BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



viernes, 2 de noviembre de 2018

ALBERT EINSTEIN: «Yo soy judío, pero me cautiva la figura luminosa de Jesús Nazareno»



Madrid, 1 noviembre 2018
Mercabá, artículos de Cultura y Sociedad

Reproducimos la entrevista concedida el 26 octubre 1929 por Albert Einstein* al periodista George Sylvester Viereck, para la semanal norteamericano The Saturday Evening Post. Entrevista seleccionada y traducida del inglés por el equipo de Mercabá. Ofrecemos también la versión completa y original inglesa, para todo el interesado en profundizar más.


E.P: ¿Se considera Ud. alemán, o judío?

Es bastante posible ser ambas cosas. Yo me veo a mí mismo como un hombre. El nacionalismo es una enfermedad infantil, es el sarampión de la humanidad.

E.P: ¿Se considera Ud. filósofo, o matemático?

Yo soy solamente un físico.

E.P: ¿Y qué le gustaría ser?

Si no fuera físico, probablemente sería músico. A menudo pienso en la música, vivo mis recuerdos con la música clásica, veo mi vida en términos de música.

E.P: ¿Significa su Teoría de la Relatividad que todo es relativo?

El significado de la relatividad se ha malinterpretado ampliamente. Los filósofos juegan con la palabra, como un niño con una muñeca. La relatividad, tal como yo lo veo, simplemente denota que ciertos hechos físicos y mecánicos, que han sido considerados como positivos y permanentes, son relativos con respecto a otros hechos ciertos en la esfera de la física y la mecánica. No significa que todo en la vida sea relativo, ni que tengamos el derecho de convertir al mundo entero en algo al revés, maliciosamente.

E.P: ¿Ha sacado Ud. partido a su teoría?

Mira. Yo podría aceptar un regalo de una comunidad. Pero no podría aceptar ese mismo regalo de un individuo. De igual manera, a veces uno paga más por las cosas que obtiene que por nada. Me niego a sacar dinero de mi ciencia. Mi laurel (e = mc2) no está a la venta.

E.P: ¿Achacaría Ud. sus descubrimientos a la intuición?

Yo creo en la intuición e inspiración. Pero aunque a veces sienta que tengo razón, eso hay que demostrarlo. Por otro lado, todavía no sabemos ni siquiera lo que somos.

La imaginación es más importante que el conocimiento. Pues el conocimiento es limitado, y la imaginación rodea el universo.

E.P: ¿Cómo puedo tener yo una idea de lo que es su 4ª dimensión?

Imagina una escena en un espacio concreto: un hombre recostado en un banco. Un árbol está plantado cerca del banco. Imagina que el hombre quiere caminar desde el banco hasta una roca, que está al otro lado del árbol. El hombre nunca podrá alcanzar la roca, salvo caminando por delante y por detrás del árbol (espacio bidimensional).

Pero también puede alcanzar la roca a través de la tercera dimensión, por arriba o por abajo del árbol.

Ahora imagina a otro hombre sentado en el banco, en el mismo sitio que el primero. Como dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar al mismo tiempo, ese segundo hombre sólo puede haber llegado allí después que el primer hombre se moviera. O haber llegado antes que se moviera y sentara, por haberse movido en el tiempo hacia atrás.

El tiempo es la cuarta dimensión. De manera similar es posible explicar cinco, seis y más dimensiones, por ahora desconocidas. Muchos problemas de las matemáticas se simplifican asumiendo la existencia de más dimensiones.

E.P: ¿Deberíamos intentar descubrir esas dimensiones desconocidas?

Leer demasiado y usar poco el cerebro hace caer en hábitos perezosos de pensamiento. Y leer después de cierta edad también desvía la mente de las actividades creativas. Por otro lado, hoy el hombre pasa demasiado tiempo en el teatro, y se contenta con vivir de lo que hacen otros, en lugar de exprimir su propia vida.

E.P: ¿Cuál sería para Ud. el mayor de sus contemporáneos?

Yo no puedo contestar a esa cuestión, sin consultar antes una enciclopedia. Ni siquiera puedo discutir inteligentemente sobre los hombres que trabajan en mi propio campo.

E.P: ¿A quién considera Ud. el trabajador más inteligente en su propio campo?

No es justo distinguir individuos. En Alemania, considero que Schrodinger y Heisenberg son de especial importancia. Schrodinger ha descubierto la fórmula matemática que demuestra que toda la vida se mueve en oleadas. Heisenberg ha formulado una nueva definición de las magnitudes matemáticas. También está, por supuesto, Max Planck, el exponente de la teoría cuántica.

E.P: ¿Y en América?

En Estados Unidos, más que en ningún otro lugar, el individuo se pierde en los logros de muchos. América está empezando a ser el líder mundial en investigación científica. La beca americana es paciente e inspiradora. Los estadounidenses muestran una enorme devoción por la ciencia. Y esto no lo ve Europa, que considera a los estadounidenses como cazadores de dólares, que hacen ciencia sin pensar.

E.P: ¿Está el mundo progresando?

El único progreso que yo veo es el progreso en la organización.

E.P: ¿Qué nos diría de nuestro tiempo?

Nuestro tiempo es gótico en su espíritu. A diferencia del Renacimiento, no está dominado por personalidades destacadas. El siglo XX ha establecido la democracia del intelecto, y muchos hombres toman parte en los movimientos intelectuales. Pero es la época, más que el individuo, lo que importa.

Hoy en día no hay una personalidad dominante, como Galileo, Newton o los gigantes del siglo XIX. Hoy en día, el nivel general es lo que importa, y éste está mucho más alto que nunca en la historia. Pero hay pocos hombres cuya estatura los distinga inmediatamente de los demás.

E.P: ¿Cree Ud. que la humanidad evolucionará hacia el superhombre?

Si eso sucediera, tendrían que pasar antes millones de años. Y si no, fíjese en las abejas y hormigas y su adaptación a sus entornos. La naturaleza les quitó sus eones, y ellas tardaron bastantes miles de años en adaptarse a sus nuevos entornos.

La naturaleza tarda miles y millones de años en transmitir experiencias y características heredadas. Y los seres humanos, por desgracia, parecemos aprender mucho más lentamente que los insectos.

E.P: Entonces es usted oponente de Freud

De ninguna manera. No estoy preparado para aceptar todas sus conclusiones, pero considero que su trabajo es una contribución inmensamente valiosa a la ciencia del comportamiento humano.

E.P: ¿Ha leído Ud. el libro de Emil Ludwig sobre Jesús?

El Jesús de Ludwig es superficial. Jesús es demasiado colosal para la pluma de autores de frases, por ingeniosos que sean. Nadie puede apropiarse del Cristianismo, por muy buenos motivos que tenga.

E.P: Entonces acepta Ud. la existencia histórica de Jesús.

Incuestionablemente. Nadie puede leer el evangelio sin sentir la presencia actual de Jesús. Su personalidad persuade al mundo entero.

E.P: ¿Hasta qué punto está Ud. influido por el Cristianismo?

De niño recibí instrucción tanto en la Biblia como en el Talmud. Soy judío, pero me cautiva la figura luminosa del Nazareno.

E.P: ¿Y qué les diría a los que hablan del mito de Jesús?

Que no hay mito tan lleno de vida. ¡Qué diferente es la impresión que recibimos de los héroes legendarios de la antigüedad! Estos y otros héroes de su tipo, como Teseo, carecen de la auténtica vitalidad de Jesús.

E.P: Pero Lewisohn afirma, en uno de sus libros, que los dichos de Jesús parafrasean a otros profetas.

Ningún hombre puede negar el hecho de que Jesús existió, ni que sus dichos son hermosos. Incluso si algunos de ellos se han dicho antes, nadie los ha expresado tan divinamente como él.

E.P: ¿Confirma su Teoría de la Relatividad la cosmología de Santo Tomás de Aquino, como decía Chesterton?

No he leído todas las obras de Tomás de Aquino, pero estoy encantado de haber llegado a las mismas conclusiones que la mente integral de ese gran erudito católico.

-------

* Albert Einstein Koch (Ulm 1879-Princeton 1955) fue doctor en física por la universidad de Zurich, profesor de las universidades de Leiden, Berna, Berlín y Princeton, inventor del efecto fotoeléctrico, equivalencia entre masa y energía y el campo cuántico unificado, así como el padre y fundador de la Teoría de la Relatividad especial (cuya fórmula e = mc2 descubrió con apenas 25 años de edad, siendo un simple becario de Berna) y Teoría de la Relatividad general (que publicó 10 años después, con su concepto de gravedad universal). Por todo ello y por el resto de sus aportaciones (innumerables aquí) ha pasado a la historia como el más grande científico de la historia de la humanidad, al romper el hermetismo físico de Newton y hacer ver al mundo la verdadera fórmula dinámica del universo.

Noticias varias 1 y 2 de Noviembre de 2018 (Karadima, Franco, McCarrick, Orlandi, Polonia, Hungría, Asia Bibí, familias numerosas, ...)



INFOVATICANA

Víctimas de Karadima acusan al Cardenal Errázuriz de perjurio (Carlos Esteban)

Los huesos del Vaticano, Angellini mártir, Franco el héroe, Damnatio Memoriae, dos hombres no hacen una madre. (Specola)

Carlos Osoro descubre con “perplejidad, sorpresa, enfado y decepción” que su jurisdicción tiene límites (Gabriel Ariza)

El caso de Theodore McCarrick: Un fracaso de la corrección fraterna

Emanuela Orlandi, un caso abierto, un misterio sin resolver, los silencios vaticanos y los huesos que hablan. (SPECOLA)

THE VORTEX

Polonia Christiana Interviews Michael Voris (An interview with Michael Voris by PCh24.pl Polonia Christiana at the conclusion of the 2018 Synod on the Youth)



El obispo de Almería encomienda a una parroquia importante la celebración de la Misa según el rito extraordinario


THE WANDERER


ONE PETER FIVE


La tercera revolución en la iglesia católica

LIFE SITE NEWS

Planes de Hungría estables para familias numerosas.

Selección por José Martí

Papa Francisco usa las canonizaciones por “motivos populistas”



Sólo un neoconservador obcecado que ha abdicado completamente de su inteligencia puede creer que Pablo VI o el obispo Oscar Romero son santos al modo en el que la Iglesia siempre consideró a los santos, escribió el 18 de octubre el blog argentino Caminante-Wanderer.

- Para el blog, Pablo VI y Romero fueron canonizados mediante un “puro acto de la voluntad” de Francisco, quien utiliza las canonizaciones “con propósitos populistas”, en orden a pintar una Iglesia “retrógrada” políticamente correcta.

El blog toma la castidad como ejemplo, para mostrar cómo las virtudes, alguna vez en el centro de una canonización, se han convertido en detalles sin importancia:
• Después que monseñor Juan Carlos Maccarone, obispo de Santiago del Estero (Argentina), apareció en el 2005 en un video participando en un acto de fornicación homosexual con su chofer, Bergoglio dijo que eso era un “acto de la vida privada de Maccarone”.

• En el 2012 Bergoglio defendió a monseñor Fernando Bargalló, obispo de Merlo-Moreno (Argentina), quien fue fotografiado en un hotel exclusivo del Caribe, abrazando a una concubina rubia.

• En el 2013 Francisco dijo que él no tenía derecho a juzgar las aventuras homosexuales de monseñor Ricca. Éste administra el hotel vaticano donde vive Francisco y es su hombre de contacto en el Banco del Vaticano.

• En el 2018 Francisco promovió como sustituto en la Secretaría de Estado al arzobispo Edgar Peña Parra, quien tiene una historia de fornicación homosexual.

Para abordar el abuso sexual de los sacerdotes hay que estudiar los seminarios católicos



jueves, 1 de noviembre de 2018

Mutilarse no hace que cambies de sexo, denuncia el portavoz de "Con mis hijos no te metas"


Duración 4:55 minutos



TESTIGO DE LA VERDAD: Lucha por la Iglesia (Michael Voris)


Duración 8:23 minutos

I'm Michael Voris coming to you from Rome with a simple message: If you call yourself Catholic, you need to witness to the truth and get in the fight. The mauling, the mangling that Holy Mother Church has gone through is atrocious. It's been going on for half a century.

She has been so disfigured by leaders that the world no longer recognizes Her holiness, Her uniqueness. This must end, and the leaders, too many of them, simply do not care to bring it to an end.

Many them as you know are actually complicit in bringing this ruination about. Somewhere back up the line, for a variety of causes, many of them completely disengaged in the work of fighting for souls.

Some were communist plants in seminaries who gained power and influence in the Church and then set about to chase out good men and bring in bad men as the next generation of priests. Other men of power and influence in the Church were and are Freemasons, men who hold the ideology that the Catholic Church must be destroyed in her teachings.

Both of these camps have active homosexuals within their ranks. Sometimes the homosexuals are wedded to the ideological causes of the above groups, sometimes they're just all about the sex and easy life.

And sometimes, the homosexuals prey on youth, and that's where all of it all comes out into the public, and the plans of the devil get exposed.

For all the blather from bishops in the United States about how great things have been with regard to minor children not being raped by clergy any longer — which is true — think about the nightmare that claim is.

True, once the media exposed what the bishops had been covering up for decades, and lawsuits cost the bishops $4 billion — yep — they sure did straighten up and fly right. And all it took was being lambasted for years in tens of thousands of stories in the secular media and going bankrupt.

The idea that Catholics are supposed to take some solace in that is absurd because the truth is, the evil has simply shifted. The area of minors being sexually assaulted has diminished, but the assault on young adults and the accompanying non-response as well as the perversion of the priesthood has continued unabated.

See, the rape of altar boys by priests was always just one symptom of the much larger issue of what has happened to the priesthood and the episcopate. It's just that it got a lot of attention from the media and the courts — deservedly — so in these cases, the bishops had to act.

But 16 years later, here we are again, still with a twisted crop of clergy like James Martin and all the rest of his homoclerical supporters who, while not necessarily advocating for child rape or covering it up anymore, are still content to assault the faithful spiritually.

And for the record, as wicked and damaging and hurtful as the physical assaults have been, the spiritual assaults are far worse. But since the media doesn't care to report on homosexual priests and bishops having "consensual sex" with each other or with non-clergy, there's not been a push from within to change this evil behavior.

There are no headlines and no lawsuits and no huge loss of funds so no big deal — business as usual. But there is a loss of truth and goodness and beauty. The spiritual raping of the faithful by these wicked men needs to be called out and change must be demanded.

Perverts and Freemasons and the heirs of communist sympathizers cannot be accepted into the seminaries or appointed to positions of influence in the Church — period.

There is very little hunger among the more senior clergy in the Church to bring about any of this change because, indeed, they are the problem. Many think there is nothing wrong with homosexual men in their ranks, many of them are homosexual themselves so no surprise there.

There are undoubtedly a few homosexual priests and bishops who manage to live chaste lives andmaintain teaching orthodoxy, but they are still damaged goods because they will not stand up as men and defeat the evil within their own ranks.

And they are outnumbered, making the challenge even greater. They are perhaps afraid they will be outed by fellow clergy who "know about them" from their days in seminary when they were a little less guarded.

They are perhaps a little reticent to stand up and declare the truth, feeling a touch of hypocrisy, even though they themselves have kept clean. They may perhaps be sympathetic to fellow clergy who have not been chaste, willing to give them the benefit of a doubt.

The point is this: The homosexual bishop — even the chaste ones — sees the world of the Church through the lens of his homosexuality. He either accommodates it, makes excuses it for it or downplays it. He will seldom if ever call it out, within his own ranks, among his brother bishops.

They all know it, and no one says anything about it, so you have the ridiculous situation of a Cdl. Cupich — and many others — blaming everything on clericalism and actually denying any of this evil is related to homosexuality, while everyone on Earth knows better.
Even Newsweek magazine's religion editor for almost 40 years, Kenneth Woodward, came out and said it explicitly in a recent article in Commonweal magazine — it's a homosexual problem.

Commonweal is a typically liberal magazine, and even they publish it. Everyone knows this and says it except the bishops — and the Catholic establishment media.
If Woodward and Commonweal say this publicly, isn't that worth at least one investigative piece by the establishment Catholic media?

But things are changing, if only slowly. For instance, Church Militant is standing right here smack dab middle of the Via Della Conciliazione talking about this. Other faithful Catholics in the world of the internet are talking about this. They are reporting on it.

Not because we hate gays and are homophobes — a psychological condition which doesn't even exist — but because we love the Church and are all witnesses to the truth.

Look at this picture I took on my phone the other evening strolling back from dinner.

This is what so many of us want to see, the glory and beauty and majesty of the Church. We want it restored. We want this brought to the forefront again. We want this to be what people see when they look at Our Mother.

We want them to see the truth — that She is established by the Son of God to lead souls to eternal life in the Holy Trinity — to live forever with our families who shared this same faith with us here in the Church Militant on Earth.

This is what we fight for? This is what we are vilified for and mocked for all the rest. And we don't care. Eternal life makes all that meaningless.

None of us — and there are many good people fighting this fight in Catholic media, faithful media — none of us are in this for the money or the headaches or anything else except the salvation of souls through the Holy Catholic Church.

What are you fighting for? Are you fighting for the truth — Catholic truth? Are you laying it on the line, fighting the perversion of the truth that has been brought about by the homoheresy and Freemasonry and lackluster leaders?

All this, every bit of it, must be challenged, this rot, this filth, this wickedness — all of it — because it obscures the glory of the Church, the Bride of Christ.

Our Blessed Lord will save His Church. The question for each of us is, will I be able to stand before Him at my hour and say, I let you use me to help do so?

Fight for the Church — with everything you have. Fight for Her. Be a witness to the truth.


Michael Voris

Papa Francisco y Jesús, sobre el adulterio: una comparación


Duración: 3 minutos


Pope Francis And Jesus On Adultery – A Comparison

At yesterday's general audience, Pope Francis spoke about the sixth commandment, "You shall not commit adultery". Probably in order to get around Amoris Laetitia he defined an adulterer very vaguely as – quotation - "an immature person who keeps his life for himself and interprets situations on the basis of his own well-being and self-satisfaction.” By contrast, Jesus Christ defines an adulterer this way: Everyone who divorces his wife and marries another commits adultery, and he who marries one who is divorced from a husband commits adultery.” (Luke 16:18)

Cardinal McCarrick’s “Good Night Ritual”

Father Boniface Ramsey, a former professor in Archbishop McCarrick's Newark seminary, published in the Commonweal Magazine details about McCarrick’s homosexual behavior: McCarrick used to invite five specific seminarians to spend a weekend at his beach house where there were five beds for six men. So one seminarian had to sleep in McCarrick’s bed. When bedtime came, McCarrick stripped himself naked, almost always in front of the seminarian, before putting on some bedclothes. The expectation was that the seminarian would do the same. Ramsey adds, “I never heard that McCarrick touched anyone.”

Spontaneous Invitation

Ramsey further recalled the late Louisville Archbishop Thomas Kelly said that McCarrick had met a good-looking flight attendant at the airport and invited him to become a seminarian. Ramsey was told this was not the only such spontaneous invitation.

Mysterious Bones

Bones found in an annex of Villa Giorgina, the Vatican Nunciature to Italy in Rome, have caused an oligarch media uproar. But a Vatican source told IlFattoQuotidiano.it that on the territory of the Villa there used to be a cemetery. So, further digging will likely result in finding more bones. The villa was the residence of Isaia Levi, an Italian politician and manufacturer, who converted from Judaism to the Church and left the villa to Pius XII in order to thank him for helping the Jews during the Second World War.

Noticias varias 30 y 31 de octubre de 2018




ADELANTE LA FE

Esta tarde he visto el futuro de la Iglesia: el futuro es la Misa Tradicional

Hacia una Iglesia de los laicos

Multitudinarias marchas contra la “ideología de género” de norte a sur de la Argentina

Pío XI. Mortalium animos (I) (Sí, sí;  no, no) 1ª parte

Pío XI. Mortalium animos (y II) (Sí, sí;  no, no) 2ª parte

INFOVATICANA
HILARY WHITE

Intellect, will and human freedom: how the Jesuits replaced holy obedience with tyranny and brainwashed the whole Church

GLORIA TV

Padre Amorth durísimo contra Halloween: "Es una trampa del demonio, una alabanza al diablo. ¡Da asco y me da asco!»

Obispos en el Sínodo sobre la Juventud criticaron la histeria de los abusos

Cardenal Napier defiende el estúpido baile de los padres sinodales

Simbólico: la escena de Navidad de este año será de arena

Sínodo: documento final entre lo vago y lo ambiguo

Otro obispo de Estados Unidos “creíblemente” acusado de abusos homosexuales

Mundialmente famosa catedral alemana inmortaliza a Francisco como un demonio

Mosebach: Francisco convierte a la Iglesia en algo irreconocible

Restos óseos misteriosos en la nunciatura: diferentes teorías
Selección por José Martí

Sínodo de obispos y cortinas de humo



Entre los usos y costumbres de la política en Argentina, cada vez más alejada de la verdadera política, entendida como el arte del bien común, existe la llamada táctica de las cortinas de humo. El gobierno de turno (cualquier gobierno), tratando de desviar la atención del pueblo sobre los principales problemas que aquejan al país, genera semana a semana, casi día a día, nuevos temas de debate, nuevas cuestiones, nuevos problemas, ordenados a manipular la opinión pública, con la esperanza de que las cuestiones fundamentales pasen al olvido. Se usa una expresión que lo dice claramente: “imponer y marcar agenda”. 

Cuando el gobierno se niega a admitir que la realidad, con sus inevitables problemas, es la que “impone la agenda”, es el propio gobierno el que “marca la agenda”, ficticia, inventada, ajena a los reales problemas.

Supongo que en la mayoría de los países sucederá algo parecido. Pero en estos días posteriores a la finalización del Sínodo de Obispos, a mí se me ha puesto en la cabeza que es en la Iglesia donde también está sucediendo hoy algo parecido. A fin de cuentas, y sin querer solazarme siendo mal pensado (sino sólo por intención de constatar y describir la realidad), el papa actual es argentino y, como arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, ha debido hacer política en su cargo anterior (y mucho me temo que nunca le ha desagradado el oficio, el de político quiero decir), y quizás algunos malos usos y costumbres del medio en que actuó se le hayan contagiado (involuntariamente, claro, no seamos mal pensados).

Hace alrededor de un mes, el profesor Roberto de Mattei escribía:
 “La impresionante rapidez con que se suceden los acontecimientos al interior de la Iglesia hace pensar que no sólo se deba a una dinámica de aceleración histórica, sino a una deliberada decisión de los agentes del caos para aumentar la desorientación y paralizar las fuerzas de quienes intentan contener la marea que avanza”.[1] 
Es cierto: da la impresión de que aquella consigna que en los comienzos de su pontificado daba el papa Francisco a los jóvenes: “Hagan lío”, la tiene él también como consigna propia, o bien (no seamos tan mal pensados) la tienen sus “amigos”, o sea quienes le rodean en la Curia, le asesoran y le asisten en el gobierno de la Iglesia.

Porque nadie que sea objetivo y sincero puede poner en duda que la realidad de la Iglesia en la actualidad está señalada por una crisis de fe que tiene su manifestación en una crisis moral sin precedentes, crisis de fe y crisis moral que han llegado a afectar a amplios estratos del clero y de la más alta jerarquía

Sin embargo, hoy la Santa Sede se niega a aceptar esta “agenda” impuesta por la realidad de los hechos, intentando señalar otra agenda, como si estuviera encendiendo cortinas de humo para desviar la atención de la opinión pública y, sobre todo, del pueblo fiel, desviarla de aquello que realmente importa y exige solución: la crisis de fe y crisis moral. Como si cada día Roma nos obligara a los católicos a ver un árbol, mañana otro, y pasado mañana otro… para que se nos pierda de vista el bosque.

Pero no puede haber suficientes cortinas de humo que nos tapen la realidad, los árboles no pueden impedirnos ver el bosque

La realidad ha impuesto la inevitable agenda, manifestada por las dubia, planteadas por los cuatro cardenales, y la Correctio filialis, expresada por tantas personalidades católicas de las que no se puede poner en duda su rectitud de intención. Ambas, Dubia y Correctio filialis, se dirigen a que el Papa, cumpliendo cabalmente con la misión que N.S. Jesucristo le ha confiado, confirme la Fe del rebaño [2], eliminando dudas y ambigüedades,  aclarando verdades, definiendo/recordando la fe y la moral de siempre, la moral de la ley natural y de la ley de Cristo, la moral del si-si y del no-no, llamando virtud a la virtud y pecado al pecado, señalando los errores que atacan la recta doctrina de fe y la recta doctrina moral. 

Pero la respuesta del Papa ha sido el silencio, es decir, la falta de respuesta, permitiendo de ese modo que sigan difundiéndose los errores, las herejías y la inmoralidad en el seno del pueblo fiel, y poniendo en gravísimo peligro la salvación eterna de las almas.

La realidad ha impuesto agenda, manifestada también por la valerosa declaración del arzobispo Carlo María Viganò, en sus tres cartas públicas. Y la respuesta del Papa ha sido y sigue siendo el silencio y la convocatoria a un sínodo de presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo para febrero próximo, lo cual no hace más que dar largas al asunto, mantener los problemas sin solución y, al fin de cuentas, evadir las propias responsabilidades.

A la vez, negando la “agenda impuesta” por la crítica realidad de la Iglesia, el Papa no parece hacer otra cosa más que “señalar otra agenda”, cada vez más caótica y ficticia, ajena a las verdaderas necesidades de la hora actual.

- Ha seguido adelante con la celebración de un Sínodo sobre los Jóvenes del que nadie, ni siquiera los obispos participantes, ha tenido claro su objetivo ni su razón de ser (debiendo votar por un texto impuesto que ni podían leer).

- Otro día viene de arriba la imposición de la “sinodalidad” como problemática focal de la Iglesia, y precisamente impuesta a un sínodo, sin que sus actores tuvieran arte ni parte en traer ese tema a escena.

- Otro día es la petición de crear en Roma una nueva oficina para registro y control de los sitios y blogs de internet, sin ni siquiera darse cuenta de la inviabilidad de tal empresa.

- Otro día el foco de la atención se lo lleva la decisión del papa Francisco (él lo dijo: “Soy el único responsable”) de un acuerdo con el gobierno de China que no es sino sumisión al totalitarismo maoísta, despreciando cualquier prudente consejo y burlándose de la resistencia martirial de la Iglesia fiel en China.

- Otro día (ayer mismo) es la convocatoria a una cumbre climática en Roma, oponiéndose a la programada en Polonia, como si en el tema del “cambio climático” (de más que dudosa validez científica) nos fuera la vida y la salvación.

- Otro día son las canonizaciones de dudosos y hasta falsos santos y mártires que son ejemplo de poco y nada.

Y así siguiendo…, mes a mes, semana a semana, día tras día. ¿Es que no son cortinas de humo para desviar la atención de los verdaderos problemas?... 

Mientras, se mantiene el silencio negacionista del papa Bergoglio sobre la miseria populista en Venezuela, la persecución anticristiana en Nicaragua, y las matanzas de católicos en los países musulmanes. Y se mantiene su silencio sobre el perfil bélico-religioso de la falsa inmigración islámica en Europa

Sin olvidar su tozuda insistencia en señalar al “clericalismo” como única causa de los crímenes de pedofilia en el clero, negando la verdadera cuestión de fondo: la homosexualidad de parte de los sacerdotes, apañada por el lobby sodomítico que ha colonizado el vértice jerárquico vaticano, lobby que el papa Francisco no puede eliminar (¿o no quiere?).

No quiero extenderme en esta reflexión, que intenta ser tan sólo un “apunte”. Pero quiero aclarar a los lectores que si un día y otro debo atender aquí a la caótica “agenda” que parece querer marcar el papa Francisco, dispuesto a seguir “haciendo lío”, sin embargo, quien esto firma intenta no estar confundido, y no confundir esta agenda con la otra, la verdadera, la que viene impuesta por la realidad: la señalada por la abrumadora crisis religiosa actual, crisis de fe y crisis moral que hoy vive la Iglesia. 

No nos confundamos, entonces, que las cortinas de humo no desvíen nuestra atención de lo que realmente importa.

-------

[1] Roberto de Mattei, “El Primado Romano desfigurado por el sucesor de San Pedro”, Corrispondenza Romana, 26 de septiembre de 2018.
[2] Juan 21,15-17.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Monseñor Weinandy: “Lo peor hoy es la respuesta vaga e incierta que da la Iglesia al mal” (Carlos Esteban)



El teólogo Thomas Weinandy, que el año pasado enviara a Francisco una carta abierta lamentando la “confusión doctrinal” que reina en su pontificado, ha vuelto a escribir, esta vez para asegurar que la situación no ha hecho más que empeorar.

“El Cuerpo de Cristo sufre actualmente más que entonces, y me temo que el sufrimiento se hará aún más intenso”, advierte Monseñor Weinandy, capuchino y uno de los teólogos más importantes del mundo, que hace un año fue cesado de su puesto en la Conferencia Episcopal de Estados Unidos tras una carta abierta en la que denunciaba la confusión doctrinal en la Iglesia actual y hacía responsable a Su Santidad.

“Para mí, lo que resulta hoy más preocupante es la respuesta vaga, incierta y a menudo aparentemente indiferente al mal, no sólo a la conducta sexual gravemente pecaminosa en el clero y el episcopado, sino también al escandaloso deterioro de la enseñanza doctrinal y moral de las Escrituras y de la Tradición magisterial de la Iglesia”.
Aunque Weinandy acaba su carta, publicada en ‘The Catholic Thing’, con una nota esperanzada, convencido de que la exposición pública del mal va a abrir un periodo de clarificación y purificación de la Iglesia, es difícil, tras el cierre del pasado sínodo, no concluir con el teólogo que la confusión ha aumentado considerablemente en un año.

Hemos hablado estos días de cómo el texto final del sínodo es en buena medida una melaza indigerible y anodina que evita cuidadosamente caer en los cambios doctrinales que muchos temían y que incluso los comentarios de algunos padres sinodales en las ruedas de prensa posteriores a cada sesión hacían presagiar. Sin embargo, se advierte en él, como en casi todos los pronunciamientos públicos de nuestra jerarquía, una visible renuencia a hablar claro y, sobre todo, a reiterar con certeza los aspectos de la doctrina que más chocan con las ideas seculares dominantes.


En la revista americana First Thing, John William Sullivan se sirve de la conversión reciente de la cantante irlandesa Synead O’Connor al Islam para reflexionar sobre un fenómeno más amplio, que afecta a todas las sociedades occidentales y que la Iglesia agrava con su bien intencionada ‘actualización’ y con su ‘apertura al mundo’.

O’Connor, nacida y criada en el catolicismo, ha pasado por tantas fases vitales que sería muy prolijo enumerarlas todas, desde católica disidente a rastafari, y sus problemas de salud mental no son, con toda probabilidad, ajenos a esta desesperada búsqueda. Pero si todas sus elecciones religiosas hasta la fecha tenían un punto frívolo o, cuando menos, inofensivo, al transformarse en Shuhada Davitt ha entrado en una fe cuyos fieles se toman con extraordinaria seriedad. No es probable que sus correligionarios reaccionen con un encogimiento de hombros a una nueva ‘salida’ de la neófita que afecte a su fe, al contrario de lo que sucedió en el mundo católico.

El Islam crece, no solo vegetativamente -por la entrada de inmigrantes y por la saludable fertilidad de sus adherentes-, sino también por conversiones de quienes tienen por herencia las raíces cristianas. Y en buena medida se explica porque el Islam da toda la impresión de creer en sí mismo, de transmitir certezas, lo que cada vez se puede decir menos de nuestra Iglesia, al menos en su proyección pública.

La ‘estrategia evangélica’ de la Iglesia hoy parece ser una servil rendición a lo que el mundo considera valioso, unida a un escamoteo sangrante de todas las doctrinas que puedan parecer difíciles, que recuerden al cristiano que “la vida del hombre sobre la tierra es milicia”, que lo único importante es que las almas se salven, y que el camino único de la salvación es la Cruz.
La teoría es que esto vendrá después, pero que primero hay que atraer a los jóvenes, especialmente, con aquello que les gusta. Y esa teoría se está mostrando previsiblemente desastrosa. Digámoslo una vez más: una fe que te dice que eres estupendo tal como estás y que aplaude todo lo que haces es redundante y no atrae a nadie.

La Iglesia que pelotillea a la juventud -como hemos visto en algunos casos ruborizantes durante este sínodo- será siempre rechazada por quien necesita certezas y que les digan las verdades más duras y el mensaje menos abierto a las componendas. 


El mensaje no puede ser “hakuna matata”, no hay problema, porque sí lo hay, y gravísimo: esta vida es el escenario de una lucha no ya a vida o muerte, sino a vida o muerte eternas.

Carlos Esteban

La visita del Papa deja a la iglesia irlandesa con una deuda de 4 millones (Carlos Esteban)




Aún quedan 4 millones de euros por pagar de la visita del Papa a Irlanda el pasado agosto, y ya es la quinta vez que el episcopado apela a la generosidad de los fieles para cubrir la deuda.

En su día, apenas iniciado el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín y en víspera de la llegada del Papa, ya dimos cuenta de cómo los organizadores observaban, alarmados, que faltaban por cubrir cinco de los 32 millones de euros que costarían las 32 horas de visita papal, así como de los esfuerzos recaudatorios para que los fieles hicieran contribuciones especiales para cubrirlos.

Pues bien, el encuentro queda ya varios meses atrás y los parroquianos de la otrora ultracatólica Irlanda parecen renuentes a rascarse el bolsillo: de esos cinco millones, solo se ha podido conseguir uno hasta la fecha, con lo que se ha vuelto a apelar a la generosidad de los fieles para tapar el agujero.

Es ya la quinta vez que se pide en las parroquias irlandesas a los asistentes a misa que donen con especial generosidad para cubrir lo que queda por pagar del evento de finales de agosto. El Gobierno irlandés se comprometió a poner una parte, hasta diez millones, para pagar cuestiones como la seguridad del encuentro. Ya han aparecido avisos en hojas parroquiales y publicaciones diocesanas por todo el país, aparte de la mención en las homilías o avisos de las propias misas, para irritación del católico practicante, que tiene la sensación de que no para de dar dinero para lo mismo.

La frialdad de los católicos irlandeses parece, por lo demás, en consonancia con el estrepitoso fracaso de asistencia que supuso el jaleado evento, y muy especialmente la misa celebrada por el Santo Padre en Phoenix Park, para la que se esperaban más de 300.000 asistente y que se vio reducida a 152.000 personas. Las fotografías aéreas dieron en prensa una penosa impresión, especialmente cuando se comparan con el éxito arrollador de la última visita de San Juan Pablo II a la isla.

Que Irlanda ha dejado de ser el foco de resistencia católica de su leyenda nacional quedó suficientemente claro pocos meses antes, en el referéndum sobre el aborto, que dio al país el dudoso honor de ser el primero en aprobar esta plaga insigne de la Cultura de la Muerte por plebiscito popular, y de hacerlo por una abrumadora mayoría de dos tercios.

A esta descristianización acelerada había que sumar un Encuentro Mundial de las Familias organizado por el prefecto del megadicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Kevin Farrell, salpicado por su larga convivencia y colaboración con el pedófilo arzobispo emérito de Washington, Theodore McCarrick, y su conocida inclinación favorable a las tesis LGTB ‘católicas’. De hecho, uno de los ‘números estrella’ del peculiar encuentro era una intervención del colaborador de la revista America, asesor de comunicación del Vaticano y autodesignado apóstol del ‘lobby’, el jesuita James Martin, cuyo libro sobre el acompañamiento pastoral a gays y lesbianas fue prologado por el propio Farrell.

Para acabar de hacer poco apetecible la ocasión, estaba reciente la acusación de pedofilia contra McCarrick, que llevó a su expulsión del Colegio Cardenalicio, el informe del gran jurado de Pensilvania y, justo la víspera de la llegada del Papa, el explosivo Testimonio Viganò. Centrarse en la atención pastoral de los homosexuales en estas condiciones, en un encuentro que desde su creación por Juan Pablo II había supuesto una exaltación de los valores familiares, no parecía lo más oportuno.

Y, de hecho, los irlandeses parecen haberlo entendido así, opinando contra el encuentro con su ausencia entonces y sus bolsillos cerrados hasta la fecha.

Carlos Esteban

Nuevas denuncias sobre la homosexualidad en la Iglesia. Pero el Papa calla y culpa al “clericalismo” (Sandro Magister)



En la clausura del Sínodo, llevada a cabo el sábado 27 de octubre, Jorge Mario Bergoglio volvió a identificar en el “Gran Acusador”, en Satanás, al autor último de las acusaciones lanzadas contra él, el Papa, para golpear en realidad a la “Madre Chiesa”:

“Por eso éste es el momento de defender a la Madre. […] Porque al atacarnos el Acusador ataca a la Madre, pero la Madre no se toca”.

Con esto Francisco ha justificado una vez más su silencio frente a la a acusación – dirigida públicamente contra él por el arzobispo Carlo Maria Viganò, ex nuncio en Estados Unidos – de haber mantenido junto a él durante largo tiempo, como consejero de confianza, a un cardenal como el estadounidense Theodore McCarrick, de quién también conocía – al igual que muchos otros, en el Vaticano y fuera de éste – las prácticas homosexuales con seminaristas y jóvenes.

Pero hay también otro silencio al que el Papa se atiene constantemente. Es el silencio sobre la homosexualidad practicada por numerosos eclesiásticos. Francisco no la cita nunca, cuando denuncia la plaga de los abusos sexuales. En el origen de todo, sostiene él, está más bien “el clericalismo”. También el documento final del Sínodo, en los parágrafos respecto a los abusos, se apropia de este juicio de Francisco, y define al clericalismo como “una visión elitista y excluyente de la vocación, que interpreta el ministerio recibido como un poder para ejercer, más que como un servicio gratuito y generoso”.

Son un silencio y un diagnóstico del Papa que encuentran fuertes críticas, sobre todo en Estados Unidos, donde la opinión pública católica y la que no lo es, tanto la progresista como la conservadora, está más que nunca activa en el reclamo de verdad y transparencia.

Una expresión particularmente reveladora de esta opinión pública es el artículo publicado el 26 de octubre – justamente mientras el Sínodo estaba en sus tramos finales – en “Commonweal”, histórica revista del catolicismo “liberal” americano, con la firma de Kenneth L. Woodward, durante treinta y ocho años valorado vaticanista de “Newsweek”:

> Double Lives

A juicio de Woodward, el caso McCarrick es revelador de cuán difundida está realmente la homosexualidad entre los eclesiásticos, en todos los niveles, como ya había documentado desde el 2003 el célebre informe del Jay College of Criminal Justice, según el cual “ocho de cada diez abusos registrados por obra de sacerdotes en los últimos setenta años fueron casos de varones que abusaron de otros varones”.

En consecuencia, “hay que ser ciegos o deshonestos”, escribe Woodward, para rechazar la denuncia del rol de la homosexualidad en el escándalo de los abusos, llamándola “homofobia”.

En décadas de trabajo como vaticanista, Woodward recuerda haber recogido innumerables informes no sólo de casos particulares de homosexualidad, sino de verdaderas y auténticas “redes” de apoyo y complicidad entre eclesiásticos de doble vida, en Los Ángeles, Milwaukee, Chicago, Pittsburgh y otras diócesis. En Chicago, el sacerdote Andrew Greeley, sociólogo y escritor de los más leídos en Estados Unidos, fallecido en el 2013, denunció públicamente la presencia de círculos de homosexuales en las oficinas de la diócesis, gobernada por el cardenal Joseph Bernardin, su amigo y guía muy influyente del ala progresista de la Iglesia Católica estadounidense.

Pero Woodward recuerda también que la curia vaticana estaba infectada. Cita el caso de John J. Wright (1909–1979), durante diez años obispo de Pittsburgh y fundador en esa diócesis, en 1961, de un “oratorio” para jóvenes estudiantes universitarios que atraía a sacerdotes homosexuales como abejas sobre la miel. Wright era un intelectual brillante, contratado por diarios “liberales”, entre ellos el “Commonweal”, pero ortodoxo en la doctrina, a quien Pablo VI llamó a Roma en 1969, para presidir la Congregación vaticana para el Clero, creándolo cardenal. Pero muchos sabían de su doble vida con jóvenes amantes, precisamente mientras supervisaba la formación de los sacerdotes católicos en todo el mundo.

No sólo eso. Entre quienes hoy “seguramente conocen la verdad” sobre él – prosigue Woodward – está el cardenal Donald Wuerl, hasta hace pocas semanas poderoso arzobispo de Washington, también él acusado de haber “encubierto” casos de abusos, pero despedido por el papa Francisco con conmovedoras palabras de estima. Wuerl fue secretario personal de Wright cuando éste fue obispo de Pittsburgh, y también después permaneció “más cercano a él que los cabellos a la cabeza”, hasta asistirlo en el cónclave de 1978, en el que se eligió a Juan Pablo II.

Woodward no cita otros casos específicos de homosexualidad practicada por dignatarios de la curia romana. Pero una ejemplificación creíble salió en Italia en 1999, en un libro de denuncia, con el título de “Via col vento in Vaticano”, de autor anónimo, pero identificado posteriormente en el monseñor de la curia Luigi Marinelli, fallecido al año siguiente. Entre otras cosas, se lee allí la carrera de un prelado estadounidense con una debilidad por los jóvenes, llamado a Roma para la Congregación vaticana para los Obispos, y luego devuelto a su patria a cargo de una diócesis importante, visitada por primera vez por un Papa, Juan Pablo II, en uno de sus viajes, y posteriormente promovido también a unan diócesis de mayor importancia y creado cardenal, y al final jubilado por razones de edad. O también se lee en ese libro de un diplomático de alto nivel, tejedor de acuerdos en los frentes más complicados, desde Israel a Vietnam, desde China a Venezuela. Crónicas recientes han enriquecido este muestreo, que en los últimos años parece estar creciendo, no en declinación.

En Estados Unidos llamamos “lobbies de color lila” a las redes homosexuales que impregnan seminarios, diócesis y curias. El problema, escribe Woodward, es que “en la jerarquía cristiana nadie parece ansioso en investigar”, ni siquiera después que el ex nuncio Viganò sacó a la luz el escándalo y ha acusado al papa Francisco en persona.

Concluye Woodward:

“Probablemente jamás tendremos la transparencia total. Pero si son necesarias reformas estructurales para proteger a los jóvenes de los abusos, los escándalos en el verano del 2018 deberían ser vistos como puntos de partida para una acción adecuada, no como ocasiones para demostraciones inútiles de rabia, shocks, vergüenza y desesperación. El peligro de las doble vidas clericales y de los secretos que pueden ser utilizados como armas para proteger otros secretos deberían ser aclarados a todos en este punto. Mientras haya una Iglesia también habrá hipocresía clerical, pero podemos y debemos hacer lo máximo posible para combatirla”.

Pero ciertamente ni el silencio ni los improcedentes gritos de alarma contra el “clericalismo” pueden llevar a más transparencia y a la eliminación de la plaga.

Sandro Magister

Liberal Censorship: Synod asks Vatican to create "Vatican Certification" of Acceptable Websites



The most astonishing demand of the "Synod Fathers" who approved their final document without actually reading it is in paragraph #146:



Well, well, well... We know what those "certification systems of Catholic sites" mean: a new form of censorship.

The old censorship, which was excellent in intent, tried to protect Catholics from books promoting heresy and immorality. But this was when many in the Vatican itself were not themselves promoting heresy and living in utter immorality.

You can just imagine that a man in the shape of Uncle Ted McCarrick could be in charge of this "Vatican Digital Commission" that would promote the "Vatican Certification" of acceptable websites: those promoting sodomy would be accepted, while those promoting the Baltimore Catechism would be rejected...