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lunes, 3 de julio de 2017

El efecto Francisco (Padre Linus Clovis)




[Del padre Linus Clovis, del 22 de mayo de 2015. Unas palabras que tienen hoy más actualidad que nunca. Sólo he tenido en cuenta la parte final de este discurso en donde se anima a los católicos a afrontar la grave crisis por la que atraviesa la Iglesia, indicando el modo de hacerlo. Escribo el original inglés. Y, a continuación, la traducción que he tomado del blog "Como vara de almendro"]

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The Francis Effect is the disarming and silencing of Catholic bishops, priests, and laity. Holding firm to Catholic doctrine and practise seems like an act of disloyalty to the pope, yet to acquiesce is to betray the Church. Catholics ask with Peter, “Lord, to whom shall we go?” (Jn. 6:69). It is imperative that they stay in the Church and stay armed for, if the shepherds have come down like Aaron to join in the Bacchanalia, then the Church needs Levites. “And when Moses saw that the people had broken loose (for Aaron had let them break loose, to their shame among their enemies), then Moses stood in the gate of the camp, and said, ‘Who is on the Lord’s side? Come to me.’ And all the sons of Levi gathered themselves together to him” (Ex. 32:25-27). Christ had already warned of this time, saying, “Then they will deliver you up to tribulation, and put you to death; and you will be hated by all nations for my name’s sake. And then many will fall away, ... and many false prophets will arise and lead many astray. And because wickedness is multiplied, most men’s love will grow cold. But he who endures to the end will be saved” (Mt. 24:9-13).

The Church is facing crisis; a crisis as grave as that posed by the Arians. Its resolution will bring recovery or death. To achieve the former, Catholics must stay in the Church and stay fully armed. For this, five things are necessary:

First, pray. The battle is the Lord’s. “But watch at all times, praying that you may have strength to escape all these things that will take place, and to stand before the Son of man” (Lk. 21:36). Pray above all for the pope as the early Church prayed unremittingly for Peter (Acts 12:5).

Second, study. Catholics must know the Faith, be familiar with the Scriptures, know the constant teaching of the Church, and understand the principles of moral theology. St. Athanasius stood alone against the world, therefore, “Remember your leaders, those who spoke to you the word of God; consider the outcome of their life, and imitate their faith. Jesus Christ is the same yesterday and today and forever. Do not be led away by diverse and strange teachings” (Heb. 13:7-9).

Third, transmit the Faith by teaching and sharing it within the family, by practising and praying together and for each other as a family.

Fourth, support each other and all true and authentic Catholic speakers and organisations. The 500 priests who sign an open letter asking that the Synod on the Family promote Catholic doctrine need to be praised and supported by all concerned Catholics.

Fifth, prepare for martyrdom. In the Nobis quoque of the Roman Canon we pray: To us, also, your servants, who, though sinners, hope in your abundant mercies, graciously grant some share and fellowship with your holy Apostles and Martyrs: with John the Baptist, Stephen, Matthias, Barnabas... and all your Saints; admit us, we beseech you, into their company, not weighing our merits, but granting us your pardon, through Christ our Lord. Amen.



El Efecto Francisco es el desarme y el silenciamiento de los obispos católicos, sacerdotes y laicos

Mantener firme la doctrina y la práctica católica parece un acto de deslealtad hacia el Papa, pero aceptar [muchas de las cosas que dice el Papa] es traicionar a la Iglesia. 

Los católicos preguntan a Pedro: “Señor, ¿a quién iremos?” (Juan 6:69). Es imperativo que permanezcan en la Iglesia y permanezcan armados, porque si los pastores han descendido como Aarón para unirse a las bacanales, entonces la Iglesia necesita levitas. “Y cuando Moisés vio que el pueblo se había desatado (porque Aarón los había soltado, para vergüenza entre sus enemigos), Moisés se paró a la puerta del campamento y dijo: ¿Quién está del lado del Señor? Venid a mí; y todos los hijos de Leví se juntaron con él" (Éxodo 32: 25-27). 

Cristo ya había advertido de este tiempo, diciendo: “Entonces os entregarán a la tribulación, y os matarán; Y seréis odiados por todas las naciones por causa de mi nombre. Y entonces muchos caerán, … y muchos falsos profetas se levantarán y conducirán a muchos por mal camino. Y porque la maldad se multiplica, el amor de la mayoría de los hombres se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, será salvo" (Mt 24: 9-13).

La Iglesia se enfrenta a una crisis; una crisis tan grave como la planteada por los arrianos. Su resolución traerá recuperación o muerte

Para lograrlo, los católicos deben permanecer en la Iglesia y estar armados.

Son necesarias cinco cosas:

Primero: oren. La batalla es del Señor. "Velad,pues, en todo tiempo, orando para que tengáis fortaleza para escapar de todas estas cosas que tendrán lugar, y para estar delante del Hijo del Hombre” (Lc 21:36). Oremos sobre todo por el Papa, como la Iglesia primitiva oró incesantemente por Pedro (Hechos 12: 5).

Segundo: estudio. Los católicos deben conocer la Fe, estar familiarizados con las Escrituras, conocer la constante enseñanza de la Iglesia y comprender los principios de la teología moral. San Atanasio estaba solo en contra del mundo. Por lo tanto, “acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas". (Hebreos 13: 7-9).

Tercero: transmitan la Fe enseñándola y compartiéndola en la familia, practicando y orando juntos y unos por otros como familia.

Cuarto: apoyarse unos a otros y a todos los predicadores verdaderos y organizaciones católicas auténticas. Los quinientos sacerdotes que firman una carta abierta pidiendo que el Sínodo sobre la Familia promueva la doctrina católica deben ser animados y apoyados por todos los católicos preocupados.

Quinto: prepararse para el martirio. En el Nobis quoque del Canon romano rogamos: Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé… y de todos tus santos; admítenos, te rogamos, en su compañía, no por nuestros méritos, sino concediéndonos tu perdón, por Cristo nuestro Señor. Amén.

El caso Müller (por Roberto de Mattei)



La destitución del cardenal Gerhard Ludwig Müller supone un momento crucial en la historia del pontificado del papa Francisco. La verdad es que Müller, nombrado prefecto de la Congregación para Doctrina de la Fe el 2 de julio de 2012 por Benedicto XVI, sólo tiene 69 años. Jamás se vio que a un cardenal al que le faltasen más de cinco años para la edad canónica de jubilación (75 años) no se le confirme en el cargo por otro lustro.

Tengamos en cuenta que hay prelados que a pesar de tener diez años más que el cardenal Müller siguen ejerciendo cargos importantes, como el cardenal Francisco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, el mismo purpurado cuyo secretario fue recientemente sorprendido in fraganti por la gendarmeria pontificia, en una orgía homosexual aliñada con drogas en un apartamento del Vaticano. Ahora bien, Coccopalmerio había manifestado aprecio por Amoris laetitia, y explicado que «la Iglesia siempre ha sido el refugio de los pecadores», mientras que Müller no había ocultado su perplejidad por las aperturas de la exhortación pontificia, aunque fuera con declaraciones oscilantes.

Desde esta perspectiva, la destitución del cardenal Müller es un acto autoritario que constituye un desafío abierto del papa Bergoglio al sector de cardenales conservadores a los cuales era notoriamente próximo el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Francisco ha actuado con energía, pero también con habilitad. Ha comenzado a aislar a Müller, obligándolo a despedir a tres de sus más fieles colaboradores. Lo ha hecho para agotar toda posibilidad de renovación, aunque sin dar en ningún momento garantías explícitas. Al final lo ha sustituido, pero no por un exponente del progresismo radical, como sería por ejemplo el rector del la Universidad Católica de Buenos Aires, monseñor Víctor Manuel Fernández, o el secretario especial del Sínodo, monseñor Bruno Forte. El elegido es el arzobispo Luis Francisco Ladaria Ferrer, jesuita, hasta ahora secretario de la Congregación. Su elección tranquiliza y sorprende a los conservadores. Lo que algunos de éstos no entienden es que lo que le importa al papa Francisco no es la ideología de los colaboradores, sino la fidelidad a su propio plan de reforma irreversible de la Iglesia.

Más que de victoria del papa Francisco se debería hablar de derrota de los conservadores. El cardenal Müller no era partidario de la tendencia del papa Francisco, y se había sentido inclinado a adoptar públicamente una postura contraria, pero la idea más general en el sector conservador era que sería preferible que siguiera en su puesto callando antes que abrir la boca y perderlo. El Prefecto había escogido una actitud discreta. En una entrevista concedida a Il Timone, había dicho: «Amoris laetitia se debe interpretar claramente a la luz de toda la doctrina de la Iglesia. […] No me agrada, no es correcto que tantos obispos interpreten Amoris laetitia según entiende cada uno de ellos las enseñanzas del Papa», si bien en otra declaración había expresado su contrariedad por la publicidad dada a las dubia de los cuatro cardenales. Lo cual, no obstante, no ha impedido su destitución.

En la estrategia de algunos conservadores, esa actitud discreta supone un mal menor comparado con lo que sería perder el cargo que había conquistado sobre sus adversarios. Esta estrategia de contención no funciona, sin embargo, con el papa Francisco. ¿Cuál ha sido en realidad la consecuencia de todo esto? Que el cardenal Müller ha perdido una valiosa oportunidad de criticar públicamente Amoris laetitia y ha terminado por ser destituido, sin la debida notificación previa. Es cierto que, como señala Marco Tosatti, ahora tiene más libertad para decir lo que piensa. Pero aunque lo hiciera, sería la voz de un cardenal jubilado y no la del prefecto del dicasterio más importante de la Iglesia. El apoyo de la Congregación para la Doctrina de la Fe a los cuatro cardenales que prosiguen por el camino que han emprendido habría sido catastrófico para quien dirige actualmente la Revolución dentro de la Iglesia, y el papa Francisco ha conseguido evitarlo. La lección que podemos sacar del asunto es que quien no combate por miedo a perder, después de echarse para atrás conoce la derrota.

Roberto de Mattei

De Madrid, al infierno (por Fray Gerundio)




Dicen los listillos que hay que construir una sociedad nueva, liberada de tabúes y sin los condicionamientos del pasado. Los malvados añaden que hay que superar los complejos y las represiones. Empezando, claro está, por la más totalitaria de todas ellas: el pecado. Dicen que ya está bien de someterse a lo que se llamaba pecado, porque ahora se ha decidido democráticamente, en esta sociedad del bienestar, que el pecado no existe. Como si el pecado pudiera anularse a golpe de Decreto Ley o de Amoris Encíclica.

Todo cambiado, queda la libertad para hacer solamente lo que quieren los que aman la libertad. Y en esta alquimia de laboratorio post-moderno, el lenguaje queda sometido a revisión. Te puede caer una multa gorda si le llamas Pepito a un niño que ha decidido ser Juanita. O si presentas una instancia llamando Muy Sr. mío, a un Trans-Juez que entonces no te admite la demanda y te pone una a ti por no llamarle Muy Sr. Trans. O bien Muy Trans mío. O vaya usted a saber.

Siglos de literatura castellana quedan a merced de la hermenéutica que decida el tipo, tipa, tipe, tip@ de turno que haya ganado las oposiciones a profesor, profesora, profesore, profesor@ de la correspondiente Autonomía. Hay que hacer un cursillo especial para aprender a dirigirse a cada cual o a cada cualo. La ideología de género así lo impone a sus esbirros de uno y otro signo. Porque en esto no hay libertad que valga. O te subes al carro (o a la carroza) del orgullo lingüistico o te cae un multón y un sambenito acongojantes. [No quiero poner la auténtica palabra porque tiene rasgos masculinos y de signo machista.]

Los refranes también quedan obsoletos. Hace poco querían obligarnos (ya se sabe que los amantes de la libertad gozan obligando a los demás), a no decir nunca jamás Pan con pan, comida de tontos en un ejercicio de alta y fina intelectualidad por parte de panaderos podemitas. Y que no se le ocurra a nadie decir, como decía mi abuela palentina, que el caldo de habas, hace a las mujeres bravas, porque puede caerle un buen castigo. Hay que revisar los refranes uno por uno y hacer una nueva clasificación que huya de las imposiciones machistas. Un nuevo refranero y un nuevo diccionario, una revisión de los chistes, una profunda transformación del sentido del vestido que permita llevar falda a Isidoro (sin ser escocés) o llevar bigote a Eufrasia. Y así sucesiv@mente.

Sin embargo, hay otros refranes que sí que han caído en desuso y no volverán nunca más a poder pronunciarse. Mis abuelos decían De Madrid al Cielo, con una especial gracia y con un amor por la capital de España, que eran realmente admirables. Madrid era la capital del Reino, el Madrid de los Austrias, el Madrid del Parque del Retiro, el Madrid de San Isidro tan popularmente pintado por Goya, el Madrid de la pradera de San Antonio o el de la Virgen de la Paloma. Tal era el ambiente que caracterizaba a esta ciudad, que cualquier español que pasara por allí sentía el gozo de estar en la Capital. De Madrid, al Cielo decía todo lo que se puede decir de esta ciudad, antaño querida por los habitantes de la antigua Patria.




Ahora -podemizada y carmenizada-, Madrid se ha convertido en Capital del Orgullo. Con la complacencia de Partidos Políticos, que mandan a representantes a presidir carrozas o llevar pancartas. Con el lisonjeo amable de esta sociedad que se ha rendido al Orgullo de forma esclava en estos días. Librerías religiosas, escuelas, ayuntamientos y hasta algunos cuarteles de la Guardia Civil (no sé cómo se llamará ahora a la pareja de guardias civiles), han hecho ondear la bandera arco iris en un alarde de valentía, arrojo y valor para luchar contracorriente.

Ya habló San Pablo en la carta a los Filipenses 3, 19 de “aquellos cuyo fin es la perdición, su dios el vientre y su gloria sus vergüenzas”. Y eso que en Filipos todavía no había World Pride, que yo sepa. Enseñando sus vergüenzas, se llenan de orgullo y de gloria. Pasean sus vergüenzas en carrozas, ataviados, ataviadas, ataviades, ataviad@s y supertransatavi@des generalmente con taparrabos rosáceos, para que se vea que ellos, ellas, elles y ell@s no tiene prejuicios, exigen que se ame la libertad y que se les respete, al tiempo que portan crucifijos y otros símbolos católicos para que se vea que el Orgullo Gay es anticatólico. Solamente les gusta la parroquia del Padre Angel, que es un sacerdote angelical –como su nombre indica-, lleno de amor por los sodomitas y dispuesto a meter en su Iglesia de Chueca a todo aquel que se cisque en los mandamientos divinos. Igual que hace él y el Arzobispo que lo mantiene en el cargo y en el ministerio.



Yo propongo que a partir de ahora se diga De Madrid al infierno, porque parece más propio. No les importará a los interesados, a quienes tanto les gusta pasarse por le entrepierna este lugar que, según la Iglesia Moderna, está vacío. Cuando esta semana acaben los festejos orgullosos, cada cual se irá a su pueblo. Pero lamentablemente todos llevarán en el pasaporte de su alma un visado para el infierno. Decía Dante (otro que hay que revisar), que por allí habrá un lugar destinado al Orgullo. Así, todos juntos se lo pasarán más entretenidos. Pero también andarán por allí los que callaron miserablemente y no denunciaron este pecado que clama al cielo. El Arzobispo de Madrid tendrá mucho que explicar sobre su silencio de estos días. O la propia Conferencia Episcopal que ha optado por adoptar un silencio mariquitamente correcto, tan aficionados ellos a emitir comunicados sobre cualquier cosa intrascendente.

Antes se decía que los buenos y santos se iban al Cielo con botas. Ahora habrá que decir que los Orgullosos, como no se arrepientan y hagan penitencia, se apresuran hacia el Infierno con tacones.

Fray Gerundio

domingo, 2 de julio de 2017

EL ESCÁNDALO DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO (por el R P Custodio Ballester )

Duración 6:52 minutos

Cómo el papa Francisco prepara el puesto para su sucesor (Sandro Magister)



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Francisco no tiene ningunas ganas de pasar a la historia como un Papa "de transición". Quiere que lo que hace sobreviva a su partida. Y para estar seguro de ello institucionaliza las cosas que más le importan, hace que se conviertan en estables, para que sigan adelante solas.
La Jornada Mundial de los Pobres es una de estas criaturas suyas, oficialmente canonizada hace pocas semanas.
La idea de Jorge Mario Bergoglio que la Iglesia es como un "hospital de campaña" se concretará de aquí en adelante cada año, en noviembre, en una fiesta de las obras de misericordia a favor de los hambrientos, los que no tienen vestimenta, los sin techo, los extranjeros y los prisioneros.
Con el Papa, este Papa, que en Roma comerá junto a cientos de pobres, será difícil que su sucesor no haga lo mismo. Francisco hará el ensayo general en Bolonia el 1 de octubre: en el programa de la visita ya está escrito que a mediodía el Papa "comerá con los pobres en la basílica de San Petronio".
Después están las "Scholas Occurrentes", una red de escuelas que, nacida en Buenos Aires cuando Bergoglio era arzobispo de esa ciudad, ahora une a más de 400.000 institutos de todo el mundo, católicos y laicos.
No hay nada de religioso en los encuentros entre estas escuelas. En ellos dominan las palabras y los conceptos como "diálogo", "escucha", "encuentro", "puentes", "paz", "integración". Y si se leen de nuevo los numerosos discursos dirigidos por Francisco a las "Scholas", el silencio sobre el Dios cristiano, sobre Jesús y el Evangelio es prácticamente sepulcral.
Pero a pesar de ello, Bergoglio ha elevado las "Scholas Occurrentes" a "pía fundación" de derecho pontificio y acoge en el Vaticano sus congresos mundiales; hace tres semanas, el 9 de junio, inauguró para ellos una sede dentro de los palacios pontificios, de los que será prácticamente imposible echarlos en un futuro.
Este cambio no es indiferente. Durante siglos las escuelas de la Compañía de Jesús han sido el faro de la instrucción católica. Mientras tanto, estas "Scholas" tan queridas por el Papa jesuita son noticia por los frecuentes partidos de fútbol "por la paz" por él patrocinados junto a Maradona, Messi o Ronaldinho, como también por el singular encuentro de hace un año en un ring de Las Vegas –también éste convocado por el Papa como ocasión de diálogo– entre un boxeador católico y un musulmán, ambos recibidos después en Santa Marta después de que el musulmán, KO en el sexto round, fuera dado de alta del hospital.
En ámbito politico sucede lo mismo. No hay un año en el que Francisco no convoque un encuentro mundial de los que él llama "movimientos populares".
Esta red de movimientos no existía antes, todo lo contrario. Ha sido otra de sus invenciones. Ha confiado la elección a un sindicalista argentino amigo suyo, Juan Grabois, que cada vez los elige de entre los irreducibles de los históricos encuentros anticapitalistas y no-global de Seattle y Porto Alegre, además de elegir a grupos indigenistas y ecologistas, con invitados de renombre como el presidente de Bolivia Evo Morales, en calidad de cultivador de coca, o el ex presidente de Uruguay José "Pepe" Mujica, con un pasado de guerrillero, ahora retirado a una vida frugal en una granja en el campo.
A estos encuentros Bergoglio dirige, cada vez, un ardiente discurso de una treintena de páginas, o más, que son la quintaesencia de su visión política general, que incide en el pueblo como "categoría mística" llamada a rescatar al mundo.
Hasta ahora han sido cuatro las convocatorias: la primera en Roma en 2014; la segunda en Bolivia en 2015; la tercera de nuevo en Roma 2016 y la cuarta -a escala regional- en Modesto, en los Estados Unidos, el pasado mes de febrero, con el Papa conectado esta vez por videoconferencia. Seguirán otras.
Pero no es todo. Para su sucesor Francisco ha constituido otras cosas. Ha expulsado a todos los miembros de la Pontificia Academia para la Vida y ha nombrado otros nuevos.
Con la diferencia que, antes, todos eran firme y unánimemente contrarios al aborto, la fecundación artificial y la eutanasia; ahora ya no es así, cada académico tiene su propia idea al respecto. Porque ante todo tiene que haber diálogo.
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Esta nota ha sido publicada en "L'Espresso" n. 26 del 2017, en los kioscos el 2 de julio, en la página de opinión titulada "Settimo Cielo" confiada a Sandro Magister.
He aquí el índice de todas las notas precedentes:
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La voluntad de Jorge Mario Bergoglio de "institucionalizar" las cosas que a él más le importan no se le ha escapado al vaticanista americano John Allen:
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POST SCRIPTUM – Esta nota ya había sido escrita y publicada cuando llegaron a su punto culminante vicisitudes del pequeño Charlie Gard, con el papa Francisco callado, a pesar de la universal y espontánea oleada de pedidos para una intervención suya "ad personam" en defensa de la vida de ese niño:
Y a pesar también de la seriedad de las objeciones jurídicas contra la sentencia que de hecho ha condenado a muerte a Charlie:

> In nome della legge: Isacco, Charlie Gard e gli affanni della modernità
Éstas son vicisitudes que no podrán no incidir sobe la "suerte" de este pontificado. Tanto más si se comparan las energías gastadas por el papa Francisco para las "Scholas Occurrentes" y otras iniciativas de similar nivel, muy queridas por él, con la asombrosa reticencia suya en cuestiones capitales como ésta emblemática de Charlie Gard.
Sandro Magister

Con relación al cardenal Pell: comentario de Steve Skojec (1P5) y traducción personal



De un excelente artículo de 1P5 (One Peter five) entresaco, en inglés, el siguiente texto que hace referencia al cardenal Pell (y que luego traduzco):


Cardinal Pell Accused

Cardinal Pell, who has fought an uphill battle to bring reforms to the Vatican bank, was formally charged with sexual abuse this week after an investigation that lasted years. There are concerns that the media in his home country of Australia are pursuing the case so recklessly and unethically that he may never get a fair trial. As the campaign against Cardinal Pell swings into high gear, we are left to wonder: is this the case of yet another high-ranking cleric guilty of unspeakable deeds, or is the man who was charged with the task of staring into the Pandora’s box of Vatican finances being destroyed because he found out things he was never meant to see? There is so much to consider concerning this situation that I spun it off into a separate article
[El artículo al que alude Steve Skojec se titula: "The destruction of the Cardinal Pell"]
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El cardenal Pell Acusado

El cardenal Pell, que ha luchado arduamente para llevar a cabo una serie de reformas en el Banco del Vaticano, fue formalmente acusado, esta semana, de abuso sexual, después de una investigación realizada durante los dos últimos años

Hay preocupación porque los medios de comunicación de su país de origen, Australia, están llevando el caso de un modo tan irresponsable y carente de ética que hace casi imposible que tenga un juicio justo. 

A medida que la campaña contra el cardenal Pell evoluciona hacia su punto álgido, no podemos sino preguntarnos: ¿es éste otro caso de altos clérigos, culpables de hechos horribles ...? ¿O es el hombre que ha cargado con la tarea de investigar escrupulosamente la caja de Pandora de las finanzas del Vaticano y está siendo destruido porque descubrió cosas que nunca tenía que haber visto

Hay tanto que considerar referente a esta situación que he preferido hablar sobre ello en un artículo separado [titulado "La destrucción del cardenal Pell"]

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NOTA: Sería interesante leer el artículo de Maike Hickson, de 1P5, titulado "Did Pope Francis Threaten the Authors of the 13 Cardinals Letter?" . [¿Amenazó Francisco a los 13 cardenales autores de una carta que le dirigieron?] ... Esto ocurrió durante el transcurso del segundo sínodo para la familia, el 8 de octubre de 2015. El cardenal Pell fue quien entregó la carta

José Martí

sábado, 1 de julio de 2017

"DIOS NO PUEDE SER DIOS SIN NOSOTROS" .... afirma el papa Francisco. ¿Es eso cierto? (por José Martí)

Duración 2:31 minutos

Dios no puede ser Dios sin nosotrosTal expresión, en sí misma, constituye una herejía. Dios es Amor, en sí mismo, en el misterio de la Santísima Trinidad. Y no necesita de nosotros para amar. Nos creó libremente, por puro amor, no porque necesitara crearnos para poder amar a alguien. Si Dios hubiera tenido esa necesidad no podríamos hablar de un Dios todopoderoso, que tiene en sí todas las perfecciones posibles.

Nuestra existencia es un don de Dios; y se lo pagamos bastante mal negándole desde el principio. El pecado de origen de nuestros primeros padres se ha transmitido a toda la humanidad. Y es el bautismo el único que nos puede librar de dicho pecado. De todos modos nuestra naturaleza está dañada, está herida debido a ese pecado inicial. Se habla del hombre en estado de naturaleza caída (que no corrompida, como diría Lutero, el hereje de la Reforma), con las consecuencias físicas que eso conlleva: sufrimiento, dolor, enfermedad, muerte; y lo peor de todo, nuestra tendencia al mal, al pecado, que está muy arraigada en nosotros. Las puertas del cielo quedarían cerradas para toda la humanidad, no ya por el pecado de origen sino por los pecados personales que, inevitablemente, todo hombre comete, si no es ayudado por la gracia divina (una gracia que perdimos y que necesitamos).

Porque así lo quiso, Dios, por puro Amor libre y desinteresado, y dado que no desea nuestra condenación ... puesto que la culpa de Adán era de grado infinito en razón de la Persona a quien ofendió con su soberbia, que era infinita (Dios)se necesitaba de una reparación de esa injusticia cometida para con Dios ... pero tal reparación debía de tener también un carácter de infinito. Esto era imposible para el hombre, ser finito. Sólo Dios es infinito. Pero Dios no había pecado ... ni podía pecar: ¿cómo se iba a rebelar contra Sí mismo, que en eso consiste el pecado?. De este modo, el hombre quedaba condenado de por vida. Y su fin -salvo raras excepciones- sería la muerte segunda, esto es, el infierno (pues incluso los justos, que serían la excepción, aquéllos que siguieran la ley natural impresa en sus corazones, al no poseer la gracia santificante, no podían entrar tampoco en el Cielo y gozarían sólo de un estado de felicidad natural, en un lugar que se ha venido llamando seno de Abraham).

Y hete aquí que Dios, en su infinita Bondad y libremente (insisto, sin estar obligado a ello, pues entonces no sería Dios) decidió un plan para nuestra salvación. En dicho plan, que se llevaría a efecto en un determinado momento de la historia, Él tomaría sobre sí los pecados de toda la humanidad (de todos los tiempos y lugares), haciéndolos realmente suyos ... y reparando así la ofensa infinita que el hombre había cometido. En Él recaería toda la Justicia infinita de Dios; y la deuda del hombre quedaría saldada. Y esto en un doble sentido: 


(1) Sólo los hombres eran deudores por el pecado cometido. Pues bien: Dios (en la segunda Persona de la Santísima Trinidad ... algo que sólo conoceremos después de su Venida a este mundo) se hizo realmente hombre, se hizo uno de nosotros, con su cuerpo y su alma, y padeció, sufrió y murió como todo hombre de carne y hueso que viene a este mundoTomó una naturaleza humana como la nuestra, con un nombre que lo identificaba: Jesús. 

(2) Jesús era realmente Dios (la segunda Persona de la Santísima Trinidad). Su Persona era Divina ... y, por lo tanto, tenía también una Naturaleza Divina. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. En cuanto que era hombre, y aun cuando no había pecado en Él, libremente tomó sobre sí todo pecado (en el espacio y en el tiempo), "se hizo pecado" dice la Biblia (cfr 2 Cor 5, 21). Y con su muerte en la cruz, por amor a nosotros, para que no nos condenáramos, pagó la deuda que nosotros habíamos contraído. Una deuda infinita que Él si que podía pagar, puesto que era Dios (además de ser hombre) y, por lo tanto, infinito.

Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que esta salvación que Él, con su muerte en la Cruz, hizo que fuese posible para nosotros, digo, esta salvación no se hará efectiva en todos los hombres. Sólo en aquéllos que reconozcan que Jesús es realmente Dios, además de ser hombre. Y que resucitó de entre los muertos. Y que puso unas condiciones a los hombres, que éstos tienen que cumplir si quieren entrar en su gloria. 

Según la conocida frase: Amor con amor se paga; y teniendo en cuenta que el amor es libre y recíproco, Dios espera de nosotros que, libremente, lo amemos y que le reconozcamos como lo que es: solo Él es el Señor. Un reconocimiento que se traducirá, lógicamente, en nuestra vida, la cual, bajo su influencia, si lo dejamos, se transformará por completo. Y es entonces cuando, con toda verdad, somos creados como hijos de Dios, hijos en el Hijo, pero verdaderos hijos, formando con Él un solo Cuerpo: el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia. 

No basta, no es suficiente su muerte por amor a nosotros. También nosotros tenemos que morir por amor a Él: "Si el grano de trigo no muere no da fruto pero si muere da mucho fruto" (Jn 12, 24). De ahí aquello que dijo San Pablo en su carta a los Colosenses:  "Tengo que completar lo que falta a la Pasión de Cristo en su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1, 24).

¿Realmente Dios no puede ser sin nosotros? [como dice el papa Francisco] ¿Significa esto que somos nosotros quienes hacemos posible que Dios sea? Eso es una herejía. La expresión debe de ser bien explicada, para que todos la puedan entender. Y es ésta:

Dios ha querido sentir la necesidad de establecer con nosotros un diálogo, de hablar con nosotros.  En ese sentido se podría decir que Dios tiene necesidad de nosotros. Sólo en ese sentido: una necesidad real, pero porque así Él ha querido que sea. Es el misterio de la Bondad divina. Dios quiso que el hombre participara de su propia Vida. El Amor que Dios tiene al hombre es un misterio. Nos ha dado el compartir su vida por participación, dándonos para ello su Espíritu, sin el cual esto no sería posible

Así lo explica el padre Alfonso Gálvez en su libro "La oración"
El Hijo es Palabra del Padre, y es amado por Él en un Amor que es también, a la vez, Amor y respuesta del Hijo. Ese Amor, que es el Espíritu Santo, nos es dado a nosotros para que, por Él, poseamos al Hijo y en el Hijo vayamos hasta el Padre, participando así del misterioso diálogo intratrinitario (...)
El Espíritu nos ha sido dado para que, por Él, podamos escuchar y entender al Hijo y para que, por el Espíritu y en el Hijo, podamos dar una respuesta perfecta al Padre (...). 
Dios nos ha hablado por medio de su Hijo. Pero las palabras del Hijo, contenidas en la Escritura y en la Tradición e interpretadas por la Iglesia, tienen que ser luego oídas por cada hombre y escuchadas en la intimidad personal. Sin olvidar que esta escucha y esta intelección, para que sean auténticas y no aparten de la verdad, tienen que se hechas en la Iglesia y con la iglesia. Es aquí donde interviene el Espíritu, sin cuya labor la revelación llamada oficial nunca terminaría de hacerse efectiva en nosotros.
Entonces, ¿qué? ¿Necesita Dios de nosotros? 

En un sentido absoluto no. En la realidad, y por puro Amor, y libremente, ha querido necesitar de nosotros para que participemos de su intimidad divina. En ese sentido -y sólo en ese sentido- podría decirse que nos necesita, puesto que el amor se da siempre entre un Yo y un tú. "Mi amado es para mí y yo soy para mi amado" (Cant 6,3). 

Sin reciprocidad entre los que se aman no puede hablarse de amor. Y en ese sentido, se podría decir, como así es, en verdad, que somos nosotros los que necesitamos de Dios, con una necesidad tal que debe de traducirse en una respuesta de amor verdadero hacia Aquél que sabemos que nos ama y que nos lo ha demostrado

De Su amor hacia nosotros tenemos una seguridad absoluta. No tanto de nuestro amor hacia Él. Éste tiene que ser libre. Dios no nos puede imponer su Amor. Y si no lo amamos significa que no queremos saber nada con Él. Y entonces nos quedamos solos: "Si el grano de trigo que cae en tierra no muere se queda solo; pero si muere produce mucho fruto" (Jn 12, 24).

La necesidad que Dios ha querido tener de nosotros, puesto que nos ama y nos respeta, nunca será a expensas de que le dé igual la respuesta que le demos"El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en Él" (Jn 14, 23). Atentos a la premisa¡El que me ama guardará mis mandamientos! ... 

Si no guardamos sus mandamientos es que no lo amamos y no queremos saber nada con Él. Entonces, Él, que no puede obligarnos a amarle, nos deja con nuestra elección. Cada día nos da la posibilidad de cambiar, pero si dejamos que nuestra vida acabe y morimos con la libre elección de no querer saber nada de Dios, Dios accede a nuestro deseo (aun cuando no quiere eso para nosotros) y nos deja solos, en la soledad absoluta que supone la separación definitiva de Dios por toda la eternidad.

Esto es así, pues así viene recogido en las Sagradas Escrituras. Y éstas son palabra de Dios, palabras del Espíritu Santo. Hagamos caso de las palabras de Jesús: "Conviene que nosotros hagamos las obras de Aquél que me ha enviado mientras es de día., pues llegada la noche ya nadie puede trabajar" (Jn 9,4).

Nos jugamos mucho, nos lo jugamos todo en la respuesta que le demos a Dios: nada menos que la Vida Eterna. Y esta respuesta es para hoy. No hay que dejarla de un día para otro, porque entonces no se produce esa respuesta. De ahí que, a veces, lleguen a nuestros oídos -no sabemos exactamente de dónde- como una especie de música celestial que nos impele a cambiar de vida: "¡Ojalá escuchéis hoy su voz!. No endurezcáis vuestro corazón" (Sal 94, 7-8)

José Martí

viernes, 30 de junio de 2017

Han ido a por el cardenal Pell literalmente y mediante calumnias (Padre Santiago Martín)










Ésta es la noticia a la que se refiere el padre Santiago Martín visiblemente dolorido por las infames calumnias surgidas contra el cardenal Pell

Duración 4:13 minutos

En este mismo sentido se expresa The Wanderer en un artículo titulado "El humo de Satanás", en donde afirma lo siguiente, amén de otras muchas más cosas:

Todos los diarios del mundo han dado relevancia ayer a la decisión del cardenal Georges Pell de regresar a Australia para defenderse personalmente de los cargos de encubrimiento e, incluso, de abuso sexual con los que fue acusado en su país.
No me cabe la más mínima duda que es todo una gran mentira urdida por las Fuerzas Oscuras y expandida por los medios de prensa que están a su servicio. El mismo purpurado dice que todo comenzó hace dos años y desde entonces ha sido permanentemente acosado por parte del periodismo.
Curiosamente, hace justamente dos años el cardenal Pell cobró protagonismo durante el Sínodo sobre la Familia debido a su férrea defensa de los principios de la fe, y se comenzó a perfilar como papabile.
No es la primera vez que los grandes, o pequeños, medios de difusión “guardan”  la información de este tipo que poseen -verdadera o falsa-, para darla a conocer en el momento que mayor daño puede hacer. Es cuestión de repasar los hechos para comprobarlo.
En LifeSiteNews aparece también esta noticia, en donde el cardenal Pell confiesa ser inocente de todas estas calumnias que los medios están lanzando contra él.

Puede leerse igualmente el artículo de Aceprensa, de Michael Cook


Rome Reports da la noticia de modo escueto. Y éste es el comunicado de la Santa Sede.



José Martí

miércoles, 28 de junio de 2017

Después de la Academia para la Vida, cambia la cara también el Instituto para la Familia (Sandro Magister)



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Pasados por el tamiz uno después del otro, los nuevos miembros de la Pontificia Academia para la Vida nombrados el 13 de junio por el papa Francisco reservan cada día nuevas sorpresas.
Pero también en el colindante Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, también entregado por el Papa al cuidado de monseñor Vincenzo Paglia, se prepara un giro en la misma dirección.
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En la Pontificia Academia para la Vida hizo ruido inicialmente el nombramiento del teólogo moralista anglicano Nigel Biggar, partidario del aborto hasta las "18 semanas luego de la concepción".
Interpelado por Vatican Insider, monseñor Paglia intentó justificar el nombramiento afirmando que Biggar – aparte de las palabras intercambiadas en el 2011 con el filósofo y fogoso abortista Peter Singer – "no ha escrito nunca nada sobre el tema de aborto", y sobre el fin de la vida "tiene una posición absolutamente coincidente con la católica".
Pero no ha pasado mucho tiempo para descubrir que ambas aseveraciones no se corresponden con la verdad, y que Biggar ha expresado sus opiniones posibilistas sobre el tema del aborto en un artículo del 2015 en el “Journal de Ética Médica” y sobre el tema de eutanasia en su libro del 2014, titulado "Aiming to kill. The ethics of suicide and euthanasia".
Posteriormente se ha advertido que también otros nuevos académicos están muy lejos de las posiciones de la Iglesia:
- la sueca Katarina Le Blanc, del Karolinska Institutet, de Estocolmo, que utiliza células madre extraídas de embriones humanos fecundados in vitro;
- el japonés y premio Nobel Shinya Yamanaka, que aunque célebre por haber producido artificialmente células madre pluripotentes no excluye en absoluto que se continúen las investigaciones sobre la utilización de las células madre humanas, y explica por qué en un artículo publicado en la revista científica "Cell & Stem Cell".
- el judío israelí Avraham Steinberg, quien admite en algunos casos el aborto y la destrucción de los embriones para uso científico;
- el italiano Maurizio Chiodi, teólogo moralista de primer nivel, que en su libro "Etica della vita" se abre a la admisión de la procreación artificial, si es compatible con una “intención generadora".
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Entre tanto, como ya ocurrió para la Academia, también para el Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia está llegando un nuevo estatuto, que entrará inmediatamente en vigor con un quirógrafo del papa Francisco.
El instituto cambiará de nombre, ya no llevará más como título el nombre del Papa que lo fundó, se llamará "Instituto de Ciencias de la Familia" o algo parecido, y será incorporado a la Pontificia Universidad Lateranense, bajo la autoridad de su actual rector, monseñor Enrico dal Covolo.
Esta pérdida de autonomía del Instituto es justificado por los partidarios del nuevo curso asumido con la voluntad de reforzar el valor de los títulos de licenciatura en teología moral, de doctorado y de maestría que el mismo emite, para ampliar su oferta formativa integrándola con la de la universidad y de ampliar su horizonte internacional.
Pero aparte del hecho que el Instituto Juan Pablo II ya tiene numerosas sedes en Europa, Asia, África, América y Australia, un primer efecto práctico de este cambio será que su cuerpo docente podrá ser remodelado a gusto, ingresando nuevos profesores y nuevos investigadores tomados de la Universidad Lateranense y de otras universidades, pontificias o no.
Esto es suficiente para esquivar el muro erigido por sus actuales docentes, en su casi totalidad unidos para mantener firme la línea del fundador del Instituto, el papa Karol Wojtyla, y de sus tres primeros decanos: Carlo Caffarra, Angelo Scola y Livio Melina. Éste último fue removido el verano pasado y fue sustituido por el teólogo milanés PierAngelo Sequeri, contextualmente en el nombramiento de monseñor Paglia como Gran Canciller del Instituto. De Scola, creado cardenal y arzobispo de Milán, se sabe que fue el gran derrotado por Bergoglio en el cónclave del 2013. Mientras que de Caffarra, también él creado cardenal y hoy arzobispo emérito de Bolonia, se conoce la franqueza de palabra respecto al papa Francisco: es uno de los cuatro cardenales que le han pedido públicamente que arroje claridad sobre los "dubia" generados por su magisterio, justamente en materia de matrimonio y familia y que le han escrito recientemente para ser recibidos en audiencia. En ambos casos sin que el Papa se dignara darles una respuesta.
Un ejemplo de la línea "wojtyliana" sobre la cual continúan siendo acreditados los docentes del Instituto de la gestión anterior es el "Vademecum" sobre la interpretación de "Amoris laetitia", editado por los profesores José Granados, Stephan Kampowski y Juan José Pérez-Soba, en perfecta continuidad con el magisterio anterior de la Iglesia.
Pero ni siquiera faltan los primeros cambios de campo. El más clamoros es el de Gilfredo Marengo, desde el 2013 docente de Antropología Teológica en el Instituto. Era uno de los discípulos predilectos de Scola, cuando éste era decano y también después, mientras que ahora se lo encuenta en la orilla opuesta, con monseñor Paglia. No es casualidad que justamente se le haya encomendado a Marengo la tarea de coordinar la comisión – de la cual forma parte Sequeri, el actual decano del Instituto – que debería abrir el camino para una reinterpretación de la encíclica de Pablo VI "Humanae vitae" sobre la anticoncepción, a la luz de "Amoris laetitia".
Queda después por ver qué ocurrirá con las sedes periféricas del Instituto, también ellas poco dispuestas a someterse al nuevo curso de acción. La más poderosa es la de Washington, con un aguerrido cuerpo docene totalmente en la línea "wojtyliana" y muy bien financiada por los Caballeros de Colón, cuyo jefe supremo, Carl Anderson, es allí también docente y vicedecano.
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En todo caso, los alumnos y los docentes del Instituto Juan Pablo II hasta ahora a cargo de cátedras tiran para adelante, sin ceder.
En el próximo número de la revista del Instituto, "Anthropotes", aparecerá un artículo de Alberto Frigerio, un doctorado de Milán, qien critica a fondo el volumen "Amoris laetitia: un punto di svolta per la teologia morale" [Amoris laetitia: un momento crucial para la teología moral], a cargo de Stephan Goertz y Caroline Witting, editado en Italia por la editorial San Pablo, que expresa las posiciones más avanzadas de la teología alemana.
Y precisamente con el más conocido de los teólogos moralistas de Alemania, Eberhard Schockenhoff – autor de un reciente ensayo sobre "Stimmen der Zeit" que hizo mucho ruido –, ha cruzado espadas Livio Melina, el penúltimo decano del Instituto, durante un congreso celebrado en Nysa (Polonia), en la región de Silesia, con un centenar de teólogos moralistas polacos y con la presencia de dos obispos auxiliares, de Poznan y de Lublin.
Schockenhoff es una autoridad no sólo en Alemania, sino también fuera de ella. La Conferencia Episcopal de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia quiso escuchar precisamente a él en una jornada de estudio sobre "Amoris laetitia", llevada a cabo en Hamburgo hace dos meses.
Pero Melina contradijo punto por punto las posiciones del teólogo alemán, mostrando la falta de fundamentación del presunto "cambio de paradigma" que muchos asocian al magisterio del papa Francisco. Y los obispos de Polonia, en sus lineamientos para la aplicación de "Amoris laetitia", concuerdan en forma plena con él.
La conferencia de Melina, pronunciada el 12 de junio, será publicada también en el próximo número de "Anthropotes", con el título: "Los desafíos de 'Amoris laetitia' para un teólogo de moral"
Sandro Magister