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Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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martes, 5 de marzo de 2019
Vaticano II. ¿Se puede curar una enfermedad con el virus que la produce? (Miguel Ángel Yáñez)
He de reconocer que, a veces, tengo una sensación encontrada cuando leo algunos manifiestos y artículos que, con una excelente intención, intentan clarificar algunos aspectos de la confusión reinante.
Y digo encontrada, porque a la vez que valoro lo que leo, en general recordatorios lúcidos y valientes de la doctrina ofuscada, cuando no negada, por el papa Francisco -y otros…-, percibo claramente que casi siempre falta “algo”, y, por lo general, también sobra “algo”; se convierten la mayor parte de las veces en una ocasión no aprovechada en su plenitud.
Usualmente, se omite llegar al diagnóstico certero -diría un médico-, a la raíz podrida que seca todo el árbol y que produce estos malos frutos: al Concilio Vaticano II y a la implementación implacable del mismo por todos los papas postconciliares, que no son en absoluto ajenos a la crisis de la Iglesia, sino muy por el contrario son actores y parte indispensable de ella. Ese es el “algo” que sigo echando en falta.
Y en el mismo sentido, complementando esa “falta”, noto que “sobran” las continuas referencias laudatorias al Vaticano II y a los papas postconciliares; es como querer curar una enfermedad… con el virus que la produce. Es como si en Cuba se quisiera acabar con el régimen actual, citando a Fidel Castro.
Puedo entender perfectamente la buena intención que hay al usar ese tipo de citas para desarmar mejor al enemigo, y, aunque no comparto la metodología, aprecio sinceramente a estos autores, su esfuerzo, y la buena línea en la que avanzan, pero, sinceramente y dicho con todo mi cariño, creo que no es la solución. Hace falta dar un paso más.
Está claro que el papel lo aguanta todo, y que, de cualquier autor del mundo, Lutero incluido, podríamos entresacar siempre excelentes frases. Pero, al citar en positivo a el Concilio como antídoto, cuando es en realidad el virus, e idealizar a sus implementadores y documentos posteriores (catecismos, nuevo CDC…) ¿no predisponemos a el lector a absorber todo lo malo que hay allí? ¿con el magisterio tan brillante que tenemos de 20 siglos es necesario en serio citar estos documentos y ejemplos tan embarrados?
Y aquí es donde se produce ese choque de sentimientos; por un lado, me alegro enormemente al ver como, poco a poco, se van atreviendo a decir “algo”, pero a la vez me entristece ver como no se quiere, puede o sabe llegar a la raíz de la enfermedad, la cual a su vez se trata de disimular y decorar citándola en positivo.
Siempre he pensado que el gran problema que tuvieron los Franciscano de la Inmaculada no fue la Misa tradicional, sino que modestamente empezaron a hacerse preguntas sobre el Concilio Vaticano II, a caminar en la dirección que aquí demando y echo en falta.
Es verdaderamente imperioso que, de una vez por todas, alguien con autoridad se atreva a decir la verdad… TODA LA VERDAD, no sólo denunciando los frutos, sino yendo también la raíz de la enfermedad, con claridad y sin miedo al martirio espiritual que sin duda le traerá.
Mientras esto no se produzca, no habrá comenzado la reacción… de verdad.
Miguel Ángel Yáñez
lunes, 4 de marzo de 2019
El Diablo existe, confirma el Papa (Carlos Esteban)
No, la noticia no es que el Diablo exista. Es una presencia continua en las palabras de Cristo y una enseñanza infalible de la Iglesia. Pero que Francisco lo asegure es noticia para muchos, ese es el estado de incertidumbre en la Iglesia.
“Existe, sí, es verdad, y es nuestro mayor enemigo”, ha dicho del Diablo el Santo Padre en una improvisada catequesis con niños en la parroquia romana de San Crispín, que visitó este domingo pasado.
Que un Papa confiese públicamente la existencia del Diablo debería ser cualquier cosa menos noticia, pero los lectores de InfoVaticana y cualquier católico mínimamente atento a las noticias doctrinales que llegan de Roma saben que las viejas certezas son vistas con impaciencia por los fautores de la ‘renovación’, que no hay que “hacer de la verdad un ídolo” y que, como escribía el teólogo favorito del Papa, el cardenal Walter Kasper, “los dogmas no dejan nada definitivamente asentado”.
Y está también lo de Castillo. Leíamos la semana pasada en Religión Digital este titular: ‘José María Castillo: “No existe el demonio. Es una figura mítica para describir en aquellos tiempos el mal”. Castillo es una de las firmas de ‘la casa’, uno de los teólogos de su escudería, y Religión Digital cuenta, además, con esas bendiciones implícitas de la jerarquía española que son las filtraciones y los contratos publicitarios.
La frase es lo bastante sorprendente y tajante como para que, siendo la última de la entrevista que le hacen, la usen para titular el texto, aunque todas las declaraciones de Castillo despliegan una concepción del cristianismo que se da de bofetadas con la doctrina católica perenne.
Así, Castillo presenta el cristianismo como la antítesis de la religión, como su opuesto dialéctico, y al propio Cristo como un debelador de la estructura religiosa de su tiempo. “Si leemos los Evangelios, el conflicto entre el Evangelio y la religión es constante, casi desde el principio hasta el fin”, asegura. Y añade: “Lo que Jesús enseñó fue el Evangelio, en conflicto con la religión. ¿Ve el contraste? Jesús no fundó un templo, no fundó un sacerdocio, no instituyó rituales. Jesús era un predicador ambulante, en el que resaltan tres cosas, su preocupación por curar enfermos, por la salud, curaba a un ciego, un manco, un paralítico… Jesús curaba a todo el que podía. Incluso hay un caso que resucitó a un muerto. Pero estos relatos no se pueden tomar al pie de la letra”.
Es decir, que Jesús era un terapeuta, sin nada especial, ni siquiera la capacidad de hacer milagros, salvo su profunda dedicación. “Es una manera de decir que Jesús, donde veía sufrimiento, lo aliviaba. La primera gran preocupación del Evangelio es la salud. Es lo que más nos preocupa a todos. La segunda es el hambre. Se habla de comidas, pero siempre son compartidas, de alimentación compartida”.
Cómo un sencillo carpintero terapeuta en una provincia romana de mala muerte ha sido confundido con el mismísimo Hijo de Dios y ha creado toda una formidable civilización quizá parezca un misterio tan grande como los que enseña la fe, pero desde luego indica que Castillo ha dedicado su vida a un curioso personaje que ni es Dios ni hace milagros.
¿En qué sentido, entonces, es ‘teólogo’, es decir, docto en la Divinidad? Más: ¿por qué es un teólogo católico, en qué sentido? Precisamente para evitar la confusión y el escándalo de los fieles, para que estos puedan orientarse en la doctrina segura, es por lo que la Santa Sede retira la ‘venia docendi’ a quienes esparcen doctrinas contrarias al Depósito de la Fe, impidiéndoles enseñarlas en su nombre, como hizo con Castillo dos décadas atrás.
Y aquí es donde está esa insidiosa ambigüedad que hace desconcertantes las mejores declaraciones del Papa: Francisco le ha rehabilitado. Lo contaba José Manuel Vidal en la publicación que dirige y a la que nos hemos referido, Religión Digital: “Rehabilitación en toda regla del teólogo José María Castillo y de su obra. “Leo con mucho gusto sus libros, que hacen mucho bien a la gente”. Con esta frase, Francisco ‘bendijo’ al teólogo español en el Vaticano, donde hace dos décadas le retiraron la ‘venia docendi’. Por su parte, a Religión Digital la invitaba a “seguir apostando por la renovación de una Iglesia en salida”.
Carlos Esteban
sábado, 2 de marzo de 2019
El ‘Manifiesto de Fe’ del Cardenal Müller: ¿signo de defección papal? (Christopher A. Ferrara)
EXCELENTE ARTÍCULO DE CHRISTOPHER A. FERRARA
“El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos.”Dejaré que John Lamont, en este artículo, destruya el argumento desesperado de los últimos defensores de Bergoglio de que él solo se refería a la voluntad permisiva de Dios, es decir, Su tolerancia del mal en el mundo—como si el-Tayeb fuera a firmar un documento declarando que Dios tolera la maldad del Islam.
El Manifiesto de Müller solo puede considerarse como una corrección de los errores que el mismo Bergoglio propaga a través de un degenerado progresismo jesuita, si bien no lo identifica por su nombre. A saber:
Indiferentismo religioso.
Una omisión sistemática de toda referencia clara a la divinidad de Cristo y Su autoridad sobre los hombres y las naciones.
La constante denigración de la sólida ortodoxia como rigidez farisaica.
La subversión de la adherencia al sexto mandamiento, reduciéndola a un “ideal” no siempre alcanzable “en la complejidad concreta de los límites”, junto con la administración de la comunión a los adúlteros públicos vueltos a casar en situaciones en las que se considera “imposible” la práctica de la continencia.
La negación de la extrema gravedad de los pecados de impureza, reducidos a “los más leves de los pecados” y trivializados como una fastidiosa “moral debajo de la cintura” por la que se obsesionan sacerdotes que necesitan de un psiquiatra—si bien la Madre de Dios advirtió que “van más almas al infierno por los pecados de la carne que por cualquier otra razón”.
El abandono, en la práctica, del concepto de pecado mortal en general y la minimización de la amenaza del infierno al punto de considerarla inexistente (“nadie puede condenarse para siempre”).
La insinuación de que el celibato sacerdotal podría ser abandonado en ciertos lugares tales como el Amazonas — es decir, por supuesto, eventualmente en todas partes;
la propuesta (completa, incluyendo un “estudio” cuasi-secreto) para que las mujeres puedan ser “diaconisas” aunque resulten ontológicamente incapaces de recibir un título de Orden Sagrado.
Contra Bergoglio, el manifiesto de Müller afirma las siguientes verdades de la fe:
la divinidad y autoridad perentoria de Cristo:
La necesidad de la Iglesia y de sus sacramentos para la salvación.
El rol único de la Iglesia de enseñar “con la autoridad de Cristo, la divina revelación, que se extiende a todos los elementos de la doctrina, incluyendo la enseñanza moral”—que Bergoglio ha estado socavando por más de cinco años.
La necesidad de obediencia a la ley divina y natural para la salvación.
La condenación eterna en el infierno de quien “muere en pecado mortal, sin arrepentimiento”.
La inadmisibilidad de los “divorciados vueltos a casar” a la sagrada comunión.
La defensa del celibato sacerdotal como “signo de vida nueva” y de “la entrega de uno mismo al servicio de Cristo”.
La imposibilidad de admitir mujeres a ninguno de los tres estados de este ministerio [del sacerdocio], es decir, el diaconado.
Müller concluye con una nota apocalíptica: que en medio de este pontificado y el silencio generalizado de los obispos respecto a las verdades de la revelación, estamos siendo testigos “del mayor engaño”, “la última prueba de la Iglesia”, “una alucinación religiosa” y “el fraude del Anticristo”.
Ante lo cual, el teólogo favorito de Bergoglio, Walter Kasper, saltó con rabia a defender al Papa, quien lo había rehabilitado incluyendo también a sus sandeces modernistas sobre la “misericordia”, promoviendo a ambos hasta el cansancio. Con una hipocresía descarada, Kasper condenó a Müller como “un redivivus [reencarnación] de Lutero, uno que trabaja por las reformas en la Iglesia, pero luego desea imponerlas sobrepasando al Papa y trabajando en su contra.” Esto, viniendo del mayor promotor de herejías de Alemania, a quien incluso Lutero denunciaría por corromper lo que él consideraba las bases de la religión católica.
A estas alturas de la Debacle Bergogliana, probablemente habrá entrado en la mente de todo católico serio y tradicionalista que Bergoglio actúa como un anti-Papa, uno que ataca a la Iglesia y las enseñanzas que él debiera conservar y defender. Muchos se preguntan a puertas cerradas cómo es que este hombre extraño y bastante vulgar, con sus ideas subversivas y un claro desprecio por los católicos devotos y la tradición, incluso en temas de moral básica, puede ser Vicario de Cristo. Ni Juan Pablo II ni Pablo VI fueron tan lejos, y afirmaron en cambio repetidas veces la ortodoxia, en momentos críticos, a pesar de la confusión y la decadencia eclesiástica provocadas por su búsqueda de lo novedoso.
Hace tiempo que sostengo que discutir con sedevacantistas es una total pérdida de tiempo. Ya sea que un Papa renunció a su oficio debido a la herejía — ciertamente una posibilidad reconocida por teólogos que hasta el cardenal Burke mencionó — es y será siempre una cuestión académica.
No existe un mecanismo para el juicio definitivo en la materia, y el hipotético pero jamás probado “concilio imperfecto” para declarar que un Papa se ha destituido a sí mismo a causa de una herejía (un remedio que yo mismo he considerado con simpatía en estas páginas) tampoco ofrecería una solución definitiva para la Iglesia universal. Provocaría en cambio algo como el Gran Cisma de Occidente, mientras una gran fracción de los fieles, tal vez incluso la mayoría, continuaría reconociendo al Papa “caído”, rechazando a cualquier sucesor elegido en un cónclave, cuya convocatoria podría ser refutada interminablemente, a menos que o hasta que un futuro Papa — ¡suponiendo que su validez no fuese también cuestionada! — declarara que su predecesor había perdido su puesto. Ese resultado implicaría algo parecido a la anatematización de Honorio I (r. 625-638) por parte del papa San León II (r. 682-683) por el apoyo de Honorio a la herejía monotelita. Sin embargo, incluso en este caso, jamás se declaró que Honorio haya perdido su cargo, y se encuentra incluido en el canon de Papas válidos.
¿Pero qué tal si un Papa elegido válidamente fuera a defeccionar del Oficio Petrino sin realmente abdicar o perderlo, reteniendo de esta manera el puesto y su autoridad mientras rechaza sus deberes y limitaciones? Un Papa como tal no tendría ningún aprecio por la enseñanza tradicional y su praxis, aunque haya sido afirmada por sus predecesores inmediatos. Se consideraría a sí mismo con derecho de proponer alguna novedad que considera apropiada según su propia “visión” de la Iglesia. Propondría, en un abuso categórico del papado, rehacer la Iglesia de pies a cabeza según sus propias ideas, como si fuera posesión suya por el simple hecho de ser el Papa.
Un Papa semejante declararía una intención como la que Bergoglio pronunció en su propio manifiesto, Evangelii Gaudium:
¿Pero qué tal si un Papa elegido válidamente fuera a defeccionar del Oficio Petrino sin realmente abdicar o perderlo, reteniendo de esta manera el puesto y su autoridad mientras rechaza sus deberes y limitaciones? Un Papa como tal no tendría ningún aprecio por la enseñanza tradicional y su praxis, aunque haya sido afirmada por sus predecesores inmediatos. Se consideraría a sí mismo con derecho de proponer alguna novedad que considera apropiada según su propia “visión” de la Iglesia. Propondría, en un abuso categórico del papado, rehacer la Iglesia de pies a cabeza según sus propias ideas, como si fuera posesión suya por el simple hecho de ser el Papa.
Un Papa semejante declararía una intención como la que Bergoglio pronunció en su propio manifiesto, Evangelii Gaudium:
“Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la auto-preservación.”
Para un Papa como éste, la auto-preservación de la Iglesia resultaría menos importante que la búsqueda de sus propias ideas acerca de lo que la Iglesia debe ser y hacer. Y ahí se encontraría la defección del cargo que de todas maneras conservaría. Porque un Papa así ejercería un “ministerio” que no sería el ministerio Petrino de la conservación y la preservación de lo heredado, ni un ejercicio del auténtico Magisterio, sino una iniciativa ultra vires de innovación desconectada de la Tradición.
En cuanto a esto, tengo en cuenta lo que el perspicaz padre John Hunwicke acaba de escribir sobre el asunto de “la suspensión de las funciones del Magisterio”. Alabando el Manifiesto de Müller, él supone que “consciente o inconscientemente, Gerhard Müller tiene en mente la enseñanza del Beato John Henry Newman sobre la situación durante la Crisis Arriana” cuando “el cuerpo del episcopado fue infiel al encargo que había recibido”. El Papa, las grandes sedes episcopales, e incluso los concilios generales “dijeron lo que no debieron haber dicho, o hicieron lo que oscureció y comprometió la verdad revelada” y “hablaron diversamente, uno contra el otro … por casi seis años…”
“Me parece,” continúa el padre Hunwicke, “que el momento en que el PF decidió no responder a la Dubia de los cuatro cardenales fue el momento formal, oficial… el disparo… cuando el Ministerio Petrino entró en su actual ‘suspensión temporaria’. Cuando, de igual manera, ignoró la Corrección Filial que algunos de nosotros le enviamos, él confirmó esa suspensión. Por lo tanto, estamos oficialmente en un período en el que las funciones del Magisterio Papal están en una vacatio que culminará cuando el mismo órgano del Magisterio Petrino regrese del silencio dogmático al ejercicio audible de las funciones correctamente atribuidas al mismo en la Tradición católica…”
Alzando las apuestas, el P. Hunwicke cita la histórica Carta Abierta a Bergoglio del padre Tom Weinandy, en la que le advirtió que “un obispo que promueve una enseñanza herética ‘deja de llevar consigo como obispo las cuatro marcas de la Iglesia y, por lo tanto, no podría actuar justificadamente como un miembro eclesial dentro de la Iglesia. Puede continuar actuando fuera de la Iglesia, o incluso dentro de la Iglesia, pero sus acciones carecerían de un carácter eclesiástico genuino, dado que las cuatro marcas esenciales e indispensables de la Iglesia estarían ausentes en su ministerio engañoso.”
“Si este pontificado se prolonga,” dice el P. Hunwicke, “necesitaremos deshacer tal vez algunas de las implicancias de la última frase.”
En cuanto a esto, tengo en cuenta lo que el perspicaz padre John Hunwicke acaba de escribir sobre el asunto de “la suspensión de las funciones del Magisterio”. Alabando el Manifiesto de Müller, él supone que “consciente o inconscientemente, Gerhard Müller tiene en mente la enseñanza del Beato John Henry Newman sobre la situación durante la Crisis Arriana” cuando “el cuerpo del episcopado fue infiel al encargo que había recibido”. El Papa, las grandes sedes episcopales, e incluso los concilios generales “dijeron lo que no debieron haber dicho, o hicieron lo que oscureció y comprometió la verdad revelada” y “hablaron diversamente, uno contra el otro … por casi seis años…”
“Me parece,” continúa el padre Hunwicke, “que el momento en que el PF decidió no responder a la Dubia de los cuatro cardenales fue el momento formal, oficial… el disparo… cuando el Ministerio Petrino entró en su actual ‘suspensión temporaria’. Cuando, de igual manera, ignoró la Corrección Filial que algunos de nosotros le enviamos, él confirmó esa suspensión. Por lo tanto, estamos oficialmente en un período en el que las funciones del Magisterio Papal están en una vacatio que culminará cuando el mismo órgano del Magisterio Petrino regrese del silencio dogmático al ejercicio audible de las funciones correctamente atribuidas al mismo en la Tradición católica…”
Alzando las apuestas, el P. Hunwicke cita la histórica Carta Abierta a Bergoglio del padre Tom Weinandy, en la que le advirtió que “un obispo que promueve una enseñanza herética ‘deja de llevar consigo como obispo las cuatro marcas de la Iglesia y, por lo tanto, no podría actuar justificadamente como un miembro eclesial dentro de la Iglesia. Puede continuar actuando fuera de la Iglesia, o incluso dentro de la Iglesia, pero sus acciones carecerían de un carácter eclesiástico genuino, dado que las cuatro marcas esenciales e indispensables de la Iglesia estarían ausentes en su ministerio engañoso.”
“Si este pontificado se prolonga,” dice el P. Hunwicke, “necesitaremos deshacer tal vez algunas de las implicancias de la última frase.”
Mientras tanto, el fétido indiferentismo religioso evidenciado en la declaración conjunta de Bergoglio y el-Tayeb sugiere precisamente la posibilidad de un Papa que, según él concluye, ha dejado conscientemente de molestarse en permanecer dentro de los parámetros establecidos por el Magisterio al que él está obligado a someterse como todos los demás.
Fas est et ab hostibus doceri: no olviden jamás las escalofriantes palabras del P. Rosica: que este Papa está libre de las ataduras a las escrituras y la Tradición. No encuentro evidencias actuales para especular factiblemente que las divagaciones del PF fuera de la ortodoxia vayan a aceptar restricciones en el futuro. Es como si, habiéndose encontrado al final de un pozo, hubiera decidido que lo único que puede hacer es seguir cavando con energía redoblada hasta llegar a Tasmania.
A lo que el P. Hunwicke agrega, y me apresuro a mencionarlo aquí, la siguiente advertencia:
A lo que el P. Hunwicke agrega, y me apresuro a mencionarlo aquí, la siguiente advertencia:
“Por supuesto que de ninguna manera sugiero que [Francisco] y los silenciosos obispos heterodoxos hayan perdido el derecho o la capacidad para utilizar el Magisterio de su o sus cargos. Al contrario. Precisamente, tal como hizo Newman, observo simplemente que, de hecho, ni él ni ellos lo están utilizando.” Ciertamente, la Iglesia jamás consideró que los obispos arrianos perdieron sus cargos, ni el papa Liberio, cuya “caída” consistió en suscribirse a la fórmula semi-arriana durante su cautiverio. Antes bien, defeccionaron temporariamente de los cargos cuyo ejercicio correcto retomaron una vez que el Arrianismo fue derrotado y la ortodoxia restaurada en toda la Iglesia (con la ayuda del Sacro Emperador Romano, Teodosio I).Sugeriría entonces, que hoy somos testigos de un Papa desertor que no ha perdido la capacidad de ser Papa, porque no ha abdicado, pero que ha decidido ser otra cosa en lugar del Vicario de Cristo, mientras utiliza la vestimenta papal y se sienta en la silla papal. Como un padre que abandona sus deberes para con su esposa e hijos pero que continúa siendo el jefe de la familia, Bergoglio, quien ha abandonado sus deberes para con la Iglesia, la tradición y las almas, sigue siendo la cabeza terrena de la gran familia eclesial. Como un padre descarriado que regresa a casa retoma una vez más las cargas de la paternidad, Bergoglio puede regresar para ejercer — o más precisamente para comenzar — un correcto ejercicio de su papado. Y es por esto que, a pesar de toda inclinación débil y carnal en su contra, oramos para que Jorge Mario Bergoglio, bajo la influencia del Espíritu Santo, asuma no solo el manto sino la sustancia del pontificado que lleva el nombre de Francisco.
Apéndice
NO IMPORTA:
Tal como reportó Gloria TV en una entrevista con Der Spiegel, el cardenal Gerhard Müller sólo ha culpado a los asesores de Bergoglio, quienes tienen “malas intenciones,” por el torrente de heterodoxia en las palabras y hechos de Bergoglio. En cuanto a Francisco, él ha declarado: “Este Papa es ortodoxo.”
Entonces, según Müller, cada cosa heterodoxa dicha y realizada por Bergoglio durante casi seis años, con extraños pronunciamientos y decisiones desastrosas, se debe a sus malos asesores.
Santo cielo. Es tiempo de dejar de confiar en el cardenal Müller.
(Traducido por Marilina Manteiga. Artículo original)
Christopher A. Ferrara
jueves, 28 de febrero de 2019
SPECOLA, 24 al 28 de febrero de 2019
INFOVATICANA
Desilusión general, Motu Proprio, la fuerza Viganò, víctimas enfadadas, fin de un pontificado.
Condena Australiana al Cardenal Pell, el corrompido mundo de las finanzas vaticanas, los amigos árabes y los pactos chinos.
El cardenal Pell encarcelado y destituido, tiempos de lucha y tempestad, ¿dónde está Dios?
El 28 de febrero de 2013, a vueltas con Pell, el caos en las finanzas Vaticanas, del Papa Francisco no me fío, casos abiertos.
Selección por José Martí
Vaticano comienza juicio contra el cardenal mártir George Pell
La oficina del prensa del Vaticano anunció el 27 de febrero que la Congregación para la Doctrina de la Fe se encargará del caso del cardenal George Pell, de 77 años, “siguiendo el procedimiento y dentro del tiempo establecio por las normas canónicas”, después de la condena espúrea del cardenal Pell.
Esto parece contradecir una declaración del 26 de febrero, según la cual el Vaticano esperaría el resultado de la apelación de Pell.
El Vaticano tiene abundante acceso a testimonios en este caso particular, así que es probable que el cardenal Pell sea absuelto.
Fue evidente desde el comienzo que el caso contra él era y es una farsa.
El inocente cardenal fue puesto bajo custodia policial y ahora está pasando su primera noche en la cárcel. Su sentencia será dictada el 13 de marzo.
El cardenal Brandmüller condena el "silencio" del Vaticano sobre la homosexualidad en la cumbre de abusos sexuales que tuvo lugar en Roma del 21 al 24 de febrero de 2019
ROME, February 27, 2019 (LifeSiteNews) — Organizers of the recent Vatican sex abuse summit deliberately avoided the issue of homosexuality in order to advance a “homosexual agenda” in the Church and protect homosexual networks that thrive in a “climate of complicity and a conspiracy of silence,” a cardinal has said.
In a new interview with Edward Pentin of the National Catholic Register, German Cardinal Walter Brandmüller said that “discussing the problem of homosexuality would have become dangerous for them, because it’s evident there is a network of homosexuals within the Vatican.”
“That’s the problem, there’s no question,” he said.
“This is a silence that calls out to be broken,” the cardinal added. He said the “work of journalists” plays a crucial role in breaking through this wall and therefore urged journalists to continue to “be strong, decisive, and clear” in exposing scandals, even when they meet with no concrete consequences or punitive measures.
Cardinal Brandmüller’s remarks come one week after he and US Cardinal Raymond Burke co-signed an open letter to bishops attending the Vatican summit on the protection of minors in the Church to end their silence on moral corruption in the Church and return to upholding the divine and natural law.
The two cardinals, who also signed the 2016 dubia asking Pope Francis to clarify his moral teaching in Amoris Laetitia, called on bishops to raise their voices against moral corruption in the Church.
“A decisive act now is urgent and necessary,” they said, calling for an end to the “plague of the homosexual agenda” in the Church, organized networks of protection, and a “climate of complicity and a conspiracy of silence.”
In his Feb. 25 interview with the Register, Cardinal Brandmüller said he was “very disappointed” at the outcome of the meeting, and that the root causes were not discussed.
“We’ve said all that needs to be said,” he said. “It all depends on what will be done now, but the silence about homosexuality is a real problem. We have written our letter as observers from the outside; neither Cardinal Burke nor myself are involved.”
Asked how much of the problem is due to a collapse in the Church’s moral doctrine, Brandmüller said the lack of moral doctrine is the “root” and can be traced back decades.
“In the late 1960s early 1970s, the teaching of morals at the [Pontifical] Gregorian University [in Rome] was heretical,” he said. “That was the time of [dissenting] lecturers: [Jesuit Father Josef] Fuchs, [Father Bernard] Häring, and [Father Charles] Curran. They were offering their teaching, the boys listened to these lectures, and then began practicing [homosexuality]."
“The North American College at that time was a center of homosexuality,” Cardinal Brandmüller said.
The cardinal praised lay initiatives like last week’s silent protest in Rome, which brought together 100 men and women to “oppose the Vatican’s policy of silence about homosexuality,” ahead of last week’s Vatican summit on clerical sex abuse.
“Everyone is authorized to express his opinion, and this was a good protest,” he said. “We live in hope and trust in divine Providence.”
Diane Montagna
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TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL USANDO GOOGLE
ROMA, 27 de febrero de 2019 (LifeSiteNews) - Los organizadores de la reciente cumbre sobre el abuso sexual en el Vaticano evitaron deliberadamente el tema de la homosexualidad para promover una "agenda homosexual" en la Iglesia y proteger las redes de homosexuales que prosperan en un "clima de complicidad y Conspiración del silencio ”, ha dicho un cardenal.
En una nueva entrevista con Edward Pentin del National Catholic Register, el cardenal alemán Walter Brandmüller dijo que "discutir el problema de la homosexualidad se habría vuelto peligroso para ellos, porque es evidente que hay una red de homosexuales dentro del Vaticano".
"Ese es el problema, no hay duda", dijo.
"Este es un silencio que llama a romperse", agregó el cardenal. Dijo que el "trabajo de los periodistas" desempeña un papel crucial para romper este muro y, por lo tanto, instó a los periodistas a continuar "siendo fuertes, decisivos y claros" al exponer los escándalos, incluso cuando no tienen consecuencias concretas o medidas punitivas.
Los comentarios del cardenal Brandmüller se producen una semana después de que él y el cardenal estadounidense Raymond Burke firmaron una carta abierta a los obispos que asisten a la cumbre del Vaticano sobre la protección de los menores en la Iglesia para poner fin al silencio sobre la corrupción moral en la Iglesia y volver a defender lo divino y la Ley natural.
Los dos cardenales, que también firmaron la dubia de 2016 y le pidieron al Papa Francisco que aclarara su enseñanza moral en Amoris Laetitia, pidieron a los obispos que alzaran sus voces contra la corrupción moral en la Iglesia.
"Un acto decisivo ahora es urgente y necesario", dijeron, pidiendo el fin de la "plaga de la agenda homosexual" en la Iglesia, las redes organizadas de protección y un "clima de complicidad y una conspiración de silencio".
En su entrevista del 25 de febrero con el Registro, el cardenal Brandmüller dijo que estaba "muy decepcionado" por el resultado de la reunión, y que no se discutieron las causas fundamentales.
"Hemos dicho todo lo que hay que decir", dijo. “Todo depende de lo que se hará ahora, pero el silencio sobre la homosexualidad es un problema real. Hemos escrito nuestra carta como observadores desde el exterior; Ni el cardenal Burke ni yo estamos involucrados.
Al preguntarle qué parte del problema se debe a un colapso en la doctrina moral de la Iglesia, Brandmüller dijo que la falta de doctrina moral es la "raíz" y que se remonta a décadas.
“A fines de la década de 1960, a principios de la década de 1970, la enseñanza de la moral en la [Pontificia] Universidad Gregoriana [en Roma] fue herética”, dijo. “Ese fue el momento de los [disidentes] profesores: [el padre jesuita Josef] Fuchs, [el padre Bernard] Häring y [el padre Charles] Curran. Estaban ofreciendo su enseñanza, los niños escucharon estas conferencias y luego comenzaron a practicar [la homosexualidad] ".
"La universidad norteamericana en ese momento era un centro de homosexualidad", dijo el cardenal Brandmüller.
El cardenal elogió iniciativas laicas como la protesta silenciosa de la semana pasada en Roma, que reunió a 100 hombres y mujeres para "oponerse a la política de silencio del Vaticano sobre la homosexualidad", antes de la cumbre del Vaticano de la semana pasada sobre el abuso sexual clerical.
"Todos están autorizados a expresar su opinión, y esta fue una buena protesta", dijo. "Vivimos en esperanza y confianza en la divina Providencia".
Diane Montagne
miércoles, 27 de febrero de 2019
Además de la ley natural, necesitamos de la gracia de Dios (P. Santiago Martín)
Franciscanos de María
Duración 8:03 minutos
Nicola Bux: “La fórmula de ‘tolerancia cero’ es anti-evangélica”
Lo dijo Don Nicola Bux, el que fuera consultor de la Congregación de la Doctrina de la Fe, en una entrevista publicada en La Verità, cuya traducción nos ofrece Secretum Meum Mihi.
Don Bux, la interpretación que da el Papa de los abusos es clara: la culpa no es de los sacerdotes homosexuales, sino del clericalismo. ¿Qué piensa?
El clericalismo es un término insuficiente para explicar la cuestión del abuso.
¿Por qué?
El Centro para la Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana explicó que no se necesita hablar de pedofilia, es decir, de atención no saludable hacia los niños prepúberes, sino de efebofilia, es decir, de atracción por los jóvenes en la edad de pubertad o en la postpubertad.
Entonces, ¿la homosexualidad tiene que ver con eso?
Los autores del estudio agregan que este tipo de atracción concierne, en el 80% de los casos, a personas homosexuales. Por lo cual, hablar de clericalismo y pedofilia significa esparcir una cortina de humo.
Entonces, ¿por qué en los 21 puntos de reflexión distribuidos en la cumbre del Vaticano, no aparece la palabra «homosexualidad»?
Considere que el actual pontificado comenzó en la era de Barack Obama, aquello love is love, de los homosexuales libres de amarse como lo deseen, frente a lo cual está prohibido hablar de terapia….
Disculpe: ¿los sacerdotes homosexuales necesitan terapia?
Durante la conferencia de prensa del viernes pasado, monseñor Charles Scicluna dijo que generalizar sobre una cierta categoría, como la de los homosexuales, no es legítimo. Y que la homosexualidad no predispone al pecado, la cual sobre todo, inclina a la concupiscencia.
¿Qué tiene que ver con esto?
La concupiscencia es la inclinación al mal de la naturaleza humana. A causa de esto, el amor utiliza al otro para su propio placer.
De acuerdo. ¿Entonces?
En el caso de la homosexualidad, la persona objeto de tal tipo de amor no es verdaderamente amada, sino deseada en función del amor que el sujeto prueba para sí mismo. Aquí está el problema moral.
¿El amor homosexual no es amor?
Es un amor desordenado.
Entonces vuelvo a la primera pregunta: ¿cómo comportarse con un sacerdote o un seminarista homosexual?
Se necesita evaluar la etapa de lo que el Catecismo llama “desorden”. En cualquier caso, está prohibida la admisión al Seminario de personas con tal tendencia.
Dígame si lo he entendido bien: ¿el test psicológico que propone la cumbre del Vaticano debería servir para individualizar a los seminaristas homosexuales por excluir?
Al menos según la Ratio de los Seminarios de 2016….
En su libro, Sodoma, Frédéric Martel sostiene que en la Iglesia el lobby gay está tan extendido, que ahora se tolera la homosexualidad, al menos mientras no conduzca a la pedofilia.
De acuerdo con los estudios realizados, por ejemplo por el psicólogo holandés Gerard van den Aardweg, las personas homosexuales son mucho menos de lo que la propaganda afirma para la normalización de la homosexualidad.
¿Hay menos homosexuales de lo que pensamos?
Sí. Y por lo tanto, incluso los clérigos homosexuales son mucho menos de lo que se cree. Hace unos años, la Congregación para el Clero estimó que los clérigos homosexuales no llegaban al 2% del total.
¿Martel está equivocado?
La tesis de Martel es profundamente falsa, pero tiene un objetivo preciso: demostrar que la homosexualidad está tan difundida, que es inútil combatirla. Por el contrario, es necesario legitimarla, un poco como se busca hacer con la drogas.
Una de las palabras al orden en la cumbre del Vaticano es la «tolerancia cero». ¿No existe el riesgo de que la presión de la opinión pública lleve a juicios sumarios?
La fórmula de ‘tolerancia cero’ es anti-evangélica. Si el Señor usara este criterio con la humanidad, habría desaparecido de la faz de la tierra….
¿Dice que está mal ser demasiado severos con los abusadores?
‘Tolerancia cero’ es un eslogan políticamente correcto y repetido como los loros —bajo la presión de la opinión pública— para demostrar que la Iglesia ha empuñado la espada y está haciendo limpieza.
En cambio, ¿qué debería hacer la Iglesia?
La Iglesia debe tener paciencia y prudencia. No debe derogar la verdad: tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento presentan las relaciones homosexuales como graves depravaciones, porque son contra natura. El padre Reginald Garrigou-Lagrange decía que se necesita ser inflexible por lo que reguarda a la doctrina, porque se cree, pero inclusive en la justa medida, porque se ama. E ironizaba, «la Iglesia absuelve a los pecadores, los enemigos de la Iglesia absuelven los pecados”.
¿Inclusive? ¿Le parece posible?
Hoy se usan muchas expresiones como ‘acoger”, ‘acompañar’… ¿Qué quiere decir? Quiere decir salvar a la persona del desorden en el que ha vivido, y si ha cometido delitos castigarlo con una pena justa. Por eso la terapia es importante….
Ah, ¿ve que la terapia tenía que ver con eso?
Sí. Me sorprende que nunca se hable de la terapia. Es porque si la agenda de Obama ha sido aceptada, la homosexualidad ha sido normalizada.
Por lo tanto, por un lado se quiere normalizar la homosexualidad, que es el caldo de cultivo de los abusos. Por el otro lado, se piden penas severas para los abusadores mismos.
Exactamente. Monseñor Scicluna debería explicar por qué, si las relaciones homosexuales no son pecaminosas, el Vaticano ha llegado a tanto con el ex arzobispo Theodore Edgar McCarrick.
McCarrick fue castigado después de las investigaciones de The New York Times.
De hecho ….
¿Se mueve el Papa según cómo sopla el viento mediático?
Me parece a merced de las presiones contradictorias de la opinión pública, que por un lado se horroriza —quién sabe por cuánto tiempo más— cuando se hace algo a los niños, pero por otro lado no quiere considerar inmoral las tendencias homosexuales.
Entre tanto, mientras McCarrick estaba siendo reducido al estado laical, el Papa Francisco nombraba nuevo Camarlengo a un protégé suyo, Kevin Farrell. Que es muy cercano al jesuita pro Lgbt, James Martin.
Esta contradicción ha sido detectada por muchos. El punto es que diferentes pastores de la Iglesia han abandonado la verdad del Evangelio, tal vez por miedo. Este es el origen de la crisis.
¿Realmente el Papa hará limpieza?
No se hacen procesos a las intenciones. Pero no entiendo por qué no se abre la confrontación con esa parte del mundo católico que, sobre la cuestión, intervino metiendo un dedo en la herida. Aquí está el verdadero clericalismo.
¿En qué sentido?
Evitar la confrontación y el debate. Hacer como las avestruces, que meten sus cabezas bajo la arena.
¿Usted se refiere a la confrontación con los cardenales conservadores, quienes atribuyeron la causa del abuso a la homosexualidad?
No son cardenales conservadores, sino que “custodian la fe católica transmitida por los apóstoles”, manteniendo juntas, de manera católica, la doctrina, la moral y la praxis, sin ceder a las modas. Una cosa viene a la mente…
Diga.
Usted piensa que, a propósito de la homosexualidad, también en la Iglesia esté de moda la palabra ‘orientación’.
¿No debería?
¡Pero esta no es una expresión de la moral católica! ¡Es una expresión de los lobbies homosexualistas!
¿Eso es?
No existe una orientación sexual.
¿No existe?
Dios creó el macho y la fémina. O Dios es el ordenador supremo de lo creado, mientras el pecado del hombre crea desorden; o el orden objetivo no existe y cada uno lo construye como le parece. Si en la Iglesia se renunciare a enseñar que Dios ha creado una naturaleza bien precisa, hecha del masculino y femenino, y si se reduce a hablar de ‘orientación’, cae un principio de fondo de la verdad católica.
¿Qué piensa del «político» Francisco, el que se fotografió con el pin «Abramos los puertos»?
Es folklore. La cuestión es otra.
¿Cuál?
Si en la Iglesia debe prevalecer la política o la fe. Si la fe debe prevalecer, la Iglesia también deberá aceptar ser perseguida, para reafirmar la verdad del Evangelio.
Entonces, ¿el Papa se equivoca al pedir acogida para todos?
En realidad, si se pone cuidado de todas sus intervenciones, no se encuentra la invitación a la acogida indiscriminada. Digamos que sus frases son un poco peronistas….
¿Peronistas?
Sí. Usted sabe que el peronismo es la capacidad de armar una cosa y su opuesto, según las circunstancias.
Un disparo al círculo y otro al barril.
En relación con el consenso para no perder. El punto es entender cuán vigente está ahora esta impostación. Viendo lo que está pasando en Italia, en Europa, en América Latina, diría que no está.
¿Y qué piensa del giro ambientalista de la Iglesia?
Otra de esas cosas que funcionan para la agenda Obama. A este paso, la Iglesia terminará encontrándose en un caso Galileo al contrario. Los científicos están divididos. Y la Iglesia no tiene competencia en el asunto.
El padre Antonio Spadaro dice que se necesita un «catolicismo democrático».
Poner juntos el catolicismo y la democracia es un oxímoron.
¿Completamente?
Ciertamente. ¿Qué quiere catolicismo democrático? Cuando se habla de Iglesia Católica, se habla del pueblo de Dios jerárquicamente ordenado. La Iglesia no es en lo mínimo una democracia….
Artículo publicado en Secretum Meum Mihi de una entrevista realizada por La Verità
Farsa de abuso se convierte en persecución abierta: el inocente cardenal Pell será encarcelado el miércoles
El falsamente condenado cardenal George Pell será mantenido en custodia después de una audiencia de declaración el miércoles.
Pell será sentenciado probablemente en la quincena posterior a la audiencia, informa el 26 de febrero el sitio web TheAge.com.au.
Él siempre mantuvo enérgicamente su inocencia, la cual se tornó clara durante el juicio.
Hay evidencia abrumadora que muestra que Pell no puede haber cometido los crímenes por los que fue condenado – incluso si él hubiese querido hacerlo.
Todos los testigos han confirmado que hubiera sido abusar de los niños un día domingo en la sacristía de la catedral de Melbourne después de Misa. Las personas que estuvieron cerca de Pell testificaron que no hubo ningún abuso, pero fue en vano.
El acusador mendaz de Pell pidió a los medios de comunicación que "no revelen mi identidad”.
El Vaticano emitió el 26 de febrero una declaración, reiterando su “máximo respeto” [¿?] por las [corruptas] autoridades judiciales australianas, pero están esperando el resultado de la apelación.
martes, 26 de febrero de 2019
Comunicado del Superior General de la Fraternidad San Pío X
FSSPX NEWS
El 4 de febrero de 2019, el Papa Francisco firmó con el Gran Imán de la mezquita de El Cairo un Documento sobre la Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común.
El 4 de febrero de 2019, el Papa Francisco firmó con el Gran Imán de la mezquita de El Cairo un Documento sobre la Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común.
La verdadera fraternidad existe sólo en Jesucristo
Un Cristo ecuménico no puede ser el verdadero Cristo. Desde hace más de cincuenta años, el ecumenismo moderno y el diálogo interreligioso vienen presentando al mundo un Cristo disminuido, irreconocible y desfigurado.
El Verbo de Dios, el Hijo unigénito del Padre, la Sabiduría increada y eterna se encarnó, se hizo hombre; ante este hecho histórico, nadie puede quedar indiferente: "El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama" (Mt. 12, 30). Por el hecho de la Encarnación, Cristo se convirtió en el Sumo Sacerdote de la nueva y única alianza y en el Doctor que nos anuncia la verdad; se convirtió en el Rey de los corazones y de las sociedades y en "el primogénito entre muchos hermanos" (Romanos 8, 29). Por lo tanto, la verdadera fraternidad existe sólo en Jesucristo, y únicamente en Él: "Pues no se ha dado a los hombres otro nombre bajo el cielo, por el cual debamos salvarnos" (Act. 4, 12).
Es una verdad de fe que Cristo es Rey de todos los hombres, y que quiere reunirlos en su Iglesia, su única Esposa, su único Cuerpo Místico. El reino que Él establece es un reino de verdad y gracia, de santidad, justicia y caridad y, por consiguiente, pacífico. No puede haber verdadera paz fuera de nuestro Señor. Por lo tanto, es imposible encontrar la paz fuera del reino de Cristo y de la religión que Él fundó. Olvidar esta verdad es construir sobre arena, y Cristo mismo nos advierte que tal empresa está destinada a perecer (cf. Mt. 7, 26-27).
El Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, firmado por el Papa Francisco y el gran Imán de Al-Azhar, es sólo una casa construida sobre arena. Es, además, una impiedad que desprecia el primer mandamiento de Dios, y que hace decir a la Sabiduría de Dios, encarnada en Jesucristo que murió por nosotros en la Cruz, que el "pluralismo y la diversidad de las religiones" es "una sabia voluntad divina ".
Tales afirmaciones se oponen al dogma que afirma que la religión católica es la única religión verdadera (cf. Syllabus, proposición 21). Se trata de un dogma, y lo que se le opone se llama herejía. Dios no puede contradecirse a sí mismo.
Siguiendo a San Pablo y a nuestro venerado fundador, Mons. Marcel Lefebvre, bajo la protección de Nuestra Señora, Reina de la Paz, continuaremos transmitiendo la fe católica que hemos recibido (1 Corintios 11, 23), trabajando con todas nuestras fuerzas por la salvación de las almas y de las naciones, mediante la predicación de la verdadera fe y de la verdadera religión.
"Id, enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que os he mandado" (Mt. 28, 19-20). "El que creyere y se bautizare, se salvará; el que no creyere, será condenado" (Mc. 16, 16).
24 de febrero de 2019
R. P. Davide Pagliarani, Superior General
Mons. Alfonso de Galarreta, Primer Asistente
R. P. Christian Bouchacourt, Segundo Asistente
lunes, 25 de febrero de 2019
Informe acerca de la cumbre del Vaticano sobre el sexo, días 21 a 24 de febrero de 2019 (Michael Voris)
THE VORTEX
DAY ONE
Duración 9:23 minutos
DAY TWO
Duración 5:52 minutos
DAY THREE
5:59 minutos
DAY FOUR
Duración 6:46 minutos
Selección por José Martí
Los socialistas quieren ahogar a la Abadía del Valle de los Caídos: ayúdala a resistir (Elentir Vigo)
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El crucero situado en el altar mayor de la basílica del Valle de los Caídos |
El lamentable gobierno que tenemos en España, que parece no tener otro objetivo que desenterrar a un muerto que fue sepultado en 1975, ha tomado una decisión puramente mafiosa.
Lo que el PSOE y El País ocultan en su último ataque contra el prior del Valle de los Caídos
Ruin ataque del Gobierno al prior del Valle de los Caídos por no consentir una profanación
El PSOE actúa como si el dinero público fuese de los socialistas
El pasado viernes, y actuando como si el dinero público fuese del PSOE y ese partido pudiese manejarlo a su antojo, sin dar explicaciones a nadie, beneficiando con él a sus amigos y castigando con la retirada de ayudas a quien le contradiga, anunció la retirada de los 340.000 euros de subvención a la Abadía del Valle de los Caídos.
El gobierno de Pedro Sánchez sabe que la ley no está de su lado, ya que para desenterrar los restos de Franco necesita el permiso de la familia y el del Prior del Valle (ya que está sepultado en una Basílica católica), y en su defecto el permiso del Tribunal Supremo, y el tiempo se le echa encima, ya que quería usar la exhumación como un artificio electoral, es decir, desenterrar a un muerto para captar votos: el colmo de la canallada.
La amenaza mafiosa del gobierno a la Iglesia Católica
Por si no bastase con eso, el gobierno ha amenazado a la Iglesia con un “daño reputacional como institución de magnitud significativa”. Teniendo en cuenta que el PSOE tiene a su servicio a una serie de medios especializados en difundir noticias falsas, podemos hacernos una idea de por dónde van los tiros. El PSOE fue fundado Pablo Iglesias Posse, un individuo que incitó a cometer un atentado terrorista contra Antonio Maura, entonces presidente del gobierno, atentado que un joven socialista materializó poco después. Es el partido de los asesinos de José Calvo Sotelo, uno de los líderes de la oposición en 1936, que poco antes había sido amenazado de muerte por el diputado del PSOE Ángel Galarza. Es, además, un partido que colecciona casos de corrupción, que ha estado relacionado con un escándalo de terrorismo de Estado (los GAL) y que ha sido pillado incluso pagando fiestas en prostíbulos con dinero público. El mayor “daño reputacional” que se le podría hacer a un católico español es relacionarle con un partido como ése.
Ahora nos toca a nosotros: hay que enviar donativos a la Abadía
De momento, es la hora de pasar a la acción. Tras la retirada de la citada subvención, los 20 monjes benedictinos del Valle, los 50 niños de su Escolanía -un coro infantil que cuenta con un amplio reconocimiento internacional desde hace décadas- y los empleados de la Abadía, de la Hospedería y de la Escolanía quedan en una situación complicada.
La amenaza mafiosa del gobierno a la Iglesia Católica
Por si no bastase con eso, el gobierno ha amenazado a la Iglesia con un “daño reputacional como institución de magnitud significativa”. Teniendo en cuenta que el PSOE tiene a su servicio a una serie de medios especializados en difundir noticias falsas, podemos hacernos una idea de por dónde van los tiros. El PSOE fue fundado Pablo Iglesias Posse, un individuo que incitó a cometer un atentado terrorista contra Antonio Maura, entonces presidente del gobierno, atentado que un joven socialista materializó poco después. Es el partido de los asesinos de José Calvo Sotelo, uno de los líderes de la oposición en 1936, que poco antes había sido amenazado de muerte por el diputado del PSOE Ángel Galarza. Es, además, un partido que colecciona casos de corrupción, que ha estado relacionado con un escándalo de terrorismo de Estado (los GAL) y que ha sido pillado incluso pagando fiestas en prostíbulos con dinero público. El mayor “daño reputacional” que se le podría hacer a un católico español es relacionarle con un partido como ése.
Ahora nos toca a nosotros: hay que enviar donativos a la Abadía
De momento, es la hora de pasar a la acción. Tras la retirada de la citada subvención, los 20 monjes benedictinos del Valle, los 50 niños de su Escolanía -un coro infantil que cuenta con un amplio reconocimiento internacional desde hace décadas- y los empleados de la Abadía, de la Hospedería y de la Escolanía quedan en una situación complicada.
Al margen de las acciones judiciales a las que pueda dar lugar el uso sectario de fondos públicos por parte del gobierno -con esta decisión, Sánchez podría haber violado el Artículo 132.1 de la Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público, además de incurrir con ello en un presunto delito de prevaricación-, me hago eco del llamamiento publicado por la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos:
Por los 50 niños de la Escolanía.
Por los empleados de Abadía, escolania y hospedería.
La Abadía de la Santa Cruz ofrece en su web este número de cuenta para enviar donativos:
Si un gobierno ruin y revanchista niega la educación a 50 niños y el sustento a éstos y a una comunidad de monjes benedictinos. Si no hay un gobierno que dé 340.000 euros, habrá 340.000 españoles que den cada uno 1 euro, ó 10 ó lo que sea necesario.Por los 20 benedictinos.
Por los 50 niños de la Escolanía.
Por los empleados de Abadía, escolania y hospedería.
La Abadía de la Santa Cruz ofrece en su web este número de cuenta para enviar donativos:
ES77 2038 2211 1160 0057 4525
http://www.valledeloscaidos.es/contacto/donaciones
Yo ya he enviado uno. No podemos esperar a que hablen los que prefieren callar por comodidad, complicidad o cobardía. Depende de cada uno de nosotros que estos monjes puedan resistir los ataques de un gobierno con actitudes mafiosas como el que tenemos.
A los que tengáis la oportunidad, os animo también a visitar el Valle de los Caídos, para mostrar personalmente vuestro apoyo a los monjes (podéis consultar los horarios aquí). Este fin de semana, tras el anuncio del gobierno de la retirada de la subvención, ha habido larguísimas colas para entrar en la Basílica. Puede verse un corto vídeo en el enlace que sigue: https://twitter.com/i/status/1099275059334664192

Valle de los Caídos@hospederiavc
¡Buenos días! Esta es la cola para entrar esta mañana en la basílica #FelizSábado
P.D.: estos últimos días he estado en cama enfermo, por eso no he actualizado el blog. No iba a conectarme hoy, pues aún no estoy repuesto, pero quería haceros llegar esta petición de ayuda. Si veis que tardo en contestar vuestras comunicaciones, por favor, tened paciencia.
Elentir
domingo, 24 de febrero de 2019
21 de febrero, fiesta de san Pedro Damián, un profeta para la Iglesia de hoy
(SANDRO MAGISTER)
Increíble pero cierto. Precisamente hoy, 21 de febrero, día en el que el Papa Francisco inaugura la cumbre sobre los abusos sexuales con los líderes de la jerarquía católica mundial, la Iglesia celebra la memoria litúrgica de san Pedro Damián, gran reformador del siglo XI, después proclamado Doctor de la Iglesia, autor de un libro con un título emblemático: Liber Gomorrhianus.
La coincidencia, aunque involuntaria, no podía ser más apropiada. Porque en ese libro, redactado en forma de carta, san Pedro Damián lanzaba un dramático llamamiento al Papa y a los obispos de su tiempo, para que liberaran a la Iglesia de la “inmundicia sodomítica que se insinúa como un cáncer en el orden eclesiástico, más aún, como una bestia sedienta de sangre y rabiosa en el redil de Cristo”. Sodoma y Gomorra, en el libro del Génesis, son las dos ciudades que Dios destruyó con fuego, a causa de sus pecados de sexo contra natura.
Pero hay más. Porque el historiador de la Iglesia, el alemán Walter Brandmüller, que recientemente ha resaltado aún más las extraordinarias similitudes entre la crisis de la Iglesia en el siglo XI y la crisis actual, es también el cardenal que en la vigilia de esta cumbre ha firmado, junto al cardenal Raymond Leo Burke, una carta-llamamiento a los obispos de todo el mundo, para que rompan su silencio y finalmente enfrenten, a rostro descubierto, la plaga de la práctica homosexual entre los ministros sagrados.
El pasado 5 de noviembre, en coincidencia con la salida del ensayo del cardenal Brandmüller sobre la actualidad de la historia de san Pedro Damián, Settimo Cielo había publicado un amplio resumen, con referencias al texto íntegro en alemán e italiano.
Lo que sigue a continuación es, precisamente, esa entrada de Settimo Cielo, cuya relectura es más que instructiva hoy, en el día de la fiesta litúrgica de ese gran santo y reformador.
Gomorra en el siglo XXI. El llamado de un cardenal e historiador de la Iglesia
(Settimo Cielo, 5 de noviembre de 2018)
“La situación es comparable a la de la Iglesia en los siglos XI y XII”. Como notable historiador de la Iglesia y como presidente del Pontificio Comité de las Ciencias Históricas, desde 1998 al 2009, el cardenal Walter Brandmüller, de 89 años, no tiene dudas cuando ve a la Iglesia actual “sacudirse hasta en sus fundamentos”, a causa de la propagación de abusos sexuales y de la homosexualidad, “en forma casi epidémica entre el clero e incluso en la jerarquía”.
“¿Cómo se ha podido llegar a este punto?”, se pregunta el cardenal. Su respuesta está en un amplio y fundamentado artículo publicado en estos días en el mensuario alemán “Vatican Magazin”, dirigido por Guido Horst:
> Homosexualität und Missbrauch - Der Krise begegnen: Lehren aus der Geschichte
En versión italiana integral:
> Omosessualità e abusi - Affrontare la crisi: le lezioni della storia
Brandmüller remite a los siglos en los que los obispados y el mismo papado se habían convertido en tal fuente de riqueza, que por esto “se combatía y se comercializaba tomar posesión de ella”, con la pretensión de los gobernantes temporales de atribuirse ellos mismos los cargos en la Iglesia.
El efecto fue que ocuparon el cargo de pastores personajes moralmente disolutos, ocupados en el patrimonio más que en el cuidado de las almas, para nada inclinaos a llevar una vida virtuosa y casta.
No sólo el concubinato, sino también la homosexualidad estaban cada vez más difundidas entre el clero, en tal forma que san Pedro Damián, en 1049, entregó al neo-electo papa León IX, conocido como celoso reformador, su libro ‘Liber Gomorrhianus’, redactado en forma epistolar, y que en esencia era un llamado para salvar a la Iglesia de la “inmundicia sodomítica que se insinúa como un cáncer en el orden eclesiástico, más aún, como una bestia sedienta de sangre y rabiosa en el redil de Cristo”. Sodoma y Gomorra, en el libro del Génesis, son las dos ciudades que Dios destruyó con fuego, a causa de sus pecados.
Pero lo más digno de destacar, escribe Brandmüller, fue que “casi contemporáneamente se constituyó un movimiento laico dirigido no sólo contra la inmoralidad del clero, sino también contra el apoderamiento de los cargos eclesiásticos por parte de los poderes laicos”.
“Lo que surgió fue el vasto movimiento popular llamado ‘pataria’, conducido por miembros de la nobleza de Milán y por algunos miembros del clero, pero apoyado por el pueblo. Colaborando estrechamente con los reformadores próximos a san Pedro Damián, y luego con Gregorio VII, con el obispo Anselmo de Lucca, importante canonista que posteriormente llegó a ser el papa Alejandro II, y con otros también, los ‘patarinos’ solicitaron, recurriendo también a la violencia, la realización de la reforma que a continuación tomó a partir de Gregorio VII el nombre de ‘gregoriana’: por un celibato del clero vivió fielmente y contra la ocupación de diócesis por parte de poderes seculares”.
Ciertamente, a continuación la “pataria” se dispersó en corrientes pauperísticas y antijerárquicas, al filo de la herejía, sólo en parte después reintegradas en la Iglesia “gracias a la acción pastoral con visión de futuro de Inocencio III”. Pero el “aspecto interesante” sobre el que Brandmüller insiste es que “ese movimiento reformador explotó casi en forma simultánea en los máximos ambientes jerárquicos en Roma y entre la vasta población laica lombarda, en respuesta a una situación considerada insostenible”.
Ahora bien, ¿qué hay de semejante y de diferente en la Iglesia de hoy, respecto a entonces?
Semejante, advierte Brandmüller, es que entonces como hoy quienes expresan la protesta y reclaman una purificación de la Iglesia son sobre todo estratos del laicado católico, especialmente norteamericanos, en el surco del “maravilloso homenaje al rol importante del testimonio de los fieles en materia de doctrina” sacado a la luz en el siglo XIX por el beato John Henry Newman.
Al igual que entonces, también hoy estos fieles encuentran a su lado a algunos pastores celosos. Pero hay que reconocer – escribe Brandmüller – que el apasionado pedido a las altas jerarquías de la Iglesia y en definitiva al Papa de unirse a ellos para combatir la peste de la homosexualidad entre el clero y los obispos no encuentra hoy respuestas igualmente adecuadas, a diferencia que en los siglos XI y XII.
También en las luchas cristológicas del siglo IV – hace notar Brandmüller – “durante largos períodos el episcopado se mantuvo inactivo”. Y si también hoy permanece de la misma manera, respecto a la difusión de la homosexualidad entre los ministros sagrados, “puede depender del hecho que la iniciativa personal y la conciencia de la propia responsabilidad de pastor del obispo individual se han tornado más difíciles por las estructuras y por los aparatos de las conferencias episcopales, con el pretexto de la colegialidad o de la sinodalidad”.
En cuanto al Papa, Brandmüller imputa no sólo al actual, sino también en parte a los predecesores, la debilidad de confrontar las corrientes de teología moral según las cuales “lo que ayer estaba prohibido hoy puede ser permitido”, actos homosexuales incluidos.
Es verdad – reconoce Brandmüller – que la encíclica “Veritatis splendor” de 1993 de Juan Pablo II – “en la que la contribución de Joseph Ratzinger no ha sido todavía reconocida debidamente” – ha reconfirmado “con gran claridad las bases de la enseñanza moral de la Iglesia”. Pero ella “ha chocado con el amplio rechazo de teólogos, quizás porque ha sido publicada sólo cuando la decadencia teológico-moral ya había avanzado demasiado”.
Es verdad también que “algunos libros sobre la moral sexual han sido condenados” y “a dos profesores les ha sido revocada la licencia para enseñar, respectivamente en 1972 y en 1986”. “Pero – prosigue Brandmüller – los herejes verdaderamente importantes, como el jesuita Josef Fuchs, que desde 1954 a 1982 fue docente en la Pontificia Universidad Gregoriana, y Bernhard Häring, quien enseñó en el Instituto de los Redentoristas en Roma, al igual que el más que influyente teólogo moral de Bonn, Franz Böckle, o el de Tubinga, Alfons Auer, han podido esparcir, sin ser perturbados, a la vista de Roma y de los obispos, la semilla del error. La actitud de la Congregación para la Doctrina de la Fe en estos casos es, visto en retrospectiva, simplemente incomprensible. Se ha visto llegar al lobo y se permaneció mirando mientras irrumpía entre la grey”.
El riesgo es que a causa de esta falta de iniciativa de las altas jerarquías también el laicado católico más comprometido, abandonado, pueda “no reconocer más la naturaleza de la Iglesia fundada sobre el Orden Sagrado y se encamine, al protestar contra la ineptitud de la jerarquía, hacia un cristianismo comunitario evangélico”.
Y por el contrario, más se sientan los obispos, desde el Papa en adelante, sostenidos por la activa voluntad de los fieles para renovar y revivir la Iglesia, mucho más se podrá hacer una verdadera limpieza.
Concluye Brandmüller diciendo: “Es en la colaboración de obispos, sacerdotes y fieles, en el poder del Espíritu Santo, que la crisis actual puede y debe convertirse en el punto de partida de la renovación espiritual – y, en consecuencia, también de la nueva evangelización – de una sociedad post-cristiana”.
Brandmüller es uno de los cuatro cardenales que en el 2016 presentó al papa Francisco sus Dubia sobre las variaciones de hecho de la Iglesia, sin que nunca haya recibido una respuesta.
¿Esta vez el Papa lo escuchará y lo tomará seriamente en consideración, como hizo León IX con san Pedro Damián?
Sandro Magister
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
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