BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



jueves, 4 de noviembre de 2021

Monseñor Schneider advierte del creciente comunismo cultural en Occidente



(LifeSiteNews) — En una entrevista exclusiva concedida a LifeSiteNews, el obispo Schneider advirtió que el espíritu comunista se está extendiendo por los países que eran libres y cristianos.

Monseños Schneider se crio en la antigua Unión Soviética en el seno de una familia alemana cuyos antepasados se habían afincado en la región del Mar Negro en el siglo XIX. Numerosos alemanes se establecieron en la zona, y según el obispo se los conoció como los alemanes del Mar Negro. La mayoría se dedicaba a labores agrícolas. Llevaron consigo su fe y su cultura católicas y la mantuvieron en una zona ampliamente poblada por musulmanes y ortodoxos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, sus padres fueron deportados por Stalin a campamentos donde realizaron trabajos forzados. Con el tiempo, sus padres recuperaron la libertad y pudieron instalarse en la república centroasiática de Kirguistán. Allí nació el obispo Schneider, al sur de Kazajistán, donde reside actualmente. Se crió asistiendo a iglesias católicas clandestinas, pues sus padres no abandonaron la fe de sus mayores, a pesar de que con el régimen comunista que gobernaba la zona era ilegal o estaba sujeto a graves restricciones.

Schneider explicó al reportero Jim Hale de Life Site News que aunque su lengua materna y familiar era el alemán, asistió de niño y adolescente a colegios soviéticos y aprendió así también el ruso. Al cabo de los años, su familia consiguió emigrar a Alemania.

Hale preguntó al prelado si en vista de las cada vez mayores restricciones gubernamentales a causa del covid veía algún paralelo entre lo que pasa hoy en nuestra parte del mundo y la vida en la Unión Soviética.

Schneider respondió que en su opinión había un paralelo aunque a primera vista no lo parezca.

«La URSS y otros países comunistas querían reducir toda (…) la existencia humana al materialismo, a los aspectos materiales de la existencia», explicó.

«Eso mismo pasa cada vez más desde hace décadas en el mundo occidental. Hay una cultura materialista… Se podría decir que es una nueva forma de ateísmo, que es el otro pilar del sistema comunista».

Para el obispo, una reducida élite política dirige la vida de los ciudadanos de Occidente, en gran medida por medios tecnológicos. Expresó inquietud por la falta de derechos de propiedad privada actualmente en EE.UU. y Europa, refiriéndose con ello a los derechos de la persona sobre su propio cuerpo.

Con respecto a la obligación de vacunarse, afirmó: «Estamos viendo cada vez más que con la crisis del covid se está llegando a perder la autodeterminación sobre el propio cuerpo. Se pierde el derecho de propiedad sobre el cuerpo cuando el Estado o la reducida élite dirigente dice que ya no somos dueños de nuestro cuerpo».

Añadió que la persistencia de normas y la exigencia de salvoconductos sanitarios ha creado una especie de cárcel mundial en la que se vigila a todo el mundo.

Dijo además que, al igual que en la URSS, se trata a los ciudadanos como a niños, como si no tuvieran intelecto ni razón. La élite le dice a todo el mundo lo que tiene que hacer empleando la misma terminología en todo el mundo.

Según él, la normativa covidiana ha convertido al mundo en una sociedad de esclavos, una servidumbre.

Además de estos comentarios de temática social, monseñor Schneider relacionó la crisis de los gobiernos del mundo con la de la Iglesia Católica, en cuya jerarquía –afirmó– se ha infiltrado el espíritu materialista. Según el prelado, la deriva materialista del Vaticano se nota en el hincapié en la Madre Tierra. Destacó que el propio papa Francisco actúa como si las realidades terrenas, que son realidades materiales, estuvieran por encima del pastoreo de las almas.

Jim Hale preguntó al obispo si la raíz de ello estaba en un ideal utópico coherente con el marxismo que inspira a los comunistas a construir una especie de paraíso terrenal.

«Es, en efecto, comunismo –respondió Schneider–, porque Marx y Lenin afirmaban que el comunismo era el paraíso en la Tierra. Y ese espíritu ha calado hondo en la vida de la Iglesia y desgraciadamente es en la actualidad parte de los objetivos de la Santa Sede».

Para combatir ese espíritu materialista, Schneider exhortó a los fieles a restablecer la primacía del alma, de pastorear las almas y aspirar a la vida eterna. Añadió: «Ése es el núcleo del Evangelio. Por esa razón vino Jesucristo a redimirnos de los pecados, librarnos de la condenación eterna y abrirnos las puertas del Cielo».

En la Unión Soviética no era raro que el clero se asociara con los políticos y el Estado para obtener ventajas políticas. Hale preguntó a Schneider si le parecía aceptable que sedicentes católicos como Joe Binden y Nancy Pelosi comulguen a pesar de oponerse al movimiento provida y promover el aborto.

Schneider respondió que por ningún concepto debe recibir la Sagrada Comunión una figura destacada que promueva el aborto en tanto que no se arrepienta y se retracte públicamente de haber defendido esas ideas.

«¡Jamás!», recalcó.

El prelado añadió que eso se aplica también a todo político que defienda conductas contrarias a las enseñanzas de la Iglesia Católica.

«Esos políticos que promueven abiertamente el aborto y la unión entre personas del mismo sexo contravienen la doctrina de la Iglesia», señaló.

«¿Cómo pueden afirmar que están en plena comunión con la Iglesia si no están en comunión con su doctrina?»

Calificó de sacrilegio y de ofensa a Dios que un político que rechaza las enseñanzas de la Iglesia reciba la Sagrada Eucaristía, y añadió que sienta un precedente peligroso porque a los ojos de la gente da a entender que la Iglesia aprueba un pecado grave.

Añadió que atenta contra la caridad que los sacerdotes y los obispos den de comulgar a políticos como Biden y Pelosi; «Es como darles a comer su propia condenación». Lo calificó de «acción de guerra contra el amor al prójimo».

Schneider concluyó la entrevista agradeciendo a Life Site News por «la meritoria y heroica labor que realiza en estos difíciles tiempos».

Traducido por Bruno de la Inmaculada

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Las nuevas obsesiones



El Papa Francisco, al comienzo de su pontificado, allá por 2013, comentó en una entrevista que los católicos no debíamos estar hablando todo el rato del aborto, los homosexuales o los anticonceptivos.

Desde luego, la Iglesia no debe estar hablando siempre sobre esos temas, pero si en algo se ha caracterizado la Iglesia a lo largo de los siglos ―o al menos, eso debería buscar― es por ser una voz profética; es decir, señalar aquellos errores que su tiempo no ve, en los que cae sin un atisbo de escrúpulos.

Esas obsesiones que citaba el Santo Padre atentan o contra la vida, como es el caso del aborto, o contra la antropología del ser humano, como es el caso de las cuestiones sexuales, y están tan extendidas en el mundo y vistas como derechos y avances, que el deber de la Iglesia, a mi juicio, es intentar arrojar luz sobre estos errores.

Evidentemente, siendo cuestiones graves, los jerarcas eclesiásticos tampoco deberían estar continuamente hablando de estas cuestiones, algo que, por otra parte, nunca he visto. Más bien era la práctica habitual de los medios de comunicación, en los que solo aparecía algún obispo o cardenal en los medios generalistas cuando expresaba la doctrina de la Iglesia sobre estas cuestiones, algo que provocaba escándalo en las masas post-modernas.

Lo que si veo, queridos lectores, son las obsesiones de los últimos años. Si un futuro Papa fuera entrevistado dentro de unos años, bien podría decir que los católicos no deberíamos estar hablando todo el rato del cambio climático, las vacunas o la multilateralidad.

Hoy, 3 de noviembre, he entrado en la página web del medio vaticano Vatican News y he visto las siguientes noticias:

“COP26. Detener deforestación para el 2030”

“COP26: Movimiento Laudato si’ pide compromisos más ambiciosos a gobiernos”

“Brasil: Misioneros combonianos invierten en agroecología”

“Papa a la COP26: Deuda ecológica y deuda externa obstaculizan el desarrollo de los pueblos”

“Las experiencias de la Laudato si’ recogidas en un e-book”

“El Papa: del grito de la tierra y de los pobres un llamamiento a cambiar el modelo de desarrollo”

“La tierra que sufre es el grito de los pobres y será el grito de todos”

“Algodón orgánico, una oportunidad para 300 niñas de la India”

“Caritas Internacional: adoptar políticas climáticas a favor de los pobres”

Creo que no hace falta que añada nada más. Bueno, sí. A diferencia de las anteriores obsesiones, que el mundo ha olvidado y, es más, transgrede con fiero entusiasmo, las nuevas, como es el cambio climático, coinciden milimétricamente, salvo alguna vaga referencia a la Creación, con las de los poderosos y activistas que se reúnen estos días en Glasgow.

Fernando Beltrán

¿Cómo van a creer los fieles en el purgatorio? (Bruno Moreno)



¿Cómo van a creer los fieles en el purgatorio, si los pastores no creen en él? El Papa, hoy, al visitar el cementerio militar francés de Roma, ante la tumba de soldados muertos en combate, ha afirmado:
“Estoy seguro de que todos ellos están con el Señor. Pero nosotros, ¿estamos en camino? ¿Luchamos lo suficiente para que no haya guerras?”
Si el mismo Papa, ¡en el día de Todos los Difuntos!, afirma de un gran grupo de difuntos a los que no conoce de nada, que está “seguro” de que están ya en el cielo, ¿cómo van a creer los fieles en el purgatorio? ¿O en el infierno? Y no es un problema del Papa en particular. No hace mucho, hablamos de un obispo que daba a entender lo mismo. En toda mi vida, puedo contar con los dedos de una mano las veces en que he oído mencionar el purgatorio en una homilía. Y me sobran dedos. En cambio, en multitud de ocasiones he oído a sacerdotes dar por supuesto que los difuntos están todos en el cielo.

Algo similar, mutatis mutandis, podríamos decir de otras muchas partes de la fe y la moral de la Iglesia que no están de moda, desde la indisolubilidad del matrimonio a la existencia de los ángeles, desde la inmoralidad de los anticonceptivos al descenso a los infiernos, la resurrección de la carne, el juicio particular o incluso la misma existencia de Dios. O bien se niegan directamente o bien, y esto es casi peor, se da por supuesto que ya nadie cree en ellas, que son cosas de otra época o que se pueden conservar en el plano teórico pero en la práctica hay que vivir prescindiendo de ellas.

La crisis de la Iglesia tiene muchas causas, pero la incredulidad de los clérigos es fundamental y, de hecho, fue el desencadenante de la crisis en la época posconciliar. ¿Cómo pueden creer los fieles, viendo que tienen a su alrededor sacerdotes, obispos y religiosos que claramente no creen, porque así lo muestran en todo lo que hacen y dicen? Muchos fieles han sacado la conclusión humanamente más lógica y han ido dejando de creer. A fin de cuentas, si los “expertos” no creen, por algo será, no hay que ser más papistas que el papa y todo eso.

En cambio, los que conservan la fe lo hacen de forma extraordinaria, agarrándose contra viento y marea a lo que les enseñaron de niños, refugiándose en grupos físicos o virtuales empeñados en mantener la fe católica, o buscando entre la multitud, como Diógenes, a algún sacerdote u obispo que crean de verdad y les confirmen en la fe, prescindiendo de lo que piensen otros clérigos incrédulos. Digo que es de forma extraordinaria porque esta situación no se puede mantener mucho tiempo. Los fieles tenemos derecho a poder fiarnos de la Iglesia, sin tener que estar distinguiendo si lo que dice este cura o aquel obispo es conforme a la fe católica o no. ¿Qué padre de entre vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra?

Antes o después, Dios tomará cartas en el asunto y nos dará la medicina que necesitamos. Y, como suele suceder con las medicinas, no será agradable. Quizá sea una guerra o una persecución grande, que históricamente han clarificado mucho las cosas (porque nadie va voluntariamente a la muerte por cosas en las que en realidad no cree). O quizá todavía pueda sanarse el árbol sin una poda tan fuerte y surja una generación de santos que renueve la Iglesia. Dios sabrá. Mientras tanto, recemos por el Papa, los obispos y sacerdotes, recemos por nuestra propia conversión y, hoy más que nunca, recemos por los fieles difuntos.

Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua.

Bruno Moreno

martes, 2 de noviembre de 2021

La existencia de Dios es demostrable científicamente. Un artículo de Miguel Toledano



La segunda cuestión de la Suma de Teología versa sobre la existencia de Dios, uno de los pasajes más conocidos de la obra del Doctor Angélico y demostración palmaria de la necia posición de los ateos, como proclama el salmista.

Hay muchos aspectos de la religión a los que difícilmente puede llegarse por las solas luces de la razón y para los que es generalmente precisa la fe. No así para saber que Dios existe. Que es precisamente lo que niegan los ateos.

Eso del ateísmo es un fenómeno típicamente moderno. Nunca el hombre había caído, en proporciones significativas, en el exceso de negar la existencia de la divinidad, hasta que llegaron Darwin, Marx y Nietzsche.

La claridad de la cuestión se refleja también en el parco número de artículos que el aquinate dedica a su tratamiento, uno de los más breves de toda la Suma. En número de tres despacha el gran teólogo la cuestión. Es como si quisiera decirnos que no merece la pena discutir mucho más sobre este asunto. Y, sin embargo, algunos se afanan en darle vueltas y más vueltas.

Un aspecto conviene, no obstante, conceder a los escépticos. La existencia de Dios no es evidente. Así comienza afirmándolo santo Tomas. A Descartes, por otros senderos considerablemente más pantanosos, le costó muchísimo llegar a acreditarla, produciendo un desaguisado fenomenal a las generaciones venideras.

En puridad, el fraile de Aquino se aparta significativamente de san Juan Damasceno, quien afirmó que el conocimiento de que Dios existe está impreso en todos por naturaleza. Luego, de acuerdo con el imponente doctor sirio, sería antinatural desconocer a Dios. A tanto no llega nuestro dominico.

Ni siquiera cabe deducirse de forma evidente que Dios exista por haber proclamado Nuestro Señor que Él es la Verdad. Puesto que la existencia de la verdad es evidente, pero no la Verdad absoluta, la verdad con mayúsculas. Por cierto, que desde Lutero y Descartes empieza a dudarse incluso de la misma verdad con minúsculas, que como explica incontestablemente santo Tomas sí es evidente.

Entonces, ¿cómo cabe demostrarse esto que no es evidente? Por sus efectos, contesta nuestro autor, toda vez que ellos son más evidentes para nosotros, constituyen lo primero que conocemos. Los efectos podrán ser finitos, siendo Dios infinito. Ello no nos proporcionará, por consiguiente, un conocimiento exacto de Dios; pero sí un conocimiento suficiente de que existe.

Y aquí es donde aparecen las cinco famosas vías, o tipos de efectos, que permiten al más inmenso de los teólogos de la Iglesia demostrar científicamente la existencia de Dios. Porque recordemos que la teología no sólo es ciencia, sino también la mayor de entre las ciencias.

El primero de los efectos, el movimiento, es el más claro de todos; pero, cuidado, se trata del termino filosófico de “movimiento”, que expresa un concepto más amplio que el traslado puramente físico de un lugar a otro. Aquí, la idea que se presenta es el paso de la potencia al acto, tomada de Aristóteles. Pero es necesaria la existencia de un primer motor no movido previamente por ningún otro, es decir, Dios. Esto es igualmente necesario en teorías físicas como la del “Big Bang”, que tienen dificultades para explicar lo que se produjo en los primeros instantes del universo a través de la sola expansión de motores intermedios.

La segunda prueba es la de la causa eficiente, nuevo término filosófico tomado de Aristóteles. Junto a la causa material, la causa formal y la causa final, todo fenómeno se explica por estas cuatro causas. La causa eficiente es aquella externa y previa al fenómeno que lo produce. Nada puede ser causa de sí mismo, por lo que es necesaria una primera causa, que es Dios.

El tercer efecto que permite racionalmente conocer la existencia de Dios es la idea de necesidad. Todos los seres, excepto uno, pueden no existir; no existieron en un cierto momento, existen en otro y en un tercero dejarán de existir. Pero es necesario que un ser, absolutamente necesario, crease a los restantes seres cuando nada había.

En cuarto lugar, santo Tomás se fija en los grados de perfección. Al contemplar el mundo sensible, cabe realizar una escala de graduación, que permite a su vez ser conceptualizada como grados de perfección del ser, ascendiendo al ser máximamente perfecto, Dios.

Finalmente, observamos la idea de orden. Todas las cosas se dirigen a un fin. El azar, error tan comúnmente extendido en la física contemporánea, queda excluido. Algunas no son capaces de conocer dicho fin, otras sí. En todo caso, unas y otras son dirigidas a su fin respectivo por una misma causa, Dios.

Para redondear la cuestión, dos objeciones plantea el doctor latino, a cuál más interesante. La primera está muy generalizada entre el vulgo, a saber, la existencia del mal y el aparente misterio que comporta. ¿Cómo puede existir un Dios que permite el mal, que tolera la enfermedad de los justos o la muerte de los inocentes? Este tipo de consideraciones, o de experiencias en el caso de que desgraciadamente se produzcan a nosotros o a nuestros allegados, puede ser causa de la pérdida de la fe o de la hundimiento en el ateísmo.

Nuestro autor nos explica por qué no hemos de caer en una tal simplificación. Y lo hace acudiendo a su gran antecesor en la teología católica, san Agustín. El obispo de Hipona sentenció: Dios, en su infinita bondad y omnipotencia, puede sacar bien del mal. Y en nuestro idioma español, tan cercano a Dios por la fe imperecedera de nuestra patria, lo hemos recogido en un refrán: “No hay mal que por bien no venga”. Todo mal sucede porque Dios lo permite; y lo permite porque de él saca algún bien, a veces misterioso de descubrir o incluso atisbar. Con menor capacidad de síntesis que san Agustín y santo Tomas ha quedado evocado este problema en otro artículo de Marchando Religión.

La segunda objeción a la existencia de Dios es igualmente de gran actualidad y engloba, en realidad, dos errores diferentes, aunque semejantes.

Por una parte, muchos piensan que todo se explica por la naturaleza. La madre naturaleza, la llaman algunos, incluso católicos, a pesar de que ninguno tenemos una quinta madre, junto a nuestra madre biológica, nuestra Madre en el Cielo, que es la Santísima Virgen, nuestra primera madre Eva y la Santa Madre Iglesia, madre mística que lo es de todos los bautizados.

También afirman otros indocumentados que la naturaleza nunca se equivoca. El único ser que no comete error alguno es Dios. Por lo tanto, eso de que la naturaleza nunca se equivoca, además de una afirmación evidentemente errónea, se acerca a la blasfemia y es un gran desprecio de nuestro Creador.

El naturalismo se extendió de modo terrible desde el siglo XIX. No obstante, santo Tomás se adelantó más de seiscientos años a ese disparate de considerar a la naturaleza en la cima del ser. Lo hizo a través de una sola frase, con una economía de medios que todavía nos deja pasmados: La naturaleza obra por un determinado fin, sin duda conviene en eso con los modernos; pero, atención, interesa no olvidar que ese fin le es dado por un ser que la dirige, que es precisamente Dios.

Por otra parte, el segundo error advertido por santo Tomas, siglos antes de que por decadencia se generalizase entre nosotros, consiste en pensar que la razón y la voluntad humana explican todo lo intencionado que existe en el mundo. También es naturalismo, pues vuelve a negar el orden sobrenatural. Todo se explica por la actuación del hombre. Aunque esta pretensión, típica del cientifismo del siglo XIX -recordemos a un Pío Baroja, que a comienzos del siglo siguiente arrastraba el dislate procedente de fuera de nuestras fronteras importándolo en la católica España-, está menos de moda que el panteísmo de la naturaleza al estilo de Greta Thunberg, las Naciones Unidas y la Agenda 2030 de Pedro Sánchez y el Partido Popular, también sigue dando coletazos.

El hombre, su razón y su voluntad, han sido endiosados de tal forma que no es preciso acudir a Dios, hasta el punto de negar su existencia. Incluso algunos católicos hablan de “humanismo” (a veces, adjetivándolo) y de poner a la persona humana en el centro de la reflexión.

Santo Tomas recuerda que la razón y voluntad humanas son mudables y perfectibles. Solo Dios es puro acto, por consiguiente inmutable, y absolutamente perfecto. Y aquellas mutabilidad y perfectibilidad, o sea, defectuosas en el ser, sin embargo operan como confirmaciones de la existencia de Dios; porque ya se ha demostrado que son necesarias la existencia de un primer motor y la de un ser absolutamente necesario, por tanto no mutable ni, mucho menos, contingente.

En 1979, apenas iniciado el largo pontificado de Juan Pablo II, se publicó en español la más difundida de las obras del recientemente fallecido teólogo suizo Hans Küng: “¿Existe Dios?”, así, con interrogaciones. Se trata de un volumen de casi novecientas páginas para poner en duda lo que santo Tomás demuestra en tres. A estas alturas, el sesudo profesor de Tubinga ya habrá comprobado quien tenía razón.

Miguel Toledano Lanza

Domingo vigésimo segundo después de Pentecostés, 2021.

Pueden leer todos los artículos de esta serie:


Les recomendamos el blog de Miguel: ToledanoLanza

Los daños colaterales del Papa Francisco y Biden



Sigue con intensidad la polémica por la confesión de Biden de que el Papa Francisco lo considera un buen católico y que le ha animado a seguir comulgado.

De sus aficiones aborteras no se habló nada de nada. El Vaticano no dice nada de conversaciones privadas, faltaría más, y encogen los hombros con una expresión de ‘vete a saber’.

Estamos ante dos personajes que no tienen el don de explicarse bien ni capacidad entender bien. La edad hace estragos y cada día que pasa es más evidente. Sobre el argumento, el Papa Francisco no tiene una posición clara. A una pregunta que se le planteó en el vuelo de regreso de Budapest y Eslovaquia, respondió que la cuestión de la comunión para los políticos pro-aborto no debe resolverse políticamente, sino pastoralmente. Por tanto, ni sí ni no

Ya sabemos, discernir, evaluar según las circunstancias y así hasta el infinito. Una cosa queda clara: Biden ha demostrado que no respeta al Papa, no respeta la jerarquía católica y sus enseñanzas, y ni siquiera respeta su fe, haciendo de esta fe una cuestión política.

Specola

¿Francisco legislador supremo? No, sepulturero del Derecho



El 10 de octubre Francisco puso en marcha un gigantesco sínodo sobre la sinodalidad, como para dar por primera vez la palabra a todo el pueblo de Dios. Sin embargo, inmediatamente hizo saber -por boca del secretario general del sínodo, el cardenal Mario Grech- que una vez redactado el documento final no se ha dicho que se deba votarlo. Al recuento de votos sólo se recurrirá en casos extremos, “como instancia última e indeseada”. En todo caso, para luego entregar el documento al Papa, que hará lo que quiera con él.

Que esta praxis del partido leninista sea la sinodalidad anhelada por Jorge Mario Bergoglio no es una sorpresa, dado el absolutismo monárquico desenfrenado con el que gobierna la Iglesia, sin comparación con los Papas que le precedieron.

Hasta ahora hay al menos dos pruebas contundentes de este absolutismo. La primera es conocida, la segunda menos.

*

La prueba conocida está dada por el modo en que Francisco pilotó los tres sínodos anteriores y, en particular, el de la familia, según reveló cándidamente el secretario especial de esa asamblea, el arzobispo Bruno Forte, al final de esa asamblea.

Era el 2 de mayo de 2016 y Forte, hablando en el teatro de la ciudad de Vasto, informó la respuesta que Francisco le había dado en la víspera del sínodo, a su pregunta sobre cómo había que proceder sobre el tema candente de la Comunión a las parejas ilegítimas:

“Si hablamos explícitamente de comunión a los divorciados vueltos a casar, ¡no sabes la que nos montarían éstos [es decir, los cardenales y obispos contrarios - ndr]! Así que no hablemos de manera directa, tu procura que figuren las premisas, luego ya sacaré yo las conclusiones”.

Después de lo cual Forte comentó, entre las sonrisas del auditorio: “Típico de un jesuita”.

Lo pagó caro. Ese docto arzobispo, que hasta entonces había estado entre los predilectos del papa Francisco e iba camino de una fulgurante coronación de su carrera, a partir de ese día cayó en desgracia. El Papa le puso una cruz. No lo volvió a llamar a su lado, no le confió ningún puesto de confianza, ni como consejero ni como ejecutor, lo eliminó como su teólogo de confianza, tuvo cuidado de no nombrarlo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ni presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, y mucho menos, él que es napolitano de nacimiento, obispo de Nápoles y cardenal.

Y esto sólo por haber dicho la pura verdad, como se reconstruyó con mayores detalles en esta publicación de Settimo Cielo:


*

La otra prueba, la menos conocida pero no menos grave, del absolutismo monárquico con el que Francisco gobierna el mundo católico, viene dada por la anormal cantidad de leyes, decretos, ordenanzas, instrucciones, rescriptos emitidos por él sobre los temas más dispares. Anormal no sólo por el número de medidas -que en pocos años han llegado a muchas decenas- sino más aún por la forma en que está reduciendo a escombros la arquitectura jurídica de la Iglesia.

Una revisión razonada de la babel jurídica creada por el papa Francisco se encuentra en un reciente volumen muy documentado, con un impresionante aparato de notas, de Geraldina Boni, profesora de Derecho Canónico y Eclesiástico en la Universidad de Bolonia, un volumen (disponible gratuitamente en la web) que ya en su título expresa un juicio severo: “La reciente actividad normativa de la Iglesia: ¿'finis terrae' para el 'ius canonicum'?”.

La profesora Boni, ya conocida por los lectores de Settimo Cielo, no pertenece al bando contrario, ni mucho menos. Fue nombrada en 2011 por Benedicto XVI como consultora del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos y “elaboró este volumen paso a paso a través de una continua consulta con el profesor Giuseppe Dalla Torre”, distinguido jurista y fiel a la Iglesia, su maestro y predecesor en la Universidad de Bolonia, así como presidente desde 1997 hasta 2019 del tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, y que falleciera prematuramente el 3 de diciembre de 2020 por complicaciones del Covid.

Al hojear las páginas de este libro, la imagen que surge es de devastación.

El primer golpe está dado por la marginación casi total del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos de las tareas que le competen, en primer lugar, la de “asistir al Sumo Pontífice como supremo legislador”.

Con el Papa Francisco, el Pontificio Consejo, que según sus estatutos tiene la tarea de elaborar y controlar toda la nueva legislación vaticana y está formado por clérigos de probada competencia canónica, no cuenta prácticamente para nada y se entera de cada nueva normativa como cualquier otro mortal, a posteriori.

Los textos de cada nueva norma son redactados por comisiones efímeras creadas cada vez ad hoc por el Papa, de las que casi nunca se conocen los miembros, y a veces, cuando se filtra algún nombre, resulta que es mediocre o que no tiene ninguna formación jurídica.

El resultado es que cada nueva norma, mayor o menor, provoca casi siempre una confusión en su interpretación y aplicación, que con frecuencia da origen a una posterior y desordenada secuencia de modificaciones y correcciones, que a su vez generan más confusión.

Uno de los casos más emblemáticos es el de la carta apostólica en forma de motu proprio “Mitis iudex dominus Iesus”, con el que Francisco quiso facilitar los procesos de nulidad de los matrimonios.

Una primera rareza es la fecha del motu proprio, publicado por sorpresa el 15 de agosto de 2015, en el intervalo entre la primera y la segunda sesión del Sínodo sobre la Familia, como para iniciar deliberadamente una práctica casi generalizada de declaraciones de nulidad, independientemente de lo que el sínodo habría podido decir al respecto.

Un segundo elemento negativo es el elevado número de errores materiales en las versiones del motu proprio en lenguas vernáculas, a falta del texto básico en latín “disponible incluso seis meses después de la entrada en vigor de la ley”.

Pero el desastre fue sobre todo de fondo. “Junto al pánico inicial de los operadores de los tribunales eclesiásticos”, escribe el profesor Boni, “se ha extendido una confusión verdaderamente vergonzosa. Actos normativos con ‘adendas’ y ‘correcciones’ de equívoco valor jurídico, procedentes de diversos dicasterios romanos -incluso circulando clandestinamente- y algunos también rastreables hasta el propio Sumo Pontífice, así como otros producidas por organismos atípicos creados para la ocasión, se han entremezclado con el resultado de agudizar posteriormente la situación ya de por sí caótica. [...] Una mezcolanza en la que incluso los tribunales apostólicos se han 'reciclado' como autores de normas a veces cuestionables, y los organismos con sede en Roma a unas decenas de metros han impartido instrucciones discordantes entre sí”.

El resultado ha sido un bosque de interpretaciones y sentencias discordantes, “en perjuicio de los desafortunados 'cristifideles', que al menos tienen derecho a un juicio justo igual”. Con el desastroso efecto de que “lo que se sacrifica es la consecución de una auténtica certeza por parte del juez sobre la verdad del matrimonio, socavando así esa doctrina de la indisolubilidad del vínculo sagrado, de la que la Iglesia, encabezada por el sucesor de Pedro, es depositaria”.

Otro bulto desordenado de normas tuvo que ver con la lucha contra los abusos sexuales, que, al ceder a una “presión mediática verdaderamente obsesiva” acabó sacrificando “derechos inalienables como el respeto a las piedras angulares de la legalidad penal, la irretroactividad del derecho penal, la presunción de inocencia y el derecho de defensa, así como el derecho a un juicio justo”. La profesora Boni cita en su apoyo a otro canonista importante, monseñor Giuseppe Sciacca, secretario del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el Tribunal Supremo del Vaticano, quién también denunció que se cediera en este asunto a “una justicia sumaria”, cuando no a “tribunales especiales de hecho, con todas las consecuencias, los ecos siniestros y los tristes recuerdos que ello conlleva”.

Se trata de un desorden normativo que amenaza también con socavar los pilares de la fe católica, por ejemplo, cuando obliga a denunciar ante las autoridades del Estado determinados delitos contra el sexto mandamiento. Mal formulada y mal interpretada, esta obligación parece difícilmente conciliable “con las obligaciones de secreto a las que están sujetos los clérigos, algunas de las cuales -y no sólo las que se remontan al secreto sacramental- son absolutamente inquebrantables”. Y esto “en un momento histórico particular, en el que la confidencialidad de las confidencias a los sacerdotes está ferozmente asediada en varios sistemas seculares, en violación de la libertad religiosa”. Los casos de Australia, Chile, Bélgica, Alemania y, más recientemente, Francia son prueba de ello.

El libro examina y critica a fondo otros numerosos actos normativos producidos por el actual pontificado, desde la reforma en curso de la Curia Romana hasta las nuevas reglas impuestas a los monasterios femeninos o a las traducciones de los libros litúrgicos. En particular, denuncia el recurso muy frecuente de uno u otro dicasterio de la curia vaticana a la “aprobación en forma específica” del Papa de cada nueva norma emitida por el mismo dicasterio. Esta cláusula, que excluye cualquier posibilidad de recurso, se ha utilizado en el pasado “muy raramente, y para casos marcados por la máxima gravedad y urgencia”. Mientras que ahora goza de un uso generalizado, “induciendo una apariencia de arbitrariedad infundada y poniendo en peligro los derechos fundamentales de los fieles”.

*

En definitiva, el libro merece que sea leído y meditado, como ha hecho recientemente en cuatro páginas densas, publicadas en “Il Regno” Paolo Cavana, profesor de derecho canónico y eclesiástico en la Universidad Libre de Maria Santissima Assunta de Roma y también discípulo de Giuseppe Dalla Torre, quien fue rector de esta universidad.

Hay que tener en cuenta que 'Il Regno' es la más noble de las revistas católicas progresistas que se publican en Italia, y no es sospechosa de ninguna aversión al papa Francisco.

Sin embargo, esto es lo que escribe Cavana al final de su reseña del volumen de la profesora Boni:

“Hay que preguntarse cuáles son las razones profundas de tal derivación, que parece totalmente inusual en la Iglesia católica, que siempre ha conocido tendencias antijurídicas en su seno, pero no a nivel del legislador supremo”, es decir, del Papa. “En la producción legislativa de este pontificado, el Derecho tiende a ser percibido prevalentemente como un factor organizativo y disciplinario, es decir, como una sanción, y siempre en una función instrumental con respecto a determinadas opciones de gobierno, no también como un instrumento fundamental de garantía de los derechos (y de la observancia de los deberes) de los fieles”.

El absolutismo monárquico que marca el pontificado de Francisco no podría estar mejor definido, a pesar del aluvión de palabras sobre la sinodalidad.

Sandro Magister

lunes, 1 de noviembre de 2021

Amenazan de muerte, otra vez, a la vocal de Vox que fue agredida de una pedrada


Continúa la campaña mafiosa contra Estefanía Martín Vega, vocal de Vox en el distrito de Cerro-Amate, en la ciudad de Sevilla.




Una agresión silenciada por muchos medios y no condenada por los demás partidos

Como ya pudisteis leer en Contando Estrelas, el pasado martes Estefanía fue brutalmente agredida de una pedrada en la cara, teniendo que ser hospitalizada. Antes de esta agresión ya había recibido amenazas de muerte. El ataque fue silenciado por la mayoría de los medios. El Ayuntamiento de Sevilla y los demás partidos no lo han condenado. Anteayer, el presidente de Vox Sevilla, Javier Cortés, denunció que tras haber llamado al alcalde, Juan Espadas (PSOE) y a otros organismos, la vocal agredida “sigue sin seguridad”.

La vocal agredida recibe nuevas amenazas de muerte en su domicilio

Mientras el Ayuntamiento, el resto de partidos y la mayoría de los medios miran hacia otro lado, anoche Estafía volvió a ser amenazada de muerte. Vox ha comunicado los hechos este mediodía, mostrando las imágenes de varios trozos de papel que fueron arrojados anoche a la vivienda de la vocal de Vox, con esvásticas impresas y el texto “puta de Vox fuera o muerta”.


“Hemos exigido al Ministerio del Interior protección”, ha anunciado Vox, que hace responsable al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, si a la vocal amenazada le ocurriese algo.

Vox Sevilla convoca una rueda de prensa ante el Ayuntamiento para este martes

Tras estas últimas amenazas de muerte, Vox Sevilla ha convocado una rueda de prensa para este martes 2 de noviembre a las 11:00 de la mañana a la puerta del Ayuntamiento de Sevilla, donde cargos y representantes municipales de Vox explicará a los medios “todo lo que está sucediendo con las amenazas y agresiones que está sufriendo nuestra vocal”. 

Este mediodía, Javier Cortés ha acusado a Juan Espadas y a su teniente de alcalde, Juan Carlos Cabrera, de no querer proteger a la vocal agredida y amenaza “porque es de Vox”. Así mismo, el concejal de Vox Gonzalo García de Polavieja ha criticado que el alcalde “no para de inaugurar actos de “Memoria Histórica” por toda Sevilla, mientras no es capaz de condenar agresiones y amenazas a una mujer de Vox ayer mismo”.

Desde aquí envío a Estefanía mi apoyo ante la campaña mafiosa que está sufriendo, y mi condena hacia esos ataques.

Elentir

Opus Dei. Agenda 2030 (post eliminado)



Seguramente, fruto de una prudente reflexión de cara a Dios y a la salvación de las almas, los encargados de la página https://opusdei.org han quitado el artículo que festejaba la «Agenda 2030» (el artículo se encontraba aquí: https://opusdei.org/es/article/agenda-2030-ods-laudato-si-aniversario/).

Nobleza obliga, también nosotros hemos decidido eliminar el nuestro (que se encontraba aquí: https://www.quenotelacuenten.org/2021/10/31/opus-dei-modelo-2030/), guardando debida copia de lo que allí estaba, por cualquier consulta

Dejamos, por si sirve, una hermosa imagen que nos llegó hoy y que, aunque hecha para España, bien podría servir de inspiración para varios de nuestros países hispanohablantes para,

Que no te la cuenten…

P. Javier

Encuentro de papa Francisco con el presidente de los EEUU, Joe Biden


(Del artículo de Specola recojo sólo aquello que se refiere a Francisco y Biden)


El encuentro entre el Papa Francisco y Biden está dando mucho que hablar. Nos dicen que hablaron de refugiados, clima, la pandemia, y hasta de béisbol. Los internautas están disfrutando con lo del béisbol y las imágenes en la que un muy justo Biden le dice al pontífice que era «el famoso jugador de béisbol afroamericano en EEUU». La pinta del Papa Francisco parece muy alejada de un afroamericano y mucho más de un deportista. El Papa Francisco se pierde al escuchar la traducción ¿Se le fue la cabeza a Joe Biden y confundió al Papa con un jugador de béisbol o el vídeo está sacado de contexto? Lo cierto es que hay interpretaciones de todo tipo.

No tenemos muchos obispos que al menos se han planteado la duda sobre la presunta bendición del Papa Francisco a las comuniones del abortero católico Biden. 
Viganò cree «desconcertante que, hasta la fecha, no haya llegado ningún comentario aclaratorio de la Oficina de Prensa del Vaticano. Esto sugiere que las palabras de Joe Biden son ciertas y que Bergoglio realmente las pronunció». «Es evidente que estas declaraciones representan un escándalo sin precedentes, ya que no condenan las posiciones de un político, figura a favor del aborto, desconoce la posición inmutable del Magisterio de la Iglesia y suena como una clara invitación a cometer un sacrilegio, profanando la Santísima Eucaristía al recibirla en estado de pecado público y manifiesto».
Otro obispo que ha dicho algo sensato, y que los medios italianos recogen, es 
Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre , obispo de San Sebastián, en el País Vasco en España y presidente de la Comisión de Comunicación Social del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas: “Estas increíbles declaraciones revelan el carácter moral de quienes son capaces de comprometer y manipular al Papa con la intención lavar su conciencia manchada por la sangre de tantas vidas inocentes injustamente eliminadas … Biden le asegura que el Papa le dijo que era un «buen católico» y que tenía que seguir «recibiendo la comunión» ». Lo suponemos preparado para las represalias, decir estas cosas hoy no está bien visto, de hecho es de los pocos que las dicen.
En Estados Unidos no tenemos mucha cosa, por ahora, sobre el desconcierto creado y que les afecta más directamente. 
José Gómez, presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, destacó el desacuerdo entre el presidente y el episcopado sobre el tema del aborto. Los obispos de los Estados Unidos se reunirán para votar un documento que aborde la enseñanza sobre la recepción de la Eucaristía de manera digna. 
Thomas Tobin, obispo de Providence, este 27 de octubre: «Querido Papa Francisco, usted ha afirmado valientemente que el aborto es un» asesinato «. Diríjase al presidente Biden sobre este tema crítico. El apoyo persistente de Biden al aborto es una vergüenza para la Iglesia y un escándalo para el mundo».

El rector de la iglesia de San Patrizio en Roma, el padre Steven Petroff dio Comunión de Biden y dice estar muy seguro de lo que ha hecho:
“El Papa dice que la comunión es una medicina para quien la necesita, para todos, para cada uno de nosotros. Así que no tuve ninguna dificultad en seguir la dirección y el ejemplo que nos da el Papa Francisco. Si tienes la intención y el espíritu correctos, la Eucaristía no se puede impedir a nadie «. Por eso fue «natural para mí dársela el anfitrión».

Y yo digo: ¡Que Dios nos pille confesados! 

Por favor, Santidad, desmienta a Biden (Carlos Esteban)



Por supuesto, Francisco no le dijo al presidente Biden en su audiencia privada de más de una hora que debería seguir comulgando. La idea del Vicario de Cristo recomendando la continuación de un sacrilegio es demasiado absurda. Pero cada minuto que pasa sin que el Vaticano lo desmienta es un escándalo para los fieles.

Porque imaginen por una décima de segundo lo que significaría esa sencilla, casi protocolaria frase. Olviden por un momento la excomunión latae sententiae en que incurre quien favorece el aborto, no hace falta. Es, en cualquier caso, un pecado mortal especialmente grave permitir y aún alentar la eliminación en el seno de su madre de cientos de miles de niños.

Esa frase significaría una de estas tres cosas, o una combinación de ellas:

- Que el aborto no es un pecado mortal, por más que el Papa lo haya comparado con la contratación de un asesino a sueldo.

- Que no hace falta estar en Gracia de Dios para recibir la Sagrada Eucaristía, contradiciendo la sólida, reiterada y nunca interrumpida doctrina de dos mil años.

- Que el Papa, para complacer a un poderoso que tiene por aliado, esté dispuesto a mentir en algo tan esencial, poniendo en gravísimo peligro el alma inmortal de Joe Biden y la de cientos de miles de fieles debido al escándalo.

Si se les ocurre una cuarta, háganmelo saber.

También dice Biden que el Papa le ha dicho que es un buen católico. No conozco a ningún buen católico decir de sí mismo que es un buen católico, es casi una contradicción en los términos teológica. Pero en este caso concreto confirmaría en el líder norteamericano en la idea de que su esfuerzo por ampliar y consagrar el aborto como un derecho es bueno. Lo cual es monstruoso.

Así que no, de ninguna manera, es completamente absurdo que el Papa haya dicho semejante cosa. De modo que sólo queda la opción, bastante más creíble, de que Biden miente, o que, dado su avanzado estado de demencia senil, entendió mal al Santo Padre.

Naturalmente, la Santa Sede no puede permitir, por el terrible daño que se haría a los católicos de todo el mundo, que semejante disparate pase por mensaje del Papa, no importa cuán privado y oficioso sea. Sería un golpe demasiado contundente a la credibilidad del Papado. No es uno de esos casos en que, por motivos de diplomacia, resulte mejor callar y dejar pasar una mentirijilla. Porque no es una mentirijilla, es sencillamente atroz y contrario a la misión del Papa de confirmar en la fe a los creyentes, infinitamente más importante que cualquier estrategia política a corto o largo plazo.

El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, ante las preguntas de los periodistas, respondió: “Yo lo consideraría una conversación privada”. Y añadió que el Vaticano solo confirmaría lo que se dijo en la nota pública, dejando que el público juzgase por su cuenta la veracidad del recuerdo de Biden. En serio.

Esta mañana me he asomado al órgano oficial de la Santa Sede en la red, Vatican News, esperando ver una contundente rectificación como primera noticia. Nada, ni un apunto. La primera noticia era: ‘El Papa: del grito de la tierra y de los pobres un llamamiento a cambiar el modelo de desarrollo’. 

Que Dios tenga piedad de nosotros.

Carlos Esteban

--------

Esto es lo que yo he encontrado en la página web del Vaticano sobre el  encuentro del papa Francisco con Joe Biden:


Añado la traducción en español:

Esta mañana, viernes 29 de octubre de 2021, S.E. Joseph R. Biden, Presidente de los Estados Unidos de América, ha sido recibido en audiencia por el Santo Padre Francisco y sucesivamente se ha encontrado con Su Eminencia el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, acompañado por S.E. Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.

En el transcurso de sus cordiales conversaciones, se ha hablado del
compromiso común con la protección y el cuidado del planeta,
de la situación sanitaria y la lucha contra la pandemia del Covid-19
así como del tema de los refugiados y la asistencia a los migrantes
También se hizo referencia a la protección de los derechos humanos
incluido el derecho a la libertad de religión y de conciencia.

Por último, las conversaciones permitieron intercambiar opiniones sobre
algunas cuestiones relativas a la actualidad internacional, 
también en el contexto de la próxima cumbre del G20 en Roma
y sobre el fomento de la paz mundial mediante la negociación política.

Y las dos capturas de pantalla que se refieren a esto:

domingo, 31 de octubre de 2021

El abominable crimen del aborto, el lio del Papa Francisco y Biden, ¿el santo realismo?, San Martin Lutero, las comuniones indignas.



Nadie puede ser un buen católico y un abortista convencido al mismo tiempo. Las cosas son claras y ya estamos cansados de que los mismos de siempre la intente liar. Es muy fácil adivinar que en un futuro, que esperemos no sea muy lejano, dirán de nosotros de todo y más por ser el periodo de la historia de la humanidad en que hemos asesinado a más niños, de forma legal, y además sintiéndonos orgullosos. Son asesinos los que ejecutan el asesinato, pero no menos los que aplauden o callan. Ante la vida y la muerte, juegos los justos. La vida es el principal don que Dios da a los hombre porque sin la vida no hay posibilidad de otros dones. Privar a un ser humano de su vida es privarlo de todos los dones que Dios había previsto para él y privarnos a los todos los demás de todos los dones que Dios nos habría dado en él. Tanto respeto a la naturaleza, tantas pachamamas, tanta preocupación por si el planeta se calienta o se enfría y asistimos impasibles al terrible asesinato masivo de millones de seres humanos. Es demoniaco , muy demoniaco y todos los que intentan justificarlo de alguna manera está muy claro para quién trabajan.

El encuentro entre Biden y el Papa Francisco fue inusualmente largo, es cierto que con necesario traductor lo que complica y alarga las cosas. No sabemos, es posible que no lo sepamos nunca, qué le dijo o dejó de decir el Papa Francisco sobre recibir o no la comunión al abortero católico Biden. Si lo dijo claro y lo tradujeron bien, o si fue confuso y mal traducido, Biden, que anda un poco justo y no está para muchas alegrías mentales, parece que entendió con claridad que ancha es Castilla y sin problemas. ¿Miente?, ¿no es capaz de comprender?, ¿Es una parte de la verdad? 

El Papa Francisco no goza entre sus gracias la de ser muy claro y cada vez que se desata la lía, el paso del tiempo no le esta ayudando nada en claridades. Los ejemplos son centenares y ya son míticas sus ruedas de prensa y entrevistas, cada una con su lío adjunto. Biden se ha dado prisa en comulgar el sábado en la iglesia americana de Roma y hoy domingo en San Pedro. La foto a casa se la lleva y para muchos eso ya es suficiente argumento de autoridad

Hoy contamos con muchos artículos, Tosatti: «Queridos amigos católicos, esperemos que Biden mienta. De lo contrario, hay problemas …». Viganò que sigue y conoce muy bien el caso por su trabajo como nuncio en Estados Unidos: «Es desconcertante que, hasta la fecha, no haya llegado ningún comentario aclaratorio de la Oficina de Prensa del Vaticano. Esto sugiere que las palabras de Joe Biden son ciertas y que Bergoglio realmente las pronunció».

-------

Nos ofrecen un extracto del nuevo libro de Matteo Matzuzzi, «Holy Realism – The Vatican as an International Political Power from John Paul II to Francis»: «Mirando la forma de concebir las relaciones de la Santa Sede durante los ocho años del pontificado de Ratzinger, se dijo que Benedicto XVI perseguía una «diplomacia de la verdad» (…) debemos oponernos a una dictadura positivista de la razón que excluye a Dios de la vida de la comunidad y de los sistemas públicos, privando así al hombre de sus criterios específicos de medida». Hoy parece imponerse lo que el autor llama el ‘santo realismo’ que no es algo nuevo así las políticas del concordato con concesiones a Napoleón, con Pío VII que bendijo al emperador mientras bajaba la corona sobre su cabeza. El objetivo parece la supervivencia de la Iglesia olvidándose de la capacidad para llevar a cabo de la mejor manera su misión entre los hombres de nuestro tiempo. El realismo manda incluso a costa de negarse a conceder audiencia al cardenal Zen pocos días después de oficializarse la renovación del acuerdo provisional chino.

--------

El Papa Francisco sigue con sus cosas climáticas dispuesto a enfriar el planeta, todo, y con todas sus fuerzas. Hoy conocemos la publicación de ‘Laudato si reader’, en vísperas de la Cop26. El Papa Francisco en su presentación explica cómo las «crisis» son «también ventanas de oportunidad», «para reconocer y aprender de los errores del pasado «, «cambiar los malos hábitos «. «El pasado reciente nos ha demostrado que son sobre todo nuestros niños los que han comprendido el alcance y la enormidad de los desafíos a los que se enfrenta la sociedad, especialmente la crisis climática», «debemos seguir su ejemplo», «es hora de actuar» juntos».

-------

Mascarucci nos ofrece esta reflexión sobre lo que él cree que es una protestantización progresiva de la Iglesia católica, comenzando por su principal exponente, el ex monje agustino Martín Lutero
«Es desconcertante leer cómo el impostor Martín Lutero ha entrado desde hace mucho tiempo en la Iglesia con todos los honores, con lo que cada vez más aparece como una rehabilitación plena del monje rebelde, autor del cisma protestante y excomulgado por la Iglesia católica bajo el pontificado de León X. No se trata aquí de estar a favor o en contra del diálogo entre católicos y luteranos, pero lo inaceptable es la exaltación por parte de los líderes de la Iglesia del ex monje agustino»
La rehabilitación se hace presente después del Concilio Vaticano II, según los deseos de Karl Rahner, Hans Kung y los partidarios de la hermenéutica de la discontinuidad que veían al protestantismo como modelo para una nueva Iglesia católica, completamente desconectada de la tradición y sobre todo del culto mariano que Lutero ya consideraba, como el de los santos, idolatría, pero con Papa Francisco ciertamente vemos una aceleración desconcertante.

--------

Exorcistas de todo el mundo reunidos en Roma discutieron el vínculo entre la pandemia y Satanás. El aumento de las solicitudes de exorcismos durante la pandemia no fue una sorpresa. El aumento de las solicitudes de exorcismo también se vio impulsado en parte por el hecho de que la gente no podía asistir: “Son muchos los casos de personas que no hemos podido ver por las restricciones de Covid y que ahora se dirigen a nosotros”. Que el demonio anda muy suelto no es complicado de demostrar. Es palpable.

-------

Terminamos con el Santo Cura de Ars hablando de las comuniones indignas:
«Cualesquiera que sean los terrores que las comuniones indignas puedan poner en el corazón del hombre por los castigos espantosos que nos atraen, todavía no es nada si los comparamos a aquellos de los que Jesucristo hace caer sobre las almas; y estos castigos son ordinariamente, el endurecimiento durante la vida y la desesperación a la hora de la muerte. El buen Dios, en castigo de sus abominaciones, abandona a este desgraciado a su ceguera; el demonio, que le engañó durante su vida, se deja percibir sólo en el momento en que prevé que el buen Dios lo abandona; va de crimen en crimen, de sacrilegio en sacrilegio, acaba por no pensar más en eso y se traga la iniquidad como el agua; por fin, a pesar de todo el tiempo que tuvo y los socorros de la gracia, muere en el sacrilegio como vivió».

«…amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que estos».

Buena lectura.












SPECOLA

Opus Dei, ¿modelo 2030? (Padre Javier Olivera Ravasi)



Tocar el tema de «La Obra» es meterse en camisa de once varas; y esto no porque existan tópicos que sería mejor “ni mencionar” (como dice San Pablo), sino porque al hacerlo, uno tiene la sensación de que, al criticar ciertas posturas de algunos de sus miembros, se estaría llevando agua para el molino enemigo.

Y no es así.
Ni adherimos a la leyenda negra de los Dan Brown de este mundo o de ciertos ex-miembros que dejaron el Opus Dei (con culpas compartidas, seguramente) ni tampoco creemos que todo sea color de rosa. Porque desde que el hombre es hijo de Adán, nada lo es.
Sin embargo, el creciente número que, año tras año -según nos informan- está abandonando esa institución (por las mejores razones), debería hacer reflexionar a quienes se encuentran a la cabeza de la misma. Una de ellas sea quizás, lo que recientemente ha circulado en internet, conforme a la misma página oficial, haciéndose eco del 5º aniversario de la Agenda 2030 (en rigor de verdad, el texto data del 25 de Septiembre de 2020 pero aún permanece en la página como entre los más vistos a fines de octubre de 2021).


Captura de pantalla, página https://opusdei.org/es/ (30/10/2021; ver al fondo, a la derecha)

¿Qué se dice allí? Pues lo que ya se sabe, que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han sido aprobados por las Naciones Unidas e intentan un “desarrollo integral: social, económica y ambiental” de la humanidad por medio de 17 objetivos, entre los cuales se señalan, específicamente:

– “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas” (objetivo 5).

– “Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible” (objetivo 16).

Asimismo, se recalca que “la Agenda 2030 es perfectamente asumible por la Iglesia”, creyendo (¿ilusamente?) que lo que el mundo entiende hoy por “inclusivo”, “empoderamiento”, “igualdad entre los géneros”, no es otra cosa que modos diversos de expresar la misma realidad.


Fuente:


Y uno se pregunta: ¿en serio lo creerán?

- “Es que ciertos encumbrados funcionarios eclesiásticos están fomentando también esta agenda” -dirá alguno.

- "Pues sí; pero aunque así lo hicieran, no pasaría de ser un acto político, es decir, prudencial y, por ello mismo, falible".

En fin; Dios quiera que algunos se den cuenta.

Porque una cosa es “amar apasionadamente al mundo” y otra pernoctar con él…

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

sábado, 30 de octubre de 2021

¿El Papa Francisco desatado?, el buen católico y abortista Biden en Vaticano, la pirámide invertida, necesitamos santos.



Como era previsible, por desgracia más que previsible, a pesar de las cautelas y controles de los medios del Vaticano, ya tenemos la polémica servida. A determinadas edades se pierde el control y no es previsible lo que puede suceder, ayer tuvimos el encuentro entre Biden, con evidentes signos de senilidad, y el Papa Francisco que ha entrado en una fase desatada. Esto en el Vaticano lo saben, lo ven, lo intentan controlar, pero dada la naturaleza del personaje, es altamente improbable que se consiga.

Los líos papales nos acompañan desde el inicio del pontificado, no olvidamos las explicaciones de Lombardi, pero en este momento asistimos a un crescendo preocupante. Tosati nos recuerda un reciente episodio referido al movimiento Black Lives Matter, que apoya el aborto, son marxistas y anticristianos. Da la impresión de que el Papa Francisco está rodeado de gente que en lugar de inculcarle la prudencia y la cautela, necesaria en tiempos difíciles y en campos que no son los suyos lo empujan a seguir la corriente políticamente correcta. En un discurso en el cuarto encuentro mundial de movimientos populares el sábado pasado, el Papa Francisco apoyó las destructivas «protestas» que estallaron tras la muerte de George Floyd en 2020, describiendo a los involucrados en el movimiento como «samaritanos colectivos»: “¿Sabes lo que me viene a la mente ahora cuando, junto a los movimientos populares, pienso en el Buen Samaritano? ¿Sabes lo que me viene a la mente? Las protestas por la muerte de George Floyd». El Papa Francisco abundó en el argumento: «está claro que este tipo de reacción contra la injusticia social, racial o machista puede ser manipulada o explotada por maquinaciones políticas o de otro tipo, pero lo principal es que, en esa protesta contra esto muerte, estaba el Samaritano Colectivo que no es tonto!». «Este movimiento no cruzó la calle cuando vio la herida a la dignidad humana provocada por un abuso de poder». Life Site News se ha puesto en contacto con la Oficina de Prensa de la Santa Sede para solicitar una aclaración sobre los comentarios del Papa, pero aún no ha recibido respuesta.

El presidente Biden ha proclamado a los cuatro vientos que el Papa Francisco, durante la audiencia privada, lo alentó a seguir recibiendo la Sagrada Comunión. El papa no ha negado nunca la comunión a nadie porque no se la ha dado nunca a nadie, al menos desde que es pontífice. El Vaticano ha salido corriendo diciendo que no comenta declaraciones específicas atribuidas al Papa durante «una conversación privada»: «Lo consideraría una entrevista privada, limitada a lo que se dijo en la declaración pública». El comunicado oficial del Vaticano nos cuenta que hablaron del medio ambiente, la pandemia del coronavirus, los refugiados y los derechos humanos. Según el informe del grupo de reporteros de la Casa Blanca, Biden dijo a los periodistas que él y el Papa no discutieron el aborto: “No, no fue así. Acabamos de hablar sobre el hecho de que él estaba feliz de que yo fuera un buen católico y de que yo continuara recibiendo la Comunión». Como informamos ayer, se evitó el video directo del encuentro, se esperaban problemas y los problemas están. Controlar a Biden parece complicado, controlar al Papa Francisco imposible.

Biden ya no es solamente un católico, es un ‘buen católico’ a pesar de ser el presidente estadounidense más abortista de la historia. Esperemos que esto no quiera decir que un católico que no defiende al aborto es un mal católico, pero una cosa o la otra, las dos no pueden ser. En la Iglesia contemporánea, en general, asistimos a que las opiniones han reemplazado a la Doctrina: las ideas puramente humanas dominan de hecho los discursos y homilías. De los novísimos nos quedan la muerte y el paraíso, y en pocas ocasiones.

Biden apareció como un católico practicante que encarna el «principio estadounidense» del pluralismo de una sola nación, regido por la Constitución y sus «artículos de paz». Entre los regalos de Biden encontramos una casulla de los años 30 encargada al conocido sastre Gamarelli, que ha sido utilizada por los jesuitas de la iglesia de la Santísima Trinidad, en Washington. Mucho nos tememos, que a pesar de su magnífico estado de conservación, el Papa Francisco no la utilizará. No ha pasado desapercibida la imagen de la traductora del encuentro entre Biden y el Papa Francisco, la misma que en el encuentro con el temido Trump, hoy sonriente, ayer muy tensa.

Benedicto XVI recordaba que: «La verdad, al dejar que los hombres escapen de opiniones y sensaciones subjetivas, les permite ir más allá de las determinaciones culturales e históricas y encontrarse en la valoración del valor y la sustancia de las cosas. La verdad abre y une las inteligencias en el logos del amor: este es el anuncio y el testimonio cristiano de la caridad. En el contexto social y cultural actual, en el que está generalizada la tendencia a relativizar la verdad, vivir la caridad en la verdad lleva a entender que la adhesión a los valores del cristianismo no solo es útil sino indispensable para la construcción de una buena sociedad y verdadero desarrollo humano integral. Un cristianismo de caridad sin verdad puede confundirse fácilmente con una reserva de buenos sentimientos, útil para la convivencia social, pero marginal. De esta manera ya no habría un lugar real para Dios en el mundo».

Son tiempos de «pirámide invertida» símbolo comúnmente utilizado por los grupos de heavy metal, uno de los símbolos más prolíficos del satanismo. La pirámide apuntando hacia abajo ya no conduce a un encuentro con Dios, a Su conocimiento y a Su comunión, conduce a un encuentro con lo más bajo … Se asocia con la masonería, con el espiritismo, utilizado en el llamado «camino de la mano izquierda», practicado por satanistas, ocultistas y magos. Los exorcistas de todo el mundo se han reunido para la decimoquinta conferencia anual sobre exorcismo. Se les ha aconsejado que no lleven a cabo rituales en pacientes con Covid, pero constatan que las solicitudes de ayuda aumentaron durante la pandemia.

Sigue siendo un misterio la decisión del Papa Francisco, de no estar presente en la cumbre mundial del clima que comenzará en unos días en Escocia, en Glasgow. En su mensaje oficial sigue con lo mismo: «Nos encontrábamos débiles y llenos de miedos, inmersos en una serie de crisis: sanitaria, medioambiental, alimentaria, económica, social, humanitaria, ética. Crisis transversales, fuertemente interconectadas y precursoras de una tormenta perfecta, capaz de estallar los lazos que envuelven a nuestra sociedad dentro del precioso don de la creación ”.

La nueva Iglesia de hoy se parece a esa «grande, extraña y extravagante», que vio Caterina Emmerich hace dos siglos, invadida por discursos humanos, «diálogos» estériles, «comparaciones» interminables, que no llevan a ninguna parte, que reacciona ante una pandemia invitando a los fieles a vacunarse, olvidándose del verdadero sentido de la vida y de la muerte. Esta Iglesia coloca al hombre en el centro, ya no se preocupa por su alma. ¿Hemos olvidado que tarde o temprano tendremos que comparecer ante Dios? Para renovar verdaderamente la Iglesia, no se necesitan ideas u opiniones , sino… Santos para imitar porque están estrictamente injertados en Cristo y Su Palabra.


«…el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Buena lectura.

Specola