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miércoles, 25 de octubre de 2023

El papa Francisco exhorta a sus fieles en materia climática (José Ramón Ferrandis)



El 4 de octubre de 2023, el Papa publicó su último documento[1] oficial[2]. Alabemos a Dios es su título, aunque es justo reconocer que no habla mucho de Dios[3]. Habla, mire usted por dónde, del cambio climático[4].

El Papa puede hablar de lo que le plazca, sólo faltaba. Ya sorprendió hace ocho años con la encíclica Laudato Si y lo vuelve a hacer ahora, esta vez de manera mucho menos nebulosa. No importa que la función y objetivo tradicional del papado sea tratar de asuntos de Fe y de Moral, en los que el Papa es la máxima autoridad entre los católicos y cuyas afirmaciones han de ser seguidas por los fieles. Más allá de eso, el Papa puede decir lo que quiera. Eso sí, al hacerlo en ámbitos que no le son propios, se somete a la crítica de los ciudadanos, y de entre ellos, de los cristianos, y si se me permite, de los católicos que no reconocemos en Su Santidad (SS) autoridad de ninguna índole en materia climática. No la tiene, pero además, al utilizar su púlpito universal[5] equivocándose técnicamente de manera tan evidente y hasta grosera, está infligiendo a la Iglesia que visiblemente encabeza un gran daño reputacional. Errando. Muchas veces. Veámoslo por orden de aparición en el texto.
…” es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.” 
SS yerra, en el fondo y en la forma. No intente amedrentar a sus ovejas, SS. Las variaciones de temperatura que siempre han tenido lugar y siempre lo tendrán no generarán efectos negativos en un plazo que le permita verlo. Ni a SS ni probablemente a ninguno de los presentes en el mundo hoy en día. Ni por frío ni por calor. Y los ámbitos y sectores que menciona no tienen nada que ver. Nada que ver.
“Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos”. 
No, SS. Lo que usted dice es falso. No hay nada de eso. Ninguno de esos fenómenos se está produciendo extraordinariamente. Ni calores, ni sequías, ni inundaciones, ni huracanes, ni hambrunas[6], ni migraciones[7], ni extinciones de especies, ni desaparición de islas, ni subida del nivel del mar[8], ni nada similar. SS, se le supone ignorante[9] de los hechos, pero el responsable de esta exhortación es usted.
“ … sabemos que cada vez que aumente la temperatura global en 0,5 grados centígrados, aumentarán también la intensidad y la frecuencia de grandes lluvias y aluviones en algunas zonas, sequías severas en otras, calores extremos en ciertas regiones y grandes nevadas en otras.” 
Ya sabemos, por el pie de página, que esta afirmación la ha hecho el IPCC, cuya credibilidad está muy menoscabada[10], pero como es falsa, como si la ha hecho – perdone SS la libertad que me tomo – el sursum corda.
“Si llega a superar los 2 grados, se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, con enormes y gravísimas consecuencias para todos” [11].
SS, esto no lo sabe usted, ni nadie. Es un brindis al sol. Por otra parte, le veo, si me lo permite, poco caritativo. Está usted, SS, queriendo atemorizar a la gente, aunque dada esta expresión de su rostro, no me sorprende, en realidad.
… “tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen”. 
Por favor, SS. Por favor. Los maremotos tienen como origen los terremotos, que por lo que sabemos, no se relacionan con el clima. Los lagos, como el Aral (por poner un ejemplo en la memoria de casi todos), no se secan porque haga más o menos calor, sino por las políticas agrarias de la URSS. Conviene releer los textos antes de firmarlos.
“Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial”. 
Vamos por partes. Usted, SS, habla del CO2 a lo largo de todo el texto. Se puede interpretar que también lo hace aquí. Y el error es palmario: el CO2 no contamina. El CO2 es un gas de efecto invernadero (GEI) cuya existencia, junto con los demás GEI, posibilita la vida en la Tierra, como seguro que SS conoce. Cierto que el CO2 de origen humano es sólo el 3% del total del CO2 en la atmósfera[12] y que el CO2 no tiene mucho que hacer frente al vapor de agua, que sólo él supone el 95% de los GEI existentes. Pero sea como sea, el CO2 no contamina. Lo tiene SS dentro, como todos: 40.000 partes por millón (ppm), mucho más de las 424 ppm atmosféricas actuales. Y en cuanto a que un bajo porcentaje más rico[13] del planeta emite (porque SS quería decir emite) más que el 50% más pobre de toda la población, está claro: para ser rico hay que consumir energía. O, dicho de otra manera, sin energía, los países no salen de pobres. Así que los ricos emiten más CO2 que los pobres. Es de cajón.
“Lo que ocurre es que millones de personas pierden su empleo debido a las diversas consecuencias del cambio climático: tanto el aumento del nivel del mar como las sequías y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva”. 
Son falsas las premisas, son falsas las conclusiones, son falsas las relaciones causales esgrimidas. Todo aquí (y no sólo aquí, lamentablemente) es erróneo. Observo una novedad, sin embargo: hemos pasado del descarte a la deriva. Menos tabernario, sin duda. Me alegro.
“Al mismo tiempo verificamos que en los últimos cincuenta años la temperatura aumentó con una velocidad inédita, sin precedentes en los últimos dos mil años.”
Esto es directamente falso. Desde 1998 hasta 2023, con un breve hiato en 2016, las temperaturas no se incrementaron en absoluto. Se lo digo a título de ejemplo. Y a partir de aquí, voy a tirar de recursos de la NOAA[14], que al menos en el área de los EE. UU.[15] mantiene bases de datos que se pueden consultar con facilidad[16]. Las cifras han sido actualizadas el 12 de octubre de 2023. 

[Nota: en el artículo original se muestran unos gráficos muy ilustrativos]

“Los glaciares se retraen, disminuye la cobertura nevosa y sube constantemente el nivel del mar”. “Una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima sostienen esta correlación y sólo un ínfimo porcentaje de ellos intenta negar esta evidencia.” 
Estas dos frases no son sucesivas en la exhortación, pero casi. Está muy próximas entre sí y pueden ser tratadas al unísono. Las tres afirmaciones de la primera son completas falsedades[19]. Y sobre todo, SS, que haya científicos que aseveren que hay correlación entre crecimiento de gases de efecto invernadero y crecimiento de temperaturas no prueba nada. Recurre SS al argumento del consenso, que en materia científica vale tanto como el criterio de SS en materia climática. Mezcla SS sin cuidado el vapor de agua, dominante en un 95% en el espectro de los gases de efecto invernadero, con el metano, el óxido nitroso, los clorofluorocarbonos y el CO2. Y olvida deliberadamente decir que de todo el CO2 existente en 2001, que es cuando el IPCC lo puso de relieve en un famoso cuadro, el 97,1% es natural. No viene de la mano del hombre sino de la mano de Dios. Qué cosas, ¿verdad?
10ª “No es posible ocultar la coincidencia de estos fenómenos climáticos globales con el crecimiento acelerado de la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo desde mediados del siglo XX.” 
Recuerde, Santidad, “correlación no implica causación”. Más aún, asegúrese, por favor, de que la relación causa-efecto es la que usted espera que sea.
11ª “Los elementos de origen natural que suelen provocar calentamiento, como las erupciones volcánicas” 
¡Cáspita, Santidad! ¿Qué le han hecho decir sus asesores en materia climática? Es bien conocido que las erupciones volcánicas lanzan a la atmósfera muchos elementos diferentes, pero sobre todo cenizas, las cuales, en las grandes erupciones de superficie recientes (Laki (Islandia, 1783), Tambora (Indonesia, 1815), Krakatoa (Indonesia, 1883), Monte Pinatubo (Filipinas, 1991)), … impiden parcialmente el acceso a la Tierra de las radiaciones solares de onda corta y hace que se enfríe sustancialmente la atmósfera, además de dificultar la agricultura y desencadenar hambrunas por esa razón. Se suele hablar de años sin verano… y sin cosechas. Y van sus equipos de trabajo y le escriben lo contrario, probablemente pensando en el CO2[20] que estas erupciones emiten (también) a la atmósfera. ¡Vaya por Dios! Por favor, llámeles la atención[21] en nombre de todos.

Refiriéndose a personas que aceptaron la cercanía de un cementerio nuclear, SS afirma: 
12ª “Basta pensar en el efímero entusiasmo del dinero que se recibió a cambio de depositar en un lugar residuos nucleares. La casa que se pudo comprar con ese dinero se convirtió en una tumba a causa de las enfermedades que se desencadenaron”. 
Esto Santidad, es falso. Daré un paso más, es mentira[22]. Se presenta como una fabulación interesada[23]. Su lectura en un texto papal provoca alipori. ¿Podría SS, por favor, ordenar su retirada?
13ª “Esto me permite repetir dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: “todo está conectado…”. 
Cansancio. Se entiende, tanto repetir las cosas sin éxito alguno debe cansar mucho. Al que las dice y, me temo, Santidad, también al que las escucha. Acaso esa sea la razón por la que Infovaticana acaba de publicar una noticia alarmante sobre el cansancio de los fieles, que desertan de la Plaza de San Pedro cada vez más, dejando imágenes desoladoras como ésta que ven al pie. Esas imágenes, por repetidas, preocupan profundamente en el Vaticano. Cansancio, sin duda. Hastío.



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[1] Entre los documentos papales de carácter pastoral, una exhortación (se sitúa por debajo de las cartas encíclicas, de las epístolas encíclicas y de las constituciones apostólicas, pero por encima de las cartas apostólicas, de las bulas y breves y del motu proprio. Está justo a mitad de camino en los distintos niveles posibles de magisterio.

[2] Laudate Deum: Exhortación Apostólica a todas las personas de buena voluntad, sobre la crisis climática (4 de octubre de 2023) | Francisco (vatican.va) Dado en Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán, el 4 de octubre, Fiesta de san Francisco de Asís, del año 2023, décimo primero de mi Pontificado.

[3] O lo hace muy poco: en sus 73 párrafos se menciona a Dios 10 veces. No está mal del todo, aunque si comparamos con las veces que lo hacen las COP o Conferences of the Parties sobre el clima, que aparecen en 12 ocasiones, es extraño.

[4] Entendido como un proceso novedoso provocado por el hombre, que va a repercutir negativamente sobre el clima. No es esa la realidad del concepto, pero así lo ve Francisco, quien se pone en línea con el mainstream progre. No es la primera vez. Con toda humildad le ofrezco mi trabajo, por si lo quiere leer. https://joseramonferrandis.es/guia-para-navegantes-i/

[5] Es decir, católico.

[6] Salvo las inducidas por razones políticas.

[7] Salvo las que tienen lugar por razones políticas o económicas.

[8] Cuya tendencia al alza no sólo no se acelera, sino que recientemente mengua, y eso desde que se mide. Mediados del Siglo XIX.

[9] Parece evidente que no es SS quien ha recabado los datos, redactado el texto, contextualizado el fenómeno y organizado el orden de factores. Pero lo ha firmado, luego es suyo.

[10] Los estatutos fundacionales del IPCC, el Intergovernmental Panel on Climate Change de la ONU, afirman que su función es demostrar que el llamado calentamiento global o cambio climático es responsabilidad única y exclusivamente el ser humano.

[11] Más basura del IPCC. Sus asesores no tienen muchas referencias, ni información, ni formación.

[12] ¿Sabe SS quién afirma eso? El mismísimo IPCC, su principal inspirador.

[13] Reconozca su obsesión con los ricos, Santidad.

[14] National Oceanic and Atmospheric Administration.

[15] Utilizo instituciones de los EE. UU. por su aparente precisión, esperable buen trato de los datos, extensión de los períodos considerados y dimensiones del territorio.


[17] Todos menos Alaska y Hawái.

[18] 2015, 2019, 2021 y 2022.

[19] La cobertura de nieve en el hemisferio Norte no deja de aumentar, como está probado y es accesible a cualquiera que quiera verlo. Unos glaciares crecen, otros se retraen. Y sobre todo, el nivel del mar medido en Nueva York crece aproximadamente al mismo ritmo desde hace más de 150 años (en otros lugares, no crece en absoluto), con recientes flexiones a la baja.

[20] De origen natural, claro.

[21] Hay una vieja distinción latina entre auctoritas y potestas. Bueno, en realidad se trata de una tríada, a la que falta el imperium para ser completa, pero dejemos este último término al margen. La auctoritas está en poder del que conoce, el que es una autoridad en una materia. Potestas se ejerce desde el poder, conozca o no la materia que desarrolla la institución sobre la que ejerce el poder, sobre la que tiene la fuerza de obligar. Esa sí obra en su poder, Santidad.

[22] En la Iglesia Católica es bien sabido que “mentir es decir lo contrario de lo que se piensa, con intención de engañar”. Más precisamente, en el Catecismo (n. 2482) está recogida la definición de san Agustín sobre la mentira: “La mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar” (san Agustín, De mendacio 4, 5).

[23] Hay centenares de cementerios nucleares (muchos de los cuales albergan combustible a reutilizar) en el mundo. No se han dado casos de contaminación mortal salvo en la URSS (Mayak, 1957), hecho que trascendió a pesar de la hermeticidad de la información prevaleciente en la Unión Soviética.


Nacido en Valencia (España) en 1951. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense. Técnico Comercial y Economista del Estado. Salvo posiciones en Madrid, destinado sucesivamente en Ceuta (España), Moscú (URSS), Washington (EE. UU.), Moscú (Rusia) y Riad (Arabia Saudita). Profesor de Análisis Riesgo País, Análisis de tendencias y Mercados internacionales. Analista. Escritor (Globalización y Generación de Riqueza, África es así, Crimen de Estado). Áreas de especialización referidas a su trayectoria. Con el blog espera poder compartir experiencias y divulgar análisis sobre asuntos de interés general, empezando por el clima y terminando por la Geopolítica; sin dejar de lado la situación de España. Lo completará publicando semanalmente la Carta de los martes, que tiene 4 años de existencia.

NOTICIAS 25 DE OCTUBRE DE 2023


ADELANTE ESPAÑA

Sigue el odio revanchista: El PSOE y Sumar pactan desacralizar el Valle de los Caídos y echar a los monjes benedictinos

CONSERVANDO LA FE

Halloween y Fiesta de Todos los Santos. Lo que es y lo que no es católico. ¿Qué hacer?

INFOCATÓLICA

La ACdP lanza la campaña «Calabazas a Halloween» con anuncios sobre santos

LA SACRISTÍA DE LA VENDÉE

La alargada sombra de ETA, con Fernando José Vaquero - El pasado que no pasa

Selección por José Martí

martes, 24 de octubre de 2023

El canciller alemán, Olaf Scholz, constata ahora el fracaso del multiculturalismo y señala que deben deportar «a gran escala» (Carlos Esteban)


Uno de los incontables lujos de ser de izquierdas es que puedes decir cosas que, en un político de cualquier otra ideología, te valdría la condena universal por fascista. El ejemplo más reciente de esta ley universal es el canciller alemán Olaf Scholz, socialdemócrata del SPD, quien abre el prestigioso semanario Der Spiegel con estas sorprendentes declaraciones: «Debemos deportar al fin a gran escala».

Después de más de un millón de extranjeros llegados al país desde el infausto momento en que Angela «Mutti» Merkel decidió invitar a todos los refugiados a instalarse en Alemania, el Gobierno germano ha necesitado ver las masivas manifestaciones en favor de Hamás en sus ciudades para darse cuenta de que el modelo cultural ha fracasado con consecuencias espantosas.

Porque ya no se trata de diluir completamente la cohesión social del país o de multiplicar la inseguridad ciudadana: ahora es una cuestión de seguridad nacional, reconoce Scholz en la entrevista concedida al semanario. Así que, añade, la solución final sería «deportar a gran escala a los que no tienen derecho a estar aquí». Y deprisa, añade.

Claro que quizá no sea la «cuestión de seguridad» lo único que haya movido al mandatario a tomar esta súbita decisión, en contradicción absoluta con la política de todos los partidos históricos del país; es más que probable que hayan influido en su ánimo consideraciones electorales: los soberanistas de Alternativa por Alemania (AfD) son ya la segunda fuerza del país, tras los democristianos de la CDU-CSU.

Casi tres cuartas partes de los alemanes consideran que la inmigración procedente de países islámicos supone un alto riesgo para la seguridad, según una encuesta de Insa encargada por el periódico Bild .

La encuesta encontró que el 71,1% de los encuestados cree que los inmigrantes de países con una fuerte influencia islámica representan un «riesgo de seguridad para Alemania». Por el contrario, sólo el 9,1% respondió negativamente. Otro 19,8% no respondió.

La encuesta también muestra que el 57,7% de los alemanes dicen estar convencidos de que hay «muchos» musulmanes en Alemania que apoyan el terrorismo contra Israel, mientras que el 18,1% rechaza esta afirmación. Otro 24,2% no dio respuesta.

Las marchas propalestinas, que se han convertido en violencia en algunas ciudades alemanas , han copado los titulares de todo el país en los últimos días.

Alemania no da ya abasto con la inmigración ilegal, que en los últimos meses ha vuelto a dispararse: en los primeros nueve meses de 2023 han llegado a Alemania 92.119 personas por la puerta de atrás, una cifra récord en los últimos siete años. En 2022, fueron 91.986, y en 2021, 57.637. El punto más alto se alcanzó con la infausta invitación de Merkel en 2016, cuando 111.843 inmigrantes entraron de golpe en Alemania, y eso sin contar a los inmigrantes legales.

Carlos Esteban

No hay peor ciego (Bruno Moreno)



Como le dijo el juez al guardia jurado acusado de complicidad en el robo: “me creo que sea usted corto de vista, me creo que fuera de noche cerrada y no se viera bien, me creo que se hubiera producido un apagón, también me creo que hubiera niebla y hasta me creo que por mala suerte hubiera perdido las gafas, pero, cuando ayudó a los ladrones a meter el botín en la furgoneta, digo yo que algo vería, ¿no?”.

Del mismo modo, cuando hablamos en este blog de problemas de la Iglesia que están a la vista de todos, cada día y en todas partes, uno sospecha que quienes sistemáticamente no los ven es porque no los quieren ver. En cierto modo lo entiendo, porque a menudo son problemas angustiosos, pero negarlos no conduce a nada, creo yo.

Vemos unos ejemplos, con las noticias que acabo de leer y los últimos artículos que he escrito sobre estos temas.

- Hace un par de semanas escribí el artículo ¿Tradición viva o Tradición a secas?, en el que indicaba que la expresión “Tradición viva” tiene una interpretación católica y acorde con la fe, pero que hay que tener cuidado porque muchos “teólogos” y eclesiásticos ponen adjetivos a la Tradición para darle otro sentido totalmente contrario, el de algo que está constantemente cambiando, con el fin de usarlo para introducir en la Iglesia cosas contrarias a lo que la Iglesia siempre ha creído.

He aquí que hoy me encuentro que el Cardenal Czerny, jesuita, le cuenta a un entrevistador que la Iglesia no ordena mujeres, pero que “no se trata de una discriminación estructural. Es nuestra tradición que las mujeres no puedan ser sacerdotes. Y la tradición es dinámica. Está en desarrollo. No es estática”. Y justo después le preguntan si ha conocido a alguna mujer con vocación al sacerdocio y responde: “Probablemente sí". ¿De verdad hay alguien que no vea que el cardenal está abriendo la puerta a decir que hoy las mujeres no pueden ser sacerdotes, pero mañana ya veremos, porque la tradición es dinámica y las mujeres tienen vocación sacerdotal y patatín y patatán? Igual, por otra parte, que hizo el mismo Papa cuando dijo que la declaración definitiva de Juan Pablo II sobre el sacerdocio reservado a los varones era definitiva, pero que habrá que estudiar qué significa exactamente eso de “definitiva”

- Hace un mes escribí, ¿Más sabio que Santo Tomás?, en el que señalaba que las declaraciones que había realizado el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, eran una muestra de que, aunque fuera inconscientemente, pensaba que era más sabio que Santo Tomás, porque decía exactamente lo contrario que él (en una cuestión, además, en la que el Aquinate no hacía más que expresar la fe de la Iglesia).

He aquí que me encuentro que el mismo Prefecto declara ahora con toda seriedad en Facebook que, en la Iglesia del pasado, “existía una violencia verbal que llevaba demasiado rápido a juzgar duramente a los demás sin temor alguno a lastimarlos y a destrozar su autoestima. Se decía: ‘adúlteros’, ‘sodomitas’, ‘hijos ilegítimos’, ‘degenerados’, ‘pecadores’, etc.”.

Es difícil no concluir de estas palabras que que el Prefecto no solo se cree más sabio que Santo Tomás, sino también más sabio y misericordioso que San Pablo, todos los santos, todos los papas de la historia y el mismo Jesucristo, que usaron en numerosas ocasiones esas mismas palabras y por ello, aparentemente, fueron culpables de “violencia verbal” y de no tener temor alguno a “destrozar la autoestima” de pobrecillos cuyo único pecado era, bueno, pecar gravemente, pero que a la vez tenían derecho a que nadie osara decir que eran pecadores, ni adúlteros ni nada.

- Hace tres días escribí Estamos en la última trinchera, sugiriendoque gran parte de la jerarquía de la Iglesia lleva medio siglo presa de una extraña locura que le induce a creer que lo que tiene que hacer la Iglesia es ceder en todo a las pretensiones anticristianas del mundo, y así, de alguna forma, llegará una mágica primavera, un nuevo pentecostés. A pesar de que llevamos medio siglo comprobando por activa y por pasiva que, por mucho que cedamos al progresismo, lo único que conseguimos es que cada vez pida más y más.

Pues he aquí que me encuentro a Mons. Overbeck, obispo de Essen, en Alemania, y nombrado uno de los portavoces del Sínodo de la sinodalidad, repitiendo otra vez en una rueda de prensa sinodal la cansada cantinela de “los signos de los tiempos” y diciendo que, si la enseñanza de la Iglesia es contraria a esos signos de los tiempos, “a nadie le va a convencer” esa enseñanza. Con lo que se refiere, presumiblemente, a algo que ya lleva tiempo defendiendo: que “la Iglesia Católica debe cambiar su opinión sobre la homosexualidad” y que no debe negarse esta “expresión de la sexualidad”, porque excluirlo es la “manifestación de un prejuicio difícil de aceptar” y lleva a la “discriminación”. Curiosamente, el obispo ha asegurado en la rueda de prensa que, en 14 años como obispo, ha enterrado a 300 sacerdotes y solo ha ordenado a 15. Actualmente no tiene ningún seminarista. Pero, claro, él sabe lo que necesita la Iglesia, que es renunciar a la moral revelada, y así todo, mágicamente, se arreglará. No es una locura, no, es perfectamente lógico.

- En fin, quien no lo ve es que no quiere ver. Y ver los problemas es lo primero que se necesita para poder solucionarlos. Necesitamos luz y, en casos como los citados, una generosa cantidad de desinfectante.

Bruno Moreno

sábado, 21 de octubre de 2023

Pedro Sánchez promete más 'cooperación' al gobierno palestino tras su llamamiento público a exterminar a los judíos



El presidente del gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, sigue dando balones de oxígeno al extremismo palestino.



Sánchez promete más 'cooperación' al gobierno palestino

El último lo ha anunciado hoy el propio Sánchez en Twitter: "Durante la Cumbre en El Cairo he mantenido un encuentro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, y le he trasladado nuestro apoyo y la solidaridad con el sufrimiento de la población en Gaza. España incrementará la ayuda humanitaria y la cooperación a Palestina. El futuro en paz y seguridad pasa por la solución de los dos Estados".

La web de La Moncloa aporta más información sobre esa ayuda: "el presidente Sánchez ha mantenido un encuentro bilateral con la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a quien ha podido transmitir que la Cooperación Española incrementará la ayuda para Gaza en 4 millones de euros adicionales de aquí a final de año. Tal y como el presidente Sánchez le ha trasladado, en 2023 se alcanzarán 21 [millones] de euros en ayuda a la población palestina, lo que supone un 30% más que en 2022".

Sánchez desplanta a Israel tras el ataque terrorista contra ese país

En primer lugar, llama la atención ver que Sánchez se ha reunido con el presidente palestino antes que con el primer ministro israelí, a pesar de que fue Israel el que sufrió el más grave ataque terrorista de su historia el pasado 7 de octubre, un ataque a manos de terroristas palestinos de Hamás. Es un claro desplante a Israel en un momento especialmente duro para ese país, y todo esto mientras Sánchez mantiene en su gobierno a ministros que apoyaron un a marcha antisemita (en la cual se justificó ese ataque terrorista) y que pertenecen a partidos que este jueves votaron en contra de la condena europea de ese ataque.

El ala terrorista del partido de Abbas celebra el ataque terrorista a Israel

Por otra parte, hay que señalar que, según ha denunciado Palestinian Media Watch, el ala terrorista de Fatah se ha jactado de haber ayudado a Hamás en esa masacre de civiles isralíes, una masacre que ha aplaudido abiertamente, y ha prometido continuar con el terrorismo. Por si alguien desconoce este dato, el presidente de Fatah es Mahmoud Abbas, el mismo al que Sánchez le ha prometido más "cooperación" y más dinero en el día de hoy.

Este jueves el gobierno de Abbas publicó un documento llamando a exterminar a los judíos

A eso hay que añadir que dos días antes de esa reunión entre Sánchez y Abbas, y tal como habéis podido leer en Contando Estrelas esta mañana, el gobierno palestino de Abbas publicó un documento llamando a exterminar a los judíos, un documento destinado a ser leído como sermón en las mezquitas palestinas este viernes y que constituye un claro llamamiento a cometer un crimen de genocidio.

Elentir

Para Tucho el único pecado es el clericalismo


Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata


(Tommaso Scandroglio/La nuova bussola quotidiana)-El cardenal Víctor Fernández, recién nombrado prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sale a la palestra para reprender a los cardenales dubitativos, es decir, a aquellos cinco cardenales que habían enviado algunas dubia al Papa para que aclarara cuestiones centrales relativas a la moral, la fe y la estructura jerárquica de la Iglesia.

Por supuesto, el prefecto no los menciona directamente y, desde su punto de vista, se trata de una estrategia eficaz. De hecho, sus palabras pueden así adaptarse tanto a los cinco alborotadores como a sus numerosos émulos.

Fernández elige Facebook para lanzar su mensaje. Y sólo eso ya es insólito e irritante. No es un precisamente un lugar muy adecuado para las comunicaciones formales de un prefecto de dicasterio. Pero es una de las infinitas variantes de la adaptación al mundo que tanto gusta a los teo-conformistas. El post de Facebook tiene un título que lo dice todo: Abuso, clericalismo y sinodalidad. Lo esencial es lo siguiente: “Todas las personas con autoridad tenemos tendencia al abuso”. Y el cardenal se refiere al “abuso de cualquier tipo (sexual, de autoridad, manipulación de conciencias, etc.)”. Luego se detiene en una forma particular de abuso que parece haberse extinguido, al menos entre la mayoría: “existía una violencia verbal que llevaba demasiado rápido a juzgar duramente a los demás sin temor alguno a lastimarlos y a destrozar su autoestima, Se decía: “adúlteros”, “sodomitas”, “hijos ilegítimos”, “degenerados”, “pecadores”, etc”. Y así llegamos a descubrir que legiones de santos, desde san Pablo, pasando por santo Tomás de Aquino, hasta san Juan Bosco, eran maltratadores porque utilizaban esos términos malditos.

Pero hay más en la observación del Cardenal Fernández: la categoría moral del adulterio, de la sodomía, de la filiación ilegítima, de la degeneración de las costumbres, e incluso la de pecado, no sólo ya no existen, sino que es erróneo evocarlas. Son como insultos, son palabras o expresiones que ya no indican una realidad objetiva, sino que son meros epítetos despreciables, títulos insultantes. Así, ya no existe el adúltero, sino la persona que encuentra en una nueva unión, después de un serio discernimiento, un camino afectivo bendecido por Dios. Ya no existe la persona homosexual que experimenta una condición intrínsecamente desordenada, sino una persona que experimenta una variante natural diferente de la atracción sentimental y sexual. Ya no existe el hijo nacido fuera del matrimonio; sólo existe el hijo, lo demás es irrelevante. Ya no existe el degenerado moral, sino una persona en búsqueda. Y, por último, ya no existe el pecador, sino sólo la persona frágil. Ya no existe el mal y el vicioso, sino sólo el bien y el virtuoso.

El novelista Cormac McCarthy escribió acertadamente: “Poco a poco, el bandido acaba por volverse indistinguible de la colectividad. Es cooptado. Hoy en día es difícil ser un glotón o un sinvergüenza. Un libertino. ¿Un desviado? ¿Un pervertido? Debes de estar bromeando. Las nuevas directrices casi han borrado estas categorías del lenguaje. Ya no se puede ser una mujer libertina. Por ejemplo. Una puta. El concepto mismo carece de sentido. Ni siquiera se puede ser yonqui. Si te va bien eres un mero consumidor. ¿Un consumidor? ¿Qué diablos significa eso? En un par de años hemos pasado de porreros a consumidores. No hace falta ser Nostradamus para predecir dónde acabaremos. Los criminales más atroces reclaman su estatus. Asesinos en serie y caníbales reclaman el derecho a su estilo de vida. […] Sin malhechores, el mundo de los justos queda completamente desprovisto de sentido” (El pasajero).

Volvamos a nuestro prefecto que, censurando el concepto de autoridad, continúa diciendo que “esto permite comprender por qué el Papa Francisco afirma que el clericalismo es la principal causa de los abusos en la Iglesia, más que la sexualización de la sociedad”. Dos breves apuntes. Como afirmó Benedicto XVI, la causa de los abusos es la falta de fe: “Sólo donde la fe ya no determina las acciones de los hombres son posibles tales crímenes” (Papa Ratzinger: la Iglesia y el escándalo de los abusos sexuales, Corriere della Sera, 11 de abril de 2019). Quita a Dios y habrás eliminado el mayor obstáculo para llevar a cabo el mal. Además, y en relación con el clericalismo -una de las muchas palabras talismán de este Sínodo que significan todo y nada-, el autoritarismo de algunos sacerdotes no es la causa de los abusos, sino sólo una condición. Es como decir que la causa de los divorcios son los matrimonios.

El cardenal continúa diciendo que la referencia al clericalismo “también ayuda a entender el llamado a una Iglesia más «sinodal», donde la autoridad sólo se entienda en el contexto de la corresponsabilidad y de la variedad de carismas”. Aquí la autoridad jerárquica se licúa en un consenso aparentemente entre iguales, en una corresponsabilidad democrática que en realidad sirve de pantalla para ocultar las grandes maniobras de unos pocos.

Y finalmente la arremetida: es necesario “situar la autoridad en un contexto que impida los abusos de cualquier tipo y asegure el religioso respeto de la dignidad de las personas. La historia de la Iglesia nos muestra sobrados ejemplos de la ausencia de ese respeto en medio de la ostentación de la sana doctrina y de una rígida moral”. Así pues, quien pide fidelidad a la doctrina, como los cinco cardenales de los dubia, es un abusador, una persona que desprecia la dignidad de sus hermanos. Cuando es justamente al contrario: la doctrina es rígida porque debe proteger rígidamente la dignidad de las personas.

Está en juego la salvación eterna y por eso es necesario ser rigurosos e inflexibles a la hora de señalar lo que está en consonancia con esa dignidad y te lleva al Paraíso y lo que no está en consonancia con ella y te abre las puertas del Infierno.

TOMASSO SCANDROGLIO

Tambores de guerra | Actualidad Comentada 20-10-2023 | P. Santiago Martín | Magnificat.tv | Sínodo


DURACIÓN 12:43 MINUTOS

Estamos en la última trinchera (Bruno Moreno)



Cada vez que uso un símil bélico para hablar de cuestiones de fe, hay algún lector que me lo reprocha, alegando que es un lenguaje poco pacífico y cristiano. No obstante, como no pretendo ser mejor que nuestro Señor, San Pablo y los santos, que también usaron esas comparaciones, me voy a permitir decirlo: la Iglesia está en la última trinchera.

Durante los últimos meses, el terrible conflicto entre rusos y ucranianos nos ha recordado a todos algo que habíamos olvidado desde la Primera Guerra Mundial: las tácticas de la guerra de trincheras. Cuando dos ejércitos se atrincheran frente a frente, no tienen cada uno una sola trinchera. Si así fuera, en cuanto uno de ellos consiguiera traspasar la trinchera del otro, la guerra estaría perdida para este último. La realidad es que los ejércitos construyen multitud de trincheras, con distintas formas, defensas y posiciones, de modo que unas defiendan a otras, las cubran con su fuego y, en caso de que las primeras hayan sido tomadas por el enemigo, las segundas puedan servir de base para recuperarlas. Es lo que se llama defensa en profundidad.

¿Por qué explico esto? Porque es lo que la Iglesia ha hecho durante siglos, pero parece haber olvidado en las últimas décadas. El núcleo de la fe, lo irrenunciable del catolicismo, no es algo aislado, sino que ha estado siempre rodeado, sostenido, defendido y manifestado por una serie de tradiciones, signos, costumbres, presupuestos, expresiones artísticas, argumentos racionales, posturas filosóficas, ritos, canciones, formas de hablar y otras muchas tradiciones que daban forma concreta a la cosmovisión católica del mundo y de la vida. Esto se plasmó visible e instucionalmente en aquella época gloriosa que fue la cristiandad, pero la Iglesia, de alguna forma, lo llevaba siempre consigo, también a los lugares y las épocas que no eran mayoritariamente católicos.





Todas estas tradiciones eran, de algún modo, las trincheras en la lucha contra el mundo, el demonio y la carne, que se protegían y cubrían mutuamente. La Iglesia no solo defendía, por ejemplo, el dogma de la Encarnación, sino que lo sustentaba con explicaciones filosóficas, lo manifestaba visible y orgullosamente en el arte cristiano, lo celebraba con innumerables fiestas y tradiciones populares, lo remachaba con jaculatorias y oraciones como el ángelus, lo meditaba en el rosario, lo plasmaba en la liturgia y condenaba expresamente los errores y herejías contrarios con los más duros términos. Al defender su fe, los fieles no se sentían solos, sino que contaban con ese entramado de trincheras entrelazadas en los campos filosófico, artístico, cultural, histórico, disciplinar, lingüístico, festivo y de costumbres, que ayudaban inmensamente en ese empeño.

Dicho de forma escolástica, los accidentes revelan y modifican la sustancia. Aunque hay partes del catolicismo que son sustanciales y otras que son accidentales, las segundas no son un lujo del que se puede prescindir sin más, porque manifiestan y protegen ese núcleo de la fe al que nunca se puede renunciar. En su mayor parte, cada una de esas tradiciones o trincheras es mutable y accidental, pero en conjunto y en la práctica resultan necesarias para que la vida católica no se diluya en la incredulidad del mundo y la Iglesia siempre fue consciente de ello.

En la época del Concilio Vaticano II, sin embargo, se produjo un cambio de mentalidad a este respecto. La Iglesia, fatigada de la lucha incesante de casi dos milenios, se preguntó: ¿y si lo que hace que el mundo nos odie son precisamente esas tradiciones, esas trincheras, que, a fin de cuentas, son prescindibles? ¿Y si el problema está en que luchamos contra el mundo en vez de llevarnos bien con él?¿Y si hubiera una guerra y nadie se presentara a combatir?¿Y si así se acabaran las divisiones con los “hermanos separados”?¿Y si esa fuera la forma de que todo el mundo acepte el cristianismo? Imagine, it’s easy if you try. Estas preguntas forman el núcleo de lo que se ha llamado “espíritu del Concilio”, que es el espíritu del progresismo triunfante, y fascinaron por completo a obispos, sacerdotes, religiosos y, en menor medida, a los fieles.

Sería muy largo explicar cómo pudo olvidarse en aquel momento que el mismo Jesucristo nos había explicado que siempre seríamos odiados por su causa, hiciéramos lo que hiciéramos. El caso es que las advertencias del Señor cayeron en el olvido y se produjo un estallido del optimismo más ingenuo y contagioso que se pueda imaginar: llegaba la primavera, un nuevo pentecostés, y todo iba a cambiar por fin. Este espíritu de optimismo fue, a mi juicio, mucho más importante en la práctica que el Concilio en sí, cuyos textos son bastante moderados, se mantuvieron en la ortodoxia y, en realidad, fueron olvidados enseguida y casi por completo. El espíritu conciliar, en cambio, transformó toda la historia posterior de la Iglesia. Entre otras cosas, volviendo al tema que nos ocupa, ese optimismo suscitó una urgencia insaciable por desmantelar todas las trincheras que nos habían legado veinte siglos de cristianismo.


Innumerables eclesiásticos se dedicaron con entusiasmo, y con gran éxito, a esa tarea. Quisieran o no quisieran los fieles (y a menudo no querían) fueron desmantelándose en todos los ámbitos las tradiciones que hasta entonces la Iglesia había considerado valiosas, aunque no fueran esenciales. Los resultados están a la vista de todos: las prácticas y expresiones visibles propiamente católicas han ido menguando hasta casi desaparecer. El arte cristiano se ha ido abandonando a marchas forzadas, hasta convertirse en algo irreconocible y, a menudo, incomprensible y feo. Ya no se conserva en la práctica una filosofía cristiana y la mayoría de los sacerdotes apenas conocen de oídas a Santo Tomás, San Agustín, Escoto o los demás grandes pensadores católicos. Los sacerdotes y religiosos se apresuraron a quitarse los hábitos, para “ser como los demás”. Los ayunos, abstinencias y sacrificios molestaban y se han reducido al mínimo o incluso se ha negado su utilidad. La necesidad de la confesión es cosa del pasado y mil veces más personas comulgan que se confiesan. La lista sería interminable, pero basta señalar que los católicos, en casi todo el mundo, son indistinguibles de los paganos: piensan igual, creen lo mismo, tienen la misma moral y votan igual que los que no creen.

El desmantelamiento, por supuesto, no fue uniforme ni ocurrió a la misma velocidad en todas partes. De hecho, aunque los clérigos en general lo fomentaron o al menos lo toleraron, diversas autoridades lo frenaron cuando consideraban que estaba en riesgo algún elemento esencial e irrenunciable. De todos es conocido que Pablo VI se enfrentó a la opinión generalizada entre el clero y en la sociedad y recordó solemnemente la inmoralidad de las prácticas anticonceptivas en la Humanae Vitae o la existencia del demonio y otras doctrinas de fe en el Credo del pueblo de Dios. Juan Pablo II hizo un esfuerzo titánico por mantener los principios de la moral católica (por ejemplo, con Veritatis Splendor), por proclamar que solo en Cristo hay salvación (Dominus Iesus), por defender la impopular verdad de que el sacerdocio está reservado a los varones y por impulsar la evangelización de todos los hombres. Benedicto XVI intentó recuperar lo que se había perdido en la liturgia mediante la convivencia y el enriquecimiento mutuo de la liturgia antigua y la nueva, a la vez que hablaba sin cesar contra el relativismo ambiente. Fueron intentos nobles, aunque algo desesperados, de dar marcha atrás en el camino. Dios les premie por ello.

Esas mismas autoridades, sin embargo, continuaban alimentando a la bestia progresista, creyendo ingenuamente que así, en algún momento, quedaría satisfecha y la Iglesia podría vivir en paz. Pablo VI permitió que conferencias episcopales enteras rechazaran la Humanae Vitae e incluso desautorizó a algún pobre obispo que disciplinaba a los sacerdotes que hacían lo mismo. Todos hemos leído anécdotas de cómo se horrorizaba por alguna de las riquezas del rito romano que habían derruido sin piedad los reformadores litúrgicos, pero aun así aprobó prácticamente todas sus reformas, incluso las más radicales e injustificadas. Juan Pablo II proclamó que únicamente en Jesucristo y en la Iglesia se encuentra la salvación, pero al mismo tiempo inauguró los encuentros de Asís, que eran quizá el peor signo en ese sentido que podía imaginarse. Los abusos litúrgicos se toleraron hasta convertirse en la norma de facto. Las universidades heterodoxas se hicieron mayoría. Benedicto XVI, que conocía mejor que nadie la apostasía de la Iglesia en Alemania, no hizo nada por solucionarla y dejó que la podredumbre siguiera avanzando. De forma particularmente misteriosa, todos esos Papas nombraron obispos y cardenales progresistas que no compartían la fe católica (ni siquiera los aspectos concretos de ella que esos mismos Papas resaltaron y defendieron valientemente) y que eran una verdadera bomba de relojería para la Iglesia. No era necesario que los nombraran ni nadie podía obligarles a ello, pero lo hicieron. De nuevo, es de suponer que bienintencionadamente pensaban que eso contentaría al progresismo, sin darse cuenta de que el progresismo, por su propia naturaleza, nunca se contenta con nada, porque su esencia está en el abandono de lo antiguo y tradicional para llegar a un futuro utópico que en realidad no se puede alcanzar.

Resumiendo y sin meternos en más detalles, esta caudalosa corriente impulsada por el espíritu progresista desde hace medio siglo ha ido acabando con todas las trincheras que defendían la fe de la Iglesia. A grandes rasgos, los Papas y la parte de la Iglesia que conservaba la fe solo se plantaron con cierta firmeza en lo irrenunciable, renunciando prácticamente a todo lo demás. Las trincheras no esenciales se fueron abandonando una a una sin combatir. Se pueden mencionar cientos de ellas: silenciamiento de las verdades más incómodas de la fe, abandono de los sacramentales, iglesias horrendas, secularización rutinaria de sacerdotes y normalización de la dispensa de los votos perpetuos religiosos, ordenación de personas con desórdenes psicológicos graves, cremación según los casos, venta o destrucción de ornamentos antiguos, procesos de nulidad vergonzosos, monaguillas, normalización de la convivencia “como hermanos” de los adúlteros, negación práctica de la doctrina a la vez que se afirma teóricamente, desplazamiento de la culpa personal a la culpa social, ridiculización de la modestia en el vestir, herejes “testigos del Evangelio”, idealización de las religiones no cristianas, olvido práctico del purgatorio, desprecio del derecho canónico como algo poco “pastoral”, abandono de novenas, rosarios, rogatorias, témporas, triduos y demás “antiguallas”, desprecio de la religiosidad popular tradicional, funerales para pecadores públicos, horror a las condenas, absolutización del “llevarse bien” con el mundo, abolición del latín (contra lo mandado por el Concilio), elogio de los regímenes laicos y laicistas, sacralización de la democracia… La lista es interminable.

El problema es que, ahora que se han abandonado todas las trincheras no esenciales, lo esencial se encuentra indefenso y el ataque del progresismo arrecia en lugar de amainar. Los enemigos de la Iglesia huelen su debilidad y atacan con más fuerza. Juan Pablo recordó los principios de la moral y definió de forma infalible y definitiva que solo los hombres podían ser sacerdotes, pero como abandonamos hace tiempo la trinchera de la formación sacerdotal ortodoxa y rigurosa, el Vaticano puede decir que esa prohibición definitiva es definitiva pero en realidad a la vez no es definitiva sino que hay que estudiar la cuestión (cf. reciente carta del Papa en respuesta a los dubia) y que los principios de la moral de Veritatis Splandor, pues según se mire, pero en realidad lo importante es que el fin justifica los medios (cf. Amoris Laetitia). La Dominus Iesus puede enseñar que solo hay salvación en Cristo y en la Iglesia, pero, después de años de encuentros de Asís, a los fieles no les extraña nada que el Papa Francisco diga que las religiones no cristianas son una riqueza querida por Dios, lo que les extraña es que alguien pueda creer lo contrario. Benedicto XVI recuperó la convivencia pacífica con la liturgia antigua, pero después de décadas en que la impresión que se dio era que cualquier Papa podía hacer lo que quisiera con la liturgia, ¿qué hay de extraño en que ahora un Papa borre de un plumazo lo que hizo su antecesor? Pablo VI escribió la Humanae Vitae y Juan Pablo II fundó la Pontificia Academia para la Vida, pero, si el único criterio de catolicidad es lo que diga el Papa del momento y no la tradición de la Iglesia, porque lo antiguo es por definición peor que lo moderno, ¿qué impide que otro Papa llene la Academia de abortistas y partidarios de la anticoncepción, señalando así con total claridad que lo que estaba prohibido puede desprohibirse? El sínodo amenaza con derribar muy sinodalmente lo que queda en pie. Después de décadas y décadas de nombrar a obispos heterodoxos, progresistas y blanditos, ¿quién levantará la voz para quejarse aunque esté en juego lo esencial? Ya lo hemos visto: media docena de pobres cardenales y obispos, la mayoría jubilados y ninguneados.


La Iglesia está en la última trinchera. Ya no queda nada más de qué desprenderse y los que aún conservan la fe contemplan, horrorizados, que la guerra, lejos de acabarse como se nos prometió, continúa, pero ahora nuestros soldados están acostumbrados a retirarse sin luchar y no saben cómo hacer otra cosa. Nuestros obispos callan, los sacerdotes agachan la cabeza, la mitad de los monjes se dedican a la televisión en vez de a rezar, cuando no luchan en el bando enemigo, y los teólogos, por la fuerza de la costumbre, ni se inmutan al escuchar las herejías más fuertes.

Estratégicamente y humanamente hablando, nuestra posición es insostenible, nuestras fuerzas escasas y nuestro futuro muy negro. Cualquiera nos aconsejaría rendirnos para no prolongar la agonía, pero, como decía el general Chesty Puller, “estamos rodeados, esta vez no se nos escaparán”. Solo nos queda una cosa y es la que no debemos olvidar: estamos en el bando del Rey eterno y nuestra bandera es la de Cristo, sumo capitán, que lleva en la mano un cetro de hierro para quebrar las naciones de la tierra. Junto a Él se encuentra la Señora, vestida de sol, radiante como un ejército en orden de batalla y vencedora de todas las herejías. A nuestro lado, aunque no los veamos, combaten ángeles, arcángeles y todos los santos de la historia de la Iglesia. Si Cristo está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat.

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Por si alguien quiere imaginarse cómo podrían ir las cosas en la Iglesia en el futuro más o menos próximo:



Nota personal: Yo leí este libro al poco de ser anunciado. Y es realmente bueno, tanto en la forma como en el fondo. Te atrapa desde el principio. Y estás deseando que llegue el siguiente capítulo para seguir leyendo. Y aunque es una novela, se dejan ver aquí muchos de los problemas que aquejan hoy a nuestra Iglesia.
José Martí
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NOTA1: Como habrán notado los lectores, ya que llevamos un par de días hablando de este tema he incorporado al artículo varias de las aportaciones de comentaristas como Luis, Luis Fernando, AJ, Vladimir, etc., empezando por el título, que está plagiado de Urbel.

NOTA2: Sé que el artículo es muy duro, pero no están los tiempos como para andarnos con paños calientes.

NOTA3: Sé también que en el artículo se critican algunas cosas de papas canonizados, pero fíjense las cosas que se dicen de San Pedro en el Nuevo Testamento. Lo cierto es que también los santos se equivocan, a veces muy gravemente.

Bruno Moreno

jueves, 19 de octubre de 2023

Julio Ariza responde a Federico Jiménez Losantos ante las continuas referencias a El Toro



DURACIÓN 3 MINUTOS



Julio Ariza responde a Federico Jiménez Losantos por sus continuas referencias a «El Toro» y su relación con Vox. Julio comienza mencionando que el 29 de octubre se llevará a cabo una manifestación en Madrid, en la Plaza de Colón, y que El Toro Televisión la cubrirá en directo. Se espera que Federico Jiménez Losantos esté presente en el evento, y Julio Ariza anticipa su presencia con un toque de humor, describiendo a Federico como alguien «muy cañero» y mencionando su amistad de muchos años.

Julio reconoce que recientemente parece que Federico se ha mostrado un poco molesto con él debido al apoyo de su casa a Vox o por la publicidad de este partido en sus medios. Sin embargo, Julio argumenta que cada uno debe hacer su trabajo y que no debería interferir en el trabajo de los demás. Julio explica que lleva apoyando a Vox desde 2013 debido a la defensa de ciertos valores y derechos, y que entiende que Federico no se identifique con todos esos puntos, pero insta a que no haya confrontaciones innecesarias.

El mensaje principal de Julio Ariza a Federico Jiménez Losantos es que, a medida que envejecemos, podemos optar por convertirnos en personas «amables y comprensivas» o en «cascarrabias». Él recomienda a Jiménez Losantos, relajarse y centrarse en otros objetivos, en lugar de entrar en confrontaciones innecesarias con aquellos que puedan tener diferencias de opinión. Asimismo, señala que la gente que sigue a ambos los escucha y los ve, por lo que no es productivo entrar en una guerra mediática entre ellos.

Julio finaliza mencionando que su lucha está dirigida contra otras fuerzas políticas, como los comunistas y los independentistas, y no quiere enemistarse innecesariamente con Federico. También destaca que el apoyo financiero es necesario para mantener la independencia de sus medios y critica las acusaciones de que alguien más los financia, argumentando que todos los medios buscan el apoyo de sus espectadores para mantener su independencia.

NOTICIAS 18 y 19 de OCTUBRE de 2023


ADELANTE LA FE

El advenimiento de «el otro» (Comentarios sobre el documento Laudate Deum)

INFOCATÓLICA

Mons. Cordileone y Mons. Barber publican una carta pastoral conjunta condenando la ideología de género

LA SACRISTÍA DE LA VENDÉE

Revolución: el cristianismo es barrido de Francia, con Javier Paredes - El pasado que no pasa 30

Laudate Deum: el "magisterio" y las ideologías - La Sacristía de La Vendée: 19-10-2023

FÁTIMA, LA GRAN ESPERANZA

San Lucas

SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, CONFESOR

LA CIGÜEÑA DE LA TORRE

Los ‘modelos clericales’ del sínodo, la doctrina y la ‘caridad pastoral’, la diplomacia mediadora del Vaticano, la monja arco iris y la monja antiecologista.

El clericalismo sinodal, los términos innobles, control o espionaje en el Vaticano, el pabellón de la fe, Aktion T4, el DOMUND.

EXSURGE DOMINE

¡Adelante en el nombre de Dios!

CHIESA E POST CONCILIO


Selección por José Martí

Cientos de juristas de 22 naciones acusan a Hamás de crímenes de genocidio contra Israel



Políticos de extrema izquierda vienen lanzando falsas acusaciones de "genocidio" contra Israel por su contraataque contra Hamás.



La ultraizquierda acusa falsamente de 'genocidio' a Israel...

Esas acusaciones se basan en la idea de que las muertes de civiles palestinos en las operaciones militares israelíes contra Hamás serían crímenes de genocidio, aunque esas muertes no sean buscadas por las Fuerzas de Defensa de Israel y la intención expresa de este país sea acabar con los terroristas, pero no con los civiles de Gaza. Así pues, esa acusación lanzada contra Israel es una acusación falsa, pero además es una acusación cargada de cinismo y de doble moral.

... pero no a Hamás, que quiere «exterminar totalmente» a los judíos

Y es que la extrema izquierda no ha calificado como genocidio la masacre indiscriminada de judíos israelíes por parte de Hamás, no sólo en su ataque terrorista del 7 de octubre, sino también en anteriores ataques contra Israel. Recordemos que los dirigentes de Hamás han anunciado su voluntad de "exterminar totalmente" a los judíos, una declaración que sí encaja en la tipificación de genocidio del Artículo 5 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

Más de 240 expertos en Derecho Internacional acusan a Hamás de cometer genocidio

Hace unos días, se presentó una declaración (se puede leer aquí completa) que ya está actualmente firmada por más de 240 expertos en Derecho Internacional de universidades de 22 países: Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Georgia, Grecia, Israel, Italia, Luxemburgo, México, Países Bajos, Polonia, Reino Unido y Suiza. En el texto de la declaración se hace referencia al ataque terrorista de Hamás contra Israel el 7 de octubre, afirmando:

"Estos actos constituyen una grave violación del derecho internacional y, en particular, del derecho penal internacional. Como estos actos horrendos y generalizados parecen haber sido llevados a cabo con la “intención de destruir, total o parcialmente” a un grupo nacional –los israelíes–, objetivo explícitamente declarado por Hamás, lo más probable es que constituyan un crimen internacional de genocidio, proscrito por la Convención sobre Genocidio y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional".

También acusan a Hamás de cometer crímenes de guerra

Los firmantes también señalan que, además de los secuestros y asesinatos cometidos por los terroristas palestinos, los propios vídeos de ese ataque difundidos por Hamás "documentan actos de tortura, violencia sexual, violencia contra niños y abuso de cadáveres". En su declaración los juristas firmantes recuerdan: "El derecho internacional prohíbe la toma de rehenes". Así mismo, los juristas añaden:

"La toma de rehenes se define como crimen de guerra, incluso en el artículo 8 (2) (c) (iii) del Estatuto de Roma, que refleja el derecho internacional consuetudinario. Las leyes relativas a la tenencia de prisioneros de guerra no se aplican a las organizaciones terroristas. Por lo tanto, mantener como rehenes a civiles y soldados constituye un crimen de guerra".

La declaración también señala que "los miembros de Hamás dirigieron deliberadamente sus ataques contra un gran número de civiles, cometiendo asesinatos, torturas, violaciones, mutilaciones y abuso de cadáveres. Cada uno de estos actos constituye un crimen de guerra, por el cual los perpetradores deben asumir plena responsabilidad".

Denuncian que Hamás también ha cometido crímenes contra la humanidad

El texto añade: "El secuestro de personas sin proporcionar información sobre su paradero constituye el delito de desaparición forzada. Además, la información disponible indica que muchos secuestrados fueron torturados por sus captores. Estos actos fueron cometidos repetidamente por Hamás contra los rehenes en ejecución de su política de atacar a civiles y, por lo tanto, constituyen crímenes contra la humanidad, por los cuales los perpetradores deben asumir plena responsabilidad".

Por su interés, se incluye a continuación el texto completo de esa declaración, traducido al español:

Declaración pública de expertos en derecho internacional

El 7 de octubre de 2023, más de mil terroristas, miembros de Hamás y la Jihad Islámica, se infiltraron y capturaron aldeas y ciudades civiles en Israel, así como varias bases militares. Los terroristas masacraron a más de 1.300 personas, entre ellas mujeres, niños, ancianos y jóvenes que celebraban en una fiesta al aire libre. Miles de personas resultaron gravemente heridas. Las cifras de las personas masacradas aún no son definitivas y aún se están revelando detalles sobre la magnitud de las atrocidades. Estos actos constituyen una grave violación del derecho internacional y, en particular, del derecho penal internacional. Como estos actos horrendos y generalizados parecen haber sido llevados a cabo con la “intención de destruir, total o parcialmente” a un grupo nacional –los israelíes–, objetivo explícitamente declarado por Hamás, lo más probable es que constituyan un crimen internacional de genocidio, proscrito por la Convención sobre Genocidio y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

Además de los asesinados y heridos, se estima que más de 150 personas fueron secuestradas y tomadas como rehenes. La mayoría de los rehenes son civiles, e incluyen tanto ciudadanos israelíes como no israelíes. Entre los secuestrados se encuentran mujeres, niños, bebés, ancianos que necesitan atención médica y personas con discapacidad. Según informes de los medios de comunicación, algunas personas secuestradas fueron asesinadas tras su secuestro. Los vídeos, difundidos en su mayoría por Hamás, publicados en las redes sociales, documentan actos de tortura, violencia sexual, violencia contra niños y abuso de cadáveres. El líder de Hamás, Salah Al-Arouri, y Abu Obeida, portavoz de Izz ad-Din al-Kassam, confirmaron que retenían a secuestrados israelíes. No se ha proporcionado información sobre la ubicación actual, el estado y las condiciones de los rehenes. Están detenidos sin comunicación alguna con el mundo exterior y el CICR no ha tenido acceso a ellos. Hay muchas razones para creer que sus vidas y sus derechos básicos están bajo amenaza inmediata de la más grave naturaleza.

Crímenes de guerra

El derecho internacional prohíbe la toma de rehenes, definida en la Convención Internacional contra la Toma de Rehenes como la toma o detención y la amenaza de matar, herir o continuar deteniendo a otra persona “para obligar a un tercero, es decir, a un Estado, una organización internacional intergubernamental, una persona natural o jurídica, o un grupo de personas, a realizar o abstenerse de realizar cualquier acto como condición explícita o implícita para la liberación del rehén”. La prohibición del derecho internacional consuetudinario de tomar rehenes se aplica tanto a los conflictos armados internacionales como a los conflictos armados no internacionales. Se aplica, por tanto, al conflicto armado entre Israel y Hamás.

La toma de rehenes se define como crimen de guerra, incluso en el artículo 8 (2) (c) (iii) del Estatuto de Roma, que refleja el derecho internacional consuetudinario. Las leyes relativas a la tenencia de prisioneros de guerra no se aplican a las organizaciones terroristas. Por lo tanto, mantener como rehenes a civiles y soldados constituye un crimen de guerra. Las circunstancias que rodearon el secuestro de todos los rehenes, civiles y soldados, revelan que fueron tomados con el propósito de mantenerlos como rehenes. Hamás debe liberar a todos los rehenes inmediatamente.

Además de tomar rehenes, según información publicada en las redes sociales y testimonios de supervivientes, los miembros de Hamás dirigieron deliberadamente sus ataques contra un gran número de civiles, cometiendo asesinatos, torturas, violaciones, mutilaciones y abuso de cadáveres. Cada uno de estos actos constituye un crimen de guerra, por el cual los perpetradores deben asumir plena responsabilidad.

Crímenes contra la humanidad

Los crímenes de lesa humanidad se refieren a actos cometidos como parte de un “ataque generalizado o sistemático dirigido contra una población civil”. Los actos que pueden constituir crímenes de lesa humanidad incluyen, entre otros, desapariciones forzadas, tortura, violencia sexual y persecución. El secuestro de personas sin proporcionar información sobre su paradero constituye el delito de desaparición forzada. Además, la información disponible indica que muchos secuestrados fueron torturados por sus captores. Estos actos fueron cometidos repetidamente por Hamás contra los rehenes en ejecución de su política de atacar a civiles y, por lo tanto, constituyen crímenes contra la humanidad, por los cuales los perpetradores deben asumir plena responsabilidad.

A la espera de la liberación de los rehenes, Hamás debe proporcionar, según el derecho internacional, información sobre los rehenes, incluida su condición médica, y brindarles la atención médica necesaria. El derecho internacional impone deberes particulares adicionales de cuidado hacia las mujeres y los niños.

Es deber legal y moral de todos los Estados actuar rápidamente para detener estos crímenes.

La comunidad internacional, incluidos todos los estados y organizaciones internacionales relevantes, debe tomar todas las medidas necesarias para garantizar la liberación inmediata de todos los rehenes en poder de Hamás. Cualquier demora en la acción resultará en más pérdidas de vidas humanas y agravará el sufrimiento humano.

A la espera de la liberación de los secuestrados, todos los Estados deben exigir a Hamás que proporcione de inmediato información clara sobre el paradero y la condición real de todos los secuestrados.

A la espera de su liberación, las organizaciones humanitarias, incluido el CICR y todas las agencias pertinentes de la ONU, deberían exigir a Hamás que les proporcione acceso a los secuestrados. Estas organizaciones también deben hacer todo lo posible para garantizar que se proporcionen los alimentos esenciales y el tratamiento médico adecuado.

A la espera de su liberación, todos los estados deben utilizar todos los medios disponibles para apoyar a Israel, el CICR y todas las demás organizaciones y estados relevantes para obtener acceso a los secuestrados y recibir información sobre su suerte y paradero. Esa asistencia debería incluir, al menos, proporcionar toda la asistencia logística posible y la inteligencia disponible y apoyar los esfuerzos diplomáticos pertinentes.

Sin menoscabo del deber de exigir la liberación inmediata e incondicional de todos los secuestrados, todos los Estados y las organizaciones internacionales tienen el deber de utilizar todos los medios disponibles a su disposición para presionar a Hamás para que dé prioridad a la liberación inmediata de los secuestrados que pertenecen a colectivos especialmente protegidos: niños, mujeres, personas mayores, personas con discapacidad y personas que necesitan tratamiento médico.

Todos aquellos juristas expertos en Derecho Internacional que estén interesados en suscribir esta declaración, pueden firmarla en este enlace.

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