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viernes, 3 de marzo de 2017

Flor de papa (The Wanderer)




Decía Muriel Spark que las mentiras son como moscas que vuelan de aquí para allá, chupando la sangre del cerebro de las personas en las que se posan. La crítica continua y desasosegada a Bergoglio puede someternos a ese mismo tipo de insectos. No estoy sufriendo el síndrome de Estocolmo ni de cualquier otra ciudad sueca. Estoy pensando, sencillamente.

Como bien decía un comentarista, centrarnos en la crítica encarnizada a Bergoglio nos hace perder la perspectiva

O bien, hace que nos concentremos en la flor blanca de la papa y nos olvidemos de que, en realidad, lo más peligroso e importante es el tubérculo que está enterrado y no vemos

No digo que debamos quedarnos callados frente a la vulgaridad de la flor de la patata, pero no vale la pena que comencemos todos los meses una batalla planetaria para erradicarla. Es cuestión de tener un poco de paciencia. El sol la agostará a su tiempo, que será más temprano que tarde, o bien, algunas otras plantas voraces terminarán por abrazarla. 

Al respecto, apareció ayer una nota en The Times de Londres, en la que Philip Willian, corresponsal en Roma, afirma que muchos de los cardenales que votaron a Bergoglio, así como toda la Curia, están tomando distancia de él y quieren persuadirlo para que se retire y así evitar un posible cisma

Un miembro de la Curia que cita el Times sin dar su nombre dice que aunque el malestar existe, no cree que sea posible presionar a este Papa [¿pero al anterior sí?], debido a su carácter autoritario hasta que no complete las reformas revolucionarias que tienen en carpeta, y que -según esta fuente- están causando un daño enorme.

Repasemos las dos asonadas más importantes de los últimos meses contra la blanca flor de la papa:

1. Los Cuatro Mosqueteros con sus dubia. No pasó (ni pasará) nada. Todo quedó en aguas de borrajas. Bergoglio no se dignó responder, y ciertamente no lo hará. Para lo que sirvió el batifondo que se armó fue para encender la hoguera para el cardenal Burke y para que muchos obispos que, discretamente, habrían prohibido la comunión a los recasados en sus diócesis, hoy anden a tientas y con sus propias dudas, a fin de no quedar pegados en el grupo de cardenales preguntones y rebeldes. Ya sabemos que la valentía no es una característica episcopal, y muchos están temerosos a oponerse y jugarse por la doctrina del Evangelio, sencillamente porque temen ser misericordiados.

2. La gallarda declaración de guerra de los caballeros de la Orden de Malta. No pasó de ser una bravata que terminó en un paso de comedia: el Gran Maestre renunciando al primer grito de Bergoglio. Lo que se obtuvo como resultado fue la incineración total del cardenal Burke, que ya no servirá ni para usar la cauda púrpura y el desmantelamiento de la Orden de Malta. Me juego a que durante el periodo de “normalización” en el que se encuentra, cambiarán los estatutos a fin de eliminar la exigencia de que el Gran Maestre sea un caballero de justicia, con lo cual la Orden dejará de ser religiosa, y pasará a ser la competencia de la Cruz Roja.

Me auguro que el último disparate que se está proponiendo - el pedido de dimisión de Mons. Paglia y Mons. Sánchez Sorondo- terminará de la misma manera, o peor. 

A quién se le puede ocurrir que Bergoglio -¡nada menos que Bergoglio!- se dejará presionar por el pedido de quinientos fieles y tres asociaciones. Se matará de la risa mientras toma mate con Tucho Fernández. Por supuesto que a Paglia y, sobre todo a Sánchez Sorondo, habría que mandarlos de confesores a algún carmelo de la zona más inhóspita de África, pero el modo no es pidiendo a los gritos su dimisión encaramados en un atalaya medieval. ¿Qué se pretende lograr con eso? ¿El éxito del pedido? ¿O más bien un protagonismo altisonante?

Una vez más: Bergoglio no es más que la blanca flor de la papa. El problema no es él. El problema es el tubérculo que está debajo

Dicho de otro modo, Bergoglio es la exposición vergonzosa de la realidad de la Iglesia Católica, y me parece saludable que salga a la luz. Mientras el pus está escondido y no se manifiesta, la infección continúa su camino devastador

Pablo VI y Juan Pablo II, con documentos más o menos ortodoxos y con gestos más o menos elegantes, cubrían la podredumbre que había debajo. Francisco la muestra casi con orgullo en cada una de sus palabras y de sus actitudes. Recuerda al “día del villero” institucionalizado los kirchneristas: “Soy villero, y qué”. 

Es por eso que el pontificado de Francisco puede ser la oportunidad de una verdadera renovación católica de la Iglesia. Si es que aún queda historia (como acotan varios comentaristas ... puede que estemos ya en el final), quien lo suceda tendrá la oportunidad de construir de nuevo lo que comenzó a agrietarse en Trento, a desmoronarse desde hace al menos un siglo y medio y terminó de derrumbarse en los ’60, durante el fatídico Concilio

La condición es atacar la papa y no entretenernos en cortar la flor.

The Wanderer

"MASTERPLAN" PARA DESTRUIR LA IGLESIA CATÓLICA por Javier Navascués

Duración 16:27 minutos

QUIEREN CARGARSE LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA (Eulogio López, director de Hispanidad)

Duración 2:01 minutos

MEDJUGORJE. "Mucho de lo que allí pasa no es católico ni sano" (Monseñor Schnëider)


Duración 5:44 minutos

jueves, 2 de marzo de 2017

BLASFEMIA EN CANARIAS. "El amanecer del triunfo cristiano llegará cuando arrecie la persecución contra los cristianos: ¡ahora!" (Eulogio López)

Sale una -o uno- ‘drag queen’ crucificado (no en serio, se lo aseguro, la crucifixión era una cosa muy dolorosa) y le dan un premio en el Carnaval de Las Palmas, en una actividad muy cultural patrocinada un día antes, con gran entusiasmo, por la RTVE que controla Mariano Rajoy. Una blasfemia que supone, tristemente, un episodio más de la persecución contra los cristianos que arrecia en España.
Luego está la horterada de la transgresión. Por supuesto que es transgredir (violar un precepto, ley o estatuto). Por trasgredir la ley es por lo que meten a la gente en la cárcel. Salvo que se transgreda y se blasfeme e insulte a Cristo y a la Santísima Virgen. Entonces no: entonces los jueces dicen que es una cuestión de libertad de expresión. Como ocurrió con la gran poetisa catalana Dolors Miquel, puro lirismo.
Ha hecho bien el obispo de Las Palmas, monseñor Cases, en convocar una misa de desagravio por la blasfemia. Ahora no estaría de más que alguien del Partido Popular, ese partido valiente donde los haya, repruebe al miserable autor, a los miserables que le aplaudieron y premiaron y a los miserables que organizaron este adefesio… para terminar con el miserable de Mariano Rajoy a quien nadie llama la atención -¡ni tan siquiera Ciudadanos!- por el hecho de que la televisión pública retrasmita, publicite y promocione un espectáculo tan imbécil como el de la ‘drag queen’ del Carnaval de Canarias.
El obispo de Las Palmas, monseñor Francisco Cases, se ha quejado y ha organizado una Eucaristía de Desagravio. Hace bien. El ofendido, antes que los cristianos, es Cristo.
Y señores: esto no ha hecho más que empezar. Y hay que hacerle frente. De entrada, no consumas coche Citroën, ni Trident ni multiópticas, patrocinadores de la gala. Y si no, que se desliguen del adefesio.
En cualquier caso, la blasfemia duele, pero escuchar la chorrada de que no quería ofender, también duele. No hay que añadir la hipocresía a la infamia.
Es como cuando Rita Maestre aseguraba ante el juez que enseñar las tetas en una iglesia no era ninguna ofensa. Es lo que ella hace cada día, por ejemplo, en los actos solemnes del Ayuntamiento de Madrid.
Es la era de la blasfemia. Suma y sigue. Y hay que hacerle frente. No se puede uno quedar cruzado de brazos.
Hilaire Belloc explicaba todo esto de la siguiente guisa en su obra Sobrevivientes y recién llegados: “si me preguntan qué signo podemos buscar para demostrar que la resurrección del cristianismo y de la Iglesia, probablemente definitiva, está al alcance de la mano, respondería utilizando una palabra que el mundo moderno ha olvidado: ‘persecución’. Cuándo ésta esté nuevamente en acción, será el amanecer”.
O sea, ahora mismo.
Eulogio López

Un ilusorio circuito de retroalimentación papal (Christopher Ferrara)



Mientras su pontificado se aproxima a su cuarto aniversario, el papa Francisco demuestra más que nunca una convicción megalomaníaca de que él puede hacer con la Iglesia y su enseñanza lo que a él le plazca. 

Alabando su absurdamente titulada Exhortación “Apostólica” que abre la puerta de la sagrada comunión a los adúlteros públicos, Francisco dijo a la congregación general de jesuitas reunidos en Roma el octubre pasado que Amoris Laetitia representa nada más y nada menos que un cambio radical en la visión de la Iglesia sobre “toda la esfera moral,” que cuando él era seminarista “se restringía a ‘tú puedes,’ ‘tú no puedes,’ ‘hasta aquí sí, pero hasta allá no.’ Era una moral muy lejana al discernimiento.”

Como “moral muy lejana al discernimiento” Francisco describe la enseñanza moral de la Iglesia durante los 2.000 años antes de su llegada a Roma, incluyendo su tiempo como seminarista. Por “discernimiento” se refiere a la completa novedad en la teología moral que él mismo introdujo en el capítulo VIII de AL: una forma de ética casuística que hasta ahora aplicó sólo a la actividad sexual fuera del matrimonio. Él se atreve a atribuir su ética casuística sexual a Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura, quienes, según él, “afirman que el principio general vale para todos, pero — lo dicen explícitamente —, a medida que se baja a los particulares la cuestión se diversifica y se dan muchos matices sin que por eso cambie el principio.”

Como muchas otras cosas que dice el papa Bergoglio, esto es falso y engañoso. En la Summa Theologiae (I-II, Q. 94, Art. 4), Santo Tomás observa que mientras “la ley natural, en cuanto a los primeros principios universales, es la misma para todos los hombres, tanto en el contenido como en el grado de conocimiento. Mas en cuanto a ciertos preceptos particulares…pueden ocurrir algunas excepciones, ya sea en cuanto a la rectitud…ya sea en cuanto al grado del conocimiento, debido a que algunos tienen la razón oscurecida por una pasión, por una mala costumbre o por una torcida disposición natural. Y así cuenta Julio César en VI De bello gallico que entre los germanos no se consideraba ilícito el robo a pesar de que es expresamente contrario a la ley natural.”

Lo que Santo Tomás describe como una razón oscurecida que produce resultados inmorales surgidos de la pasión, de una mala costumbre o disposición, en “algunos casos”, Francisco eleva como nuevo estándar de responsabilidad moral en asuntos sexuales. Mientras que los antiguos germanos pensaban que el robo era moralmente permisible, Francisco nos quiere hacer creer ahora que el sexto mandamiento tiene una aplicación “diversificada” según las circunstancias del adulterio.

Como un río que se desborda y provoca la devastación del territorio aledaño, el desborde de la magalomanía Bergogliana amenaza con socavar no sólo la enseñanza inmutable de la Iglesia sobre la maldad intrínseca de las relaciones sexuales sino también la firme condena de la maldad intrínseca de la anticoncepción. 

En la misma reunión con sus subversivos colegas jesuitas, Bergoglio declaró que el padre Bernard Häring, “teólogo” modernista de traje y corbata que de manera infame discrepó con Humanae Vitae, “fue el primero que empezó a buscar un nuevo camino para hacer reflorecer la teología moral.” 

Es decir, con su novedad del “discernimiento,” Francisco se ve a sí mismo como un salvador de la teología moral católica en lo referente a la sexualidad. Para él, “el discernimiento es el elemento clave: la capacidad de discernimiento.” De otra manera, “corremos el riesgo de habituarnos al ‘blanco o negro’ y a lo que es legal.” 

Entonces tenemos un Papa para quien no hay un nítido blanco o negro, bien o mal, cuando se trata del comportamiento sexual pero , sin embargo, nada, excepto blanco o negro, bien o mal, cuando se trata de asuntos contingentes y notablemente debatibles como la política inmigratoria nacional o el “cambio climático”

Es más, Francisco insiste con que toda la Iglesia debe adecuarse a su nuevo estándar de moralidad sexual, comenzando con los sacerdotes en formación: “Una cosa es clara: hoy en una cierta cantidad de seminarios ha vuelto a reinstaurarse una rigidez que no es cercana a un discernimiento de las situaciones. Y eso es peligroso, porque nos puede llevar a una concepción de la moral que tiene un sentido casuístico.” 

¿Y qué es esta “rigidez que no es cercana a un discernimiento de las situaciones”? No es más que la enseñanza moral infalible de la Iglesia, contrapuesta al “discernimiento” Bergogliano. Sin dudas, es la misma enseñanza que Bergoglio encontró cuando era seminarista. Pero lo que la Iglesia siempre enseñó no debe estar permitido en los seminarios Bergoglianos, en los que el “discernimiento” debe ser ahora la palabra maestra para gobernar la teología moral. Dado que, como declaró Francisco unos días atrás: “en la Iglesia y en el mundo es el tiempo del discernimiento.” Francisco ve su llegada a Roma como un evento que marca el nacimiento de una nueva era moral.

Sin embargo, esta convicción megalomaníaca de que “puede hacer nuevas todas las cosas (Rev. 21:5)” difícilmente se limite a la esfera de la moralidad sexual. Recordemos el “sueño” Bergogliano enunciado en el manifiesto Evangelii Gaudium: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la auto-preservación.”

Observen la oposición megalomaníaca entre el sueño de Francisco y la auto-preservación de la Iglesia. Ahora parece que ni la enseñanza infalible en contra la ordenación de las mujeres está protegida de tal “sueño”. Francisco pareció defender dicha enseñanza durante una de sus conferencias de prensa aéreas: “sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, la última palabra es clara y la dio San Juan Pablo II y esto permanece.” Evidentemente, sin embargo, “la última palabra es clara” no debe entenderse simplemente como “la última palabra.” 

Hace unos días comenzó a asomarse un globo a modo de prueba, del tamaño de un zepelín, relacionado con la ordenación de mujeres sacerdotes. En un artículo de La Civiltà Cattolica, la revista jesuítica respaldada por la Santa Sede y editada por el “vocero” de Bergoglio, Antonio Spadaro, S.J., el editor adjunto Giancarlo Pani, otro jesuita modernista, desafió abiertamente la declaración infalible de Juan Pablo II en Ordinatio Sacerdotalis, que la Iglesia “no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.” Pani declaró:

A juicio de ‘La Civiltà Cattolica’, no sólo se debe poner en duda la infalibilidad y el carácter definitivo del “no” de Juan Pablo II a las mujeres sacerdotes, y aún más importante que este “no” son los válidos desarrollos que en el siglo XXI han tenido en cuenta la presencia y el rol de la mujer en la familia y en la sociedad.

No se puede recurrir siempre al pasado, como si solamente en el pasado hubiera indicaciones del Espíritu. También hoy el Señor guía a la Iglesia y sugiere asumir con valentía perspectivas nuevas.

Seguramente fue Francisco quien lanzó el zepelín. Pani concluye que Francisco “no se limita a lo que ya se conoce, sino que quiere adentrarse en un campo complejo y actual, para que sea el Espíritu quien guíe a la Iglesia.” 

Sin dejar lugar a dudas sobre su aprobación del golpe de Pani al dogma del sacerdocio sagrado, Francisco se dirigió a los empleados de La Civiltà Cattolica unos días más tarde, felicitándolos públicamente “por haber acompañado fielmente cada pasaje fundamental de mi pontificado.”

En la misma reunión, Francisco compartió con sus colegas jesuitas algo más de ese palabrerío modernista que caracteriza lo que se revela cada vez más como un pontificado radicalmente anticatólico, por increíble que parezca:

“¡Permanezcan mar adentro! El católico no debe tener miedo al mar abierto, no debe buscar reparo en puertos seguros….”
“Ustedes como jesuitas eviten aferrarse a certezas y seguridades. El Señor nos llama a salir en misión, a remar mar adentro y a no jubilarnos para conservar certezas.”
“Sólo la inquietud da paz al corazón de un jesuita…”
“Si quieren vivir en puentes y en fronteras vuestra mente y vuestro corazón deben ser inquietos.”
“Tienen que ser escritores y periodistas del pensamiento ‘incompleto’, es decir abierto y no cerrado ni rígido. La certeza de la fe sea más bien el motor de vuestra búsqueda. Déjense guiar por el espíritu profético del Evangelio para tener una visión original, vital, dinámica, no obvia. [!]”
“El pensamiento rígido no es divino porque Jesús asumió nuestra carne que no es rígida, si no en el momento de la muerte.”

¿Qué podemos decir sobre un Papa teológicamente amateur que menosprecia públicamente la teología “obvia”, hace un serio llamado al “pensamiento incompleto”, compara la ortodoxia intransigente con el rigor mortis de un cadáver, y no siente remordimiento al socavar la enseñanza infalible de la Iglesia sobre la fe y la moral? ¿Cómo debemos enfrentar esta burla de papado que no deja de empeorar? 

No hay duda que tenemos el deber de dar nuestra opinión en contra de este pontificado destructivo, y más y más católicos lo están haciendo pública e incluso severamente. Y a estas alturas, estamos tentados de pensar que la burla es la única forma efectiva de oponerse a un Papa que ignoró todas las tratativas respetuosas, incluso de cardenales. Quizás burlarse de su burla es todo lo que nos queda. Por eso recientemente vimos carteles burlones de Francisco por toda Roma y una parodia de L’Osservatore Romano enviada por correo electrónico a cardenales, obispos y personal del Vaticano, en la que Francisco finalmente responde la dubia de los cuatro cardenales por “Sí y No” a cada pregunta. 

Pero, dejando de lado la prestigiosa dignidad del oficio papal, al que difícilmente le corresponde la burla, no creo que la burla resulte en algo bueno, a pesar de aliviar nuestra angustia a nivel emocional. Porque me parece que la explicación más caritativa de este pontificado—no, la única explicación caritativa—es que José Mario Bergoglio sufre de un trastorno delirante que lo hace inmune a cualquier forma de crítica.

Por esto me refiero a “uno o más delirios de pensamiento para nada extraños” del “tipo de grandiosidad” que supone “una relación especial con Dios”—en este caso, el “Dios de las sorpresas” que no es más que el alter ego de Francisco, actuando en un circuito ilusorio de retroalimentación que produce un estado de certeza subjetiva e incluso calma.

Tal delirio de grandeza no sería incompatible con los violentas estallidos temperamentales que Bergoglio ha demostrado, dado que con los trastornos delirantes “los episodios del estado de ánimo son relativamente breves comparados con la duración total de los períodos de delirio.” 

Y de eso se trata, creo yo. Sólo un trastorno delirante podría explicar cómo un hombre que provoca desacuerdos, desorden y división en la Iglesia como ningún otro Papa en la historia, mientras trama y planea la neutralización sistemática de sus críticos ortodoxos, puede (tal como reveló recientemente) dormir tranquilamente cada noche, escribir a San José cartas piadosas sobre sus problemas, y mantener “una sana actitud ‘despreocupada’” mientras experimenta “una profunda sensación de paz, que nunca se ha ido.”

¿Entonces cómo enfrentamos esta burla de papado? 

Con oraciones constantes por el Papa y la Iglesia, por supuesto, pero también con la constante defensa pública de la verdad contra los muchos errores del falso Magisterium Bergogliano de comentarios informales, guiños y asentimientos, y documentos escritos deliberadamente para decir que Sí y que No al mismo tiempo mientras su autor mantiene el silencio sepulcral en respuesta a preguntas respetuosas sobre lo que realmente quiso decir—¡como si no lo supiéramos!

Pero que nadie piense que Francisco pueda avergonzarse y cambiar su curso debido a burlas u otras formas de crítica. Los delirios no conocen la vergüenza. “Estoy en paz. No sé cómo explicarlo,” dice el hombre de Argentina. Tampoco nosotros, salvo por la explicación de que delira profundamente

Es eso, o los católicos ortodoxos deliran por pensar que las doctrinas de la fe reveladas por Jesucristo y los Apóstoles, y preservadas intactas por dos mil años en el Magisterio de la Iglesia y su disciplina, son verdades inmutables que ni siquiera un Papa puede alterar.

¿Qué alternativa le parece más probable a usted, querido lector?

Christopher A. Ferrara

[Traducido por Marilina Manteiga. Artículo original.]

Tras los últimos escándalos, pidamos la dimisión de monseñor Paglia y monseñor Sánchez Sorondo (Roberto de Mattei)


En estos dos cortos vídeos, tomados de Gloria TV, se hace referencia, precisamente, a lo que escribe aquí Roberto de Mattei.

Duración: 38 segundos


Duración: 34 segundos

Entre los episodios que últimamente han escandalizado al mundo católico, hay dos que están teniendo una resonancia particular. 

El primero lo constituyen los excesivos elogios de Marco Pannella por parte de monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, con motivo de la presentación en la sede del Partido Radical de la autobiografía póstuma del mencionado Marco Panella, en la que expresó «el espíritu de Marco nos ayude a vivir encaminados en la misma dirección».

El segundo episodio es la ponencia presentada en el Vaticano, a invitación de monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, por el doctor Paul Ehrlich, destacado exponente de la cultura de la muerte contemporánea

Lo que tiene en común el biólogo alemán con Marco Pannella es que, al igual que el presidente del Partido Radical, Ehrlich propugna el aborto y es enemigo declarado de la Iglesia Católica

Ahora bien, mientras que las declaraciones de monseñor Paglia fueron extemporáneas y más o menos delirantes, Sánchez Sorondo había hecho una invitación formal a Ehrlich en calidad de canciller de las Pontificias Academias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales.

Sánchez Sorondo es, como Paglia, hombre de confianza del papa Francisco, y «el Papa ha recibido millares de solicitudes para que se ponga fin a este escándalo, que por el contrario continúa», según ha afirmado Maria Madise de la asociación Voice of the Family, comunicando que se había enviado al Sumo Pontífice una petición suscrita con más de 10.000 firmas, en la que se les pedía que impidiese que Ehrlich pronunciara la conferencia en el Vaticano.

Como recuerda un comunicado de prensa difundido por la propia Voice of Family junto con LifeSiteNews.com, la Fundación Lepanto y la asociación Famiglia Domani, Ehrlich es uno de los más notorios exponentes del neomalthusianismo y la promoción del aborto. En 1968 publicó el superventas La explosión demográfica, en el cual profetiza un futuro en el que la humanidad alcanzará una superpoblación dramática y, a fin de evitarla, hace un llamamiento a favor del control forzado de la natalidad.

A pesar de que la realidad ha desmentido ostensiblemente sus predicciones, Ehrlich sigue defendiendo el aborto selectivo y la esterilización masiva como medios legítimos para mantener a la población dentro de unos límites. Sus ideas se han impuesto a la fuerza en países como China, la India y Kenia, y lo hacen responsable de millones de muertos y abortos.

En una entrevista concedida en 2011 a Mara Hvistendahl, Ehrlich continúa defendiendo el aborto selectivo, y afirma que «sería conveniente otorgar al pueblo el derecho a elegir para que haya pocos niños, sólo los que se quieran tener». Explicaba además que la selección del sexo por medio del aborto e incluso el infanticidio sería mejor destino para la mujer que el que le esperaría en un planeta superpoblado.

Y en un artículo publicado en 2015, Ehrlich calificó al catolicismo de «peligroso» por su postura adversa al control de natalidad. En el mismo año criticó abiertamente la encíclica 'Laudato Si’ del papa Francisco por los pasajes en los que se opone a la regulación de nacimientos. 

En 2014 declaró: «El Papa y muchos obispos constituyen un grave mal y forman parte de las fuerzas regresivas del planeta que, a mi juicio, están interesadas en mantener su poder».

John Henry Westin, que anima el portal LifeSiteNews.Com, ha afirmado que, al no intervenir en contra de Ehrlich, «el papa Francisco incumple el deber de defender la fe que encomendó Cristo a la Iglesia», y añade: «En una entrevista, Ehrlich nos confesó que estaba entusiasmado con el rumbo que está imprimiendo Francisco a la Iglesia católica».

La invitación hecha por el Vaticano a Ehrlich supone, por tanto, un escándalo que aumenta considerablemente la confusión ya reinante en la Iglesia. Tal vez monseñor Sánchez Sorondo piense de Ehrlich lo mismo que dijo monseñor Paglia de Pannella: «Es un hombre de gran espiritualidad»; «Su desaparición es una grave pérdida para nuestro país» y «su espíritu continúa soplando». Fue «el inspirador de una vida más hermosa, no sólo para Italia, sino para nuestro mundo, que necesita más que nunca hombres que sepan hablar como él (…) Ojalá el espíritu de Marco nos ayude a vivir encaminados en la misma dirección» (las citas se pueden verificar en Youtube).

Algunas asociaciones y publicaciones católicas han solicitado la dimisión de monseñor Vincenzo Paglia de sus cargos de presidente de la Pontificia Academia para la Vida y de canciller del Pontificio Instituto Juan Pablo II para el estudio del Matrimonio y la Familia. Por razones análogas, pedimos la dimisión de monseñor Marcelo Sánchez Sorondo de sus cargos de canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales.

Roberto de Mattei
(Traducido por J.E.F)

MEDJUGORJE ES UN FRAUDE


Duración 9:36 minutos

Este vídeo tiene cinco meses. Pues bien: el Vaticano le ha dado la razón. Podemos leerlo, por ejemplo, en Adelante la Fe, en un artículo titulado "Para que conste: el Obispo diocesano local confirma que Medjugorje es un fraude" de Rorate Caeli, con fecha 1 de marzo de 2017. Más información en Secretum Meum Mihi

miércoles, 1 de marzo de 2017

¡Siguen aumentando: 64 Prelados (28 Cardenales, 10 Arzobispos y 26 Obispos) apoyan las "dubia" sobre "Amoris laetitia" enviadas al Papa Francisco!




Según Catholicvs son ya 64 prelados [28 Cardenales, 10 Arzobispos y 26 Obispos] los que apoyan las "dubia" sobre "Amoris laetitia" enviadas al Papa Francisco, que defienden la Doctrina y Magisterio de la Iglesia sobre el Matrimonio y que rechazan dar los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía a los adúlteros. 

Este este último enlace se incluye también a S. E. R. Mons. Terrence Thomas Prendergast, S. I., Arzobispo de Ottawa, conforme a las noticias aparecidas en LSN (ver aquí), de modo que la lista completa, por el momento, quedaría así:

CARDENALES


  1. S. E. R. Walter Card. Brandmüller, Presidente emérito del Comité Pontificio de Ciencias Históricas.
  2. S. E. R. Raymond Leo Card. Burke, ex Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y Patrón de la ex Soberana Orden de Malta.
  3. S. E. R. Carlo Card. Caffarra, Arzobispo emérito de Bolonia (Italia)
  4. S. E. R. Joachim Card. Meisner, Arzobispo emérito de Colonia (Alemania).
  5. S. E. R. Robert Card. Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
  6. S. E. R. Paul Josef Card. Cordes, Presidente emérito del Pontificio Consejo "Cor Unum".
  7. S. E. R. George Card. Pell, Prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede.
  8. S. E. R. Wilfrid Fox Card. Napier, Arzobispo de Durban (Sudáfrica).
  9. S. E. R. Gerhard Ludwig Card. Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
  10. S. E. R. Renato Raffaele Card. Martino, Cardenal Protodiácono, Presidente emérito del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, Presidente emérito del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y ex Observador Permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas.
  11. S. E. R. Camilo Card. Ruini, Vicario General emérito de Su Santidad para la diócesis de Roma, ex Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Arcipreste emérito de la Basílica Papal de Letrán, Gran Canciller emérito de la Pontificia Universidad Lateranense y Presidente emérito de "Peregrinatio ad Petri Sedem".
  12. S. E. R. Francis Card. Arinze Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
  13. S. E. R. Angelo Card. Scola, Arzobispo de Milán (Italia).
  14. S. E. R. Ennio Card. Antonelli, Arzobispo emérito de Florencia (italia) y Presidente emérito del Pontificio Consejo para la Familia.
  15. S. E. R. Joseph Card. Zen Ze-kiun, S.D.B., Arzobispo emérito de Hong Kong (China).
  16. S. E. R. Velasio Card. De Paolis, Presidente emérito de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede.
  17. S. E. R. Moran Mor Baselios Card. Cleemis, Arzobispo Mayor de Trivandrum, Catholicós de la Iglesia católica siro-malankar y Presidente de la Conferencia Episcopal de la India.
  18. S. E. R. Dominik Jaroslav Card. Duka, O.P., Arzobispo de Praga y Primado de la República Checa.
  19. S. E. R. John Olorunfemi Card. Onaiyekan, Arzobispo de Abuya (Nigeria).
  20. S. E. R. Willem Jacobus Card. Eijk, Arzobispo de Utrecht (Países Bajos).
  21. S. E. R. Thomas Christopher Card. Collins, Arzobispo de Toronto (Canadá).
  22. S. E. R. Daniel Nicholas Card. DiNardo, Arzobispo de Galveston-Houston (EE.UU.) y Presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.
  23. S. E. R. Timothy Michael Card. Dolan, Arzobispo de Nueva York (EE.UU.).
  24. S. E. R. John Card. Njue, Arzobispo de Nairobi y Presidente de la Conferencia Episcopal Keniana.
  25. S. E. R. Elio Card. Sgreccia, Presidente emérito de la Academia Pontificia para la Vida.
  26. S. E. R. Antonio María Card. Rouco Varela, Arzobispo emérito de Madrid y ex Presidente de la Conferencia Episcopal Española.
  27. S. E. R. Jorge Liberato Card. Urosa Savino, Arzobispo de Caracas y Presidente "ad honorem" de la Conferencia Episcopal Venezolana.
  28. S. E. R. Jānis Card. Pujats, Arzobispo emérito de Riga y ex Presidente de la Conferencia Episcopal Letona.


ARZOBISPOS

  1. S. E. R. Mons. Stanisław Gądecki, Arzobispo Metropolitano de Poznań, Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca y Vicepresidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa.
  2. S. E. R. Mons. Charles Joseph Chaput, O.F.M. Cap., Arzobispo Metropolitano de Filadelfia (EE.UU.).
  3. S. E. R. Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata (Argentina).
  4. S. E. R. Mons. Tomash Peta, Arzobispo Metropolitano de la Archidiócesis de Santa María en Astaná (Kazajistán).
  5. S. E. R. Mons. Jan Pawel Lenga, Arzobispo emérito de Karagandasu (Kazajistán).
  6. S. E. R. Mons. William E. Lori, Arzobispo de Baltimore, Maryland (EE.UU.).
  7. S. E. R. Alexander K. Sample, Arzobispo de Portland (EE.UU.).
  8. S. E. R. Mons. Richard W. Smith, Arzobispo de Edmonton (Canadá).
  9. S. E. R. Mons. Gerard Pettipas, CSsR, Arzobispo de Grouard-McLennan (Canadá). 
  10. S. E. R. Mons. Terrence Thomas Prendergast, S. I., Arzobispo de Ottawa 

OBISPOS

  1. S. E. Mons. Fernando Arêas Rifan, Obispo de la Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney (Brasil).
  2. S. E. Mons. Steven Lopes, Obispo del Ordinariato Personal de la Cátedra de San Pedro (EE.UU.).
  3. S. E. Mons. Jan Wątroba, Obispo de Rzeszów y Presidente del Consejo para la Familia de la Conferencia Episcopal Polaca.
  4. S. E. Mons. José Francisco Ulloa Rojas, Obispo de Cartago y Presidente de la Comisión de Familia y Comunidad de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.
  5. S. E. Mons. Ratko Peric, Obispo de Mostar-Duvno (Bosnia y Herzegovina).
  6. S. E. Mons. Vitus Huonder, Obispo de Coira -Chur- (Suiza).
  7. S. E. Mons. Antonio C. Rossi, Obispo de Frederico Westphalen (Brasil).
  8. S. E. Mons. David Kagan, Obispo de Bismarck, Dakota del Norte (EE.UU.).
  9. S. E. Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares (España).
  10. S. E. Mons. Scott MacCaig, Obispo del Ordinariato Militar de Canadá.
  11. S. E. Mons. Philip Egan, Obispo de Portsmout (Reino Unido).
  12. S. E. Mons. Thomas J. Olmsted, Obispo de Phoenix (EE.UU.).
  13. S. E. Mons. James Conley, Obispo de Lincoln, Nebraska (EE.UU.).
  14. S. E. Mons. Ignazio Zambito, Obispo dee Patti (Italia).
  15. S. E. Mons. Juan Rodolfo Laise, OFMCap, Obispo emérito de San Luis (Argentina).
  16. S. E. Mons. Taras Senkiv, O.M., Obispo de Stryi (Ucrania).
  17. S. E. Mons. Frederick Henry, Obispo de Calgary (Canadá).
  18. S. E. Mons. Mark Hagemoen, Obispo de Mackenzie-Fort Smith (Canadá).
  19. S. E. Mons. Paul Terrio, Obispo de St. Paul (Canadá).
  20. S. E. Mons. Adriano Langa, Obispo de Inhambane (Mozambique).
  21. S. E. Mons. Jonas Kauneckas, Obispo de Panevėžys (Lituania).
  22. S. E. Mons. Anthony Lee Kok Hin, Obispo emérito de Miri (Malasia).
  23. S. E. Mons. Gregory J. Bittman, Obispo auxiliar de Edmonton (Canadá).
  24. S. E. Mons. Jósef Wróbel, Obispo titular de Suas y auxiliar de Lublin (Polonia).
  25. S. E. Mons. Athanasius Schneider, Obispo titular de Celerina y auxiliar de María Santísima en Astaná (Kazajistán).
  26. S. E. Mons. Andreas Laun, Obispo auxiliar de Salzburgo, miembro de los Oblatos de San Francisco de Sales y Profesor de Teología Moral en la Facultad de Filosofía y Teología de Heiligenkreuz (Austria).
CATHOLICVS

NOTA: El 6 de marzo esta lista aumenta a 66. Pinchar aquí

martes, 28 de febrero de 2017

¡Estrenamos Misal! (por Javier Sánchez Martínez)




Una presentación sintética puede servirnos de ayuda para captar qué es el Misal romano, qué significa una nueva edición y cuál son sus principales cambios. Conocerlo será mejor nuestra vivencia y participación en la santa Eucaristía… porque lo vamos a estrenar este I Domingo de Cuaresma y es obligatorio para todas las iglesias, parroquias, monasterios, conventos…

¿Qué es el Misal?

* El Misal es el libro que contiene los textos y oraciones para celebrar la Santa Misa, el libro del altar. En sus primeras páginas ofrece toda la normativa y explicaciones de cómo se ha de celebrar paso a paso (se llama “Ordenación General del Misal Romano”).

* Aunque sea el libro del altar, no es el libro del sacerdote y para el sacerdote; porque la Eucaristía es sacramento de la Iglesia a todos nos incumbe.

* El Misal busca la participación plena, consciente, interior, fructuosa de todos: que vivamos más y mejor la Santa Misa tomando parte de ella y ofreciéndonos con Cristo al Padre.

* El Misal es de toda la Iglesia y para todos los fieles también; el mejor libro para orar. El Misal nos enseña a orar y cómo ora y celebra la Iglesia. Sirve por tanto para la oración personal y para prepararnos a la Misa.

¿Por qué una nueva edición? 

-La 3ª edición del Misal Romano en latín es de 18 de marzo de 2002, con algunas correcciones en 2008. Una vez publicado el Misal en latín, hay que traducirlo a todas las lenguas y que la Santa Sede apruebe esta traducción.

-En la edición castellana destaca sobre todo la traducción que es muy fiel al latín, sin reinterpretar nada, como ya se hizo con los nuevos Leccionarios. Y es que una Instrucción de 2001, “Liturgiam authenticam”, de la Cong. para el Culto divino, pedía que se revisaran todos los Misales y leccionarios en todas las lenguas y se buscase una traducción que no interpretase, sino que fuese lo más literal posible al original en latín.

“Algunas novedades” del nuevo Misal

- Santos que han subido de categoría litúrgica (de memoria libre a obligatoria, de memoria obligatoria a fiesta, etc.)
- Se han añadido nuevas Misas: (por ejemplo, vigilia de Epifanía y Ascensión)
- Se ha enriquecido el Misal con nuevos elementos:
  • Nuevos textos de la “Oración sobre el pueblo” en Cuaresma, asignándolos para cada día
  • Un prefacio nuevo de Mártires
  • Nuevas oraciones colectas alternativas
  • Posibilidad de utilizar en la profesión de fe el Símbolo Apostólico en lugar del Credo “largo” (niceno-constantinopolitano), que ya se hacía en la anterior edición española del Misal (pero no en forma de preguntas y respuestas, reservado a la Vigilia pascual y a las Misas en que se celebre el Bautismo)
  • Enriquecimiento de los formularios de las misas de la Virgen María.
  • Añadido de las melodías de las plegarias eucarísticas y de los prefacios para fomentar su uso y cuidar el canto litúrgico: así se pueden cantar los saludos, las respuestas y aclamaciones, las oraciones y prefacios, etc.

Consagración del cáliz: “será derramada por vosotros y por muchos”

* La fórmula de la consagración del cáliz varía buscando, precisamente, la mayor fidelidad al texto original. En lugar de “que será derramada por vosotros y por todos los hombres”, se dirá obligatoriamente: “por vosotros y por muchos”.

* “Pro multis”, “por muchos”: ¿Qué entraña, qué significa? “Por muchos” fueron las palabras mismas del Señor al instituir la Eucaristía (Mt 26,28; Mc 14,24); “por muchos” es una traducción más fiel que “por todos”; ésta es una traducción menos exacta porque interpreta el contenido al traducirlo, es una explicación que más bien “pertenece propiamente a la catequesis” (Carta Cong. Culto divino).

* También la Carta de la Congregación da una explicación del sentido teológico:

La expresión “por muchos”, mientras que se mantiene abierta a la inclusión de cada persona humana, refleja el hecho de que esta salvación no ocurre en una forma mecánica sin la participación o voluntad propia de cada persona; más bien, se invita al creyente a aceptar en la fe el don que se ofrece y a recibir la vida sobrenatural que se da a aquellos que participan en este misterio y a vivir así su vida para que sean contados entre los “por muchos”, a quienes se refiere el texto”.

* La voluntad de Dios en Cristo es la redención de todos los hombres, pero no todos la aceptarán ni la querrán, sino “muchos”. No todos quieren beneficiarse de la redención, sino “muchos”. La salvación no es automática: “¡esforzaos en entrar por la puerta estrecha…!”

* Para ampliar, ver este artículo del P. Iraburu sobre el pro multis.

Retoques y precisiones en la Ordenación General del Misal Romano

Algunas rúbricas son nuevas, en otros casos se precisa mejor cómo realizar tal rito… Son normas de obligado cumplimiento para todos. Destaquemos algunas solamente:

-En la procesión de entrada, si no hay diácono, el lector puede llevar el Evangeliario, pero no se lleva el Leccionario en procesión (OGMR 120).

-La absolución del acto penitencial (“Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros…”) no tiene eficacia sacramental (OGMR 51). Los domingos, sobre todo los de Pascua, puede hacerse la aspersión con agua (Ibíd.).

-El texto del Gloria no puede cambiarse (OGMR 53).

-Insiste en una pausa de silencio tras el “Oremos” (OGMR 54) para que todos eleven sus súplicas en el corazón, y tras esa pausa de silencio el sacerdote “recolecta” esas oraciones recitando la oración colecta (de ahí su nombre).

-La advertencia de que no es lícito sustituir las lecturas bíblicas y el salmo responsorial por otros textos no bíblicos (OGMR 57).

-Para el Evangelio, destacando su importancia, “los presentes se vuelven hacia el ambón” (OGMR 133), ¡todos mirando al ambón!

-Las preces: un solo lector las lee (OGMR 71), no un lector para cada petición. Las intenciones “sean sobrias, formuladas con sabia libertad, en pocas palabras” (Ibíd.). La oración con que concluyen las preces, el sacerdote la recita “con las manos extendidas” (OGMR 138).

-Todos se pondrán en pie al decir el sacerdote: “Orad, hermanos, para que este sacrificio…” (OGMR 43) y no después.

-Como propio del rito romano, todos los fieles, diáconos y acólitos estarán de rodillas en la consagración, desde el momento en que se destapa el cáliz y el sacerdote impone las manos sobre el pan y el vino. ¿Excepciones? Estrechez del lugar, aglomeración o cuestión de salud; pero incluso los que por estas razones se queden de pie, harán inclinación profunda cuando el sacerdote después de mostrar el Cuerpo y la Sangre del Señor hace la respectiva genuflexión.

-El rito de la paz ha recibido una nueva clarificación y límites, recuperando la sobriedad y brevedad que siempre ha tenido: “Conviene que cada uno exprese sobriamente la paz sólo a quienes tiene más cerca” (OGMR 82). El sacerdote no abandona el presbiterio durante el rito de paz. Tampoco hay nunca ningún “canto de paz”.

-Es importante, al comulgar, el diálogo de fe entre el ministro y el fiel: “El Cuerpo de Cristo – Amén” (OGMR 161) comulgando inmediatamente, con respeto, delante del ministro. Además, antes de comulgar, hay que hacer “la debida reverencia” (OGMR 160), es decir, inclinación profunda ante el Santísimo (o genuflexión) antes de comulgar.

Ya en este blog dedicamos varias entradas al Misal romano en su nueva edición castellana. Sobre las “Novedades y rúbricas": I, II, III y IV. Y sobre el Misal y su nueva traducción: I, II y III:

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En casi todas las diócesis se ha hecho una presentación del Misal a los sacerdotes; las respectivas Delegaciones de Liturgia han preparado subsidios, dípticos divulgativos, artículos en las hojas diocesanas, conferencias, Semanas de Liturgia, etc., cada Delegación según sus posibilidades.

Con este blog queremos aportar una mayor difusión para todo el pueblo santo, para todos los fieles católicos, de modo que se reciba bien y se sepa lo que supone una nueva edición del Misal. Puede servir, además, con todos los enlaces, para una buena formación en las catequesis de adultos parroquiales, o para equipos de liturgia, o para la lectura en comunidades religiosas.

Sin olvidar que, a la vez que saber las “novedades” del Misal, todos deberíamos repasar la “Ordenación General del Misal romano” y ajustarnos escrupulosamente a ella para celebrar y vivir la Santa Misa. ¡Eso sí es “pastoral” de la buena!

Javier Sánchez Martínez

Revisitaciones. Hace doce años Bergoglio no tenía las dudas de hoy (Sandro Magister)




*
De las cinco "dubia" presentadas al papa Francisco y dadas a conocer por cuatro cardenales respecto a la recta interpretación de "Amoris laetitia", tres de ellas  hacen referencia a un anterior documento papal, la encíclica "Veritatis splendor", promulgada en 1993 por Juan Pablo II. En ellas, los cardenales preguntan si continúan siendo válidas esas tres verdades de fe reafirmadas con fuerza por esa encíclica.
. En la duda número dos ésta es la verdad de la que los cardenales piden confirmación:
- la existencia de normas morales absolutas, válidas sin excepción alguna, que prohiben actos intrínsecamente malos (Veritatis splendor, n. 79).
. En la duda número cuatro ésta es la otra verdad sobre la cual buscan orientación:
- la imposibilidad que "las circunstancias o las intenciones" trasformen "un acto intrínsecamente deshonesto por su objeto en un acto subjetivamente honesto o justificable como elección" (Veritatis Splendor, n. 81).
. Y por último, en la duda número cinco, ésta es la otra verdad sobre la cual esperan una aclaración:
- la certeza que la conciencia jamás está autorizada para legitimar excepciones a las normas morales absolutas que prohiben acciones intrínsecamente malas por su objeto (Veritatis splendor, n. 56)
Hasta ahora, Jorge Mario Bergoglio no ha dado respuesta a ninguna de estas "dubia". Pero si retrocedemos en el tiempo, al momento en que era arzobispo de Buenos Aires, vemos que les dio respuestas, seguras y reconfortantes.
En octubre del año 2004, con ocasión de la inauguración de la Cátedra Juan Pablo II en la Pontificia Universidad Católica Argentina, se celebró un congreso teológico internacional para profundizar justamente las enseñanzas de la "Veritatis splendor".
Atención. La "Veritatis splendor" no es una encíclica menor. En marzo de 2014, en uno de sus raros y muy meditados escritos como Papa emérito, Joseph Ratzinger, al indicar las encíclicas a su juicio "más importantes para la Iglesia" de las catorce publicadas por Juan Pablo II, primero citó cuatro, con pocas líneas para cada una, pero después añadió la quinta, precisamente la "Veritatis splendor", a la que dedicó una página entera, definiéndola "de inmutada actualidad" y concluyendo que "estudiar y asimilar esta encíclica sigue siendo un deber grande e importante".
En la "Veritatis splendor" el Papa emérito ve que se devuelve a la moral católica su fundamento metafísico y cristológico, el único capaz de vencer la deriva pragmática de la moral corriente, "en la que ya no existe lo que es verdaderamente mal y lo que es verdaderamente bien, sino sólo lo que desde el punto de vista de la eficacia es mejor o peor".
En otras palabras, el adversario contra el que se enfrentaba "Veritatis splendor" era la ética "de la situación", la corriente laxa en auge entre los jesuitas en el siglo XVII y que jamás desapareció, más bien, hoy está todavía más difundida en la Iglesia.
Ahora bien, entre los expositores de ese congreso el primero fue Bergoglio. Su intervención se puede releer en las actas publicadas en el año 2005 por Ediciones Paulinas, de Buenos Aires, en un volumen que tiene como título: "La verdad los hará libres".
Un intervención, la de Bergoglio, de fuerte e indudable adhesión a las verdades reafirmadas por la "Veritatis splendor" y en particular a las tres recordadas líneas arriba, es decir, justamente a las que hoy parecen tambalear, luego de la publicación de "Amoris laetitia".
- Por ejemplo, en la página 34 del libro, el entonces arzobispo de Buenos Aires afirma que "sólo una moral que reconozca normas morales válidas siempre y para todos, sin ninguna excepción, puede garantizar el fundamento ético de la convivencia social, tanto nacional como internacional", en defensa de los iguales derechos tanto de los poderosos como de los últimos de la tierra, mientras que el relativismo de una democracia sin valores lleva al totalitarismo.
Ésta sería una respuesta a la segunda duda de los cuatro cardenales.
- En la página 32, Bergoglio afirma que la comprensión de la debilidad humana "jamás puede significar un compromiso y una falsificación de la medida del bien y del mal, para adaptarla a las circunstancias existenciales de las personas y de los grupos humanos".
Ésta sería una respuesta a la duda número cuatro.
- En la página 30 rechaza finalmente como una "grave tentación" la de considerar imposible para el hombre pecador la observancia de la santa ley de Dios, y en consecuencia, pretender "ser él mismo quien decide sobre lo que es bueno o malo", en vez de invocar la gracia que Dios concede siempre.
Ésta sería una respuesta a la quinta duda.

¿Pero qué ha sucedido después de ese congreso del 2004 en Buenos Aires?
Entre otras cosas, sucedió que en reacción al congreso, un teólogo argentino de nombre Víctor Manuel Fernández escribió en el 2005 y en el 2006 un par de artículos en defensa de la ética de la situación.
Fernández era el protegido de Bergoglio, quien quería que fuese rector de la Universidad Católica Argentina y que efectivamente logró obtener el nombramiento en el año 2009, suscitando las comprensibles resistencias de la Congregación vaticana para la Educación Católica.
No sólo eso. Cuando en el año 2013 Bergoglio se convirtió en Papa, promovió inmediatamente a Fernández a arzobispo y lo quiso cercano a sí mismo en la redacción del documento programático de su pontificado, la exhortación "Evangelii gaudium", así como también de otros discursos y documentos importantes de su autoría.
Con el efecto que se ha visto en "Amoris laetitia", ampliamente impregnada de moral laxa e incluso con algunos parágrafos copiados de anteriores escritos de Fernández.
- Copiados en particular de sus dos artículos del 2005 y del 2006 citados líneas arriba:
- Así como también de otros de sus artículos de 1995 y del 2001:

¿Y la "Veritatis splendor", tan vigorosamente exaltada por el Bergoglio del año 2004?
Olvidada. En las doscientas páginas de "Amoris laetitia" no se la cita ni siquiera una sola vez.
(Traducción en español de José Arturo Quarracino, Temperley, Buenos Aires, Argentina)
*
POST SCRIPTUM – El viernes 24 de febrero, en el evangelio de la Misa del día, el papa Francisco se encontró de nuevo con el mismo pasaje de Marcos 10, 1-12, sobre el matrimonio y el divorcio que había evitado comentar el día de comienzo de la segunda y última sesión del sínodo sobre la familia.
Pero esta vez no pasó de largo. Pero comentando con razonamientos muy tortuosos las clarísimas e inequívocas palabras de Jesús, tal como se puede advertir en los dos resúmenes autorizados de su homilía, el de Radio Vaticana y el de "L'Osservatore Romano", donde llega a decir, increíblemente, que "Jesús no responde si [el repudio] es lícito o no es lícito".
En particular, Francisco polemizó fuertemente con lo que la llama "la casuística". Es decir, - lógicamente hablando - precisamente con lo que quiere "Amoris laetitia", cuando exhorta a "discernir" caso por caso a quien admitir y a quien no admitir a la comunión, entre los divorciados que se han vuelto a casar y que viven "more uxorio".