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martes, 22 de diciembre de 2020

El Vaticano y las vacunas a partir de fetos abortados. La Nota aclaratoria de Doctrina de la Fe

 QUE NO TE LA CUENTEN

Duración 8:24 minutos


En el día de ayer, 21/12/2020, la Santa Sede, a partir de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha publicado una Nota aclaratoria (ver abajo) acerca del uso de las vacunas a partir de fetos abortados adrede.

Dejamos aquí una breve reflexión para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

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Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra la Covid-19, 21.12.2020

La cuestión sobre el uso de las vacunas, en general, suele estar en el centro de insistentes debates en la opinión pública. En los últimos meses, han llegado a esta Congregación varias peticiones de una opinión sobre el uso de algunas vacunas contra el virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, desarrolladas recurriendo, en el proceso de investigación y producción, a líneas celulares que provienen de tejidos obtenidos de dos abortos ocurridos en el siglo pasado. Al mismo tiempo, se han producido diversas declaraciones en los medios de comunicación por parte de Obispos, Asociaciones Católicas y Expertos, diferentes entre sí y a veces contradictorias, que también han planteado dudas sobre la moralidad del uso de estas vacunas.

Sobre esta cuestión ya hay un importante pronunciamiento de la Pontificia Academia para la Vida, titulado “Reflexiones morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células procedentes de fetos humanos abortados” (5 junio 2005). Además, esta Congregación se expresó al respecto con la Instrucción Dignitas Personae (8 de septiembre de 2008) (cf. nn. 34 y 35). En 2017, la Pontificia Academia para la Vida volvió a tratar el tema con una Nota. Estos documentos ya ofrecen algunos criterios generales dirimentes.

Dado que están ya disponibles, para su distribución y administración en diversos países, las primeras vacunas contra la Covid-19, esta Congregación desea ofrecer algunas indicaciones que clarifiquen este tema. No se pretende juzgar la seguridad y eficacia de estas vacunas, aun siendo éticamente relevante y necesario, porque su evaluación es competencia de los investigadores biomédicos y las agencias para los medicamentos, sino únicamente reflexionar sobre el aspecto moral del uso de aquellas vacunas contra la Covid-19 que se han desarrollado con líneas celulares procedentes de tejidos obtenidos de dos fetos abortados no espontáneamente.

1. Como se afirma en la Instrucción Dignitas Personae, en los casos en los que se utilicen células de fetos abortados para crear líneas celulares para su uso en la investigación científica, “existen diferentes grados de responsabilidad”[1] en la cooperación al mal. Por ejemplo, “en las empresas que utilizan líneas celulares de origen ilícito no es idéntica la responsabilidad de quienes deciden la orientación de la producción y la de aquellos que no tienen poder de decisión”.[2]

2. En este sentido, cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables (por ejemplo, en países en los que no se ponen a disposición de médicos y pacientes vacunas sin problemas éticos o en los que su distribución es más difícil debido a las condiciones especiales de almacenamiento y transporte, o cuando se distribuyen varios tipos de vacunas en el mismo país pero, por parte de las autoridades sanitarias, no se permite a los ciudadanos elegir la vacuna que se va a inocular) es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción.

3. La razón fundamental para considerar moralmente lícito el uso de estas vacunas es que el tipo de cooperación al mal (cooperación material pasiva) del aborto provocado del que proceden estas mismas líneas celulares, por parte de quienes utilizan las vacunas resultantes, es remota. El deber moral de evitar esa cooperación material pasiva no es vinculante si existe un peligro grave, como la propagación, por lo demás incontenible, de un agente patógeno grave:[3] en este caso, la propagación pandémica del virus SARS-CoV-2 que causa la Covid-19. Por consiguiente, debe considerarse que, en este caso, pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con conciencia cierta que el recurso a tales vacunas no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas. Sin embargo, se debe subrayar que el uso moralmente lícito de este tipo de vacunas, debido a las condiciones especiales que lo posibilitan, no puede constituir en sí mismo una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a estas vacunas.

4. De hecho, el uso lícito de esas vacunas no implica ni debe implicar en modo alguno la aprobación moral del uso de líneas celulares procedentes de fetos abortados.[4] Por lo tanto, se pide tanto a las empresas farmacéuticas como a los organismos sanitarios gubernamentales, que produzcan, aprueben, distribuyan y ofrezcan vacunas éticamente aceptables que no creen problemas de conciencia, ni al personal sanitario ni a los propios vacunados.

5. Al mismo tiempo, es evidente para la razón práctica que la vacunación no es, por regla general, una obligación moral y que, por lo tanto, la vacunación debe ser voluntaria. En cualquier caso, desde un punto de vista ético, la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común.Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y más expuestos. Sin embargo, quienes, por razones de conciencia, rechazan las vacunas producidas a partir de líneas celulares procedentes de fetos abortados, deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente infeccioso. En particular, deben evitar cualquier riesgo para la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas o de otro tipo y que son los más vulnerables.

6. Por último, existe también un imperativo moral para la industria farmacéutica, los gobiernos y las organizaciones internacionales, garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un coste excesivo para ellos. La falta de acceso a las vacunas se convertiría, de algún modo, en otra forma de discriminación e injusticia que condenaría a los países pobres a seguir viviendo en la indigencia sanitaria, económica y social.[5]

El Sumo Pontífice Francisco, en la Audiencia concedida al suscrito Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en fecha 17 diciembre 2020, ha examinado la presente Nota y ha aprobado la publicación.

Dado en Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 21 de diciembre de 2020, Memoria litúrgica de San Pedro Canisio.

Luis F. Card. Ladaria, S.I. + S.E. Mons. Giacomo Morandi

Prefecto Arzobispo Titular de Cerveteri

Secretario

____________________________


[1] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Dignitas Personae (8 diciembre 2008), n. 35; AAS (100), 884.

[2] Ibid, 885.

[3] Cfr. Pontificia Academia para la Vida, “Moral reflections on vaccines prepared from cells derived from aborted human foetuses”, 5 junio 2005.

[4] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instruc. Dignitas Personae, n. 35: “Cuando el delito está respaldado por las leyes que regulan el sistema sanitario y científico, es necesario distanciarse de los aspectos inicuos de esos sistemas, a fin de no dar la impresión de una cierta tolerancia o aceptación tácita de acciones gravemente injustas. De lo contrario, se contribuiría a aumentar la indiferencia, o incluso la complacencia con que estas acciones se ven en algunos sectores médicos y políticos”.

[5] Cfr. Francisco, Discurso a los miembros de la Fundación “Banco Farmacéutico”, 19 septiembre 2020.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Una cueva de ladrones



Exsurgat Deus, et dissipentur inimici ejus: et fugiant qui oderunt eum a facie ejus. Salmo 67

En los últimos días ha trascendido la noticia de que Bergoglio está dedicando tiempo a producir una serie de televisión titulada La sabiduría del tiempo (1), realizada por Netflix, la cual ayer mismo publicaba en su página de Twitter un mensaje (2) que sintetiza su punto de referencia ideológico: Praise Satan, es decir alabado sea Satanás. No hace falta recordar hasta qué punto difunde la mencionada multinacional la inmoralidad y el vicio, incluido el abuso sexual de menores.

También hace pocos días se firmó el acuerdo con la ONU a fin de promover la sostenibilidad y la igualdad de género (3), respaldando con ello a una organización que promueve el aborto y la anticoncepción. En el día de la festividad de la Inmaculada, 8 de diciembre de 2020, casi como un indigno ultraje a la Virgen, ha quedado formalizada la nueva asociación entre la Santa Sede y el Council for Inclusive Capitalism promovido por Lynn Forester de Rotschild (4), gran amiga de Hillary Clinton y Jeffrey Epstein, tras enviar un mensaje elogioso a Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial y teórico del Gran Reinicio. Y para no dar lugar a equívocos, tras numerosas llamadas a obedecer a las autoridades durante la emergencia de la psicopandemia, parece que la vacuna contra el covid será obligatoria para todos los funcionarios de la Ciudad del Vaticano, a pesar de haberse producido con material procedente de fetos abortados y de carecer de la menor garantía de eficacia o de inocuidad.

Creo que ya está fuera de toda duda razonable que el vértice de la actual jerarquía católica se ha puesto al servicio de la oligarquía mundialista y la Masonería: al culto idolátrico de la Pachamama en la basílica vaticana se agrega ahora la instalación de un sacrílego nacimiento con una simbología que parece aludir a antiguos ritos egipcios o a extraterrestres. Hay que ser ingenuo, o cómplice, para negar que tras esta concatenación de sucesos hay una clarísima coherencia ideológica y una lúcida mentalidad diabólica.

Pero como ya señalé, sería engañoso limitarse a hacer una evaluación de sucesos internos a la Iglesia sin encuadrarlos en un contexto político y social más amplio: tanto los protagonistas como los extras actúan a las órdenes de un mismo director y siguen un mismo guión. El objetivo ya está declarado: destruir a las naciones desde dentro por medio del estado profundo y la Iglesia de Cristo con la iglesia profunda a fin de instaurar el reinado del Anticristo con la ayuda del Falso Profeta.

El acuerdo secreto entre China y la Santa Sede, tan vivamente deseado por Bergoglio y renovado hace pocas semanas, encaja perfectamente en este inquietante panorama y confirma el pactum sceleris, pacto criminal, que entrega a los católicos chinos a la persecución, a los disidentes a la reeducación, los templos a la demolición y las Sagradas Escrituras a la censura y la adulteración. No es casual que un acuerdo semejante, hasta ahora siempre rechazado y desdeñado por los pontífices, haya sido posible gracias a la intervención del ex cardenal McCarrick y sus cómplices con la ayuda determinante de los jesuitas. Sabemos que los actores son siempre los mismos. Corruptos y corruptores, sobornados y sobornantes, unidos por la rebelión contra la doctrina y la moral y todos indistintamente sometidos a fuerzas anticatólicas, y de hecho anticristianas.

La China comunista es el brazo armado del Nuevo Orden Mundial, tanto por lo que se refiere a la propagación de un virus mutante creado en laboratorio como a la intromisión en las elecciones presidenciales de EE.UU. y el alistamiento de quintas columnas al servicio del régimen de Pekín. Y al promover la apostasía en la cúpula de la Iglesia le impiden proclamar el Evangelio y alzarse como un muro contra el ataque de la élite. Las ventajas económicas que ello comporta para el Vaticano hace más vergonzoso todavía el sometimiento de la secta bergogliana a este plan infernal, poniendo un significativo contrapunto al negocio que promueve la inmigración, que también forma parte del proceso de disolución de una sociedad que ha dejado de ser cristiana. Causa desconcierto que tan escandaloso tratamiento de la misión de la Iglesia Católica no haya ameritado una condena enérgica y valerosa por parte del Episcopado, que ante la evidencia de una apostasía perseguida con cada vez mayor determinación no osa levantar la voz por miedo o por un falso sentido de prudencia.

Las palabras del Dr. Tane, director del Council on Middle East Relations, pueden sonar fuertes y atrevidas, pero ponen en evidencia sin falsos temores la subversión operada bajo este infaustísimo pontificado. Es de esperar que con la publicación de la carta de Tane al cardenal Parolin se abran finalmente los ojos antes de que se cumpla el plan de los conjurados. Por esto concordamos con la loable denuncia publicada hace algunos días por el cardenal Burke a propósito de la utilización del covid con miras al Gran Reseteo (5): denuncia que se añade a la que yo hice el pasado mes de mayo y que he reiterado en varias ocasiones, y a la de los pastores fieles a la Palabra de Dios y solícitos en el servicio a su grey.

La carta de Arthur Tane al Secretario de Estado vaticano concluye con una cita evangélica que es más apropiada que nunca: «Si la Iglesia no entiende el significado de su misión, se convertirá en un templo de cambistas. Porque Jesús dijo: “Mi casa será casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones” (Mt.21,12-13)».

Los obispos no podemos callar. Nuestro silencio sería una intolerable complicidad con los mercenarios que, abusando de un poder usurpado, reniegan de Cristo y entregan las almas al Enemigo del género humano.

Carlo Maria Viganò, arzobispo

18 de diciembre de 2020

Víspera de las Témporas de Adviento

1 https://twitter.com/messainlatino/status/1339442807111561221/photo/1

2 https://twitter.com/realHirsty/status/1339213661802536961

3 https://www.ncregister.com/blog/vatican-youth-symposium-2020-day1

4 http://www.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2019/november/documents/papa-francesco_20191111_consiglio-capitalismo-inclusivo.html


https://www.maurizioblondet.it/lynn-forester-rothschild-e-la-nuova-papessa-della-chiesa-bergogliana-del-sacro-great-reset-viene-alla-luce-il-grande-piano-gnostico-finanziario-per-cui-bergoglio-e-stato-promosso/

5 https://www.aldomariavalli.it/2020/12/14/cardinale-burke-cosi-le-forze-del-great-reset-usano-il-covid-per-far-avanzare-il-loro-programma/eto-advance-evil-agenda/

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

Gran reinicio, transhumanismo e ideologías. Entrevista a Miklos Lukacs

 QUE NO TE LA CUENTEN


Duración 1:05:56

https://youtu.be/mnf5X22Flqo


domingo, 20 de diciembre de 2020

Acerca del libro "La Poesía olvidada", de José Martí Florenciano


Haciéndome propaganda: 

Éste puede ser un buen libro para regalar esta Navidad. Se encuentra disponible en Murcia, en la librerías González Palencia y en la Librería Diocesana. Precio irrisorio: sólo 10 euros.



Puesto que la honradez exige la conformidad de la propia vida con lo que se escribe o, al menos, una cierta conformidad. Y, además, el amor no puede ser comprendido si no se experimenta ... lo propio, en buena lógica, habría sido no escribir nada, pues es demasiado atrevido pretender en mí esa honradez y esa experiencia ... cuando se trata, nada menos, que del amor divino-humano.

Claro que a las personas no siempre nos mueve la lógica. Y dado que este mundo en el que vivimos se está alejando de Dios, a marchas aceleradas, pienso que es razonable -e incluso necesario – hablar (o escribir) aunque sea torpemente, del amor de Dios, para colmar el vacío en el que se encuentra tanta gente que nunca ha oído hablar de que es posible un amor de intimidad con Dios, y que eso es, precisamente, lo único que podría dar sentido a sus vidas. De ahí que me haya decidido por escribir.

Como digo, el libro parte de la idea (que más que idea, es una realidad) de que este mundo, que se ha vuelto completamente loco, cambiando el verdadero sentido de las palabras, es un mundo que ha renegado de Dios y ha optado por la mentira, la maldad y la fealdad.

Sabemos, como dice san Pablo, que “el mal se vence con la abundancia de bien” (Rom 12, 21) y que la mentira se combate con la verdad; pero aquí vamos a tener en cuenta un aspecto, en el que se insiste poco y que es, sin embargo, muy importante ... y es la Belleza, una belleza que suele plasmarse en las diversas artes: pintura, escultura, arquitectura, música sacra (el canto gregoriano sería un buen ejemplo), etc ...

Yo hago uso, en el libro, de la belleza de la poesía. Como escribo en el prólogo del libro y en la contraportada: “la razón que me lleva a escribir este libro es el convencimiento de que, en un mundo prosaico, como el nuestro, que se ha olvidado de Dios, la lectura lenta y reposada de buena poesía es un camino que puede llevar hasta Dios ... probablemente, con más facilidad -y seguridad, incluso- que la lectura de varios tochos de teología”.

Se han dado muchas definiciones acerca de la poesía, siendo ésta, de Gustavo Adolfo Bécquer (1836 – 1870), en su rima XXI, la más conocida:

¿Qué es poesía? -dices mientras clavas 
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? 
Poesía ... eres tú.

Si prestamos atención nos encontramos con el hecho -sorprendente- de que la poesía no es tanto “algo” sino alguien: “Poesía ... eres tú”. Para ser exactos, diríamos que “el enamoramiento es poesía”, pues la respuesta que da Bécquer acerca de lo que se entiende por poesía tiene lugar “mientras siente clavada en su pupila la pupila azul de su amada”. Es sólo en ese ambiente amoroso, donde la poesía se muestra en toda su profundidad y belleza. Todo esto se refiere, como vemos, al puro amor humano. La poesía es un intento de expresar la belleza de esa tremenda y maravillosa realidad que es el amor. Un amor que supone el encuentro con el otro; y un encuentro que, para ser auténtico, ha de serlo en mutua reciprocidad.

Y todo esto, que es cierto en un plano meramente humano, adquiere unas dimensiones extraordinarias y sublimes, cuando de lo que se trata es del amor divino humano. No existen palabras. Podríamos decir, con el poeta mexicano Amado Nervo (1870 – 1919):

Pobres páginas, que ansiaron, 

con la mayor de las ansias, 

decir tan hermosas cosas ...

¡y al final no dijeron nada!

Por lo tanto, si tan maravilloso es el amor humano, tan indescriptible, tan real, tan hermoso, ¿qué no será la fuente de ese amor, que es Dios mismo?

Y si la poesía es el mejor modo que tenemos para expresar la realidad del amor humano, entonces la expresión del Amor divino va a requerir también de la Poesía ... aunque, en este caso, se tratará de una Poesía mucho más elevada y mucho más hermosa, pues hace referencia al amor íntimo y personal que Dios, origen de todo amor, profesa a cada ser humano. Ésta es la Poesía olvidada, la que se refiere al amor divino humano, tan cantado por los poetas de todos los tiempos. Por eso, la Biblia, que nos habla del Amor que Dios nos tiene y del amor que desea que le tengamos, resulta ser el Libro Poético por excelencia. Y Dios, que es el Sumo Hacedor y Creador, por Amor, de todo cuanto existe, es el Poeta por antonomasia: es la propia Poesía, como dice el poeta:

Tú eres Poesía1
y Belleza reside en tu Mirada, 
colmando de alegría, 
jamás imaginada,
a todo el que recibe tu llamada

En tu sola presencia2,
tan solo en ella puedo ser colmado; 
y todo es carencia,
aunque todo es amado 
porque todo tus labios han besado.

Toda la Biblia, en su conjunto, se revela, así, como lo que realmente es: un hermoso Poema, el más hermoso de los poemas que jamás haya sido escrito, sobre todo el Nuevo Testamento ... pero ya, en el Antiguo Testamento, en particular en el Cantar de los Cantares, encontramos versículos de una belleza extraordinaria. En todos ellos se establece un diálogo amoroso entre la amada (en quien podemos vernos reflejados cada uno de nosotros) y el Amado (que es Dios mismo, prefigurando a Jesucristo). Una vida sin Jesucristo es una vida triste y una vida perdida, pues falta en ella lo esencial, que es el Amor.

En lágrimas bañado3
llora mi corazón, de amor herido, 
en penas angustiado,
del tiempo que ya es ido
y por no haber amado se ha perdido.

José Martí

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NOTA

El libro consta de tres partes, bien diferenciadas. En la primera (pags 27 a 61) aparecen algunas poesías personales, considerando las más relevantes las 44 liras agrupadas bajo el título “El encanto de tu Mirada”.

La segunda parte (págs. 65 a 128) es una selección de poesías de varios autores, cuya lectura refrescará la mente y el corazón del lector ... entre los que se encuentran, cómo no, las de san Juan de la Cruz, mi principal referencia. Aparecen también otros autores, menos conocidos, que han sido para mí un auténtico descubrimiento: es el caso del poeta mejicano Amado Nervo y de un poeta actual, el padre Alfonso Gálvez, cuya faceta de poeta es conocida de muy pocos. Todos ellos son “grandes” y dignos de ser leídos.

Por fin, la tercera parte (págs. 129 a 248) la he dedicado a comentar algunas poesías, aquéllas que han despertado en mí un especial interés, como espero que así ocurra con el lector, quien puede encontrar, por sí mismo, otras interpretaciones que le sirvan más que la mía. Pero, sea de un modo u otro, lo único que realmente importa es el encuentro con la Persona de Jesucristo.

1 (José Martí núm. 12, pág. 30)
2 (José Martí núm. 8, pág. 29)
3 (Alfonso Gálvez, pág. 128, núm. 95 CFC) 

sábado, 19 de diciembre de 2020

De la Ciencia a Dios Documental Completo (Manuel Carreira)



Duración 2:07:40

https://youtu.be/VYSKpgGRZ1Y


IV DOMINGO DE ADVIENTO: Amor, Alegría y Penitencia

PADRE ALFONSO GÁLVEZ

Duración 8:59 minutos

https://www.alfonsogalvez.com/podcast/episode/3c6bcc03/iv-domingo-de-adviento


Homilía predicada el 5 de diciembre de 1982. Texto evangélico: Lc. 3: 1-6.

LA CULTURA DE LA MUERTE Y LA VACUNACIÓN



En Italia, como en muchos otros países, está abierto el melón de la ‘eutanasia’ y es lógico que sea noticia lo sucedido en España, que entra en la asquerosa lista de países que aprueban la ley de eutanasia, ‘muerte asistida’, o cómo la queramos llamar. Hay muchos católicos que siente impotencia al ver cómo incluso correligionarios suyos defienden ésta, y otras aberraciones, y se siguen llamando católicos. No vamos a repetir argumentos tan bien explicados por Santiago Martín en su último video ALGUNOS CATÓLICOS… MEJOR «QUE SE VAYAN, ni los elogios de Paco Pepe al mismo ,haciéndonos ver que esto es lo que deberían decir los obispos, que siguen mudos dejando abandonados a los más débiles, ¡éstos sí son débiles y no los ‘migrantes’ de los muros y los puentes!. Hace 35 años, en el 1985, se aprobó en España la primera ley del aborto y ya nos toca la eutanasia. La generación que ha sobrevivido al aborto aprueba la muerte de sus padres; todo muy macabro, todo muy lógico.

Si nos venden que está bien, muy bien, asesinar a un niño inocente, estará bien, muy bien, quitarse de encima al viejo que no sirve de nada y estorba, viejo, enfermo, triste, gordo, flaco, o lo que toque. En esas estamos y así quedamos retratados para la posteridad como una sociedad enloquecida, asesina y animalizada. No olvidemos que nuestro Dios es el Dios de la vida y estos ‘estorbos molestos’ que nos quitamos de encima son sus preferidos y su sangre clama al cielo; muy contento no lo debemos de tener. 

España ha optado por promulgar una ley de eutanasia que prevé la administración de fármacos letales a los pacientes que padecen enfermedades dolorosas e incurables y que han expresado el deseo de morir. Es una ley similar a la de Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo, más ‘abierta’ que Suecia y Finlandia, Francia, Alemania y Austria y Suiza. Esta es la gloriosa lista de países que permiten legalmente el asesinato de los más débiles. Los que aprobaron las leyes del aborto ven como sus hijos aprueban su asesinato, es demasiado lógico, demasiado cruel.

Unido a esta cultura de la muerte está el debate en torno a las famosas vacunas que pretenden imponernos para salvarnos la vida. Todo muy deprisa y muy poco razonado para no ser sospechoso. Hoy tenemos varios artículos que entran en la moralidad, o no, de esta vacunación y en sus consecuencias. 

De la vacuna Covid, aún no sabemos la duración y el tipo de inmunidad, todo el proceso es experimental, desconocemos las reacciones alérgicas, no están solucionados los riesgos de almacenamiento, distribución precipitada y es más que discutible la ‘obligación’ de vacunarse anulando la libertad personal. No es extraño que muchos pensemos que quieren que desaparezca del hombre la imagen de Dios, para configurarlo a una imagen diabólica. Crear un mundo nuevo sin Dios para terminar siendo todos zombis.

El Papa Francisco lo tiene muy claro y quiere que la vacuna sea para todos y gratis sin entrar en otros argumentos, pero haciendo buena la vacuna y señalando como ‘herejes’ a los que discuten sus bondades.,Él, por ahora, no parece predicar con el ejemplo.

Specola

La supuesta ‘censura’ del mensaje provida de Francisco (Carlos Esteban)

 INFOVATICANA


Se quejaba el otro día Francisco, en carta privada dirigida a sus antiguos alumnos, de que los medios censurasen -en el sentido, al menos, de ignorar su mensaje- sus reiteradas defensas del no nacido y su oposición al aborto, y hoy aparece en el blog del vaticanista Sandro Magister, Settimo Cielo, la carta de un sobrino del predecesor de Bergoglio al frente de la archidiócesis de Buenos Aires, José Arturo Quarracino, en la que su autor se pregunta por qué el Santo Padre no da a sus declaraciones contra el aborto la misma publicidad y ‘oficialidad’ que a sus otros proyectos favoritos, como ecología o inmigración.

En un sentido, esa dicotomía ha sido uno de los principales hilos conductores del presente pontificado. No es tanto que ‘censuren’ al Papa como que el propio Papa elige para sus declaraciones provida canales -entrevistas, cartas y comunicaciones privadas- que en sí mismo tienen menos fuerza y menos recorrido mediático que documentos o alocuciones oficiales.

Brillan indudablemente más, y se le da mucho más espacio en medios, incluidos los vaticanos, a esos proyectos que le alían con instituciones con frecuencia hostiles no solo a la Iglesia sino a la cultura cristiana en general, como en el reciente Consejo para un Capitalismo Inclusivo.

Lo que se preguntan muchos cristianos es: ¿qué pesa más cara a la opinión pública internacional, un comentario ocasional comparando el aborto con la contratación de un asesino a sueldo, o la alianza con empresas y fundaciones como la Ford o la Rockefeller, cruciales en la campaña internacional para la reducción de la población en todo el mundo y entusiastas abortistas?

Sin duda esta alianza, como los estrechos lazos que ha forjado con la ONU y su Agenda 2030 o el Pacto Educativo, tiene un grandioso objetivo benéfico del que cree que la Iglesia debe participar. Pero es obvio que cuando uno se asocia con otros en grandes empresas siempre se siente presionado para no irritar a los socios con referencias que éstos encontrarán ingratas.

Es algo parecido a lo que sucede con sus pactos secretos con el gobierno chino. Puede estar justificado llegar a acuerdos con la peor tiranía y la más abiertamente anticristiana para arrancarle algunas ventajas o, como parece ser el caso, para normalizar las relaciones de la Santa Sede con esa superpotencia emergente. Pero cualquiera advierte que esa coyunda parece haber impedido a Su Santidad pronunciarse con contundencia contra la represión que ejerce Pekín sobre sus habitantes, muy especialmente contra las minorías étnicas y religiosas y aún más particularmente contra los fieles católicos. Todos recordamos su modo de salirse por la tangente cuando fue preguntado en vuelo por la represión de las protestas de Hong Kong, en un lenguaje y con una vaguedad marcadamente distinta a la que emplea para fulminar sobre sus temas favoritos.

Así, puede decir que Trump “no es cristiano” porque “construye muros” (no ha construido ninguno), lo que no dirá de su presunto sucesor por su entusiasmo en la eliminación de niños por nacer. O de la tiranía china. O incluso del gobierno de su propia tierra, que acaba de legalizar el aborto. Sí, todos sabemos lo que el Papa piensa del aborto. Pero también sabemos lo que piensa de la fraternidad universal, y no se priva de repetirlo a tiempo y a destiempo.

Todo esto es esencial en una época de información incesante, en tiempo real y constante. Los fieles notan esto, en el sentido de que los ciudadanos en general advierten los mensajes no sólo por la literalidad de una frase, sino por muchas otras señales, desde la insistencia hasta las ocasiones elegidas para transmitirlos, desde los nombramientos clave hasta lo que se omite.

No creo ser irrespetuoso con el Santo Padre al afirmar que si realmente quiere que su mensaje provida no pase desapercibido, tiene sobrados medios para conseguirlo, aunque pierda algunos amigos de ocasión.

Carlos Esteban

LA OMS POR FIN ADMITE QUE HAY UN ‘PROBLEMA’ CON LA PRUEBA PCR Y EL DIAGNÓSTICO DEL COVID-19




El “problema” admitido por la OMS se produce a raíz de la ola de juicios internacionales y nacionales interpuestas por ciudadanos y asociaciones de médicos y abogados por la verdad en Portugal, Alemania, España y otros países, que exponen la mala conducta de los funcionarios de salud pública y los responsables de la formulación de políticas por confiar en una prueba de diagnóstico no apta para su propósito. Esta locura de hacer pruebas a todos y cada uno, incluso sin síntomas, ha sido un escándalo mundial de salud pública y debe ser detenido, y todos los funcionarios de altos cargos cómplices de este crimen deben ser procesados.

Por John O’Sullivan

En un comunicado emitido el 14 de diciembre de 2020, la Organización Mundial de la Salud finalmente admitió lo que médicos y profesionales de la medicina han estado diciendo durante meses: la prueba de PCR utilizada para diagnosticar la COVID-19 es un proceso impredecible que produce demasiados falsos positivos.

Este “problema” admitido por la OMS surge a raíz de los juicios internacionales que exponen la incompetencia y la mala conducta de los funcionarios de salud pública y los responsables de la formulación de políticas por confiar en una prueba de diagnóstico no apta para su propósito.

Esta admisión de la Organización Mundial de la Salud es que el quid del “problema” es un proceso cíclico totalmente arbitrario que “significa que se necesitaron muchos ciclos para detectar el virus”. En algunas circunstancias, la distinción entre el ruido de fondo y la presencia real del virus objetivo es difícil de determinar”.

El organismo de las Naciones Unidas está buscando claramente distanciarse de la prueba fatalmente defectuosa, ya que un número creciente de demandas judiciales están procesando a través de los tribunales exponiendo la locura de confiar en una prueba que incluso el inventor, el profesor Kary B. Mullis dijo que nunca fue diseñada para diagnosticar enfermedades. [1]

El profesor Mullis recibió el Premio Nobel de Química en 1993. Mullis murió justo antes de que comenzara la pandemia. ¿Casualidad?

El 22 de noviembre de 2020 informamos que un caso judicial histórico en Portugal había dictaminado que la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) utilizada en todo el mundo para diagnosticar la COVID-19 no era adecuada para el propósito. Lo más importante es que los jueces dictaminaron que una sola prueba PCR positiva no puede ser utilizada como un diagnóstico efectivo de la infección.

Entre los miles de doctores enojados que argumentan que las pruebas de PCR no deben usarse está el Dr. Pascal Sacré. Él escribió esto:

“Este mal uso de la técnica RT-PCR se utiliza como una estrategia implacable e intencionada por algunos gobiernos, apoyados por los consejos de seguridad científica y por los medios de comunicación dominantes, para justificar medidas excesivas como la violación de un gran número de derechos constitucionales, la destrucción de la economía con la quiebra de sectores activos enteros de la sociedad, la degradación de las condiciones de vida de un gran número de ciudadanos comunes, con el pretexto de una pandemia basada en un número de pruebas RT-PCR positivas, y no en un número real de pacientes”.

Pruebas científicas claras y concluyentes demuestran que estas pruebas no son exactas y crean un porcentaje estadísticamente significativo de falsos positivos. Los resultados positivos indican con mayor probabilidad “enfermedades respiratorias ordinarias como el resfriado común”. [2]

Sin embargo, nada de esto es nuevo para la ciencia. Estos hechos se conocieron al menos antes de 2007 después de que un informe del New York Times titulado “Faith in Quick Test Leads to Epidemic That Wasn’t” (La fe en las pruebas rápidas conduce a una epidemia que no lo fue) mostrara claramente lo científicamente inexactas que son las pruebas de PCR, con muchas declaraciones impactantes de expertos médicos sobre el uso de estas pruebas, exponiendo claramente cómo dan lugar a falsos positivos y conducen a exageraciones peligrosas y falsas alarmas. [3]

En su artículo de 2007, el New York Times citó una cita profética de la Dra. Elizabeth Talbot, epidemióloga estatal adjunta del Departamento de Salud y Servicios Humanos de New Hampshire, quien dijo:

“Uno de los aspectos más preocupantes de la pseudo-epidemia es que todas las decisiones parecían tan sensatas en ese momento”.

Los que dirigen nuestras instituciones públicas han permitido que la historia se repita. A la cabeza de la línea de incompetencia y malversación está la propia ONU. En la reunión informativa para los medios de comunicación sobre COVID-19, el 16 de marzo de 2020, el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus dijo:

“Tenemos un mensaje simple para todos los países: Prueba, prueba, prueba”.

Esta locura de hacer pruebas a todos y cada uno, incluso sin síntomas, ha sido un escándalo mundial de salud pública y debe ser detenido. Todos los funcionarios de altos cargos cómplices de este crimen deben ser procesados.



Sobre el autor

John O’Sullivan es CEO y co-fundador (con el Dr. Tim Ball) de Principia Scientific International (PSI). John es un experimentado escritor científico y analista legal que ayudó al Dr. Ball a derrotar al principal experto mundial en clima, Michael Mann en el “juicio científico del siglo”. O’Sullivan es reconocido como el visionario que formó el grupo original de científicos ‘Slayers’ en 2010, que luego colaboró en la creación del primer desacuerdo a gran escala sobre la teoría de los gases de efecto invernadero, además de su nuevo libro de seguimiento.

Referencias

[1] Kary Mullis : « Le test PCR ne permet pas de savoir si vous êtes malade », vidéo accessible sur YouTube, 9 octobre 2020.

[2] David DeGraw, Torsten Engelbrecht and Konstantin Demeter, https://www.globalresearch.ca/national-security-alert-covid-tests-scientifically-fraudulent-epidemic-false-positives/5720271

[3] New York Times,’Faith in Quick Test Leads to Epidemic That Wasn’t,’ Gina Kolota, Published: January 22, 2007


Fuentes

World Health Organization — WHO Information Notice for IVD Users. Nucleic acid testing (NAT) technologies that use real-time polymerase chain reaction (RT-PCR) for detection of SARS-CoV-2.

John O’Sullivan / Principia Scientific International — WHO Finally Admits COVID19 PCR Test Has A ‘Problem’.

Arte crítico: Francisco "se ha condenado a través de este pesebre"

ES NEWS


La escena de Navidad del Vaticano parece pertenecer “a una religión diferente” y “no tiene nada que ver con el mundo cristiano”, escribe Vittorio Sgarbi, un famoso crítico de arte y político italiano, en el sitio web NicolaPorro.it (Ver vídeo aquí).

Las figuras no son reconocibles y los animales deambulan sin sentido por el espacio sin tener nada que ver con lo sagrado, observa Sgarbi: “Son una caricatura, una falsedad, algo que no puedes mirar sin el doloroso pensamiento de cómo el mundo religioso ha sido traicionado”.

Sgarbi habla de un “acto de humillación”, porque las figuras se transforman en algo distinto a ellos mismas: “Este Papa se ha condenado a sí mismo a través de este pesebre, al hacer algo que ha derribado, burlado y dado vueltas al espíritu mismo del nacimiento de Cristo. Esto es inaceptable”.

El arte y la fe han coincidido durante mucho tiempo, advierte Sgarbi: “Aquí no hay ni arte ni fe”.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Actualidad Comentada | La corrupción de la libertad | 18.12.2020 | P. Santiago Martín FM (Sobre la ley de la Eutanasia aprobada en España)

Magnificat TV - Franciscanos de María 


Duración 11:15 minutos

El Covid, la excusa perfecta para imponer el Gran Reinicio mundial (Carlos Esteban)

 INFOVATICANA


Cuando un antiguo presidente del banco vaticano, el IOR, alerta al mundo del Great Reset desde las páginas de La Verità, vale la pena leerle. No estamos ante un oscuro ‘bloguero’ conspiranoico o con un analista de medio pelo, sino ante uno de los personajes más importantes de la élite bancaria italiana y vaticana. Le dejamos la palabra.

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Parece ser que en Estados Unidos alguien está pensando en oponer al triunfante dirigismo totalitario chino con una forma de dirigismo totalitario occidental, con la excusa del Covid y la ocasión de activar un nuevo Great Reset . Dicho Great Reset parece fijarse objetivos altamente humanitarios, buenos, salvíficos. Exactamente como se proponía hace cincuenta años el viejo Great Reset, es decir, el Nuevo Orden Mundial de Kissinger, un poco utópico y un poco contrario a la ley natural. Y, como consecuencia, frustrado. Y a pesar de ese fracaso, en vez de llevar a pensar por qué sucedió así, se nos vuelve a proponer en una versión actualizada, pero casi idéntica, de nuevo Nuevo Orden Mundial.

Este nuevo proyecto de Reset se propone replantearse las finanzas, privilegiando a la sociedad (es decir, los stakeholders) frente a los accionistas (los shareholders), imponiendo un nuevo modelo económico ecológicamente sostenible. Exactamente como el NOM de hace 50 años, pero esta vez llevado a cabo mediante la tecnología digital, la inteligencia artificial, el 5G , etcétera. Y en esta ocasión con la “amenaza” de nuevas pandemias si no se llevase a cabo todo esto mediante la cooperación mundial. Ahora bien, todo esto podría salir bien si no fuese porque olvida que lo que ha sucedido hasta ahora ha sido precisamente consecuencia de los errores del primer Reset, es decir, del fracaso del viejo Great Reset de hace cincuenta años. Fue lo que provocó un crecimiento económico antinatural e insostenible, hiperconsumismo y deslocalización de la producción hacia China; lo que creó el problema medioambiental, el superendeudamiento e infinitas burbujas. Para hacerle frente se piensa ahora en el Reset n° 2, que se traduce en una propuesta de totalitarismo occidental en lugar de la vieja democracia, ineficaz y perdedora.

La sospecha que suscita el proyecto del Great Reset es doble.

La primera se refiere al del capitalista “desnudo”, esto es, “estatalizarse” para controlar el mercado. Esto lo hace posible el Covid que, al crear una serie de pánicos (miedo a morir, a arruinarse) justifica y lleva a aceptar cualquier solución y acelera la aplicación de los planes.

La segunda sospecha, derivada de aquella, es que con este Reset se está concibiendo un nuevo sistema de capitalismo occidental para contrarrestar el oriental, transformando el capitalismo liberal occidental (perdedor) en un capitalismo dirigista socialista que pueda rivalizar con el totalitarismo chino (triunfante). De hecho, el modelo capitalista autoritario chino ha demostrado ser capaz de imponerse al democrático, en un momento como el actual de crisis económica, financiera, social, sanitaria, política, etcétera. Precisamente porque es autoritario.

En estos últimos meses se diría que el autoritarismo pragmático funciona mejor, ay, que las democracias maduras, agotadas y un poco “anárquicas”, como se ha demostrado en Europa, pero también en Estados Unidos, desde hace al menos una década, pero sobre todo en los nueve últimos meses, gracias a la pandemia.

Así que quien ha imaginado dicho nuevo Reset, con la excusa de querer llevar a cabo una solidaridad distributiva, altruista, concebida por los nuevos benefactores de la humanidad, está probablemente concibiendo, con una astuta maniobra, la estrategia de adaptación del capitalismo al modelo competitivo necesario en estos tiempos.

Ciertamente, para convencer a todos se necesita un “rating ético“, una legitimación moral, de parte de la máxima autoridad moral en el mundo. Y con el Covid resulta más fácil de imponer, sin discusiones y sin mayores reservas morales excesivas.

Entre Occidente y Oriente podría iniciarse ahora una nueva “guerra fría”, pero esta vez diferente de la de EE UU – URSS (desde la posguerra a la caída del muro de Berlín), donde se enfrentaba el dirigismo económico planificado soviético -que perdió- a la libertad de mercado americana, que salió ganando. Hoy el enfrentamiento sería entre un dirigismo económico totalitario chino, ya experimentado, contra un nuevo modelo experimental, dirigista, económico-sanitario y americano-europeo. Todo basado en sistemas, modelos, estructuras tecnológicas, y en absoluto basado en el hombre que debería usarlos. Pobres Papas San Juan Pablo II y Benedicto XVI. Cuantos consejos desperdiciados…

Carlos Esteban

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Diario de la Prisión: Cardenal George Pell predice el futuro Papa

 ES NEWS


En dos cortos párrafos de su Diario de la Prisión, el cardenal George Pell menciona el incendio en Notre Dame y saluda en esta ocasión al arzobispo de París.

Para Pell, el arzobispo Michel Aupetit, de 69 años, es una promesa con un gran porvenir en la Iglesia. Pell espera que él sea “pronto” cardenal. En realidad, Francisco ha estado ignorando a Aupetit, al punto que no hay ningún cardenal francés con ese título.

Aupetit ha tenido un registro mixto. Quizás debido a esto, Pell cree que con algunos años de experiencia suplementaria y de liderazgo efectivo “existe la posibilidad de que sea papable", tiene una posibilidad cierta de que se convierta en el próximo Papa.

Esta posibilidad es real, porque bajo Francisco el nivel de los cardenales ha degenerado tan mal que el próximo cónclave quizás se vea obligado a elegir un candidato que no sea cardenal.

Tamayo contra la CEE sobre la eutanasia: “No hay razones religiosas para oponerse a ella” (Carlos Esteban)



El episcopado español ha convocado para hoy una jornada de ayuno y oración a fin de que suceda un milagro y no se aprueba la ley de eutanasia presentada por el gobierno. Pero eso le parece mal, muy mal, al teólogo Juan José Tamayo, que en su blog de Religión digital se cita a sí mismo diciendo que “No hay razones religiosas, éticas, jurídicas o políticas para oponerse a la Ley sobre Eutanasia”.

Estábamos acostumbrados ya a la tesis implícita de los autores de Religión Digital en el sentido de que los dos mil años de Iglesia hasta el Vaticano II fueran poco más que un ‘calentamiento’ para la llegada del verdadero mensaje de Jesús en nuestros días, concretamente bajo el pontificado de Francisco.

Algo más excepcional, en cambio, es que últimamente contradigan al propio Papa y a nuestro muy melifluo episcopado, además de a la doctrina clara de la Iglesia en un punto tan esencial como es el de la vida humana. Pero así es, y mientras nuestros obispos encuentran la ley de eutanasia del gobierno de suficiente gravedad como para dar el paso excepcional de invitar a los fieles a una jornada de ayuno y oración, el añoso teólogo Juan José Tamayo hace una encendida defensa de la ley y, por extensión, de la práctica de matar a quienes lo pidan por procedimientos médicos, lo que él llama “morir con dignidad”.

Tamayo considera la iniciativa como “un ejemplo más de la alianza y sintonía episcopales con el conservadurismo político”. Otro ejemplo podría ser, no sé, la ingente cantidad de ayudas y publicidad institucional que los obispos ofrecen a una publicación como la nuestra mientras se abstienen escrupulosamente de anunciar su presencia e iniciativas en el portal en el que escribe Tamayo (entiéndase la ironía).

Tamayo es secretario general de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII (antes, solo de teólogos), una vibrante comunidad de expertos seguidores de la primavera eclesial de la que don Juan José es uno de los más jóvenes entre los de renombre, a sus 74 años. Otros destacados integrantes, como Díaz Alegría, Casiano Floristán o Enrique Miret Magdalena ya han pasado a mejor vida, imaginamos que con absoluta dignidad.

El autor desprecia los argumentos contra la eutanasia por fundamentalistas y desfasados, y propone tres a su favor. De los dos primeros solo me ha quedado claro que lo defendieron Juan Goytisolo y Hans Küng, pero el tercero tiene su gracia: “El cristianismo no es una religión dolorista, que se regodee en el sufrimiento. Es, más bien, una religión que lucha contra el sufrimiento y las causas que lo provocan, como se deduce de las propias de Jesús. “Misericordia quiero, no sacrificios”, en plena sintonía con la máxima de Epicuro: “Vana es la palabra del filósofo que no cura los sufrimientos humanos”. ¡Jesús de Nazaret y Epicuro tan cerca, el epicureísmo y el cristianismo en sintonía en lo que se refiere a la eliminación del sufrimiento!”.

Debe de ser por eso por lo que Cristo, siendo Dios, nos redimió muriendo una muerte larga e infamante clavado en una cruz, después de haber sido flagelado. Para no “regodearse en el sufrimiento”. Igualito que Epicuro.

Carlos Esteban

Abascal a Sánchez: “Frente a su no-Europa, queremos la Europa de la libertad”

 VOX CONGRESO


Duración 18:26 minutos

https://youtu.be/ja5-prQlPXY

«¡No tengáis miedo!» Meditación navideña de Mons. Viganò



Duerme, Niño del Cielo; los pueblos
no saben Quién ha nacido
y en un humilde establo
polvoriento está escondido.

Mas un día habrán de ser
tu noble heredad
y conocerán al Rey.

Manzoni, Il Natale


En menos de dos semanas, por la gracia de Dios, concluirá este año 2020, marcado por acontecimientos terribles y una gran agitación social. Permítanme que formule una breve reflexión a fin de dirigir una mirada sobrenatural al pasado reciente y el futuro inminente.

Los meses que dejamos atrás han constituido uno de los momentos más oscuros de la historia de la humanidad: por primera vez desde el nacimiento del Salvador, las Santas Llaves han sido empleadas para cerrar los templos y limitar la celebración de la Misa y de los Sacramentos, casi anticipando la abolición del sacrificio diario que, según profetizó Daniel, tendrá lugar durante el reinado del Anticristo. Por primera vez, muchos nos vimos obligados a asistir a la celebración de la Pascua de Resurrección por internet y nos vimos privados de la Comunión. Por primera vez nos hemos dado cuenta, con dolor y consternación, de la deserción de nuestros obispos y párrocos, que están atrincherados en sus palacios y residencias por miedo a una gripe estacional que se ha cobrado casi el mismo número de víctimas que en los últimos años.

Hemos visto, se puede decir, a los generales y los oficiales abandonando su ejército, y en algunos casos poco menos que pasarse a las filas enemigas para imponernos una rendición incondicional a los absurdos razonamientos de la pseudopandemia. Jamás a lo largo de los siglos ha encontrado tanta pusilanimidad, tanta cobardía y tanta manía de complacer a nuestros perseguidores terreno abonado entre quienes deberían ser nuestros guías y caudillos. Lo que más nos ha escandalizado a muchos ha sido constatar que en dicha traición participa la cúpula de la jerarquía mucho más que los sacerdotes y los fieles de a pie. Desde la más alta Sede, de la cual habría cabido esperar una intervención con autoridad y firmeza en defensa de los derechos de Dios, la libertad de la Iglesia y la salvación de las almas, nos ha venido la exhortación a obedecer leyes inicuas, normas ilegítimas y órdenes irracionales. Es más, en las palabras que los medios de prensa se han apresurado a difundir desde Santa Marta, hemos reconocido muchos, demasiados guiños al lenguaje iniciático de lo políticamente correcto de la élite mundialista: fraternidad, ingreso mínimo universal, nuevo orden mundial, build back better, gran reseteo, nada volverá a ser como antes, resiliencia.Palabras todas de la neolengua que atestiguan un mismo sentir entre quien las pronuncia y quien las escucha.

Es una auténtica intimidación, una amenaza no muy velada, con la que nuestros pastores han ratificado la alarma de pandemia sembrando el terror entre los sencillos y dejando abandonados a los moribundos y los necesitados. En el colmo de un cínico legalismo, se ha llegado a prohibir a los sacerdotes escuchar confesiones y administrar los últimos sacramentos a quienes habían sido abandonados en las salas de cuidados intensivos, privar de sepultura religiosa a nuestros difuntos y negar el Santísimo Sacramento a numerosas almas.

Por el lado religioso, hemos visto tratar a los fieles como extraños y negarles el acceso a nuestras iglesias, como se hacía con los moros, mientras continúa inexorablemente la invasión de inmigrantes irregulares para llenar la arcas de organizaciones supuestamente humanitarias. Por el lado civil y político, hemos descubierto la vocación de tiranos de nuestros gobernantes, que con una retórica alejada de la realidad pretenden que los consideremos representantes del pueblo soberano. Desde jefes de estado y primeros ministros a gobernadores regionales y alcaldes, nos han impuesto el rigor de la ley como si fuéramos súbditos rebeldes, sospechosos a los que hubiese que vigilar incluso tras de la intimidad de los muros domésticos, o criminales a los que perseguir por la soledad de los bosques o a la orilla del mar. Hemos visto a personas arrastradas por soldados con uniforme antidisturbios, ancianos multados mientras se dirigían a la farmacia, comerciantes obligados a tener cerrado el local y restaurantes a los que se imponían rigurosas medidas de seguridad para posteriormente decretar el cierre de los mismos.

Hemos visto desconcertados a gran cantidad de supuestos expertos –la mayor parte de los cuales faltos de toda autoridad científica y en buena parte con un grave conflicto de intereses debido a su relación con compañías farmacéuticas o con organismos supranacionales– pontificando en televisión y en la prensa sobre contagios, vacunas, inmunidad, gente que da positivo, obligatoriedad de las mascarillas, riesgos para los ancianos, contagiosos asintomáticos y la peligrosidad de que se reúnan las familias. Nos agobian con expresiones esotéricas como distanciamiento social o aforo máximo, en una serie incesante de contradicciones grotescas, alarmas absurdas, amenazas apocalípticas y preceptos sociales y ceremonias sanitarias que han sustituido a los ritos religiosos. Y mientras esos, generosamente pagados por intervenir a todas horas, aterrorizan a la población, nuestros gobernantes y políticos ostentan la mascarilla ante las cámaras de televisión para luego quitársela enseguida.

Obligándonos a ir enmascarados como seres anónimos y sin rostro, nos han impuesto un tapabocas totalmente inútil para evitar el contagio y nocivo para la salud, pero indispensables para que nos sintamos sometidos y homologados. Nos impiden curarnos con terapias válidas y conocidas, mientras nos prometen una vacuna que quieren hacer ya obligatoria antes de conocer su eficacia, habiendo probada de forma incompleta. Y para no arriesgar los enormes beneficios de las farmacéuticas, les han concedido inmunidad por los daños que dichas vacunas pudieran ocasionar a la población. Nos han dicho que la vacuna será gratuita, pero que habrá que costearla con el dinero de los contribuyentes aunque los fabricantes no nos garanticen que nos librará del contagio.

Ante semejante perspectiva, que recuerda a los efectos desastrosos de una guerra, la economía de nuestros países está por los suelos, mientras las empresas de comercio en línea, las agencias de reparto a domicilio y las multinacionales de la pornografía aumentan sus ingresos. Cierran las tiendas pero se mantienen los centros comerciales y los supermercados, templos del consumismo en los que cualquiera, incluso aquejado de covid, no deja de llenar el carrito de productos extranjeros como mozzarella alemana, naranjas marroquíes, harina del Canadá, teléfonos celulares y televisores fabricados en China.

El mundo se prepara para el Gran Reinicio, nos dicen obsesivamente. Nada será como antes. Tendremos que acostumbrarnos a «convivir con el virus», sometidos a una pandemia perpetua que alimenta el Moloc farmacéutico y legitima unas limitaciones cada vez más odiosas de libertades fundamentales. Aquellos que desde la cuna han predicado el culto a la libertad, la democracia y la soberanía popular, nos gobiernan ahora privándonos de la libertad en nombre de la salud, nos imponen la dictadura y se arrogan una autoridad que nadie les ha conferido jamás, ni desde arriba ni desde abajo. Y el poder temporal que la Masonería y los liberales siempre han criticado en los pontífices romanos, hoy lo reivindican en un sentido inverso con miras a someter a la Iglesia de Cristo al poder del Estado con la aprobación y colaboración de los más altos jerarcas eclesiásticos.

En este panorama humanamente desconsolador surge un dato ineludible: hay una brecha entre quienes ejercen la autoridad y los que les están sometidos; entre gobernantes y ciudadanos, entre la Jerarquía y los fieles. Un monstruo institucional en el que el poder civil y el religioso están casi enteramente en manos de personajes sin escrúpulos nombrados por su total ineptitud y sumamente vulnerables a los sobornos. Su misión no consiste en administrar la sociedad sino destruirla; no en respetar la ley sino en transgredirla; no en proteger a sus miembros, sino en dispersarlos y alejarlos. En resumidas cuentas, nos encontramos ante una perversión de la autoridad, que en este caso no es fruto de la impericia sino que se procura con determinación y siguiendo un plan preestablecido, un guión único a las órdenes de un mismo director.

Y así, tenemos a gobernantes que persiguen a los ciudadanos y los tratan como a enemigos, mientras acogen y costean la invasión de criminales e inmigrantes clandestinos; fuerzas del orden y jueces que detienen y multan a quienes incumplen el distanciamiento social pero hacen caso omiso de delincuentes, violadores, asesinos y políticos traidores; profesores que no transmiten la cultura y el amor por el saber, sino que adoctrinan a sus alumnos con la ideología de género y el mundialismo; médicos que se niegan a atender a los enfermos e imponen una vacuna genéticamente alterada cuya eficacia y efectos colaterales se ignoran; obispos y sacerdotes que niegan a los fieles los Sacramentos pero no desaprovechan la menor oportunidad de hacer gala de su incondicional adhesión al plan globalista en nombre de la fraternidad masónica.

Cualquiera que se opone a estar inversión de todos los principios de la vida en sociedad se encuentra abandonado, solo, falto de un guía que aglutine las fuerzas. De hecho, la soledad permite que nuestros mayores enemigos –que es lo que en gran medida han demostrado ser– nos inculquen miedo, inquietud y la sensación de no poder hacer un frente común para resistir los asaltos de que somos objeto. Los ciudadanos están solos ante los abusos del poder civil, solos ante la arrogancia de los prelados herejes y viciosos, solos están quienes quisieran disentir en las instituciones, alzar la voz, protestar.

La soledad y el miedo aumentan cuando les damos consistencia, pero se desvanecen cuando pensamos que cada uno de nosotros ha merecido que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad se encarne en el seno purísimo de la Virgen María: qui propter nos hominem et propter nostram salutem descendit de caelis. He aquí el misterio que nos aprestamos a contemplar en estos días: la Inmaculada Concepción y la Santísima Natividad. De ambos, queridos hermanos, podemos sacar renovadas esperanzas con las que afrontar lo que nos aguarda.

Debemos recordar ante todo que ninguno estamos jamás realmente solos. Tenemos a nuestro lado al Señor, que siempre quiere nuestro bien y por eso no deja que nos falten nunca su ayuda y su gracia. Basta con que las pidamos con fe. También tenemos a nuestro lado a la Virgen Santísima, Madre amorosa y seguro refugio nuestro. E igualmente nos acompañan ejércitos de ángeles y multitudes de santos que interceden por nosotros desde la gloria del Cielo ante el Trono de la Divina Majestad.

La contemplación de esta sublime comunidad que es la Santa Iglesia, la Jerusalén mística de la que somos ciudadanos y miembros vivientes, debería convencernos de que lo que menos debemos temer es estar solos, así como de que no hay motivo alguno para temer aunque el demonio se desviva por hacérnoslo creer. La verdadera soledad está en el infierno, donde las almas condenadas carecen de la menor esperanza; esa es la soledad por la que realmente debemos sentir horror; ante ella debemos invocar la perseverancia hasta el fin, es decir, que podamos merecer una muerte santa por la misericordia de Dios. Una muerte para la que debemos estar siempre preparados encontrándonos en estado de gracia, en amistad con el Señor.

Es innegable que en este momento nos enfrentamos a unas pruebas tremendas, porque nos dan la sensación de que triunfa el mal, de que cada uno de nosotros estamos desamparados, de que los malos han conseguido dominar a la pusilla grex y a toda la humanidad. Pero ¿acaso no estaba solo Nuestro Señor en Getsemaní, solo sobre el leño de la Cruz, solo en el sepulcro? Volvamos al misterio de la Natividad, ya inminente: ¿acaso no estaban solos la Virgen y San José cuando se vieron obligados a refugiarse en un establo porque no había sitio en la posada? Ya nos podemos hacer una idea de cómo debió de sentirse el padre putativo de Jesús viendo a su santísima Esposa a punto de dar a luz en la fría noche de Palestina. Pensemos en su preocupación por huir a Egipto sabiendo que el rey Herodes había mandado a sus soldados a matar al Niño Jesús. Aun en unas situaciones tan terribles, la soledad de la Sagrada Familia era aparente mientras Dios lo disponía todo según su plan, enviaba a un ángel a anunciar el nacimiento del Salvador a los pastores y nada menos que movía a una estrella para hacer venir a los Magos de Oriente para que adorasen al Mesías, mandaba coros de ángeles a cantar en la gruta de Belén y advertía a San José para que escaparan de la matanza ordenada por Herodes.

También a nosotros, a los que padecen la soledad del confinamiento en el que muchos nos hemos visto obligados a vivir, o abandonados en hospitales, en el silencio de las calles desiertas y las iglesias cerradas al culto, el Señor viene a hacernos compañía. También nos manda a su ángel para inspirarnos santos propósitos, a su Santísima Madre a consolarnos y al Paráclito, dulce huésped del alma, a confortarnos.

No estamos solos. Nunca lo estamos. Y en el fondo, eso es lo que más temen los perpetradores del Gran Reseteo: que nos demos cuenta de esta realidad sobrenatural –pero no por ello menos cierta– que hace que se derrumbe el castillo de naipes de sus engaños infernales.

Si pensamos que tenemos a nuestro lado a Aquella que aplasta la cabeza de la Serpiente, y al ángel que ha desenvainado la espada para arrojar a Lucifer a los abismos; si tenemos presente que nuestro ángel de la guarda, nuestro santo patrono y nuestros seres queridos que están en el Cielo y el Purgatorio están con nosotros, ¿a qué podemos temor? ¿Vamos a creer que el Dios de los ejércitos vacilará en derrotar a todo sirviente del eternamente derrotado?

La que en 630 salvó a Constantinopla del asedio aterrorizando a los ávaros y los persas cuando se apareció terrible en el Cielo; la que en 1091, invocada en Scicli como Señora de las Milicias, se apareció sobre una nube resplandeciente poniendo en fuga a los moros; la que en 1571, y una vez más en Viena en 1683, como Reina de las Victorias, concedió la victoria a los ejércitos cristianos contra los turcos; la que durante la persecución anticristiana de México protegió a los cristeros y rechazó los ejércitos del masón Elías Calles no nos negará su santo auxilio, no nos dejará solos en la batalla, no abandonará a cuantos recurran a Ella con oración confiada en el momento decisivo del conflicto, cuando el fin esté cerca.

Hemos tenido la gracia de entender en qué puede convertirse este mundo si renegamos del señorío de Dios y lo sustituimos por la tiranía de Satanás. Tal es el mundo rebelde a Cristo Rey y a María Reina, en el que a diario se ofrecen a Satanás miles de vidas inocentes asesinadas en el vientre de su madre; ése es el mundo en el que vicio y el pecado tratan de borrar todo rastro de bien y de virtud, toda memoria de la religión cristiana, toda ley y vestigio de nuestra civilización, todo resto del orden que puso Dios en la naturaleza. Un mundo en el que arden las iglesias, se derriban las cruces y se decapitan estatuas de la Virgen; ese odio, esa furia satánica contra Cristo y la Madre de Dios es la seña distintiva del Maligno y sus sicarios. Ante esta revolución desenfrenada, este maldito Nuevo Orden Mundial que tiene por objeto preparar el reinado del Anticristo, no podemos creer que sea posible fraternidad alguna sino bajo la Ley de Dios, ni que sea posible construir la paz sino bajo el manto de la Reina de la Paz. Pax Christi in Regno Christi.

El Señor no nos dará la victoria hasta que nos postremos ante Él reconociéndolo como Rey. Y si todavía no podemos proclamarlo Rey de nuestras naciones por culpa de la impiedad de los gobernantes, en todo caso podemos consagrarnos a Él junto con nuestra familia y nuestra vecindad. A quien se atreva a desafiar al Cielo alegando que «nada volverá a ser como antes», respondemos invocando a Dios con renovado fervor: como era en el principio es ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

Roguemos a la Inmaculada Virgen, tabernáculo del Altísimo, para que al meditar en la Santa Natividad, ya próxima, de su divino Hijo disipe nuestros temores y la soledad mientras nos congregamos adorantes en torno al pesebre. En la pobreza del pesebre y en el silencio de la gruta de Belén resuena el canto de los ángeles y resplandece la verdadera y única Luz del mundo, adorada por los pastores y los Magos, y se inclina la creación adornando la bóveda celeste con un cometa radiante. Veni, Emmanuel: captivum solve Israël. Ven, Emanuel. Libra a tu pueblo prisionero.

+Carlo Maria Viganò, arzobispo.

13 de diciembre de 2020

Domingo de Gaudete, III de Adviento

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)