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martes, 31 de diciembre de 2013

Se puede disentir del Papa...y ser un buen católico (3 de 3) [José Martí]



Dicho lo cual, pasemos ya a responder a la pregunta que es objeto de este artículo: ¿Se puede, entonces, disentir del Papa y llamarse y ser un buen católico?  Depende. Esto sería posible tan solo si se hiciese con relación a "algunas" expresiones del Santo Padre, aquellas que no estuviesen en conformidad con el sentir de la Iglesia de veinte siglos. Pues nadie, y el Papa menos que nadie, puede anunciar un mensaje distinto del que nos legó Jesucristo, mensaje recogido en la Sagrada Escritura y en la Tradición de veinte siglos de Historia de la Iglesia y refrendado por los veinte Concilios anteriores al Concilio Vaticano II. Aun siendo una potestad suprema, el Papa no puede variar la Constitución que para la Iglesia ha querido Cristo. Un Papa que cayera en herejía pertinaz sería privado de su oficio de Papa (el tema de la posibilidad de un Papa hereje será tratado, tal vez, en un artículo posterior). 

Un ejemplo lo tenemos en el Papa Juan XXII, el más importante de los Papas de Aviñón. Este Papa canonizó a Sto Tomás de Aquino, en 1323,  y para ello leyó y anotó personalmente la Summa. Pero enseñó, a título privado, que las almas de los justos no ven a Dios hasta el día del Juicio final, ni los condenados van al infierno hasta el fin del mundo... Sin embargo, sometió su opinión al juicio de la Iglesia y se retractó la víspera de su muerte, ocurrida el 4 de diciembre de 1334 (GER). 


Los Dogmas pasan a formar parte de la Tradición de la Iglesia (del Depósito). Un papa no puede contradecir lo que ha dicho otro Papa en materias de fe y de costumbres. Un Concilio no puede rebatir lo dicho por otro Concilio anterior. Al menos nunca se había dado este caso, a excepción de algunas cosas del Vaticano II (que por otra parte se auto-definió como Concilio Pastoral que no pretendía revisar lo dicho anteriormente por la Iglesia, según las propias palabras de Juan XXIII en la sesión de apertura). También de este asunto me gustaría hablar en otro post.



Debemos, pues, fidelidad al Papado, pero no a todo lo que diga un Papa, y menos aún si lo que dice es de modo improvisado o en entrevistas. El Papa no es Jesucristo y puede equivocarse. Nadie puede juzgarlo, pues él es la autoridad suprema en la Iglesia; pero puede errar cuando no habla "ex cathedra". Y nuestro mejor modo de honrarlo puede ser, a veces, "desobedecerlo", si somos buenos hijos de la Iglesia y amamos la verdad por encima de todo.


Es sólo el amor a la verdad el que nos debe llevar a los católicos a disentir de "aquellas expresiones" del Papa que sean "de este mundo" y que no se correspondan con el Espíritu del Evangelio y con lo que ha sido enseñado por la Iglesia de siempre. En la oración sacerdotal, Jesús rogaba a su Padre por sus discípulos: "Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los aborreció porque no eran del mundo, como Yo no soy del mundo. No te pido que los saques del mundo sino que los guardes del Maligno" (Jn 17, 14-15). En sentido bíblico cuando se habla del mundo se refiere a todo aquello que se opone a Dios. Por eso Dios y el mundo, así entendido, son incompatibles. 

Las palabras que dijo Jesús: "¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!" (Lc 6,26) son preocupantes, así como aquellas otras: "Ellos son del mundo: por eso hablan cosas mundanas, y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha; quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el Espíritu de la verdad y el espíritu del error" (1 Jn 4,5-6). 


Por eso cuando leo noticias como ésta:


(23 diciembre, 2013). La revista LGBT The Advocate ha elegido como “Persona del Año” al Papa Francisco, con una portada tan llamativa como la que viene arriba. En su mejilla lleva escrito “NO H8″, una referencia a la proposición legislativa popular en el estado de California para definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Esto será obra del photoshop, pero lo que es real es la frase entrecomillada: “si alguien es gay y busca al Señor con buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarle?” En su página web, The Advocate explica el porqué ha elegido a Francisco como Persona del Año. Reconocen que el Papa “aún no es pro-gay“, pero señalan que se distingue de la “línea dura” de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Recuerdan que cuando era cardenal de Buenos Aires, se manifestó a favor de las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Pero lo que más les entusiasma es la actitud nueva frente a los homosexuales de Francisco. Citan sus entrevistas recientes, en las que habla de la “acogida” que la Iglesia debe dar a los homosexuales. Dicen que los homosexuales que quedan en la Iglesia pueden tener mucha esperanza de que con este Papa las cosas cambien. Terminan diciendo que los católicos que aún “desprecian a los gays” [traducción: los que aún se atreven a predicar la Palabra de Dios respecto a las aberraciones que éstos practican], “ya no pueden alegar que sus afirmaciones representan la opinión del Papa.”


O esta otra:



WASHINGTON, 24 de diciembre (UPI) - Según una encuesta de la CNN / ORC publicada el martes pasado, alrededor del 88% de los norteamericanos consideran que Papa Francisco está desempeñando bien su función.
El director de encuestas de CNN, Keating Holland, añadió que casi las tres cuartas partes de los católicos estadounidenses ven al pontífice favorablemente, lo que hace de él la figura religiosa mejor considerada por el público de los EE.UU. en la actualidad.
...Y muchísimas de este tipo..., pienso que es como para estar preocupado, cuando menos: si tu enemigo habla bien de tí, lo sensato y lo prudente es pensar que algo se está haciendo mal. Porque, además, aquí se trata de hechos, independientemente de la mayor o menor objetividad de los comentarios que hagan los medios

Por supuesto (¡faltaría más!) que el Papa dice cosas muy buenas y en conformidad con la doctrina de la Iglesia, como no podría ser de otra manera, "pero" hay otras que, en el mejor de los casos, están produciendo hoy mucha confusión entre los fieles católicos, sobre todo en aquellos que se toman en serio su relación con Dios, conforme al sentir de la Iglesia de veinte siglos. Y eso no tendría por qué ocurrir. Algo está fallando. Algo muy grave está sucediendo.


En fin, no quiero hacerme más cansado porque, si Dios quiere, van a ser bastantes los artículos que, de un modo u otro, tratarán acerca de ciertos gestos o expresiones que el Papa Francisco realiza, dice o escribe. Sea como fuere, debe quedar muy claro que si un cristiano (sea quien fuese, aun cuando se tratase del mismísimo Papa) actúa "como el mundo" deja de ser de Cristo: "Quien no está conmigo, está contra Mí; y quien no recoge conmigo, desparrama" (Jn 14,23). Por lo tanto, y sólo si tal cosa ocurriera en el caso del Papa, y sólo entonces, la cuestión ya no sería si se puede disentir de lo que el Papa dice ... y continuar siendo un buen católico sino que (en mi opinión) tendría, incluso, la obligación de hacerlo, por el bien de la Iglesia y, en última instancia, por el bien del propio Papa. 

lunes, 30 de diciembre de 2013

Se puede disentir del Papa...y ser un buen católico (2 de 3) [José Martí]


El caso más claro lo tenemos en el primer anuncio que hizo Jesús a sus discípulos sobre su Pasión: "Empezó a enseñarles que el Hijo del hombre debía padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, por los príncipes de los sacerdotes y por los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Y hablaba de esto con toda claridad. Pedro, entonces, tomándole aparte se puso a reprenderle(Mc 8, 31-32) [según San Mateo, diciéndole:  'Lejos de tí, Señor! ¡No te sucederá eso!' (Mt 16,22)]  "Pero Él vuelto hacia sus discípulos y mirándolos, reprendió a Pedro y le dijo: 'Apártate de mí, Satanás, que no sientes las cosas que son de Dios sino las de los hombres' " (Mc 8,33) [La expresión de San Mateo es, a mi entender, todavía más fuerte: "¡Apártate de mí, Satanás!, pues eres para mí motivo de escándalo, porque no gustas las cosas de Dios, sino las de los hombres" (Mt 16,23).



La razón de esta reprensión tan fuerte de Jesús hacia Pedro por lo que le dijo es que (aunque Pedro lo hiciera de buena fe, pensando que eso era lo mejor para Él) estaba interfiriendo en los planes de su Padre con relación a Él. Las palabras de Pedro fueron una auténtica tentación de Satanás para Jesús: ¡rechazar el sufrimiento, cuando éste era el único camino para redimir al hombre, si éste aceptaba la Redención y se arrepentía de sus pecados! ¡Eso era rechazar el Amor, pues no hay amor mayor que el de dar uno la vida por sus amigos! ¡Eso era rechazar a su Padrerechazar la misión que se le había encomendado y emplear su Poder en favor de Sí mismo! ¡Eso no podía consentirlo de ninguna de las maneras! De ahí la respuesta tan fuerte que le dirigió a Pedro, en presencia de todos sus discípulos. 

Esa misma tentación fue la que le asaltó en el huerto de los olivos, en donde llegó a sudar gruesas gotas de sangre, pero que venció, sometiéndose en totalidad a la voluntad de su Padre: "Si es posible que pase de Mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya" (Lc 22,42). Tremendo misterio éste del Amor divino-humano, del auténtico amor, que siempre va unido a la cruz

Muriendo, Jesús venció el pecado, al dar su vida. El máximo odio y perversidad del pecado, "misterio de iniquidad" (2 Tes 2,7) fue vencido con el máximo amor. Pero, ¡atención a las palabras de Jesús: no olvidemos que Jesús, además de ser verdadero hombre, es igualmente verdadero Dios!: Mi Vida "nadie me la quita  sino que Yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para volver a tomarla. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre" (Jn 10,18). Y así fue, tal como Él mismo lo había profetizado: con su Resurrección venció también a la muerte.De ahí que exclamara San Pablo: "¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?" (1 Cor 15,55) Preguntas a las que él mismo contesta: "La muerte ha sido absorbido en la victoria", gracias a la Resurrección de Jesucristo (1 Cor 15,54) y la causa de la muerte, "el aguijón de la muerte, que es el pecado"(1 Cor 15,56), ha sido vencido por la muerte de Jesucristo en la Cruz (por amor a nosotros)


El pecado, causa de todos los males que afectan a la humanidad, ha sido vencido por Jesucristo. También nosotros ahora (¡que no antes!) podremos vencerlo si estamos unidos a Él por el Amor, amor que nos llevará a darle nuestra vida al Señor, poco a poco (día a día, minuto a minuto, segundo a segundo) hasta dársela por completo cuando nos llegue el momento de la muerte, que será entonces una muerte gloriosa, como lo fue la de nuestro Maestro: "Preciosa es, a los ojos del Señor, la muerte de sus fieles" (Sal 116,15)




Y venceremos también a la muerte, pues resucitaremos con Él, pero para ello tenemos que vivir conforme a sus palabras pues "si con Él morimos, también con Él viviremos" (2 Tim 2, 11). Recordemos: "Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere produce mucho fruto" (Jn 10,24). Éste es el sentido de la vida cristiana; que podamos decir, con san Pablo: "Estoy crucificado con Cristo, y vivo, pero no Yo, sino que es Cristo quien vive en mí" (Gal 2,20). Así es: aunque debemos estar muy atentos y vigilar en todo momento pues es igualmente cierto que "si lo negamos, Él también nos negará a nosotros" (2 Tim 2,12). La salvación no es automática. Dios no nos salvará si nosotros no deseamos ser salvados. Si no queremos saber nada con Él, Jesús no nos va a obligar a que lo queramos, porque el amor es libre o no es amor. Esta idea debemos de tenerla siempre muy presente, en nuestra mente y en nuestro corazón, pues en ello nos va la Vida Eterna.

(Continuará)

domingo, 29 de diciembre de 2013

Se puede disentir del Papa...y ser un buen católico (1 de 3) [José Martí]



Tomando como base la idea del discernimiento en la que el Papa Francisco hace tanto hincapié, y razonando acerca de a qué discernimiento se refiere, entiendo que el mejor modo de encontrar una respuesta segura, sin posibilidad de error, es el de acudir, como siempre, a las Sagradas Escrituras. En ellas se encuentran todos los problemas que asedian a los hombres de todos los tiempos y lugares, así como la solución a los mismos. 

Conviene traer a la memoria la respuesta que dieron San Pedro y los Apóstoles al Sumo Sacerdote, cuando fueron reprendidos por haber desobedecido sus órdenes, pues continuaban enseñando en el nombre de Jesús: "Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5,29). Aunque quienes les reprendieron eran hombres consagrados a Dios (nada menos que el Sumo Sacerdote y el Sanedrín en pleno), sin embargo los Apóstoles no los obedecieron. ¿Por qué? Pues porque no procedían conforme a la voluntad de Dios, manifestada en Jesús, a quien mataron, colgándole de un madero; y a quien Dios exaltó como Salvador para conceder a Israel la conversión y el perdón de sus pecados. (Hech 5, 30-31). Es más: cuando después de azotarlos los soltaron, ordenándoles que no hablaran más en el nombre de Jesús, "ellos se retiraron gozosos de la presencia del Sanedrín, por haber sido dignos de sufrir ultrajes a causa de su Nombrey todos los días, en el Templo y en las casas, no cesaban de enseñar y anunciar a Cristo Jesús" (Hech 5, 40-42)



Esto nos da ya una referencia de cómo debemos actuar si nos encontramos con alguna situación parecida. Por otra parte, la contundencia de San Pablo nos viene como anillo al dedo, cuando les escribe a los romanos"No os acomodéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, DE MODO QUE PODÁIS DISCERNIR CUÁL ES LA VOLUNTAD DE DIOS; esto es, lo bueno, lo agradable, lo perfecto" (Rom 12,2). Y por si no fuera todavía suficiente, recalca esta misma idea a los corintios:  "Pedimos a Dios...que obréis el bien, aun cuando nosotros fuéramos dignos de reprobación" (2 Cor 13, 7) a los gálatas: "aunque nosotros o un ángel del Cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!" (Gal 1,8). Se podrían citar muchos más textos en este mismo sentido.



Prueba de ello nos la da el mismo apóstol Pablo que no tuvo más remedio que reprender al propio Pedro: "Cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté a él cara a cara, porque era digno de reprensión" (Gal 2,11). Y prosigue más adelante: "Cuando vi que no procedían con rectitud, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas, en presencia de todos'Si tú, que eres judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿cómo obligas a los gentiles a vivir como judíos?' (Gal 2,14).

Pues bien: Dada, por una parte, la actual situación de crisis de fe que hoy existe (a nivel mundial), posiblemente la mayor crisis que haya tenido lugar en la Historia de la Iglesia, una falta de fe que afecta también a algunos miembros de la Jerarquía de la propia Iglesia Católica. Y, teniendo a la vista -y grabadas en el corazón y en la mente- todo lo dicho más arriba; concretamente las palabras de la Sagrada Escritura (que son palabra de Dios), con la ayuda de Dios que sé que no me va a faltar, me atrevo a disentir de "algunas" de las expresiones que han salido de la boca del Papa actual y pienso, incluso, que es una obligación el hacerlo así, pues, como sigue diciendo San Pablo, "no podemos nada contra la verdad, sino en favor de la verdad" (2 Cor 13,8) 

(Continuará)

lunes, 23 de diciembre de 2013

¿Mundanidad espiritual? (José Martí)

Dando por hecho mi respeto y obediencia al Santo Padre, haciendo uso de mi recta razón y del discernimiento, que es tan necesario, y recomendado por él mismo, digo que no puedo entender cómo es posible que el Papa, representante de Cristo en la Tierra, esté lanzando casi continuamente críticas contra aquellos cristianos que intentan ser fieles a la Tradición y a la Verdad Revelada, realizando, a mi entender, juicios temerarios sobre ellos. Se me escapa, porque no es ya sólo en algunas homilías, sino incluso en su propia exhortación apostólica Evangelii Gaudium (puntos 93 a 97), de título "No a la mundanidad espiritual", y de la cual transcribo algunas frases, que luego comento:

93. La mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal. Es lo que el Señor reprochaba a los fariseos: "¿Cómo es posible que creáis, vosotros, que os glorificáis unos a otros, y no os preocupáis por la gloria que sólo viene de Dios?" (Jn 5,44).Es un modo sutil de buscar "sus propios intereses y no los de Cristo Jesús" (Fil 2,21) ... Por fuera todo parece correcto pero, si invadiera la Iglesia, 'sería infinitamente más desastrosa que cualquiera otra mundanidad simplemente moral' [esta cita es de H. de Lubac].

94. Esta mundanidad puede alimentarse especialmente de dos maneras profundamente emparentadas... La otra [la segunda] es el neopelagianismo autorreferencial y prometeico de quienes en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasadoEs una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar.

95... Ya no hay fervor evangélico, sino el disfrute espurio de una autocomplacencia egocéntrica.

97...Es una tremenda corrupción con apariencia de bien. Hay que evitarla...¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!



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Sinceramente, debo decir que no comprendo el significado de todas estas palabras; primero porque algunas son de difícil inteligencia y, por otra parte, no sé, en realidad, a quién (o a quienes) se dirigen. Pero, si como parece, van dirigidas a aquellos que se mantienen fieles a la Tradición y a la Iglesia Católica, entonces lo entiendo menos:

¿Neopelagianismo cuando ponemos nuestra confianza completamente en Dios


¿Autorreferencial cuando adoramos a Dios


¿Prometeico, como si tuviéramos la exclusiva de poseer a Dios, siendo así que nos inclinamos humildemente ante Él y le pedimos por todos los hombres, empezando por nosotros mismos? (suponiendo que ése sea el significado de la palabra prometeico, pues esta palabra no aparece en el DRAE)


¿Es malo cumplir determinadas normas  si lo hacemos teniendo en cuenta lo que decía Jesús: "Si me amáis guardaréis mis mandamientos" (Jn 14,15)? ¿O es que se da por supuesto que se trata de normas que no se cumplen por amor sino de modo farisaico?


¿Sentirnos superiores a los demás, autocomplacencia egocéntrica, disfrute espurio, apariencia de religiosidad y de amor a la Iglesia, tildados de fariseos, corruptos con apariencia de bien, modo sutil de buscar los propios intereses...? 


Pero "¿qué hombre conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?" (1 Cor 2,11). Decía Jesús: "No juzguéis y no seréis juzgadosNo condenéis y no seréis condenados" (Lc 6,37). 


¿Mundanidad, cuando precisamente nos separamos del mundo,  para estar con el Señor haciendo oración junto al Sagrario, donde Él se encuentra real y verdaderamente?


¿Que no evangelizamos cuando estamos junto al Señor y es de ahí de donde sacamos fuerzas para vivir como cristianos en un mundo pagano y que odia a Dios? ¿Acaso no es Santa Teresita de Lisieux patrona de las misiones siendo, como era, monja de clausura que no salió de su convento?


¿Estilo católico propio del pasado? ¿Qué quiere decir esto? El único estilo católico posible es el de parecerse a Jesús y amarlo con todas nuestras fuerzas y con toda nuestra vida. "Para mí la vida es Cristo" (Fil 1,21) decía San Pablo. Este es el estilo de un cristiano de toda la vida. Aquí no se puede hablar de "pasado", porque "Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo será siempre" (Heb 13,8). 




¿Supuesta seguridad doctrinal? No, no es supuesta, es real y es total; y debe serlo, porque "sin fe es imposible agradar a Dios, pues es preciso que quien se acerca a Dios crea que existe y que es remunerador de los que le buscan" (Heb 11,6). ¿Cómo no vamos a estar seguros del amor que Dios nos tiene y que se ha manifestado enviando a su Hijo, por amor a nosotros y para remisión de nuestros pecados? San Pablo lo tenía muy claro: "Sufro, pero no me avergüenzo, porque sé muy bien de quien me he fiado"  (2 Tim 1,12) Y aún decía más a su discípulo Timoteo: "Tú permanece firme en lo que has aprendido y creído, ya que sabes de quiénes lo aprendiste, y porque desde niño conoces la Sagrada Escritura, que puede darte la sabiduría que conduce a la salvaciónpor medio de la fe en Cristo Jesús" (2 Tim 3,14-15). Y San Pedro: "Debéis saber que ninguna profecía de la Escritura depende de la interpretación privada, porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que, impulsados por el Espíritu Santo, aquellos hombres hablaron de parte de Dios" (2 Pet 1,20-21). Los textos son innumerables. Nuestra seguridad procede de Dios, no de nosotros mismos; y es, además, pura gracia suya si es que la tenemos, y de lo que debemos estar inmensamente agradecidos.


Todo el Evangelio respira de esta seguridad. De no ser así, ¿cómo habría nadie que diera su vida por algo de lo que no está seguro? ¿Acaso no tenemos el testimonio de los mártires como demostración palpable de que esto es así? San Juan estaba muy seguro, con una seguridad y una confianza total en Jesucristo, seguridad que es propia del verdadero amor, del amor que se le tiene porque primeramente Él nos ha amado: "Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Si alguien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es Amor, y el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él" (1 Jn 4, 14-16).


¿Cómo no vamos a estar seguros de la Palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura, cuyo autor es el Espíritu Santo? [por supuesto, siempre interpretada correctamente a la luz del Magisterio de la Iglesia]. De manera que, en realidad, no tenemos por qué preocuparnos, aunque suframos. Sabemos que "las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia" (Mt 16,18). Y siempre nos quedan estas consoladoras palabras de Jesús: "Os he dicho esto para que tengáis paz en Mí. En el mundo tendréis sufrimientos. Pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16,33)
José Martí

sábado, 21 de diciembre de 2013

¿Reforma de la ley del aborto?

Incluyo aquí el contenido de un artículo de Infocatólica, publicado por su director Luis Fernando Pérez Bustamante. Hace unas reflexiones que considero que son particularmente valiosas y objetivas. 

Una ley abortista menos mala que la actual pero absolutamente insuficiente

A las 4:53 PM, por Luis Fernando
Categorías : Cultura de la muerteActualidadPro-vidaSociedad siglo XXI
Tras dos años en el gobierno por fin ha llegado elnuevo proyecto de ley del aborto. Por mucho que el gobierno lo defina como “Ley orgánica de protección de la vida del concebido y los derechos de la mujer embarazada“, la realidad es que en la práctica la vida del concebido queda tan desprotegida como antes.
Voy a señalar los puntos que creo positivos de la nueva ley, y de paso de las explicaciones de Ruiz Gallardón, y luego señalaré los negativos:

1- El aborto vuelve a ser un delito. Despenalizado en casos concretos, pero delito. Deja por tanto de ser un derecho. No es este un tema menor. Si el aborto es un derecho de la mujer embarazada, la vida del concebido no tiene derecho alguno y no es protegida de ninguna manera.
2- Los informes sobre el peligro de la salud física o psíquica de la madre deberán ser realizados por dos médicos que no trabajen en el centro sanitario donde se realiza el aborto. Y por especialistas en la enfermedad que sufra la mujer. Es decir, un traumatólogo no podrá acreditar que la vida de la madre corre peligro por padecer cáncer de pulmón. Y un cardiólogo no podrá acreditar que hay peligro para la salud psíquica de la madre. Ahora bien, aunque esto está muy bien en la teoría, ya verán ustedes como en la práctica no va servir de nada. Lo desarrollo después.
3- En caso de que el feto o embrión sufran una enfermedad, solo se podrá apelar como causa para abortar que dicha enfermedad sea incompatible con la vida fuera del seno materno. Es decir,si la criatura viene con síndrome de Down u otra circunstancia que no impide que viva, no se podrá usar dicha circunstancia como justificación para matarle antes de nacer.
4- Se regula la objeción de conciencia. No sé como estaba con la ley de 1985, pero parece ser que con la nueva legislación el derecho a objetar va a ser real y efectivo en todo momento. Se indica que el personal sanitario debe avisar que no participará en abortos para poder organizar las cosas en los hospitales públicos, pero incluso aunque no haya avisado previamente, podrá negarse a participar en un aborto.
5- Las menores de edad no podrán abortar sin el consentimiento de sus padres o tutores legales.
Puntos negativos:
1- El derecho a la vida del no nacido no es absoluto. Y por tanto, no se puede hablar de un derecho real a la vida. Con la ley anterior teníamos casi cien mil abortos al año. Eso no va a cambiar.
2- La mujer deja de recibir reproche penal. Ni siquiera tendrá que pagar una multa por abortar ilegalmente. El gobierno dice que la mujer que aborta siempre es una víctima. La realidad es queel único que siempre es una víctima es el ser humano no nacido al que se le quita la vida. Y quien toma la iniciativa de matarle es la mujer. Se entiende que en muchas ocasiones la madre es también víctima, debido a las circunstancias. Pero, pocas o muchas, lo cierto es que hay mujeres que abortan simplemente porque no quieren ser madres en ese momento de sus vidas. Así, sin más.
3- Se mantiene el coladero de la enfermedad psíquica de la madre. Esto quiere decir que si una mujer está deprimida por el embarazo, puede abortar. Por ese coladero se van a colar los mismos cien mil abortos que se practican hoy cada año en España. El hecho de que la enfermedad psíquica haya de ser confirmada por médicos que no trabajen en las clínicas abortistas donde se va a realizar el aborto puede “solucionarse” de una forma bien simple. Los médicos de una clínica firmarán los informes de los abortos que se practicarán en otra. Es decir, lo único que tendrá que hacer una mujer que quiere abortar es ir primero a un abortorio donde un médico le dé el informe y con el mismo en la mano se irá a otro abortorio a abortar.
De hecho, aunque pueda parecer que la nueva ley impide abortar a los niños que vienen con enfermedades no incompatible con la vida, como es el caso del síndrome de Down, bastará con que la madre diga que la enfermedad de su hijo le produce un daño psíquico para poder abortar. En ese sentido, aunque Gallardón ha quedado muy “digno” diciendo que “no hay embriones de primera y embriones de segunda“, la realidad es que eso es solo cierto en el sentido de que se puede abortar igual a unos embriones que otros. Basta con que la madre se plante ante un psiquiatra y le diga que llevar adelante su embarazo le supone una carga insoportable.
Estamos pues ante una ley que aunque pretenda defender el derecho a la vida, no defiende nada. El dicho “hecha la ley, hecha la trampa” lo tenemos delante de nuestros ojos con la misma fuerza que durante la ley de 1985.
A Gallardón le han preguntado si el gobierno retiraría este proyecto de ley en caso de que el Constitucional avalara con una nueva sentencia la legislación actual. Y ha dicho que no. Que creen que esta ley refleja mejor la concepción que tienen del derecho a la vida. Eso marca una diferencia con respecto a la ley del matrimonio homosexual, que el gobierno mantuvo tras la sentencia del TC. En todo caso, una sentencia contraria a la ley todavía vigente vendría muy bien para evitar que un próximo gobierno del PSOE quisiera volver a convertir el aborto en un derecho.
¿Es esta la ley que un provida puede aplaudir y apoyar? Sin la menor duda, no. ¿Es esta la ley que un católico practicante y coherente con su fe puede aplaudir y apoyar? Sin la menor duda, no. Y sin embargo, van a ver ustedes a católicos practicantes y a grupos y movimientos provida aplaudiendo y apoyando esta ley. Llevamos tanto tiempo usando la teoría del mal menor como excusa para no combatir el mal, que casi damos por hecho que no hay que luchar, por todos los medios -también la política- por lograr el bien. Y el bien en este tema no es otra cosa que una legislación que proteja de verdad el derecho a la vida. Sin excepciones, sin trampas, sin coladeros legales.
A partir de ahora, nadie podrá decir que la legislación abortista es obra de la izquierda parlamentaria. Esta ley es obra del PP. Y con esta ley se producirán los mismos abortos que antes. Que nadie espere de ese partido un futuro cambio legal encaminado a proteger el derecho a la vida. Ya no hay excusa para no votar a partidos realmente provida, que tengan la fuerza parlamentaria suficiente para promover una legislación realmente anti-abortista. Los pocos o muchos españoles que crean que este asunto es fundamental a la hora de votar ya no podrán apelar al PP como mal menor. Van a ver pronto que ese mal no tiene nada de menor. Es mayor. Muy mayor.
Luis Fernando Pérez Bustamante

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Demoliciones y derribos, S.A. (Fray Gerundio)

[Se advierte al posible lector que este artículo, tal como lo indica el propio autor, está escrito en clave de humor... aunque hace pensar...]
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Siempre me ha intrigado el papel que tienen los sueños en la mente humana mientras descansa. A veces son tan vívidos, claros y expresivos, que parece que se están dando en la realidad. Otras veces son disparatados, absurdos e impensables. Cuando uno se despierta y se ve en su celda monacal, da gracias a Dios por estar de nuevo en la realidad. Yo tengo que leer inmediatamente algo piadoso, porque me produce horror e inquietud. Menos mal que el disparate es tan mayúsculo, que enseguida volvemos a nuestras labores diarias, que esas sí que son reales. Vean si no, el sueño que me ha asediado durante la pasada noche. Es tan disparatado que resulta hasta cómico por irreal.
–Ring, ring, ring…
–Casa Santa Marta, dígame
–Buenos días. ¿Con quién hablo?
–Soy el Secretario del Obispo de Roma, ¿qué se le ofrece?
–Llamamos de la empresa Demoliciones y Derribos, S.A. Queríamos hablar con su Jefe.
–En este momento no se puede poner al teléfono. Está en una reunión de Rabinos. Pero me ha dicho que si llamaban ustedes, les contestara con toda sinceridad a sus preguntas, porque ustedes son de confianza.
–Bien. Es que nos hemos quedado momentáneamente sin fibra óptica. Hace mucho calor aquí, y los cables no resisten. Solamente queríamos constatar cómo va el Plan Semanal de Demoliciones, ya que no podemos leer ninguna información hasta que todo esté reparado.
–Tranquilo. Todo va bien. Esta semana hemos cumplido con el contrato  y estamos destruyendo algunas cosas, siguiendo el planning que ustedes nos dejaron.
–¿Cómo va el tema doctrinal?
–Muy bien. Le ha pegado un golpe de muerte a la consustancialidad, así como el que no quiere la cosa. Muy efectivo, porque las palabras suenan bien, cuelan entre los tontos, confunden a los que no saben mucho y de manera sibilina destroza la teología trinitaria. Para el común denominador de fieles, ahora la Virgen María también es consustancial. Muy agudo.
–Sí. Por eso le dijimos que lo hiciera así. Ten en cuenta que no sabe una palabra de filosofía y mucho menos de teología. Pero explicado así, creo que los musulmanes también le podrán declarar hombre del año. Y de paso le pegamos un buen disgustazo a los que todavía creen en el Niceno-Constantinopolitano. (Puajjj, qué asco).
–Por cierto, ¿se han enterado ya de la cantidad de revistas que le han premiado su labor en estos últimos meses? ¿Han visto que hasta los homos están encantados con él? ¿Y los hermanos del Time?
–Bueno, bueno…no se enrolle y sigamos viendo la programación. ¿Qué hay del destrozo de todo lo tradicional? ¿se ha dado el paso previsto?
–Sí. Ya hemos explicado con claridad que ahora mismo la Iglesia está plenamente identificada con todo lo que condenó el Vaticano I y San Pío X.
–¿Qué medios habéis utilizado para ello?
-Ha sido muy fácil. El Cardenal Madariaga está que se sale de felicidad y tiene una incontinencia verbal que nos está ayudando una barbaridad. Casi no tenemos que darle instrucciones, porque se basta por sí solo para demoler lo que haga falta. Ha dicho que “el modernismo fue, en muchas ocasiones, una reacción contra las injusticias y los abusos que menospreciaron la dignidad y los derechos de la persona” y que “la Iglesia y el laicado son uno”.
–Perfecto. Óscar nunca nos falla, aunque debería disimular su entusiasmo y hacer alguna declaración que parezca tradicionalista. Pero no hay manera. Por eso le dijimos a tu Jefe que lo pusiera en el G-8, ese Consejo de Administración para cargarnos poco a poco esa Maldita Institución llamada Papado.
–También le ha dado la coba al Jefe, tal como ordenasteis. Ha sicho que “después del papado de Benedicto XVI, un tiempo virtuoso, la persona del Papa Francisco surgió. No me parece ingenuamente optimista decir que estamos en el comienzo de un nuevo y dinámico período en la historia del catolicismo, en el que la Iglesia constituirá un movimiento misionero para la conversión de la cultura y propiciará y multiplicará los signos de crecimiento…. Yo no entiendo nada, pero suena bien.
–¿Para qué ha utilizado la palabra conversión? ¡¡Mira que se lo hemos dicho veces!!
–No, no hay problema. Porque ya el Jefe dijo hace poco que el evangelio hay que leerlo a la luz de la cultura contemporánea.
–Sí, pero no hay que confiarse. La palabra conversión es muy peligrosa en boca de los enemigos. Suena a pecado, arrepentimiento y cambio de vida. Mucho cuidado con eso.
–A la orden. ¿Algo más?
–Sí. ¿Qué se está haciendo en esta preparación de la Navidad? ¿Se ha avanzado algo?
–Por supuesto. Ayer dijo el Jefe que somos el apellido de Dios y que no solamente “es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob sino también de Pedro, Marietta, Armony, Marisa, de Simone, de todos”.
–¡¡Genial!! Hay que ver qué inventiva demoledora tiene. Estamos a punto también nosotros de nombrarle hombre del año. Cada cosa que dice aniquila y aplasta cientos de años. Veo que todo sigue según el plan previsto. Tomás de Aquino debe estar dando botes.
–Y ha dicho también un revoltillo sobre la historia de Dios en nuestra historia y la historia nuestra en la historia de Dios. Pero nada de salvación del pecado ni Redención. Estas Navidades vamos a dar el golpe, porque va a quedar una turbulencia e inquietud en las almas, como hace tiempo no se ha conocido.
–Eso, eso. Dígale a su Jefe que todo lo que sea hablar de la evolución en la historia y el desarrollo de la temporalidad, nos ayuda a seguir eliminando los dogmas por caducos y anticuados. Eso va quedando en la mente de las gentes tontas y voluntariamente engañadas.
–Pues nada, a mandar. Yo se lo recordaré ahora después cuando acabe la reunión que tiene con los directivos de la Revista The Advocate, que han venido a agradecerle su labor por el colectivo, y  de paso a reunirse con Mons. Ricca, que hace tiempo que está desaparecido.
–Varias preguntas para finalizar: ¿le habéis dado ya la patada a Burke?
-Sí, esta misma semana. Falta la definitiva, que vendrá enseguida. No hay que parecer que despreciamos a los que usted ya sabe
–¿Sigue adelante lo de los Franciscanos de la Inmaculada?
–Va de miedo. Le hemos dicho a Lombardi que haga correr la voz de que el Comisario Político Volpi es el mejor de los Comisarios posibles.
–¿Habéis solucionado ya el milagro de Montini?
–Ha sido difícil, pero hemos encontrado por ahí un caso y lo hemos metido en los papeles de la Causa. Creo que eso está hecho. Y la gente encantada. Ahora ya abren el proceso de canonización a todo el que muere. Y si es ecumenista, mejor. Fíjese si habrá lío, que estas semanas atrás, hasta cristianos de otras confesiones y miembros de otras religiones, han pedido la canonización de la Fundadora de los Focolares. Me ha sorprendido, porque no sabía yo que a protestantes y creyentes de otras religiones les interesaran las canonizaciones; tampoco que estos movimientos eclesiales tengan “creyentes de otras religiones”.
–Usted no entiende. No se haga excesivas preguntas. Todo está organizado y previsto. Bueno, déle recuerdos a su Jefe. Espero que en pocas horas podamos arreglar los cables y nos volvamos a comunicar como siempre, en lugar de hacerlo por teléfono, pues incluso los de aquí están pinchados. En cualquier caso, para nuevas instrucciones, diríjanse de nuevo a la web de nuestra empresa en www.demolicionesyderribos.inf[1]
 –Un abrazo fraternal. Chao.
  Fray Gerundio, 18 de diciembre de 2013






[1] Esta dirección web es una invención

lunes, 16 de diciembre de 2013

Los cristianos "tristes" (Fray Gerundio)

Nuevo varapalo a los cristianos “tristes”

Nunca me he considerado un fraile triste. Pero he de reconocer que en los últimos meses, la tristeza ha llamado a mi puerta en muchísimas ocasiones. Y hoy especialmente, tras leer la homilía de este viernes [13 de diciembre de 2013] en Casa Santa Marta, me he visto reflejado en las palabras del Papa. Efectivamente, me siento muy triste. Claro que no resulta tan fácil de explicar como él lo ha hecho, porque me da la impresión de que la mía es una tristeza provocada por otras causas muy diferentes.

Quisiera explicarme con claridad, aunque para ello tengo que transcribir todas las palabras del sermón, de tal manera que mis comprensivos lectores entiendan mis sentimientos. Las pondré aquí tal como las ha comunicado la página de noticias del Vaticano. 

La libertad que viene de la predicación hace crecer a la Iglesia, el Papa el viernes en Santa Marta


Radio Vaticana. Los cristianos alérgicos a los predicadores siempre tienen algo que criticar, pero en realidad tienen miedo de abrir la puerta al Espíritu Santo y se vuelven tristes: lo afirmó el Papa Francisco este viernes en la Misa presidida en la Casa de Santa Marta.

En el Evangelio del día, Jesús compara la generación de su tiempo con aquellos muchachos siempre descontentos “que no saben jugar con felicidad, que rechazan siempre la invitación de los otros: si hay música, no bailan; si se canta un canto de lamento, no lloran … ninguna cosa les está bien”. El Santo Padre explicó que aquella gente “no estaba abierta a la Palabra de Dios”. Su rechazo “no es al mensaje, es al mensajero”. Rechazan a Juan el Bautista, que “no come y no bebe” pero dicen que “¡es un endemoniado!”. Rechazan a Jesús, porque dicen que “es un glotón, un borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Siempre tienen un motivo para criticar al predicador.

“Y ellos, la gente de aquel tiempo, preferían refugiarse en una religión más elaborada: en los preceptos morales, como aquel grupo de fariseos; en el compromiso político, como los saduceos; en la revolución social, como los zelotas; en la espiritualidad gnóstica, como los esenios. Con su sistema bien limpio, bien hecho. Pero al predicador, no. También Jesús les hace recordar: ‘Sus padres han hecho lo mismo con los profetas’. El pueblo de Dios tiene una cierta alergia por los predicadores de la Palabra: a los profetas, los ha perseguido, los ha asesinado”. 

Estas personas – prosiguió el Obispo de Roma- dicen aceptar la verdad de la revelación, “pero al predicador, la predicación, no. Prefieren una vida enjaulada en su preceptos, en sus compromisos, en sus planes revolucionarios o en su espiritualidad” desencarnada. Son aquellos cristianos siempre descontentos de lo que dicen los predicadores: “Estos cristianos que son cerrados, que están enjaulados, estos cristianos tristes … no son libres. ¿Por qué? Porque tienen miedo de la libertad del Espíritu Santo, que viene a través de la predicación. Y este es el escándalo de la predicación, del que hablaba San Pablo: el escándalo de la predicación que termina en el escándalo de la Cruz. Escandaliza el hecho que Dios nos hable a través de hombres con límites, hombres pecadores: ¡escandaliza! Y escandaliza más que Dios nos hable y nos salve a través de un hombre que dice que es el Hijo de Dios y que termina como un criminal.Eso,escandaliza”.

“Estos cristianos tristes – afirmó Francisco – no creen en el Espíritu Santo, no creen en aquella libertad que viene de la predicación, que te advierte, te enseña, te abofetea, también; pero que es precisamente la libertad que hace crecer a la Iglesia”:

“Viendo a esos muchachos que tienen miedo de bailar, de llorar, miedo de todo, que en todo piden seguridad, pienso en esos cristianos tristes que siempre critican a los predicadores de la Verdad, porque tienen miedo de abrir la puerta al Espíritu Santo. Recemos por ellos, y recemos también por nosotros, para que no nos convirtamos en cristianos tristes, quitando al Espíritu Santo la libertad de venir a nosotros a través del escándalo de la predicación”.

Hasta aquí la transcripción.

No cabe duda de que se trata de un nuevo mensaje (esta vez más intenso y violento en el fondo), transmitido a los de siempre: a los que se “aferran a sus tradiciones” y “se refugian en los preceptos morales, en su espiritualidad desencarnada”, a los que están “enjaulados en sus compromisos” y por tanto “no creen en el Espíritu Santo” y “siempre critican a los predicadores”.

Me parece que, una  vez más, los textos de la Sagrada Escritura se cogen por los pelos, en un deseo insaciable de machacar a los que todos conocemos. Es increíble que mientras se aconseja la misericordina con los de fuera (judíos, protestantes, anglicanos, musulmanes, ateos y agnósticos….) no quede ni una sola pastilla para administrarla a los que creen en la Iglesia y a los que pretenden mantenerse fieles al depósito recibido

Sí, porque no hay que olvidar que lo que hemos recibido es el depósito de la fe, el cual tiene que preservar incólume el Vicario de Cristo. Cuando el Señor hablaba de los que se quejaban de unos y de otros, estaba hablando justamente de los fariseos que se habían cerrado a la recepción del Mesías y de su Precursor. Tanto es así, que criticaban a uno y a otro. No les parecía bien salir de sus tradiciones (que según el Señor eran preceptos humanos), a las que se aferraban para no dejar paso a la Nueva Alianza, en la que jamás han creído los judíos, (incluídos los amiguetes rabinos del Papa). 

Pero en nuestro caso, los cristianos tristes de los que tanto se ocupa el Santo Padre, no han rechazado al Mesías (como el rabino Skorka o el rabino Bergmann), sino que se aferran a esa Iglesia que durante 20 siglos ha explicado el Mensaje de Jesucristo en verdades inmutables, que expresan la fe católica. No son preceptos humanos. Nada de eso. Si el Señor quiso que su Iglesia fuera la Roca en la que se sostuviera todo, no veo la razón para demoler en cuatro días el legado de la misma, rompiendo con una tradición de siglos y todavía más, derrumbando las verdades que hasta ahora eran objetivamente verdad, sin dejarlas a la interpretación de las culturas contemporáneas, o al albur de las religiones fraternales de la Tierra.

Somos precisamente los cristianos tristes que el Papa señala con el dedo, los que hemos tenido que tragarnos con desesperanza humana y con mucha esperanza sobrenatural, las herejías vomitadas por cardenales que ya no creen en la Sagrada Escritura, que ya no creen en la Divinidad de Jesús, que ya no creen en la Virginidad de María, que ya no creen en la Resurrección del Señor, que ya no creen en la multiplicación de los panes y de los peces –porque ya no creen en los milagros–, y que ya no creen en el Sacrificio de la Misa. En los que no creen en el Primado de Pedro (y ya están hace años en convesaciones para poder “entenderlo mejor”). En los que no creen en la indisolubilidad del matrimonio cristiano y nos lo han trastocado con vergonzantes y habilidosos trucos, y en los que no creen en ninguna norma moral que pueda molestar o inquietar a nuestro mundo moderno.

Pues claro que estamos tristes. ¿Y qué quiere usted que sintamos? Cuando ni siquiera hemos recibido una palabra de aliento, de solicitud del tan cacareado diálogo, de cariño paternal o de comprensión y misericordia, una mano amiga de quien se supone esta ahí para confirmarnos en la fe, sino solamente un enfermizo y continuado ataque a todo lo que constituye nuestra fe, tachando de hipocresía y pelagianismo cualquier manifestación de preocupación por esta Iglesia que va a la deriva

Hay algo que es evidente. Ya no se guarda el Depósito de la Fe. No hay depósito, porque eso significaría que hay algo encerrado, estable, inmutable y eterno. Y parece que ya no se está por la labor. Sólo nos queda estar aferrados a la fraternidad universal, al amor al Dios de todas las religiones. Y al últimamente tan repetido Dios Tres veces Santo, que es una mentira maliciosamente elaborada, para hacer pensar que nos referimos a la Trinidad, y así los judíos no se sientan violentados en su conciencia.

Hay algo que me intriga en todo este asunto tenebroso. Si la Iglesia está de maravilla, si no hay ningún problema y todo va super-bien. Si el Papa está en el top de los predilectos de la prensa de todos los colores, hombre del Año, comunicador del Año; si la Cristiandad está maravillada por el “efecto Francisco”, si no hay nada de qué preocuparse… ¿a qué viene esta obsesión con los cuatro gatos que son tradicionales y todavía sienten en sus almas esta profunda nostalgia de que nos están escondiendo y pisoteando la verdadera doctrina, la de siempre? ¿no sería mejor dejarlos en su jaula y no hacerles el menor caso? ¿por qué ese ensañamiento con los que han optado por una vía que al fin y al cabo es la de la Iglesia de siempre? ¿no será porque hay un odio a la Iglesia de siempre? ¿no será que estamos asistiendo a una auténtica demolición, ahora ya sin ambigüedades y disimulos, y con excesivas prisas?

Muchas veces me he preguntado por qué la Oración que todos rezamos por el Santo Padre, solicita de Dios que “no permita que caiga en manos de sus enemigos”. Es una oración bien antigua y consagrada en la liturgia de la Iglesia, cuando esta situación de desamparo de las verdades de fe, ni siquiera se sospechaba. Pero ahí está, en boca de tantos católicos que piden por él. Probablemente los que más la utilicen en su oración a Dios sean los tristes, pelagianos, enjaulados y sin fe en el Espíritu Santo. Dios sabrá por qué. Probablemente, porque sean de los pocos que todavía creen en el Papa como Vicario de Cristo en la Tierra y sientan la responsabilidad de recordárselo.

Así que ya ven ustedes. Sí que estoy muy triste. Sólo Dios puede socorrer este desamparo.

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Nota: Los subrayados, negritas o cursivas de este artículo son míos

sábado, 14 de diciembre de 2013

Franciscanos de la Inmaculada ( y 2)

[Artículo sacado de la página web de Acción Litúrgica]



Con frecuencia en esta web se han recibido recogidas de firmas que no hemos publicado. Por ejemplo solicitando que Su Santidad el Papa celebre la Misa tradicional, y otras a las que no nos hemos sumado. Sin embargo, la situación en el Instituto de los Franciscanos de la Inmaculada es sumamente preocupante y requiere el compromiso de todos los amigos y visitantes de esta página.

No queremos silenciar otras opiniones, y de hecho en el enlace de Rorate Caeli tienen también la respuesta  íntegra del comisario apostólico (comisario político lo definen en algunas webs) impuesto a los Franciscanos de la Inmaculada: el padre Fidenzio Volpi.

Los motivos por los que han sido intervenidos, castigados y purgados los Franciscanos de la Inmaculada, ya las ha dado Volpi: ni abuso de menores, ni escándalos sexuales, ni desfalcos de dinero, ni abusos litúrgicos. Este es el motivo: "criptolefebvrismo y deriva definitivamente tradicionalista". Mucho han tenido que rebuscar en los Franciscanos de la Inmaculada a los que querían poner en la picota, y muy poco han encontrado.

Suponiendo que fuera verdad esta tendencia teológica y que en el instituto de los Franciscanos de la Inmaculada creciera un rechazo al Concilio Vaticano II (¿al Concilio o a su interpretación? ¿acaso ilustres teólogos y pensadores católicos, muchos citados por Benedicto XVI en sus obras, no han mostrado sus reservas a determinadas interpretaciones de dicho concilio, o a una cierta ambigüedad en los textos conciliares que provocaba dichas interpretaciones?); si fuera verdad, decíamos, ¿no resultan desproporcionadas, arbitrarias y ajenas a la caridad cristiana las medidas adoptadas por el padre Volpi, y por la Congregación para los Religiosos? 

La respuesta no puede ser más que afirmativa, teniendo en cuenta que no se toma ninguna medida contra otros religiosos que defienden el aborto, el matrimonio homosexual, el sacerdocio femenino y que incluso ignoran, niegan o convierten en metáforas dogmas como la presencia real en la Eucaristía, la Resurrección o la Inmaculada Concepción, y alteran la liturgia a mala fe provocando escándalo en los fieles (en contra del Concilio Vaticano II y de todos los demás concilios). Ni siquiera ha habido purgas ni se han exigido responsabilidades en institutos y curias que han ocultado pecados terribles como el abuso a menores. "Misericordina" para los herejes y psicópatas, y palos sin fin contra los devotos Franciscanos de la Inmaculada.

Los argumentos sobre desvío doctrinal en los Franciscanos de la Inmaculada serán ciertos o no, pero quedan moralmente en entredicho desde el momento en que se les prohíbe a todos ellos el celebrar la Santa Misa tradicional incluso de forma privada. Convirtiendo una orden floreciente en un campo de batalla. El Papa Francisco lo habrá aprobado, no sabemos en qué terminos; los Franciscanos de la Inmaculada tendrán que obedecerle, pero ésto no convierte la medida (contraria al magisterio de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI) en un acto justo, porque se utiliza la Liturgia Sagrada como un arma de castigo, y porque los discrimina frente al resto de católicos, privándoles de un derecho. 

Por ello, desde el respeto y el afecto a la persona del Santo Padre, tenemos también que respetar nuestra conciencia y afirmar que el "pueblo Summorum Pontificum" está incompleto hasta que no se restablezca el derecho universal conculcado a estos frailes. Y la medida que ahora está en nuestra mano es firmar para pedir la dimisión del verdugo autor de la purga, el padre Volpi. Y que Roma nombre un administrador ecuánime y respetuoso con todas las sensibilidades litúrgicas.

No podemos seguir publicando fotos de bonitas ceremonias como si esto no fuera con nosotros. Porque la prohibición de la Liturgia tradicional y las medidas de inusitada dureza son también un agravio a todos los defensores de la forma extraordinaria del Rito Romano. 

Un lector dejó hace ayer un comentario muy certero: "Roma quiere institutos Ecclesia Dei que sean como piezas de museo. Claramente han ido a desmantelar este instituto que tenía una expansión brutal, era dinámico, y vivía la pobreza cerca de los pobres. Pero con la liturgia antigua. Roma no podía tolerar ni su expansión, ni su pobreza franciscana, porque los progres (y el "conservadurismo oficialista" podríamos añadir) quieren tener la exclusiva de la caridad".

El Beato Juan Pablo II con religiosas franciscanas de la Inmaculada



Franciscanos de la Inmaculada (1)





El anciano Padre Manelli: un nuevo mártir de la Tradición


[Traducción nuestra de un publicado por Marco Tosatti en Vatican Insider. Y reproducido también en francés por Riposte Catholique.]

"Recibimos una carta de un laico próximo a los Franciscanos de la Inmaculada, la pequeña orden "comisariada" - una decisión muy discutible según diversas fuentes - que denuncia una situación de marcada dureza de parte de los nuevos gestores de la situación. 

Por una larga experiencia, sabemos que la crueldad contra los hermanos en los ambientes eclesiásticos no tiene nada que envidiar a otros ambientes. 

Pero el Papa Bergoglio, que ha aprobado el envío de un comisario, exhortaba en su entrevista con el director de la Civiltá Cattolica a una actitud de "misericordia" y de "ternura", hablaba de la Iglesia como de "un hospital de campaña tras la batalla" y afirmaba: "Veo con claridad que lo que más precisa la Iglesia hoy es la capacidad de curar las heridas" porque "al fin y al cabo, las gentes están cansadas de autoritarismo".

Lean lo siguiente para saber si el autoritarismo y su hermana la tiranía están presentes en el caso de los Franciscanos de la Inmaculada. Bien puede uno preguntarse: "¿qué han hecho estos pobres religiosos? ¿defraudar, abusar de menores, llevar una vida inmoral? Ésta es la carta:

Después de la noticia de la puesta de los Franciscanos de la Inmaculada bajo la tutela de un comisario apostólico, los acontecimientos son poco conocidos. Es conveniente hacer un resumen:

1. Después de haber acusado al padre Stefano María Manelli, fundador del instituto de los Franciscanos de la Inmaculada (FI) de haber desviado a los hermanos de su carisma fundacional, sin explicar en qué consiste ese desvío.

2. Después de haberles prohibido celebrar el Vetus Ordo, prohibición aún vigente, seguida con obediencia total por parte del instituto, después de haber destituido de sus cargos, transferido y alejado, con furia y precipitación, a los hermanos fieles al carisma de los Padres Fundadores, y de haber promocionado a todos los hermanos que apoyan la "nueva" línea en los diferentes conventos FI diseminados por el mundo.

3. Después de haber, sin motivo claro, apartado de la enseñanza al padre Apollonio, Procurador General. Presidente del Seminario Teológico y Guardián del convento de Roma-Boccea, y haberlo transferido a Portugal.

4. Después de haber apartado de la enseñanza al padre Lanzetta, vice-delegado FI para Italia, superior en Florencia y profesor en el seminario, y haberlo transferido a Austria. Después de haber transferido al padre Settimio Manelli y al padre Siano, respectivamente rector y vice-rector del seminario, destituidos de sus cargos y reemplazados por dos hermanos de la "nueva" línea, uno de ellos ni siquiera bachiller en teología.

5. Después de haber expedido para África, de la noche a la mañana, al padre Budani, que estudiaba Derecho Canónico y se le impide continuar sus estudios. Después de haber exiliado al padre Stefano, siempre obediente, y de haberle prohibido recibir visitas, incluso de sus familiares, bajo pena de pecado grave, y de haberle prohibido recibir llamadas telefónicas o cualquier contacto directo con el mundo exterior.

6. Después de todo ésto, por una carta de 27 de noviembre, el padre Fidenzio Volpi, con el apoyo del padre Alfonso Bruno, ha considerado oportuno extender su guerra total también contra los laicos. Y ha suspendido todas las actividades de los laicos  pertenecientes a la MIM (Misión de la Inmaculada Mediadora) y de la Tercera Orden Franciscana de la Inmaculada, prohibiendo a los terciarios llevar el hábito.

¿Es así, con esta dureza inusitada y estas purgas estalinistas, como se resuelven las eventuales dificultades internas en una congregación religiosa? ¿O es así como se ha destruido un carisma, no solo capaz de atraer muchas vocaciones, sino que fue positivo hasta ayer y sostenido por las más altas autoridades vaticanas (teniendo en cuenta que los padres Manelli y Lanzetta, hoy réprobos, frecuentaban obispos y cardenales y encontraban eco en L´Osservatore Romano)".

Marco Tosatti


(Que el lector saque sus conclusiones)