Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquí. Pido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Hay valores no negociables, entre ellos el derecho a la vida, desde el instante de la concepción de un niño hasta su muerte natural. Ningún partido del Parlamento Español actual defiende estos valores. Hay nuevos partidos que sí los defienden. Entre ellos está por supuesto, el Partido Familia y Vida. VOX defiende los mismos valores (eso espero) tal como se puede ver pinchando aquí.
El Partido Familia y Vida cumple esas condiciones, como puede leerse en su programa
DURACIÓN: 30 seg
El objetivo esencial de este partido es el de ofrecer la posibilidad de votar a una lista de gente que defienda los valores no negociables. Con esfuerzo, como no puede ser de otro modo, ha logrado presentar listasen solitario, listas en coalición con el partido VOX (aceptando éste nuestros principios al 100%) y listas como independientes en listas de VOX en los siguientes lugares:
- En solitario se presenta en las siguientes circunscripciones: BALEARES (Ayuntamientos de Palma de Mallorca, San Juan, Porreras y Santa María del Camino; también en el Consejo Insular de Mallorca y en el Parlamento de las Islas Baleares) y CATALUÑA (Terrassa)
- En coalición con VOX se presenta en: PAÍS VASCO (Ayuntamientos de Bilbao y Guecho, así como en las Juntas Generales de Vizcaya, circunscripciones de Bilbao y Busturia-Uribe) y CATALUÑA (Ayuntamientos de Barcelona, San Cugat del Vallés y Granollers).
- Y como independiente, en listas de VOX, se presenta en los Ayuntamienos de Madrid, Alicante, Valladolid y Jaen.
En Murcia se presenta solamente VOX. Confiamos en que VOX defenderá los mismos principios no negociables que PFyV, en todos los casos, tal como sí lo hará en los lugares en que ambos se presentan en coalición. Leyendo el programa de VOX, en principio sería aceptable votarles. Yo he contactado con VOX y me confirman que sí lo harán. Les daremos un voto de confianza porque, además, luego vienen las Elecciones Generales, que son las más importantes. Y no creo, sinceramente, que VOX esté por la labor de mentir acerca del contenido de su programa.
De momento sólo se puede elucubrar. Yo voy a fiarme y pienso votarles, a ver si consiguen algún escaño, porque ideológicamente hablando, todos los partidos que tenemos ahora en el Parlamento, representando a los españoles, son de izquierdas, en mayor o en menor grado; y en cuanto al tema del aborto son todos pro-abortistas, como ya hemos visto. Entre las tres posilidades que he barajado: abstención, voto en blanco o voto a VOX yo voy a decantarme por la última. Mi voto será para VOX.
A continuación hay dos vídeos de unos cuatro minutos de duración cada uno. Si se dispone de algún tiempo extra pienso que puede hacerse uso de él, escuchando estos vídeos. No es demasiado tiempo y están bien, a mi entender.
Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquí. Pido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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En realidad si los católicos tuviesen la información adecuada sobre lo que supone el voto a un partido pro-abortista, se lo pensarían mucho más antes de votar. Claro está que tal información les tiene que llegar de sus pastores, en particular de los Obispos e incluso (¿por qué no?) también del Papa, lo cual no ocurre.
Por las razones que sean, y que ignoro, tengo el convencimiento de que, salvo contadas excepciones, como ocurre con Monseñor Munilla y Monseñor Reig-Plá, son muy pocos los obispos (si es que hay alguno más que pueda añadirse a esta minilista, que pienso que sí) que han hablado a sus fieles con la claridad que éstos esperan. Sí lo ha hecho Monseñor Munilla, de un modo tal que no deja lugar a dudas, aunque la relación existente entre aborto y excomunión no se la he oído decir, ... ¡y eso que es el que habla con mayor claridad!. No obstante, esta noticia, aunque conocida, apenas si sale en los medios de comunicación: tan solo en algunos (y curiosamente, los de izquierda); pero, en general, la mayoría de los medios procura silenciar a aquellos pastores que digan lo que no es "políticamente correcto". Por lo visto, hay declaraciones que no le interesa al Sistema que salgan a la luz; en este caso, por motivos electorales. Monseñor Munilla así como Monseñor Reig Pláhan hablado ya en repetidas ocasiones, acerca del holocausto silencioso del aborto, aunque los medios hacen todo lo posible por silenciarlo, como se ha dicho. Sería interesante volver a leer el post segundo que escribí sobre el voto católico, para no repetir lo que allí ya dije. Pinchar aquí.
Aunque estos dos obispos digan la verdad -y el resto de obispos sabe que es así- no tienen, sin embargo, el apoyo incondicional de dichos obispos, aun cuando éstos piensen igual que él; y sepan que tiene razón, como no puede ser de otra manera, pues la doctrina de la Iglesia es muy clara, en este sentido. A veces nos encontramos con declaraciones de algunos obispos, e incluso del Presidente de la Conferencia Episcopal Española, el Cardenal Blázquez, con otro tipo de declaraciones, que no son tan contundentes, por ejemplo, las que realizó durante una entrevista concedida a Radio Nacional, en la que se le preguntó acerca de la mini-reforma de la Ley del Aborto. Dijo: “Últimamente van a introducir, y a mí me parece correcto, el que las niñas no puedan abortar sin permiso de los padres; me parece que es una forma de respeto para estas chicas y me parece bien”. Estas palabras fueron aprovechadas por Mariano Rajoy como se puede leer pinchando en este enlace. Aunque falta contundencia en estas declaraciones, es preciso decir que, después de haberse mostrado de acuerdo con lo planteado en la minirreforma, aseguró “que el aborto no es un derecho de nadie” y que así debía recogerlo la legislación vigente, apostillando al final: “Bueno, lo mejor sería que no hubiera aborto”. De todos modos no podemos callar las declaraciones que hizo en septiembre de 2014. Éstas, por su contundencia, palían, de alguna manera, lo desafortunado de otras ... y con ellas nos quedamos:
DURACIÓN: 1 MIN 57 SEG
UN NO TOTAL AL ABORTO
Un católico que leyera este blog, después de todo cuanto se ha estado hablando sobre esta cuestión, debería de tener muy claro a qué partidos no puede votar que, como sabemos, son todos los que tienen representación en el Congreso, pues al tratarse, todos ellos, de partidos pro-abortistas, el votarles supondría para el votante católico, la excomunión automática. ¡Cierto que esto sería así sólo si el votante católico es conocedor y consciente de esta relación entre aborto y excomunión! ... Esto es algo que no me lo he inventado yo. Se encuentra recogido en el Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 2272, que hace referencia al Código de Derecho Canónico punto 1398. Lo que ocurre es que nuestros pastores no nos hablan de estas cosas, como de tantas otras. ¡Y de ello tendrán que dar cuenta ante Dios, como tendremos que darla también nosotros por nuestra negligencia y el desconocimiento de nuestra fe!
Hay mucho miedo en la Jerarquía Eclesiástica, con relación al mundo (yo, al menos, eso es lo que percibo) y no tendría por qué haberlo. Los católicos tenemos, en nuestro haber, las palabras de Jesús que "nunca pasan". "¿Por qué tenéis miedo? ¿Dónde está vuestra fe?" (Mc 4, 40). Éstas fueron las palabras que Jesús les dirigió a sus discípulos cuando éstos, asustados porque la barca se hundía a causa de una gran tormenta, lo despertaron, ya que Él estaba durmiendo. Nuestra cobardía proviene de nuestra falta de fe y de confianza en el Señor. Si Él está con nosotros, no podemos tener miedo. Y si tenemos miedo es señal de que es muy débil nuestra fe, de modo que debemos de pedírsela a Jesús, con insistencia y con la seguridad de que Él nos la concederá: "Pedid y se os dará" (Mt 7,7) Con respecto al voto útil, que no nos quepa duda de que todo aquello que conduzca a una visión cristiana de la vida es lo verdaderamente útil. Y la conclusión, a la hora de votar, debería de estar bien clara: nada de votar a tal o cual partido porque "fulanico" o "menganico" me lo han dicho ... y yo quiero que estén contentos. ¿Qué me importa a mí lo que piensen "fulanico" o "menganico? Lo que Dios piensa: ¡eso es lo único que debe de importarme, porque en ello me va la vida! (la vida eterna, se entiende) ... y no lo que piensen los demás; ni siquiera lo que piense yo mismo. La verdad, siempre hay que acudir a la Verdad, que es el mismo Jesucristo; esa verdad que es la Única que nos puede hacer libres (cfr Jn 8, 32). Y la verdad, en este caso, no puede dejar lugar a dudas de ninguna clase, porque es más que evidente: Matar a un niño inocente e indefenso es un crimen gravísimo y una injusticia que clama al cielo. La vida la da Dios y sólo Él puede quitarla cuando le plazca. Quien no lo vea así, se engaña a sí mismo. El amor a la verdad, sea ésta la que fuese, es fundamental para nuestra salvación. Y es eso lo útil, lo auténticamente útil. Santa Teresa de Jesús lo expresaba de una manera "sui generis" y muy gráfica: "Aquél que se salva, sabe; y el que no, no sabe nada". Y tenía mucha razón.
DURACIÓN: 46 seg.
Una curiosidad final: ¿cómo queremos que nos recuerden las futuras generaciones? Añado aquí este video que he encontrado, muy breve y muy significativo, que trata sobre una carta que debe ser leída en el futuro y que escribe un abuelo de hoy a su nieta. Cuando la nieta la lee es ya una mujer.
Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquí. Pido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Este artículo trata sobre unas reflexiones en torno a la necesidad fundamental que tenemos, no sólo los españoles, sino todo el mundo, de respetar y aceptar la realidad natural de las cosas. Si se rechaza el Derecho natural, que es la base de todo el Derecho, entonces no tiene sentido hablar de derechos humanos; todo el Poder se centrará en el Poder ejecutivo, que es el que dictará las leyes; y decir que estamos en un estado de derecho será, sencillamente, una farsa más, a las que estamos ya tan acostumbrados.
La democracia que no respeta los derechos fundamentales y los principios innegociables queda deslegitimada y se transforma en otro tipo de tiranía, mucho peor que la de una dictadura, porque diluye su responsabilidad en el pueblo y no en una persona concreta. Quien esté en el Poder esgrimirá siempre como argumento para justificar su mala gestión o su mal proceder que fue la mayoría del pueblo quien lo colocó en el Poder para que los representara, en lugar de admitir que se ha equivocado o mejor aún, dimitir si considera, con honradez, que no es capaz de llevar adelante su proyecto y que, por lo tanto, no debe defraudar a quienes le votaron.
La libertad será otra farsa porque se aplicará la ley del embudo: libertad sólo para aquéllos que dicen amén a todas las ocurrencias del Gobierno de turno; ataque duro y opresión contra los que discrepan del pensamiento único, el llamado "políticamente correcto", que es el único que será permitido. De manera que si quitamos la separación de poderes, suprimimos el derecho natural y eliminamos la libertad de expresión, lo que queda de la llamada Democracia, cuando es así entendida, es un Estado injusto, arbitrario y, en definitiva, totalitario: sin libertad y sin justicia no puede haber paz, sino odios, resentimientos, discordias, guerras y empobrecimiento de la Nación, que es lo que ocurre en todos los totalitarismos: Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Rusia, China, etc... que, por cierto, son todos anticristianos y más aún, anticatólicos. Y si esto es así, ¿qué sentido tiene hablar del voto útil? Útil ... ¿para quién? Un voto tiene sentido cuando quien vota lo hace en conciencia. Y la conciencia de un católico le impide votar a partidos pro-abortistas. De manera que si vemos que el Sistema falla, lo que habría que hacer es cambiarlo por otro o bien, modificarlo y mejorarlo. Lo que no se puede hacer -y, sin embargo, se hace- es votar en contra de nuestra conciencia ... por un miedo muchas veces indeterminado, pero que contriibuye, ineludiblemente, a que el Sistema siga igual, es decir, igual de corrupto ... o más. La democracia, como cualquier otra forma de gobierno, si se pervierte, deja de ser válida y legítima. De manera que si se quiere mantener el Sistema democrático, porque pensamos que es el más acorde al tiempo en el que vivimos, es preciso que cambiemos la postura del avestruz, que es a la que estamos acostumbrados, por otra más valiente, que se enfrente con la realidad, y que llame a las cosas por su nombre. No pueden ponerse en tela de juicio aquellos principios que forman parte de la naturaleza humana. Si no hay acuerdo sobre esa base, que debe de ser inamovible, porque responde a la realidad de las cosas, entonces no tiene ya ningún sentido hablar de eliminar la corrupción, o hablar de derechos humanos, de diálogo, etc ... porque todo será una gran mentira y un enorme montaje: desde el momento en que el fundamento tambalea, el edificio entero se desmorona. Y no le demos más vueltas. ¿Qué es lo que queremos, en realidad? ¿Por qué tanto miedo y por qué se cede en aquellos principios, que no son políticos ni consensuables, sino propios de la naturaleza del ser humano y, por lo tanto, intocables? ¿Por qué tomar la mentira acerca de la realidad como base y fundamento para el recto funcionamiento de la sociedad? ¿A qué estamos jugando? El hombre de hoy, representado por los políticos a quienes vota, pretende, por todos los medios, burlarse de la naturaleza (aunque parezca mentira) llamando negro a lo que es blanco, blanco a lo que es negro, malo a lo que es bueno y bueno a lo que es malo ... y así con todo. Y se queda tan pancho, como si nada. Por otra parte, la sociedad no reacciona, está como adormecida, atontada. Una gran mayoría de ciudadanos, incapaces de pensar por sí mismos (éste es uno de los grandes logros de la LOGSE) deja que sean los demás quienes piensen por ellos. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquí. Pido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Dios es el autor de la vida humana. Y sólo Él puede decidir acerca de su principio y de su final. Nadie puede otorgarse a sí mismo ese poder: desde el momento de la concepción hasta el final de su vida natural, la vida es un regalo que Dios nos ha dado ... y que, por desgracia, no sabemos apreciar, ni aprovechar, como deberíamos. Dios, al crearnos, primero, y luego al darse a Sí mismo, en la Persona de su Hijo, Jesucristo, nos ha dado la posibilidad de ser contertulios y amigos suyos y, por lo tanto, de ser verdaderamente felices, ya en este mundo.
El Amor, que no busca lo suyo, sino al Amado, es lo que da sentido a la vida, a cualquier vida. Ninguna vida humana es despreciable, pues POR TODOS MURIÓ JESUCRISTO, y lo hizo por amor, porque nos quería ... y nos sigue queriendo. Y si alguien es amado por Dios es señal de que ese alguien es importante. Por eso todos somos importantes, porque a todos nos ama Dios, que nos ha dado la vida a través de nuestros padres y que se nos ha dado, Él mismo, en la Persona de su Hijo, en Jesucristo. Nadie está excluido de este amor si no quiere ser excluído. No acabamos de caer en la cuenta de la realidad del Amor que Dios nos tiene, a cada uno, de una manera personal y única. Eso es lo que nos hace importantes, pues si lo somos para Él es que, en realidad, lo somos.
Dios nos ama, y nos lo ha demostrando, dando su Vida por nosotros, para que también nosotros le demos a Él la nuestra, libremente, de modo que no tengamos ya otra voluntad que no sea la Suya. Dios no nos impone su amor, porque un amor impuesto no sería tal. La libertad es un componente esencial del amor verdadero. Por eso Dios ofrece su Amor al hombre. Y, como amor verdadero que es, requiere ser correspondido de la misma manera. Sin reciprocidad no puede darse el amor. Yo soy para tí y tú eres para mí. Esta nota de reciprocidad es igualmente esencial en el auténtico amor. Y no le importan a Dios nuestras diferencias de raza, sexo, edad, capacidades o limitaciones: somos su obra más sagrada. Y aunque herida nuestra naturaleza por el pecado de origen, Dios no nos deja solos, porque nos quiere. Lo propio y lo razonable sería vivir de continuo con espíritu de agradecimiento, primero por la vida que Dios nos ha dado, al crearnos, sacándonos de la nada; y segundo, y más importante, por la posibilidad que nos ha concedido -verdaderamente increíble- de que podamos llegar a ser verdaderamente hijos suyos, en unión con su Hijo Jesucristo, por medio del Espíritu Santo. Un cristiano, un católico -que lo es por pura gracia- si tiene conciencia de su dignidad, de su ser realmente hijo de Dios (siempre que esté unido a Jesucristo) ... valora todo, porque todo le habla de Dios. Y, en particular, valora su obra más preciada, que es el ser humano, la vida humana; y la valora en cualquiera de sus estadios vitales, desde que comienza a existir como cigoto hasta su fin natural.
La Iglesia está llamada a defender esta realidad: todos somos valiosos porque Jesús, que es Hijo de Dios, Dios Él mismo, además de ser verdadero hombre (como uno de nosotros), nos amó hasta el extremo y dio su Vida por todos para hacer posible nuestra salvación: su Amor nos hace valiosos. Y si esto es así, como lo es, ¿cómo es posible que un ser humano se atribuya la facultad de decidir acerca de la vida de otro ser humano? ¿Cómo es posible entender que el aborto se justifique y se considere, incluso, como un derecho de la mujer, cuando es un crimen execrable, cometido contra los seres humanos más inocentes que existen, cuales son los niños aún no nacidos, los "nasciturus", que -además- no pueden defenderse? ¿Cómo es posible que se defienda, de igual modo, la eutanasia?
La vida es hermosa; no hay nada que justifique la muerte de un inocente, aunque haya sido concebido como consecuencia de una violación (se le deja nacer y seguro que hay matrimonios sin hijos que están deseando adoptar uno. El niño no es culpable de esa violación. Y a la madre habría que hacerle ver que si aborta, tendrá sobre sí no sólo el sufrimiento grande de una violación que no pudo evitar, sino el sufrimiento culpable y mucho mayor de un asesinato, el de su propio hijo, que sí que pudo evitar). Tampoco el aborto está justificado porque se presuponga que el niño que va a nacer lo hará con algún tipo de deficiencia; no deja de ser humano por ello. Y desde un punto de vista psicológico, el aborto supone un terrible trauma para la mujer que ha sido mal aconsejada. Todas las clínicas abortistas tendrían que desaparecer ... pero ahí tenemos el gran negocio del aborto. Si las madres sufren trastornos psicológicos graves por haber abortado eso no les va a quitar el sueño a esta gente que les ha practicado el aborto ... y a quienes sólo les interesa percibir el dinero estipulado. De manera que, en ningún caso, absolutamente en ningún caso, el aborto tiene justificación, cuando es procurado directamente como un fin en sí mismo. El terrible problema de fondo es la pérdida de fe en Jesucristo, a quien no se conoce porque no se predica sobre Él. Si se le conociera bien, se le amaría; sus palabras llegarían a nuestro corazón; y éste se alegraría por haber encontrado al Único Amigo que es capaz de entender y comprender las aspiraciones más profundas de nuestro ser, el Único para quien somos realmente importantes, por nosotros mismos. Y Aquél que dice: "Venid a Mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, que Yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Pues mi yugo es suave y mi carga ligera" (Mt 11, 28-30). Y para finalizar oigamos lo que nos dice el profeta Jeremías, como palabra de Dios dirigida a él, y a cada uno de nosotros: "Antes de plasmarte en el seno materno, te conocí; antes de que salieras de las entrañas te consagré ..."( Jer 1, 5). Dios es el autor de la vida y nadie puede disponer de la vida de otra persona y menos aún cuando está en el seno materno. Esa persona ha recibido la vida de Dios. Y esa vida es sagrada. El que atenta contra la vida de un inocente transgrede la ley divina y es culpable. Conclusión: la única opción válida para un católico es la de votar a un partido que respete esta ley divina, sin supuestos de ningún tipo. Y si tal partido no existe, entonces abstención o voto en blanco.
Y no nos asustemos. Es cierto que el poder del mal es enorme: "El mundo entero está bajo el poder del Maligno" (1 Jn 5, 19), pero si Dios permite el mal es para poner a prueba nuestra fe, así como nuestra confianza y nuestro amor por Él: "Sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios, de los que han sido llamados según su designio" (Rom 8, 28). No estamos solos:"Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Y tenemos la seguridad de la victoria definitiva: "En el mundo tendréis tribulación; pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16, 33), pues Dios, manifestado en la Persona de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, no nos engaña. Él es la Verdad y nos dice que "el cielo y la tierra pasarán pero mis Palabras no pasarán" (Mt 24, 35) Tampoco podemos tener miedo, porque Él está con nosotros. Miedo sólo del pecado, que es lo que nos separaría del Señor ... pero de ninguna otra cosa más: "No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed -sobre todo- al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28)]
Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquí. Pido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Según los últimos datos del CIS de marzo de este mismo año hay un 71,8% de católicos en España. Bien es cierto que desde hace unos cuarenta años, el número de creyentes y practicantes va disminuyendo, debido a múltiples factores, siendo uno de ellos la ignorancia y el desconocimiento que poseen los católicos de su propia religión, una labor que los gobiernos de turno, desde la muerte de Franco, se han encargado de llevar a cabo, paulatinamente -y hoy descaradamente- a través de un sistema educativo, cada vez más deficiente ... y no sólo en el aspecto religioso.
Retomando de nuevo el tema del voto útil me pregunto qué ocurriría si los que se dicen católicos, aunque el porcentaje no fuera tan alto como el que recoge el CIS votaran en conciencia, es decir, no votaran a ningún partido pro-abortista. Tendríamos un problema, puesto que todos los partidos que, a día de hoy, nos representan en el Congreso de los Diputadosson pro-abortistas. Y, como ha hemos comentado, en repetidas ocasiones, un católico, en conciencia, no podría votar a ninguno de ellos. Entre los nuevos Partidos que se presentan, que estén claramente a favor de la vida (aborto cero) tenemos muy pocos y, además, se les silencia, como si no existieran; apenas si salen en los medios. Se pretende así que no consigan ningún escaño en el Gobierno ... en donde no habrá ninguna voz discordante, que pueda remover la conciencia al resto de partidos, puesto que todos tienen la misma ideología pro-abortista. Pero lo que importa es conocer que, aunque escasos, tenemos algunos. Yo destacaría, entre ellos, los que son un poco más conocidos, los que más suenan que serían, por eso mismo los que podrían tener alguna posibilidad de obtener algún escaño. Tales son AES y VOX y, por supuesto, el Partido Familia y Vida (hablaremos de ellos en el siguiente post). En Murcia no se presentan ni AES ni el Partido Familia y Vida, aunque éste está en coalición con VOX en varias circunscripciones de España La conclusión salta a la vista: en la Región de Murcia (al menos) un católico que vote en conciencia, sólo tiene una de estas tres opciones: (a) No votar; (b) Votar en blanco; (c) Votar a VOX. Como ya he dicho en otras entradas yo voy a optar por VOX, en estas elecciones autonómicas, aunque no me caso con ningún partido. Y siempre queda por ver cómo actuaría VOX si consiguiera algún tipo de representación parlamentaria. El programa electoral está claro, pero la experiencia nos dice que no todos los partidos cumplen luego con lo prometido, una vez que han llegado al Poder (hasta el momento, yo diría que ninguno, aunque puede que me equivoque. Mis conocimientos en política no llegan a más). Espero no equivocarme en este caso concreto. Soy consciente de que muy pocos son los que piensan de esta manera. Se dirá, y puede que con toda la razón del mundo, que ni VOX ni AES [que, en mi opinión deberían de formar coalición, dada la situación actual] tienen futuro dado que hoy, en día, son muy pocos los que piensan en católico ... de manera que lo más probable es que estos partidos obtengan pocos votos y entonces serán votos perdidos: ¡No lo son! Es más: si reflexionamos un poco, resulta que, si todos aquellos que se consideran católicos votan en conciencia (en este caso a VOX) la suma de muchos pocos, hacen un mucho. Estamos en las manos de Dios ... Él sabrá por qué consiente todo lo que está pasando. El Sistema está corrompido ... Todo eso es cierto ... ¡pero nosotros, particularmente los católicos, no tenemos por qué contribuir, con nuestra voto, a que esa corrupción se perpetúe!. Votar en conciencia. Eso es lo auténticamente útil, útil para nuestra salvación; y útil también para esta nación española que se está descomponiendo poco a poco. Y no tenemos por qué asustarnos. Dios proveerá. El problema de fondo es que estamos perdiendo la fe y la confianza en Dios, a pasos agigantados. Por eso el mundo va a la deriva. Se requiere, se hace preciso, por nuestra parte, realizar un acto de fe y de confianza en la Providencia divina, apostando por Dios, en grado heroico. Saldremos ganando, sin lugar a dudas. Pensemos, por ejemplo, en la parábola del grano de mostaza: en esta vida, todo lo que ha llegado a ser grande comenzó siendo pequeño. No debemos olvidarlo. Si la semilla sembrada es buena (y en este caso lo es) y es buena también la tierra sobre la que se siembra, lo que es de esperar, si ponemos de nuestra parte todo lo que dependa de nosotros, el fruto llegará, sin ningún género de duda, aun cuando nosotros no lo veamos. Pensemos no en nosotros, sino en nuestros hijos y, luego a luego -y sobre todo- en nuestros nietos y bisnietos. De nosotros va a depender, en gran medida (y Dios cuenta con ello) el tipo de sociedad en la que les va a tocar vivir y desarrollarse. Y, desde luego, lo mejor que les podría ocurrir es que el Cristianismo auténtico, el de siempre, volviera, de nuevo, a impregnar los corazones de todas las personas. Si Dios permite lo que está ocurriendo, Él sabrá lo que hace; sus razones tendrá, con toda seguridad. A los que, por la gracia de Dios, somos cristianos -aunque indignos- sólo nos queda vivir de fe y de esperanza, y rezar. Sufrir, sin duda alguna, pero jamás perder la alegría. Resuenan en nuestros oídos las palabras del Nuevo Testamento, que son luz para nuestra inteligencia y que hacen que nuestro corazón arda de amor y nos fortalecen en nuestra debilidad:"Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29). "Todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios, de los que han sido llamados según su designio" (Rom 8, 28), etc... No estamos solos: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Y tenemos la seguridad de la victoria definitiva: "En el mundo tendréis tribulación; pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16, 33), pues Dios, manifestado en la Persona de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, no nos engaña. Él es la Verdad y nos dice que "el cielo y la tierra pasarán pero mis Palabras no pasarán" (Mt 24, 35). ¿Qué más podemos pedir? ¿Qué nos puede preocupar? Nuestra única preocupación debe consistir en seguir los consejos de Jesús y procurar hacerlos realidad en nuestra vida. ... ¡Espabilar y no dormirnos!. "Ya es hora de que despertéis del sueño" (Rom 13, 11), nos dice el apóstol Pablo. Y Jesús: "Velad porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor" (Mt 24, 42). Las palabras de Jesús siempre son consoladoras. Y, sobre todo, son verdad: "Las palabras que os he dicho son Espíritu y Vida" (Jn 6, 63)."Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6, 68) le contestó Pedro a Jesús cuando éste preguntó a los apóstoles si también ellos querían abandonarlo.
Jesús se dirige a los apóstoles y les dice: "Vosotros ahora tenéis tristeza, pero os volveré a ver, y se alegrará vuestro corazón, y nadie podrá quitaros vuestra alegría" (Jn 16, 22). De manera que, si así están las cosas con relación al Señor, ¿de qué podemos tener miedo? Absolutamente de nada ... tan solo del pecado, pues éste nos separaría del Señor ... pero de ninguna otra cosa más: "No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed -sobre todo- al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28)]
Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquí. Pido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Votar en conciencia no puede ser un "voto perdido" sino un acto de fe en Dios. Cualquier partido, por poderoso que sea, tiene los días contados, desde el momento en que se enfrenta al Creador y pretende burlar sus leyes. Esto dice san Pablo: "No os engañéis: de Dios nadie se burla. Pues lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará" (Gal 6, 7). Y ya sabemos que quien siembra vientos, recoge tempestades.
Porque, ¿qué es, en realidad, el voto útil? Sencillamente el de aquél que vota, por miedo a lo que pueda suceder, a un determinado partido, aunque no esté de acuerdo con todo su programa. Y acude a la famosa expresión -falsa, por otra parte- de "el mal menor", con lo que "tranquiliza" así su conciencia. O aquella otra de "Virgencica, que me quede como estoy", que viene a ser lo mismo: miedo, cobardía y falta de fe en la Providencia, aunque en muchos casos es ignorancia. Y en principio no tendría por qué haber ningún problema. Éste aparece en el momento en que un determinado partido político -el que sea- se arroga una prerrogativas que no le corresponden. El sistema democrático por el que nos regimos, si de verdad estamos en un estado de derecho, no puede "meterse" a solucionar cuestiones que no le competen, cuales son las referentes a la moral, a la religión (en concreto la religión católica) e incluso al orden natural de las cosas. La misión de un Gobierno es la de procurar el bien común de sus ciudadanos y no la de adoctrinarlos en ideologías falsas y perversas, que corrompen a la juventud y a la sociedad, en general. Hay principios no negociables: no todas las cosas se pueden votar. Si yo tengo delante de mí una mesa. Y digo: Esto es una mesa, la veracidad de esta afirmación no es discutible, ni hay que someter a consenso ese juicio, porque se trata de algo evidente: "No es una mesa ... para mí". No. Es una mesa. Y punto. Y si alguien lo niega es que debe de estar loco o véte tú a saber. Pues bien, de modo análogo se puede hablar de leyes naturales que no son discutibles: la ley de la gravedad, un hombre es un hombre, una mujer es una mujer, el matrimonio es la unión de por vida entre un hombre y una mujer, la familia es la célula de la sociedad y su fin principal es la procreación, matar a una persona es un crimen (no importando que se trate de un embrión, de un feto, de un niño, un joven, un adulto o un anciano), etc. Pero la sociedad, al apartarse de Dios, se ha vuelto loca. Y niega lo evidente. Y no sólo lo niega, sino que quiere imponer esta locura a todos, por la fuerza, mediante la sutileza de cambiar las leyes sobre cuestiones que están ya zanjadas, desde siempre, porque son lo que son, conformes a la ley natural, como se acaba de decir. Esto se estudia en Derecho Natural. Ninguna ley puede contradecir las leyes naturales. Y, sin embargo, por poner algún ejemplo, se habla como de algo "normal", en los propios programas políticos, de que "las mujeres tendrán derecho al aborto" ... "de que se implantará la ideología de género en la educación, como signo de progreso que es", "asimismo se establecerá el matrimonio entre personas del mismo sexo, como una forma más de matrimonio", ..., y otras aberraciones por el estilo. Nos ceñiremos al caso del aborto.
Hablando sobre el llamado voto útil, nunca puede ser verdaderamente útil apostar por un partido pro-abortista, pues ello conlleva apostar contra Dios y, según san Pablo "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29).
Jesús mismo lo expresó con toda claridad, cuando los fariseos pretendieron engañarlo, tendiéndole una trampa. Les dijo: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" (Mc 12, 17). Si el César realiza su cometido propio, el católico, como cualquier ciudadano, tiene que colaborar con él, poniendo en ello su máximo empeño, porque es el bien común [es decir, el bien de todos y de cada uno] lo que está en juego. Perosi el César juega a ser Dios y se introduce en un terreno que no le compete, la obligación de un católico es la de desobedecerle, aun cuando en ello le fuera la vida: Así ocurrió con los primeros cristianos, que prefirieron morir antes que adorar al César y reconocer en él a un dios.
No podemos jugarnos la salvación eterna por un plato de lentejas. ¿Qué sabemos nosotros acerca de lo útil y lo inútil? Todo lo que nos acerca a Dios es útil y hermoso. Todo lo que nos aleja de Dios lleva como marca la mentira. Y los políticos -salvo escasísimas excepciones- son bastante mentirosos. Con el miedo del voto inútil o voto perdido pretenden atraer hacia sí el voto de los indecisos, engañándoles, por supuesto, como han venido haciendo hasta ahora. De manera que la utilidad auténtica consiste en votar en conciencia, conforme a los principios innegociables. No votar nunca a ningún partido que los ponga en tela de juicio. Si fueran todos, pues como he dicho en otra ocasión y he justificado: a votar en blanco (colocando el sobre dentro de la urna, sin ninguna papeleta en su interior) o bien abstenerse de votar. Y punto. Un sistema democrático que no respete la ley natural (la ley divina, en definitiva) no constituye un estado de derecho, por más que se diga otra cosa. Si se niega el Derecho Natural, que es el fundamento de todo derecho, se están negando, en realidad, todos los derechos humanos. Propiamente hablando, un sistema así no es legítimo. La legitimidad viene dada por el respeto y el cumplimiento de la ley; y toda ley humana que se oponga a la ley natural y a la ley divina, en tanto en cuanto eso sea así, deja de ser ley y deja de ser vinculante. Afortunadamente, por los pelos, aún nos queda algún partido aquí en Murcia, al que podamos votar, pues su programa es conforme a esos principios no negociables. Hablaremos de ello en otro post. De momento quiero hacer algunas reflexiones acerca de la importancia del voto católico en estas elecciones, aunque sólo algunos, muy pocos, lean este blog. El hilo conductor de todas ellas hace referencia, básicamente, a la realidad de nuestra condición de criaturas, una realidad que no queremos reconocer, situándonos así en la mentira; lo que se traduce en la soberbia y la ambición por ser dioses nosotros. No es la verdad ni la realidad la que va a regir el mundo sino el pensamiento o el sentimiento de los hombres, que son quienes deciden acerca de "todo". Esto tiene mucha más importancia de lo que parece.
Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquí. Pido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Me he sentado y me he puesto a reflexionar un poquito acerca de la situación que nos espera. Y, mal que me pese, no puedo evitar "echar la culpa", en gran parte, a la mayoría de la Jerarquía de la Iglesia Católica (incluyendo también al propio papa Francisco). El razonamiento que he seguido para llegar a esta conclusión lo he desglosado en puntos. Y es el que sigue:
1. Todos los miembros de la Jerarquía Eclesiástica (desde el Papa hasta los sacerdotes) tienen la obligación de conocer el Código de Derecho Canónico (CIC)
2 No sólo es obligatorio el conocimiento del CIC por parte de la Jerarquía sino también lo es el dar a conocer a los fieles aquel o aquellos puntos concretos que pudieran afectarles, de modo directo, para el bien de sus almas. (Sin embargo, no se dice, como tantas otras cosas que son obligatorias y que tampoco se dicen. No entro aquí en detalles)
3. Así en el caso particularmente importante del aborto, los pastores tienen la grave obligación de dar a conocer a sus fieles el punto 1398 del CIC, en donde se habla expresamente de excomunión "latae sententiae" [o sea, automática] para aquellos católicos que apoyen con su voto a partidos pro-abortistas [Punto 1398: Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae] Tienen obligación grave de advertirlo, pero no lo hacen y cometen, por lo tanto, un pecado por dejadez y abandono de sus funciones, del cual tendrán que dar cuentas ante Dios; en esto, como en tantas otras cosas en las que, por las razones que sean, callan.
4. Si un católico vota al PP o a Ciudadanos, por ejemplo, que son también partidos pro-abortistas ... pero no conoce que, haciendo tal cosa incurre en excomunión, de modo automático, ... , ciertamente no se puede decir, en principio, que cometa pecado, por ello. Lo que pasa es que hoy en día hay posibilidades suficientes de información para que todo católico sepa estas cosas, aunque no las digan los Obispos. Y siempre hay algún Obispo que sí dice algo ... En todo caso, no estamos aquí para juzgar a nadie, ni siquiera a nosotros mismos. Dios es el Único que lo conoce todo. Y sólo ante Él tenemos que responder, tanto los Pastores como los fieles.
5. Dada la situación que hay en España, en donde casi todos los "católicos" aún creen que el PP y Ciudadanos son de orientación católica, sería obligación de sacerdotes y de obispos definirse claramente, a través de las homilías y de los medios de comunicación, para sacar del engaño a los que así piensan y para advertirles que, de votar a esos partidos, incurren en excomunión, "latae sententiae", indicándoles el sentido de esas palabras.
6. Si un sacerdote o un obispo actúa de ese modo será criticado y saldrá en la prensa, con toda seguridad ... Bueno, ¿y qué? Mejor incluso, pues así se daría a conocer esta realidad a los católicos y les ayudaría muchísimo a clarificar sus conciencias. A través de la tele, la prensa, Internet, redes sociales, etc..., este mensaje llegaría a muchas más personas, que son legos en la materia y, de este modo, habría al menos, una razón para que un católico se lo pensara bien antes de emitir su voto. El ambiente pagano y anticristiano no favorece que los sacerdotes y obispos hagan su labor y se les va a acusar de hacer política ... ¡lo cierto es que son los políticos quienes se han metido en cuestiones morales y religiosas que no les competen! ... pero así están hoy las cosas.
7. Aunque sobre este punto ya he dicho algo antesreproduzco aquí de nuevo parte de una entrevista que hicieron a Monseñor Munilla en el diario El Prisma, en relación al voto de los católicos.
El Prisma: Hace poco escribió una carta en la que decía que no había ningún partido político en el arco parlamentario que un católico pudiera votar en conciencia
Munilla: Esto nos lleva al debate entre practicismo y conciencia. Algunos dirán: «es que si voto en conciencia mi voto no es práctico». Yo creo que entre practicismo y voto en conciencia está claro hacia dónde nos tenemos que inclinar: hacia el voto en conciencia. Que sea o no práctico es una cuestión secundaria. Uno de los problemas ha sido el pensar que el ejercicio del voto político es un ejercicio de posibilismo practicista y eso nos ha llevado donde estamos y hacia dónde vamos.
El Prisma: ¿Se reafirma entonces en que no hay, a día de hoy, en España ningún partido político que un católico pueda votar en conciencia?
Munilla: Me reafirmo. No lo hay. Por lo tanto, si un católico ha de votar a un partido minoritario cuyo voto posiblemente no sea práctico a nivel de mayorías, que no sea un «voto útil» es secundario. 8. El católico debe de tener en cuenta de que, aunque pocos, todavía queda algún partido que no sea pro-abortista. Es cuestión de buscar bien. En Murcia, el único que yo he encontrado que sea ABORTO CERO, como he dicho en varias ocasiones, es VOX ... y aun así, tengo que hacer un acto de fe, pues si el programa que dicen que llevarán a la práctica, refrendado por partido Familia y Vida, con el que están en Coalición; digo, si ese programa lo cumplen, pues no habría problema. Me reafirmo en que, hoy por hoy, es el único partido (en Murcia, insisto) que no es pro-abortista (al menos, hasta ahí es dónde llego, después de todas las pesquisas que llevo haciendo durante algún tiempo en este blog y de haberme informado lo mejor que sé). Si hay algún otro partido, que sea igualmente "aborto cero" que me perdone por no haberlo citado, pero es que lo desconozco. AES lo es, con total seguridad, pero vuelvo a insistir en que AES no se presenta por Murcia. Lo hará en las Generales ... Yo pienso (ojalá no me equivoque) que si el voto católico se decantara por VOX nos encontraríamos con alguna sorpresa agradable, en el sentido de tener alguna representación en el Gobierno. 9. La Jerarquía eclesiástica tiene una gran responsabilidad en este sentido. Al callar y no dar la voz de alerta a los católicos sobre la importancia y la trascendencia de su voto, son cómplices, aunque sea de modo indirecto, de que miles de votos de católicos vayan a parar a partidos pro-abortistas. Algunos obispos sí han alertado de ello como Monseñor Munilla y Monseñor Reig Plá. Puede que haya algún otro aunque no me consta.No deberían de tener miedo pues es lo propio de un cristiano tener el mundo en contra; esto autentifica su mensaje: "El que desee ser amigo de este mundo se hace enemigo de Dios" (Sant 4, 4). ¿Qué cosa más natural que manifestarse como lo que uno es, sin ningún tipo de complejos? Los antiguos cristianos tenían muy claro algo que sigue siendo cierto también hoy, y es que "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29). 10. En resumidas cuentas: la Iglesia Católica no le dice a la gente por quién votar. Pero sí tiene el deber y la responsabiliad de informar a los católicos y al público en general acerca de los criterios morales que deben guiar el acto de votar. En la actual coyuntura histórica y debido a los valores inmutables que constituyen, los criterios morales esenciales son la defensa de la vida humana inocente ante el aborto en todas sus formas y la eutanasia, la defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, y la defensa de la libertad religiosa [bien entendida] y de conciencia.
Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquí. Pido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Esta entrada es simplemente un vídeo del director de Hispanidad, Eulogio López, que salió a la luz el 19 de febrero del 2014, a raíz de las ideas que sobre el aborto habían lanzado Mariano Rajoy y Pérez Rubalcaba. En esencia, ambos partidos piensan lo mismo.