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lunes, 8 de octubre de 2018

Ouellet censura a Viganò pero confirma su testimonio



El cardenal canadiense Marc Ouellet ha respondido a la petición de Viganò de que cuente lo que sabe con una carta abierta en la que censura duramente al arzobispo al tiempo que confirma lo esencial de sus acusaciones.

Cuando uno lee en un respetado diario nacional “El Vaticano documenta la falsedad de las acusaciones del ex nuncio Viganò contra el Papa”, espera exactamente eso: que documente, y que con los documentos en cuestión demuestre que lo que se dijo es falso. De hecho, uno echa inmediatamente en falta una ilustración con los ‘documentos’ en cuestión.

Solo que estamos ante un titular terrible que no tiene nada que ver con la realidad.

En su último comunicado, el ‘arzobispo rebelde’ Viganò, después de reafirmarse en todo lo que dijo en su célebre testimonio, hace una apelación directa al cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de Obispos, para que cuente lo que sabe.

La cosa va así: aunque Viganò hace bastantes comentarios en su testimonio, el núcleo de su acusación es que el Papa levantó una sanción privada que su predecesor había impuesto al ya defenestrado pero aún arzobispo emérito Theodor McCarrick, a cuenta de sus andanzas homosexuales con curas y seminaristas.

Aparte del esperable ‘asesinato de carácter’, la principal baza de quienes negaban las acusaciones de Viganò era negar que existiera tal sanción por parte de Benedicto que, al ser privada, no iba a ser fácil demostrar. Estaba en su contra, por ejemplo, que se sabe que McCarrick, lejos de desaparecer en un oscuro convento, dedicado a una vida de oración y penitencia, siguió bajo los focos cuanto quiso y participó en los actos que le dio la gana, incluida la misa de despedida de Benedicto XVI.

Y es cuando Viganò apela a Ouellet, y Ouellet responde con una carta pública a la que probablemente no sea ajena el hecho de que fuera recibido por Su Santidad inmediatamente antes.

Y lo que hace Ouellet en su carta es criticar durísimamente la ‘traición’ de Viganò… Al tiempo que viene a confirmar su relato en lo fundamental. Por ejemplo, como hemos dicho, era fácil negar que hubiera sanción de ningún tipo, porque el sujeto en cuestión no se comportaba exactamente como un sancionado. Y mientras no existan documentos fehacientes o hable el Papa o lo haga Benedicto, ahí podría quedar la cosa.

Pero, no: Ouellet confirma que McCarrick fue, de hecho, “exhortado firmemente a no viajar ni aparecer en público” y a llevar “un estilo de vida discreto de oración y penitencia” a cuenta de “rumores con respecto a su comportamiento en el pasado”. Eso suena a sanción privada, ¿no? Y a que Francisco tenía que saberlo cuando empleó a McCarrick en delicadas misiones diplomáticas, especialmente en el controvertido asunto del acuerdo con el Gobierno chino.

Uno de los medios más sólidamente entusiastas de este pontificado, el americano National Catholic Reporter, llegó a reconocer en su día que Benedicto había “puesto a pastar” a McCarrick pero que con Francisco “está de vuelta y más activo que nunca”.

Por otra parte, no parece demasiado honesto en Ouellet que hable de “rumores”, cuando dos obispos, dos, ya habían pagado considerables sumas en acuerdos extrajudiciales a víctimas de los abusos de McCarrick. Uno de esos dos obispos, como ya informamos, publicó una nota de prensa para aclarar que había informado a sus superiores del caso, como es natural.

Por lo demás, y con independencia de la sanción, Viganò asegura haber informado personalmente a Francisco de los escándalos de McCarrick. Ouellet no lo pone en duda, pero responde: “Tú dices que informaste al Papa Francisco el 23 de junio de 2013 sobre el caso McCarrick en la audiencia que te concedió a ti, como a tantos otros representantes pontificios de los que él encontró por primera vez ese día. Imagino la enorme cantidad de informaciones verbales y escritas que él debió recibir en aquella ocasión sobre muchas personas y situaciones. Dudo grandemente que McCarrick lo pueda haber interesado al punto que tú has hecho creer, ya que en ese momento era un Arzobispo Emérito de 82 años y ya llevaba siete sin encargo”.

Bien, Ouellet está diciendo que el Papa no estaba muy interesado en el hecho de que un cardenal arzobispo emérito de Washington, uno de los prelados más poderosos de Estados Unidos -si no el más-, que había sido pieza esencial en el nombramiento de varios obispos en ejercicio -como Farrell, Cupich y Tobin- fuera un depredador homosexual siempre que sus ‘parejas ocasionales’ fueran mayores de edad. ¿Es eso?

Imaginamos que el Papa tiene muchas cosas en la cabeza -como el Cambio Climático o la inmigración masiva- y es difícil llevar la cuenta de los cardenales que se lleva a seminaristas a su casita de la playa.

Después de sugerir que el castigo no era realmente un castigo -y fallar estrepitosamente, como vemos-, Ouellet pasa a explicar que la rehabilitación tampoco es tanta rehabilitación. “Nunca he oído al Papa Francisco hacer alusión a este autodenominado gran consejero de su pontificado para los nombramientos en América, aunque él no oculta la confianza que deposita en algunos prelados”, asegura el cardenal en su carta abierta.

Eso me recuerda ligeramente al comentario del propio Francisco bromeando cuando fue preguntado por el ‘lobby gay’ dentro de la Curia y diciendo que el nunca había visto un carné de miembro de dicho lobby. Es curioso en un pontífice que se ha destacado en sus ataques contra la Mafia; ¿o cree Su Santidad que los mafiosos sí tienen carné?

El caso es que muchos sí recuerdan que McCarrick tenía un lugar muy especial en la confianza de Francisco. Rocco Palmo, uno de los periodistas que mejor conocen el mundillo eclesial, nada sospechoso de veleidades ‘antifrancisquistas’, contaba ya en 2016 en su afamado blog ‘Whispers in the loggia’ que “Francisco considera a McCarrick uno de sus héroes”. Cuenta también Palmo que a mediados de septiembre de ese mismo año, McCarrick “escribió una carta al Papa… solicitando el nombramiento de Joe Tobin como obispo de Newark”, en un momento del proceso en el que ni siquiera se había mencionado el nombre del actual arzobispo”. No sé, eso suena a influencia de “gran consejero”, Eminencia.

La enorme influencia de McCarrick sobre Francisco en el nombramiento de obispos americanos también la confirmaba en 2014 otro gran vaticanista, Sandro Magister, cuando escribía: “Se cree que el nombramiento de Cupich se lo han recomendado al Papa con especial entusiasmo el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y, sobre todo, por el cardenal Theodore McCarrick.”

En definitiva, la carta de Ouellet le hace un flaco favor a sí mismo y a Francisco. Confirma más que desmiente lo que denuncia Viganò y su gran acusación parece ser, leyendo entre líneas, que cómo se le ocurre montar todo este lío que deja mal a la Iglesia.

Por lo demás, hay un hecho incontestable: Viganò no tenía nada que ganar y sí mucho que perder haciendo público su testimonio. Se ha convertido en un paria, a su edad, está desaparecido, lo ha perdido todo. Ouellet, por su parte, es prefecto, y tiene algo que ganar y nada que perder con la carta que ha hecho pública.

A continuación, la carta de Ouellet:

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NOTA: Para no hacer excesivamente larga esta entrada, he estimado conveniente poner un enlace a dicha carta, concretamente a Secretum Meum Mihi, porque ahí, además, hay también una visión crítica inicial antes de la carta. Si se quiere leer ya, directamente, la carta, puede hacerse igualmente en Il Settimo Cielo. O, sencillamente, ir a la página web de Infovaticana, sin más.

domingo, 7 de octubre de 2018

“Carta abierta” de Ouellet empeora las cosas



El cardenal Marc Ouellet contestó el 7 de octubre con una “carta abierta” al arzobispo Viganò, quien le pidió en septiembre que “diera testimonio de la verdad” respecto al caso McCarrick. Pero Ouellet prefirió ahora dar testimonio de su incondicional lealtad a las fallas del papa Francisco.


Ouellet califica a las declaraciones de Viganò de “incomprensibles y extremadamente reprochables”, porque “afectan gravemente la reputación de los sucesores de los apóstoles”.

Él discute “mucho” que Francisco estaba interesado, cuando Viganò le habló en junio de 2013 sobre el caso McCarrick, porque – según Ouellet - McCarrick ya tenía 82 años de edad y Francisco estaba supuestamente sobrepasado por la cantidad de información que recibió de otros nuncios que él encontró el mismo día.

Ouellet admite como prefecto de la Congregación para los Obispos que él nunca le llevó el caso McCarrick a Francisco hasta estos últimos días.

Además, él refuta la declaración de Viganò y dice que McCarrick nunca fue “sancionado” por Benedicto XVI [pero esto es un juego de palabras]: “El ex cardenal, quien se jubiló en mayo de 2006, fue urgido enérgicamente a no viajar y a no aparecer en público, para no provocar otros rumores sobre él”, tal como Ouellet lo pone.

Él afirma que el Vaticano [supuestamente] no tenía “suficientes pruebas” de las malas acciones de McCarrick y culpa a la nunciatura de Washington de no haber producido información “reciente y decisiva” sobre el caso.

Sin embargo, Ouellet se pregunta cómo McCarrick pudo hacer la carrera que hizo [La respuesta es: porque, como liberal, él fue protegido por los medios de comunicación y el establishment eclesiástico].

La mayor parte de la carta de Ouellet son ataques personales contra Viganò, combinados con un saludo indiscriminado de Francisco, a quien llama al final “un pastor excepcional, un padre compasivo y firme, una gracia profética para la Iglesia y para el mundo”.


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NOTA: El contenido exacto de la carta de Ouellet se encuentra en Secretum Meum Mihi y también en Settimo Cielo. Ante la denuncia de Ouellet a Viganò, a quien considera responsable de la confusión que se ha producido en la Iglesia ... y poco menos que hereje, habría que atenerse a los hechos y a quienes conocen y han conocido a Monseñor Viganò.  Véase, por ejemplo, en One Peter Five, el artículo: Mientras otro ex diplomático vaticano confirma el informe, el Papa se niega responder a las acusaciones de Viganò, escrito por Steve Skojec.

El SILENCIO del VATICANO ante el Testimonio Viganò, según SPECOLA (8) Viganò presente en el sínodo



SPECOLA, 6 de octubre de 2018 (Selección)

Las noticias de hoy se centran en el Sínodo, o mejor, en los alrededores del Sínodo.

Viganò sigue presente, a pesar de no haber sido invitado a ser padre sinodal. Su testimonio y las consecuencias que le han seguido están marcando muchas de la actuaciones. Mientras no se aclare toda la situación de complicidades y silencios que han hecho posible la permanencia por decenios de una auténtica red de poder homosexual, suena muy feo recomendar a los jóvenes que se acerquen a la iglesia

Es increíble que,  a estas alturas, se siga hablando del problema de la pedofilia, cuando el verdadero problema es otro bien distinto del que no se quiere ni pronunciar el nombre. Si lo que el sínodo quiere ofrecer a los jóvenes es lo mismo del mayo del 68, pero con decenios de retraso, estamos ante un absurdo histórico. 

(...) Los textos evangélicos son muy claros. La compresión con la debilidades humanas, las que sean, siempre tienen que estar presente, pero legalizar el pecado conduce a la desaparición de la Iglesia, por ser absolutamente innecesariaLa iglesia no puede ser un territorio de riesgo para los niños y los jóvenes: a esto hemos llegado. Mientras no se disipen las dudas, y con el silenció sólo se están incrementando, no hacemos nada

El tiempo del Papa Francisco se está agotando y la huida hacia adelante que estamos presenciado no puede traer ninguna solución. Las estadísticas no son dogma de fe, pero cuando son favorables nos gustan; y el cambio que estamos viendo, en lo que afecta a la persona del Papa Francisco, es terrible. La gregoriana nos presenta un master sobre cómo luchar contra la pedofilia (nos suponemos que con San Miguel muy presente) pero éste no es el problema. La infiltración homosexual en la iglesia ha alcanzado de lleno al sacro colegio y corremos el riesgo de que el próximo conclave cuente con electores y candidatos muy poco fiables y llenos de ‘pecados originales’. 

El pueblo de Dios tiene el derecho y la necesidad de estar cabreado y no entiende la falta de fortaleza y de trasparencia en esta situación. Marx, el cardenal, propone endurecer el derecho canónico y ajustarlo al civil. El problema es que no se ha aplicado la normativa existente y el cambio de nada servirá si quien tiene que aplicarlo está ausente; el derecho no es lo que ha fallado. Todo suena a querer quedar bien diciendo que no se ha hecho más porque no estaba previsto y esto es radicalmente falso.

Specola

El Papa amenaza con “sorprender” antes de acabar el Sínodo (Carlos Esteban)



El cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y cercano a Francisco, asegura «estar convencido de que el Papa nos dará alguna sorpresa»  y de que “seguro que inventa algo antes de la conclusión del sínodo”. Lo que no sabemos es si se trata de un aviso o de una amenaza.

Acaba una primera semana de sínodo ‘discreto’, del que sólo sabemos lo que nos quieren contar, coincidiendo con un comunicado vaticano en el que se anuncia que se investigará a fondo el ‘caso McCarrick’. Viganò y su informe, claro, no se citan, pero está, sin duda, tácitamente, en esta nota, como lo está en el propio sínodo.

El cardenal Bassetti nos cuenta que está seguro de que Francisco guarda una sorpresa para antes de que acabe el sínodo. Nosotros nunca lo hemos dudado; otra cosa es que creamos que vaya a gustarnos.

En un sentido, claro; en otro, no hay sorpresas: es más de lo mismo, pero subiendo el pistón. Esa misma ‘actualización’, ese mismo ‘acercamiento al mundo’, esa misma apertura que se anunció en el último concilio y dejó la Iglesia como un solar se quieren resucitar ahora de nuevo hasta llevarlas a sus últimas consecuencias. Y los jóvenes, de figurantes. Las voces de quienes hablan de un sínodo trucado, cuyas conclusiones están ya escritas, no se limita ya a grupos marginales.

A la prensa se le ha contado que los ‘grandes temas’ del sínodo ahora son la pobreza, la guerra, la desesperación y el desempleo. Es decir, lo que podría ser una agenda de la ONU. No ha habido, según el presidente de la comisión de información del sínodo, Paolo Ruffini, discusión alguna sobre esas siglas LGTBI cuya inclusión en el Instrumentum laboris tanto y tan bien ha criticado el Arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, aunque Ruffini insiste en que el término en cuestión está en los papeles, y se tocará.

No nos cabe la menor duda de que se tocará. De hecho ya ha habido un auditor sinodal alemán (claro), que ha planteado una serie de ‘exigencias’ entre las que se incluyen la igualdad entre las uniones homosexuales y las heterosexuales, la ordenación de las mujeres y “el liderazgo de la Juventud por la Juventud”, que suena muy a Mayo del 68.

La mezcla de motivos cristianos desnaturalizados y la jerga típica de las asambleas progresistas permea todo lo que nos llega de la última jornada del sínodo. Como botón de muestra, se habló de la labor de los católicos en los países musulmanes, y al respecto el cardenal Versaldi ha dicho en la rueda de prensa: “Recurren a nosotros, no porque quieran convertirse al catolicismo, sino porque pueden ver en nuestras instituciones un humanismo que apoya el diálogo, a diferencia de otras escuelas que promueven el integrismo”.

Ya ven: somos la Iglesia del ‘diálogo’, que más que proponer algo como, no sé, la salvación que nos ha traído el Hijo de Dios, escucha, esa escucha humilde que nos aconsejaba el Papa días atrás; aunque, como todo en este pontificado de la confusión, es una escucha selectiva: para un lado se está más bien duros de oído.

Se ha hablado también de sexo fuera del matrimonio y Ruffini ha desmentido categóricamente que se haya propuesto ‘suavizar’ la doctrina de la Iglesia a este respecto. ¿Demasiado pronto, quizá? ¿Necesitamos escuchar unos cuantos días más para llegar a ese asunto?

Carlos Esteban

sábado, 6 de octubre de 2018

Cardenal italiano: habrá una “sorpresa” antes del final del Sínodo



Antes del final del Sínodo, el Papa producirá una “sorpresa”, dijo el 4 de octubre a su audiencia, durante la presentación de un libro en Roma, el cardenal de Perugia, Gualterio Bassetti, de 76 años.

Bassetti dijo esto, según informa FaroDiRoma.it:

“Si el Sínodo se mantiene en el nivel de la Iglesia universal, no irá lejos. Creo que deben aparecer iniciativas de Iglesias locales que le den continuidad. Estoy convencido de que el papa Francisco nos dará alguna sorpresa. Seguramente inventará algo antes de la conclusión del Sínodo”.
Los liberales utilizan la palabra clave “sorpresa” para encubrir las decisiones arbitrarias de Francisco y su comportamiento autocrático.

"Un Sínodo decisivo" (P. Santiago Martin)


Duración 13:44 minutos



PARECIDOS RAZONABLES


Báculo papal cuya forma en V sustituye a la Cruz 
Báculo de Brujería
Escultura de bronce del Señor de las brujas

Capitán Ryder


COMENTARIO

¿Es casual el parecido existente entre los báculos de las brujas y del diablo ... y el báculo de Francisco? Debería disimularlo mejor. Pienso que no debe de haberse leído el libro «Cartas del diablo a su sobrino» de C.S. Lewis, en donde Escrutopo da consejos a su sobrino para que sea un «buen» diablo y no sea un simple aprendiz.

Marx: el sínodo es una ocasión para replantear el celibato sacerdotal (Carlos Esteban)



El cardenal alemán Reinhard Marx, Arzobispo de Münich, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y miembro del consejo papal de cardenales (C9), volvió a plantear la conveniencia de abolir el celibato sacerdotal y pidió que se tratara la cuestión en el presente sínodo, junto con una actitud más ‘positiva’ hacia la homosexualidad.

“Creo que el Sínodo es una buena ocasión para tratar este asunto. Hay varias intervenciones al respecto, el tema está presente en todo el mundo”, ha dicho el cardenal Marx en rueda de prensa, con motivo de su participación en la inauguración del Master ‘Protección de los menores”, promovido por la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, informa la agencia ANSA.

Es un asunto recurrente con el que nos llevan preparando mucho tiempo, especialmente entre los prelados de la Iglesia alemana, vanguardia de todas las vanguardias en el pensamiento eclesial. De hecho, se da por hecho que ese es el verdadero ‘punto fuerte’ del Sínodo de la Amazonía, en el que los indígenas serán tan protagonistas como los jóvenes en la presente reunión de obispos: es decir, como mera coartada.

En este caso, el punto de partida es, naturalmente, los abusos sexuales. Sabiendo que son abrumadoramente homosexuales en naturaleza, resulta bastante absurdo relacionar el celibato sacerdotal con los abusos y, de hecho, el cardenal alemán es un hombre demasiado astuto como para hacerlo directamente.
 “Los expertos aseguran que no son el celibato en sí mismo, o la homosexualidad en sí, las causas de delitos de pedofilia, pero en realidad se trata de aspectos relacionados con otros, como la debilidad y la inmadurez, los que pueden llevar a los abusos”, dijo.
Y ahora viene el “pero”, naturalmente:
“Añaden los expertos que una cultura hostil a la homosexualidad puede llevar a las personas a esconderse y tal vez aumentar el problema”. 
Como ven, aunque no esté hablando directamente del sínodo LGBTI, el cardenal habla para él.
“En lo que a mí respecta -añadió- son cuestiones que a las que debemos enfrentarnos. No será aboliendo el celibato como resolveremos el problema, pero la sexualidad en general con todos sus aspectos son temas de los que podemos hablar a través de un diálogo positivo, también con los teólogos”.
El sínodo, ya lo hemos dicho, es, en general, secreto. Sabemos de él, de lo que se está diciendo, lo que quieren que sepamos porque, como ha advertido su secretario de comunicación, el inefable padre Antonio Spadaro, director del órgano jesuita ‘La Civiltà Cattolica’, los obispos pueden ‘discernir’ con mayor libertad sin la presión de la opinión pública

En este pontificado, ya se sabe, lo mismo y su contrario pueden ser lo mejor o lo peor según convenga: transparencia y ‘discreción’, denuncia y silencio, colegialidad y primacía papal; se trata de ‘discernir’, pero de discernir siempre en el mismo sentido.

El arte de birlibirloque que nos está anunciando Marx -y que aplicará este sínodo- es lograr que lo que, por lógica, debería llevar a una especial prudencia para atajar la penetración homosexual en el clero y evitar que siga avanzando, se utilizará para todo lo contrario: la normalización del estilo de vida LGBTI dentro de la Iglesia.

Carlos Esteban

viernes, 5 de octubre de 2018

ENTRADAS VARIAS 1 al 5 de OCTUBRE 2018 (artículos de gran interés)



INFOCATÓLICA

La "hermenéutica de la continuidad" es metafísicamente imposible. (Padre José Luis Aberasturi)

Mons. Chaput pide no usar la terminología LGTBI y enseñar a los jóvenes la moral sexual católica

ADELANTE LA FE

Para que triunfe la Tradición basta con que Francisco siga hablando

Nuestra Señora de Fátima y el comunismo

¿El fin del aborto legal en EEUU? (Christopher Fleming)

El papa Francisco ya no disimula su estrategia para manipular el resultado del Sínodo de la Juventud (Peter Kwasniewski)


Sínodo sobre la Juventud: el cardenal Baldisseri es incompetente o mentiroso




Cardenal Marx exige debate sobre el celibato
Stanno tutti bene II

ACTUALL

¿Será Marion Maréchal la gran esperanza blanca de la derecha europea o hay que esperar a otro?

Chaput responde a Cupich sobre las críticas anónimas: “El ambiente tóxico en muchas de nuestras comunidades las hace necesarias”

Entonces, ¿no era todo un invento de cuatro anti-francisco subidos a la parra? (Aberasturi)

Un sínodo fuera de la pista. Las críticas del arzobispo de Filadelfia

El FBI y la mafia homosexual, el sínodo sin jóvenes, los pactos Chinos, más casos Viganò, Bergoglio no gusta. (Specola)

San Francisco y su tiempo, el informe O’Connor, el sínodo de los abusos e inmigrantes, la China catocomunista, Vaticano ofensivo en Escocia. (Specola)

Müller pide al Papa que “se reconcilie” con Viganò (Carlos Esteban)

Müller confirma que el Papa le ordenó parar la investigación a Murphy-O’Connor (Carlos Esteban)



El cardenal alemán Gerhard Müller, ex prefecto para la Doctrina de la Fe, ha confirmado a LifeSiteNews que la misteriosa interrupción de una misa, que estaba dando, para atender al Papa, fue para recibir del Santo Padre la orden urgente que su congregación llevaba a cabo sobre el difunto cardenal británico Cormac Murphy-O’Connor sobre encubrimiento de abusos.

Lo dimos aquí, dando por buena la fuente anónima en la que se basaba el veterano vaticanista Marco Tossati, que recogía la noticia en su blog: el Papa Francisco dio orden al entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, que detuviera una investigación contra el cardenal británico Cormac Murphy-O’Connor, antiguo Arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales.

Lo hizo, además, de forma urgente, perentoria, llegando a obligar al prefecto a que interrumpiera una misa que estaba dando para un grupo de estudiantes y docentes alemanes de visita en Roma.

De hecho, ese era el dato conocido: que el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe -la Suprema- había sido inquirido por su propio secretario en plena misa por orden del Papa para que se reuniera con el Santo Padre en la sacristía. ¿Para qué? Ese era el misterio.

Lo desvelamos, pero faltaba la confirmación, que ha dado al fin el propio Müller en entrevista con el portal católico de noticias LifeSiteNews.

Müller advirtió a LifeSiteNews que estaba “obligado al Secreto Pontificio”, pero añadió que “las investigaciones no puede proseguir sin la aprobación papal”. El periodista comentó entonces al cardenal que habían surgido algunas noticias en el sentido de que, en realidad, la investigación se había completado -satisfactoriamente para el investigado- y no interrumpido, y le preguntó si la cierta era la segunda versión, a lo que Müller respondió “Sí”.

En ninguna de las informaciones sobre el caso, incluida la nuestra, se pretende que Murphy-O’Connor sea culpable del encubrimiento de abusos a una mujer por un sacerdote que la supuesta víctima lleva quince años denunciando lejos de los medios. Lo único cierto es que la acusación existía, la mujer fue conceptuada como víctima a efectos de indemnización por su diócesis y la investigación en curso fue interrumpida fulminantemente por orden del Papa.

La mujer sujeto de la denuncia nunca ha querido hacerla pública, pero LifSiteNews ha podido saber que la Archidiócesis de Westminster ya la ha reconocido como víctima, pagándole una cantidad no especificada como parte de un acuerdo extrajudicial. La mujer alega haber sido abusada cuando tenía 13 o 14 años por el Padre Michael Hill.

El Papa podría tener una deuda de gratitud con Murphy-O’Connor. El ‘francisquista’ biógrafo de Francisco Austen Ivereigh, antiguo asistente del cardenal Murphy-O’Connor, cuenta que en los días previos al cónclave del 12 de marzo, el grupo de San Galo encomendó a Murphy-O’Connor la misión de informar a Jorge Bergoglio de un plan para asegurar su ascensión al papado.

Carlos Esteban

Sinodo 2018: El que tiene la información tiene el poder


El Papa se emociona al dar la bienvenida a dos obispos nombrados por el Partido Comunista Chino (Carlos Esteban)



Al Papa se le quebró la voz de emoción al presentar en su homilía inaugural del Sínodo de los Jovenes a dos obispos chinos, fruto del acuerdo ‘provisional’ con el gobierno comunista. No fue un buen auspicio.

En las palabras que dirigió al Sínodo de los Jóvenes el miércoles con motivo de la misa inaugural, el Papa Francisco, visiblemente emocionado, mencionó a los dos obispos chinos presentes, primicia histórica, Joseph Guo Jincai, de la nueva diócesis de Chengde, y John Baptist Yang Xiao-ting, ordinario de Yan’an, de quienes dijo que “la comunión del episcopado entero es aún más visible gracias a su presencia”.

Olvidó mencionar, sin duda por falta de tiempo, que ambos han sido nombrados por el Partido Comunista Chino, que mantiene desde que gobierna una feroz persecución contra los católicos chinos, que pertenecían hasta el reciente acuerdo con Pekín a una Iglesia cismática y que como tales estaban excomulgados y que, al menos en el caso de Guo Jincai, ha sido diputado del 13º Congreso Popular Nacional.

Ambos figuran entre los obispos que, tras anunciar Roma el acuerdo provisional, hicieron pública profesión colectiva de fidelidad al Gobierno chino y al proyecto socialista.

Quizá sea la nueva influencia de la China comunista lo que ha llevado a que en este sínodo, a diferencia de los anteriores, las discusiones no sean públicas y abiertas mi la Oficina de Prensa de la Santa Sede vaya a publicar cada día qué ha dicho quién. Que esto vaya a convertir un sínodo ya de por sí bastante controvertido en una máquina de rumores está cantado.

No, no ha sido un comienzo muy distinto al que muchos esperábamos. Más sorprendente nos parecía que hubiera sido invitado al sínodo Robert Cardenal Sarah como miembro de la Comisión de Información, pero ha declinado por “motivos personales”. En su lugar se ha elegido a otro cardenal africano, Wilfrid Napier, Arzobispo de Durban, en Sudáfrica.

Napier se ajusta más al papel de lo que, visto lo visto, se espera del sínodo. Considerado ‘conservador’ con Benedicto XVI, ha sabido adaptarse con velocidad meteórica y entusiasmo inesperado a los nuevos aires de renovación. Esta misma semana publicaba en un la red social Twitter un par de comentarios reveladores del cambio, en respuesta a las fotos publicadas en la misma red por el Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, de una misa celebrada en la forma extraordinaria.

Comentaba Napier: “Ver esas fotos me recuerda a mi infancia hace 70 años. Era una época en la que existía un universo entre el Clero, especialmente los obispos, y los fieles laicos. Se le podría llamar la era del clericalismo supremo. Para mí es un recordatorio de lo que nunca debemos volver a ser”.

En su homilía, el Papa pidió a los obispos que no temieran a expresar libremente sus opiniones lo que, quizá también por influencia china, nos ha recordado la política de Mao de “Que Florezcan Mil Flores”, cuando se animó a los intelectuales que expresaran sus críticas en completa libertad para así identificar y eliminar a los críticos. Sinceramente, el historial de nombramientos y ceses fulminantes de Francisco en estos cinco años anima a servirse de la ‘parresia’ o fraternal libertad de expresión con mucha moderación.

Habló mucho, repetidamente, de la necesidad de que los obispos ‘escuchen’ a los fieles, insistiendo en lo que la infinita multiplicidad de las experiencias humanas tiene que enseñarnos a todos. Imaginamos que se refiere a una escucha activa, que genere una respuesta, y no la insólita ‘escucha’ que ha mostrado él mismo a los cardenales redactores de los Dubia o a los fieles firmantes de la Correctio Filialis.

O al Arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, que sigue insistiendo en que no se usen las siglas LGBTI en los documentos eclesiales. Chaput, que pidió en su día que se pospusiese el sínodo en vista de la profunda crisis de abusos que vive la Iglesia, argumento que ésta no puede categorizar a la gente “por sus apetitos sexuales”.

Pidió el Pontífice, como es su costumbre, espíritu de discernimiento que, dijo, “no es un slogan, una técnica o una moda de este pontificado”. Y era, hasta ahora, cierto que el lenguaje usado por la Iglesia se ha mantenido siempre muy alejado de los esloganes al uso, aunque eso parece haber cambiado.

En la misma homilía, por ejemplo, ha dicho que espera que los frutos pastorales de este sínodo “planten sueños, susicten profecías y visiones, permitan florecer la esperanza, inspiren confianza, venden heridas y tejan relaciones”, todo lo cual es, en mi limitada experiencia, lo más parecido a una retahíla de lemas de márketing que he oído en boca de un Vicario de Cristo.

Ya dijimos ayer que pidió que la esperanza destruya la lógica del “esto siempre se ha hecho así”, aunque nos tememos que se refiera a cómo se hacían las cosas en una época que los jóvenes -y muchos adultos bastante adultos- no han llegado a conocer y que, de hecho, se pretende avanzar por el mismo camino que inició la Iglesia con el Concilio Vaticano II, es decir, a hacer lo que se lleva haciendo desde hace medio siglo, pero más.

De hecho tuvo una referencia al Papa iniciador del concilio, Juan XXIII, al denostar, como él, a los “profetas de desgracias”. Es curioso, porque el Papa Juan se refería en tal ocasión a quienes no compartían su visión optimista de que la apertura de la Iglesia iba a provocar una ‘primavera’ eclesial esplendorosa. Y no es por ponernos del lado de los ‘profetas de desgracias’, pero en este caso parece que algo de razón tenían, si miramos un poco los números y comparamos la práctica católica entonces con la de ahora.

Hay una cosa, al menos, que hay pocas esperanzas de que los jóvenes obtengan de este sínodo: certezas. Ya hemos dicho otras veces que si la doctrina católica ha sido comparada a lo largo de la historia como una roca, invariable en sus certidumbres con independencia de las modas ideológicas del mundo, hoy se lleva más la ‘doctrina fluida’. En palabras del Santo Padre, hablando del ‘diálogo’ que debía ser eje del sínodo, su primer fruto es que “todo el mundo está abierto a la novedad, a cambiar de opinión, gracias a lo que hemos oído a los otros”.

Y solo llevamos dos días.

Carlos Esteban

jueves, 4 de octubre de 2018

La Fiscalía General de Míchigan ordena registros sorpresa en siete obispados (Carlos Esteban)



La oficina del fiscal general del estado de Michigan ha llevado a cabo registros por sorpresa en siete obispados, informa Church Militant.

La policía apareció en el obispado de Saginaw a primera hora de la mañana, ordenó salir al personal y procedió al registro del edificio, según testigos presenciales, en lo que es ya la segunda redada por sorpresa de un edificio propiedad de la diócesis.

La diócesis de Saginaw ha hecho público un comunicado en el que aseguran estar colaborando por completo con la investigación súbitamente iniciada por el fiscal general.

La nota aclara que en la mañana del 3 de octubre -coincidiendo con la inauguración del Sínodo de los Jóvenes- se presentó en el obispado una orden de registro en la que se pedía a algunos empleados diocesanos que permanecieran en el edificio para asistir a los agentes en el registro.

Una confirmación similar llega de la Archidiócesis de Detroit con respecto a un registro en su sede, así como un registro parcial del seminario mayor del Sagrado Corazón para obtener determinada documentación. También en el caso de Detroit, el Arzobispado ha comunicado que está colaborando plenamente con los agentes.

Similares registros por sopresa se han llevado a cabo en Lansing y otras cuatro diócesis del estado.

El pasado 21 de septiembre, Bill Schuette, fiscal general de Michigan, confirmó que su departamento había iniciado una investigación en las siete diócesis del estado en agosto. Estas incluyen Detroit, Saginaw, Gaylord, Lansing, Grand Rapids, Marquette y Kalamazoo. Schuette también investigará denuncias de abusos clericales por parte de sacerdotes que pertenecen a órdenes religiosas.

Este verano, y como consecuencia en parte del demoledor informe del gran jurado de Pensilvania sobre encubrimiento de abusos sexuales por parte de sacerdotes en seis diócesis, los fiscales generales de varios estados anunciaron que iniciarían investigaciones de igual naturaleza, lo que ha hecho temer a muchos que, en última instancia, pueda procederse a una investigación federal de toda la iglesia estadounidense, con consecuencias imprevisibles.

Carlos Esteban

“Cambiar de posiciones es signo de madurez” - ¿Francisco cambiará?



El papa Francisco dijo en su discurso de apertura en el Sínodo sobre la Juventud que los delegados deberían hablar “abierta y valientemente”, aunque él es conocido por castigar a los que hacen eso.

Luego dijo que “la crítica constructiva puede ayudar”. Y también que “si hay alguien a quien no le gusto [cardenales de los Dubia, Viganò], debo escuchar más atentamente”.

Francisco pidió “dar la bienvenida y comprender a los otros”, “cambiar nuestras convicciones y posiciones”, y llamó a esto “un signo de gran madurez humana y espiritual”.

Repitió sus viejos clichés que la Iglesia “no siempre” debería tener una “respuesta ya preparada” y que no “debe estar cerrada a [presuntas] novedades” ni tampoco a [presuntas] “sorpresas de Dios”.

“Es posible que debamos movernos en formas impredecibles”, agregó. Hasta aquí la ideología liberal-modernista de Francisco ha sido muy predecible.

Consejos vendo que para mí no tengo (José Martí) (6) Naturaleza y gracia



Es preciso orar en todo momento y no desfallecer (Lc 18, 1)

UNO (1) : Importancia de la razón

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DOS (2) El discernimiento como amor a la verdad

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TRES (3)El Nuevo Orden Mundial y el verdadero Progreso

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CUATRO (4) Misión de los sacerdotes y de la Jerarquía: anunciar a Jesucristo. Sólo en Él es posible el reconocimiento de la dignidad de las personas

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CINCO (5) Católicos perseguidos y «católicos» bien considerados

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SEIS (6) Naturaleza y gracia

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SIETE (7)Unidad de la Iglesia : ¿Acaso hay dos magisterios?

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OCHO (8) Incoherencias a la hora de insultar a otros.

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NUEVE (9)Del dicho al hecho: Concilio Vaticano II

http://www.blogcatolico.com/2018/11/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo-9.html

DIEZ (10) (José Martí) Anomalías en la Iglesia

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ONCE (11) "Podéis criticarme. No es pecado" -dice Francisco- ... Muy bien: pues atreveos a criticarlo ... y veréis lo que ocurre.

http://www.blogcatolico.com/2018/12/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo-11.html

DOCE (12) - Un alto en el camino para reflexionar

http://www.blogcatolico.com/2018/12/consejos- vendo-que-para-mi-no-tengo-12.html 


Vuelvo a hacerme la misma pregunta que me he hecho en otras ocasiones, con uno o dos matices: primero, ¿tenemos que guardar silencio, aun cuando el Papa diga herejías? O si se prefiere: Cuando el Papa dice algo que, en principio, supongo que es acertado, y le concedo un asentimiento interior en mi inteligencia ... y luego resulta que, o bien a continuación o bien en otros momentos, dice algo que contradice lo primero que dijo. Cuando esto ocurre -y ha ocurrido con demasiada frecuencia- ¿con qué me quedo? ¿Con lo primero que dijo o con lo que dijo después? Es imposible que sean verdad, al mismo tiempo, dos proposiciones que son, en sí mismas, contradictorias: O una es falsa, o lo son las dos. ¿Cómo debe actuar un cristiano en estos casos?

- La incoherencia puede ser entre lo que se dice y lo que se hace. Esto nos suele ocurrir a todos. Viene a ser lo que decía el mismo San Pablo: «No hago el bien que quiero, sino que el mal, que no quiero, ése hago» (Rom 7, 19); o aquello otro, atribuido a Eurípides en su obra Medea  «Video meliora; proboque; deteriora sequor» (Veo lo que es mejor y lo apruebo, pero sigo lo peor). Todo esto es debido a nuestra naturaleza caída. Por el pecado original, tenemos tendencias malas y, aun sabiéndolo, las seguimos a veces. Sólo la gracia nos da la fuerza necesaria para vencer las tentaciones y nos hace salir victoriosos de nuestra batalla contra el pecado, una batalla que tenemos que librar durante toda nuestra vida. 

Decía también San Pablo: «Se me ha dado un aguijón en la carne, un ángel de Satanás, para que me abofetee, a fin de que no me enorgullezca. Por esta razón, rogué tres veces al Señor, para que lo alejara de mí. Pero me dijo: «Te basta mi gracia, pues mi fuerza se hace perfecta en la flaqueza» Por tanto, con mucho gusto me gloriaré en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo» (2 Cor 12, 7-9). Y continúa: «Por eso me complazco en las flaquezas, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias por Cristo, pues cuando flaqueo, entonces es cuando soy fuerte» (2 Cor 12, 10).

No se trata, pues, de no luchar, dado que «la vida del hombre sobre la tierra es milicia» (Job 7, 1). De hecho, nunca luchamos lo suficiente. Esto dice el autor de la carta a los hebreos: «Todavía no habéis resistido hasta la sangre en vuestra lucha contra el pecado» (Heb 12, 4). 

La lucha es necesaria, aunque no suficiente. Hay que conjugar naturaleza y gracia. Por nosotros mismos, nada podemos en esta lucha «contra los espíritus malos de los aires» (Ef 6, 12). «Sin Mí nada podéis hacer» (Jn 15, 5), dice el Señor; lo cual es completamente cierto. Necesitamos de su gracia: Él hace posible en nosotros aquello que, por nosotros mismos, seríamos incapaces de lograr, en lo que se refiere a nuestra lucha contra el pecado. Pero es igualmente cierto también que «todo lo puedo en Aquél que me conforta» (Fil 4, 13), como decía san Pablo. 

La gracia, que nunca faltará a quien se la pida al Señor, es absolutamente necesaria para salvarnos. Es Dios quien nos salva. Ahora bien: ¡cuidado con tomar esto como pretexto para no luchar por nuestra salvación y pensar que, como Dios es misericordioso, no consentirá que nadie se condene! Quien así piense, tiene que cambiar el chip, porque eso es una herejía. 

Esta idea se debe, básicamente, a la influencia del protestantismo, que tanto se ha infiltrado en la Iglesia; y son muchos los que así piensan ... ¡un pensamiento que no es católico!  Esto decía Lutero: «Peca mucho, pero cree más»; lo que significa que el hombre no puede no pecar, necesariamente tiene que pecar; pecar es lo propio de ser un hombre; no se concibe un hombre que no peque, de manera que no tiene sentido luchar contra el pecado, porque siempre resultaremos vencidos ... Y así lo justifica, para tranquilizar su conciencia: mi naturaleza está corrompida. Nada puedo hacer. La salvación viene sólo de Dios. Él se encargará de salvarme. Yo sólo tengo que creer

Ésta es la teoría de la justificación, propia del protestantismo y propia, también, de las nuevas corrientes modernistas, según las cuales todo el mundo se salva ... 

Y, sin embargo, eso no es así. Los Evangelios son muy claros, a este respecto: «Mientras iba [Jesús] camino de Jerusalén (...) uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» Y Él les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos intentarán entrar y no podrán» (Lc 13, 23-24). No es suficiente un simple intento, sino que es necesario esforzarse ... y entonces actuará la gracia

San Mateo lo explica con más detalle, poniendo en boca de Jesús estas palabras (obsérvese el imperativo): «Entrad por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ella. ¡Qué angosta es la puerta y estrecha la senda que lleva a la Vida, y qué pocos son los que la encuentran!»  (Mt 7, 13-14). ¡No la encuentran porque no la buscan, no ponen toda su alma y toda su mente y todas sus fuerzas en encontrarla! De hacerlo, con toda seguridad que la encontrarían: «Buscad y encontraréis (...) porque el que busca, encuentra» (Mt 7, 7-8). 

En otras palabras: Dios cuenta con nosotros para nuestra propia salvación. Nos ha hecho libres y no salvará a nadie que no desee ser salvado; y lo desee con todo su corazón. La salvación es cosa de Dios, ciertamente: Él -y sólo Él- nos puede salvar ... y, además, quiere hacerlo, porque nos ama. Pero ha supeditado esa salvación al hecho de que nosotros también lo amemos, haciendo un buen uso de la libertad que Él mismo nos ha dado para ello

Dios no obliga a nadie a que lo ame. El amor, o es libre o no es amor. Por eso no puede salvar, aunque quisiera, a aquellos que no quieran saber nada con Él. Si su Amor no es correspondido por cada uno de nosotros, nuestra salvación es imposible

De ahí el conocido dicho de san Agustín«Dios, que te creó sin tí, no te salvará sin tí». Y de ahí, también, la necesidad que tenemos de decidirnos, fuertemente, por el Señor; y de jugarnos el tipo por Él, no avergonzándonos de quererlo, como no nos avergonzaríamos de querer a nuestra madre, por ejemplo: y Dios es más que nuestra madre y su amor por nosotros (por cada uno) es infinitamente mayor que el de la persona humana que más nos quiera en este mundo; y esto hasta el extremo -como así fue- de haber dado su vida por nuestra salvación: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos» (Jn 15, 13). 

- Pero la incoherencia puede ser también entre lo que se dice antes y lo que se dice después ...

Continuará

miércoles, 3 de octubre de 2018

¿De qué jóvenes estamos hablando? (Carlos Esteban)



¿Soy el único que encuentra ligeramente ominosa la expresión “los jóvenes”? Como se hace ahora, desde hace ya bastantes décadas, como un ‘colectivo’, como si dijeran “las mujeres” o “los chinos”.

No es que la humanidad no haya sido consciente hasta hace cosa de un siglo de las fases de la vida, e incluso haya meditado sobre ellas, como hace Cicerón en De Senectute (Sobre la vejez). Pero como eso, una fase. No como si la juventud fuera una tribu sin apenas conexión con el resto a la que hubiera que hablarle en un idioma totalmente distinto y propio, con necesidades y demandas especialísimas y una sabiduría infusa que hay que extraer laboriosamente de sus cabezas.

Naturalmente, no es así. Un joven es cualquiera de nosotros a determinada edad, cuando aún nos faltan un montón de cosas por vivir y por aprender y, para compensar, exudamos vigor físico.

Pero se ha impuesto desde hace, ya digo, bastante, esa otra visión poetizada y falsa de ‘los jóvenes’ como un grupo más o menos homogéneo y fundamentalmente distinto a lo que han sido y lo que serán.

Curiosamente, fueron los totalitarismos comunista, fascista y nacionalsocialista los que más contribuyeron a esa visión de la juventud como población pura e incontaminada que debe ser vanguardia de la sociedad. Solo hay que preguntar a un chino que haya vivido y sobrevivido a la terrible Revolución Cultural, cuando los más jóvenes se convirtieron en implacables jueces de sus mayores, qué resultado da su autoridad.

Y, para Occidente, la consagración de esa idolatría de la juventud habría de llegar con la más descerebrada e inane parodia de revolución que fue el Mayo francés, cuando eran jóvenes quienes hoy cumplen ya setenta años. Es decir, la edad aproximada de los encargados de organizar el Sínodo de los Jóvenes, que se inicia hoy.

De las alarmas que ha generado el sínodo hemos hablado suficientemente. Vistos los antecedentes, no es en absoluto descabellado sospechar o, al menos, temer que los ‘jóvenes’ que participaron en el presínodo y los que hay hoy en Roma, así como todo esa continua apelación a la ‘escucha’ y el ‘diálogo’ sean un pretexto para aprobar medidas preacordadas, las que aparecen ya esbozadas en el preocupante Instrumentum laboris.

Porque, leyendo las ‘demandas y preocupaciones’ de los jóvenes recogidas en dicho documento, se diría, parafraseando a Gardel, que medio siglo no es nada, y que la juventud, a la que se asocia con novedad y renovación, se ha quedado detenida, como en una vieja instantánea, en esos chavales del 68 y del Verano del Amor en Woodstock.

Naturalmente, los ‘jóvenes’ no existen en ese sentido, son cada uno de su padre y de su madre y cada cual quiere una cosa diferente. Pero si hay anhelos comunes, exigencias compartidas en esta generación, ¿tiene sentido que sean calcadas a las de hace cincuenta años?

Hoy el Papa, en la inauguración del sínodo, ha dicho que la esperanza “destruye ese conformismo que dice “siempre se ha hecho así”. Pero, a juzgar por el Instrumentum laboris y por lo que debemos creer que son las principales demandas de los jóvenes católicos, lo que piden es ahondar en el conformismo; en lo que, precisamente para los jóvenes y no para los coetáneos del Pontífice, “siempre se ha hecho así”. Se diría que habla para una juventud que no está ahí o, mejor, que está, pero enterrada por los años sucesivos en la figura de algunos de sus colegas en el episcopado y sus colaboradores en la Curia.

Porque pedir a la Iglesia de hoy “más apertura”, una liturgia “más accesible” o insistir en mayor laxitud y ¿comprensión?, ¿acompañamiento?, ¿discernimiento? -ya no distingo- sobre cuestiones de moral sexual es llevar décadas viviendo en una burbuja; es hablar para quienes eran jóvenes en el inmediato postconcilio y aún podían ver novedad en todo eso.

Dudo mucho, pero mucho, que haya una porción apreciable de jóvenes católicos que haya oído una sola homilía hablando seria y claramente sobre la castidad. Dudo que hayan escuchado por parte de clérigos muchas condenas a la sodomía o a la fornicación; hasta las palabras suenan prehistóricas, aunque si alguien se toma la molestia de consultarlo, siguen figurando en la doctrina de la Iglesia como pecados mortales.

Carlos Esteban