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jueves, 7 de septiembre de 2023

La UE se negó a debatir la persecución a los cristianos pero sí debatirá el beso de Rubiales



La izquierda sigue imponiendo su agenda ideológica más sectaria y aberrante en las instituciones europeas, contribuyendo a su degradación.



ERC considera el beso de Rubiales como «violencia en el deporte»

La agencia Europa Press ha informado esta mañana que el 14 de septiembre el Parlamento Europeo debatirá el beso de Luis Rubiales a una futbolista, utilizado por el feminismo de izquierdas para desatar una disparatada polémica y una auténtica caza de brujas. El gobierno de Pedro Sánchez ha utilizado ese beso para tapar el escándalo por su rebaja masiva de penas para agresores sexuales, mediante una ley promovida por la facción de extrema izquierda del gobierno.

El beso de Rubiales será abordado en un debate sobre "violencia y la discriminación en el deporte" en la reunión que se celebrará ese día en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia. El debate fue propuesto por el partido de extrema izquierda Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), uno de los aliados parlamentarios de Sánchez.

ERC apoyó a detenidos por preparar un ataque violento a ciclistas

ERC tiene dos eurodiputados en la cámara legislativa de la Unión Europea: Jordi Solé Ferrando y Diana Riba i Giner, ambos adscritos al grupo parlamentario de Los Verdes/Alianza Libre Europea. Es una paradoja que ese partido quiera debatir un beso como una forma de "violencia en el deporte", pues hace sólo unos días ERC apoyó a varios separatistas detenidos por querer reventar de forma violenta La Vuelta ciclista a España, mediante un ataque que podría haber provocado heridos graves e incluso muertos entre el pelotón ciclista.

ERC votó en contra de debatir la persecución contra los cristianos

Da la casualidad, además, de que el año pasado el Parlamento Europeo rechazó una petición de debatir la persecución a los cristianos en el mundo, una persecución que ya contaba por entonces con cifras terribles: en 2021, 5.898 cristianos fueron asesinados por su fe, 6.175 cristianos fueron detenidos por sus creencias y 5.110 Iglesias fueron atacadas, según datos de la ONG Puertas Abiertas. En total, más de 360 millones de cristianos sufren altos niveles de persecución y discriminación por su fe.

El asesinato de una cristiana por musulmanes no conmovió a la izquierda

La izquierda votó en contra de celebrar ese debate y tumbó la petición. ERC fue uno de los partidos que votaron en contra de ese debate, solicitado por el eurodiputado francés Jean-Paul Garraud, del grupo Identidad y Democracia. Esa petición llegó tras el asesinato de la mujer cristiana Deborah Samuel, golpeada y quemada hasta la muerta por un grupo de musulmanes en Nigeria tras ser falsamente acusada de blasfemar contra Mahoma. Por lo visto, a ERC esto le parece menos importante que el beso de Rubiales.

ELENTIR

Pastor, buen pastor lo fue efectivamente: San Pío X en el recuerdo de Pío XII (Roberto De Mattei)



Hace ciento veinte años, el 4 de agosto de 1903, dio comienzo el pontificado de uno de los más grandes santos de la época moderna. Pío X, cuyo nombre era Giusseppe Melchiorre Sarto, nació en Riese, pequeña localidad del Véneto, el 2 de junio de 1835. Antes de ascender al solio pontificio fue obispo de Mantua y cardenal patriarca de Venecia. Falleció el 20 de agosto de 1914, tras haber reinado durante once años en la Iglesia Universal. Fue beatificado el 3 de junio de 1951 y canonizado el 29 de mayo de 1954 por Pío XII, que fijó su fiesta el 3 de septiembre. Quienes siguen el calendario litúrgico antiguo celebran su festividad en dicha fecha. El nuevo calendario, sin embargo, trasladó la conmemoración al 21 de agosto, un día después del de su muerte.

En estos tiempos difíciles en que la Iglesia tiene necesidad de modelos, no nos cansaremos de exaltar su figura. Y hoy queremos hacerlo con las palabras que pronunció Pío XII durante el discurso de su beatificación en 1951:

«Nos, que en aquel momento iniciábamos nuestros sacerdocio, al servicio ya de la Santa Sede, no olvidaremos jamás nuestra honda emoción cuando, en el mensaje de aquel 4 de agosto de 1903, desde la logia de la Basílica vaticana resonó la voz del cardenal primer diácono anunciando a la multitud que aquel cónclave –¡notable en tantos aspectos!– había tenido como resultado la elección del Patriarca de Venecia, Giusseppe Sarto.

»En ese momento se pronunció por primera vez a los oídos del mundo el nombre de Pío X. ¿Qué habría de significar aquel nombre para el Papado, para la humanidad? Mientras hoy, transcurrido casi medio siglo, hacemos un repaso espiritual de los graves y complejos sucesos que han llenado ese tiempo, inclinamos la frente y doblamos la rodilla con admirada adoración de los designios divinos, cuyo misterio se revela lentamente a los humildes ojos humanos, a medida que se van cumpliendo a lo largo de la historia.

»Pastor, buen pastor, lo fue efectivamente. Parecía que hubiese nacido para ello. En todas las etapas del camino que lo fueron conduciendo desde su humilde casa natal –fue pobre en cuanto a bienes terrenos, pero rico en fe y virtudes cristianas– al vértice supremo de la Jerarquía, el hijo de Riese siempre fue el mismo: sencillo, afable, accesible a todos, tanto en la casa parroquial rural como en la sala capitular de Treviso, en el obispado de Mantua, en la sede patriarcal de Venecia o ataviado con el esplendor de la púrpura romana, y siguió siendo el mismo ejerciendo la soberana majestad, en la silla gestatoria y bajo el peso de la tiara el día en que la Providencia, previsora modeladora de las almas, inclinó el espíritu y el corazón de sus compañeros en el episcopado para que pusieran en sus manos el báculo que pasaría de las debilitadas manos del venerable anciano León XIII sobre las paternalmente firmes de Sarto. El mundo necesitaba precisamente aquellas manos.

»No pudiendo levantar de sus sienes el terrible peso del Sumo Pontificado, él, que siempre había rehuido los honores y grandezas, así como otros rehúyen una vida desapercibida y desconocida, aceptó con lágrimas el cáliz que le entregaba el Padre Celestial. Y una vez pronunciado su fiat, este hombre humilde, muerto para las cosas de la Tierra y vivamente anhelante de las del Cielo, dio muestras de su espíritu de inflexible firmeza, varonil robustez y gran valor que son prerrogativa de los héroes de la santidad.

»Desde su primera encíclica, pareció que una llama luminosa se hubiera elevado para iluminar las mentes y encender los corazones, del mismo modo que a los discípulos de Emaús les ardía el corazón mientras el Maestro les hablaba revelándoles el sentido de las Escrituras (Lc.24,32). ¿Acaso no habéis experimentado alguna vez ese ardor, amados hijos que vivís en estos tiempos, y habéis oído de sus labios un diagnóstico preciso de los males y los errores de la época, indicando al mismo tiempo los medios y remedios de curación? ¡Qué claridad de pensamiento! ¡Qué eficacia persuasora! Era ni más ni menos la ciencia y la sabiduría de un profeta inspirado, la intrépida franqueza de un Juan Bautista o un Pablo de Tarso. Era la ternura paternal del Vicario y representante de Cristo, atento a todas las necesidades, solícito a todos los intereses y miserias de sus hijos. Su palabra era trueno, espada, bálsamo que transmitía en abundancia a toda la Iglesia y llegaba eficazmente más allá todavía. Tenía un vigor irresistible no sólo por la sustancia del contenido, sino por su íntima y penetrante calidez. Se sentía la ebullición del alma de un pastor que vivía en Dios y de Dios, sin más objetivo que conducir a Él las ovejas y los corderos. Por eso, si siendo fiel a las venerables tradiciones seculares de sus antecesores conservó sustancialmente todas las formas solemnes exteriores (no ostentosas) del ceremonial pontificio, en ese momento su mirada levemente triste, fija en un punto invisible, indicaba que todos los honores no iban dirigidos a él sino a Dios.

»El mundo, que hoy lo aclama entre los bienaventurados, sabe que recorrió el camino que le había señalado la Divina Providencia con una fe capaz de mover montañas, con una esperanza a toda prueba, aun en los momentos más oscuros e inciertos, y con una caridad que lo motivaba a no escatimar sacrificios en pro del servicio a Dios y las salvación de los hombres.

»Por estas virtudes teológicas, que se podría decir que constituían la urdimbre de su vida y que practicó en grado de perfección, superando incomparablemente toda excelencia puramente natural, su pontificado refulgió como en los edades gloriosas de la Iglesia.»

De Mattei
(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

miércoles, 6 de septiembre de 2023

Javier Milei, ¿peligro o esperanza?: con Laje, Barbadillo y Contreras - Más duro que el pedernal



UNA HORA Y 55 MINUTOS

El Sínodo de la Sinodalidad es una “caja de Pandora”: Cardenal Burke


Cardenal Raymond Burke. Foto por infocatolica y pixabay


(CATOLIN).- El cardenal Raymond Burke escribió el prólogo de un nuevo libro en donde denuncia que el Sínodo de la Sinodalidad es una “caja de Pandora” que amenaza con desatar graves daños en el Cuerpo Místico de Cristo. De acuerdo con lo relatado por Diane Montagna para el Catholic Herald The Synodal Process is a Pandora’s Box (El proceso sinodal es una caja de Pandora), escrito conjuntamente por José Antonio Ureta y Julio Loredo de Izcue, presenta una serie de 100 preguntas y respuestas destinadas a informar al público en general sobre un debate que, según ellos, ha estado “limitado en gran medida a los iniciados” a pesar de su “impacto potencialmente revolucionario”.

En su prólogo, el cardenal Burke, ex prefecto de la Signatura Apostólica, menciona:

“Se nos dice que la Iglesia que profesamos, en comunión con nuestros antepasados en la fe desde el tiempo de los Apóstoles, ser Una, Santa, Católica y Apostólica, ahora debe ser definida por la sinodalidad, un término que no tiene historia en la doctrina de la Iglesia y para el que no existe una definición razonable.

La sinodalidad y su adjetivo, sinodal, se han convertido en eslóganes tras los que se esconde una revolución para cambiar radicalmente la autocomprensión de la Iglesia, de acuerdo con una ideología contemporánea que niega mucho de lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado. 

No se trata de una cuestión puramente teórica, pues la ideología ya se ha puesto en práctica, desde hace algunos años, en la Iglesia en Alemania, difundiendo ampliamente la confusión y el error y su fruto, la división -incluso el cisma-, con grave perjuicio para muchas almas. 

Con el inminente Sínodo sobre la sinodalidad, es de temer, con razón, que la misma confusión, el mismo error y la misma división lleguen a la Iglesia universal. De hecho, ya ha comenzado a suceder a través de la preparación del Sínodo a nivel local”. 

El libro publicado en ocho idiomas, responde de forma clara y concisa a toda una serie de preguntas en torno a este controvertido acontecimiento. Toma como base los documentos oficiales del Sínodo y una amplia gama de fuentes, los temas incluyen la naturaleza del Sínodo de los Obispos y los cambios que ha introducido el Papa Francisco, el proceso sinodal y si los organizadores consultaron realmente al “Pueblo de Dios”, así como el significado de “sinodalidad, escucha e inclusión”.

Examina lo que los promotores del Sínodo consideran el “principal problema” de la Iglesia, lo que su solución significaría para una Iglesia jerárquica y cómo afectaría a la sagrada liturgia. Entre otras cosas, examinan la muy controvertida vía sinodal alemana y sus posibles ramificaciones para la Iglesia universal. 

Analizan el impulso a la democratización de la Iglesia, la ordenación de mujeres y lo que significa para sus promotores la «”nclusión” de los homosexuales en la Iglesia. Finalmente, examinan las reacciones a la sinodalidad, si se llegará a un “compromiso a la romana” y qué tipo de Iglesia surgiría si el proceso sinodal se llevara hasta sus últimas consecuencias.

La publicación del libro se da en medio de un creciente rechazo en los medios de comunicación.

El pasado 14 de agosto, el diario francés Le Figaro publicó en portada un artículo del periodista Jean-Marie Guénois, en el que acusaba al Vaticano de avanzar sin tener verdaderamente en cuenta la espiritualidad de los católicos franceses.

“La gente piensa que la consulta que condujo al documento preparatorio fue tendenciosa, como una maniobra para llegar a conclusiones escritas de antemano”, señaló una fuente a Guénois, enfatizando que el nuevo documento de trabajo del Sínodo, Instrumentum laboris, “ha provocado una agitación sin precedentes entre los sacerdotes moderados y un buen número de obispos. Hasta ahora acríticos, muchos están preocupados por el asalto autoritario y voluntarista de Francisco a una reforma que consideran arriesgada y confusa. Esta nueva desconfianza entre los moderados es global”.

En una entrevista reciente concedida por la laica suiza Helena Jeppesen-Spuhler, uno de los nuevos miembros laicos con derecho a voto elegidos por el Papa Francisco para el Sínodo de octubre, admitió abiertamente que está “a favor de la ordenación de mujeres”, que cree que “la cuestión LGBTQIA+ debe tomarse muy en serio y que ¡es nuestra última oportunidad!”.

Diane Montagna asegura que los organizadores del sínodo han insistido en que no existe una agenda oculta, pero la realidad de esa agenda está empezando a salir de esta Caja de Pandora, junto con tantas otras cosas que el Cardenal Burke y muchos otros temen que causarán un gran daño a la Iglesia.

Por su parte, el cardenal Gerhard Müller lo ha calificado de “conquista hostil” de la Iglesia Católica y el cardenal George Pell (DEP) lo calificó de “pesadilla tóxica”.

El Sínodo sobre la Sinodalidad se está celebrando en tres fases: local, continental y universal. En octubre comenzará la etapa universal con la decimosexta Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que reunirá a 300 obispos y laicos en el Vaticano, luego de que el Papa Francisco concediera el mismo derecho de voto a los miembros episcopales y no episcopales.

En 2024 se celebrará una segunda asamblea.

Rolando Tobit

CARTA PASTORAL COMPLETA DE MONSEÑOR STRICKLAND

INFOVATICANA


Les ofrecemos la carta completa escrita por el obispo Strickland:

Mis queridos hijos e hijas en Cristo:

¡Que el amor y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté con vosotros siempre!

En este tiempo de gran agitación en la Iglesia y en el mundo, debo hablaros con corazón de padre para advertiros de los males que nos amenazan y para aseguraros la alegría y la esperanza que siempre tenemos en nuestra Señor Jesucristo. El mensaje malvado y falso que ha invadido a la Iglesia, Esposa de Cristo, es que Jesús es sólo uno entre muchos, y que no es necesario que Su mensaje sea compartido con toda la humanidad. Esta idea debe ser evitada y refutada en todo momento. Debemos compartir la gozosa buena noticia de que Jesús es nuestro único Señor y que Él desea que toda la humanidad de todos los tiempos pueda abrazar la vida eterna en Él.

Una vez que comprendamos que Jesucristo, el Divino Hijo de Dios, es la plenitud de la revelación y el cumplimiento del plan de salvación del Padre para toda la humanidad para todos los tiempos, y lo aceptemos con todo nuestro corazón, entonces podremos abordar los otros errores que plagan nuestra Iglesia y nuestro mundo que han sido provocados por un alejamiento de la Verdad.

En la carta de San Pablo a los Gálatas, escribe: “Estoy asombrado de que tan pronto estéis abandonando al que os llamó por {la} gracia {de Cristo} por un evangelio diferente {no es que haya otro}. Pero hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero incluso si nosotros, o un ángel del cielo, os anunciamos un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema! Como hemos dicho antes, y ahora lo repito, si alguno os predica un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea anatema! (Gálatas 1:6-9)



Como su padre espiritual, creo que es importante reiterar las siguientes verdades básicas que la Iglesia siempre ha entendido desde tiempos inmemoriales, y enfatizar que la Iglesia existe no para redefinir las cuestiones de fe, sino para salvaguardar el Depósito de la Fe como nos ha sido transmitido por Nuestro Señor mismo a través de los apóstoles, los santos y los mártires. Nuevamente, recordando la advertencia de San Pablo a los Gálatas, cualquier intento de pervertir el verdadero mensaje del Evangelio debe ser rechazado categóricamente por ser perjudicial para la Esposa de Cristo y sus miembros individuales.

Cristo estableció Una Iglesia—la Iglesia Católica—y, por lo tanto, sólo la Iglesia Católica proporciona la plenitud de la verdad de Cristo y el camino auténtico hacia Su salvación para todos nosotros.

La Eucaristía y todos los sacramentos son divinamente instituidos, no desarrollados por el hombre. La Eucaristía es verdaderamente el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Cristo, y recibirlo en la Comunión indignamente (es decir, en un estado de pecado grave e impenitente) es un sacrilegio devastador para el individuo y para la Iglesia. (1 Corintios 11:27-29)

El Sacramento del Matrimonio es instituido por Dios. A través de la Ley Natural, Dios ha establecido el matrimonio entre un hombre y una mujer fieles el uno al otro de por vida y abiertos a los hijos. La humanidad no tiene el derecho ni la verdadera capacidad de redefinir el matrimonio.

Cada persona humana es creada a imagen y semejanza de Dios, hombre o mujer, y se debe ayudar a todas las personas a descubrir su verdadera identidad como hijos de Dios, y no apoyarlas en un intento desordenado de rechazar su innegable identidad biológica y dada por Dios.



La actividad sexual fuera del matrimonio es siempre un pecado grave y ninguna autoridad dentro de la Iglesia puede tolerarla, bendecirla ni considerarla permisible.

La creencia de que todos los hombres y mujeres serán salvos independientemente de cómo vivan sus vidas (un concepto comúnmente conocido como universalismo) es falsa y peligrosa, ya que contradice lo que Jesús nos dice repetidamente en el Evangelio. Jesús dice que debemos “negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirlo”. (Mateo 16:24) Él nos ha dado el camino, a través de Su gracia, a la victoria sobre el pecado y la muerte a través del arrepentimiento y la confesión sacramental. Es esencial que abracemos el gozo y la esperanza, así como la libertad, que provienen del arrepentimiento y de la confesión humilde de nuestros pecados. A través del arrepentimiento y la confesión sacramental, cada batalla contra la tentación y el pecado puede ser una pequeña victoria que nos lleve a abrazar la gran victoria que Cristo ha ganado por nosotros.

Para seguir a Jesucristo, debemos elegir voluntariamente tomar nuestra cruz en lugar de intentar evitar la cruz y el sufrimiento que Nuestro Señor nos ofrece a cada uno de nosotros individualmente en nuestra vida diaria. El misterio del sufrimiento redentor, es decir, el sufrimiento que Nuestro Señor nos permite experimentar y aceptar en este mundo y luego ofrecerle de nuevo en unión con Su sufrimiento, nos humilla, nos purifica y nos lleva más profundamente a la alegría de una vida vivida en Cristo. Eso no quiere decir que debamos disfrutar o buscar el sufrimiento, pero si estamos unidos a Cristo, al experimentar nuestros sufrimientos diarios podemos encontrar la esperanza y el gozo que existen en medio del sufrimiento y perseverar hasta el fin en todo nuestro sufrimiento. (cf. 2 Tim 4,6-8)

En las próximas semanas y meses, muchas de estas verdades serán examinadas como parte del Sínodo sobre la Sinodalidad. Debemos aferrarnos a estas verdades y ser cautelosos ante cualquier intento de presentar una alternativa al Evangelio de Jesucristo, o de impulsar una fe que hable de diálogo y hermandad, mientras intentamos eliminar la paternidad de Dios. Cuando buscamos innovar en lo que Dios en Su gran misericordia nos ha dado, nos encontramos en un terreno traicionero. La base más segura que podemos encontrar es permanecer firmemente en las enseñanzas perennes de la fe.

Lamentablemente, es posible que algunos tilden de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios que se proponen. Sin embargo, tenga la seguridad de que nadie que permanezca firmemente en la plomada de nuestra fe católica es un cismático. Debemos permanecer descaradamente y verdaderamente católicos, independientemente de lo que pueda surgir. Debemos ser conscientes también de que no estamos dejando que la Iglesia se mantenga firme contra estos cambios propuestos. Como dijo San Pedro: “¿Señor a quién iremos? Tu tienes las palabras de la vida eterna.» (Jn 6:68) Por lo tanto, permanecer firmes no significa que estemos buscando salir de la Iglesia. En cambio, aquellos que proponen cambios a lo que no se puede cambiar buscan apoderarse de la Iglesia de Cristo, y ellos son, de hecho, los verdaderos cismáticos.

Les insto, hijos e hijas míos en Cristo, a que ahora es el momento de asegurarse de mantenerse firmes en la fe católica de todos los tiempos. Todos fuimos creados para buscar el Camino, la Verdad y la Vida, y en esta era moderna de confusión, el verdadero camino es el que está iluminado por la luz de Jesucristo, porque la Verdad tiene un rostro y de hecho es Su rostro. . Tengan la seguridad de que Él no abandonará a Su Novia.

Sigo siendo vuestro humilde padre y servidor,

Monseñor Joseph Strickland, obispo de Tyler, Texas.

No son ‘cismáticos’ los católicos que rechazan cambios que contradicen las enseñanzas de la Iglesia: obispo Strickland





* El obispo Strickland advirtió contra el «cambio propuesto» que impulsa el Sínodo sobre la sinodalidad.

* Insta a los católicos a aferrarse a la doctrina eterna de la Iglesia en un nuevo mensaje pastoral.

* “La misa tradicional en latín está arraigada en la vid, es robusta en la verdad y da mucho fruto”

El obispo Joseph Strickland ha emitido una advertencia de que el Sínodo sobre la sinodalidad podría buscar cambiar o “innovar” las verdades católicas y que los católicos que se adhieren a la Tradición y se oponen a cambios novedosos pueden ser etiquetados como “cismáticos”.

Contents






Sin inmutarse por la reciente visita apostólica a su diócesis de Tyler, el obispo Joseph Strickland ha publicado un mensaje pastoral en el que advierte sobre los peligros potenciales para la fe como parte del Sínodo sobre la sinodalidad, antes de la reunión de obispos y laicos de octubre.

“En este tiempo de gran agitación en la Iglesia y en el mundo, debo hablaros con corazón de padre para advertiros de los males que nos amenazan y para aseguraros la alegría y la esperanza que siempre tenemos en Nuestro Señor Jesucristo”, comenzó Strickland.

Un “mensaje malvado y falso que ha invadido la Iglesia” es que “Jesús es sólo uno entre muchos, y que no es necesario que Su mensaje sea compartido con toda la humanidad”, escribió Strickland. Semejante idea, añadió, “debe ser evitada y refutada en todo momento”.

Presentación de verdades católicas

Basándose en la Carta de San Pablo a los Gálatas, Strickland afirmó que “cualquier intento de pervertir el verdadero mensaje del Evangelio debe ser rechazado categóricamente por ser perjudicial para la Esposa de Cristo y sus miembros individuales”.

Delineó una serie de siete verdades enseñadas consistentemente por la Iglesia Católica, a saber: 

La naturaleza de la Iglesia católica como única Iglesia verdadera.

La necesidad de estar en estado de gracia para recibir la Eucaristía.

La naturaleza divina del sacramento del Matrimonio, que el hombre no puede alterar ni “redefinir”.

El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, por lo que no permite rechazar la realidad biológica.

La completa inmoralidad de la actividad sexual fuera del matrimonio, que la Iglesia no puede bendecir ni tolerar en absoluto.

Es “falsa y peligrosa” la “creencia de que todos los hombres y mujeres se salvarán independientemente de cómo vivan sus vidas”.

La necesidad de soportar los sufrimientos para seguir a Cristo y unir el sufrimiento a su muerte redentora.

“La Iglesia existe no para redefinir las cuestiones de fe”, señaló Strickland, “sino para salvaguardar el Depósito de la Fe tal como nos lo ha transmitido Nuestro Señor mismo a través de los apóstoles, los santos y los mártires”.

Advertencia de cambios sinodales

Sin embargo, después de haber presentado tales verdades católicas, el obispo Strickland advirtió que tales verdades “serán examinadas como parte del Sínodo sobre la sinodalidad”.

No sugirió directamente que el Sínodo pudiera cambiar, o intentar cambiar, esa enseñanza, sino que advirtió a los católicos que “se aferren a estas verdades y sean cautelosos con cualquier intento de presentar una alternativa al Evangelio de Jesucristo, o de impulsar por una fe que hable de diálogo y de fraternidad, intentando quitar la paternidad de Dios”.

El obispo, que suele expresar su voz, advirtió que los intentos de “innovar sobre lo que Dios en su gran misericordia nos ha dado” conduce a un “terreno traicionero”.

Strickland, después de haber esbozado las verdades a las que los católicos deben aferrarse, advirtió que los defensores de la innovación buscarían atacar a aquellos que se negaran a seguir un proceso de cambio alejado de la fe:
Lamentablemente, es posible que algunos tilden de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios que se proponen. Tengan la seguridad, sin embargo, de que nadie que permanezca firmemente en la plomada de nuestra fe católica es un cismático. Debemos permanecer descaradamente y verdaderamente católicos, independientemente de lo que pueda surgir.
«Debemos ser conscientes también de que no estamos dejando que la Iglesia se mantenga firme contra estos cambios propuestos», añadió.

Por el contrario, el obispo describió a los defensores no especificados del cambio y la innovación como “cismáticos”, afirmando que “aquellos que propondrían cambios a lo que no se puede cambiar buscan apoderarse de la Iglesia de Cristo, y de hecho son los verdaderos cismáticos”.

La advertencia del obispo de Texas llega el mismo día en que se publicó un libro que advierte de manera similar sobre los peligros sinodales.

El libro, escrito en coautoría por los investigadores y teólogos José Antonio Ureta y Julio Loredo de Izcue, recibió un prólogo del cardenal Raymond Burke, quien describió los términos “sinodalidad” y “sinodal” como lemas que se utilizan para “cambiar radicalmente la autocomprensión de la Iglesia”. , de acuerdo con una ideología contemporánea que niega mucho de lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado”.

Titulado El proceso sinodal es una caja de Pandora , el libro es, escriben los autores, “un grito de alarma” frente a las “voces heréticas dentro de la Iglesia católica” que están promoviendo una “agenda radical” a través del Sínodo sobre la sinodalidad.

El propio obispo Strickland ha advertido recientemente que los intentos actuales de restringir la antigua liturgia de la Iglesia (es decir, la misa tradicional en latín) constituyen un ataque al “depósito de la fe”.

Sin nombrar a ningún individuo o documento en particular, Strickland pareció apuntar al motu proprio Traditionis Custodes del Papa Francisco y a la posterior Responsa ad dubia y rescripto del cardenal Arthur Roche, al expresar:
“La misa tradicional en latín está arraigada en la vid, es robusta en la verdad y da mucho fruto”, opinó. «Cualquier intento de separar la Misa tradicional de la Iglesia es un ataque al vínculo ininterrumpido con la tradición tal como lo recibieron los apóstoles, y un ataque al Depósito de la Fe».

¿Es el cambio climático realmente culpa del hombre? | Mariano Urdiales Viedma



Cambio climático ha existido siempre, ocho glaciaciones en los últimos 800.000 años. Hace 120.000 años hacía tanto calor en las cuencas del Rin y del Támesis, que allí vivían hipopótamos. Todo antes de que el hombre existiera.

¿Se está calentando el planeta en la actualidad?, sabemos que el mayor glaciar de América del Sur, el Pio XI está creciendo, lo mismo ocurre con los glaciares interiores de Groenlandia y la capa de hielo antártica está aumentando, el invierno del 2009 fue uno de los más fríos de los últimos 100 años. Los inviernos del 2012 y 2013 también fueron muy largos y fríos y en ese año, se incrementó de forma impresionante el hielo del Ártico.

¿Es el hombre responsable del calor que padecemos este verano y el año pasado?. No hay un acuerdo unánime de los científicos, es más, muchos niegan esa relación. La erupción submarina del volcán Hunga Tonga, en el Pacífico, que se inició en diciembre del 2021 y tuvo su principal explosión en enero del 2022, mandó al espacio 146.000 millones de litros de vapor de agua, que podrían calentar el clima durante 5 años, así se publicó en National Geographic. Pero, ¿conocías esa erupción?, en los telediarios se habla poco de ese tema. Se sabe que el vapor de agua produce mucho más calentamiento atmosférico que el CO2.

Los maltusianos y científicos agoreros del clima han fallado siempre en sus predicciones. La tecnología disponible es la que hay y el clima es multifactorial y complejo. No podemos hacer predicciones a tres semanas y pretenden que nos arruinemos y renunciemos a los logros de la civilización por “supuestos cambios” no bien demostrados, dentro de 100-150 años.

Veamos algunas predicciones:

A) Se predijeron hambrunas, inundaciones, sequías y enfriamiento global para la década de 1980, que llegaría en el 2000 a una disminución de la temperatura media de 11 grados, algo que nunca ocurrió.

B) Nos asustaron con que los gases y la polución harían a las ciudades irrespirables y habría que llevar máscaras faciales con filtros para poder sobrevivir a mediados de la década de los 80 del pasado siglo.

C) Nos profetizaron que para el 1995, al menos el 75% de las especies animales habrían desaparecido.

D) Se anunció el hundimiento de las islas Maldivas antes del año 2010. En mayo del 1989, se predijo que la Amazonía no existiría en 20 años: La ONU nos amenazó con que en el 2020, el Mediterráneo se quedaría sin playas.

E) Al Gore se hizo famoso con su película “Una verdad incómoda” que anunciaba una inminente catástrofe climática.

Ninguna de esas profecías se cumplieron, todas ampliamente publicitadas en los más importantes medios de comunicación.

Incluso el célebre palo de jockey del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), dependiente de la ONU, está muy cuestionado, ya que omite los datos que no le interesan. En 2009, un ataque informático jaqueó el correo electrónico del profesor Phil Jones, demostrando la falsificación de las temperaturas para confeccionar el famoso palo. Las mediciones de CO2 en el pasado son ignoradas por el IPCC, según el profesor de química Hans Eberhard Heyke. Hemos tenido concentraciones de CO2 hasta tres veces superiores a las actuales en fechas bastante próximas, en 1825, 1857 y 1942, según el libro de Ernst-Georg Beck titulado “History of CO2 Gas Analysis of Air by Chemical Methods.

Es un hecho que hay serias y fundadas discrepancias y no existe una prueba definitiva del efecto devastador que se le pretende dar al CO2 y a la intervención humana. Existen sospechas de que todo pueda ser un constructo ideológico. La realidad es que no conocemos bien todos los factores que influyen en el clima. 
Para muchos científicos, como el danés Henrik Svenmark, el sol y su actividad es el factor primordial, pero también influyen los rayos cósmicos, la formación de nubes, actividad volcánica, etc. Factores en los que el hombre no puede intervenir.
Son muchos los científicos, y premios Nobel de física, que se oponen a esta emergencia climática, un ejemplo es el laureado con el Nobel de física del 2022, el Dr. John F. Clauser, el cual no se anda con rodeos a la hora de criticar lo que él llama “la patraña de la crisis climática”.
Cuidemos al planeta y sigamos investigando, pero que no nos impongan dogmas que no están científicamente probados.

Mariano Urdiales Viedma | Escritor. Médico (r)

martes, 5 de septiembre de 2023

NOTICIAS 5 DE SEPTIEMBRE DE 2023


ADELANTE LA FE

El cambio: sí, ¿pero cuál? (Mons. Aguer

CHIESA E POST CONCILIO

Fatalismo y voluntad de Dios

THE WANDERER

Bouyer sobre la farsa de la sinodalidad

CONTANDO ESTRELAS


Prioridades: cita con Puigdemont pero ni un tuiteo sobre el desastre en Madrid y Toledo

AL DESCUBIERTO (VIDEO 9:35 MINUTOS)

Biden quiere financiar una nueva vacuna
"para todos... ya sea que la hayan recibido antes o no"

Selección por José Martí

¿”Juan XXIV”? ¿Y por qué no Pío XIII? (Carlos Esteban)



No es la primera referencia que hace Francisco a su supuesto sucesor llamándole ‘Juan XXIV’, aunque sea con ánimo jocoso. Pero la referencia es un indicio de que el Papa no espera demasiadas sorpresas del ‘Dios de las sorpresas’.

«En cuanto al viaje a Vietnam, si no voy yo, seguro que irá Juan XXIV”, ha dicho el Papa Francisco durante la última de sus temidas ruedas de prensa en vuelo de vuelta de su visita apostólica a Mongolia.

Y sí, de acuerdo, es una referencia sin demasiada importancia, dicha de forma humorística. Pero no deja de ser enormemente significativa. ¿De qué? De que, para Francisco, no hay realmente una ‘necesidad de estar abiertos a los cambios’, no se espera al ‘Dios de las sorpresas’, ni siquiera hay condena genérica al machacón ‘indietrismo’.

Si Francisco estuviera verdaderamente abierto a las sorpresas, no cabe duda de que la mayor sorpresa de un futuro cónclave no sería que eligiera a un Juan XXIV, sino a un Pío XIII.

Si Francisco creyera realmente en la bondad del cambio, en general; si de verdad lamentara la actitud de los ‘católicos rígidos’ por su incapacidad de aceptar el cambio, no se me ocurre cambio más radical en este momento que la recuperación de todo lo que ha significado durante siglos ser católico.

Si Francisco abominara de un ‘indietrismo’ genérico, de ese ‘mirar atrás’ que paraliza, no estaría tan empeñado en resucitar ese entusiasmo eclesial tan de su juventud, la espera de la primavera del posconcilio. De algún modo, los nostálgicos son quienes quieren recuperar algo que no conocieron, mientras que no es nostalgia desear volver a lo que se vivió en la propia juventud.

El Papa quiere cambios, pero en una dirección muy concreta, casi diríamos ‘rígida’, lo que es un modo de no querer realmente cambios, sino resultados concretos, tenerlo todo “atado y bien atado”, una de las obsesiones que muchos observadores han reconocido en Francisco.

Y esa es una de las grandes paradojas del Santo Padre, quizá la más llamativa: que el mismo Pontífice que no se considera condicionada por nada que hayan hecho sus predecesores -ni siquiera cuando siguen vivos- se empeñe con tan visible firmeza en hacer inmutable su ‘reforma’.

Carlos Esteban

¿Llega el confinamiento climático? No es una recomendación, es una imposición



Una de las críticas más recurrentes sobre el aviso por las lluvias de la DANA en la Comunidad de Madrid ha sido el tono de imposición, no de recomendación, de no salir de casa. Juan Antonio de Castro recalca precisamente eso, y reflexiona sobre las consecuencias que puede haber tenido un mensaje tan catastrofista para algunos ciudadanos de la capital.

DURACIÓN 1:57 MINUTOS

sábado, 2 de septiembre de 2023

Homilia de Hoy | Sábado de la XXI semana del Tiempo ordinario | 02-09-2023 | P. Santiago Martin, FM



DURACIÓN 10:50 MINUTOS


Cristo les estorba | Actualidad Comentada 01-09-2023 | P. Santiago Martín FM | Magnificat.tv



DURACIÓN 14:26 MINUTOS


Más de 1.600 científicos firman una declaración negando la «emergencia climática»



Todo el mundo sabe que el mundo se va a convertir en un infierno a corto plazo por culpa de las ventosidades de las vacas y de su coche que sigue funcionando con gasolina. Es imposible ignorarlo, porque nos lo repiten a todas horas desde todos los medios, preparándonos para hacernos a la idea de una vida peor con el noble objetivo de alejar el apocalipsis.

Solo que cada vez son más los que sospechan que detrás de la emergencia climática, promulgada con crecientes niveles de histeria, se esconden planes de control poblacional, aunque sólo sea porque los apóstoles de la ebullición planetaria no parecen haber cambiado un ápice su modo de vida y siguen comprando mansiones a pie de playa.

PP y Vox alcanzan un acuerdo para evitar la repetición electoral en la Región de Murcia

 LA GACETA DE LA IBEROSFERA


El Partido Popular y Vox han cerrado un acuerdo de gobernabilidad que evita la repetición electoral en la Región de Murcia.

Tras distintas conversaciones, reuniones y contactos, el presidente del PP en la Región de Murcia, Fernando López Miras y el presidente de Vox en la Región de Murcia, José Ángel Antelo, han cerrado los términos del acuerdo que pone fin al bloqueo y facilita la investidura.

De esta manera, Vox asume el compromiso de votar a favor de la investidura de Fernando López Miras y los representantes de la formación de Abascal entrarán a formar parte del Gobierno regional con las consejerías de Fomento y la de Seguridad, Interior y Emergencias, ésta última con rango de vicepresidencia.

¿La Tierra es plana? La cara oculta de una falsificación

FSSPX ACTUALIDAD


No, la falsificación de la que vamos a hablar no proviene de la NASA, sino que se refiere a la idea arraigada y, sin embargo, falsa de una Edad Media "terraplanista", y a los fundamentos ideológicos de este mito.


La reciente coronación de Carlos III nos regaló una imagen que parece sacada directamente de un libro de historia: el nuevo rey Carlos III sosteniendo en su mano las insignias del poder real, entre ellas el globo crucífero, es decir, la esfera coronada por una cruz, que simboliza la Tierra redimida por la Cruz de Jesucristo. Este globo es de uso muy antiguo.

Se le encuentra a lo largo de la Edad Media, en particular en las representaciones de Cristo, sosteniendo el orbe en la mano o bajo sus pies. El orbe presenta un hemisferio delineado en tres partes debido a los tres continentes conocidos en aquella época. Por tanto, destaca un hecho: la Tierra se representaba como una esfera mucho antes del descubrimiento de América.

Esto debería plantear dudas sobre un mito muy extendido, a saber, que "en la Edad Media se creía que la Tierra era plana". Esto se escucha en boca de periodistas, intelectuales, exministros como Marlène Schiappa o Claude Allègre, e incluso en películas históricas, libros de historia y libros de texto escolares recientes.

En una emisión de 2022 del programa "C Jamy", protagonizado por el célebre Jamy Gourmaud, el locutor afirma: "En el siglo XV, en la época de Cristóbal Colón, mucha gente pensaba que la Tierra era plana. Se basaban en lo que afirma la Biblia [foto de Santo Tomás de Aquino], pero Cristóbal Colón no lo creyó ni por un segundo. [1]"

Y si se consulta el barómetro del pensamiento convencional, ChatGPT, nos dice: "En la Edad Media, la gente generalmente creía que la Tierra era plana. […] Las teorías científicas sobre la forma de la Tierra, como las desarrolladas por los antiguos griegos, eran conocidas, pero solían ser consideradas controvertidas o heréticas por la Iglesia. [2]"

Vemos entonces que el supuesto "terraplanismo" medieval está asociado a la fe católica, que supuestamente dogmatizó esta ingenua idea basada en la Biblia contra el conocimiento de los griegos paganos. Excepto que han pasado décadas desde que los estudios demostraron de manera inequívoca que esto es un mito [3].

Innumerables pruebas

Además del argumento iconográfico, bastaría con abrir los libros de algún clérigo católico de este vasto período para poner fin al mito del "terraplanismo" medieval. Se sabe que Cristóbal Colón basó su audaz empresa en una obra inacabada del Papa Pío II († 1458), Historia rerum ubique gestarum, a la que el explorador hizo varias anotaciones.

Desde las primeras líneas de esta obra enciclopédica, Pío II afirma: "Prácticamente todos coinciden en que la forma del mundo [4] es esférica [rotundam]; se encuentra la misma coincidencia en el tema de la Tierra". En la misma obra, el Papa aborda las medidas de la circunferencia terrestre realizadas por Eratóstenes (siglo III a.C.) y Ptolomeo (siglo II).

Cristóbal Colón también hizo anotaciones a una obra del cardenal Pierre d'Ailly († 1420), Imago mundi. El cardenal científico escribe allí sobre el radio y el volumen de la esfera terrestre, las zonas climáticas según la latitud e incluso sobre los polos. Por ejemplo, hace la afirmación, por conclusión lógica, que "quienes habitaran el Polo tendrían durante la mitad del año el sol sobre el horizonte, y durante la otra mitad, una noche continua [5]", lo cual es extraordinariamente preciso.

Pierre d'Ailly se inspiró en el Tratado de la Esfera de Nicolas Oresme († 1322), obispo de Lisieux y consejero de Carlos V. El título de la obra es bastante evocador. El mismo Oresme se inspiró en una obra homónima, el Tratado de la Esfera del monje inglés Jean de Sacrobosco († 1256) que tuvo un gran éxito pedagógico y fue reeditada, complementada y comentada durante varios siglos.

Al mismo tiempo, Santo Tomás de Aquino, en las primeras páginas de la Summa Theologica, queriendo mostrar que se puede llegar a la misma conclusión por caminos diferentes, ilustra así su punto: "En efecto, es una misma conclusión la demostrada por el astrónomo y el físico, por ejemplo, que la tierra es redonda [6]".

Se trata, pues, de una obviedad aceptada por los distintos eruditos de la época. A comienzos del segundo milenio, Gerbert d'Aurillac († 1003), elegido Papa bajo el nombre de Silvestre II, creó un globo terrestre y, como muchos doctores de la época, hizo comentarios a la obra de Macrobio [7] († 400), que afirma la esfericidad.

Debemos añadir también a San Beda el Venerable († 735) que dice: "La Tierra es parecida a un globo"; a San Isidoro de Sevilla († 636), que habla del "globo terrestre" en sus famosas Etimologías; a Boecio († 524) que evoca la "masa redonda de la Tierra [8]"; a San Gregorio de Nisa († 395) que describe un eclipse por la proyección de la "forma esférica [9]" de la Tierra sobre la luna, etc. [10].

Por supuesto, la cosmología antigua también afirma que la Tierra permanece inmóvil en el centro de un cosmos esférico cerrado, pero estos errores procedían de los griegos.

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[1] Evan Adelinet, C Jamy, 22 de abril de 2022. Se puede encontrar el mismo error de Jamy Gourmaud en otro episodio del programa.

[2] Respuesta de ChatGPT a la pregunta "¿Qué forma tenía la Tierra según la gente de la Edad Media?" Cabe destacar que si se plantea la pregunta de forma más específica: '¿Qué dicen los estudios recientes sobre la idea de que en la Edad Media se creía que la Tierra era plana?'", se obtiene una respuesta diametralmente opuesta que desmiente el mito. Por lo tanto, es evidente que esta IA fue "programada" con datos contradictorios, la mayoría de los cuales se hacen eco del mito. La primera pregunta, más amplia, obtiene la respuesta que corresponde a la mayoría de los textos y, por tanto, a la opinión dominante. La segunda pregunta orienta la respuesta hacia estudios específicos sobre esta idea preconcebida.

[3] Cf. Inventing the Flat Earth, Jeffrey Burton Russel, 1991.

[4] El "mundo" no es la Tierra, sino que se refiere a la cosmología antigua de un universo cerrado y esférico. La confusión entre ambos términos es frecuente, incluso en los trabajos de los historiadores. Hemos intentado eliminar esta ambigüedad a lo largo de nuestro artículo.

[5] Ymago mundi de Pierre d’Ailly, traducido y comentado por Edmond Buron, tomo 1, Maisonneuve frères, 1930.

[6] Summa Theologica, q. 1, a. 1, ad. 2um.

[7] Commentaire au Songe de Scipion.

[8] Consolation de la philosophie, II, 13.

[9] "Según los astrónomos, en este mundo lleno de luz, la sombra [de la luna] se forma por la interposición del cuerpo de la Tierra. Pero la sombra, según su forma esférica de esta última, está rodeada por la parte posterior por los rayos del sol y toma la forma de un cono. El sol, varias veces más grande que la Tierra, la rodea por todos lados con sus rayos y, en el límite del cono, une entre ellos los puntos de unión de la luz". "La creación del hombre, Sources Chrétiennes n° 6, cap. 21, pág. 181.

[10] San Ambrosio afirma la esfericidad del "mundo", así como la del sol y la luna, pero es difícil encontrar una mención exacta de la Tierra, ya que no es el tipo de cuestión que interesa a los Padres. Sin embargo, su cosmología presupone fuertemente la esfericidad de la Tierra (cf. P. L. XIV, col. 133). Lo mismo ocurre con Eusebio de Cesarea (Collectio Nova Patrum et Scriptorum, ed. Montfaucon, t. 1, p. 460) o San Jerónimo (Comentario a la Epístola a los Efesios, trad. Padre Bareille).



La cara oculta del mito

Poca relevancia podríamos darle a todo esto. Al fin y al cabo, el cristiano puede salvar su alma independientemente de la forma de la Tierra. En todo caso, ¿no es más importante la alarmante disminución de la esperanza de vida, que ahora es de solo 85 años, cuando en la Edad Media la esperanza era la vida eterna?

Ciertamente, pero lo que nos interesa aquí no es la forma de la Tierra o la ciencia de la antigüedad, sino el origen del mito contemporáneo y lo que nos dice sobre nuestra época. Este mito ha servido desde hace mucho tiempo como una fórmula que ridiculiza de un solo golpe la supuesta estupidez de un período cristiano condensado bajo el término reduccionista "Edad Media".

Ahora bien, este supuesto "oscurantismo" se vuelve contra los propagadores del mito, especialmente porque hoy el acceso al conocimiento es incomparablemente mejor que en la época en que aún no existía la imprenta. Es fácil deshacer el mito del "terraplanismo" medieval, mientras que en la Edad Media era necesario un esfuerzo considerable para preservar el conocimiento de los antiguos.

En un libro publicado en 2021, La Tierra Plana, Genealogía de una Idea Falsa [1], dos académicos rastrean el origen de este arraigado mito. ¿Debería sorprendernos descubrir que el autor principal del mito no es otro que Voltaire?
Lactancio y Cosmas

En efecto, hay algunos elementos que contribuyeron a fundar el mito, en particular el apologeta cristiano Lactancio († 325), que es la única excepción occidental a favor de una Tierra plana. Pero su opinión no fue seguida por nadie y nunca fue tomada en cuenta entre los Padres de la Iglesia.

En Oriente, encontramos a Cosmas Indicopleustes († c. 550), que escribió la obra Topographia Christiana "terraplanista". Se cree que este ilustre desconocido, cuyo nombre es incierto, era un comerciante de habla griega procedente del cisma nestoriano. La primera traducción latina de su Topografía se remonta a 1707.

¿Es necesario precisar que, por tanto, era completamente desconocido en el Occidente medieval? Voltaire, sin embargo, cita a Lactancio y Cosmas como representantes de la posición de todos los Padres: "Los Padres consideraban la Tierra como un enorme barco rodeado de agua; la proa estaba hacia el este y la popa hacia el oeste [2]".

Se fracasa en este caso al proporcionar el contexto histórico básico para evaluar la transmisión de ideas. Con tales amalgamas, también se podría decir que el tercer milenio es "terraplanista" si se juzga según algunos videos que circulan por internet: es el equivalente a tomar una tesis marginal como la norma. Incluso hoy en día, no es raro que se cite a Cosmas como la autoridad que nunca fue.
La cuestión de las antípodas

En la Ciudad de Dios, San Agustín dice que no se debe creer a quienes afirman la existencia de las antípodas [3], es decir, los habitantes del lado opuesto de la Tierra, porque esta teoría se basa en conjeturas inciertas y relatos no concluyentes. San Agustín muestra aquí una exigencia empírica que difícilmente se le podría reprochar y que no se refiere a la forma de la Tierra.

¡Sin embargo, basándose en lo anterior, Voltaire concluyó que el gran doctor de la Iglesia negaba la esfericidad de la Tierra! Voltaire afirma también que "Alonso Tostado, obispo de Ávila, a finales del siglo XV, declara, en su Comentario al Génesis, que la fe cristiana se tambalea hasta sus cimientos si se cree que la Tierra es redonda".

Ahora bien, si leemos el libro en cuestión, descubrimos inmediatamente la mentira de Voltaire, porque este obispo habla de la "Tierra esférica", o de "nuestro hemisferio [4]". Por otra parte, Tostado cree, como San Agustín, que las antípodas están deshabitadas. Pierre d'Ailly, en la obra citada anteriormente, califica de "opiniones" las diversas tesis sobre la habitabilidad en las antípodas.

La exploración de Cristóbal Colón proporcionó una respuesta a esta cuestión marginal de las "antípodas". Solo después de los hechos surgió la leyenda de que Cristóbal Colón rompió el dogma "terraplanista" en el arrecife de la experiencia, especialmente en una biografía escrita por Washington Irving, quien contribuyó en gran medida a este mito.

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[1] Violaine Giacomotto-Charra y Sylvie Nony, Ed. Les Belles Lettres, 2021. Nos hemos basado en gran parte en este libro.

[2] Dictionnaire philosophique (1764), artículo Imagen. Cf. también los artículos « Ciel matériel » et « Ciel des Anciens ».

[3] La Ciudad de Dios, l. XVI, ch. IX.

[4] Alphonsi Tostati Episcopi Abulensis, Opera omnia, Commentaria in Genesim, Venise, 1728, p. 71–72.



¿La Biblia es "terraplanista"?

En el juicio del "terraplanismo", Voltaire, por supuesto, llama al banquillo de los acusados a las Sagradas Escrituras. Escribe con su característica ironía venenosa: "La debida reverencia por la Biblia, que nos enseña muchas más verdades necesarias y sublimes, fue la causa de este error universal entre nosotros. Leemos en el Salmo 104 que Dios extendió los cielos sobre la tierra como una cortina [1]".

Ciertamente, si se quiere extraer de la Escritura una admisión de "terraplanismo", siempre se puede plasmar esta idea preconcebida en un versículo que se adapte de una forma u otra. Pero lo contrario también es posible, ya que la Vulgata designa regularmente la Tierra con la palabra "orbis", que fácilmente se puede traducir como "globo" [3].

Pero en vez de involucrarnos en estos debates estériles, recordemos este conocido principio católico de que las Escrituras deben leerse a la luz de la interpretación de los Padres. Ahora bien, Voltaire no es un Padre de la Iglesia. En cambio, dejemos la palabra a la notable sabiduría de San Basilio el Grande († 379):

Los físicos que han estudiado el mundo han hablado mucho sobre la forma de la Tierra, han investigado si es una esfera o un cilindro, si se parece a un disco, si es redonda por todos lados o si tiene forma de abanico, y si es hueca en el centro; porque tales son las ideas que han tenido los filósofos, y con las que se han enfrentado unos a otros [4].

Por mi parte, no me atreveré a despreciar nuestra comprensión del mundo solo porque Moisés, el siervo de Dios, no habló de la forma de la Tierra, y no dijo que tiene una circunferencia de 180,000 estadios [5]; porque no midió el espacio del aire en el que se extiende la sombra de la Tierra cuando el sol se ha puesto; porque no explicó cómo esta misma sombra, al acercarse a la luna, provoca los eclipses.

Por haber guardado silencio sobre estas cosas que, siendo inútiles para nosotros, no nos interesan, ¿debo entonces despreciar las enseñanzas del Espíritu Santo comparándolas con la necia sabiduría [del mundo]? ¿No deberíamos más bien glorificar a Aquel que, en lugar de entretener nuestra mente con vanidades, quiso que todo se escribiera para nuestra edificación y salvación de nuestras almas?

Me parece que algunos, al no haber comprendido esto, han intentado atribuir a las Escrituras una profundidad prestada mediante alteraciones del significado e interpretaciones figurativas. Pero eso significa creerse más sabio que los oráculos del Espíritu Santo y, bajo el pretexto de la interpretación, introducir las propias ideas en el texto. Por lo tanto, aceptemos pues a estos [oráculos] tal como como están escritos. Homilías sobre el Hexameron, h. IX.

Encontramos una observación similar de Agustín, a propósito del movimiento de los astros: Nunca el Evangelio pone en labios del Señor palabras como estas: 'Os envío el Paráclito para que os enseñe el curso de la luna y del sol'. Jesucristo quiso hacer cristianos y no matemáticos. En cuanto a tales asuntos, los hombres no necesitan más que las enseñanzas que se les dan en las escuelas". Contra Félix el Maniqueo, I. I.

¿La Iglesia es "terraesferista"?

La Iglesia no ha afirmado más la planitud de la Tierra que su redondez, porque, de hecho, no hace ninguna afirmación sobre este tema. Todos los Padres, teólogos y Papas que afirman que la Tierra es esférica no basan su pensamiento en la fe, porque consideran que esta última guarda silencio sobre este tema. Sistemáticamente, hacen referencia a "filósofos", "físicos", "matemáticos".

Proporcionan argumentos procedentes de la razón y de la observación: la sombra de la Tierra sobre la Luna durante los eclipses, el mástil del barco que desaparece tras el casco e incluso las nuevas estrellas que aparecen en el horizonte durante los viajes por mar. Este es un punto importante, porque el mito pretendía insinuar que la fe y la ciencia eran mutuamente excluyentes.

El creyente supuestamente era impulsado a buscar la verdad únicamente en la fe, sin dejar ningún intersticio a la razón. Pero este no es el pensamiento de la Iglesia. Los Padres de la Iglesia pretendían únicamente rechazar la idea de la eternidad del mundo transmitida por la cosmología antigua. La cosmología moderna no puede reprocharles esto.

[1] Voltaire añadió las palabras "sobre la Tierra" que no se encuentran en el versículo citado.

[2] Algunos evocan a Isaías (40, 22) cuando habla del Señor "sentado sobre el círculo [gyrum] de la Tierra", pero el hecho de colocar a Dios en posición sentada es evidentemente un antropomorfismo que debe tomarse en sentido metafórico. Es evidente que no podemos basarnos en un versículo así para derivar un significado literal. También está el siguiente pasaje de un salmo: "He establecido sus columnas" (Sal 74, 4), pero San Ambrosio dice claramente de este pasaje: "no podemos considerar que se trate de verdaderas columnas, sino de aquella virtud por la cual [Dios] fortalece y sostiene la esencia de la Tierra" (P. L. XIV, col. 133).

[3] Cf. Introito de Pentecostés: "El Espíritu del Señor llenó el orbe de la tierra [orbem terrarum]" (Sab. 1,7). El latín orbis es ambiguo porque puede significar "círculo" o "esfera". Es la misma ambigüedad que la palabra "redondo": se habla de la "Tierra redonda" en referencia a una esfera, pero también se habla de una "mesa redonda" aunque es plana. El diccionario latino de F. Gaffiot traduce la expresión "orbis terræ" así: "disco de la tierra, según creencias antiguas, para nosotros globo terrestre". Pero está claro que Gaffiot está supeditado al mito. Si se analizan los textos de los Padres, vemos, por ejemplo, a San Ambrosio hablar indiscriminadamente de orbis lunæ y globus lunæ, lo que indica que orbis es efectivamente un globo (P. L., t. XIV, col. 127 y 200). En el siglo XVI, el erudito y poeta Jean-Pierre de Mesmes no dudó en hacer esta aplicación: "Por tanto, debemos decir que la masa terrestre es redonda, ya que su sombra es redonda: lo que confiesan los Santos Profetas, llamando a la Tierra Orbis terræ" (Institutions astronomiques, cap. 18, págs. 54–55).

[4] San Basilio evoca aquí las opiniones de los filósofos griegos, porque no todas son válidas para la esfericidad. Citemos al canónigo Copérnico que nos ofrece información sobre los autores de estas diversas opiniones: "La tierra no es plana, como decían Empédocles y Anaxímenes, ni tiene forma de pandereta, como decía Leucipo, ni tiene forma de barco, como decía Heráclito, ni es hueca de ningún otro modo, como decía Demócrito. Tampoco es cilíndrica, como decía Anaximandro, sino absolutamente esférica, como creían los Filósofos". (Copérnico, De revolutionibus orbium cœlestium) Estos últimos filósofos son esencialmente Pitágoras, Platón y Aristóteles. Debemos tener en cuenta que la imaginación humana va mucho más allá de la dualidad reductiva entre disco y esfera.

[5] Esta es la medida dada por Ptolomeo en su obra Geografía. Utilizó el estadio filetario de 210 metros de longitud, lo que da una circunferencia de 37,800 km. El valor real es 40,070 km. Cf. Pierre Duhem, Le Système du monde, t. II, pág. 7.

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La inercia de una falsificación

Todos estos elementos [cf. artículo (3)] podrían engañar a los no iniciados, pero no pueden impresionar a un historiador medianamente serio. Los primeros propagadores del mito fueron los más culpables. Pero una vez pasadas las primeras falsificaciones, los que siguieron solo repetían el catecismo volteriano, movidos por una fe ciega en el progreso, sin ojo crítico, y con el tiempo, la falsificación repetida miles de veces cobró el valor de una verdad histórica consolidada.

Michelet, que merece más el título de novelista que de historiador, obviamente retomó esta fábula, entre muchas otras. Antoine-Jean Letronne, titular de la cátedra de historia del prestigioso Collège de France en el siglo XIX [1] también se encargó de ampliar el mito. El tiempo ha hecho errar a un autor como Arthur Koestler, aunque haya contribuido a desmitificar el caso Galileo [2].

Incluso hay un libro de 2015 que pretende "desacreditar los mitos" y que difunde una versión ligeramente mitigada. Inicialmente, este mito fue propagado principalmente por círculos anticatólicos, pero con el tiempo, rápidamente llegó a engañar a los mismos católicos.

Posteriormente se agregaron algunos otros elementos, como mapas antiguos, a veces exhibidos como evidencia del "terraplanismo" medieval. Pero tomar mapas planos como prueba de "planitud" es un argumento sorprendentemente estúpido que nos haría clasificar a los creadores de los mapas Michelin o a los diseñadores de Google Maps como "terraplanistas" con el pretexto de que representan la superficie de la Tierra plana.

En cuanto a las representaciones seccionales, que podrían constituir una prueba real, ¡no provienen de manuscritos medievales sino que son producciones contemporáneas destinadas a ilustrar el mito! El mito se convierte así en creador de su propia "evidencia". Se sostiene a sí mismo.

Los orígenes del "terraplanismo" contemporáneo

Irónicamente, el nacimiento del verdadero fenómeno "terraplanista" actual se encuentra en el siglo XIX, poco después de la "Ilustración", con el surgimiento del racionalismo, dentro de una comunidad socialista utópica.

En efecto, hacia 1839, Samuel Rowbotham, secretario de la efímera comunidad utópica Manea Fen de inspiración Owenista [4], llevó a cabo experimentos en el río Bedford de los cuales concluyó que la Tierra era plana. Escribió un panfleto titulado "Astronomía Zetética" (1849) para defender su extraña conclusión apelando a su método "zetético" [5] basado únicamente en la razón.

Luego produjo una obra más importante (1881) añadiendo algunos pasajes bíblicos interpretados de manera muy personal, sin apelar ni a los Padres, ni a Cosmas, ni a la Edad Media, y mucho menos al Magisterio, porque era un protestante que no pertenecía a ninguna denominación.

Sus ideas fueron luego retomadas por una secta protestante, la Christian Catholic Apostolic Church, que obviamente no tiene nada de católico a pesar de su nombre, y luego por la famosa Flat-Earth Society que aún existe hoy.

Conclusión

Es inquietante y revelador que un error tan grave siga estando tan extendido. Si tal mito puede haber saturado los libros de texto durante dos siglos, ¿cuántos más permanecen ocultos en las representaciones contemporáneas del cristianismo medieval? Por ejemplo, la supuesta prohibición de la disección[6], el absurdo relato de la discusión sobre el alma de las mujeres[7], el mito del derecho de pernada que Voltaire no teme atribuir a los obispos[8], etc.

La realidad es aún más difícil de encontrar cuando se trata de hechos reales que se mezclan parcialmente con mitos como la cacería de brujas, la inquisición o el caso Galileo. Todos estos mitos se arraigaron más duraderamente porque reforzaban las ideas preconcebidas de los anticlericales de todas las tendencias, ya fueran revolucionarios o protestantes, aunque tuvieran constantemente en la boca la "lucha contra los prejuicios".

Es en esta mentalidad donde encontramos la causa principal de estos mitos: se juzga que el período medieval es irracional porque se le mira de manera irracional. Se proyecta la propia irracionalidad sobre el pasado para reforzar mejor el orgullo de un presente considerado "iluminado" por la razón: el pasado es "oscurantista" y nosotros somos "iluminados", se dice con orgulloso maniqueísmo.

Pero la "iluminación" del tercer milenio no es tan clara: ¿no es común ver a personas en las altas esferas pensando seriamente en colocar a los hombres en cárceles de mujeres o en competencias deportivas femeninas, simplemente porque estos hombres se creen mujeres?

Realmente, nuestro mundo no está del todo bien. ¿Podría tener algo que ver la pérdida de la fe con esta pérdida de la razón? Al olvidar esta verticalidad religiosa que hace que el hombre tienda hacia Dios, la Tierra de hoy ha perdido una de sus dimensiones: se ha vuelto espiritualmente plana.
Padre Frédéric Weil

[1] Des opinions cosmographiques des Pères de l’Eglise, en la Revue des deux Monde, t. 1, 1834.

[2] Les Somnambules, 1955. Koestler no es historiador, pero tiene el mérito de recurrir a las fuentes... excepto en el período precopernicano, donde toma a Cosmas como una autoridad indiscutible.

[3] "Desde los inicios de la Edad Media, el oscurantismo impuesto por la Iglesia católica hizo prevalecer la idea de que la Tierra era plana. Pero los contemporáneos de Cristóbal Colón sabían que la Tierra no era plana". Lydia Mammar, C’est vrai ou c’est faux ? 300 mythes fracassés, París, L'Opportun, 2015, sección Antes de Cristóbal Colón, todo el mundo creía que la Tierra era plana.

[4] Nombrado en honor a Robert Owen, fundador del socialismo utópico británico. Owen veía estas comunidades como la única forma de llevar una vida "racional" y fundó la Rational Society para promover allí su ideología, defendiendo, entre otras cosas, el control de la natalidad y puntos de vista muy liberales sobre el matrimonio. Rowbotham buscó el respaldo de la Rational Society para su comunidad, pero no tuvo éxito, aunque sí recibió apoyo. La comunidad ocupó algunos titulares y duró apenas dos años (1839-1841), tras los cuales el propio Rowbotham la consideró "reprensible e impracticable". Véase "A Monument of Union: Social Change and Personal Experience at the Manea Fen Community", 1839–1841, John Langdon, 2012.

[5] Del griego zeteo, "busco". Como la mayoría de quienes todavía usan el término zetético hoy en día, Rowbotham afirma basarse principalmente en la experiencia, aunque él es más un teórico. Él no es el inventor de este uso del término zetetico. De hecho, se encuentra en la Edinburgh Free Thinkers’ Zetetic Society, fundada en 1820 por librepensadores pertenecientes a la gente común.

[6] Ver el artículo del Padre Knittel: L’Eglise avait-elle interdit la dissection ?

[7] Ver el artículo sobre la Légende du concile de Mâcon en Wikipedia.

[8] La leyenda fue retomada por Michelet. Por supuesto, no tiene ningún fundamento histórico. Cf. Dictionnaire philosophique, Voltaire, artículo Cuissage: "Es sorprendente que en la Europa cristiana se haya establecido durante mucho tiempo una especie de ley feudal, y que al menos se considerara un derecho consuetudinario tener la virginidad de la súbdita. La noche de bodas de la doncella pertenecía indiscutiblemente al señor... No hay duda de que los abades y los obispos, se atribuían esta prerrogativa en su calidad de señores temporales".


Fuente: La Porte Latine – FSSPX.Actualités