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sábado, 14 de diciembre de 2013

Franciscanos de la Inmaculada ( y 2)

[Artículo sacado de la página web de Acción Litúrgica]



Con frecuencia en esta web se han recibido recogidas de firmas que no hemos publicado. Por ejemplo solicitando que Su Santidad el Papa celebre la Misa tradicional, y otras a las que no nos hemos sumado. Sin embargo, la situación en el Instituto de los Franciscanos de la Inmaculada es sumamente preocupante y requiere el compromiso de todos los amigos y visitantes de esta página.

No queremos silenciar otras opiniones, y de hecho en el enlace de Rorate Caeli tienen también la respuesta  íntegra del comisario apostólico (comisario político lo definen en algunas webs) impuesto a los Franciscanos de la Inmaculada: el padre Fidenzio Volpi.

Los motivos por los que han sido intervenidos, castigados y purgados los Franciscanos de la Inmaculada, ya las ha dado Volpi: ni abuso de menores, ni escándalos sexuales, ni desfalcos de dinero, ni abusos litúrgicos. Este es el motivo: "criptolefebvrismo y deriva definitivamente tradicionalista". Mucho han tenido que rebuscar en los Franciscanos de la Inmaculada a los que querían poner en la picota, y muy poco han encontrado.

Suponiendo que fuera verdad esta tendencia teológica y que en el instituto de los Franciscanos de la Inmaculada creciera un rechazo al Concilio Vaticano II (¿al Concilio o a su interpretación? ¿acaso ilustres teólogos y pensadores católicos, muchos citados por Benedicto XVI en sus obras, no han mostrado sus reservas a determinadas interpretaciones de dicho concilio, o a una cierta ambigüedad en los textos conciliares que provocaba dichas interpretaciones?); si fuera verdad, decíamos, ¿no resultan desproporcionadas, arbitrarias y ajenas a la caridad cristiana las medidas adoptadas por el padre Volpi, y por la Congregación para los Religiosos? 

La respuesta no puede ser más que afirmativa, teniendo en cuenta que no se toma ninguna medida contra otros religiosos que defienden el aborto, el matrimonio homosexual, el sacerdocio femenino y que incluso ignoran, niegan o convierten en metáforas dogmas como la presencia real en la Eucaristía, la Resurrección o la Inmaculada Concepción, y alteran la liturgia a mala fe provocando escándalo en los fieles (en contra del Concilio Vaticano II y de todos los demás concilios). Ni siquiera ha habido purgas ni se han exigido responsabilidades en institutos y curias que han ocultado pecados terribles como el abuso a menores. "Misericordina" para los herejes y psicópatas, y palos sin fin contra los devotos Franciscanos de la Inmaculada.

Los argumentos sobre desvío doctrinal en los Franciscanos de la Inmaculada serán ciertos o no, pero quedan moralmente en entredicho desde el momento en que se les prohíbe a todos ellos el celebrar la Santa Misa tradicional incluso de forma privada. Convirtiendo una orden floreciente en un campo de batalla. El Papa Francisco lo habrá aprobado, no sabemos en qué terminos; los Franciscanos de la Inmaculada tendrán que obedecerle, pero ésto no convierte la medida (contraria al magisterio de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI) en un acto justo, porque se utiliza la Liturgia Sagrada como un arma de castigo, y porque los discrimina frente al resto de católicos, privándoles de un derecho. 

Por ello, desde el respeto y el afecto a la persona del Santo Padre, tenemos también que respetar nuestra conciencia y afirmar que el "pueblo Summorum Pontificum" está incompleto hasta que no se restablezca el derecho universal conculcado a estos frailes. Y la medida que ahora está en nuestra mano es firmar para pedir la dimisión del verdugo autor de la purga, el padre Volpi. Y que Roma nombre un administrador ecuánime y respetuoso con todas las sensibilidades litúrgicas.

No podemos seguir publicando fotos de bonitas ceremonias como si esto no fuera con nosotros. Porque la prohibición de la Liturgia tradicional y las medidas de inusitada dureza son también un agravio a todos los defensores de la forma extraordinaria del Rito Romano. 

Un lector dejó hace ayer un comentario muy certero: "Roma quiere institutos Ecclesia Dei que sean como piezas de museo. Claramente han ido a desmantelar este instituto que tenía una expansión brutal, era dinámico, y vivía la pobreza cerca de los pobres. Pero con la liturgia antigua. Roma no podía tolerar ni su expansión, ni su pobreza franciscana, porque los progres (y el "conservadurismo oficialista" podríamos añadir) quieren tener la exclusiva de la caridad".

El Beato Juan Pablo II con religiosas franciscanas de la Inmaculada



Franciscanos de la Inmaculada (1)





El anciano Padre Manelli: un nuevo mártir de la Tradición


[Traducción nuestra de un publicado por Marco Tosatti en Vatican Insider. Y reproducido también en francés por Riposte Catholique.]

"Recibimos una carta de un laico próximo a los Franciscanos de la Inmaculada, la pequeña orden "comisariada" - una decisión muy discutible según diversas fuentes - que denuncia una situación de marcada dureza de parte de los nuevos gestores de la situación. 

Por una larga experiencia, sabemos que la crueldad contra los hermanos en los ambientes eclesiásticos no tiene nada que envidiar a otros ambientes. 

Pero el Papa Bergoglio, que ha aprobado el envío de un comisario, exhortaba en su entrevista con el director de la Civiltá Cattolica a una actitud de "misericordia" y de "ternura", hablaba de la Iglesia como de "un hospital de campaña tras la batalla" y afirmaba: "Veo con claridad que lo que más precisa la Iglesia hoy es la capacidad de curar las heridas" porque "al fin y al cabo, las gentes están cansadas de autoritarismo".

Lean lo siguiente para saber si el autoritarismo y su hermana la tiranía están presentes en el caso de los Franciscanos de la Inmaculada. Bien puede uno preguntarse: "¿qué han hecho estos pobres religiosos? ¿defraudar, abusar de menores, llevar una vida inmoral? Ésta es la carta:

Después de la noticia de la puesta de los Franciscanos de la Inmaculada bajo la tutela de un comisario apostólico, los acontecimientos son poco conocidos. Es conveniente hacer un resumen:

1. Después de haber acusado al padre Stefano María Manelli, fundador del instituto de los Franciscanos de la Inmaculada (FI) de haber desviado a los hermanos de su carisma fundacional, sin explicar en qué consiste ese desvío.

2. Después de haberles prohibido celebrar el Vetus Ordo, prohibición aún vigente, seguida con obediencia total por parte del instituto, después de haber destituido de sus cargos, transferido y alejado, con furia y precipitación, a los hermanos fieles al carisma de los Padres Fundadores, y de haber promocionado a todos los hermanos que apoyan la "nueva" línea en los diferentes conventos FI diseminados por el mundo.

3. Después de haber, sin motivo claro, apartado de la enseñanza al padre Apollonio, Procurador General. Presidente del Seminario Teológico y Guardián del convento de Roma-Boccea, y haberlo transferido a Portugal.

4. Después de haber apartado de la enseñanza al padre Lanzetta, vice-delegado FI para Italia, superior en Florencia y profesor en el seminario, y haberlo transferido a Austria. Después de haber transferido al padre Settimio Manelli y al padre Siano, respectivamente rector y vice-rector del seminario, destituidos de sus cargos y reemplazados por dos hermanos de la "nueva" línea, uno de ellos ni siquiera bachiller en teología.

5. Después de haber expedido para África, de la noche a la mañana, al padre Budani, que estudiaba Derecho Canónico y se le impide continuar sus estudios. Después de haber exiliado al padre Stefano, siempre obediente, y de haberle prohibido recibir visitas, incluso de sus familiares, bajo pena de pecado grave, y de haberle prohibido recibir llamadas telefónicas o cualquier contacto directo con el mundo exterior.

6. Después de todo ésto, por una carta de 27 de noviembre, el padre Fidenzio Volpi, con el apoyo del padre Alfonso Bruno, ha considerado oportuno extender su guerra total también contra los laicos. Y ha suspendido todas las actividades de los laicos  pertenecientes a la MIM (Misión de la Inmaculada Mediadora) y de la Tercera Orden Franciscana de la Inmaculada, prohibiendo a los terciarios llevar el hábito.

¿Es así, con esta dureza inusitada y estas purgas estalinistas, como se resuelven las eventuales dificultades internas en una congregación religiosa? ¿O es así como se ha destruido un carisma, no solo capaz de atraer muchas vocaciones, sino que fue positivo hasta ayer y sostenido por las más altas autoridades vaticanas (teniendo en cuenta que los padres Manelli y Lanzetta, hoy réprobos, frecuentaban obispos y cardenales y encontraban eco en L´Osservatore Romano)".

Marco Tosatti


(Que el lector saque sus conclusiones)

Artículo censurado en "Religión en Libertad", de César Uribarri

El preocupante apartado 32 de la exhortación apostólica "Evangelii Gaudium"

César Uribarri

[Publicamos un artículo César Uribarri que "misteriosamente" ha desaparecido a las pocas horas de su publicación en "Religión en Libertad"].


Quizá es más cómodo callar. Yo he estado en silencio voluntario casi 6 meses y uno acaba acostumbrándose a los placeres de lo oculto: ves, oyes, lees, interpretas… y no tienes que dar cuenta a nadie de tus silencios.Quizá no quería hablar o quizá, simplemente, no podía. Desde la elección del Papa Francisco un terrible nubarrón se cernió, a mi entender, sobre la realidad. Y preocupado por la tormenta futura veía como mi desasosiego era, por el contrario, gozo y alegría en casi todos. Pero no era un gozo normal, era casi enfermizo, avasallador, total. Si sobre y contra Benedicto XVI se pudo decir cualquier cosa, parecía que con el advenimiento de Francisco estuviera prohibido el disenso. Y así los medios, casi al unísono, se convertían en portavoces del Papa. Incluidos, claro está, los medios católicos, ortodoxos o heterodoxos: lo curioso es que en ellos cualquier opinión en contrario era silenciada, cuanto menos dificultada. Y eso, esa unanimidad en los aprecios, en el seguidismo, no era normal -basta recordar las campañas de acoso contra Benedicto XVI que empezaron en el mismo inicio de su pontificado, incluso desde dentro de la misma Iglesia, y que en absoluto han ocurrido con el papa Francisco-. 

Algo había cambiado en la percepción de ésta, tanto desde fuera como desde dentro de la Iglesia. No en vano el papa Francisco ha sido elegido personaje del año 2013 por la revista Time, en lo que es la conclusión, el súmmum, del aprecio que le tienen los medios tradicionalmente enemigos de la moral y del papado. Por contra,¿acaso hemos de olvidar la persecución que sufriera el papa Benedicto XVI, dentro y fuera de la Iglesia? Cómo no recordar la terrible carta de 2009 en la que Benedicto XVI públicamente lloró por el abandono que había sufrido por parte de los obispos y de los católicos, reconociendo cómo unos y otros se habían lanzado a herirle “con una hostilidad dispuesta al ataque”, o usando calificativos tales cual “morder o devorar” referidos a su misma persona.


Pero bastó que subiera Francisco a la silla de Pedro para que preclaras figuras de la Iglesia comentaran que con el nuevo papado se había abierto una ventana de aire fresco en la Iglesia queriendo indicar que con el nuevo Papa vendrían nuevos tiempos. Imagen de la ventana abierta que me desasosegaba, por cuanto me parecía que el tal aire más bien nos iba a constipar, amén de lo poco respetuoso que me parecía para con el papa emérito. Luego me contaron que algún otro, más malévolo, parafraseando a Pablo VI dijo que Satanás ya no tendría que esforzarse en entrar por los resquicios de la Iglesia, ya que ahora se le habían abierto las ventanas de par en par. Y es que algunos, pocos, mirábamos con preocupación la deriva que parecía tomar el rumbo de la Iglesia, mientras que una mayoría ingente gozaba el tal evento.


Se dirá que nada cambiaba, pero la realidad nos mostraba, día a día incluso, que al menos el lenguaje sí había cambiado y con él muchos gestos. El problema es que tras el lenguaje se cambiara el contenido. Y esa era la preocupación, porque no se trataba simplemente de cambios menores como el coche papal, los apartamentos pontificios, o las diarias homilías en santa Marta. No era, simplemente, que el Papa día a día quisiera ser un pastor más, como párroco en su pequeña parroquia, permitiéndose ambiguas frases comprensibles por lo pastoral y coloquial del lugar y del discurso. No. Había una intención, una querencia que solo se vislumbraba en frases concretas, entrevistas desaparecidas o mensajes cara a cara. Y esa intención, lo que el Supremo Pontífice de la Iglesia entendía sobre cuál habría de ser su misión y la misión de la misma Iglesia, se evidenciaba someramente a pesar de los ímprobos esfuerzos del voluntario equipo de traductores y comentadores que trataban día tras día de reconducir todo cuanto dijera a la ortodoxia. Pero era un reflejo, un brillo, que permanecía en un terreno fantasmagórico. Lo querías atrapar y se escapaba. Querías ampararte en esas frases para alertar y se escapaban en lo coloquial o interpretable de las mismas. Parecía una lluvia fina que empapa sin darse cuenta. Nada cambiaba, decían, mientras nos parecía que el barco de la Iglesia se adentraba en aguas pantanosas.

Era necesario algo más, palabras firmes, no movibles por lo coloquial del lugar o del discurso. Con Lumen Fidei habló nuevamente Benedicto XVI, porque la encíclica que firmara Francisco nació de la mano y del corazón del papa anterior. Pero ahora, con la exhortación Evangelii Gaudium el Papa reinante ha expresado su programa, su parecer del mundo y de su misión. Y su contenido me preocupa porque la Iglesia parece que ha dejado de enfilar su mascarón de proa hacia Dios, para enfilarlo hacia el hombre. Y así, se dice en dicha exhortación apostólica que “el obispo siempre debe fomentar la comunión misionera en su Iglesia diocesana siguiendo el ideal de las primeras comunidades cristianas, donde los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma (cf. Hch 4,32). Para eso, a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos” pero la sensación que tenemos es que sólo se permiten caminos escorados hacia las fronteras. 


Que no en vano conviene recordar como en ese encuentro del Papa Francisco con la Presidencia de la CLAR el 16 de junio del 2013 les animaba a equivocarse (¿doctrinalmente?) y si les llegaba una carta de la Congregación para la doctrina de la fe (sí, era doctrinalmente) que no se preocuparan, que siguieran adelante

No parece que, por ejemplo, los Franciscanos de la Inmaculada puedan decir los mismo. ¿Permitirá el Papa que el olfato del rebaño de los Franciscanos puedan fundar esa nueva congregación que pretenden y que así han solicitado a Roma, anclada en el rito litúrgico vetus ordo, ahora que se les ha impedido celebrarlo? Desgraciadamente percibimos ya con los hechos como esos “nuevos caminos” que se van a poder abrir son caminos concretos en las fronteras de la doctrina y muy alejados de la tradición de siempre. Los otros, los que libremente el rebaño quiera dirigir hacia aquellos otros pastos, quizá esos no sean permitidos.

Pero no debo detenerme en esto. Otros serán los que vayan marcando y señalando esos aspectos. Yo, con todo, prefiero alertar de un riesgo que intuyo y que puede hacer entender unos de los aspectos más desconcertantes de Fátima.



Volvamos a la frase más explosiva que nos legó Fátima. Es una sencilla frase, pero justo por ello tremendamente enigmática: “En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc”. Dejando el “etc” aparte –y que ya fue objeto de algún post anterior- ¿qué relación puede tener esta frase del segundo secreto de Fátima con la exhortación apostólica del Papa? Probablemente ninguna, pero la exhortación apostólica abre un panorama que podría hacerlo comprensible más adelante. Si la situación de la fe es igual ahora en Portugal que en cualquier otro lugar del mundo, ¿qué puede explicar que una nación llegue a conservar la fe globalmente? Al tiempo que implícitamente se nos indica que otras naciones, por el contrario, no lo harán. ¿Cómo es posible que naciones salven la fe o la perviertan? Hasta ahora era difícil comprender esto, sobre todo en una época donde ya no cabe aquel cuius regio eius religio, pero el Papa ha anticipado un proyecto que, de realizarse, podría explicarlo. Es el preocupante apartado 32: dotar a las Conferencias Episcopales de facultades doctrinales al tiempo que la figura del papa se reubique en la Iglesia. Así lo dirá el mismo Papa:

Dado que estoy llamado a vivir lo que pido a los demás, también debo pensar en una conversión del papado. Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización. El Papa Juan Pablo II pidió que se le ayudara a encontrar «una forma del ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva». Hemos avanzado poco en ese sentido. También el papado y las estructuras centrales de la Iglesia universal necesitan escuchar el llamado a una conversión pastoral. El Concilio Vaticano II expresó que, de modo análogo a las antiguas Iglesias patriarcales, las Conferencias episcopales pueden «desarrollar una obra múltiple y fecunda, a fin de que el afecto colegial tenga una aplicación concreta. Pero este deseo no se realizó plenamente, por cuanto todavía no se ha explicitado suficientemente un estatuto de las Conferencias episcopales que las conciba como sujetos de atribuciones concretas, incluyendo también alguna auténtica autoridad doctrinal. Una excesiva centralización, más que ayudar, complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera.”


¿Cómo será esto? Por ahora no es más que un anticipo de un proyecto, pero anticipo que da a entender que sobre ello ya se ha hablado en altos sectores de la Iglesia y en lo que estarían muy interesados en ver pronto realizado. Y así, unas conferencias episcopales con facultades doctrinales podrían explicar como naciones enteras puedan permanecer en la fe, en el dogma de la fe, mientras otras se perviertan. Porque algunas conferencias episcopales podrían decidir que la doctrina de la fe, que el dogma de la fe, ha cambiado. ¿Imposible? Conviene recordar algo muy reciente, donde la conferencia episcopal alemana ha aprobado, moralmente, el uso de la píldora del día después en determinados supuestos. ¿Acaso no podría ocurrir, entonces, que esas futuras conferencias episcopales, una vez tengan facultades doctrinales, marquen la fe, perdiéndola, en su territorio? ¿Acaso el papa, reubicado en un nuevo estatus en la Iglesia, no podría quedar atado de pies y manos para impedir tamaña perversión de la fe?

Sería como la guerra moderna, guerra sin bombas. Así una nueva forma de cisma en la Iglesia. Cisma incoloro, sin desgarramiento aparente, sin levantamiento de polvo. Una nueva forma de romper la Iglesia sin romperla formalmente. Simplemente el dogma de la fe se pervertiría en el mismo nombre del Señor, bajo su misma Autoridad, bajo su mismo mandato de apacentar al pequeño rebaño. Por obra y gracia de una decisión colegiada en conferencias episcopales redivivas.

Que este riesgo puede empezar a cobrar visos de realidad lo evidencia el mismo apartado 32 de la exhortación. Y que esta reforma de las estructuras del papado y de las conferencias episcopales puede ser una bomba de relojería parece alertarlo esa misteriosa frase del segundo secreto de Fátima -“en Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc”. 

Y quisiera no tener razón. Quisiera.
César Uribarri

jueves, 12 de diciembre de 2013

Más sobre Nelson Mandela (José María Iraburu)


Mandela. Oremos por él
Por José María Iraburu 


Nelson Mandela ha muerto, y todos los medios de comunicación mundiales han informado de su vida y de su obra. También han sido y serán frecuentes las celebraciones cristianas ecuménicasque por él se realicen, como la que se anuncia en Madrid, en la Basílica de San Francisco el Grande (10-XII-2013), a la que son invitadas «distintas confesiones cristianas… y también representantes de otras religiones». En la tradición cristiana estas celebraciones funerales suelen ser de acción de gracias, por todo lo bueno que Dios le concedió al difunto, y de oración de súplica por todo lo malo que haya habido en su vida, para que la misericordia de Dios elimine en él toda huella de sus miserias.
* * *
Los datos biográficos de Mandela (1918-2013) han sido recogidos estos días en todos los medios de comunicación. Nacido en Mwezo, Sudáfrica, pertenecía al clan Madiba, era bisnieto del rey Ngubengcuka (+1832), fue abogado, metodista, se casó tres veces y tuvo seis hijos. Líder delUmkhonto we Sizwe, el brazo armado del partido Congreso Nacional Africano, fue arrestado en 1962, pasó 27 años preso en la isla-prisión Robben Island, y liberado en 1990, colaboró con el presidente de Sudáfrica Frederick Willem De Klerk, consiguiendo para la nación en 1994 una considerable reconciliación nacional, en una sociedad política que consiguió superar el anteriorapartheid ignominioso de los negros.
En 1993 recibió, al mismo tiempo que De Klerk, el Premio Nobel de la Paz. Fue el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999), y mantuvo a De Klerk como vicepresidente primero. En el tiempo de su gobierno estableció la Comisión para la verdad y la reconciliación, encomendando su presidencia a su amigo el arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, Desmond Tutu, también Premio Nobel de la Paz. Además del Premio Nobel, recibió una veintena de Premios internacionales y fue nombrado Doctor Honoris causa por más de diez Universidades de diversos países.
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La acción política de Mandela fué netamente laicista, y en la gran batalla entre la Iglesia Católica y el Humanismo anti-Cristo, recrudecida en la segunda mitad del siglo XX, de la que ya traté en otros artículos de este blog (107) y (108), se alió decididamente con las sociedades y grandes Organismos Internacionales empeñados en la destrucción de la Civilización Cristiana. Resumo algunos informes recientes de la Human Life International, una de las organizaciones pro-vida más importantes del mundo, expuestos en la Revista ARBIL, nº 61.
Consiguió el presidente Mandela, apoyado en su hegemonía política, una ley del aborto libre (1996), que se considera moralmente, después de la de China, la peor del mundo, y que incluye la posibilidad de abortos en menores sin el conocimiento y consentimiento de sus padres. Para conseguir esa ley hubo de imponerse a la abrumadora oposición mostrada en las encuestas realizadas en el pueblo sudafricano. Él ha contado siempre para su obra pro-abortista y anti-conceptiva con el potentísimo apoyo económico y político de la Fundación Rockefeller, el Banco MundialPlannedd Parenthood y de otros poderosos Organismos Mundiales. Logró impulsar la difusión de los anticonceptivos, también entre los menores, suministrados gratuitamente por laHealth Department. El gobierno confió a la dirección de Planned Parenthood la tarea de «enseñar sexualidad» a los sudafricanos desde que son niños. La ley de parejas de hecho (domestic partnership) favorece la formación de diverso tipo de parejas, también de las homosexuales.
Todas esas políticas, y otras de ingeniería social orientadas en la misma dirección, han ocasionado en Sudáfrica el desarrollo de otros muchos males, implantando en esa nación las graves degradaciones que afectan hoy a las naciones más ricas de Occidente, de antigua filiación cristiana, y que a veces son todavía ignoradas en algunos países «sub-desarrollados» (sic). Es posible que estos países, atraídos por el mundial prestigio de Mandela, imiten sus buenos ejemplos de reconciliación nacional, pero también sigan en sus políticas los mismos caminos perdidos que he señalado.
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Asistirán a los funerales de Mandela un gran número de entre los poderosos de este mundo. Y también, como decía al principio, en cientos, en miles de iglesias cristianas, también de la Iglesia Católica, se han organizado y se organizarán honras fúnebres religiosas, ecuménicas a veces, por el difunto Nelson Mandela. Por eso conviene advertir a los católicos que en ellas participen, que den gracias a Dios por todos los bienes que realizó en Mandela y a través de él, y que pidan al mismo tiempo, por la sangre de Cristo Redentor, que haya perdonado al difunto de todo lo malo que en su vida haya realizado en pensamiento, palabra, obra y omisión. Y que pidan también por Sudáfrica, para que se abra más a la salvación de Cristo, y no venga a ser para las demás naciones de África una guía en los caminos del mal.
Oremos por él.

José María Iraburu, sacerdote

Post .–La alerta de este artículo se dirige también especialmente a aquellas Catequesis Colegios católicos, que están inclinados a «dar culto a los ídolos», a los ídolos del mundo puestos en el candelero de la actualidad.

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Añado, además, otros dos artículos, muy interesantes, uno del Padre Jorge, de profesión cura. 


Y otro de D. Juan García Inza, sacerdote:

Los verdaderos pobres (Fray Gerundio)

Pobreza del hambre y Pobreza del pecado. Cáritas Internacional.
Escrito por Fray Gerundio

Ya sé que no es muy diplomático lo que voy a decir ahora, pero creo que hay que decirlo. Me suenan a excesivamente humanas (humanitarias, humanoides) estas campañas tan bien dirigidas para acabar con el hambre en el mundo. No es que me parezca mal que a los pobres se les ayude y se les permita acceder a lo que estos llaman una “vida digna”. Es que me planteo con inquietud si esto es exactamente lo que Dios quiere que tenga la Iglesia como principal misión. Aunque ahora no se diga, la Iglesia siempre ha sido pionera en eso de ayudar a los pobres. Lo sabe cualquiera, porque está en los libros de historia (sin manipular, claro). La Iglesia ha sido –durante muchos siglos– creadora de hospitales, dispensarios, clínicas, hospederías, escuelas… Se han fundado muchas Ordenes Religiosas con este fin exclusivo de atender a los pobres en todos los sentidos. La Iglesia siempre estuvo preocupada por este tema. Nadie va a darle ahora lecciones como si acabaran de descubrir el Mediterráneo. Ya dijo el Señor: Pobres siempre los tendréis con vosotros… y es verdad. Es una utopía acabar con el hambre en el mundo, pero es una realidad la preocupación constante por luchar contra ella y por ayudar a quienes lo necesitan.



Pero ahora, a pesar de tantas declaraciones papales en los últimos meses, de que la Iglesia no es una ONG, parece que se revista más que nunca de este ropaje, necesario para ser admirada y reconocida por el mundo. Y claro está cuando esto sucede, se hace el ridículo más espantoso porque la Iglesia falta a su misión principal y primordial, cual es la evangelización. Una de las señales de la llegada del Señor y de su misión y constitución como Mesías, se la da Jesús a los discipulos de Juan: Decidle a Juan… que los pobres son evangelizados. Así es. Los pobres son evangelizados. La Iglesia se preocupó de evangelizar, aunque también se preocupó de la salud y la vida digna de los pobres, aunque todavía esto no conllevaba las similitudes con el lenguage de la ONU, que lo mismo lanza una campaña  contra el hambre, que se carga a millones de niños mediante el aborto por vía directa o implantando sistemas de esterilización masiva por vía indirecta. Ambas gravemente pecaminosas y que claman al cielo. Esto le pega a la ONU, pero no le pega a la Iglesia. Esto le pega al sistema destructor internaciones de las almas, pero no le pega a quien ha sido constituida por Cristo para que todos los hombres se salven.

Ahora, Cáritas Internacional,  en un gesto tan llamativo como políticamente correcto, organiza una campaña de oración –cadenas de oración se les llama ahora–, para pedir a Dios que acabe el hambre en el mundo. Ya parece que la oración sólo puede tener efecto si es por internet, cogiditos de la mano, con velas encendidas y con cancioncitas focolares de guitarreo adolescente, y encima encadenados. Ah, y la cadena tiene que ser por todo el mundo, empezando (dicen) por la isla de Samoa. Muchos tendrán que mirar en el mapa a ver dónde paran los pobres de Samoa. Pero es que eso viste mucho, aunque Samoa esté pendiente de una evangelización intensa (solamente son católicos el 19,6 %) y tenga también legalizado el aborto. Pero bueno, eso son cosas del pasado que hoy día desunen a Humanidad.

Han contado los de Cáritas con un video especial del Papa,  apoyando la jugada, que diga la movida. Una llamada a que termine el hambre. El Papa alude a la multiplicación de los panes y de los peces, por la cual Cristo dio de comer a los necesitados. Claro que él no utiliza la palabra multiplicación, porque ya nos dijo hace meses que no era multiplicación,  sino que sencillamente no se acabaron:

"Respecto a los panes y los peces quisiera agregar un matiz: no se multiplicaron, no, no es verdad. Simplemente los panes no se acabaron. Como no se acabó la harina y el aceite de la viuda. No se acabaron. Cuando uno dice multiplicar puede confundirse y creer que hace magia, no. No, no, simplemente es tal la grandeza de Dios y del amor que puso en nuestros corazones, que si queremos, lo que tenemos no se acaba. Mucha confianza en esto.
Roguemos al Señor, –dice el Papa en su mensaje–, para que nos conceda la gracia de ver un mundo en el que nadie deba morir de hambre".

Yo creo que no es suficiente. Me parece, con todos los respetos, que el Santo Padre, Vicario de Cristo (por mucho que él mismo y los medios afines ya se hayan acostumbrado a primerearlo como Obispo de Roma), debe rogar para que el Señor nos conceda la gracia de eliminar el pecado del mundo, pues para eso vino el Cordero de Dios. 

¿Se han preguntado ustedes, por qué tanta preocupación por salvar al mundo de la pobreza, mientras no existe ninguna por salvar al mundo del pecado? ¿Cómo es posible que se organice tal campaña para dar vida digna a los que no tiene comida, mientras se organizan campañas absolutamente pecaminosas para quitar la vida de la gracia y hacer a las almas enemigas de Dios y poseídas por el Diablo? ¿Por qué no se hace una campaña de oración contra el terrible pecado de la homosexualidad? ¿Por qué no una cadena humana de repudio al orden internacional que promueve la drogadicción y su correspondiente comercio? ¿Por qué no una campaña de desprecio a los que apoyan el aborto, considerándolos pecadores públicos (incluídos, por supuesto, primeros ministros y Jefes de Estado) y por tanto necesitados de arrepentimiento y penitencia? ¿Por qué no una campaña en contra del divorcio, verdadero veneno destructor de la familia? ¿Por qué no un activismo militante de desagravio a Jesucristo por las constantes blasfemias y sacrilegios a los que se ve sometido su Cuerpo sacramentado?

¿Se imaginan lo que pasaría si la Santa Sede rompe sus relaciones diplomáticas con la ONU y la acusa de ser un Organismo corruptor de la humanidad por incitación al pecado?

¡Ah! Es que esto que acabo de decir, suena a estabilidad, a cristianismo de salón, a excesivo pelagianismo, a cristianos acomodados, a desprecio por las periferias, a tristeza en el anuncio del Evangelio. Es mejor adoptar un lema con sabor más bien masónico y aceptable, como el que ha hecho suyo Caritas Internacional: Una Familia humana. Comida para todos. Suena mucho mejor y desde luego, no habrá problema. La Iglesia por fin, esta preocupada por los pobres y los hambrientos. No como en aquella Iglesia antigua que solamente se miraba el ombligo.

Ahora sí que estamos bien. Bendito sea Dios.

martes, 10 de diciembre de 2013

Entrevista al Papa por el director de La Civitta Cattolica (2 de 4)



Antes de decir ninguna otra cosa, vaya por delante mi fidelidad a la única Iglesia fundada por Jesucristo, que es Santa, Católica, Apostólica y Romana. Tengo muy claro que esto es esencial, pues fuera de la Iglesia no hay salvación posible; lo cual no me impide hacer uso del recto discernimiento, como el Papa desea que hagamos, y como es lo propio en las personas humanas, dotadas por Dios de inteligencia y voluntad.




Y además, doy por supuesto, una serie de ideas, que considero que todo cristiano (católico) debe tener, y que son fundamentales. Me referiré tan solo a alguna de ellas, en esta entrada.

En primer lugar, es preciso recordar que el Papa, cuando habla en situaciones ordinarias, entrevistas, homilías, exhortaciones apostólicas, etc., si no lo hace "ex cathedra", en comunión con la Iglesia fundada por Jesucristo, no es infalible. Sus palabras y sus ideas siendo, como son, las palabras del Papa, y siendo el Papa el representante de Cristo en la Tierra, deben ser siempre muy tenidas en cuenta y meditadas, en la presencia del Señor; eso sí, sabiendo que, aun con toda la mejor buena intención del mundo (que yo no pongo en entredicho, ni soy quién para hacerlo) también el Papa puede errar en lo que diceEl Papa no es Jesucristo
Los cristianos estamos obligados a creer todo lo que la Iglesia enseña como Iglesia, pero no todo lo que dicen los papas a toda hora y en cualquier momento o en cualquier entrevista.



El Papa, pues, puede equivocarse: no sería el primer papa que ha cometido errores a lo largo de la historia de la Iglesia. Sin embargo, hay que reconocer que LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA IGLESIA ES ESPECIALMENTE GRAVEPese a la conducta escandalosa de algunos papas, nunca, hasta ahora, se habían cuestionado las verdades de fe, que estaban muy bien definidas. Hoy no sucede así ... y los errores doctrinales son mucho más peligrosos que los morales a los que, por supuesto, también conducen, como no podía ser menos.

Se cuentan ya por millones los cristianos que han abandonado la fe que recibieron en el bautismo. El rechazo de Dios que se está produciendo en toda la sociedad es tremendo: clama al cielo la pérdida de fe que está teniendo lugar, a un ritmo vertiginoso y en todas las partes del mundo. Estamos llegando a una situación de apostasía universal. No hay más que abrir los ojos para darse cuenta de que eso es así; lo que, dicho sea de paso, es de una gravedad extrema y altamente preocupante. Razón de más para que le pidamos al Señor, con insistencia y sin cansarnos, que ilumine al Papa Francisco de modo que las decisiones que tome sean las correctas, es decir, aquellas que hagan realmente bien a la Iglesia. 


¡Es urgente y necesario pedir para que el Papa actúe como lo haría el mismo Jesús, a quien representa!. En este mundo que anda a oscuras, y cada vez más confuso y desesperanzado, es preciso escuchar de nuevo, con avidez, las palabras de Jesús, quien  dijo de sí mismo: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8,12).



Ciertamente el Papa tiene una gran carga sobre sus espaldas; y una gran responsabilidad con respecto a las decisiones que tome (pues afectan a millones de cristianos) y de ellas deberá rendir cuenta ante Dios. Pero no es menos cierto que si Dios lo ha elegido como Papa y él se deja conducir por el Espíritu Santo, cuya asistencia nunca le va a faltar, y actúa con prudencia y recto discernimiento, no tendríamos por qué preocuparnos. 

¿Qué regla tenemos para conocer si el Papa se equivoca o no? Como siempre, la respuesta se encuentra en el Evangelio. Y nos la da el mismo Señor, cuando dice:"Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis" (Mt 7,15-16). No hay otra regla más segura. Y en eso debemos fijarnos. El Papa debe ser un fiel depositario de la tradición recibida. Y no puede actuar oponiéndose a lo que le ha sido entregado. Su misión fundamental es dar a conocer a Jesucristo en toda la faz de la Tierra. Podemos recordar aquí la advertencia de Jesús a Pedro: "Simón, Simón, mira que Satanás os busca para cribaros como al trigo, pero Yo he rogado por Tí para que no desfallezca tu feY tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 31-32).



Las decisiones del Papa han de venir dadas en el sentido de que Jesucristo sea conocido y amado en todo el mundo, pues con Él viene la paz, la verdadera paz que el mundo no conoce, así como también la verdadera alegría, que es inseparable del amor a Jesús y que en ninguna otra religión se puede encontrar: "Ningún otro nombre hay bajo el cielo, dado a los hombres, por el que podamos ser salvos" (Hech 4,12). Como sabemos, el autor de esta frase es nada menos que el Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad, que no puede errar.  


El Papa debe tener presente (¡y también nosotros!) que tiene frente a sí a un mundo que odia a la Iglesia y que desea su destrucción, hasta límites insospechados. De ahí los abundantes consejos del Señor Jesús, en ese sentido: "Vigilad y orad para que no caigáis en tentación; porque el espíritu está pronto, pero la carne es débil" (Mt 26,41). Y así San Pedro, (el primer Papa), decía: "Sed sobrios y vigilad, pues vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente buscando a quien devorar" (1 Pet 5,8), exhortación ésta, dada a los primeros cristianos, que vale como norma para que sea dicha por todos los Papas y, en concreto, vale también para el Papa actual. En este sentido, no puede haber cambios en la Iglesia, pues "Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos" (Heb 13,8). 


De ahí el consejo de San Pablo (que más que consejo es una orden): "Revestíos de la armadura de Dios para que podáis resistir las insidias del Diablo, pues nuestra lucha no es contra la sangre o la carne, sino contra los principados y potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires" (Ef 6,11-12).




Alguno se preguntará que adónde quiero llegar con todas estas citas de la Sagrada Escritura. La respuesta es sencilla. Y es que si el Papa actúa conforme a las enseñanzas de Jesús debe encontrar una fuerte oposición (incluyo dentro de la misma estructura jerárquica), como debe ser: "Todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución" (1 Tim 3,12). 
"¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!" (Lc 6,26). Las palabras de Jesús no son ambiguas. Y son la clave para DISCERNIR entre el error y la verdad. El que viva conforme a las enseñanzas de Jesús necesariamente encontrará enemigos. Jesús se lo advierte a sus discípulos, para que no se llamen a engaño: "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que Yo os escogí del mundo, por eso el mundo os odia" (Jn 15,19). Un odio que será tanto mayor cuanto con más fe sea predicado el Evangelio. Y máxime si se trata del representante de Cristo en la Iglesia. "Pues escrito está: 'Heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas" (Mc 14,27)". 


Aunque la cita que sigue es larga, es muy clarividente con respecto a la voluntad de Dios. Y nos sirve para saber DISCERNIR entre lo que es verdad y lo que es mentira"Carísimos, no creáis a cualquier espíritu, sino examinad los espíritus, si son de Dios, porque se han presentado en el mundo muchos falsos profetas. Podéis conocer el Espíritu de Dios por ésto: todo espíritu que confiese que Jesucristo ha venido en carne es de Dios; pero el espíritu que no confiese a Jesús no es de Dios: ése es el Anticristo, de quien habéis oído que está para llegar y que ahora está ya en el mundo.Vosotros, hijitos, sois de Dios y los habéis vencido, porque el que está en vosotros es más fuerte que el que está en el mundo. Ellos son del mundo: por eso hablan cosas mundanas y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha; quien no es de Dios, no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error" (1 Jn 4, 1-6). 

(Continuará)

lunes, 9 de diciembre de 2013

Acerca de Nelson Mandela

Me ha llamado la atención el interés mundial que ha ocasionado la muerte de Nelson Mandela, aclamado por todos, sin excepción. Y, sin embargo, no es oro todo lo que reluce. ¿Quién ha sido realmente Nelson Mandela? ¿Se le puede comparar con Gandhi? He estado buscando información y me he enterado de algunos detalles que desconocía. Y que pienso que son importantes. Y si no lean, lean... Añado los links correspondientes.

No me imagino a Ghandi cantando la canción que cantaba Nelson Mandela, por Elentir
Hacia la manipulación hagiográfica de Mandela. Una opinión diferente, por Manuel Morillo

Son artículos documentados y objetivos. Yo reproduzco aquí un tercer artículo, escrito por Fray Gerundio, porque es el que está más en conformidad con la temática de este blog.

Nelson Mandela, que estás en los cielos…


No es de admirar que la justicia humana sea tan injusta. Ya estamos acostumbrados a ello. A la vista están los asesinos de ETA paseando por las calles, ante el malvado e hipócrita-asombro horrorizado de los políticos del PP y del PSOE que los han dejado salir, o mejor dicho, que han pactado su salida, al mismo tiempo que proclaman que ellos están con las víctimas. 

La Justicia llamada internacional de este Nuevo Orden Mundial que nos gobierna, impone la amnistía encubierta de los asesinos mientras viven;  y los alaba y ensalza cuando mueren. Esto es normal, aunque algún día Dios pondrá las cosas en su lugar. El llanto y el rechinar de dientes del que hablaba Jesucristo, no es una figura retórica para ilustrar un infierno vacío.

En estos días, una vez más, asistimos a la muerte de uno de los líderes mundiales más mimados, afamados, premiados y amados de los últimos lustros: Nelson Mandela.

Es por eso perfectamente normal que la prensa liberal, laica, anticristiana y embustera ensalce de este hombre su inmensa condición de estadista, su condición de libertador, resaltando que la clave de su éxito político había sido tender la mano y dialogar con el adversario (esto me suena), y yo qué sé cuántas cosas más. Pero es lo de siempre: el mundo izquierdoso enardecido y casi en éxtasis por este defensor de los derechos humanos. Y el mundo derechoso, con la baba caída por este maravilloso líder, que vino a salvar a sus contemporáneos y a adoctrinar a toda la humanidad. 

Todos los diarios se sumergen en esta universal incensación. El Rey de España, tan preocupado él de los derechos del hombre, especialmente si es yerno o de la familia, ha escrito una carta pública en la que se le escapa un lapsus de lo más divertido: «Descanse en paz quien supo traérsela a Sudáfrica y a quien tanta gratitud debemos todos». Digo yo que habrá querido decir traérsela fresca, según dice hoy día la gente. Porque a Sudáfrica le trajo la muerte y la desolación. Sí, porque este hombre ha sido responsable de la ley del aborto libre más amplia de todos los países. Han muerto más negros por las leyes abortivas de Mandela que por el appartheid; claro que con la aquiescencia de la Jerarquía Católica que protestaba por éste (es decir, por el appartheid) , pero no por aquéllas (o sea, por las leyes abortivas).

Más de 250 premios y títulos internacionales avalan la labor destructiva de este hombre, amparado por todas las organizaciones norteamericanas de influencia mundial y de corte masónico. Y por supuesto –¡cómo no!–, con el dichoso Premio Nobel de la Paz, que todos sabemos lo que es. Y el que no lo sepa, que repase la lista de los premiados en los últimos decenios. Por eso digo que no me extraña tanta alabanza y tanto incienso en boca de tantos aduladores. Hasta hay quien es oficialmente opositor de Fidel Castro pero llama a Mandela gran estadista, cuando el comunismo marxista de Nelson Mandela no se puede extirpar de su glorioso curriculum. Manuel Morillo ha esclarecido brillantemente el tema.[véase el segundo link que he colocado más arriba]

Pero lo que realmente me deja atónito y paralizado es que también desde las altas instancias de la Santa Sede, se emiten mensajes alabando la figura de este hombre. Según las últimas consignas, habría sido un momento estupendo y propicio para salir a los de fuera a mostrarles la alegría del Evangelio. La alegría del que sabe que la vida humana es sagrada desde el primer momento de su concepción. El momento de anunciar el mensaje de Jesucristo a estos “auténticos periféricos” que han hecho tanto daño a la humanidad y que han provocado más pobreza que ningún otro sistema económico, porque han promovido sistemáticamente la pobreza del pecado, que es la mayor y la más miserable de todas las pobrezas. Por lo menos, si no se convierten –aunque no hagamos proselitismo con ellos–, el resto de católicos no serán confundidos escuchando palabras elogiosas para la cultura de la muerte.

Y si no se las creen, aquí las tienen (palabras del Papa), con subrayados míos; o sea, con mi perplejidad en forma de subrayado:  "En su mensaje de pésame el Papa Francisco rinde homenaje al firme compromiso demostrado por Nelson Mandela en la promoción de la dignidad humana de todos los ciudadanos de la nación y en la creación de una nueva Sudáfrica basada en los firmes cimientos de la no violencia, la reconciliación y la verdad. El Papa reza para que el ejemplo del difunto presidente inspire a las generaciones de sudafricanos a poner la justicia y el bien común en la vanguardia de sus aspiraciones políticas. Con estos sentimientos, el Pontífice invoca sobre el pueblo de Sudáfrica los dones divinos de la paz y la prosperidad.

No sé por qué me ha venido a la mente la cita del evangelio de San Mateo 10, 33


Hasta aquí fray Gerundio. 

Pero es que, por si no fuera suficiente con el mensaje escrito, resulta, según acabo de leer en las noticias del Vaticano, que el Papa va a enviar a un Cardenal al funeral de Nelson Mandela. Se puede leer la noticia haciendo clic aquí. Esto son hechos. Que cada cual saque sus conclusiones.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Entrevista al Papa por el director de La Civitta Cattolica (1 de 4)



En la segunda quincena del mes de agosto de este año de 2013 tuvo lugar una larga entrevista al Papa Francisco por el jesuita italiano P.Antonio Spadaro, director de la Civitta Cattolica. En total, dialogaron durante más de seis horas a lo largo de tres sesiones, los días 19, 23 y 29 de agosto. Un resumen o síntesis de esta entrevista fue publicado en 16 revistas de la Compañía de Jesús, el 19 de Septiembre. En España la revista de los jesuitas, donde se recoge esa entrevista, en 17 páginas, es Razón y Fe. Yo la he leído con cierto detenimiento (aunque no el suficiente, al ser muchos los temas que se tratan en ella). Y sinceramente, me quedo algo confuso ante algunas declaraciones que no acabo de entender, por más que lo he intentado. Iré señalando algunas, aunque el comentario de esta entrada será sólo sobre la idea del discernimiento, en principio.



Una de las cosas que más me llama la atención es la capacidad que tiene el Papa Francisco de utilizar el lenguaje, de modo que para poder entenderlo tenga que ser interpretado. Y según quien lo interprete habrá querido decir una cosa u otra completamente distinta. Ese modo de hablar ambiguo, que no lo es cuando él no quiere que no lo sea, está produciendo hoy mucha confusión y desconcierto, en particular en los buenos cristianos (es decir, aquellos que luchan por vivir como cristianos), en la gente sencilla que va a Misa los domingos  y procura vivir bien su cristianismo, gente con fe que cree en Jesucristo como Hijo de Dios (y Dios Él mismo) y cree en la Iglesia y en que el Papa es el representante de Cristo en la tierra.


No ocurre así con aquellos que también se llaman a sí mismos cristianos ("los cristianos progres"), pero que, en realidad, no lo son, pues ni viven conforme a las enseñanzas de Cristo y de su Iglesia ni creen lo que Cristo y su Iglesia enseñan: no conocen su fe, no creen en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, etc..., cristianos que han dejado de ir a Misa y que viven exactamente igual que aquellos que no lo son. Para ellos lo que dice ahora el Papa que tenemos supone un progreso y una apertura de la Iglesia al mundo. "Ya iba siendo hora de que la Iglesia cambiara" -dicen. Pero lo que más me preocupa es que los que "se están frotando las manos" y celebran lo que dice el Papa actual sean precisamente los adversarios de la Iglesia, aquellos que odian todo lo que huele a católico. Éstos aplauden al Papa que, dicho sea de paso, está saliendo continuamente en todos los medios de comunicación, lo que no había ocurrido nunca. Realmente es muy preocupante que tus enemigos hablen bien de tí. El periódico el País, entre muchos otros, y el mismísimo Zapatero, hablan bien del Papa Francisco, aunque no cabe duda de que los medios de comunicación manipulan y tergiversan las palabras del Papa...En fin.


Según se lee en la entrevista a la que nos referimos "el discernimiento es un pilar de la espiritualidad del Papa". En palabras del propio Papa: "el discernimiento se realiza siempre en presencia del Señor". Estoy completamente de acuerdo. Busco en el diccionario y encuentro las siguientes acepciones para la palabra discernir: a) Distinguir. Reconocer. Ver una cosa como distinta de otra y reconocer entre varias cuál es cada una: 'Discernir el bien del mal'. b) Particularmente, saber cuáles cosas son buenas y cuáles no. c) Tener criterio para conocer la bondad o maldad, la conveniencia o inconveniencia, etc., de las cosas.


Pienso que, efectivamente, el discernimiento es fundamental para no dejarse engañar. Y es especialmente importante cuando se tienen que tomar decisiones, máxime si éstas afectan al núcleo de nuestra existencia, si nos jugamos la salvación o la condenación eternas. No es ninguna broma lo que está en juego. Por lo tanto, las decisiones que se tomen deben estar bien sopesadas y no improvisar. Como dice el Papa, "hay que esperar, valorar internamente, tomarse el tiempo necesario". Es éste uno de los puntos en los que, como digo, estoy completamente de acuerdo con las declaraciones del Papa. En realidad, cualquier persona con sentido común usa el discernimiento en sus acciones. Expresado con más propiedad, se trata, simplemente, de ejercitar la virtud de la prudencia, que nos lleva a ser realistas y a considerar todos los datos a nuestro alcance antes de tomar una decisión, de modo que la decisión tomada venga regida por una CONCIENCIA BIEN FORMADA. Entran aquí el estudio serio, la máxima información (veraz) posible, el aconsejarse de personas buenas y expertas en el tema en cuestión, etc... Y, sobre todo, antes de tomar la decisión, es preciso ponerse delante del Señor y pedirle, con todas nuestras fuerzas, que nos ayude a tomar la decisión correcta. [Es cierto, sin embargo, como alguien dijo, que el sentido común es el menos común de los sentidos... y si además, hablamos de hacerlo en presencia del Señor, ¿qué quieren que les diga?...; de modo que las cosas más evidentes necesitan ser recordadas con cierta frecuencia, dada la situación actual de mentira en la que se desenvuelve nuestro mundo]


El discernimiento bueno requiere, entre otras cosas, el amor a la verdad, la mirada pura, la sencillez de corazón, la ausencia de egoísmo, la disposición completa para actuar conforme a lo que se ha visto que es lo mejor. Y todo ello llevado a la oración, en el diálogo íntimo con el Señor, pidiéndole su ayuda, sabiendo que, aun así, podemos equivocarnos...pero, al menos, habremos hecho todo lo que estaba de nuestra parte. Y en caso de equivocarnos, rectificar rápidamente, con humildad y con alegría, pues ésa sería la señal cierta de que lo que realmente nos importa es la verdad y no el tener razón o dejar de tenerla: "Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5,16).


Pues bien: dicho todo esto y haciendo uso de mi facultad de pensar, que no está reñida con el amor sincero a la Iglesia Católica (una Iglesia fundada por Jesucristo hace ya dos mil años) y, pidiéndole al Señor que me ayude a reflexionar como conviene, me dispongo a escribir acerca de algunas expresiones que han salido de la boca del Papa Francisco y que, sinceramente lo digo, en la presencia de Dios, no acabo de entender. Procuraré discernir entre el bien y el mal para saber lo que es bueno y lo que no lo es. Mis referencias básicas, al hablar, serán dos: la Sagrada Escritura (en particular el Nuevo Testamento) y la Tradición de la Iglesia de veinte siglos. Con la ayuda del Señor, en quien confío, espero no errar en lo que diga y en mi interpretación acerca de lo que está ocurriendo hoy día en la Iglesia. Y caso de errar en algo, estoy dispuesto a ser corregido, con base en las mismas fuentes pues ellas son las que contienen todo lo que el hombre de hoy y de siempre necesita para salvarse.

(Continuará)