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viernes, 11 de marzo de 2022

¡FEIJÓO DESCARTA A VOX Y ABRAZA AL PSOE, JUANMA MORENO NO PACTARÁ CON OLONA Y MENTIRAS DE SÁNCHEZ!



Duración 12:30 minutos

Salvar el Papado | Actualidad Comentada 11-03-2022 | Pbro. Santiago Martín FM | Magnificat.tv




Duración 10:04 minutos

“El camino sinodal va derecho hacia un cisma” (Matteo Matzuzzi)



Esta es una entrevista aparecida en Il Foglio, Mar-11-2022, con Dorothea Schmidt, participante en el llamado “camino sinodal” alemán y representante de la parte minoritaria y cuasi-invisible del mismo. Traducción de Secretum Meum Mihi (con algunas adaptaciones)



Un Sínodo de partido

El proceso sinodal alemán cobra vida, listo para presentar las peticiones vinculantes “al Papa o a un Concilio”. Entrevista a la escritora Dorothea Schmidt, miembro de la asamblea que discute y vota.


Dorothea Schmidt es una joven periodista y escritora alemana y forma parte de la asamblea sinodal alemana que desde hace un tiempo se reúne periódicamente para preparar los documentos que luego serán enviados a Roma, presentados —como se estableció el pasado mes de febrero— “a la atención de del Papa o de un Concilio”. Del Sínodo alemán se sabe todo, sabemos la fuerza del impulso que quisiera cambiar mucho, desde la ordenación de mujeres a la moralidad sexual, hasta la puesta en discusión del celibato sacerdotal.

Le preguntamos cómo vive su participación en una organización que deberá tomar decisiones tan fundamentales.

“El camino sinodal alemán nace para contrastar los casos de abuso dentro de la Iglesia católica. Esta es sin duda un motivo válido y una tarea necesaria. Desgraciadamente, sin embargo, he tenido que constatar toda una serie de peticiones, también expresadas de forma oculta en las cláusulas, que no son por decir poco preocupantes: no sólo deberíamos hacer saltar por los aires la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad, adoptar una lenguaje y un pensamiento conforme a la teoría de género, sino también abolir el sacerdocio —o al menos someterlo a discusión—, instituir sacramentos LGBT e introducir una estructura de llamados ‘consejos’. El orden de la creación debería ser reemplazado por una antropología de género con diversas identidades sexuales. El tema del que partimos, que es la lucha contra el abuso, se trata sólo superficialmente. En realidad, después de más de dos mil años de historia, se está intentando derribar la doctrina de la revelación bíblica. Y, de hecho, el camino sinodal ha declarado abiertamente que ni la Escritura ni la tradición pueden seguir considerándose vinculantes. En la práctica, parece rendirse a la mentalidad de nuestra época, de hecho, la valora como uno de los signos de los tiempos y afirma que el sensus fidei fidelium no puede equivocarse. ¡Ciertamente no se entiende en este sentido por el Vaticano II! A menudo me pregunto en qué tipo de ambiente terminé”.

Empecemos por lo básico: ¿cómo se compone la asamblea sinodal?

“La asamblea sinodal está compuesta por todos los miembros de la Conferencia Episcopal Alemana y del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK); todos los demás participantes fueron convocados según criterios poco transparentes; la casi totalidad ha sido designada por el ZdK o por algunos obispos. Sobre todo, la presencia del ZdK, cuyas raíces se remontan al siglo XIX, le da a la asamblea un tono netamente político. Hay, de hecho, funcionarios de organizaciones y asociaciones liberales y de izquierda, que no son para representar a la totalidad del laicado alemán y, dominando la asamblea sin haber sido elegidos legítimamente, favorecen un cambio sustancial en el Magisterio. Una situación similar se daría —por ejemplo— si para una votación destinada a detener la impermeabilización de los suelos sólo se llamara a los contratistas de construcción para que votaran. El resultado de la votación sería seguro incluso antes de que se cuenten los votos. Desafortunadamente, la minoría a la que yo también pertenezco, alrededor del 20 por ciento de los participantes, percibe con dolorosa claridad que no ser del agrado de la mayoría, debido a la lentitud provocada por nuestras objeciones al proceso emprendido. Sin embargo, no hacemos más que repetir lo que dijo el Papa Francisco, es decir, que para una reforma se necesita conversión, oración, el Espíritu Santo, discernimiento y evangelización. No puede haber reforma sin conversión”.

¿En qué sentido afirma esto?

“El camino sinodal pone al margen el orden de la creación, construye una nueva imagen del hombre y de Dios, asumiendo la mentalidad de la época, quiere poner el Magisterio de la Iglesia sobre un fundamento humanista e impostarlo según la mentalidad corriente. En el camino sinodal no se menciona a Jesús, ni a María como personas vivientes, ni se habla de conversión. Aparte de algunas pequeñas oraciones en voz alta de vez en cuando, no se vuelve a Dios y no se trata de escucharlo. En tres días celebramos una sola santa misa, a pesar de la presencia de muchos sacerdotes y obispos. Sin embargo, ya sabemos por la historia, que toda reforma estructural nace de una renovación espiritual desde adentro, en el Espíritu Santo, de un giro existencial hacia Dios. Yo por lo menos no arriesgo a creer que la Iglesia atraiga nuevos miembros y que más personas podrán aprender a conocer y amar a Jesús si hay mujeres detrás del altar o si los obispos anuncian el sexo libre para todos o si la celebración de la Eucaristía se sustituye por la celebración de la Palabra. (Sin conversión, cualquier reforma es solo un plagio comercial. Es como querer curar pacientes obesos con productos de pastelería). Me pregunto sinceramente: ¿Mantenemos todavía la mirada fija en el Evangelio?”.

A menudo se lee sobre desacuerdos internos en el proceso sinodal, pero el mensaje que se transmite es el de una unidad de puntos de vista casi total. ¿Qué atmósfera se respira realmente en el camino sinodal?

“La atmósfera mayormente se asemeja a un congreso de partido. Es totalmente diferente a lo que he experimentado hasta ahora como Iglesia. Conozco una Iglesia con mujeres y hombres de todas las edades, con laicos y clérigos, donde todos juntos alaban, viven los sacramentos, hacen de catequistas, comparten experiencias, se corrigen y se regocijan juntos en el Señor. Para mí el camino sinodal es el opuesto perfecto de todo esto. Es un camino que conduce desde la Iglesia Católica hacia una comunidad protestante-liberal de burócratas eclesiásticos y académicos. Me parece encontrarme en un escenario político, siempre dispuesto a ajustarse a las preferencias de los electores, donde predomina una atmósfera que va de los tenso a lo agresivo, con tonos políticos ásperos, con silbidos y protestas y mayorías programadas. Hasta la tercera asamblea sinodal siempre había participantes que mostraban carteles rojos o verdes en señal de aprobación o desaprobación de las contribuciones al diálogo. Para un obispo en particular, las señales rojas volaron alto incluso antes de que hablara, cada vez que pedía una intervención. Las premisas con las que trabaja el camino sinodal están en evidente contraste con todo lo que el Papa Francisco quiere decir con la palabra sinodalidad, es decir, ante todo, escuchar, escuchar, escuchar al Espíritu de Dios, más que hablar, hablar, hablar. Nos encontramos teniendo un estilo de debate verdaderamente extraño. Lo que falta del todo es vivir como hermanas y hermanos en el Señor, la oración, la escucha del Espíritu de Dios, el discernimiento comunitario, un diálogo verdaderamente digno de llamarse así. Hay solamente un no diálogo y un grupo que huye de Roma”.

¿Cuáles son los temas que generan más tensiones?

“No todo cambio es una reforma. Alrededor del 80-90 por ciento de los participantes en el Camino Sinodal quieren cambiar las estructuras, dar un fundamento humanista al Magisterio de la Iglesia y adaptarlo a la mentalidad predominante. Para la mayoría de los miembros, la revelación divina en las Escrituras y la tradición no es vinculante para siempre. Incluso ahora se está pidiendo permiso para reescribir y modificar el Catecismo. Solo el 10-20 por ciento ven la reforma como una renovación espiritual. Otro aspecto es la perspectiva sobre el orden de la creación de Dios y sobre la ética del amor humano. La mayoría se inclina ante la ideología de género y considera la creación divina del hombre y la mujer una mera interpretación históricamente condicionada. El binarismo de género se licua al punto de que es prácticamente irrelevante quién era Jesús y quién lo representa; es decir, no importa si el alter Cristo frente al altar es un hombre, una mujer, un hombre nacido mujer o una mujer nacida varón. La casi totalidad de los participantes quiere derrocar por completo la doctrina moral de la Iglesia. Otro punto crucial es el sacerdocio ministerial. No se trata simplemente de la ordenación de mujeres, sino que uno se pregunta si sigue siendo necesario el ministerio presbiteral y si los obispos deben ser elegidos por el pueblo; ¿Y si el pueblo se ha apartado de Dios? ¿Qué obispos serán entonces elegidos? Se tiende a confundir poder y autoridad, sacerdocio común y sacerdocio ministerial. Otra cuestión fundamental es sin duda la idea de libertad. La mayoría equipara la libertad con la máxima ‘autonomía’ posible, mientras que la minoría enfatiza que la libertad no es una ‘opción’, sino que significa practicar las virtudes por hábito moral. La libertad como arbitrariedad es esclavitud. En conclusión, podemos decir que el camino sinodal no sigue los pasos de Jesús, sino que exige al Señor seguir los pasos de los sinodales”.

Entre los temas que son queridos por el Papa Francisco está también la nueva evangelización a la que se le debe dar un papel central en el proceso sinodal y también en la Iglesia en general. ¿Qué iniciativas ha tomado hasta ahora la asamblea sinodal en este sentido?

“Lamentablemente, la presidencia del camino sinodal rechazó todas las peticiones del Santo Padre de incluir la nueva evangelización entre los ejes fundamentales del proceso sinodal. Ni siquiera la exhortación de los obispos ha dado fruto. Muchos participantes entendieron las orientaciones que el Santo Padre había dado para orientar el camino sinodal como un estímulo para continuar en la dirección tomada, es decir, cambiar radicalmente la Iglesia y asimilarla a las iglesias protestantes. Según ellos, precisamente estos cambios constituirían la nueva evangelización”.

Como misión especial, el Papa Francisco invita a ir a los márgenes, a las periferias existenciales. ¿Cómo ve cumplida esta misión en el camino sinodal?

“El camino sinodal es un asunto de académicos. Para cada tema nos esperan montañas de documentos de difícil lectura, en los que esencialmente cada párrafo plantea una objeción o una corrección. Me siento como si estuviera en un curso de teología de una universidad pública. Ciertamente no se puede hablar de un movimiento hacia los marginados. Estamos lejos de renunciar a los privilegios de los sacerdotes y obispos para dar un testimonio real de vida evangélica. Y muchos observadores externos no logran comprender en lo más mínimo las decisiones que toma el camino sinodal. Sienten la confusión provocada por un giro de 180 grados que desquicia todo lo aprendido a lo largo de su vida, todo lo que la Iglesia ha enseñado durante más de dos mil años. La prensa, sin embargo, cree que el camino sinodal es la única salida a la crisis de la Iglesia. Sin embargo, sabemos que todavía hoy solo Cristo es el camino, la verdad y la vida”

¿En qué consiste, según Usted, el papel de los obispos, de los consagrados, de los presbíteros y diáconos?

“A menudo me he preguntado cómo es posible que los obispos, que durante su consagración prometieron solemnemente enseñar y custodiar fielmente el Magisterio de la Iglesia, lleguen a traicionar esta enseñanza, pensando en reescribirla fácilmente. Sin embargo, esto es precisamente lo que está sucediendo, incluso si las decisiones del camino sinodal no tienen legitimidad desde el punto de vista del derecho canónico. Tampoco esperan el visto bueno del Papa para implementar las resoluciones, pero ya están implementando lo decidido. Para junio pretenden cambiar la ley laboral eclesiástica. Para mí sería deseable una tregua, para decir: ‘¡Alto a todos! Tenemos que retirarnos en aislamiento. Debemos orar, dejar a Dios indicar los caminos a tomar y suplicarle que nos done la unidad en el Espíritu Santo’. En cambio, la mayoría de los obispos han caído como fichas de dominó, tratando de justificar y legitimar los pecados de los hombres, un estilo de vida contra la Iglesia, con argumentaciones humanístico-teológicas, inspiradas en la mentalidad corriente. Yo diría que ya están siguiendo un evangelio-placebo”.

¿Y en cuanto a la acusación hecha contra el camino sinodal de instrumentalizar loa abusos?

“La presidencia del camino sinodal y muchos participantes se refieren al estudio MHG encargado por la Conferencia Episcopal Alemana. Desafortunadamente, este estudio presenta contradicciones y numerosas dificultades metódicas. El estudio MHG ha recibido duras críticas de, por ejemplo, el psiquiatra y teólogo Manfred Lütz. Según él, el estudio de MHG se basa en muy pocos datos y los supuestos resultados no son comprobados. Lütz critica el estudio como poco científico, en gran parte. Además, faltaría una discusión científico-crítica de los resultados, en lugar de argumentos no comprobados, afirmaciones poco o nada representativas y, por lo tanto, difícilmente utilizables. Sin embargo, los artífices sinodales se refieren a este estudio para aprobar demandas como la abolición de la doctrina sexual de la Iglesia. Aquí también toman la palabra algunas víctimas de abusos, para testimoniar cuánto les hubiera gustado que sus verdugos se hubieran mantenido fieles a la enseñanza de la Iglesia. No se puede culpar a la doctrina de la Iglesia por los horribles actos que se han cometido. El autor del crimen es siempre responsable, a menudo por un alejamientos de los preceptos de Dios, cualquiera que lo haga notar es inmediatamente desacreditado y reprochado. A menudo se constata en el debate excesos de emotividad y maquinaciones deliberadas para montar escándalos, pequeños y grandes. Recordemos el caso del arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki. Este cardenal ha sido difamado de todas las formas posibles e imaginables por la prensa y por las redes sociales. Me parece precisamente que están tratando de sacarlo de cualquier rol activo. Pero en realidad ningún otro obispo ha sido tan consistente como él en resolver el escándalo de abusos en su diócesis. La instigación al escándalo y la excesiva emotividad ofuscan la visión de los hechos y quitan la base para un debate honesto, objetivo y calmado. Por eso, la discusión pierde fácilmente los objetivos fundamentales: falta de fe, falta de conocimiento necesario de la fe y falta de relación con Cristo. Cuando se trata de abusos en el camino sinodal, el contexto casi siempre es el de hacer pasar los cambios esperados de la Iglesia. La afirmación de obispos críticos y de algunas víctimas de que se trata de un abuso de los abusos no es en absoluto la provocación de una minoría, sino que es simplemente la verdad de los hechos. Si queremos poner a plena luz este oscuro capítulo, debemos afrontar la verdad y proceder con objetividad”.

¿Cuáles serán, a su juicio, las consecuencias de las decisiones del camino sinodal?

“En realidad son presentes dos frentes opuestos, y el foso que los separa es cada vez más profundo. La atmósfera se vuelve agresiva, especialmente hacia nuestra minoría que busca una posición central y se opone a inventar una Iglesia completamente nueva, como si solo fuera Alemania. El camino sinodal va derecho hacia un cisma. Y este cisma en realidad ya está presente, donde obispos individuales socavan el derecho eclesiástico del trabajo, bendicen a las parejas homosexuales, donde la misa es presidida por mujeres. Por eso era lógico que el Papa, como una piedra en el fuego, dijera: ‘Por favor, amigos, déjenlo en paz’. Pero muchos participantes en el camino sinodal se limitan a quejarse y siguen haciendo lo que quieren, pisoteando a la Iglesia universal y llamando extremistas a todos los que luchan por la unidad con la Iglesia universal. En mi opinión, sería deseable que la Congregación para la Doctrina de la Fe o el Papa pusieran fin al camino sinodal. De lo contrario, la división de la Iglesia será imparable. Se está formando una Iglesia alemana particular que se inclina al espíritu del tiempo. Los obispos, sin embargo, no deben convertirse en marionetas en manos de la mentalidad de la época (y cambiar sus mitras por gorros de bufón), deben, por el contrario, mantener la unidad con el Papa y con la Iglesia universal”.

¿Y en cambio cuál es su idea de reforma?

“Tenemos que mirar las emergencias reales: muchos ya no creen en un Dios real, vivo y presente. El conocimiento necesario de la fe falta en todas partes. Demasiados ni siquiera conocen las oraciones más comunes y las principales recurrencias del año litúrgico, no tienen idea de quién es el Espíritu Santo ni lo qué hace. Es de aquí que la Iglesia debe partir. Necesitamos urgentemente una mejor catequesis, de una inserción más plena y vital en el Cuerpo de Cristo, en lo que la Iglesia cree, en su forma de vivir, en todo lo que espera. Necesitamos de los sacramentos, de todos los sacramentos, de manera integral, para que las personas se curen, se nutran y se reconcilien. Necesitamos un anuncio del Evangelio lleno de pasión, que impulse a emprender el camino del seguimiento de Jesús. Necesitamos una escuela de oración, donde podamos aprender a experimentar verdaderamente la presencia santa y sanadora de Dios, como un Padre lleno de amor misericordioso e infinito. La experiencia de ser amado debe repetirse una y otra vez, la experiencia de que el anuncio de Jesús tiene una fuerza transformadora que puede hacer florecer toda nuestra vida. Sueño con una Iglesia que ponga en el primer puesto el Evangelio, que lleve directamente a Jesús, que sepa ser exigente, que brille en la alegría de haber descubierto a Dios. Ser la Iglesia de Jesús es un desafío, es verdad, pero da auténtica alegría y una profunda e indescriptible sensación de realización. Sueño con una Iglesia que no deje meter de los demás en la boca lo que tiene qué decir, sino que dé testimonio gozoso de su esperanza, con un corazón ardiente. No podemos hacer esto si no hemos aprendido a conocer y amar a Cristo, si no nos hemos dejado inflamar por él. Las estructuras, los ritos y las tradiciones no contagian, no atraerán a nadie a la fe, si falta una relación vital y auténtica con Jesucristo. Hans Urs von Balthasar lo expresó admirablemente: ‘Ser cristiano significa ser aferrado’. Solo cuando nos dejemos atrapar seremos capaces de reavivar el fuego de la fe en nuestra tierra y mantenerlo encendido”.

Matteo Matzuzzi

Pensamiento del día: no se habla de otra cosa (Bruno Moreno)



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En toda conversación
que los mortales tenemos
(y aún más en los silencios),
el único tema es Dios.


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Ya sé que ahora parece que de lo único que quiere hablar todo el mundo es de la guerra de Ucrania, pero nos lo parece porque somos cortos de vista. Lo cierto es que, igual que el año pasado (cuando parecía que todos querían hablar de la pandemia) e igual que hace dos siglos o diez o cincuenta, el verdadero tema de todas nuestras conversaciones es Dios.

Esa es la realidad. No hablamos de otra cosa, porque es lo único que verdaderamente nos importa. No hace falta para ello que seamos filósofos, teólogos, sacerdotes ni creyentes. Basta que seamos humanos. “Nos hiciste, Señor, para ti", decía San Agustín, y eso es lo que somos y lo único que podemos ser: criaturas hechas para Dios.

Si hablamos de un hermoso paisaje, estamos hablando de la belleza de Dios, que se refleja en montañas, prados, mares o cascadas, como criaturas que son. Si conversamos sobre un problema que nos ocupa, estamos hablando de teodicea y dándole vueltas al mysterium iniquitatis. Si confiamos a un compañero del trabajo las ganas que tenemos de comprarnos un coche, es como si le estuviéramos confesando la incurable nostalgia del cielo que sentimos, que no conseguimos llenar con nada, por mucho que lo intentemos. ¿La guerra de Ucrania? Como decían Belloc, Chesterton y nuestro Donoso Cortés, todos los conflictos humanos, en última instancia, son teológicos. Aunque nos esforcemos, no podemos hablar de otra cosa.

Por eso en este blog hemos hablado de bicicletas, abuelas, latín, velas, bolas de billar, puentes, epitafios, espadas e infinidad de cosas más… para hablar, en realidad, de Dios. Todo es de Dios y todo remite a Dios, porque nada existe sin Él ni se explica sin Él ni tiene sentido sin Él. Todo deseo es, al final, deseo de Dios. Toda alegría es, en el fondo, acción de gracias al Autor de todos los bienes. Toda verdad es mensajera de la Verdad con mayúsculas. Todo sufrimiento nos habla del Calvario. Toda esperanza es anhelo de la esperanza teologal.

Incluso cuando insultamos, murmuramos, mentimos, perjuramos o blasfemamos, estamos hablando de Dios, aunque sea contra Él o contra su imagen en nuestro prójimo o en nosotros mismos. No podemos prescindir del ipsum esse subsistens, porque sin Él nuestras mismas frases no tienen consistencia y carecen de sentido. En esta vida y en cada palabra que decimos, no existe la neutralidad: las dos únicas posibilidades son con Dios o contra Dios, pero siempre en el centro está Dios.

El problema no es que no hablemos de Dios, porque no podemos hablar de otra cosa. Mas bien, el problema es que no sabemos lo que decimos, como le ocurrió a Pedro en el Tabor. Nos deslumbran las criaturas y no nos damos cuenta de que están señalando al creador y dándole gloria; nos admiran las hermosuras que encontramos por ahí, hasta el punto de olvidar que son reflejo del más hermoso de los hombres; nos angustian y destruyen los sufrimientos porque hemos olvidado o nadie nos ha dicho que Cristo tomó precisamente esos sufrimientos nuestros sobre sí en el huerto de los olivos.

Hablamos de Dios y de sus cosas y pensamos que estamos hablando de fútbol, de matemáticas, del vecino, de las vacaciones o de cualquier cosa menos de Él. Somos inconstantes e irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida. Nos dan miedo la profundidad, la altura y la inmensidad de Dios y nos distraemos con cualquier cosa. Por eso no entendemos nada, generalmente no decimos más que tonterías y, sobre todo, nos perdemos lo mejor. ¿Qué puede haber que sea mejor que hablar de Él? Y Dios, que lo sabe, hizo que siempre estuviéramos haciéndolo, para que nunca esté lejos de nosotros la felicidad, si quereremos encontrarla.

Cuando por fin nos demos cuenta de que todo, todo, todo habla de Dios, entonces y solo entonces, comprenderemos lo que es el cielo. Es decir, entenderemos qué significa contemplar a Dios por toda la eternidad y por qué eso, lejos de ser un aburrimiento como creen los modernos, es la suma de todos los bienes, el cumplimiento de todos nuestros deseos y una fuente inagotable de felicidad.

Bruno Moreno

¡VOX TRIUNFA EN CASTILLA Y LEÓN, PACTO CON EL PP, LASTRA Y ECHENIQUE LLORAN Y ABASCAL HUNDE AL PSOE!



Duración: 15 minutos

La ideología de género es la base para la imposición de un Estado totalitario: Gianfranco Amato




Duración 17:21 minutos

jueves, 10 de marzo de 2022

La Iglesia no es una empresa multinacional (Carlos Esteban)



El cese fulminante del obispo portorriqueño de Arecibo, Daniel Fernández Torres, ha disparado las alarmas entre algunos observadores, que se preguntan si un sucesor de los apóstoles puede ser despedido como si fuera un empleado.

Hijos de nuestros tiempo, es natural que tendamos a ver la estructura de la Iglesia con los parámetros del mundo, y consideremos más o menos natural que el Papa ‘eche’ a los ‘directivos’ que desoyen sus instrucciones. Pero esto no es así, en absoluto.

Para empezar, la autoridad del obispo, soberano en su diócesis, no procede del Papa. Cierto, el Papa lo nombra (y no siempre ha sido así en la historia del Iglesia), pero una vez nombrado es tan sucesor de los apóstoles como el propio pontífice lo es de San Pedro, ni más ni menos.

Si el cese de Fernández Torres parece inusual, incluso para el propio interesado, es porque lo es. Lo abrumadoramente normal es que los ordinarios de las diócesis sean sustituidos por muerte, jubilación o traslado. La reforma del Código Canónico por la que los obispos deben presentar su renuncia al cumplir 75 años da a los Papas mayor margen para deshacerse de un obispo que consideren, por cualquier razón, inadecuado, permitiendo a otros continuar más allá de la edad prescrita.

Para echar directamente a un obispo el Código prevé una segunda fórmula, la privación (Canon 401), como consecuencia de delitos canónicos, por ejemplo el abuso de cargo. Pero incluso en ese caso tiene que producirse un proceso legal previo, con o sin juicio. El Papa Francisco, nos recuerda The Pillar en un reciente artículo, ha ampliado la lista de delitos por los que específicamente los obispos pueden ser privados de sus cargos a través de dos leyes canónicas: Come una madre amorevole y Vos estis lux mundi . Pero en todos esos casos, el derecho canónico espera que la pérdida del cargo siga un proceso canónico claramente delineado y un veredicto de culpabilidad.

Los crímenes más graves en la Iglesia, la herejía, la apostasía y el cisma conllevan la pena automática de excomunión, que incluye la suspensión del cargo. La apostasía y el cisma —el rechazo de la sumisión al Romano Pontífice o de la comunión con los obispos sujetos a él— también incurren en una pérdida automática del oficio eclesiástico. Pero para que surtan efecto, estas penas tienen que ser declaradas formalmente por la autoridad competente de la Iglesia.

Hablamos, por lo demás, de serias infracciones contra la fe, no de ignorar la ‘línea romana’ sobre las vacunas contra el covid, como parece ser el caso.

De hecho, los Papas, ante un obispo claramente inadecuado, han hecho en el pasado reciente verdaderos juegos malabares para neutralizarle sin recurrir al ‘despido’. Incluso cuando hay que llegar a ese extremo, se agotan todas las fórmulas y procedimientos legales. The Pillar pone el ejemplo del obispo de Toowooba, en Australia, William Morris. En 2011, Benedicto XVI “relevó” a Morris de su cargo tras un proceso de años que comprendió una visita apostólica a la diócesis, iniciada por un carta pastoral de Morris en la que pedía a la Iglesia que considerara la ordenación de mujeres al sacerdocio, algo que la Iglesia enseña que es una imposibilidad sacramental, y que los católicos están obligados a “adoptar y retener”. Quien rechaza la doctrina en un punto como este, según el derecho canónico, se “opone a la doctrina de la Iglesia”. Parte de la pregunta era si Morris había hecho lo suficiente como para incurrir en una sanción canónica formal, o simplemente fue demasiado lejos.

No hay doctrina violada en el caso de Fernández Torres, porque la eficacia y seguridad de las vacunas contra el covid, naturalmente, no entran en el terreno en que se pueda dar doctrina, y tampoco el caso concreto de la objeción de conciencia por motivo del aborto. Es cierto que el Vaticano dictaminó que el uso de líneas celulares obtenidas de fetos abortados en las vacunas no bastaba para hacerlas ilícitas, pero el dictamen es solo una opinión autorizada, no un punto doctrinal.

El Papa puede hacer lo que hizo, porque no tiene autoridad humana por encima. Pero no hay nada en la doctrina sobre la primacía papal que nos impida pensar que ha sido una decisión cuestionable por la apariencia de una arbitrariedad y una precipitación que se compadece mal con la colegialidad que quiere venderse desde Roma.

Carlos Esteban

¡HISTÓRICO! ¡PACTO PP-VOX EN CASTILLA Y LEÓN, GARCÍA-GALLARDO TRIUNFA Y LLOROS DEL PSOE Y PODEMOS!

Mons. Héctor Aguer: "Un buen obispo 'misericordiado'"



Buenos Aires, miércoles 9 de marzo de 2022.

Avanza implacable el progresismo que impone la Santa Sede, sin importarle que hace víctimas a hombres de Dios, cuya acción lleva a florecer la Iglesia. El obispo de Arecibo, Puerto Rico, Monseñor Daniel Fernández Torres, ha sido depuesto de su diócesis por defender la objeción de conciencia, ante la ridícula “obligación moral” de vacunarse, impuesta por la Santa Sede.

La Iglesia actual ya no se ocupa ni de Dios, ni del mandato de Cristo de evangelizar, sino solamente de imponer “nuevos paradigmas”, y de adherir a los principios de un Nuevo Orden Mundial, ajeno a la ley natural, y a la revelación cristiana. El caso de Mons. Fernández Torres es un ejemplo clarísimo de cómo la Iglesia marcha al revés de lo que debe ser su misión. No importa si la diócesis de Arecibo florecía en vocaciones, y el ejercicio pleno de lo que ha de ser la misión de la Iglesia. Un falso concepto de “sinodalidad” obliga a los buenos obispos a plegarse a los disparates que deciden las conferencias episcopales, o los grupúsculos oficialistas que adhieren a las nuevas posiciones de Roma.

Hace un par de años fui invitado por Mons. Daniel a predicar los Ejercicios Espirituales al clero de la diócesis. Pude, entonces, comprobar cómo florece una Iglesia particular cuando su obispo es un hombre de Dios, fiel a la gran Tradición eclesial. Pero eso a Roma no le interesa. Como nunca, la centralidad romana es impuesta en nombre de la “unidad”. Estas posiciones nos hacen añorar la libertad que los grandes Papas sostenían, apoyando al episcopado que se empeñaba en el crecimiento de la Iglesia, y en la evangelización de los que aún estaban afuera de ella.

Por medio de estas líneas, deseo asegurar a Mons. Fernández Torres, a su vicario general, y al clero de esa querida diócesis, mi cercanía espiritual, y mi oración. Rezo, también, para que esta medida injusta, y draconiana, no lleve a la destrucción de tantas iniciativas verdaderamente católicas que allí surgieron y se desarrollaron. Quiera Dios que los demás obispos de Puerto Rico adviertan que se debe obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch 5, 29), aunque estos hombres vivan en el Vaticano.

+ Héctor Aguer

Arzobispo emérito de La Plata

Las reacciones a la destitución del obispo de Arecibo en Puerto Rico



Ayer miércoles, 9 de marzo, la Santa Sede hizo pública la destitución del obispo de la diócesis de Arecibo, Daniel Fernández. Era uno de los 6 obispos de Puerto Rico y fue sustituido por el Papa a sus 57 años. Gozaba de fama entre los católicos del país de buen pastor y de predicar una recta y sana doctrina.

Desde el Vaticano no se especificaron los motivos de esta destitución, aunque según distintos medios y fieles de Puerto Rico, la negativa de Monseñor Daniel Fernández a trasladar a sus seminaristas al seminario interdiocesano de Puerto Rico y su negativa a la imposición de la vacuna contra el Covid, habría propiciado su relevo al frente de la diócesis.

En el comunicado emitido ayer por el obispo destituido, aseguró que es «una decisión que no puedo explicarme yo mismo, aunque la acepte con la paciencia de Cristo por el bien de la Iglesia». Daniel Fernández añadió que «se me informó que no había cometido ningún delito pero que supuestamente “no había sido obediente al Papa ni había tenido la suficiente comunión con mis hermanos obispos de Puerto Rico”. Se me sugirió que si presentaba la renuncia a la diócesis quedaría al servicio de la Iglesia por si en algún momento me necesitaban en algún otro cargo; oferta que de hecho demuestra mi inocencia. Sin embargo, no renuncié porque no quise hacerme cómplice de una acción del todo injusta y que aún ahora me resisto a pensar que pueda ocurrir en nuestra Iglesia».

Reacción de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico

Al conocerse la noticia, los obispos de Puerto Rico emitieron un comunicado confirmando la noticia que llegaba de Roma.

«La Santa Sede ha notificado que releva a Mons. Daniel Fernández Torres del cuidado pastoral de la Diócesis de Arecibo. Al mismo tiempo informa que ha nombrado a Mons. Álvaro Corrada del Río, SJ, Obispo Emérito de Mayagüez, como Administrador Apostólico ad nutum Sanctae Sedis para Arecibo. La comunicación se emite desde Ciudad Vaticano en Roma al mediodía (6:00 a.m. hora local) por medio del Boletín de la Sala Stampa, medio oficial de comunicación de la Santa Sede».

«El Obispo Daniel ha pastoreado el pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Arecibo por más de una década. Fue nombrado Obispo Auxiliar de San Juan el 14 febrero de 2007 y consagrado el 21 de abril del mismo año. El 24 de septiembre de 2010, el hoy Papa Emérito Benedicto XVI lo designó Obispo de Arecibo y tomó posesión de la Diócesis el 3 de octubre de 2010».

«Por su parte, Mons. Corrada fue nombrado Obispo Auxiliar de Washington el 31 de mayo de 1985 y consagrado el 4 de agosto del mismo año. Fue Obispo en Tyler, Texas. El 12 de septiembre de 2011 tomó posesión canónica de la Diócesis de Mayagüez como su segundo obispo. En el 2020, Papa Francisco aceptó su renuncia -por edad- y pasó a ser Obispo Emérito de la Diócesis de Mayagüez».
Comunicado del Presidente de los obispos de Puerto Rico

Ante el revuelo generado por la noticia el presidente de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico tuvo que salir y dar la cara ante lo que había sucedido.

«Los Obispos de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP) hemos recibido en esta mañana una comunicación oficial de S.E.R. Mons. Ghaleb Bader, Delegado Apostólico para Puerto Rico de Su Santidad, el papa Francisco. En esta comunicación de la Santa Sede, se nos notifica el relevo del cargo de Obispo de la Diócesis de Arecibo, de S.E.R. Mons. Daniel Fernández Torres», escribe Rubén Antonio González Medina, Presidente Conferencia Episcopal Puertorriqueña.

González Medina describe esta situación como «un momento doloroso para la vida de la hermana Diócesis de Arecibo» y añade que «nos unimos de corazón a la solicitud del mismo Delegado Apostólico, de orar “por nuestro hermano, S.E.R. Mons. Daniel, en este momento difícil de su vida y misión de Obispo”. Igualmente, pedimos a todos la oración por nuestro hermano y la amada Diócesis de Arecibo».

Por último el presidente de los obispos de Puerto Rico añade que «el Santo Padre Francisco, ha nombrado a S.E.R. Mons. Álvaro Corrada Del Rio, sj, como Administrador Apostólico de la Diócesis de Arecibo. Por deferencia y respeto a los procesos canónicos internos de la Iglesia, estas serán las únicas expresiones oficiales que se harán sobre este asunto, al momento».

Opinión del arzobispo de San Juan

El arzobispo puertorriqueño de la archidiócesis de San Juan también ha escrito unas líneas para hacer referencia a este suceso. «En la mañana de hoy, la Santa Sede anunció que el Santo Padre ha relevado de su cargo al Obispo de Arecibo, Mons. Daniel Fernández Torres. Es una noticia dolorosa, por ello, animo a todo el pueblo, especialmente, al clero, religiosas y religiosos de Arecibo, a acompañar al Obispo Daniel con sus oraciones y cariño en esta situación particularmente difícil», afirma el prelado.

Ha confirmado que se puso en contacto con Daniel Fernández, obispo destituido y confirmó que sí y le envío el siguiente mensaje: “Daniel… Sé que estás pasando por un momento muy doloroso. Te acompaño con mis oraciones y sentimientos fraternales… ”.

«De otra parte, también se ha anunciado, que el Papa ha nombrado a Mons. Álvaro Corrada del Río, Obispo Emérito de Mayagüez, como Administrador Apostólico de la Diócesis de Arecibo. Mons. Corrada es un Obispo probado y sé que sabrá servir a esa hermana diócesis con sabiduría. Oremos también por el Santo Padre, Papa Francisco, para que en su compleja y difícil misión de dirigir a la Iglesia universal el Espíritu Santo le colme siempre con sus dones», concluyó el arzobispo.

Carta abierta a Daniel Fernández, obispo destituido

Por otro lado, un grupo de fieles católicos de Puerto Rico ha escrito una carta abierta al obispo saliente en señal de agradecimiento por estos años, que reproducimos a continuación:

Gracias, Su Excelencia Monseñor Daniel Fernández Torres:


Por predicar no sólo con palabras sino con ejemplo de fe, valentía e integridad.

Por recordarnos que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch 5, 29).

Por marchar con nosotros en defensa de los bebés no nacidos.

Por no hacerse cómplice de las ideologías del momento—la ideología de género, el matrimonio “igualitario,” la “muerte digna” (eutanasia) y tantas otras—sino por combatirlas con claro intelecto y voz firme.

Por ayudarnos a distinguir entre los dogmas de la fe y el adoctrinamiento por parte del estado y los falsos profetas.

Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas (Mc 6: 34).

Por su compasión. Por enseñarnos el verdadero significado de la caridad cristiana y la misericordia.

Por recordarnos nuestra humanidad, creada a imagen y semejanza de Dios. Por recordarnos que no somos sólo materia, sino que tenemos una conciencia, un intelecto, un libre albedrío.

Por enseñarnos el Catecismo. Nos recordó que “En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal […]. El hombre tiene una ley inscrita por Dios en su corazón […]” (Catecismo, n. 1776). Nos recordó que tenemos el derecho a actuar según la recta conciencia y en libertad (n. 1782).

Por alumbrarnos el camino hacia el fin superior.

Mientras otros “pastores” cerraban los templos, exigían carné de entrada, o segregaban a los feligreses, Ud. ha sido siervo de todos.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme (Mt 25: 35-36).

¡Gracias, Monseñor Daniel Fernández Torres! Pastor con olor a oveja y sonrisa de padre. Ha utilizado la vara y el cayado no para doblegar o descarriar a sus ovejas, sino para protegerlas y guiarlas a lugar seguro. ¡Gracias, buen pastor!

Fieles a la Verdad

Francisco descabeza a obispo de Arecibo, Puerto Rico, por no ser segregacionista, aunque podría ser por otros motivos



Los seis obispos segregacionistas vacunales de Puerto Rico han sido respaldados hoy en su segregacionismo por Francisco, quien al único obispo no segregacionista, lo ha descabezado justamente por no asumir una postura segregacionista vacunal; hablamos del obispo de Arecibo, Mons. Daniel Fernández Torres, de 57 años, joven en términos de Iglesia.

Las motivaciones, vistas desde un punto de vista optimista, según un artículo de Aciprensa, Mar-08-2022, porque en Puerto Rico hay quien alude argumentos mucho peores para el descabezamiento de Fernández Torres, “por arremeter contra los sacerdotes pedófilos y oponerse al uso de dineros de los feligreses para pagar las deudas del Arzobispado de San Juan”, según un artículo de Notiuno, Mar-08-2022, citando al comentador Luis Dávila Colón.

Informa hoy el boletín diario de la Oficina de Prensa de la Santa Sede (nuestra traducción).


Deposición del Obispo de Arecibo (Puerto Rico) y nombramiento del Administrador Apostólico ad nutum Sanctæ Sedis

El Santo Padre ha depuesto del cuidado pastoral de la Diócesis de Arecibo (Puerto Rico) a S.E. Mons.Daniel Fernández Torres y ha nombrado Administrador Apostólico ad nutum Sanctae Sedis de la misma Diócesis S.E. Monseñor Álvaro Corrada del Río, S.I., Obispo Emérito de Mayagüez.

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El afectado, contrario a lo que podría pensarse en un caso como éste, no ha guardado silencio y ha emitido una declaración que publica la oficina de comunicaciones de la diócesis de Arecibo en Facebook. En ella, Fernández Torres cita entre comillas no sabemos qué documento o a quién en cuanto a las motivaciones para su descabezamiento se refiere: “No había sido obediente al Papa ni había tenido la suficiente comunión con mis hermanos obispos de Puerto Rico”.

Oficina de Comunicaciones
Diócesis de Arecibo

COMUNICADO DE PRENSA

Declaración del Obispo Daniel Fernández Torres

AL PUEBLO DE DIOS QUE PEREGRINA EN LA DIÓCESIS DE ARECIBO

Cuando reciban la noticia de mi sustitución como obispo al frente de la diócesis de Arecibo quiero que sepan que no me corresponde explicarles una decisión que no puedo explicarme yo mismo, aunque la acepte con la paciencia de Cristo por el bien de la Iglesia. Tampoco les toca a ustedes juzgar aquello de lo que solo Dios y la historia harán en su momento.

Al reaccionar a lo acontecido me siento bienaventurado por sufrir persecución y calumnia (cf Mt 5, 10-11) por anunciar la verdad de la dignidad del hombre en unas circunstancias como las actuales en las que «resulta incómodo: se opone a nuestras acciones...” (Sab 2, 12). Hoy puedo tener la frente en alto y aún siendo imperfecto y pecador, saber que he hecho lo correcto y eso me da mucha paz interior. Me conforta además el significado en hebreo del nombre Daniel, que providencialmente recibí en mi bautismo, “Dios es mi juez”.

Lamento mucho que en la Iglesia donde se predica tanto la misericordia, en la práctica algunos carezcan de un mínimo sentido de la justicia. A mí no se me ha hecho ningún proceso, ni se me ha acusado formalmente de nada y sencillamente un día el Delegado Apostólico me comunica verbalmente que de Roma se me pedía la renuncia. Se sustituye ahora a un sucesor de los apóstoles sin emprender ni siquiera lo que sería un proceso canónico deberoso para destituir a un párroco.

Se me informó que no había cometido ningún delito pero que supuestamente “no había sido obediente al Papa ni había tenido la suficiente comunión con mis hermanos obispos de Puerto Rico”. Se me sugirió que si presentaba la renuncia a la diócesis quedaría al servicio de la Iglesia por si en algún momento me necesitaban en algún otro cargo; oferta que de hecho demuestra mi inocencia. Sin embargo, no renuncié porque no quise hacerme cómplice de una acción del todo injusta y que aún ahora me resisto a pensar que pueda ocurrir en nuestra Iglesia.

Esta experiencia personal, por otro lado, me ha ayudado a darme cuenta de un modo nuevo de la grave responsabilidad que tenemos todos los obispos en el gobierno de la Iglesia que es apostólica y no piramidal, sinodal y no autocrática. Creo que por bastante tiempo muchos obispos hemos estado observando preocupados lo que ocurre en la Iglesia y nos hemos resistido a creer lo que está pasando. Hoy mas que nunca debemos recordar nuestro llamado a ser profetas.

Son tiempos difíciles, pero no perdamos la esperanza. Las palabras del Papa emérito Benedicto XVI, siendo sacerdote, nos pueden animar: “A mí me parece seguro que a la Iglesia le aguardan tiempos muy difíciles. Su verdadera crisis apenas ha comenzado todavía. Hay que contar con fuertes sacudidas. Pero yo estoy también totalmente seguro de lo que permanecerá al final: no la Iglesia del culto político, ya exánime, sino la Iglesia de la fe. Ciertamente ya no será nunca más la fuerza dominante en la sociedad en la medida en que lo era hasta hace poco tiempo. Pero florecerá de nuevo y se hará visible a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la muerte”.

Humildemente celebro cuanto hemos podido hacer juntos desde la diócesis de Arecibo, en estos casi doce años, en la pastoral juvenil y vocacional, en la lucha por la dignidad del amor humano, la familia y el respeto a la vida, en la libertad de la Iglesia frente a las injerencias políticas, en la formación de sacerdotes santos y en haberle regalado una “Casa” a la Virgen en nuestro Santuario diocesano. Si por procurar ser fiel a Dios se me sustituye en el cargo, vale la pena, pues como obispo puedo ser útil a la Iglesia con mi propio testimonio. Recuerdo las palabras de san Juan de Ávila: “cuán honrados somos en ser deshonrados por buscar la honra de Dios”.

Manifiesto mi comunión en la fe católica, con el Papa y mis hermanos en el episcopado, a pesar de mi perplejidad ante una arbitrariedad incomprensible. Y si, de aquí en adelante, puedo servirles en algo, declaro mi plena disponibilidad.

Hoy y siempre mi mayor agradecimiento a Dios y a la Virgen del Perpetuo Socorro, nuestra patrona. Gracias también a todos los sacerdotes por ser un clero bueno y fiel. Gracias a todos los fieles de mi amada diócesis de Arecibo por su cariño y oraciones. Gracias a todo el personal del obispado por ser una familia extendida. Gracias a mi familia por su apoyo incondicional siempre. Gracias también a mis hermanos de diversas confesiones cristianas por las veces en que juntos levantamos nuestra voz en defensa de la familia.

Dios los bendiga a todos.

En Cristo muerto y resucitado,

+Daniel

TUESDAY, MARCH 08, 2022

Nuestra admiración por Monseñor Daniel Fernández Torres, lo que va del Zanchetta a Daniel, de Roma viene lo que a Roma va.



Comenzamos otro día con noticias que nos gustaría no haber tenido nunca que contar. La situación de descomposición y caos que estamos viviendo dentro de la Iglesia Católica no tiene precedentes históricos. El caso Zanchetta es una vergüenza universal y pública que el pueblo de Dios no merece, sigue ensuciando a toda la iglesia por muchos silencios que lo cubran. Nos imponen obispos claramente indignos que tenemos que aceptar por una presunta obediencia debida y nos privan de pastores ejemplares, por acción u omisión, que el pueblo de Dios necesita como la tierra en sequía. El terremoto de hoy, que parte de Puerto Rico con epicentro en Roma, es de traca. Hoy el episcopado se ha convertido en una especie de empleado de una multinacional al que se puede poner y quitar desde una estructura piramidal y tiránica que no respeta ni a Dios ni a los hombres. Sabemos, lo hemos confirmado tantas veces, que lo único que hace recular a esta cuadrilla de acémilas es que pregonemos sus vergüenzas , nos lo ponen muy fácil, ¡son tantas!. Es muy complicado encontrar en la bimilenaria historia de la iglesia episodios tan barriobajeros, con formas y maneras propias de una asociación mafiosa, como el caso del Obispo Daniel de Arecibo. La protección de Zanchetta, y de tantos ‘zanchettas’, es una de las caras de la misma moneda que ha destituido a Monseñor Daniel Fernández Torres, hasta ayer dignísimo obispo de Arecibo.

La noticia saltó a los medios con la firma de David Ramos de Aciprensa, tan bien informado sobre los temas vaticanos. Sabemos que nuestros lectores están al día, pero mejor recordar lo que hasta ahora pueden encontrar publicado. No podemos tolerar que se trate así a nadie y mucho menos a un obispo ejemplar:







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Un obispo es un sucesor de los apóstoles, tanto en Arecibo como en Roma, y el primado petrino nunca puede ser una forma de destrozar a un hermano sucesor de los apóstoles. No hemos visto esto entre los apóstoles, que tenían sus diferencias, como es bueno y justo que así sea, pero eran un ejemplo de amor hasta el martirio, no a Pedro o sus sucesores, sino a Cristo muerto y resucitado. El comunicado de prensa, que contiene la amarga y sobrenatural declaración del obispo misericordiado, es un ejemplo para el resto de episcopado mundial que se tienen motivos para sentirse orgullosos de contar entre sus filas con personas de la talla humana y sobrenatural del Obispo Daniel. Por si alguno tiene alguna duda, nosotros no la tenemos, toda esta operación es absolutamente personal del Papa Francisco. Las causas que se invocan son excusas para vestir una destitución injusta, es mentira que se negara a que sus seminaristas fueran al seminario interdiocesano y mentira que sea antivacunas o este en contra de lo recomendado por Doctrina de la Fe. Asistimos a un cese inusual y sin justificación en dónde se quiere sembrar la sombra de duda sobre un hombre honesto vendiéndonos una absurda caricatura.

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Por hoy, dejamos descansar otros temas, la gravedad del caso del obispo de Arecibo es tal que oscurece otras muchas. Imaginamos que muchos obispos hoy han abierto los ojos ante una realidad que intuían hace tiempo y que preferían no ver. Sus miedos y cobardías no los salvarán, ni ante el juicio de Dios, ni ante los hombres. Confiamos en que Dios conceda serenidad en estos momentos al obispo Daniel que ya es un buen ejemplo para sus hermanos. Entre Zanchetta y Daniel, algunos están claramente con Zanchetta, y ¡tantos zanchettas!, ellos sabrán por qué y porqué no pueden confesar los motivos de tantos cariños; nosotros sin duda alguna con Daniel, y tantos ‘danieles’, que están sufriendo su tortura en soledad. Su sustituto es un joven jesuita de 80 años, el emérito Alvaro Corrada del Río de andares sobradamente conocidos en la ‘islita’, los fieles, muchos, y sacerdotes, más, encabritados y en pie de guerra. El resto de obispos de Puerto Rico de postureo como si no supiéramos, con nombre y apellidos, que de Roma viene lo que a Roma va. Pensábamos ilustrar nuestra specola de hoy con una fotografía de obispo misericordiado, creemos que le dará mucha más alegría y consuelo la imagen del Perpetuo Socorro patrona de Arecibo.

¡Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!

Specola

martes, 8 de marzo de 2022

¡VOX SIGUE CRECIENDO ANTE PP Y PSOE, ABASCAL RETRATA A SÁNCHEZ Y MACARENA OLONA A JUANMA MORENO!




Duración 12:57 minutos

Hermenéutica de la arbitrariedad



El decreto del 11 de febrero por el cual el Papa Francisco autoriza a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro (FSSP), y con ella pareciera que también al resto de los institutos Ecclesia Dei, a utilizar los libros litúrgicos tradicionales, incluido el pontifical romano, ha recibido innumerables comentarios. Pocos éramos los que esperábamos una medida de este tipo y cayó por sorpresa, sobre todo a los que sostienen que el pontífice está poseído de un particular odio hacia la liturgia tradicional. Traditionis Custodes fue ciertamente una pésima noticia y parecía significar la confirmación de ese supuesto: Francisco busca asfixiar la liturgia tradicional y, al prohibir la utilización del pontifical romano anterior a la reforma, condena de hecho a los tradicionalistas a la extinción, o bien, a agregarse de un modo u otro a la FSSPX, con la consiguiente “salida” de la Iglesia.

En este blog, en cambio, siempre hemos sostenido que el Papa Francisco, en materia litúrgica, no es ni tradicionalista ni progresista. Es jesuita, quizás el mejor jesuita que jamás haya existido y, como tal, la liturgia le tiene absolutamente sin cuidado. No la entiende, porque un intelecto puramente práctico es incapaz de comprender el culto gratuito a Dios. Sus intereses pasan por la política y la acción pastoral. El resto escapa a su posibilidad de comprensión. Y el decreto que favorece a la FSSP viene a confirmar esta hipótesis.

La sorpresa de muchos analistas los ha llevado a hablar de una suerte de “esquizofrenia” pontificia: el Papa dicta un motu proprio letal para la liturgia tradicional y, poco después, abre la compuerta a un buen número de tradicionalistas para que sigan con sus misas latinas. Y tengamos presente que la autorización concedida a la FSSP no es la primera autorización que reniega del motu proprio que él mismo había promulgado. Además de varias concedidas a título personal y, a pesar de fuertes presiones, ha concedido otras que son públicas. Por ejemplo, en la basílica de San Pedro, donde ni siquiera se puede celebrar de modo privado el rito de Pablo VI, se han celebrado luego de Traditionis Custodes dos misas solemnes en rito tradicional.

Pero la posible “esquizofrenia” pontificia no es la única explicación al decreto. Yo propongo las siguientes claves hermenéuticas a la contradicción pontificia:

1. Todos sabemos el buen manejo que tiene el Papa Francisco, para bien o para mal, del lenguaje gestual. Basta recordar, por ejemplo, el rostro adusto y malhumorado con el que apareció en las fotografías con Donald Trump o Mauricio Macri. Con los sacerdotes de la FSSP, en cambio, muestra un rostro sonriente y complacido, lo cual nos lleva a suponer que la entrevista se desarrolló en los mejores términos y se sintió cómodo con ellos, y se trata de uno de los grupos tradicionalistas que es considerado como el más rígido que pensarse pueda.

2. Según se dio a conocer, la entrevista duró una hora, lo cual es un tiempo enorme para una audiencia pontificia concedida a dos sacerdotes que, si bien ocupan puestos importantes dentro de la FSSP, no son la máxima autoridad. Quizás algún lector con mayor conocimiento que yo pueda decirnos si el Papa Francisco recibe habitualmente a los superiores generales de las órdenes y congregaciones religiosas y, si lo hace, cuánto tiempo duran esas audiencias.

3. Se sabe porque también fue difundido, que el origen de la audiencia fue una carta que algunos sacerdotes de la FSSP enviaron al Papa, expresando su preocupación por la consecuencias de la aplicación de Traditionis Custodes y, como respuesta a la misiva, fueron llamados a Roma a entrevistarse con el Santo Padre. Y estimo que la iniciativa de semejante privilegio surgió directamente del Sumo Pontífice y no de algún secretario de la Casa Pontificia. Ningún subalterno medianamente hábil y fiel pondría en una situación embarazosa y comprometida a su superior. Ya todos sabían el tema delicado y espinoso que se iba a tratar. Este dato, sumado a los dos puntos expuestos más arriba, permiten conjeturar que el Santo Padre no tiene una particular inquina contra la liturgia tradicional. Si ese fuera el caso, le resultaría muy fácil exigir la aplicación lisa y llana de Traditionis Custodes, para lo cual lo asiste todo el derecho del mundo. O bien, fiel a su costumbre, evitaría todas las entrevistas o reuniones en las que previera algún tipo de confrontación. Recordemos que Francisco ha suspendido de hecho los consistorios, que son las reuniones en las que los cardenales y otros prelados romanos se reúnen con el Papa para discutir los asuntos de la marcha de la Iglesia. Bergoglio, desde su episcopado en Buenos Aires, siempre eludió las confrontaciones y, consecuentemente, evita conceder audiencias o concurrir a sitios donde prevé que deberá afrontar una situación difícil. Conozco un buen número de personas que han solicitado una audiencia personal con el Papa y que jamás recibieron siquiera una respuesta. Los sacerdotes de la FSSP fueron llamados a Santa Marta por motu proprio del Papa Francisco.

4. ¿Hasta qué punto Traditionis Custodes puede ser considerado un manifiesto francisquista contra la liturgia tradicional? Esa es, por cierto, la primera lectura y la más sencilla, pero los hechos que estamos comentando habilitan otras posibles interpretaciones que hasta hace un tiempo no eran posibles. Veamos algunos datos:

a. Tal como ya expusimos en esta página, el motu proprio salió del despacho de Mons. Arthur Roche y de su equipo. Este arzobispo inglés, que fue contratado como Secretario de la Congregación del Culto Divino por Benedicto XVI, no es un liturgista, lo cual sugiere que todo su saber litúrgico, y posterior estropicio, fue fruto de la formación express que recibió de Andrea Grillo, y lo que digo no es aventurado: el texto de Traditionis Custodes repite de forma casi textual muchos párrafos de artículos y otro tipo de escritos que Grillo viene publicando desde al menos quince años, como advertimos en este blog en dos ocasiones en 2017 (aquí y aquí), y los principios en los que se basa son exactamente los mismos que este liturgista boloñés se dedicó a propalar desde que el Papa Ratzinger promulgó Summorum Pontificum. En pocas palabras, Traditionis Custodes no fue redactado ni pensado por Bergoglio; se limitó a firmar lo que otros redactaron por él.

b. No digo con esto que Bergoglio no sabía lo que hacía. Lo sabía perfectamente. Desde hace años sufría permanentemente las fuertes presiones que los obispos italianos ejercían sobre él, espantados del crecimiento del movimiento tradicionalista y, sobre todo, de las fuertes simpatías que despertaba la misa tradicional en los sacerdotes jóvenes. Y el Papa no quería tener problema con los obispos italianos y, mucho menos, en medio de los desmanes que él mismo estaba y está haciendo en ese episcopado (basta recordar el reciente nombramiento del nuevo arzobispo de Milán). Y cedió a las presiones.

c. Bergoglio tenía en claro también la simpatía funcional de los obispos americanos hacia las posturas conservadoras y tradicionalistas. Luego del resonante episodio del cuasi desafío de la Conferencia Episcopal Americana a los deseos pontificios en relación a Biden y a la admisión a la comunión de los políticos favorables al aborto, la inquina bergogliana a los estadounidenses se profundizó. Obstaculizar la misa tradicional era fastidiar a los americanos, que él, como buen peronista, detesta, y mucho más si desafían su poder.

5. Varios sitios tradicionalistas aducen con razón que el permiso concedido a la FSSP es un “indulto”, y por tanto puede ser retirado en cualquier momento, lo cual demostraría la maldad y doblez de Francisco. Es verdad que se trata de un indulto, pero tengamos en cuenta algunos aspectos:

a. Con Bergoglio todo es un indulto, aún el Derecho Canónico. Acaba de hacer varias reformas en el Código hace pocas semanas. En realidad, lo único que no ha modificado aún es la Sagrada Escritura. No podemos pretender que promulgue una ley universal.

b. Viene bien recordar que durante décadas el único modo de celebrar la misa tradicional era con un indulto y que, para ser concedido, debió ocurrir un “cisma”. Más aún, según algunos especialistas, la autorización otorgada por Benedicto XVI en Summorum Pontificum también es un indulto. Lo curioso es que tanto en los indultos concedidos por Juan Pablo II como por el Papa Ratzinger, debió pasar mucho tiempo y/o ocurrir acontecimientos extraordinarios. El indulto de la FSSP fue concedido inmediatamente después de una audiencia.

c. ¿Qué otra forma jurídica era posible más allá del indulto? Sólo una: la abrogación del Misal de Pablo VI, que es el único modo “ordinario” de celebración del rito latino. No podemos pretender tanto.

d. Muchos consideran que el indulto es una forma jurídica muy frágil y que, consecuentemente, tiene los días contados. Recordemos que no siempre es así: la bula de Cruzada es un indulto, y duró, o dura aún, más de ocho siglos, y los tradicionalistas hispánicos nos amparamos en ella para comer carne los viernes. O bien, la comunión en la mano es un indulto, y aún dura, y difícilmente pueda ser eliminada.

6. Se dice también que el decreto pontificio insiste en el último párrafo en la mención a Traditionis Custodes, y creo que es uno de los aspectos más interesantes, y positivos, de la situación. Allí se sugiere (suadet) que en la medida que sea posible (quantum fieri potest) se reflexione cuidadosamente (sedulo cogitetur) sobre ese motu proprio. Es algo mínimo, notablemente mínimo. Los padres de la FSSP no están obligados ni siquiera a leer TC. Apenas se les sugiere que, si es posible, reflexionen sobre ella.

7. Se dice también que, como el indulto no ha sido publicado, tiene una validez dudosa. Pero vale la pena señalar que no se trata de una ley que comienza a estar vigente una vez que es publicada en el boletín oficial del país. Es un permiso concedido a un grupo particular dentro de la Iglesia. Por otro lado, podríamos hacer una larga lista de indultos que nunca fueron publicados, y sin embargo, su vigencia no se vio afectada. Por ejemplo, el llamado “indulto de Agatha Christie”, que permitió que la misa tradicional se siguiera celebrando, bajo ciertas circunstancias, en el Reino Unido.

Considero que los hechos expuestos nos permiten aventurar la conclusión de que Traditionis Custodes es, para el Papa Francisco, un documento de valor político y no litúrgico. Por el contrario, para el arzobispo Roche y para su grupo de colaboradores de la Congregación para el Culto Divino, se trata de una medida eminentemente litúrgica con la clara intención de exterminar la liturgia tradicional. En consecuencia, y aunque parezca paradójico, en materia litúrgica nuestro principal o único valedor es el Papa Francisco, sea por los motivos que fueren.

Por eso mismo, es sensato repensar la estrategia que hemos seguido los grupos y analistas del mundo tradicional que nos dedicamos, luego de la publicación del motu proprio, a atacar de un modo encarnizado a Francisco, cometiendo incluso torpezas inconcebibles y cuyas consecuencias pagamos todos. Los sacerdotes de la FSSP nos han indicado un camino que ha llegado a la meta que buscaban.

Pero, ¿cuál es el fin que buscamos? ¿Conservar en la medida de lo posible el lugar que había sido otorgado por el Papa Benedicto XVI a la liturgia tradicional, o desgañitarnos con permanentes ataques al Santo Padre por lo que hace o deja de hacer en materia litúrgica? Si es la primera opción, conviene ser cautos y mansos, lo cual no significa quedarnos callados frente a los estropicios que el Papa argentino está causando en la Iglesia. Significa simplemente tener las metas claras, y la sensatez necesaria.
The Wanderer

lunes, 7 de marzo de 2022

Documental de la vida de Santo Tomás de Aquino: "Tras los pasos del Santo Doctor"



Duración 38:41 minutos


En este documental presentamos la vida del más grande doctor de la Iglesia Católica. Este video es una recopilación de los videos particulares que se realizaron a lo largo del año pasado, los cuales fueron puestos en orden cronológico. Para ver los videos particulares puede ingresar a la siguiente lista de reproducción: 

00:00 Roccasecca
03:19 Aquino
05:01 Abadía de Montecasino
06:55 Nápoles I
08:35 Monte San Giovanni Campano (prisión)
11:49 París I
12:37 Colonia
15:12 París II (maestro I)
20:18 Capítulo General (Valenciennes)
21:37 Nápoles II
22:37 Orvieto
25:09 Roma
27:28 Paris III (maestro II)
29:01 Nápoles III 
31:22 Camino a Lyon - Priverno
33:54 Fossanova