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martes, 17 de agosto de 2021

Recordando un libro de Blas Piñar sobre la Guerra Civil. Por Mateo Palliser

EL CORREO DE ESPAÑA

 


Blas Piñar, La Iglesia y la Guerra española de 1936 a 1939. Actas, Madrid 2011, 343 pp. ISBN 978-84-9739-114-6.


A pesar de que han transcurrido diez años ya desde la aparición de esta obra su contenido sigue siendo tan actual como cuando se publicó. Su autor nos muestra que para entender bien la guerra civil española hay que verla desde su trasfondo religioso: un enfrentamiento entre los defensores de la civilización cristiana, por un lado, y los partidarios del comunismo ateo, por el otro. Asimismo, explica el papel que la jerarquía eclesiástica desempeñó durante nuestra guerra y en el régimen de Franco, lo que resulta esencial para comprender la historia reciente de España. Sirvan estas líneas como modesto homenaje a Blas Piñar y a todos los alzados el 18 de julio.

En este libro Blas Piñar describe la actitud de la Iglesia ante la guerra civil española. El autor defiende dos tesis: primera, la guerra civil fue, en realidad, una Cruzada, pues así la calificaron en su día las autoridades eclesiásticas; sin embargo, y esta es la segunda tesis, a partir de mediados de los años sesenta, tras el Concilio Vaticano II, la jerarquía eclesiástica decide irse distanciando del régimen de Franco y empieza a favorecer una interpretación secularizada de nuestra guerra civil, en abierta oposición a lo mantenido hasta ese momento. El autor aporta una profusión de citas para probar ambas tesis. La obra se compone de un prólogo y de dos partes. La primera titulada “De guerra civil a Cruzada” (pp.21-135) desarrolla la primera de las tesis mencionadas; mientras que la segunda parte “De Cruzada a Guerra Civil” (pp.137-343) se dedica a justificar la segunda tesis del autor.

En el prólogo se expone ya la finalidad de este escrito: “dar testimonio a las nuevas generaciones de lo que fue la Cruzada española de 1936 a 1939, (…) así como de lo que yo llamo ´proceso secularizador´, que ha ido minando y destruyendo todo lo que supuso y significó dicha Cruzada y el Estado confesional que nació de ella, católico, nacional y social, al servicio del bien común” (p.11).

La primera parte se subdivide en siete capítulos. En el primero se recuerda la doctrina tradicional sobre la guerra justa. En contra de la difundida opinión que condena la violencia venga de donde venga, Piñar sostiene que la violencia “no es intrínsecamente mala. El juicio moral que la misma merece está en función de la causa que la mueve, del fin que haciendo uso de la misma se persigue y del modo razonable y prudente de utilizarla” (p.24). De ningún modo cabe equiparar la violencia ilegítima del delincuente con la violencia legítima del estado que impone un justo castigo a ese criminal. La guerra, al igual que la violencia, tampoco es en sí misma inmoral, sino que puede ser justa y legítima si cumple, al menos, tres requisitos: que sea declarada por la autoridad competente, que la causa sea justa y que haya recta intención (p.27). Estas tres condiciones se dieron en la guerra española, que no solo fue justa, sino santa (pp. 30-32).

En el capítulo II, Piñar defiende que la guerra civil española fue, además de una guerra santa, una auténtica Cruzada. En apoyo de esta afirmación aporta una gran cantidad de testimonios de obispos, religiosos y seglares. De especial importancia es un texto del cardenal Pla y Deniel, en el que el ilustre prelado sostiene que “La bendición de Pío XI a los heroicos combatientes de la España Nacional consagraba el carácter de cruzada de la guerra española. No había sido esta Cruzada ni ordenada ni convocada por la Iglesia, pero fue reconocida y bendecida como tal por Pío XI el 14 de diciembre de 1936… y el Papa no bendice más que a los Cruzados” (p.40). El capítulo III está dedicado a los mártires de nuestra Cruzada, muchos de ellos ya canonizados y otros todavía en proceso de beatificación. El autor recuerda expresamente al requeté Antonio Molle Lazo (p.54) y sobre todo a Antonio Rivero, conocido como el “Ángel del Alcázar” (pp.54-59).

El capítulo IV, uno de los más breves del libro, recoge las felicitaciones que el cardenal Gomá y Pío XII hicieron a Franco tras su victoria y en las que expresan su deseo de que se reconstruyan las tradiciones cristianas españolas; así como las respuestas del Generalísimo, comprometiéndose a restaurar el orden cristiano en España, cosa que, efectivamente, se llevó a cabo en los años siguientes. En el capítulo V se hace una semblanza de la figura de Franco. Se aporta una amplia muestra de juicios elogiosos acerca de su persona, realizados por diversas personalidades. Se recuerda también el activo papel de Franco en la salvación de judíos durante la II Guerra mundial (pp. 82-85), así como su testamento (pp.85-88), en el que se manifiestan con claridad sus profundas virtudes cristianas.

El capítulo VI describe las muy cordiales relaciones de la Santa Sede con el gobierno de Franco (pp.90-99). Las altas jerarquías eclesiásticas tuvieron siempre muy claro que debían apoyar al bando nacional y desde el principio del conflicto quisieron tener un representante acreditado ante el gobierno de Burgos. El capítulo VII y último de esta primera parte glosa la actitud de los Papas Pío XI y Pío XII ante la contienda. El primero publica el 19 de marzo de 1937 su encíclica Divini Redemptoris, en la que condena el comunismo, incluyendo en su párrafo 20 una referencia expresa a las atrocidades que estaba cometiendo en España (p.101) y prohibiendo a todo católico –párrafo 68- la colaboración con esta ideología, a la que califica de intrínsecamente perversa (p.102). Del Papa Pacelli se reproduce su felicitación –ya mencionada- a Franco tras la victoria, así como diversos mensajes congratulándose por el resultado de la guerra y apoyando al gobierno nacional (pp.117-124). Esta primera parte se cierra con un apéndice que recoge el famoso poema de Paul Claudel A los mártires españoles (pp.131-135).

La segunda parte de este libro, mucho más extensa que la primera, está formada por otros siete capítulos. En ellos asistimos a un proceso insólito. A partir de la finalización del Concilio Vaticano II, la Iglesia se alía con sus enemigos tradicionales –el marxismo y la masonería- con el propósito de destruir el estado confesional católico existente por entonces en España y surgido de una verdadera Cruzada en contra de los enemigos de la civilización cristiana.

El capítulo VIII pone al descubierto cuál fue la táctica de los vencidos, que consistió en eliminar el carácter religioso de nuestra guerra civil para convertirla en una mera lucha fratricida. Para ello se recurrió a la manipulación del lenguaje. Se puso en circulación una serie de palabras engañosas tales como: reconciliación, reforma y superación, que encubrían, en realidad, la revancha, la ruptura y la demolición del régimen del 18 de julio (pp.143-147). La propia jerarquía eclesiástica contribuyó a la secularización de la Cruzada, dejando de usar el término, primero, y descalificándolo, después (pp.147-149). A continuación, Piñar muestra como este cambio de actitud de varios obispos influyó en destacados seglares católicos que empezaron a rechazar la aplicación del término “Cruzada” a nuestra guerra civil (pp. 149 y ss.). En este contexto, Piñar pasa revista a los principales escritores católicos que, ya durante la guerra civil española, negaron su carácter de Cruzada, caso de Maritain, Bernanos y Sturzo (pp.155-157). Este capítulo finaliza con una referencia al importante papel jugado por la masonería en este proceso secularizador (pp. 158-161).

En el capítulo IX se relatan los intentos de sepultar en el olvido a los mártires cristianos de la Cruzada, con la excusa de la necesidad de reconciliación y de olvido de los enfrentamientos pasados (pp. 162-172). Se aborda aquí también la cuestión de los asesinatos cometidos en zona nacional, los cuales fueron algo excepcional, no habitual; y se aclara que los sacerdotes vascos separatistas ejecutados por los nacionales fueron fusilados por delitos de lesa patria, no por odio a la fe católica, por lo que de ninguna manera cabe considerarlos mártires (pp.176-180).

La figura de Franco tampoco iba a quedar al margen de los ataques contra el régimen surgido del 18 de julio. El capítulo X nos ilustra sobre la campaña de desprestigio que tuvo que soportar el Generalísimo. El autor desmonta también las versiones falseadas por los rojos de algunos episodios de la guerra civil, tales como el bulo de la matanza de dos mil personas en la plaza de toros de Badajoz (pp.195-199) o sobre el bombardeo de Guernica (pp.199-200).

El cardenal Tarancón es el protagonista del capítulo XI. En realidad, no fue más que el ejecutor de las consignas de Roma, “que exigían la desaparición de un Estado confesional católico y la sustitución del mismo por el que nos ha deparado la Transición” (p.204). Se pasa revista a las opiniones y a la actuación del prelado sobre diversos asuntos: la unidad católica, los partidos políticos, la confesionalidad del Estado, las relaciones con Franco, el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen de Fátima y sus relaciones con monseñor Guerra Campos. Blas Piñar en ocasiones contrapone dos textos escritos por el propio Tarancón, uno anterior al Concilio y otro posterior, ambos sobre el mismo tema y totalmente opuestos en sus afirmaciones. El retrato que aflora del Cardenal del cambio es, ciertamente, penoso, pero difícilmente rebatible.

El capítulo XII muestra cómo Pablo VI y sus colaboradores, principalmente Villot, Benelli y Casaroli fueron los impulsores del distanciamiento de la Iglesia con el régimen de Franco, el cual culminó con la aprobación de la Constitución de 1978, apoyada mayoritariamente por los obispos españoles (p.225), con la excepción de don Marcelo González, que publicó con la firma de ocho obispos y poco antes del referéndum, una pastoral señalando las grandes deficiencias de la Constitución (pp.225-226). Lamentablemente, el tiempo le ha dado la razón. Piñar describe también cómo por la vía de los obispos auxiliares, en cuyo nombramiento no intervenía para nada el Gobierno, se fueron nombrando gran cantidad de obispos desafectos al régimen y deseosos de enterrar el estado confesional (pp.227-229). En flagrante contradicción con el Magisterio anterior empiezan a aparecer obispos que no solo elogian al socialismo y al comunismo, sino que, además, colaboran con ellos, con los enemigos de la Iglesia (pp.230 y ss.). Se trata de una auténtica traición, que tiene uno de sus episodios más infames en la colaboración de diversos eclesiásticos con el grupo de terroristas de ETA (pp.242-243).

El capítulo XIII se centra en Pablo VI. Su hostilidad hacia el franquismo era manifiesta y su motivación biográfica. Al parecer, su hermano menor “se alistó en las Brigadas Internacionales y murió en el campo de batalla luchando en el Ejército rojo” (p.259). Un episodio oscuro en la vida de Montini fue el de sus contactos durante el papado de Pío XII con la URSS, a través de monseñor Tondi, su secretario personal y agente del KGB, el cual pasó información a los soviéticos que facilitó el fusilamiento de varios sacerdotes que se habían introducido disfrazados en los países del Telón de acero (pp.259-261). Ya nombrado Papa, dirigió desde Roma el olvido de la Cruzada y la voladura del Régimen del 18 de julio (pp.270 y ss.). Otro episodio revelador de la personalidad de Montini fue su petición de indulto para unos asesinos terroristas, a la vez que guardaba silencio sobre sus víctimas (pp.276-279). El retrato que aflora de Montini es desolador. El propio Piñar intenta al final de este capítulo maquillar en lo posible la imagen de Pablo VI, recordando la promulgación de la encíclica Humanae Vitae o su Credo del pueblo de Dios (p.280). En este capítulo el autor aborda, además, aunque de pasada, la controvertida cuestión acerca de la continuidad o no entre la Iglesia anterior y la posterior al Concilio Vaticano II. Al principio del capítulo recuerda la diferencia entre dogma y pastoral: “El dogma es intangible, no se discute, no se puede mutilar o exponer de tal forma que se niegue la verdad revelada. La pastoral, sin embargo, es discutible, puede variar en función del cuándo (tiempo), del cómo (método) y para quienes (lugar); pero puede ser equivocada, inducir a confusión y, a veces, no evangelizadora, sino todo lo contrario” (p.257). La distinción es exacta, sin embargo, la doctrina cristiana no se reduce a los dogmas definidos, sino que es mucho más amplia; y el problema radica en que en algunos puntos clave, como el ecumenismo, la libertad religiosa o la colegialidad, la doctrina emanada del Vaticano II parece contraria a la defendida anteriormente. El propio Piñar no ve cómo compatibilizar el contenido del decreto conciliar sobre la libertad religiosa con el magisterio precedente (pp.264-267).

El último capítulo del libro describe la colaboración católico-marxista para acabar con el régimen de Franco. En el epílogo, Blas Piñar lamenta que la revolución haya alcanzado sus objetivos en España: “descristianizar a nuestro pueblo, romper la unidad de España y corromper ideológica y moralmente a los españoles” (p.319). El libro se cierra con dos apéndices: una homilía de monseñor Guerra Campos y un sueño escrito por Carrero Blanco en 1946 y premonitorio de las traiciones que vendrían luego.

Estamos ante un libro oportuno y valiente, que no teme enfrentarse a la difundida versión falseada de la guerra civil, que la presenta como un golpe de estado fascista contra el legítimo gobierno de la República. Blas Piñar coloca el conflicto en sus coordenadas reales: una guerra religiosa en la que el bando nacional luchaba por defender la fe y la civilización cristiana, mientras que los rojos combatían por establecer el comunismo ateo. Este trasfondo religioso es el que confiere a nuestra contienda su verdadero significado y su importancia transcendental. Esta obra suscita también algunas cuestiones de gran importancia: si la guerra civil fue una Cruzada, ¿qué debemos pensar de la petición de perdón por las Cruzadas realizada por Juan Pablo II o de las numerosas declaraciones de los Papas actuales rechazando toda violencia? En definitiva, se trataría de determinar si la Iglesia de Gomá y Pío XI es o no la misma que la Iglesia de Tarancón y de Pablo VI y sus sucesores.

Mateo Palliser

Esto es nuevo: “Las olas de calor propician los contagios… no conviene tomar el sol después de haber sido vacunado”

 EL DIESTRO

Muchos de ustedes recordarán el famoso vídeo en el que Jesús Calleja visitaba un laboratorio en el que se estaba estudiando el famoso coronavirus y cómo le enseñaban en ese laboratorio que las muestras del virus estaban guardadas a una temperatura muy inferior a los cero grados, a menos 80 grados, porque, de lo contrario, el virus se destruiría.

Bien, pues ahora, de repente, nos encontramos con que, según publica ‘La Razón’, el virus es más contagioso con las olas de calor y no solo eso, recomiendan a la gente que no tome el sol tras vacunarse. ¿Lo entienden? Porque nosotros no.

Para justificarlo dicen lo siguiente: “Pese a ello, deducir que las temperaturas altas o las olas de calor no afecten al sistema inmune es una conclusión errónea. De hecho, un estudio de la Universidad de Tokio confirma que también pueden reducir la respuesta inmunitaria del cuerpo a la gripe y, por extensión, al SARS”. 
Pero una pregunta de quienes no somos expertos, para que haya contagios tendrá que sobrevivir el virus al calor, ¿no? Porque, en teoría, necesita temperaturas bajas. Recuerden que al principio de la pandemia nos contaban también que el virus no sobrevivía por encima de los 26 grados. Ahora nos dice lo contrario.
Ahora llega la explicación a tomar el sol tras vacunarse: “El estrés térmico por calor – explica Íñigo Uriarte Ruiz, responsable de biotecnología en Melio, una compañía especializada en análisis de sangre –, «aparece cuando el cuerpo no es capaz de deshacerse del exceso de calor, aumentando la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca. Estudios realizados en animales demuestran que este tipo de estrés puede repercutir en la capacidad del sistema inmunitario para combatir las infecciones y también a la hora de generar una respuesta eficaz a la vacunación. En este último aspecto, las vacunas se han convertido en un arma esencial en la sociedad para combatir muchas enfermedades, ahora especialmente la covid, por lo que si estos resultados en animales se extrapolan a seres humanos, podría indicar que es necesario evitar la exposición a altas temperaturas durante largos periodos de tiempo, en especial, después de la vacunación”.

Es decir, es mejor la vacuna que el sol, tampoco estamos hablando de largas exposiciones al sol porque nunca son buenas, ¿pero se están dando cuenta que con todo esto pretenden que evitemos beneficios naturales y los sustituyamos por brebajes artificiales que, evidentemente, no funcionan?

Estas no son más que nuevas excusas para justificar lo injustificable. Excusas para justificar olas provocadas por la vacunación en lugar de hacer lo que sería lógico: contar la verdad, que las vacunas no sirven y que las nuevas olas son las provocadas por las vacunas.

Tremenda la manipulación de la Agencia EFE, atentos al titular: “¿Cómo intentan engañarnos? ”

 EL DIESTRO


Sí, ya sabemos que la estatal Agencia EFE es una agencia de noticias de la que puedes esperar de todo, menos que te informe de noticias fiables. Esta empresa pública de desinformación, que se financia con los impuestos de todos, ha realizado una de sus publicaciones más vergonzosas, insensatas, falaces, carentes de objetividad y manipuladoras que les hemos visto realizar nunca. En este caso lo hacen contra un buen número de personas que, además, les financian a ellos con sus impuestos, quieran o no, a las que insultan sin disimulo alguno: los mal llamados negacionistas.

Pero lo más curioso de ese artículo que, en su publicación de El Faro de Vigo simplemente está firmado por la propia agencia, no contraargumentan ni uno solo de los datos que pretenden tumbar. Es decir, cogen la información del “negacionista” y simplemente utilizan burdos ataques contra el mismo sin ser capaces de decir en qué parte miente o intenta manipular y mucho menos argumentándolo, claro.

Pero hay algo más. Veamos, el mal llamado negacionista está, entre otras cosas, en contra de la vacunación experimental y masiva a la que se pretende someter a toda la población. Colaboracionistas como la Agencia EFE, El Faro de Vigo, televisiones, medios de comunicación, políticos, etc… están a favor de esa vacuna experimental fabricada por una gran farmacéutica que paga comisiones incluso a “influencers” de redes sociales para promocionarla, ¿qué gana el “negacionista” atacando a esa gran farmacéutica? ¿Nos va a contar la Agencia EFE y toda esa legión basurienta de defensores de la vacunación qué ganan ellos por hacerlo? ¿A que no?
Nos encontramos con el puñetero mundo al revés. Los comisionistas, los vendidos, los que están llevando a mucha gente al matadero atacan a aquellos que buscamos la verdad. Que nos expliquen qué llevan las vacunas, tampoco debería ser tan difícil. Que nos cuenten por qué esas vacunas están provocando tantos efectos secundarios. Que nos digan por qué no las receta un médico, o por qué los “inmunizados” se contagian y contagian. Que nos expliquen por qué hay que vacunar a los niños, no sufriendo ellos la enfermedad. Que nos cuenten por qué el verano pasado, sin vacunas, no había contagios, no había variantes nuevas, ni cepas, ni olas de un virus que no está aislado, ni secuenciado, ni purificado, tal y como ha reconocido la propia OMS.
¿Por qué no nos explican todo esto en lugar de plantear una clara, ilegal e injusta persecución al mal llamado “negacionista”? Nuestra respuesta es simple: porque es cuestión de dinero. A la Agencia EFE y toda esa legión de “colaboracionistas” les interesa eso y solo eso, todo lo demás les da igual.
Es mucho el dinero que se está moviendo alrededor de las vacunas y mucho el dinero que hay para repartir. ¿En qué se beneficia el “negacionista”? ¿En que se les insulte? ¿En que se les expediente en sus trabajos, tal y como está sucediendo con médicos y biólogos que se atreven a dar su opinión sincera? Que conteste la agencia EFE, si tiene el valor de hacerlo.
Es indignante lo que está sucediendo. Es aberrante que los que pongamos las dudas reales encima de la mesa, los que denunciemos muertes y enfermedades posteriores a la vacunación seamos los malos de la película. Ojalá algún día salga la verdad de todo esto y llegue el momento en el que toda esta gente se siente delante de un juez y empiece a dar explicaciones, nos empiece a contar aquello de “no se podía saber”, o que ellos solo cumplían órdenes.

Fray Josepho responde en Libertad Digital al ofensivo artículo contra los no vacunados publicado por ese mismo medio

 EL DIESTRO



No vamos a descubrir nada nuevo a nadie si les contamos que hasta hace pocos meses éramos fieles seguidores tanto de Libertad Digital, como de Federico Jiménez Losantos y Esradio. Pero tras comenzar toda esta farsa del virus y, sobre todo, de la vacunación, nos hemos llevado la habitual decepción tanto con estos medios en general, como con su presidente en particular.

En el día de ayer hacíamos mención a un artículo publicado por ‘Libertad Digital’ en el que, haciendo referencia a un artículo publicado por ‘ABC’, se nos tachaba a las personas que no nos queremos vacunar de “criminales más peligrosos que los traficantes de drogas”, de “homicidas” y de varias lindezas más.

Aunque en el artículo de ‘Libertad Digital’ se hace mención a un artículo de ABC firmado por Guy Sorman, la redactora de ‘Libertad Digital’, Pilar Díez, nos dejaba también comentarios ofensivos de su autoría, ya que no iban entrecomillados.

Parece que la cosa está clara y que no hay disimulo: hay que perseguir a los que nos neguemos a ser vacunados y convertirnos en los nuevos parias de la tierra. Pero es justo que reconozcamos que en ese mismo medio se publicaba, también, una réplica al artículo de Pilar Díez firmada por Fray Josepho en la que se decía: “¿Soy un homicida con premeditación y alevosía?”

En ese artículo, el autor reconocía “que desde un medio liberal, en el que escribo, se me llame homicida y criminal me ha sentado regulero, qué quieren que les diga”.

Nos ha alegrado ver esa réplica pero viendo la deriva que está tomando ‘Libertad Digital’ la vemos como flor de un solo día. Tenemos muy claro desde hace tiempo qué es lo que piensan muchos de los periodistas que allí trabajan y los máximos responsables de esa empresa, con lo que nos parece más que evidente que el futuro de Fray Josepho va a acabar siendo la salida voluntaria, o forzada.

Con todo lo que está sucediendo, no podemos evitar recordar el día en el que César Vidal contó por qué se fue de ‘Esradio y cómo se puso con él Federico Jiménez Losantos porque Roberto Centeno había lanzado una dura crítica contra uno de los anunciantes. Nos alegra este gesto de valentía de Fray Josepho y que, además, haya sido publicado, pero no esperamos nada más de este medio de comunicación. Ya se han posicionado y está claro que han decidido arrimarse al sol que más calienta y al que más paga.

domingo, 15 de agosto de 2021

Preguntamos al gobierno: ¿Por qué se han aplicado medidas que disminuyen el sistema inmunitario?

 NATALIA PREGO CANCELO

Rumble — La Dra Natalia Prego Cancelo hace una serie de reflexiones sobre todas las medidas adoptadas por el gobierno desde el inicio de la pandemia y pregunta: ¿Por qué todas las medidas sanitarias han sido implantadas coercitivamente y además disminuyen el sistema inmune? 

Duración 14:45 minutos

Preguntamos al gobierno: ¿Por qué se han aplicado medidas que disminuyen el sistema inmunitario? (rumble.com)

Consejo de un vacunado a los no vacunados: “Manténganse firmes en su postura, yo desearía no haberme vacunado nunca”

EL DIESTRO

Lo importante en todo lo que está sucediendo no es ya lo que digan los médicos, los “expertos”, los políticos o los grandes medios de comunicación. Lo importante es leer todas las noticias y escuchar los testimonios de personas valientes que, arrepentidas tras su vacunación, alertan a los demás, a los que no nos hemos vacunado sobre lo que les puede pasar, sobre lo que a gente como él le ha pasado.

Y sabemos que a pesar de todo, seguirá habiendo gente que no preste atención a este tipo de mensajes. Sabemos que todavía habrá personas que presten más atención a los Carballo de turno, que a alguien que se ha vacunado y lo está pasando mal. Pero, aunque sea una auténtica pena, convendrán con nosotros que ese tipo de gente ya no tiene remedio y que deberán ser ellos los que asuman las consecuencias de esa decisión que es completamente voluntaria.

Escuchen con atención lo que dice este hombre y todo lo que cuenta. Escuchen los efectos secundarios que está padeciendo y cómo advierte a todo el mundo. Nos cuenta, además, que va a ir al médico al día siguiente y que no espera ninguna buena noticia. Piénsenlo dos veces antes de inocularse este medicamento experimental.

VIDEO

Duración 1:26 minutos

https://twitter.com/i/status/1426450297887592451


sábado, 14 de agosto de 2021

Mensaje de La Quinta Columna a los padres que tienen pensado “vacunar” a sus hijos (Ricardo Delgado)

 EL DIESTRO

Duración 7:49 minutos

https://www.eldiestro.es/2021/08/mensaje-de-la-quinta-columna-a-los-padres-que-tienen-pensado-vacunar-a-sus-hijos/


Desde La Quinta Columna se ha publicado en su canal de Telegram, un canal que puedes seguir en este enlace, un mensaje dirigido a los padres y madres que tienen pensado “vacunar” a sus hijos.

Un mensaje de mucha utilidad del gran Ricardo Delgado que, a buen seguro, interesará a muchas personas. Os dejamos con el mensaje de La Quinta Columna a los padres que tienen pensando “vacunar” a sus hijos, dentro vídeo…

P. Santiago Martín - Teólogo Cesado por Señalar la Confusión en la Iglesia

 Magnificat TV Franciscanos de María


Duración 3:06 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=2Gy7_hjpYak



Athanasius Schneider: «La situación actual es muy similar a la opresión comunista»



(Valeurs Actuelles)- Contra la cultura de la nada, hay que desarrollar una cultura del sentido común, afirma el obispo auxiliar de la archidiócesis católica de Astana, en Kazajistán.

Nacido en 1961 en Kirguistán bajo el dominio soviético y nombrado obispo por Benedicto XVI en 2005, mons. Athanasius Schneider es secretario general de la Conferencia Episcopal de Kazajistán. En su libro Christus vincit, ofrece un análisis incisivo de las controversias que agitan actualmente a la Iglesia: laicismo, islam, límites del poder pontificio, crisis doctrinal. Un hermoso consuelo, lleno de claridad y esperanza, para los católicos que sufren. Esta entrevista se realizó antes de la publicación de Traditionis custodes del papa Francisco.

Excelencia, su libro lleva el subtítulo El triunfo de Cristo sobre la oscuridad de la época. ¿No es un sinsentido hablar de victoria de Cristo cuando el cristianismo parece que está desapareciendo? El mensaje de la Iglesia parece hoy más débil que nunca…

Su pregunta nos remite a la naturaleza misma del mensaje de Cristo. Si el cristianismo fuera una institución humana, usted tendría razón y sería un sinsentido. Pero como obispo católico, estoy llamado a testimoniar el origen divino de la Iglesia. Los bautizados de todo tipo saben, con la certeza de la fe, que Cristo encarna la victoria, incluso en la situación presente de confusión general. En medio de esta oscuridad, debemos renovar nuestra confianza en el Señor que ha «vencido al mundo» (Juan 16,33). En numerosas ocasiones, en la historia de la humanidad, Cristo ha utilizado medios sencillos para permitir estas victorias. En la Biblia, el triunfo de David contra Goliat representa uno de los pasajes más célebres de las Escrituras: nos dice que nada es imposible para Dios. En vuestro país, la figura de Juana de Arco representa precisamente esto: ante un poder corrupto, fue condenada y quemada viva. Desde el punto de vista humano entonces pareció que ella había perdido. Pero ahora es la gran gloria de Francia, más allá incluso de las filas de los bautizados. Es así como Dios confunde a menudo a los soberbios, a los que son prisioneros de sus enfoques terrestres. Para Carlos de Foucauld, «la Iglesia es una aparente derrota en una perpetua victoria». Dios utiliza a menudo instrumentos sencillos, en apariencia frágiles, para que su mensaje sea victorioso. Actualmente, no hay razón para que no recurra a los mismos métodos. Creo que la victoria de Cristo pasa precisamente, hoy en día, por los «pequeños» y los «humildes» de la Iglesia, los que no forman parte del establishment o de sus estructuras administrativas. Las familias valientes, los jóvenes con sed de verdad y claridad son, en mi opinión, signos que poco a poco llevan adelante la victoria de Cristo en medio de la oscuridad de nuestro tiempo.

Usted habla de «oscuridad de nuestro tiempo». ¿Cuál es esta oscuridad en su opinión?

Desde el Renacimiento asistimos a un proceso lento que se aceleró con los filósofos de la Ilustración. La modernidad quiso eliminar a Dios de la sociedad para sustituirlo por el hombre, al que ha querido situar en el centro de todo. Ante todo, se trataba de relegar a Dios a la esfera privada antes de arrancar del hombre, poco a poco, su deseo de Dios. La idea misma de transcendencia tiende a desaparecer. Ahora bien, si la humanidad elimina a Dios, que es la luz del mundo, entonces es inevitable que aparezca la oscuridad. La fe transmitida por Cristo y comunicada por la Tradición de la Iglesia es la luz del mundo. Es el único y verdadero camino divino que lleva a la verdad. Esta manera de comprender la realidad garantiza un ecosistema total de civilización. Por desgracia, la oscuridad aumenta visiblemente allí donde los hombres -incluidos algunos hombres de Iglesia- han dejado de lado a Cristo y a la coherencia del Decálogo que le acompaña. Cristo es «la luz verdadera que ilumina a todo hombre», escribió el evangelista (Juan 1,9).

Este antropocentrismo radical representa, en mi opinión, la raíz más profunda de la oscuridad actual. Al dejar de lado «Tú adorarás a un solo Dios»; al sentir la naturaleza el terror del vacío, el hombre moderno ha acabado multiplicando los ídolos. El relativismo ha engendrado una mentalidad de supermercado en lo que atañe a la religión porque considera que todas las creencias son equivalentes. El materialismo ateo, consecuencia directa del comunismo, deifica el cuerpo, el bienestar, las aficiones o el amor por el confort. El antropocentrismo radical destroza otro mandamiento del Decálogo: «No matarás». Como afirmó con fuerza el papa Juan Pablo II, el aborto sigue siendo un tema dramático para nuestro mundo, convierte al hombre en enemigo del ser más débil e indefenso. Cuando vemos que ciertas especies de animales están más protegidas que el embrión humano, ¡cómo no considerarlo grotesco!

Por último, el sexto mandamiento, que protege el amor, el matrimonio, la familia, sufre especialmente de esta horizontalidad moderna. La banalización del divorcio y del amor libre, la ideología de género y de los lobbies LGBT buscan eliminar totalmente la noción misma de familia tradicional tal como Dios la creó: un hombre, una mujer y los hijos. Atacar la célula fundamental de la sociedad demuestra un nuevo paganismo en el que el hombre se rebela contra Dios y contra él mismo. Los cristianos deben aportar más que nunca la luz verdadera y negarse a permanecer callados.

Aportar la luz verdadera, ¿no es una misión imposible dado que el cuestionamiento exigido es total o severo? Lo que usted considera que es oscuridad, para nuestros contemporáneos es luz o progreso. ¿No es tarde para conseguir tocar sus inteligencias?

Creo que debemos empezar a aportar la luz del sentido común. Las estructuras de las élites administrativas o internacionales, a menudo desconectadas de la realidad, tienden a hacer perder este «sentido común». Durante mi infancia en la dictadura soviética fui testigo de este vivir contra el sentido común; en ella se te obligaba a convertirte en una marioneta, es decir, un esclavo. Se necesita una alianza entre los hombres de buena voluntad, católicos o no, para restablecer una cultura del sentido común. Un axioma célebre de la teología católica enseña que «la gracia presupone la naturaleza».

Es urgente reiterar el funcionamiento de la naturaleza, del pensamiento, de la lógica, enseñar la belleza y la coherencia de los mandamientos de Dios. Sólo ellos pueden dar sentido a la humanidad, siempre que ésta los acepte y los abrace. Durante un viaje muy largo en tren a lo largo de mi país, tuve ocasión de hablar en profundidad con un kazajo autóctono, un musulmán muy piadoso. Cuando le hice descubrir los diez mandamientos, él supo ver en ellos la sabiduría natural que emanan. Los mandamientos de Dios no representan una obligación, sino una verdadera liberación. El médico que prohíbe el azúcar a un diabético no lo hace por crueldad, sino por su bien. Esta disciplina de vida, como la que reclama el éxito deportivo para ganar la copa, obliga a esforzarse. La paz del alma y de los hombres tiene este precio.

Esforzarse implica valentía. Ahora bien, actualmente el miedo parece dominar el comportamiento de los hombres. El miedo a no gustar, el miedo a la muerte… ¿En qué registro hay que vivir hoy la valentía?

La valentía de la justicia me parece la más importante. La justicia es la virtud que consiste en dar a cada uno lo que le es debido. Es justo el hecho de proteger y defender lo que es bueno. Practicar la valentía en el mundo en el que vivimos nos obliga, concretamente, a no ocultar nuestra fe, nuestros desacuerdos de sentido común en el ambiente de trabajo, la universidad. Esto es vivir «en justicia». Es importante, por ejemplo, negarse a comprometerse con eventos LGBT en el marco de la propia actividad profesional. ¿Las consecuencias podrían ser el despido? Los católicos no deben ser esclavos, sino personas libres e independientes, hasta arriesgarse, si es necesario, a nadar contracorriente. La práctica de la valentía es inherente a la vida del cristiano.

Cuando usted era niño vivió la opresión comunista. ¿Diría usted que ser cristiano hoy en día en un Occidente apóstata exige más valentía que vivir la fe bajo la opresión soviética?

La situación actual es muy similar a la opresión comunista, si bien, hay que dejarlo claro, las modalidades represivas son diferentes. En la época del comunismo, practicar la fe podía significar acabar en la cárcel. El mundo occidental no encierra a los disidentes. Pero el aislamiento o la exclusión social tiene el valor de una cárcel. El espíritu sigue siendo el mismo. Si no te arrodillas delante de los ídolos de la corrección política, estás declarando tu muerte social. Ayer como hoy, la solución sigue siendo la misma: solo la verdad hace libres.

La juventud se desinteresa de la cosa pública (abstenciones récords), le faltan referentes de civilización (se vuelven más salvajes), no le interesa la salvaguarda de su cultura o la cuestión del más allá, muchos jóvenes creen con la convicción de que tener hijos daña al planeta… Ante tal desencanto, ¿qué es lo que más le falta a la juventud actual?

Todos estos elementos son la consecuencia de un gran vacío espiritual y de una cultura líquida. La modernidad está marcada por un egoísmo exacerbado. A falta de una transmisión rigurosa del sentido del deber, la noción de «bien común» es a menudo desconocida para la juventud. Sin embargo, la juventud no es culpable de todo esto, sino víctima. El materialismo vil, la cultura de la nada la han dañado profundamente. El papa Pío XII recordaba que la juventud está hecha para la exigencia y el heroísmo, la aventura, la audacia. Para darle a la juventud la posibilidad de expresar lo mejor de ella misma, es aconsejable darle el gusto por el esfuerzo, recurriendo a los métodos tradicionales para que se curta, como el deporte en equipo o el scoutismo, abriéndola a las virtudes de la admiración a través de los valores de la belleza y la armonía.

Entre los detractores de la modernidad y sus afectos deletéreos encontramos a personalidades como Éric Zemmour, Michel Onfray o Alain Finkielkraut. Aunque no son católicos, sin embargo parece que defienden los ideales del cristianismo con mucha más pertinencia que los propios creyentes. ¿Por qué los cristianos ya no saben dar razón de su fe?

No podemos engañarnos: la enfermedad de la Iglesia en estos últimos años se manifiesta en una suerte de complejo de inferioridad ante las ideas dominantes del mundo. Para no ser perseguida por los medios de comunicación, sobre todo desde el Vaticano II, la mayoría del clero, incluso del episcopado, se niega a levantarse para decir «no» y prefiere abrazar las teorías progresistas del momento.

Dejarse llevar por la corriente siempre ha sido una tentación para los hombres. En mi opinión, es necesario que la Santa Sede lleve a cabo una acción más expresiva que una todas las fuerzas de los hombres de buena voluntad que desean restablecer los valores fundamentales de la humanidad y que están arraigados en la ley natural. Son los que se encuentran en el Decálogo. Es el paso necesario en el trabajo de evangelización de los hombres de hoy. Los hombres que buscan sinceramente la verdad esperan de nosotros, los católicos, este testimonio.

Publicado por el padre Danziec en Valeurs Actuelles.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

jueves, 12 de agosto de 2021

El Vídeo definitivo:¿Son importantes y necesarias las inyecciones para el Covid? -Luis Miguel Benito

ALTO Y CLARO TV


DURACIÓN 20:17 MINUTOS

La Cortina de Humo: Entrevista con Susana, de ‘Padres por la Verdad’, para hablar de la manifestación convocada para luchar contra la vacunación de los niños




Se aproxima el curso para nuestros hijos y los poderes facticos y fanáticos, el gobierno, la ONU, la OMS, y sobretodo las farmacéuticas, siguen emperrados en vacunar a todo el mundo, a todas las personas; sin distinción de edad o sexo, y no digo mas cosas porque hay me equivocaría.

Existe un plan selectivo de Vacunación internacional, que curiosamente no se efectúa con vacunas. Pues, si primero miramos lo que la RAE (Real Academia Española de la Lengua) define como vacuna. El producto que se supone que inyectan a la gente no reúne ni una sola de las características que la RAE en su definición aplica.

Tampoco desde el punto de vista de lo establecido por los grandes médicos e investigadores del siglo XX, se ajusta el producto transgénico que nos quieren endosar a lo que ellos en su momento definieron como tales vacunas. Y estamos hablando de personajes como Don Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de 1906, que comenzó su trabajo investigador en ese campo de la medicina o el Francés Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina de 2008, precisamente por un estudio relacionado con el Virus del SIDA. Yo personalmente he sido alumno de D. Gonzalo Piédrola Gil, que si bien no alcanzó el Nobel, si fue a nivel nacional, “responsable máximo” de la Sanidad Pública Española y miembro del Instituto Pasteur, primer exponente mundial del tema vacunas.

Mi opinión no es importante, pero la definición de vacuna de los anteriores y máximos exponentes de ese campo, choca frontalmente con el experimento transgénico y sobre todo con su frente abierto a través de las multinacionales farmacéuticas. Desde el primer momento estas empresas no aceptan ningún tipo de responsabilidad en su invento. Luego admiten directamente que su producto no evita ni que nos contagien, ni que contagiemos. Finalmente, y una vez estudiada la información dada por ellos mismos, no se entiende que beneficio se desprende de su uso. También que los habituales protocolos de investigación y desarrollo, así como de prueba de un medicamento o vacuna no se han realizado y se ha hecho este producto como buenamente les ha venido en gana.

Este no tendría mas importancia, sino fuera porque los políticos del mundo, curiosamente financiados por fundaciones relacionadas con los grandes magnates, que a su vez son los propietarios directa o indirectamente de las farmacéuticas, estuviesen empeñados en que todas las personas del “primer mundo” se aplique el producto. Inicialmente una dosis, luego otra, una tercera y presumimos que así hasta el infinito.

Mientras, las cifras de infectados y muertos, no solo no decrecen, sino que aumentan. También es curioso, que si comparamos la declaración actual de Pandemia de la ONU, no reúne las características que hasta hace poco tenía. ¿Por que?, básicamente les pongo un ejemplo:

-Alrededor del año 1918, no hay cifras fiables, pues solo lo podrían ser las de Europa y Norteamérica, la población Mundial sería de unos 1.500 millones de habitantes. Unos 400 millones en Europa. En ese año hubo una Pandemia de Gripe con 18.000.000 de muertos, pero tan solo en aquellos países que se podía verificar la población real y su resultado, estamos hablando de Europa y Norteamérica, es decir unos 500 millones, el resto del Mundo, las cifras no son comprobables.

Actualmente sobre cifras comprobables casi al 95% de todo el mundo y una población estimada en 7.800 millones ha habido de momento en aproximadamente el mismo espacio de tiempo 4.000.000 millones de fallecimientos.

A ustedes ¿no les suenan raras estas cifras?

A mí muchísimo. Existe pues un interés desmedido en “vacunar” a la población, pero curiosamente es la población diana la de los Países Occidentales, la Asia y Oceanía ricas y Norteamérica, en segundo lugar la de los países en desarrollo como India, Sudeste Asiático y cono sur de América, mientras apenas hay interés en África y países poco desarrollados.

¿Quizas la comercialización y distribución?. Sabemos que el coste de producción del genérico es muy inferior a un euro, pero se llegan a pagar hasta más de treinta por una dosis. ¿Quizás la repetición indefinida de la “revacunación”, pues se adelanta que quizás se convierta en un producto que haya que utilizar anualmente. Sea lo que sea, no nos huele bien.

Para rematar, se ha pasado de las generaciones de más edad, a querer inyectar a los niños, cuando no hace tanto se decía que ellos no corrían ningún riesgo con la enfermedad supuestamente pandémica.

Lo cual nos suena a crear unos drogodependientes desde la más tierna infancia y sobre todo candidatos a unos efectos adversos del producto, que hoy por hoy no conocemos.

Y en este momento aparece una Asociación que lucha contra esa imposición ilegal de: os vacunáis si, o sí, que es Padres por la verdad, que va a luchar contra esta imposición y para ello, convocan unas marchas y manifestaciones para el próximo día 14 de agosto a las 20.00


Mi opinión: Debéis de ir, por el bien de vuestros hijos. Mientras os dejo dos enlaces para que os pongáis al corriente de la situación.

Enlace a: Explicación de la situación preventiva a nivel escolar y cómo puede aprovechar la administración vuestra desinformación.

Duración 14:36 minutos



Enlace a: Explicación de Susana de Padres por la verdad sobre la acción del próximo sábado, 14 de agosto, a las 8 de la tarde, en la plaza del cardenal Belluga.
Duración 17:16 minutos


Tremenda la manipulación de la Agencia EFE, atentos al titular: “¿Cómo intentan engañarnos los negacionistas?”


Sí, ya sabemos que la estatal Agencia EFE es una agencia de noticias de la que puedes esperar de todo, menos que te informe de noticias fiables. Esta empresa pública de desinformación, que se financia con los impuestos de todos, ha realizado una de sus publicaciones más vergonzosas, insensatas, falaces, carentes de objetividad y manipuladoras que les hemos visto realizar nunca. En este caso lo hacen contra un buen número de personas que, además, les financian a ellos con sus impuestos, quieran o no, a las que insultan sin disimulo alguno: los mal llamados negacionistas.

Pero lo más curioso de ese artículo que, en su publicación de El Faro de Vigo simplemente está firmado por la propia agencia, no contraargumentan ni uno solo de los datos que pretenden tumbar. Es decir, cogen la información del “negacionista” y simplemente utilizan burdos ataques contra el mismo sin ser capaces de decir en qué parte miente o intenta manipular y mucho menos argumentándolo, claro.

Pero hay algo más. Veamos, el mal llamado negacionista está, entre otras cosas, en contra de la vacunación experimental y masiva a la que se pretende someter a toda la población. Colaboracionistas como la Agencia EFE, El Faro de Vigo, televisiones, medios de comunicación, políticos, etc… están a favor de esa vacuna experimental fabricada por una gran farmacéutica que paga comisiones incluso a “influencers” de redes sociales para promocionarla, ¿qué gana el “negacionista” atacando a esa gran farmacéutica? ¿Nos va a contar la Agencia EFE y toda esa legión basurienta de defensores de la vacunación qué ganan ellos por hacerlo? ¿A que no?

Nos encontramos con el puñetero mundo al revés. Los comisionistas, los vendidos, los que están llevando a mucha gente al matadero atacan a aquellos que buscamos la verdad. Que nos expliquen qué llevan las vacunas, tampoco debería ser tan difícil. Que nos cuenten por qué esas vacunas están provocando tantos efectos secundarios. Que nos digan por qué no las receta un médico, o por qué los “inmunizados” se contagian y contagian. Que nos expliquen por qué hay que vacunar a los niños, no sufriendo ellos la enfermedad. Que nos cuenten por qué el verano pasado, sin vacunas, no había contagios, no había variantes nuevas, ni cepas, ni olas de un virus que no está aislado, ni secuenciado, ni purificado, tal y como ha reconocido la propia OMS.

¿Por qué no nos explican todo esto en lugar de plantear una clara, ilegal e injusta persecución al mal llamado “negacionista”? Nuestra respuesta es simple: porque es cuestión de dinero. A la Agencia EFE y toda esa legión de “colaboracionistas” les interesa eso y solo eso, todo lo demás les da igual.

Es mucho el dinero que se está moviendo alrededor de las vacunas y mucho el dinero que hay para repartir. ¿En qué se beneficia el “negacionista”? ¿En que se les insulte? ¿En que se les expediente en sus trabajos, tal y como está sucediendo con médicos y biólogos que se atreven a dar su opinión sincera? Que conteste la agencia EFE, si tiene el valor de hacerlo.

Es indignante lo que está sucediendo. Es aberrante que los que pongamos las dudas reales encima de la mesa, los que denunciemos muertes y enfermedades posteriores a la vacunación seamos los malos de la película. Ojalá algún día salga la verdad de todo esto y llegue el momento en el que toda esta gente se siente delante de un juez y empiece a dar explicaciones, nos empiece a contar aquello de “no se podía saber”, o que ellos solo cumplían órdenes.

lunes, 9 de agosto de 2021

Viganò explica cómo deben responder los obispos a Traditionis custodes

 ADELANTE LA FE



(Maike Hickson LifeSiteNews) — En respuesta a una pregunta de LifeSiteNews (ver texto completo más abajo), monseñor Carlo Maria Viganò insiste en que los sacerdotes tienen perfecto derecho a celebrar la Misa Tridentina, y añade que en ocasiones podrán seguir haciéndolo clandestinamente. Eso sí, lo propio de los santos sería –dice– expresar públicamente su desacuerdo y hasta desobedecer si su obispo les prohíbe seguir celebrando la Misa Tradicional. Al dar esta respuesta, el arzobispo Viganò se comporta como un pastor que trata de ayudar a sus sacerdotes y fieles en una situación muy difícil.

El pasado 2 de agosto monseñor Carlo Maria Viganò publicó un video y una declaración en respuesta al motu proprio Traditionis custodes promulgado por el papa Francisco el pasado 16 de julio con vistas a prohibir la Misa Tridentina o Misa en latín, tal como se ha celebrado durante siglos. En su respuesta, el prelado italiano señaló que este papa se muestra más como un pontífice anticatólico que se propone socavar la Fe en vez de fomentarla.

«Precisamente en el momento en que Bergoglio reconoce a los obispos como custodios de la Tradición, les pide que supriman la más elevada y sagrada expresión orante», escribe Viganò.

Deja claro que la Misa Tridentina es superior como rito al Novus Ordo, y afirma que dichos ritos representan dos iglesias diferentes entre sí, negando con ello la continuidad entre la Iglesia de antes y la de después del Concilio. «Francisco ha desmentido una vez más la piadosa ilusión de la hermenéutica de la continuidad al afirmar que la coexistencia entre el Vetus y el Novus Ordo es imposible porque son expresiones respectivas de dos posturas doctrinales y eclesiológicas irreconciliables», afirma el arzobispo italiano.

Esta respuesta podría ser de mucha utilidad para algunos sacerdotes de muchos países, sobre todo teniendo en cuenta la información recibida recientemente por LifeSiteNews de varias fuentes vaticanas. Como se verá en un informe que publicaremos próximamente, varios observadores y especialistas dan por sentado que dentro de poco el papa Francisco se servirá de una red de espionaje, y en particular del cardenal João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, a fin de presionar a los obispos de todo el mundo para que acaten el nuevo motu proprio. En vista de esta posibilidad, los sacerdotes y los fieles harían bien en pensarse bien qué hacer en esta situación.

Respuesta completa de monseñor Viganò:

5 de agosto de 2021

Festividad de Nª.Sª. de las Nieves

Estimada Maike:

En respuesta a su solicitud de aclaración le envío algunas consideraciones que espero le dejen más claro lo que pienso al respecto. Esta es la frase de referencia: «Como ministros de Dios o como simple fieles, tendremos el deber de manifestar firmeza y serena resistencia ante semejantes abusos, padeciendo con actitud sobrenatural nuestro pequeño calvario de cada día mientras los nuevos sumos sacerdotes y los escribas del pueblo nos abofetean y nos acusan de fanáticos. La humildad, el ofrecimiento silencioso de las injusticias y el ejemplo de una vida coherente con el Credo que profesamos ameritarán el triunfo de la Misa católica y la conversión de numerosas almas».

Me pregunta: «¿Qué harán los sacerdotes y los fieles cuando los obispos les impongan prohibiciones? ¿Dirán misas clandestinas, o romperán públicamente con sus prelados, desobedeciendo públicamente?» Para empezar, permítame que le diga que ningún sacerdote que siga celebrando la Misa de San Pío V comete el menor acto de desobediencia. Todo lo contrario: ejerce un derecho sancionado por Dios que ni el mismo Papa puede abrogar. Cualquiera que tenga potestad para celebrar el Santo Sacrificio tiene derecho a celebrar según el rito de siempre, como proclamó San Pío V en la constitución apostólica Quo primum al promulgar la liturgia tridentina. Lo reiteró el motu proprio Summorum Pontificum como algo indiscutible. Quien contravenga dicha disposición debe saber «que ha incurrido en la indignación de Dios omnipotente y de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo» (Quo primum).

Evidentemente, la reacción a toda limitación o prohibición de la Misa Tradicional debe tener en cuenta tanto los elementos objetivos como las diversas situaciones: si el ordinario de un sacerdote es enemigo acérrimo del rito de siempre y no vacila en suspenderlo a divinis por celebrar la Misa Tridentina, la desobediencia pública puede ser una manera de dar a conocer claramente que el Obispo ha cometido un abuso, y más si la noticia se divulga en los medios de difusión: los prelados tienen mucho miedo de lo que diga la prensa de ellos, y en algunos casos prefieren abstenerse de tomar medidas canónicas para no salir en el periódico. Por eso, los sacerdotes deberán estudiar qué será más eficaz, una confrontación franca y directa o una actuación discreta y clandestina. En mi opinión, la primera opción es la más directa y transparente, así como la que más se ajusta a la conducta de santos que debemos observar.

Está claro que también habrá ordinarios comprensivos que permitan a sus sacerdotes celebrar según el rito tridentino. Desde luego es importante sincerarse con el Obispo cuando se sabe que éste es un padre y no un funcionario. Desgraciadamente, sabemos que la mayoría de las veces es una cuestión de tolerancia y que casi nunca tratan de fomentar la vía de la Tradición. Ahora bien, en algunos casos, invitar al propio obispo a que él mismo celebre la Misa de San Pío V puede ser un modo de hacerle entender, tocando las fibras sensibles de su corazón y su alma sacerdotal, cuáles son los tesoros reservados a los ministros de Dios que tienen oportunidad de celebrar el Santo Sacrificio según el rito de los Apóstoles. Cuando sucede ese milagro, el Obispo se convierte en aliado de sus sacerdotes, porque además de los aspectos intelectual y racional que hacen preferible la Misa Tradicional, experimentará por él mismo su dimensión espiritual y sobrenatural y verá cómo influye en la vida de Gracia de quienes la celebran.

Espero haberle aclarado los detalles que no llegué a tratar en mi conferencia.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

Denuncia de Jane Burgermeister Periodista científica contra la OMS la FDA y Otras

 RUMBLE

Duración 28:08 minutos

https://rumble.com/vkupd8-august-7-2021.html?mref=6zof&mc=dgip3&utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=DRA+NATALIA+PREGO+CANCELO&ep=2

¿Quién es JANE BURGERMEISTER?

Periodista, científica austriaca, ha escrito para la revista Nature, British Medical Journal, The Scientist, Reuters Health, y The Guardian.

Presentó denuncia penal ante la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en contra de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de las Naciones Unidas (ONU), del gobierno norteamericano y de varias otras organizaciones públicas de salud como la FDA, así como varios laboratorios médicos y farmacéuticos bajo la acusación de crear falsas pandemias gripales para más tarde administrar vacunas peligrosas en forma masiva.

La querella acusó a estas organizaciones y sus representantes de cometer varios crímenes graves en relación con el bioterrorismo, a través de falsas pandemias. Con la tentativa de genocidio, asesinato en masa, la coacción de los órganos constitucionales, alta traición, entre otros cargos.

Canal Dra. Natalia Prego Cancelo, en Alemania

sábado, 7 de agosto de 2021

Fuentes vaticanas: Bergoglio utilizará un "sistema de espionaje" para suprimir la misa tradicional


Noticias sobre el frente de la Misa antigua. Voces del Vaticano sobre los métodos de implementación de Traditionis Custodes , rebotando desde los EE. UU. Más a menudo , a los que están ligados a la Tradición se les da arbitrariamente la etiqueta de estar 'en contra' del concilio y 'en contra' del Papa, cuando uno no está en contra de nadie y en cambio solo desea poder mantener y vivir la fe de uno ... Aquí el índice de artículos sobre CT.

Fuentes vaticanas: Bergoglio utilizará un "sistema de espionaje" para suprimir la misa tradicional

Extractos del artículo lifesitenews.


En conversaciones con varias fuentes, todos expertos del Vaticano o miembros del Vaticano que deseaban permanecer en el anonimato, LifeSite se enteró de que se espera que el Papa Francisco tenga la intención de implementar su motu proprio Traditiones custodes , esencialmente destinado a suprimir la misa en latín tradicional, con la ayuda de un espionaje. sistema y sobre todo del titular de la Congregación de Religiosos, el cardenal João Braz de Aviz. Braz de Aviz tiene una historia de dura persecución contra las comunidades religiosas de orientación tradicional, en particular los franciscanos de la Inmaculada [ aquí toda la historia de la masacre].

En su motu proprio del 16 de julio (artículo 7), el Papa encomendó a la Congregación para los Religiosos, así como a la Congregación para el Culto Divino, dirigida por el arzobispo Arthur Roche, la tarea de supervisar la implementación de sus instrucciones.

El arzobispo Carlo Maria Viganò, en su nueva respuesta al motu proprio Traditionis custodes del 16 de julio, también habla de la persecución de las comunidades de fieles en curso tanto bajo Braz de Aviz como bajo el Papa Francisco. Aquí se refiere al hecho de que el Papa Francisco ha puesto ahora a las comunidades que mantienen viva la tradicional misa latina bajo la autoridad directa de Braz de Aviz, "como un triste preludio de un destino ya sellado" [ya lo estaba hablando aquí - aquí - aquí ].

“No olvidemos - continúa Viganò - la suerte de las florecientes órdenes religiosas culpables de haber sido bendecidas por numerosas vocaciones nacidas y cultivadas gracias a la odiada liturgia tradicional y la fiel observancia de la regla”.

Dos fuentes le dijeron a LifeSite que el Papa usará un "sistema de espionaje" o una "red de espionaje". Como escribió una fuente del Vaticano: “Utilizarán el sistema de espionaje. En todas partes hay gente demasiado entusiasta que informará a Roma que el rito antiguo se está celebrando en alguna parte, o acusará a los obispos que no intervengan ”. La información recopilada por estos "espías", continuó la fuente, será utilizada contra aquellos obispos que ya son considerados desagradables.

"El mayor daño lo harán el cardenal Braz de Aviz y su secretario", continuó la fuente. Acusarán a la gente de "estar en contra del Concilio Vaticano II o en contra del Papa".

Dice un experto observador del Vaticano que pidió permanecer en el anonimato: “Creo que el Papa castigará de todas las formas posibles a cualquier obispo que lo desafíe directamente. Ha utilizado sus redes de espionaje con buenos resultados a lo largo de su carrera y nunca ha parado ”. Esta fuente cree que el Papa también podría usar las acusaciones de encubrimiento de abuso sexual como una herramienta para silenciar a los obispos resistentes.

Esta fuente teme que los obispos de nuestros días ya tengan una disposición debilitada desde el principio, y que por tanto puedan caer fácilmente. "En este momento tenemos una enfermedad mental en la Iglesia que hace que las personas psicológicamente frágiles quieran demostrar su lealtad mediante el suicidio ritual".

Por ejemplo, esta fuente indica comunidades religiosas que ya han implementado con entusiasmo las directivas papales, incluso si han llevado a la destrucción de sus comunidades, convirtiéndose así en "enemigos de sí mismos para demostrar su obediencia". Esta fuente señala que no solo Braz de Aviz sino también su secretaria están detrás de muchas medidas duras tomadas contra comunidades saludables.

Un observador del Vaticano le dijo a LifeSite que por ahora, durante el verano, "no pasará nada" y que será difícil decir qué pasará. Pero está claro que "el Vaticano es un régimen, y es obvio que Bergoglio quiere eliminar la misa tradicional". Este Papa, continuó la fuente, "tiene un odio ideológico profundamente arraigado" contra esta Misa, y es "un hombre de poder agresivamente autocrático que no acepta la oposición".
“Por tanto - prosiguió este experto vaticano - bien puedo imaginar que debemos prepararnos”.

Incluso el abad Claude Barthe, uno de los organizadores de la peregrinación anual Summorum pontificum que atrae a miles de católicos a Roma, ha emitido algunas advertencias [ aquí ]. Dijo en una entrevista que este nuevo motu proprio Traditionis Custodes “es obviamente muy doloroso. Obstaculizará la difusión de la Misa tradicional. Comenzará nuevas persecuciones ”.

Barthe dijo que las comunidades religiosas que antes estaban bajo la protección de la comisión Ecclesia Dei ahora se verán "afectadas".

“Ellos también están en la mira… El documento lo dice claramente, la carta del Papa lo indica de manera cínica. Se trata de destruir la celebración tradicional de la Misa haciendo que no haya más sacerdotes para celebrarla ”.

El experto en liturgia francés continúa describiendo lo que sucederá bajo el nuevo liderazgo de Braz de Aviz: “La Congregación de Religiosos, presidida por el Cardenal Braz de Aviz, está muy alineada con Francisco y se pondrá a trabajar para poner las cosas en orden. Por ejemplo, realizarán visitas canónicas a los seminarios para verificar que la enseñanza impartida allí sea conforme con el Vaticano II, y para asegurarse de que allí estudian y celebran la nueva liturgia. En resumen: el objetivo será desalentar las vocaciones. Cuando objetamos: pero así haréis secar las vocaciones de estos institutos, responden: pero no necesitamos a estas personas, son inútiles. (¡Esta fue la respuesta real de cierta persona que no nombraré!) ”.

Con respecto a la pregunta de lo que debemos hacer en preparación, aprendimos del obispo Athanasius Schneider [ aquí ] que él espera que muchos sacerdotes y laicos tradicionales continúen la liturgia y las devociones tradicionales de manera clandestina. Lo que esto implicará específicamente está por verse.

Monseñor Viganò [ aquí - aquí ], en su juicio sobre la situación actual tras el motu proprio, escribió que "los obispos, sacerdotes y clérigos incardinados en diócesis u órdenes religiosas saben que la espada de Damocles de la destitución pende sobre ellos, de su destitución del oficio eclesiástico y de la privación de sus propios medios de subsistencia ". - fuente

viernes, 6 de agosto de 2021

Aduladores | Actualidad Comentada | | P. Santiago Martín FM | Magnificat.tv | 6-8-2021

 Magníficat TV - Franciscanos de María

Duración 8:25 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=ajHw1bdHHgw

Análisis de la carta que acompaña al motu proprio "Traditionis custodes" del Papa Francisco

 CATHOLICVS


Como adelanté en la entrada anterior de este blog, voy a analizar la carta a los obispos que acompañaba al motu proprio "Traditionis custodes".

En primer lugar, casi al principio de la carta, hablando sobre los motivos que llevaron a sus predecesores a posibilitar el uso del Misal Romano promulgado por San Pío V, afirma lo siguiente:
"La facultad, concedida por un indulto de la Congregación para el Culto Divino en 1984 y confirmada por San Juan Pablo II en el Motu proprio Ecclesia Dei de 1988, estaba motivada sobre todo por el deseo de favorecer la recomposición del cisma con el movimiento guiado por Mons. Lefebvre. La petición dirigida a los obispos de acoger generosamente las «justas aspiraciones» de los fieles que pedían el uso de ese Misal, tenía por tanto una razón eclesial para recomponer la unidad de la Iglesia".
Tal afirmación no se ajusta a la verdad, que está expuesta de forma meridianamente clara en los documentos que cita, como ya reflejé en la entrada anterior del blog:
"...con la Carta Apostólica «Ecclesia Dei», dada en forma de Motu Proprio, Juan Pablo II exhortó a los obispos a utilizar amplia y generosamente esta facultad en favor de todos los fieles que lo solicitasen. Después de la consideración por parte de nuestro predecesor Juan Pablo II de las insistentes peticiones de estos fieles...".
Dicha medida no estaba destinada únicamente a los fieles de la FSSPX, sino a TODOS los fieles católicos que ya solicitaban (o a TODOS los que lo hiciesen en el futuro), la celebración según el Rito Romano tradicional. ¿Qué cisma había -o hay hoy en día- entre los católicos que desean asistir a la Santa Misa o recibir los sacramentos según los libros litúrgicos anteriores a la reforma de Pablo VI? Ninguno. Así que, no se puede recomponer un cisma inexistente, y, por tanto, la aludida "razón eclesial para recomponer la unidad de la Iglesia" no es cierta.

Por otro lado, está bien que la carta vuelva a recordar, como ya hiciera el Papa Benedicto XVI, que...
"...el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, que nunca se ha abrogado...".
Es decir, el Papa Francisco subraya que el Misal de San Pío V (cuya última edición fue la de Juan XXIII de 1962) no ha sido abrogado nunca. Ahora tampoco.

En la carta que acompañaba el motu proprio "Summorum Pontificum", Benedicto XVI también dejaba bien claro que su intención no iba dirigida a la FSSPX o a aquellos fieles que rechazan el Concilio Vaticano II (sin indicar qué cosa no aceptaban del mismo):
"Muchas personas que aceptaban claramente el carácter vinculante del Concilio Vaticano II y que eran fieles al Papa y a los Obispos, deseaban no obstante reencontrar la forma, querida para ellos, de la sagrada Liturgia".
Y, además, indica uno de los motivos por los cuales dichos fieles pedían entonces (y siguen prefiriendo hoy) el Rito Romano tradicional, aun siendo jóvenes (no, el motivo no es nostalgia de algo que jamás han conocido):
"Esto sucedió sobre todo porque en muchos lugares no se celebraba de una manera fiel a las prescripciones del nuevo Misal, sino que éste llegó a entenderse como una autorización e incluso como una obligación a la creatividad, lo cual llevó a menudo a deformaciones de la Liturgia al límite de lo soportable".
Trece años después, ¿ha cambiado la situación descrita? No, en muchos casos las celebraciones según el Misal de Pablo VI han empeorado notablemente, pese a los llamamientos y documentos de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI contra las profanaciones y "abusos" litúrgicos. Por ello, los fieles que asisten o desean asistir a la Santa Misa Tridentina van aumentando, sin prisa pero sin pausa, y no porque "rechacen" el Concilio Vaticano II o el magisterio postconciliar. Sin duda, hay más fieles y clero que sólo usa el Misal de Pablo VI que rechaza justamente lo que el presente motu proprio achaca a la minoría que asiste a la Misa Tridentina, y nadie ha leído aún un motu propio de Francisco limitando el uso del Misal de Pablo VI para fomentar la unidad, sobre todo doctrinal, habiendo un número ingente de personas que sólo usan dicho Misal y que rechaza todos los concilios (incluyendo el último), y gran parte del Magisterio de la Iglesia (también el postconciliar). La motivación aducida (vamos, la excusa), pues, no puede ser más mala.

Es cierto que Benedicto XVI dice que con el motu proprio "Ecclesia Dei", Juan Pablo II también quería ayudar a la Fraternidad San Pío X a "reencontrar la plena unidad con el Sucesor de Pedro", pero esa no era ni la única, ni la principal motivación de tal motu proprio, como puede leerse en el mismo. Además, la Iglesia no emite documentos con vistas a que los cumplan supuestos "cismáticos" -si es que se consideraba tales a los miembros y fieles de la FSSPX-, como tampoco emite documentos destinados a que los cumplan los cismáticos ortodoxos. Por razones obvias: si no están sujetos al Romano Pontífice, ¿cómo espera alguien que sean vinculantes para ellos?
Francisco continúa en el motu proprio afirmando -sin presentar ni una sola prueba, porque no las tiene, ni las puede tener- que la "oportunidad" (sic) de usar el Rito Romano de siempre..."...ha sido aprovechada para aumentar las distancias, endurecer las diferencias y construir oposiciones que hieren a la Iglesia y dificultan su progreso, exponiéndola al riesgo de la división".
Resulta paradójico que acuse a los fieles y clero que usan el Misal de San Pío V de exponer a la Iglesia a la división por dificultar su "progreso", cuando está a la vista de todos que quienes dividen son, precisamente, los "progresistas", que rechazan -en todo o en parte- la Fe católica y creen (o quieren que así sea) que ésta ha cambiado hace 50 años, o que puede cambiar ahora (que se lo pregunten a una parte sustancial de la iglesia alemana... de facto, esa sí que está en cisma declarado).

Lo que sigue a continuación en la carta de Francisco parece, simplemente, una broma:
"Me duelen por igual los abusos de una parte y de otra en la celebración de la liturgia".
¿Abusos litúrgicos en la celebración según el Misal de San Pío V desde el motu proprio de Juan Pablo II y el de Benedicto XVI? ¿Cuáles? ¡Si ni siquiera ha podido señalar uno sólo! Obviamente, eran preguntas retóricas, porque el Papa Francisco sabe perfectamente, como lo sabe todo el mundo, que dichos abusos no existen, a diferencia de los que abundan en innumerables celebraciones con el Misal de Pablo VI.

Luego, vuelve a incidir en que los sacerdotes o fieles que usan el Misal de San Pío V (sin especificar, o sea, todos ellos en bloque), rechazan la reforma litúrgica (lo dice como si hubiera que aceptarla como si fuera el undécimo mandamiento del Decálogo: "No rechazarás la reforma litúrgica de Pablo VI"), o, directamente el Concilio Vaticano II en sí (sin haber preguntado a un solo fiel que asista a Misa Tridentina si lo acepta o no, como tampoco se les pregunta a los que van a la Misa de Pablo VI).

Lo que viene a continuación, es otra mala excusa:
"Dudar del Concilio es dudar de las propias intenciones de los Padres, que ejercieron solemnemente su potestad colegial cum Petro et sub Petro en el Concilio Ecuménico y, en definitiva, dudar del propio Espíritu Santo que guía a la Iglesia".
De lo que se quejan los mal llamados "tradicionalistas" (para que nos entendamos), es justamente de lo contrario que Francisco les achaca: nadie duda de las intenciones de los Padres conciliares, sino que se sabe y se ve (los progresistas también lo saben y lo ven) que se han incumplido dichas intenciones, como puede observarse en el incumplimiento sistemático del documento conciliar sobre liturgia "Sacrosanctum Concilium". ¿Qué tiene que ver el Espíritu Santo con que los innovadores progresistas se pasasen -y se pasen- por el forro, no sólo las intenciones de los Padres conciliares, sino también el propio documento conciliar que resultó de dichas intenciones? Serán ellos, en todo caso, quienes no crean en el Concilio Vaticano II y en las intenciones de los Padres. Parece un poco injusto y bastante poco misericordioso que un padre, cuando uno de sus dos hijos hace algo mal, castigue al otro hijo. O el padre está ciego, o simplemente prefiere al hijo malo y no le importa ser injusto, lo cual no es propio de un padre (al menos, no de un buen padre).

A continuación, como ya ha hecho muchas veces en documentos anteriores, Francisco cita el Magisterio de Papas anteriores fuera de contexto, para intentar darle un significado diferente al que le dieron dichos Papas. En este caso, para acusar a la Misa Tridentina de no cumplir con el deseo de la "participación activa" en la liturgia que supuestamente querían los padres conciliares de acuerdo con la "Mediator Dei" de Pío XII. Pero, ¿qué decía dicho documento de Pío XII al respecto? Vamos a verlo:

Además,
«para que el pueblo torne parte más activa en el culto divino, se debe restablecer entre los fieles el uso del canto gregoriano, en la parte que le corresponde. Evidentemente, apremia el que los fieles asistan a las sagradas ceremonias, no como meros espectadores mudos y extraños, sino profundamente penetrados por la belleza de la liturgia; que alternen sus voces con la del sacerdote y coro. Si esto, por la bondad de Dios, se verificare, no ocurrirá que el pueblo responda a lo más con un ligero y tenue murmullo a las preces comunes rezadas en latín o en lengua vulgar». La multitud que asiste atentamente al sacrificio del altar, en el que nuestro Salvador, juntamente con sus hijos redimidos por su sangre, canta el epitalamio de su inmensa caridad, no podrá callar, ya que «el cantar es propio de quien ama», o, corno dice el viejo refrán: «cantar bien es orar dos veces». Así resulta que la Iglesia militante, clero y pueblo juntos, une sus voces a los cantos de la triunfante y de los coros angélicos, y todos a una cantan un sublime y eterno himno de alabanza a la Santísima Trinidad, según aquello: «y nosotros te rogamos que admitas nuestras voces mezcladas con las suyas»
¿De dónde toma Pío XII dicha cita? ¡Del Prefacio del Missale Romanum! (sí, sí, el de San Pío V). Exactamente la misma intención de Juan XXIII y de los Padres conciliares: que se mantuviera el uso del latín y el gregoriano. Pues los del "espíritu del concilio", ni caso. Así que, la participación activa en la liturgia querida por el concilio no era -ni es, ni será, aunque se incumpla- que toda la Misa sea en lengua vulgar o que los cantos sean profanos, ñoños, horteras, o todo a la vez, sino que los fieles -no sólo los sacerdotes- usen el canto gregoriano de forma habitual. 

¿Dónde dice algún documento del Concilio Vaticano II que la participación activa de los fieles en la liturgia consista, o deba consistir, en cometer o soportar (pasivamente) los abusos litúrgicos que padecemos los católicos desde hace medio siglo? Además, sólo hay que asistir hoy en día para comprobar cómo los fieles que asisten a la Misa Tridentina participan activamente en la liturgia sin abusos litúrgicos de ningún tipo, ni por su parte, ni por parte del oficiante: la Misa es dialogada entre éste y los fieles, cantan y/o recitan las partes del Ordinario que les corresponden (pudiendo seguirlo en su idioma, pues los misales son bilingües), cambian de postura según indican las rúbricas (lo cual se incumple sistemáticamente en las celebraciones con el Misal de Pablo VI, al que se desobedece), etc. Nadie se queda dormido recostado en su asiento ante interminables "homilías" sociales, nadie repite como un loro larguísimos salmos responsoriales que pocos recuerdan, y, sobre todo, nadie se horroriza de las ocurrencias o de la ideología del cura de turno, totalmente ajena a temas religiosos. Como se ve, son dos maneras de entender lo que es la "participación activa" de los fieles en la liturgia: por un lado lo que quiere la Iglesia, y por otro lo que quieren los innovadores -contra lo que dice la Iglesia-.

Después, vuelve a citar de nuevo la Constitución sobre la Sagrada Liturgia "Sacrosanctum Concilium", para defender la aplicación de la reforma litúrgica, entrecomillando lo que dicho documento quería que fuera dicha reforma: «ateniéndose fielmente a la tradición». O sea, justamente lo contrario de lo que se ha visto en el último medio siglo.

De nuevo, vuelve a parecer una broma lo que dice a continuación:
"Quienes deseen celebrar con devoción según la forma litúrgica anterior no encontrarán dificultad en encontrar en el Misal Romano, reformado según la mente del Concilio Vaticano II, todos los elementos del Rito Romano, especialmente el canon romano, que es uno de sus elementos más característicos".
Aparte de que el Misal de Pablo VI no cumplió exactamente lo que pedía el documento sobre liturgia del Concilio Vaticano II -y su aplicación mucho menos-, quienes desean celebrar con devoción según el Misal de San Pío V -porque la forma litúrgica anterior a la reforma de Pablo VI no es ésa, sino el Misal de 1965, conocido por algunos como "Misa híbrida"- no sólo encuentran dificultades para encontrar todos los elementos del Rito Romano en el Misal de Pablo VI, sino que es imposible que alguien los encuentre, pues gran parte de ellos han sido eliminados del mismo (en internet hay muchos estudios y cuadros comparativos donde puede verse qué se eliminó, qué se cambió y qué se creó ex profeso para incluirlo en el nuevo Misal).

Finalmente, vuelve a acusar injusta y temerariamente a todos los fieles que asisten a la Misa Tridentina de rechazar a la Iglesia y a sus instituciones. ¿Qué significa realmente dicha frase? Los fieles que van a la Misa Tridentina... son Iglesia. La Iglesia está formada por todos los fieles católicos, vivos y difuntos, con Cristo a la cabeza. ¿Quién se rechaza a sí mismo?

La siguiente afirmación es de antología:
"Es para defender la unidad del Cuerpo de Cristo que me veo obligado a revocar la facultad concedida por mis predecesores. El uso distorsionado que se ha hecho de ella es contrario a las razones que les llevaron a conceder la libertad de celebrar la misa con el Missale Romanum de 1962".
Para uso distorsionado, el que este documento hace de las intenciones y documentos de todos los Papas hasta el actual: la Misa Tridentina, Gregoriana, Apostólica o tradicional (como se la quiera llamar), no es una concesión de los dos inmediatos predecesores del Papa actual, como él mismo reconoce en este mismo motu proprio, aunque luego se contradiga, sino un derecho concedido a perpetuidad desde que San Pío V promulgara el Misal Romano según el Concilio de Trento hace casi medio milenio. Las razones que llevaron a Juan Pablo II y Benedicto XVI a RECONOCER (no conceder) que nadie había abrogado el Misal de San Pío V, y a su legítimo uso por parte de cualquier sacerdote o fiel católico, nada tiene que ver con ninguna unidad del Cuerpo de Cristo, que rompen, fundamental y sistemáticamente, quienes no creen o rechazan la Fe católica.

Conclusión: que como bien dice el motu proprio, la decisión de limitar la Misa Tridentina y la creciente asistencia de fieles a la misma (asistencia no impuesta, sino voluntaria), se debe a lo siguiente:
"Respondiendo a vuestras peticiones [la de un número ínfimo de obispos que odian el Rito Romano de siempre, porque ni lo conocen, ni sabrían oficiarlo], tomo la firme decisión de derogar todas las normas, instrucciones, concesiones y costumbres anteriores al presente Motu Proprio".
El documento deja bien claro que se refiere a las de Juan Pablo II y Benedicto VI, no a las de Pablo VI ni a las conciliares, que también son anteriores a este motu proprio.

Por último, afirma que...
"...tras el Concilio de Trento, San Pío V derogó todos los ritos que no podían presumir de una antigüedad probada, estableciendo un único Missale Romanum para toda la Iglesia latina".
Bueno, en realidad San Pío V no hizo tal cosa. La intención del Concilio de Trento era impedir y/o erradicar el error y la herejía, por lo que los libros litúrgicos recientes, de los que se sospechaba que podían contener errores o herejías, fueron eliminados, mientras que todos los demás ritos fueron permitidos: el visigótico, el ambrosiano, el bracarense, el dominico, el cartujo, etc. Y el Rito Romano se remontaba en Roma a los tiempos apostólicos, permaneciendo prácticamente invariable desde San Gregorio Magno (s. VI). San Pío V no se inventó nada: sólo codificó en el Misal el Rito Romano ya existente y lo promulgó para que cualquiera pudiera usarlo libremente, pero no obligatoriamente como rito único (se podían seguir usando los otros ritos, y así se hizo desde entonces).

La frase que viene a continuación parece escrita por Perogrullo:
"Durante cuatro siglos, este Missale Romanum promulgado por san Pío V fue, pues, la principal expresión de la lex orandi del Rito Romano".
En realidad son cuatro siglos y medio hasta el día de hoy (algunos se han quedado congelados en los años 60 del siglo XX). Además, el Missale Romanum no era "la principal expresión de la lex orandi del Rito Romano", sino su ÚNICA expresión, al igual que la ÚNICA expresión de la lex orandi del Rito Visigótico era su propio Misal, y del Rito Ambrosiano, el suyo propio, etc.

La supuesta función "unificadora" en la Iglesia que pretende este documento, en el pasado no supuso eliminar ni perseguir las demás expresiones litúrgicas legítimas, ni nadie ha dicho nunca que dichas expresiones no fueran lex orandi (¿qué iban a ser y qué son, si no?). Está meridianamente claro que la unidad que pretende restablecerse en toda la Iglesia de rito romano no es tal: se busca uniformidad, no unidad; y no de acuerdo con el Concilio Vaticano II, ni con ningún documento precedente.

Finaliza el motu proprio recordando a los obispos que, como Ordinarios locales, pueden autorizar en sus Iglesias el uso del Misal Romano de San Pío V, que es lo que están haciendo la mayoría de ellos desde que se publicó este motu proprio, de acuerdo con el deseo del Papa Francisco de "prever el bien de quienes están arraigados en la forma de celebración anterior". Evidentemente, en aquellos lugares donde hay grupos de fieles que asisten a la Misa Tridentina, pues donde no hay fieles ni nadie lo pide, no hay nada que autorizar, ni que prohibir. Se insta a los obispos a no erigir nuevas parroquias personales, a pesar del deseo y voluntad de los fieles que forman el «santo Pueblo fiel de Dios», que hará necesario en un futuro no muy lejano, debido a su aumento, la erección de nuevas parroquias personales, o la vuelta a las parroquias normales en aquellos lugares en los que se haya sacado de las mismas, tarea que probablemente corresponderá establecer a un futuro Pontífice.

Como conclusión del despropósito que supone el motu proprio y la carta que lo acompaña, y que seguramente explique muchas cosas, aquí van algunos datos:

El nuevo Rito de la Misa (Novus Ordo Missae) entró en vigor el 30 de noviembre de 1969, I domingo de Adviento. Jorge Mario Bergoglio fue ordenado sacerdote 20 días después, el 13 de diciembre de 1969. Por tanto, nunca ha oficiado la Santa Misa con el Misal de Juan XXIII de 1962 (la última edición del Misal de San Pío V).

Es el primer Papa que no ha oficiado jamás la Misa tradicional desde que se promulgara la Constitución Apostólica 'Quo Primum tempore' de San Pío V, el 14 de julio de 1570 (entró en vigor un mes después), que fijaba el Misal del Rito Romano como habían establecido los cánones y decretos del Concilio de Trento.

La Constitución Apostólica 'Missale Romanum', promulgada el 3 de abril de 1969 no abrogó la Constitución Apostólica 'Quo Primum tempore', debido a la declaración de irreformabilidad (sujeta a anatema) contenida en la misma.

Desde los tiempos del Papa San Gregorio Magno (590–604) hasta la interpolación de 'San José' por Juan XXIII en 1962, el Canon de la Misa (y todo el Misal Romano desde 1570) ha permanecido prácticamente inalterado. Todas las revisiones del Misal Romano efectuadas por los Papas posteriores a San Pío V, sólo han afectado a las rúbricas o han reformado el calendario litúrgico, no el Rito del Misal propiamente dicho.

Como puede apreciarse, el actual Papa, además de desconocer la liturgia anterior a la reforma de Pablo VI, tiene una visión muy sesgada -cuando no deformada- de la misma, así como de su historia desde tiempos apostólicos hasta la época en que él fue seminarista (nada menos que la de la revolución "sesenta-y-ochera"), o de lo que los Papas han hecho o dejado de hacer en materia litúrgica (si lo conociera, no afirmaría las cosas que afirma, pues no se corresponden con la realidad). Repito: Francisco es el único Papa en casi medio milenio que jamás ha oficiado la Santa Misa Tridentina ni siquiera cuando era un simple cura. Y ya se sabe: ¡no se puede amar lo que no se conoce!

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