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jueves, 15 de mayo de 2025

La mentira del catastrofismo climático se derrumba: Científicos reconocen que la tendencia en la Antártida «se ha revertido»



Durante años, hemos sido bombardeados con historias alarmistas sobre el cambio climático, con especial énfasis en el deshielo de la Antártida. Esta narrativa catastrofista, promovida por organismos supranacionales, ha sido la base para imponer políticas globalistas que afectan a todos los países. Sin embargo, lo que parecía una verdad incuestionable está comenzando a desmoronarse gracias a nuevos datos científicos.

El estudio que desmonta la narrativa

Un reciente estudio, liderado por la Universidad Tongji de China, ha puesto en evidencia la manipulación de los datos climáticos. Utilizando información de los satélites GRACE y GRACE-FO de la NASA, los investigadores han descubierto que, entre 2021 y 2023, la masa de hielo en el este antártico ha aumentado, contradiciendo el relato que nos habían impuesto sobre el deshielo constante en la región.

En particular, se ha documentado un incremento de 108 gigatoneladas de hielo por año en las zonas de Wilkes Land y Queen Mary Land, lugares donde anteriormente se reportaba una pérdida media de 142 gigatoneladas anuales. Este hallazgo es revolucionario, ya que cuestiona la afirmación de que el hielo polar está desapareciendo sin cesar.

La manipulación ideológica detrás del catastrofismo climático

La narrativa que nos presentaron durante años acerca del cambio climático y el deshielo en la Antártida no era producto de un análisis científico riguroso, sino de una estrategia de manipulación ideológica. Organismos internacionales, como la ONU y Bruselas, impulsaron políticas climáticas extremas basadas en una falacia.

La agenda 2030 fue otra de las herramientas utilizadas para difundir el miedo y la crisis climática, la cual sigue siendo repetida por gobiernos y medios de comunicación. El supuesto deshielo de la Antártida, uno de los elementos más repetidos, se usó para sembrar el pánico y justificar políticas de control económico, energético y social que afectan a la población.

¿Qué significa este hallazgo científico?

El estudio reciente demuestra lo que muchos sabíamos pero no podíamos probar: las narrativas mediáticas y políticas del catastrofismo climático eran erróneas. Este hallazgo subraya lo que algunos científicos han defendido durante años: el clima de la Tierra es mucho más dinámico y menos predecible de lo que se nos ha hecho creer.

Los datos no pueden ser manipulados al gusto de los intereses políticos. La realidad es que los procesos climáticos de la Tierra son extremadamente complejos, y no basta con una observación puntual para extraer conclusiones definitivas. Las afirmaciones absolutistas que nos han vendido sobre el clima son erróneas, y los estudios recientes lo demuestran.

Además, este cambio de perspectiva obliga a reflexionar sobre cómo se ha manejado la información climática en los últimos años. Los alarmismos infundados no solo son peligrosos, sino que también desinforman al público y dificultan la toma de decisiones basadas en datos reales y verificables.

¿Por qué debemos cuestionar el catastrofismo climático?

La respuesta está clara: el catastrofismo climático ha sido utilizado como una herramienta de control político y económico. El alarmismo sobre el deshielo en la Antártida no solo ha servido para crear una falsa sensación de emergencia, sino que ha sido la base para imponer políticas que afectan negativamente a la soberanía de las naciones.

La agenda 2030 y otras iniciativas globalistas, que en teoría buscan luchar contra el cambio climático, están basadas en supuestos falsos que no son válidos. En lugar de centrarse en soluciones equilibradas y basadas en la evidencia, estas políticas han priorizado objetivos ideológicos y sectarios que buscan una reestructuración de la sociedad y la economía a nivel global.

Reflexión final: la verdad siempre sale a la luz

Este nuevo estudio sobre la Antártida es solo un ejemplo de cómo las mentiras sobre el cambio climático comienzan a caer. Los intereses ideológicos y políticos que han impulsado la narrativa del catastrofismo climático se están desmoronando a medida que más estudios serios y objetivos salen a la luz. Al final, la verdad siempre prevalecerá, y lo que parecía ser una verdad incuestionable terminará cayendo por su propio peso.

Es fundamental que sigamos cuestionando las narrativas que nos imponen desde los organismos internacionales y los medios de comunicación. Solo así podremos asegurar que las políticas climáticas que se adopten en el futuro sean basadas en hechos reales, y no en falsedades ideológicos que solo han servido para manipular a la sociedad.