino, que junto con Marco Panella luchó con uñas y dientes por la aprobación de dicha ley, en una videoentrevista concedida el pasado 22 de mayo a La Repubblica, afirmó que la ley 194 «ha funcionado». Como puede funcionar también una guillotina o un horno crematorio, dicho así sin la menor consideración por las víctimas asesinadas. Eso sí –añadió Bonino–, al cabo de cuarenta años es necesario «hacer la revisión técnica», es decir, perfeccionar la ley, porque algo no anda bien.

¿Cuál es el problema? La altísima objeción de conciencia por parte de los médicos, que impide una aplicación plena y concienzuda de la ley.

A Bonino le tiene sin cuidado cuáles sean las razones de dicha objeción de conciencia; lo que le importa es que la ley funcione, que prosiga la carnicería, y por eso fomenta una mayor difusión del aborto farmacológico por medio de la píldora abortiva RU 486, a la cual todavía recurren pocas mujeres. Como tantos abortistas, Emma Bonino, considera evidentemente al niño una excrecencia del cuerpo de la madre; si acaso, admitiendo que se trate de una vida humana lo que se desarrolla a lo largo de nueve meses en el seno materno, hace suya la perspectiva por la que los intereses del Estado, la raza, la clase obrera o el individuo justifican la eliminación de un inocente. 

Esta mentalidad sólo tiene un nombre, digámoslo claro y alto: barbarie

Bonino ni se da cuenta de que algo está cambiando en el mundo, de que ya no son sólo las marchas feministas las que llenan las calles, sino las marchas por la vida como las celebradas el pasado 19 de mayo en Roma y el 20 de mayo en Argentina. La prensa, en general, no hace caso de estos actos, pero no se puede contener una protesta que procede de la ley natural escrita con caracter indelebles en el corazón de todo hombre

Presionado por el movimiento pro vida, en menos de un año el presidente Trump ha hecho en EE.UU. más de lo que hicieron sus precedesores en los últimos treinta años. La propia China comunista, tras el fracaso de la desgraciada política del hijo único, ha decidido que a partir de principios de 2019 se revocarán los límites fijados hasta ahora a los nacimientos.

En Italia se está formando un nuevo gobierno. Es lamentable que el llamado pacto de gobierno los temas importantes como la vida y la familia brillen por su ausencia y sólo se tenga en cuenta el aspecto meramente económico. 

Sin embargo, como señaló Virginia Coda Nunziante, si lo único que se entiende es el lenguaje económico, bastaría para empezar con los 200 a 300 millones del gasto público que se dedican cada año a asesinar a nuestros niños e invertirlos en hacer más rentable, no el negocio del aborto, sino el sistema sanitario nacional. 

Uno de los motivos de la crisis de nuestro país es el desplome demográfico causado por el aborto y la contracepción, fruto a su vez de una cultura hedonista y relativista

No se podrá salir de la crisis si no se invierten los presupuestos de la cultura de la muerte. 

Ése es el mensaje de la Marcha por la Vida y otras iniciativas recientes como las de CitizenGo y Pro Vita Onlus, pero también del empeño de tantos jóvenes, grupos y asociaciones que no se rinden, que siguen adelante y que sustituirán esta Italia actual en descomposición por otra que redescubra la ley divina y natural sobre la que edificar su propio futuro.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

Roberto De Mattei

Noticias varias 29 de mayo de 2018



Infovaticana

Las élites globalistas, exultantes con el resultado del referéndum irlandés

Los que han votado sí al aborto “deberían confesarse” (Ver también en Life Site News)

El sacerdote Hartley Sartorius responde a las calumnias de Jesús Bastante, de Religión Digital


One Peter Five

Irlanda elige la muerte



P. Dwight Longenecker

IRLANDA Y EL FIN DEL CATOLICISMO CULTURAL

Il Settimo Cielo

Últimas noticias desde Santa Marta: hay un complot de los EE.UU. contra el acuerdo entre Roma y Pekín (Sandro Magister)

Infocatólica


Adelante la Fe


Carta abierta a los Diputados argentinos sobre la ley del aborto (Padre Jorge Luis Hidalgo)

Katholisches


La Nuova Bussola Quotidiana

La Iglesia de Milán secuestrado por el encanto del Ramadán

Boletín del Vaticano

Audiencia a la delegación de la Federación Internacional de las Asociaciones de los Médicos Católicos , 28.05.2018

Selección por José Martí