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lunes, 26 de mayo de 2014

El día después de las votaciones (Luis F. Pérez Bustamante)

Dedico este post a reproducir aquí el comentario que hace Luis Fernando Pérez Bustamente, con relación al resultado obtenido en las votaciones del 25 de mayo y con el que estoy totalmente de acuerdo. Puede verse directamente en su página web de Infocatólica pinchando en el título de dicho artículo, que aparece aquí debajo:



Siempre he dicho que la democracia tiene la “virtud” de dar a cada nación los gobernantes y representantes que se merece. El panorama que ha resultado de las elecciones europeas celebradas ayer en España es ciertamente tan significativo como preocupante. Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, han conseguido lo que hace pocos años parecía imposible. A saber, obtener entre los dos menos del 50% de los votos. A ello hay que añadir la aparición “estelar” de la extrema izquierda radical y antisistema, liderada por Podemos, ese partido de nueva creación encabezado por Pablo Iglesias quien, haciendo honor a su nombre, representa la figura del “rojo” español de la II República. Un verdadero representante del Frente Popular en pleno siglo XXI.

Pablo Iglesias, líder de "Podemos" (35 años)

Para que los lectores no españoles sepan quién es, les diré que representa en este país lo que el chavismo en Venezuela e Hispanoamérica. Con una diferencia. Pablo Iglesias tiene un discurso populista bien engarzado. Ha sido profesor de Ciencias Políticas en la universidad Complutense de Madrid. Que Podemos sea la cuarta fuerza política más votada y haya quedado a apenas dos puntos de Izquierda Unida, la extrema izquierda no antisistema, es como para estar preocupados. Además, Podemos supera a IU y UPyD en Asturias, Cantabria, P. Vasco, Aragón, Madrid, Baleares y Canarias.

Otro dato a tener en cuenta es que VOX se ha quedado a las puertas de obtener un escaño. Le han faltado alrededor de 50.000 votos para alcanzar a Primavera Europea, aunque hoy leo que con 2.900 más podrían haberlo logrado debido al reparto de diputados según la ley D´Hont. Eso supone que en estas elecciones, la derecha nacional española sea representada, una vez más, solo por el PP. Un PP que aunque ha ganado, se ha llevado un batacazo monumental, obteniendo menos porcentaje de votos que la Alianza Popular de Fraga en 1982. Vamos, como para que estén felices, ¿no les parece?

Del PSOE solo cabe decir que han obtenido el peor resultado en toda la democracia. Si no fuera por Andalucía, estaríamos hablando de un partido menor, de poca entidad. El votante de izquierda le ha dado la espalda, quizás consciente de que son una parte muy importante del problema.

Dado que anuncie mi voto para Impuso Social, es normal que les dedique unas palabras. Siendo una coalición de tres fuerzas políticas (AES, CTC y PFyV), el hecho de conseguir menos votos en estas elecciones que los que consiguió AES en solitario hace 5 años, es sin duda un palo de considerables dimensiones. Muchos de los votos que podían haber conseguido se han ido a VOX. Pero que Falange de las JONS, a quien no creo que se les vote por ser anti-aborto, les supere en casi cuatro mil votos indica por dónde van las cosas en ese exiguo sector del electorado español al que tildan de extrema derecha -en mi opinión IS no lo es-. No tengo ni idea de si este varapalo supondrá la desaparición de la coalición. Es más, no tengo ni idea de lo que yo haría en caso de ser responsable de esos partidos. Como ya he dicho en varias ocasiones, en España son escasísimas las personas que a la hora de votar tienen en cuenta la defensa del derecho a la vida y la familia. Y eso, señores míos, no va a cambiar en las próximas décadas. Aun concediendo, que no concedo, que VOX pudiera acoger a un sector mayoritario de ese tipo de votantes, su fuerza electoral, que no moral, es ridícula. Como consuelo cabe decir que el Partido SAIn ha mejorado un poquito el apoyo recibido, pasando de 5.877 a 6.894. Estadísticamente es casi la nada, pero es lo que hay.

Por mi parte, me ratifico en la intención de votar a quien se presente a las elecciones defendiendo, sin concesiones, los principios no negociables indicados por Benedicto XVI. Unos principios que la Iglesia en España no tiene la menor intención de apoyar en la arena política. Se da la circunstancia de que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha sido contertulio en varias ocasiones de 13TV, el canal de televisión de la Conferencia Episcopal Española. Los candidatos de Impulso Social no han asomado por dicha televisión. Señores obispos, esto es lo que quieren. Eso es lo que permiten. Ustedes verán lo que hacen. Es evidente que Podemos no ha sacado votos entre los televidentes de 13TV, pero que ese canal dé voz a la extrema izquierda antisistema y anticlerical -lean lo que Iglesias dice al respecto- y se la niegue a partidos auténticamente provida y profamilia, muestra bien a las claras lo que la CEE quiere para su medio de comunicación. Sinceramente, creo que conviene que mediten en ello. Para ser justos y equitativos, recordaré que don Pablo también fue “artista” invitado en Intereconomía TV, pero esa cadena depende del señor Julio Ariza y no de nuestros obispos.

Concluyo con tres reflexiones. La primera, conviene recordar que en las elecciones europeas mucha gente se queda en casa. No creo que el PP y el PSOE repitan resultados en unas generales. Ciertamente el bipartidismo ha salido destrozado, pero me extrañaría mucho que entre ambos partidos no lograran superar el 60% en las próximas elecciones al parlamento español. Y dudo bastante que Podemos logre ser una amenaza real para la victoria de IU en el sector de la extrema izquierda, aunque tampoco me parece imposible que lo logre.

La segunda, el auge de los separatistas parece imparable. Pero, una vez más, se demuestra que los radicales acaban por comerse el mejor trozo de ese pastel. ERC ha ganado a CiU en Cataluña. Bildu (proetarra) es primera fuerza en Álava y Guizpúzcoa, y segunda en Vizcaya y Navarra. Como para salir corriendo y no parar.

La tercera y última es un mensaje que me mandó ayer una buena amiga por Twitter:  
¡En Francia gana M. Le Pen! Y reclama generales en Francia. Santo Cielo. Dios nos ampare. Dónde acabará esto? Ultraderecha pagana y agresiva!

Mi respuesta: ¿Qué esperas de una Europa apóstata?

Cosechamos ya lo que hemos venido sembrando en el último medio siglo. Las urnas han hablado. Tomen nota todos.

Luis Fernando Pérez Bustamante

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Hay también un artículo, muy interesante, del padre Jorge, sobre este mismo asunto. El que quiera leerlo puede pinchar aquí.

domingo, 25 de mayo de 2014

¿A qué partido votar? (Luis F. Pérez Bustamante)

Yo no sabía exactamente a qué partido daría mi voto, en el caso de que fuera a votar, hasta que leí el articulo de Luis Fernando Pérez Bustamante, director de Infocatólica. Ahora ya lo tengo claro. Mi voto será también para Impulso Social . Transcribo a continuación dicho artículo. 



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Este domingo los españoles estamos llamados a votar para elegir a nuestros representantes en el parlamento europeo. Dado que se trata de una circunscripción única para todo el país, todos los votos valen lo mismo, cosa que no ocurre en las elecciones generales ni en muchas autonómicas.

Aparte de los partidos habituales, en estas elecciones se presentan siglas políticas nuevas. Entre ellas VOX, Impulso Social y Podemos. Ya sé que hay otras, pero creo que esas son las más destacadas.

Hace años que tomé la decisión de votar teniendo en cuenta los principios no negociables indicados por Benedicto XVI en la exhortación apostólica Sacramentum caritatis:

"Es importante notar lo que los Padres sinodales han denominado coherencia eucarística, a la cual está llamada objetivamente nuestra vida. En efecto, el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana. Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía (cf. 1 Co 11,27-29). Los Obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado".

Si se dan cuenta ustedes, el Papa indica una serie de valores que tienen una relación directa con lo que él denomina coherencia eucarística. Aunque Benedicto XVI señalaba directamente a los que tienen el poder de “tomar decisiones", parece claro que los principios no negociables se aplican también a quienes elegimos a esos políticos- Por tanto, no creo que sea una barbaridad plantear que quien con su voto apoya opciones políticas que defienden tesis contrarias a dichos valores, tiene un problema serio con su fe.

No me voy a dar demasiadas explicaciones sobre por qué no voto a los partidos que cuentan con representación parlamentaria en Europa o en los parlamentos nacional y autonómicos. Se resumen en una: ninguno defiende de verdad la familia, la vida y la educación de nuestros hijos. Por tanto, me toca analizar qué otras opciones son “votables” para mí. De “Podemos” no hace falta que diga nada. Son la extrema izquierda antisistema. Quedan Vox, Impulso Social y otras siglas provida y profamilia como el Partido SAIn y F.E Falange de las Jons -si hay más, lo siento pero no las conozco.

De Vox ya he escrito unos cuantos post. Un par de vídeos y una imagen servirán para que ustedes entiendan por qué no puedo siquiera plantearme apoyarles con mi voto.

Esto dijo uno de sus candidatos acerca del aborto:




¿Se puede compartir desde la fe católica ese discurso? ¡De ninguna de las maneras!

Aun más pena me da el ver a Ortega Lara, una de las figuras más mediáticas y de mayor calidad humana de dicho partido, afirmar lo siguiente sobre la legislación abortista en esta entrevista que le hizo Xavier Horcajo para Intereconomía (ver min 13:01 a 13:23)


- ¿Está usted a favor del aborto?
- No. El aborto, que implica la eliminación de un ser humano concebido, no nacido… no puede ser un derecho… en todo caso habrá de ser una excepción al principio general de la ley que es la protección de la vida.

Pues mire, don Ortega, el derecho a la vida, bien lo debería saber usted, no puede tener excepciones. En cuanto admitimos una, ese derecho desaparece. Y si desaparece el derecho a la vida, ¿qué derechos no podrán desaparecer?

Y si me quedaba alguna duda, el cabeza de lista de VOX la despejó totalmente al afirmar lo siguiente. Está tomado de una noticia de Periodista Digital:



Estoy plenamente de acuerdo con esa afirmación, pero si VOX es el PP verdadero, el mismo partido del que me di de baja en cuanto el gobierno del señor Aznar aprobó la primera píldora abortiva, no puede contar jamás con mi voto (*). 

Impulso Social es una coalición formada por tres partidos políticos: Alternativa Español (AES), la Comunión Tradicionalista Carlista (CTC), y Familia y Vida (PFyV). Se da la circunstancia de que yo ya he votado a dos de esos partidos: PFyV (en las elecciones europeas de hace 10 años) y AES (en las europeas de hace 5 años y en unas municipales de Huesca capital). A CTC no les he podido votar porque nunca se han presentado donde yo ejerzo mi derecho al voto.

Durante muchos años he pedido una coalición de esos partidos. Por fin se logró. Habría deseado que a la misma se incorporaran otras opciones igualmente provida (p.e, PSAIn), pero mejor esos tres que ninguno.

De Impulso Social no cabe esperar ninguna propuesta que admita excepciones al derecho a la vida. Más bien lo contrario. Tampoco coquetean con el reconocimiento de las uniones homosexuales, tanto si se llaman “matrimonio” como otra cosa. Y en relación al derecho a la educación conforme a las creencias y principios de los padres, su postura es igualmente inequívoca. En este último punto quiero recordar que el Partido Popular va camino de ser el ejecutor de la asignatura de religión en educación Infantil y Bachillerato. El que lo dude, que se lea este artículo: Los católicos no se enteran de qué va la LOMCE.

A eso hay que añadir que en el resto de las propuestas políticas de Impulso Social que no tienen que ver con los principios no negociables, no encuentro nada que me haga replantearme la posibilidad de votarles. Más bien el contrario. Coincido con lo que dice Rafael López-Diéguez, cabeza lista, sobre el modelo de Europa que necesitamos -no el engendro que se ha creado- y considero que la postura tradicional de la CTC sobre los principios que han de regir la política económica son conformes a la Doctrina Social de la Iglesia. Del Partido Familia Vida siempre me ha gustado mucho su apuesta por el cheque escolar. Por tanto, si no hay nada en esa coalición que me retraiga de votarles y sí mucho que me anima a ello, no tengo más que decir.

Puede que algunos me pregunten por qué no voto al Partido SAIn o a los falangistas. Bien, respecto a los primeros no acabo de tener claro que sus planteamientos económicos, plenamente legítimos, sean realistas. Me parecen una opción perfecta para los que son de izquierdas y católicos, pero no es mi caso. Y en relación a FE de las JONS, aunque el cardenal Sebastián dijo en su día que un católico podría votarles, y ciertamente me lo plantearía si no hubiera otra opción provida a la que apoyar en las urnas, lo cierto es que no soy falangista.

Por último, no tengo el menor inconveniente en decir que también voto a Impulso Social por el aprecio personal que tengo hacia Rafael López-Diéguez. Lleva muchos años dando la cara. Primero, en medio de la más absoluta irrelevancia mediática. Ahora aparece un poco más en los medios -sobre todo Intereconomía- pero sigue sufriendo el desprecio de gran parte de los medios de comunicación católicos o filocatólicos de este país, lo cual incluye a aquellos que son propiedad de la Iglesia. Conozco también personalmente a Rubén Calvo, número tres de la lista y Secretario General de Familia y Vida. Joven, católico, con poca experiencia en estas lides pero con las cosas muy claras. Y respecto a Javier Garisoain, secretario general de la CTC y nº dos de la lista, no he tenido el gusto de conocerle en persona -cosa que pienso “solucionar” en breve- pero sí he hablado con él varias veces por teléfono. Me parece un católico cabal, que es lo mejor que se puede decir de una persona. No es la primera vez que he dicho que si no fuera por el tema de los fueros, no tendría el menor problema en ser carlista, pero últimamente estoy leyendo más sobre esa cuestión y comprendo que forman una parte de la historia de nuestra patria a la que no tiene por qué renunciarse, siempre que no afecte al principio de solidaridad inter-territorial, como ya está ocurriendo con el actual sistema autonómico.

El hecho de que haya decidido votar a Impulso Social no significa que no respete, faltaría más, a los católicos que en conciencia deciden votar a otras opciones políticas, a menos que sean radicalmente abortistas y anti-familia. Creo que el principio del mal menor se ha convertido en una lacra para el voto católico en nuestra patria, pero creo más que dicho voto apenas existe. Es decir, son pocos los católicos practicantes que en verdad votan teniendo en cuenta esos principios no negociables ya mencionados. Ojalá algún día cambie esa realidad.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) He llegado a pedir perdón a Dios por haber votado al PP

jueves, 22 de mayo de 2014

¿Infalibilidad de las canonizaciones? (Padre Alfonso Gálvez)



Padre Iraburu
[El padre Iraburu, que escribe en su blog Reforma o Apostasía, y en Infocatólica ha escrito sobre este tema de la infalibilidad de las canonizaciones de Juan XXIII y Juan Pablo II. El padre Alfonso Gálvez, fundador de la Sociedad de Jesucristo Sacerdote, discrepa de su posición y lo hace con argumentos muy sólidos. Dice lo siguiente (los subrayados, negritas, cursivas o color de letra son míos):] 

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El P. Iraburu ha elaborado un razonamiento que no es admisible. Según él, todas las canonizaciones proclamadas por la Iglesia han sido consideradas hasta ahora como infalibles. Y es imposible ---continúa diciendo--- que una creencia tan universal y siempre reconocida en la Iglesia pueda ser errónea. Luego las actuales canonizaciones también son infalibles, y de ahí la necesidad de reconocer como Santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II.

Sin embargo, la primera afirmación no se fundamenta en la verdad. Dado que existen en la Iglesia teólogos de alto prestigio, tanto de tiempos anteriores como de la actualidad, que ponen en duda la condición de infalibilidad de las canonizaciones de santos o beatos apoyándose en argumentos bastante fiables. Y sobre todo en referencia a las dos últimas, en las que faltan todas las condiciones de seriedad y de cumplimiento de las exigencias canónicas para llevarse a cabo. El P. Iraburu es un sacerdote serio e instruido y conoce sin duda la existencia y los nombres de tales teólogos, entre los que se cuenta el mismísimo Ratzinger, luego Papa Benedicto XVI y ahora conocido como Papa Emérito.

En cuanto a la segunda afirmación, no se corresponde con la realidad de los hechos. La imposibilidad de que estas dos canonizaciones sean infalibles se explica por razón de que la doctrina, la vida y muchas actuaciones de ambos Papas son demasiado conocidas como para que sea posible admitir en ellas su carácter de santidad. Además de su condición de enteramente rechazables bastantes de ellas, son bien patentes y avaladas por multitud de documentos y no pocos testigos. Y no cabe empeñarse en negar la evidencia de que ambos Papas causaron daños irreparables a la Iglesia, puesto que tal cosa equivaldría a rechazar voluntariamente la evidencia de los hechos, adoptando una actitud de reticencia en aceptar lo que todos los historiadores serios han reconocido, cerrando los ojos también a lo que cualquiera que se halle libre de prejuicios puede ver y comprobar fácilmente por sí mismo.

Yo fui ordenado sacerdote bajo el Pontificado de Pío XII. He tenido ocasión, por lo tanto, de seguir la larga trayectoria de sucesos inexplicables que ha recorrido la Iglesia hasta los tiempos actuales: desde la muerte de Pío XII, el Concilio y los tiempos del postconcilio (más de cincuenta años que han culminado en el estado actual de ruina de la Iglesia), de manera que he vivido en propia carne el cambio sustancial dado por la Iglesia entre uno y otro período. Fui siguiendo con gran asombro las noticias que informaban acerca del Pacto de Metz (1962); en el que el Cardenal Tisserant y el Patriarca ortodoxo ruso Nikodim (títere del Politburó soviético) firmaron respectivamente, en nombre de Juan XXIII y de Kruschev, el acuerdo de no condenación (e incluso la exclusión de cualquier alusión en contra) del comunismo en el Concilio. Con los resultados conocidos: carta blanca a la política de la Otspolitik, reconocimiento de los valores(?) contenidos en la doctrina soviética, abandono a su suerte de millones de cristianos en Rusia y países sometidos, y puerta abierta a la introducción de laTeología de la Liberación en la América Hispana. Puse interés en seguir las filosofías adoptadas por Juan XXIII (extrañas al tomismo y a la Philosophia Perennis que siempre había mantenido la Iglesia), sus atenciones y preferencias por filósofos previamente condenados por San Pío X, amén de su apertura a las religiones extrañas al Catolicismo, etc. 

En cuanto a Juan Pablo II, prefiero no referirme a los Encuentros de Asís, ni a sus numerosos viajes en los que tuvo ocasión de celebrar liturgias profanas e imposibles de imaginar compatibles con la Liturgia de la Iglesia; dediqué buena cantidad de tiempo en leer sus Encíclicas (con especial atención las llamadas Trinitarias, en las que, a pesar de no ser yo teólogo, me pareció apreciar no pocos errores), además de emplear montañas de paciencia en seguir su Teología del Cuerpo, predicada por él durante dos años y acerca de la cual cualquier teólogo serio encontraría hoy multitud de elementos rechazables pero que a mí mismo ya me escandalizaron en su momento. En cuanto a la catadura de los Cardenales y Obispos nombrados por él, los cuales ostentan hoy en día los cargos de mayor responsabilidad en la Iglesia, es cosa que está a la vista de todos y acerca de lo cual es mejor callar; ni quiero aludir tampoco a su desafortunada amistad con el P. Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, etc., etc., pues no hay lugar aquí para relatar una larga crónica.

He ahí un brevísimo resumen que me califica para afirmar honradamente un hecho claro: obligar a mi razón a reconocer santidades en personalidades cuya vida, escritos, actividades y doctrina conozco, y son muchos de ellos claramente incompatibles con la Fe, sería colocarme en la tesitura de tener que afirmar que lo blanco es negro y que lo negro es blanco. Sin embargo la razón no es incompatible con la Fe, ni la Fe con la razón (verdad revelada). Y de ahí la angustia que experimento cuando compruebo la facilidad con la que los hombres están dispuestos a poner entre paréntesis la verdad, o al menos a disimularla, para condenarla al fin a un olvido total.

Es natural que el Padre Iraburu, tal como hacemos también nosotros, se encuentre dispuesto a acoger con respeto las decisiones del Papa y a confiar en que ambos Pontífices canonizados gocen de la eterna bienaventuranza. El verdadero católico asume las decisiones de la Iglesia y presta fidelidad a su legítima Jerarquía. Aunque sin llegar al extremo de faltar a la verdad, que es la última cosa que esperaría de nosotros Aquél cuyo juicio es el verdaderamente último y definitivo.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Misericordia y verdad (por el padre Santiago Martín)

Acerca de este tema ya he dicho algo en este blog. Ver aquí. Un amigo mío me ha enviado el siguiente enlace del padre Santiago Martín, un vídeo que dura 55 minutos, y que esclarece muy bien el concepto de misericordia que, necesariamente, va unido al concepto de verdad. Sin verdad no es posible hablar de misericordia. Está muy bien explicado y muy bien razonado. Merece la pena escucharlo, aunque sea en dos o tres ratos (en silencio) y prestando mucha atención. El error y la mentira son incompatibles con la misericordia. Acaba el tema refiriéndose al famoso tema de la comunión de los divorciados y vueltos a casar. Es imposible admitir que se pueda comulgar en estado de pecado mortal. Esto es palabra divina: "El que come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29). 



Hay un punto, sin embargo, en el que no estoy de acuerdo con el padre Santiago Martín, si lo he entendido bien (tal vez no lo haya interpretado correctamente, pero me he quedado con la impresión de que la solución del tema de los divorciados vueltos a casar se encontraría en concederles la nulidad y punto. Y si para ello hay que pagar menos pues que se pague menos. De ese modo sí podrían comulgar. 


Ciertamente eso es cierto cuando se trata de una verdadera nulidad. Pero averiguar si un matrimonio es o no nulo es muy difícil de demostrar. De hecho, hasta hace unos cincuenta años (antes del Concilio Vaticano II) apenas si se concedían nulidades matrimoniales. Pero hoy las nulidades matrimoniales se conceden con una facilidad increíble. Yo tengo para mí que la mayoría de esas nulidades no son tales, sino auténticos "divorcios enmascarados". Eso Dios lo sabe. Yo no puedo saberlo. Pero el sentido común, y el haber vivido unos cuantos años me dice que aquí hay algo raro, siendo así que se trata de un tema muy serio, con el que no se puede jugar. Las nulidades no se pueden comprar como se compra, por ejemplo, un ordenador. Si así se hiciera no habría tal nulidad, aunque estuviese rubricado por el obispo o por quien fuere..., pues a Dios nadie le puede engañar. Y quien comulgase en esa situación lo estaría haciendo en estado de pecado mortal. Y se le podrían aplicar las palabras de San Pablo en 1 Cor 11,29.


No creo que la solución al problema de los divorciados vueltos a casar consista en hacer más baratas las nulidades ... y ya está. Sobre este tema digo algo (aunque no mucho) el punto 1 de la vía de los hechos, tema sobre el que estoy escribiendo ahora. 

Eso es lo único, en realidad, que me ha dejado un poquito perplejo con respecto a la charla del padre Santiago Martín. En lo demás es impecable. Y da gusto oírlo, porque habla en consonancia con lo que es palabra de Dios. Pudiera ser que yo no haya entendido bien lo que quería decir... En todo caso, lo que está claro es que el Papa no debería permitirse decir que el 50% de los matrimonios son nulos. Ni el Papa ni nadie. ¡Eso son palabras dichas a la ligera y un auténtico disparate! Aunque puede que tales palabras no hayan sido dichas por el Papa, en cuyo caso el cardenal Kasper no está actuando con buena fe, al poner en boca del Papa lo que el Papa no ha dicho. Pero, si eso es así, ¿por qué entonces Francisco no lo desmiente? Es un verdadero lío. 

En fin, el vídeo puede verse pulsando en el siguiente enlace:  Cisma en la Iglesia

EX CATHEDRA ( de Sofronio)

Este artículo está tomado de un autor que firma con el pseudónimo de Sofronio, y que escribe habitualmente en Tradición Digital. En general todo lo que escribe suele estar en concordancia con la verdadera Tradición de la Iglesia. En particular, ha escrito un post que ha titulado Ex Cathedra, del cual entresaco aquellos párrafos que considero que ayudan a comprender mejor el significado de la expresión ex cathedra. Como no podía ser de otra manera, se apoya en la Constitución Dogmática Pastor Aeternus, que fue aprobada en la cuarta sesión del Concilio Ecuménico Vaticano I el 18 de julio de 1870 y que trata precisamente de este tema de la Infalibilidad papal. En ella se establecen las condiciones necesarias para que pueda hablarse de infalibilidad. Yo dije ya algo de esto en mi blog, aunque aquí está mucho más completo, a mi entender.

La explicación va a venir, propiamente, del Secretario de la comisión directiva del Concilio Vaticano I, Mons. Fessler, cuyos amplios conocimientos en Patrología y Derecho Canónico fueron decisivos para que el Papa Pío IX le elogiara por el Opúsculo que escribió con respecto al tema de la infalibilidad papal. Aquí transcribo lo más relevante:


Papa Pío IX
El error del infabilismo

«No debe decirse que el Pontífice Romano es personalmente infalible, en el sentido de que cada una de sus afirmaciones sea infalible, y que él no dependería más que de sus gustos personales para imponer a los fieles la fe en nuevos dogmas. El Papa no es infalible ni como hombre, ni como sabio, ni como sacerdote, ni como obispo, ni como príncipe temporal, ni como juez, ni como legislador. Él no es infalible ni impecable, ni en su vida, ni en su conducta, ni en sus criterios políticos, ni en sus relaciones con los príncipes, ni siquiera en el gobierno de la Iglesia»Como dice Denzinger "no fue prometido a los sucesores de Pedro el Espíritu Santo para que por revelación suya manifestaran una nueva doctrina sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y fielmente expusieran la revelación trasmitida por los Apóstoles, es decir el depósito de la fe." (Dz 1836) 

Es por lo tanto la revelación recibida de Dios, el depósito de la fe, el dominio perfectamente trazado y exactamente circunscrito dentro del cual se extienden las decisiones infalibles del Papa ... No depende del capricho del Papa, o de su deseo, disponer que tal o cual doctrina sea objeto de una definición dogmática.  Está atado, está limitado a la revelación divina y a las verdades que ella contiene; está atado, está limitado por los símbolos de la fe ya existentes y por las precedentes definiciones de la Iglesia. Está ligado y limitado por la ley divina y la constitución de la Iglesia. Finalmente, está atado y limitado por esta doctrina divinamente revelada que afirma que a la par de la sociedad religiosa existe la sociedad civil, que a la par de la jerarquía eclesiástica está el poder de los gobernantes temporales, investidos en su dominio de una plena soberanía, y a los cuales se debe obediencia en conciencia y respeto en todas las cosas moralmente permitidas, y que son del dominio de la sociedad civil»

Ciertamente el Papa posee la suprema potestad en:

Las cuestiones concernientes a la Fe.
Cuestiones relativas a la moral.
Cuestiones disciplinarias.
Cuestiones de gobierno.

Pero la infalibilidad que el Concilio Vaticano I define no recayera sobre las cuestiones tercera y cuarta, sino sólo sobre las dos primeras, y en ciertas condiciones. Cuáles sean esas condiciones para determinar que estamos ante un acto infalible del Papa, las veremos enseguida.

La infalibilidad del papa está limitada por cinco conceptos, si tiene continuidad con los símbolos de la fe y las definiciones de la Iglesia dadas en la Tradición. Si está continuidad se altera, nunca se podrá considerar infalible. Pero si no se rompe, debe cumplir las siguientes condiciones, para saber que el Papa habla ex cathedra:

Por razón del sujeto, puesto que es infalible sólo cuando habla  como Pastor supremo y Juez.

Por razón del objeto. Es infalible sólo en cuestiones de fe y de moral.
Por el modo. Debe definir : el concepto de definición exige fijación con claridad, exactitud y precisión, y distinción de la naturaleza de una cosa.
Por razón del ámbito. Debe ser vinculante para toda la Iglesia.
Por razón de su imperio. Debe obligar.

Si alguna de estas condiciones no se cumple el acto del Papa no es infalible y puede errar e incluso caer en herejía e incluso llegar a perder el Oficio Supremo como lo aseguran muchos santos doctores de la Iglesia ¿Cómo es esto? Porque la infalibilidad está referida al oficio y en este sentido es personal, pero no en cuanto a la persona privada, sino en cuanto a la persona pública que está ejerciendo el cargo. Si la infalibilidad perteneciera a la persona individual, entonces sería siempre infalible, porque la persona es indivisible, y eso sería una aberración.

Puesto que el papa no goza de la impecabilidad, como bien dice Mons. Fessler, está sujeto a las debilidades humanas y por ende, y aunque repugne el pío sentir de los fieles, no se puede excluir que como persona privada el Papa caiga en error e, incluso, en herejía, pues de lo contrario sería impecable en este género de culpa; impecabilidad que ni Cristo le prometió ni la Iglesia ha dicho jamás que posea.

Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ¿cuántas veces tienen que decir Juan XXIII, Pablo VI y Benedicto XVI que el Concilio Vaticano II no es dogmático sino pastoral, para que los adoradores de Juan Pablo II y Bergoglio se enteren de que sus textos pueden errar y que, de hecho, contienen errores...?

Resumiendo: Lo único que exige la Fe es creer que el Papa es infalible cuando habla ex cathedra.

La confusión sobre las condiciones necesarias para estar cierto de que determinado acto de un Papa es infalible, ha generado una papolatría tal que los liberales, dentro de la Iglesia, han sabido aprovechar muy bien para introducir falsas doctrinas, formando obispos y cardenales de su propia orientación y que han ascendido a la Sede primera, desde la que expanden los errores, extraviando así a las almas.

Mientras no seamos capaces de deshacernos de este monstruoso infalibilismo, y lo comprendamos en la manera que lo ha definido la Iglesia en el Concilio Vaticano I [y también en el Concilio Vaticano II], será humanamente muy difícil salir de esta crisis, pues el error penetró, hace tiempo, en las mentes de la mayoría de los católicos.

Acaba el autor de este artículo recordando al lector que lo que se dice en el opúsculo de Mons. Fessler está aprobado nada menos que por el Papa Pío IX

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Nota: La Constitución Dogmática "Lumen Gentium" del Concilio Vaticano II ratifica esta doctrina en su párrafo 18, en donde se especifica, para entenderlo correctamente, que lo hace siguiendo las huellas del Concilio Vaticano I

lunes, 19 de mayo de 2014

La vía de los hechos: La centralidad es Cristo y no el papa Francisco (7 de 17)

NOTA: El índice de las 17 entradas sobre "La vía de los hechos" se ha introducido cuatro años después. Puede accederse a él, directamente, pinchando aquí.


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9. La centralidad de la vida cristiana es Jesucristo: "En ningún otro está la salvación" (Heb 4,12). Dios vino al mundo para salvarnos, haciéndose hombre en la Persona del Hijo. Ese Dios-hombre es Jesús, que fundó su Iglesia, dándoles a sus apóstoles una misión: "Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar TODO cuanto Yo os he mandado." (Mt 28, 18-20). 

La Biblia es un libro profético, cuyo autor es el Espíritu Santo, o sea, el Espíritu de Jesús que es, al mismo tiempo, Espíritu del Padre y Espíritu del Hijo. En definitiva, el autor de la Biblia es Dios, de modo que todo lo contenido en ella es su palabra, es palabra de Dios. A la luz del Nuevo Testamento podemos leer e interpretar correctamente el Antiguo Testamento. Así decía Jesús: "No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirla sino a darle cumplimiento" (Mt 5,17). Todas las profecías del Antiguo Testamento se cumplen en JesucristoEl Dios único del Antiguo Testamento se nos ha dado a conocer en Jesucristo; y desde que eso ha ocurrido, es imposible conocer a ese Dios único, el Dios de la Biblia, si no conocemos a JesucristoQuien negase a Jesucristo como Hijo de Dios y verdadero Dios, está negando al Padre"Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo también posee al Padre" (1 Jn 2,23). Es cierto que Jesús le dice a la samaritana que "la salvación procede de los judíos" (Jn 4,22). Pero cuando ésta le responde: "Sé que el Mesías, el llamado Cristo, está al llegar. Cuando Él venga nos manifestará todo" (Jn 4,25), Jesús le dice: "Yo soy, el que habla contigo(Jn 4,26). Así se aclara esa aparente contradicción entre las palabras que dijo Jesús de que la salvación procede de los judíos; y aquellas otras según las cuales sólo en Jesucristo es posible la salvación: Jesús era judío

[Escribo esto porque esas palabras de Jesús de que "la salvación viene de los judíos" podrían ser malinterpretadas en el sentido de que en el pueblo judío, y solamente en él, está la salvación. Esto queda incompleto. Hay que especificar y ser más concreto. Es verdad que "la salvación viene de los judíos", pero esto es así porque Jesús era judío, y fue en un judío donde Dios se encarnó y habitó entre nosotros. Pero ya no hay más. De no hacer esta aclaración podría parecer que la salvación proviene también del pueblo judío actual, un pueblo que rechaza al judío Jesucristo, en quien no cree, un pueblo que sigue esperando a un Mesías judío que ya vino con la venida de Cristo Jesús, pero en el que muchos de ellos no creyeron entonces, según está escrito: "Vino a los suyos pero los suyos no le recibieron" (Jn 1,11) y en el que una gran mayoría de los judíos actuales sigue sin creer.  Por lo tanto, no es verdad que haya que hacerse judío para salvarse: hay que hacerse cristiano. En el cristianismo está la perfección del judaísmo. Una vez más es preciso recordar que Cristo no vino para destruir la Ley y los Profetas sino para llevarlas a su plenitud. Pues en Él se cumplió todo lo que vaticinaron los Profetas acerca del Mesías. Desde ese momento ya no es posible la indiferencia ante Jesús: "Quien no está conmigo está contra mí; y quien no recoge conmigo, desparrama" (Mt 12,30). Y en otro lugar dice: "Si no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado: Quien me odia a Mí, odia también a mi Padre" (Jn 15,22-23). Estas ideas conviene tenerlas muy claras, porque está en juego nuestra salvación]


Con relación a la misión de los apóstoles de que deben enseñar todo lo que Él les ha mandado, es preciso hacer hincapié en el todoNadie puede añadir ni quitar nada de lo que está escrito. Si alguien lo hiciera dice San Juan que Dios le quitará su parte en el árbol de la vida y en la ciudad santa (ver Ap 22, 18-19). San Pablo lo expresa también con mucha claridad: "Si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema!" (Gal 1,10). Ésta es la teoría, ésta es la doctrina de siempre. Pero ¿qué ocurre con la praxis? ¿Qué observamos? 

Ya hemos comentado algo en artículos anteriores acerca de lo que está ocurriendo hoy en día en el seno de la Iglesi a. Ésta atraviesa   posiblemente la mayor crisis de su Historia, aunque a veces aparezcan voces diciendo que estamos mejor que nunca. No es verdad. La misión de la Iglesia es la de custodiar el depósito que han recibido, teniendo siempre presente que "Jesucristo es el mismo, ayer y hoy y por los siglos" (Heb 13,8). La Iglesia ya está inventada: Jesucristo fue su fundador. Nadie puede inventar una nueva Iglesia, porque ésa no sería la Iglesia de Jesucristo, no sería la verdadera Iglesia. 

Por desgracia hay muchos jerarcas en la Iglesia (¡cada vez más!) que no nos anuncian el mensaje de Cristo sino teorías mundanas. Muchos de ellos han perdido la fe y aparecen  como pastores, pero no son buenos pastores, puesto que no entran por la puerta del redil, que es Jesucristo, sino que saltan por otro lado, haciendo así mucho daño a las ovejas. Esto no es nuevo. Ya lo decía Jesús: "El asalariado, el que no es pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo, deja las ovejas y huye -y el lobo las arrebata y las dispersa-, porque es asalariado y no le importan las ovejas" (Jn 10, 12-13)

Pero, en fin: continuemos con el hilo inicial. Como sabemos, Jesús es el Rey del Universo y el Señor de la Historia (¡ÉSTA ES LA TEORÍA Y EL DOGMA!). Así es, por lo tanto, como debería aparecer ante todos los cristianos, como el centro de la vida cristiana y como el único cuya posesión puede hacerlos felices, con una felicidad verdadera, que no es de este mundo. 

Resulta, sin embargo, que nos encontramos (¡ÉSTA ES LA PRAXIS!) con que no es Jesucristo sino el Papa el que aparece como centro en todos los medios de comunicación  desde el primer día en que fue elegido Papa hasta el momento presente. Elegido "hombre del año 2013" por su popularidad; alabado y ensalzado por todos los mass-media, incluidos los ateos y anticristianos, enemigos acérrimos de la Iglesia, a la que odian y cuya desaparición desean.  La verdad es que todo esto es como para estar muy preocupados, si es que las palabras de Jesús significan algo y no hemos perdido ya la fe: "¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!" (Lc 6,26).


Se habla de Francisco como "el Papa de todos" . Éste es el título de un libro de un cura argentino. De entrada, el mismo título desfigura la realidad. A lo largo de la Historia de la Iglesia nunca un Papa ha sido el Papa de todos; sólo de aquellos que, por el bautismo, han pasado a formar parte del cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia, y de la cual el Papa es su cabeza visible [la cabeza invisible es Cristo]. Y puesto que "fuera de Iglesia no hay salvación", la misión principal del Papa (y en realidad la única), es la de hacer todo lo que esté en su mano para que el mensaje de Jesucristo llegue hasta todos los hombres. 

Se podría decir, como mucho, que está llamado a ser el Papa de todos, en el sentido de que a todo el mundo debe llegar la noticia de que Dios es nuestro Padre y de que se ha revelado en Jesucristo. Pero no lo es. Exagerando, podría decir que ni siquiera Jesucristo, que es el Rey del Universo, reina en el corazón de todos los hombres, aunque ese es su más ardiente deseo, pues no ha llegado a todos su mensaje; y a quienes les ha llegado, no todos le han respondido dándole cabida en su corazón. En ese sentido, tampoco Cristo es el Rey de todos (pues no todos le admiten). ¿Cómo puede ser que el Papa sea considerado como el Papa de todos? Pues ahí está. 

No se entienden, por lo tanto, las siguientes palabras del Papa al Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, durante una reunión que tuvo con él en el Vaticano el 9 de mayo de este año de 2014: "Les invito -dijo el Papa- a promover juntos una verdadera movilización ética mundial que, más allá de cualquier diferencia de credo o de opiniones políticas, difunda y aplique una ideal común de fraternidad y solidaridad, especialmente con los más pobres y excluidos"





Vamos a ver. Intentemos hacer uso de la razón y del sentido común, si es que esto es todavía posible: hablar de fraternidad entre todos los hombres supone admitir que todos los hombres son hermanos. Y si son hermanos deben tener un Padre común. Y ese Padre común es Dios, que se reveló en Jesucristo, para hacernos ver y entender que realmente estamos llamados a ser sus hijos y que podemos serlo, si nos unimos a Jesús, en el Espíritu Santo. Si entendemos así la fraternidad estamos completamente de acuerdoPero para nada salió lo específicamente cristiano. Todo lo contrario. Dice textualmente el Papa: más allá de cualquier diferencia de credo. No se casan los conceptos de fraternidad, por una parte, y más allá de cualquier diferencia de credo, por otra. ¿Por qué no? Pues porque cada credo religioso tiene una idea de Dios completamente distinta (¡y no está precisamente relacionada con la fraternidad y la solidaridad entre los hombres!). El Papa no se puede convertir en portavoz de todos los credos. Vamos, es de pura lógica aristotélica: una ética universal creada por hombres y para todos los hombres es una utopía. Y, sobre todo, no es conforme al mensaje sobrenatural de Cristo, un mensaje que se pretende ocultar a todos, como si Cristo no hubiera venido al mundo y nos hubiera hablado.



¿Por qué ese afán de agradar a todos para que escuchen lo que quieren oir? Francamente no lo entiendo. Yo no digo que esté mal llegar a acuerdos entre personas. No sólo no está mal. ¡Está muy bien y es necesario!  Pero la misión del Papa no es ésa. No tenemos más que fijarnos en cómo procedía Jesús: "Uno de la multitud que le seguía le dijo: 'Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo' ... Jesús le respondió: 'Hombre, ¿quién me ha constituido juez o encargado de repartir entre vosotros?' "(Lc 12,13-14). El Señor es muy claro y explícito, como siempre. Por eso, si tengo que elegir entre lo que dice el Papa y lo que dice Jesús, y lo que dicen son cosas diferentes con respecto a temas semejantes, yo me quedo con lo que dice Jesús.

En mi modesta opinión, lo que pienso que hubiera podido hacer el Papa, actuando como Papa, es haber aprovechado la ocasión para hablar de que los grandes males que afligen hoy a la humanidad provienen de que ésta se ha alejado de Dios, un Dios que nos quiere y que desea nuestro auténtico bien. Sólo la vuelta a Dios y la conversión personal pueden hacer posible que este mundo cambie a mejor. No hay otra solución. Si éstas o parecidas palabras hubieran sido dichas por el Papa, entonces el Papa estaría hablando conforme a lo que es su misión específica, cual es la de influir en que Cristo sea conocido y amado por todo el mundo. Pero no es eso lo que hizo. Esto son hechos

No estoy juzgando a nadie, ni soy quién para hacerlo. Doy esto por sentado. Simplemente me limito a razonar desde mi condición de cristiano que intenta ser fiel al mensaje que Cristo nos entregó. Y esto nadie nos lo puede prohibir. Y menos el propio Cristo quien dijo de sí mismo que Él es la Verdad. Sabiendo, además, que la razón no está reñida con la fe, sino que son complementarias, me atrevo a opinar, razonando siempre lo que digo.

Un ejemplo: la centralidad es Cristo y no el Papa (¡dogma!) pero yo veo que el Papa aparece como centro, y no Jesucristo (¡praxis!). ¿Realmente la gente conoce más a Jesús y cree más en Él debido a sus homilías de Santa Marta y a sus comentarios a los periodistas? Yo no lo veo así. Sí constato, en cambio, el entusiasmo que tienen con el Papa Francisco los enemigos de la Iglesia. ¡Ésto son hechos! ¿Cómo no voy a preocuparme? Pero eso sí, sin perder nunca la paz interior, una paz que proviene de Jesús, cuyas palabras resuenan en mi corazón: "En el mundo tendréis tribulación. Pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16,33)

(Continuará)

domingo, 18 de mayo de 2014

La vía de los hechos: Homosexualidad: De Paolis (6 de 17)

NOTA: El índice de las 17 entradas sobre "La vía de los hechos" se ha introducido cuatro años después. Puede accederse a él, directamente, pinchando aquí.


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Antes de seguir con otro nuevo apartado, y relacionado con este tema de la homosexualidad, resulta que me he encontrado con esta imagen en Internet en la que el Papa está besando con reverencia las manos de un anciano.  ¿Quién es este anciano? Bajo la foto está la respuesta:


Se trata de Don Michele De Paolis, sacerdote de 93 años, que fue recibido por Francisco el 6 de mayo y concelebró misa con él en la casa de huéspedes de Santa Marta. Es fundador y actual presidente de honor de la Comunidad de Emaús en la ciudad de Apulia Foggia (Italia). Se reunieron "unos pocos minutos" y al final Francisco se inclinó ante él y besó con reverencia la mano de este cura que resulta ser, nada menos que un promotor de la homosexualidad.

Michele De Paolis es de ideología marxista y partidario de la Teología de la Liberación. En su página de Facebook (en la que aparecen muchas fotos suyas con el Papa, tomadas el 6 de mayo), se define a sí mismo, en la portada, de la siguiente manera:


que, traducido al español sería:

Me siento anticlerical, es decir, no me siento pertenecer a ninguna casta, a ninguna categoría, no me siento parte de una religión oficial. Trato de dar paz y alegría a las personas que en su mayoría se encuentran en situaciones dramáticas de existencia: infieles, no creyentes, divorciados, los que buscan abortos, los homosexuales, los desesperados, a una variedad de personas marginadas. Busco proyectar la luz del Evangelio sobre la Iglesia en temas controvertidos, como son el celibato de los sacerdotes, las mujeres sacerdotes, la pedofilia, las enfermedades [de transmisión sexual] y la eutanasia.” 

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No entiendo cómo este sacerdote no ha sido ya expulsado o excomulgado, ni entiendo que pueda celebrar misa, y que lo haga, además, con el mismo Papa, con los consabidos escándalos  que se sabe, de antemano, que van a tener lugar para los que tienen fe y tienen las ideas más o menos claras. Y también la "alegría" de los ateos. La posición de este sacerdote es claramente herética y está en contra de la Escritura y de las enseñanzas morales de la Iglesia de veinte siglos. Pero ahí lo tenemos. ¡Como si no pasara nada!


He aquí palabras textuales suyas, con relación a la homosexualidad: “Hoy en día, la actitud de la Iglesia afirmando que la homosexualidad es un pecado, es severa, inhumana y crea mucho sufrimiento en los homosexuales. Gracias a Dios que la doctrina del Magisterio está evolucionando.”

¡Qué ocasión más estupenda para que el Papa le hubiera advertido de que no iba por buen camino, recordándole que la homosexualidad es un grave pecado y que debía, por lo tanto, arrepentirse ...! ¡ Qué bueno hubiera sido, para este hombre y para toda la Iglesia que el Papa hubiera procedido  del mismo modo en que lo hizo Jesús con la mujer adúltera, a quien dijo, después de haberla perdonado: "Vete y no peques más" (Jn 8,11) ... Y, sin embargo, en lugar de eso, nos encontramos con que Francisco se inclina ante él y le besa la mano con reverencia. Este gesto, de por sí, ya expresa mucho. Y, si nos atenemos a  ciertas fuentes  parece ser que también le dijo:

" No es cierto que estés en pecado, porque Dios te ama y te ha puesto esa inclinación; es su regalo. Ésta es tu 'naturaleza', que debe ser aceptada y respetada. No estás enfermo. No tienes que 'curarte' de esta inclinación."

¡Pero las cosas no funcionan así!. La misericordia y la verdad no se contraponen, como ya se explicó en el artículo anterior. Si esas palabras atribuidas al Papa son ciertas considero que son de extrema gravedad. Porque pienso: ¿acaso decirle a este hombre: "No tienes que curarte de esta inclinación" o "ésta es tu naturaleza" no equivale, de alguna manera, a decirle "pon en práctica esa inclinación, que no pasa nada"? La verdad, no encuentro otra explicación; porque, además, está en perfecta concordancia con las afirmaciones que hizo el
propio de Paolis, en una entrevista con el grupo LGBT Bethel de Génova: 

"Algunas personas de la Iglesia dicen: ' Es aceptable ser gay, pero los gays no deben tener ninguna relación', o sea, no pueden amarse ¡Esto es el máximo de la hipocresía. Es como hablar con una planta y decirle: no puedes florecer, no puedes dar frutos! Eso va en contra de la naturaleza" .

Más claro, agua. Y, sin embargo, la actitud (el gesto) del Papa "parece" como una bendición de la situación de este hombre. Y no digamos nada si, además, esas palabras que se le atribuyen son ciertas. Porque eso supondría admitir la homosexualidad como algo normal y natural ... ¡Y no lo es, en absoluto! ¡No es eso lo que viene contenido ni en la Biblia ni en la enseñanza constante de la Iglesia! ... Nos encontramos, una vez más, ante un punto en el que, aunque el propio Papa negara esta interpretación que yo le doy (y creo que puede hacerlo, perfectamente), sin embargo ... la cizaña y la confusión ya están sembradas.


(Continuará)

lunes, 12 de mayo de 2014

LA VÍA DE LOS HECHOS: Más ejemplos: Misericordia y verdad (5 de 17)

NOTA: El índice de las 17 entradas sobre "La vía de los hechos" se ha introducido cuatro años después. Puede accederse a él, directamente, pinchando aquí.


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8. Hay ciertos pecados que no son condenados de modo explícito; el caso más conocido es el de la homosexualidad. No se dice que no sea pecado (¡no podría decirse!). Se sabe que es un pecado contra natura, pero quien diga tal cosa es inmediatamente condenado por el mundo. Políticamente hablando no es correcto, luego el tema de los gay se omite como tabú, por miedo al enfrentamiento. El mismo papa Francisco, cuando fue preguntado sobre este asunto respondió: " Si una persona es gay y busca al Señor con buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?" (Pinchar aquí). 


Sin embargo, cuando habló a los mafiosos les dijo: "El poder y el dinero que tenéis ahora por muchos negocios sucios, por crímenes mafiosos, está lleno de sangre. ¡Convertíos! ¡Aún estáis a tiempo de convertíos y de no ir al infierno". (Ver noticia aquí). Estas palabras del Papa enfrentándose a la mafia suponen una gran valentía, diciéndoles la verdad y lamentándose de su conducta criminal, condenándolos, además, al infierno si no se arrepienten (como sabemos, el infierno es un dogma de fe). El papa cumple con su deber al juzgarlos, porque han pecado y, además, los condena al infierno, si no se arrepienten. Y les suplica: "¡Convertíos!" Esto es la doctrina católica de siempre


Lo que no acabo de entender es por qué el mismo papa no contestó con igual (o parecida) contundencia cuando le preguntaron por el caso de los homosexuales, pues la respuesta es parecida; una respuesta que está en conformidad con lo que ya San Agustín decía, en el siglo IV: que "es necesario odiar el pecado y amar al pecador".

La misericordia con el pecador es fundamental, pero tiene que venir acompañada de la verdad. De no ser así no hace bien: es injusta y falsa. Ciertamente es verdad que no podemos juzgar a nadie "en concreto", en el sentido de condenarlo, porque sólo Dios conoce todos los datos y los corazones de las personas; lo que no obsta para que sí se pueda (¡y se deba!) "juzgar" acerca de la homosexualidad como talgenéricamente hablando. Ésta, como sabemos, es un pecado contra naturaleza, no porque yo lo diga: Lo dice San Pablo y es, por lo tanto, palabra de Dios. Una palabra que es Verdad y que nos habla por nuestro bien, para que nos salvemos: "No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos,(...) heredarán el Reino de Dios" (1 Cor 6, 9-10). Pero continúa diciendo San Pablo: "Y esto erais algunos, pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre de Jesucristo el Señor y en el Espíritu de nuestro Dios" (1 Cor 6,11).


Dos verdades, pues, que no se deben ocultar. No se puede hablar de una sola y omitir la otra. Por una parte, debemos ser conscientes acerca de la gravedad de los distintos pecados a los que estamos esclavizados. Esta gravedad no debe ser ocultada porque es el único modo de que podemos ser libres y felices ya en esta vida, según las palabras del mismo Señor Jesús: "Todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Jn 8,34). Por otra parte, no se puede ocultar la misericordia. No hay pecado que no pueda ser personado, desde el momento en que el que ha pecado reconoce su pecado como tal, lo lamenta en lo más íntimo de su ser y pide sinceramente perdón a Dios: "Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aunque estábamos muertos por el pecado, nos dio vida en Cristo" (Ef 2,4-5). Cuando sinceramente nos arrepentimos de nuestros pecados, somos perdonados por la misericordia de Dios manifestada en Jesucristo. Dichos pecados son perdonados y eliminados, como si nunca hubieran existido. 

Decir la verdad completa es fundamental. A la pecadora adúltera arrepentida, a la que querían apedrear los judíos, Jesús la defiende, pero no defiende su pecado. De hecho cuando todos se han ido y se han quedado solos, Él y la mujer, la mira con inmenso cariño y le dice: " 'Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te condenó?'. Ella contestó: 'Ninguno, Señor'. Jesús le dijo: 'Tampoco Yo te condeno. Vete y no peques más' " (Jn 8, 10-11). Por eso las declaraciones que hizo el Papa acerca de los gays, al no haber ido acompañadas de una condena explícita del pecado han sembrado una gran confusión entre los católicos; y mientras tanto, los enemigos de la Iglesia se frotan las manos. Una buena prueba de ello la tenemos en que la publicación The Advocate, la más influyente de la comunidad LGBT de los Estados Unidos, eligió a Francisco como «Persona del año2013», y se deshizo en alabanzas hacia él por su actitud de apertura, de comprensión y de tolerancia hacia los homosexuales. 

Esto nos tiene que dar qué pensar. La teoría de la Iglesia ya se sabe: la homosexualidad es un grave pecado (al igual que hay otros pecados graves) y merece el odio y la condena, porque extravía y hace desgraciadas a las personas. No así el homosexual concreto que debe ser escuchado con respeto y cariño, como una persona que es y amada, por lo tanto, por Nuestro Señor. No cabe duda de que si realmente una determinada persona gay busca al Señor, con sincero corazón, y tiene buena voluntad (usando la misma expresión del Santo Padre), entonces se arrepentirá de sus pecados y no los justificará, aunque tenga que sufrir, porque así se salvará. Esta idea del arrepentimiento y de la no condena de la homosexualidad como tal es lo que le faltó al Santo Padre. Lo que dijo fue una verdad a medias. Lógicamente, esto fue  inmediatamente aprovechado por aquellos que están luchando para que la realidad gay sea reconocida como normal y digna (incluso) de elogio; y el ser gay sea reconocido como un derecho. Así está ocurriendo ya en multitud de lugares de la tierra.

Por la vía de los hechos, al no condenar la homosexualidad, como tal, la gente (entre ellos, los mismos cristianos) podría llegar a pensar que la homosexualidad es algo normal y natural, lo que está en total desacuerdo con la realidad de la naturaleza humana. Otra cosa es la realidad social: la sociedad, en su conjunto, se ha apartado de Dios y no es capaz ya de distinguir el bien del mal, porque todo está bien, siempre que uno sienta que está bien. La primacía de los sentimientos sustituyendo a la realidad objetiva que es aquella que está conforme a lo que piensa acerca de ella Aquél que es su autor... ya hemos podido leer lo que está escrito en la Sagrada Escritura. 

El mundo de hoy, que se ha vuelto de espaldas a Dios, proclama "el orgullo gay". Y bien podría ocurrir que de facto se introdujera la homosexualidad en el mismo seno de la Iglesia católica (a base de considerarla como algo normal y de no condenarla).  Yo tengo la esperanza de que eso no ocurra. No quiero ni pensarlo. ¡Sería una monstruosidad, que daría al trasto con todo lo que la Iglesia siempre ha predicado durante veinte siglos! Si la Iglesia se "mundanizara" es que estaría en vías de desaparecer ... Y como "las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella" (Mt 16,18), tal vez lo que está ocurriendo podría ser una señal de que nos estamos acercando al final de los tiempos, uno de cuyos signos es, precisamente, la apostasía universal, (también en la Iglesia). Y esto llegará hasta el extremo de que los verdadero cristianos, aquellos que siguen a su Maestro y sienten con la Iglesia de siempre, sean perseguidos por las estructuras jerárquicas del momento actual: "Se acerca la hora en la que quien os dé muerte piense que así sirve a Dios" (Jn 16,2) . "Os digo esto para que cuando llegue la hora os acordéis de ello, de que ya os lo anuncié" (Jn 16,4) 

En fin, que Dios ilumine nuestras mentes y que fortalezca nuestros corazones; porque está escrito y no nos puede pillar de sorpresa que: "vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que, dejándose llevar de sus caprichos, reunirán en torno a sí maestros que halaguen sus oídos; y se apartarán de la verdad volviéndose a las fábulas" (2 Tim 4, 3-4). Una realidad ante la que hemos de reaccionar con serenidad y alzar nuestra cabeza porque es señal de que la segunda venida de Jesús no puede estar ya muy lejos. Mientras tanto, lo que tenemos que hacer queda muy bien explicado en el consejo que daba San Pablo a Timoteo: "Tú vigila en todo, afánate en el trabajo, haz labor de evangelista, desempeña bien tu ministerio" (2 Tim 4,5)

(Continuará)