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miércoles, 10 de octubre de 2018

El SILENCIO del VATICANO ante el Testimonio Viganò, según SPECOLA (9): Sobre la carta de Marc Ouellet y otros



La aparición fantasmal del Papa Francisco con la ya famosa ‘férula bicorna’ ha desatado todos los demonios y el invisible Viganó se hace más presente que nunca. 

Del Sínodo nada. El Papa alienta a rezar el rosario en este su mes. En el sínodo no lo vemos entre las actividades propuestas. Pero lo que hoy desata todos los comentarios es el comunicado de prensa sobre los ‘recientes sucesos’ y la carta del prefecto de la congregación de obispos Marc Oullet dirigida al desaparecido Viganò

Estamos entrado en una espiral de confusión que no hace sino empeorar las cosas y no aclarar nada. Si quitamos la hojarasca y la literatura sin contenido llegamos a la conclusión que el Papa ha ordenado investigar, no tanto a McCarrick, sino a los investigadores de McCarrick. Se intenta saber qué ha sucedido en la maraña curial y quién sabía o no sobre el caso. 

Lo de Oullet , uno de los principales conocedores al tener acceso directo al archivo de su congregación, suena a disculpa no pedida. El defiende su actuación y, quizás sin pretenderlo, confirma muchos de los puntos de testimonio Viganó.

Se habla de golpe del Vaticano pero con disparos de fogueo. De como se negocia en oriente pero se es incapaz de poner orden es casa que cada día está más revuelta. Se dice que se investigará sobre McCarrick, veremos

Se vuelve a los buenos deseos y se nos dice que la pedofilia ya no será tolerada. El tiempo de las palabras ha pasado y, por fuertes y bellas que sean, han perdido todo su valor al faltar la necesaria compañía de los hechos.

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OULLET: FUERTE EN LA FORMA FLOJO EN EL CONTENIDO (9 de octubre)

Estamos viviendo las consecuencias lógicas del testimonio Viganò. Las viejas tácticas de control informativo ya no sirven y lo que está sucediendo lo demuestra. Los medios están interesados en el tema de los abusos y no sobre el Sínodo

La óptica está cambiando en un sentido que consideramos muy positivo. Es un verdadero escándalo que suceda uno solo de los horribles crímenes con menores. Es espantoso el descubrir la hipocresía y doble vida de tantos jerarcas que, por decenios, nos han querido imponer verdaderas aberraciones. Es inquietante descubrir cómo se ha extendido en el seno de la Iglesia una verdadera mafia lavanda que nos invade hasta los tuétanos. 

Hasta ahora nos hemos visto sumergidos en acusaciones genéricas en donde la inmensa mayoría de sacerdotes se ven salpicados por cosas que seguro no han ni imaginado. Sufrimos una perplejidad universal, por silencio de miles de obispos que parece que se han olvidado de su función de pastores.

Pero algo está cambiando. Los casos de abusos siguen su proceso en la justicia civil que, con todas las limitaciones que queramos poner, es la que está haciendo algo. Los procesos canónicos están desaparecidos y ya nadie confía. Se aplican castigos ‘ejemplares’ cuando, ante las evidencias públicas y publicadas, no queda otro remedio. Los abusadores están rindiendo cuentas ante la justicia terrena y confiemos en un cambio de vida antes de llegar a la divina.

Lo que está cambiando es que somos mucho más conscientes de que el verdadero problema ha sido y es la cadena de encubrimiento que, de no ser corregida con urgencia, está convirtiendo a la Iglesia Católica en un secta en la que se pide fidelidad personal y sometimiento a la autoridad superior. Esto ya no es tolerable y la ‘omerta’ ha estallado por los aires

La fidelidad es a la Sagrada Escritura y a la Tradición y todo lo demás no es católico. En la milenaria historia de la iglesia son puestos como ejemplos los mártires y los santos. Los papas, los obispos, los sacerdotes , los laicos son ejemplos en la iglesia si son santos y no al contrario. El sacerdocio, el episcopado, no da la santidad aunque la exige y reclama por su naturaleza. 

En otros tiempos era más fácil cubrir las vergüenzas o que estas quedaran en un ámbito mucho más reducido.  Hoy esto ya no es posible. El buscar culpables abstractos es una vieja táctica que no funciona. 
Podemos repartir culpas al ‘gran acusador’, ‘al clericalismo’, al ‘abuso de poder’, al ‘demonio’; y todo esto queda en un modo de eludir las responsabilidades personales que existen y muy claras.
Las noticias de hoy denotan este caos en el que vivimos y que nadie parece querer aclarar. La carta de Oullet parece contradecir la regla de conducta del cuarto general de la Compañía de Jesús, Claudio Acquaviva: “fortiter in re, suaviter in modo”. Estamos en los tiempos de dureza en las formas y contenido más que flojo.


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VIGANÒ SIGUE PRESENTE (10 de octubre)

Del testimonio Viganò no tenemos muchas novedades, pero sí muchas referencias que sobrevuelan sobre el Sínodo y sobre todas la intervenciones oficiales y oficiosas del Vaticano y de los padres sinodales. 

Los desmentidos generales están dando paso a la confirmación de los hechos porque, al fin, de hechos hablamos. Esto parece un historia infinita que no puede terminar con el silencio que todo parece confirmar.

Specola

NOTICIAS VARIAS, del 6 al 10 de Octubre de 2018



INFOVATICANA

Los médicos del hospital infantil trazan planes para la eutanasia infantil

El Sínodo se acerca a la juventud festivalera con una gala en el Aula Pablo VI

San Francisco y su tiempo, el informe O’Connor, el sínodo de los abusos e inmigrantes, la China catocomunista, Vaticano ofensivo en Escocia.

Viganò el fantasma del sínodo, disco Pablo VI, los cuernos de Papa Francisco, muertos inquietos, Tosatti seis millones. (Specola)

La enfermedad de la Iglesia se llama postmodernismo. El diagnóstico de un teólogo




Viganò: el Vaticano lanza un golpe. Pero para llenar espacios en blanco



¿Por qué Paglia no fue nombrado consejero del Dicasterio para el Laicado, la Familia y la Vida?

Farsa de los abusos: Michigan se ocupa solamente de los “abusos católicos”

INFOCATÓLICA

Indignación en La Coruña por la retirada de la alfombra floral en honor a la Virgen del Rosario

Estrenando collar nuevo: VOX (Bruno Moreno). 

Admiro la paciencia de Bruno en contestar a todos cuantos le preguntan, sobre todo a aquellos que lo insultan y le dicen que es un mentiroso, sin ningún tipo de pruebas. Es un hecho que VOX no ha propuesto en su Programa la no legalización del aborto así como tampoco ha propuesto la no legalización del «matrimonio» entre personas del mismo sexo. Al no proponer algo de una manera explícita, para que no haya lugar a dudas o equívocos, aunque se haga uso de frases grandilocuentes que parecen como que está en contra del aborto o del matrimonio gay, en realidad no realiza propuestas concretas en ese sentido, de manera que todo queda en palabras.

IL SETTIMO CIELO

Nuevo equipo o, mejor dos, en el Vaticano, sobre vida y familia

ONE PETER FIVE

RIP, Vatican II Catholicism (1962-2018) (Peter Kwasniewski)


Selección por José Martí

Arzobispo caldeo: “Una nueva ola de persecución eliminará el cristianismo de Irak” (Carlos Esteban)



Quedan ya tan pocos cristianos en Irak que una oleada más de persecución podría hacerlos desaparecer, asegura el arzobispo caldeo Habib Nafali en entrevista concedida a Catholic News Service.

Años después de la invasión americana y de la célebre foto de George Bush ante el cartel de ‘Misión Cumplida’, la única ‘misión’ que parece estar cumpliéndose a rajatabla en Irak es el exterminio de una comunidad cristiana que lleva sobre esa tierra desde el principio de la predicación apostólica.

Es la desesperada llamada de alarma del arzobispo caldeo Habib Nafali, que llama abiertamente “genocidio” a la ‘limpieza étnica’ de cristianos en los últimos quince años de las zonas donde llevan milenios sobreviviendo.

Las minorías, gente pacífica, están siendo exterminadas por consideraciones estratégica de un “juego global”, asegura Nafali, para quien «una nueva oleada de persecución será el fin del cristianismo allí después de 2.000 años».

El ISIS ha sido vencido en batalla, pero no ha desaparecido; sencillamente, se oculta. Pero, de hecho, se considera que está detrás de una serie de asesinatos de mujeres que vestían a la occidental.

No son ataques al azar: los cristianos de Irak, asegura el arzobispo, sufren “violencia sistemática” encaminada a erradicarlos, a “destruir su idioma, separar a las familias y forzarlos a abandonar” el país. “Si esto no es genocidio, ¿qué lo es?”, concluye Nafali.

Hablamos de una población cristiana más antigua que la mayoría de las europeas. Los cristianos de la región fueron convertidos al cristianismo directamente por los apóstoles, hablan -o, al menos, rezan y celebran- en el idioma que hablaba Jesús y se han mantenido en una proporción decreciente, pero no insignificante, durante casi milenio y medio de dominación musulmana, tiempo en el que han sufrido persecuciones esporádicas y han sido siempre ‘dhimmis’, ciudadanos de segunda clase.

En los últimos quince años, los cristianos en Irak han pasado de un millón y medio -el 6% de la población- a apenas 250.000, un 1%. En los diez años siguientes a la invasión americana de 2003, se han destruido iglesias y monasterios a un ritmo medio de uno cada cuarenta días, asegura el arzobispo.

Los que han salvado la vida, pero no han querido seguir viviendo en estas condiciones de acoso y persecución, la diáspora caldea, están repartidos por setenta países.

Carlos Esteban

Importancia de la verdad y de la Filosofía Tomista (José Martí)


Santo Tomás de Aquino

* Hay verdades que, si son verdad, lo son siempre, independientemente de las circunstancias históricas. Unas son evidentes por sí mismas y no necesitan de ninguna demostración: una manzana es una manzana; un cerdo es un cerdo; dos más dos son cuatro, etc... 

* A otras, en cambio, que no son evidentes en sí mismas, se puede llegar mediante un razonamiento correcto, el cual siempre tiene en cuenta las verdades evidentes, cuales son el principio de identidad: «Todo ente es igual a sí mismo» y el principio de no contradicción: «No se puede ser y no ser, al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto», entre otras, verdades a las que se les conoce como 'principios de la ciencia', sin ser, ellos mismos, ciencia. Estamos situados ahora en las verdades científicas. Toda verdad, sea o no científica, lo es en tanto en cuanto explica la realidad de las cosas. Las cosas son lo que son y de lo que se trata es de conocerlas lo mejor posible, sin negar -lógicamente- su existencia. Existen ciencias filosóficas y ciencias experimentales. A ambas se llega mediante el uso correcto de la razón. 

- Las ciencias experimentales requieren el uso de instrumentos adecuados en la percepción de un determinado fenómeno: así, se requiere de un termómetro para medir la temperatura, de un cronómetro para medir el tiempo, etc ... pero lo común en todas ellas es el conocimiento, lo más completo posible, de la realidad material. Dicho conocimiento viene muy influenciado por el desarrollo de la técnica. Ambas, ciencia y técnica, se suelen desarrollar casi simultáneamente, pues aunque la ciencia precede siempre a la técnica, el desarrollo de la técnica ayuda a la ciencia a progresar, al tener medios más precisos para el acceso a la realidad que le es propia.

- Las ciencias filosóficas estudian igualmente la realidad, pero no sólo la realidad material, sino toda la realidad (también la material), atendiendo a sus causas últimas, y haciendo también uso de la razón. En cuanto al modo de acceso a esa realidad que se pretende conocer, es evidente que realidades como la libertad, el amor, las relaciones humanas, el sentido de la vida, etc ... no pueden ser estudiadas con el mismo método que las ciencias experimentales, pero su objeto es el mismo, igualmente, a saber: el conocimiento de la verdad

Por eso no todas las «filosofías» son ciencias filosóficas: sólo aquéllas que, conscientes de su indigencia, admiten, como una evidencia indiscutible, que existen cosas, y que existe la verdad acerca de lo que esas cosas son.  De ahí que las filosofías de tipo idealista son, en realidad, «ideologías», pero no ciencias filosóficas, pues ponen la razón como objeto que construye la realidad. 

Aquí podíamos colocar a «filósofos» como Descartes, Kant, Hegel, Heidegger, etc..., personas dotadas de una gran inteligencia, pero que han influido negativamente en el conocimiento de lo real, en cuanto tal. Y es que no se trata tanto de partir del «pienso, luego existo», de Descartes, cuanto de una evidencia: «las cosas existen, luego pienso». Y puedo pensar acerca de ellas -y de mí mismo, en cuanto existente- porque he sido creado con esa capacidad de razonamiento

Si se coloca el yo en el centro tenemos las «filosofías» idealistas, que pretenden construir la realidad según su propio enfoque subjetivo. Si, en cambio, se coloca la realidad en el centro tenemos las «ciencias filosóficas», y éstas, a diferencia de las otras, son  realmente «ciencias» pues su objeto es el conocimiento de la realidad existente, una realidad de la que nosotros mismos, como personas (con capacidad de pensar) formamos también parte. 

La filosofía realista es la única que puede considerarse propiamente auténtica filosofía, mientras que las filosofías idealistas son, en cambio, «ideologías» y, por eso mismo, son falsas: para ellas no es la verdad lo que cuenta, sino el propio pensamiento desligado de dicha realidad, la cual «construyen» a su gusto. Por eso hay tantas filosofías idealistas, tantas cuanto «gustos» hay. Lo común a todas ellas es el olvido del ser, al que sustituyen por ... el parecer, el sentimiento, la conciencia, etc.

* Finalmente, existen las llamadas ciencias teológicas: básicamente coinciden con las ciencias filosóficas: estudio de toda la realidad y búsqueda de las causas últimas del ser, pero con un matiz especial: el estudio teológico no se realiza a la luz de la razón, sino a La luz de la fe.  Se pasa de un plano meramente natural a un plano sobrenatural, el cual no suprime lo que es natural, sino que lo perfecciona y lo lleva a su plenitud.

- Es importante subrayar que las «ciencias teológicas» suponen la fe en Jesucristo: éste es el dato inicial -y real- del que parten. Y, en su desarrollo, se proponen un conocimiento cada vez mayor de Jesucristo, sin apartarse nunca, en ningún momento del dato inicial, que es el que se encuentra reflejado en la Sagrada Biblia. Y, de un modo más completo, en el Nuevo Testamento, a cuya luz se ilumina y es posible entender mejor el Antiguo Testamento. 

- Ocurre aquí algo parecido a lo que sucedía con la filosofía; y es que no toda «teología» es «ciencia teológica». Cualquier ’teología’ que se aparte del dato revelado deja de ser verdadera teología y se transforma en 'otra cosa', en una «ideología», en tanto en cuanto se aparta de la Verdad revelada. 

Por eso, no tiene ningún sentido dedicarse al estudio de la Teología si no se tiene fe. Sin esta base, que es el fundamento de toda verdadera Teología, todo se derrumba, como un edificio sin cimientos. 

Cuando el «estudioso» de Teología niega, por ejemplo, la «existencia histórica de Jesucristo» o dice que «Jesucristo es un hombre más» o niega su resurrección y ascensión a los cielos, ... En definitiva, cuando el tal «estudioso» no cree en la Divinidad de Jesucristo , en lo que concierne a la Religión Católica hay que afirmar, sin dudas de ninguna clase, que nos encontramos en presencia de un hereje. ¿Qué sentido tiene que una persona «estudie» teología, que es la Ciencia de Dios, por definición, si tal persona comienza por no creer en Jesucristo y por no aceptar aquello que no entienda de las Escrituras?

- En la actualidad hay muchos teólogos que no son tales, pues lo único que les importa es su propia interpretación de los Evangelios y del Nuevo Testamento, tal y como hacen los protestantes ... pero no les interesa la Verdad. Interpretan el Evangelio «a su modo», pero no son fieles al Mensaje de Jesucristo, el cual está interpretado fielmente en las Escrituras, en la Tradición y en el Magisterio Perenne de la Iglesia, el cual permanece intacto a través de los siglos, independientemente de las diferentes circunstancias históricas de cada momento ... por la sencilla razón de que son Palabra de Dios ... Y esa Palabra es siempre actual.

- La vuelta al estudio de Santo Tomás de Aquino, con su filosofía del «Esse», del «Acto de ser», es esencial si se quiere entender e interpretar correctamente el Mensaje de Cristo.  Así se ha entendido y así se se ha llevado a la práctica en la Iglesia desde hace ya unos ochocientos años. Y bajo la influencia de este estudio serio de los escritos de santo Tomás de Aquino, son muchos los que han ido conociendo a Jesucristo, con una profundidad cada vez mayor; y, en consecuencia, lo han amado; porque es imposible conocer de verdad a Jesús y no amarlo.

- Ésa es la razón por la que siempre se ha aconsejado que en los Seminarios se enseñe la Filosofía Perenne de la Suma Teológica de santo Tomás  de Aquino, una filosofía que, al estar basada en el Ser, conduce con más facilidad al conocimiento de la realidad de las cosas y, por lo tanto, al autor de todas ellas ... y, en definitiva, al conocimiento de Jesucristo, quien dijo, como sabemos muy bien: «Yo soy la Verdad» (Jn 14, 6). « Quien me sigue no anda en tinieblas» (Jn 8, 12). 

- Todos los Papas desde el Concilio de Trento y, en particular, a partir de san Pío X, quien combatió el Modernismo, suma de todas las herejías, incluyendo asimismo los Papas posteriores, hasta Pío XII,  han aconsejado el estudio de santo Tomás de Aquino en los seminarios e, igualmente, el estudio del latín, para una mejor comprensión de la Teología y de los Evangelios. 

- En lo que se refiere al latín, el propio Papa Juan XXIII, en su Constitución apostólica «Veterum Sapientia», año 1962, fecha anterior al Concilio Vaticano II, habló de la importancia fundamental del latín ... aunque los hechos posteriores han demostrado que no se le hizo mucho caso, por no decir ninguno

- Y aunque, a primera vista, pudiera parecer que no es tan importante el estudio de Santo Tomás, la apostasía actual generalizada, si se estudiara el fenómeno a fondo, demostraría posiblemente que es debida, en gran parte, al abandono del estudio de la filosofía tomista en los Seminarios, pues los nuevos sacerdotes salen, en general, con una escasa formación en el verdadero conocimiento de Jesucristo, con lo que eso supone para la vida de la Iglesia y para los fieles: un auténtico desastre, en todos los sentidos, también en el pastoral. Los resultados saltan a la vista.
José Martí

Cardenal Ouellet confunde los hechos, se convierte en acusador de Francisco



En su dura réplica del 7 de octubre al denunciante Viganò, el cardenal de la curia Marc Ouellet arruina los hechos.

Él afirma que el papa Francisco se olvidó de la información que él obtuvo de Viganò sobre el cardenal McCarrick, porque en ese mismo día recibió a muchos otros nuncios y fue sobrecargado con información.

Esto no es cierto. Viganò no informó a Francisco sobre el cardenal McCarrick el 21 de junio, cuando los dos se encontraron por primera vez en el contexto de una gran audiencia para muchos nuncios, sino dos días más tarde, el 23 de junio, cuando se le concedió a Viganò una audiencia privada.

Esta segunda audiencia tuvo lugar después de la Misa dominical de Francisco, hasta el Ángelus a las 12 horas del mediodía, y duró cuarenta (!) minutos. Ésta fue la única audiencia que Francisco concedió en esa mañana.

En consecuencia, la defensa de Ouellet se convierte en una acusación: Ouellet admite que Francisco fue informado sobre McCarrick y no hay motivos de por qué él podría haber “olvidado” la información explosiva que recibió de Viganò.

Escucha, acompañamiento, apertura y otros 'slogans’ (Carlos Esteban)



La primera semana completa del sínodo, en cuya misa inaugural el Papa nos advirtió que el discernimiento cristiano no es “un slogan”, cierra con algo muy, muy parecido al vacío acompañado de ‘slogans’.

Tres han destacado: acompañamiento, escucha y apertura. Nada que objetar a ninguno de los tres, salvo que uno debe saber a qué y cómo acompaña, qué escucha y a qué se abre. Es decir, que los tres conceptos están vacíos, no son nada en sí mismos y valen no ya para cualquier religión, sino para cualquier ideología.

En definitiva, en algún momento hay que definir realidades espirituales concretas que den sentido a ese acompañamiento -también se puede acompañar al infierno, por ponernos tremendos , a esa escucha y a esa apertura, o lo mismo será escuchar a un charlatán o abrirse al hedonismo.

No ayuda mucho a matizar que también nos aconsejara aprender de los jóvenes a “caer en posturas moralistas o elitistas”. Honradamente, no veo en qué sentido pueden ‘los jóvenes’ enseñarnos eso. Si hemos de juzgar por las redes sociales, donde los jóvenes tienen una presencia desproporcionada, no puede decirse que anden en general ayunos de ‘moralismo’, bien al contrario, aunque su moral no sea exactamente la católica.

De hecho, uno de los puntos fuertes de esta primera semana, llamémosle voz de alarma, ha sido la declaración del arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, cuando ha advertido contra esa manía, tan de electoralismo político, de halagar a los jóvenes insistiendo en que todos, incluso la Iglesia, tenemos que aprender de ellos. 
“Esto es halago vacío, y enmascara una pérdida de confianza adulta en la belleza y el poder perennes de las creencias que hemos recibido”, dijo. “En realidad, los jóvenes son demasiado a menudo productos de la edad, modelados en parte por las palabras, el amor, la confianza y el testimonio de sus padres y maestros, pero profundamente hoy por una cultura que es, a la vez, profundamente atrayente y esencialmente atea”.
Perfecto, salvo en el sentido de que Chaput parece estar tomándose muy en serio que muchos consideran una distracción o una coartada y que aburre profundamente a los periodistas destacados en el Vaticano, deseosos más bien de noticias sobre encubrimiento de abusos.

Si los jóvenes pueden tener algún interés en acercarse a la fe es porque buscan respuestas y certezas; quieren escuchar, mucho más que ser escuchados. Y, desde luego, con toda una sociedad de consumo que vocifera en sus oídos, lo último que necesitan es que se les anime desde la Iglesia a huir del ‘moralismo’ -de la moral cristiana, imaginamos- o a mostrar aún mayor apertura.

Nuestra sociedad camina a toda velocidad hacia la descristianización total, y en ese sentido se pueden establecer interesantes analogías con el principio de la predicación cristiana, los factores que hicieron que una extraña secta judía se extendiera por todo el sofisticado Imperio Romano hasta conquistarlo
Por supuesto que habría acompañamiento, apertura y escucha, pero con un contenido, y un contenido innegociable que cambiaba sus vidas radicalmente y por el que estaban dispuestos a morir. Y algo así es lo que necesitan, si no quieren, los jóvenes de cualquier época.
Carlos Esteban

martes, 9 de octubre de 2018

El absurdo



Hace pocos años, cuando el Sínodo de la Familia, la blogosfera católica se pobló de entradas que expresaban desconcierto, indignación e incredulidad. En estos días, en cambio, en que se está celebrando en Roma el Sínodo sobre los Jóveneslo que brota de esas mismas páginas es, sobre todo, des-precio

La figura del Papa Francisco y de sus principales capitostes está tan devaluada que pareciera que ya nadie se toma en serio las nuevas piruetas que improvisan en la pista del circo en el que han convertido a la Iglesia

El Sínodo sobre los Jóvenes, además de ser un fracaso y probablemente uno de los errores más estrepitosos del pontificado bergogliano, se caracteriza por lo inocultablemente absurdo. Fue inaugurado con una misa en la plaza de San Pedro con muy escasa asistencia de público y, de entre ellos, apenas si había un puñado de jóvenes

“Problemas de logística”, argumentaron en el Vaticano cuando se les preguntó sobre esta elocuente ausencia. En el aula sinodal, las imágenes muestran a un grupo de vejetes que fueron jóvenes en los ’60 y en los ’70 y que quieren enseñarle cómo ser jóvenes a los jóvenes nacidos en el 2000. Verdaderamente, hay que ser muy desvergonzados para pretender dar cátedra sobre el tema en los tiempos que corren, después del rotundo fracaso en que terminó su proyecto, nacido al soplo de los primaverales vientos conciliares y después de los abusos.

La repetida y común cantinela que aparece constantemente, cuando se les pregunta por los motivos de este sínodo, es que la Iglesia quiere escuchar a los jóvenes para poder responder mejor a sus demandas. Yo no sé si pensar que el Papa y los cardenales que allí se asientan son inocentes y virginales palomitas, o más bien personajes cínicos, cargados de un cinismo que se avecina a la senilidad. 

¿Es necesario convocar un sínodo para saber qué es lo quieren los jóvenes del siglo XXI? Lo que la mayoría de ellos quieren es que los dejen seguir fornicando tranquilos y tener un trabajito, no muy esforzado, que les permita tomarse dos o tres vacaciones por año en las que puedan seguir fornicando y consumiendo drogas. 

Éstos son los deseos e intereses de la gran mayoría de los jóvenes del mundo, a los cuales insiste en escuchar el Papa Francisco que dice, una y otra vez, que el Sínodo debe escuchar a todos los jóvenes (“tutti i giovani, nessuno escluso”), con excepción, claro está, de los jóvenes que son buenos católicos, quienes deben ser cuidadosamente excluidos de cualquier expresión eclesial

Más que significativas fueron las recientes palabras del obispo de Münster, Mons. Felix Genn, uno de los delegados alemanes del Sínodo: cuando el representante para los jóvenes del episcopado germano afirmó que allí no tienen ni siquiera en el radar a los jóvenes “tradicionalistas posmodernos” que prefieren formas más tradicionales de piedad como la misa latina, el prelado repuso: “Debo decir decididamente que no me interesan los seminaristas del tipo pre-conciliar, y que no voy a ordenar a ninguno de ellos”. Una Iglesia abierta a todos, menos a los católicos.

Cerrazón para los católicos piadosos-pelagianos y avinagrados en lenguaje pontificio-, pero indiscriminada apertura a la diversidad, no solamente de religiones o ausencia de ellas, sino también sexual. 

Una de las sorpresas de este Sínodo es que en su Instrumentum laboris aparece la preocupación por los jóvenes católicos pertenecientes al colectivo LGBTDespertó gran ruido la inclusión de esas siglas en un documento oficial de la Santa Sede, y fueron defendidas por el cardenal Baldisseri, secretario del Sínodo. 

Y no es para menos la preocupación, porque podrían estar también incluidas en el documento final de esta magna reunión que, según un reciente documento firmado por el Pontífice, constituye verdadero y propio Magisterio (“Si es aprobado expresamente por el Romano Pontífice, el Documento final participa del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro”. art. 18 de la Constitución Apostólica Episcopalis communio). 

¿Alguien podría haber aventurado hace algunos años, aun en la peor de sus borracheras, que el Magisterio de la Iglesia, una de las tres fuentes de la Revelación de Dios a los hombres según los ultramontanos, podría incorporar a su lenguaje esta expresión tan repulsiva? 

Pero lo peor no es la sigla, sino lo que dice el Instrumentum laboris
"Algunos jóvenes LGBT, a través de distintas contribuciones que llegaron a la Secretaría General del Sínodo [lo cual es falso: se trató de una incorporación directa de la secretaría del Sínodo, como demuestra Tossati en el sitio recién linkeado], desean «beneficiarse de una mayor cercanía» y experimentar una mayor atención por parte de la Iglesia, mientras que algunas Conferencias Episcopales se cuestionan sobre qué proponer «a los jóvenes que en lugar de formar parejas heterosexuales deciden formar parejas homosexuales y, sobre todo, quieren estar cerca de la Iglesia»" (197). 
La verdad es que cuesta mucho creer estar leyendo algo de este tenor. ¿Es posible que las más altas esferas de la Iglesia se estén haciendo esas preguntas? ¿Es posible que alguien que conserva algo de fe católica pueda convocar un sínodo para preguntar qué debe responder la Iglesia a los jóvenes que son “lesbianas, gays, bisexuales y travestis” (LGTB) y a los que deciden formar pareja con alguien del mismo sexo? 

La respuesta la puede dar un niño con el catecismo bien aprendido: deben seguir el evangelio de Jesucristo, ajustándose al cumplimiento de los mandamientos, huyendo del pecado y practicando las virtudes, en este caso, especialmente la castidadEs la respuesta que se daría a cualquier hijo de vecino. 

“No es lo mismo”, dirán algunos misericordiantes: “Eso es fácil para quienes son heterosexuales y pueden casarse. Pero ¿y quienes no lo son?”

Pues a los que no lo son, y son LGBT, la Iglesia también les ha dado una respuesta desde hace siglos: «Tendrán que aguantarse y aceptar la cruz que el buen Dios cargó sobre sus espaldas»

Todos los cristianos se aguantan de muchas cosas: todos ellos de comer carne los viernes y los casados de salir con la vecina. Los que nacieron celíacos, se aguantan de comer alimentos con gluten y los que nacieron petisos se aguantan de jugar al basquet. ¿Por qué, entonces, los "LGBT» deben tener licencia para infringir el sexto mandamiento? ¿Será, acaso, que aparearse es condición necesaria para entrar al Reino de los Cielos?

Pero los absurdos se multiplican

Mirando al azar algunas microentrevistas hechas a los cabecillas de esta nueva Iglesia, encontramos que el cardenal von Schönborn dice que el Sínodo debe dar respuesta a lo que preocupa a los jóvenes de hoy. En su país, Austria, los jóvenes tienen mucho miedo al futuro, sobre todo la ecología y la falta de trabajo. Le preguntaría yo al purpurado si se puso a pensar que hace exactamente cien años, en su propio país, los jóvenes también tenían miedo al futuro, y no precisamente porque se estaban destruyendo los arrecifes de coral sino porque la guerra acababa de destruir su propio país; y tampoco temían porque no sabían si podrían perder su trabajo sino porque habían perdido a sus padres, hermanos e hijos en esa misma guerra. La situación era un tanto más grave que la actual, y a ningún iluminado pontífice de la época se le ocurrió convocar un Sínodo para resolver esos interrogantes. 

El cardenal Ravasi, por su parte, afirma que los jóvenes de hoy poseen un nuevo lenguaje, por lo que los padres sinodales deberán aprender su sintaxis y estilo propio, cuyas dos características principales son las “frases esenciales” y las “imágenes”, es decir, el empobrecimiento supremo del lenguaje que termina convertido en una suerte de lengua tarzánica. 

Notemos que la propuesta del purpurado no se orienta a convencer a los jóvenes que recuperen la riqueza de sus lenguas, es decir, que se civilicen, sino más bien a que toda la Iglesia, que fue la garante y transmisora de la civilización durante viente siglos, se barbarice, a fin de estar en sintonía con los jóvenes, volviendo a un lenguaje tribal.    Me pregunto si este señor, que paradójicamente es el presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, no tiene pensado redactar un catecismo con emojis: 🕍 + 🙏🏿 = 😀

Finalmente, es muy curioso analizar el discurso del Santo Padre al inicio del Sínodo

Comienza invitando a todos a hablar “con coraje y parresía” y, poco más adelante arremete contra el clericalismo que consiste, según explica, en “considerar que se pertenece a un grupo que posee todas las respuestas y que ya no tiene necesidad de escuchar ni de aprender, o que finge escuchar. El clericalismo es una perversión y es raíz de muchos males en la Iglesia

Sin embargo, hacia el final, se despacha contra los blogs (los blogs católicos, se entiende) que, como explicaba con prosa ciceroniana su amigo el cardenal Madariaga, son “redes fecales”. La curiosidad está en que son justamente los blogs los únicos que pueden hablar dentro de la Iglesia con coraje y parresía, puesto que los que lo hacen a viva voz, son prontamente misericordiados. 

Y resulta que la mayoría de los blogs está en manos de laicos, por lo que no corren el peligro de ser clericalistas. ¿En qué quedamos entonces? ¿Criticamos o no criticamos? ¿Hacemos parresía o no la hacemos? 

¿O no será, más bien, que las críticas que hagamos deben ser el eco de las críticas que hace el Papa Francisco y no críticas al Papa Francisco? La parresía, en tiempos francisquistas, tiene un techo muy bajo
The Wanderer

Bella Dodd: Infiltración comunista masónica (P. Michael Rodriguez)


Duración 9:11 minutos

El micrófono de un cardenal fue apagado durante su intervención en el Sínodo de los Jóvenes




ENGLISH

On the first day of the Youth Synod the microphone of an unnamed cardinal was cut off.

Katholisch.de (October 7) writes that the incident was followed by “minor protests”. The Cardinal was not allowed to conclude his statement. Usually such humiliations are inflicted only on representatives of the Catholic wing.

Synod delegates were told from the beginning that after four minutes their microphone will be cut off.

A similar incident happened on the Second Vatican Council. Under the pretext of having breeched the protocol, the microphone of Cardinal Ottaviani - the leader of the Catholic faction - was turned off on the third day of the Council.

ESPAÑOL

El primer día del Sínodo sobre la Familia, el micrófono de un cardenal anónimo fue apagado.

El sitio web Katholisch.de escribe el 7 de octubre que el incidente estuvo seguido de “protestas menores”. Al cardenal no se le permitió concluir su declaración. Habitualmente, este tipo de humillaciones son infligidas solamente a representantes del ala católica.

A los delegados del Sínodo se les dijo, desde el comienzo, que después de cuatro minutos su micrófono sería apagado.

Un incidente similar ocurrió en el Concilio Vaticano II. Bajo el pretexto de haber violado el protocolo, el micrófono del cardenal Ottaviani el líder de la fe católica-
 fue apagado el tercer día del Concilio.

lunes, 8 de octubre de 2018

Does Cardinal Ouellet Believe that Pope Francis Is God?


Duración 3:02 minutos

Does Cardinal Ouellet believe that Pope Francis Is God?

Cardinal Marc Ouellet, the Prefect of the Congregation for Bishops, has strongly attacked whistle-blower Archbishop Viganó in an Open Letter published on Sunday. At some point, an angry Ouellet even accuses Viganó of “blasphemy” because the latter dared to criticize Pope Francis’ failures. According to Merriam-Webster, blasphemy is the act of showing contempt for God. This implies that Ouellet believes that Pope Francis is a divinity.

Pope Francis “Overlooked” McCarrick

About the fact that Viganó informed Francis already in June 2013 Ouellet writes to Viganó, “I strongly doubt that McCarrick interested Francis to the extent that you believe since he was an archbishop emeritus at the time and seven years without a post.” “Testimone82” commented on Gloria.tv: “Excuse me, a Pope so merciful, inflexible with abusers, a herald of the Gospel, attentive to the needs of the neighbor and the Church, consecrated to his mission, of highest personal and moral integrity who simply 'overlooks' the case of the serial sodomite McCarrick, scourge of seminarians and entire generations of priests, without a minimum of sensitivity because he is too busy with other things?”

“Very Disturbing”

Deacon Nick Donnelly commented on Twitter about this photo taken at an embarrassing Saturday night show organized in the context of the Youth Synod in the Paul VI Hall in the Vatican. Donnelly calls the photograph “very disturbing”. Quote, “The figure of the ‘Resurrected Christ’ looks ominous and threatening.” He added, “How many images more do we need to see that there is something seriously wrong with Bergoglio’s pontificate?”

Cardinal Eijk: Speaking to the Right, Acting to the Left

Utrecht Cardinal Wim Eijk, an alleged critic of Amoris Laetitia, whom many consider to be a – quotation mark – “conservative”, named Father Anton ten Kloster as the new rector of the seminary in Utrecht, Netherlands. The Dutch journalist Henk Rijkers has called this a “bad decision”. According to Rijkers, Father ten Kloster is a Bergoglio partisan and propagandist of Amoris Laetitia.


Ouellet censura a Viganò pero confirma su testimonio



El cardenal canadiense Marc Ouellet ha respondido a la petición de Viganò de que cuente lo que sabe con una carta abierta en la que censura duramente al arzobispo al tiempo que confirma lo esencial de sus acusaciones.

Cuando uno lee en un respetado diario nacional “El Vaticano documenta la falsedad de las acusaciones del ex nuncio Viganò contra el Papa”, espera exactamente eso: que documente, y que con los documentos en cuestión demuestre que lo que se dijo es falso. De hecho, uno echa inmediatamente en falta una ilustración con los ‘documentos’ en cuestión.

Solo que estamos ante un titular terrible que no tiene nada que ver con la realidad.

En su último comunicado, el ‘arzobispo rebelde’ Viganò, después de reafirmarse en todo lo que dijo en su célebre testimonio, hace una apelación directa al cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de Obispos, para que cuente lo que sabe.

La cosa va así: aunque Viganò hace bastantes comentarios en su testimonio, el núcleo de su acusación es que el Papa levantó una sanción privada que su predecesor había impuesto al ya defenestrado pero aún arzobispo emérito Theodor McCarrick, a cuenta de sus andanzas homosexuales con curas y seminaristas.

Aparte del esperable ‘asesinato de carácter’, la principal baza de quienes negaban las acusaciones de Viganò era negar que existiera tal sanción por parte de Benedicto que, al ser privada, no iba a ser fácil demostrar. Estaba en su contra, por ejemplo, que se sabe que McCarrick, lejos de desaparecer en un oscuro convento, dedicado a una vida de oración y penitencia, siguió bajo los focos cuanto quiso y participó en los actos que le dio la gana, incluida la misa de despedida de Benedicto XVI.

Y es cuando Viganò apela a Ouellet, y Ouellet responde con una carta pública a la que probablemente no sea ajena el hecho de que fuera recibido por Su Santidad inmediatamente antes.

Y lo que hace Ouellet en su carta es criticar durísimamente la ‘traición’ de Viganò… Al tiempo que viene a confirmar su relato en lo fundamental. Por ejemplo, como hemos dicho, era fácil negar que hubiera sanción de ningún tipo, porque el sujeto en cuestión no se comportaba exactamente como un sancionado. Y mientras no existan documentos fehacientes o hable el Papa o lo haga Benedicto, ahí podría quedar la cosa.

Pero, no: Ouellet confirma que McCarrick fue, de hecho, “exhortado firmemente a no viajar ni aparecer en público” y a llevar “un estilo de vida discreto de oración y penitencia” a cuenta de “rumores con respecto a su comportamiento en el pasado”. Eso suena a sanción privada, ¿no? Y a que Francisco tenía que saberlo cuando empleó a McCarrick en delicadas misiones diplomáticas, especialmente en el controvertido asunto del acuerdo con el Gobierno chino.

Uno de los medios más sólidamente entusiastas de este pontificado, el americano National Catholic Reporter, llegó a reconocer en su día que Benedicto había “puesto a pastar” a McCarrick pero que con Francisco “está de vuelta y más activo que nunca”.

Por otra parte, no parece demasiado honesto en Ouellet que hable de “rumores”, cuando dos obispos, dos, ya habían pagado considerables sumas en acuerdos extrajudiciales a víctimas de los abusos de McCarrick. Uno de esos dos obispos, como ya informamos, publicó una nota de prensa para aclarar que había informado a sus superiores del caso, como es natural.

Por lo demás, y con independencia de la sanción, Viganò asegura haber informado personalmente a Francisco de los escándalos de McCarrick. Ouellet no lo pone en duda, pero responde: “Tú dices que informaste al Papa Francisco el 23 de junio de 2013 sobre el caso McCarrick en la audiencia que te concedió a ti, como a tantos otros representantes pontificios de los que él encontró por primera vez ese día. Imagino la enorme cantidad de informaciones verbales y escritas que él debió recibir en aquella ocasión sobre muchas personas y situaciones. Dudo grandemente que McCarrick lo pueda haber interesado al punto que tú has hecho creer, ya que en ese momento era un Arzobispo Emérito de 82 años y ya llevaba siete sin encargo”.

Bien, Ouellet está diciendo que el Papa no estaba muy interesado en el hecho de que un cardenal arzobispo emérito de Washington, uno de los prelados más poderosos de Estados Unidos -si no el más-, que había sido pieza esencial en el nombramiento de varios obispos en ejercicio -como Farrell, Cupich y Tobin- fuera un depredador homosexual siempre que sus ‘parejas ocasionales’ fueran mayores de edad. ¿Es eso?

Imaginamos que el Papa tiene muchas cosas en la cabeza -como el Cambio Climático o la inmigración masiva- y es difícil llevar la cuenta de los cardenales que se lleva a seminaristas a su casita de la playa.

Después de sugerir que el castigo no era realmente un castigo -y fallar estrepitosamente, como vemos-, Ouellet pasa a explicar que la rehabilitación tampoco es tanta rehabilitación. “Nunca he oído al Papa Francisco hacer alusión a este autodenominado gran consejero de su pontificado para los nombramientos en América, aunque él no oculta la confianza que deposita en algunos prelados”, asegura el cardenal en su carta abierta.

Eso me recuerda ligeramente al comentario del propio Francisco bromeando cuando fue preguntado por el ‘lobby gay’ dentro de la Curia y diciendo que el nunca había visto un carné de miembro de dicho lobby. Es curioso en un pontífice que se ha destacado en sus ataques contra la Mafia; ¿o cree Su Santidad que los mafiosos sí tienen carné?

El caso es que muchos sí recuerdan que McCarrick tenía un lugar muy especial en la confianza de Francisco. Rocco Palmo, uno de los periodistas que mejor conocen el mundillo eclesial, nada sospechoso de veleidades ‘antifrancisquistas’, contaba ya en 2016 en su afamado blog ‘Whispers in the loggia’ que “Francisco considera a McCarrick uno de sus héroes”. Cuenta también Palmo que a mediados de septiembre de ese mismo año, McCarrick “escribió una carta al Papa… solicitando el nombramiento de Joe Tobin como obispo de Newark”, en un momento del proceso en el que ni siquiera se había mencionado el nombre del actual arzobispo”. No sé, eso suena a influencia de “gran consejero”, Eminencia.

La enorme influencia de McCarrick sobre Francisco en el nombramiento de obispos americanos también la confirmaba en 2014 otro gran vaticanista, Sandro Magister, cuando escribía: “Se cree que el nombramiento de Cupich se lo han recomendado al Papa con especial entusiasmo el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y, sobre todo, por el cardenal Theodore McCarrick.”

En definitiva, la carta de Ouellet le hace un flaco favor a sí mismo y a Francisco. Confirma más que desmiente lo que denuncia Viganò y su gran acusación parece ser, leyendo entre líneas, que cómo se le ocurre montar todo este lío que deja mal a la Iglesia.

Por lo demás, hay un hecho incontestable: Viganò no tenía nada que ganar y sí mucho que perder haciendo público su testimonio. Se ha convertido en un paria, a su edad, está desaparecido, lo ha perdido todo. Ouellet, por su parte, es prefecto, y tiene algo que ganar y nada que perder con la carta que ha hecho pública.

A continuación, la carta de Ouellet:

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NOTA: Para no hacer excesivamente larga esta entrada, he estimado conveniente poner un enlace a dicha carta, concretamente a Secretum Meum Mihi, porque ahí, además, hay también una visión crítica inicial antes de la carta. Si se quiere leer ya, directamente, la carta, puede hacerse igualmente en Il Settimo Cielo. O, sencillamente, ir a la página web de Infovaticana, sin más.