BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



jueves, 26 de octubre de 2017

Müller pone a Lutero en su sitio



El Cardenal Müller liberado ya de la carga de trabajo que suponía su puesto como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe acaba de publicar un artículo en la Nuova Bussola Quotidiana, que he traducido porque me ha parecido magnífico por su claridad. Aborda de frente y sin miedo lo que los norteamericanos llaman el “elefante en la habitación”. Es decir, aquello que claramente está ahí y todo el mundo puede ver pero nadie menciona por miedo a lo que vayan a decir los demás.

En este caso, el elefante en la Iglesia consiste en que Lutero, lejos de ser un “testigo del Evangelio” (como dijo un malhadado documento vaticano), se afanó por destruir la fe católica sobre los sacramentos y la Iglesia (además de sobre la Tradición, la propia Escritura, la gracia, la libertad, la moral, la escatología y un larguísimo etcétera).

En el contexto actual de negación de lo obvio cuando es políticamente incorrecto, las claras palabras del cardenal son, sin duda, de agradecer. Palabras, por otro lado, que constituyen una respuesta a Mons. Nunzio Galantino, Secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, quien afirmó la semana pasada que la reforma luterana había sido un “acontecimiento del Espíritu Santo”. Para el Card. Müller, en cambio, la reforma protestante “se produjo contra el Espíritu Santo".

“Hoy existe una gran confusión al hablar de Lutero y es necesario decir claramente que, desde el punto de vista de la dogmática y de la doctrina de la Iglesia, no se trató de una reforma, sino de una revolución, es decir, de un cambio total de los fundamentos de la fe católica.  No es realista argumentar que su intención era luchar contra algunos abusos en relación con las indulgencias o los pecados de la Iglesia del Renacimiento. Los abusos y las malas acciones siempre han existido en la Iglesia, no solo en el Renacimiento, y hoy siguen existiendo. La Iglesia es santa por la gracia de Dios y los sacramentos, pero todos los hombres de la Iglesia somos pecadores y todos necesitamos el perdón, el arrepentimiento y la penitencia. 
Esta distinción es muy importante. En el libro escrito por Lutero en 1520, De captivitate babylonica Ecclesiae (La cautividad babilónica de la Iglesia), queda absolutamente claro que Lutero había dejado atrás todos los principios de la fe católica, la Sagrada Escritura, la Tradición apostólica y el Magisterio del Papa, de los Concilios y de los obispos. En este sentido, malinterpretaba el concepto de desarrollo homogéneo de la doctrina cristiana, que ya se había explicado en la Edad Media, y llegó a negar el sacramento como un signo eficaz de la gracia que contiene y sustituyó esta eficacia objetiva de los sacramentos por una fe subjetiva. Lutero abolió cinco sacramentos y también negó la Eucaristía: el carácter sacrificial del sacramento de la Eucaristía y la conversión real de la sustancia del pan y el vino en la sustancia del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Asimismo, definió el sacramento del orden como una invención del Papa —a quien denominaba el Anticristo— en lugar de como una parte de la Iglesia de Jesucristo.   
En cambio, nosotros defendemos que la jerarquía sacramental, en comunión con el sucesor de Pedro, es un elemento esencial de la Iglesia Católica y no solo un elemento de una organización humanaPor esta razón, no podemos aceptar que la reforma de Lutero se defina como una reforma de la Iglesia en el sentido católico. Es católica una reforma que consiste en una renovación de la fe vivida en la gracia, la renovación de las costumbres y la ética, la renovación espiritual y moral de los cristianos; no una nueva fundación, una nueva Iglesia.  
Por lo tanto, es inaceptable que se afirme que la reforma de Lutero “fue un acontecimiento del Espíritu Santo". Es lo contrario, se produjo contra el Espíritu Santo. Porque el Espíritu Santo ayuda a la Iglesia a preservar su continuidad a través del Magisterio de la Iglesia, sobre todo en el servicio del ministerio petrino: solo sobre Pedro estableció Jesús su Iglesia (Mt 16,18), que es “la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad" (1 Tim 3,15). El Espíritu Santo no se contradice a sí mismo. Se oyen muchas voces que hablan con demasiado entusiasmo sobre Lutero, sin conocer bien su teología, su polémica y los efectos desastrosos de este movimiento que causó la destrucción de la unidad de millones de cristianos con la Iglesia Católica. Podemos evaluar positivamente su buena voluntad, la lúcida explicación de los misterios de la fe común, pero no sus declaraciones en contra de la fe católica, especialmente con respecto a los sacramentos y la estructura jerárquica apostólica de la Iglesia 
No es correcto afirmar que Lutero inicialmente tenía buenas intenciones, queriendo decir que fue la rígida actitud de la Iglesia la que lo empujó por el camino equivocado. No es cierto: Lutero luchaba contra la venta de indulgencias, pero el objetivo no era la indulgencia como tal, sino como un elemento del sacramento de la penitencia. Tampoco es cierto que la Iglesia rechazara el diálogo: Lutero tuvo primero un debate con Juan Eck y, a continuación, el Papa envió como legado al cardenal Cayetano para hablar con él. Se puede discutir sobre las formas de actuar, pero cuando se trata de la sustancia de la doctrina, hay que afirmar que la autoridad de la Iglesia no cometió ningún error. De lo contrario tendríamos que aceptar que la Iglesia ha enseñado errores en la fe durante mil años, cuando sabemos —y esto es un elemento esencial de la doctrina— que la Iglesia no puede errar en la transmisión de la salvación en los sacramentos.

No se deben confundir los errores personales, los pecados de las personas que forman parte de la Iglesia con los errores en la doctrina y los sacramentos. Quien confunde estas dos cosas en realidad cree que la Iglesia no es más que una organización creada por hombres y niega el principio de que fue el mismo Jesús quien fundó su Iglesia y la protege para que transmita la fe y la gracia en los sacramentos a través del Espíritu Santo.  La Iglesia de Cristo no es una organización meramente humana: es el Cuerpo de Cristo, donde reside la infalibilidad de los Concilios y del Papa, en formas precisamente delimitadasTodos los Concilios hablan de la infalibilidad del Magisterio, al proponer la fe católica.   
En la confusión de hoy, muchos han terminado por dar la vuelta a la realidad: creen que el Papa es infalible cuando habla en privado, pero en cambio, en temas en los que todos los Papas de la historia han enseñado la fe católica, dicen que es falible. Por supuesto, han pasado 500 años y ya no es el momento de la controversia, sino de la búsqueda de la reconciliación: pero no a costa de la verdad. No se debe crear confusión. Si bien debemos ser capaces de descubrir la acción del Espíritu Santo en los cristianos no católicos de buena voluntad que no hayan cometido personalmente este pecado de separarse de la Iglesia, no podemos cambiar la historia y lo que pasó 500 hace años.   
Una cosa es el deseo de mantener buenas relaciones con los cristianos no católicos hoy en día, con el fin de caminar hacia la plena comunión con la jerarquía católica y la aceptación de la tradición apostólica, según la doctrina católica; otra cosa diferente es comprender mal o falsificar lo que sucedió hace 500 años y las consecuencias desastrosas que tuvo. Unas consecuencias contrarias a la voluntad de Dios: “Que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”(Jn 17, 21).

Cardenal Gerhard L. Müller

miércoles, 25 de octubre de 2017

Se recrudece la guerra contra el cardenal Sarah




El último ataque contra el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino ha sido la publicación de una carta de «corrección» dirigida al purpurado y firmada por Francisco. Una carta que ha llegado acompañada de llamamientos a que presente su dimisión.

Marco Tosatti/ First Things– Ahora que el Cardenal Gerhard Müller ha sido destituido de su cargo en el Vaticano, el objetivo principal del círculo que rodea al Papa Francisco es el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Su último ataque ha sido la publicación de una carta de «corrección» dirigida al Cardenal Sarah y firmada por Francisco. Publicada el domingo, la carta ha sido celebrada como la justa humillación al cardenal y ha estado acompañada de llamamientos a que presente su dimisión.

A principios de otoño el Papa Francisco publicó Magnum Principium, un documento que concede a las conferencias episcopales una mayor libertad en la traducción de los textos sagrados y la liturgia. El Cardenal Sarah respondió con una carta en la que ofrecía una lectura estricta del documento, preservando en todo lo posible el poder de Roma de controlar los errores de traducción (como el deseo de los obispos alemanes de traducir pro multis como «por todos», en lugar del correcto «por muchos»). Ahora, el Papa Francisco ha declarado públicamente que Sarah está equivocado, por lo que claramente Magnum Principium ha reducido el poder de supervisión de Roma.

Esto representa una calculada humillación del Cardenal Sarah, pero no solo. También se humilla al Papa Benedicto XVI, gran defensor de la «reforma de la reforma», un intento de corregir las innovaciones litúrgicas que siguieron al Concilio Vaticano II. Y de Juan Pablo II, que en 2001 publicó el documento Liturgiam Authenticam, que Francisco intenta destruir con Magnum Principium.

El Cardenal Sarah sufrió una humillación similar hace más de un año, cuando recomendó que obispos y sacerdotes celebraran la misa ad orientem, mirando hacia el este, según la antigua práctica de la Iglesia. Éste fue otro esfuerzo de llevar adelante la «reforma de la reforma». El cardenal declaró que había hablado con el Papa sobre este tema y que éste había dado su aprobación a la propuesta. Si es así, el Vaticano no demostró estar en conocimiento de este hecho en su categórica nota de negación.

Sarah volvió a ser humillado cuando el Papa eliminó a la mayoría de los miembros de la Congregación para el Culto Divino, reemplazándolos con personal hostil al cardenal y a sus puntos de vista sobre la liturgia. 


Y también está la cuestión de la «Misa Ecuménica», una liturgia designada a unir a católicos y protestantes alrededor del altar. Aunque nunca se anunció oficialmente, un comité que informaba directamente al Papa estuvo trabajando en esta liturgia durante un tiempo. Ciertamente, esta cuestión entra dentro de la jurisdicción de la Congregación para el Culto Divino, pero el Cardenal Sarah no fue oficialmente informado de la existencia de dicho comité. Según fuentes fiables, el secretario del cardenal, Arthur Roche —cuya posición es opuesta a las de Benedicto XVI y Sarah— estaría implicado, como también Piero Marini, la mano derecha de Monseñor Bugnini, autor de las conocidas obras La Chiesa in Iran y Novus Ordo Missae.

A estos nombres hay que añadir el del Subsecretario de la Congregación para el Culto Divino, Corrado Maggioni, y el de un laico, el liturgista extremadamente «progresista» Andrea Grillo

Recientemente, Grillo ha atacado con dureza a Benedicto XVI después de que el Papa emérito escribiera en el prólogo de uno de los libros de Sarah que con el cardenal «la liturgia está en buenas manos». Grillo también atacó a Sarah directamente, tachándole de «incompetente e inadecuado». Si Grillo se comporta de manera tan grosera es porque tiene la seguridad de que amigos en altos cargos le protegerán ...

Bien. Sabemos que al Papa no le preocupa mucho la liturgia, por lo que probablemente toda esta cuestión, en particular, le preocupa poco. Pero su orientación ideológica general no es tradicional y tiende a apoyar a esa parte de Iglesia que se llama a sí misma progresista y cuya intención es volver a los años 70: los obispos de Alemania, Bélgica e Inglaterra.

Algunas de estas figuras están pidiendo la cabeza del Cardenal Sarah. Pero es poco probable que la consigan. Fue Francisco quién nombró a Sarah Prefecto de la Congregación para el Culto Divino en noviembre de 2014. Si quiere reemplazarlo, debe esperar por lo menos dos años más, cuando el mandato de cinco años de Sarah llegue a su fin. Por lo tanto, los autoproclamados reformistas que quieren inventar el «círculo mágico» para la liturgia deben soportar pacientemente la presencia y actividad del cardenal que, aunque esté solo, no tiene miedo de enfrentarse a nadie.

Obviamente, los defensores del progresismo en el Vaticano tienen otro motivo para atacar al Cardenal Sarah. En diciembre, el Papa Francisco cumplirá ochenta y un años. Los cardenales ya están pensando en un futuro cónclave

Uno de los hombres considerados más papables es el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, que parece estar distanciándose de algunos de los aspectos más cuestionables del reinado del Papa Francisco. Y el otro es el Cardenal Robert Sarah, conocido por su santidad de vida y falta de interés en cualquier forma de poder o coacción, incluso dentro de la Iglesia. 

Además, África es el continente donde la Iglesia está creciendo de manera más evidente y en el que la fe se vive hasta el martirio. Nada podría ser más adecuado que el próximo Papa viniera de ese continente. Por lo que llegamos a la gran ironía de la campaña cuyo fin es desacreditar a este tranquilo y sufrido hombre de Iglesia. El Cardenal Sarah está siendo atacado porque, precisamente, se considera que él tiene todo lo necesario para ser Papa.

(Artículo publicado en First Things. Traducción de Helena Faccia Serrano para InfoVaticana)


*******

NOTA: Un artículo interesante, titulado El Papa Francisco corrige públicamente al Cardenal Sarah sobre las nuevas reglas litúrgicasde Diane Montagne, puede leerse en Life Site News

Insólita carta de Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal, anunciando la muerte de su co-fundadora Carmen Hernández



No se debe mentar la soga en casa del ahorcado. Por lo cual, sin más, transcribo la insólita carta que Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal -los famosos "kikos"- ha escrito a los miembros del mismo, anunciando la muerte de su co-fundadora, Carmen Hernández (en la foto, junto al Papa Francisco), ayer en Madrid, a los 85 años de edad. Rogemos a Dios por el eterno descanso de su alma, para que acorte sus sufrimientos en el Purgatorio. R.I.P. (la negrita es mía):

Madrid, 19 de Julio de 2016

Queridos hermanos,

Os doy una gran noticia: hoy, a las 16,45, nuestra hermana Carmen ha partido para el cielo. Es seguro que Nuestro Señor Jesús ha venido para tomar su alma y llevarsela con Él.

Mientras que sufrimos por su falta, sobretodo yo, estamos contentos de saber que Nuestro Señor Jesús se la ha llevado consigo.

Carmen, ¡qué enorme ayuda para el Camino! Nunca me aduló, siempre pensando en el bien de la Iglesia. ¡Qué mujer fuerte! Nunca he conocido a nadie parecido. En los anuncios, con los jovenes, y con el Papa, como ahora en Cracovia, siempre les decía: «La mujer es lo más importante de la Iglesia, porque lleva en su seno la fábrica de la vida. Por eso en la primera página del Génesis hasta el final del Apocalipis siempre el demonio persigue a la mujer». Y teminaba diciendo: «Al Kiko os lo regalo».

Espero morir pronto y reunirme con ella. Carmen ha sido para mí un acontecimiento maravilloso; la mujer, su genio grande, su carisma, su amor al Papa y sobretodo su amor a la Iglesia.

Bien hermanos, tengo el alma dolorida, porque ya no está con nosotros. Mas la fe me ayuda y me afirma que está con Cristo. Rezad por ella. Podéis celebrar una misa todos juntos en conmemoración de Carmen.

El Arzobispo de Madrid ha aceptado que se haga el funeral de Carmen, con el cuerpo presente, en la Catedral, quizá lo pueda presidir el Card. Rouco. Al funeral estáis invitados los itinerantes de Europa, si podeis venir. Os diremos el día exacto.

¡Ánimo, que Cristo ha resucitado y ha vencido a la muerte por nosotros!

Para mi ha sido conmovedor que haya esperado a que yo llegara, la besara y le dijera: «Animo». Y después de darle un besito ha fallecido.

CATHOLICVS 

¿En qué versión de la Biblia basa Francisco sus homilías diarias, como para que afirme que san Pablo se "jacta" de sus pecados?




martes, 24 de octubre de 2017

Magnum Principium, clave en este pontificado



En la web Crux now, John Allen explica la humillación de Francisco a Sarah obligándole a éste a escribir una carta a los medios que divulgaron la aseveración de Sarah, en la cual defendía que el Vaticano (su Congregación) tenía autoridad final sobre las traducciones litúrgicas y que Liturgiam Authenticam seguía vigente.

[Coloco aquí el original inglés y a continuación la traducción realizada por "La voz libre". Nota: se trata sólo de una parte del artículo completo]

Given Pope Francis's usual disinclination to answer his critics, it may seem a little puzzling as to why he quickly and publicly responded to Cardinal Robert Sarah about the implications of the pontiff's recent decisions on liturgical translation (....)
 *******
For those accustomed to watching Pope Francis in action, what happened on Sunday, when the pope issued a public reply to Cardinal Robert Sarah of Guinea over Sarah’s interpretation of the pontiff’s recent document Magnum Principium and whether it means a loss of control by the Vatican over liturgical translation (Francis insists it does), may have come as a surprise. 
RELATED: Pope tells Sarah power is indeed shifting from Rome to the bishops 
Sarah is the head of the Vatican’s Congregation for Divine Worship and the Discipline of the Sacraments. In a commentary on Magnum Principium earlier this month, he downplayed its implications for the Vatican’s role in translation, claiming his office could still “impose” certain decisions. 
Not so, Francis told Sarah: “The process of translating the relevant liturgical texts … should not lead to a spirit of ‘imposition’ on the bishops’ conferences of a translation carried out by the congregation, because that would offend the rights of bishops sanctioned in Church law,” he wrote. 
Such a swift and direct reply by the pontiff may seem out of character. 
This is a pope, after all, who said in a 2016 interview that he “doesn’t lose any sleep” over critics of his decisions, and has made not engaging those criticisms almost a principle of governance. Most famously, he’s never directly replied to the five critical questions, or dubia, submitted by four cardinals, including American Cardinal Raymond Burke, about his much-discussed document on the family Amoris Laetitia. 
Why, then, one might wonder, was Francis so quick to answer in his own name, almost point-by-point, Sarah’s take on Magnum Principium?
*******

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL POR "LA VOZ LIBRE"

Dada la habitual falta de inclinación del Papa Francisco a responder a sus críticas, puede parecer un poco desconcertante por qué respondió rápida y públicamente al Cardenal Robert Sarah sobre las implicaciones de las recientes decisiones del Pontífice sobre la traducción litúrgica. (...) 
******* 
Para quienes están acostumbrados a ver al Papa Francisco en acción, lo que sucedió el domingo, cuando el Papa emitió una respuesta pública al Cardenal Robert Sarah de Guinea sobre la interpretación de Sarah del documento Magnum Principium del pontífice y si esto significa una pérdida de control por parte del Vaticano sobre las traducciones litúrgicas (Francis insiste que es así), puede haber sido una sorpresa. 
Sarah es el director de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano. En un comentario sobre Magnum Principium a principios de este mes, restó importancia a sus implicaciones al papel del Vaticano en la traducción, alegando que su oficina aún podría "imponer" ciertas decisiones. 
No es así, le dijo Francisco a  Sarah: "El proceso de traducción de los textos litúrgicos relevantes ... no debe llevar a un espíritu de 'imposición' en las conferencias de los obispos de una traducción realizada por la congregación, porque eso ofendería los derechos de los obispos sancionados en la ley de la Iglesia ", escribió.
Una respuesta tan rápida y directa del pontífice puede parecer fuera de lugar.
Después de todo, este es un Papa que dijo en una entrevista en 2016 que "no pierde el sueño" por los críticos de sus decisiones, y ha hecho el no tener en cuenta esas críticas casi un principio de gobierno. Lo más sabido es que nunca ha respondido directamente a las cinco preguntas críticas, o dubia, presentadas por cuatro cardenales, incluido el cardenal estadounidense Raymond Burke, sobre su documento tan discutido sobre la familia Amoris Laetitia.
¿Por qué, entonces, uno podría preguntarse, fue Francisco tan rápido para responder, en su propio nombre, casi punto por punto, el enfoque de Sarah en Magnum Principium?

*******

El pie de página 351 de Amoris que abre la puerta a la comunión sacrílega, fue puesto disimuladamente para no crear mayor controversia. Por suerte, los católicos no dormimos y captamos las asechanzas del enemigo vestido de Papa, y la polémica crece día a día, alimentada por nuevas herejías de Bergoglio. La regañina a Sarah es porque Francisco desea que las conferencias episcopales puedan manosear las oraciones litúrgicas hasta dejarlas irreconocibles si es necesario, para adaptarlas a las misas ecuménicas sin consagración (María Ferranz).

Recordemos, en el siguiente vídeo de Gloria TV, lo que dijo Bruno Forte: 

Duración: 43 segundos



Deceit: Talking about Amoris Laetitia, Italian archbishop Bruno Forte, one of the leading anti-Catholic voices at the last Synod of Bishops has given insights into the pope’s mind. According to Forte Francis said during the Synod: "If we speak explicitly about Communion for the divorced and remarried nobody knows what kind of riot they will organize. Therefore we will not speak about it in a direct way but in a way that we lay out the premises. Then, I will draw the conclusions".

(Traducido al español) 

El engaño: Hablando de Amoris Laetitia, el arzobispo italiano Bruno Forte, una de las principales voces anticatólicas en el último Sínodo de los Obispos, ha dado una visión de la mentalidad del Papa. Según Forte, Francisco dijo en el Sínodo: "Si hablamos explícitamente de la comunión a divorciados vueltos a casar, nadie sabe qué clase de disturbio se organizaría. Por lo tanto, no vamos a hablar de ello de una manera directa, pero sí de un modo en que dejemos fuera las Instituciones. Entonces yo sacaré las conclusiones ".

José Martí dijo en su blog, comentando este vídeo:

Algo falla, desde luego; porque, de ser cierta esta noticia, entonces todo el Sínodo (ambos) no sería sino una tremenda farsa, en la que se ha gastado mucho tiempo y mucho dinero ... Eso sí, con apariencia de sinodalidad, cuando el resultado ya estaba escrito desde el principio por el propio Francisco. Esto me parece muy grave.

lunes, 23 de octubre de 2017

El secretario de la Conferencia Episcopal Italiana nombrado a dedo por Francisco afirma que la herejía protestante "fue un acontecimiento del Espíritu Santo", mientras la revista oficial de los jesuitas insiste en que el heresiarca Martín Lutero fue "un testigo de la fe" y un "renovador del anuncio evangélico"


Nunzio Galantino, secretario de la Conferencia Episcopal italiana

Nunzio Galantino, obispo emérito de Cassano all'Ionio (en la imagen que abre esta entrada, escondiendo la cruz pectoral en el bolsillo), que estudió en el seminario regional de Benevento en plena revolución marxista del 68 (época en la que también asistió al seminario Bergoglio), es secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, primero'ad interim' desde el 28 de diciembre de 2013 y luego confirmado por 5 años el 25 de marzo de 2014, no por elección de los obispos italianos, sino por designación a dedo por Francisco.

Pues bien, según recoge el diario Faro di Roma (ver aquí), este personaje ha afirmado, en una intervención durante el Congreso promovido por el ateneo del Papa para "celebrar" -nada menos- el quinto centenario de la herejía protestante, llevado a cabo en la Pontificia Universidad Lateranense, que "la reforma iniciada por Martín Lutero hace 500 años fue un acontecimiento del Espíritu Santo".

Además de esa barbaridad, también añadió que "la reforma responde a la verdad expresada en la fórmula Ecclesia semper reformanda [...] Ha sido el mismo Lutero el que no se ha considerado artífice de la reforma escribiendo: 'mientras yo dormía, Dios reformaba la Iglesia' [...] También hoy la Iglesia necesita una reforma. Y también hoy Dios es el único que la puede realizar".

Para él, "el amor de Lutero por la Palabra anticipa la sacramentalidad de la Palabra afirmada por el Concilio Vaticano II" [de las solemnes condenas al heresiarca alemán efectuadas por el Sacrosanto y Ecuménico Concilio de Trento no dice nada] y considera el conciliábulo de Lund de finales de octubre de 2016 (ver aquí), al que asistió Francisco, como un "gesto profético".

A esto se suma la ofensiva de los jesuitas a través de su revista oficial "La Civiltà Cattolica", dirigida por el infame Antonio Spadaro y que recibe el visto bueno de la Santa Sede antes de publicarse, en la que se vuelve a insistir, en un reciente artículo del también jesuita Giancarlo Pani, con motivo del quinto centenario de la herejía protestante, en que el heresiarca Martín Lutero fue "un testigo de la fe" y un "renovador del anuncio evangélico" (ver aquí).

¡Casi nada! Prepárense para los fastos de final de este mes.

CATHOLICVS

Francisco contradice al cardenal Sarah. El Vaticano perdió su última palabra sobre traducciones litúrgicas. Le pide que medios que publicaron sus comentarios difundan rectificación papal.





NOTA: La carta original del papa Francisco se encuentra aquí

Esta noticia ha salido en diferentes medios, como era de esperar dada su enorme importancia. Ya he colocado una entrada en este blog tomada prestada de La Nuova Bussola QuotidianaDominus est. También puede verse esta noticia en Gloria TV. Y en Infovaticana.

De modo análogo, es muy interesante leer los matices que hace Catholicvs en su entrada titulada:


domingo, 22 de octubre de 2017

El papa Francisco corrige al Cardenal Sarah mediante una ‘Correctio paternalis’


(Traducido del original latino La Nuova Bussola Quotidiana)


La interpretación del Cardenal Robert Sarah del Motu Proprio “Magnum Principium” no es correcta; el espíritu del documento pontificio es precisamente el de conceder para las traducciones litúrgicas esa amplia autonomía y confianza a las Conferencias episcopales que el Cardenal Sarah querría limitar. Esto lo dice justamente el papa Francisco con una carta autógrafa al Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos – el Cardenal Sarah precisamente – que publicamos en la Nuova Bussola 
 bajo petición explícita del mismo Pontífice. Había sido de hecho justamente la Nuova Bussola Quotidiana la que el 12 de octubre publicó la nota del Cardenal Sarah, quien, teniendo en cuenta algunas reacciones ya manifiestas, proponía una correcta interpretación del Motu Proprio( aquí y aquí).

El Papa pide que la Nuova Bussola Quotidiana publique su carta después de haber publicado la nota del Cardenal Sarah: es un gesto, éste del papa Francisco, sin precedentes. Y más allá de las cuestiones de cuyo mérito señalaremos, ciertamente nos sentimos honrados [NBQ] y agradecidos de esta atención del Santo Padre que objetivamente confiere a la NBQ la autoridad para acoger un debate sobre temas fundamentales para la vida de la Iglesia que lo ve como protagonista junto a algunos cardenales.

Pero vayamos al tema de la controversia: el argumento es el de las traducciones del latín de los textos litúrgicos en uso en cada país. Las traducciones (versiones y eventuales adaptaciones) son preparadas por cada una de las Conferencias episcopales, que después solicitan la aprobación a la Santa Sede. El examen de la Santa Sede viene a través de dos instrumentos: la confirmatio y la recognitio, que el Motu Proprio quiere redefinir

He aquí las diferentes interpretaciones sobre este punto: 

- Según el Cardenal Sarah, confirmatio y recognitio son diferentes por el efecto producido (confirmatio: traducción sola de la edición típica en latín; recognitio: agregado de nuevos textos y modificaciones rituales evidentemente no sustanciales), pero son dos actos idénticos desde el punto de vista de la responsabilidad de la Santa Sede. Y entonces en ambos casos es posible y se solicita un análisis detallado de todo: nuevos textos, modificaciones rituales, traducciones del original en latín.

Es evidente la preocupación del Cardenal Sarah en su calidad como Prefecto de la Congregación para el culto divino: mantener la unidad de la Iglesia también en la liturgia, respetando la autonomía de los obispos de cada país en la elaboración de la liturgia local.

- Sin embargo el Papa ahora hace saber que ésta no es la mens [espíritu] del Motu Proprio que, en cambio, va en la perspectiva de una verdadera y propia “devolution” litúrgica. De hecho hace la precisión de que los dos procedimientos – confirmatio y recognitio – no son idénticos y que en el ejercicio de estas dos acciones se da una responsabilidad «diferente» ya sea por parte de la Santa Sede, ya sea por parte de las Conferencias Episcopales.

Un ulterior pasaje de la carta del Papa requiere atención. Dice de hecho que «El Magnum Principium ya no sostiene que las traducciones deban ser confirmadas en todos los puntos a las normas de la Liturgiam Authenticam, tal como se venía haciendo en el pasado»

Tal afirmación unida a la otra según la cual una traducción litúrgica “fiel” «implica una triple fidelidad» – al texto original, a la lengua de la traducción, a la comprensión de los destinatarios – da a entender que Magnum Principium pretende ser el inicio de un proceso que puede llevar muy lejos.

[Leer: Libertad a las Conferencias Episcopales para disolver la liturgia católica definitivamente]

Aquí está la importancia de esta controversia que ve al Papa desmentir al Cardenal Sarah, el cual no hace otra cosa que moverse sobre la línea trazada por Benedicto XVI. No hay duda de hecho que con el “espíritu” de Magnum Principium, precisado y acentuado por la carta papal que aquí publicamos, la tendencia será de encaminarse hacia los Misales nacionales cada vez más diferentes entre sí, hacia un “espíritu litúrgico” cada vez menos compartido.

La cuestión va más allá del aspecto meramente litúrgico y, como en muchas ocasiones sostuvo el Cardenal Joseph Ratzinger, posteriormente Benedicto XVI, tiene que ver con la concepción de Iglesia, y la comprensión que la Iglesia tiene de sí misma. En discusión y sobre todo el papel y el poder de las Conferencias episcopales a las que el papa Francisco pretende dar «también alguna auténtica autoridad doctrinal» (cfr. Evangelii Gaudiumno. 32).

[Traducción de Dominus Est. Artículo original]


ARTÍCULOS RELACIONADOS:

La reforma litúrgica ¿inevitable o imposible? Divergencia entre el papa y el cardenal Sarah

Libertad a las Conferencias Episcopales para disolver la Liturgia Católica definitivamente. El rito antiguo está en la mira

Una nueva “misa ecuménica” en proceso de estudio

¿Calendario y Leccionario en común para Novus Ordo y Misa Tradicional?

Francisco contemplaría abolir Summorum Pontificum


Sobre el Falso Sínodo III (Christopher A. Ferrara)



A medida que se acerca el Sínodo de 2018 sobre "Juventud, Fe y Discernimiento Vocacional", todos los signos indican otro desastre inminente para la Iglesia. En su "Carta a los jóvenes" en relación con el Sínodo, el Papa Francisco declara: 

"La Iglesia también desea escuchar su voz, sus sensibilidades y su fe; incluso sus dudas y sus críticas . Haz que se escuche tu voz, haz que resuene en las comunidades y haz que sea escuchada por tus pastores de almas ".
Justo lo que la Iglesia necesita en medio de la tempestad que el Papa Francisco ya ha desencadenado: un foro en el que los "jóvenes" nivelan sus dudas y críticas sobre la Fe, y la Iglesia escucha atentamente el absurdo de sus quejas. El contexto perfecto para el próximo "desarrollo revolucionario" - es decir, la supuesta reversión - de la enseñanza católica, probablemente en el área de la moral sexual, incluida la cohabitación y la "orientación sexual". Esto estaría de acuerdo con los sínodos falsos I y II, que fueron meramente vehículos para el lanzamiento de Amoris Laetitia , que ha fracturado la disciplina eucarística bimilenaria de la Iglesia que protege la indisolubilidad del matrimonio y la santidad del Santísimo Sacramento.

Otra señal de un desastre inminente es el "Foro de la Juventud" que se celebró recientemente en Canadá (se transmitirá el 22 de octubre), al que el Papa Francisco se dirigió por transmisión remota. Los presidentes no eran otros que estos dos:


- El padre Thomas Rosica y el obispo Kevin Farrell, ambos defensores "amigos de los homosexuales" de una emergente "Iglesia Gay", que incluye "parroquias gay" y "ministerios homosexuales". 

En su discurso al foro, el Papa Francisco instó a los "jóvenes" de todo Canadá a ser "tejedores de relaciones firmadas por la confianza, el intercambio, la apertura incluso a los confines del mundo". No levantes muros de división: ¡no levantes muros de división! Construye puentes, como este extraordinario que estás cruzando en espíritu, y que une las costas de los dos océanos. Estás experimentando un momento de intensa preparación para el próximo Sínodo, el Sínodo de los Obispos, que te concierne de una manera particular, del mismo modo que involucra a toda la comunidad cristiana ".
¡Franqueza! Sin muros de división! ¡Construir puentes! Al igual que el "puente" Padre James Martin, SJ propone construir a la "comunidad LGBT", tal vez? No hubo referencia, por supuesto, a la castidad entre los "jóvenes" solteros o la fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio, la procreación y la moral sexual en general. 

Hubo, sin embargo, una referencia a "un momento de intensa preparación para el próximo Sínodo", que implica el mismo tipo de pseudo-misticismo semi-gnóstico que acompañó a los dos primeros sínodos falsos en su camino hacia un resultado predeterminado, considerado como una inspiración dada por "el Espíritu" y una aparición de "el Dios de las sorpresas".

Independientemente de lo que tengan en mente los manipuladores del próximo Sínodo falso, el mismo equipo que manipuló a los dos primeros, podemos estar seguros de esto: no será bueno para la Iglesia, sino que será la próxima fase de la "batalla final". "Sobre el matrimonio y la familia de los cuales hermana

Lucia advirtió al fallecido Cardenal Caffarra a la luz del Tercer Secreto de Fátima.

Recuerde, sin embargo, que hay esperanza en estos desarrollos, ya que indican que nos estamos acercando al punto en el que tendrá que producirse un cambio dramático, incluso si va acompañado de graves consecuencias para un mundo en rebelión contra Cristo Rey y el Ley del Evangelio.


Christopher A. Ferrara

IGLESIA/MUNDO Y PASTORAL/PASTORALISMO: breves consideraciones teológicas (Don Lillo D’Ugo)



Durante la última entrevista que Benedicto XVI ha concedido al periodista alemán Peter Seewald, ha declarado que hay dos cuestiones que aún no están resueltas en la Iglesia de hoy: la recta interpretación del Concilio Vaticano II y la relación existente entre la Iglesia y el mundo. Pienso que hay que situar en este amplio contexto eclesial y eclesiológico las preguntas que el libro-entrevista de Crepaldi-Fontana sobre la pastoral social en la vida de la Iglesia italiana plantea a la Iglesia en Italia, y no solo.

La eclesiología contemporánea, tanto la que propone el Magisterio como la que propone la Teología, a menudo ha considerado el misterio de la Iglesia a partir de algunas imágenes bíblicas retomadas y profundizadas por los Padres de la Iglesia. Entre las más consideradas están las siguientes: Pueblo de Dios; Sacramento universal de salvación en Cristo; Cuerpo místico de Cristo; Templo del Espíritu Santo.

El denominador común de dichas reflexiones es que la Iglesia surge de Dios y es ordenada por Dios. Es el pueblo convocado por la Trinidad: “El Padre eterno, con un plan de sabiduría y bondad muy libre y arcano, ha creado el universo y ha decretado elevar a los hombres a la participación de su misma vida divina”. Esta participación a la vida de Gracia se realiza siempre en y por el Hijo. Una comunión que inicia en la tierra y se perfecciona en el Cielo cuando Dios, verdadera vida y suma felicidad, será Todo en todos. Comunión que se realiza en el hoy de la Iglesia porque “ha querido convocar a los creyentes en Cristo en la Santa Iglesia”.

Por consiguiente, el mundo ha sido creado en la perspectiva de la Iglesia. La perspectiva teológica es tan clara en la Tradición de la Iglesia que San Agustín afirma: Mundus reconciliatus Ecclesia.
La Iglesia es, por lo tanto, una realidad que aunque tenga una dimensión histórico-terrena, la trasciende, lo mismo que hace ese Dios que, aunque ha creado todo y se ha encarnado, transciende el mundo y la historia. La Iglesia es el Pueblo de Dios, pero su esencia íntima consiste en ser Cuerpo místico de Cristo y, en Él, sacramento universal de salvación. Cuerpo del que Él es la Cabeza y la Iglesia sus miembros. La parte visible, histórica, está constituida por los hombres que, durante un tiempo determinando, forman parte de ella. La parte invisible es primariamente Dios y, después, sus partes gloriosas o en espera de la Gloria. A partir de esta naturaleza suya, construye su relación con el mundo. 

Si no se tuviera en cuenta este misterio de la Iglesia, se tendría una visión falsa y limitada que equipararía a la Iglesia con una multinacional humanitaria o una ONG con sedes mundiales.

Tenemos que considerar ahora qué se entiende por mundo. Nos ayuda el texto de Crepaldi, que nos recuerda la polisemia del término y confirma su doble significado. El primer significado es positivo. Por mundo se entiende la creación de Dios: hombres, animales y cosas. Por lo tanto, una realidad que viene del corazón y de las manos de Dios y que lleva consigo una unicidad, bondad y belleza que expresan el estilo del Artista. El propio Catecismo de la Iglesia católica, en línea con una tradición católica milenaria, afirma que el mundo con su movimiento, devenir, contingencia y orden puede proporcionar incluso “argumentos convergentes y convincentes” sobre la existencia y el conocimiento de Dios. Los hombres son la parte más consistente de la creación. Una humanidad viva, dinámica que a pesar de tener una profunda identidad suya (naturaleza) está en statu viae, es decir, en camino hacia un perfeccionamiento en Cristo en la lógica del ya y no aún. Un Cristo total que, parafraseando a San Agustín, está siempre unido a su Iglesia, en lo que Santo Tomás define instrumentum coniuctum de la humanidad de Cristo, inseparabile de su divinidad. Una humanidad que fue herida por el pecado original y que Dios salva en Cristo Jesús. Salvación que llega, por Spiritum et ecclesiam, a los hombres de cada generación que, encontrándose con Dios, entran en comunión con el Padre y entre ellos.
Entonces el mundo, así entendido, está predestinado a ser de y en Dios. Es una maravillosa dimensión del ser.

Pero hay un significado negativo de mundo. Las mismas Escrituras, sobre todo la de Juan, entienden el mundo como el lugar del pecado a cuya cabeza está el Diablo, el Príncipe de este mundo. Así, el término mundo indica una parte de la humanidad que, junto a las estructuras del pecado que genera, se enfrenta a Dios y al orden que ha dado a la creación. Crepaldi afirma, como ya hizo Biffi, que Barth ponía en evidencia que en la Gaudium et spes esta acepción negativa no está muy considerada. Consideración que ha escapado a una cierta reflexión teológica y eclesial sucesiva y que no puede ser omitida sin caer en una teología coja, ingenua o, peor aún, ideológica, que no considera todo desde el dato revelado, sino que una parte la considera a partir de esquemas intelectuales sugeridos por una cierta filosofía.

Se necesita una auténtica comprensión del binomio Iglesia/mundo porque, por como se comprenda, brota la acción pastoral de la Iglesia. 

Si la Iglesia-Cuerpo de Cristo no es comprendida como realidad sobrenatural, no del mundo, distinta aunque no separada, portadora de un quid gratuito que el mundo no puede darse a sí mismo y que espera para poder salvarse, las cuentas no cuadran. Crepaldi hace referencia a la manera rahneriana de comprender la relación Iglesia/mundo que tiende a redimensionar la Iglesia a la que considera como una parte del mundo. Según Rahner, la Gracia es un don de Dios para todos y no puede ser obstruida y frustrada por las resistencias del corazón humano o por instrumentos aleatorios como son los sacramentos. Al no ser necesarios los sacramentos y ni tan siquiera la conciencia de la gracia para estar en posesión de ella, pueden haber personas que sean cristianas y no lo saben; son los llamados “cristianos anónimos”. El propio Kasper afirma de manera crítica: “Rahner permanece atrapado (…) en las redes de la filosofía idealista de la identidad, prisionero de la identificación de ser y conciencia”.

Si la Iglesia es una parte del mundo; si Dios se concede a sí mismo a todos los hombres, también a quien no lo quiere y no lo sabe; si el orden natural y el sobrenatural coinciden; si libertad y necesidad son equivalentes; si cada uno ya está salvado por el hecho de existir en la historia, la Iglesia ya no tiene motivo de existir y obrar a partir de una identidad propia; la humanidad histórica ya está cristificada automáticamente, no se necesita la obra de Cristo y de la Iglesia a Él vinculada para llegar a cada hombre que surge en la historia. Además, ya no existe el libre albedrío, por lo tanto no existe el hombre. Vuelve la crítica que Kierkegaard hace al idealismo hegeliano al que Rahner está fuertemente anclado.

Dicha perspectiva eclesiológica parece estar presente directa o indirectamente, aunque con menos profundidad y sutileza que en Rahner, en muchas afirmaciones de teólogos, pastores y laicos llamados “adultos”. Pero es una perspectiva no católica, falsa y peligrosa por la autocomprensión que la Iglesia de hoy debe hacer de sí misma. A la luz de dicha perspectiva, la pastoral cambia y se convierte en pastoralismo. 

La pastoral es el hacerse de la Iglesia continuamente. Un hacerse como actores: Dios y el Pueblo jerárquicamente ordenado. Un hacer de Cristo presente en la Iglesia difundida en el tiempo y en el espacio. Un hacerse que tiende a crear comunión entre Dios y los hombres, y los hombres entre ellos. Un hacerse que profesa, celebra, vive y reza. Un hacerse que genera santos a lo largo del complejo camino de la historia y que combate la obra inicua que el mundo constante pone en marcha. 

Por lo tanto, un obrar de la Iglesia que parte de su identidad (agere sequitur esse) dogmática, moral, litúrgica, disciplinar. La pastoral es consecuente con la naturaleza de la Iglesia y, aunque se cree un círculo virtuoso entre ser y obrar, o la vida sea una unidad inseparable, esto no quiere decir que no se distingan los distintos elementos. Como escribe Vignelli, la pastoral “no puede cambiar dogmas, leyes y cultos, no aborda el quod (el qué) ni el quid (por qué), sino sólo el quomodo (cómo): es decir, reglas, métodos y medios”. Podríamos decir que es la dimensión de la praxis que camino junto a la teoría. Un proceder juntos que se sostiene y se enriquece mutuamente.

Si no se incluye a la pastoral en esta perspectiva eclesiológica, corre el riesgo de convertirse ya no en arte que permite el encuentro del hombre con Dios en la Iglesia, sino en en lugar del encuentro igualitario, que tiende a realizar el bienestar existencial y no la salvación. De aquí puede brotar la adecuación de la Iglesia a las peticiones de las mentalidades históricas del momento. El fin de la pastoral se convierte en el esfuerzo de adecuar el anuncio cristiano a los cambios del momento. Tiene lugar una metamorfosis: la pastoral deja de ser medio para convertirse en fin.

La pastoral, entonces, se transforma en pastoralismo, al que Crepaldi define: “El deseo de encontrar al otro en situaciones concretas de vida subordinando, con relación a este encuentro, las cuestiones doctrinales. Es la versión católica de la prevalencia de la praxis sobre la teoría o de la existencia sobre el pensamiento” o si queremos, “la total aceptación de la secularización como autonomía del mundo”.

Este planteamiento destruye la pastoral y amordaza la Iglesia de hoy. Una realidad que no habla, no dialoga, sino que calla y acepta, pierde su presencia en la situación histórica y, sobre todo, socio-política. 

Y sin embargo, muchos intelectuales y agentes católicos afirman que la Iglesia hoy debe sólo acompañar, como una cuidadora pasiva, al mundo y acoger todos sus caprichos. Y citan a menudo el Concilio Vaticano II, olvidándose de páginas como la siguiente: “El sagrado Concilio (…) enseña, fundado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrinante es necesaria para la salvación. El único Mediador y camino de salvación es Cristo, quien se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia. El mismo, al inculcar con palabras explícitas la necesidad de la fe y el bautismo (…), confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como por una puerta. Por lo cual no podrían salvarse aquellos hombres que, conociendo que la Iglesia católica fue instituida por Dios a través de Jesucristo como necesaria, sin embargo, se negasen a entrar o a perseverar en ella” (Lumen Gentium, 14).

Don Lillo D’Ugo