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martes, 25 de febrero de 2020

Jean Vanier y la tentación gnóstica (Carlos Esteban)



Jean Vanier, laico, tuvo relaciones sexuales con al menos seis mujeres, algunas consagradas, pero eso no es excesivamente relevante. Es, sin más, un pecado mortal del que, en su gravedad, podemos decir lo que Cristo con ocasión de la mujer adúltera: quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

El segundo escalón, el que le hubiera llevado a la cárcel y el que más escándalo causa en el siglo, es que estas relaciones fueran coaccionadas, valiéndose de su posición de autoridad. Pero hay un tercer escalón que a los católicos debería preocuparnos y ocuparnos más que todos los anteriores, y es el uso de la propia religión, de la misma fe, para lograr el objetivo lascivo de Vanier, aprendido de su mentor, el dominico padre Thomas Philippe.

“El acompañamiento espiritual se transformó en tocamientos sexuales”, leemos en el testimonio de una de las víctimas, en el informe que ha hecho público la propia organización El Arca. “Le dije que tenía una relación amorosa. Él me dijo que era importante distinguir [lo que pasaba entre nosotros], refiriéndose al Cantar de los Cantares. Duró tres o cuatro años; yo me quedaba paralizada, era incapaz de distinguir lo que estaba bien de lo que estaba mal. Me decía que formaba parte del acompañamiento». Y una frase más: «No somos nosotros, son María y Jesús. Eres elegida, eres especial. Es un secreto”.

Es la tentación gnóstica, vieja como la propia Iglesia. La idea de que, a partir de cierto grado de acercamiento a Dios, las normas comunes para los mortales ya no rigen, y que los ‘puros’ no solo no pueden pecar, hagan lo que hagan, sino que todo, incluso acciones moralmente malas para el resto, son en ellos fuente de aumento de gracia, es común a muchas herejías a lo largo de la historia. Y, probablemente no por casualidad, es especialmente frecuente que tengan esta misma tendencia o fijación en los pecados de la carne, los primeros de los que se dispensan a sí mismos.

Es la Gran Dispensación, y pocas veces ha sido tan fácil ‘venderla’ como ahora, cuando los mandamientos sexto y noveno parecen derogados tácitamente, por ‘silencio administrativo’. Pero no son ellos lo más grave, con mucho, de todo esto. Podría haber sido enriquecimiento o venganza o cualquier otra cosa. Lo extraordinariamente, lo monstruoso, es la instrumentalización de lo sagrado, del mismo Dios.

Hay también en todo esto dos características muy de nuestro tiempo, aunque de modo algo menos exagerados son de siempre: el afán de novedades y el culto a la personalidad. Lo segundo es deformación de algo bueno en sí, la necesidad de tener ante los ojos ejemplos que nos ayuden a avanzar, que es la razón por la que la Iglesia nos propone a los santos como modelo, pero que se convierte en peligroso vicio cuando somos nosotros mismos o los medios quienes ‘canonizan’ y cuando preferimos la interpretación de la Escritura y la Tradición que hacen estos ‘ídolos’ a la que enseña la Iglesia desde siempre.

En cuanto a lo primero, estamos siempre como esperando que el mensaje eterno de salvación tenga ‘nuevos capítulos’, giros de guión, revelaciones novedosas, como si nos resistiésemos a la idea de que la Revelación está ya cerrada. Contemplamos, por ejemplo, esa ‘Revuelta de las Mujeres en la Iglesia’ cuyo único alcance real está en cómo lo jalean ciertos medios, especialmente clericales. Una de sus líderes, la teóloga Pepa Torres, hace unas declaraciones que Religión Digital convierte en titular: “Sin cambios profundos, la Iglesia no será nunca la iglesia de Jesús”.

Los cambios profundos se refieren, naturalmente, a ese seguidismo del feminismo secular que pretende que la Iglesia apruebe lo que ha dicho claramente que no puede hacer: la ordenación de mujeres. Pero el contenido es aquí menos importante que el marco mental del que parte. ¿La Iglesia no será nunca la Iglesia de Jesús? ¿No lo es ahora, no lo ha sido estos dos mil años? Es la perpetua tentación inmanentista de que lo que en cada momento se considere lo perfecto se culmine aquí abajo, una Sociedad de Perfectos, y que mientras no se dé eso no existe verdaderamente la Iglesia, sino algo así como su germen.
Carlos Esteban

¿Cómo adquirir el libro "La poesía olvidada"? (José Martí)




Este libro trata fundamentalmente del amor personalísimo y único que Dios nos tiene así como de la respuesta de amor que espera recibir también de cada uno de nosotros. Y nada mejor para hablar del amor que la poesía: esa poesía que hoy en día son pocos los que la conocen. Se nos pasa por la mente Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Santa Teresita de Lisieux, Gustavo Adolfo Bécquer, Amado Nervo, Lope de Vega, Manuel Machado, etc... En el libro hay una selección de poesías de estos grandes autores y otros semejantes, así como también he añadido una pequeña aportación personal. Más de la mitad del libro son comentarios a poesías. 


El libro se lee con facilidad y nos trae a la memoria poesías de gran valor literario y espiritual. Son muchos, para desgracia suya, los que no han leído ninguna de estas poesías. Les haría bien el leerlas, con tranquilidad y sosiego, en un ambiente de silencio. Tal vez así le llegara alguna de ellas al corazón, pues si no en todas, sí en la mayoría, ése es el objetivo que se pretende: que el lector se encuentre con Dios y que vea que Dios está enamorado de él, realmente enamorado, hasta el punto de haber entregado su vida para salvarnos. Y que, como consecuencia, se decida a responder con el mismo amor con el que es amado a Aquél que es su Dios y también su amigo.


El texto puede conseguirse como libro y como e-book en la página web de Diego Marín, que es el editor del libro. Coloco más abajo los links correspondientes así como el precio, en cada caso:

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e-book (4,13 €)


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Libro (14,25 €)


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Por supuesto, lo mejor -si se puede- es pasarse directamente por la librería González Palencia y pedir allí el libro; pero si alguien no puede hacerlo, por las razones que sean, siempre le queda la posibilidad de hacerse con el libro o el e-book, a través de internet. El precio es muy asequible; y, sinceramente, pienso que sería una buena compra y que su lectura serviría de consuelo a muchas personas que viven confundidas y desanimadas; todo eso desaparece cuando caemos en la cuenta de que somos valiosos realmente, puesto que somos valiosos para Dios. Somos importantes: su amor nos hace ser importantes. Y todo esto es un puro regalo del amor que nos tiene; un amor inmerecido, pero real. Ser conscientes de esta realidad nos hace vivir con más tranquilidad y con una mayor paz interior.  Merece la pena el pequeño esfuerzo que se haga para comprar el libro. 

Como ya habrá comprobado el lector, estoy hablando de un modo aséptico, como si yo no fuese parte interesada, por más que sea el autor de dicho libro. Bueno, pienso que a todos nos viene bien, a veces, un poco de ironía sana que, al menos, nos haga sonreír. Pues eso.


José Martí

lunes, 24 de febrero de 2020

Noticias varias 24 de febrero de 2020


IL SETTIMO CIELO

Elogio de la libertad, la verdadera. Diálogo entre un cardenal y un pensador laico (Sandro Magister)

THE WANDERER

Sancta Sanctorum

FRAY GERUNDIO

Cartas desde el Purgatorio: de Dios nadie se ríe

SPECOLA

Un nuevo ruego a Su Santidad (Carlos Esteban)




El primero sería un ruego, una súplica filial y respetuosa: háblenos de Dios, de la fe, de la Vida Eterna, de la Salvación. También, por supuesto, puede intervenir en las polémicas internacionales del momento, pero si insiste tanto en lo que, al final, es una visión política personalísima y aprovecha para que se amplifique y extienda su condición de Sumo Pontífice, la confusión está servida, y la decepción de muchos espíritus débiles, también. Los católicos nunca vamos a oír a un Papa como si hablara un particular, de modo que cuando el núcleo de su mensaje, cuando sus mensajes más repetidos e insistentes, se refieren a opiniones personales sobre medidas políticas, el resultado solo puede ser el desánimo y la pérdida de autoridad moral entre quienes, manteniéndose fieles al magisterio, no tienen, sin embargo, la misma visión que el Papa sobre estos y otros problemas mundanos.

Lo más peligroso, a nuestro juicio, es la mezcla en estos asuntos del lenguaje evangélico, que a veces hace pasar unas soluciones prudenciales y discrecionales del ámbito político como las únicas aceptables en la perspectiva evangélica. Y no, no es así. Los Papas y doctores de la Iglesia hasta Francisco no han estado necesariamente equivocados cuando declaraban deber de los gobiernos el control de sus fronteras en función del beneficio de sus conciudadanos. Que el católico tenga que tratar al extranjero, y más al extranjero pobre y desasistido, como a un hermano no significa en absoluto que haya que abrir de par en par nuestras fronteras.

Y ese sería nuestro segundo motivo para disentir. Santidad, si cree que el choque de civilizaciones es una “retórica”, entonces no sé qué pensar del epígrafe “Mediterráneo, Frontera de Paz”. Me temo que hay muchísima más ‘retórica’ en el otro sentido, y que si el ‘populismo’ puede ciertamente incubar en su seno el odio y la violencia, estos se han dado con desesperante frecuencia cuando las civilizaciones han chocado, sin necesidad alguna de ‘retóricas’.

Las culturas son reales; no son formas distintas de cocinar, o bailes exóticos o maneras diferentes de vestir. No, son visiones diferentes de entender la sociedad y al hombre. Son creencias arraigadas sobre cómo se debe gobernar, sobre el papel de la mujer, sobre el espacio debido a la libertad, sobre la legitimidad de la violencia. Es la lealtad a la tribu por encima de la lealtad a la comunidad política. No hay nada ‘retórico’ en eso, es muy, muy real, y la historia y la geografía están preñadas de ejemplos desastrosos. Las vallas hacen buenos vecinos; podrá no ser un refrán muy optimista con la naturaleza humana, pero la naturaleza humana es la que es, no la que desearíamos.

Porque esta es una derivada interesante, no de la opinión de Francisco sobre este asunto en concreto, sino sobre su visión acerca de muchos otros: que parece ignorar el dogma del Pecado Original. Los buenos cristianos pueden hacer un esfuerzo constante para acoger a todos los refugiados y para tratarles como lo haría Jesús, pero no todos los cristianos somos buenos cristianos, y ni siquiera todos los pueblos de la tierra son cristianos. Y el gobernante prudente no puede partir de situaciones irreales, sino de la realidad de nuestra naturaleza caída.

Hemos superado un siglo, el XX, en el que han medrado las utopías, no en su concepción, sino en el intento de hacerlas realidad desde el poder político. Creo que no es exagerar señalar que los resultados no han sido óptimos. El comunismo esperó -sigue esperando- que el hombre pierda su apego a las propiedades materiales y viviera como lo hacían los cristianos primitivos. No salió muy bien el experimento, porque la propiedad privada está en nuestra naturaleza, para bien y para mal. El nuevo globalismo que parece predicar el Santo Padre postula una humanidad que supere la preferencia de lo propio sobre lo ajeno, lo familiar sobre lo extraño, lo cercano sobre lo lejano. No va a suceder. Y las consecuencias de imponerlo por las bravas pueden ser exactamente la peor de las pesadillas del Papa Francisco.

Carlos Esteban

sábado, 22 de febrero de 2020

El coronavirus y los milagros en China




Tomado de Specola, 22 de febrero de 2020

Monseñor Joseph Zhu Baoyu, de noventa y ocho años, chino, obispo y católico, se ha curado del coronavirus y ya son muchos los que proclaman el «milagro». La terquedad de un casi centenario, ante una patología que parece imparable, termina por sazonar un debate, el de lo que la Iglesia Católica debe hacer en China, que está en constante evolución. Puede que no se crean los milagros, pero lo sucedido al prelado asiático es ciertamente singular, así como la fe del pueblo católico chino, ya sea subterránea o no, es única.
 

jueves, 20 de febrero de 2020

Monseñor Schneider refuta a Francisco: La Virgen no es “madre de todas las creaturas”



Hay “ambigüedades y errores doctrinales” en Querida Amazonia (QA), escribió monseñor Athanasius Schneider en el sitio web LifeSiteNews.com el 19 de febrero.

Él destaca que QA avala una espiritualidad pagana, al llamar a la tierra un “misterio sagrado”, al bioma amazónico un “lugar teológico”, al río Amazonia “la eternidad oculta”, y al hablar de “comunión con la selva” y al afirmar que “sólo la poesía podrá salvar a este mundo”.

QA designa erróneamente a la Virgen como la “madre de todas las creaturas”, pero Schneider enfatiza que ella es madre de Cristo y la madre espiritual de todos los hombres redimidos, mientras que “madre de la creación o de las creaturas” es utilizado por el culto de la Pachamama.

Él advierte que QA promueve el naturalismo, al exaltar las realidades naturales mientras se debilita la misión sobrenatural de la Iglesia y observa que Cristo no dijo “Dios nos dio a su Hijo único, para que este planeta y sus numerosas partes como el bioma amazónico no perezcan sino que tengan vida natural abundante”.

Ni tampoco dijo: “Vayan y proclamen que el reino de la Madre Tierra está cerca, a la mano”.

miércoles, 19 de febrero de 2020

Entra en vigor en Australia la ley que obliga a violar el secreto de confesión en casos de pederastia (Carlos Esteban)



La ley –Children Legislation Amendment Act (CLAA)- se aprobó en septiembre en medio de las protestas del episcopado australiano, pero no ha entrado en vigor hasta esta semana para “incluir a las personas en ministerios religiosos como informantes obligados”, y especificar que, cualquiera de estas personas obligadas a la denuncia, no podrán ya ampararse en el privilegio del secreto de confesión para eludirla.

La ley recoge así la recomendación de un informe previo, en el que se alega que en algunos casos los perpetradores de abusos los han declarado en el confesionario sin que esto llevara a su detención, permitiendo al delincuente continuar con sus crímenes.

Por otra parte, el Derecho Canónico prevé la pena de excomunión latae sententiae para cualquier sacerdote que revele cosa alguna oída en confesión. En declaraciones con motivo de la polémica provocada por esta ley, el arzobispo emérito de Melbourne, Denis Hart, aseguró que los sacerdotes preferirían morir antes de revelar lo oído en confesión. “No dudo en asegurar que los sacerdotes protegerán con sus vidas la santidad del secreto de confesión. Sin duda sufrirán prisión antes que violarlo”, declaró en 2011.

El actual ordinario, Peter Comensoli, declaró asimismo en septiembre que él mantendría el secreto de confesión por encima de cualquier ley secular. Añadió que urgiría al penitente a entregarse a la justicia o a volver a contarle su crimen fuera del confesionario.

En circunstancias normales, la ley sería de escasa aplicación. Tratándose de una falta que conlleva cárcel, se rige por los duros criterios de prueba de la ley penal, y es poco probable que se dé el caso. Pero en una sociedad recientemente enardecida por un anticlericalismo ambiental que ha contribuido a la sentencia condenatoria del cardenal Pell basada solo en el testimonio del denunciante y a pesar de las dudas sobre el caso de numerosos juristas, no es imposible que un periodista o un ‘activista’ pudiera ‘confesar’ un delito ficticio y grabarlo para incriminar a algún sacerdote.


Carlos Esteban

Nueva investigación: Sábana Santa de Turín muestra signos de resurrección




Los signos de la resurrección son visibles en la Sábana Santa de Turín, escribe el médico español Bernardo Hontanilla Calatayud en la revista Scientia et Fides, en su edición Número 1 del 2020).

La Sábana Santa muestra signos de muerte como sangrados post mortem, pero también – y ése es el descubrimiento de Hontanilla – signos de movimientos y presencia de rasgos faciales incompatibles con una persona muerta.

Él sugiere que la imagen del sudario fue impresa por una persona viva. Esa imagen muestra que el cuerpo está en el proceso de levantarse y no refleja las etapas del rigor mortis.

Hontanilla excluye un origen medieval del sudario, pues su creador hubiese necesitado información médica, forense y de imagen no conocida antes del siglo XX.

Francisco y el cisma de Alemania. Crónica de una pesadilla




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El de la Amazonia es el segundo sínodo consecutivo en el que Francisco desilusionó las expectativas de quienes esperaban las innovaciones que él mismo, el Papa, había hecho presagiar.

En el sínodo del 2018 sobre los jóvenes, la cuestión sobre la que se habían concentrado las expectativas y las controversias fue la homosexualidad. El documento base de la discusión, en su parágrafo 197, admitía explícitamente un posible cambio de paradigma en el juicio sobre las “parejas homosexuales”.

Pero no pasó nada. Con el sínodo reunido, Francisco impuso y obtuvo el silencio sobre el argumento. No se habló una sola palabra, ni en las discusiones en el aula ni en el documento final, ni mucho menos en la exhortación pontificia postsinodal “Christus vivit”. Así, el de los jóvenes – vaciado de su único ingrediente picante – se convirtió en el sínodo más inútil y aburrido de la historia.

Al año siguiente, con el sínodo sobre la Amazonia y sobre todo con lo que siguió a continuación, la decepción de los innovadores ha sido todavía más fuerte.

Porque esta vez hubo discusión en el sínodo sobre el cambio más esperado y confrontado, que era la ordenación de los varones casados. En el documento final la propuesta se aprobó con más de dos tercios de los votos. Y todavía en los primeros días de enero muchos estaban seguros de que Francisco la iba a hacer propia y la iba a autorizar, en la exhortación postsinodal que se esperaba de un día para otro.

Pero después llegó, en una valiente defensa del celibato sacerdotal, el libro bomba del Papa emérito Benedicto XVI y del cardenal Robert Sarah, recibido por los innovadores como un presagio funesto.

Y de hecho ha caído poco después como uno un gélido imprevisto la exhortación postsinodal “Querida Amazonia”, con el silencio total de Francisco sobre el tema. Para tener encendida una luz tenue, a los innovadores no les quedó sino aferrarse a las pocas líneas introductorias en las que el Papa invita a “leer íntegramente” también el documento final del sínodo, del cual “Dios quiera que toda la Iglesia se deje enriquecer e interpelar”, y recomienda que “los pastores” de la Amazonia “se empeñen en su aplicación”.

Pero aparte de este último resquicio descascarado dejado por Francisco a disposición de los innovadores, ¿qué impulsó al Papa a estas reiteradas frenadas en materias sobre las que se había mostrado previamente dispuesto a innovar?

La respuesta hay que buscarla en Alemania.

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El pasado 1 de diciembre comenzó en Alemania un “camino sinodal” que apunta declaradamente, en el transcurso de dos años, a dejar de lado la norma del celibato, a conferir el Orden Sagrado a las mujeres, a bendecir las uniones homosexuales y a democratizar el gobierno de la Iglesia.

Con respecto a los sacerdotes casados y a los ministerios femeninos, el sínodo alemán se había enfocado en el Sínodo de la Amazonia como pionero. Si las aperturas, aunque fueran mínimas, sobre ambos temas hubieran venido desde allí, el camino habría sido pavimentado para replicarlas y expandirlas también en el corazón de Europa.

El papa Francisco lo sabía. Y había hecho mucho, el año pasado, para llamar al orden a la Iglesia Católica de Alemania. Pero sin éxito. El doble silencio mantenido por él sobre los sacerdotes casados y sobre las mujeres diáconos en la Amazonia fue visto en Alemania y en otras partes como un paso ulterior llevado a cabo por el Papa para frenar el trayecto de la Iglesia alemana hacía una autonomía cada vez más acentuada.

Las primeras reacciones en Alemania frente a este doble silencio del Papa han sido de decepción, pero también de reconfirmación desafiante de la voluntad de avanzar. El cardenal Reinhard Marx (en la foto), arzobispo de Múnich y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, volvió a apreciar las aperturas del sínodo amazónico a los sacerdotes casados y a la ordenación de las mujeres, dijo que el Papa no tomó “decisiones concretas” en la materia – es decir, no ha prohibido, sino sólo ha callado – y en consecuencia “esta discusión continúa”.

Entre los obispos alemanes Marx es el cabecilla de los innovadores. Pero hay que tener presente que en el sínodo participan, con igual derecho de voto, no sólo los 69 miembros de la Conferencia Episcopal, sino también otros exponentes del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZDK), mas varios representantes de las órdenes religiosas, de los diáconos, de las facultades de teología, de los movimientos, constituyendo un total de 230 miembros.

Y a favor de los cambios hay una mayoría abrumadora. Entre las poquísimas voces laicas disidentes estaba la teóloga Marianne Schlosser, condecorada en el 2018 con el Premio Ratzinger, quien renunció al sínodo el pasado 21 de diciembre. Mientras que entre los obispos los opositores se cuentan con los dedos de una mano. El más visible es el cardenal Rainer Maria Voelki, arzobispo de Colonia, que muchas veces denunció el peligro de un cisma.

Ciertamente, entre los opositores hay también otros tres cardenales alemanes. Pero por razones de edad o de rol ellos no participan en el sínodo. Son los cardenales Gerhard Müller, Walter Brandmüller y Paul Josef Cordes. Sobre todo los dos primeros no se cansan de denunciar las derivaciones cismáticas del sínodo en curso. Hace pocos días, en una entrevista publicada en “Die Tagespost”, íntegramente traducida al inglés en “LifeSite News”, Brandmüller lo ha acusado de querer crear una nueva Iglesia regional protestante, sobre las huellas de Lutero.

Pero ninguno de estos tres cardenales jamás ha sido particularmente apreciado y escuchado por Francisco. Pero el que puso en alerta al Papa ha sido otro purpurado alemán, residente en Roma, éste sí muy estimado por él y con fama de reformador, el cardenal Walter Kasper, de 87 años, protagonista entre el 2014 y el 2016 de la operación con la que – a través de un consistorio cardenalicio y dos sínodos bien manipulados – Francisco le ha dado el nihil obstat a la Comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.

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El intento del papa Jorge Mario Bergoglio de domesticar al sínodo alemán se llevó a cabo en muchas etapas, las primera de las cuales fue cuidadosamente reconstruida por Lucas Wiegelmann en un artículo publicado a finales del 2019 en Alemania en “Herder Korrespondenz” y en Italia en “Il Regno”.

La primera etapa se manifiesta en la primavera pasada. Los belicosos anuncios provenientes de los Alpes y los preocupantes informes del nuncio en Alemania, Nikola Eterovic, inducen a algunos jefes de curia de alto nivel a hacer presión sobre el Papa para convencerlo de la gravedad de lo que está en juego y de la necesidad de ponerle remedio.

Los que se mueven en esta dirección son los cardenales Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero y Pietro Parolin, secretario de Estado.

Se confió a Ladaria la tarea de reunirse con el Papa y sugerirle que escribiera una carta de advertencia a la Conferencia Episcopal Alemana. Francisco recibe la propuesta, pero en vez de escribirle solamente a los obispos decidió redactar una carta abierta a todo “el pueblo de Dios que está en Alemania”.

Y llegamos a la segunda etapa. Para escribir esta carta, en junio el Papa le pide ayuda al cardenal Kasper. El encuentro entre los dos – como Kasper lo ha contado después en una entrevista publicada en “Herder Korrespondenz” – es de un horizonte amplio, sobre la situación general de la Iglesia en Alemania. Bergoglio redacta la carta en su propia lengua nativa, el español, y la confía al cardenal Ladaria para que la haga traducir al alemán. El 29 de junio se hace pública la carta, en la que se insiste muchísimo sobre la exigencia primaria de “evangelizar”, en vez de seguir modernizaciones “funcionales” que poco o nada tienen que ver con la misión propia de la Iglesia.

Pero el efecto no es el esperado, como el mismo Kasper reconoció con preocupación: “En Alemania la carta ha sido muy apreciada, pero después se la puso aparte y se continuó como ya se preveía. Pero sin la renovación de la fe cualquier reforma estructural, no importa cuán bien intencionada sea, no va a ninguna parte”.

El Papa no se rinde y – tercera etapa – vuelve a la carga a través del cardenal Ouellet. Habiendo leído con preocupación el borrador de los estatutos del sínodo, preparado en Alemania en el verano, el prefecto de la Congregación para los Obispos, con el transparente mandato de Francisco, dirige al cardenal Marx - como presidente de la Conferencia Episcopal Alemana – una carta muy severa, fechada el 4 de setiembre, pero que llega a destino el 13 de ese mes.

Para que la reprimenda fuera menos eludible, la carta de Oullet es acompañada por un “Parere” jurídico del Pontificio Consejo de los Textos Legislativos, en el que entre otras cosas se especifica que las cuestiones en discusión en el sínodo se refieren no sólo a Alemania, sino a la Iglesia universal, y en consecuencia “no pueden ser objeto de deliberaciones y de decisiones de una Iglesia particular, sin contradecir a cuanto ha expresado el Santo Padre”.

En respuesta, Marx y Thomas Stenberg, el presidente del ZDK, se limitan a agradecer públicamente al Papa por su carta del 29 de junio. El 20 de setiembre Marx es recibido en audiencia, en Roma, tanto por Francisco como por el cardenal Oullet, y declara que “en ambos casos las conversaciones se desarrollaron en el marco de un diálogo constructivo”. En realidad, el estatuto del sínodo se ajusta un poco. Todos tendrán igualdad de voto, pero la decisión última corresponderá únicamente a los obispos. Y en cuanto a las “deliberaciones cuyos temas son de competencia normativa de la Iglesia universal, ellas serán transmitidas a la Sede Apostólica”.

Pero en Roma continúan desconfiando. Antes y durante el sínodo amazónico de octubre, dos de los cuatro altos dignatarios de la curia que fueron los primeros en haber alarmado al Papa, los cardenales Ouellet y Stella, se pronuncian públicamente para que se mantenga intacta la norma del celibato, dando a entender que tienen a Francisco de su parte.

Y así ocurrió. En la exhortación postsinodal “Querida Amazonia” el Papa calla totalmente respecto a este argumento explosivo. Es la cuarta y hasta ahora última andanada de su bombardeo contra las temidas derivaciones del sínodo alemán.

Pero no será la última, vista la tendencia para nada tranquilizadora – para Roma – de la primera sesión del sínodo, llevada a cabo en Frankfurt, desde el 30 de enero al 1 de febrero.

Que la preocupación de Francesco sigue siendo seria lo prueba también la amistosa tarjeta autógrafa que escribió el 12 de febrero a Müller, el cardenal con quien tuvo reiterados conflictos - hasta despedirlo en el 2017 como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe - y que jamás ha escatimado críticas a este pontificado, pero que también es uno de los censores más implacables del sínodo alemán.

“Querido hermano”, escribió el Papa a Müller, “muchas gracias por el libro ‘Il papa, missione e dovere’ [El Papa. Misión y deber] y por el documento sobre la exhortación ‘Querida Amazonia’, que me ha gustado”.

El “documento” que tanto “gustó” a Francisco es un comentario publicado el 12 de febrero en el “National Catholic Register”, en el que el cardenal aprecia vigorosamente la reconfirmación de la norma del celibato hecha por el Papa, totalmente opuesta a las expectativas de los innovadores alemanes.

En cuanto a la tormenta" title="https://www.diakonos.be/settimo-cielo/le-silence-de-francois-les-larmes-de-ratzinger-et-sa-declaration-jamais-publiee/\">tormenta" target="_blank">https://www.diakonos.be/settimo-cielo/le... que estalló en torno al libro del Papa emérito Benedicto XVI y del cardenal Sarah, de apología del celibato, cabe señalar que la furiosa agresión contra los dos autores fue conducida por hombres y periódicos del área de Bergoglio, pero ha recibido solamente un comentario oficial atribuible al papa Francisco, que es la nota firmada por Andrea Tornielli en "L'Osservatore Romano" del 14 de enero, destinada en su totalidad a evidenciar una perfecta armonía, en materia del celibato, entre el Papa emérito y el Papa reinante.

Aquí también con el cisma germánico de fondo, que no se lo menciona pero que es siempre inminente.

sábado, 15 de febrero de 2020

Cardenal Zen: “Vaticano hace todo para entregar la Iglesia al enemigo”



Los católicos a los que se les permite todavía practicar su fe en China “son esclavos”, dijo el 13 de febrero el cardenal Joseph Zen en el sitio web EWTN.

Él sospecha que la Iglesia Católica clandestina va a desaparecer, “a causa de la política equivocada del Vaticano”.

“El Vaticano ha hecho todo para entregar la Iglesia al enemigo”, dice Zen y da ejemplos:

• el acuerdo secreto de setiembre del 2018,

• la legitimación de los obispos estatales excomulgados

• la deposición de dos obispos católicos legítimos,

• los lineamientos del 2019 que ordena a los sacerdotes registrarse con la Iglesia del Estado comunista.

Zen califica a esto de “terrible”.

De hecho, el Vaticano está haciendo a la Iglesia china lo que hizo antes a la Iglesia en Occidente: venderla a las élites gobernantes.

Cardenal Brandmüller: Sínodo alemán imita a Lutero



El Camino Sinodal alemán trata sobre el “poder”, escribe el 14 de febrero en el sitio web Die-Tagespost el cardenal Walter Brandmüller, de 91 años.

Los cuatro temas sinodales –“poder”, “mujeres”, “celibato” y sexualidad”- son para él un diagnóstico de la enfermedad del catolicismo alemán: la auto referencialidad que reemplaza al Evangelio.

Él observa que el Sínodo está repitiendo a Lutero, al reclamar una “igualdad fundamental de todos los miembros de la Iglesia”, mientras ignora el sacramento del Orden Sagrado.

Lutero escribió (en el año 1520): “Porque lo que se escurrió del Bautismo puede jactarse que ya ha sido ordenado sacerdote, obispo y Papa …” y “todos somos igualmente sacerdotes”.

Brandmüller se asombra de hasta qué punto el Sínodo “se corresponde con las intenciones de Lutero”.

Él concluye diciendo que el Sínodo intenta imponer estructuras democráticas mundanas, pero esto es contrario a la naturaleza de la Iglesia.

Recalculando

 
 
Los últimos días han sido sorpresivos, y la sorpresa de la conferencia de prensa del Vaticano de ayer me obligan a recalcular. 

En la última entrada del blog, a raíz de lo que se dijo en la presentación de la exhortación post-sinodal sobre la Amazonia, particularmente las palabras del cardenal Czerny, S.I., todo hacía sospechar una típica trampa jesuiticamente urdida: viri probati, no pero sí. La interpretación que se dio en ese acto y la que dieron inmediatamente después la intelligentzia alemana, la progresía munidal y hasta la luminaria autóctona de la teología, Mons. Tucho Fernández, justificaban la sospecha. La exhortación era el marco de un cuadro que tiene carácter magisterial, y lo que enmarca es el documento postsinodal, y deben leerse conjuntamente. Era fácil suponer que se estaba transfiriendo el carácter magisterial al documento; el resquicio perfecto para que ingresara el celibato optativo en los sacerdotes latinos.

Esta fue mi interpretación apenas leí el miércoles las declaraciones de Czerny, y fue la interpretación de la mayor parte de los periodistas acreditados ante la Santa Sede. Y eso fue lo que se comenzó a decir en todas parte. 

Sin embargo, en la conferencia de prensa de ayer, las cosas cambiaron drásticamente. El vocero del Vaticano, Mateo Bruni, dijo: “La exhortación apostólica es magisterium. El documento final no es magisterium”. 

El cardenal Baldisseri: “Querida Amazonia no habla de aprobar el documento final, [sino solo de su] presentación. Por tanto, [el documento] no es magisterial”. Y ante la pregunta de otro periodista acerca de si las Conferencias Episcopales podían admitir la ordenación de hombres casados, dijo: “Las conferencias episcopales no pueden decidir eso”. 

Más clara aún fue la hna. Bernardette Riess, coordinadora de lengua inglesa de Vatican News, quien en una breve entrevista luego de la conferencia dijo: “El documento final no tiene autoridad magisterial a menos que sea ratificado y promulgado por el Papa Francisco… Este documento en particular no recibió esa ratificación ni promulgación. Debemos ser muy claros al respecto”. 

Llama mucho la atención semejante claridad y tajantes definiciones no solamente porque contradicen lo que se había dicho el día anterior en ese mismo ámbito, sino también porque el “magisterio” francisquista y los discursos de sus lenguareces se caracterizan por ser neblinosos y jamás definir nada. El único modo de explicarlo es suponiendo una orden directa de arriba de actuar en tal sentido, y esa orden solamente pudo venir del Santo Padre.

Se trata de un triunfo de la doctrina tradicional de la Iglesia y un triunfo que, más allá de que hayan o no curas casados, simbólicamente tiene mucho peso, el mismo peso que hubiese tenido una derrota en este sentido. No sé hasta dónde les interesa a los alemanes ordenar hombres casados; lo que les interesaba era el triunfo simbólico de una Iglesia que finalmente se abría aboliendo una de las normas más extrañas e irritantes para el espíritu del mundo. No lo lograron. Esperemos ahora la reacción, que la habrá. 

THE WANDERER

miércoles, 12 de febrero de 2020

El silencio de Francisco, las lágrimas de Ratzinger y su declaración nunca publicada



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Lo que más impacta en la exhortación apostólica postsinodalQuerida Amazonia”, dada a conocer al público hoy, 12 de febrero del 2020, es su silencio total sobre la cuestión más esperada y controvertida: la ordenación de varones casados.

Ni siquiera aparece la palabra “celibato”. El papa Francisco espera que “la ministerialidad se configure de tal manera que esté al servicio de una mayor frecuencia de la celebración de la Eucaristía, aun en las comunidades más remotas y escondidas” (n. 86). Pero reafirma (en el n. 88) que solamente el sacerdote ordenado puede celebrar la Eucaristía, absolver los pecados y administrar la Unción de los enfermos (porque también ésta está “íntimamente ligada al perdón de los pecados”, nota 129). Y no dice nada sobre la extensión de la ordenación a los “viri probati”.

Ninguna novedad ni siquiera para los ministerios femeninos. “Si se les diera acceso al Orden sagrado”, escribe Francisco en el n. 100, “esta mirada nos orientaría a clericalizar a las mujeres” y a “reducir nuestra comprensión de la Iglesia a estructuras funcionales”.

La curiosidad que surge inmediata, de la lectura de “Querida Amazonia”, es entonces entender en qué medida el libro bomba escrito por el Papa emérito Benedicto XVI y por el cardenal Robert Sarah en defensa del celibato del clero, publicado a mediados de enero, ha influido sobre la exhortación y, en particular, su silencio respecto a la ordenación de varones casados.

A esta cuestión debe agregarse más información de la que ya se conoce, sobre lo que sucedió en los días calientes posteriores a la publicación del libro.

La secuencia ya conocida de los hechos ha sido documentada en su momento por Settimo Cielo en los tres “Post Scriptum” que están al final del artículo publicado el 13 de enero:

> Ancora sul libro bomba di Ratzinger e Sarah. Con il resoconto di un nuovo incontro tra i due

Pero desde más fuentes independientes entre sí Settimo Cielo tuvo posteriormente noticias de al menos cuatro hechos más, de relevante importancia.

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El primero aconteció en la mañana del miércoles 15 de enero.

A lo largo de toda la jornada del martes 14 el ataque llevado a cabo por las corrientes radicales contra Ratzinger y Sarah había tenido un incremento devastador, alimentado de hecho por las reiteradas desmentidas del prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Gänswein, de una corresponsabilidad del Papa emérito en la redacción y en la publicación del libro, hasta llegar a pedir que se retirara su firma, inútilmente confrontada por la precisa y documentada reconstrucción, hecha pública por el cardenal Sarah, de la génesis del libro mismo por acción concordada de sus dos coautores.

Ahora bien, la mañana del miércoles 15 de enero, mientras el papa Francisco estaba celebrando su audiencia general semanal y Gänswein estaba sentado, tal como está establecido protocolarmente, a su lado en el aula Pablo VI, lejos entonces del monasterio Mater Ecclesiae, que es la residencia del Papa emérito de quien él es secretario, Benedicto XVI levantó personalmente el teléfono y llamó a Sarah, primero a su casa, donde no lo encontró, y después a su oficina, donde el cardenal respondió.

Benedicto XVI expresó cordialmente a Sarah su solidaridad. Le confió que no llegaba a comprender las razones de una agresión tan violenta e injusta. Y lloró. También lloró Sarah. La llamada telefónica concluyó con los dos en lágrimas.

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El segundo hecho que se da a conocer aquí por primera vez aconteció durante el encuentro entre Sarah y Ratzinger, en la residencia de este último, la tarde del viernes 17 de enero.

Esa misma tarde, el cardenal se refirió a lo sucedido en tres twitts, en los que confirmaba la plena concordia entre él y el Papa emérito en la publicación del libro.

Pero no dijo que durante ese mismo encuentro – en realidad desarrollado en dos momentos distintos, el primero a las 17 horas y el segundo a las 19 horas – Benedicto XVI había escrito un conciso comunicado que pretendía hacer público con la firma sola del Papa emérito, para testimoniar la consonancia plena entre los dos coautores del libro e invocar el cese de toda polémica.

A los fines de la publicación, Gänswein entregó la declaración – de la Settimo Cielo está en posesión y en la que el rasgo personal, incluso autobiográfico, de Ratzinger se trasluce en forma evidente – al sustituto secretario de Estado, Edgar Peña Parra. Y es razonable suponer que éste informó de ella tanto a su superior directo, el cardenal Pietro Parolin, como al mismo papa Francisco.

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Es un hecho – y es la tercera noticia hasta aquí inédita – que esta declaración del Papa emérito jamás salió a la luz. Pero es verosímil que ha estado en el origen de la decisión de Francisco de exonerar de allí en más de toda presencia visible a su propio lado al prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gänswein.

La última de estas apariciones públicas se evidencia en la mañana de ese mismo viernes 17 de enero, en ocasión de la visita al Vaticano del presidente de la República Democrática del Congo. Después de lo cual Gänswein no apareció más junto al Papa, ni en las audiencias generales de los miércoles, ni en las visitas oficiales del vicepresidente estadounidense Mike Pence, del presidente iraquí Barham Salih y del argentino Alberto Fernández.

A los ojos del papa Francisco la declaración de Benedicto XVI había efectivamente comprobado la no confiabilidad de las reiteradas negaciones hechas por Gänswein de la corresponsabilidad del Papa emérito en la composición del libro.

En otras palabras, la oposición del Papa emérito a que su sucesor cediese a las corrientes radicales respecto al celibato del clero se destacaba plenamente en este punto, sin ninguna atenuación más.

Y todo esto a pocos días de la publicación de la exhortación postsinodal, en la que muchos, en todo el mundo, esperaban leer una apertura de Francisco a la ordenación de varones casados.

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Como corolario de todo esto, se dio a conocer también el rol que cumplió el cardenal Parolin en estos acontecimientos.

Cuando efectivamente el miércoles 22 de enero el editor Cantagalli publicó un comunicado respecto a la inminente aparición del libro en Italia, con poquísimas y marginales variaciones respecto al original francés, no se dijo que ese comunicado había sido anteriormente visto y analizado línea por línea por el cardenal secretario de Estado, quien había finalmente alentado vivamente la publicación.

Un comunicado en el que el libro de Ratzinger y Sarah es definido como “un volumen de elevado valor teológico, bíblico, espiritual y humano, garantizado por el peso de los autores y por su voluntad de poner a disposición de todos el fruto de sus respectivas reflexiones, manifestando su amor por la Iglesia, por Su Santidad el papa Francisco y por toda la humanidad”.

Sandro Magister

El Papa en su sitio: No habrá sacerdotes casados


Duración 7:41 minutos

viernes, 7 de febrero de 2020

Actualidad : "El principio del fin" (comentado por José Martí)


Duración 10:06 minutos

¿Nos encontramos ante el principio de una nueva Iglesia (protestante) y el fin de la Iglesia tradicional? O, por el contrario, ¿surgirá de nuevo, floreciente, la Iglesia en continuidad con la Iglesia pre-conciliar? Tal vez la próxima semana surja el documento post-sinodal (el correspondiente a la Amazonía) y tendremos más datos entonces. 

Lo que está muy claro es que en el seno de la Iglesia católica están "conviviendo" dos Iglesias distintas. Hay un cisma real en la Iglesia ... pero sólo una Iglesia puede ser la verdadera. 

De modo que podríamos encontrarnos con un cisma formal: la nueva Iglesia "protestante" (que vive el "espíritu" del Concilio, según ellos) y que rompe con la Tradición de 1950 años de catolicismo ... o la Iglesia que se mantiene fiel a la Palabra de Dios, al auténtico Magisterio de la Iglesia y a la Tradición ... en continuidad con la Iglesia pre-conciliar. 

Lo vamos a ver muy pronto. Lo que sí hace falta es rezar mucho para que Dios ilumine al Papa Francisco a tomar decisiones en función de la fidelidad que debe a la función que representa como vicario de Cristo en la Iglesia, aun cuando ello le suponga el enfrentamiento con todos aquellos que están en su "bando" (elegidos por él) y la confrontación sincera consigo mismo ante Dios: al fin y al cabo, en última instancia, es a Él a quien debe rendir cuentas, cuando llegue el momento del Juicio. 

Personalmente veo casi imposible que no se produzca el cisma formal. Cierto que existen los milagros, pero, ¿se dan las condiciones para que Dios intervenga de un modo extraordinario en su Iglesia? No podemos saberlo. Tan solo está en nuestras manos el rezar con todas nuestras fuerzas al Señor y a la bienaventurada Virgen María, para que la Iglesia fiel se siga manteniendo fiel, caiga quien caiga. Y, como aquel que dice, que Dios nos pille confesados.

José Martí

jueves, 6 de febrero de 2020

Presentación del libro "La poesía olvidada" (José Martí)


DIEGO MARÍN tiene el placer de invitarle a la presentación del libro

LA POESÍA OLVIDADA
de
José Martí Florenciano

Dicho acto contará con la presencia de su autor, en donde él mismo presentará su libro.

Día ------ Viernes, 14 de febrero de 2020
Hora ---- 19:30
Lugar --- EXPO LIBRO C/ Merced, 9 - 30001 MURCIA

AL FINALIZAR EL ACTO, EL AUTOR FIRMARÁ EJEMPLARES DE LA OBRA