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jueves, 21 de mayo de 2020

Jesús según Josefo: respuesta a objeciones comunes (Flavio Josefo -2)




En un artículo anterior, observamos el testimonio del historiador judío, Josefo, sobre Jesús.

Hoy, vamos a ver en mayor detalle algunas de las objeciones y las respuestas posibles. Antigüedades de Josefo cuenta la historia de los principales sucesos desde el comienzo de la creación hasta la caída del templo de Jerusalén. Cerca del final, Josefo nos cuenta que él lo escribió en el año 93 D.C., a la edad de 56 años.

Algunos académicos modernos sostienen que Josefo se relaciona con el Evangelio según San Lucas en sus trabajos históricos. Algunos dicen que (1) Josefo utilizó a San Lucas, cosa que es probable. (2) Otros afirman que San Lucas utilizó a Josefo, cosa que es casi imposible. (3) Otros dicen que ambos utilizaron una fuente en común. Observamos que el hecho de que Josefo utilizara ya sea a (1) San Lucas directamente, o (2) basándose en una fuente en común ya desaparecida, tal como hizo el evangelista, aumenta la credibilidad histórica de este último.

Sobre Josefo, hay un acuerdo generalizado en tres puntos: (1) Josefo describe la vida, predicación y martirio de San Juan Bautista (alrededor del 32 D.C., un año antes que el de Cristo, como los Evangelios también relatan) bajo el rey Herodes (véase Ant. libro XVIII, cap. 5). (2) Josefo describe a Santiago el apóstol sentenciado a muerte unos 30 años más tarde (cerca del 61 D.C.) (Ant. libro XX. cap. 9) (3) Josefo también describe a Santiago como “el hermano de Jesús, que era llamado Cristo” (ibid.). Varios académicos sostienen que esta breve descripción en el libro 20 presupone una referencia previa a Jesús.

Frente la hipótesis de interpolación en una fecha posterior, (1) tenemos el texto de Josefo citado y con referencia cruzada en cinco autores independientes en tan solo los primeros 500 años después de Nuestro Señor. (2) Contamos con al menos 15 otros autores en los siguientes 1,000 años — es decir, hasta el 1500 D.C. (su autenticidad fue cuestionada primero por Joseph Scaliger, un protestante del siglo XVI, criticado por su enfoque hacia la crítica histórica). (3) La propia tradición del manuscrito hace que todo intento de interpolación resulte fácilmente descubierto (en comparación con otros manuscritos) o virtualmente imposible (porque entonces todos deben ser modificados).

Aquí hay otro santo, Isidoro de Pelucio. San Isidoro, discípulo de Crisóstomo, Lib. IV, Ep. 325:
“Había un Josefo, judío de gran reputación y celoso de la ley; que también parafraseaba el Viejo Testamento con verdad, y actuaba valientemente en favor de los judíos, y había mostrado que su asentamiento era más noble que el que puede describirse con palabras. Ahora, dado que su interés dio lugar a la verdad, porque él no apoyaba la opinión de hombres impíos, considero que es necesario asentar sus palabras. Entonces, ¿qué es lo que él dice? “Por aquel tiempo existió un hombre sabio, llamado Jesús, si es lícito llamarlo hombre, porque realizó grandes milagros y fue maestro de aquellos hombres que aceptan con placer la verdad. Atrajo a muchos judíos y a muchos gentiles: era el Cristo. Delatado por los principales de los judíos, Pilato lo condenó a la crucifixión. Aquellos que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo, porque se les apareció al tercer día resucitado; los profetas habían anunciado éste y mil otros hechos maravillosos acerca de él. Desde entonces hasta la actualidad existe la agrupación de los cristianos”. No puedo dejar de asombrarme enormemente ante el amor de este hombre por la verdad en muchas cosas pero especialmente cuando dice, Jesús “fue maestro de aquellos hombres que aceptan con placer la verdad.”
También contamos con el testimonio del historiador eclesiástico Sozomeno: Historia de la Iglesia, libro I, capítulo 1 (alrededor del 440 D.C.):
“Pero si alguien ignora estos hechos, no es difícil conocerlos leyendo los libros sagrados. Josefo, hijo de Matías, quien también fue sacerdote y muy distinguido entre judíos y romanos, puede ser considerado un notable testigo de la verdad concerniente a Cristo; porque titubea al llamarlo hombre dado que realizó hechos maravillosos, y fue un maestro de doctrinas verdaderas, pero lo llama abiertamente Cristo; que fue condenado a muerte en la cruz, y apareció vivo de nuevo al tercer día. Ni tampoco ignoraba Josefo las otras numerosas predicciones sobre el Cristo realizadas con anterioridad por los santos profetas. Asevera además que Cristo atrajo a muchos griegos y judíos que no dejaron de amarlo, y que las personas que llevaban su nombre no desaparecieron. Me parece que al narrar estas cosas, solo le faltó proclamar que Cristo, comparando sus obras, es Dios. Como afectado por el milagro, corrió y se quedó a mitad de camino, sin embestir contra quienes creían en Jesús sino antes bien, coincidiendo con ellos.”
Es extremadamente significativo, como lo señalan San Isidoro y Sozomen, que Josefo no calumniara a los cristianos, cosa que podría haber hecho fácilmente de haberlo querido. Habiendo descrito con tanto detalle a (1) San Juan Bautista, (2) el rey Herodes, (3) Poncio Pilato, y (4) Santiago de Jerusalén, era solo de esperar que dijera algo sobre Nuestro Señor Jesús y los cristianos del primer siglo, dado que describe tan bien los sucesos del primer siglo en Jerusalén. Por eso es muy llamativo que Josefo no dijera nada, como “su líder no realizó los milagros que decían que había hecho,” sino que admite con recelo que los hechos realizados por Cristo y reportados por los cristianos sí tuvieron lugar.

Recapitulando, hemos visto cinco autoridades en los primeros 500 años D.C.: los santos, concretamente (1) San Ambrosio, (2) San Jerónimo, (3) San Isidoro y los historiadores eclesiásticos, (4) el obispo Eusebio, y (5) Sozomen. Una revisión de las obras referenciadas mostrarán 15 más en los primeros 1.500 años.

Hay tres posibilidades: (1) una completa interpolación, (2) una interpolación parcial, (3) ninguna interpolación. Consideremos seriamente qué posibilidad es la mejor respaldada por la evidencia.

Cuestión/Objeción I: ¿No es probable que la referencia a Jesús haya sido completamente interpolada?

No. ¿Resulta creíble que un hipotético interpolador posterior, suponiendo que tuviese motivos para interpolar (en un tiempo en que nadie cuestionaba la historicidad de Jesús), habría podido hacerlo?

Consideremos la enorme tarea ante esta hipótesis individual: en primer lugar, hubiera tenido que buscar e interpolar en forma idéntica cada uno de los Padres en que la cita de Josefo fue utilizada y, luego, buscar e interpolar cada uno de los textos de Josefo en todos los manuscritos existentes.

Y eso es solo el comienzo. Hubiera tenido que dominar el estilo de Josefo y utilizar expresiones como “sabio”, “tribu de cristianos”, etc. que los eruditos de hoy reconocen como de Josefo, y luego hubiera tenido que dominar el estilo de aquellos Padres, y luego astutamente interpolarlos en todas las citas que hacen de Josefo, y de alguna manera adaptar los argumentos circundantes.

Supongamos que hay un 10% de probabilidad de que un texto de los antiguos Padres haya sido interpolado exitosamente en todas las copias existentes. P(Int)=0,1. ¿Cuál sería entonces la probabilidad de que más de cinco santos e historiadores de la Iglesia hubieran visto sus escritos alterados? Sería del 0,00001.

Cuestión/Objeción II: ¿Es probable que la referencia a Jesús se encuentre solo parcialmente interpolada?

Es menos improbable, pero aún improbable. En este caso tampoco se haya superada la dificultad antes mencionada.

Si decimos que la interpolación pudo no haber tenido lugar durante los primeros 500 años, pero tuvo lugar entre el 500 y 1500 D.C., y que había un 20% de probabilidad de que un único escritor haya visto sus escritos alterados, la probabilidad de semejante alteración sería de 0.2^10 = 0,0000001024.

Entonces, tenemos Prob (interp. antes de los 500 años) = 1/100.000; Prob (interp. entre el 500 y el 1500) = 1,024/10^7.

Eso ya torna extremadamente improbable la hipótesis de la interpolación, dado el testimonio del texto de Josefo en múltiples fuentes tempranas independientes. La probabilidad de que no haya habido interpolación es de casi 1.

Los manuscritos de Josefo pueden ser comparados al de Tácito (un historiador romano del primer siglo, quien también mencionó que Cristo, el líder de los cristianos, había sido crucificado bajo Pilato pero no mencionó Su resurrección).

Casi nadie duda de la autenticidad de los pasajes de Tácito. Y los manuscritos de Josefo son anteriores. En verdad ni siquiera necesitamos los manuscritos para completar el caso, por las citas independientes de Josefo en otros autores antiguos. Pero si alguno quiere compararlos, (1) los manuscritos de Josefo son superiores en calidad que los de Tácito, (2) casi nadie duda de los manuscritos de Tácito, y por lo tanto (3) los manuscritos de Josefo no debieran ponerse en duda sobre esa base. Hay manuscritos de Josefo en griego y latín, árabe, sirio y eslavo.

En cuanto a si Josefo fue un discípulo de Jesús o no — vemos en el Evangelio que algunos dudan de confesar abiertamente a Cristo, haciéndolo en secreto. Por ejemplo, está el fariseo Nicodemo y, entre otros, hasta José de Arimatea (véase Jn. 3:1–2; 7:13; 19:38; etc).

En los Reconocimientos del papa San Clemente de Roma, él lega la tradición de que incluso el rabino Gamaliel era un discípulo de Jesús, pero en secreto — “Gamaliel, quien, como hemos dicho, era de los nuestros pero, por una dispensa, permaneció entre ellos” (Reconocimientos, capítulo 66). Ahora bien, si releemos Hechos 5:34–39 y la amenazante advertencia, “no sea que os halléis peleando contra Dios,” podríamos entender que en este pasaje se encuentra implícita una confesión de que Jesús era Dios.

Entonces, es posible que Josefo también fuera un discípulo de Jesús en secreto pero que no se uniera abiertamente a los cristianos. Algunos de los antiguos Padres y santos se contentan con decir que Josefo era un amante de la Verdad.

Nos despedimos de nuestros lectores y de este asunto con esta consideración final:
“Si bien aquí Josefo no planeó declararse abiertamente cristiano, él no podría haber creído todo lo que asevera sobre Jesucristo a menos que fuera cristiano como lo eran los judíos nazarenos, o ebionitas, quienes creían que Jesús el nazareno era el verdadero Mesías, sin creer que era más que un hombre, y que también creían en la necesidad de observar la ley ceremonial de Moisés para la salvación de todos los hombres; los dos puntos principales de la fe de esos judíos cristianos, si bien en oposición a los apóstoles de Jesucristo durante el primer siglo y en oposición a toda la Iglesia Católica de Cristo en los siglos subsiguientes. Pareciera entonces que Josefo era, en su propia mente y consciencia, tan solo un nazareno o un judío ebionita cristiano; y se puede observar que todo su testimonio y todo lo que dice de Juan el Bautista y de Santiago, así como su absoluto silencio acerca del resto de los apóstoles concuerdan con él bajo aquel personaje, y no otro. Todos sabemos que los miles de judíos que creían en Cristo (Hechos 21,20.) en el primer siglo eran celosos de la ley ceremonial; y en consecuencia, si existiera una razón para pensar que nuestro Josefo era, en cierto sentido, creyente o cristiano, en cuanto a esto hay grandes testimonios, todos estos y todas las demás razones no hacen más que conspirar para asegurarnos que no era más que un nazareno o cristiano ebionita.”

Nishant Xavier 

Traducido por Marilina Manteiga. 

La prueba histórica de la Resurrección que menos agrada a los secularistas (Flavio Josefo - 1)




Una de las pruebas irrefutables de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, que incluso aun los no cristianos más serios se ven forzados a admitir, es el testimonio de Flavio Josefo, historiador judío del siglo primero y testigo ocular del extraordinario cumplimiento de las profecías de Nuestro Salvador referentes a la destrucción de Jerusalén en el año 70 A.C

El Arzobispo Eusebio encomia a Josefo por la exactitud de su informe que tan admirablemente concuerda con la Escritura. Para los santos y para nosotros, el testimonio de historiadores cristianos de la altura de San Mateo, San Marcos, San Juan, etc., es infinitamente superior al de cualquier historiador judío o pagano, antiguo o moderno, pero es importante saber que, para los secularistas contemporáneos, Josefo es casi como una biblia secular en lo que a la historia de los acontecimientos del siglo primero se refiere. Cabe imaginar, entonces, ¡cuán conmocionados deben estar al encontrarse frente a este testimonio claro y explícito acerca de la Resurrección de Jesús en las Antigüedades de Josefo!

Flavio Josefo, Antigüedades XVIII, Capítulo III, Párr.3:
“Ahora, había por aquel tiempo un hombre sabio, Jesús, si fuera apropiado llamarlo hombre. Por cuanto era un hacedor de obras extraordinarias; un maestro para aquellos hombres que acogen la verdad con complacencia. Él atrajo hacia sí muchos judíos y gentiles. Él era [el] Cristo. Y cuando Pilatos a sugerencia de las figuras más relevantes entre nosotros, lo condenó a la cruz; aquellos que lo habían amado desde el principio no lo abandonaron. Y él se les apareció vivo nuevamente, al tercer día: tal y como los divinos profetas habían anunciado sobre éstas y miles de otras cosas increíbles acerca de él. Y la tribu de los cristianos, así llamados en su nombre, perdura hasta hoy.”
1.- Este testimonio histórico da fe de todos los hechos más resaltantes de la vida de Nuestro Señor Jesucristo: su sabiduría divina, sus asombrosos milagros, su elevada doctrina, su poderosa predicación que atraía a hombres y mujeres de todas las razas y culturas, su crucifixión bajo Pilatos y su gloriosa resurrección conforme a lo que los grandes profetas de Israel habían escrito. Igualmente, muestra que todo esto era conocido de manera prácticamente universal entre los judíos de su tiempo, incluso entre aquellos que eran hostiles o indiferentes al Evangelio.

2.- El testimonio es tan evidentemente de Josefo, que coloca a todos los críticos seculares ante dificultades insuperables; no les queda más remedio que alegar desesperadamente que se trata de un engaño a los fines de poder mantener su secularismo. Pero esto resulta ser solo una pretensión absurda y ridícula. El pasaje en cuestión se ajusta perfectamente a todo lo que conocemos del estilo y vocabulario de Josefo que se caracteriza por expresiones únicas y propias tales como “tribu de cristianos” y el llamar a Jesús “un hombre sabio”, etc., cosa que no ocurre en ninguna otra parte. Más aun, como bien señala E.C., todos los códices o manuscritos de la obra de Josefo contienen el texto en referencia; para poder sostener el carácter espurio del texto habría que suponer que todas las copias de Josefo se encontraban en manos de los cristianos, y habían sido modificadas de la misma manera”

3. Su autenticidad se dio por universalmente descontada durante siglos. Tomado del mismo artículo de E.C., “Tercero, Eusebio (” Hist. Eccl “., I, xi; cf.” Dem. Ev. “, III, v) Sozomen (Historia de la Iglesia I.1), Niceph. (Hist. Eccl., I, 39), Isidoro del Pelusio (Ep. IV, 225), San Jerónimo (catal.script. Eccles. Xiii), Ambrosio, Casiodoro, apelan al testimonio de Josefo; no debe haber existido duda alguna acerca de su autenticidad en la época de estos ilustres escritores”.

Podemos notar que Josefo, al igual que Gamaliel y otros, probablemente se contentó con trabajar discretamente dentro de la sinagoga -entre otras posibles explicaciones de por que no se había bautizado. Sea lo que fuere, este claro testimonio proveniente de un historiador considerado universalmente como digno de credibilidad es una prueba convincente de que los judíos del tiempo de Jesús estaban bien familiarizados con el hecho de su Resurrección.

De manera análoga a lo que ocurre con la Sabana Santa de Turín, y los 500 testigos de la Resurrección, así como las vidas heroicas y martirios de los Santos Apóstoles quienes sellaron y confirmaron con su propia sangre, su testimonio en cuanto a Jesús y su Resurrección, ¡El Testimonio Flaviano como se le llama, aporta una prueba creíble, nada desdeñable de la Resurrección! Debe, por tanto, ser objeto de atención de todo investigador serio del cristianismo.

Algunos de los primeros cristianos sabían que Josefo creía en Cristo y, en tal sentido, este historiador era visto con mucho respeto. Su conversión, al igual que la del Rabino Gamaliel, debe ser otro claro llamado a los no cristianos a creer en Jesús y ser salvos. Debe igualmente confirmar a los que vacilan en la Fe. Y debe consolar a los fieles de que Dios, el Señor al que servimos, ha hecho y puede realizar cosas increíbles.

San Jerónimo:
“Josefo, el hijo de Matías, sacerdote de Jerusalén fue hecho prisionero por Vespasiano y su hijo Tito, y desterrado. Al venir a Roma, presentó a los emperadores, padre e hijo, siete libros Sobre el cautiverio de los judíos, los cuales fueron depositados en el Biblioteca Pública y, en razón de su genio, se le consideró digno de una estatua en Roma. Adicionalmente, escribió veinte libros acerca de las Antigüedades, desde el inicio del mundo hasta el decimocuarto año de Domiciano César, y dos Antigüedades contra Appion, el filólogo de Alejandría quien bajo Calígula fue enviado como delegado por parte de los gentiles contra Filón; también escribió un libro que contiene una vituperación de la nación judía. Otro de sus libros titulado Sobre toda sabiduría dominante, en el que relata la muerte de los macabeos por martirio, es altamente apreciado. En el octavo libro de sus Antigüedades, reconoce abiertamente que Cristo fue asesinado por los fariseos a causa de la grandeza de sus milagros, que Juan el Bautista fue verdaderamente un profeta y que Jerusalén fue destruida debido al asesinato del Apóstol Santiago. Igualmente señala con relación al Señor lo siguiente: “En estos tiempos estaba Jesús, un hombre sabio, si en verdad fuera legítimo llamarlo hombre. Por cuanto era un hacedor de milagros maravillosos, y un maestro de aquellos que libremente acogen la verdad. Tenía además muchos seguidores, tanto judíos como gentiles y se creía era el Cristo, y cuando instigado por la envidia de nuestros principales Pilatos lo crucificó. Sin embargo, aquellos que desde el principio lo amaron continuaron así hasta el final, pues él se les apareció vivo al tercer día. Muchas cosas, éstas y otras extraordinarias, se hallan en los cánticos de los profetas quienes profetizaron acerca de él y la secta de los cristianos, así llamados en su nombre, la cual persiste hasta nuestros días”.
El gran doctor que nos dio nuestra Biblia Latina Vulgata explica que Josefo claramente testifica acerca de estas cosas como incontrovertibles.

Y San Ambrosio:
“Los propios judíos también dan testimonio de Jesús, como se ve en Josefo, el escritor de su historia, quien afirma lo siguiente: “Había en aquel tiempo un hombre sabio, si (al hablar de él) fuera correcto darle el nombre de hombre, pues era un hacedor de obras extraordinarias, quien se apareció a sus discípulos al tercer día de su muerte, vivo otra vez, conforme a los escritos de los profetas, quienes anunciaron estos e innumerables otros acontecimientos milagrosos acerca de él: gracias a los cuales comenzó la congregación de los cristianos, y sin embargo, él -Josefo- no era un creyente a causa de la dureza de su corazón y su intención prejuiciosa. Empero, no fue por sus prejuicios contra la verdad por lo que no era un creyente, lo que le añade mayor peso a su testimonio, pues a pesar de su reticencia y de no ser creyente, esto debe ser verdad, ya que nunca lo negó”.
Aquí el santo obispo de Milán pone de relieve que los hechos más importantes de la vida de Cristo, incluido su ministerio público y sus milagros, su vida y su Evangelio, su muerte y crucifixión, su entierro y su resurrección eran tan conocidos como para ser innegables incluso para aquellos que no confesaban abiertamente a Cristo. Si los no cristianos decían que Josefo no era cristiano, esto solo le agrega mayor peso a su testimonio. Si ellos aseveraban que él se había hecho cristiano, entonces, ellos debían haber hecho lo mismo.

En consecuencia, aquellos escépticos modernos, que conscientes de la gran credibilidad de la que goza Josefo encuentran, no obstante, que su testimonio es inexplicable a causa de su prejuicio a priori contra el cristianismo, merced a la ayuda de la gracia, deben llegar a la realización de que este testimonio es absolutamente cierto. Jesucristo es verdaderamente el Mesías prometido, y Él realmente murió bajo Poncio Pilatos en Nisan 14, 33 A.D. y resucitó al tercer día de entre los muertos.

Finalmente, dos santos doctores explican por qué el hecho de la Resurrección es tan incuestionable que, así como la existencia de Dios se puede conocer por sus efectos en la creación, de igual modo, la resurrección del Señor, que es la Nueva Creación, se puede conocer a través de sus efectos en la historia, en la vida de los apóstoles y en aquellos que se convirtieron.

San Crisostomo:
“Por esta razón, es decir, por los Milagros [hechos por los Apóstoles] Él pone de manifiesto la evidencia de Su Resurrección de manera inequívoca, para que no solo los hombres de aquellos tiempos -que es lo que resulta de las pruebas presenciales- sino también los hombres de la posteridad puedan tener la certeza del hecho de que ÉL resucitó. Partiendo de esta base podemos también discutir con los no creyentes. Pues si Él no resucitó, sino que continúa estando muerto, ¿cómo pudieron los Apóstoles llevar a cabo milagros en Su nombre? ¿Pero ellos no hicieron milagros, pueden alegar? ¿Como, entonces se instituyó nuestra religión? Por cuanto esto, ciertamente, no se puede negar o impugnar porque lo vemos con nuestros ojos: así, pues cuando dicen que no hubo milagros, se infligen a sí mismos una puñalada aún peor. ¡Qué mayor milagro que éste, que sin que mediase milagro alguno, el mundo entero haya caído con entusiasmo en las redes de doce pobres e ignorantes hombres!” 
Santo Tomás de Aquino, en la Summa Contra Gentiles, escribió:
La sabiduría divina que conoce todas las cosas en su plenitud se ha dignado revelar estos sus secretos a los hombres, y como prueba de ello ha mostrado obras que trascienden la competencia de todos los poderes naturales, en la cura maravillosa de enfermedades, en la resurrección de los muertos y, lo que es aún más extraordinario, en inspiraciones tales de la mente humana que personas simples e ignorantes, llenas del don del Espíritu Santo, han alcanzado en un instante cimas de sabiduría y elocuencia. Como resultado de lo anterior, sin que medie la violencia de las armas, sin promesa alguna de placeres y, lo que es más extraordinario, en medio de la violencia de los perseguidores, una incontable multitud de hombres, sin educación a la par que muy sabios, se han congregado en la Fe CRISTIANA, en donde se predican doctrinas que trascienden todo conocimiento humano, en la que se refrenan los placeres de los sentidos y en la que se enseña un desprecio por todas las posesiones mundanas. Que las mentes mortales den su consentimiento a tales enseñanzas es el mayor milagro de todos y una obra manifiesta de la inspiración divina que conduce a los hombres a despreciar lo visible y a desear únicamente los bienes invisibles. Esto no ha ocurrido de repente o por casualidad, sino gracias a una disposición divina plasmada en el hecho de que Dios predijo que pretendía hacer esto, a través de los oráculos de Sus Profetas. Los libros de esos profetas son aún venerados entre nosotros y dan testimonio de nuestra fe. Este argumento es abordado en el texto: “La salvación anunciada por el Señor, nos fue luego confirmada por quienes la oyeron, testificando también Dios con señales y prodigios, con toda suerte de milagros y dones del Espíritu Santo repartidos según su voluntad” (Heb. ii, 3, 4).
Esta conversión tan extraordinaria del mundo a la Fe Cristiana es indiscutiblemente un signo de milagros pasados, que no necesitan ser repetidos, dado que se hacen evidentes en sus efectos. Sería un portento mayor todavía que todos los otros milagros, si careciendo de estos signos extraordinarios el mundo hubiera sido inducido por hombres simples y de humilde cuna a creer en verdades tan arduas, a realizar obras muy difíciles, a esperar por una recompensa tan alta. Y sin embargo, aun en nuestros tiempos, Dios no cesa de obrar milagros a través de Sus santos para la confirmación de la Fe.

Nishant Xavier

(Traducido por María Calvani. Artículo original)

"El hombre sin Dios se mata a si mismo" - Padre Gabriel Benedicto


Duración 12:08 minutos

Monseñor Schneider & Dr Marshall - Teología y Liturgia - Parte 3


Duración 19:25 minutos

Monseñor Schneider & Dr Marshall - Teología y Liturgia - Parte 2


Duración 20:11 minutos

Vídeo abierto a la Ministra Celaá


Duración 7:31 minutos

San Bernardino de Siena, Predicador



San Bernardino fue el más famoso predicador del 1400 y sus sermones sirvieron de modelos de predicación para muchos oradores en los siglos siguientes.

Nació cerca de Siena en Italia en el año 1380. Su padre era gobernador. El niño quedó huérfano de padre y madre a los siete años. Dos tías se encargaron de su educación y lograron formarlo lo mejor posible en ciencias religiosas y darle una educación muy completa. Sus estudios de bachillerato los hizo con tal dedicación que obtuvo las mejores notas.

Era muy simpático en el trato y las gentes gozaban en su compañía. Pero cuando oía a alguien que empleaba un vocabulario grosero y atrevido le corregía con toda valentía, para que abandonara esa mala costumbre.

Era muy bien parecido y un día un compañero lo incitó a cometer una acción impura. Bernardino le respondió dándole una sonora bofetada. Otro día un estudiante invitó a los compañeros del curso a cometer impurezas y Bernardino los animó a todos contra el impuro y le lanzaron barro y basura por la cara hasta hacerlo salir huyendo. Pero en el resto de su vida Bernardino fue siempre un modelo de amabilidad y bondad.

De joven se afilió a una asociación piadosa llamada "Devotos de Nuestra Señora" que se dedicaba a hacer obras de caridad con los más necesitados. Y sucedió que en el año 1400 estalló en Siena la epidemia de tifo negro. Cada día morían centenares de personas y ya nadie se atrevía a atender los enfermos ni a sepultar a los muertos, por temor a contagiarse. Entonces Bernardino y sus compañeros de la asociación se dedicaron a atender a los apestados. Trabajaban de día y de noche. Bernardino preparaba muy bien a los que ya se iban a morir, para que murieran en paz con Dios y bien arrepentidos de sus pecados. Y como por milagro, este grupo de jóvenes se libró del contagio de la peste del tifo. Pero cuando pasó la enfermedad, Bernardino estaba tan débil y sin alientos, que estuvo por varios meses postrado en cama, con alta fiebre. Esto le disminuyó mucho las fuerzas de su cuerpo, pero le sirvió enormemente para aumentar la santidad de su alma.

Cuando ya recobró otra vez su salud, de vez en cuando se alejaba de casa y a quienes le preguntaba a dónde se dirigía les respondía: "Voy a visitar a una personita de la cual estoy enamorado". La gente creía que era que se iba a casar, pero un día sus tías le siguieron los pasos y se dieron cuenta de que se iba a una ermita donde había una estatua de la Virgen Santísima y allí le rezaba con gran fervor.

En el año 1402 entró de religioso franciscano. Lo recibieron en un convento cercano a su familia, pero como allí iban muchos amigos a visitarlo pidió que lo enviaran a otro más alejado y donde la disciplina era muy rígida, y así en el silencio, la oración y la mortificación se fue santificando.

Nuestro santo nació el día de la fiesta del nacimiento de la Santísima Virgen, el 8 de septiembre. Y en esa misma fecha recibió el bautismo. Y también un 8 de septiembre recibió el hábito de franciscano y en ese gran día de la Natividad de Nuestra Señora recibió la ordenación sacerdotal (en 1404). Fue pues siempre para él muy grata y muy significativa esta santa fecha.

Los primeros 12 años de sacerdocio los pasó Bernardino casi sin ser conocido de nadie. Vivía retirado, dedicado al estudio y la oración. Dios lo estaba preparando para su futura misión.

Ni la voz ni las cualidades oratorias le ayudaban a Bernardino para tener éxito en la predicación. Entonces se dedicó a pedir a Nuestro Señor y a la Sma. Virgen que lo capacitaran para dedicarse a evangelizar con éxito y de pronto Dios le envió a predicar. Y esto sucedió de un modo bien singular. Durante tres días seguidos, estando rezando todos los religiosos por la mañana, de pronto un joven novicio, sin poder contenerse, interrumpió la oración y le dijo: "Hermano Bernardino: no ocultes más las cualidades que Dios te ha dado. Vete a Milán a predicar". Iguales palabras le fueron dichas cada uno de los tres días. Todos consideraron que esto era una manifestación de la voluntad de Dios y le aconsejaron que se fuera a la gran ciudad a predicar la Cuaresma. Y los éxitos fueron impresionantes. Las multitudes empezaron a asistir en inmensas cantidades a sus sermones. Al principio le costaba mucho hacerse oír a lo lejos pero le pidió con toda fe a la Virgen Santísima y Ella le concedió una voz potente y muy sonora (en vez de la voz débil y desagradable que antes tenía).

Y desde 1418 hasta su muerte, por 26 años Bernardino recorre pueblos, ciudades y campos predicando de una manera que antes la gente no había escuchado. Se levantaba a las 4 de la mañana y durante horas y horas preparaba sus sermones. Y el efecto de cada predicación era un entusiasmarse todos por Jesucristo y una gran conversión de pecadores. Muchísimos terminaban llorando de arrepentimiento al escuchar sus palabras. Cuando su voz potentísima gritaba en medio de la silenciosa multitud: "Temblad tierra entera, al ver que la criatura se ha atrevido a ofender a su Creador", a las gentes les parecía que el piso se movía debajo de sus pies y empezaban a llorar con gran arrepentimiento. Casi siempre tenía que predicar en las plazas y campos porque en los templos no cabía la gente que deseaba escucharle.

Recorrió todo su país (Italia) a pie, predicando. Cada día predicaba bastantes horas y varios sermones. A todos y siempre les recomendaba que se arrepintieran de sus pecados y que hicieran penitencia por su vida mala pasada. Atacaba sin compasión los vicios y las malas costumbres e invitaba con gran vehemencia a tener un intenso amor a Jesucristo y la Virgen María.

Por todas partes llevaba y repartía un estandarte con estas tres letras: JHS (Jesús, Hombre, Salvador) e invitaba a sus oyentes a sentir un gran cariño por el nombre de Jesús. Donde quiera que San Bernardino predicaba, quedaban muchos estandartes en palacios y casas con sus tres letras: JHS.

En Polonia predicó contra los juegos de azar y las gentes quemaron todos los juegos de azar que tenían. Un fabricante de naipes se quejó con el santo diciéndole que lo había dejado en la ruina, y él aconsejó: "Ahora dedíquese a imprimir estampas de Jesús". Así lo hizo y consiguió más dinero que el que había logrado conseguir imprimiendo cartas de naipe.

Los envidiosos lo acusaron ante el Papa diciendo que Bernardino recomendaba supersticiones. El Papa le prohibió predicar, pero luego lo invitó a Roma y lo examinó delante de los cardenales y quedó tan conmovido el Sumo Pontífice al oírle sus predicaciones, que le dio orden para que pudiera predicar por todas partes.

Durante 80 días predicó en Roma e hizo allí 114 sermones con enorme éxito.

El Papa quiso nombrarlo arzobispo, pero el santo no se atrevió a aceptar. Entonces lo nombraron superior de los franciscanos, porque era el que más vocaciones había conseguido para esa comunidad.

Cuando Bernardino entró en la comunidad de franciscanos observantes, solamente había en Italia 300 de estos religiosos. Cuando él murió ya había más de 4,000.

Los grandes sacrificios que tenía que hacer para predicar tantas veces y en tan distintos sitios, y los muchos ayunos y penitencias que hacía, lo fueron debilitando notoriamente. En su rostro se notaba que era un verdadero penitente, pero esta misma apariencia de austero y mortificado, le atraía más la admiración de las gentes. El único lujo que aceptó en sus últimos años, fue el de un borriquillo, para no tener que hacer a pie todos sus largos viajes.

Era tal su deseo de progresar en el arte de la elocuencia y del buen predicar, que donde quiera que sabía que había un buen predicador, se iba a escucharlo y aún ya lleno de años, se sentaba como simple discípulo para escuchar las clases de los maestros afamados que enseñaban cómo hablar bien en público.

Y acompañaba sus predicaciones con admirables milagros y prodigios.

En su ciudad natal, Siena, había muchas divisiones y peleas. Se fue allá y predicó 45 sermones que devolvieron la paz a toda esa región. Uno de los oyentes logró copiar esos sermones y se conservan como una verdadera joya de la elocuencia sagrada, donde se combinan la teología con los consejos prácticos y la agradabilidad con la profundidad. Verdaderamente Bernardino era un gran maestro de oratoria.

En 1444, mientras viajaba por los pueblos predicando, con muy poca salud pero con un inmenso entusiasmo, se sintió muy débil y al llegar al convento de los franciscanos en Aquila, murió santamente el 20 de mayo.

En su sepulcro se obraron numerosos milagros y el Papa Nicolás V ante la petición de todo el pueblo, lo declaró santo en 1450 a los 6 años de haber muerto.
 

miércoles, 20 de mayo de 2020

NOTICIAS VARIAS 20 de mayo de 2020


El presidente de la Asociación de Médicos Católicos dice que la comunión en la mano es más contagiosa que la comunión en la lengua



(The Eponymous Flower)- 

“El problema que nos preocupa a todos, y en primer lugar a los médicos, es la difusión del virus. Lo que es seguro es que las manos son la parte del cuerpo más expuesta a los virus, porque lo tocan todo, desde objetos infectados a dinero. Hay personas obsesionadas con la idea de contagiarse y enfermar. Me gustaría contar una anécdota sobre esto: Al principio de mi carrera, un médico, compañero de trabajo, me pasó una pluma estilográfica muy elegante para que firmara un certificado. No quiso que se la devolviera porque yo la había tocado, y me la regaló. Como la situación me dejó incómodo, le compré una pluma estilográfica pero no la quiso, porque seguramente muchos la habrían tocado antes que yo. El resultado es que ahora tengo dos plumas estilográficas muy elegantes. Este médico contrajo un virus y murió, tal vez porque le faltaban anticuerpos”.

“La comunión en la lengua es más segura que la comunión en la mano. Como he dicho, las manos lo tocan todo, por lo que, definitivamente, es más contagiosa. En África he operado en carreteras polvorientas y al aire libre, en condiciones nada favorables, pero nadie enfermó. No era un riesgo para la gente”.

“Sí, he leído sobre las pincitas. Y también sobre la propuesta de distribuir la hostia consagrada en pequeños sobres para llevar. En serio, después de la gripe española, la gente siguió recibiendo la comunión en la lengua y nada cambió. Creo que estamos perdiendo el sentido común. No deberíamos estar defendiendo ciertas cosas. Sí, la salud es importante, es obvio, pero no hay que exagerar ni perder la razón. Como médico, estoy convencido que la comunión en la mano es menos higiénica y, por consiguiente, menos segura que la comunión en la lengua. Además, ¿no se nos está diciendo a diario que no toquemos nada, que nos lavemos las manos, que nos desinfectemos, que no nos toquemos el rostro, los ojos, la nariz? Tenemos que seguir algunas reglas sanitarias básicas y necesarias. No debemos tener miedo, ni debemos especular y, menos aún, perseguir intereses comerciales”.

“La fragilidad siempre ha acompañado la última etapa de nuestra vida, en la que la salud es más vulnerable. No quiero someter a un proceso judicial el tratamiento de los pacientes. Si tuviera que hacer alguna crítica, la dirigiría a las familias. Muchas de las personas fallecidas han muerto en residencias. En muchos casos, las familias han abandonado a sus seres queridos en ellas. Mi pregunta es: ¿por qué no han dejado que su ser querido se quedara con ellos, en su casa? A una cierta edad, las personas necesitan humanidad más que tratamientos. Por desgracia, hay una tendencia a externalizar y hospitalizar. Al hacerlo, hemos esterilizado y estandarizado los ritos de transición, pero deshumanizándolos y, por tanto, perdiendo la idea de compasión, de pietas, en el sentido verdadero del término”.

Publicado en The Eponymous Flower.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

martes, 19 de mayo de 2020

El Vaticano promueve la apostasía y una religión global



“En comunión con el Papa Francisco[1], la Conferencia Episcopal Argentina hace suya e invita cordialmente a unirse a Líderes y Comunidades Religiosas presentes en nuestro país, a la Oración por la Humanidad a realizarse el próximo 14 de mayo.”

Así reza el comunicado[2] de la Conferencia Episcopal Argentina del 5 de mayo relativo a la invitación de Francisco a unirse a la propuesta[3] efectuada por el Alto Comité para la Fraternidad Humana[4] de dedicar esa jornada a la oración y al ayuno, a fin de que Dios ponga un término a la “pandemia”[5] que supuestamente azota a la humanidad. El comunicado cita el mensaje de Francisco[6]:
“He aceptado la propuesta del Alto Comité para la Fraternidad Humana para que el próximo 14 de mayo creyentes de todas las religiones se unan espiritualmente en un día de oración, ayuno y obras de caridad para implorar a Dios que ayude a la humanidad a superar la pandemia del coronavirus.”
Al decir que “acepta” la propuesta del “Alto Comité”, Bergoglio nos toma por tontos. Expliquémonos. ¿Qué es ese “Alto Comité”? Es un organismo formado[7] en agosto de 2019, a instancias de Francisco y del Gran Imán Ahmed Al-Tayeb, para promover los objetivos contenidos en el Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado por ambos en febrero de 2019 en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, y presidido por el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.

La misión de dicho “Comité” es la de implementar la nueva religión global de la “Fraternidad Humana” concebida por Bergoglio, quien utiliza hábilmente al Gran Imán como partenaire para despistar un poco, evitando que la atención se focalice exclusivamente en él y en el Vaticano. Y por cierto, qué mejor que un miembro de la numerosa y acaudalada comunidad islámica para empezar a reclutar “creyentes” de otras “tradiciones religiosas”, y dar así visos de credibilidad y de legitimidad a su plan de religión global.

En dicho documento[8] puede leerse lo siguiente: “El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos.” Lo cual es no solamente falso, sino, sobre todo, herético y blasfematorio.[9]

Poco tiempo después, el 5 de septiembre, en Maputo, capital de Mozambique, con motivo de un encuentro interreligioso, Francisco repetiría la misma blasfemia:
“Gracias por estar presentes las distintas confesiones religiosas. Gracias por animaros a vivir el desafío de la paz y a celebrarla hoy juntos como familia; también a aquellos que sin ser parte de alguna tradición religiosa estáis participando. Es hacer la experiencia de que todos somos necesarios, con nuestras diferencias, pero necesarios. Nuestras diferencias son necesarias.”[10]
El “Alto Comité” tuvo su primera reunión oficial en Nueva York, en septiembre del año pasado. Cito la página web del organismo:

“El 20 de septiembre de 2019, los miembros del Comité Superior de Fraternidad Humana se reunieron con líderes religiosos, políticos y sociales para comenzar nuestro viaje interreligioso hacia un futuro más pacífico para todos. Esta Celebración de la Fraternidad Humana se centró en la curiosidad y el diálogo como un medio para promover la aceptación y la tolerancia entre las personas de buena voluntad con diferentes creencias, culturas y tradiciones. Este evento fue sólo la primera Celebración de la Fraternidad Humana. A medida que el Comité Superior de Fraternidad Humana continúe su trabajo para realizar las aspiraciones del Documento sobre Fraternidad Humana, los eventos y actividades futuras involucrarán a líderes y audiencias adicionales en todo el mundo.”[11]

Veamos ahora lo que dice el “Alto Comité” -es decir, Bergoglio, a través de su paje, el cardenal Ayuso- en su “Llamamiento a la oración” del 2 de mayo:
“Para alcanzar los objetivos del Documento de Fraternidad Humana, el Comité Supremo propone el próximo jueves 14 de mayo, como un día de oración y súplica por la humanidad. El Comité llama a todos los líderes religiosos y personas de todo el mundo a responder a este llamamiento humanitario y acudir al Todopoderoso con una sola voz para preservar a la humanidad, ayudarla a superar la pandemia y restablecer la seguridad, la estabilidad, la salud y el desarrollo, para hacer nuestro mundo, después de la finalización de esta pandemia, más humano y fraterno que nunca.”[12]
En cuanto al fondo, la idea subyacente es la misma de Juan Pablo II al convocar las “Jornadas interreligiosas de Asís”, esto es, que todas las “religiones”, de suyo, son medios válidos y eficaces para dirigirse a Dios, puesto que el “Espíritu” obra en ellas.

Para ilustrar esto, cito lo que dijo en su Audiencia General del 9 de septiembre de 1998:
“De esta apertura primordial del hombre con respecto a Dios nacen las diferentes religiones. No pocas veces, en su origen encontramos fundadores que han realizado, con la ayuda del Espíritu de Dios, una experiencia religiosa más profunda. Esa experiencia, transmitida a los demás, ha tomado forma en las doctrinas, en los ritos y en los preceptos de las diversas religiones. En todas las auténticas experiencias religiosas la manifestación más característica es la oración. Teniendo en cuenta la constitutiva apertura del espíritu humano a la acción con que Dios lo impulsa a trascenderse, podemos afirmar que toda oración auténtica está suscitada por el Espíritu Santo, el cual está misteriosamente presente en el corazón de cada hombre. En la Jornada mundial de oración por la paz, el 27 de octubre de 1986 en Asís, y en otras ocasiones semejantes de gran intensidad espiritual, hemos vivido una manifestación elocuente de esta verdad.”[13]
Huelga decir que esto es modernismo puro, es decir, gnosis panteísta y evolucionista revestida de un lenguaje “cristiano”, en la línea de un Hegel, un Teilhard de Chardin o un Rahner. Dios reside a priori en las profundidades de la conciencia humana, de manera “trascendental”, y de la experiencia mística individual que de esta presencia divina resulta, van surgiendo las diversas religiones, a posteriori, explicitadas en las “categorías” conceptuales propias a cada cultura, las que reflejan más o menos fielmente esa común experiencia primordial. De ahí la legitimidad y la necesidad de las diferentes “tradiciones religiosas”. Todas son canales auténticos para acceder a la “divinidad” subyacente en nuestro psiquismo.

Como vemos, el plan de unificación religiosa mundial que Bergoglio se esmera en concretar comenzó hace ya 34 años con Wojtyla, quien fue el primer papa conciliar en poner en práctica a gran escala los falsos principios ecuménico-modernistas sentados en los documentos subversivos del CVII.

Desde entonces, toda la praxis y la “pastoral” ecuménico-interreligiosa del Vaticano mira a la realización de esta empresa globalista. Bergoglio no es sino el último eslabón de una cadena ininterrumpida de eclesiásticos modernistas comprometidos con la implementación de dicho objetivo, todos los cuales se han servido maquiavélica e inescrupulosamente del gran prestigio y de la inmensa autoridad moral que el supremo pontificado les confiere.

Daré a continuación dos citas esclarecedoras. Esto decía Francisco en su Video del Papa[14] de enero de 2016:
“Muchos piensan distinto, sienten distinto, buscan a Dios o encuentran a Dios de diversa manera. En esta multitud, en este abanico de religiones, hay una sola certeza que tenemos para todos: todos somos hijos de Dios.”
Bergoglio dice que hay “una sola certeza”. Pero esto es problemático, para emplear un eufemismo. Por empezar, el Credo tiene doce artículos. Además, hay muchos dogmas de fe que no se encuentran contenidos en él. Y para colmar la medida de lo absurdo, precisamente la única certeza que se jacta de poseer resulta ser ciento por ciento falsa. Iré incluso más lejos, atreviéndome a afirmar que se trata de una mentira colosal, dado que es imposible que un sacerdote, religioso jesuita -con la intensa formación intelectual que esto implica-, luego devenido obispo, cardenal y finalmente “papa”, ignore la doctrina de la Iglesia al respecto.
La “única certeza” de Francisco es que todos somos “hijos de Dios”

Él no habría mentido si hubiese dicho: “Yo, Jorge Bergoglio, tengo esta única certeza en materia religiosa: que todos los hombres somos hijos de Dios”. Esta creencia que él tiene el descaro de enunciar públicamente, en un documento oficial del Vaticano, en el cual él no habla como persona privada, sino como supuesto Soberano Pontífice de la Iglesia Católica y Vicario de Jesucristo, refleja acabadamente la doctrina gnóstico-panteísta que profesa.

Bergoglio, entonces, no faltaría a la verdad sosteniendo que ésa es la única certeza que él tiene, pues es manifiesto que, para quien adhiere a la gnosis modernista, ésa es la realidad. Tales personas están persuadidas de que la inmanencia vital de la divinidad que yace en lo recóndito del psiquismo humano es la única verdad, y que todas las teorizaciones conceptuales y los enunciados dogmáticos de las religiones positivas son meras tentativas -limitadas, imperfectas y provisorias-, para expresar la experiencia mística primitiva de la conciencia humana.

Es por eso que todos los promotores del ecumenismo conciliar miran solamente por la “unidad” de los “creyentes”, relativizando y dejando en un segundo plano lo concerniente a la dogmática de cada “religión” establecida. Es por eso también que Wojtyla y Ratzinger pueden invitar alegremente a todos los herejes, cismáticos e idólatras del planeta a congregarse en Asís a los efectos de practicar públicamente sus falsos cultos, sus falsas liturgias y sus falsas creencias para obtener de Dios la “paz en el mundo”. Falsos cultos invitados  nada menos que por quienes se supone que son los “Vicarios de Cristo” en la tierra, quienes los confortan en sus errores al conferir un reconocimiento público a sus falsas religiones. Ver para creer…

Esta verdad gnóstica enunciada tan claramente por Bergoglio pone las cosas en su lugar: no hay nada para él que pueda ser tenido por inmutable en las religiones establecidas, ni siquiera en la católica, naturalmente. Y esto es así porque los enunciados dogmáticos (“categoriales”, conceptuales, a posteriori) de la experiencia vital primigenia (“trascendental”, no temática, a priori), son susceptible de nuevas reformulaciones, de replanteamientos sucesivos, en definitiva, de evolución y de transformación incesante a través del proceso dialéctico de tesis/antítesis/síntesis que caracteriza a la gnosis. Porque el modernista es, por definición, un gnóstico, aunque no lo explicite -sea por estrategia, sea por ignorancia-, y un gnóstico es, por definición, un panteísta y un evolucionista, sencillamente porque, según esta doctrina, “Dios deviene” a través del proceso evolutivo del cosmos, principalmente en el del ser humano.

Francisco se ha referido al tema de la certeza religiosa y de la mutabilidad de los dogmas en otras ocasiones. Veamos algunas de ellas:
“No hay que pensar que el anuncio evangélico deba transmitirse siempre con determinadas fórmulas aprendidas, o con palabras precisas que expresen un contenido absolutamente invariable.” [15]
“Este buscar y encontrar a Dios en todas las cosas deja siempre un margen a la incertidumbre. Debe dejarlo. Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien. Yo tengo esto por una clave importante. Si uno tiene respuestas a todas las preguntas, estamos ante una prueba de que Dios no está con él. Quiere decir que es un falso profeta que usa la religión en bien propio. (…) El riesgo que existe, pues, en el buscar y hallar a Dios en todas las cosas, son los deseos de ser demasiado explícito, de decir con certeza humana y con arrogancia: “Dios está aquí”. Así encontraríamos sólo un Dios a medida nuestra.”[16]
“En su constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son interpretadas de la misma manera y cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente. Pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas. Del mismo modo, hay normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy eficaces en otras épocas pero que ya no tienen la misma fuerza educativa como cauces de vida.”[17]
Para demostrar que la infiltración modernista en la cúspide de la Iglesia es muy anterior a Bergoglio, suministraré seguidamente una cita del cardenal Montini de cuando era aún patriarca de Milán. Es necesario comprender que el culto del hombre, concebido como un dios en devenir por vía evolutiva, es lo propio de la gnosis luciferina -el “seréis como dioses” del Génesis-, en cualquiera de sus múltiples variantes -cabalista, hegeliana, teilhardiana, etc.- y que el Vaticano está gobernado por gnósticos modernistas desde la elección de Roncalli en octubre de 1958. Las novedades ecuménicas e interreligiosas introducidas en la Iglesia a partir de esa época, practicadas con una coherencia y una continuidad absolutas por todos los papas conciliares, lo demuestran de manera fehaciente.

La cita del cardenal Montini está extraída de una conferencia intitulada Religión y trabajo, pronunciada el 27 de marzo de 1960 en Turín, en el teatro Alfieri, que puede leerse en el volumen de la Documentation Catholique del año 1960, en la página 764, correspondiente al número 133, y publicado el 19 de junio de 1960. Doy la referencia con lujo de detalles para quienes no pudieran dar crédito a sus ojos, y no sin razón, a tal punto resultan consternantes sus afirmaciones. He aquí las palabras de aquel que tres años más tarde llegaría a ser “papa” y que en 1965 promulgaría los documentos revolucionarios del CVII:
“¿Acaso el hombre moderno no llegará un día, a medida que sus estudios científicos progresen y descubran leyes y realidades ocultas bajo el rostro mudo de la materia, a prestar oídos a la maravillosa voz del espíritu que palpita en ella?  ¿No será ésa la religión del mañana? El mismísimo Einstein previó la espontaneidad de una religión del universo.”[18]
El espíritu que “palpita” en la materia, la “religión del mañana”, que sería una “religión cósmica”, una “religión del universo”: aquí están los fundamentos de la gnosis evolucionista teilhardiana, con el culto del hombre en vías de divinización. Como si esto no fuera suficiente, que un cardenal de la Iglesia invoque en materia religiosa la autoridad de un judío socialista que reivindicaba una “religiosidad cósmica” fundada en  la contemplación de la estructura del Universo, compatible con la ciencia positivista y refractario a todo dogma o creencia, es para quedarse atónito.

Cuando en 1929 el rabino Herbert S. Goldstein le preguntó: “¿Cree Ud. en Dios?”, Einstein respondió:
“Yo creo en el Dios de Spinoza que se revela en el orden armonioso de lo existente, no en un Dios que se preocupa por el destino y las acciones de los seres humanos.”[19]
Y en una carta dirigida en 1954 al filósofo judío Eric Gutkind, Einstein escribió:
“Para mí, la palabra Dios no es sino la expresión y el fruto de debilidades humanas y la Biblia una colección de leyendas, por cierto honorables, pero primitivas y bastante pueriles. Y esto no lo cambia ninguna interpretación, por sutil que sea.”[20]
Lo que equivale a decir que el Dios de Einstein no es otro que el Deus sive natura del filósofo judío Baruch Spinoza, que en su doctrina panteísta identificaba a Dios con la naturaleza. Tal es la “religión del universo” que profesaba Einstein y que evoca con admiración el cardenal Montini en su conferencia, y en quien el futuro pontífice se inspira para vaticinar una “religión del porvenir” destinada a ocupar un día el lugar del cristianismo.

Cuando se piensa que este hombre, poco tiempo después, sería elegido Sucesor de San Pedro, y que es él quien más adelante promulgaría los documentos novadores del CVII, aboliría la Misa católica, inventaría una nueva con la contribución de “expertos protestantes”, y modificaría el ritual de todos los sacramentos, es como para quedar petrificados…

He aquí otra declaración de Montini, siendo ya Pablo VI, que va en la misma dirección, pronunciada durante el Angelus del 7 de febrero de 1971, con ocasión de un viaje a la luna, y que constituye un verdadero himno al hombre en camino hacia la divinización:
“Honor al hombre, honor al pensamiento, honor a la ciencia, honor a la técnica, honor al trabajo, honor a la audacia humana; honor a la síntesis de la actividad científica y del sentido de la organización del hombre que, a diferencia de los otros animales, sabe dar a su mente y a sus manos instrumentos de conquista; honor al hombre, rey de la tierra y hoy también príncipe del cielo.”[21]   
Este culto de la humanidad y del progreso ha sido condenado numerosas veces por el magisterio. Cito un extracto de la encíclica Qui pluribus de Pío IX, de 1846, seguido de una proposición condenada en su Syllabus de 1864:
“Con no menor atrevimiento y engaño, Venerables Hermanos, estos enemigos de la revelación divina, exaltan el humano progreso y, temeraria y sacrílegamente, quisieran introducirlo en la Religión católica, como si la Religión no fuese obra de Dios sino de los hombres o algún invento filosófico que se perfecciona con métodos humanos.”[22]
“V. La revelación divina es imperfecta, y está por consiguiente sujeta a un progreso continuo e indefinido correspondiente al progreso de la razón humana.”[23]
Pío IX es muy claro en relación a los “progresistas”: emplea la expresión “enemigos de la revelación divina”. ¿Qué calificativo mejor podría hallarse para designar a un cardenal y arzobispo de la Iglesia que aprovecha su eminente dignidad eclesiástica para difundir la idea blasfema y herética de que una pretendida “religión del mañana” llegará un día a suplantar al catolicismo? Este hombre se llama Giovanni Battista Montini. A él -en compañía de su mentor[24], el impulsor del “aggiornamento” de la Iglesia, Angelo Giuseppe Roncalli- se debe el CVII, la destrucción de la liturgia romana y la terrible crisis que azota a la Iglesia desde hace más de medio siglo.

Volviendo a Bergoglio, y a su declaración según la cual la “sola certeza” que tenemos es que “todos somos hijos de Dios”. Esto supone que la gracia divina es inherente a la naturaleza humana, lo cual es, como ya hemos visto, una concepción panteísta de las cosas, en la cual queda abolida la distinción entre el Creador y las creaturas y entre la naturaleza y la gracia. Lo cual, obviamente, acarrea consecuencias devastadoras para el cristianismo y para la revelación bíblica, puesto que las nociones básicas de creación, pecado original, redención, condenación, salvación, etc., quedan automáticamente desprovistas de sentido.

Para concluir, podrían citarse innumerables pasajes de la Sagrada Escritura o de documentos del Magisterio de la Iglesia que prueban el carácter falaz de esta aseveración bergogliana. En aras de la brevedad, vamos a limitarnos a dar una sola cita. Leamos, pues, lo que al respecto nos ha dado a conocer el Espíritu Santo, a través del discípulo amado, en el prólogo de su Evangelio:
“A los suyos vino, y los suyos no lo recibieron. Mas a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Jn. 1, 11-13)
Tras esta prolongada pero necesaria digresión, retornemos ahora a nuestro “Alto Comité”

Esta entelequia bergogliana se reunió el 20 de septiembre de 2019 en Nueva York, en donde anunció el proyecto de una Casa de la Familia Abrahámica a construirse en Abu Dabi, la cual incluirá una iglesia, una sinagoga y una mezquita, financiada por el gobierno emiratí, cuya inauguración está prevista para el año 2022:
“los tres diferentes lugares de culto estarán unidos por fundaciones únicas y situados dentro de un jardín: una imagen de gran importancia para cada una de las tres religiones principales del mundo.”[25]
Al respecto, el Cardenal Ayuso, quien preside el comité, manifestó que “este esfuerzo constituye un momento profundamente conmovedor para la humanidad. Si bien, por desgracia, la maldad, el odio y las diferencias suelen acaparar los titulares noticiosos, existe un mar oculto de bondad que crece y alimenta nuestra esperanza en el diálogo, el conocimiento recíproco y la posibilidad de construir, de la mano de los fieles de otras religiones y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, un mundo de fraternidad y paz.”[26]

En el sitio web del “Alto Comité” se nos explica que “la Casa de la Familia Abrahámica será un faro de entendimiento mutuo, convivencia armoniosa y paz entre las personas de fe y buena voluntad. Consiste en una mezquita, iglesia, sinagoga y centro educativo (…) A través de su diseño, captura los valores compartidos entre el judaísmo, el cristianismo y el islam, y también sirve como una plataforma poderosa para inspirar y fomentar la comprensión y la aceptación entre las personas de buena voluntad.”[27]

El mismo Cardenal Ayuso envió a los musulmanes un caluroso saludo por el Ramadán, el 17 de abril:
“Queridos hermanos y hermanas musulmanes: El mes de Ramadán es central en vuestra religión y por lo tanto muy querido por vosotros a nivel personal, familiar y social. Es un tiempo de curación y crecimiento espiritual, de compartir con los pobres, de fortalecer los lazos con los parientes y amigos. Para nosotros, vuestros amigos cristianos, es un momento propicio para fortalecer aún más nuestras relaciones con vosotros, saludándoos, conociéndoos en esta ocasión y, cuando sea posible, compartiendo un iftar con vosotros. El Ramadán y ‘Jd al-Fitr son, por lo tanto, ocasiones especiales para fomentar la fraternidad entre cristianos y musulmanes. Con este espíritu, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso os brinda sus mejores deseos de oración y sus sinceras felicitaciones.”[28]
En descargo parcial de Ayuso por su aberrante mensaje, que confirma a los infieles en sus errores al legitimar su culto idolátrico, cabe acotar que este tipo de congratulaciones enviadas por el Vaticano a las “grandes tradiciones religiosas” del planeta con motivo de sus “festividades religiosas” es algo que se viene practicando desde hace décadas, en conformidad con el falso ecumenismo, la falsa libertad religiosa y el falaz “diálogo interreligioso”, introducidos subrepticiamente en la Iglesia por los modernistas en los documentos Unitatis Redintegratio, Dignitatis Humanae y Nostra Aetate del CVII y luego ampliamente desarrollados en el subsiguiente “magisterio conciliar”, hasta desembocar en las abominables e impías reuniones interreligiosas de Asís, convocadas sucesivamente por Wojtyla, Ratzinger y Bergoglio.[29]

Por otro lado, el “Alto Comité” propuso a la ONU que el día 4 de febrero, fecha en la cual se firmó el acuerdo de Abu Dabi, fuese proclamado Día Mundial de la Fraternidad Humana, que seguramente desempeñará el papel de fiesta central del nuevo “culto humanista” en vías de implementación, y del cual es dable prever que el mismo Bergoglio será quien tendrá a su cargo la “animación espiritual”:
“Los miembros del Comité Superior, para lograr los objetivos contenidos en el Documento sobre la Fraternidad humana, entregaron al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, un mensaje del Papa Francisco y del Gran Imán de Al-Azhar Ahmed Al-Tayyeb, en el que proponen que el 4 de febrero sea declarado Día Mundial de la Fraternidad Humana. El 4 de febrero es el día en que el Documento sobre Fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia fue firmado en Abu Dabi por el Pontífice y el líder musulmán Al-Tayyeb, celebrada del 3 al 5 de febrero de 2019.”[30]
Naturalmente, para que la “fiesta de la humanidad” pueda ser completa, no podría faltarle su “cumbre mundial”, no vaya a ser cosa que queden algunos flecos sueltos al proyecto y que la gente no termine de entenderlo como es debido: será necesario ajustar “oficialmente” los parámetros organizativos del nuevo culto, para darle credibilidad y visos de legitimidad ante la opinión pública, e instaurar una comunicación apropiada acerca de su contenido y sus objetivos, para persuadir a los refractarios de las bondades que el engendro reviste:
El cardenal Ayuso y Muhammad Abd al Salam, en representación del Comité Superior (…), se reunieron ayer en Nueva York con el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, para proponerle que se declare el 4 de febrero Día Mundial de la Fraternidad Humana. (…) Entregaron a Guterres una copia del mensaje firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, en el que se pide a las Naciones Unidas que participen en un futuro próximo, junto con la Santa Sede y Al-Azhar, en la organización, de una Cumbre Mundial de la Fraternidad Humana.”[31]
Es edificante saber que la reacción del Secretario General a la propuesta bergogliana fue positiva, y por demás tranquilizador enterarnos de que será nada menos que el “Alto Inquisidor Onusino” contra el Hate Speech quien tendrá a su cargo la planificación y la ejecución de tan benemérita empresa: los recalcitrantes pueden darse por prevenidos…

“António Guterres expresó su aprecio y disponibilidad por la iniciativa, subrayando la importancia de trabajar al servicio de toda la humanidad. Además, nombró a Adama Dieng, United Nations Secretary General’s Special Adviser for Hate Speech and the Prevention of Genocide, como representante de las Naciones Unidas para seguir las actividades propuestas y colaborar con el Comité Superior.”

A este proyecto tendiente a la unificación de las religiones del mundo, Francisco añadió, el 12 de septiembre de 2019, el de la unificación de la educación, sin distinciones religiosas, políticas o culturales. Lo hizo a través de un mensaje en el que invitó al lanzamiento del Pacto Educativo Global, a realizarse en Roma, el 14 de mayo. La cita fue aplazada al mes de octubre, a causa del coronavirus, pero la fecha liberada fue rápidamente cubierta por la Jornada de Oración y Ayuno por la Humanidad convocada por el “Alto Comité” de Bergoglio.

En el mensaje de convocatoria del 12 de septiembre, Francisco afirma que el objetivo es renovar
“la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”; que los cambios sociales necesitan “un camino educativo que involucre a todos; que es menester “construir una aldea de la educación donde se comparta en la diversidad el compromiso por generar una red de relaciones humanas y abiertas”; y esta alianza educativa debe ser fuente de “paz, justicia y acogida entre todos los pueblos de la familia humana, como también de diálogo entre las religiones.”[32]
He aquí algunas expresiones clave empleadas por Bergoglio en su alocución:
Desafíos que nos interpelan – educación más abierta e incluyente – construir el futuro del planeta – hacer madurar una nueva solidaridad universal – construir una aldea de la educación – colocar a la persona en el centro – todo está íntimamente conectado – rechazar la cultura del descarte – componer un nuevo humanismo – dinámicas que dan sentido a la historia – iniciar procesos de transformación – cultivar el sueño de un humanismo solidario.
Estamos ante el mismo vocabulario naturalista, ante la clásica fraseología humanista y evolucionista empleada sistemáticamente por Bergoglio, carente de visión sobrenatural y de especificidad cristiana. Un proyecto masónico abogando por la paz social y la fraternidad humana no se distinguiría esencialmente del proyecto educativo pergeñado por el supuesto Vicario de Cristo en la tierra.

Proyecto ya de suyo horizontal e inmanente pero que, para agravar las cosas -de ser esto posible- , incluye, además, la participación, entre otros, de representantes de las diferentes religiones del mundo y de los diversos organismos internacionales, estos últimos, todos laicistas y de raigambre masónica, como es bien sabido.

En efecto, en el comunicado del 3 de marzo pasado en el que la Congregación para la Educación Católica dio a conocer la postergación del evento, se nos informa que el Pacto Educativo Global “no se limita a las instituciones escolares y académicas sino que, con la convicción de que el compromiso educativo debe ser compartido por todos, involucra a representantes de las religiones, organismos internacionales y diversas instituciones humanitarias, del mundo académico, económico, político y cultural. [33]

Este Pacto Educativo tiene un precedente en las Scholas Occurrentes[34], las “Escuelas para el Encuentro”, organización de derecho pontificio, red internacional de escuelas creada por Francisco en agosto de 2013, presente en 190 países y que cuenta con más de 400.000 centros educativos.

Se trata de una institución educativa laica, “neutra” en materia religiosa, que trabaja activamente junto a las mundialistas y masónicas ONU y Unicef. Una enseñanza en la que Jesucristo brilla por su ausencia y en la que se enseñan “valores humanos”, como el “encuentro”, la “diversidad”, la “conciencia ambiental”, la “no discriminación”, etc. El emblema de Scholas Ocurrentes es el Olivo de la Paz[35], cuya plantación a escala mundial es promovida con el objetivo de fomentar el respeto por la “diversidad cultural e interreligosa”, a través de la “Campaña del Olivo”, tanto real como virtual, en eventos artísticos y deportivos. Scholas se dedica a realizar campañas de “concientización sobre valores”, a difundir “la paz en el mundo” y a promover redes educativas de “todas las culturas, creencias y modalidades.”

El objetivo de este organismo educativo de carácter pontificio, contrariamente a lo que uno podría imaginar, no es la evangelización de la juventud: Jesucristo no es mencionado ni siquiera una vez en su sitio web. En él se nos explica que:
“desde sus inicios, el Papa Francisco soñó Scholas como la posibilidad de dar una respuesta concreta al llamado de ésta época, confiriéndole la tarea de educar en la apertura al otro, en la escucha que al reunir los pedazos de un mundo atomizado y vacío de sentido, comience a crear una nueva cultura: la Cultura del Encuentro.”
Veamos lo que Francisco decía a los estudiantes de las “Escuelas para el Encuentro” por video-conferencia en septiembre de 2014[36]:
“Los animo a que sigan trabajando para crear esta aldea humana, cada vez más humana, que ofrezca a los niños un presente de paz y un futuro de esperanza (…) En la vida se pueden hacer dos cosas contrarias: tender puentes o levantar muros. Los muros separan, dividen. Los puentes acercan (…) Con esta comunicación nadie manda, pero todo funciona: es la espontaneidad de la vida, es decirle un sí a la vida (…), es evitar toda forma de discriminación (…) Veo que ustedes saben comunicarse desde la identidad de la propia religión y eso es lindo (…) Estamos convencidos de que la juventud necesita comunicarse, mostrar y compartir sus valores. La juventud necesita tres pilares clave: educación, deporte y cultura. El deporte salva del egoísmo, ayuda a no ser egoísta. Por eso es importante trabajar en equipo, estudiar en equipo y andar en el camino de la vida en equipo (…) ¡Hagan el futuro!”
Como puede observarse, el mensaje de Francisco es de orden puramente natural, asemejándose más a un manual de autoayuda “new age” que a una enseñanza apostólica: plantar arbolitos de la paz, organizar partidos de fútbol interreligiosos, combatir el desempleo juvenil, promover el diálogo entre las religiones, fomentar la “cultura del encuentro”, crear una “aldea humana” portadora de paz y de esperanza, luchar contra las “discriminaciones”, “el futuro está en nuestras manos”, “el deporte nos salva del egoísmo”, “caminemos por la vida en equipo”, “ la juventud debe hacer el futuro”, “tendamos puentes, no construyamos muros”, “comuniquemos las experiencias”, “entremos en la espontaneidad de la vida”, etc.

Que a Francisco la educación católica de los niños no le importa en lo más mínimo es un hecho de público conocimiento, ya que él no tiene empacho alguno en proclamarlo a los cuatro vientos.Veamos lo que, siendo aún el cardenal primado de Argentina, Bergoglio decía en 2010 al rabino Skorka:
“La religión debe formar parte de la educación en la escuela, como un elemento más en el amplio abanico que se brinda en las aulas.”[37]
Y luego, en julio de 2013, a un periodista de la televisión brasilera durante las JMJ de Río de Janeiro:
“Si un niño recibe su educación de los católicos, protestantes, ortodoxos o judíos, eso no me interesa. A mí lo que me interesa es que lo eduquen y le quiten el hambre.”[38]
El indiferentismo religioso constituye la quintaesencia de la ideología subversiva, anticristiana e iluminista de la masonería y de sus diferentes filiales onusinas y derecho-humanistas. Indiferentismo que en los tiempos modernos adopta la figura del “principio de laicidad”, so pretexto de la supuesta “neutralidad” que el Estado debe observar en materia de culto, así como también de la falaz “neutralidad” religiosa de la escuela y de la universidad en la educación de la infancia y de la juventud.

Ahora bien, es en esta impía “neutralidad” escolar, en esta abominable enseñanza “laica”, en esta indiferencia de principio hacia Jesucristo y hacia la religión verdadera, que se basa el proyecto bergogliano de la red de las “Escuelas para el encuentro”. No tememos errar si pronosticamos que su pretencioso “Pacto Educativo Global” no se apartará ni un ápice de este falso principio, aunque añadiendo seguramente una formación ecuménica en “diálogo interreligioso” y “cultura del encuentro”…

Este indiferentismo religioso y relativismo moral que profesa Francisco se ve reflejado igualmente en las siguientes declaraciones, que cito para que no queden dudas al respecto:
El proselitismo es una solemne necedad, no tiene sentido. Es necesario conocerse, escucharse y hacer que el conocimiento del mundo que nos rodea crezca. A mí me pasa que después de un encuentro quiero tener otro porque nacen nuevas ideas y se descubre nuevas necesidades. Esto es importante, conocerse, escuchar, ampliar el marco de los pensamientos.”[39]
Nuestro objetivo no es el proselitismo sino la escucha de las necesidades, de los deseos, de las desilusiones, de la desesperación, de la esperanza. Debemos devolver la esperanza a los jóvenes, ayudar a los viejos, abrirnos hacia el futuro, difundir el amor. Pobres entre los pobres. Debemos incluir a los excluidos y predicar la paz.”[40]
“Todo ser humano posee su propia visión del bien y del mal. Nuestra tarea reside en incitarlo a seguir el camino que él considere bueno (…) No dudo en repetirlo: cada uno tiene su propia concepción del bien y del mal, y cada uno debe escoger seguir el bien y combatir el mal según su propia idea. Bastaría eso para cambiar el mundo.”[41]
Con respecto a la laicidad, el 1 de marzo de 2016, en un encuentro con los Poissons Roses, socialistas franceses que se declaran “de inspiración cristiana”, Francisco dijo lo siguiente:
“Vuestra laicidad es incompleta. Francia debe volverse un país más laico. Hace falta una sana laicidad […] Una laicidad sana comprende una apertura a todas las formas de trascendencia, según las diferentes tradiciones religiosas y filosóficas. Además, incluso un ateo puede tener una interioridad.”[42]
Francisco reivindica así toda forma de “espiritualidad”, cualquiera que sea, al punto incluso de reivindicar la de los ateos, atribuyendo al Estado el rol de garante de esta pretendida “libertad religiosa” que sería una fuente de riquezas para la sociedad.

El 27 de julio de 2013, durante un discurso dirigido a la clase dirigente de Brasil, Francisco hizo el elogio de la laicidad del Estado y del pluralismo religioso en estos términos:
Es fundamental la contribución de las grandes tradiciones religiosas, que desempeñan un papel fecundo de fermento en la vida social y de animación de la democracia. La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad, favoreciendo sus expresiones concretas.”[43]
Y el 16 de mayo de 2016, durante una entrevista acordada al tradicional cotidiano (ex) católico La Croix, Francisco sostuvo que “el Estado debe ser laico. Los Estados confesionales terminan mal. Es algo que va contra la Historia.”[44]

Es realmente penoso -y, a decir verdad, totalmente surrealista- para un simple seglar, tener que rebatir continuamente las falacias proferidas por el supuesto “Vicario de Cristo”. Digamos simplemente, circunscribiéndonos a esta última cita, que la sociedad políticamente organizada, es decir, el Estado, debe profesar la verdadera religión y conformarse a sus leyes: son la revelación divina y el magisterio eclesiástico quienes nos lo enseñan

Por otra parte, si los Estados católicos han “terminado mal”, en el único sentido de que han desaparecido, esto no se debe en absoluto a su catolicismo, sino a los incesantes ataques de sus enemigos, tanto externos como internos.

Finalmente, diciendo que los Estados confesionales “van contra la Historia”, Francisco hace profesión de un determinismo histórico filosófica y teológicamente aberrante, ya que niega la libertad del hombre y, sobre todo, la de la Providencia divina, cayendo así en una gnosis panteísta y evolucionista semejante a las de Hegel y Teilhard de Chardin.

Me limitaré a citar tan sólo dos pasajes del magisterio para demostrar la falsedad radical de las declaraciones bergoglianas, así como también de la declaración conciliar Dignitatis Humanae, dicho sea de paso. Esto dice León XIII en su encíclica Inmortale Dei, de 1885:
“Constituido sobre estos principios, es evidente que el Estado tiene el deber de cumplir por medio del culto público las numerosas e importantes obligaciones que lo unen con Dios. La razón natural, que manda a cada hombre dar culto a Dios piadosa y santamente, porque de Él dependemos, y porque, habiendo salido de Él, a Él hemos de volver, impone la misma obligación a la sociedad civil. […] El Estado tiene la estricta obligación de admitir el culto divino en la forma con que el mismo Dios ha querido que se le venere. Es, por tanto, obligación grave de las autoridades honrar el santo nombre de Dios. Entre sus principales obligaciones deben colocar la obligación de favorecer la religión, defenderla con eficacia, ponerla bajo el amparo de las leyes, no legislar nada que sea contrario a la incolumidad de aquélla.”[45] § 3
La segunda cita está tomada de Quas Primas, la encíclica por la cual Pío XI instituyó la solemnidad de Cristo Rey en 1925:
“La celebración de esta fiesta, que se renovará cada año, enseñará también a las naciones que el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesucristo no sólo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes. A éstos les traerá a la memoria el pensamiento del juicio final, cuando Cristo, no tanto por haber sido arrojado de la gobernación del Estado cuanto también aun por sólo haber sido ignorado o menospreciado, vengará terriblemente todas estas injurias; pues su regia dignidad exige que la sociedad entera se ajuste a los mandamientos divinos y a los principios cristianos, ora al establecer las leyes, ora al administrar justicia, ora finalmente al formar las almas de los jóvenes en la sana doctrina y en la rectitud de costumbres.”[46] § 33
Recapitulemos. El Vaticano, con Francisco a la cabeza, se encuentra abocado de lleno a la tarea de unificar las diversas religiones del orbe y a la humanidad en su conjunto, promoviendo el indiferentismo religioso y profesando sin embozo alguno el humanitarismo laico y naturalista concebido en las logias masónicas.

Recordemos, antes de concluir este informe, cuáles son los principales organismos y documentos mencionados en relación con este proceso de globalización en curso, para poder tener una visión de conjunto de los actores y de los eventos que participan de esta dinámica mundialista impulsada por el Vaticano, en estrecha colaboración con las Naciones Unidas.

Esto nos dará una imagen de síntesis, una perspectiva sobre el tema quizás más elocuente aún que la multiplicidad de citas y de referencias contenidas en las páginas precedentes:

Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común

United Nations Secretary General’s Special Adviser for Hate Speech

Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso

Jornada de Oración y Ayuno por la Humanidad

Cumbre Mundial de la Fraternidad Humana

Secretario General de las Naciones Unidas

Alto Comité para la Fraternidad Humana

Congregación para la Educación Católica

Día Mundial de la Fraternidad Humana

Casa de la Familia Abrahámica

Escuelas para el Encuentro

Pacto Educativo Global

Campaña del Olivo

Olivo de la Paz

Unesco

ONU

En guisa de conclusión, transcribo un pasaje de la Súplica a San Miguel Arcángel, escrita por León XIII en 1890, pues estimo que su contenido se aplica literalmente a la situación que nos es dado vivir actualmente:
“Los más astutos enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey. ¡Oh, invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los espíritus que lo atacan y dale la victoria!” [47] 
Miles Christi
Para mayor información:

 

[1] Para mayor información sobre las innumerables herejías y blasfemias de Bergoglio, se pueden consultar los libros Tres años con Francisco: la impostura bergogliana y Cuatro años con Francisco: la medida está colmada, publicados por Éditions Saint-Remi, en cuatro idiomas (castellano, inglés, francés e italiano):





[5] Ver al respecto el siguiente estudio:



[8] Esta declaración pronto formará parte del adoctrinamiento practicado por los organismos mundialistas -con el auspicio del Vaticano- para allanar el camino a una futura religión mundial que garantice la paz y la seguridad del planeta. Cito el texto, para que no queden dudas:  “ […] la Iglesia Católica y al-Azhar, a través de la cooperación conjunta, anuncian y prometen llevar este Documento a las Autoridades, a los líderes influyentes, a los hombres de religión de todo el mundo, a las organizaciones regionales e internacionales competentes, a las organizaciones de la sociedad civil, a las instituciones religiosas y a los exponentes del pensamiento; y participar en la difusión de los principios de esta Declaración a todos los niveles regionales e internacionales, instándolos a convertirlos en políticas, decisiones, textos legislativos, planes de estudio y materiales de comunicación. Al-Azhar y la Iglesia Católica piden que este documento sea objeto de investigación y reflexión en todas las escuelas, universidades e institutos de educación y formación, para que se ayude a crear nuevas generaciones que traigan el bien y la paz, y defiendan en todas partes los derechos de los oprimidos y de los últimos.”

[9] Esta aseveración bergogliana, diametralmente opuesta tanto a la enseñanza del Magisterio de la Iglesia como a la de la Sagrada Escritura, es eminentemente gnóstica y panteísta, puesto que realiza la identificación de los contrarios, equiparando la verdad con el error y la mentira, conciliando la luz con las tinieblas, identificando la revelación divina con las abominaciones de la idolatría, nivelando el dogma católico con las incontables herejías inventadas por los enemigos de la Iglesia, sosteniendo implícitamente que la doctrina revelada por Jesucristo es equivalente a las de las perversas fábulas anticatólicas inspiradas por el Padre de la Mentira.





[14] “El vídeo del Papa es una iniciativa global desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa para colaborar en la difusión de las intenciones mensuales del Santo Padre sobre los desafíos de la humanidad.”  https://www.youtube.com/watch?v=OlElPFJPmeY

[15] Exhortación apostólica Evangelii Gaudium del 24 de noviembre de 2013, § 129: https://www.aciprensa.com/Docum/evangeliigaudium.pdf

[16] Entrevista con el Padre Antonio Spadaro s.j. director de La Civiltà Cattolica el 19, 23 y 29 de agosto de 2013 – Cf. p. 19/20: https://www.aciprensa.com/entrevistapapafrancisco.pdf

[17] Exhortación apostólica Evangelii Gaudium del 24 de noviembre de 2013, § 43: https://www.aciprensa.com/Docum/evangeliigaudium.pdf

[18] Traducción francesa de la Documentation Catholique: « L’homme moderne n’en viendra-t-il pas un jour, au fur et à mesure que ses études scientifiques progresseront et découvriront des lois et des réalités cachées derrière le visage muet de la matière, à tendre l’oreille à la voie merveilleuse de l’esprit qui palpite en elle? Ne sera-ce pas là la religion de demain? Einstein lui-même entrevit la spontanéité d’une religion de l’univers. » Texto original italiano: « Non capiterà forse all’uomo moderno, mano mano che i suoi studi scientifici progrediscono, e vengono scoprendo leggi e realtà sepolte nel muto volto della materia, di ascoltare la voce meravigliosa della spirito ivi palpitante? Non sara cotesta la religione di domani? Einstein stesso intravide la spontaneità d’una religione dell’universo. » Ver en la página n° 3 del documento siguiente, activando la función T (« Show text »): http://fc1.to.cnr.it/fedora/get/asfiat:AFIAT-00090-0003/islandora:viewerSdef/getViewer



[21] “Onore all’uomo! Onore al pensiero! Onore alla scienza! Onore alla tecnica! Onore al lavoro! Onore all’ardimento umano! Onore alla sintesi dell’attività scientifica e organizzativa dell’uomo, che, a differenza di ogni altro animale, sa dare strumenti di conquista alla sua mente e alla sua mano. Onore all’uomo, re della terra ed ora anche principe del cielo.”  https://w2.vatican.va/content/paul-vi/it/angelus/1971/documents/hf_p-vi_ang_19710207.html

[22] « Né con minore fallacia certamente, Venerabili Fratelli, questi nemici della divina rivelazione, con somme lodi esaltando il progresso umano, vorrebbero con temerario e sacrilego ardimento introdurlo perfino nella Religione cattolica; come se essa non fosse opera di Dio, ma degli uomini, ovvero invenzione dei filosofi, da potersi con modi umani perfezionare. »                                

[24] “Aunque era visto como «papable» para suceder a Pío XII, y aunque parece haber recibido algunos votos en el cónclave de 1958, Montini no era miembro del Colegio cardenalicio y por lo tanto no era un candidato serio en ese cónclave. En aquella elección, el patriarca de Venecia, Angelo Roncalli, fue elegido papa y asumió el nombre de Juan XXIII. El 17 de noviembre de 1958, a menos de tres semanas después de su elección, L’Osservatore Romano anunció un consistorio para la creación de nuevos cardenales. Esta lista estaba encabezada por el nombre de Montini, y así fue elevado al cardenalato el 15 de diciembre de 1958, convirtiéndose en cardenal presbítero de ss. Silvestro e Martino ai Monti. Juan XXIII lo nombró simultáneamente en varias congregaciones de la Curia Romana, dando lugar a muchas visitas de Montini a Roma en los siguientes años.”  https://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_VI










[34] https://www.scholasoccurrentes.org/ – https://vimeo.com/80608597 – https://vimeo.com/80608019

[35] http://www.educacionporlapaz.org/“Educación por la Paz es un iniciativa que pretende la representación simbólica virtual, de la creación de un bosque sembrado por árboles de olivos, planta que se destaca por su simbolismo de paz y unidad para diversas religiones. Se trata de una campaña internacional y colaborativa que promueve la amistad, la integración y el respeto. Esta iniciativa es apoyada por el Papa Francisco, quien fue el encargado, desde la Ciudad del Vaticano, de plantar el primer árbol del Olivo virtual en el bosque de la paz. Esta acción mundial es llevada adelante por Creápolis de Aula3654 y las Scholas Occurrentes.​ El objetivo es poblar virtualmente el planeta con árboles del Olivo que representan el respeto por la diversidad cultural e interreligiosa”: https://es.wikipedia.org/wiki/Educaci%C3%B3n_por_la_Paz

[37] Sobre el cielo y la tierra, cap. 18, p. 2: https://fr.calameo.com/read/002080055a8b71b163859


[39] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013,  publicado el 1 de octubre en La Repubblica – cf. p. 2: https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf

[40] Idem, p. 8.

[41] Idem, p. 2.






[47] Extracto de la Súplica a San Miguel Arcángel, contenida en el Exorcismo contra Satanás y los otros ángeles apóstatas, publicado en las AAS de 1890, p. 743: http://www.vatican.va/archive/ass/documents/ASS-23-1890-91-ocr.pdf  y en el Ritual Romano de 1903, p. 227 http://saintmichelarchange.free.fr/exoleon.htm