BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



lunes, 1 de abril de 2019

La caída de Pell continúa, y tiene implicaciones para toda la Iglesia (Steve Skojec)



La semana pasada, el sistema judicial australiano anunció que el Cardenal George Pell había sido condenado en diciembre por abuso sexual infantil. La prensa había sido advertida de que no publicase el veredicto porque había la posibilidad de seguir adelante con otra causa contra el cardenal. Ese juicio contra Pell se vino abajo. Otro juicio previo contra Pell fue declarado nulo. Los procedimientos se declararon confidenciales, pero algunos medios informaron que en este juicio previo los jurados votaron 10-2 a favor de la absolución.

No obstante, una sentencia de culpabilidad en tres juicios fue suficiente para enviar a prisión al viejo cardenal de 77 años de edad. Y si las informaciones sobre el juicio son ciertas, a este veredicto se ha llegado sin evidencias físicas ni testimonio alguno. Ha sido el resultado de las demandas llevadas a cabo por un solo querellante durante décadas

La defensa presentó más de 20 testigos “incontestables” que declararon a favor de Pell acerca de su carácter y de la imposibilidad logística de que él hiciera lo que se alegaba que había hecho. Porque nunca estuvo solo, declararon, después de decir Misa, nunca en situación de abusar de nadie en un espacio público, y vestido de tal manera que le habría sido imposible hacer aquello de lo que se le acusa.

Uno de los dos niños por los que se ha acusado a Pell de abuso murió de sobredosis en el año 2014, antes de que el caso llegase a los tribunales, y nunca acusó a Pell ni ofreció ninguna prueba contra él. La madre de este chico ha admitido que por lo menos en dos ocasiones su hijo negó que hubiera sido objeto de abusos. De acuerdo con la CNN:

“De acuerdo con una transcripción del juicio de Pell, la madre del niño le dijo a la policía que ella le había preguntado explícitamente a su hijo si alguna vez había sido “interferido o tocado en el coro”, y que el niño, entonces un adolescente, había contestado que no.”

Es imposible que nosotros desde fuera podamos dictaminar inocencia o culpabilidad, pero es difícil no formarse una opinión basándose en lo que se sabe. También está claro que allí ha habido una larga guerra contra el Cardenal Pell, pues a lo largo de años ha recibido los ataques de cuestionables acusadores, pero ninguna de estas acusaciones ha podido ser probada y algunas de ellas se ha demostrado que eran falsas.

Pero ahora, después de años de incansables esfuerzos, Australia tiene un juicio en contra de esta figura odiosa que se oponía a los impulsos hedonistas de la nación como defensor de la ortodoxia católica. Cabe destacar que, en las discusiones públicas del caso, los activistas homosexuales parecen haber sido los más contentos por la condena de Pell. Lo que no parece ser casual. Pell destacó por no ceder a sus exigencias. No aceptó que la homosexualidad fuera un bien para la sociedad. No minimizó los riesgos que representaba para quienes practicaban ese estilo de vida. Y por eso no es de extrañar que fuera odiado por ellos.

Podemos ver un clarísimo ejemplo de esto en el desagradable artículo de opinión aparecido en el periódico The Guardian, titulado “Brutal y dogmático, George Pell libra una guerra contra el sexo, aunque él mismo abusó de niños”. El desprecio rezuma en las palabras del artículo. “Fue particularmente brutal con los homosexuales”, escribe el autor. “Hizo recaer la culpa de sus problemas [homosexuales] sobre los mismos homosexuales”.

“Se mantuvo simple y brutal”, se lamenta de nuevo el autor. Y proyecta su desdén hacia el conjunto de la nación: “Australia nunca compartió la alta opinión que tenía Roma sobre George Pell. El hecho de que una figura poco amistosa y a veces incómoda fuera nombrada obispo auxiliar de Melbourne en el año 1987 molestó a muchos fieles en su país de origen. Pero estos eran los primeros tiempos del papado de Juan Pablo II, cuando se premiaba a este tipo de hombres en todo el mundo"

El autor del artículo es David Marr. Aparentemente se le considera un destacado periodista. Pero al examinarlo más detenidamente uno descubre que ha sido denominado por dos veces como perteneciente al grupo de los 25 homosexuales australianos más influyentes. La segunda vez que apareció en dicha lista dijo:

“Soy terriblemente arrogante e increíblemente vanidoso. Soy todas esas cosas que los escritores tienden a ser.” También dijo que se ve a sí mismo indigno de ese galardón. “Hay tanta gente homosexual y lesbiana en Australia que hace más que yo por la comunidad de gays y lesbianas, que trabajan más por ella, que llevan vidas más difíciles.”

En el perfil de la nominación se celebra la dureza de Marr. Se hace especial hincapié en su trabajo “expresando continuamente su oposición a las enseñanzas de la Iglesia.”

Pell se interpuso en su camino. Pell se interpuso en el camino de un montón de gente. Pell tenía que ser eliminado.

También se interponía en el camino de otras personas como encargado de la reforma del Banco Vaticano. Pell fue una auténtica molestia para altos cargos en el aparato del Vaticano, que estaban enterrando talentos donde no debían. De hecho, Pell descubrió tanto dinero fuera de los libros de contabilidad que la cifra casi llega al billón de euros. ¿Fue una coincidencia que después de haber descubierto todas esas covachas escondidas, se encontrara Pell
 de repente con un renovado interés en cargos de décadas de antigüedad? El antiguo auditor del Vaticano. Libero Milone, que fue víctima de los atrincherados intereses vaticanos, se dio cuenta de la sospechosa oportunidad de los cargos contra Pell.

“La gran firma internacional de auditores PricewaterhouseCoopers (PwC) fue elegida por Pell en el mes de diciembre del año 2015 para realizar una auditoría en profundidad de las finanzas vaticanas. En el mes de abril del año 2016 otras autoridades vaticanas repentinamente suspendieron la auditoría. En la actualidad Pell se encuentra en excedencia para enfrenarse a los cargos que en su país se han presentado contra él. El cardenal rechaza de plano las acusaciones, que han sido comparadas a una caza de brujas llevada a cabo de una manera muy dudosa por las autoridades australianas.

Milone señaló que puede que no haya sido una coincidencia que los cargos por abuso contra el cardenal, que tienen más de diez años de antigüedad, no hayan aparecido hasta estos momentos, precisamente cuando, según un informe de Crux, los esfuerzos de reforma interna de las finanzas del Vaticano que estaba llevando a cabo Pell empezaban a provocar un oleaje.

El cardenal Angelo Becciu, descrito por Christopher Lamb en el semanario católico progresista The Lancet como “el más leal de los asistentes papales”, intervino personalmente para detener el trabajo de Pell. Una vez que se hizo que Pell volviera a Australia, Becciu pareció más tranquilo con la situación de la reforma de las finanzas. “Ahora hay un alto grado de cooperación,” dijo Becciu a Lamb, “porque los puntos que se discutían con Pell han sido aclarados.”

El respetado e incansable vaticanista Marco Tosatti, señaló en su columna del día 1 de marzo que con respecto a Pell se decía en Roma que los cañones están en Australia pero las balas de cañón están hechas en el Vaticano. En otras palabras, mientras que Australia ya había apuntado desde hacía mucho tiempo a su enemigo público, se ha dicho que fueron personas dentro de la Santa Sede las que proporcionaron la munición para derribarlo.

Señala Tosatti que, sin embargo, ha habido consecuencias inesperadas de esta acción contra Pell, en tanto en cuanto está obsesionando a un papado enredado en varios casos de abusos sexuales o de protectores de quienes los cometen. Permítanme citar con alguna extensión el fascinante análisis de Tosatti.

“Cuando alguien me repetía esa frase sibilina (sobre las balas de cañón), o alguna otra frase similar, en los tiempos en los que Monseñor Dario Edoardo Viganò aún estaba en su silla, aludía a los fuertes choques del círculo bergogliano con el cardenal australiano, quien, realmente, con toda seguridad, ¡no es miembro del círculo mágico! Algunos recordarán su papel durante el Sínodo de la Familia oponiéndose a la intención de Monseñor Bruno Forte y sus asociados de esterilizar el debate entre los padres sinodales de modo que todos apareciesen como luces Kasperianas.

Pell es una persona que, cuando se enfada, hace chocar sus puños, esté Bergoglio o no esté Bergoglio delante. Si está convencido de que algo es justo, lo persigue como una apisonadora. También es bien conocido que el Argentino es más agresivo con los débiles, pero queda inhibido con los pocos que le plantan cara.

En resumen, Pell es un tanque y era bastante temido. Mi hipótesis es esta: Pell ha sido derribado por dos fuegos. El primero es el fuego amigo del establishment clerical (este es el clericalismo del que Bergoglio debería ocuparse) y el segundo es el fuego enemigo seglar y masónico que vio en él un conservador tradicionalista al que había que eliminar.

Muchas pistas nos llevan a pensar esto; sin embargo, el hecho es que las noticias sobre la condena de Pell aparecieron en un momento muy específico.

Cuando me decían la frase que he citado antes, el lobby gay del Vaticano estaba en todo su apogeo y Pell fue el elegido para el sacrificio; pero la condena ha llegado después de que el lobby gay haya entrado en crisis, de que haya perdido muchas piezas clave y de que le hayan colocado en el centro de la tormenta casos como el de McCarrick, el tema de Chile, el dossier de Carlo Maria Viganò, la desafortunada actuación del ultra-bergogliano cardenal Wuerl, las voces que pregonan el nuevo escándalo de Zanchetta . . .

¿Entonces? Entonces la operación “vamos a aplastar a Pell”, ejecutada con la contribución clerical, se está revelando que es un boomerang porque ante la opinión pública, que no sabe nada de lo que hay detrás, Pell es sencillamente uno más de los innumerables hombres de Bergoglio que dan lugar a un escándalo, ¡aunque él sea el único entre todos los citados que en realidad no es un hombre de Bergoglio!

En resumen, en los sagrados aposentos vaticanos lo que parece que se está diciendo hoy es: ¡Qué buenas noticias si hubieran llegado dos años antes en vez de ahora! ¡En estos momentos no nos hacen falta!”

Tosatti toma nota de la tragedia sobre este asunto: “Si Pell es inocente, si Pell es el hombre de fe que yo creo que es, entonces está cargando con la Cruz de Cristo, condenado como él por la sinagoga de hoy.”

Es un serio pensamiento, del que se hace eco la académica australiana profesora doctora Anna Silvas, en un artículo para La Nuova Bussola Quotidiana. En dicho artículo, titulado El Cardenal Pell es inocente: he aquí por qué,” Silvas dice que ella no cree que “se aplicase la justicia en ese juicio, que desprende el mal olor de un ritual de sacrificio de acuerdo con un plan secreto horrendo”. Ella habla de su propia experiencia en la catedral de Melbourne, y de Pell, y de las imposibilidades logísticas y de la “degradación moral preparatoria” necesaria para cometer un acto como el acto del que es acusado el Cardenal. “Es impensable,” escribe, “que después de treinta años de una vida moral, intelectual, parroquial y episcopal comprometida, que él, justo después de haber sido nombrado Metropolitano, en la primera ocasión de una Misa dominical, se haya rebajado a realizar un ejercicio de pedofilia tan burdo, crudo y sórdido como aquél por el que ha sido legalmente condenado.” Ella también destaca la degradación tanto de la cultura como de la Iglesia australianas, la especial animosidad que la comunidad homosexual de Australia tiene contra Pell, que rechazó que celebrase una protesta “arco iris” en una Misa de domingo en el año 1996, y que mantiene una “agenda homosexual en la Iglesia y en la sociedad” que “ha estado disparando contra él desde entonces.” También hace notar Silvas, sin embargo, el “alarmante número de sacerdotes en la diócesis de Melbourne implicados en escándalos sexuales a lo largo de las tres o cuatro últimas décadas,” munición, añade, para quienes nos “atacan desde fuera o nos socavan desde dentro.”

“Sin duda,” lamenta Silvas, “la Iglesia, en Australia y en todo el mundo, es semper purificanda. Hace tiempo que nos merecemos un castigo severo, si usted me pregunta, y pienso que las cosas cada vez irán peor para nosotros.”

Y peores serán.

Aunque Pell ha apelado el veredicto, se encuentra solo en una cárcel bajo protección constante. Los otros prisioneros no es probable que sean amables con un hombre que ha sido condenado por cometer actos nefandos con niños, y no van a hacer un esfuerzo mayor que el que han hecho los tribunales australianos para ver si dichos actos son ciertos. El Vaticano ha abierto ahora su propia investigación sobre Pell, y, de acuerdo con JD Flynn y Ed Condon, de la Agencia Católica de Noticias, ambos abogados canónicos, lo que se espera es un camino complicado cargado de dificultades.

“Los juicios canónicos comienzan después de que un gobierno civil haya cerrado el caso contra un presunto abusador, y la Iglesia tiene alguna práctica en esto.

Por ejemplo, las transcripciones en casos criminales de abusos sexuales se admiten de forma rutinaria como pruebas en los juicios canónicos. Con suma frecuencia las conclusiones civiles son admitidas como pruebas concluyentes, lo que conduce a procesos administrativos abreviados.

Dada la controversia suscitada por el veredicto australiano, los representantes canónicos de Pell es probable que insistan en pedir un juicio completo y que se resistan a cualquier maniobra para llevar a cabo un proceso administrativo abreviado, como el que se llevó a cabo en el caso reciente de Theodore McCarrick.

(…)

En este juicio las apuestas han aumentado.

Si la apelación de Pell es rechazada en Australia, Roma se enfrentará a una enorme presión exterior para que confirme el veredicto inicial y pase a Pell al estado laico, sobre la base, fundamentalmente, del veredicto australiano. Pero ceder a esa presión tendrá un coste.

Si el tribunal canónico acelera el juicio de Pell y usa como evidencia su condena criminal, por lo menos algunos expertos en derecho canónico y algunos teólogos argumentarán que la Iglesia está cediendo el papel que le pertenece según el derecho canónico, y la “libertad sagrada” que reclama para sí misma, a las autoridades civiles.

Más concretamente, los sacerdotes y obispos, especialmente aquellos que tienen sistemas judiciales desprestigiados o que son reconocidos por su anti-catolicismo, podrían preguntarse a sí mismos qué clase de justicia pueden esperar del Vaticano si alguna vez son acusados de abusos sexuales.

Como consecuencia de la crisis de abusos sexuales del año 2002 en USA, muchos párrocos expresaron su preocupación por el hecho de que el deseo de los obispos estadounidenses de demostrar que se toman en serio las acusaciones de mala conducta sexual, les estaba dejando sin su propio derecho a tener un juicio justo. Si en el caso de Pell se percibe que se le ha denegado el derecho a tener un juicio justo en el tribunal canónico, la crisis de confianza crecerá a gran escala, tanto en los obispos como en los párrocos.”

Pell no estará solo en el punto de mira. Mientras que en el caso McCarrick no hubo ningún veredicto porque las pruebas en su contra eran abrumadoras, en el caso de Pell no ha habido acusadores creíbles, aunque haya sido condenado. Juntos formarán, en las mentes de las personas de fuera y de dentro de la Iglesia, un símbolo de corrupción que alcanza los escalones más altos de la Iglesia Católica, y las repercusiones de esto están solamente empezando.

Las víctimas de los abusos en Australia están ahora haciendo cola para demandar a la Iglesia por “decenas de millones”. Víctimas que ya habían llegado a acuerdos y “renunciado a su derecho a emprender procedimientos civiles” contra la Archidiócesis de Melbourne. Los abogados argumentarán que hay que cambiar las leyes. ¿Cuál será el factor decisivo? “La integridad de la Respuesta de Melbourne”, el programa de Pell para lidiar con la compensación para las víctimas de abuso clerical, “se ve aún más disminuido por el hecho de que fue introducido por Pell en 1996, casi al mismo tiempo en que atacó sexualmente a dos niños del coro de 13 años de edad.” ¿Creemos que tal acción terminará en Australia?

En mi artículo “The Big Ugly” del pasado mes de septiembre acerca de este momento transformador del catolicismo, escribí:

“Si la gente no empieza a derribar las iglesias con sus manos desnudas al final de esto, estaré agradablemente sorprendido. Por supuesto no tendrán que hacerlo porque las diócesis de todo el mundo venderán las propiedades a promotores inmobiliarios, que los convertirán en espacios residenciales de alto standing o quizá incluso en nightclubs para gays. Después de todo, algo que hemos aprendido de todos los casos de abuso sexual es que la acumulación de imaginería religiosa es un signo de degeneración.”

¿Por qué serán vendidas las diócesis? Para pagar los acuerdos que se alcancen por los abusos, por supuesto. O la defensa legal frente a demandas civiles. O simplemente porque no sea posible mantenerlas ya que nadie acude a las Misas. Mucha gente no está dispuesta a seguir perteneciendo a una Iglesia que es percibida fundamentalmente como perversa y corrupta. El hecho de que muchos tienen ya casi un pie fuera tendrá poca importancia cuando se añada el impacto demográfico.

Alguien en las redes sociales me dijo anoche que estarían encantados de ver a la Iglesia en una ruina financiera que fuera equivalente a su ruina moral actual.

Pienso que muchas personas sienten lo mismo, este impulso es algo comprensible. Pero este genio no puede volver a ser encerrado en la botella, y no creo que la gente vaya a disfrutar con lo que va a suceder tanto como espera. Cuando el número de parroquias en su diócesis haya disminuido significativamente, cuando la posibilidad de recibir los sacramentos se haya reducido drásticamente, cuando párrocos inocentes sean falsamente acusados para obtener beneficios financieros, cuando el solo hecho de admitir que uno es católico, que continúa siendo parte de una Iglesia bien conocida por predicar contra las prácticas sexuales habituales de nuestros días mientras sus líderes se enredan en actividades sexuales criminales, se sentirán como parias.

Pienso que ese tiempo llegará pronto. En algunos sitios ya está aquí.

Convertirse en una Iglesia más pequeña y más pura puede ser finalmente una buena cosa. Pero no debemos engañarnos a nosotros mismos pensando que esto ocurrirá sin dolor. Ciertamente, el escarmiento está llegando.

Steve Skojec

The Pell Fallout Continues, And it Has Implications for the Whole Church

sábado, 30 de marzo de 2019

Noticias varias de Gloria TV 29 y 30 de marzo de 2019



GLORIA TV

El papa Francisco “puede enojarse mucho”


Falsas noticias sobre Francisco de no recibir al ministro del Interior italiano que lucha contra la inmigración ilegal

Cardenal Marx quiere hablar sobre los sacerdotes “homosexuales


Infights in the Vatican’s Modernist Establishment (Vídeo)

Selección por José Martí

Cardenal Walter Kasper se regodea en la hipocresía (comentado por José Martí)



El cardenal Kasper ha afirmado que el papa Francisco padece una “monstruosa deslealtad” por parte de algunos cardenales.

Al hablar en marzo en Herder Korrespondenz dijo que los cardenales deben ser los primeros en “ayudar al Papa”, en vez de oponerse a él en público. Luego continuó denunciando las
revelaciones del ex nuncio Viganò como “inconcebibles”.

Kasper dice que preguntó a diplomáticos si se le permitiría a uno de ellos criticar públicamente a su gobierno. La respuesta fue: “si hace eso, debería ser despedido al día siguiente”.

Como es usual, Kasper estuvo manipulando la situación, porque Viganò estaba jubilado cuando puso al descubierto la duplicidad del papa Francisco.

Por su parte, Kasper causó un escándalo internacional cuando en 1993 desafió públicamente a Juan Pablo II por “no permitir” que los adúlteros reciban la Comunión, cuando estaba asentado como obispo de Rottenburg- Stuttgart (Alemania).

-------
Reflexión

Si lo que de veras interesa es la verdad, tal como prescribe Nuestro Señor Jesucristo, ¿por qué tanto miedo en que esa verdad salga a relucir? La solución no es el ataque "hipócrita" contra quien da testimonio de unos hechos, que nadie ha podido rebatir, sino sacar a relucir esos hechos. El esclarecimiento de la verdad es fundamental para luchar contra todo tipo de perversidad, sea ésta cual fuere. Si lo que Monseñor Viganò dijo es cierto ... ¡pues que salga a relucir! Dice la Biblia que el que ama la verdad viene a la luz, para que sus obras queden manifiestas. No es eso lo que está ocurriendo; tan solo ataques para "defender" al papa Francisco. Pero, defender ¿de qué? Si la conciencia de Francisco es recta, ¿de qué puede tener miedo? ¿Acaso no le interesaría, a  él mismo, que se investigaran los hechos que Monseñor Viganò señaló en agosto del pasado año y, de ese modo, poder rebatirle ... o no, si es verdad todo cuanto dice. Pero, sin embargo, todo esto se tapa, se mira a otra parte, y aquí no ha pasado nada. Eso es, a mi entender, un grave error, que disminuye la credibilidad del papa Francisco, en todo cuanto dice (¡y se contradice!). Pero en el pecado se lleva la penitencia, porque "nada hay oculto que no vaya a descubrirse", tal y como decía Jesús. El problema lo tiene el cardenal Kasper que se empeña en defender al Papa, independientemente de lo que éste diga y haga, como si fuese el fundador de la Iglesia. Y no es así. Francisco está contribuyendo a la destrucción de la Iglesia con sus dichos y con sus hechos ... aunque Dios no se lo permitirá, porque Él sí que cuida de los suyos y da su Vida por sus ovejas. No así los malos pastores, que los hay en abundancia. Contra ellos deben de ir dirigidas las diatribas de Kasper y no contra los obispos y sacerdotes que aman la verdad  y la sana doctrina.

José Martí

Actualidad comentada: Pederastia y "diálogo" con el islam

Padre Santiago Martín

Duración 7:15 minutos

viernes, 29 de marzo de 2019

El nuevo arzobispo de Washington es un ardiente liberal (comentado por José Martí)


El nuevo arzobispo de Washington D.C. será el arzobispo negro de Atlanta, Wilton Gregory, de 71 años, dio a conocer el 28 de marzo el sitio web CatholicNewsAgency.com.

Gregory es pro-homosexual y de hecho es pro-aborto. Según George Neumayr, fue un protegido del fallecido cardenal 
Joseph Bernardin, un gran destructor liberal de la Iglesia.

Desde el 2001 al 2004 Gregory fue presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. En abril del 2004 insistió en que no se les debía negar la Santa Comunión a los políticos pro-muerte.

En el 2014, durante el Sínodo de los Obispos sobre la Familia, Gregory afirmó que los homosexuales activos que viven en pecado mortal “en demasiados casos no se han sentido bienvenidos o respetados”.

También en octubre del 2014 él permitió que el Santuario de la Inmaculada Concepción de Atlanta formara parte de una inmoral Caravana del Orgullo [Homosexual].

En setiembre de 2018 Gregory invitó al sacerdote pro-homosexual James Martin a hablar en dos parroquias.
-------
Reflexión:

Yo me permito hacer una pregunta: ¿Acaso no es el papa Francisco quien realiza o consiente en esos cargos para estas personas? ... Es evidente que sí, luego no entiendo por qué el padre Santiago Martín - y tantos otros- hablan de Francisco como una especie de víctima, en el sentido de que está mal aconsejado por los que dicen ser sus "amigos". No es así: es el propio Francisco quien elige a sus "amigos" ... y ya vemos qué clase de amigos ... y los elige elevándolos a los más altos rangos de la Jerarquía Eclesiástica. La realidad es tozuda. Pero no sé por qué tanto empeño en negarla u omitirla ... En fin. Dios proveerá. De eso podemos estar seguros.

Una mezquita quiere que España pida perdón por derrotar al Islam en 1492: ¡y un jamón!


(Imagen: El Rey Sancho de Navarra rompiendo la cadena de esclavos que rodeaban al Miramamolín almohade en la Batalla de las Navas de Tolosa, en 1212: una de las victorias cristianas más decisivas de la Reconquista)
La hispanofobia progre ha abierto la barra libre para exigir a España que pida perdón por su pasado. Hace unos días se apuntaba a ello el presidente de México, y ahora una mezquita musulmana.
Una mezquita de Sevilla quiere que el Rey de España pida perdón
Ayer se viralizaba en Facebook un comunicado emitido por una mezquita de Sevilla en la que reclama el Rey de España que pida perdón por la Reconquista y por la victoria española en la Guerra de las Alpujarras. En concreto, le piden al Rey Felipe VI “el reconocimiento de culpabilidad de las vilezas, expoliaciones, destierros y asesinatos, llevados a cabo por órdenes de los Reyes Católicos y sus colaboradores más directos, que culminaron con la rendición de Granada y el incumplimiento de todo lo suscrito, hacia la comunidad musulmana”. También añaden una afirmación que demuestra una gran amnesia histórica mezclada con un inmenso cinismo: Nunca ha existido tan feroz persecución y afán de eliminación de una comunidad religiosa, como la llevada a cabo por la antigua realeza española, en tiempos de Felipe II, exterminio que culminó en la Guerra de la Alpujarras, después de la Pragmática Sanción de 1567″. Por lo visto, estos señores desconocen la existencia de genocidios como el sufrido por el pueblo judío a manos de los nazis o como el sufrido por los cristianos armenios a manos de los turcos.
El Islam penetró en la Península Ibérica con una invasión militar en el año 711
La carta no sólo es un insulto a España, sino también un intento de tomarnos el pelo a todos los españoles. Para empezar, no habría habido Reconquista si en el año 711 los musulmanes no hubiesen invadido la Península Ibérica, que fue la culminación, a su vez, de la conquista musulmana del Magreb, iniciada en el año 647. Cuando se completó la Reconquista en 1492,decenas de miles de musulmanes permanecieron en España, muchos de ellos conservando sus costumbres, que incluían llevar a sus mujeres con la cara tapada, como hoy se sigue haciendo en países como Afganistán. Unos años después, en 1499, los moriscos empezaron una serie de revueltas que se extendieron durante dos años. A mediados del siglo XVI España se vio amenazada por dos frentes: los berberiscos del Norte de África y los turcos que sitiaron Malta en 1565. Una nueva invasión musulmana estaba al caer, y los turcos esperaban contar con el apoyo de los moriscos para llevarla a cabo, usando de hecho a esa comunidad para desestabilizar España.
La Rebelión de las Alpujarras y el martirio de 3.000 cristianos
Ante ese peligro, el Rey Felipe II pudo haber expulsado sin más a los moriscos, pero les dio una última oportunidad para integrarse, según las costumbres de la época, con la firma de la Pragmática Sanción de 1567, que imponía fuertes restricciones a los musulmanes y les obligaba a adoptar la vestimenta castellana. Las restricciones a los musulmanes eran, ciertamente, mucho más suaves que las impuestas por éstos a cristianos y judíos tras la Conquista de 711, que había convertido a los no musulmanes de Hispania en poco más que esclavos. La Pragmática fue la excusa que los moriscos usaron para iniciar una sangrienta rebelión en 1568, en la que asesinaron y torturaron brutalmente a cristianos y arrasaron iglesias en diversas localidades del antiguo Reino de Granada. En algunos casos las muestras de barbarie fueron puramente bestiales: en Ugíjar y en Bayárcal, los moriscos incendiaron las iglesia en la que se habían refugiado muchos cristianos, torturándoles de diversas y retorcidas formas y finalmente asesinándoles. Durante esta sangrienta rebelión, unos 3.000 cristianos fueron asesinados por razón de su fe.
La mezquita sevillana ensalzó esa sangrienta Rebelión en su Twitter
Los peores temores de la Corona española se confirmaron cuando la rebelión morisca recibió ayuda militar musulmana desde el Norte de África, pagada con esclavos cristianos capturados por los moriscos. La cosa fue tomando tal envergadura que la rebelión dio paso a una guerra, que acabó ganando España en 1571. Es especialmente indignante que la citada mezquita reclame disculpas al Rey de España por aquellos hechos, teniendo en cuenta que en la Nochebuena del año pasado esa mezquita sevillana celebró el aniversario de esa sangrienta rebelión, calificándola de “revolución gloriosa” en su cuenta de Twitter, pero eso sí, sin decir ni una sola palabra de los cristianos que fueron torturados y asesinados o vendidos como esclavos por los moriscos. El tuiteo en cuestión afirmaba: “Al- Andalusia libre e independiente. Esos antepasados nuestros andaluces nos devolvieron la Esperanza”. ¿Y aún pretenden que España, por boca del Rey, les pida perdón? Lo que esta gente quiere es que España pida perdón por vencer en los campos de batalla a una religión que se ha extendido con invasiones militares desde sus inicios.
Islam: lo que los cristianos han soportado y siguen soportando
Mejor que pidan perdón ellos por ensalzar un levantamiento armado que estuvo plagado de actos de salvajismo y de crímenes movidos por el odio a la fe cristiana. Y si insisten en provocar con peticiones como la citada, tal vez los demás tengamos que exigirles a ellos que pidan perdón por hechos como que los cristianos sufrieron más de 400 siglos de ofensivas militares islámicas antes de responder con las Cruzadas, lanzadas en 1096 como una campaña de defensa de los peregrinos cristianos contra los ataques de los musulmanes selyúcidas. Aún a día de hoy, 33 países musulmanes figuran entre los 50 que más persiguen a los cristianos. Mientras en Occidente los musulmanes pueden abrir mezquitas y practicas libremente su religión, en países como Arabia Saudí -que financia la construcción de mezquitas en Europa- el culto cristiano está prohibido y el mero hecho de introducir una Biblia en el país se castiga con la pena de muerte. Y aún nos vienen hablando de “islamofobia” y exigiendo que pidamos disculpas por la Reconquista.Para rechazar ese tipo de pretensiones insultantes, en España tenemos una expresión popular que es muy adecuada para este caso: ¡y un jamón!
ELENTIR

miércoles, 27 de marzo de 2019

Francisco “permitió” que besaran su anillo en Loreto solamente sacerdotes y monjas”



Durante la recepción para besar el anillo después de la celebración de la Misa en Loreto (Italia) el 27 de marzo, el papa Francisco saludó a más de cien personas.

El video completo (13 minutos de duración, ver aquí) muestra que en los primeros diez minutos más de cuarenta clérigos y monjas pudieron besar exitosamente el anillo de Francisco.
La situación cambió cuando fue el turno de las personas laicas. En ese momento Francisco comenzó a alejar su anillo.

Instrucción vaticana: Prohibición besar el anillo de Francisco [excepto los varones semi desnudos]



Los fieles que son recibidos en audiencias privadas por el papa Francisco son “instruidos para no arrodillarse ante Francisco o besar su anillo”, escribe el sitio web katholisch.de, el cual es controlado por los obispos alemanes.

La página de noticias comenta el comportamiento bizarro de Francisco el 25 de marzo de 2019, cuando apartó violentamente su anillo de los que querían besarlo.

Sin embargo, permitió a un semi desnudo varón artista de circo besar profusamente su anillo el 7 de febrero de 2018.

Personalmente, a Francisco le gusta mucho besar manos y pies de travestis, víctimas de abusos y sobrevivientes del holocausto.

Venir al mundo (Carlo Caffarra)



La concepción de una persona es un acontecimiento grandioso. Es el resultado de un acto creador de Dios y del acto de la unión conyugal. Dios ha querido al hombre desde el principio. Y lo quiere en cada concepción. Ninguno de nosotros viene al mundo por azar o necesidad. Su ser es debido a un acto creador de Dios. Cada uno de nosotros puede decir: yo estoy porque Dios me ha querido. No porque tuviese necesidad, por su utilidad. Dios quiere a cada persona por sí misma. “Por sí misma” significa que cada uno de nosotros no existe con el fin de ser algo distinto a sí mismo. Los filósofos dirían: cada persona es un fin, nunca un medio. Ninguna persona puede ser sólo utilizada, instrumentalizada. 

Pero el origen de la persona está inscrito también en la biología de la generación. Si tenemos presente lo que he dicho antes, no será difícil comprender qué modo humano de crear las condiciones de la concepción corresponde dignamente al acto creador de Dios. Cuando un matrimonio toma conciencia de haber concebido una nueva persona humana, debería tener plena conciencia de que Dios ha deseado esa persona, y que la ha deseado por sí misma, no por los padres

Esta es la razón profunda por la cual el único acto digno de crear las condiciones de la concepción de una nueva persona humana es el acto de amor conyugal, mediante el cual los esposos se convierten en una sola carne. Al acto de amor creador de Dios le corresponde el acto de amor generador de los esposos. Dios celebra la liturgia de su amor creador en el templo santo del amor procreador de los esposos. Producir una persona humana en un laboratorio es una falta grave de respeto a su dignidad: los niños se conciben, no se producen.

Cardenal Carlo Caffarra 

[Fragmento tomado de su libro titulado "No anteponer nada a Cristo: Reflexiones y apuntes póstumos" (Spanish Edition). Homo Legens]

-------

Biografía

Carlo Caffarra nació el 1 de junio de 1938 en Samboseto di Busseto, diócesis de Fidenza, Italia. Fue ordenado sacerdote el 2 de julio de 1961.

Se dedicó sobre todo a profundizar la doctrina moral del matrimonio y a enfrentar la temática de la bioética en torno a la procreación humana. Enseñó por algunos años ética médica en la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Roma.

Fue miembro de la Comisión Teológica Internacional y Consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Presidente del Instituto Pontificio Juan Pablo II para el estudio de Matrimonio y Familia.

Designado Arzobispo de Ferrara-Comacchio el 8 de septiembre de 1995, recibió la consagración episcopal el 21 de octubre de 1995 y fue transferido a la sede metropolitana de Bologna el 16 de diciembre de 2003.

El Papa Benedicto XVI lo nombró Cardenal en el Consistorio del 24 de marzo de 2006. En la Curia del Vaticano sirvió en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Pontificio Consejo para la Familia y el Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica.

Arzobispo Emérito de Bologna (Italia) y uno de los cuatro firmantes de las Dubia sobre Amoris Laetitia, el cardenal Carlo Caffarra falleció un miércoles, el 6 de septiembre de 2017, a la edad de 79 años de edad, después de una grave enfermedad.

Entre sus dichos, merecen ser destacados estos dos:
«Sólo un ciego puede negar que en la Iglesia existe gran confusión»
«Una iglesia con poca atención a la Doctrina no es una iglesia más pastoral, sino una iglesia más ignorante».
Selección por José Martí


martes, 26 de marzo de 2019

Video perturbador׃ El Papa Francisco no consiente que los fieles besen su anillo papal


Duración: 47 segundos

NOTICIAS 26 de Marzo de 2019




EL ORIENTE EN LLAMAS

Acerca del artículo de Mons. Schneider y la herejía en un Papa

GLORIA TV


ADELANTE LA FE 

Vídeo: Francisco, si no quieres ser el vicario de Cristo, ¡sal de ahí! (RORATE CAELI)

INFOVATICANA

Dimiten todas las mujeres del Vaticano, el último que apague la luz, las sedas chinas, el Papa Francisco hace la cobra, la conquista de México.


INFOCATÓLICA

Examen de conciencia para personas ancianas y/o enfermas

Cardenal inocente encarcelado junto a un asesino en masa



En estos momentos, el cardenal mártir George Pell está alojado en una celda en la Prisión de Evaluación de Melbourne, muy próximo a James Gargasoulas, quien está encarcelado de por vida por matar a seis personas y herir a otras 27, cuando en el 2017 irrumpió con un automóvil atravesando el centro de Melbourne.

Gargasoulas ha estado amenazando a los demás prisioneros y es un agitador constante. Los hermanos Eriklioglu, acusados de complotar un ataque islámico, también están cerca.

El cardenal está en “custodia protegida”, lo que significa que pasa 23 horas por día encerrado en una celda.

Su Eminencia espera ser transferido al Centro Correccional Hopkins, de mediana seguridad, situado en Ararat, a 200 km. al oeste de Melbourne, el cual es la cárcel estatal más conocida para delincuentes sexuales.

En una farsa presentada como juicio el cardenal Pell fue encontrado “culpable” de haber atacada a dos niños de coro en 1996, cuando era arzobispo de Melbourne.


------

NI QUE DECIR TIENE QUE ES INDIGNANTE LO QUE ESTÁ OCURRIENDO CON EL CARDENAL PELL ... Y TODO ELLO CON LA ANUENCIA DEL PAPA FRANCISCO Y DE LAS MÁS ALTAS JERARQUÍAS "MISERICORDIOSAS".

EFECTO RETARDADO (Capitán Ryder)



He comentado varias veces que, a mi modesto entender, es bastante peor para el futuro de la Iglesia Evangelii Gaudium que Amoris Laetitia. 
En la primera, Francisco quita la espoleta a dos bombas que con el tiempo explotarían, ¡y de qué manera!, en la Iglesia.
La primera hizo aparición en Amoris Laetitia, la segunda se ha mostrado en toda su crudeza las últimas semanas de la mano, ¡quien si no!, del Cardenal Marx, cercanísimo colaborador del Papa Francisco.
Ambas ideas fueron adelantadas por el propio Francisco en su primera entrevista al jesuita Antonio Spadaro en septiembre de 2013, ya formaban parte del programa de este pontificado.
La primera idea es la plasmada en los números 222-225 de EG.
Dice que “el tiempo es superior al espacio” y que “Darle prioridad al tiempo es ocuparse de iniciar procesos más que de poseer espacios. El tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno.”
Estas ideas, inicialmente confusas, se han ido aclarando por la plasmación que de ellas ha hecho Francisco.
Por un lado, no importa la situación actual de cada uno de nosotros sino el camino emprendido. Por ejemplo, en Amoris Aletitia le lleva a dar por bueno el divorcio y posterior adulterio si el que lo practica ha emprendido un camino, no sabemos cuál, que se pueda considerar positivo.
Por otro lado, se plasma en un optimismo en el progreso constante del ser humano, tanto material como espiritual, por el que este aumenta, sin vuelta atrás, su conciencia de sí mismo haciéndola más profunda. Muy en la línea de Theilhard de Chardin y, porque no decirlo de Juan XXIII.
Estas consideraciones se han puesto de manifiesto en el cambio realizado en el Catecismo sobre la pena de muerte o en la interpretación que hace del Concilio Vaticano II.
En la entrevista mencionada ya adelantaba “Ciertamente la comprensión del hombre cambia con el tiempo y su conciencia de sí mismo se hace más profunda. Pensemos en cuando la esclavitud era cosa admitida y cuando la pena de muerte se aceptaba sin problemas. Por tanto, se crece en comprensión de la verdad”.
Es decir, este progreso pone de manifiesto, según Francisco, dos cosas que le interesan especialmente:
  1. No hay retorno posible pues cada vez tenemos un conocimiento más profundo de nosotros…
  2. …Y de Dios, por lo que lo que ayer era blanco, léase pena de muerte, hoy puede ser negro.
Ese progreso constante puede obrar este milagro y muchos otros que veremos en el futuro.
¿Cómo se salva esta contradicción? Con la frase mágica del “mayor conocimiento de sí mismo”.
¿Cómo se apuntala? Con sus constantes apelaciones a la inexistencia de certezas, pues ese mayor conocimiento puede hacer que el hoy sea lo contrario del ayer.
En la misma entrevista afirmaba “Sí, este buscar y encontrar a Dios en todas las cosas deja siempre un margen a la incertidumbre. Debe dejarlo. Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien”.
Esta combinación permitirá cualquier cambio en la doctrina o liturgia de la Iglesia.
La segunda bomba, también expresada en EG, 32, es la siguiente:
Dado que estoy llamado a vivir lo que pido a los demás, también debo pensar en una conver­sión del papado. Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evange­lización. El Papa Juan Pablo II pidió que se le ayudara a encontrar « una forma del ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva ».35 Hemos avanzado poco en ese sentido. También el papado y las estructuras centrales de la Iglesia universal necesitan escuchar el llamado a una conversión pastoral. El Concilio Vaticano II expresó que, de modo análogo a las antiguas Iglesias patriarcales, las Conferencias episcopales pueden « desarrollar una obra múltiple y fecunda, a fin de que el afecto colegial tenga una aplica­ción concreta ».36 Pero este deseo no se realizó plenamente, por cuanto todavía no se ha expli­citado suficientemente un estatuto de las Confe­rencias episcopales que las conciba como sujetos de atribuciones concretas, incluyendo también alguna auténtica autoridad doctrinal.37 Una exce­siva centralización, más que ayudar, complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera.
Este número de EG casi iguala a la Iglesia católica con la protestante, con una ligera matización. En vez del hombre protestante en la Iglesia operaría una especie de comunidad protestante delimitada por su Conferencia Episcopal que podría tener una doctrina distinta de la Conferencia vecina pues “una excesiva centralización, más que ayudar complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera”.
Hay que reconocer, al menos, la originalidad de Francisco. Desde el Vaticano II cualquier menoscabo de la liturgia o la doctrina se hacía atendiendo a “la pastoral”, ahora es debido a la “dinámica misionera”.
El caso es que, atendiendo a este número de EG, el Cardenal Marx ha decidido mover ficha. Ya lo hizo con la comunión a los cónyuges protestantes casados con católicos. Y ese ejemplo demostró cuál es la idea tanto de Francisco como de Marx, ratificando lo señalado sobre el número 32.
La propuesta fue llevada a la Conferencia Episcopal Alemana y fue refrendada por más de 50 de obispos. Sólo 7 se opusieron.
La respuesta de Francisco fue sorprendente: el tema no estaba maduro, si le traían una opinión unánime no habría problema. Nada que argumentar sobre sobre La Verdad, si se trata de una profanación o no, el sentido de ofrecer lo más valioso de la Iglesia a quien no cree en ello etc. Cualquier consideración sobre eso sobraba le bastaba con ¡todos a una!. Es decir, refrendaría lo escrito en EG, pues en cierto modo esa autorización afectaría a la doctrina aunque no sea doctrina en sentido estricto.
Adiós a la Universalidad de la Iglesia.
Estos días se ha dado un paso más, y ahora sí, se apunta ya directamente a la doctrina, en este caso moral, de la Iglesia.
La Conferencia Episcopal Alemana ha manifestado que revisará la doctrina moral de la Iglesia, refiriéndose a la contracepción, la cohabitación, la ideología de género y la homosexualidad. Decía el Cardenal Marx ·”las cosas no pueden seguir como hasta ahora”. Añadía un tema de disciplina, también a revisar, como el del celibato sacerdotal.
Ahí tenemos Evangelii Gaudium, las bombas a las que Francisco ha quitado la espoleta van haciendo explosión y transformando la Iglesia en una auténtica jaula de grillos.
Caos por todas partes.
Capitán Ryder
https://infovaticana.com/2019/03/16/el-cardenal-marx-anuncia-que-la-iglesia-alemana-revisara-la-moral-sexual/

The limits of papal authority and the fate of a heretical pope: an exclusive interview with Bishop Schneider (Diane Montagne)



ROME, March 25, 2019 (LifeSiteNews) — Bishop Athanasius Schneider recently published an essay in which he considers and rejects the possibility of the theological opinion that the Church could depose a heretical pope.
In his essay (which may be viewed here), the auxiliary of Astana considers that, far from reflecting an exaggerated ultramontanism, the acceptance of the possibility of a heretical pope but the denial that he could be deposed reflects a reasoned and proportionate understanding of papal authority.
In an exclusive interview with LifeSite, Bishop Schneider expands on certain questions which arose in response to his essay: the authority of those theologians with whom he disagrees, the scope for debate in regard to this question, and the abuses which have arisen since the beginning of the last century from an exaggerated view of papal authority. 
Here below is our interview with Bishop Athanasius Schneider.
LifeSite: Your Excellency, can you please summarize in a nutshell the position you lay out in your essay on the question of a heretical pope? 
Bishop Schneider: The main idea of the essay is the following: A pope cannot be deposed by anyone and he cannot lose his office ipso facto for whatever reason. The Church has observed this truth for two thousand years and it has never happened that a pope was deposed because of heresy or that his pontificate was declared invalid because of heresy. No reason whatsoever, even if proposed by a saint or famous theologian – which nevertheless remains only an opinion and not a doctrine of the Church — justifies a breach with this unshakable constant tradition. It would introduce the revolutionary novelty of declaring a pope deposed or the loss of his office because of heresy.
The other main idea is to propose a concrete canonical procedure that could be executed in the case of a heretical or a semi-heretical pope — a procedure that will not contradict the Divine constitution of the Church. This proposal is meant only as an impulse and contribution to further theological and canonical debate.
The other relevant intention of the essay is to raise awareness about the already centuries-old erroneous and unhealthy state of papal-centrism or papolatry, i.e. about the phenomenon of an inflated concept of papal authority in the life of the Church.This phenomenon represents to some extent a caricature of the papal ministry. It makes the pope the omnipresent focal point of the daily life of the Church on a worldwide scale and insinuates that a pope can never make a mistake. A new kind of a total papal infallibility is thereby established, and unconsciously turns the pope into a kind of demigod. Such a phenomenon is alien to the sane tradition of the Apostles and the Fathers of the Church. It is indeed time to sound a warning cry in this regard. 
Why have you decided to publish this essay now?
In recent times, there have been discussions about the theory or opinion on a heretical pope on the internet and in other media. I have received letters from many people, even from serious theologians, who want to discuss the matter and know my approach to it. 
I noticed that to some degree there was a lack of clarity of thought, a tendency to base reasoning on emotion, and solutions proposed that in their final consequences contain the dangerous principles of sedevacantism and conciliarism.
The opinion that a heretical pope can be deposed or lose his office ipso facto because of heresy ultimately contradicts the Divine constitution of the Church, which says that the power given to the pope comes directly from God and not from the Church, i.e. not from an ecclesiastical institution (college of cardinals or a council). In times of widespread doctrinal confusion and an unprecedented crisis regarding the papal magisterium, there is a danger of losing one’s emotional calm and intellectual clarity and sobriety — qualities that are indispensable for finding in a sure manner the way out of the crisis — amid the noise of a growing number of increasingly loud and discordant voices. 
What is the highest authority in the tradition which explicitly agrees with your position?
For me the highest authority is the constant Tradition of the Church, which has never officially taught that a pope can legitimately be deposed for any reason whatsoever, and which has never carried out such a deposition in practice. Regarding a so-called papolatry and exaggerated papal-centrism, it is again the sane and sure Tradition of the Fathers of the Church and of the popes of the first millennium that contradicts it.
Do you think a Catholic in good standing could hold that an ecumenical council or the cardinals could bring it about that a pope was deposed, even though you personally hold that this opinion is false? In other words, is it a question open to legitimate debate among Catholic theologians? 
Since the supreme authority of the Church, i.e. the Papal Magisterium or the Magisterium of an Ecumenical Council, has not yet up to now issued relevant teachings or binding norms on how the Church ought to treat a pope who is spreading heresies or semi-heresies, the possibility remains of a legitimate debate among Catholic theologians.
What would you say to someone who holds that the authority of Cajetan, Suarez, John of St. Thomas and Bellarmine is so great that it doesn’t make sense for someone to take your authority over theirs?
I did not intend by my essay to impose my opinion an anyone. My intention was to provide an impetus and to offer a contribution to a serious debate on this concrete issue. The authority even of renowned theologians is nonetheless an opinion. Their opinions do not represent the voice of the Magisterium — and surely not the voice of the constant and universal Magisterium of the Church. 
As I mentioned in my essay, there were well-known theologians who, for a considerable time, taught an objectively erroneous opinion about the matter of the sacrament of Orders, i.e. that the matter of this sacrament was the handing over of the instruments, an opinion which was absent during the entire first millennium. The handing over of the instruments was even not practiced during the first millennium in the entire Church in the East and West. 
The aforementioned theologians do not present the proof of the universality and antiquity of the entire Church, which is necessary in such an important question.
Do you think that Bellarmine’s advancement of the position that God will not allow a pope to be a formal heretic is just a pious opinion or an erroneous theologian opinion? 
We have to consider the fact that, in the time of St Robert Bellarmine, there was still a theological debate underway about the concrete limits and mode of exercising the charisma of the infallibility in the Papal Magisterium. I am inclined to assume that St Robert Bellarmine thought that the Pope could not pronounce a formal heresy when teaching definitively or, using the terminology of the First Vatican Council, when teaching “ex cathedra.”
The practical steps you propose emphasize the work of individuals who might correct a pope, but also included is the notion of a group of bishops collectively doing so. Is this the same as the classic Dominican idea of an ‘imperfect council’ of bishops that could investigate charges of papal heresy?
I categorically reject the idea of a so-called ‘imperfect council’ of bishops. The term in itself is theologically contradictory and essentially represents the heresy of “conciliarism” or “synodality” in the manner of the Orthodox churches.
The idea of a body in the Church that would exercise the role of an investigating judge and pronounce judgement over the Pope, who is the visible head of the Church, contradicts the Divine constitution of the Church. In the end, this is the method employed by the Orthodox Church. This approach was the deepest root of the Great Oriental Schism in 1054 between the Greek Church and the Holy See. At the time, the Patriarch of Constantinople, along with his synod, investigated in a type of “imperfect council” charges of alleged papal heresies. 
My proposal to issue a correction to the Pope corresponds to the example of St Paul in his correction of the first Pope, St Peter, and does not represent a judgement over the Pope. There is a subtle but crucial difference between a correction — a fraternal correction — even in a public form, and the act of an investigating judge and who pronounces a verdict. 
The correction I have in mind could also be expressed by a group of bishops, but not as a formally assembled group. It would rather be a matter of collecting their individual consensus on the fact of the heresy or the semi-heresy of a pope — of compiling then their signatures and commissioning one of them to transmit the correction to the pope. This is not a judicial investigation process of the pope, but a verification of an obvious fact. In substance, such a correction would have the same meaning as did St Paul’s correction of St Peter. Yet in this case, it would be done in a collective manner by a group of cardinals or bishops, or even faithful.  
Would you say that the question is at least doubtful enough that it would be rash and gravely imprudent to attempt to depose a heretical pope?
It would contradict the Divine constitution of the Church and would on a practical level inevitably create enormous confusion, as happened during the Great Schism at the end of the 14thand the beginning of the 15thcenturies. We have to learn from history.
How important is it that an ecumenical council posthumously condemn a heretical pope? 
We already have the example of three Ecumenical Councils, which posthumously condemned Pope Honorius I. This is surely important, and the Church must stop the spread of heresies or erroneous and ambiguous teachings which a heretical, a semi-heretical or a highly negligent pope has left behind him after his death. Indeed, the Church has never tolerated for a lengthy period of time the existence and spread of heresies or doctrinal ambiguities. Likewise, a good mother will not tolerate harmful food for her children, and a good physician will not tolerate the spread of infectious diseases. Heresies and ambiguous doctrines in the life of the Church are nothing less than harmful food and infectious disease.  
You raise the issue of how an inflated concept of papal authority encouraged novelties in the Roman Liturgy? Do you think that Pius X, Pius XII and Paul VI exceeded their authority as pope in making the liturgical changes which they did? And do you think that the canon of Trent forbidding the creation of new rites binds the Pope as well as other pastors of the Church?
The way in which the constant Tradition of the Church and all the popes until the beginning of the 20thcentury behaved should be a sure indication. In fact, the Church for nineteen centuries never made drastic, inorganic or revolutionary changes to the lex orandi, i.e. the Sacred Liturgy. 
The fact that the manner of liturgical celebrations is not strictly-speaking a dogmatic or, as people say today, a pastoral issue, does not mean that a pope can therefore execute a revolutionary liturgical reform. Here, the Oriental or the Orthodox churches are an outstanding example of an extremely diligent and somewhat scrupulous approach to liturgical reforms. In my opinion, the aforementioned popes abused their power by implementing radical and inorganic liturgical reforms. The radical nature of these reforms were alien to the entire Tradition of the Church in both East and West for nineteen centuries, i.e. until the beginning of the 20thcentury.
The canons of the Council of Trent, which forbade the creation of new rites in the celebration of the sacraments, referred to such revolutionary and inorganic liturgical reform. In this sense these canons should be observed by all popes, even though they are not strictly binding for a pope. Each pope should, however, consider these canons of the Council of Trent as an appeal of the proven wisdom of the constant and sure Tradition of the Church. It would be a sign of audacity and of papal absolutism and therefore of imprudence not to follow this advice. 
There is a well-known principle dating back to the time of the Apostles and first popes which says: “Nihil innovetur, nisi quod traditum est,” i.e., “Let there be no innovation beyond what has been handed down.” It was with these words that I deliberately concluded my essay.
Diane Montagne