Duración 5:27 minutos
Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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miércoles, 15 de marzo de 2023
domingo, 12 de marzo de 2023
Noticias del 12 de marzo de 2023
LA GACETA DE LA IBEROSFERA
Multitudinaria marcha en Madrid en defensa de la vida: «Alcemos la voz por los que no la tienen»
VOX acude a la Marcha por la Vida y denuncia las «leyes de la muerte» del Gobierno
El 11 de marzo o la apoteosis de la traición
Colapso en algunos registros civiles por la avalancha
de peticiones de cambio de sexo de hombres
La indolencia de Marruecos provoca la llegada de más de 2.000 ilegales a Canarias en lo que va de año
INFOCATÓLICA
¿Existe el derecho a la objeción de conciencia ante el aborto?
El Papa Francisco llama a la ideología de género «una de las colonizaciones ideológicas más peligrosas» de la actualidad
La ONU hostiga a católicos provida
INFOVATICANA
El obispo Munilla alza la voz contra el cisma alemán y pide rezar por el Papa
El obispo de Córdoba pide vocaciones sacerdotales: «Está en juego el presente y el futuro de la Iglesia diocesana»
SPECOLA
Multitudinaria marcha en Madrid en defensa de la vida: «Alcemos la voz por los que no la tienen»
VOX acude a la Marcha por la Vida y denuncia las «leyes de la muerte» del Gobierno
El 11 de marzo o la apoteosis de la traición
Colapso en algunos registros civiles por la avalancha
de peticiones de cambio de sexo de hombres
La indolencia de Marruecos provoca la llegada de más de 2.000 ilegales a Canarias en lo que va de año
INFOCATÓLICA
¿Existe el derecho a la objeción de conciencia ante el aborto?
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INFOVATICANA
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El obispo de Córdoba pide vocaciones sacerdotales: «Está en juego el presente y el futuro de la Iglesia diocesana»
SPECOLA
El Papa Francisco cumple 10 años en el trono de Pedro: el balance de un pontificado convulso
Este lunes se cumplen 10 años desde que, tras la impactante renuncia al solio pontificio de Benedicto XVI ―consumada días antes―, Jorge Mario Bergoglio se asomó al balcón de las bendiciones de la fachada de la Basílica de San Pedro vestido de blanco, como nuevo obispo de Roma. Fue el 13 de marzo de 2013 cuando los cardenales electores, custodiados por los imponentes frescos que Miguel Ángel inmortalizara en la Capilla Sixtina, eligieron por mayoría de dos tercios al arzobispo de Buenos Aires, que contaba entonces con 76 años a sus espaldas, para que portara el ‘anillo del pescador’ y gobernara la Iglesia hasta su muerte; o, dado el precedente del recientemente fallecido Ratzinger, hasta su renuncia.
Ha sido una década convulsa, unos años turbulentos, ya no por la coyuntura mundial, sino por el propio caracter del pontificado de Francisco. En el primer viaje que realizó como Santo Padre, a Brasil, ya dijo aquello de «hagan lío»; y parece que su papado ha seguido esa consigna. Han sido 10 años en los que la figura del Papa ha cambiado, ha perdido, a base de mostrarse a tiempo y destiempo en entrevistas a cualquier medio, y por la propia personalidad del Santo Padre, esa áurea de misterio que aún le quedaba –poca, no vamos a engañarnos– a la institución.
Sus relaciones con Iberoamérica
Siendo un Pontífice sudamericano, las expectativas estaban puestas en su región: cómo trataría el nuevo Papa a la zona de la que provenía, con todas las problemáticas que ese continente padece, incluyendo su país. Lo cierto es que, en estos años, el Papa ha dado guiños a personajes políticos que cojean del mismo lado. Pongamos de ejemplo a Lula, el actual presidente de Brasil –al que mandó un rosario cuando estaba en la cárcel– a quien recibio en el Vaticano y bendijo con cariño. También es el caso de Evo Morales. Cuando el Pontífice visitó Bolivia de Morales, éste le regaló un crucifijo con la forma de la hoz y el martillo, la cual, el propio Papa reconoció que se la llevó al Vaticano, lejos de criticar semejante abominación.
Lo mismo hizo con Nicolás Maduro, a quien también recibió en el Palacio Apostólico, marcando la señal de la cruz en su frente ante las cámaras. Del mismo modo, el Santo Padre recibió al entonces dictator de Cuba, Raúl Castro, con el que el Papa confesó tener una «relación humana». A su hermano, Fidel, le visitó en su primer viaje a la isla caribeña, en 2015, donde se le pudo ver sonriente. La misma alegría podía verse cuando recibió a Alberto Fernández, actual presidente de Argentina, o a su predecesora, Cristina Fernández de kirchner. No pasó lo mismo con las visita de Mauricio Macri; animo a los lectores a comparar las fotografías del Papa con los políticos de un lado y de otro para comprobarlo.
Obama, Trump y Biden
El Papa Francisco comenzó su pontificado con Barack Obama como presidente de EEUU, luego llegó Donald Trump en 2016 y, finalmente, el ‘católico’ Joe Biden en 2020. Con el primero y el tercero se pudo ver una buena sintonía, no tanto con el republicano ―de nuevo les invito a comparar las fotografías―, del que llegó a insinuar que no era cristiano, por el hecho de querer reforzar la frontera de su país con México. Francisco, en cambio, nunca ha dicho que Biden no sea católico; a pesar de, por ejemplo, ser un furibundo abortista
El agravio comparativo en el caso de EEUU ha sido chocante, porque siendo Trump un presidente que, con sus pros y sus contras, era un freno para el progresismo moral de Occidente, era mal visto en el Vaticano, mientras Bernie Sanders era invitado a los Sacros Palacios, y Biden y Obama eran recibidos con bombo y platillos, siendo acérrimos defensores del aborto y demás desviaciones progresistas. A nivel eclesial, con el episcopado norteamericano, uno de los más grandes y poderosos del mundo, Francisco tiene una relación tormentosa, con una porción considerable de éste en contra de la deriva que Francisco está impulsando en la Iglesia.
Acercamiento a China
Posiblemente el caso más sangrante del pontificado, en cuanto a geopolítica eclesial, sea el de China. Desde hace décadas, en el Gigante Asiático hay dos «iglesias católicas», una fiel a Roma; otra, al Partido Comunista Chino. En 2018, se hizo público que la Santa Sede y el país comunista habían llegado a un acuerdo para el nombramiento de obispos: desde ese momento, el Partido Comunista tendría que dar el visto bueno a los nombramientos episcopales de Roma ―una reversión de la ‘querella de las investiduras’―, en un intento de la Santa Sede por salir de la clandestinidad, pero a costa de ceder al poder temporal –en este caso ateo, no como pasaba en tiempos pretéritos en el que se cedía esa prerrogativa a reyes cristianos– al Partido Comunsita.
Evidentemente hubo reacciones. Años y años en la clandestinidad, jugándose la reputación, multas y cárcel, hicieron que la Iglesia escondida, liderada por el cardenal chino Joseph Zen, nonagenario, pusieran el grito en el cielo ante esta cesión. Zen no dudó en pedir explicaciones a la Santa Sede ante este inexplicable cambo de rumbo, llegando a señalar al secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, el que, supuestamente, urdió los pactos con el país asiático.
Su relación con España
Mucho se ha dicho de que el Papa no haya visitado España ―desde que es obispo de Roma; Bergoglio vivió unos meses en Alcalá de Henares en los años setenta―, pero el caso es que no ha viajado a muchos países «importantes», tradicionalmente objetivos de un peregrinaje pontificio. Desde el principio de su papado, Francisco quiso, al menos en Occidente, visitar países mas secundarios, y así lo ha hecho, con algunas excepciones como EEUU, Francia –por una visita al Parlamento Europeo–, o Canadá.
En cuanto a la Iglesia en España, Francisco tiene un hombre de confianza, Juan José Omella, actual arzobispo de Barcelona, y con él de enlace, sumando otras amistades que tiene en nuestro país, ha ido forjando nombramientos episcopales que han ido convirtiendo la Iglesia española en algo más parecido a los deseos pontificios. Los afines se quedan o prosperan, los contrarios a los nuevos aires, como el obispo emérito de Alcalá de Henares, Reg Pla, son desechados a las primeras de cambio.
Un cambio de rumbo y de prioridades
El Papa Francisco no ha cambiado nada del depósito de la fe o la moral de la Iglesia, no ha dicho o escrito cosas contrarias a la heterodoxia católica; sin embargo, diez años después, intuimos que es mejor fijarse en sus gestos más que en sus dichos; o, por lo menos, en qué incide más, aunque sea hablando.
Contra lo que puedan pensar algunos que le tienen verdadera inquina, Su Santidad sí que ha condenado el aborto, la eutanasia o la ideología de género; el tema es que, por una vez que llama la atención sobre una de estas cuestiones –contrarias al espíritu del Mundo– lo hace multiplicado por 50 sobre la ecología, los inmigrantes, el papel de la mujer o la «resiliencia»; causas que pueden ser loables, pero que encajan a pies juntillas con lo que piden los grandes poderes, desde el Foro de Davos a Holywood, pasando por la Unión Europea; es un Papa que tiende a señalar aquello que el Mundo ya hace.
Esto es una novedad, porque la Iglesia siempre ha tenido el papel de ser un faro, una luz en las tinieblas, y su labor era incidir en aquello que su época no veía, dejaba de lado, o al menos así debe ser. Pero Francisco ha decidio abrazar al mundo e insistir más en aquellas cosas en las que todos los gobiernos y poderes están de acuerdo. Por el Vaticano han pasado estos años todo tipo de personalidades de lo más mainstream, desde actores de Holywood como George Clooney hasta personajes influyentes como Jeffrey Sachs, todos viendo en el Pontífice, sin ser necesariamene creyentes, un referente humanitario.
Francisco se ha ido convirtiendo en un referente moral para el progrerío globalista, haciendo del Vaticano una suerte de lugar de peregrinación laica, el centro de la lucha contra el mal trato al inmigrante y la erradicación de la pobreza; un poder que aboga por el fin de las armas nucleares y por la paz en el mundo. Todos ellos fines loables, pero que bien podría firmar el líder de cualquier ONG.
Es tal la admiración desde fuera de la Iglesia por el Papa, que los medios siempre han sido extraordinariamente benignos con él, sobe todo si lo comparamos con sus predecesores inmediatos. Personaje de la revista Time, portada de Rolling Stone; en lo referente a España, dos entrevistas concedidas a Jordi Évole en La Sexta. En Italia, concedió múltiples entrevistas a Eugenio Scalfari, fundador del diario izquierdista La Repubblica.
División en la Iglesia
Si nos atenemos a su verdadera misión como Potífice, ser el custodio del depósito de la Fe y confirmar a los hermanos en ella, hemos de decir que estos diez años han sido, para no pocos católicos, desconcertantes. Mientras Su Santidad recibía a todo tipo de personajes dudosos, como ya hemos dicho, con buena actitud, atacó con saña a gente de dentro de la Iglesia, caricaturizando a monjas, curas, o incluso laicos «rigoristas».
Es de conocimiento público que cada vez menos gente asiste a la misa dominical y, en general, recibe los sacramentos. Occidente se seculariza a pasos agigantados. Los países europeos más descreídos, tienden a sufrir a los obispos más progresistas. Tal es el caso, por ejemplo de Alemania, donde los prelados han desafiado a Roma en los últimos años, llegando a oponerse diametralmente a la Santa Sede en asuntos, sobre todo, de índole sexual. Un desafío que no ha tenido consecuencias, al menos públicas, de Roma.
Otro es el caso, incluso en esos mismos países occidentales secularizados, de los tradicionalistas. Pues bien, el mismo Papa y la misma Roma que no detienen la heterodoxia germana han puestos palos en las ruedas a los fieles que van a la misa Tradicional. Los católicos «tradicionalistas» –por etiquetarlos de alguna forma– son fieles que acuden a la misa que se celebró durante siglos antes de que las reformas del Concilio Vaticano II, en los años sesenta, hicieran una especie de borrón y cuenta nueva –algo que no estaba previsto en el propio concilio– y «modernizara» la misa.
Las protestas que surgieron ante un cambio tan radical las encauzó el obispo francés Marcel Lefebvre, que acabó siendo excomulgado por la Iglesia. En 2007, Benedicto XVI restituyó el antiguo rito, dando libertad a los sacerdotes que quisieran celebrar dicha misa. «Lo que fue sagrado para las generaciones anteriores sigue siendo sagrado y grande para nosotros también, y no puede ser prohibido por completo de repente o incluso juzgado como dañino», argumentó Ratzinger. Sin embargo, en 2021, Francisco revertió las órdenes de su predecesor y puso coto a esta misa, situando en el blanco de sus ataques a los tradicionalistas.
Para el grueso de los católicos, que ni tan siquiera han oído hablar de la misa Tradicional, genera perplejidad el hecho de ver a su Papa atacando decididamente y con fuerza a sacerdotes y fieles que sólo quieren celebrar la misa de siempre, mientras hace la vista gorda a obispos y sacerdotes que desafían la doctrina y la moral de la Iglesia para escándalo de los fieles. El caos en ese sentido es brutal.
Nadie parece contento
El resultado es que, 10 años después, nadie está contento. Los más conservadores o tradicionales han visto como el Papa les desprecia o se burla de ellos; los progresistas, se han hecho ilusiones pensando que Francisco sería el Pontífice que abrazaría el progresismo y aboliría el celibato, destruiría la moral sexual, instauraría el sacerdocio femenino… Nada de eso, Francisco tampoco es de los suyos.
El resultado es que, a nivel interno de la Iglesia, casi nadie parece estar entusiasmado con el Santo Padre. A Francisco, que va camino de los 87 años, ya no le queda mucho tiempo de pontificado, y diez años dan para poder hacer un balance general. La cuestión es cómo será la recta final. El 31 de diciembre de 2022 se produjo un gran cambio.
Siempre que Francisco creaba nuevos cardenales, llevaba a los novatos con sus capelos a visitar a Ratzinger, que vivía a un tiro de piedra de la Basílica de San Pedro, en plenos jardines vaticanos. Siempre me llamó la atención que, fuera el cardenal que fuere, «de la cuerda», habitualmente, de Francisco, saludaban a Benedcito con un respeto y una admiración y reverencia que no mostraban con el Papa argentino.; al menos era diferente.
Los romanos distinguían el poder en potestas y auctoritas, el primero era el mero poder de imponer decisiones por la fuerza; el segundo, era un poder moral, basado en el reconocimiento o prestigio de una persona. Creo que Francisco representaba el primero; Benedicto, el segundo. Pero, el 31 de diciembre murió Ratzinger, con lo que la auctoritas ha desaparecido y hace que los próximos años sean aún más impredecibles.
Fernando Beltrán
sábado, 11 de marzo de 2023
Pío XII y la «Humani generis» (Monseñor Héctor Aguer)
El magisterio de Pío XII (1939-1958) constituye un corpus doctrinal (teológico, jurídico, pastoral) impresionante por su amplitud y profundidad. Con un estilo personalísimo abordó todos los temas que serían años más tarde retomados por el Concilio Vaticano II con otra perspectiva y otros fines. En su primera encíclica, Summi Pontificatus (20 de octubre de 1939) se presenta el programa que se propone adoptar a partir de la herencia de su predecesor, el culto al Corazón Sacratísimo de Jesús en su carácter de Rey universal. El planteo parte de la constatación de que el mundo contemporáneo estaba empeñado en el culto de lo presente, alejándose cada vez más de Dios y agotándose en la búsqueda de ideales terrenos, en una concepción del mundo para la cual el sermón de la Montaña y el sacrificio de la cruz son escándalo y locura. Cuesta aceptar la seriedad afectada veinte años después por su sucesor, que en el discurso de apertura del Vaticano II advirtió contra los «profetas de calamidades» (las cuales se cumplieron inexorablemente).
En la Summi Pontificatus se manifiesta el deber de evangelizar a los hombres a partir de una inteligencia espiritual y moral del presente en el que acababa de desencadenarse la segunda guerra mundial. Las angustias de entonces eran vistas como una apología del cristianismo y de la necesidad de convicción. Señala Pío XII varios errores doctrinales: el agnosticismo religioso y moral del individuo y de la sociedad, el laicismo y sus consecuencias: falta de conciencia y olvido de la solidaridad humana; en el reconocimiento de Dios como Padre y de Cristo Mediador se basa la unión de los individuos y de los pueblos. El estatismo, la absorción estatal procede del olvido de que la autoridad viene de Dios, con las consecuencias en el Estado mismo, el individuo y la familia. La educación indiferente y contraria al espíritu cristiano es también causada por el estatismo. El Papa señala la turbación del orden internacional y que los remedios no vendrán de los medios externos; la acción de la Iglesia para restaurar el orden implica que ella no es enemiga del verdadero progreso. Tras recordar que la Iglesia atravesaba un tiempo de prueba, esta primera encíclica concluye con una invitación a orar.
La historia presenta frecuentemente a Pío XII como un papa «conservador» (adjetivo empleado en una acepción peyorativa). La realidad muestra al Papa Pacelli como un profundo renovador que actualizó lo mejor de la tradición eclesial. Señalo solamente tres hechos: 1) En primer lugar nos devolvió la Vigilia Pascual. Desde la Edad Media, la resurrección del Señor se celebraba en la mañana del Sábado Santo, jornada ésta que de ese modo perdía su identidad como el día en que «Dios estaba muerto». La nueva disposición ubicaba la Vigilia Pascual a la medianoche. Notemos que en la más reciente actualidad se tiende a adelantarla, aunque la indicación litúrgica requiere que esté oscuro. 2) Encomendó a la Pontificia Comisión Bíblica una nueva traducción del Salterio del original hebreo, para corregir interpretaciones de la Vulgata jeronimiana. Mandó, además, incluir la nueva versión en el Breviario (que así se llamaba a la actual Liturgia de las Horas). Pero se registró una fuerte resistencia del clero, acostumbrado al sonido de la vieja versión, lo cual obligó a volver atrás. 3) Abundantes referencias al papel de los laicos, que ya habían sido movilizados por la Acción Católica, creada por Pío XI. También hubo múltiples referencias al matrimonio y a la familia, sobre todo en las alocuciones dirigidas a los jóvenes esposos, a los que recibía en audiencia.
La obra escrita incluye más de 20 encíclicas, varias Constituciones Apostólicas y Cartas Apostólicas, y las alocuciones se multiplicaron en todos los años del pontificado. El título de Pastor Angelicus, que le correspondía según la seudoprofecía de Malaquías, retrata perfectamente su figura y sus gestos. La admiración que despertaba en el mundo elevó el prestigio de la Iglesia en un tiempo cuya cultura se alejaba cada vez más de la cultura católica. En su obra toda se advierte con qué claridad enfrentó al comunismo, entonces plenamente en auge, siguiendo la condenación que había hecho Pío XI en la encíclica Divini Redemptoris promissio, que contenía la ubicación del fenómeno y la doctrina del comunismo desde una perspectiva teológica, a la luz de la historia de la salvación. El Papa Pacelli reaccionó y reclamó con energía ante las persecuciones de los comunistas, por ejemplo –y sobre todo- en Hungría (1956), con la prepotencia del Estado Soviético, y la China (1958).
La encíclica Humani generis enfoca, como lo expresan las primeras palabras, las disensiones que han acompañado la historia de la humanidad desde sus orígenes sobre las cuestiones religiosas y morales. El tema central será, pues, las orientaciones peligrosas que se registraban en los años 50 con la «teología nueva». El tiempo mostraría cómo esa «novedad» se iría afianzando hasta convertirse en oficial a la muerte de Pío XII a través de la división manifestada en el Concilio Vaticano II, el posconcilio y sus exasperaciones, hasta que fueron superándose por la obra restauradora del Papa polaco, Juan Pablo II. La Humani generis no nombra personas, pero señala claramente los errores que iban ocupando lugar en la Iglesia, y como dice la encíclica, «vemos combatidos aun los principios mismos de la cultura cristiana».
Se recuerdan entonces verdades fundamentales: la razón humana puede con sus fuerzas y su luz natural llegar al conocimiento verdadero y cierto de un Dios único y personal que con su Providencia sostiene y gobierna el mundo. Podemos añadir a este conocimiento absoluto que Dios comunica al ser de tal manera que si dejara de hacerlo todo volvería a la nada de la que fue creado (ex nihilo). Asimismo, puede conocer la ley natural impresa por Dios en nuestras almas. Sin embargo, no pocos obstáculos impiden a la razón el empleo eficaz y fructuoso de ésta su potencia natural. El entendimiento humano encuentra dificultades en la adquisición de tales verdades por la acción de los sentidos y de la imaginación, por las malas concupiscencias nacidas del pecado original, de tal modo que «se persuaden de ser falso lo que no quieren que sea verdadero». Se afirma entonces que la Revelación es moralmente necesaria. Existe dificultad para formarse un juicio cierto sobre la credibilidad de la fe católica (a pesar de los indicios que servirían de prueba del origen divino de la fe cristiana) por prejuicios –la cultura ambiente puede alimentarlos- la mala voluntad y las pasiones que también bloquean las inspiraciones que Dios infunde. Señala asimismo el Papa el desprecio del magisterio de la Iglesia. Se puede añadir que una cultura infatuada en su laicismo lo considera como una intrusión inaceptable.
A mitad del siglo XX estaba en auge la pretensión de extender a toda la realidad el sistema evolucionista y la hipótesis monista y panteísta ganaba numerosos adeptos. Pío XII critica lo que llama «moderna seudofilosofía»; se refiere al rechazo de esencias inmutables por obra del existencialismo, y al «falso historicismo».
Una característica que distingue a la Humani generis es su mención de «actitudes peligrosas dentro de la Iglesia», lo cual subraya su valor pastoral. Tales actitudes son claramente señaladas: amor excesivo a la novedad y consiguiente sustraerse a la dirección del magisterio eclesial; «imprudente irenismo», pretensión de reformar completamente la teología y el método en la enseñanza teológica. Esta temprana observación se vio confirmada en los años posteriores, las discusiones conciliares y el desnoramiento de algunos en el posconcilio. Nota también el Papa que esas ideas eran difundidas mediante publicaciones subrepticias. El rechazo del lenguaje tradicional y del uso de la filosofía corresponde a un relativismo teológico y dogmático que se filtraba con el propósito de «volver» a la Biblia y a los Padres de la Iglesia. El aviso era una apelación a la prudencia en el desarrollo del lenguaje y los enfoques de la problemática teológica. Critica el Papa el intento de formular los dogmas con categorías de filosofía moderna, el idealismo, el inmanentismo y el existencialismo especialmente; señala que la Iglesia no puede ligarse a cualquier efímero sistema filosófico. Los «amigos de novedades» desprecian la teología escolástica. A la luz de la historia posterior puede comprenderse la actitud de Pío XII: el sano desarrollo del pensamiento teológico se haría a través de desviaciones y errores. Respecto de la interpretación bíblica, la encíclica señala la apelación a los Santos Padres, especialmente los griegos, el rechazo de la analogía de la fe y el desplazamiento de la exégesis literal por la simbólica y espiritual. A propósito del tema bíblico, Pío XII había publicado en 1943 la encíclica Divino afflante Spiritu, en la cual alentaba los estudios contemporáneos y aprobaba el recurso a los géneros literarios.
Las actitudes peligrosas en el seno de la Iglesia han producido, según la Humani generis, «frutos venenosos». Se enumeran no menos de diez errores o puesta en duda de verdades ciertas: la razón humana no puede llegar al conocimiento de Dios, Dios no tiene presciencia; la creación es necesaria; Dios no puede crear seres inteligentes sin elevarlos a la visión beatífica; con lo cual se niega la gratuidad del orden sobrenatural; se destruye el concepto de pecado original; se duda si la materia difiere esencialmente del espíritu y si los ángeles son personas; se discute la identidad entre Cuerpo Místico y la Iglesia Católica, el carácter racional de la fe cristiana, la satisfacción dada por Cristo, la doctrina de la transubstanciación eucarística. Todos estos errores tuvieron una vigencia prepotente durante el período posconciliar en los años 60 y 70; la encíclica de Pío XII resultó profética. Se reconoció implícitamente este carácter en el rechazo de su texto y el desprestigio que cubrió a su autor. En este lugar cabe una observación. Los sucesores de Pío XII fueron todos canonizados; él todavía está esperando un milagro. Este hecho da que pensar en el juicio histórico que puede hacerse de la Iglesia en los 70 años que siguieron a su muerte, tiempo que está coloreado por el célebre Concilio.
La Humani generis continúa con la exposición de la doctrina católica respecto de la filosofía y de las ciencias positivas. En primer lugar afirma la capacidad de la razón para conocer a Dios, que es reconocida y estimada según la filosofía que llama tradicional y también «sana filosofía»; es un patrimonio heredado dotado de una autoridad superior. Concretamente se refiere a los principios metafísicos de razón suficiente, causalidad y finalidad, que tienen valor universal. Estos principios permiten adquirir la verdad cierta e inmutable.
Reconoce que hay un genuino progreso filosófico. En este punto se puede citar el caso del tomismo y el ejemplo de Cornelio Fabro, que explicitó el sentido de la metafísica del Doctor Angélico a la luz del concepto de participación. Recuerda el Papa que la Iglesia aprobó el método, doctrina y principios de Santo Tomás, y que no se debe abrazar ligeramente cualquier novedad. Aunque la Iglesia la haya aceptado y aprobado, algunos desprecian la filosofía tomista como anticuada. Las nuevas posiciones ponen en peligro dos disciplinas filosóficas relacionadas con la doctrina católica: la teodicea y la ética.
En lo que puede verse un sano existencialismo, afirma Pío XII que lo que la fe enseña sobre Dios y sus preceptos es conforme a las necesidades de la vida para evitar la desesperación y alcanzar la salvación eterna. El problema de la esperanza es la gran cruz de la cultura moderna. La vigilancia del Magisterio sobre la filosofía tiene por finalidad evitar que no obstaculice los dogmas de la fe.
Respecto de las ciencias positivas hay dos capítulos importantes: en primer lugar la encíclica enfoca los problemas biológicos y antropológicos. El evolucionismo plantea el origen del cuerpo de una materia viva precedente. Se recomienda juzgar con gravedad y moderación las razones a favor y en contra. Diversa es la actitud respecto del poligenismo, que no está probado y no se compagina con la doctrina del pecado original, que se refiere a la falta cometida por un solo Adán. El segundo capítulo es el valor histórico que se debe reconocer a los relatos del libro del Génesis. Entre paréntesis digamos que según enseña la encíclica Divino Afflante Spiritu, nada impide que se tomen en cuenta los géneros literarios.
El epílogo de la encíclica recuerda los deberes de los profesores y de las autoridades eclesiásticas. Puede decirse que estos deberes se resumen en una apelación a la prudencia. La Humani generis fue mal juzgada por el progresismo que la vio como una rémora. Objetivamente se puede pensar que impidió unos años el reinado universal del progresismo.
Las orientaciones actuales de Roma están muy lejos de observar la norma de la prudencia. En primer lugar se observa una indiferencia respecto de la verdad de la Tradición; se permiten entonces (en eso está el relativismo) errores evidentes. Además, la ortodoxia teológica ha cedido el puesto a una moralina mundialista; es doloroso reconocer que ya no se predica a Jesucristo y la necesidad de convertirse a Él y al Evangelio. Hay otro clima, otro espíritu, otra Iglesia: se compite con la masonería, aunque de un modo espontáneo e inconsciente; el mundo sigue andando su propia marcha. El magisterio romano parece entrampado en la Razón Práctica: la preocupación es mejorar la vida del hombre en este mundo, o sea: lo temporal, lo relativo, lo finito. En 1850 Soeren Kierkeagaard, el Sócrates danés, escribió en su Ejercitación del Cristianismo: «Lo absoluto consiste únicamente en escoger la eternidad».
+ Héctor Aguer
Arzobispo Emérito de La Plata
ESTO ES LO QUE VOTARÍAN QUIENES VOTEN AL PP (José Martí)
He colocado algunos links para que quienes los lean lleguen a la conclusión de que votando al PP estarían votando, entre otras muchas cosas, lo que sigue:
- Apoyo de la ley de derecho al aborto
- No derogación de la ley Trans
- Acuerdos con el partido terrorista Bildu
- Apoyo a la venta de armas del Gobierno a Arabia Saudí
- La no defensa del trasvase Tajo-Segura
El PP ha estado engañando durante mucho tiempo a la gente, prometiendo una serie de medidas que luego no las ha llevado a la práctica, aun teniendo mayoría absoluta.
El problema principal es que el PP se presenta como un partido de derechas, siendo así que su ideología es de izquierdas, como la del PSOE. Podríamos llamarle al PP, perfectamente, el PSOE azul (lo de azul es para engañar a los incautos, porque su ideario es rojo, como lo ha venido demostrando hasta ahora).
Pienso que ya va siendo hora de despertar de nuestro letargo y de llamar a las cosas por su nombre. En mi opinión y ahora mismo, tal y como está España, no es suficiente con que se marche Sánchez del Gobierno. El PP está apoyando a Sánchez, con quien prefiere pactar antes que hacerlo con VOX. Se ve ahí su ideología de izquierdas. Por eso no hay que votar al PP: ésa no es la solución a los problemas de España. Se necesita un cambio radical y no más de lo mismo, que es lo que ocurriría de ganar el PP las elecciones. Por desgracia esto es así.
Pero la gente, sin embargo, en una gran mayoría, se guía por las noticias de la tele, siendo así que todos los medios están comprados por el Gobierno, un Gobierno ilegítimo que entró como tal, pactando con terroristas, separatistas y comunistas, con tal de llegar al Poder y que está destruyendo a España con sus leyes inicuas.
Es necesario, por el bien de España, que se vote a VOX ... y si pudiera ser que obtuviera mayoría absoluta. Ya sé que las encuestas no van por ahí, pero también es verdad que dichas encuestas están manipuladas para influir en el voto de la ciudadanía. Lo que pido sonará, pues, a "ser un iluso", pues casi toda la gente piensa que votar al PP supondrá un cambio real. Por eso el dicho de que "cada nación tiene el gobierno que se merece". Aún estamos a tiempo: léanse el programa de VOX, dejen de ver la tele e infórmense en canales objetivos como el TORO TV o la gaceta de la iberosfera. Eso les aclarará un poco las ideas.
Aclaración: no es que VOX sea el partido ideal, sin defectos. Por supuesto. Yo puedo no estar de acuerdo con algunos puntos concretos, pero desde el momento en el que el PP es un claro defensor del aborto, como lo es, amén de otras cosas, como cristiano no podría votarles, al defender la máxima violencia como lo es el matar a niños inocentes en el vientre de su madre. Eso es indefendible, desde cualquier punto de vista. En VOX eso no ocurre, pues defiende la vida desde el instante de su concepción hasta el momento de la muerte por causas naturales.
He aquí algunos enlaces. Se podrían poner muchísimos más:
Ayuso: 1301 días como presidenta sin derogar la ley trans que permitió aprobar en 2016
Ayuso critica la ley del aborto después de apoyarla y de ser asumida por el PP
He aquí algunos enlaces. Se podrían poner muchísimos más:
Ayuso: 1301 días como presidenta sin derogar la ley trans que permitió aprobar en 2016
Ayuso critica la ley del aborto después de apoyarla y de ser asumida por el PP
El Partido Popular insiste en su disposición a llegar a acuerdos con Bildu
Moreno Bonilla (del PP) defiende la ley trans de Andalucía y reprocha a VOX sus «postulados ideológicos minoritarios»
Feijoo aplaude la ley de «paridad» de Sánchez: «Va por el buen camino»
El Gobierno avala la venta de armas a Arabia Saudí con el apoyo del Partido Popular
VOX defiende el trasvase Tajo-Segura: ‘No permitiremos que se traicione de nuevo a los agricultores como hizo el Partido Popular’
El Gobierno avala la venta de armas a Arabia Saudí con el apoyo del Partido Popular
VOX defiende el trasvase Tajo-Segura: ‘No permitiremos que se traicione de nuevo a los agricultores como hizo el Partido Popular’
José Martí
viernes, 10 de marzo de 2023
VOX pide el cese de Pam y Montero por los gritos contra Abascal en la manifestación del 8M
Duración 17:22 minutos
Pam se graba con unas jóvenes que gritan que ojalá la madre de Abascal hubiera abortado
Duración vídeo 1:53 minutos
jueves, 9 de marzo de 2023
¿Tenemos la misma religión?
A veces, cuando escucho algunas homilías y declaraciones de clérigos, me veo obligado a preguntarme si tenemos la misma religión. No es algo agradable, pero la pregunta surge sola. Así me ha sucedido al escuchar una homilía de Mons. Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata, pronunciada el cinco de marzo en su catedral.
No me refiero al envoltorio, sino a lo esencial. Dejemos aparte la cansina afectación, las vaguedades y más vaguedades, el sentimentalismo exacerbado, la horizontalidad radical apenas camuflada con menciones a Dios y la adulación al Papa constante y lastimosa (y, con franqueza, risible, porque el Papa Francisco tendrá muchas virtudes, pero la misericordia con los que piensan distinto claramente no es una de ellas). Todas estas cosas son lamentables en una homilía y muy poco ejemplares, pero los seglares estamos acostumbrados a sufrirlas con paciencia e, incluso, si Dios nos lo concede, con amor a nuestros pastores.
Lo que no podemos (ni debemos) soportar es que un clérigo nos dé gato por liebre. O piedras en vez de pan, como dice el Evangelio. Si en vez de darnos la fe de la Iglesia, pretende sustituirla por sus ocurrencias disparatadas, la paciencia se acaba. Entre otras cosas, porque así nos lo manda el propio Dios por boca del Apóstol San Pablo: si nosotros, o un ángel del cielo, os anunciáramos otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Veamos lo que dice Mons. Fernández:
“Ustedes saben que, durante muchos siglos, la Iglesia fue en otra dirección. Sin darse cuenta fue desarrollando toda una filosofía y una moral llena de clasificaciones, para clasificar a la gente, para ponerle rótulos. Esto es… Este es así, este es asá. Este puede comulgar, este no puede comulgar. A este se lo puede perdonar, a este no. Terrible que nos haya pasado eso en la Iglesia. Gracias a Dios, el Papa Francisco nos ayuda a liberarnos de esos esquemas”.
¿Qué clérigo en su sano juicio basa su argumentación en lo mala e ignorante que es la Iglesia y lo bueno y sabio que, en cambio, es él? Sea lo que sea esto que dice Mons. Fernández, me parece evidente que no tiene nada que ver con la fe católica, ni con el catecismo, ni con lo que han enseñado los santos, ni con la Palabra de Dios. Es más, se trata de lo contrario. Y no hace falta ser teólogo para darse cuenta de ello.
Si Dios perdona a todos, incluidos los que no se arrepienten, ¿para qué vamos a arrepentirnos? ¿Y qué sentido tiene que exista el infierno, según el propio Cristo? ¿O será que según Mons. Fernández no existe el infierno?, porque su existencia implica necesariamente que hay algunos a los que no se puede perdonar. Y si hay que perdonar a todos, ¿por qué el Señor les dijo a los apóstoles a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengáis, les quedarán retenidos? ¿Es que no pensó lo que estaba diciendo? ¿O es que eso “terrible” que le pasó a la Iglesia le pasó antes al mismo Jesucristo? ¿Se han equivocado siempre la Iglesia y todos los Papas, al enseñar que una confesión sin propósito de la enmienda es inválida y sacrílega?
¿Será que San Pablo no sabía que todos podían comulgar cuando dijo que el que come y bebe indignamente, sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación? ¿O no se había enterado de que no hay que “clasificar” cuando afirmó que los impuros, los idólatras, los adúlteros, los borrachos, etc. no heredarían el Reino de Dios? ¿Cómo se atrevía a “ponerles rótulos”? ¿Cómo se han atrevido a hacer lo mismo los santos, profetas, obispos y Papas de todas las épocas? ¿Será que Dios ocultó esta nueva revelación a sus apóstoles y profetas e incluso a su propio Hijo hasta que Mons. Fernández, cual propheta prophetarum, la recibió del cielo?
Si un arzobispo rechaza la moral de la Iglesia y de la Palabra de Dios, ¿para qué queremos al arzobispo? Está serrando la misma rama en la que se ha sentado. Si el arzobispo nos dice que la Iglesia siempre ha estado equivocada hasta que ha llegado él, ¿por qué vamos a fiarnos de él y no de un pastor protestante o un lama budista? Si el prelado tira por la borda la moral católica y la sustituye por un buenismo a la moda, ¿por qué no tirar también por la borda el respeto a los obispos y la colaboración con las necesidades de la Iglesia? Si este obispo no obedece a la Iglesia, ¿por qué van a obedecerle a él sus sacerdotes o escucharle los fieles?
Más aún, ¿por qué se nombra arzobispo a alguien que afirma públicamente que no cree en la moral católica? O como mínimo, ¿por qué se le mantiene en el cargo para que siga negando esa moral con el dinero que recibe de los fieles, en templos construidos por los fieles y con grandísimo escándalo de esos mismos fieles, a los que enseña a odiar a la Iglesia? ¿Y es verdad que, como dice Mons. Fernández, “el Papa Francisco nos ayuda a liberarnos de esos esquemas”, que no son otra cosa que la fe y la moral de la Iglesia? En ese caso, tendríamos que preguntarnos lo mismo sobre él.
Lo siento, pero no puedo decir otra cosa. Yo no reconozco lo que creo en lo que sea que cree este arzobispo, que, ¡desde el púlpito!, se burla de mi fe y dice que es algo “terrible” y que hay que liberarse de ella. A confesión de parte, no hacen falta pruebas. Él mismo lo afirma y me veo obligado a reconocer que tiene razón: lo suyo es otra religión.
Quizá lo verdaderamente terrible sea que un fiel tenga que decir esto de un arzobispo. Recemos por nuestros pastores.
Bruno Moreno
miércoles, 8 de marzo de 2023
NOTICIAS 8 de marzo de 2023
LA GACETA DE LA IBEROSFERA
El origen del 8M: una ‘festividad’ del socialismo estadounidense y el comunismo ruso
El PP emula al PSOE: «tod@s» y logo morado para celebrar la «paridad» y el 8M
El PP vota a favor de una mención del aborto como derecho humano en el Parlamento Europeo
CONTANDO ESTRELAS
Santiago Abascal y el gallego: el ridículo bulo fabricado por una web argentina contra Vox
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HAY MUCHÍSIMAS RAZONES PARA NO VOTAR AL PP, cuya ideología es la misma que la del PSOE. DE MOMENTO, SÓLO QUEDA VOX.
Selección por José Martí
La mala intención del feminismo 8-M
Los medios subvencionados no lo recordarán, pero para eso nació este periódico, para dar testimonio de que el 8 de marzo ya no es el Día de la Mujer, al menos no en España.
Hoy es el aniversario del día en el que un Gobierno infame negó una pandemia que ha matado alrededor de 150.000 españoles para que se pudiera celebrar un gran infectódromo feminista convocado bajo el lema de que el machismo mata mucho más que el coronavirus.
Sólo el recuerdo exacto de aquella mentira y de su letales efectos debería bastar para que la izquierda en la que se refugia el feminismo bajara la cabeza y balbuceara alguna disculpa. Pero no. La izquierda, y no digamos la ideología feminista, vive feliz y desmemoriada en un supremacismo moral que se complace, y por lo visto, hasta se autosatisface, en la idea de que el fin político justifica todas las mentiras.
Entre todas las mentiras feministas, la mayor es la de su lucha por la igualdad. El feminismo no quiere que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos, obligaciones y oportunidades. El feminismo necesita la desigualdad. A ella se aplica hoy con la determinación que le proporciona el dinero de nuestros impuestos. Su método es el de ubicar a las mujeres en el seno de una supuesta clase oprimida para someterlas a la idea de que las españolas son víctimas de un inexistente sistema machista, patriarcal y violento.
Construido el falaz relato victimista sustentado desde todos los poderes y por todos los partidos, a excepción de Vox, el feminismo exige la reorganización de la sociedad española atacando sus estructuras fundamentales con leyes nuevas que alteren la realidad biológica y la realidad social sin importar el daño que puedan hacer.
Lo hemos comprobado con la Ley del sólo sí es sí, que daña de manera irreversible a las víctimas reales de la violencia sexual con una modificación incompetente de la tipicidad que conduce a un escenario de excarcelaciones y rebajas de pena que se prolongarán en el tiempo. Pero, sobre todo, que destruye de manera intencionada la presunción de inocencia al reorientar la carga de la valoración de la prueba.
Esta es la clave. No es tan grave la incompetencia demostrada por las feministas del Ministerio de Igualdad y por el Consejo de Ministros que aprobó como órgano colegiado ese nuevo régimen de unificación de los delitos sexuales que ha aligerado la pena de cientos —serán miles— de delincuentes sexuales, como la intención del Gobierno feminista de corromper el derecho fundamental a la presunción de inocencia. Yo sí te creo, hermana. Adiós al Derecho.
Por supuesto, no damos permiso a nadie para que concluya que por nuestra parte hay la menor simpatía hacia el delincuente sexual. Ni siquiera compasión. Si nos dejáramos llevar por la repugnancia que nos producen, tiraríamos al mar las llaves de sus celdas, en especial las de los pederastas. Nuestra simpatía está con el Derecho, con la presunción de inocencia sin la cual no hay Estado de Derecho y con la proporcionalidad de las penas.
Al feminismo empoderado que pagamos y padecemos, todo lo anterior le es indiferente. Su intención —de nuevo la intencionalidad—, es la de corromper desde el poder una de las estructuras fundamentales del Estado de Derecho con fines políticos espurios.
Por eso, no basta con modificar los errores de la Ley del sólo sí es sí como ayer aprobó una mayoría en el Congreso entre la rabia de Podemos y la oposición de filoetarras y golpistas (lo que refuerza la idea de que esta ley es dañina para España). Esta ley, como las leyes trans, ha de ser derogada y el feminismo de tercera ola que sufrimos, señalado como enemigo de una sociedad abierta, tolerante y avanzada en la que todas las personas, sin importar su sexo —como manda la Constitución—, tengan los mismos derechos y obligaciones. Y también las mismas oportunidades educativas y laborales para que puedan tomar las decisiones libérrimas que crean convenientes para la construcción de su propio futuro sin injerencias.
Eso, y no otra cosa, es la igualdad. La realidad nos dice que en las últimas décadas, y de una manera natural, España tocaba con los dedos ese ideal de igualdad en libertad como pocas naciones en el mundo. Hoy, gracias al feminismo de naturaleza cultural marxista que se manifestará desunido por sus propios errores y sus perversas intenciones, con leyes y cuotas nefastas, y con aliades desnortad@s como el Partido Popular, somos más desiguales y estamos más fracturados.
Hoy, de nuevo, no hay nada que celebrar. Sí mucho que recordar para cuando nos llamen a las urnas e intentemos reparar lo dañado. Ojalá cuanto antes.
martes, 7 de marzo de 2023
Arte de bien morir (Bruno Moreno)

Recuerdo que, en cierta ocasión hace unos años, durante la homilía de la Misa, el sacerdote se dirigió a una señora a la que iban a operar al día siguiente del corazón y le dijo: mañana te operan y es muy posible que te mueras, así que tienes que estar preparada. Aquello me impresionó vivamente, porque nunca había oído a un sacerdote hablar con esa claridad y naturalidad de la muerte. Aquella señora podía perfectamente morirse y lo sensato, lo razonable y lo cristiano era animarla a que estuviera lista para ello.
Cualquiera que haya leído algunos libros religiosos antiguos se habrá dado cuenta de que los católicos de otras épocas hablaban a menudo de la muerte, reflexionaban sobre ella y, sobre todo, se preparaban para ella, conscientes de lo importante que era tener una muerte cristiana. Hoy, en cambio, es un tema que apenas nunca se trata en homilías, catequesis, libros de espiritualidad y devocionarios. Y, si se menciona, suele de forma eufemística, dando por supuesto que todos vamos a ir al cielo, que si nos morimos será dentro de muchos años y que no hay que pensar demasiado en el asunto.
Si bien es comprensible que el mundo poscristiano y desesperanzado no quiera hablar de la muerte, resulta descorazonador que suceda lo mismo entre los católicos. ¿A qué se debe este silencio de los católicos sobre la muerte? Se podrían mencionar muchas causas, pero voy a dejar que responda a la pregunta San Roberto Belarmino, con la clarividencia que le caracteriza:
“Me preguntaba por qué son tan pocos los que se esfuerzan en aprender el arte de bien morir, que debería ser conocidísimo por todos. No se me ocurría mejor respuesta que la que da el sabio en el Eclesiastés: «El número de los necios es infinito» . En efecto, ¿qué necedad mayor puede concebirse que descuidar el arte del que dependen los bienes más elevados y eternos, mientras se aprenden con gran esfuerzo otras artes diversas y casi innumerables […] para conservar o aumentar los bienes perecederos?”
Creo que no hay duda de que este gran santo y doctor de la Iglesia tenía toda la razón: si no nos preocupamos por prepararnos para morir bien y santamente es porque somos unos necios, porque no entendemos lo que nos conviene de verdad. Nos entrenamos durante semanas o meses o años para un examen, una oposición, una entrevista de trabajo o una competición y, en cambio, si acaso pensamos un instante en la muerte, es para desear que nos encuentre dormidos y no nos enteremos de nada. Aparentemente, morir en gracia y como Dios quiere, arrepentidos de nuestros pecados, es la menor de las preocupaciones de la gran mayoría de los católicos.
En este sentido, me ha alegrado que Vita Brevis acaba de publicar el Arte de bien morir, de San Roberto Belarmino. Es un librito corto y sencillo que el cardenal Belarmino escribió al final de su vida, pensando en compartir con los demás lo que él mismo hacía con miras a prepararse para la muerte. El punto de partida es muy sencillo: como vivamos, así moriremos. No podemos esperar al último momento para pensar en la muerte, porque la preparación para bien morir es la vida misma. Si no vivimos caminando hacia el cielo, lo cierto es que sin darnos cuenta estamos caminando hacia otro lugar bastante diferente.
Siguiendo ese hilo conductor, San Roberto responde a multitud de preguntas sobre la muerte cristiana, mientras aprovecha para ir dándonos una catequesis sobre los aspectos más diversos de la fe, muchos de ellos casi olvidados hoy. ¿Qué enseña el Evangelio sobre la muerte? ¿Cómo vivir para que la muerte no nos sorprenda como un ladrón, sino que estemos listos para ella y podamos acogerla con gozo y confianza en Dios? ¿De qué manera pueden prepararnos los distintos sacramentos para tener, con la gracia de Dios, una muerte santa? ¿Y cómo es, en concreto una muerte santa y cristiana? ¿Cuáles son las diferencias con una mala muerte? ¿Qué hay que hacer para meditar provechosamente sobre la muerte? ¿Cuáles son las tentaciones más frecuentes cuando se acerca la muerte y cómo hay que responder a ellas?
Son, quizá, preguntas incómodas para nuestra falta de fe y nuestra tibieza, pero quizá debamos hacérnoslas. En ello nos va, literalmente, la vida eterna. Y, si nos vamos a hacer estas preguntas, ¿qué mejor forma de hacerlo que de la mano de un santo y un doctor de la Iglesia? A fin de cuentas, como dice el propio San Roberto, “la inconcebible grandeza de esta felicidad en la gloria y la enorme alegría del corazón que inundan a quienes han aprendido el arte de bien vivir y de morir felizmente, esto solo pueden explicarlo quienes han experimentado este enorme don de Dios”.
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Formato papel: 11,99 euros
Formato electrónico: 3,99 euros
domingo, 5 de marzo de 2023
sábado, 4 de marzo de 2023
viernes, 3 de marzo de 2023
Noticias 3 de marzo de 2023
CONTANDO ESTRELAS
Vox y la cara dura del PP con la Ley Trans de Madrid y la «autodeterminación de género»
LA GACETA DE LA IBEROSFERA
Más de 700 agresores sexuales se han visto ya beneficiados por la ley del «sólo sí es sí»
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La obsesión de la izquierda con la transexualidad
La presión de VOX a Ayuso permite tramitar la derogación de la ley trans de la Comunidad de Madrid
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INFOCATÓLICA
El cardenal Brandmuller considera alta traición la guerra litúrgica reabierta tras Traditionis Custodes
Sea indio y aprenda latín (Padre Javier Olivera Ravasi)
FSSPX
Inglaterra: la Iglesia anglicana acepta bendecir a las parejas del mismo sexo
Las reliquias de Santo Tomás de Aquino serán expuestas por primera vez desde 1369
HISPANIDAD
En un solo día: Sánchez impone multas de hasta 150.000 euros para quien ose hablar de la salvajada Trans y aniquila la objeción de conciencia de los médicos ante el aborto
Ayuso apoyará a Vox para derogar la ley trans regional: "Estas modas que son tan agresivas, (...) están haciendo mucho daño a los adolescentes en todo el mundo”mmm
Selección por José Martí
miércoles, 1 de marzo de 2023
NOTICIAS (VIDEOS) DE EL TORO 1 de marzo de 2023
EL TORO TV
Quintana Paz: ‘Han hecho un experimento totalitario con nosotros y, cuidado, les ha salido bien’
Video 1:33 minutos
Video 10:02 minutos
Selección por José Martí
NOTICIAS 1 de marzo de 2023
LA GACETA DE LA IBEROSFERA
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Más de 1.300 personas cambiaron su sexo en el Registro Civil en 2022, el cuádruple que hace una década
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Los audios que salpican a más diputados en el 'caso Mediador': "Mesa para 15. Sólo personas del PSOE"
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CONTANDO ESTRELAS
El PP apoya dos iniciativas de PSOE y BNG para crear un nuevo chiringuito feminista
INFOCATÓLICA
Los demócratas de EE.UU insisten en que el aborto hasta el nacimiento sea un derecho de las mujeres
RELIGIÓN EN LIBERTAD
La resistencia
SPECOLA
Los ejercicios personales del Papa Francisco, el transhumanismo, el homofobismo, desobedecer a los pastores, clausuras tradicionales, premio Silvestrini.
Selección por José Martí
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