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lunes, 5 de septiembre de 2022

Homilía. Padre Alfonso Gálvez. Domingo 13º después de Pentecostés: Los diez leprosos



Homilía del 12 de septiembre de 2011

Duración 41:08 minutos

Algunas reflexiones sobre los milagros




Como dice el título de este artículo, van a ser sólo unas pocas, desde luego no todas, dejando a los lectores que incluyan las que deseen; seguro que mejores que las nuestras.

Los milagros no surgen así como así. Para que se produzcan, salvo excepciones que confirman esta regla, hay que hacer lo posible y lo imposible, humanamente hablando, claro, para merecerlos. Hay que trabajarlos.

Los milagros no son magia… «potagia», producto de una varita mágica, salvo en los casos que Dios quiera. Así pues, a veces tardan y… a veces ni siquiera se producen.

Los milagros, una vez producidos, hay que seguir, salvo excepciones, mereciéndolos, trabajándolos.

Cuando pedimos algo, y todo lo que pedimos suele ser un milagro, algo que consideramos que sin la intervención divina no lograremos, hay que poner en la petición dos cosas: fe y voluntad; o sea, a Dios rogando, sí, pero también con el mazo dando. Nada de sentarse mirando al cielo como bobos… y vagos, a esperar a que… nos caiga la breva. Si vemos los milagros de Nuestro Señor relatados en los Evangelios, todos tienen abundancia de fe pero también de voluntad por parte de sus peticionarios. No hay uno solo, además, en el que el Señor no remarque lo de la fe: «Hágase según vuestra fe», dijo a los leprosos; «Nunca he visto tanta fe en Israel», dijo a los enviados del centurión; «Tu fe te ha curado», etc.

Al mismo tiempo, en todos hay una gran voluntad de parte de los peticionarios. Los leprosos caminan, se mueven, se arriesgan a ser objeto de la ira del pueblo, pero no cejan en su empeño por acercarse a Jesús. La hemorroisa se mete entre la multitud a codazos con tal de tocar Su manto. Aquellos otros cogieron al paralítico, lo subieron a la azotea y quitan tejas y argamasa para abrir un agujero por donde descolgarle, etc.

En todos hay fe ciega en que el Señor les puede curar, pero también esfuerzo, trabajo, voluntad para… ponérselo fácil o al menos demostrar que… ¿se lo merecían?

No es el caso de la conversión de San Pablo, milagro portentoso porque ni él tenía fe, sino todo lo contrario, ni menos aún voluntad, sino todavía menos. Pero es que los designios del Señor son insondables, y Su poder absoluto para hacer con Su viña lo que quiera según Sus planes trazados con Su mente que no funciona como la nuestra porque ya dijo que nosotros no pensamos como Él.

También es muy importante considerar, además, que los milagros, una vez producidos, deben ser objeto de agradecimiento de por vida, no debemos olvidarlos, sino tenerlos muy presentes y dar gracias por ellos siempre, siempre, porque es de bien nacidos ser agradecidos. La primera forma de agradecimiento es reduciendo sustancialmente nuestros pecados; ¡que ya está bien, leche! La segunda es mediante oraciones de agradecimiento, jaculatorias o simplemente un «gracias Señor por…» cada vez que nos acordemos del milagro o lo veamos presente si fue una curación, un empleo, etc.

Asimismo, debemos ser consecuentes con el milagro y no malograrlo. Por ejemplo, ¿se han preguntado ustedes qué fue de los leprosos, de los cojos, paralíticos y endemoniados curados por Nuestro Señor, es decir, objeto de sus milagros? Pues que una vez «arreglados» su vida debió cambiar radicalmente porque debieron pasar de no hacer nada y de vivir de la limosna, a tener que… trabajar. Sí, eso tan duro como es tener que trabajar. Bien, pues debieron ser consecuentes y agradecidos y debieron ponerse a trabajar, y además a hacerlo bien, por causa de… su milagro; quien de ellos no lo hizo pecó dos veces: una por pereza y vagancia, y la otra por malgastar la gracia especial que supuso el milagro que Nuestro Señor le regaló. Ojo al parche que es importante, porque pedimos la curación de, por ejemplo, un niño y luego, una vez curado, nos quejamos de que hay que ver la lata que da. ¡Qué mal haríamos en arrepentirnos de haber pedido y más aún de que se nos concediera aquel milagro! ¡Cuidado con eso!

Pedimos milagros todos los días, porque en realidad nuestras peticiones son siempre algo que sabemos que por nosotros mismos no podemos lograr, pues bien, hagámoslo con fe y pongamos voluntad (trabajo, acción) para que se nos conceda, y, una vez concedido, pongamos agradecimiento en forma de oraciones y para que lo logrado fructifique para mayor gloria de Dios.

Ah, y no se nos olvide que los milagros que pidamos quedan siempre a la consideración de la voluntad de Dios que sabe lo que queremos, pero mucho mejor sabe lo que nos conviene, algo que nosotros no siempre sabemos. Así es que si a pesar de poner mucha fe y mucha voluntad no se nos concede (o tarda, vaya que si tarda), seguro que es porque no nos conviene (al menos en ese momento) y nada más lejos de la voluntad de Dios que hacernos una gracia que vaya a ser para nosotros, en realidad, una desgracia; así es que siempre conformémonos con la voluntad de Dios que Él sí sabe, nosotros no.

Juan Cruz

domingo, 4 de septiembre de 2022

BREVE BIOGRAFÍA DEL PADRE ALFONSO GÁLVEZ


El P. Alfonso Gálvez Morillas nació en Totana-Murcia (España), el 4 de junio de 1932, en el seno de una familia católica. Los estudios primarios los cursó en su pueblo, en el Colegio de la Milagrosa, dirigido por las Hijas de la Caridad. En 1942 inició sus estudios de Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media Alfonso X el Sabio en Murcia.


En 1949 empezó su carrera de Derecho en la Universidad de Murcia y durante ese mismo curso escolar, sintió la llamada del Señor para que se encaminara al sacerdocio. Al año siguiente ingresó en el Seminario Conciliar de San Fulgencio de Murcia. Con autorización del entonces Obispo de Cartagena, pudo simultanear los estudios eclesiásticos y los civiles. Se licenció en Derecho en el año 1956.

Ese mismo año, el día 10 de junio, recién cumplidos los 24 años, fue ordenado presbítero en la iglesia de San Juan Bautista de Murcia, por el Obispo de Cartagena Mons. Ramón Sanahuja y Marcé. A los pocos días, fue destinado como coadjutor a la parroquia de San Andrés de Murcia. Fue allí donde empezó el trabajo con la juventud, aunque, en realidad, ya había emprendido esa tarea durante sus años de seminarista. Transcurridos tres años, en septiembre de 1959, fue enviado por su Obispo a Ecuador formando parte de un equipo de sacerdotes diocesanos, por un tiempo de cinco años. Primero fue profesor del seminario San Luis Gonzaga en Cuenca de Ecuador. Dos años después, fue párroco de El Tambo, un pueblecito de la Sierra. Y al poco tiempo, se trasladó a Venezuela, en donde había también un equipo de sacerdotes de Murcia trabajando para la Arquidiócesis de Barquisimeto. Allí estuvo dos años y medio en la parroquia de San Antonio de la ciudad de Barquisimeto, hasta completar los cinco años del plazo para el cual se le había destinado a Sudamérica.

A su regreso a España, el Obispo Mons. Miguel Roca Cabanellas le nombró de nuevo Coadjutor de San Andrés y Profesor de Religión en el Instituto Alfonso X el Sabio de Murcia; posteriormente fue colaborador de San Andrés, pero ahora con más libertad de movimientos para que pudiera dedicarse a su trabajo con los jóvenes, tarea que el Obispo siempre bendijo y aprobó.

Su apostolado con jóvenes y de modo especial con vocaciones sacerdotales, se concretó con el paso de los años en la Sociedad de Jesucristo Sacerdote, una asociación religiosa que fue aprobada, como Pía Unión, el 29 de julio de 1980, por el Obispo Mons. Javier Azagra Labiano, con el apoyo y aliento de Mons. Miguel Roca, en ese tiempo ya Arzobispo de Valencia. Posteriormente, el 27 de noviembre de 1986, fue aprobada de nuevo, bajo la figura jurídica de Asociación de Fieles, para adecuarse a la nomenclatura del nuevo Código de Derecho Canónico de 1983. Esta Asociación tiene una Rama de Mujeres y otra de Hombres, todos ellos seglares consagrados al Señor.

Comenzó a formar un grupo de sacerdotes que, siendo miembros de la Sociedad y estando incardinados en diferentes Diócesis, comenzaron su trabajo en España y Ecuador. Y con el tiempo, en Estados Unidos (1985) y Chile (1996).

Desde 1982 residió en la Casa Matriz de la Sociedad, Residencia El Pedregal, en el término de Mazarrón-Murcia (España). Durante más de 20 años viajó a las diferentes Diócesis en las que estaba implantada la Sociedad. Para llevar a cabo su labor, contó en todo momento con el permiso y apoyo de los diversos Obispos que han ocupado la Sede de la Diócesis de Cartagena.

En 1991 fundó en New Jersey el Colegio Shoreless Lake School para la formación de estudiantes. Colegio que, diez años después, se trasladó a Totana en España. Actualmente, el Colegio solamente admite a miembros jóvenes de la Sociedad, con vistas a la formación sacerdotal. Este Colegio tiene una extensión en Sauk City (Wisconsin), para chicas que estén dispuestas a formar parte de la Rama Femenina de la Sociedad, que cuenta con dos casas en España y en Wisconsin.

En 2009, comenzó a publicar en una página propia en internet algunos sermones y artículos, junto con otras grabaciones de años anteriores.

En el verano del 2018, su salud comenzó a empeorar a causa de los años, lo cual le impidió continuar predicando, tanto en público como en privado. Cuidado por sus hijos en El Pedregal durante todo este largo proceso de deterioro de su salud, fue hospitalizado en La Vega de Murcia el día 2 de Julio, donde entregó su alma a Dios , el día 6 de Julio del año 2022.

A lo largo de su vida llevó a cabo un importante trabajo redaccional. Publicó Una sociedad utópica (1950), La Fiesta del Hombre y la Fiesta de Dios (1983), Comentarios al Cantar de los Cantares (dos volúmenes: 1994 y 2000), El Amigo Inoportuno (1995), La Oración (2002), Meditaciones de Atardecer (2005), Esperando a Don Quijote (2007), Homilías (2008), Siete Cartas a Siete Obispos (2009), El Invierno Eclesial (2011), El Misterio de la Oración (2014), Sermones para un Mundo en Ocaso (2016), Cantos del Final del Camino (2016), Mística y Poesía (2018), etc.

jueves, 1 de septiembre de 2022

miércoles, 31 de agosto de 2022

Queda aprobada en Consejo de Ministros la nueva ley del aborto



Duración 2:08 minutos

Respetar todas las opiniones (Bruno Moreno)



“El respeto de todas las opiniones, aun de las más falsas o perversas, no es más que la orgullosa negación del respeto debido a la Verdad, Para amar sinceramente la verdad y el bien es necesario no tener ninguna simpatía por el error y el mal. Para amar verdaderamente al pecador y contribuir a su salvación es menester detestar el mal que hay en él”.

Fray Reginald Garrigou-Lagrange OP, La naturaleza de Dios.

……………………..


Pocas cosas me irritan más que oír a alguien decir que “respeta todas las opiniones”. Quien dice algo así o bien no sabe lo que dice o no dice más que tonterías. Respetar todas las opiniones es, en realidad, imposible, porque equivale a negar el bien, la verdad, la lógica, la razón y el propio ser, sin los cuales no se puede afirmar nada con sentido. A fin de cuentas, si una opinión y la contraria son igualmente respetables, eso significa que la verdad y el error son igualmente respetables, con lo que cualquier razonamiento pasa a ser fútil y carente de sentido. Por lo tanto, cuando alguien empieza declarando que respeta todas las opiniones, de inmediato se deduce que sus propias opiniones no son respetables, sino disparatadas.

Por definición, sólo se pueden respetar lo bueno, lo verdadero y lo bello, porque nada que no sea bueno, verdadero o bello es digno de la veneración del hombre. Lo malo, lo erróneo y lo feo a lo sumo se pueden tolerar, con el fin de preservar un bien mayor y siempre con el deseo de que lo tolerado acabe desapareciendo como merece.

Esto, que es un principio básico para toda criatura pensante, se ha oscurecido desgraciadamente en la mentalidad de nuestra época. La rebelión contra Dios que está en el origen de la modernidad ha llevado al hombre a sucumbir ante los tres grandes disparates trillizos del voluntarismo, el relativismo y el feísmo, que pretenden que no hay cosas buenas, verdaderas o bellas en sí mismas, sino que todo depende de lo que decida uno mismo (o de lo que decidan la moda, los expertos, el Estado o quien sea).

Es la vieja tentación gnóstica, que rechaza la creación como algo malo y busca liberarse de ella. Las consecuencias las vemos por todas partes, por ejemplo cuando la televisión intenta convencernos de que ser hombre o mujer es cuestión que el propio interesado decide a voluntad. O cuando se pretende que no hay nada bueno ni malo y lo único importante es lo que uno siente en su interior. O, por dar un ejemplo más cercano, cuando los pobres fieles tienen que tragarse (y pagar) horrendas iglesias de cemento que no suscitan más que desesperanza y revulsión, pero son obra de algún arquitecto famoso y carísimo.

“Liberarse” del respeto debido a la verdad, la belleza o el bien y del correspondiente desprecio debido a sus opuestos, aunque sea con la excusa de no ofender a nadie, solo puede conducir a la destrucción del ser humano. Ante esta tentación, los cristianos debemos ser santamente intolerantes y recordar sin descanso que el error y el mal, lejos de ser dignos de respeto, no merecen más que nuestro desprecio, nuestro rechazo y nuestro aborrecimiento.

Bruno Moreno

Aborto: el Partido Popular acepta jugar con las reglas tramposas de la izquierda




Empieza la liga de fútbol y el Equipo Azul, el favorito para ganar esta temporada, se las tiene que ver, una vez más, con los trucos del Equipo Rojo.



Los efectos de jugar con las reglas tramposas que impone el equipo rival

Desde hace años, la estrategia del Equipo Rojo consiste en jugar sucio y hacer trampas, y además quejarse si el Equipo Azul no se deja amedrentar y les planta cara. Parece increíble que esa estrategia tan burda tenga éxito, pero es así por dos motivos: la prensa deportiva afín al Equipo Rojo forma parte de esa estrategia y critica al Equipo Azul haga lo que haga (sobre todo si gana), y además sucesivos entrenadores del Equipo Azul han decidido plegarse a esas críticas, pidiendo a sus jugadores que cuando sus rivales les den patadas, les dejen pasar sin más incluso a riesgo de dejar la portería indefensa y que les metan un gol.

Para evitar las tentaciones de que planten cara a sus rivales, los entrenadores del Equipo Azul exigen a sus jugadores que se aten las manos a la espalda antes de empezar el partido. “Así la prensa deportiva afín al Equipo Rojo no podrá decir que somos agresivos y nos portamos mal”, presumen los entrenadores del Equipo Azul. El resultado es que los jugadores azules tienen que hacer un esfuerzo mucho mayor para ganar que el Equipo Rojo, ya que han aceptado jugar con las reglas impuestas por éste. De hecho, el Equipo Azul ha sancionado repetidas veces a sus jugadores que decidieron desatarse las manos al jugar, acusándoles de estar ayudando al Equipo Rojo con esa actitud.

El PP optó por esa solución por miedo, pereza intelectual y tibieza

Lo que acabamos de ver, aunque parezca absurdo, es una descripción metafórica de la política española desde hace décadas. Hace ya muchos años, el Partido Popular decidió someterse a los caprichos de la izquierda, después de que el PSOE y sus medios afines desplegasen una insistente campaña consistente en identificar cualquier discrepancia de los dogmas de la izquierda como un indicio de franquismo o de fascismo. El miedo a las críticas de los medios afines al PSOE, unido a una creciente pereza intelectual y la tibieza a la hora de defender sus principios, llevó al PP a aceptar competir en el ruego político con las reglas impuestas por la izquierda. Unas reglas que no tienen nada que ver ni con la Constitución, ni con la libertad ni con la tolerancia, sino que consisten, básicamente, en someterse a sus dogmas ideológicos.

Limitarse a vender gestión tampoco funciona

En virtud de esta estrategia, el PP ha abandonado la batalla de las ideas contra la izquierda, limitando su actividad a venderse como un mejor gestor que el PSOE. Y esto último con el inconveniente de tener que hacerse cargo del desastre económico que dejan los socialistas cada vez que gobiernan, lo que significa que el PSOE despilfarra dinero a manos llenas, como si no hubiese mañana, y cuando el PP vuelve al poder y se ve obligado a hacer ajustes, es acusado por la izquierda de imponer “recortes”. Y es que los socialistas no se conforman con que sus rivales se sometan a sus dogmas ideológicos en otros asuntos. El PSOE también quiere que el PP asuma su desastroso recetario económico socialista, a fin de que éste tampoco tenga contestación.

Nueva ley del aborto: la oposición de Vox y el silencio del PP

Ayer vimos el último episodio de esa estrategia. El Consejo de Ministros aprobó un proyecto de reforma de la ley del aborto de 2010 con el que pretende facilitar todavía más que se mate a los hijos por nacer, evitar que las madres que van a abortar tengan siquiera información sobre el hijo del que pretenden deshacerse, imponer el adoctrinamiento sexual en los colegios incluso a los más pequeños y hacer listas negras de los médicos que se niegan a perpetrar abortos. Como viene ocurriendo con otros proyectos legislativos del PSOE, se trata de un proyecto que lesiona derechos fundamentales, empezando por el más básico de todos, que es el derecho a la vida.

Frente a ese nuevo ataque del PSOE a los derechos fundamentales, Vox ha reiterado que “seguirá luchando para defender la vida”. De hecho, Vox es el único partido provida del Congreso. Por el contrario, el PP ha respondido con un silencio sepulcral a la aprobación de ese proyecto abortista. Los canales de comunicación de ese partido no han dicho ni una palabra sobre ello. Finalmente, el PP filtró a un medio afín que no hará campaña contra la nueva ley del aborto porque sería “caer en la trampa del Gobierno”.

El PP ha caído de lleno en las trampas de la izquierda

Esa actitud del PP no es nueva. El PP viene lanzando mensajes parecidos desde hace muchos años. Según el PP, llevarle la contraria a la izquierda es caer en su trampa y en su juego, una idea más bien extraña que desde Génova 13 se dedican a justificar por el hecho de que el PP siempre se amilana en esos debates y se pone a temblar en cuando alguien de la izquierda le llama “facha” o “retrógrado”. Al final, el miedo del PP a ser criticado por la izquierda le ha llevado a asumir, sin más, muchos de los dogmas ideológicos izquierdistas. De hecho, durante el mandato de Aznar y durante el de Rajoy, a pesar de disponer de amplias mayorías absolutas, el PP no derogó las leyes abortistas del PSOE (ni la de 1985 ni la de 2010), a pesar de haber recurrido las dos ante el Tribunal Constitucional.

Así pues, cada vez que dice que no va a caer en la “trampa” de la izquierda o que no va a seguir su “juego” como argumentos para huir de importantes debates, lo que hace el PP es, precisamente, aceptar jugar con las reglas tramposas de la izquierda. Unas reglas según las cuales si quieres tomar parte en el debate público en España debes someterse a los dictados ideológicos de la izquierda o arriesgarte a ser señalado como un “fascista”, con las consecuencias que eso conlleva habitualmente (actos de intimidación, amenazas, agresiones…). En realidad, lo que hace la izquierda es suprimir el debate público e imponer una dictadura ideológica, una dictadura en la que la izquierda impone sus ideas y se dedica a insultar y perseguir al que discrepa. Por eso Vox es tan necesario: porque es el único partido dispuesto a plantar cara a la izquierda, que es la única forma de recuperar el pluralismo político y la libertad de expresión que la izquierda ha ido reduciendo hasta el ridículo con su tramposa estrategia.

Elentir

martes, 30 de agosto de 2022

Noticias del 27 al 30 de agosto de 2022


EL ESPAÑOL DIGITAL

- Oposición a los intentos (¿coacciones?) de Defensa para inocular a sus miembros


- Pedro Sánchez, fabricante de miseria en España


CONTANDO ESTRELAS

- Hablamos Español y AEB: dos discursos muy distintos y sólo uno defiende nuestra libertad



CHIESA E POST CONCILIO

- Obispo Viganò / 'Agere sequitur esse'. La visión "teológica" del Gran Reinicio


ADELANTE LA FE

- De Washington a Buenos Aires (Mons. Aguer)


WANDERER

- No ver lo evidente


IL SETTIMO CIELO

- Dos cardenales y un historiador acusan al papa Francisco de traicionar al Concilio


Selección por José Martí

domingo, 28 de agosto de 2022

De la muerte (Juan Cruz)



¿Qué es la muerte? La muerte es la separación temporal del alma y del cuerpo.

¿Por qué es la muerte una separación? Porque la muerte no hace más que desunir las partes de que está compuesto el hombre, pero no las destruye. La muerte no destruye el alma, que por ser una sustancia simple y espiritual, es naturalmente inmortal. No destruye los elementos del cuerpo, pues nada de cuanto Dios ha creado vuelven a la nada.

¿Por qué hemos dicho que es temporal esta separación? Porque el día deja resurrección, el alma volverá a juntarse con su propio cuerpo.

¿De qué despoja la muerte al hombre? La muerte despoja al hombre de todo lo que posee en este mundo, y reduce su cuerpo a polvo. “Pero el hombre, una vez muerto, y descarnado y consumido, dime ¿Qué se hizo de él?” (Job., XIV, 10).

¿Qué nos enseña la fe tocante a la muerte? Nos enseña: 1° que la muerte es inevitable. “Polvo eres, y a ser polvo tornarás” (Gen., III, 19). 2° Que la muerte es el castigo del pecado. “La muerte se fue propagando en todos los hombres, por aquel solo Adán en quien todos pecaron” (Rom., V, 12). 3° Que moriremos una sola vez. “Está decretado a los hombres el morir una sola vez” (Hebr., IX, 27). 4° Que la muerte fija irrevocablemente nuestra suerte. “Si el árbol cayere hacia el Mediodía o hacia el Norte, doquiera que caiga, allí quedará” (Ecl., XI, 3) – “Mientras tenemos tiempo, hagamos bien a todos” (Gal., VI, 10), porque viene la noche de la muerte, cuando nadie puede trabajar” (Juan IX, 4).

¿Quiénes son los que niegan estas dos últimas verdades de nuestra santa fe? Los partidarios de la metempsicosis, los cuales pretenden que las almas pasan por una serie indefinida de existencias, transmigrando de un cuerpo a otro más o menos perfecto, según que hayan vivido con mayor o menor santidad en el cuerpo precedente.

¿Conocemos la hora de nuestra muerte? Dios se ha reservado el secreto no solamente del tiempo y del lugar de nuestra muerte, sino también de la manera como hemos de morir y del estado en que se encontrará nuestra alma en aquella hora decisiva. “Velad vosotros, ya que no sabéis ni el día ni la hora” (Mat., XXV, 13).

¿Por qué permite Dios que ignoremos la hora de nuestra muerte? Para enseñarnos que siempre debemos estar dispuestos a comparecer delante de Él. “Estad siempre prevenidos, porque a la hora que menos pensáis vendrá el Hijo del hombre” (Luc., XII, 40).

¿Es la muerte igual para todos los hombres? No: pues la del justo es preciosa a los ojos del Señor (Salmo CXV, 15), y la de los pecadores es funestísima (Salmo XXXIII, 23).

¿Por qué es preciosa la muerte del justo? 1° Porque la muerte es el término de su destierro. “Ay de mí, que mi destierro se ha prolongado” (Salmo CXIX, 13). 2° Porque lo saca de su prisión. “Saca de esta cárcel a mi alma para que alabe tu santo nombre” (Salmo CXLI, 8) – “Oh qué hombre tan infeliz soy yo! ¡Quién me librará de este cuerpo de muerte” (Rom., VII, 24). 3º Porque lo introduce en la morada de la luz y de la felicidad. “Amaneció la luz al justo, y la alegría a los de recto corazón” (Salmo XCVI, 11).

La muerte ¿es para el justo una verdadera muerte? No: pues para el justo, morir es entrar en la verdadera vida. “No moriré, sino que viviré y publicaré las obras del Señor” (Salmo CXVII, 17).

¿Por qué es horrible la muerte del pecador? 1° Porque para él la muerte es la pérdida eterna de todo lo que ha amado. “¿Conque así me ha de separar de todo la amarga muerte?” (I Reyes XV, 33). 2° Porque lo precipita en la muerte eterna. “Horrenda cosa es por cierto caer en manos del Dios vivo” (Hebr., X, 31).

Ya que la muerte decide nuestra suerte eterna, ¿qué debemos hacer? Debemos: 1° Pensar a menudo en la muerte. Nada hay más saludable que este pensamiento para desasir nuestra alma de los bienes corruptores de la tierra, e inclinarla a reducir el cuerpo a servidumbre, pues dentro de poco esos bienes le serán quitados y el cuerpo será pasto de los gusanos. “He dicho a la podredumbre: Tú eres mi padre; y a los gusanos: Vosotros sois mi madre y mi hermana” (Job., XVII, 14). 2º Persuadirnos íntimamente de que la muerte está cerca. “En verdad que como una sombra pasa el hombre” (Salmo XXXVIII, 7) – “Estoy cierto de que pronto saldré de él (el cuerpo)” (II Pedro I, 14). 3° Poner pronto en orden nuestra conciencia. “Dispón de las cosas de tu casa; porque vas a morir, y estás al fin de tu vida” (Isaías XXXVIII, 1). 4° Estar siempre dispuestos a comparecer delante de Dios, pues la muerte vendrá como un ladrón (Mat., XXIV, 43). 5° Desear ardientemente el morir con la muerte de los santos. “Ojalá pueda yo lograr el morir como los justos, y que sea mi fin semejante al suyo” (Núm., XXIII, 10) – “Deseo verme libre de las ataduras de este cuerpo y estar con Cristo” (Filip., I, 23).
Juan Cruz

Los alemanes bombardean el Vaticano | Actualidad Comentada | 26-08-2022 | Pbro. Santiago Martín FM



Duración 13:08 minutos


La realidad del Evangelio frente a las utopías modernas (Padre Alfonso Gálvez)



sábado, 27 de agosto de 2022

Monseñor Viganò sobre las escandalosas declaraciones de Vincenzo Paglia sobre la Ley 194



 
Las salidas de Mons. Paglia ya no debería sorprender a ningún católico. Su inspiración modernista, misericordiosamente abierta al mundo y cerrada a la Verdad, supera toda imaginación y es el emblema más eficaz de la herejía firmemente arraigada en la Iglesia hasta las cumbres más altas. A partir de aquí antecedentes sobre la APV. Pero Mons. Vigano. Aquí está el índice de sus intervenciones anteriores y relacionadas. Comunicado sobre las escandalosas declaraciones de Vincenzo Paglia sobre la Ley 194


El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Vincenzo Paglia, en el curso de una entrevista concedida a RaiTre el 26 de agosto ( aquí ), definió la infame Ley 194 sobre el aborto como "un pilar de nuestra vida social", escandalizando a millones de fieles católicos italianos. al Magisterio y aún atentos a las feroces palabras de Juan Pablo II contra ese horrible crimen que en Italia sacrificó a más de seis millones de criaturas inocentes en el altar del egoísmo y de la ideología liberal anticristiana.

La justa indignación del cuerpo eclesial ante las declaraciones del Presidente de una Academia encargada por Juan Pablo II precisamente para combatir el aborto va acompañada del aplauso de los defensores de la "salud reproductiva" y de la "interrupción del embarazo", siempre dispuestos a acusar al Iglesia de intromisión cuando habla con la voz de Cristo, pero de alabanza en cuanto sus peores exponentes se prostituyen al pensamiento único y hacen suyas las instancias inhumanas del neomaltusianismo.

Como Pastor y Sucesor de los Apóstoles no puedo dejar de condenar con la mayor fuerza las escandalosas palabras de Paglia, que contradicen el Evangelio y la enseñanza de los Romanos Pontífices.

El Nuevo Orden Mundial, las Naciones Unidas, la OMS, la Unión Europea, el WEF, la Comisión Trilateral, el Club Bilderberg y todas las organizaciones que siguen la Agenda 2030 consideran la bárbara matanza en el vientre de una persona inocente como una ley, como una "pilar de la vida social". Es emblemático y revelador que la secta de apóstatas que infestan la Jerarquía católica y han ocupado su cúspide se encuentran alineadas con las posiciones ideológicas de los enemigos de Cristo no solo en temas aparentemente inconexos -como la narrativa de la psicopandemia y la ideología verde- sino también en negación de los fundamentos mismos de la Ley Natural, incluido el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

Es desconcertante que nadie, entre mis Hermanos en el Episcopado y menos entre los miembros del Colegio Cardenalicio, se atreva a alzar la voz para condenar las delirantes palabras de Paglia y pedir su renuncia inmediata a la Pontificia Academia para la Vida.

Los fieles, amonestados por buenos sacerdotes, aléjense de estos lobos disfrazados de corderos y pidan al Señor que intervenga para salvar a Su Iglesia, ocupada por un Sanedrín de corruptos y pervertidos que siguen crucificando a Jesucristo en Su Cuerpo Místico.

+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
27 de agosto de 2022

miércoles, 24 de agosto de 2022

Propuesta de un debate (Pío Moa)



Le Figaro ha publicado un artículo de un señor Emilio Silva en respuesta a mi entrevista con Isabelle Schmitz en Le Figaro histoire. Me parece excelente la iniciativa porque puede abrir el necesario debate intelectual y democrático que vengo proponiendo en vano desde hace muchos años. Y sería muy justo que el debate partiera de Francia, porque en España no solo no ha sido posible, sino que se han dictado leyes para impedirlo; y porque la guerra de España tiene un alcance histórico e ideológico que va más allá de la propia España.

Para empezar conviene establecer una diferencia. Yo soy un historiador independiente de cualquier poder o partido político, que lleva muchos años silenciado por los grandes medios en España, mientras que Silva preside una asociación subvencionada por el poder socialista con dinero público, que se nos obliga a pagar a todos, y de acuerdo con una ley que trata de imponer a los españoles, desde el poder, su versión de la historia, persiguiendo la discrepancia y atacando así las libertades de investigación, opinión y expresión. Esta diferencia de entrada no es banal.

Que el señor Silva se ampare en una ley totalitaria ya hace sospechar que su versión ha de ser falsa. Claro que, a pesar de la sospecha, esa versión podría ser correcta en términos históricos y el franquismo haber practicado un «genocidio». La palabra pretende equiparar al franquismo con el nazismo, una idea que no se sostiene ideológica, política ni históricamente, pero que tiene gran efecto emocional sobre las personas desinformadas, así que habrá también que hablar de ello.

En todas las guerras se cometen atrocidades por unos y otros, por lo que interesa ante todo entender cómo se ha llegado a ella. Y una de mis conclusiones es la decisiva responsabilidad del PSOE (mucho mayor que la de los comunistas o los anarquistas) en la destrucción de la legalidad republicana, la preparación deliberada de la guerra, el terror y la entrega de la soberanía a Stalin. Son conclusiones extraídas, no de la propaganda franquista, sino de la muy abundante documentación de la izquierda, que he investigado durante diez años. Es evidente que al poder socialista le interesa mucho ocultarlo y sustituir la historia por una «memoria» emocionalmente manipulada. Y al no poder rebatir mis tesis, ocultarlas e impedirles circular es uno de los objetivos básicos que esta ley contra las libertades públicas.

En segundo lugar conviene entender el carácter y objetivos de los bandos en pugna, y ese es otro tema de fondo a debatir. ¿Fue una guerra entre fascistas y demócratas como suele plantearse? Lo veremos también.

Y finalmente, es revelador el empleo del término «revisionismo», como si fuera un pecado mortal. Claro que soy revisionista, porque investigo, y la revisión es una exigencia elemental de la razón y la ciencia, opuesta precisamente al despotismo dogmático que las leyes de «memoria» quieren imponer.

Propongo al señor Silva, o a cualquier otro, empezar por las ideas y prácticas del PSOE acerca de la república, en especial a partir del verano de 1933.

Pío Moa

martes, 23 de agosto de 2022

¡Jesucristo, tan humano y tan divino! (Padre Alfonso Gálvez)




Homilía del Domingo 11º después de Pentecostés. 13 de agosto de 2012

AUDIO 37:39 MINUTOS



Elogio del «indietrismo» (Monseñor Héctor Aguer)



Filosofía espiritual del “indietrismo”

Los términos “indietrismo” e “indietrista” ya ocupan un lugar en el lenguaje eclesiástico, en el más alto nivel. Obviamente, se los ha acuñado y se los emplea según una interpretación peyorativa, y aún despectiva. No habría vicio peor en la Iglesia que esa presunta rémora al cambio y al progreso. Yo, en cambio, los comprendo atribuyéndole un sentido elogioso. El italianismo puede expresarse en un castizo axioma italiano: Per andare avanti bisogna prima tornare indietro. ¿Cómo se explica esta paradoja? ¡Para avanzar es preciso retroceder! Refiriéndonos a la marcha de la Iglesia, se puede decir: al verdadero progreso (un progreso no progresista), el católico se dirige hundiendo sus raíces en la gran Tradición eclesial. Los “indietristas” van acompañados en la vituperación por los “restauracionistas”. El equívoco consiste en que no es menester restaurar la Tradición, que ella es siempre vital y actual; no es una pieza de museo. Restaurar significa reconocerla, otorgarle el valor que la caracteriza como totalidad, rechazando las pretensiones progresistas.

Tornare indietro no equivale a retroceder hacia el refugio de un pasado mítico, sino a encaminarse esperanzadamente a un futuro que no es una gnosis progresista, sino que se enfila homogéneamente en la línea de la gran Tradición. Ésta, siempre actual, utiliza un lenguaje renovado (habla nove) pero no introduce la heterogeneidad de cosas nuevas (nova). La distinción procede del siglo V; su autor es San Vicente de Lerins, un monje galo-romano, obispo y Padre de la Iglesia. Su fórmula reza, en buen latín, que la enseñanza, la liturgia, las instituciones eclesiales, se desarrollan in eodem scilicet dogmate, eodem sensu, eademque sententia. Eodem es la mismidad. La heterogeneidad, la intromisión en la vida eclesial y en su marcha de la cultura secular, o los inventos que mentes eclesiásticas calenturientas pretendan transmitir al futuro constituyen el error, la herejía. En aquellos términos del Lerinense, o en otros sinónimos se ha expresado siempre la ortodoxia de la Gran Iglesia, la Katholiké, repudiando toda división (hairesis), toda herejía. Es oportuno, al modo de una rápida digresión, reconocer que se llama ortodoxia no sólo a la rectitud (ortós) doctrinal, sino también al verdadero culto, a la adoración, la Gloria de Dios. Dóxa, en el Nuevo Testamento es la Gloria, que cantaron los pastores y los ángeles en Belén ante el asombroso Misterio de la Encarnación.

En los años ’50 del siglo pasado, más o menos, el dominico Marín Sola proponía “la evolución homogénea del dogma católico”, y en 2007, Benedicto XVI, en su motu proprio Summorum Pontificum, ponía en legítima circulación la Misa de siempre, que nunca había sido abolida. Estos datos explican el auténtico sentido del “indietrismo”. Entre paréntesis, cabe pensar que el motu proprio Traditiones custodes se opone a la unánime Tradición de la Iglesia, y descarta las decisiones de los papas San Juan Pablo II, y Benedicto XVI. Muchísimos obispos no lo toman en cuenta, y a modo de un indulto permiten a sacerdotes y fieles celebrar con el Misal aprobado, en 1962, por Juan XXIII.

Desde hace una década, el clima se ha enrarecido en la Iglesia. Con el pretexto de afirmar el valor y vigencia del Concilio, que algunos inquietos impugnan, se difunde el contrabando, la mercadería falsa del posconcilio, que es la deformación del Vaticano II. No viene al caso –quiero decir que es ajeno a mi propósito en estas líneas- discutir si en efecto Concilio y posconcilio difieren, y en qué medida. Los historiadores, dentro de un siglo por lo menos –recién ha transcurrido poco más de medio siglo desde 1965, año en que se clausuró aquella gran asamblea-, estudiarán con la perspectiva y objetividad que el tiempo concede el Concilio de los papas Juan y Pablo; y establecerán si fue una jornada gloriosa de la Iglesia, o una auténtica calamidad, al igual que otras que se padecieron en el pasado. Aunque diversos grupos discuten ya sobre este problema, conviene recordar que Benedicto XVI ha señalado que el Concilio son los 16 documentos promulgados, votados por una mayoría que en algunos casos se acercaba a la unanimidad. Asimismo, habría que evocar los dichos del papa Montini: “Nosotros esperábamos una floreciente primavera, y sobrevino un crudo invierno”; “por alguna rendija el humo de Satanás se introdujo en la Casa de Dios”. La Iglesia es un Misterio; está integrada por santos y pecadores. Si subsiste siempre siendo ella misma, es por la presencia de Jesús –que Él nos ha asegurado- y la unión de los miembros santos con Él, los santos del Cielo y los que, en la secreta hondura de Ella, viven en la Tierra. Así ha afrontado los más tormentosos avatares.

Lo que vengo escribiendo parece un largo proemio; espero con él haber dado razón de la existencia del “indietrismo” y los “indietristas”, que lejos de desaparecer serán siempre más, porque la mayoría de ellos son jóvenes que atraerán a otros jóvenes. El “indietro” asegura el “avanti”. Es un juego desconcertante de la Providencia de Dios.

La fisonomía espiritual del “indietrista” tiene idealmente por base la fe en la unicidad e identidad de la Iglesia, y el amor a ella, a pesar de las apariencias contrarias que exhibe el progresismo. Como se ha dicho, Cristo y los santos del Cielo y de la Tierra, unidos a Él constituyen la Iglesia. Según el Misterio de la Encarnación y su lógica en la que cabe la infirmitas Christi, la Iglesia que como dijo Pascal es “Cristo extendido y perpetuado”, soporta inviernos y noches, la historia lo muestra. Esta realidad –las limitaciones- no pueden conmover la fe de un “indietrista”, ni recluirlo en la amargura de una crítica resentida, despiadada. Al contrario, la consideración de aquellas lo impulsan a amarla con dolor penitencial, y a orar por todos sus miembros. La súplica tendrá por objeto la deseada Luz de la Verdad, y la superación de las circunstancias negativas, con la conversión de los responsables de las aflicciones. De un modo particular, ha de rezar por los pastores del Pueblo de Dios, para que lo apacienten con caridad según la voluntad del Señor. La mirada de la Fe se posa en el Resucitado, y lo contempla en medio de los siete candelabros de oro, como Señor de la Iglesia (cf. Ap 1, 12ss.). La humildad y la caridad –suelo y cima- sostienen esa mirada propia de la Fe.

Dos dimensiones que expresan la rectitud de la Fe o bien su caída en el relativismo son la Liturgia y la cultura cristiana. El Culto Divino está desviado en el culto del hombre; la banalización y la degradación de la Liturgia son prácticamente universales. Me detengo en unos pocos ejemplos que muestran el extremo al que se puede llegar. Dos hechos se registraron en este rincón sureño que es la Argentina: un obispo celebrando misa en la playa, sin ornamentos, salvo la estola sobre su hábito playero y un mate en lugar del Cáliz; y un sacerdote celebrando disfrazado de payaso. Para muestra basta un botón, reza el refrán, aunque la pérdida de exactitud, solemnidad y belleza son generales. En Italia un caso recentísimo: un párroco ofició el Santo Sacrificio en el mar, en una colchoneta inflable, con jóvenes feligreses en traje de baño, que asistían desde la costa. Parece que su obispo se limitó a reprenderlo, pero la Fiscalía local abrió una investigación de oficio por el delito de “ofensa a la Religión”, penada por la legislación italiana. Se dirá que son casos insólitos, pero ¿hubieran ocurrido 50 o 60 años atrás? Además, se destacan en medio de una banalización general: la Liturgia exige que quien asiste se sienta bien, y pase un buen rato.

La Fe es el fundamento de una cultura cristiana, una visión del mundo y del hombre –Weltanschauung, dicen los alemanes- En el proceso de evangelización se recrea de continuo lo que lleva el sello del cristianismo, y que implica un juicio sobre los valores y antivalores vigentes en la sociedad que recibe el Evangelio, para resolver acerca de su compatibilidad y para purificarla de los errores y defectos que contenga. Actualmente la autoridad de la Iglesia se acusa de imponer una cultura ajena al pueblo evangelizado, y pide perdón por ello. Este es el momento de observar que la Fe llega en el “envase” de una cultura: las verdades de la Fe están formuladas según la síntesis del pensamiento judío y la metafísica griega, desposorio que ya había comenzado en el período del Antiguo Testamento, como lo demuestra la traducción de los LXX, que vertió en la lengua griega la Torá, los Nebiyim, y los Ketuvim, de Israel. El Señor encomendó a los Apóstoles hacer discípulos (mathēteusate, Mt 28, 19) en todos los pueblos (panta ta ethnē, Mt 28, 19). La enseñanza y el Bautismo van constituyendo una manera de pensar, sentir y obrar; no se trata de una ideología ni de una gnosis, como lo son los “nuevos paradigmas” preconizados por el progresismo. No toda cultura ancestral es compatible con la novedad de la Fe y la vida cristiana; la inculturación del cristianismo transmite una Tradición que purifica los valores vigentes y asume lo mejor de ellos sin que aquella tradición sea menoscabada o alterada.

Me detengo ahora en dos cuestiones finales que preocupan a los “indietristas” y los afligen a causa de las más recientes posiciones de Roma. La primera es el relativismo en la expresión de la doctrina y la casuística laxista que pretende revisar las posiciones tradicionales en materia de Teología Moral. El caso más notorio es el propósito de cambiar la prohibición de la anticoncepción artificial, decidida por Pablo VI en la encíclica Humanae vitae (1968). El nombramiento de Mons. Vincenzo Paglia al frente del organismo correspondiente (Pontificia Academia para la Vida) es una movida inicial en la dirección predicha. Ahora se agita la cuestión de la infalibilidad de la que no goza el texto del Papa Montini. Es verdad que el Pontífice no declaró hacer uso de esa prerrogativa, pero el contexto indica la voluntad de establecer una doctrina definitiva ante una opinión contraria a la Tradición que se había difundido bajo el viento del “espíritu del Concilio”. Es doloroso recordar que la posición errónea sostenida en la cultura contemporánea había penetrado en la Iglesia; varias Conferencias Episcopales se declararon contra la Humanae vitae. Ahora Roma pareciera querer sumarse al error contra el Orden Natural, hacia lo cual apunta el nombramiento del obispo Paglia. Lo que corresponde –lo digo modestamente, y con todo respeto- es que el Sumo Pontífice ratifique la enseñanza de su predecesor, pues se trata de una cuestión indiscutible.

El otro tema es la afirmación de la Verdad y la unicidad de la Religión Católica como la única verdadera Religión. Muchos comentarios al Concilio Vaticano II han apuntado a una interpretación relativista del diálogo interreligioso. Próximamente se realizará una reunión de líderes religiosos de todo el mundo; el Papa ha sido invitado, y participará de ella. ¿Qué mensaje puede transmitir esa reunión cumbre, sino que todas las religiones son igualmente válidas? En la senda del Vaticano II habría que aclarar que aunque las diversas religiones contengan algunos valores, la Católica es la única verdadera querida por Dios. Puede afirmarse esta doctrina tradicional sin ofender a nadie. También en este caso el “indietrismo” recupera una afirmación que era indiscutible 60 años atrás. Ese tornare indietro asegura el futuro del catolicismo, ¡siempre avanti!

+ Héctor Aguer

Arzobispo Emérito de La Plata

Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.

Académico de Número de la Academia de Ciencias y Artes de San Isidro.

Académico Honorario de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino (Roma).

Buenos Aires, lunes 22 de agosto de 2022.

Memoria de la Santísima Virgen María Reina.-

lunes, 22 de agosto de 2022

¿Comunión en la mano? No, gracias (Padre Ildefonso de Asís)

ADELANTE LA FE


En los últimos años, por desgracia, y con la excusa del covid-19, se ha impuesto de forma arrolladora la recepción en la mano del Cuerpo de Cristo. En España, y fuera de España, son muy pocas las Iglesias donde en la Santa Misa apenas unos pocos fieles comulgan con reverencia en la boca (y menos aún de rodillas) siendo en muchos casos observados como “extraños” por los demás fieles y por no pocos sacerdotes. Es un terrible cáncer que se ha hecho viral, nunca mejor dicho, y se ha convertido en algo así como una “pandemia espiritual”.

Ante el mencionado hecho no vale solo lamentarse y orar: es necesario dar argumentos sólidos desde la moral, la liturgia y el derecho canónico ante esta ofensiva diabólica contra la Eucaristía gestada, sorprendentemente, en el interior de la misma Iglesia. Veamos:

Desde el derecho canónico: denunciar el tremendo ABUSO clerical que supone obligar a los fieles a comulgar en la mano en bastantes templos. Un abuso contrario al derecho canónico ante el cual nadie forma “comisiones” para luchar contra dicho abuso y a la vez se multiplican los “perdones” en relación a otra clase de abusos en mucha ocasiones nada demostrados.

Desde la liturgia: recordar que solo el sacerdote tiene las manos ungidas para tocar el Cuerpo de Cristo, y añadir que la comunión en la mano es un elevado riesgo de profanación de las formas eucarísticas así como de su destino final al suelo de la Iglesia, bolsillo o guantes de los fieles…etc.

Desde la moral: porque así como el sacerdote, por muy amigo que sea de un matrimonio, no tiene potestad para acariciar a la mujer del amigo al ser ello cosa única del esposo, cualquier laico por muy fervoroso que sea no tiene potestad para tocar el Cuerpo de Cristo (salvo caso excepcional)

Pero en este breve artículo quiero compartir otro argumento que me vino de un fiel laico quien, con nula formación teológica y mucha sabiduría popular, me expresó en una ocasión y que con gusto repito aquí: “¿Comulgar en la mano? No, gracias; porque yo quiero que la comunión me la de CRISTO y no otra persona, ni siquiera yo mismo. Si el sacerdote es CRISTO durante la Misa, solo Él debe darme la comunión. No quiero que me la de nadie más: ni monja ni catequista ni sacristán…ni yo quiero tomarla en mano porque entonces me la daría yo mismo y quiero recibirla de CRISTO”.

He pensado muchas veces en ese argumento de un laico cuyo anonimato respeto y que personalmente, como sacerdote, me parece acertadísimo. Hagamos eco del mismo en esta oleada demoníaca que pretende, y consigue, protestantizar la liturgia, adulterar la fe católica y sobre todo consigue ofender a DIOS.

Padre Ildefonso de Asís