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martes, 13 de septiembre de 2016

Comienza el curso escolar del homosexualismo (Eulogio López, de Hispanidad)

Cifuentes, en pocas palabrasha posibilitado el lavado de cerebro homosexualista de los niños desde la infancia. Vamos, que PSOE, Podemos o Ciudadanos, también muy progre, se han quedado en poco menos que nada a su lado.
Es más, Cifuentes ha dado el paso mayor: no sólo serán los centros públicos los que tendrán que forzar la homosexualidad entre los pequeños sino también los concertados. Y los maestros de ceremonias sería el propio LGTB.
El juez Fernando Grande Marlaska, homosexual reconocido y casado con otro homosexual, niega que exista el lobby gay, al menos en la judicatura. Pues no sé yo si en la judicatura, pero jueces y fiscales están aprovechando las nuevas normas homosexualistas.
Pero las pruebas están aquí. Lo cuenta Manuel Morillo en sus ‘anotaciones’. Buen resumen de cómo adoctrinar a nuestros peques en la homosexualidad desde su más tierna infancia. En España han cundido las leyes de ideología de género, que, bajo la máscara de defender a los homosexuales de la homofobia no hacen otra cosa que imponer la homosexualidad. La gravedad la reflejaron los obispos madrileños de Alcalá y Getafe, cuando aseguraron que la ley Cifuentespervertía a la infancia y colocaba al Catecismo, es decir, a la Iglesia,  en situación de ilegalidad. Porque la iglesia acoge a los homosexuales pero condena la homosexualidad.
Pero a Cifuentes le es igual. Inaugura el curso rodeada de niños, con los que no deja de fotografiarse y, si fuera necesario, repetiría besos, pero a los que envía a la perversión. Y lo más  curioso. Silencio en el PP y silencio entre los colegios religiosos que, con tal de salvar el concierto, ni elevan la voz para protestar y dejan a los infantes desarmados ante lo que les viene encima.
Eulogio López

lunes, 12 de septiembre de 2016

El obispo de Madison anuncia que celebrará la Misa dominical Ad Orientem


Fuente: Infocatólica
[Buenas noticias]


El Obispo de Madison, Estados Unidos, Mons. Robert Morlino, anunció en su homilía del 4 de septiembre que comenzará a celebrar personalmente la Eucaristía dominical Ad Orientem en la Catedral. El prelado explicó que sigue en esta materia el consejo del Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y las enseñanzas del Papa emérito Benedicto XVI.

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(Gaudium Press) «De acuerdo a la mente de Dios, al final de la historia Él vendrá del Oriente, como el sol naciente, como lo vemos en el Magnificat, como lo vemos en los cánticos, como lo vemos en las Escrituras», expuso el obispo. «Cuando el sacerdote se pone de pie junto con la congregación –no dándole la espalda a ellos, ese no es el punto, el punto es que el sacerdote se pone de pie junto con la congregación y mira, simbólicamente al menos, hacia el Oriente– somos un ejército poderoso marchando hacia el lugar del sol naciente, para encontrarnos con el Señor, encabezados por el sacerdote».

El prelado bromeó sobre la buena recepción de la noticia entre los feligreses y sobre el hecho de que conozcan el término «Ad Orientem», algo que no es común en otros lugares. Afirmó que ha tomado la decisión porque «ningún general dirige sus tropas dándoles la cara y caminando hacia atrás» y para hacer énfasis en el aspecto sacrificial de la Eucaristía. También explicó que si se pierde el sentido del Sacrificio, para sólo quedarse en la noción del «Banquete Sagrado», los fieles pueden pasar a asumir una conducta de comensales informales.

El prelado motivó a los fieles a compartir la noticia y aclaró que no obligará a ningún sacerdote a seguir su ejemplo. «No quiero que estén enojados mientras celebran la Eucaristía», bromeó. «Pero vamos a comenzar. Porque esto va a hacer nuestro culto más reverente y dejará claro que estamos enfocados en Dios, en su mente, en sus caminos y su misterio absoluto y no en nuestras opiniones. Ese es un testimonio que es importante dar en este día y época», concluyó.

Anoche tuve un sueño (5)



Aunque esto no aparece en mi anterior sueño, me parece oportuno adelantarlo ... porque muchos de ustedes se preguntarán: ¿Qué está diciendo este hombre sobre el Papa? ¿A qué Papa se refiere? Haré, pues, una pequeña digresión a este respecto.

Como se sabe -y esto es real- el 11 de febrero de 2013 el papa Benedicto XVI anunció que iba a renunciar libremente a su Pontificado, lo que se hizo oficial el 28 de febrero, tras lo cual la sede permaneció vacante y se procedió a la elección de un nuevo Papa que resultó ser el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, jesuita, quien adoptó el nombre de Francisco. Esto ocurrió el 13 de marzo de 2013.

Pues bien -y continúo con el sueño- exactamente cuarenta y dos meses más tarde (tres años y medio) un pequeño grupo de cardenales llegó secretamente a un acuerdo mediante el cual le harían frente, en grupo,  al Papa Francisco, conminándole a que diera marcha atrás en su proceso de demolición de la Iglesia Tradicional, o sea, de la Iglesia; y que rectificara públicamente en lo que concierne a la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, en 19 de sus puntos (en contestación a una carga que le habían dirigido 45 católicos de relevancia moral e intelectual) pues en ella se abría la puerta, en la práctica, al "divorcio católico", algo impensable y que se oponía abiertamente a la Doctrina de Nuestro Señor Jesucristo.

[Deberían de hacerlo lo más pronto posible. El tiempo apremiaba, pues todo ha sido comenzar septiembre y también en agosto ... y Francisco se ha dedicado a despedir y a jubilar anticipadamente a varios cardenales, eligiendo otros que piensan igual que él. De seguir así no quedaría ningún cardenal con las ideas claras. Y Dios les pediría cuentas por su cobardía]

En dicho acuerdo se llegó a la conclusión de que si Francisco seguía adelante con sus "propias" ideas, contrarias al Mensaje Evangélico, le rogarían que dimitiese como Papa, dada su condición de hereje (sea formal o material, eso es lo de menos cuando está en juego el porvenir de la Iglesia): Un Papa hereje es una contradicción. Y como tal se ha estado manifestando (con mayor o menor ambigüedad) a lo largo de los tres años y medio que lleva de Pontificado, siendo aplaudido por todo el sector anticatólico. La Amoris Laetitia fue la gota que colmó el vaso, máxime cuando ya no había, en realidad, otras interpretaciones que las que allí venían indicadas.

[En su viaje de Lesbos a Roma dijo que la interpretación correcta es la que daría el cardenal Schönborn, como si fuera la suya propia, una interpretación que ya conocemos y que se ha comentado extensamente en este blog. Pero por si cabía todavía alguna duda, el 5 de septiembre de 2016 escribió a Monseñor Sergio Alfredo Fenoy, delegado de la Región pastoral de Buenos Aires, una carta en respuesta a un escrito de éste titulado "Criterios básicos para la aplicación del capítulo VIII de Amoris Laetitia", dirigido a los sacerdotes de su Diócesis. Por cierto, el mismo día que apareció dicho escrito, apareció también la carta del Papa, diciendo: "El escrito es muy bueno y explicita cabalmente el sentido del capítulo ViII de Amoris Laetitia. No hay otras interpretaciones. Y estoy seguro de que hará mucho bien"En dicho escrito se deja abierta la posibilidad, en algunos casos, de comulgar en estado de pecado mortal, a aquellos que, viviendo en situación de adulterio, siguen haciéndolo y no se arrepienten. Roberto de Mattei lo explica muy bien en un artículo que he colocado en este blog]

Debería, además, interrumpir su viaje apostólico a Suecia, previsto para la celebración del quinto centenario de la Reforma Protestante, que iba a tener lugar el 31 de Octubre de 2016 (un año antes del 31 de Octubre de 2017, que es cuando de verdad sería el quinto centenario) porque ¿cómo es posible celebrar una Reforma que tantísimo daño ha hecho a la Iglesia durante quinientos años? Esto daría lugar a una protestantización de la Iglesia y, por ello, a un desmoronamiento de la misma y a una pérdida de su propia identidad.

Tal enfrentamiento entre el Papa y los cardenales tuvo lugar de hecho. [En el sueño, claro está]. No recuerdo el día exacto, pero sé que fue entre el 13 de septiembre y el 31 de octubre de 2016; y si no me falla mucho la memoria me viene a la mente que fue el mismo mes de septiembre, dado que  el 20 de ese mismo mes estaba ya previsto un viaje del Papa a Asís, de carácter interreligioso, con lo que eso supone.

Por otra parte, estaba en estudio algo impensable en la Iglesia, como es el diaconado femenino; y, además, eran muchos -comenzando por los más altos Jerarcas de la Iglesia- los que consideraban que el celibato sacerdotal debería de ser voluntario, propuesta que se llevó también a estudio, así como la supresión de la guerra justa ... por decir tan solo alguno de los puntos que recuerdo. En los sueños se difumina la memoria. Pero sigamos.

Francisco los excomulgó a todos. Sin embargo, dado que actúo en su propio nombre, oponiéndose, en lo que decía, al Fundador de la Iglesia, que es Jesucristo ["el mismo ayer, hoy y por los siglos" (Heb 13, 8)] tal excomunión era inválida por derecho divino. Ellos lo declararon hereje públicamente; y sacudiendo los pies se fueron de allí. Algún otro cardenal se les unió más adelante. En total fueron trece los cardenales "excomulgados por Francisco" ...  excomunión que, como se ha dicho, no era tal, pues un papa hereje ya no tiene la potestad de Papa.

[De hecho Francisco, actuando como lo hacía y diciendo lo que decía, negándose a razonar sobre el porqué de la actitud de estos cardenales  y limitándose directamente a "excomulgarlos" sin más, estaba dando muestras, una vez más y por desgracia, de que era realmente un hereje ... que estaba sentado en la cátedra de Pedro, lo cual era inadmisible].

De hecho, ante el conocimiento de lo sucedido, fueron muchos los obispos, sacerdotes y laicos de todo el mundo que se les unieron, hasta el punto de que se produjo un cisma real en la Iglesia. La "nueva Iglesia" que se había ido gestando desde el Concilio Vaticano II no era ya la Iglesia de Jesucristo, no era la verdadera Iglesia.

Y claro está: era necesario tener una cabeza en ... esa otra Iglesia que era, en realidad, la misma Iglesia de siempre, la que había permanecido fiel durante casi dos mil años, la verdadera Iglesia. Se hacía necesaria, pues, la existencia de un Papa para la Iglesia, pues así la llamaremos en adelante, dado que a la "nueva Iglesia" tenía tan solo cincuenta años y su carácter novedoso se había convertido en ruptura total con la Tradición y con el Magisterio de la Iglesia de toda la vida. No se la podía considerar ya como tal, máxime teniendo como cabeza a Francisco, quien había demostrado, con creces, su increencia y su arrodillamiento ante el mundo, que no ante Dios.

Pues bien:  de entre esos trece cardenales uno de ellos fue elegido Papaadoptó el nombre de Gregorio XVII. El nombre de Gregorio lo escogió en atención a san Gregorio Magno, a quien se atribuye el canto gregoriano pero, sobre todo, con la idea de volver a una liturgia en latín, que fuese la misma para todos los católicos del mundo, como siempre lo había sido, y que diera lugar así  a una seguridad dogmática fundamental para la pertenencia a la Iglesia, sin ambigüedades de ningún tipo ... tan propias de este mundo y del lenguaje modernista y progresista en el que vivimos inmersos. Me venían a la mente las palabras que pronunció Jesús, recordando las que dijo el profeta Zacarías: "Heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño" (Mt 26, 31; Zc 13, 7).

Se necesitaba un verdadero Pastor, que se preocupara por el bien íntegro de sus ovejas, tanto en lo material como, sobre todo, en lo espiritual: la gente tenía hambre de Dios y, sin embargo, los católicos se iban alejando cada día más de Dios: la mayoría de ellos no conocía, en realidad, a Jesucristo, pues el Mensaje no había sido predicado en su totalidad desde hacía 50 años.

Gregorio XVII, el nuevo Papa, como cabeza visible de la Iglesia y verdadero vicario de Jesucristo en la Tierra, haciendo uso de la autoridad que le había sido conferida, excomulgó a Francisco como hereje e iluminado por el Espíritu Santo, como no podía ser de otra manera, intentó corregir todos los errores que, a consecuencia del Concilio Vaticano II, se habían introducido capciosamente en la Iglesia, en particular los relativos al ecumenismo, la colegialidad, el diálogo interreligioso, la libertad religiosa y otros por el estilo. También condenó expresamente el comunismo, lo que no se hizo en el Concilio Vaticano II.

Dado que la intención de este Concilio número 21 había sido puramente pastoral, eliminó de dicho Concilio todo aquello que, so capa de ejercicio de la pastoral, se oponía al Mensaje de Jesucristo. Dogma y Moral forman un todo. Una moral sin una base dogmática y unas creencias firmes en las Sagradas Escrituras así como en la Tradición cristiana y en el Magisterio Perenne de la Iglesia, una moral así, digo, no conduce a ninguna parte: hoy en día se puede hablar, sin miedo a equivocarnos, de una apostasía mundial generalizada.

Tanta "apertura al mundo", consecuencia de avergonzarse de Jesucristo, ha conducido a la pérdida de la fe del pueblo cristiano, que anda triste y extraviado porque desconoce la esencia del catolicismo; en otras palabras, desconoce a Jesucristo, el único que puede proporcionarles la alegría que necesitan para ser felices.

Todos los documentos, exhortaciones apostólicas, cartas, bulas papales, motus propios, encíclicas, beatificaciones y canonizaciones, ..., todo, absolutamente todo, desde los escritos del papa Juan XXIII (e incluso alguno de Pío XII en sus últimos años) fueron estudiados minuciosamente por varios grupos de expertos de todo el mundo que estaban, todos ellos, animados por una gran fe.

Cierto: la Iglesia había quedado reducida a un resto, una especie de Iglesia catacumbal, formada tan solo por unos pocos católicos. Sin embargo, éstos estaban distribuidos por todo el mundo y usaban el mismo idioma, en este caso, el latín como lengua oficial de la Iglesia (siempre lo ha sido, en realidad, pero en los últimos cincuenta años se ha desvalorizado, para desgracia nuestra).

Se volvió, de nuevo, a la misa de siempre, aquélla que, según el motu propio Summorum Pontificum de Benedicto XVI, de fecha 7 de julio de 2007 nunca había sido abolida, sino todo lo contrario: "Es lícito -dijo- celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, que nunca se ha abrogado, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia".

De este modo, ya no había posibilidad de confusión entre los fieles, en particular en lo concerniente a la Santa Misa, que tan denigrada y vulgarizada ha estado siendo -y sigue siéndolo- en tantos lugares, a partir del Concilio Vaticano II, lo que es tanto más grave cuanto que la Santa Misa es la base y el fundamento de la vida cristiana, sin la cual la Iglesia fundada por Jesucristo ya habría desaparecido.

Ahora mismo, en la Iglesia Católica de Rito Latino, existen dos formas de celebrar la liturgiala que surgió de la reforma impulsada por el Concilio Vaticano II que es la llamada ordinaria (el Novus Ordo Missae) y la anterior, contenida en el Misal Romano publicado por el Papa Juan XXIII en 1962; que viene desde la reforma posterior al Concilio de Trento: ésta es la forma extraordinaria [en realidad, no está muy claro, ni tiene demasiado sentido el que a esta última se le llame extraordinaria, puesto que es la que siempre se ha venido celebrando pero, en fin, ese es el modo de nombrarlas hoy en día]

Con el Papa Gregorio XVII se prohíbe definitivamente el Novus Ordo Missae (la misa de Pablo VI) y se vuelve -de nuevo- a la Misa Tridentina, la misa de San Pío V, de Juan XXIII (1962) ... la Misa de siempre, en definitiva, aquélla que nunca debió de ser abandonada ...

[... pues aunque, en teoría, no lo ha sido -según afirmó Benedicto XVI -y es comprobable- sí lo ha sido en la práctica, hasta que llegó el Summorum Pontificum en julio de 2007 (en mi opinión aquí hubo una intervención directa de Dios, inspirando a Benedicto XVI para que procediera como lo hizo). Aun así siguen siendo muchas las parroquias que ponen pegas actualmente a la celebración de esta misa, en su forma extraordinaria, desobedeciendo lo dicho por el Papa ... ¡y no pasa nada! No son amonestados por los obispos de la diócesis correspondiente]

Así estaban las cosas , pero todo esto iba a cambiar con Gregorio XVII.

Es preciso no olvidar que de los diez miembros de la comisión que se encargó de la elaboración del Novus Ordo Missae (o misa de Pablo VI) siete eran protestantes ... y de los otros tres, el presidente, el cardenal Bugnini era declaradamente masón (como se puso de manifiesto más tarde), pese a lo cual el papa Pablo VI siguió manteniendo dicha Misa: ¡esa anomalía tenía que ser corregida!.

Todo esto explica el porqué se habla de Gregorio XVII como el verdadero Papa, en este sueño.

Al principio Gregorio XVII tenía bastantes seguidores, pero una serie de acontecimientos -que ya relaté en su momento y que ahora resumiré- dieron lugar a una persecución de la verdadera Iglesia por parte de todos. 

Y al decir todos quiero decir TODOS: no solo musulmanes, judíos, hindúes, budistas, etc...; y, por supuesto,  todo el mundillo de la política de izquierdas que impregna el planeta, lo que siempre ha sido así.

En este caso, los mayores y más crueles enemigos eran los que se seguían llamando católicos y se mantenían fieles a Francisco, que no a las enseñanzas de la Iglesia; aquellos que habían idolatrado la figura del Papa, sin darse cuenta de que las palabras de un Papa sólo adquieren calidad de obligatorias cuando son definidas ex cathedra; y siempre que estén en conformidad con el Magisterio anterior.

Los tales "católicos" no se dan cuenta de que el Magisterio no puede cambiar. Las verdades y los dogmas no evolucionan con el tiempo ... y no deben de adaptarse a los tiempos sino que son éstos los que deben de ser transformados por ellas.

Francisco está rechazando -de hecho- el Magisterio anterior de la Iglesia de casi dos mil años. Pero tal actuación conlleva que ya no puede hablarse de Magisterio;  éste ha desaparecido y con él toda la Iglesia, la cual pierde su carácter de realidad sobrenatural y se transforma en una entidad meramente humana, ideada por los hombres y para los hombres ... aunque no para el bien de los hombres, al haber rechazado a Dios y haber capitulado ante el mundo.

Francisco afirma, por ejemplo, que la AL (en la que en determinados casos un adúltero puede recibir la comunión) es un acto de Magisterio. Esta afirmación anula el acto de Magisterio anterior (que coincide -además- con lo que la Iglesia siempre ha proclamado, desde su fundación). En buena lógica, cuando llegue un nuevo Papa puede decir otra cosa completamente distinta a lo que dice ahora Francisco ... y afirmar igualmente que lo que él diga es un acto de Magisterio ... y así sucesivamente.

No hay que ser demasiado inteligentes para darse cuenta de que este planteamiento "falseado" del Magisterio (de cincuenta años para acá) equivale a afirmar que no existe ya ningún Magisterio en la Iglesia, de modo que ya no se puede hablar de dogmas ni de verdades absolutas ... lo que supondría la destrucción de la Iglesia.

Este relativismo, más o menos encubierto, está dando al traste con la Iglesia. Por eso, los católicos, que lo sean de veras y que amen a Jesucristo, no pueden consentir, de ninguna de las maneras, que tal cosa ocurra, aunque les valga en ello la vida. 

Esos católicos surgieron y gracias a ellos se produjo esa escisión en la Iglesia, que ocurrió siendo Francisco (aún) papa "legítimo" en lo legal, pero como promotor de herejías, fue removido de su cargo, pues un papa hereje es un contradicción.

Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que no debemos de preocuparnos. Sencillamente, ha llegado el momento de la prueba, el momento de demostrar al mundo nuestra fe.

Como las palabras de Jesucristo no pueden dejar de cumplirse, (aunque es cierto que ha permitido a Satanás tener un gran poder en el mundo durante bastante tiempo) la victoria final será Suya. Y esta victoria puede -y debe- hacerse realidad  ya en este mundo, en conformidad con sus palabras:  "Ésta es la victoria que vence al mundo: vuestra fe" (1 Jn 5, 4)

Así lo pensaron, y actuaron en consecuencia, estos valientes cardenales que hicieron frente a Francisco. ... y eso dio lugar a un renacer de la Iglesia, de la verdadera Iglesia, la de siempre. El resto ya lo he contado.

Sólo diré que, con el paso del tiempo, y debido a una hostilidad creciente por parte de todos, que llegó hasta la persecución más despiadada e incluso hasta la muerte, fueron muchos los que no soportaron la prueba y decayeron en su fe. Los que creían eran recluidos en "islotes"; y ya sabemos lo que eso significa, como dije al principio de este sueño.

Afortunadamente, pues Dios es Providente y nunca defrauda, había "islotes" no controlados por el NOM. En uno de esos islotes se encontraba Gregorio XVII junto a su cardenal de mayor confianza. Los once cardenales restantes se encontraban también sin localizar por el NOM en otros islotes, cada uno en un islote diferente ... aunque todo era cuestión de tiempo. Algunos de ellos fueron descubiertos y torturados hasta morir antes que revelar el lugar donde se encontraba el Papa.

Fue necesario elevar a varios obispos, de fe probada, a la dignidad cardenalicia, para evitar que la muerte de los cardenales existentes pudiera dar al traste con el Papado. Simultáneamente algunos sacerdotes, también de probada fidelidad, fueron ascendidos a obispos. Aun en medio de tantas contrariedades, el número de fieles iba en aumento ... aunque, eso sí, debían de permanecer en lugares desconocidos, como en el caso de los primeros cristianos.

Posteriormente- si logro salir del sueño- pasaré a la actualidad que ahora impera en este mundo, indagando, con la gracia de Dios, sobre las posibles causas que habrían dado lugar a una situación como la que he descrito ... aunque, como digo, no olvidemos que se trata sólo de un sueño.

Anoche tuve un sueño (4)



El 18 de marzo del año en curso tuve un sueño, que reproduje en tres entradas de este blog  (18, 19 y 30 de marzo) para que no se me olvidara su contenido. Desperté un tanto confuso. Y ya no he vuelto a soñar de nuevo. De esto hace ya casi seis meses. Sin embargo, la anterior noche volví a soñar. Fue -digamos- como una continuación de mi anterior sueño. Hago de ello partícipes a los lectores de este blog, advirtiendo -y recordando- que sólo es un sueño con relación al futuro próximo de la humanidad ...Por lo tanto, no se le puede dar credibilidad alguna siendo, como es, un producto de la imaginación.

No obstante, en honor a la verdad, debo decir que, aun sumido en el sueño, yo encontraba que lo que estaba ocurriendo en ese entonces de hipotético futuro estaba muy en conformidad y en coherencia lógica con los acontecimientos que hoy en día, en la realidad, estamos viviendo ... y que, en cierto modo, son como el inicio o la inauguración de ese "futuro" que aparece en mi sueño (o, al menos, de algo parecido).

Siendo consciente, por otra parte, de que habrá muchos de los que siguen este blog que no habrán leído dichas entradas (y tal vez algún nuevo lector que se haya incorporado posteriormente) voy a intentar resumir mi anterior sueño antes de continuar. De no hacerlo así, el posible lector podría perderse y no entender nada del nuevo sueño que deseo contar.

Comencé a soñar ... y soñé -hace unos seis meses, como digo- que corría el año 2029 de nuestra era y que me encontraba en una pequeña isla desconocida, poblada por muy pocas personas, entre ellas yo mismo y parte de mi familia (esposa, hijos y nietos). Allí vi también a viejos amigos, algunos de los cuales eran sacerdotes; y así habían varias familias más. en situación análoga a la nuestra.

La isla estaba incomunicada con el resto del mundo: nos habían dejado allí, como prisioneros, y desconocíamos el nombre de esa isla. Por eso la llamábamos, simplemente, la Isla. A cualquiera le podría parecer que todos los que allí habitábamos deberíamos de tener cara de "pepinillos avinagrados" y amargados. Pero nada más lejos de la realidad. En la Isla se vivía la vida con una intensidad y una profundidad tales que yo jamás había conocido hasta entonces; al menos, no en ese grado. Y una gran paz inundaba el ambiente en el que nos movíamos, fruto de una íntima amistad entre todos cuantos habitábamos esa isla. Todo lo teníamos en común y todos nos considerábamos hermanos ... y más que hermanos. Éramos como una gran familia: la Familia.

Si alguno se pregunta acerca del porqué, tanto de nuestro aislamiento como de nuestra felicidad (por extraño que pueda parecer hablar de felicidad en esas circunstancias), éstas eran debidas a nuestra condición de cristianos que no habían renegado de su fe, que creían en  Jesucristo, como verdadero Dios y verdadero hombre y que se mantenían fieles a la Tradición y al Magisterio Perenne de la Iglesia, de esa Iglesia que Cristo fundó ... que es Una, Santa, Católica y Apostólica ... la Iglesia de siempre, aquella  de la que Jesús dijo que "las puertas del infierno no prevalecerían sobre ella" (Mt 16, 18). Tal vez nuestra presencia allí era una señal clara y manifiesta de que esas palabras de Jesús se estaban cumpliendo. Nuestra esperanza se fundamentaba en el Evangelio: "Seréis odiados por todos a causa de mi Nombre; pero quien persevere hasta el fin, ése se salvará" (Mt 18, 22). Estas palabras, que guardábamos en nuestro corazón, nos daban mucho ánimo y nos disponían para lo que fuese, incluso el martirio, si fuese necesario.

¿Por qué no nos habían aniquilado a todos? Había varias razones, aunque una de las más decisorias, en este sentido, era que pensaban que muchos de los habitantes de la Isla claudicarían y renegarían de su fe, al no poder soportar ese aislamiento durante mucho tiempo. Entonces serían "liberados", pasando así a formar parte del Nuevo Orden Mundial (NOM) que se estaba implantando por doquier, de manera acelerada, en todos los rincones de la tierra. De he cho así ocurrió con bastantes de los habitantes de la Isla, que cedieron y fueron "puestos en libertad" vigilada. Quedábamos ya muy pocos en la Isla ... ¡Y se nos había dado un tiempo para "pensar" si deseábamos seguir viviendo ... o morir!

Había amigos que nos querían bien (pues aunque formaban parte del NOM lo eran por cobardía) y nos habían informado sobre la existencia de tales "islotes" como el nuestro, que estaban extendidos por todos los lugares de la faz de la Tierra. Algunos de ellos -una gran mayoría, según nos dijeron- estaban controlados por el NOM, como era nuestro caso. Y serían, por lo tanto, exterminados, si no renegaban de su fe en Jesucristo. Teníamos constancia de que así había sucedido ya en alguna de esas "bases cristianas", por llamarlas de alguna manera ... pues a ellos se les había agotado ya el tiempo de que disponían para tomar una decisión. Esos "amigos" nuestros, pensando a lo humano, nos lo hicieron saber para salvar nuestra vidas: sólo teníamos que apostatar de nuestra fe: ¡no era tan complicado!

Sin embargo, había todavía una serie de lugares (a los que ellos llamaban "islotes",  aunque no fuesen necesariamente islas, como en nuestro caso) cuyo paradero les era desconocido. ¡Y ésa era su misión más importante: localizar esos focos de resistencia, como también les llamaban, y destruirlos! No debía de existir ningún lugar en la tierra en el que Jesucristo fuese reconocido como Rey. Era preciso exterminar a todos los cristianos ... y eliminar, incluso, cualquier recuerdo de su existencia. Esa era su labor prioritaria ... y, en cierto modo, única. No se podía permitir, de ninguna de las maneras, la existencia de esos brotes cristianos ... pues, de hacerlo, podrían resurgir, fuertes, en el futuro. Eso era algo a lo que el NOM no estaba dispuesto. Cristo -y todo aquello que lo recordara- tenía que pasar al olvido más absoluto: ser eliminado.

Sin embargo, como pudimos enterarnos más adelante -y esto era todavía ignorado por el NOM- en uno de esos islotes desconocidos se encontraba el verdadero Papa. Un cardenal lo acompañaba. Eran muy pocos los que conocían el paradero del Papa quien, por razones obvias, iba de incógnito. Sin embargo, la gran mayoría de los fieles -los que aún quedaban- sabía de su existencia: eso les daba ánimos para resistir firmes en la fe hasta la muerte si fuera preciso.

En este momento concreto del "sueño" ya se sabía -por chivatazos de algunos de los que renegaron de su fe- que los cristianos tenían un Papa; y que éste se encontraba oculto. No se sabía nada, sin embargo, de su posible localización. De manera que pusieron todos los medios - habidos y por haber- en dar con él. Su muerte haría mucho más fácil la capitulación de la mayoría de ese resto de cristianos que aún se resistía al NOM, lo cual ocasionaría menos muertes.

De ahí el control total al que se sometió a todos los medios de comunicación; y de manera especial a los relacionados con Internet, pues éstos ayudarían mucho tanto en la localización de los islotes desconocidos como, sobre todo, en el conocimiento del "escondite" del Papa. Se impuso un control absoluto de todos y cada uno de los posibles medios de comunicación, desde el simple correo o los teléfonos (que fueron todos pinchados, incluidos los móviles) hasta las redes sociales de todo tipo, desde las más conocidas (facebook, twiter, etc.) hasta las más avanzadas. Contrataron a los mejores hackers especializados en descifrar contraseñas. Y pusieron precio a la cabeza del Papa: una gran cantidad de dinero se daría a quien adivinara su paradero. Se vigiló, de una manera especial -sin que ellos lo supieran-  a los "conversos" al NOM; pues podría ser que siguiesen manteniendo algún tipo de contacto con sus antiguos compañeros de los islotes. E incluso cabía la posibilidad de que hubiese, entre ellos, algún Judas que, por dinero, estuviese dispuesto a delatar incluso a su propia madre ... o bien, algún incauto, pardillo o papanatas que pudiera conducirles hasta su objetivo, sin ser consciente de ello.

La cuestión a dilucidar es : ¿Dónde estaba el Papa?

Continúa

sábado, 10 de septiembre de 2016

“Religión Digital ha sido la web que más daño ha infligido a la Iglesia Católica” (Infovaticana)



El sacerdote Fortea y Religión Digital

El padre José Antonio Fortea llevaba años publicando un blog en Religión Digital, hasta que hace pocos días su rostro, característico, desapareció de la portada de la web RD.

INFOVATICANA ha querido conocer del Padre Fortea las razones de su marcha, y las explica de la siguiente manera:

Después de nueve años alojando mi blog en Religión Digital, el 14 de agosto tuve que llamar a su director José Manuel Vidal para decirle que lo retirara de su web. Yo era bien consciente de que la línea de esa web era incompatible con la fe de la Iglesia Católica y con los mínimos lazos que deben unir a un católico con sus pastores.

Mucha gente se preguntaba ya hace mucho tiempo qué era necesario que ocurriera para que Fortea saliera de ese lugar en el que la blasfemia y la irreverencia campan a sus anchas.

Mantuve mi blog, Dios lo sabe, por la única razón de que los lectores de Religión Digital tuvieran otra versión distinta de las cosas que se afirman día tras día en tal web. En conciencia, y a pesar de lo mucho que se me criticó, lo hice por esa razón y sólo por esa.

Pero la gota que colmó totalmente el vaso fue el artículo que José Manuel Vidal escribió contra mi obispo. Uno de los artículos más deleznables que he leído nunca. Ese mismo día llamé por teléfono al director para decirle que sacara mi blog de su web. Era lógico esperar que si atacaba a mi obispo, uno de sus presbíteros se marchara.

Se refiere al artículo infame que el excura López Vidal escribió para atacar a los obispos madrileños que firmaron la carta contra la totalitaria ley Cifuentes:

Religión Digital lleva durante años jugando al doble juego de atacar la fe de la Iglesia Católica y de dar la impresión de que los obispos y el Papa les apoyan. Ojalá que los obispos de España, algún día, hicieran un comunicado en el que dejen cristalinamente claro el verdadero carácter de esa web. Jamás me hubiera yo opuesto a que Religión Digital informase de las malas noticias eclesiales y de los escándalos. Pero lo que ellos han hecho todos estos años ha sido atacar a la fe de la Iglesia con la excusa de estar dando noticias.

Religión Digital, sin ninguna duda, ha sido la web, en lengua española, que más daño ha infligido a la Iglesia Católica. Conozco a muchos periodistas que no creen en la Iglesia. Si tienen que dar una noticia la dan y ya está. Pero la táctica de Religión Digital ha sido mucho más astuta: hacerse pasar por católico, pero promocionar todo ataque contra su moral, dogmas y magisterio.

La táctica ha consistido en crucificar mediáticamente a todo obispo que fuera contrario a sus ideas de como debe ser la Iglesia, y después afirmar que ellos estaban con el Papa, por el Papa y siempre con el Papa. La campaña contra el obispo Munilla fue especialmente bochornosa. La más vergonzosa de todas.

Si un obispo afirma exactamente lo mismo que el Papa, palabra por palabra, lo atacan sin piedad: ¡no está en sintonía con el Santo Padre!, fanático, inquisidor, etc. Y después de poner por los suelos a ese obispo: ¡nosotros estamos con el Papa!

Ha llegado el momento no sólo de que los obispos defiendan la doctrina, sino de ir directamente a la cabeza de donde sale el veneno, y afirmar con rotundidad que ésa es una web que ataca los dogmas, niega la moral de la Iglesia y hace todo lo posible por separar a los fieles de sus pastores.

Es necesario hacer tal cosa, porque esa web se ha esmerado mucho en reproducir todas las cartas y pastorales del episcopado del mundo entero y de otros mundos si fuera posible. Su afición a mendigar legitimidad eclesial roza lo vergonzoso. Pero, triste es decirlo, ha dado resultado.

Es necesario denunciar tal contradicción, porque resulta inaceptable que asociaciones católicas y órdenes religiosas con su propaganda sostengan una web que se ha convertido en uno de los grandes problemas de la Iglesia. Aunque, eso sí, me gustaría conocer las cuentas de esa web. Porque muchos tenemos la sospecha de que es la propaganda pagada del Padre Ángel de Mensajeros de la Paz la que sostiene ese nido de heterodoxia. Mientras el padre Ángel les apoye, mucho me temo que vamos a tener Religión Digital para rato.

Insisto, todos respetamos la libertad de expresión de un periodista para atacar la fe de la Iglesia. Yo siempre defenderé esa libertad. Pero, a nivel eclesial, hay que señalar la fuente envenenada. No pocas veces, me pregunto: ¿cuántos josemanueles vidales tenemos escondidos y agazapados en todos los puestos? Estar dentro de la Iglesia supone aceptar sus dogmas, su magisterio, su moral, incluso aunque uno sea un pecador. ¿Cuántos clérigos hay que, en realidad, no aceptan todos los dogmas?

A José Manuel Vidal le encanta hablar en su web de los hipócritas dentro de la Iglesia. Pero la hipocresía está en todos aquellos que trabajan para la Iglesia sin aceptar la fe de la Iglesia. Y la web que es faro y guía de esta quinta columna es Religión Digital. Señores obispos, les pido, les suplico, les ruego que, aunque sea a nivel personal, uno a uno, como declaraciones enteramente personales, vayan señalando esta fuente de aguas heterodoxas por el bien de tantos fieles que están siendo contaminados con esas ideas.

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Nota: Otro artículo de Infovaticana fue escrito en este blog relativo al mismo tema, de título: "El portal de Religión Digital no puede ser financiado por la Iglesia: ¡Es inaceptable!"

viernes, 9 de septiembre de 2016

Basta de ‘catolicismo cómodo’. La Iglesia tiene que prepararse para la persecución (Adelante la Fe)



Hay una preocupación creciente entre algunos católicos debido a que la Iglesia, al menos en su liderazgo, está viviendo en el pasado. Parece que no hay conciencia de que estamos en guerra y que los católicos necesitamos ser convocados a la sobriedad, a la creciente separación de la cultura en su conjunto, al valiente testimonio y al aumento del martirio.

Ya sobrepasó lo oscuro en nuestra cultura, pero en la mayoría de las parroquias y diócesis se sigue como siempre y es cualquier otra cosa menos la alarma sobria que es realmente necesaria en tiempos como estos.

La Escritura dice: Bendito sea Yahvé, mi piedra; que adiestra mis manos para la pelea, mis dedos para la guerra (Salmo 144 1). La preparación para la guerra – una guerra moral y espiritual, no una guerra de fuego – debe incluir una clara descripción de los errores de nuestro tiempo, y una clara y amante aplicación de la verdad al error y de la luz a la oscuridad.

Pero hay poca formación como ésta evidente en los círculos católicos de hoy, donde, en la parroquia promedio, existe una especie de atmósfera tímida y tranquila – un temor de abordar las cuestiones “polémicas” para que nadie se ofenda, o que la parroquia se perciba como “hostil”.

Sin embargo, si alguna vez hubo un tiempo para vestir prendas mansas, no es ahora.

La Iglesia de las décadas de 1970 y 1990 fue sin duda bien descrita como la era del “catolicismo beige” (un término acuñado por el obispo Robert Barron, y no a modo de halago tampoco). Aquellos de nosotros que vivimos esa época, sobre todo en la década de 1970, la recordamos como un momento en que muchos signos parroquiales llamaban a la gente a “venir y experimentar nuestra acogedora y cálida comunidad católica”. Nuestro más evidente deseo era encajar y ser considerados “normales”. Sí, los católicos éramos como todos los demás; y habíamos estado trabajando muy duro para llegar a eso, por lo menos desde la década de 1960, cuando John F. Kennedy fue elegido. Finalmente, los católicos la habían “hecho” dentro de lo considerado normal; habíamos sido aceptados por la cultura.

La arquitectura de la iglesia y los interiores se hicieron minimalistas e insulsos. La música y el lenguaje en la liturgia se convirtieron en simplones. Las procesiones marianas, las procesiones del Corpus Christi, muchas cosas del catolicismo distintivo y colorido desaparecieron. Incluso nuestros crucifijos desaparecieron, para ser reemplazados por imágenes flotantes de la “resurrección de Jesús”. Se hizo hincapié en incorporarnos, en hablar de las cosas que hicieran que la gente se sintiera cómoda, y reafirmarlos más que retarlos. Si hubiera cualquier desafío se haría en exhortaciones “seguras” como no abusar del medio ambiente o contaminar, no juzgando o siendo intolerantes, y así sucesivamente.

Una vez más, si alguna vez hubo un tiempo para vestir prendas mansas, no es ahora. Es la hora oscura de nuestra cultura post – cristiana. Y si bien podemos desear culpar a cualquier número de factores que explican el colapso, no podemos excluirnos a nosotros mismos. Nosotros, los que se supone que somos la luz del mundo, con Cristo brillando en nosotros, hemos preferido ocultar nuestra luz debajo de una cesta y mantener un perfil bajo. Las ruinas de nuestras familias y cultura son testimonio del triunfo del error y la supresión de la verdad.

Más que nunca, necesitamos cambiar hacia ser distintivos de la cultura que nos hemos negado a criticar y llamar a la reforma. Más que nunca nuestra fe necesita brillar radiante y nítidamente en nuestras iglesias y comunidades.

Y si un mundo ahora acostumbrado a una gran oscuridad llama a nuestra luz dura, que así sea. Si nuestra luz no brilla, no hay luz en absoluto. Nuestra fe católica es la única y última esperanza para este mundo. Siempre ha sido así.

En pocas palabras, es momento para que el clero se prepare y prepare al pueblo de Dios para el sacrificio. Buscar hacer un compromiso con esta cultura es ahora impensable. Nuestro único recurso es buscar lanzar los forúnculos. Y la cultura va a gritar falta. Y nosotros que hacemos la punción estaremos preparados a sufrir cada vez más. Pero tenemos que estar dispuestos a aceptar y soportar tal sufrimiento en forma creciente en los meses y años venideros.

Estamos en guerra por nuestras propias almas y las almas de las personas que amamos. Estamos en guerra por el alma de esta cultura y nación. Y como cualquier soldado, hay que entrenar para luchar bien. Debemos estudiar nuestra fe y estar más comprometidos que nunca. También hay que conocer a nuestros enemigos y sus tácticas, y tenemos que estar preparados para sufrir – e incluso perder la vida.

Tenemos que rediseñar y dar todas las oportunidades para tener claridad acerca de nuestra fe. Sermones y otros momentos de enseñanza deben resonar con una clara llamada a la conversión personal y para pelear por las almas y dejar de tratar a la ligera la pecaminosa desconsideración por la ley de Dios en nuestras familias y comunidades.

Nuestros obispos especialmente necesitan cambiar a otro modo por completo. En conjunto y en la actualidad parecen más interesados en proteger lo poco que nos queda, que en convocar al pueblo católico a la batalla. Los sacerdotes también parecen poco dispuestos a llamar a la gente para cualquier cosa difícil o incómoda. La imagen de Pedro tratando de evitar a Cristo la Cruz viene a la mente. Pedro dijo: “¡Esto nunca será para ti!” Y el Señor lo reprendió severamente diciendo que estaba pensando como lo hace el hombre, no como lo hace Dios, y estaba al servicio de Satanás.

¿Y qué hay de nosotros? La Iglesia ni siquiera parece pedir a la gente asistir a misa en un día santo si es un lunes o un sábado. Al parecer es demasiado pedir a la gente que venga a misa dos días seguidos. Si ese es el caso, ¿quién los convocará para resistir y protestar enérgicamente las leyes injustas y malas, incluso si esto significa sanciones económicas o incluso la cárcel? ¿Y el martirio de sangre? No parece muy probable que la mayoría del clero hoy aconsejaría estar preparados para tal cosa o incluso estar cerca de estar listos nosotros mismos. Los obispos o los sacerdotes que lo hacen, pueden esperar ser llamados temerarios e imprudentes en tiempos como estos, tímidos y blandos. El grito sin duda ascendería, “¡Todavía no es el momento para este tipo de cosas!”.  Pero si no es ahora, ¿cuándo?

La Escritura dice, si la trompeta diera un sonido confuso, ¿quién se prepararía para la batalla? (1 Cor 14 8). No pueden ser solamente los sacerdotes los que deben hacer esta llamada. Los padres y otros líderes tienen que hacerlo también. Sí, los padres deben preparar a sus hijos para más que una carrera. Necesitan ahora prepararlos para los días difíciles por venir – días que incluirán persecución e incluso el martirio si deciden seguir a Cristo sin ambigüedades.

¿Me equivoco? Por supuesto espero que sí. Pero ya no podemos, como Iglesia, estar de brazos cruzados y esperar que las cosas mágicamente mejoren. Como cultura, e incluso en sectores de la Iglesia, hemos sembrado el viento, y ahora estamos cosechando el torbellino.

A muchos, en estos días, les gusta criticar a la Iglesia del pasado por cualquier número de fallos. Pero me pregunto cómo recordarán a la Iglesia en nuestro tiempo los futuros miembros de la Iglesia. El columnista Joseph Sobran, se preguntó lo mismo y escribió hace más de 15 años:

[Los católicos del futuro], sin duda no nos acusarán de exceso de celo. Puede que se sorprendan por nuestra tibieza, nuestra cobardía disfrazada de tolerancia, nuestra laxitud, nuestra disposición a tolerar la herejía, el sacrilegio, la blasfemia y la inmoralidad, incluso dentro de la misma Iglesia, nuestro afán de congraciarnos con el mundo secular… (Eliminando el cristianismo, p. 268)

Sí, yo también me pregunto. Desde san Pedro hasta Constantino hubo 33 Papas. Treinta de ellos fueron martirizados y dos murieron en el exilio. Innumerables miembros del clero y laicos también fueron martirizados. Es difícil imaginar a la Iglesia en el Occidente decadente estar dispuesta a sufrir. Sin duda, nuestros hermanos en partes del mundo muchas menos ricas se están muriendo en grandes cantidades. Pero me pregunto: Después de todos estos años de “catolicismo cómodo”, ¿estaría dispuesto el feligrés promedio estadounidense o clérigo o sería capaz de soportar tal pérdida?

Es hora -ha pasado el tiempo- de rediseñar. Es hora de prepararse para persecuciones que se convertirán en más intensas cada mes y cada año. Los movimientos oscuros que marcharon bajo las banderas de la tolerancia nunca fueron en serio. Y habiendo ganado cada vez más poder, están tratando de criminalizar a cualquiera que resista su visión. No hay tolerancia para nosotros. La libertad religiosa se está erosionando, y el cumplimiento obligatorio ya está aquí. Los tribunales federales se desplazan cada vez más a los jueces seculares militantes y jueces activistas que legislan desde el estrado.

¿Cuándo, como Iglesia, vamos finalmente a decir a los burócratas que exigen que obedezcamos las leyes del mal: “No vamos a obedecer. Si nos multan no pagaremos. Si buscan confiscar nuestros edificios, tornaremos a la máxima publicidad en su contra, pero aún así no vamos a obedecer. Si nos arrestan, ¡a la cárcel vamos! Pero simplemente no obedeceremos a las leyes del mal ni cooperaremos con el mal”?

En este momento, la mayoría de nosotros apenas podemos imaginar a nuestro clero tan firme. Compromisos callados y “soluciones” llenas de incoherencias serán una grave tentación para una Iglesia mal preparada para la persecución.

Llámenme alarmista o llámenme idealista, pero espero que encontremos nuestra fuerza antes de que sea demasiado tarde. Suele ser un fiel remanente el que salva el día en el relato bíblico. Sólo rezo porque ese fiel remanente tenga fuerza. ¿Se unirán a mí también? Vamos a orar y empezar la reorganización ahora. Sólo nuestra fe inequívoca nos puede salvar a nosotros o a cualquier persona que amamos. Oren por una fe fuerte y valiente.

Tomado del National Catholic Register, con el permiso del autor.

[Traducción Rocío Salas. Artículo original]

jueves, 8 de septiembre de 2016

La mafia moral de don Mario (Christopher A. Ferrara)

El papa con el C-9
En este su tercer año, la línea central por la cual avanza el pontificado bergogliano —y la obsesión particular de Francisco— es inconfundible: dar acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias»; la famosa «propuesta Kasper» que ha estado promoviendo casi desde el primer momento de su elección. Con ese fin, Francisco inexorablemente ha formado una especie de mafia de la moral para llevar a cabo su plan

Conozcamos a algunos de sus militantes. En primera fila tenemos al arzobispo Vincenzo («el Sicario») Paglia, cabecilla del Consejo Pontificio «para la familia» —hoy un nombre ya ridículo. Fue bajo la tutela de Paglia cuando el Consejo produjo el primer programa de «educación sexual» aprobado por el Vaticano en toda su historia, un documento pontificio tan inmoral y repugnante que provocó una petición de los fieles implorando a Francisco que ordene su supresión (aunque más les valdría solicitar el patrocinio de una pila de bloques de concreto). Nótese los anteojos multicolores de Paglia, muy acordes con su solidaridad con la sodomía: «Hay en el mundo veinte o veinticinco países donde la homosexualidad es un crimen. Me gustaría que la Iglesia luchara en contra de todo eso».

Para Francisco, Paglia es la persona idónea para poner al frente de la Academia Pontificia para la Vida y el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia como gran canciller. Paglia remplaza a los titulares relativamente conservadores de esos dicasterios quienes, llevándole la contraria, defendieron las enseñanzas de Juan Pablo II y Benedicto XVI y por lo tanto entorpecían el acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias».

Paglia es un partidario abierto de la «propuesta Kasper» —o sea la propuesta Francisco— de dar acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» Durante el fingido Sínodo de la Familia, Paglia supervisó la publicación de un libro proponiendo argumentos parciales a la demolición de todas las enseñanzas establecidas —especialmente las de Juan Pablo II y Benedicto XVI— y favorables a la «senda penitencial» de Kasper. Esta última daría acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» mientras estos consideren si van a obedecer las enseñanzas de la Iglesia acerca de su contumacia en sus relaciones sexuales adúlteras.

Paglia declaró que los cargos que le ha conferido Francisco significan que este desea que «prosiga el nuevo curso que emana del Sínodo de los Obispos y de su encíclica [sic] Amoris Laetitia». ¿Y cuál es este nuevo curso? ¿Pues qué más? Dar acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias “.

El siguiente miembro de la mafia moral es monseñor Pierangelo («el Violinista») Sequeri: Mons. Sequieri es un académico liberal, y músico, a quien con frecuencia se le ve fuera de sus hábitos religiosos. Remplaza a Mons. Livio Melina como presidente del Instituto Juan Pablo II sirviendo bajo el gran canciller Paglia. Melina «defendió la enseñanza perenne de la Iglesia de que los divorciados y vueltos a casar que no cohabiten como “hermano y hermana” no deben ser admitidos a la sagrada comunión».

Melina, asimismo, insistió valerosamente que Amoris Laetitia «no cambia la disciplina de la Iglesia», y que «aún es el caso que admitir a la comunión a los divorciados “vueltos a casar” (amén de todas aquellas situaciones previstas por Familiaris Consortio 84 y Sacramentum Caritatis 29) va en contra de la disciplina de la Iglesia». Melina, naturalmente, acabó durmiendo con los peces.

Este otro miembro es el único norteamericano de la mafia moral, es más o menos un equivalente al consigliere irlandés Tom Hagan de El Padrino: el obispo Kevin («el Payaso») Farrell, de Dallas. Francisco acaba de nombrar a Farrell titular del recién creado súperdicasterio, el Consejo Pontificio para la Familia, la Vida y los Laicos, el cual absorbe y desmantela cualquier obstáculo impidiendo acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» que aún pudiese encontrarse en el Consejo Pontificio para la Familia y el Consejo Pontificio para los Laicos; ambos dejarán de existir el primero de septiembre. A pesar de que La Academia Pontificia por la Vida continuará existiendo el nombramiento de Paglia como titular eliminará cualquier traba en ese recinto, incluyendo al filósofo alemán Josef Siefert, quien publicó una crítica devastadora de Amoris Laetitia, instando a Francisco a enmendar sus errores con respecto a la fe.

Farrell, un semiconservador, apropiadamente equipado con «un sentido del humor sagaz», es el prelado «pro gay» más adecuado para este propósito. Este obispo instaló como párroco de una iglesia en Texas a un sacerdote homosexual pillado participando activamente en un sitio homosexual en línea de contenido sexual explícito. El degenerado fue retirado de su cargo gracias al clamor popular ya que Farrell, a todas luces, acepta como un hecho que se formen y ordenen sacerdotes homosexuales con reconocimiento completo de su «orientación». Citando comentarios de Francisco acerca del «respeto» por «la persona homosexual», Farrell declaró: «La Iglesia aún espera que sus sacerdotes se comprometan a una vida célibe y casta ya sean homosexuales o heterosexuales». ¡Claro, si se es un sacerdote homosexual la Iglesia «espera» el celibato! ¡Pero por lo demás, no hay problema!

La enseñanza perenne de la Iglesia que afirma que varones homosexuales no son aptos para ordenarse y no deben ser admitidos a los seminarios está sobrando. Esto hace eco de lo que Francisco ya había declarado en el contexto de las preguntas acerca del sacerdote, obviamente homosexual, que colocó al frente de su residencia (Mons. Battista Ricca fue encontrado atrapado en un ascensor con un joven que era objeto de sus atenciones): «¿Quién soy yo para juzgar?»

No debemos pasar por alto a un miembro que, aunque menor, no carece de importancia dentro de la mafia moral: Thomas («el Jetas») Rosica. Este feroz y vengativo portavoz angloparlante, agregado a la agencia de prensa del Vaticano, es un belicoso partidario de todo cuanto sea gay. Sus abogados amañaron, con la amenaza de una demanda, al editor del blog Vox Cantoris por atreverse a decir la verdad sobre este personaje. Rosica se encuentra complacido con el nombramiento de Farrell, lo ha calificado como «uno de los cambios y nombramientos de la reestructuración más significativos de su[Francisco] ministerio petrino», ya que «el obispo Farrell tiene un interés muy especial por implementar Amoris Laetitia, la emblemática exhortación apostólica del papa Francisco». En otras palabras, Farrell tiene «un interés muy especial» por encontrar la manera de conceder acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias».

Fue Rosica quien, irritado, declaró durante el Sínodo 2016: «El jubileo de la misericordia requiere un lenguaje misericordioso, particularmente cuando hablamos de personas gay u homosexuales. No debemos sentir lástima por las personas gay sino reconocerlas por lo que son, y son nuestros hijos e hijas, nuestros hermanos y hermanas». Farrell aparentemente está de acuerdo, ya que a su vez este defendió a Rosica con denuedo y «denunció “el odio de las cloacas inmundas” de la blogosfera católica» —una referencia a los blogueros laicos que conocen a Rosica por lo que es, una serpiente siseante cuya enemistad a la fe necesita ser expuesta y prohibírsele cualquier participación en puestos de autoridad en la Iglesia.

Farrell, por si acaso existe alguna duda, está absolutamente de acuerdo con el acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias». En declaraciones acerca de Amoris Laetitia poco después de su publicación afirmó: «Algunos sienten que el papa Francisco no ha hecho lo suficiente para atender las esperanzas de aquellos que se encuentran en matrimonios irregulares, mientras que otros sienten que las enseñanzas tradicionales se han puesto en entredicho. En mi opinión, refleja la llamada de Jesús a su Iglesia para que continúe su misión sanadora y salvífica».

Farrell «también alabó con calidez comentarios sobre Amoris del cardenal Christoph Schönborn de Viena, Austria, quien estuvo entre aquellos que proponían la apertura de la comunión a los divorciados y vueltos a casar durante los dos últimos Sínodos de los Obispos».

Llegamos así al próximo miembro de la mafia: el cardenal Christoph («el Comodín») Schönborn: Schönborn es el intérprete de Amoris Laetitia predilecto de Francisco, fue él el designado para declarar que la doctrina defendida por Juan Pablo II ha «evolucionado», contradiciéndose a sí misma, abriendo así el camino «en ciertos casos» (lo que quiere decir a todos eventualmente) al acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias».

Tenemos también, aunque sea de menor monta, a ese famoso oráculo de Francisco: Antonio («la Boquilla») Spadaro: El editor de Civiltà Catholica es un jesuita liberal compañero y allegado de Francisco, se le asignó la labor de anunciar que el Sínodo fraudulento de la familia «“había ya sentado los cimientos” para que los divorciados y casados por lo civil fuesen admitidos a los sacramentos», y que Amoris Laetitia «afirma, en esencia, que todos los casos no pueden quedar incluidos dentro de una norma válida general aplicable a todos por igual, siempre y sin excepción».

Se entiende, entonces, que algunos adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» pueden acceder a la sagrada Eucaristía. ¿Mas, qué casos quedaran exentos de la «norma general», de la ley natural en otras palabras?

Esta pregunta nos lleva, finalmente, al capo di tutti capi. Jorge Mario (el Misericordioso») Bergoglio, alias «el padre Bergoglio», como se refirió a sí mismo durante una conversación telefónica para autorizar la comunión a una mujer viviendo en adulterio. Francisco insiste en que aún es Jorge Mario Bergoglio, ya que renovó su pasaporte bajo ese nombre. Bajo su alias sucedáneo, «papa Francisco», don Mario ha dictado cada jugada de la mafia moral según su plan, el mismo que reafirmó en sus declaraciones a un grupo de jesuitas polacos durante su viaje a Polonia: la moralidad sexual no es blanca o negra, sino gris. ¡Todo depende de la situación! Citamos aquí comentario según el texto que don Mario autorizó al padre Spadaro publicar en Civiltà Catholica:

Quisiera agregar algo aquí. Os pido que trabajéis con los seminaristas. Ante todo, dadles lo que no han recibido de los ejercicios [de san Ignacio]. Hoy en día la Iglesia necesita crecer en su capacidad para el discernimiento espiritual. Algunos planes de formación sacerdotal corren el peligro de educar a la luz de ideas que son demasiado claras y perceptibles, y por lo tanto tienden a actuar dentro de límites y criterios rígidos impuestos a priori sin considerar las situaciones concretas: “Esto se debe hacer, eso no se debe hacer…”

Es necesario formar a los futuros sacerdotes no con ideas generales y abstractas sino con este objetivo de discernir el espíritu, para que puedan asistir a las personas en su situación concreta. Es sumamente importante entender lo siguiente: en la vida no todo es blanco y negro. ¡No! En la vida prevalecen los matices del gris. Es, entonces, necesario enseñar a discernir en este ámbito gris.

Así que, don Mario ha enviado órdenes a sus soldados de a pie: no debemos mantener ideas claras y precisas acerca de la moral sexual sino sólo las que sean confusas y vagas, las que requieran discernimiento espiritual. Todo es área gris, y en lo que se refiere al comportamiento sexual debe haber, cuando menos, cincuenta tonos de gris.

No obstante, cuando se trata de la «desigualdad» o de la pena capital don Mario requiere las distinciones más absolutas entre lo blanco y lo negro: «Esto debe ser así, aquello no debe ser». ¡Faltaba más! Por lo tanto, y esto para satisfacer la gran obsesión de don Mario, debe haber acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias». ¡Mas, no sólo a estos sino también a los que cohabitan! Tal y como lo anuncia don Mario en Amoris Laetitia, por primera vez en los dos mil años de historia de la Iglesia:

Es así que ya no podemos simplemente decir que todos aquellos que se encuentran en cualquier tipo de situación “irregular” vive en un estado de pecado mortal y están exentos de la gracia salvífica. Hay algo más profundo aquí que una mera ignorancia de las normas. Un individuo puede ser consciente de las normas y a la vez serle difícil comprender «su valor intrínseco» o encontrarse en una situación concreta que le impide actuar de una manera distinta, o tomar una decisión sin cometer otro pecado.

¿Ya no es posible? ¿Desde cuándo? Pues, desde Francisco. Ha decretado que ya no es posible «simplemente» afirmar que la sagrada Eucaristía no debe ser ofrecida a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» (como su hermana) o a parejas que cohabitan (como su sobrino) porque algunos de ellos podrían estar en estado de gracia a pesar de que saben que la Iglesia enseña que lo que hacen es inmoral. ¿Quién lo hubiese dicho? ¡Pues, Francisco hombre!

¿Quiénes serán los afortunados escogidos que quedarán exentos de las normas que prohíben el adulterio y la fornicación y que hace imposible la comunión para todos aquellos que viven en el adulterio o simplemente «arrimados», sin ni siquiera un certificado de matrimonio? Eso queda para que lo averigüen los flamantes expertos entrenados en el «discernimiento espiritual» mientras navegan la vastísima «área gris» de la nueva moralidad sexual de don Mario, esa moralidad donde alguna vez hubo tanta claridad como la que existe en cualquier otra enseñanza moral de la Iglesia.

Phil Lawler afirma que Francisco ha escrito a Paglia, incluye una «lista de inquietudes» que desea que este atienda; sin embargo, «En la lista del Santo Padre brillan por su ausencia preocupaciones expresadas con declaraciones claras comparables a las de la eutanasia o los anticonceptivos que los católicos acostumbraban a recibir durante el pontificado de san Juan Pablo II». 

Lawler, considerando la abrumadora evidencia, se pregunta si «el papa Francisco se está apartando de las enseñanzas de san Juan Pablo II acerca de la familia y la vida». En otras palabras, se pregunta si Francisco se está apartando de una ortodoxia ininterrumpida. Es preocupante que un comentarista «de corriente convencional» se exprese públicamente de esa manera del Pontífice Romano. Es cierto que todo este artículo no es más que un ejercicio mordaz, mas parece ser que el actual pontificado, una pantomima cada día más desoladora, lo merece; es un pontificado que pasará a la historia como un evento anómalo y grotesco; el reinado del papa Honorio, que fue excomulgado, parece incluso benévolo comparado con el actual.

No es cosa personal. Es negocio del diablo nada más.

Christopher A. Ferrara

El inventor del Big Bang, Georges Lemaître, no es citado por los "progres" ... porque era cura (Eulogio López)

Fuente: Hispanidad

Georges Lemaître, sacerdote y científico (17 julio 1894-20 junio 1966)
Lo cuenta Religión en Libertad [en un artículo de lectura casi obligada, diría yo].  Cincuenta años sin el padre Georges Lemaître (en la imagen), el descubridor del Big Bang. Era un cura, y físico astrónomo de primer nivel, razón por la cual es poco citado como científico. Si era cura no puede ser científico, ni tan siquiera listo. Necesariamente ha de ser un imbécil.
Pero no sólo hay que silenciarle a él sino que hay que manipular su obra. No sé cuántas veces ha oído hablar del Big Bang sin que su ‘inventor’, el cura Lemaître, sea citado. Todas. Pero lo importante es que el Big Bang ha sido interpretado por todos los tontos que en el mundo han sido como la alternativa a la creación y al Creador. Es decir, que el universo se creó a sí mismo, él solito.
Los ateos son caprichosos. Siempre empiezan contándonos la película por la mitad: ya saben, una carga negativa y otra positiva -¿De dónde salieron?, ¿una concentración de la materia en un punto? ¿De dónde salió esa materia?-, etc., etc.
No su descubridor, Lemaître, era un científico y, por tanto, ni se le ocurrió hacer filosofía, mala filosofía, de su hallazgo. No se le ocurrió decir, tampoco hubiera quedado bien en un cura, queDios no había creado el mundo, que lo había creado el Big Bang.
Eso sólo se le ocurre a la progresía.
Eulogio López   

El clamor por la justicia (3) ante los políticos sin escrúpulos y ante la apostasía de la misma Iglesia

Duración 6:33 minutos

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Teresa de Calcula era decididamente muy mala, según proclaman ciertos medios civiles


Un artículo de Candela Sande, de Actuall


Teresa de Calcuta no era santa. Han decretado que si el Papa es, para los católicos, infalible en circunstancias bastante raras y en cuestiones muy específicas, nuestros opinadores lo son 24/7, un no parar de inerrancia.

Teresa de Calcuta no es que no sea santa, es que era bastante mala. Un horror, a saber qué oscuros intereses buscaba lavando las llagas purulentas de enfermos incurables tirados en las calles de Calcuta.

Yo sé que mis modernos lo harían todo como un solo hombre: dedicarían toda su vida a recoger de la calle a enfermos incurables y a niños desnutridos y desahuciados ... es sólo que eso, nos dicen, no está bienEso es un modo de retrasar la revolución social, es dar una excusa para que los gobiernos no actúen; los pobres no necesitan caridad, sino justicia.

Porque, seamos sinceros, ¿quién de nosotros, si quedamos abandonados de nuestra familia y amigos y no tenemos un duro y estamos tirados en la calle, con una enfermedad repulsiva e incurable, no preferiría quedar a merced de los amorosos cuidados de un departamento ministerial?

Cuentan que cuando la ahora santa se reunió con Juan Pablo II, el entonces Papa confesó a la fundadora una preocupación que le turbaba: “Todo el mundo habla bien de usted, madre”. Al mundo le parecería un piropo. A mí misma me encantaría que me dijeran eso. Pero en boca del Santo Padre era algo parecido a un reproche, y con razón.

Es de las cosas más difíciles de digerir, y no será porque no se haya insistido en este punto: si el mundo -en el sentido teológico- habla unánimemente bien de uno, algo está haciendo mal, al menos si es cristiano.

Tendemos a pensar que esto es una cruz adicional, algo que puede ocurrir y que debemos llevar con alegría, pero no: es una ley universal y como tal está expresada en el Evangelio.

Por eso no puedo enfurecerme -no del todo, al menos- con quienes la han puesto de vuelta y media estos días, destilando una bilis que delataba hasta qué punto la santa removía sus conciencias putrefactas, y estoy seguro de que la santa lo hubiera agradecido y les tendrá a todos ellos en sus oraciones, porque su persecución la vindica.

La permanente tentación del cristiano no es la increencia o la desesperación, sino el anhelo de negociar. Creo hablar en nombre de la mayoría cuando digo que casi siempre nos gustaría buscar un acomodo, no hacernos tan antipáticos, no ‘cantar’ tanto, transigir; llegar, en fin, a un acuerdo con el mundo -una vez más, en sentido teológico- para no caer demasiado mal ni acabar siendo el Don Contreras de la historia.

Tengo muy malas noticias a este respecto: no se puede. Los furibundos ataques a la Madre Teresa no son un lamentable incidente o un terrible malentendido, sino algo previsto y absolutamente necesario.

Teresa vivía para los que nadie quiere, que son por los que toda la modernidad dice estar obsesivamente preocupada desde un cómodo sillón, cambiando el mundo para mejor con su voto.

A la Madre Teresa se la censuraba especialmente porque, en lugar de indignarse con la pobreza y luchar por acabar con ella, se ocupaba de los pobres. Porque no veía pobreza, en fin, no trataba con un fenómeno sociológico o un problema económico, sino con personas que sufrían, en las que veía a Cristo mismo.

El pecado por el que se censuraba a la de Calcuta era el de creer, como Cristo, que “los pobres estarán siempre entre vosotros”, algo que saca de quicio a los pensadores utópicos de nuestro tiempo, que más que importarles los pobres les importa -dicen- la pobreza y se han propuesto acabar con ella creando infiernos en la tierra como el del Comunismo.

Pero las ideologías vienen y se van, los regímenes pasan, y Cristo sigue teniendo razón y nuestros intelectuales siguen errados.

Podría decirse que el abismo que la separa inevitablemente de sus críticos es que éstos, en los pobres, solo ven pobres, mientras que estoy seguro de que la Madre Teresa no vio un pobre en su vida. Ella veía personas que sufren, y en cada persona, a Cristo.

Candela Sande


NOTA: Hay un artículo excelente del padre Jorge Guadalix, de Infocatólica, titulado "La manía de los pobres a santa Teresa de Calcuta". Realmente bueno y merece la pena leerlo. También puede leerse (éste lo incluyo aquí, pero está escrito con fecha posterior) el de Luis Fernando Pérez Bustamante, director de Infocatólica, de título Madre Teresa, el secreto de su "éxito" 

martes, 6 de septiembre de 2016

Hitchens, abogado del Diablo de santa Teresa de Calcuta, un indocumentado consumido por el odio (ELENTIR)



Ante la canonización de la Madre Teresa, medios como El Paísla BBCla Agencia EfePúblico y The Washington Post han dirigido duras críticas contra ella apelando a su abogado del diablo
Calumnió a la Madre Teresa equiparándola con los nazis
Popularmente se conoce como abogado del diablo a la persona a la que la Iglesia invita a hacer las veces de fiscal en los procesos de beatificación y de canonización. Durante el proceso de beatificación de la Madre Teresa, el Vaticano invitó a hacer ese papel al periodista angloestadounidense Christopher Hitchens, ateo y abortista militante y conocido por dirigir contra la santa artículos incendiarios en los que dejaba en evidencia un odio furibundo contra la Madre Teresa, su obra, sus creencias y su Iglesia. 
En 1994 Hitchens le dedicó a la santa un documental titulado “En ángel del infierno” en el que la equiparaba con los responsables de los campos de exterminio nazis. El reportaje, hecho en un tono puramente panfletario, sin aportar documentación que probase sus graves acusaciones y cuyo hilo conductor eran las propias opiniones de Hitchens sobre la misionera, arremetía contra la santa por su defensa del derecho a la vida de los niños por nacer. Es una paradoja que se compare a alguien con unos exterminadores, y al mismo tiempo se le critique por oponerse al exterminio de seres humanos inocentes e indefensos
Un panfleto irrespetuoso tratado como si fuese un libro documentado
En 1995 Hitchens dedicó un libro a atacar a la Madre Teresa. Lo tituló “The Missionary Position” (La Posición del Misionero, haciendo referencia, con muy mal gusto, a una conocida postura para practicar el sexo). El libro era, en realidad, un panfleto dedicado a lanzar opiniones hostiles contra la santa, sin fundamentarlas de ninguna forma, lo mismo que ya había hecho con su documental del año anterior. 
Un sociólogo católico estadounidense, Bill Donohue, comentó que esa obra de Hitchens es“un libro de 98 páginas sin notas al pie, sin notas al final, sin bibliografía, ninguna atribución en absoluto, tan sólo 98 páginas de opinión sin fundamentar.” A pesar de ello, muchos medios hostiles a la Iglesia Católica siguen citando ese libro como si en realidad se tratase de un compendio de documentación probatoria de un supuesto lado oscuro de la santa.
Hitchens consideraba ‘un héroe’ al asesino comunista Che Guevara
Al mismo tiempo que denostaba a la Madre Teresa, el periodista angloestadounidense tenía una miras ideológicas de lo más siniestras. El 11 de julio de 2004 Hitchens declaró al diario británico The Guardian que se consideraba “un marxista, no avergonzado, no enderezado, pero reflexivo”Esa misma publicación recogía unas polémicas opiniones del periodista angloestadounidense acerca de uno de los instauradores de la dictadura comunista cubana. 
Y es que sobre el Che Guevara, Hitchens afirmaba: “Era un modelo a seguir”, que “hizo lo que los revolucionarios estaban destinados a hacer – luchar y morir por sus creencias.” “Él pertenece más a la tradición romántica que a la revolucionaria”, apuntaba. “Cuando uno piensa en Che como un héroe, es más en términos de Byron que de Marx.” Hay que recordar que el 11 de diciembre de 1964, y en un discurso que está grabado,ese personaje al que él llamaba “héroe” dijo lo siguiente ante la ONU:
“Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando.“ (Che Guevara)
El periodista cubano Luis Ortega atribuye al Che 1.897 asesinatos por motivos políticosentre los que incluso había niños. El propio Che Guevara escribió en 1967 estas escalofriantes líneas:
El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.”
Elogió a Lenin por su brutal persecución contra los cristianos
Pero el Che no es el único asesino al que veneraba el citado periodista. En 2005 escribió lo siguiente sobre el primer dictador comunista de la URSS: Uno de los grandes logros de Lenin, en mi opinión, es la creación de una Rusia secular. El poder de la Iglesia ortodoxa rusa, que era un laberinto absoluto de atraso y mal y superstición, es probable que nunca se recupere de lo que hizo con él.
Ese “lo que hizo él” podría haberlo desarrollado diciendo que en los siete años de dictadura de Lenin fueron asesinadas más de un millón de personas por motivos políticos, entre ellas miles de sacerdotes y religiosos que fueron torturados por la Cheka, la policía política comunista, con los métodos más crueles y atroces.
El propio Lenin aprobó el asesinato de 50.000 prisioneros y civiles “blancos” en la Guerra Civil rusa, a finales de 1920. A estas cifras hay que añadir la hambruna de 1921-22, que afectó a unos 27 millones de personas, y mató a entre 3 y 5 millonesHambre que según Lenin tenía “numerosas consecuencias positivas”, pues “destruye no solamente la fe en el Zar, también en Dios”. ¿Sería éste el secularismo leninista que elogiaba Hitchens?
¿Es un demérito que te ataque un admirador de asesinos comunistas?
Lo más llamativo es que, a día de hoy, insisto, haya medios -como los citados- que siguen apelando a este personaje para arremeter contra una mujer que se desvivió por ayudar a los más pobres, a los enfermos y a los moribundosNinguno de esos medios parece haber reflexionado si acaso era un demérito para la Madre Teresa recibir furibundos ataques de un admirador del Che y de Lenin. 
Al final da la impresión, una vez más, de que si eres católico da igual que dediques tu vida a ayudar a los demás, porque merecerás la condena de los mismos medios que son incapaces de dedicar ni una sola crítica a los citados criminales comunistas.
ELENTIR