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lunes, 17 de diciembre de 2018

LA PAZ VERDADERA Y LA PAZ APARENTE


SANTO TOMÁS DE AQUINO
Enseña Santo Tomás:
“Nadie pierde la gracia santificante si no es por el pecado, que aparta al hombre del fin debido, prefiriendo sobre él un fin malo. En este sentido, su apetito, de hecho, no se adhiere principalmente al bien final verdadero, sino al aparente. Por eso, sin gracia santificante no puede haber paz verdadera, sino sólo aparente .(Suma teológica – Parte II-IIae -Cuestión 29).
Compárese al Doctor Angélico con las chorradas de Bergoglio y los bergoglistas que se llenan la boca clamando por la paz (aparente), sin hacer referencia alguna al papel de la gracia santificante.
Y compárese también la mirada del Santo con la de Bergoglio.¿Hace falta  señalar la diferencia?
PAPA FRANCISCO

Nota catapúltica
Y por si hiciera falta algo más de la falsa paz bergogliana, veamos uno de sus últimos inventos. 
Ahora instituyó en la Pontificia Universidad Lateranense un nuevo curso de estudios en Ciencias de la Paz para formar así personas dedicadas sin reservas al servicio de la causa del hombre”, señalando que “en la búsqueda de este objetivo, juega un papel central el mundo universitario, lugar simbólico de ese humanismo integral que continuamente necesita ser renovado y enriquecido, para que pueda producir una renovación cultural valiente como exige el momento presente”. 
Sepa comprender el lector, pero a mí “la causa del hombre”, y el “ humanismo integral” me producen, ipso facto, problemas estomacales.
Augusto Padilla
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Padre Weinandy: “Algunos obispos están involucrados en actividades homosexuales”



Se ha puesto en evidencia que algunos miembros de la clerecía, “incluyendo obispos”, están involucrados en actividades homosexuales, dijo el 11 de diciembre al sitio web NcRegister.com el sacerdote capuchino Thomas Weinandy.

Weinandy explica que ellos “se aprovechan de seminaristas y jóvenes” y “forman redes de homosexuales”.

Él pide que se trate el tema de los clérigos homosexuales en la próxima cumbre vaticana sobre los abusos “si el encuentro ha de ser tomado con seriedad”.

Hay temores cada vez más extendidos de que la cumbre se ocultará detrás de la cortina de humo de la “pedofilia”, para encubrir las verdaderas razones del problema.


domingo, 16 de diciembre de 2018

Noticias varias 16 diciembre de 2018




ADELANTE LA FE


 ¿Se basa la Misa ad orientem en un concepto de Dios como Alguien que está allá arriba a lo lejos?


INFOCATÓLICA


China: El obispo clandestino de Mindong cede su puesto ordinario al que era obispo oficialista


Argentina se alista para una nueva marcha contra la ideología de género en las escuelas


Experto en bioética expone la maldad intrínseca de la ideología de género


Trump firma la ley que reconoce el «genocidio de cristianos» en Oriente Medio


Educar contra la corrupción es la propuesta que presentan en Argentina para las escuelas inspiradas en la fe



Polonia y Hungría vetan el acrónimo LGTBI en un documento oficial de la UE

GLORIA TV NEWS




IPSI GLORIA

Vísperas de la defenestración

CATAPULTA

Otro desquicio postconciliar

Un nuevo “mártir” interreligioso

Bestiario bergoglista (52)

Selección por José Martí

Pagliarani, la FSSPX y Roma



[Apuntes 41] Este sábado fue difundida una reciente entrevista al padre Davide Pagliarani; interesante reportaje en más de un punto, alguno que personalmente me alertó y me preocupó, dejándome cavilando acerca de ¿qué tanto las opiniones de este joven sacerdote italiano son las actuales opiniones mayoritarias de la FSSPX?, aunque, por supuesto, no son la postura oficial de la hermandad fundada por Lefebvre, como no lo puede ser una simple charla con un periodista.

Por ejemplo, si el renovado diálogo (¿o es que todavía no puede considerarse renovado?) de la FSSPX y Roma, volverá a recorrer la misma vía de la discusión teológica sobre las “diferencias doctrinales”que la hermandad tiene con la doctrina del Concilio Vaticano II, por ejemplo sobre la libertad religiosa, mucho me temo que los deseados -por mí- guiños a través de la mesa de negociaciones y el brindis con buen vino añejo, firmando el acuerdo, no cuentan por el momento con ningún remoto signo a la vista en el horizonte.

Pagliarani no quiere saber no sólo ya nada de “guiños”, pero ni siquiera de “hermenéuticas de la continuidad”. Lo ha dicho claramente en la entrevista: “El Papa Benedicto XVI estimó que las divergencias entre Roma y la Fraternidad Sacerdotal San Pío X residían en un problema de interpretación de los textos del Concilio. Bastaba con analizar esos textos para hacer posible el acuerdo. Pero nuestra posición no es esa: la Fraternidad San Pío X rechaza del Concilio Vaticano II todo aquello que se opone a la Tradición católica”. Mucho me temo que posturas como esta de Pagliarani: “El Papa tendría que declarar erróneo el decreto sobre la libertad religiosa y corregirlo en consecuencia”, afirmando, al fin de cuentas, que la condición que pone la FSSPX para unirse a Roma es que Roma… ¡corrija el Concilio Vaticano II!... bueno, bueno… ¿no les dije yo que tengo la inevitable sensación de que a los miembros de la FSSPX les falta buen sentido del humor?... ¿Qué piensan ustedes?...

Recordemos que el padre Pagliarani es Superior General de la FSSPX desde el pasado mes de julio, cuando se reunió en Écone el Capítulo General de la Fraternidad. Por supuesto que en semejante reunión debió hablarse, intercambiarse opiniones, discutirse... acerca del estado de las relaciones de la FSSPX con Roma. Pero, como vivimos en momentos en que los católicos fieles y conscientes (y conscientes, reitero esto último, porque existe otro tipo de católicos), cada vez que se encuentran, intercambian puntos de vista sobre la situación actual en el Global Estado de la Iglesia Militante de Cristo en esta Tierra. Esto, inevitablemente, también debe ser cierto para la FSSPX, y seguro que lo fue para el pasado Capítulo General. Y, aún con más razón, ya que la FSSPX no puede evitar verse obligada a hacer juicios prudenciales sobre sus propias relaciones con la Santa Sede. Por lo tanto, ¿cómo ve la FSSPX el actual estado de la Iglesia?... Algo dice Pagliarani sobre esto en la entrevista, (léanla) pero es su opinión, importante sí, porque es el Superior General, pero es sólo "su" opinión. Si el Capítulo General tomó intra portas, alguna secreta decisión al respecto, ¿cuál ha sido esa decisión?...

En mi caso sólo puedo sentir una inmensa compasión por aquellos involucrados en tales decisiones. Por un lado, los tres obispos de la Hermandad son ahora treinta años mayores que cuando fueron consagrados. Si su actual tránsito por la tercera edad se complementara con un "sine mandato Apostólico" al momento en que se vieran obligados por las circunstancias (como Lefebvre en 1988) a consagrar nuevos obispos..., eso incurriría en nuevas excomuniones latae sententiae; así que en tal caso se produciría un verdadero paso atrás de facto en las relaciones de la FSSPX y la Santa Sede.

Por otra parte, si la opción es avanzar hacia una -no previsible hoy- decisión de obediencia a Roma... nadie necesita que se le recuerde la forma en que Roma es capaz de tratar a quienes tiene a su merced. Y, a pesar de la retórica, sabemos bien que la Misericordia no es un sello distintivo del régimen actual.

Reconociéndome un cínico, tiendo a pensar que cualquier acuerdo debería asegurar el estado financiero independiente de esta querida y admirable Hermandad, de modo que, si posteriormente hubiera mala fe de parte de Roma, la FSSPX podría reanudar su curso anterior sin daños mayores. "Las manos fuera del efectivo y de las propiedades" me parece una consideración muy importante. Los temas monetarios parecieran ser uno de los principales motivos del salvaje régimen visitatorial impuesto por el Papa a los Franciscanos de la Inmaculada. Pero, ¿qué puedo saber yo acerca de las complejidades de la situación actual en ese punto?

De lo que estoy seguro es que los miembros de la FSSPX son nuestros amados hermanos en el Señor, por quienes en este momento todos los que tratamos de vivir en legítima unidad con Roma, tenemos una considerable obligación de orar. Y, al hacerlo, también orar dando gracias por todo lo que la FSSPX ha hecho por el mantenimiento de la Fe.

No podemos olvidar que el obispo Bernard Fellay fue el único sucesor de los apóstoles que dio su firma a la Correctio filialis.

El acuerdo China-Vaticano es secreto sólo de palabra. He aquí cómo funciona (Sandro Magister)



*
Del acuerdo firmado el 22 de setiembre entre el Vaticano y Chin se ha dicho sólo que se refiere al nombramiento de los obispos. Sus cláusulas son secretas. Pero entre entonces y ahora han ocurrido tantas cosas, que permiten comprender demasiado cómo funciona ese acuerdo.
El cardenal Zen Ze-kiun (en la foto), de 88 años, voló deliberadamente desde Hong Kong a Roma para entregar personalmente al papa Francisco una apasionada carta-apelación de su autoría, de siete páginas, sobre la dramática situación en la que está sumergida en China, después del acuerdo, la Iglesia Católica llamada “underground” o clandestina.
Para la otra parte de la Iglesia china, la oficial, reconocida por las autoridades de Pequín, por el contrario, todo parece desarrollar a beneficio del régimen.
También los últimos siete obispos impuestos a la fuerza contra la voluntad de Roma han sido reconocidos por el Papa, quien los ha liberado de la excomunión producida en el momento de su ordenación ilegítima, a pesar de la ausencia de cualquier pedido público suyo de perdón y el hecho que dos de ellos tenían amantes e hijos. El papa Francisco se ha inclinado incluso a levantar la excomunión a un octavo obispo nombrado exclusivamente por el gobierno, fallecido en enero de 2017, pero que las autoridades de Pequín han querido verle rehabilitado a toda costa.
Más aún, el Papa se ha visto obligado a tragarse el envío a Roma justamente de uno de los siete obispos excomulgados, Guo Jincai, como delegado de la Iglesia china al sínodo mundial celebrado en octubre pasado. El anuncio de su envío lo han dado primero las autoridades chinas y sólo después el Papa lo incluyó en la lista de sus invitados.
Guo Jincai es desde hace años un perfecto hombre del régimen. Es miembro de la Asamblea del Pueblo, el parlamento chino, promovido a ese rol por el Departamento Central de la Organización del Partido Comunista, y es secretario general y vicepresidente del Consejo de los obispos chinos, es decir, la seudo Conferencia Episcopal, hasta ayer jamás reconocida por Roma, conformada únicamente por los obispos oficialmente reconocidos por el gobierno, al que ahora le corresponderá, según el acuerdo, indicar al Papa el nombre de cada futuro obispo, elegido previamente mediante una votación “democrática” por parte de representantes de las respectivas diócesis, todos ellos a su vez designados y amaestrados por funcionarios del Partido Comunista.
Acosado por los periodistas luego de la noticia del acuerdo con China, Francisco dijo que en todo caso será siempre el Papa el que tenga la última palabra.
Pero por lo que ha acontecido hasta ahora, resulta que los que “hablan” son siempre y únicamente las autoridades chinas, con el Papa que se limita a decir “sí” cada vez. Quizás incluso anticipando los deseos de otros, como ocurrió con la erección, por parte de la Santa Sede, de la nueva diócesis de Chengde, anunciada el mismo día de la firma del acuerdo sin que se dijera el por qué.
El motivo se lo entendió poco tiempo después, con la asignación de esta nueva diócesis precisamente a Guo Jincai, el emisario enviado por el régimen al sínodo. Quienes determinaron los límites de ésta y de otras 96 diócesis fueron, desde hace años, las autoridades chinas, por iniciativa unilateral de ellos, copiando los límites de las provincias y arrojando a la basura las 137 diócesis de la geografía vaticana. La Santa Sede jamás había aceptado esto. Pero ahora el primer paso ha sido dado por el papa Francisco. Y a partir de esto se conseguirá, vista la reducción del número de diócesis, la progresiva puesta en fuera de juego de casi treinta obispos clandestinos.
Sobre los cuales la presión del régimen se ha hecho todavía más pesada después de la firma del acuerdo.
Alguno de ellos ya ha claudicado, como el obispo de Lanzhou, Han Zhihai, cuyo acto de sometimiento ha coincidido con su promoción a presidente de la local Asociación Patriótica de los Católicos Chinos, es decir, del histórico instrumento de control del régimen sobre la Iglesia, que hasta ayer la Santa Sede siempre juzgó “inconciliable” con la doctrina católica, pero a la cual están obligatoriamente inscriptos todos los obispos oficiales.
Otros, por el contrario, resisten sin doblegarse, como el obispo de Wenzhou, Shao Zhumin, llevado por la policía a mitad de noviembre para una enésima e inútil jornada de adoctrinamiento en una localidad desconocida. Es la quinta vez en los últimos dos años que las autoridades chinas lo han secuestrado, al punto que en junio de 2017 incluso la embajada de Alemania en Pequín protestó públicamente en defensa suya.
Es a esta Iglesia en resistencia que el cardenal Zen le ha dado voz, en su apelación a Francisco, para que no se sienta abandonada por Roma. Inaudito.
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Esta nota ha sido publicada en "L'Espresso" n. 51 del 2018, en los kioscos el 16 de diciembre, en la página de opinión titulada "Settimo Cielo" confiada a Sandro Magister.
He aquí el índice de todas las notas precedentes:

> "L'Espresso" al séptimo cielo
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La nota ya había sido impresa en L’Espresso cuando llegó una noticia ulterior que la confirma plenamente.
En el hotel Diaoyutai de Pequín, que el Estado chino reserva a sus propios huéspedes, el enviado vaticano Claudio Maria Celli ha oficializado el traspaso, como cabeza de la diócesis de Mindong, del obispo “clandestino” Vincenzo Guo Xijin al “oficial” Vincenzo Zhan Silu, uno de los siete al que el papa Francisco levantó la excomunión el día de la firma del acuerdo.
De aquí en adelante Guo Xijin figurará solamente como auxiliar del nuevo ordinario de la diócesis.
Al mismo tiempo, en la otra diócesis de Shantou, el anciano obispo “clandestino” Pietro Zhuang Jianjian se ha jubilado y en su lugar ha sido incardinado el obispo “oficial” Giuseppe Huang Bingzhang, otro de los siete excomulgados.
Tanto Zhan Silu como Huang Bingzhang son también vicepresidentes de la seudo Conferencia episcopal puesta a los pies de las autoridades chinas.
Ya hace un año monseñor Celli se había dirigido a Pequín para obtener esta doble sustitución, a pesar de que los dos obispos ahora promovidos todavía estaban excomulgados. Pero había encontrado fuertes resistencias, que el cardenal se había apurado también entonces en hacer notas al papa Francisco. Al intentar convencer a los dos obispos “clandestinos”, Celli había dicho que el Papa en persona les pedía este paso atrás, “porque de otra manera el acuerdo entre China y el Vaticano no puede firmarse“.
Hoy el acuerdo existe y la operación ha llegado a puerto. Todo se lleva a cabo.
Sandro Magister

sábado, 15 de diciembre de 2018

Noticias varias de Gloria TV






















Selección por José Martí

COPE y Carlos Herrera: atronador silencio de TODOS los obispos españoles (Carlos Esteban)



La cadena de radio COPE, como la televisión 13TV, son propiedad e iniciativa de la Conferencia Episcopal Española, que representa a todos los obispos de España. Por eso es un escándalo que su locutor estrella, Carlos Herrera, defienda públicamente posturas absolutamente incompatibles con la doctrina católica sin que uno solo de los 81 obispos -uno, al menos- españoles haya salido a la palestra para explicar este absurdo.

¿Debe la jeraquía eclesiática ser propietaria de medios de comunicación? En principio, no hay el menor problema. Aunque, en una sociedad abierta y próspera, cualquier laico o grupo de laicos puede ocuparse de representar en la escena mediática la postura -o, mejor, las posturas- católica frente a la audiencia, puede tener sentido que el episcopado quiera aportar una voz ‘oficial’ que, incluso sin ánimo de lucro, ayude a la evangelización y a acercar almas a Cristo, que es la labor de los pastores. Esa sería su única justificación.

Pero esa misma justificación se convertiría en grave escándolo y en ocasión de confusión entre los fieles si dichos medios -en nuestro país, especialmente, la COPE y 13TV- dedican la mayor parte de sus esfuerzos a apoyar opciones políticas que no respetan los principios irrenunciables detallados por Benedicto XVI y, mucho más, si transmiten ideas frontalmente contrarias a la doctrina de la Iglesia.

La semana pasada, el más popular y seguido de los locutores de la COPE, Carlos Herrera, en una entrevista concedida a Jordi Évole, Carlos Herrera calificó de “barbaridad” el proyecto de Vox de acabar con la financiación pública del aborto y de los cambios de sexo. “El aborto está regulado por ley”, dijo Herrera, añadiendo que en el negocio de acabar con la vida del no nacido en el vientre de su madre “se ha llegado a determinados consensos. A mí me parece siempre un fracaso, el aborto es un fracaso, es efectivamente una pelea con la vida, pero dejémoslo como está. Yo no voy a hacer de eso una bandera particularmente“. En relación a los mal llamados ‘cambios de sexo’, Herrera dijo que Vox desconoce el “drama” de “algunas personas que viven en un cuerpo y son de otro cuerpo. Si eso se puede arreglar, ¿de verdad de verdad es tan problemático arreglarlo? ¿De verdad de verdad es tan caro arreglarlo? ¿El problema de la sanidad española es ése? Me da a mí la sensación de que no”.

Lea también: A Carlos Herrera le parece “una barbaridad” que VOX pida que no se paguen abortos con dinero publico

Qué sea “vivir” en un cuerpo, como si uno fuera el tripulante de su propio organismo, no lo aclara el famoso locutor pero, en cualquiera de los dos casos, Herrera se separa millas de la doctrina de la Iglesia cuya difusión, suponemos, queremos creer, es la razón de que exista la cadena de los obispos.

No, no vale eso de “esa es la opinión personal de Herrera, nada que ver con la línea editorial de la cadena”. Los obispos son los sucesores de los apóstoles, no un grupo empresarial que pueda hacer esos hipócritas distingos. Y Herrera es su ‘primer espada’. No pueden ignorar la terrible confusión que siembra oír a la estrella de su cadena defendiendo lo que la Iglesia condena sin paliativos ni matices.

Ni siquiera vale hacerse el loco con excusas de ‘libertad’ que no solo no aplica ningún dueño de medios en lo que le interesa reflejar, sino que tampoco ejercen los obispos en lo que les conviene, es decir, a la hora de reprender a quien se excede -o parece excederse- por el lado en que puede resultar socialmente impopular para los prelados. Todos sabemos de sacerdotes que se toman libertades doctrinales y litúrgicas que rozan, en unos casos, la herejía y en otros la blasfemia, sin que a su superior se le mueva un músculo. Pero también recordamos, por ejemplo, lo poco que tardó el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, en desautorizar con extraordinaria dureza un comentario hecho por el sacerdote Santiago Martín durante los avisos en una misa. No defendemos los comenarios de Martín -tampoco los censuramos-, nos limitamos a señalar que quedan muy por debajo de muchos otros escándalos clericales casi comunes.

Pero, como decíamos ayer, no esperamos grandes heroicidades de los obispos. Ayer, por cierto, declaraba Argüello, nuevo portavoz, que apuntarse a clase de Religión hoy es “heróico” porque en ocasiones puede suponer quedarse una hora más en clase o estar aprendiendo cuando los otros niños juegan. Y, naturalmente, si ese es el concepto que tienen nuestros obispos de la heroicidad, se entiende que sean todos tan tímidos, apocados y timoratos.

No, no esperábamos que despidieran a Herrera. Aleccionados por la experiencia, también nos habíamos resignado a que no hubiera una aclaración oficial de la CEE que incluyera una sentida disculpa, no. Nos bastaba con un solo obispo, uno de esos ochenta que, colectivamente, representan y son representados por la CEE. Un único valiente que saliera a la palestra para decir que él, a título personal, como obispo de tal y cual diócesis, no estaba de acuerdo con la barbaridad que había declarado la estrella de la cadena episcopal.

Pero no, ni uno entre todos ellos. No creo que tengamos que añadir nada más, ni sería prudente.

Carlos Herrera

Es inconcebible que la Iglesia se haya equivocado durante dos milenios



Entrevista del Padre Pagliarani al Salzburger Nachrichten

El Padre Pagliarani, Superior General de la Fraternidad San Pío X, concedió al Salzburger Nachrichten una entrevista exclusiva difundida el sábado 15 de diciembre de 2018, en donde explica lo que todo católico espera del Papa: la transmisión fiel del depósito de la fe, que es la adhesión de la inteligencia a la revelación divina y no una experiencia subjetiva individual. Desafortunadamente, los recientes documentos romanos, como la exhortación Amoris Laetitia, favorecen un subjetivismo que no reconoce más una verdad universalmente válida, lo que causa una gran confusión y destruye el impulso misionero de la Iglesia para con las otras religiones.

- El fundador de la Fraternidad San Pío X, Mons. Marcel Lefebvre, fue excomulgado en 1988 por haber ordenado cuatro obispos sin permiso. En 2009, el Papa Benedicto XVI levantó las excomuniones: ¿qué significó para ustedes?

Para nosotros no ha cambiado nada, pues siempre hemos considerado tales excomuniones como infundadas. No obstante, algunas personas, que antes no se atrevían, cobraron ánimo para unirse a nosotros. Esto también ha facilitado nuestras relaciones con ciertos obispos y una parte del clero, sobre todo los sacerdotes jóvenes.

- Francisco también ha hecho concesiones: ¿qué más esperan?

Esperamos aquello que cada católico pide a la Iglesia en el momento del bautismo: la fe. La revelación divina quedó consumada, y es deber del Papa transmitir fielmente este depósito de la fe. El Papa, pues, tiene que poner fin a la crisis que sacude a la Iglesia desde hace ya 50 años. Esta crisis se desencadenó por una novedosa concepción de la fe centrada en la experiencia subjetiva de cada uno: se cree que el individuo es el único responsable de su fe y puede optar libremente por cualquier religión, sin distinción entre verdad y error. Sin embargo, todo eso contradice la ley divina objetiva.

- ¿De qué manera la Fraternidad San Pío X puede mostrarse conciliadora con el Papa?

La Fraternidad Sacerdotal San Pío X está profundamente apegada al Sucesor de Pedro, incluso cuando se opone a los errores del Concilio Vaticano II. Empero, nos encontramos profundamente consternados por la característica fundamental del pontificado actual, que es la aplicación completamente novedosa del concepto de misericordia. Ésta queda reducida a una panacea para todos los pecados, sin impulsar hacia una conversión verdadera, a la transformación del alma por la gracia, la mortificación y la oración. En su Exhortación apostólica post-sinodal Amoris Laetitia, el Papa da a los cristianos la posibilidad de decidir sobre cuestiones de moral conyugal caso por caso, según su conciencia personal. Esto contradice netamente la orientación clara y necesaria dada por la ley de Dios.

Vemos aquí un eco de la espiritualidad de Lutero: un cristianismo sin exigencia de renovación moral, un subjetivismo que ya no reconoce ninguna verdad universalmente válida. Todo esto ha causado una profunda confusión en el clero y en los fieles. Todo hombre busca la verdad, pero para encontrarla necesita ser guiado por el sacerdote, igual que el alumno necesita la dirección de su maestro.

- ¿Qué ha producido a este respecto el 2017, Año Lutero?

Desde el siglo XVI, la Iglesia católica se acercó a los protestantes para convertirlos y traerlos de vuelta a la verdadera Iglesia. El Año Luterano ha servido para este objetivo primero de regreso de los protestantes; por el contrario, los ha confirmado en sus errores. Y eso es porque, desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia piensa que todo hombre puede encontrar a Dios en su propia religión. Es una premisa que reduce la fe a una experiencia personal e interior y que, por tanto, hace que ya no consista en la adhesión de la inteligencia a la revelación divina.

- Hay también en otras religiones muchas personas que llevan una vida moralmente buena, según su alma y conciencia. ¿Dios reconocerá sus méritos?

La Iglesia es esencialmente misionera. Cristo dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Los hombres no pueden salvarse sino por Él. Ha fundado una única Iglesia, que es la Iglesia romana. Esta verdad teológica ha de proclamarse tanto como la rectitud de la moral y el esplendor de la Misa tradicional según el rito tridentino.

La búsqueda sincera de la verdad en las otras religiones no basta para producirla. Por eso hay que ayudar a esas almas a salvarse. Si un alma puede salvarse fuera de la Iglesia católica, lo hace a pesar del error en el que se encuentra, y no gracias a él; en todo caso, únicamente se salva por Jesucristo.

-Su predecesor Bernard Fellay ha calificado a los judíos, masones y modernistas como “enemigos de la Iglesia”. ¿También han de convertirse los judíos a la Iglesia católica, igual que dice Ud. de los protestantes?

El modernismo es uno de los errores más peligrosos: no en vano, hasta el Concilio Vaticano II, la Iglesia exigía a todos sus sacerdotes prestar el juramento antimodernista, el mismo que he jurado yo.

En cuanto al judaísmo, sería un pecado imperdonable excluir al pueblo judío de los bienes y tesoros de la Iglesia católica. La misión salvífica de la Iglesia es universal, y no puede dejar de lado a ningún pueblo.

- Ud. rechaza los documentos esenciales del Concilio Vaticano II, tales como el de la libertad religiosa o el del ecumenismo. ¿Es sólo otra interpretación o, por el contrario, Ud. rechaza completamente tales textos?

El Vaticano II se definió a sí mismo como un concilio puramente pastoral. Sin embargo, se tomaron decisiones dogmáticas de gran importancia, como las que ha citado, y que han llevado a una transformación completa de la fe.

El Papa Benedicto XVI estimó que las divergencias entre Roma y la Fraternidad Sacerdotal San Pío X residían en un problema de interpretación de los textos del Concilio. Bastaba con analizar esos textos para hacer posible el acuerdo. Pero nuestra posición no es esa: la Fraternidad San Pío X rechaza del Concilio Vaticano II todo aquello que se opone a la Tradición católica.

El Papa tendría que declarar erróneo el decreto sobre la libertad religiosa y corregirlo en consecuencia. Estamos convencidos de que algún Papa lo hará y volverá a la doctrina pura que era la referencia antes del Concilio. Las cuestiones de la libertad religiosa, el ecumenismo y la constitución divina de la Iglesia fueron ya tratadas por los Papas anteriores al Vaticano II. Basta con retomar sus enseñanzas. Es inconcebible que la Iglesia se haya equivocado durante dos milenios y que no haya conseguido hallar la verdad sobre estas cuestiones hasta la época del Concilio, de 1962 a 1965.

- ¿Le supone un cargo de conciencia el encontrarse, a ojos de Roma, en estado de cisma con la Iglesia?

De hecho, Roma no nos considera como cismáticos, sino más bien como “irregulares”. En todo caso, si no tuviera la certeza de trabajar dentro de la Iglesia católica romana y por ella, dejaría de inmediato la Fraternidad.

Entrevista hecha por Josef Bruckmoser. 
Título, presentación y traducción de FSSPX. 

El misterioso veredicto de culpabilidad contra el Cardenal Pell (Carlos Esteban)



El australiano George Pell es el primer cardenal declarado culpable de abusos a menores por un tribunal secular. Pero las sombras que rodean el caso permiten sospechar que no se ha hecho justicia.

“Era totalmente evidente para cualquiera en ese tribunal que las acusaciones carecían de base”, asegura una fuente que ha seguido todo el caso desde la sala a Catholic News Agency (CNA). “No es que Pell no hiciera aquello de lo que está acusado; es que no hubiera podido hacerlo”.

El cardenal, hasta hace poco miembro del exclusivo consejo de cardenales que asesora al Papa (C9, ahora C6) y responsable en suspenso del banco vaticano IOR, fue hallado culpable de cinco cargos de abusos a dos monaguillos menores cuando era arzobispo de Melbourne a finales de los noventa. La sentencia unánime se produce tras una deliberación fallida, según ha podido saber CNA, en la que el jurado se declaró 10 contra 2 a favor de la inocencia del prelado. “Han sentenciado a un hombre inocente”, asegura a CNA una fuente cercana al tribunal. “Y lo que es peor, lo saben”.

Es, en cualquier caso, discutir todo el asunto porque los tribunales australianos han emitido una orden de silencio para los medios que no hace más que sembrar la confusión y alimentar el recelo.

Vamos a los hechos. La acusación sostiene que los hechos delictivos protagonizados por el entonces arzobispo sobre los dos monaguillos y miembros del coro tenían lugar en la sacristía de la Catedral de Melbourne inmediatamente después de la misa dominical. Primera dificultad: la sacristía en cuestión tiene amplias habitaciones, cada una con arcadas y múltiples entradas y salidas. La defensa presentó el testimonio de múltiples testigos que declararon bajo juramento que el cardenal no estaba nunca solo en la sacristía con los monaguillos, y que en todas las ocasiones citadas por la acusación habría gente presente en la habotación. Los testigos alegaron que Pell estaba siempre rodeado de sacerdotes y otros clérigos, así como de visitantes que acudían a la misa dominical, y que los monaguillos tenían su propia habitación para revestirse, completamente separada de la sacristía.

Son muchos los observadores que hacen notar el fuerte anticlericalismo que ha dominado la opinión pública australiana en los últimos años y que se ha traducido en un fortísimo prejuicio contra el cardenal y al que se ha sumado la indignación pública por los escándalos de encubrimiento de abusos clericales este pasado verano. “Es absurdo”, señala otra fuente consultada por CNA. “Cualquier católico en Victoria sabe que nuestros medios llevan más de dos décadas rezumando prejuicios anticatólicos, anticlericales y, especialmente, contra Pell”.

De hecho, el fiscal no se privó de atizar este prejuicio anticlerical en el juicio a la menor ocasión, al punto de que cuando la defensa llamó a declarar a un perito en calidad de experto que, casualmente, era jesuita, el fiscal se refirió a él en todo momento, no por su título profesional o su nombre sino como “el hermano cristiano”.

Pell no solo ha sido uno de los primeros obispos en tomar en su día serias medidas para atajar el problema de los abusos sexuales a menores por parte de clérigos, sino que renunció voluntariamente a su puesto en la Curia para responder personalmente de los cargos que le imputaban los tribunales australianos, aparentemente seguro de su total inocencia.

La sentencia completa de Pell se espera para el próximo enero, y podrá recurrirla al Tribunal Supremo del Estado de Victoria.

Carlos Esteban

Old Rite Priest Claims that Archbishop Marcel Lefebvre Was Sedevacantist


Duración 3:28 minutos

The Catholic Register, owned by the Archdiocese of Toronto, published on November 30 an article about the Old Rite Priestly Fraternity of Saint Peter. The piece carries the contradictory heading: "Traditional Priestly Fraternity of St. Peter stresses unity with Pope Francis". 
The article quotes the Fraternity's Superior General, Father Andrzej Komorowski, saying that “There is no possibility to get to Heaven without being united to the Pope”. There is very little likelihood that Pope Francis would agree with this statement.

The article goes on quoting from a lecture Father Joseph Bisig, the Fraternity’s first superior general who was removed by the Vatican in 2000, gave in Ottawa on November 24. Bisig stressed that "we believe in the visibility of authority" and “we are not Protestants”. A hypothetical question: What would happen if an authority, blindly followed by those who do not want to be Protestants, leads them into Protestantism?

Bisig even claimed that Archbishop Lefebvre entertained sedevacantism saying that Paul VI was not the real pope, and thus the Chair of Peter was vacant. According to Bisig, Lefebvre kept this opinion largely out of the public realm – quote – "because most priests in the SSPX would have been scandalized."

Bisig left the SSPX in 1988 when Archbishop Lefebvre consecrated four bishops against the will of John Paul II. Quote, “We did not want to leave the SSPX,” Bisig said. “We were forced to do so. Our superior became schismatic. We felt like orphans abandoned by our father.” However, Bisig himself was ordained a priest by Archbishop Lefebvre against the will of John Paul II in a time when Lefebvre was already suspended. The question is whether this, according to Bisig’s interpretation, was also a schismatic act.

Now, Bisig says about himself that "I pray very much for my old, good friends (in the SSPX) to join the Church” and to “come in without any conditions,” but to “accept the authority of the living magisterium.” "Living magisterium" is a term used by modernists in order to pretend that the magisterium may invent new doctrines or contradict old ones.

Archbold sobre “Promover el Cisma” (Steve Skojec)



En su blog de siempre, Creative Minority Report, Patrick Archbold, el colaborador de 1P5 y de Remnant, ha escrito un artículo dividido en cinco partes sobre “promover” el cisma en la Iglesia. Algunos de ustedes van a querer leerlas todas, pero me gustaría ofrecerles una versión resumida a modo de introducción.
En la primera entrega, Archbold comienza con una cita atribuida al Papa Francisco en 2016 –sobre la que informamos aquí— en la que supuestamente dijo,  “No hay que excluir que pueda entrar en la historia como el Papa que dividió a la Iglesia Católica.”
“Esta cita”, escribe Archbold, “es de Der Spiegel. Pero es el corresponsal del Spiegel en Italia, Walter Mayr, quien presenta esa declaración como autocrítica. Basándome en todas las pruebas hasta la fecha y en lo que creo pudiera venir, sospecho que se trata de una mala interpretación de la declaración. El Papa no estaba siendo autocrítico, estaba contándonos su plan”.
Estaba contándonos su plan.
Durante años, parece que algo de lo que muchos comentaristas católicos no han sido conscientes al tratar de entender el papado actual es que las meteduras de pata, los errores bien intencionados, las irregularidades e incluso la absoluta incompetencia no explican el fenómeno Francisco.
La intencionalidad lo explica.
No puedo leer los corazones y las mentes, y ciertamente no puedo leer las almas. Pero puedo decir dónde apunta la evidencia. Y todos los indicios que he observado muestran que Jorge Mario Bergoglio, el hombre que llegó a ser el Papa Francisco, examina a la Iglesia Católica tal como se encuentra ahora con las ideas de destrucción y reconfiguración en el primer plano de su pensamiento.
Archbold utiliza como punto de partida las manipulaciones evidentes en los dos Sínodos de la Familia, además  del hecho consumado, meridianamente claro, que fue el Sínodo de la Juventud del pasado octubre. Archbold escribe,
No sólo eliminaron todas las reglas de antemano y llenaron el Sínodo de gente maleable, sino que en realidad publicaron un documento sinodal que trataba sustancialmente de un tema del que ni siquiera se trató en el Sínodo, la sinodalidad en sí misma. Debemos concedérselo: son los herejes pasotas. Simplemente no les importa.
Archbold argumenta que la intensificación de maniobras en el Sínodo se produjo en respuesta directa a los “católicos fieles” que han hablado “muy claramente y les han causado más problemas de los que están dispuestos a soportar”. Sí, está hablando de usted y de mí, entre otros. Su tesis es que la Iglesia “ha estado de facto en un estado de cisma durante algún tiempo”, pero si bien los que rechazan la enseñanza de la Iglesia se negaban a irse, ahora “están a cargo”.
“Ellos no querían hacer su propia Iglesia”, escribe Archbold. ´´Querían la nuestra. Ahora tienen el poder y lo usan”.
La pregunta que engloba todo es la siguiente: ¿cómo se deshacen de los católicos que se les oponen? O, más concretamente, ¿cómo convertir un cisma de facto en uno real?
En la segunda parte, Archbold argumenta que los que tienen ahora el poder en la Iglesia “han estado implementando mecanismos que no darán cuartel a los católicos fieles”. Y por ‘no dar cuartel’, se entiende que
… están dando una serie de pasos destinados a colocar a los católicos fieles, especialmente a los católicos tradicionalistas, en el rincón donde ellos quieren exactamente que estemos. En resumen, están ejecutando una serie de jugadas de su libro de estrategias para poner a los católicos tradicionalistas en una posición en la que deban capitular o ser desobedientes en algún grado. Buscan la desobediencia.
Su teoría es que este mecanismo –la desobediencia forzada– se empleará para “separar a los católicos tradicionalistas de la Iglesia”.
Él da ejemplos: los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, una visita oficial sudamericana empleada para sacar a un obispo parcial a la Tradición que había criticado a otros obispos de su región, la eliminación—nunca explicada oficialmente– del obispo Martin Holley de Memphis (Holley parece creer que fue un castigo por un desaire previo, del cardenal Wuerl, caído en desgracia  pero aún fuerte), la “visita y destrucción” de los Petites Sœurs de Marie Mère du Rédempteur, quienes, dice Archbold, “cometieron el doble delito de ser un poco ‘demasiado conservadoras’ y poseer algunos bienes que el Obispo local codiciaba”, así como la Orden soberana y militar de Malta.
Probablemente hay más que podrían agregarse a la lista.
“Ya sea una orden de inclinación tradicional”, escribe Archbold, “los moderadamente conservadores, o incluso un obispo que no acepta el programa, el mensaje y el método son claros: cuando quieren que te vayas, pueden hacer que te vayas”.
Recientemente, directrices adicionales de Roma han hecho que sea aún más difícil para esas personas recurrir cuando son tratadas injustamente. Incluso los obispos, tan a menudo indicados por Francisco como aquellos que deben decidir en sus regiones, ahora necesitan un permiso de Roma antes de erigir institutos de vida consagrada en sus diócesis, algo que los obispos siempre han tenido la potestad de hacer.
La tercera parte de la serie de Archbold se centra en lo que se está haciendo con la vida religiosa. Dice, citando a Hilary White, que algunos de los cambios en las reglas introducidos por el Vaticano recientemente señalan “el final de la vida monástica contemplativa”. Cita a Hilary además en referencia a la naturaleza vital de los religiosos enclaustrados, y vale la pena repetirlo aquí:
Una vez que se enclaustran, el mundo se olvida de ellos. Pero la vida religiosa contemplativa es como las mitocondrias de la Iglesia, la fuente de energía de la célula que hace que todos los otros sistemas funcionen. Las mitocondrias son las más discretas y ocultas de los orgánulos del cuerpo, y durante mucho tiempo su función no se entendió completamente. Pero ahora sabemos que nuestras vidas dependen de la salud de esta pequeña cosa secreta y oculta. Y la enfermedad mitocondrial –cuando las mitocondrias no funcionan–es devastadora.
No iré al nivel de detalle de Archbold, pero él destaca una serie de indicadores de que “al Papa Francisco claramente no le gustan las órdenes contemplativas” y ha actuado en consecuencia. “La vida monástica católica tradicional”, concluye, “está acabada. No puede y no sobrevivirá a este ataque, si no cambia algo”.
Y no se trata sólo de acabar con las cosas. Se trata de exterminar las que comienzan. Piensen sobre esto:
Poco a poco, han estado destruyendo las vías para que los religiosos practiquen el catolicismo tradicional. Simplemente no les están dejando a los católicos tradicionales con vocación ningún lugar al que ir, excepto a donde ellos quieren que vayas. Están cortando diligente y sistemáticamente todas las vías de escape. Esto es fundamental para entender mi tesis sobre cómo pueden en un futuro causar la división en la Iglesia, por la que el Papa Francisco ha languidecido abiertamente.
La cuarta parte de la serie trata sobre la “sinodalidad”, el extraño y mal definido concepto que fue el principal punto del Sínodo de la Juventud; un tema del que, como argumenta Archbold, ni siquiera se trataba en el Sínodo. En lugar de intentar resumir, citaré aquí con más detalle:
Los medios católicos aprobados por el politburó le dirán que la sinodalidad tiene que ver con descentralizar el gobierno de la Iglesia, para que sea más cercano a la gente en forma de Conferencia episcopal. Esto, obviamente, no podría estar más lejos de la verdad. En una increíble validación de la mentira, antes de que se secara la tinta del documento del Sínodo sobre la sinodalidad, el Papa intervino personalmente para castrar públicamente a la USCCB (Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos) antes de que siquiera pensaran en discutir inútilmente sobre el escándalo de abuso sexual. Fue todo un espectáculo, incluso para observadores veteranos de la Iglesia.
Para comprender de qué se trata la presión hacia la sinodalidad, se debe observar el patrón descrito anteriormente. En cada paso, han restringido el derecho de los obispos y otros grupos a actuar por su cuenta y bajo su propia autoridad de forma que colisione con el super-dogma del ‘Vaticano Segundismo’. La sinodalidad no tiene que ver con dar más autoridad a las Conferencias episcopales, como se demuestra innegablemente en Baltimore. Se trata de restringir la capacidad de cualquier obispo individual para actuar por su cuenta. Se trata de asegurarse de que ningún obispo ortodoxo extraviado pueda ser un bastión de la Tradición y un espacio seguro para el catolicismo tradicional. No puede permitir que nuevos grupos de religiosos se formen en su diócesis, no puede invitar a las monjas tradicionales a que se instalen en su diócesis, y si hace algo demasiado tradicional, recibirá una visita apostólica por el crimen de no llevarse bien con su conferencia episcopal. Todo esto ha sido para cortar todas las vías de escape a los católicos tradicionalistas.
Archbold reconoce que esta última línea no es “totalmente cierta”. Éste es el punto crítico:
Algunas vías de escape las dejarán abiertas. Abrí este ensayo con una cita de Sun Tzu, “A un enemigo rodeado, debes dejarle una vía de escape”. Corta todas las vías de escape menos una. Coloca a tus enemigos en un solo lugar haciéndoles creer que no tienen otro lugar al que ir.
Archbold luego cita una historia que tratamos aquí hace un par de semanas, en la que un obispo en la reunión de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) en noviembre atacó al Summorum Pontificum y su afirmación de que la misa latina tradicional nunca fue abrogada y, por lo tanto, permitida en todas partes.
Tal como especula Archbold, este permiso universal para celebrar la Antigua Misa sin un permiso del ordinario local o de Roma “es lo que se debe eliminar. Esta es una escotilla de escape que simplemente no pueden tolerar”. Continúa:
¿Cómo convertir un cisma de facto en uno real? ¿Cómo consigues que los católicos fieles ,vistos desde fuera, aparenten estar en cisma? Para rodear al enemigo, debes cortar todas las otras vías de escape. Debes conseguir que los católicos tradicionalistas y los conservadores auténticos se encuentren todos en un lugar donde se sientan más seguros, antes de asestar el golpe…
Creo que tienen la intención de acabar con Summorum Pontificum y el derecho individual de los sacerdotes a decir la Misa y obligar a todos los católicos tradicionalistas a una o unas pocas fuentes aprobadas, tal vez la FSSP y la ICRSS o alguna preparada comisión Ecclesia Dei, si no pueden cerrar el acuerdo sobre la FSSPX.
Archbold llama a esto “la olla de miel, el lugar para reunir a todos los recalcitrantes bajo un mismo techo, donde esperen el golpe de gracia”.
En su quinta y última parte de la serie titulada “La Caída del Martillo”, Archbold describe cómo ve que esto suceda.
Él cree que Roma “nos regresará a la era del indulto y nos consolidará en algunos grupos”.
Continúa,
Afirmarán, y sus hermanos aduladores en los principales medios de comunicación católicos lo repetirán, que esto no es un movimiento anti-tradicional: “El Papa no ha eliminado una sola Misa tradicional, solo se trata de gobernar”.
Y cuando todo se calme es cuando el Papa asestará el golpe. No, no prohibirá la Misa tradicional en latín completamente; no lo creo. Tendría demasiadas repercusiones y hay una manera mucho más fácil de lograr sus objetivos. El Papa hará algo mucho peor que prohibirlo. Lo va a cambiar. Va a cambiar el misal de 1962.
El Papa ejercerá su legítima autoridad para hacer un aggiornomento al misal de 1962. Tal vez reemplazará el leccionario con el actual modificado hace tres años, cambiará algunas oraciones, permitirá la comunión en la mano o algún otro cambio que conmocione la conciencia de los católicos tradicionalistas. Será el Vaticano II de la Misa tradicional en latín. Es lo que dicen ahora: “El Papa no prohibió la Misa en latín, simplemente utilizó su autoridad legítima sobre la liturgia para hacerla más inteligible”.
En su visión predicha de la Iglesia, Archbold dice que la consecuencia de tal acto es clara:
Cualquier grupo aprobado que se resista a los cambios o se queje demasiado recibirá la Visita apostólica y será aplastado por negarse a someterse ante el Pontífice. Cualquier comunidad diocesana con indulto que se resista será aplastada. ¿Y cualquier católico que piense que puede pasar a la clandestinidad y simplemente tener Misa en la casa de alguien? No. Los sacerdotes individuales ya no tendrán derecho a celebrar la Misa. Hazlo y te has negado a someterte a la autoridad del Papa. Serás un cismático. Así también con cualquier obispo. O aceptas la bota del Vaticano II en tu cuello o serás un cismático.
Cualquier intento de vivir una auténtica vida católica tradicional, ya sea como religioso, o simplemente asistiendo a la Misa de todos los tiempos, lo convertirá en un cismático por defecto. Si va a la FSSPX, cismático. Si va a una misa clandestina, cismático. Si forma un grupo de fieles bajo una regla tradicional sin permiso de Roma, cismático. Convertirán cualquier intento de vivir una vida católica tradicional en un acto de desobediencia.
Es una lóbrega visión de lo que puede venir, pero no ha dejado de llover durante meses en las trincheras, los bombardeos se producen día y noche, y cuando parece que ya hemos perdido la capacidad de creer en un nuevo horror, conjuran otro.
Subrayo aquí que la opinión de Archbold sobre esto es sólo una teoría, y es bastante dura. Así que pregunto a los lectores: ¿Ustedes qué piensan?
Steve Skojec
(Traducido por Rodrigo García García. Artículo original)