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lunes, 24 de julio de 2017

OBJETIVO "1984": Winston carece de argumentos porque no cree en Dios (por José Martí) [5 de 6]


Como venimos diciendo el objetivo a conseguir es el de una humanidad formada por esclavos (una humanidad inhumana); seres humanos sin libertad, que hayan perdido por completo su capacidad de razonar. Sólo existirá un único Pensamiento correcto, el Pensamiento único, del cual nadie podrá discrepar, bajo penas que llegarán incluso a la muerte de los que se atrevan a expresar lo que realmente piensan (si es que todavía son capaces de pensar). 

Para que ese Sistema, que se conoce como Nuevo Orden Mundial, sea factible y pueda funcionar, es preciso que quienes lo componen piensen que son realmente libres: tienen que estar convencidos de que lo que hacen, que coincide con el Pensamiento Único, es lo mejor y es lo que ellos quieren hacer. Se cuenta, para ello, con todos los medios de comunicación, cuya misión principal será precisamente la de conseguir ese objetivo, algo que, por cierto, ya están haciendo; y, además, con bastante eficacia, mediante un bombardeo continuo y siempre en el mismo sentido ... de manera que, inevitablemente, cada vez será mayor el número de los que se unan a esta visión única de la vida, que es la del Gran Hermano de la novela "1984" de Orwell. 

Pero esto es sólo el principio: a medida que se vaya produciendo este cambio de mentalidad, este endiosamiento del hombre, está previsto que todo aquél que no comulgue con ese pensamiento sea señalado como un bicho raro, primero ... y luego, si no se "convierte", como un enemigo al que hay que eliminar, porque es un estorbo para el progreso de la sociedad.  

En la novela de Orwell, al final, todos, absolutamente todos (también los que combatían a Gran Hermano, aunque fuera sólo en su mente o en sus sentimientos) acabaron pensando y sintiendo como Gran Hermano. Y, una vez que se conseguía este objetivo, ellos, que ya sabían que su destino era la muerte por ser "herejes del Pensamiento", morían  con la "conciencia" de que su muerte era algo merecido y justo, debido a que habían traicionado al Gran Hermano, atreviéndose a pensar por su cuenta. Su muerte constituía así el triunfo de la mentira y de lo absurdo frente a la verdad y a la realidad percibida por los sentidos. Espeluznante. Esto es lo que ocurrió en la novela de George Orwell, de título "1984". Pero hay que decir, a fuer de ser sinceros, que los habitantes de ese mundo de Oceanía se encontraban completamente desprotegidos; no tenían ninguna salida posible ... y finalmente todos, absolutamente todos, claudicaban, necesariamente.



Para que se entienda mejor lo que pretendo transmitir, escribo un párrafo de esta novela, que viene a ser, en cierto modo, un resumen de la misma. Se trata de una conversación que tiene lugar entre un Policía del Pensamiento (O´brien) y nuestro protagonista (Winston), aquel que se empeña en pensar y en sentir a lo humano. Comienza hablando O'brien.

- Ya veo que empiezas a darte cuenta de cómo será ese mundo. Pero acabarás haciendo más que comprenderlo. Lo aceptarás, lo acogerás encantado, te convertirás en parte de él.

Winston había recobrado suficiente energía para hablar:

- ¡No podréis conseguirlo! -dijo débilmente
- ¿Qué has querido decir con esas palabras, Winston?
- No podréis crear un mundo como el que has descrito. Eso es un sueño, un imposible.
-¿Por qué?
- Es imposible fundar una civilización sobre el miedo, el odio y la crueldad. No perduraría.
-¿Por qué no?
- No tendría vitalidad. Se desintegraría. Se suicidaría.
- (...) ¿Qué importaría? ¿No comprendes que la muerte del individuo no es la muerte? El Partido es inmortal.

(...) Apagadamente, sin argumentos, sin nada en que apoyarse excepto el inarticulado horror que le producía lo que había dicho O'brien, volvió al ataque.

- No sé, no me importa. De un modo u otro, fracasaréis. Algo os derrotará. La vida os derrotará.
Nosotros, Winston, controlamos la vida en todos sus niveles. Te figuras que existe algo llamado la naturaleza humana, que se irritará por lo que hacemos y se volverá contra nosotros. Pero no olvides que nosotros creamos la naturaleza humana. Los hombres son infinitamente maleables. O quizás hayas vuelto a tu antigua idea de que los proletarios o los esclavos se levantarán contra nosotros y nos derribarán. Desecha esa idea. Están indefensos, como animales. La Humanidad es el Partido. Los otros están fuera, son insignificantes.
- No me importa. Al final, os vencerán. Antes o después os verán como sois, y entonces os despedazarán.
- ¿Tienes alguna prueba de que eso esté ocurriendo? ¿O quizás alguna razón de que pudiera ocurrir?
- No. Es lo que creo. Sé que fracasaréisHay algo en el universo -no sé lo que es: algún espíritu, algún principio contra lo que no podréis.
- ¿Acaso crees en Dios, Winston?
- No.
- Entonces, ¿qué principio es ése que ha de vencernos?
- No sé. El espíritu del hombre.
- ¿Y te consideras tú un hombre?
- Sí.
- Si tú eres un hombre, Winston, es que eres el último. Tu especie se ha extinguido; nosotros somos los herederos. ¿Te das cuenta de que estás solo, absolutamente solo? Te encuentras fuera de la historia. No existes.

Como podemos leer, el relato es estremecedor. Winston no tiene nada en qué apoyarse. Sólo intuiciones acerca de la naturaleza humana. El bien tiene que vencer sobre el mal. Esto tiene que ser así y no puede ser de otra manera ... ¡pero no argumenta!. No puede argumentar, aunque quiera; no tiene ninguna salida. Sólo habría una. La única salida posible, la que sería capaz de hacer frente a toda esa farsa y a ese mundo marcado por el odio, sería la creencia en Dios ..., pero ésta queda descartada en la novela por él mismo quien, ante la pregunta de O'brien sobre si cree en Dios le responde que no [Por cierto, es la única referencia que se hace a Dios en esta novela]

Ese es el motivo por el que Gran Hermano consigue lo que persigue, a saber: el Poder y el control absoluto sobre todos los habitantes de Oceanía, un poder incluso sobre su mente, su voluntad y hasta sus sentimientos. Todo está -o acabará estando- sometido al Gran Hermano. Un final trágico. En realidad no podía ser de otro modo. Sólo la apertura a la trascendencia puede salvar al hombre.

La corriente inmanentista actual [es decir, el modernismo, el progresismo, el comunismo, etc...], que se queda en algo que es sólo para este mundo, y en donde se rechaza abiertamente toda idea de Dios como un Ser Trascendente y Causa de todo cuanto existe, está dando lugar a un mundo cada vez más pervertido, en todos los sentidos. 

Un mundo que se enorgullece de ser anti-Dios: el "orgullo" gay, el "orgullo" de abortar [¡yo soy dueña de mi cuerpo!], el orgullo de erigirse en juez de lo que es y de lo que no es [es el caso de la ideología de género], el "orgullo" de ser apóstata y de ir en contra de todas las leyes divinas, no sometiéndose a ellas y fabricándose otras leyes que son anti-natura [¡no existe la naturaleza! ¡no se es hombre o mujer!] ... todo este "orgullo" está llevando al mundo a la locura y a su propia aniquilación. Es imposible que una sociedad perdure basándose en la injusticia, en la corrupción, en la perversión y en el odio.


(Continuará)

OBJETIVO "1984": Un pensamiento enfermo (por José Martí) [4 de 6]

EL DIABLO ES PADRE DE LA MENTIRA


Como sabemos, "en el Diablo no hay verdad. Cuando dice la mentira, habla de lo suyo, porque es mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8, 44). Y en la actualidad en la que nos ha tocado vivir, aquella que Dios ha querido para nosotros, la mentira se ha apoderado del mundo; y esto hasta extremos insospechados. No se soportan las verdades más evidentes, hasta el punto de caer en el absurdo más ridículo, diciendo sandeces y negando verdades que saltan a la vista de todos. 

De modo que no es ya sólo la creencia en Dios lo que está en juego sino la misma razón.  El pensamiento está enfermo. Se niega el principio de no contradicción, según el cual una cosa y la contraria no pueden ser iguales al mismo tiempo. El ser humano no sabe ya razonar. Y esta locura de la gente, consecuencia lógica de haberse apartado de Dios, se ha introducido también en la Iglesia, como bien se sabe. Sirva de ejemplo este corto vídeo en donde el padre jesuita Antonio Spadaro afirma -y se queda tan pancho- que en teología 2 + 2 pueden ser 5. 


Duración: 30 segundos

Clerical Mathematics: Jesuit Father Antonio Spadaro, one of the guardians of Pope Francis’ revolution, wrote on his Twitter account that – quote – “Theology is not Mathematics” and that, “2+2 in Theology can make 5, because it has to do with God and real life of people.”  Gloria.tv  comments: In the real life of people 2+2 is never 5.

TRADUCCIÓN PERSONAL

Matemáticas clericales: El padre jesuita Antonio Spadaro, uno de los guardianes de la revolución del Papa Francisco, escribió en su cuenta de Twitter que - cita - "La Teología no es la Matemática" y "2 + 2 en Teología pueden ser 5, porque esto tiene que ver con Dios y con la vida real de la gente". Comentario de Gloria.tv : "En la vida real de la gente 2 + 2 nunca son 5".


Por más vueltas que le demos, lo cierto es que "no podemos nada contra la verdad sino en favor de la verdad" (2 Cor 13, 8). 

Mucho se han empeñado los grandes de este mundo, a lo largo de la historia, en destruir la verdad. Hoy en día se dedican a ello de un modo atroz. Y sin embargo, el sentido común de la gente sencilla (gente que todavía queda, gracias a Dios; más de la que pensamos) es el que sigue todavía haciendo llamar a las cosas por su nombre: "lo que es, es"

De manera tal que sólo en apariencia y usando métodos coercitivos, de corte totalitario, "algunos" [o "muchos" tal vez, debido a la influencia perversa de los mass media] podrán "pensar" que la mentira ha triunfado; y, sin embargo, no es así ni puede serlo. Tal triunfo de la mentira es una quimera ... Claro está, siempre que entendamos por triunfo el triunfo final, el cual será indefectiblemente de Dios. Así lo creemos. Y así sabemos que será, confiados en la Palabra de Dios, que es la Verdad y en Él no hay engaño. Nos lo demostró dando su Vida por nosotros para salvarnos. 


"Y se entabló un gran combate en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. También lucharon el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron, ni hubo ya para ellos un lugar en el cielo. Fue arrojado aquel gran dragón, la serpiente antigua, llamada Diablo y Satanás, que seduce a todo el universo. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí en el cielo una fuerte voz que decía: "Ahora ha llegado la salvación, la fuerza, el reino de nuestro Dios, y el poderío de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche . Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, menospreciando su vida hasta la muerte. Por eso, alegraos, cielos y cuantos en ellos habitáis". (Ap 12, 7-12)
Aún no ha llegado el momento de la victoria. Y lo que se observa es justo lo contrario. De ello ya nos advirtió Jesús, en repetidas ocasiones. También lo leemos en la primera carta de san Juan: "El mundo entero está bajo el poder del Maligno" (1 Jn 5, 19). Aquí vamos a ceñirnos sólo en lo que se lee en el Apocalipsis (palabra que significa Revelación)
"Y vi una bestia que salía del mar: tenía diez cuernos y siete cabezas, y sobre sus cuernos diez diademas y sobre sus cabezas nombres blasfemos" (Ap 13, 1). " (...) y toda la tierra, admirada, siguió a la bestia. Y adoraron al dragón porque había entregado el poder a la bestia. También adoraron a la bestia, diciendo: "Quién es como la bestia, y quién puede luchar contra ella?". Se le dio una boca que profería palabras arrogantes y blasfemias, y se le dio poder para actuar durante cuarenta y dos meses. Y abrió su boca con blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre y de su tabernáculo y de los que moran en el cielo. Se le concedió hacer la guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio poder sobre toda tribu y pueblo, lengua y nación. Y la adorarán todos los que habitan la tierra, aquéllos cuyo nombre no está escrito, desde el origen del mundo, en el libro de la vida del cordero inmolado. Quien tenga oídos, que oiga" (Ap 13, 3-9)
"Y vi otra bestia que subía de la tierra. Tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón. Ejerce en su presencia todo el poder de la primera bestia, y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia" (Ap 13, 11-12) (...) hasta el punto de que consigue que los habitantes de la tierra hagan una imagen de la primera bestia, a la cual le infunde vida para que hable y haga que mueran todos cuantos no adoren esa imagen: "Hizo que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, recibieran una marca en su mano derecha o en la frente, para que nadie pueda comprar ni vender nada si no tiene la marca con el nombre de la bestia" (Ap 13, 16-17)
Ciertamente aquí no acaba la historia. Sigamos leyendo: 
"Vi entonces al Cordero puesto en pie sobre el monte Sión, y con Él a ciento cuarenta y cuatro mil, que llevaban escrito en la frente el nombre de Él y el nombre de su Padre" (Ap 14, 1) (...) "Éstos son los que siguen al Cordero donde quiera que vaya. Éstos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero, y no se halló mentira en su boca: están sin mancha" (Ap 14, 4-5)
Y poco después un tercer ángel dice con voz fuerte: "Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en la frente o en la mano" (Ap 14, 9) (...)  "será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y delante del Cordero" (Ap 14, 10) [en clara alusión al Infierno, ése en el que hoy no se cree que exista] 
Y luego está escrito, a modo de consejo -y de mandato- para que todos tengan claro cuál ha de ser su modo de vivir, si quieren salvarse: "En esto consiste la paciencia de los santos [esa paciencia de la cual dijo el Señor (en Lc 21, 19) que por ella salvaríamos nuestras almas] : que guardan los mandamientos y la fe de Jesús" (Ap 14, 12).
Y a continuación queda patente ante todos el triunfo de Jesucristo y de todos aquéllos que han permanecido fieles a su Nombre:
"Y vi el cielo abierto: en él un caballo blanco; y el que lo monta se llama Fiel y Veraz, y con justicia juzga y combate. Sus ojos son como una llama de fuego, y en la cabeza tiene muchas diademas; lleva escrito un nombre que nadie conoce sino Él; está vestido con un manto teñido de sangre, y su nombre es el Verbo de Dios" (Ap 19, 11-13) (...) "En el manto y en el muslo lleva escrito un nombre: Rey de reyes y Señor de señores" (Ap 19, 16). (...) "Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba montado sobre el caballo y contra su ejército. Pero apresaron a la bestia y con ella al falso profeta que, en su presencia, hacía prodigios, con los que seducía a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que habían adorado su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al estanque de fuego que arde con azufre. Los demás fueron muertos con la espada que sale de la boca del que va montado en el caballo" (Ap 19, 19-21)
Vi también un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo. Y oí una fuerte voz, procedente del trono, que decía: "¡Ésta es la morada de Dios con los hombres! Él habitará con ellos y ellos serán su pueblo, y Dios, habitando realmente en medio de ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos; y no habrá ya muerte ni llanto, ni lamento ni dolor; porque todo lo anterior ya pasó". Y el que estaba sentado en el Trono dijo: "Mira, hago nuevas todas las cosas". Y añadió: "Escribe: Estas palabras son fidedignas y veraces". También me dijo: "Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al sediento le daré de beber gratis de la fuente de agua viva. El que venza heredará estas cosas y Yo será para él Dios y él será para Mí hijo. En cambio, los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda" (Ap 21, 1-8)
Continuará

sábado, 22 de julio de 2017

El siguiente acto del papa Francisco (Secretum Meum Mihi)

Cardenal Raymond Leo Burke
Cardenal Joaquim Meisner
Cardenal Gerhard Müller
Cardenal Angelo Scola

Cardenal George Pell




MONS. SCHNEIDER: La interpretación del C. Vaticano II y su conexión con la actual crisis de la Iglesia




“Nos sentimos honrados en publicar esta exclusiva que nos ha enviado Su Excelencia el Obispo Athanasius Schneider. No sólo permitimos, sino que animamos, a todos los medios y blogs a que también la compartan”

RORATE CAELI. (Traducción Dominus Est)
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La interpretación del [Concilio] Vaticano II y su conexión con la actual crisis de la Iglesia.

Por el Obispo Athanasius Schneider

Entrega especial para Rorate Caeli

21 de Julio de 2017.

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La actual situación de la crisis sin precedente de la Iglesia es comparable con la crisis del siglo IV, cuando el Arrianismo había contaminado a la abrumadora mayoría del episcopado, tomando una posición dominante en la vida de la Iglesia. Debemos buscar conducir esta situación actual, por un lado siendo realistas y, por el otro, con un espíritu sobrenatural – con un profundo amor por la Iglesia, nuestra madre, que está sufriendo la Pasión de Cristo debido a esta tremenda y general confusión doctrinal, litúrgica y pastoral.

Debemos renovar nuestra fe en la creencia de que la Iglesia está en las manos seguras de Cristo, y de que Él siempre interviene para renovar la Iglesia en los momentos en que la barca de la Iglesia parece zozobrar, como evidentemente es el caso en nuestros días.

En cuanto a la actitud hacia el Concilio Vaticano II, debemos evitar dos extremos: un completo rechazo (tal como hacen los sedevacantistas y una parte de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), o una “infalibilización” de todo lo que dijo el concilio.

El [Concilio] Vaticano II fue una asamblea legítima presidida por los Papas, y debemos mantener una actitud respetuosa hacia este concilio

No obstante, esto no significa que tengamos prohibido expresar dudas bien fundadas o recomendaciones respetuosas de mejoras en relación a algunos puntos específicos, haciendo lo anterior, con base en la completa Tradición de la Iglesia y en el Magisterio constante.

Las declaraciones doctrinales tradicionales y constantes del Magisterio durante un periodo de siglos más antiguos, tienen precedencia y constituyen un criterio de verificación respecto a la exactitud de las declaraciones magisteriales posteriores. Las nuevas declaraciones del Magisterio deben, en principio, ser más exactas y más claras, pero nunca deberían ser ambiguas y en contraste aparente con las declaraciones magisteriales previas.

Aquellas declaraciones del [Concilio] Vaticano II que son ambiguas deben ser leídas e interpretadas de acuerdo a las declaraciones de toda la Tradición y el Magisterio constante de la Iglesia.

En caso de duda, las declaraciones del Magisterio constante (los concilios anteriores y los documentos de los Papas, cuyo contenido demuestra ser una tradición segura y reafirmada durante siglos en el mismo sentido) prevalecen sobre aquellos objetivamente ambiguos o sobre nuevas declaraciones del [Concilio] Vaticano II, las cuales con dificultad concuerdan con declaraciones específicas del Magisterio anterior y constante. Por ejemplo, el deber del Estado de venerar públicamente a Cristo, Rey de todas las sociedades humanas, el verdadero sentido de la colegialidad episcopal en relación con el primado Petrino y el gobierno universal de la Iglesia, la nocividad de todas las religiones no católicas y su peligrosidad para la salvación eterna de las almas.

El [Concilio] Vaticano II debe ser visto y acogido tal cual es y tal como realmente era: un concilio pastoral primordialmente. Este concilio no tiene intención de proponer nuevas doctrinas o de proponerlas de una manera definitiva. En sus declaraciones, el concilio confirmó ampliamente la doctrina tradicional y constante de la Iglesia.

Algunas de las nuevas declaraciones del Vaticano II (por ejemplo, colegialidad, libertad religiosa, diálogo ecuménico e interreligioso, la actitud hacia el mundo) no tienen un carácter definitivo, siendo éstas incongruentes, en apariencia o verdaderamente, con las declaraciones tradicionales y constantes del Magisterio, y deben ser complementadas por explicaciones más exactas y por suplementos más precisos de carácter doctrinal. Una aplicación a ciegas del principio de la “hermenéutica de la continuidad” incluso no ayuda, ya que de este modo se crean interpretaciones forzadas, que no son convincentes ni útiles para llegar a una comprensión más clara de las verdades inmutables de la fe católica y de su aplicación concreta.

Ha habido casos en la historia, en los que declaraciones no definitivas de ciertos concilios ecuménicos, fueron perfeccionadas o corregidas tácitamente – gracias a un debate teológico sereno (por ejemplo las declaraciones del Concilio de Florencia respecto a la materia del sacramento del Orden, es decir, que la materia consistía en la entrega de los instrumentos, mientras que la tradición, segura y constante, decía que la imposición de manos del obispo era suficiente, una verdad que finalmente fue confirmada por Pío XII en 1947). 

Si después del Concilio de Florencia los teólogos hubieran aplicado ciegamente el principio de la “hermenéutica de la continuidad” a esta declaración en concreto del Concilio de Florencia (una declaración evidentemente errónea), defendiendo la tesis de que la entrega de los instrumentos como materia del sacramento del Orden coincidiría con el Magisterio constante, probablemente no se habría alcanzado el consenso general de teólogos respecto a la verdad que dice que, la sola imposición de las manos por el obispo es materia real del sacramento del Orden.

Debe crearse en la Iglesia un ambiente de discusión doctrinal sereno respecto a aquellas declaraciones del Vaticano II que son ambiguas o que hayan causado interpretaciones equivocadas. No hay nada de escandaloso en tal discusión doctrinal, sino al contrario, será una contribución con el fin de mantener y explicar de una manera más segura e integral el depósito inmutable de la fe de la Iglesia.

Uno no debe remarcar tanto un concilio determinado, volviéndolo absoluto o equiparándolo de facto con la Palabra de Dios, palabra oral (Tradición Sagrada) o escrita (Sagrada Escritura). El propio [Concilio] Vaticano II dijo correctamente (cf. Verbum Dei, 10), que el Magisterio (Papa, concilio, Magisterio ordinario y universal) no está por encima de la Palabra de Dios, sino debajo de ésta, sujeta a ésta, y siendo únicamente el siervo de ésta (de la Palabra de Dios dicha = Tradición Sagrada, y de la Palabra de Dios escrita = Sagrada Escritura).

Desde un punto de vista objetivo, las declaraciones del Magisterio (Papas y concilios) de carácter definitivo, tienen más valor y más peso comparadas con las declaraciones de carácter pastoral, las cuales naturalmente, tienen una calidad modificable y temporal dependiendo de las circunstancias históricas o respondiendo a situaciones pastorales de ciertos periodos de tiempo; tal es el caso de la mayor parte de las declaraciones del [Concilio] Vaticano II.

La contribución original y valiosa del [Concilio] Vaticano II consiste en el llamamiento universal a la santidad de todos los miembros de la Iglesia (capítulo 5 de Lumen gentium), en la importancia de los fieles laicos de mantener, defender y promover la fe católica, y en su deber de evangelizar y santificar las realidades temporales de acuerdo al sentido perenne de la Iglesia (capítulo 4 de Lumen gentium), en la primacía de la adoración a Dios en la vida de la Iglesia y en la celebración de la liturgia (Sacrosanctum Concilium, nn. 2; 5-10). 

El resto se puede considerar hasta cierto punto secundario, temporal y, en el futuro, probablemente olvidable, como fue el caso de algunas declaraciones no definitivas, pastorales y disciplinarias de varios concilios ecuménicos en el pasado.

Los siguientes puntos – Nuestra Señora, la santificación de la vida personal de los fieles, la santificación del mundo de acuerdo al sentido perenne de la Iglesia y el primado de la adoración a Dios – son los aspectos más urgentes que deben vivirse en nuestros días. En esto, el [Concilio] Vaticano II tienen un rol profético que, desafortunadamente, aún no se ha realizado de una manera satisfactoria.

En vez de vivir estos cuatro aspectos, una parte considerable de la “nomenclatura” teológica y administrativa en la vida de la Iglesia promovió durante los últimos 50 años, y aún promueve, puntos pastorales y litúrgicos doctrinalmente ambiguos, distorsionando de esta manera la intención original del Concilio, o abusando de sus, menos claras y ambiguas, declaraciones doctrinales a fin de crear otra iglesia – una iglesia de un estilo relativista o protestante.

En nuestros días, estamos experimentando la culminación de este desarrollo.

El problema de la actual crisis de la Iglesia consiste parcialmente en el hecho de que algunas declaraciones del [Concilio] Vaticano II – que son objetivamente ambiguas, o aquellas escasas declaraciones, que difícilmente son congruentes con la tradición magisterial constante de la Iglesia – han sido “infalibilizadas”. En este camino, un sano debate con una corrección tácita o implícitamente necesaria, ha sido bloqueado.

Al mismo tiempo, se ha dado el incentivo para crear afirmaciones teológicas en contraste con la tradición perenne. Por ejemplo, respecto a la nueva teoría de un doble sujeto supremo ordinario del gobierno de la Iglesia, es decir, el Papa solo, y todo el colegio episcopal junto con el Papa; la doctrina de la neutralidad del Estado hacia el oficio público, que debe rendirse al verdadero Dios, que es Jesucristo, Rey también de cada sociedad humana y política, y la relativización de la verdad de que la Iglesia Católica es el único camino, querido y ordenado por Dios, para la salvación.

Debemos liberarnos nosotros mismos de las cadenas que nos hacen ver al [Concilio] Vaticano II como absoluto e infalible. Debemos pedir un clima de debate sereno y respetuoso llenos de un amor sincero por la Iglesia y por la fe inmutable de ésta.

Podemos ver un indicio positivo en el hecho de que el Papa Benedicto XVI escribió, el 2 de Agosto de 2012, un prefacio para el volumen correspondiente al [Concilio] Vaticano II en la edición de su Opera omnia[1]. En este prefacio, Benedicto XVI expresa sus reservas en relación al contenido específico de los documentos Gaudium et spes y Nostra aetate. A partir del tenor de estas palabras de Benedicto XVI puede verse que, errores concretos en ciertas partes de los documentos, no son perfectibles por la “hermenéutica de la continuidad”.

Una FSSPX, integrada canónica y plenamente en la vida de la Iglesia, podría aportar también una contribución valiosa en este debate – como el Arzobispo Marcel Lefebvre lo deseó. La presencia totalmente canónica de la FSSPX en la vida de la Iglesia de nuestros días podría ayudar a crear un clima generalizado de debate constructivo, de manera que, lo que se ha creído por todos los católicos, siempre y en todas partes, durante 2.000 años, sea creído así también, de una manera más clara y segura en nuestros días, comprendiendo así la verdadera intención pastoral de los Padres del Concilio Vaticano II.

La auténtica intención pastoral apunta hacia la salvación eterna de las almas – una salvación que habrá de lograrse sólo a través de la proclamación de la completa voluntad de Dios (cf. Act 20: 7). La ambigüedad en la doctrina de la fe y en su concreta aplicación (en la liturgia y en la vida pastoral) amenazaría la salvación eterna de las almas y sería en consecuencia anti pastoral, ya que la proclamación de claridad y de integridad de la fe católica, y de su concreta y fiel aplicación, es la voluntad explícita de Dios.

Sólo la perfecta obediencia a la voluntad de Dios – Quien nos reveló la verdadera fe a través de Cristo, Verbo Encarnado, y a través de los Apóstoles, fe interpretada y practicada constantemente en un mismo sentido por el Magisterio de la Iglesia – traerá consigo la salvación de las almas.

+ Athanasius Schneider,

Obispo Auxiliar de la Archidiócesis de María Santísima en Astana, Kazajistán.

Publicado por Adfero. RORATE CAELI

[Traducción de Dominus Est. Artículo original]

*permitida su reproducción mencionando a DominusEstBlog.wordpress.com

Texto completo de la entrevista de la agencia DPA con el cardenal Müller (Secretum Meum Mihi)


The Wanderer habla también sobre este asunto de la destitución del cardenal Müller, en un interesante artículo que puede verse pinchando aquí:








Cardenal Müller: "Soy leal al Papa, pero no un adulador" (Secretum Meum Mihi)
















El cardenal Rodríguez Madariaga dice que no está previsto que el C-9 se diluya (Secretum Meum Mihi)








EL cardenal Burke contesta, con coraje y claridad, a todas las preguntas

Duración 6:46 minutos

Reproduzco aquí, por su interés y actualidad, una entrevista que le hizo Raymond Arroyo, de EWTN (WORLD OVER) a Su Eminencia, el cardenal Burke, el 16 de diciembre de 2016. Aunque habla en inglés, sin embargo, la traducción al español viene debajo, como puede verse

viernes, 21 de julio de 2017

Aclarando ideas (XI): La Virgen María, la política y Francisco [Froilán-Aulé]

Aclarando ideas [Froilán Aulé]
Enseñanzas del Papa Francisco sobre la Santísima Virgen

Según sus meditaciones [las de Francisco] la Virgen no es la mujer fuerte, firme en su fe. No es quien cooperó con su Hijo a la salvación, uniendo su dolor al sacrificio del Señor en su Pasión. No es la corredentora. No, no es aquella que al pie de la Cruz - fidelísima sierva del Señor- continúa dando su "fiat" a Dios. 

Nada de eso.para Papa Francisco es una desencantada que se siente traicionada. Según él, la Madre de Dios no comprendió el valor del sufrimiento ni de la redención a través de su padecer unido al Hijo en oblación pura al Padre. 

En la "mariología bergogliana" María es ajena a la misión redentora, no ha comprendido nada, ni su participación a la obra salvífica ni la redención llevada a cabo por el Hijo, es sólo una madre que se rebela contra Dios. 

María -siempre según Bergoglio- recuerda en ese momento al Ángel para tratarlo de mentiroso. María blasfema, olvida la profecía de Simeón. 

En definitiva, para este Papa, [la Virgen] es una mujer como cualquier otra. Tal y como lo sostienen la mayoría de los protestantes.

He aquí las palabras de Francisco del 20 de diciembre de 2013 en Santa Marta
María «era silenciosa, pero dentro de su corazón cuántas cosas decía al Señor» en ese momento crucial de la historia (...) «Aquel día me dijiste que sería grande. Tú me dijiste que le darías el trono de David su padre y que reinaría para siempre. Pero ahora lo veo allí», en la cruz.
Y atención, porque esto no fue un resbalón del momento, sino que estas ideas blasfemas son reiteradas. El 29 de mayo de 2015,  en la capilla de Santa Marta, en el encuentro con los niños enfermos dijo:
"Muchas veces pienso en la Virgen, cuando le dieron el cuerpo muerto de su Hijo, todo herido, escupido, sangriento, sucio. Y ¿qué hizo la Virgen? "¿Sáquenlo?" No, lo abrazó, lo acarició. Aunque la Virgen no entendía. Porque ella, en aquel momento, recordó lo que le había dicho el Ángel: "Él será Rey, será grande, será profeta..."; y dentro de ella, seguramente, con aquel cuerpo herido que tenía entre los brazos, con tanto sufrimiento antes de morir, dentro de sí seguramente habría tenido ganas de decirle al Ángel: ¡Mentiroso! Yo fui engañada". Tampoco ella tenía respuestas".
Elecciones políticas

Ayer fue el Concilio Vaticano II que no condenó, ni siquiera mencionó, el comunismo, el primer régimen ateo de la historia que tantos millones de mártires cristianos produjo.

Hoy, con Francisco, es el abrazo con regímenes criminales como el de los Castro en Cuba

En su visita a la isla se negó a recibir a familiares de presos políticos.
Tampoco denunció a la dictadura ni habló de la tragedia de tantos cubanos que arriesgando la vida huyeron de Cuba, muchos de ellos devorados por el mar.

En Lampedusa gritó "Vergogna!" ... en el malecón de la Habana calló

Amigo del indigenista Evo Morales, de quien recibió un Cristo inserto en la hoz y el martillo, de los marxistas Lula y Delma Rousseff, del pagano ex "teólogo" de la teología de la liberación en su vertiente marxista, Leonardo Boff.

Y ni qué comentar de los abrazos, risas y largas audiencias con personajes como la Kirchner, la inefable Hebe Bonafini y otros conocidos en Argentina como corruptos!. Hebe Bonafini, la misma que tomó la Catedral de Buenos Aires y cometió todo tipo de sacrilegios, la misma que se alegró de la muerte de Juan Pablo II diciendo que se estaría quemando en el infierno, la misma que brindó y se alegró del 11 de septiembre y de las matanzas de ETA.

[Aquí se puede ver bien cuáles son las verdaderas amistades de Francisco y cuáles no lo son]
(Continuará)

OBJETIVO DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO: "Demoler la Cristiandad" (Doctor Alfredo Bárcena)

DURACIÓN 1:02:17

El padre Custodio Ballester absuelto ante denuncia por «homofobia» (comentado por José Martí)

Duración 1:27 minutos

Si la justicia funciona, esto era de esperar. En este caso ha funcionado. El padre Custodio no predica el odio a los homosexuales. Eso no es cristiano. Él se limita a cumplir su misión de anunciar el Evangelio. Y, según éste -que es Palabra de Dios- la homosexualidad es un pecado grave. Él no puede sino, como buen pastor que es, transmitir íntegramente el mensaje de Jesucristo; precisamente Aquél que ha venido a salvar a los pecadores, pero nunca a decir que el pecado no es pecado. Todo lo contrario: El pecado es la causa de todos los males. Y para eso vino el Hijo de Dios y se encarnó en el seno de la Virgen María: para salvarnos. Fue san Agustín quien dijo aquello de que "Hay que odiar el pecado, pero amar al pecador". Pues eso.