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lunes, 23 de diciembre de 2019

NOTICIAS VARIAS del 21 al 23 de diciembre de 2019


IL SETTIMO CIELO

El último discurso del Papa a los cardenales tiene un antecedente. Que debía permanecer secreto (21 dic 19) Sandro Magister

DESDE MI CAMPANARIO

Vísperas de la Navidad (23 dic 19) Manuel Parra Celaya

GLORIA TV

How to Heal Homosexual Attractions (23 DIC 19)


INFOVATICANA

La ‘conversión ecológica’ de la diócesis de Madrid (23 dic 19)

CARTAS DESDE EL PURGATORIO: Corredención y Mestizaje (Fray Gerundio)




Según el cómputo mundano, hace ahora año y medio que llegué al Purgatorio. Salí de mi mundo conventual sin mucho estrépito y con cierto deseo de conseguir por fin la paz -anhelada y extrañada- a lo largo de mis últimos años de forzoso retiro monacal. Se me dijo al llegar, que eran muchas las manchas y heridas de mi alma y muchos los pecados, amén de innumerables faltas de amor al Señor acumuladas durante años. Por lo cual debía someterme a una curación intensiva que llevaría su tiempo, si es que en este lugar –fuera del tiempo-, pudiera utilizarse esta expresión.

El único deseo que tenemos los que moramos aquí, es conseguir ver el rostro de Dios, abrazar a Jesucristo –Dios y Hombre verdadero-, besar a la Virgen María y poder cantar durante toda la Eternidad las grandezas del Todopoderoso. Pobres de los que creen que el Purgatorio es incompatible con el Amor de Dios. Desgraciados los Pastores que esparcen entre sus ovejas la moderna teología de que se trata de un invento medieval. Ojalá descubran su existencia llegando aquí; no vaya a ser que se enteren desde fuera, desde ese lugar tenebroso del que ya nunca se podrá salir, aunque crean que está vacío.

El caso es que he conseguido de San Pedro mi tercer grado penitenciario. Mi trabajo me ha costado. Aquí la Justicia es de verdad y no como en el mundo, en donde las penas de cárcel y las sentencias están en manos de jueces corruptos, politiqueros y cobardes. Y por supuesto, aquí no existen esos llamados juicios mediáticos que recuerdo había en el mundo, por los que se podía condenar a un asesino terrorista a cuatro meses de pan y agua, mientras se le encasquetaban cuarenta años a un pobre albañil, por haber piropeado desde el andamio a una viandante feminista.

El caso es que, aunque sigo anhelando mi total liberación y mi paso a la vida celestial, dispongo ya de algunos privilegios. Mi Guardián me permite ahora poder estar enterado de algunas noticias eclesiales y políticas. Poder comentarlas como hacía en el mundo de los vivos. Y además, sin necesitar ayuda de novicios expertos en tecnología de las redes. Aquí hay una conexión de gran calidad y sin límite de tiempo, claro. Me han dado acceso a algunas páginas de noticias que me proporcionen datos actuales, para las sesiones de terapia que tenemos los que ya estamos en este tercer grado purgatorial y así poder ayudar –con mi experiencia de viejo monje-, a los que están como yo a la espera de llegar a la posesión de la Verdad.

Casi todos por aquí andan indignados (si se pudiera hablar así). No digamos San Pedro, que dice que el nivelazo que ahora hay en su Antigua Sede está más o menos por el betún. Se irrita al ver el nivelazo teológico, nivelazo de corrupción y -cuando más se enfada-, llega incluso a hablar de nivelazo satánico. Sin dejar, claro está, el nivelazo de vulgaridad.

Ayer, sin ir más lejos, había un ambiente desquiciado. Había llegado a la sala de lecturas una nota que decía que el Santo Padre se había estado riendo de la Corredención de María en nuestra Salvación. Ya se sabe que Jorge Bergoglio es un gran teólogo, pero esto parece que supera todas las imaginaciones. Claro, destrozar y fundirse en un par de frases toda una tradición que ha presentado a María como Corredentora, y decir que eso son tonteras (algunas almas del purgatorio europeas no entendían esa expresión), es tirar escombros y estiércol sobre la Virgen María y mucho más en el día de la Guadalupana.

Yo recuerdo de mis tiempos mozos, cuando los avanzadillos postconciliares rahnerianos y otras especies adyacentes, decían casi con lágrimas en los ojos y aires místicos, que a María había que quererla mucho, pero ¡¡cuidado!! porque por encima de Ella está el mismo Dios y no hay que pasarse. Con lo cual, estos listillos profanadores infectados de protestantismo, intentaban cargarse la mariología, queriendo aparecer al mismo tiempo como los más amantes de la Virgen. De hecho, el mismo Concilio relegó a la Virgen a un capitulillo, alegando que eso se hacía porque se quería mucho a la Virgen y para darle más importancia. Si se descuidan un poco, no la nombran ni en la bibliografía. Según ellos, durante siglos se había dejado de lado a Dios para fijarse en María. Claro, éstos acababan por dejar de lado a María y al final dejar de lado también a Dios, para centrase en el hombre. Así nos ha lucido el pelo.

Las palabras de Francisco no tienen desperdicio:
Cuando nos vengan con historias de que había que declararla esto, o hacer este otro dogma o esto, no nos perdamos en tonteras: María es mujer, es Nuestra Señora, María es Madre de su Hijo y de la Santa Madre Iglesia jerárquica y María es mestiza, mujer de nuestros pueblos, pero que mestizó a Dios.
Como siempre, esto ha desaparecido de la página de la Santa Sede, no vaya a convertirse la tontera en doctrina infalible. Y es que solamente la palabra dogma, produce en Francisco ardor intestinal e irritación neuronal. Dogma, verdades estables, eternas y reveladas. Puaj!! Cosas de teólogos.

Yo no sé cómo alguien puede pensar todavía que Francisco podría declarar el Dogma de María Corredentora o María Medianera de todas las Gracias. Ahora, los únicos dogmas son los del Cambio Climático y los Pecados Ecológicos, que seguramente estaban ya escritos en las Tablas de la Ley, pero como Moisés las rompió cuando vio que estaban adorando al Becerro Pachamamo, pues no se llegaron a conocer. Y como no había grabadoras ni celulares, pues por eso ha quedado escondido hasta el Pontificado Actual.

Volviendo al Sermón del pasado día 12 de los mortales, lo más gracioso visto desde aquí arriba, es el impulso que da a la teología del mestizaje: María mestizó a Dios. Algunas almas del purgatorio decían ingenuamente que puestos a eso, entienden mucho más claramente la idea de María-Corredentora que la idea de Maria-Mestizadora. Yo creo que debía ser algún alma purgante del siglo XIII que todavía no ha evolucionado.

Y la guinda del pastel bergogliano:
María mujer, María madre, sin otro título esencial. Los otros títulos —pensemos en las letanías lauretanas— son títulos de hijos enamorados que le cantan a la Madre, pero no tocan la esencialidad del ser de María: mujer y madre.
O sea, que ya lo saben. Cuando los hijos cantan las Glorias de María, no afectan a su esencialidad. Por eso, en la Distinguida Teología del Mestizaje, si yo digo en las letanías: Madre Inmaculada, no afecta a su esencialidad; y si digo Madre Castísima, no afecta a su esencialidad.

Lo que yo decía: Mucho amor a la Virgen , pero al final no queda nada en pie. Menos mal que aquí arriba, la Virgen no necesita bomberos pirómanos que vengan en su ayuda.

Consolatrix afflictorum. Miserere nobis.

(Sin que eso afecte a su esencialidad)

sábado, 21 de diciembre de 2019

Navidad de esperanza (P. Santiago Martín FM)



Duración 8:50 minutos


El card Burke critica el silencio de los obispos por las últimas obras blasfemas



El cardenal Raymond L. Burke critica las clamorosas obras blasfemas enmascaradas como expresión artística. En particular, recientemente, dos casos han hecho titulares de las noticias: el póster obsceno de un Jesús pedófilo (NT: da terror poner estas dos palabras juntas) exhibido frente al Museo de Arte Contemporáneo de Roma (Macro) y la película sobre un Jesús gay (“La primera tentación de Cristo”), en la plataforma de transmisión de Netflix que está provocando una reacción muy fuerte de las comunidades cristianas de todo el mundo. 

Y como guinda del pastel, está el caso del mega póster colocado en un edificio del Vaticano en Via della Conciliazione en Roma, a un tiro de piedra de San Pedro, que anuncia la película, también en Netflix, titulada ” Los dos papas “, una operación comercial de contenido dudoso (y tendencioso)que ha dejado perplejos y escandalizados a muchos fieles que pasaban.

-Cardenal Burke, hay un crescendo de obras blasfemas con la presunción de ser artísticas. ¿Que esta pasando?

-Respuesta: En primer lugar, es un fenómeno debido en parte al nihilismo en las artes, que ya no son una expresión de verdad, belleza y bondad, sino que se han convertido en una expresión del vacío de una vida sin Dios; son la expresión de la rebelión contra la ley que Dios ha puesto en nuestros corazones. Esta es la sociedad de hoy; pero también hay un aspecto que concierne a la Iglesia: ha entrado el panteísmo, el sincretismo con las religiones no cristianas e incluso con el secularismo. La figura de Jesús se ha relativizado, ya no es el único Salvador, sino reducido a ser un buen hombre, un símbolo, por lo tanto, con todos los méritos y defectos de un hombre. Para un cristiano, esto es lo más grave que podría suceder, Cristo convertido en cualquier símbolo. Acabo de leer lo que está escrito en los documentos preparatorios del Sínodo del Amazonas: Jesús ya no es el que ordena todo, sino que es parte del cosmos … Es increíble.

Se podría argumentar que si incluso Su divinidad única ya no es reconocida, no está claro por qué hay tanta ira contra Su persona, ¿por qué desfigurar Su rostro? Esta es la vida sin Dios; no hay indiferencia, sino una reacción evidente y enojada para destruir a Aquel que es un signo de contradicción, que revela el vacío que existe en la vida. No pueden tolerar su luz. Con respecto a la luz, un tema típico de Navidad. Parece una extraña coincidencia que estos ataques blasfemos ocurran justo cuando la Iglesia se está preparando para la Navidad.

No es una coincidencia, es un acto diabólico. El diablo llega a la escena para destruir la alegría de la Navidad, trata de robar la alegría de los cristianos. Una cosa que no puede dejar de notarse es el silencio de la Iglesia frente a estos ataques blasfemos.

Los políticos tomaron medidas contra el manifiesto Macro, los laicos protestaron contra la película de Netflix con una gran recolección de firmas, pero en ambos casos no ha habido una señal fuerte desde la parte superior, desde los pastores.Tienes razón, este silencio de obispos y sacerdotes es un escándalo.

No tengo dudas de que también hay buenos sacerdotes que defienden a su rebaño, pero desafortunadamente estos son casos aislados. También en la Iglesia ha prevalecido una visión politizada de la vida: se divide en campos opuestos, conservadores o progresistas, a favor o en contra del Papa. Todo esto es absurdo. La Iglesia se guía por la verdad, no por la conveniencia política. En cambio, la tendencia es hacer lo que es políticamente correcto, por lo que sucede que incluso cuando el Señor es el blanco de un ataque desagradable, hay silencio. Es una clara indicación de que la situación en la Iglesia es muy grave.

- Pero ante estos ataques, ¿qué debe hacer un creyente?
¿Cuál debería ser el siguiente paso después de la evidente indignación y dolor?

- Respuesta:
En primer lugar, deben llevarse a cabo actos de reparación. Ofrecer las intenciones de la oración para reparar estas terribles ofensas. También las penitencias deben usarse para este propósito. Pero luego debemos usar todos los dones dados por Dios que tenemos para evitar que estas obscenidades se propaguen: escribir y cualquier otra acción legítima para prevenir la repetición y propagación de actos blasfemos. Deberíamos preguntar quiénes son los patrocinadores de ciertas exposiciones o eventos, qué teatros o salas los albergan; y hacer un balance.

viernes, 20 de diciembre de 2019

Acto de acusación al papa Francisco y de amor a la Iglesia de S.E. monseñor Carlo Maria Viganò


(CORRISPONDENZA ROMANA)



S.E. monseñor Viganò, ex nuncio apostólico en los EE.UU., publica hoy un documento que constituye una enérgica acusación al papa Francisco, y al mismo tiempo, un acto de ferviente amor a la Iglesia. Publicamos el texto íntegro:

Así dice Yahvé, el Dios
que creó los cielos y los desplegó;
el que extendió la tierra con sus frutos,
dio hálito a los hombres que la habitan,
y espíritu a los que por ella caminan:
Yo soy Yahvé; éste es mi nombre;
no doy mi gloria a ningún otro
ni mi honor a las imágenes fundidas.

Pues Yahvé avanza como un héroe,
como un guerrero despierta su furor,
vocea y lanza gritos,
y muestra su fuerza contra sus enemigos.
Mucho tiempo estuve callado,
guardé silencio, me contuve,
mas ahora doy voces como una mujer que da a luz,
lanzo ayes y suspiro jadeando.

Devastaré los montes y los collados,
y agostaré todo su verdor;
convertiré los ríos en desierto, y secaré los lagos.
Entonces volverán atrás, llenos de vergüenza,
los que confían en las estatuas;
los que dicen a las imágenes fundidas:
«Vosotros sois nuestros dioses».
¿Quién entregó a Jacob al pillaje, y a Israel a los saqueadores?
¿No es Yahvé, contra quien han pecado,
Aquel cuyos caminos no quisieron seguir, ni escuchar su Ley?

Por eso derramó sobre Israel el fuego de su ira,
y el furor de la guerra. Pegó fuego alrededor de él, pero no comprendió;
le consumía, mas no hizo caso.
(Is.42,5-23)

MARÍA INMACULADA, VIRGEN Y MADRE, ACIES ORDINATA, ORA PRO NOBIS
«¿Podría haber otra cosa en el corazón de la Virgen María que el nombre de Nuestro Señor Jesucristo? También nosotros deseamos tener en nuestros corazones un solo nombre: el de Jesús, al igual que la Santísima Virgen.»

La trágica parábola del presente pontificado avanza en una continua sucesión de golpes de efecto. No pasa un día sin que desde su supremo trono el Sumo Pontífice contribuya a desmantelar la Sede Petrina usando y abusando de su suprema autoridad, no para confesar sino para negar; no para confirmar sino para extraviar; no para unir sino para dividir; no para edificar sino para derribar.

Herejías materiales, herejías formales, idolatría y superficialidades de todo género: el Sumo Pontífice Bergoglio no cesa de humillar obstinadamente la autoridad suprema de la Iglesia, desmitificando el Papado, como tal vez diría su ilustre colega Karl Rahner. Su modo de actuar tiene por objeto violar el Sagrado Depósito de la Fe y desfigurar el rostro católico de la Esposa de Cristo con sus palabras y sus actos, con disimulaciones y con mentiras, con sus gestos evidentes que alardean de espontaneidad pero están meticulosamente ideados y planificados , y con los cuales se exalta a sí mismo en un incesante autobombo narcisista, mientras humilla la figura del Romano Pontífice y eclipsa la del Dulce Cristo en la Tierra.

Sus acciones se sirven de improvisaciones magisteriales, de un magisterio improvisado, líquido, insidioso como arenas movedizas; no sólo en las alturas, a merced de periodistas de todo el mundo, en esos espacios etéreos que pueden evidenciar un delirio patológico de ilusoria omnipotencia, sino también en el ámbito de las funciones más solemnes que deberían infundir un sagrado temor y reverente respeto.

Con ocasión de la festividad de la Virgen de Guadalupe, el papa Bergoglio ha vuelto a dar rienda suelta a su evidente fobia antimariana que evoca a la de la Serpiente en el relato de la Caída, en el Protoevangelio que profetiza la radical enemistad que puso Dios entre la Mujer y la Serpiente, y la hostilidad declarada de esta última, que hasta la consumación de los tiempos acechará el calcañar de la Mujer intentando triunfar sobre Ella y sobre su posteridad. La del Romano Pontífice es una agresión manifiesta contra las prerrogativas y sublimes atributos que hacen de la Inmaculada siempre Virgen Madre de Dios el complemento femenino del Verbo Encarnado, asociándola íntimamente a Él en la economía de la Redención.

Tras degradarla comparándola con la vecina, con una refugiada inmigrante, o con una laica como otra cualquiera con sus defectos y con la crisis de una mujer cualquiera manchada con el pecado, o incluso con una discípula, que lógicamente no tendría nada que enseñarnos; tras banalizarla y despojarla de su carácter sagrado, a la manera de las feministas que están ganando terreno en Alemania con su movimiento María 2.0, empeñado en modernizar a la Virgen para convertirla en una imitación, a imagen y semejanza de ellas, Bergoglio ha tenido la crueldad de decir de la Augusta Reina y Madre Inmaculada de Dios que «se mestizó con la humanidad» y que mestizó a Dios. Con un par de ocurrencias, ha asestado un golpe al corazón del dogma mariano y del dogma cristológico que le está vinculado.

Los dogmas marianos constituyen el sello de aprobación de las verdades católicas que conforman nuestra Fe, definidas en los concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia; son un baluarte inquebrantable contra las herejías cristológicas y contra los furibundos ataques asestados por las puertas del Infierno. Quien la mestiza y profana demuestra estar de parte del Enemigo. Atacar a María es arremeter contra el propio Cristo. Atacar a la Madre y alzarse contra el Hijo es rebelarse contra el propio misterio de la Santísima Trinidad. La Inmaculada Theotokos, «terrible como ejército con banderas desplegadas» —acies ordinata–, dará batalla para salvar a la Iglesia y aniquilará el ejército del Enemigo que se ha soltado de sus cadenas y le ha declarado la guerra, junto con todas las demoniacas pachamamas que regresarán definitivamente al Infierno.

Por lo que se ve, el papa Bergoglio no puede disimular más que no soporta a la Inmaculada, y ni siquiera consigue ocultarlo tras su ostentada devoción, siempre bajo los reflectores y las cámaras de televisión, mientras va abandonando la celebración solemne de la Virgen Asunta al Cielo y el rezo del Rosario con los fieles que con Juan Pablo II y Benedicto XVI atestaban el patio de San Dámaso y la Plaza de San Pedro de Roma.

El papa Bergoglio se vale de la pachamama para intentar derrotar a la Guadalupana. La entronización del ídolo amazónico en el Altar de la Confesión en San Pedro no fue otra cosa que una declaración de guerra a la Señora y Patrona de las Américas, que al aparecer se a San Juan Diego derrotó los ídolos demoniacos y conquistó a los indios llevándolos a la adoración del verdadero y único Dios gracias a su mediación materna. ¡No es ninguna leyenda!

A pocas semanas de la clausura del acto sinodal que supuso la investidura de la pachamama en el corazón de la catolicidad, hemos tenido noticia de que el desastre conciliar del Novus Ordo Missae será objeto de más modernizaciones, entre otras la introducción del rocío en el Canon Eucarístico en sustitución de la mención al Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad.

Se trata de un paso más en la regresión hacia la naturalización e inmanentación del culto católico, rumbo a un Novissimus Ordo panteísta e idólatra. El rocío –entidad presente en el lugar teológico de la Amazonia tropical, como supimos por los padres sinodales–, aparece como el nuevo principio inmanente de la fecundación de la Tierra, que la transustancia en un todo interconectado en un sentido panteísta al que se asimilan y someten los hombres para la gloria de pachamama. Henos aquí hundidos en las tinieblas de un nuevo paganismo mundialista y ecotribal, con sus demonios y perversiones. Con esta enésima distorsión litúrgica, la divina Revelación se degenera en la plenitud del arcaísmo; de la identidad hipostática del Espíritu Santo, nos deslizamos hacia la evanescencia simbólica y metafórica del rocío, que la gnosis masónica había hecho suya desde hace tiempo.

Volvamos por un instante a las estatuillas idolátricas, con su singular fealdad, y a la declaración del papa Bergoglio al día siguiente de que las sacaran de Iglesia de Traspontina y las arrojasen al Tíber. Las palabras pronunciadas por el Sumo Pontífice tienen una vez más el hedor de una tremenda mentira: nos ha hecho creer que las estatuillas fueron prontamente rescatadas de las turbias aguas gracias a la intervención de los carabineros. Se queda uno pasmado al ver que un equipo de Noticias del Vaticano, coordinado por Tornielli y Spadaro, de Civiltà Cattolica, con reporteros y cámaras de la prensa oficial, no tuvieran tiempo de filmar e inmortalizar el rescate de las pachamamas. Resulta hasta inverosímil que una operación de semejante espectacularidad no llamase la atención de los viandantes, que con sus teléfonos celulares habrían podido filmarlo y difundirlo por las redes sociales. Nos sentimos tentados a preguntárselo a quien hizo tal declaración. Sin ninguna duda, esta vez también nos responderían con un elocuente silencio.

Hace ya más de seis años que nos envenenan con un falso magisterio, una especie de síntesis extrema de todas las equívocas afirmaciones del Concilio y de los errores postconciliares que se han propagado inconteniblemente sin que la mayoría repare en ello. Sí, porque el Concilio Vaticano II abrió algo peor que la Caja de Pandora: la Ventana de Overton, de un modo tan gradual que nadie se ha dado cuenta de la alteración que se ha llevado a cabo, de la auténtica naturaleza de las reformas, de sus dramáticas consecuencias, y ni siquiera se ha llegado a sospechar quién manejaba realmente los hilos de esta gigantesca operación subversiva, que el cardenal modernista Suenens calificó de «el 1789 de la Iglesia Católica».

Y así, a lo largo de las últimas décadas, el Cuerpo Místico se ha ido desangrando lentamente de su linfa vital en una incontenible hemorragia: el Sagrado Depósito de la Fe se ha ido dilapidando de a poco, los dogmas han sido desnaturalizados, el culto se ha ido secularizando y profanando, la moral ha sido saboteada, el sacerdocio vilipendiado y el Sacrificio Eucarístico protestantizado y transformado en un banquete amistoso.

Actualmente la Iglesia está exangüe , invadida por la metástasis, devastada. El pueblo de Dios avanza a ciegas, analfabeto y despojado de su Fe, sumido en las tinieblas del caos y la división. En las últimas décadas, los enemigos de Dios han utilizado una táctica de tierra quemada arrasando dos mil años de Tradición. En una aceleración inaudita, gracias a la carga subversiva de este pontificado apoyado por el potentísimo aparato jesuita, le están asestando a la Iglesia un mortífero golpe de gracia.

Al papa Bergoglio –como a todos los modernistas– es imposible pedirle claridad, ya que el sello distintivo de la herejía modernista es precisamente el disimulo. Maestros del error y expertos en el arte del engaño ,«se ocupan en conseguir que se acepte universalmente lo ambiguo, presentando su lado inocuo, que les servirá de salvoconducto para introducir el lado tóxico que al principio ocultaban» (P. Matteo Liberatore S.J.). De ese modo, la mentira, terca y obsesivamente repetida, termina por hacerse cierta y ser aceptada por la mayoría.

Es también típicamente modernista la táctica de afirmar aquello que se quiere destruir, valiéndose de términos vagos e imprecisos, promoviendo el error sin formularlo con claridad en ningún momento. Que es ni más ni menos lo que hace el papa Bergoglio con su amorfismo que disuelve los misterios de la Fe, con su característica aproximación doctrinal con la que mestiza y derriba los más sagrados dogmas, como ha hecho con los relativos a la siempre Virgen Madre de Dios.

El resultado de este abuso de autoridad es que nos encontramos ante una Iglesia Católica que ha dejado de ser católica, un recipiente vaciado de su auténtico contenido para reemplazarlo con productos de pacotilla.

Es inevitable la llegada del Anticristo. Forma parte del epílogo de la historia de la salvación. Pero sabemos que es requisito imprescindible para el triunfo universal de Cristo y de su gloriosa Esposa. Aquellos de nosotros que no nos hayamos dejado engañar por estos enemigos de la Iglesia, enfeudados en el Cuerpo eclesial, tenemos que unirnos en un frente común contra el Maligno, ya hace tiempo derrotado, pero todavía en condiciones de hacer daño y provocar la perdición eterna de multitudes, pero a quien la Virgen Santísima, nuestra Corredentora, aplastará definitivamente la cabeza.

Ha llegado la hora de que actuemos. De manera inequívoca, sin dejarnos expulsar de esta Iglesia de la cual somos hijos legítimos y en la que tenemos el sacrosanto derecho de sentirnos en casa, sin que la odiosa horda de enemigos de Cristo nos haga sentir como marginados, cismáticos y excomulgados.

¡Ha llegado la hora de que actuemos! El triunfo del Corazón Inmaculado de María –Corredentora y Mediadora de todas las gracias– pasa por sus hijitos, sin duda frágiles y pecadores pero de carácter totalmente contrario a quienes militan en las filas enemigas. Pequeños, consagrados sin limitaciones a la Inmaculada por ser su talón, la parte más humilde y despreciada, la más odiada por el Infierno, pero que junto a Ella aplastarán la cabeza del monstruo infernal.

San Luis María Griñón de Monfort se preguntaba: «¿Cuándo tendrá lugar ese triunfo? Sólo Dios lo sabe. Nuestro deber consiste en velar y orar como recomendaba encarecidamente Santa Catalina de Siena: «¡Ay de mí, que muero y no puedo morir! No sigáis durmiendo en la negligencia; aprovechad al máximo el tiempo presente. Confortaos en Cristo Jesús, dulce amor. Sumergíos en la Sangre de Cristo crucificado, crucificaos con Él, escondeos en sus llagas, bañaos en su Sangre» (Carta nº 16).

La Iglesia está sumida en las tinieblas del modernismo, pero la victoria será de Nuestro Señor y de su Esposa. Queremos seguir profesando la Fe perenne de la Iglesia en medio del fragor que la asedia. Queremos velar con Ella y con Jesús en este nuevo Getsemaní del fin de los tiempos y hacer penitencia en reparación por las muchas ofensas que se les infligen.

+Carlo Maria Viganò

Arzobispo titular de Ulpiana

Nuncio Apostólico

19 de diciembre de 2019


(Traducido por Bruno de la Inmaculada /Adelante la Fe)

¿La Iglesia acepta ahora la homosexualidad? (P Javier Olivera Ravasi)


Duración 6:06 minutos

jueves, 19 de diciembre de 2019

Abp Viganò defends Virgin Mary in response to new remarks by Pope (Diane Montagna)



ROME, December 19, 2019 (LifeSiteNews) — Archbishop Carlo Maria Viganò today launched a strong defense of the Virgin Mary and a forceful indictment of Pope Francis, in response to the pope’s controversial homily on the feast of Our Lady of Guadalupe in which he called the doctrine of Mary as co-redemptrix “nonsense.”

Archbishop Viganò’s statement, titled “Mary Immaculate Virgin and Mother – Acies Ordinata, ora pro nobis,” is prefaced by a stirring passage from the prophet Isaiah that speaks of the Lord’s will to no longer keep silent in the face of the sin of idolatry.

The former apostolic nuncio to the United States then introduces the statement, writing:

The tragic story of this failed pontificate advances with a pressing succession of twists and turns. Not a day passes: from the most exalted throne the Supreme Pontiff proceeds to dismantle the See of Peter, using and abusing its supreme authority, not to confess but to deny; not to confirm but to mislead; not to unite but to divide; not to build but to demolish. Material heresies, formal heresies, idolatry, superficiality of every kind.

He continues: “On the liturgical memorial of the Virgin of Guadalupe,” Pope Francis “gave vent once again to his evident Marian intolerance,” striking at the heart the Marian dogma and the Christological dogma connected to it. But “the Immaculate Theotokos, ‘terrible as an army with banner unfurled’ [acies ordinate] will do battle to save the Church and will destroy the unfettered army of the Enemy that has declared war on her, and with him all the demonic pachamamas will return definitively to hell.”

“For more than six years now we have been poisoned by a false magisterium, a sort of extreme synthesis of all the conciliar misconceptions and post-conciliar errors that have been relentlessly propagated, without most of us noticing it,” he writes.

“Thus,” he continues, “in the course of these last decades, the Mystical Body has been slowly drained of its lifeblood through an unstoppable bleeding: the sacred deposit of faith has gradually been squandered, dogmas denatured, worship secularized and gradually desecrated, morality sabotaged, the priesthood vilified, the Eucharistic Sacrifice protestantized and transformed into a convivial Banquet...”

The distinctive mark of modernist heresy, stresses Msgr. Viganò, is the concealment and “tactic of affirming what one wants to destroy, using vague and imprecise terms, promoting error without ever formulating it clearly.” The result, he says, is what we now have before our eyes: “A Catholic Church that is no longer Catholic; a container emptied of its authentic content.”

Archbishop Viganò concludes: “The Church is shrouded in the darkness of modernism, but the victory belongs to Our Lord and His Bride. We want to continue to profess the perennial faith of the Church in the face of the roar of evil that besieges her. We want to keep vigil with her and with Jesus, in this new Gethsemane of the end times; to pray and do penance in reparation for the many offenses caused to them.”

Diane Montagna

María. Corredentora.






María corredentora. Sí, porque Dios lo quiso así, al elegirla como Madre del Redentor.
Si María no fuera corredentora no se diría “a Jesús por María”.
SI María no fuera corredentora no habría llevado al Redentor nueve meses en su seno.

La teología «mestiza» del papa Francisco (Roberto de Mattei)



Entre las palabras que con más frecuencia se repiten en el vocabulario del papa Francisco está la de mestizaje. A este término Francisco le atribuye un sentido no sólo étnico, sino también político, cultural e incluso teológico. Lo hizo el pasado día 12, al afirmar que la Virgen «se nos quiso mestiza, se mestizó. Pero no sólo con el Juan Dieguito, con el pueblo. Se mestizó para ser Madre de todos, se mestizó con la humanidad. ¿Por qué? Porque ella mestizó a Dios. Y ese es el gran misterio: María Madre mestiza a Dios, verdadero Dios y verdadero hombre, en su Hijo» (L’Osservatore Romano, 13 dicembre 2019). Lo sepa o no el papa Francisco, el origen de este concepto mestizo del misterio de la Encarnación está en la herejía de Eutiquio (378-454), archimandrita de un convento de Constantinopla según el cual después de la unión hipostática la humanidad y la divinidad de Cristo se fundieron para formar un tertium quid, una híbrida mescolanza que no sería propiamente Dios ni hombre. El eutiquianismo es una forma grosera de monofisismo porque sólo acepta en el Hijo de Dios encarnado una sola naturaleza resultante de esa confusa unión de la divinidad con la humanidad. A raíz de la denuncia formulada por Eusebio de Dorilea (el mismo que veinte años atrás había acusado a Nestorio), Flaviano, obispo de Constantinopla, congregó en 448 un sínodo en el que Eutiquio fue condenado y excomulgado por hereje. Eutiquio, apoyado por Dióscoro, patriarca de Alejandría, logró convocar otro sínodo en Éfeso que lo rehabilitó; Flaviano, Eusebio y otros obispos fueron agredidos y depuestos. En aquel entonces reinaba como papa San León Magno, que declaró nulo este último sínodo, al que denominó Latrocinio de Éfeso, nombre con el que pasó a la historia dicho conciliábulo. Tras dirigir a Flaviano una carta en la que exponía la doctrina cristológica tradicional (Denzinger, 143-144), el Papa animó a la nueva emperatriz Pulqueria (399-453) a organizar un nuevo concilio en la ciudad de Caldedonia, en Bitinia. En la tercera sesión del concilio se leyó la carta de León a Flaviano sobre la Encarnación del Verbo. En cuanto el lector terminó y calló, todos los presentes exclamaron unánimes: «Ésta es la fe de los Padres, ésta es la fe de los Apóstoles. Así creemos todos. Así creen los ortodoxos. Quien no crea así, sea excomulgado. San Pedro ha hablado por la boca de León» (Mansi, Sacrorum conciliorum nova et amplissima Collectio,VI, 971, Act. II).

Consiguientemente, el Concilio de Calcedonia definió la fórmula de fe que declaraba la unidad de Cristo como persona y de la dualidad de las naturalezas de la única Persona de Cristo, perfecto y verdadero Dios, única Persona en dos naturalezas distintas. La definición dogmática de Calcedonia confiesa: «Uno solo y el mismo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad, Dios verdaderamente, y el mismo verdaderamente hombre de alma racional y de cuerpo, consustancial con el Padre en cuanto a la divinidad, y el mismo consustancial con nosotros en cuanto a la humanidad, semejante en todo a nosotros menos en el pecado; engendrado del Padre antes de los siglos en cuanto a la divinidad, y el mismo, en los últimos días, por nosotros y por nuestra salvación, engendrado de María Virgen, Madre de Dios en cuanto a la humanidad» (Denzinger 148).

Al igual que San León Magno, los protagonistas de Calcedonia, Flaviano y Pulqueria fueron elevados a la gloria de los altares, mientras que el nombre de Eutiquio se cuenta entre los de los heresiarcas.

Entre las numerosas variantes que han surgido del eutiquianismo a lo largo de los siglos se cuenta la de la kenosis, que se desarrolló en el mundo protestante mediante una extravagante interpretación del despojamiento o vaciamiento del que habla San Pablo en la carta a los Filipenses (2,7). La Iglesia lo entiende en un sentido moral, viendo en él la voluntaria humillación de Cristo que, a pesar de seguir siendo verdaderamente Dios, se humilló hasta ocultar su infinita grandeza en la humildad de nuestra carne. La doctrina de la kenosis sostiene por el contrario que el Verbo perdió de hecho sus propiedades divinas o renunció a ellas por completo. En la encíclica Sempiternus Rex del 8 de septiembre de 1951, Pío XII la refutó con estas palabras: «Repugna también abiertamente con la definición de fe del Concilio de Calcedonia la opinión, bastante difundida fuera del Catolicismo, apoyada en un texto de la Epístola de San Pablo Apóstol a los Filipenses [Fi.2,7], mala y arbitrariamente interpretado, esto es, la doctrina llamada kenótica, según la cual en Cristo se admite una limitación de la divinidad del Verbo; invención verdaderamente sacrílega, que, siendo digna de reprobación como el opuesto error de los Docetas, reduce todo el misterio de la Encarnación y de la Redención a una sombra vana y sin cuerpo».

Es absurdo pretender una limitación de la divinidad, porque el ser divino es infinitamente perfecto, simple e inmutable, y es metafísicamente incapaz de sufrir la menor limitación. Además, un Dios que renuncia a ser él mismo deja de ser Dios y de existir (cfr. Luigi Iammarone, La teoria chenotica e il testo di Fil 2, 6-7, en Divus Thomas, 4 (1979), pp. 341-373). Los neoeutiquianos niegan la verdad de razón según la cual Dios es el Ser por esencia, acto puro, inmutable en sus infinitas perfecciones, y rechazan la verdad de fe por la cual Jesús, en cuanto hombre-Dios, gozó a lo largo de toda su vida de la visión beatífica, fundamento de su divinidad. La teología del mestizaje del papa Bergoglio parece hacer suya esta postura, la misma que le atribuye Eugenio Scalfari, que en un artículo aparecido en La Reppublica el pasado 9 de octubre afirmó que según Francisco, «una vez encarnado, Jesús cesa de ser Dios y se vuelve hombre hasta la muerte en la cruz». El director de la Sala de Prensa Vaticana, que habló el mismo día, no desmintió a Scalfari, limitándose a decir que se trataba de «una interpretación libre y personal de lo que había oído», con lo que proyectó una sombra de grave sospecha sobre la cristología bergogliana. Se nos podría objetar que atribuimos al papa Francisco herejías que jamás ha expresado formalmente. Pero si es cierto que la censura de herejía sólo se puede aplicar a expresiones que niegan una verdad revelada, no es menos cierto que un hereje se puede manifestar mediante la ambigüedad de sus palabras, así como de sus actos, silencios y omisiones. Pudiera decirse que al papa Francisco se le podría aplicar lo que dijo de Eutiquio un eminente patrólogo, el padre Martin Jugie: «Resulta muy difícil conocer con exactitud la doctrina de Eutiquio sobre el misterio de la Encarnación, porque ni él mismo la conocía bien. Eutiquio era hereje porque sostenía obstinadamente fórmulas equívocas, falsas además en su propio contexto. Pero dado que dichas fórmulas se prestaban a explicaciones ortodoxas y algunas de sus afirmaciones a una interpretación benévola, queda la incertidumbre en cuanto a su verdadero pensamiento» (Enciclopedia Cattolica, vol. V (1950), col. 870, 866-870).

La teología de Francisco es mestiza porque mezcla verdad y error dando lugar a una confusa amalgama en la que nada es claro, determinado o preciso. Todo resulta indefinible, y el alma del pensamiento y del lenguaje parece ser la contradicción. Además de la Virgen, Francisco querría mestizar la Iglesia haciéndola salir de sí misma para mezclarse con el mundo, sumergirse en él y quedar absorbida por él. Pero la Iglesia es santa e inmaculada, como santa e inmaculada es María, Madre y modelo del Cuerpo Místico. La Virgen no es mestiza en el sentido que le atribuye Francisco, porque en Ella no hay nada de híbrido, oscuro o confuso. María es luz sin sombra, belleza sin imperfección, verdad incorrupta, siempre íntegra y sin mancha. Pidamos auxilio a la bienaventurada Virgen María para que nuestra fe tampoco sea una mescolanza y se mantenga siempre pura, impoluta y resplandeciente ante Dios y ante los hombres, como resplandeció en la noche de Navidad el Verbo Encarnado manifestándose al mundo.


Roberto de Mattei

Cardenal Raymond Burke: la blasfemia secular es “diabólica”, pero la relativización de Cristo que hace Francisco es peor



El cardenal Raymond Burke registra un crescendo “diabólico” de obras de arte blasfemas hacia la Navidad, al representar a Cristo como “homosexual” (Netflix, foto) o “pedophile”.

Sin embargo, para Burke “lo más grave” es el hecho que el panteísmo y el sincretismo con las religiones no cristianas e incluso con el secularismo han ingresado en la Iglesia [a través de Francisco], dijo el 18 de diciembre en el sitio web LaNuovaBQ.it.

Burke observa que la figura de Cristo es relativizada [en la Iglesia de Francisco]: “Él ya no es más el único Salvador, sino que es reducido a un buen hombre, un símbolo, en consecuencia con todos los méritos y defectos de un hombre”.

Agrega que “para un cristiano esto es lo más grave que se pueda imaginar, un Cristo convertido en un símbolo cualquiera”.

Burke observa que lo que se ha escrito en los documentos preparatorios del Sínodo sobre la Amazonia da a entender que Jesús ya no es Aquél que ordena todo, sino parte del cosmos ... "Es increíble".

Para Burke, la situación actual en la Iglesia es “muy grave”.

domingo, 15 de diciembre de 2019

“Satanás ha entrado en la Iglesia” (Cardenal Raymond Burke)



La “idolatría” de la Pachamama en el Sínodo sobre la Amazonia fue “impactante al máximo”, dijo el cardenal Burke en una homilía en La Crosse, en Wisconsin (Estados Unidos) (12 de diciembre, ver vídeo debajo).

Explicó que el demonio confunde al mundo sobre la identidad de género y el aborto, pero también entreteje confusión y destrucción en la Iglesia.

Dijo literalmente: “Una manifestación extremadamente impactante de la forma en que Satanás ha entrado en la Iglesia fue el culto reciente del ídolo pagano de la Pachamama, la madre tierra, en los jardines vaticanos, e incluso más crasamente, frente a la tumba de san Pedro en la basílica que lleva su nombre”.

Burke pidió oraciones de reparación. Él es un sacerdote de La Crosse, y fue obispo allí desde 1995 al 2004.

lunes, 9 de diciembre de 2019

El Cardenal Zen acusa al Papa de impulsar un cisma (Carlos Esteban)




En una entrevista concedida a la publicación taiwanesa New Bloom, el cardenal José Zen Zekiun, obispo emérito de Hong Kong, ha vuelto a arremeter contra las trágicas consecuencias del pacto secreto firmado por la Santa Sede con el gobierno comunista chino y ha llegado a afirmar que Francisco está promoviendo un cisma.


“He oído que recientemente el Santo Padre, en un viaje de regreso (no recuerdo de dónde), ha dicho: “Claro que no quiero ver un cisma. Pero no tengo miedo de los cismas”, señala el arzobispo emérito de Hong Kong, cardenal Zen, en una entrevista concedida a New Bloom. “Pues yo le digo: “Usted está impulsando un cisma. Usted está legitimando la iglesia cismática en China”.

Zen lleva ya años denunciando la situación en su patria, China, donde el misterioso pacto suscrito con Roma ha dado todas las ventajas a la Administración comunista sin exigirle, aparentemente, nada a cambio. Roma ha levantado la condena sobre la Iglesia Patriótica, creada y gestionada por el Partido Comunista Chino, y reconocido incluso sus órdenes presbiteriales y episcopales, pero el acoso y la persecución a la Iglesia fiel, la que se ha mantenido durante décadas leal a Roma hasta el martirio, sigue implacable e incluso se recrudece.

Se presiona cada vez con mayor fuerza a los clérigos fieles para que se alisten a la Iglesia Patriótica, cuyo presidente, un obispo, acaba de recordar que el amor a la patria está por encima del amor a la Iglesia, y se sustituyen en los templos crucifijos e imágenes sagradas por retratos de Xi Jinping, pero desde Roma no se protesta contra estos abusos ni se explica el sentido del acuerdo. Incluso el Papa, de vuelta de Japón, encontró el modo de no condenar la represión de las protestas en Hong Kong.

Zen ve el principal culpable de este trágico asunto en el secretario de Estado, Pietro Parolin, del que tiene la impresión de que está “manipulando al Santo Padre”. Para el arzobispo emérito, “es un misterio real por qué un hombre de Iglesia, conocedor de China y del régimen comunista, hace lo que él está haciendo ahora. La única explicación es que no se trata de una decisión basada en la fe, sino en la búsqueda de un éxito diplomático. Es la vanagloria”.

Y concluye: “Este último acto es realmente increíble. El documento dice: “Para llevar a cabo el ministerio abiertamente, hay que estar registrado en el gobierno”. Y hay que firmar. Firmar algo en lo que se dice que tienes que apoyar a la iglesia independiente. […] El documento contiene cuestiones que son contrarias a nuestra ortodoxia y nos instan a firmar. Uno no se puede engañar a sí mismo. No puedes engañar a los comunistas. Estás engañando a todo el mundo. Estás engañando a los fieles. Firmar el documento no es firmar una declaración. Cuando firmas, está aceptando ser miembro de una iglesia que está sometida al partido comunista. Es terrible, terrible”.

Carlos Esteban

domingo, 8 de diciembre de 2019

La poesía olvidada: introducción al libro



Duración 13:50 minutos


La lectura atenta y reposada de buena poesía es también un camino para llegar al conocimiento y al amor de Dios. El libro, cuya portada se ve en la carátula del vídeo, puede adquirirse en la librería González-Palencia, en Murcia (Tfno: 968242829) o bien a través de la web, en la dirección:


Pienso que sería un buen regalo de Navidad.
José Martí

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INTRODUCCIÓN AL LIBRO "LA POESÍA OLVIDADA"

Es realmente difícil imaginar hasta qué punto nos quiere el Señor y somos importantes para Él. No nos lo acabamos de creer del todo, por más que digamos otra cosa:"Como azucena entre espinas es mi amada entre las doncellas ..." (Ca 2,1). "¡Levántate ya, amada mía, hermosa mía, y ven! Que ya se ha pasado el invierno y han cesado las lluvias ..." (Ca 2, 10-11). "Paloma mía, que anidas en las hendiduras de las rocas, en las grietas de las peñas escarpadas, dame a ver tu rostro, hazme oír tu voz. Que tu voz es dulce y encantador tu rostro"(Ca 2,14).

Estas bellas palabras del Cantar de los Cantares son pronunciadas por el Esposo y dirigidas a la esposa: el Esposo del libro del Cantar, en lectura cristiana de la Biblia, se refiere a Jesucristo. Y cuando se habla de la esposa, cada cristiano puede verse reflejado en ella; y considerar que esas palabras están dirigidas por el Señor a él mismo ... como si cada uno fuese único: 
"Es única mi paloma, ..." (Ca 6,9) dice el Esposo. Y la esposa, hablando del Esposo: "...hacia mí tienden todos sus anhelos" (Ca, 6,11b)

El Cantar es el libro bíblico en el que más se pone de manifiesto, de modo poético pero real, el tipo de amor que Dios quiere tener con cada una de las personas humanas que somos y que Él ha creado. Y sólo puede entenderse plenamente a la luz del Nuevo Testamento, pues Dios se ha manifestado como Amor en la Persona de su Hijo hecho hombre, es decir, en Jesucristo. La unión con Jesucristo, por medio de su Espíritu, es la que hará posible que lleguemos a entender algo de lo que se escribe en ese libro del Cantar:
"¡Ábreme, hermana mía, amada mía, inmaculada mía! Que está mi cabeza cubierta de rocío y mis cabellos de la escarcha de la noche" (Ca 5,2)

¿Cómo es posible que de ese modo nos quiera el Señor? Misterio de los misterios, para el que no podremos encontrar ninguna explicación y que ha producido -y sigue produciendo- enormes quebraderos de cabeza en multitud de personas. Un ejemplo lo encontramos en la siguiente estrofa de un soneto de Lope de Vega (1562-1635) refiriéndose, precisamente, a ese versículo del Cantar:
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que, a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?

Es el mismo Jesús, en el Apocalipsis, quien nos dice: "He aquí que estoy a la puerta y llamo: Si alguno escucha mi voz y abre la puerta, Yo entraré a él, y cenaré con él y él cenará conmigo" (Ap 3,20). Nos lo podemos imaginar: Jesús llamando a la puerta de nuestro corazón (el de cada uno), pidiéndonos permiso para entrar y diciéndonos como en susurros: "¿Sabes que me importas mucho? ¿Sabes que he dado mi Vida por tí? ¿Quieres abrirme tu corazón? ¿Quieres dejarme que te quiera?". 

Nos parece estar escuchando las palabras de Marta a María, su hermana, diciéndole en secreto: "El Maestro está ahí y te llama(Jn 11,28b), como dirigidas a nosotros mismos. Esta llamada de Jesús es para ahora mismo, para este instante en el que estoy aquí escribiendo (o leyendo). Nos interpela directamente, llama a la puerta de nuestro corazón. Debemos estar muy atentos para poder escuchar su voz. Y tener una total disponibilidad para lo que Él nos pida ... empezando por abrirle la puerta de nuestro corazón, de manera que Él pueda entrar en nuestra vida y transformarla. Y es entonces cuando podrá decirnos eso de Voy a cenar contigo y tú vas a cenar conmigo, indicando así la relación de intimidad que Jesús desea tener con cada uno: no nos dirá vamos a cenar juntos sino Yo contigo y tú conmigo.

Dado que una característica esencial en el amor es la perfecta libertad de los que se aman (de ambos y no de uno solo) ... Dios, que nos ama y que es soberanamente libre, nos ha creado “libres” para que nosotros, a su vez, podamos amarle a Él ... el amor no puede imponerse o no sería amor. Y puesto que, además, el amor sólo se da entre iguales, Él mismo ha tomado sobre sí nuestra naturaleza humana y se ha hecho hombre, realmente hombre, uno de nosotros; de no ser así no podría habernos dicho, como lo hizo: Ya no os llamo siervos, sino amigos ...” (Jn, 15, 15). 

La llamada es clara, por parte de Dios. No así la respuesta por nuestra parte. Ésta sería imposible si Dios mismo no nos diera su Espíritu, para que podamos responderle como conviene. Sabemos, sin embargo, que el Señor no nos va a pedir nada que no podamos cumplir y que contamos siempre con su ayuda. Las palabras de Jesús son consoladoras. Así, por ejemplo, al despedirse de sus discípulos, en el sermón de la última cena, antes de morir, les dice: “
Cuando me haya marchado y os haya preparado un lugar, de nuevo vendré y os llevaré conmigo, para que donde Yo estoy, estéis también vosotros” (Jn 14, 3).  Ése es su deseo: que donde Él esté estemos también nosotros. Y si de veras lo amamos también ése será nuestro deseo: estar donde Él esté.  Es verdad que no lo vemos sensiblemente mientras caminamos en esta vida, en la que vivimos de la fe … ¡pero la fe es Luz! A través de la fe podemos percibirlo incluso mejor que con los sentidos, pues sus Palabras son Espíritu y Vida, y resuenan con fuerza en nuestros oídos: "Ésta es la victoria que vence al mundo: vuestra fe" (1 Jn 5,4b). "En el mundo habéis de tener tribulación. Pero tened confianza. Yo he vencido al mundo" (Jn 16,33). “Si me pedís algo en mi Nombre, Yo lo haré” (Jn 14, 14). 

Es fundamental que haya, por nuestra parte, una búsqueda incansable, continua e ilusionada, que pase a través de todo tipo de obstáculos, una búsqueda que durará todo el tiempo de nuestra vida, que es justo el tiempo que tenemos para demostrarle al Señor que le queremos. Merece la pena cualquier esfuerzo, en este sentido.
  
Las "poesías" que siguen tratan, precisamente, de la búsqueda de Dios: pienso que queda suficientemente claro que cuando digo Dios estoy pensando en Jesucristo.

A Dios se le va encontrando poco a poco: primero en las cosas, en la naturaleza (las rosas, el mar, el viento, el perfume, las estrellas, etc.); luego en el sufrimiento, un sufrimiento que es propio del que está enamorado y no acaba de encontrar a Aquél que es el objeto de su amor (de ahí esa búsqueda ansiosa, las preguntas a las criaturas, el moverse en la oscuridad por senderos angostos, los viajes, los suspiros, el no darse tregua, el cortar las ataduras que impiden el encuentro en totalidad con el amado, etc.); y finalmente en el propio corazón (donde tiene lugar la lucha más fuerte, la prueba más difícil, para que sólo Él cuente, más que ninguna otra cosa, por muy buena que fuera, que no sea Él).

lo único que hace que este viaje de la vida merezca la pena es el encanto de su Mirada, esa Mirada en la que se descubre la maravillosa realidad de la vida, una realidad que este mundo está tan empeñado en ocultar: la de que Dios está enamorado de cada uno de nosotros, de un modo personal y único. Dios está enamorado de mí; yo le importo y, por eso, soy valioso.  Y en su Mirada, a veces ligeramente percibida, siempre descubro comprensión, misericordia, cariño, amistad y alegría. Sólo junto a Él es hermosa la vida. Todos los problemas se relativizan cuando se cae en la cuenta de que “sólo una cosa es necesaria” (Lc 10, 41) y cuando se vive con la certeza de que no estamos solos: “Sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20)

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Nota 2: También puede leerse en el siguiente enlace de este blog:



jueves, 14 de noviembre de 2019

Contra Recentia Sacrilegia


Nosotros, los abajo firmantes, clero y estudiosos laicos católicos, protestamos y condenamos los actos sacrílegos y supersticiosos cometidos por el papa Francisco, sucesor de Pedro, en relación con el reciente Sínodo de la Amazonía que ha tenido lugar en Roma.

Tales actos sacrílegos son los siguientes:

El 4 de octubre, el papa Francisco asistió a un acto de adoración idolátrica de la diosa Pachamama.

Permitió que este culto tuviese lugar en los Jardines Vaticanos, profanando también las cercanías de las tumbas de los mártires y la Iglesia del Apóstol Pedro.

Participó de este acto de culto idolátrico bendiciendo una imagen de madera de la Pachamama.

El 7 de octubre, el ídolo de la Pachamama fue colocado frente al altar de San Pedro y, después, llevado en procesión hasta el aula sinodal. El papa Francisco pronunció oraciones en una ceremonia que involucraba a esta imagen y, después, se unió a la procesión.

Cuando la imagen de esta deidad pagana fue sustraída de la iglesia de Santa María in Traspontina, donde había sido sacrílegamente colocada, y lanzada al río Tíber por unos católicos ofendidos por tal profanación de la iglesia, el papa Francisco, el 25 de octubre, se disculpó por esta acción, y otra imagen de la Pachamama fue vuelta a colocar la iglesia.  Así pues, se comenzó otra profanación.

El 27 de octubre, durante la Misa de conclusión del sínodo, aceptó un cuenco utilizado en los cultos idolátricos de la Pachamama, situándolo sobre el altar.

El propio papa Francisco confirmó que se trataba de ídolos paganos. En su disculpa del 25 de octubre por la sustracción de talesídolos de una iglesia católica, las denominó Pachamam , el nombre de una falsa deidad de la madre tierra según las creencias paganas de Sudamérica.

El cardenal Walter Brandmüller, el cardenal Gerard Müller, el cardenal Jorge Urosa Savino, el arzobispo Carlo Maria Viganò, el obispo Athanasius Schneider, el obispo José Luis Azcona Hermoso, el obispo Rudolf Voderholzer y el obispo Marian Eleganti han condenados distintos aspectos de estos  cultos como idólatras o sacrílegos. Finalmente, también el cardenal Raymond Burke ha dado un juicio análogo en una entrevista.

La participación en los cultos idolátricos fue anticipada por la declaración titulada Documento sobre la Fraternidad Humana, firmada por el papa Francisco y Ahmad al-Tayyeb, Gran Imán de la Mezquita de al-Azhar, el 4 de febrero de 2019. La declaración afirmaba lo siguiente:
«El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son queridos por Dios en su Sabiduría, con la que Él creó a los seres humanos. Esta Sabiduría Divina es la fuente de la que proviene el derecho a la libertad de credo y a la libertad de ser diferente».
La participación de Francisco en estos cultos idolátricos indica que entendía esta declaración en sentido heterodoxo, el cual permite considerar la adoración de ídolos paganos como algo bueno y querido por Dios.

Es más, a pesar de recomendar privadamente al obispo Athanasius Schneider que “usted [el obispo] puede decir que la frase en cuestión sobre la diversidad de religión significa la voluntad permisiva de Dios…” , Francisco no ha corregido la Declaración de Abu Dabi de acuerdo a lo anterior. De hecho, en su discurso en la audiencia del 3 de abril de 2019, el papa Francisco contestó a la pregunta:«¿Por qué Dios permite que haya tantas religiones?», haciendo referencia a la «voluntad permisiva de Dios», tal y como la explica la teología escolástica, pero le dio al concepto un significado positivo, declarando que «Dios ha querido permitirlo» porque si bien«hay tantas religiones» estas «siempre miran al cielo, miran a Dios» (énfasis añadido). No hay la más mínima sugerencia de que Dios permita las falsas religiones del mismo modo que permite la existencia del mal en general. Más bien, la clara implicación es que Dios permite la existencia de «tantas religiones» porque son buenas en tanto que «siempre miran al cielo, miran a Dios».

Es más, Papa Francisco desde entonces ha confirmado   la nunca corregida declaración de Abu Dhabi instituyendo un “comité interreligioso”, después oficialmente denominado “Alto Comité” (“HigherCommittee”), con sede en los Emirados Árabes Unidos, para promover los “objetivos” del documento; y promoviendo una instrucción del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso destinada a los directores de todos los Institutos superiores de instrucción católicos, e indirectamente a todos los profesores universitarios católicos, pidiéndoles dar “la más amplia difusión posible” al documento, incluida su afirmación, nunca corregida, que Dios quiere la “diversidad de la religiones tal y como quiere la diversidad de color, sexo, raza y lengua.”

Rendir culto a cualquier otra persona o cosa que no sea el Dios verdadero, la Santísima Trinidad, supone una violación del Primer Mandamiento. Absolutamente toda participación en cualquier forma en la veneración de ídolos queda condenada en este Mandamiento y es, objetivamente, un pecado grave, independientemente de la culpabilidad subjetiva, que solo Dios puede juzgar.

San Pablo enseñaba a la Iglesia primitiva, en la Primera Epístola a los Corintios, que los sacrificios ofrecidos a los ídolos paganos no son sacrificios ofrecidos a Dios sino a los demonios:

«¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas sacrificadas a los ídolos son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios; y no quiero que os unáis a los demonios. No podéis beber del cáliz del Señor y del cáliz de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios». (1 Cor 10,19-21)

Por tales acciones, el papa Francisco ha incurrido en el reproche sancionado en el Segundo Concilio de Nicea:

«Muchos pastores han destruido mi viña, han devastado mi heredad. Porque siguieron a hombres impíos, y confiando en su propia locura han calumniado a la santa Iglesia, que Cristo, nuestro Dios, desposó; y han fallado en distinguir lo sagrado de lo profano, afirmando que los iconos de nuestro Señor y de sus santos no eran diferentes de las imágenes de los ídolos satánicos.»
                           
Con inmenso dolor y profundo amor por la Cátedra de Pedro, rogamos a Dios Omnipotente que perdone a los miembros culpables de su Iglesia en la tierra, librándoles del castigo que merecen por estos terribles pecados.

Pedimos respetuosamente al papa Francisco que se arrepienta públicamente y sin ambigüedades de estos pecados objetivamente graves, y de todas las ofensas públicas contra Dios y la verdadera religión, y que haga acto de reparación por tales ofensas.

Rogamos respetuosamente a todos los obispos de la Iglesia Católica que ofrezcan su corrección fraterna al papa Francisco por estos escándalos, y que adviertan a sus rebaños que, según la enseñanza divinamente reveladade la fe católica, se arriesgan a la condenación eterna si siguen su ejemplo en la ofensa contra el Primer Mandamiento.

9 de noviembre de 2019

In Festo dedicationis Basilicae Lateranensis
“Terribilisest locus iste: hic domus Dei est et porta cæli; et vocabitur aula Dei”

lunes, 11 de noviembre de 2019

Entradas de interés 11 de Noviembre de 2019


SECRETUM MEUM MIHI

Entrevista con el cardenal Raymond Leo Burke en el New York Times el 11 de noviembre de 2019

https://secretummeummihi.blogspot.com/2019/11/entrevista-con-el-cardenal-raymond-leo.html


SPECOLA

El miedo a los cismas, el problema es el Papa Francisco, Scalfari se ratifica, el Vaticano pierde a los católicos.

https://infovaticana.com/blogs/specola/el-miedo-a-los-cismas-el-problema-es-el-papa-francisco-scalfari-se-ratifica-el-vaticano-pierde-a-los-catolicos/


ACTUALIDAD COMENTADA

El miedo a los cismas, del padre Santiago Martín (video de 11:22 minutos)

https://youtu.be/cuWd2xYNt1s

Duración 11:22 minutos


Selección por José Martí