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jueves, 8 de noviembre de 2018

El juramento contra el modernismo: Plan de acción (Hilary White)



Estamos desgastando la trompeta de Ezequiel.

“Hijo de hombre, habla con tu gente y dile: ‘Supongamos que traigo la espada contra una tierra, y la gente de esa tierra elige a un hombre de entre ellos, nombrándolo a él como su vigilante, y él ve la espada que viene contra esa tierra y toca su trompeta para avisar a la gente. Entonces, si alguien oye el sonido de la trompeta pero no atiende la advertencia, y la espada viene y se lo lleva, su sangre estará sobre su propia cabeza…”
Las personas que escriben sobre la crisis en la iglesia están diciendo lo mismo; mucha gente lo está entendiendo por fin. Lo que realmente necesitamos ahora es un plan de acción.

En los últimos días y semanas hemos empezado a ver una reacción auténticamente católica de un pequeño número de obispos. Hoy escuchamos que un obispo en Kansas ha ordenado a todas las parroquias que restauren la oración a San Miguel, ese instrumento reconocido contra lo demoníaco, al final de cada misa.

Esta es una noticia muy emocionante para los obispos. Pero todavía deja abierta la pregunta de qué pueden hacer los laicos. Ahora que el remanente católico está alerta de la verdadera naturaleza del peligro, es hora de que hagamos algún tipo de plan.

Las cosas parecen haber dado un giro tal en la comprensión general de la magnitud y la naturaleza de la crisis, que cada vez más personas empiezan a ver que no comenzó con este Papa. Es discutible que el aumento de la desconfianza pública hacia el papa Bergoglio y su agenda sea tardía y se base en las prioridades equivocadas. La furia contra él de parte de los católicos proviene de la misma razón que el giro contra él en los principales medios de comunicación. Su connivencia con los escándalos de abuso homosexual que se está demostrando que se remontan a sus días en Argentina no es, en realidad, tan grave como sus implacables ataques a la fe católica misma.

Pero como haya ocurrido, y por muy tardío que sea, el cambio en contra de este pontificado ha llevado a muchos a reexaminar el argumento tradicionalista: que Bergoglio es un producto de la crisis, no su causa. Está empezando, por fin, a ser ampliamente reconocido que este pontificado no es más que el resultado inevitable de la trayectoria en la que ha estado la Iglesia desde 1965. 

Jorge Bergoglio, y la perversión del sacerdocio que él representa, es un producto de los compromisos posconciliares, la acomodación amistosa y la absorción del secularismo, la acomodación con el mundo y la carne que se convirtió en la prioridad institucional después del Concilio Vaticano II y ha llevado a que el diablo tome un control incontestable de la Iglesia. En resumen, la gente está entendiendo que Jorge Bergoglio y sus amigos son el síntoma de la etapa aguda de la enfermedad progresiva, no la enfermedad en sí.

Pero ahora que ya hemos superado la etapa de tener que convencer a la gente de que el punto de vista tradicionalista era el correcto, muchos se preguntan: “¿Qué sigue?” Gran parte de la discusión se ha centrado en cuestiones teológicas y canónicas altamente técnicas; si es posible deponer a un papa, o si un papa puede deponerse a sí mismo, los criterios para determinar con precisión qué constituye una herejía “formal”… y así sucesivamente. Como lo dijo un amigo hace unos días, “todos hemos tenido suficiente de ‘Belarmino esto, Suárez aquello y Cayetanolo otro’…” El simple hecho es que para casi todas estas preguntas son principalmente académicas. Interesantes hasta el momento, pero para la mayoría de nosotros, principalmente, son el equivalente en internet de los argumentos sobre la política en el bar.

La emisión de una corrección formal o la convocación de un concilio ecuménico, imperfecto o no, está más allá de la mayoría de nuestros poderes

Como gente común, tenemos que poner los pies sobre la tierra. No soy un obispo o un cardenal, y probablemente usted tampoco. Entonces, ¿qué está realmente dentro del ámbito de los laicos hacer, concretamente? Probablemente todos hemos tenido suficiente con el recordatorio fácil: “Sólo reza el Rosario”. Ya que muchas, muchas personas que aprietan sus cuentas diarias están en el mismo estado de confusión que las que no lo hacen, tal vez podamos intentar ser más específicos.

Afortunadamente, tenemos un nombre para la enfermedad y un Papa santo que proporcionó la cura

Por fin se reconoce ampliamente que el asteroide que todos hemos estado observando es el Modernismo, la misma “síntesis de todas las herejías” que Pío X intentó detener en la apertura del siglo XX. Una conferencia en Roma patrocinada en junio de este año por el “conservador” LifeSiteNews se centró en el resurgimiento triunfante del Modernismo desde el Vaticano II, identificándolo como la fuente de la crisis; más o menos el núcleo de la posición tradicionalista.

Al informar sobre la conferencia, Dianne Montagna escribió: 
“Imaginemos que las pruebas del pontificado actual, las maquinaciones de los obispos alemanes y las controvertidas declaraciones sobre la homosexualidad del p. James Martin terminaran mañana. Tal vez, por el momento algunos sentirán que Mordor ha sido destruido y la luz del sol y la libertad restauradas en la Comarca, pero la crisis actual en la Iglesia no habría terminado. ¿Por qué? Debido a los pasajes controvertidos de Amoris Laetitia, la propuesta de intercomunión de los obispos alemanes y la dilución de la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad por parte del p. James Martin son solo los síntomas de un problema más profundo. La salud no se restaurará en el Cuerpo místico de Cristo hasta que estos problemas más profundos se identifiquen, aborden y curen”.
El profesor Roberto De Mattei y colegas afines en esa conferencia identificaron la fuente de la crisis como un resurgimiento del modernismo. Con algunas modificaciones leves, es en esencia la misma enfermedad teológica con la que Pío X luchó con tanta ferocidad. La mayoría de los tradicionalistas entienden esto, pero desde este pontificado, y especialmente en los últimos tres meses, muchos de los que nunca se han llamado a sí mismos de esa forma, están llegando a la misma realización.

Diane Montanga de nuevo:
“De acuerdo con los organizadores del simposio de junio, el rechazo de los errores que han penetrado en el Cuerpo Místico de Cristo y el regreso, con la ayuda de Dios, para completar la verdad católica creída y vivida, son las condiciones necesarias para la renovación de la Iglesia”.
Este “extremista paranoico” tenía razón y ahora ha sido vindicado por completo. San Pío X, ruega por nosotros. 

Como explicó De Mattei, el modernismo fue definido por el papa San Pío X para cubrir un conjunto de “errores teológicos, filosóficos y exegéticos” que se remontan al siglo XIX. Los nombró y condenó en la encíclica Pascendi dominici gregis y el decreto Lamentabili sane. El Papa santo luego implementó ciertas medidas disciplinarias destinadas a erradicar lo que en ese momento era principalmente una tendencia entre sacerdotes académicos. Aunque estas medidas parecieron ser efectivas al principio, el modernismo reapareció en los años 30 y comenzó su trabajo infiltrándose en todas las instituciones del mundo católico. Y fue un gran triunfo en el Vaticano II.

De Mattei lo describe como una “síntesis de errores antiguos como el gnosticismo, el pelagianismo y el arrianismo”. La nueva versión, el neomodernismo, en su énfasis en cambiar la doctrina indirectamente al cambiar la práctica, “se ha convertido en una filosofía de la vida y la acción pastoral. Incluso antes de ser una escuela doctrinal”.


Los tradicionalistas como el Profesor De Mattei han sabido durante mucho tiempo que esta ideología anticatólica ha sido completamente aceptada, principalmente a través de una tergiversación deliberada de la Fe, a lo largo y ancho de la Iglesia, entre clérigos y laicos, como un insípido, inodoro pero mortal veneno sistémico introducido en un suministro de agua.

Entonces, volviendo a la pregunta de qué hacer al respecto, como laicos con poco poder para cambiar a los obispos o deponer a los papas, tal vez podamos preguntarnos qué recomienda el mismo Papa santo como remedio

En lugar de sumergirse en las complejidades de la teología, podría ser más útil examinar otro documento de Pío X, un motu proprio publicado en septiembre de 1910 llamado Sacrorum antistitum. Este documento es más famoso por incluir el Juramento contra el modernismo, exigido a “todos los clérigos, pastores, confesores, predicadores, superiores religiosos y profesores en los seminarios filosófico-teológicos” de la Iglesia católica hasta que fue rescindido el 17 de julio de 1967 por la Congregación para La Doctrina de la Fe, con la aprobación del Papa Pablo VI.

Por sugerencia de un sacerdote que conozco que ha dedicado su vida sacerdotal a combatir el modernismo, tal vez podamos examinar el Juramento no con la intención de tomarlo formalmente, sino de crear un programa de acción. Como formato para reexaminar las verdades de la fe católica que los neomodernistas quieren que desaparezcan. Sugeriría que un primer paso en cualquier plan de batalla debe ser una inteligencia precisa. Tenemos que saber muy precisamente lo que están haciendo nuestros enemigos.
Simplemente, si el Juramento fue concebido como el principal instrumento público para combatir esta terrible enfermedad, esta deformación del catolicismo, obviamente es el lugar para comenzar, para señalar el camino hacia una cura. 
Es meramente una destilación de la advertencia del Papa Pío X; El modernismo subvierte el catolicismo por sigilo, modificando definiciones de términos, socavando la noción misma de verdad, pero al mismo tiempo conservando los términos en sí mismos; por “reformulaciones” de doctrinas y “actualización de lenguaje”. 

Utilizando el Juramento como guía, aplicándolo cláusula por cláusula a lo que están haciendo los bergoglianos ahora, se convierte en una cuestión simple de ver a través de sus intentos de ofuscación.

Por ejemplo, uno de los llamamientos más insistentes de los revolucionarios bergoglianos en ambos Sínodos sobre la familia fue una “reformulación” de la enseñanza de la iglesia sobre la homosexualidad. Nos dijeron ad nauseam que la “doctrina no se está cambiando”, pero que era necesario “reexaminar el lenguaje” utilizado para transmitirlo.

Estos son clásicos tropos modernistas, y son refutados y advertidos explícitamente en los pasajes mismos de apertura del Juramento.

- YO… Adopto y acepto firmemente todas y cada una de las definiciones que se han establecido y declarado por la autoridad infalible de la iglesia, especialmente aquellas verdades principales que se oponen directamente a los errores de este día.

Como vemos aquí, en su oración inicial, se mueve el piso por debajo de los revolucionarios que gobiernan actualmente el Vaticano. Dado que el sentido, la naturaleza de una idea se transmite mediante el lenguaje y las formulaciones teológicas son, por necesidad, extremadamente precisas, y dado que estas formulaciones transmiten verdades, realidades establecidas con más firmeza que las leyes de las matemáticas o la física, el intento de “simplemente cambiar el lenguaje” mientras se afirma que retiene el significado, se revela por el aceite de serpiente envenenado que es.

¿Queremos saber en un lenguaje detallado y preciso qué es lo que está mal con el Nuevo Paradigma forzado por los bergoglianos a la Iglesia en este momento? ¿Queremos entender lo que realmente está sucediendo, en lenguaje y términos que los no teólogos y no académicos podemos entender? ¿Queremos entender precisamente cómo estos hombres tan malos están manipulando y distorsionando la Fe?
Una cuidadosa re-lectura del Juramento es muy reveladora. San Pío X inmediatamente enumera las verdades que no sólo deben ser sostenidas absolutamente por todos los católicos, sino que deben expresarse y creerse precisamente en el mismo lenguaje y terminología que siempre han tenido, específicamente con una mente para refutar los “errores de este día” que comúnmente se sostienen:
- Y ante todo, profeso que Dios, el origen y fin de todas las cosas, puede conocerse con certeza por la luz natural de la razón del mundo creado (ver Rom. 1:19), es decir, de las obras visibles de la creación, como causa de sus efectos, y que, por tanto, también puede demostrarse su existencia.

Contraste esto con los repetidos ataques de Bergoglio sobre la noción de que la Fe puede conocerse con certeza, o incluso con el deseo de certeza
“Si uno tiene las respuestas a todas las preguntas, esa es la prueba de que Dios no está con él". Significa que él es un falso profeta que usa la religión para sí mismo. Los grandes líderes del pueblo de Dios, como Moisés, siempre han dejado espacio para la duda. Debes dejar espacio para el Señor, no para nuestras certezas; debemos ser humildes”.
Lea el resto del Juramento y vea cuántos de los tropos estándar de los bergoglianos refuta directamente.

- En segundo lugar, acepto y reconozco las pruebas externas de revelación, es decir, los actos divinos y especialmente los milagros y las profecías como los signos más seguros del origen divino de la religión cristiana y sostengo que estas mismas pruebas están bien adaptadas a la comprensión de todas las épocas y todos los hombres, incluso de esta época.

Bergoglio se ha unido a miles de otros sacerdotes neomodernistas para negar rotundamente los milagros sobrenaturales de Cristo. Produjo un video en mayo de 2013, solo unas pocas semanas después de su elección, en el que negó la naturaleza milagrosa de la multiplicación de los panes y los peces
“Con respecto a los panes y los peces, me gustaría agregar una nueva perspectiva. No se multiplicaron, no, eso no es cierto. Los panes simplemente no llegaron a su fin. Al igual que la harina y el aceite de la viuda que no se agotaron. Cuando se habla de multiplicación, podría confundirse con magia, no. No, no, la grandeza de Dios es tan grande, y el amor que él pone en nuestros corazones, que si deseamos, lo que tenemos no se agotará”. Este ha sido un tema repetido. En otro caso, dijo que “Dios no es un mago que hace las cosas con una varita mágica”.
- En tercer lugar, creo con fe igualmente firme que la iglesia, el guardián y el maestro de la palabra revelada, fue instituida personalmente por el Cristo real e histórico cuando vivió entre nosotros, y que la Iglesia se construyó sobre Pedro, el príncipe de la jerarquía de la iglesia apostólica, y sus sucesores por la duración del tiempo.

- En cuarto lugar, sostengo sinceramente que la doctrina de la fe nos fue transmitida por los apóstoles a través de los Padres ortodoxos con el mismo significado y siempre con el mismo sentido. Por lo tanto, rechazo por completo la tergiversación herética de que los dogmas evolucionan y cambian de un significado a otro diferente del que la Iglesia sostenía anteriormente.

En julio de 2016, el cardenal Christoph Schonborn, identificado por el Papa como el más acreditado intérprete de Amoris Laetitia, dijo que el giro de este documento sobre dar la Sagrada Comunión a los adúlteros no arrepentidos es una “evolución” de la doctrina, basada en las necesidades de los tiempos. 
“En esta esfera de las realidades humanas, el Santo Padre ha renovado fundamentalmente el discurso de la iglesia, ciertamente en la línea de Evangelii gaudium, pero también de Gaudium et spes, que presenta principios doctrinales y reflexiones sobre los seres humanos de hoy que están en una evolución continua. Hay una profunda apertura para aceptar la realidad”.
Una vez que se han entendido los principios del modernismo, que puede ser simplemente mediante un examen cuidadoso del Juramento, todas las maquinaciones de los bergoglianos se vuelven claras, como si uno hubiera iluminado un foco en un nido de cucarachas. 

Use el Juramento para educarse a sí mismo. Sugiero esto como paso uno en un plan para los laicos.Pero dado que los principios del modernismo han sido adoptados por toda nuestra civilización, al interiorizar el Juramento, uno puede, en cierto sentido, inocularse contra la versión en aerosol de la enfermedad. 

Lea el resto y reconocerá muchas de las ideas que el secularismo moderno da por sentado acerca de la religión; es un producto del “sentimiento ciego”; sus ideas son “productos filosóficos”, producto de la mera “conciencia humana”; las ideas religiosas nunca son estáticas, pero pueden y deben cambiar constantemente para mantenerse al día con la evolución humana; que las cosas consideradas como verdaderas por los católicos se contradicen en la historia, que la fe y la realidad objetiva observada por los historiadores y los científicos están en oposición; que un católico educado debe ignorar lo que sabe a favor de su fe:

- También condeno todo error según el cual, en lugar del depósito divino que se le ha dado al cónyuge de Cristo para que lo proteja con cuidado, se ponga una imagen filosófica o producto de una conciencia humana que gradualmente ha sido desarrollada por esfuerzo humano y seguirá desarrollándose indefinidamente.

- En quinto lugar, sostengo con certeza y confieso sinceramente que la fe no es un sentimiento ciego de religión que brota de las profundidades del subconsciente bajo el impulso del corazón y el movimiento de una voluntad entrenada hacia la moralidad; sino que la fe es un asentimiento genuino del intelecto a la verdad recibida al escuchar de una fuente externa. Mediante este consentimiento, debido a la autoridad del Dios supremamente verdadero, creemos que es verdad lo que ha sido revelado y atestiguado por un Dios personal, nuestro creador y señor.

- Además, con la debida reverencia, me someto y me adhiero con todo mi corazón a las condenas, declaraciones y todas las prescripciones contenidas en la encíclica Pascendi y en el decreto Lamentabili, especialmente en lo que se conoce como la historia de los dogmas.

- También rechazo el error de quienes dicen que la fe de la Iglesia puede contradecir la historia, y que los dogmas católicos, en el sentido en que ahora se entienden, son incompatibles con una visión más realista de los orígenes de la religión cristiana.

- También condeno y rechazo la opinión de aquellos que dicen que un cristiano bien educado asume una doble personalidad: la de un creyente y al mismo tiempo de un historiador, como si estuviera permitido que un historiador sostuviera cosas que contradicen la fe del creyente, o estableciera premisas que, siempre que no haya una negación directa de los dogmas, conduzcan a la conclusión de que los dogmas son falsos o dudosos.

- Del mismo modo, rechazo el método de juzgar e interpretar la Sagrada Escritura que, al alejarse de la Tradición de la Iglesia, la analogía de la fe y las normas de la Sede apostólica, acoge las tergiversaciones de los racionalistas y sin prudencia ni restricción adopta la crítica textual como la única y suprema norma.

- Además, rechazo la opinión de aquellos que sostienen que un profesor que da una conferencia o escribe sobre un tema histórico-teológico debe dejar de lado cualquier opinión preconcebida sobre el origen sobrenatural de la Tradición católica o sobre la promesa divina de ayuda para preservar toda la verdad revelada para siempre; y que luego deben interpretar los escritos de cada uno de los Padres únicamente por principios científicos, excluyendo toda autoridad sagrada, y con la misma libertad de juicio que es común en la investigación de todos los documentos históricos ordinarios.

- Finalmente, declaro que me opongo completamente al error de los modernistas que sostienen que no hay nada divino en la tradición sagrada; o lo que es mucho peor, digamos que hay, pero en un sentido panteísta, con el resultado de que no quedaría nada más que este sencillo hecho simple, uno que debe ponerse a la par con los hechos comunes de la historia: el hecho, a saber, que un grupo de hombres por su propio trabajo, habilidad y talento han continuado a través de los tiempos posteriores una escuela iniciada por Cristo y sus apóstoles.

- Sostengo firmemente, entonces, y mantendré en mi aliento moribundo la creencia de los Padres en el carisma de la verdad, que ciertamente está, estuvo y siempre estará en la sucesión del episcopado de los apóstoles.

El propósito de esto es, entonces, no que el dogma se pueda adaptar de acuerdo con lo que parece mejor y más adecuado para la cultura de cada época; más bien, para que la verdad absoluta e inmutable predicada por los apóstoles desde el principio nunca se pueda creer que sea diferente, nunca se puede entender de otra manera.

- Prometo que mantendré todos estos artículos de manera fiel, total y sincera, y los protegeré intactos, sin desviarme de ellos ni en la enseñanza ni de ninguna manera ni en la palabra ni en la escritura. Así lo prometo, esto lo juro, así que ayúdame Dios…

(Traducido por Rocío Salas. Artículo original)

Hilary White

martes, 6 de noviembre de 2018

Consejos vendo que para mí no tengo (8) (José Martí). Incoherencias a la hora de insultar a otros.




UNO (1) : Importancia de la razón

http://www.blogcatolico.com/2018/09/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo.html

DOS (2) El discernimiento como amor a la verdad

http://www.blogcatolico.com/2018/09/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo_13.html

TRES (3)El Nuevo Orden Mundial y el verdadero Progreso

http://www.blogcatolico.com/2018/09/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo_16.html

CUATRO (4) Misión de los sacerdotes y de la Jerarquía: anunciar a Jesucristo. Sólo en Él es posible el reconocimiento de la dignidad de las personas

http://www.blogcatolico.com/2018/09/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo_19.html

CINCO (5) Católicos perseguidos y «católicos» bien considerados

http://www.blogcatolico.com/2018/09/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo_27.html

SEIS (6) Naturaleza y gracia

http://www.blogcatolico.com/2018/10/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo.html

SIETE (7)Unidad de la Iglesia : ¿Acaso hay dos magisterios?

http://www.blogcatolico.com/2018/10/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo_18.html

OCHO (8) Incoherencias a la hora de insultar a otros.

http://www.blogcatolico.com/2018/11/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo-8_6.html

NUEVE (9)Del dicho al hecho: Concilio Vaticano II

http://www.blogcatolico.com/2018/11/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo-9.html

DIEZ (10) (José Martí) Anomalías en la Iglesia

http://www.blogcatolico.com/2018/11/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo-10_16.html

ONCE (11) "Podéis criticarme. No es pecado" -dice Francisco- ... Muy bien: pues atreveos a criticarlo ... y veréis lo que ocurre.


Dijo el papa Francisco (y dijo bien) en el ángelus del 8 de septiembre de 2014, que insultar no es cristiano. Y así es:


Duración: 24 segundos

Llegó a decir, en otra ocasión, en la audiencia general celebrada el 17 de octubre de este año, que insultar es “una forma de matar”. Agregó que sería hermoso si cada uno de nosotros pudiera decir: “nunca insultaré a nadie”. En junio de 2016 Francisco señaló que “tenemos un vocabulario muy creativo para insultar a otros”.

Despotrica contra los que insultan a otros, porque no está bien insultar a nadie. Y, por supuesto, que tiene toda la razón, como venimos diciendo. Y, sin embargo -y aquí viene la incoherencia manifiesta del Papa- él hace justamente lo contrario de lo que afirma. Hay toda una página web PopeFrancisBookOfInsults.blogspot.com, que se ha dedicado a coleccionar los cientos de insultos que  Francisco ha utilizado durante su pontificado.

En un artículo de Gloria TV, del 22 de octubre de 2018, de título: Papa Francisco: el que insulta predica contra los insultos , que traslado aquí puede comprobarse lo que digo. Y puede apreciarse perfectamente esta incoherencia entre lo que él dice que no debe hacer nunca un cristiano y lo que él, en cambio, sí lo hace ... ¡y se desenvuelve bastante bien, por cierto! Tiene un buen repertorio: a veces se requiere hacer uso de un diccionario (¡de los gordos!) para enterarse del significado de algunos insultos de Francisco.

Entre estos insultos de Francisco tenemos una muestra de algunos de ellos, que señalo a continuación

Cristianos rígidos, superficiales, ideológicos o vagabundos
Cristiano de funerales, con caras largas y tristes
Cristianos momificados
Solterona
Fomentadores de coprofagia (¿?)
Contadores de rosarios
Prometeo auto absorbido (¿?)
Neo-pelagiano
Restauracionista
Triunfalista
Esclavos de la superficialidad
Momia de museo
Príncipe del Renacimiento
Obispo de aeropuerto
Cortesano leproso
Obispo de carrera
Persona desabrida
Cristiano con cara de pimiento en escabeche
Pequeño monstruo

Cristiano loro que recita el Credo
Batidor inquisitorial
Ideólogo abstracto
Sacerdote idólatra y adulador
Quisquilloso moralista
Contemplativo distante
Tienen Alzheimer espiritual
Terrorismo de chismes
Cristiano pompa de jabón


Y se podrían poner muchos más ejemplos. «Curiosamente» los destinatarios de todos estos insultos son siempre aquellos cristianos que van a Misa los domingos y que aman la Tradición de la Iglesia, esa Iglesia que parece que se descompone. 

La gente corriente ni se entera, pero realmente Bergoglio busca un cambio sustancial en la Iglesia (un cambio que lo quiere para ¡ya mismo!) cambio que va imponiendo, minuto a minuto, haciendo uso de su propia voluntad y saltándose todas las reglas, porque para eso es el Papa. Lo más curioso (¡por no decir penoso!)  es que, además, identifica sus ideas, mas o menos improvisadas con lo que él mismo llama las «sorpresas del Espíritu».  Por supuesto que no hay ninguna relación. Es más: ha habido ocasiones en que ha dicho auténticas herejías. 

Aun así, tiene siempre de su parte a los llamados papólatras [o más bien, franciscólatras] que apuestan por él, diga lo que diga  y haga lo que haga, aunque contradiga lo que siempre ha dicho la Iglesia durante casi dos mil años. Y luego, todo el poder mediático del mundo mundial está a su favor: ¡la prueba a la que se nos está sometiendo a los cristianos es grande!. Pero no importa, porque el Señor está a nuestro lado, aunque esté durmiendo y la tormenta amenace con destruir la barca. No lo hará, pues Él está ahí y no lo va a consentir. 

Mientras tanto, recemos mucho, con la fuerza de nuestro primer amor, sabiendo que la victoria final la tenemos asegurada: Dios no abandona a los suyos.

José Martí (continuará)

Noticias varias 4 y 5 de noviembre de 2018 (Asia Bibí, Scnëider, Falsa Iglesia, Rahner, Brandmüller, homosexualidad, Trump)



GLORIA TV

Absolución de católica Asia Bibi suspendida

Obispo alemán: los homosexuales pueden ser sacerdotes

Francisco puede castigar al obispo Athanasius Schneider, a quien considera su enemigo

Monseñor Athanasius Schneider confirma prohibición vaticana

IPSI GLORIA

Nueva Iglesia, falsa iglesia (Lectura provechosa para entender mejor lo que está ocurriendo hoy en la Iglesia)

IL SETTIMO CIELO

Gomorra en el siglo XXI. El llamado de un cardenal e historiador de la Iglesia (Sandro Magister habla sobre lo que ha dicho el cardenal Walter Brandmüller, uno de los cuatro cardenales de las Dubia, que aún vive, aunque tiene ya 89 años)

ONE PETER FIVE

“We’re All Gonna Die Sunday” Came Just in Time This Year (Steve Skojec)

LIFE SITE NEWS

11 maneras que tienen los evangélicos para explicar a los demás su apoyo a Trump

Selección por José Martí

Nueva Iglesia, falsa Iglesia: la poderosa influencia de Karl Rahner


Karl Rahner

Por circunstancias personales, que han durado años, fui quedando en gran medida desactualizado del acontecer en la Iglesia. Hoy trato de recuperar el tiempo perdido, entre otros modos, leyendo todo lo bueno que va cayendo a mis manos. 

Acabo de leer La nuova Chiessa di Karl Rahner. Il teólogo che ha insegnato ad arrendersi al mondo, libro escrito por Stefano Fontana y publicado por Fede & Cultura, de Verona, en 2008, pero con nueva edición el año pasado. ¿Y por qué razón vengo hoy a distraer a los lectores con la recensión de un libro que ya cuenta con una década larga en su haber? Simplemente porque la lectura de este ensayo puede resultarnos sumamente útil para entender lo que sucede en la Iglesia bajo el actual pontificado del papa Francisco

O para decirlo en otros términos, porque recordar las ideas eclesiológicas de Karl Rahner, es darse cuenta de su vital actualidad

Stefano Fontana toma nota que de una encuesta realizada en la Pontificia Universidad Lateranense, en el inmediato período posterior al Concilio Vaticano II, surgió que el teólogo católico de mayor prestigio entre los estudiantes no era Santo Tomás de Aquino o San Agustín, como podría suponerse, sino Karl RahnerY, a decir verdad, a la luz de la situación actual en la Iglesia, Karl Rahner parece haber triunfado, superando en discípulos a los del Aquinate y a los del Hiponense. 

Con gran clarividencia, Stefano Fontana sintetiza los elementos del actual triunfo de Rahner en la Iglesia. Presten atención al siguiente párrafo: 
"Se ha difundido la tendencia a dar prioridad a la pastoral antes que a la doctrina; se piensa que ya no pueden darse preceptos absolutos; se piensa que el dogma es también fruto de interpretaciones; que la praxis contribuye a formular la verdad; que el Evangelio no tiene sentido si no se lee a partir de una situación concreta; que la moral tradicional de la Iglesia sobre la sexualidad ha sido superada; que ya no se puede juzgar ni evaluar a la luz de la razón y de la fe ninguna situación objetiva de la vida; que las mujeres también pueden ser ordenadas sacerdotes; que el centro de la vida cristiana es la misericordia desligada de la verdad y la justicia; que Dios en Cristo ya ha salvado a todos y que el infierno es un mito, al igual que el pecado original, los milagros o la creación misma; que los católicos pueden aprobar las leyes del aborto; que pretender influir en las leyes del Estado por motivos religiosos significa transformar la fe en ideología; que la Iglesia no puede decir ‘no’ a nada, sino que debe limitarse a acoger y a acompañar; que los dogmas evolucionan». 
¿No es este párrafo una acabada pintura de lo que hoy sucede? 

Tengan en cuenta que cuando el libro fue escrito apenas se iniciaba el pontificado de Benedicto XVI… Aunque es bien cierto que para miradas perspicaces quizás no fuera tan difícil, por entonces, entrever el advenimiento de una figura con el perfil del actual papa Francisco. 

La momentánea, pero concreta victoria del modernismo es el punto de partida de Stefano Fontana en este libro, pero nos consuela saber de la imposibilidad de la victoria final de esta falsa iglesia. 

Señala el autor acerca de la victoria modernista en la Iglesia: 
"Parece, pero no lo es, por dos motivos: el primero es que el enfoque teológico de Rahner está equivocado y el error no puede vencer sobre la verdad; el segundo es que en la Iglesia existen recursos imprevisibles de auto-defensa y auto-ajuste. En la Iglesia, la verdad vence, aún cuando los hombres de la Iglesia y las estructuras de la Iglesia puedan sufrir graves daños».
Ipsi Gloria

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Nota: De INFOCATÓLICA tomo prestados algunos enlaces en los que se habla sobre la perniciosa influencia del «teólogo» Karl Rahner en el desarrollo del Concilio Vaticano II

Rahner se aleja de santo Tomás de Aquino absolutamente en todo  (Entrevista de Javier Navascués al Padre Jaime Mercant Simó). De gran interés

La nueva Iglesia de Karl Rahner. El teólogo que ha enseñado a rendirse al mundo (Silvio Brachetta) Stefano Montana)

La teología de Karl Rahner Y las dificultades de la Doctrina social de la Iglesia (Mons. Crepaldi)

José Martí

La Inquisición catoprogresista pretende crear un Índice de sitios prohibidos de Internet



El nuncio apostólico nacido en América recomienda la misa tradicional en latín


Duración 3:39 minutos

America Born Apostolic Nuncio Recommends Traditional Latin Mass Archbishop Thomas Gullickson, the American-born Apostolic Nuncio in Bern, Switzerland, advertised on his blog a video in which Brian …

Archbishop Thomas Gullickson, the American-born Apostolic Nuncio in Bern, Switzerland, advertised on his blog a video in which Brian Holdsworth, a Catholic convert and web-designer in Edmonton, Canada, speaks about his first attendance at a Traditional Latin Mass on Christ the King Sunday with his wife and five children.

They Still Are Pious

The first thing striking Holdsworth was how – quote – “prayerful” the atmosphere was when they arrived, “There was no chatter. The people that were there were there to seek God in prayer.” In the old days, instead “prayerful”, Holdsworth would have said “pious” or “devout”.

A Unified Church

Holdsworth perceived the Latin mass community like a - quote – “real body of believers with a common vision and approach to God.” He adds, “I’ve only rarely felt that way at another mass.”

Active Participation

One of the great ironies Holdsworth noticed was that everyone was very intentionally participating. He reminds us that the Novus Ordo was enforced with the promise that it would increase participation. However, Holdsworth notices, participation in your typical Catholic parish is scattered at best.

An Experience of Unity


After having experienced the unity of the Old Mass, Holdsworth notices that “having a hundred different approaches to God does not strike me as a good diversity”. He points out that in every day’s life there is enough individualism and focus on oneself that mainly leads to discord.

A Bubble Of Peace and Serenity

Holdsworth’s wife said after Mass that she felt like she was in a bubble of peace and serenity while the outside world was composed of chaos, anxiety, and spectacle. She discovered a piece of heaven where you could lose yourself in stillness and prayer.

A Big Question

The couple expected the Old Mass to be different, but “not that different.” Their big question, “How did we take something that had been in use for hundreds of years and, with the wave of a hand, cast it aside and have forced on us something so drastically different which is not delivering on any of its promises?"

A Masterpiece

Archbishop Gullickson calls Brian's video a “masterpiece” which validates Benedict XVI's intuition that the Novus Ordo should be inspired by the Roman Rite as the way forward.” Gullickson asks people to take time for this video. Quote, “Dispose yourself to accept the challenge to go on a quest for a future which could come sooner were we so better disposed.»

lunes, 5 de noviembre de 2018

La «rigidez» es fundamental para que haya verdadero amor, en contra de lo que suele creerse (P Alfonso Gálvez y José Martí)

Padre Alfonso Gálvez Morillas


Fragmento de una homilía del 13 de noviembre de 2016


El Papa Francisco, sin embargo, está en contra de los que él llama cristianos «rígidos», aquéllos que buscan seguridades absolutas ... y, sin embargo, esa seguridad completa y total en el amor de Dios o es absoluta o no es nada. A continuación un corto video de Francisco hablando sobre la rigidez.

Yo le diría al Papa que está en un error, pues el acompañamiento sólo ayuda a los demás si se les da a conocer a Jesucristo, Aquél que «es el mismo ayer, y hoy y por los siglos» y que nos ama con un amor real y seguro. Intentar darles a entender que un padre que quiere a sus hijos -y los quiere de verdad- debe reñirles cuando no actúan bien, precisamente porque los quiere y le importan. «Sus mandamientos no son pesados». La misericordia y la comprensión hacia los demás no está reñida con el amor a la verdad. No se les debe ni se les puede mentir a aquellos que vienen a nosotros buscando consejo. La verdad, que es Jesucristo, es la que los tiene que iluminar. Su conciencia debe formarse conforme a la voluntad de Dios y ésta exige, a veces, esfuerzo y sufrimiento. Si se les oculta esta verdad es señal de que no se les quiere, aunque se presuma de comprensión. No hay tal. Cuando el amor por los demás es verdadero amor, exige de nosotros que -aunque nos cueste- les corrijamos. Esta corrección es para su propio bien. Y, desde luego, habrá que decirles aquello que dice el Papa de «esto no se puede», aunque tal vez él lo diga con otro significado. Porque, efectivamente, hay cosas que no se pueden hacer, so pena de autodestruirse. Concretamente todo aquello que nos puede llevar a separarnos de Dios, a sabe, el pecado, que es la causa de todos los males. Podríamos citar los pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia, pereza, así como cualquier otro pecado. Una persona que ame a Dios necesariamente procurará evitar todo tipo de pecado. Esto será posible con la gracia de Dios únicamente, la cual Él nos la concederá, con toda seguridad, si ponemos de nuestra parte cuanto podamos. Y ese amor De Dios en nosotros es el que nos llevará a amar también a cualquier persona y a procurar el bien de todos.  El pecado esclaviza. Pienso que esto es muy importante tenerlo en cuenta y no olvidarlo nunca. Y si aconsejar a los demás que no hagan ciertas cosas que son pecado es ser rígidos ... pues entonces ... ¡BENDITA RIGIDEZ!.

Es difícil de entender la obsesión de Francisco con los que denomina «cristianos rígidos», un tema reiterativo que sale prácticamente en casi todas las homilías que da en Santa Marta así como en sus declaraciones a los medios de comunicación o en sus discursos a los obispos. ¿Ha sido rígida la Iglesia durante 1962 años hasta que llegó el Concilio Vaticano II? ¿Son rígidos los sacerdotes que, siguiendo los consejos de san Pablo y del mismo Jesucristo han denunciado, a lo largo de la historia de la Iglesia, a aquellos que no vivían conforme a la Ley de Dios?

El cumplimiento de los mandamientos es esencial para un cristiano que lo sea de veras: «Si me amáis -decía Jesús- guardaréis mis mandamientos»(Jn 14, 15). «Quien acepta mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y quien me ama será amado por mi Padre; y Yo lo amaré y me manifestaré a él»(Jn 14, 21). Y es que es el amor la clave de esa rigidez que lleva al cristiano a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo, por amor a Dios, pues es el amor a Dios y el saberse amado por Él lo que hace posible que podamos entregarnos a los demás hasta dar nuestra vida por ellos, si fuese necesario, que es precisamente lo que hizo Jesús por nosotros.
José Martí

Desolación en la Iglesia


Homilía del 13 de noviembre de 2016

Resumen

(Mt 13: 31-35)
"Un grano de mostaza que ha dejado de crecer"
El evangelio de hoy nos ofrece dos breves parábolas de idéntico significado: la parábola del grano de mostaza y la parábola de la levadura que fermenta toda la masa.
Tradicionalmente se han interpretado estas parábolas en el sentido de que la Iglesia, fundada por Jesucristo, crece y se extiende.
La Iglesia, como todo organismo vivo, nace, crece … y muere. Por supuesto que la Iglesia que dejará de ser existir será la Iglesia peregrina, cuando todo este mundo se acabe. La Iglesia como tal no puede perecer, pues tenemos la promesa de Cristo. Cristo así lo manifiesta en multitud de ocasiones: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”; “buscad los bienes de arriba, no los de la tierra…”; “somos ciudadanos del cielo”. Estas enseñanzas las conocemos muy bien, aunque a veces muchos las olvidan. Todos estos textos nos recuerdan que nuestra existencia en la tierra es fugaz, y que no tenemos aquí una ciudad permanente.
En el momento actual vemos que la Iglesia está desolada; hay una situación real de apostasía, resultando difícil encontrar la verdadera doctrina. 
Para aquellos que piensan que la situación actual no es tan grave yo les diría: 
- La misma Sagrada Escritura nos habla que llegará un momento en el que surgirá el falso profeta, el cual engañará a muchos. 
- También nos dice en el profeta Daniel:
“Cuando veáis la abominación de la desolación sentarse en el lugar santo… sabed que el momento ha llegado”. Las profecías y señales acerca del fin del mundo siempre son oscuras, pero si las dijo Jesucristo fue para nosotros. No tendría sentido que nos ofreciera una serie de señales que nos hablaran del fin del mundo y luego nadie las pudiera interpretar ni conocer. Y es el mismo profeta Daniel quien nos avisa que esta situación de desolación durará hasta el final (Dan 9).
- El Santo Padre decía hace unos días que los comunistas piensan como los cristianos. Con todo el respeto, pero no hay compatibilidad alguna entre el comunismo y el cristianismo. Yo he sufrido en mi propia carne el comunismo, lo he estudiado profundamente, y sé lo que digo. 
- ¿Qué podemos hacer los cristianos ante tanta desolación y apostasía? El mismo Señor nos da la respuesta: “Cuando veáis que todo esto sucede, levantad las cabezas, pues se acerca vuestra liberación”, o, “los tiempos finales serán acortados en favor de los elegidos”, o, “para los que aman a Dios, todo lo que les ocurre es para su bien”
- Dios actuará en el momento oportuno. Recordad que, de Dios nadie se ríe. Y Dios siempre hará justicia. Así pues, ¿quién nos podrá separar del amor de Cristo? Hemos pues de confiar en su poder y en su amor. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. “Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Sea que vivamos, sea que muramos, del Señor somos”.
Si así lo hacemos, no tendremos confusión ni duda.
Padre Alfonso Gálvez
NOTA: Es de particular interés lo que dice el padre Alfonso sobre la «rigidez» y su importancia en la vida cristiana, porque está íntimamente relacionada con el amor de Dios. 

sábado, 3 de noviembre de 2018

Noticias varias 3 de noviembre de 2018 (Triunfo de Bolsonaro en Brasil y otras)




ADELANTE LA FE

Elogio de la cigüeña (a propósito de la educación sexual) Mario Caponnetto

INFOVATICANA

La destrucción del catolicismo en Brasil y las implicaciones eclesiales de la victoria de Bolsonaro (Vicente Montesinos). ARTÍCULO DE GRAN INTERÉS

Contra todo lo esperado (al igual que sucedió en el caso de Trump) Bolsonaro ha triunfado en Brasil y es que, al final es el pueblo sencillo y el sentido común el que acaba venciendo, pese a todos los poderes fácticos en contra, de la izquierda y de la Jerarquía brasileña (aliada del Partido comunista). 

GLORIA TV

Ahora la Iglesia italiana se sumerge en la inmoralidad

Ex nuncio en Colombia sospechado por lavado de dinero

Selección por José Martí


Halloween: no es para tanto (Bruno Moreno) [Comentado por José Martí]



Preveo que algunos lectores no estarán de acuerdo, pero me gustaría señalar que, a mi juicio, las críticas “católicas” que se hacen contra Halloween son bastante (por no decir totalmente) exageradas. Todos los años por estas fechas, hay quien critica la fiesta norteamericana, tachándola de pagana, anticristiana o incluso demoniaca. Otros, con muy buena intención que Dios premiará sin duda, buscan “alternativas cristianas” a Halloween, como “Holywins”, que es una simple copia de la primera pero con trajes de santos.
La realidad, como sabe cualquiera que haya vivido un tiempo en Estados Unidos, es que Halloween no es pagana, anticristiana ni demoniaca por la sencilla razón de que no tiene calado suficiente para serlo. Es una fiesta completamente superficial, sin ninguna pretensión de significado. Los que critican esos supuestos significados perversos hacen, a mi entender, más un ejercicio de fantasía que de análisis de la realidad.
Tendemos a intentar comprender lo que sucede en Norteamérica con un prisma europeo o hispanoamericano y eso es un error. En Europa y en la América Española, las celebraciones son generalmente milenarias y están enraizadas en la historia y en las creencias profundas de los pueblos, aunque la mentalidad dominante intente cortar esas raíces. En cambio, la mayoría de las festividades estacionales norteamericanas, con muy poquitas excepciones, son fiestas light, donde apenas se celebra más que el hecho mismo de celebrar.
No busquemos tres pies al gato (o cinco, como dicen en América), intentando encontrar motivaciones malvadas donde la realidad es mucho más prosaica. Incluso cuando en origen eran otra cosa, las fiestas estadounidenses se han convertido generalmente en conmemoraciones comercializadas hasta el extremo, que intentan, con no mucho éxito, aliviar un poco la monotonía de la terriblemente tediosa vida moderna. Podríamos llamarlas fiestas de plástico, tanto por su carácter prefabricado como por el hecho de que la mayoría de sus signos externos son, de hecho, artículos de plástico, obra de un mal gusto industrial que a veces llega a resultar entrañable por su ingenuidad.
En el caso de Halloween, la realidad difícilmente podría ser más prosaica: los niños se disfrazan generalmente de superhéroes, hadas, princesas o personajes de dibujos animados, como en cualquier fiesta de disfraces española. Y comen caramelos y chocolates, como en cualquier fiesta de cumpleaños. Incluso los adornos macabros de las casas buscan producir, no sé si consciente o inconscientemente, un efecto cómico (y bastante hortera), completamente alejado de cualquier cosa que pueda considerarse una genuina creencia. En general, los que adornan su casa en Halloween suelen ser los mismos que en Navidad colocan enormes muñecos hinchables en el jardín de Santa Claus, sus elfos, sus renos, sus trineos y, de paso, seis o siete dibujos animados, una costumbre tan estadounidense como el pastel de manzana. Nada que ver con lo demoniaco, lo paranormal o lo anticristiano.
Los orígenes paganos de Halloween también están exagerados y sobrevalorados. Como sucede con casi todas las fiestas, sus verdaderos orígenes son cristianos: Halloween viene de All Hallows’ Eve, que es la Víspera de Todos los Santos. Lógicamente, antes de que se cristianizara Europa ya había europeos, que eran paganos porque no podían ser otra cosa. Y lógicamente también, esos paganos tenían fiestas, algunas de las cuales coincidían a grandes rasgos con las posteriores cristianas en cuanto a la fecha de celebración (porque solo hay doce meses en el año) y a las formas de celebrar (porque los seres humanos somos muy poco originales). Sin embargo, deducir de esas ligeras semejanzas una conexión significativa sería como pretender que los cumpleaños son fiestas litúrgicas porque las velas de la tarta están copiadas de las velas de las iglesias. O como decir que las casas, en realidad, son paganas porque los paganos ya vivían en casas antes de Cristo.
Por supuesto, entiendo que, desde el punto de vista cultural y tradicional, a muchos les apene que en España o en Hispanoamérica se celebre “Jalowín”, se beba cocacola, se vean películas norteamericanas y se copie de tantas otras maneras las costumbres ajenas. Comparto esa sensación, aunque la triste realidad es que nuestra cultura no está siendo sustituida por otra porque alguien nos invada, sino porque nosotros hemos abandonado y despreciado nuestra historia y nuestra herencia, que estaban intrínsecamente ligadas a la fe católica. Como dice el refrán español, a perro flaco todo son pulgas. La cultura aborrece el vacío y, cuando se produce un vacío cultural, inmediatamente es llenado por lo que haya más a mano. Por muy light que sea.
En cualquier caso, como católico, me permito recomendar que no nos obsesionemos con enemigos imaginarios, ni mucho menos intentemos copiarlos para parecer más modernos y buscar desesperadamente ser relevantes. Vivamos nuestras fiestas católicas, amémoslas, disfrutemos de ellas como hacíamos antes, creámonos lo que se celebra, honremos a Dios, a Nuestra Señora y a los santos y no habrá fiesta light en el mundo que pueda competir. 

A fin de cuentas, nuestras celebraciones católicas son un reflejo de la fiesta eterna en el cielo, a la que todo el mundo, lo sepa o no, está deseando ser invitado.

Bruno Moreno

COMENTARIO
He recogido dos entradas en este blog, que hablan sobre Halloween, tomadas de Adelante la Fe, Infovaticana e incluso Infocatólica, donde escribe Bruno. Esa es la razón que me ha llevado a colocarlas aquí, pues me fío bastante de esos portales católicos. Éstas son las entradas a las que me refiero:

HALLOWEEN: ¿Está bien para un católico celebrarlo ? (Vídeos y artículos)  27 de octubre de 2018

Halloween no es un juego de niños 30 de octubre de 2018

A mí, la verdad, me parecía exagerado; pero, dada la autoridad -que así se supone- de las personas que hablan, pues pensé que algo de razón tendrán. No obstante, me quedaba algo intranquilo. 

Al leer este artículo de Bruno, al principio me quedé un poco atónito, pues contradice lo que se lee en mis entradas (cuyo contenido no es mío, todo hay que decirlo). Pero me dio qué pensar. ¿Y si tiene razón? ¿Y si lo que yo tenía «in mente» no era tan descabellado? Porque cuando se le concede tanta importancia a algo -aunque realmente no la tenga tanto- al final  acaba teniéndola.

He consultado con un sacerdote, muy amigo mío y con las ideas muy claras, completamente ortodoxo y fiel a las enseñanzas de la Iglesia de siempre. Le pregunté -en un e-mail- si había leido este artículo de Bruno. Y qué le parecía. Esto es lo que me contestó:
Lo vi el otro día y si te digo la verdad, me dio gusto. Porque es cierto que parece que se sacan las cosas de quicio. Tiene razón Bruno al decir que en USA no se ve esto con tanta ideología como aquí. Hay quien ve solamente algo demoníaco, pero yo no lo creo así. De todos modos, creo que aquí en España los enemigos del catolicismo se aprovechan de ello.
Y es que, a veces (por no decir siempre) el sentido común -al que apenas si hacemos caso, hasta el extremo de haberlo perdido ya casi por completo- es el que deberíamos tomar como guía, más que lo que puedan decir fulano, mengano o zutano, por muy «teólogos», «exorcistas»  o lo que quiera que sean. No pongo en duda sus buenas intenciones, porque -en efecto- eso es lo que se oye siempre que se habla de Halloween. Y eso es lo que te encuentras cuando buscas el significado de esta «fiesta».

Pero, después de la lectura de este artículo de Bruno y de lo que me ha dicho este sacerdote, amigo mío, me quedo con las últimas palabras de ese artículo:
Vivamos nuestras fiestas católicas, amémoslas, disfrutemos de ellas como hacíamos antes, creámonos lo que se celebra, honremos a Dios, a Nuestra Señora y a los santos y no habrá fiesta light en el mundo que pueda competir. 

A fin de cuentas, nuestras celebraciones católicas son un reflejo de la fiesta eterna en el cielo, a la que todo el mundo, lo sepa o no, está deseando ser invitado.
 Pues ¿qué es, si no, lo esencial para un cristiano?

José Martí 

Confirmada de nuevo la relación entre abusos y homosexualización del clero (Carlos Esteban)



En los años 50, la proporción de homosexuales en el clero duplicaba la existente en la población general; en los ochenta, era ocho veces mayor, coincidiendo con la mayor incidencia de abusos clericales a menores, concluye el último informe del Ruth Institute.

La homosexualidad en el clero no tiene ninguna relación con la plaga de abusos sexuales entre sacerdotes y religiosos. Lo hemos oído centenares de veces, repetido por adalides de las tesis LGBT como el omnipresente jesuita padre James Martin, asesor vaticano de comunicaciones. Es, incluso, la versión oficial de la jerarquía, que lo ha afirmado explícitamente en algunos casos, como el del cardenal Blase Cupich, Arzobispo de Chicago, o implícitamente por el propio Santo Padre cuando en referencia a los escándalos ignora por completo este aspecto y busca la explicación en un ‘clericalismo’ de difícil definición.

La base de esta, para muchos, negación de la evidencia se basa en una serie de estudios en profundidad llevados a cabo a raíz de la primera gran ola de escándalos de encubrimiento de abusos clericales en 2002, especialmente, el Informe John Jay de 2004, que se replicó de nuevo en 2011.

Pero el sociólogo Padre Paul Sullins ha realizado un reciente estudio para el Ruth Institute que sí advierte un nexo evidente entre la creciente homosexualización del clero a lo largo de las últimas décadas y el aumento de los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes y religiosos

La tesis central del informe es que la proporción de varones homosexuales en el sacerdocio pasó de ser el doble del de la población general en los años cincuenta a alcanzar ocho veces más en los ochenta, una tendencia que guarda una evidente correlación con el aumento de los casos de abusos. Además, los sacerdotes ordenados en los años sesenta que advertían la existencia de una subcultura homosexual en los seminarios representaban un 25%, llegando a un 50% entre los ordenados en los ochenta.

Sullins, en una entrevista concedida al National Catholic Register, no disputa los hallazgos del John Jay College, sino el razonamiento que llevó a los autores del estudio a negar esta relación. El Informe John Jay de 2011 la rechazaba porque la tendencia de abuso no se correspondía con la tendencia de homosexualización de los seminarios.

El problema metodológico, señala Sullins, es que el porcentaje de sacerdotes ordenados cada año apenas afecta a la población general de sacerdotes, rondando apenas el uno por ciento. Así que aun en el caso de que todos los ordenados en un año concreto fueran homosexuales o de que todos fuera heterosexuales, apenas afectarían a la proporción de sacerdotes de una u otra orientación sexual en activo. Lo que hay que observar, señala Sullins, es la cantidad de sacerdotes homosexuales en activo en cada año estudiado, hayan sido o no ordenados recientemente. Y eso es lo que hace este estudio, logrando una casi perfecta correlación entre el aumento en la proporción de homosexuales en el sacerdocio con la incidencia de abusos, de 0’98 (La correlación absoluta es 1).

Sullins pone mucho cuidado en advertir que este estudio no pretende en absoluto sugerir que la mayoría, mucho menos todos, los sacerdotes con atracción hacia otros varones abusen o siquiera tengan tendencia a abusar de menores. Se limita a reconocer lo que parecen sugerir los datos, es decir, que la incidencia de abusos es mayor dentro de la población clerical con tendencias homosexuales.

Hay, sin embargo, una fuerte resistencia entre la jerarquía católica, y especialmente la norteamericana, a hacer referencia a alguna a este ‘elefante en la sala de estar’, y los informes John Jay les han proporcionado hasta ahora una magnífica excusa ‘académica’ para no tener que hacer frente a un problema que es evidente para el resto del mundo.

El propio informe de 2011 que negaba toda correlación admitía, al mismo tiempo, que más del 80% de las víctimas conocidas de abusos eran varones, y que el 78% no eran ‘niños’, sino menores que habían pasado la pubertad.

Carlos Esteban

Manipulación grosera y abusos durante el Sínodo sobre la Juventud



El arzobispo de Sydney, Anthony Fisher, dio evidencia condenatoria sobre el Sínodo sobre la Juventud. Al hablar el 1 de noviembre con Edward Pentin expuso las maquinaciones aplicadas para presionar por la “sinodalidad”.

Fisher testificó que el tema “no estaba en el documento de trabajo, no estuvo en las discusiones de la asamblea general, no estuvo en las discusiones de los grupos lingüísticos, no estuvo en los informes de los grupos pequeños”. “Simplemente apareció, como de la nada”.

“En este sínodo, estuvimos redactando doctrina, como fuera, corriendo, con respecto a la sinodalidad, en menos de una semana”. Fisher comentó que hay un “peligro real” de que los sínodos puedan ser vehículos para la heterodoxia.

Agregó que los padres sinodales fueron cautelosos frente al “discurso vago del estilo sinodal”, el cual “puede significar toda clase de cosas en bocas diferentes y últimamente puede dividir mucho”. Su conclusión es que “ésa no es la forma de hacer doctrina”.

También hubo manipulación grosera durante la votación final, cuando el documento del Sínodo “fue leído demasiado rápido”, de tal modo que los traductores se esforzaron mucho para seguirlo. Como consecuencia de ello, “no estábamos siempre seguros de que se nos estuviera pidiendo votar Sí o No”.

[Esto muestra que la “sinodalidad” significa “ocultar abusos de poder detrás de una retórica engañosa”].