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lunes, 8 de abril de 2019

El significado de la vida (Cardenal Carlo Caffarra)



Es un joven […] el que le plantea a Jesús la pregunta: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?» (Mt 19, 16). 
Es la pregunta fundamental, porque es la pregunta llena de significado para la vida. Expresa la aspiración más profunda del corazón del hombre y está en el origen de cada decisión y acción humana; es la fuerza secreta que mueve nuestra libertad. 

Es la aspiración a una vida llena de sentido, que no pierde nunca las razones que hacen que vivir sea hermoso, incluso cuando la vida diaria, con frecuencia, es dura

Es necesario que [cada uno] se dirija plenamente a Cristo para hacerle la pregunta: “¿Qué tengo que hacer para no ver nunca la muerte?”. Y esperar Su respuesta, porque sólo Él puede daros la respuesta que es totalmente verdad, porque sólo Él conoce vuestro corazón. 

Cristo, esta noche, os dice a cada uno de vosotros: “Si tú observas mi palabra, no verás nunca la muerte”. ¿Qué significa “si tú observas mi palabra”? 

Significa vivir como vivió Cristo. Vivir significa pensar: observar la palabra de Cristo significa pensar como pensaba Cristo. Vivir significa desear: observar la palabra de Cristo significa tener los mismos deseos/sentimientos que estuvieron en Cristo Jesús. Vivir significa decidir: observar la palabra de Cristo significa decidir/elegir según los criterios que fueron los de Cristo. 

En una palabra: observar la palabra de Cristo significa dar cada día que pasa más espacio en la propia vida a la presencia de Cristo

Si te encauzas siguiendo el sentido de la vida y de las cosas que nos han sido reveladas en Cristo, nunca verás la muerte. ¿Por qué quien vive así no verá nunca la muerte? Y, antes de esto, ¿qué significa “no ver la muerte”? Desde luego, no significa evitar la muerte física. Pero ésta no nos separa de Cristo porque, a partir de ahora, quien observa su palabra participa en la vida misma de Dios. Esta participación en su perfección se realiza después de la muerte; pero en la comunión con Cristo es ya, desde ahora, luz de verdad, fuente de significado para nuestra vida terrena, un saborear la plenitud ilimitada. 

Quien observa la palabra de Dios nunca ve la muerte, sino que posee desde ahora la vida eterna, porque Cristo es la Vida eterna que se ha hecho visible, que se ha puesto a nuestra disposición: «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 11, 25). 

Entonces, queridísimos jóvenes, si os queréis comprender a vosotros mismos hasta el fondo, si queréis vivir sin disminuir la medida de vuestro deseo, tenéis que acercaros con todo vuestro ser a Cristo, abriros a su palabra, entrar en Él con todo vuestro ser para asimilar toda su plenitud. Entonces podréis decir con verdad plena: «Porque en ti está la fuente viva» (Sal 36, 10).

Caffarra, Cardenal Carlo. No anteponer nada a Cristo: Reflexiones y apuntes póstumos (Spanish Edition) . Homo Legens.