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miércoles, 12 de septiembre de 2018

Los escándalos de Juan XXIII y Pablo VI (Hemos Visto)


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Es necesario, por tanto, esforzarse por plantearse preguntas incómodas e improrrogables, por dolorosas que sean, en vista del estado en que se encuentra la Iglesia de Nuestro Señor: ¿cómo se puede ensalzar como modelos a quienes desencadenaron la destrucción del catolicismo?
La apostasía de un clero cada vez más arrogante merece ser como mínimo desenmascarada, y desde luego no expresando opiniones personales sino lo que dijeron los propios pontífices preconciliares que en su día previnieron de lo que constituía un grave peligro para la Iglesia y que se materializaría poco después: el Concilio Vaticano II, es decir, el intento de destruir el Magisterio perenne creando una nueva iglesia.
No cabe la menor duda de que Juan XXIII y Pablo VI son los responsables de esta tragedia. Dos papas muy diferentes en cuanto a personalidad pero unidos por un mismo objetivo: transformar la Iglesia.
El primero, de carácter bonachón y simpático, extrovertido y astuto diplomático; el segundo, tímido y de aspecto triste, casi oprimido por su propia introversión. Muy diferentes y al mismo tiempo muy unidos.
Se sabe ciertamente de la estrecha amistad que los unía, hasta el punto de que en una carta del pontífice bergamasco al entonces cardenal Montini fechada el 4 de abril de 1961 encontramos una confesión que deja boquiabierto: «Debería escribirles a todos los obispos, arzobispos y cardenales pero, entendiéndose que es a todos, me contento con escribir al arzobispo de Milán, ya que con él los llevo a todos en el corazón, así como él los representa para mí a todos». [Hebblethwaite, Giovanni XXIII. Il Papa del Concilio, p.485]
Tanta amistad está justificada por la común complicidad en conducir a la Iglesia al terreno minado del falso ecumenismo, condenado no sólo por Pío XI en la encíclica Mortalium animos, sino también por Pío XII, que advirtió: «[Los obispos] velarán asimismo no sea que con el falso pretexto de que hay que dar más importancia a lo que une que a lo que separa se fomente un peligroso indiferentismo».[Acta Apostolicae Sedis 42-0950-142-147].
Palabras caídas en saco roto si tenemos en cuenta el discurso pronunciado por Roncalli cuando tomó posesión del cargo de Patriarca de Venecia en la basílica de San Marcos el 15 de marzo de 1953: «Me preocupo siempre más de lo que une que de lo que separa y es causa de controversia». Concepto que recalcó su amigo Montini que, ya como Pablo VI, lo confirmó en su encíclica Ecclesiam suam: «Con gusto hacemos nuestro el principio: pongamos en evidencia, ante todo tema, lo que nos es común, antes de insistir en lo que nos divide».
Tenían, además, la idea de que todo seguidor de las otras religiones era grato a Dios como el cristiano, porque aceptaban en todo el llamado cristianismo anónimo del jesuita Karl Rahner (auténtico tótem de la iglesia vaticanosegundista), que sostenía que incluso quiene no cree en Cristo sería verdaderamente cristiano.
Si nos fijamos bien, este principio es diametralmente opuesto a lo que predicó San Juan apóstol: «Si viene alguno a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis. Porque quien le saluda participa en sus malas obras» (2 Jn, 9-10).
Que con estos dos pontífices se produjo un cortocircuito con el Magisterio de la Iglesia lo confirma también la encíclica Quas primas de Pío XI (6 de diciembre de 1925), que dice lo siguiente sobre la realeza social de Cristo: «La peste que hoy inficiona a la humana sociedad (…) Juzgamos peste de nuestro tiempo al llamado laicismo, con sus errores y abominables intentos».
También en este caso la doctrina cayó en saco roto: cuando Roncalli era delegado apostólico en Turquía, el futuro papa respondió al subsecretario de relaciones exteriores turco, que reivindicaba la laicidad del Estado: «La Iglesia se guardará bien de socavar o discutir esa laicidad». Lo mismo que hizo su sucesor Pablo VI.
Juan XXIII y Pablo VI, siempre unidos y siempre resueltos a levantar una Iglesia puesta al día, hoy llamada conciliar. Una iglesia en la que el modernismo estalló con tal violencia que aún sigue tronando en todas partes y en casi todas las parroquias agrupadas en la neorreligión conciliar, pagando los fieles las consecuencias con el continuo lavado de cerebro a que son sometidos por el clero conciliar.
Todo ello por culpa de la actividad política izquierdista que el papa Roncalli, en plena sintonía con el entonces monseñor Montini, tejía a diestra y siniestra una serie de conciliaciones con el mundo secularizado que habían sido siempre condenadas por el Magisterio perenne de la Iglesia. No es de extrañar que todo el edificio levantado por la Iglesia para contrarrestar el mal fuera gradualmente desmantelado por los dos papas del Concilio Vaticano II.
Juan XXIII, aclamado como el papa bueno, lo que hizo fue abrir las puertas de la Iglesia a la síntesis de todas las herejías, como lo definió en la encíclica Pascendi Domenici gregis en santo papa Pío X: el modernismo. Éste fue el primer golpe asestado contra Nuestro Señor, derribando una de las dos columnas sobre las que se apoya la Iglesia: la Doctrina.
De derribar la otra columna, la Liturgia, se encargó Pablo VI.
Montini comenzó por suprimir mediante la instrucción Inter oecumenici 48§1, la oración que rezaban al final de cada misa el celebrante y los fieles postrados de rodillas a la Virgen y a San Miguel, príncipe de los ángeles (¡auténtico exorcismo redactado por S.S. León XIII tras ver en una visión que en el futuro la Iglesia sería atacada por el demonio!)
Conviene destacar que el Padre Pío no estaba en modo alguno de acuerdo con tal decisión de Montini (como es sabido, ni siquiera había tenido buenas relaciones con Roncalli), y continuó rezándola hasta que murió en 1968.
A raíz de ello, la Misa que siempre había celebrado la Iglesia fue sustituida por una nueva celebración: el 3 de abril de 1969 el papa Pablo VI, por la constitución apostólica Missale romanum, introdujo novedades radicales en el modo de celebrar la Misa: el Novus ordo Missae. Es decir: teniendo en cuenta las barbaridades a las que ha dado carta de ciudadanía, es lo más alejado que pueda haber de la Misa verdadera instituida por Cristo.
De ahí la resistencia de tantos sacerdotes santos y valientes –entre los que se cuenta monseñor Lefebvre– para los cuales el único motivo válido que puede tener un católico para resistirse a la autoridad de la Iglesia es la Fe.
En concreto, por lo que atañe a la liturgia, sólo la fe puede motivar el rechazo del nuevo rito de la Misa, y la razón fundamental por la que ningún sacerdote ni fiel puede aceptar el Novus Ordo es precisamente porque «representa, tanto en su conjunto como en sus detalles, una notable desviación de la teología católica », como pusieron de relieve los cardenales Bacci y Ottaviani (Breve examen crítico del Novus Ordo Missae, dirigido en 1969 a Pablo VI).
Semejante apartamiento de la teología católica es fruto de un acercamiento, deseado y consentido, a la doctrina y la liturgia protestante, como declaró el propio Pablo VI al instaurar el nuevo rito: «El esfuerzo solicitado a los hermanos separados para que se reencuentren debe corresponderse con el esfuerzo, igualmente mortificante para nosotros, de purificar la Iglesia romana en sus ritos para que se vuelva deseable y habitable» (J. Guitton, Pablo VI secreto, Ediciones Encuentro.)
De hecho, como es sabido, Pablo VI pidió a seis pastores protestantes que formaran parte de la comisión encargada de elaborar la nueva Misa. Uno de ellos, Mark Thurian, de la comunidad de Taizé, declaró con motivo de la publicación del nuevo misal: «Esta Misa renovada no tiene nada que pueda molestar verdaderamente a los protestantes evangélicos» (M. Thurian, en La Croix, 30 de mayo de 1969).
El resultado ha sido que lo largo de los años la Iglesia Católica se ha ido protestantizando poco a poco. Y otro motivo de esa protestantización es que el Santo Oficio, que se creó para contrarrestar la herejía luterana (en 1542) y hacia el que está comprobado que Juan XXIII sentía repulsión (!) duró hasta Montini (1964), que lo desmanteló.
Monseñor Lefebvre, defensor de la tradición de la Iglesia, nos dejó estas palabras: «Es indudable (…) que debemos combatir las ideas que están de moda en Roma y expresa el Papa. Las combatimos porque no hacen otra cosa que repetir lo contrario de lo que han declarado y enseñado solemnemente los papas durante siglo y medio. Entonces, hay que elegir. Es lo que le dije a Pablo VI. Nos vemos obligados a escoger entre vosotros, los del Concilio, y vuestros predecesores. ¿A quién hay que dirigirse? ¿A los predecesores que afirmaban la doctrina de la Iglesia, o a las novedades del Concilio Vaticano II que vosotros habéis confirmado?»
Es la pregunta que interpela la conciencia de todo fiel que quiera seguir siendo católico. Y es la pregunta que nos plantea el Señor: «El Hijo del Hombre, cuando vuelva, ¿hallará fe en la Tierra?» (Lc. 18,8).
(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Artículo original)

PETICION DE RENUNCIA A FRANCISCO (Church Militant)


Duración 8:36 minutos

Publicado el 28 ago. 2018

Declaracion de Churchmilitant (Michael Voris) a Francisco luego del grave escandalo en U.S.A. por abusos sexuales que involucra a la Jerarquia. 

Testimonio de Viganò,  ex nuncio de EE.UU

En su declaración, Viganò testifica que el papa Francisco y sus compañeros liberales estuvieron involucrados directamente en el ocultamiento de los abusos homosexuales del cardenal McCarrick.

Noticias varias 8 al 11 de septiembre de 2018



GLORIA TV

Ritual pagano durante una beatificación celebrada por el cardenal Becciu

Hay "una guerra en la Iglesia": cardenal pro-homosexual Schönborn

Nuevos hechos por el periodista pro-Francisco refuerzan [la denuncia de] Viganò


LIFE SITE NEWS

Pope Francis to meet with U.S. cardinals Thursday to discuss McCarrick debacle (Lisa Bourne)

El ministro de Salud de Irlanda busca forzar a todos los médicos a respaldar el aborto

La iglesia en Estados Unidos se desangra, se anuncia el fin del silencio esperando hechos (Specola)



La situación en Estados Unidos es más que complicada. Son muchos los obispos que están pidiendo a gritos que se aclare toda esta situación, caiga quien caiga, porque es insostenible y está desangrando la iglesia católica. 

El odium plebis crece y cualquier intervención de los obispos acusados en el testimonio Viganò es interpretada en esta óptica. Los seminaristas de Chicago están enfadados con las explicaciones del inefable Cupich. A Wuerl le abandonan hasta los monaguillos que no quieren aparecer a su lado en las celebraciones públicas. 

La cadena de despropósitos sigue porque estamos ante la posible destitución más grande de cardenales de la historia. El problema es que todo esto afecta de lleno al Papa Francisco que ha sido quien los ha promocionado, en contra de tantas opiniones, siguiendo las voces de las sibilas amigas como McCarrick. 

En Chile se fió ciegamente del padre Arana y ha dejado la iglesia a los pies de los caballos después de organizar un lío monumental que todo ha complicado y nada ha resuelto. Lo de estados Unidos es otro caso en el que ha obedecido ciegamente los gustos deplorables de McCarrick y ha colocado a su gente es puestos clave. 

Es posible que estemos a las puertas de otro histórico “nos hemos equivocado” que necesariamente no se puede quedar en palabras. Los católicos americanos están muy hartos y ya están tomando sus decisiones.

Viganò está desaparecido y le recomendamos que siga así. Es el consejo que le dieron a Lutero ante la invitación de ser juzgado en Roma: “No vayas porque no saldrás vivo”. No vemos a Viganò muy devoto del reformador pero en este caso le conviene seguir su sabio ejemplo.

Se anuncian clarificaciones sin nombrar, ni de lejos, la maldita palabra Viganò. Cuanto más tiempo pasa más claro está todo y cuanto antes se actúe más contenidos serán los daños.
Imaginen ustedes un cristiano que, siendo homosexual, 1) aspira al sacerdocio y entra al Seminario ; 2) recibe el sacramento del Orden sagrado sin problemas de conciencia; 3) consigue el nombramiento de Obispo, a pesar de que se había hecho un experimentado depredador sexual, especializado en seminaristas y sacerdotes jóvenes; 4) procura y acepta la condición de Cardenal de la Santa Madre Iglesia; 5) Se convierte en promotor de otros cardenales; 6) actúa como consultor imprescindible de Papa Francisco, ¿Parece increíble, no es cierto? Pues dantur casus.

Esto se ha producido, está a la vista de todos, y por ahora no ha sucedido nada: sólo silencio y anuncios de alguna aclaración que esperemos vendrá antes del juicio universal. No es posible que los sufridos fieles, con los que se cuenta sólo para aplaudir y pagar, tengan que permanecer callados. Si por hablar y denunciar se aplican excomuniones será la medalla más preciada en estos tiempos de cobardías y complicidades. (...)

Nuestros colegas de la specola vaticana están estos días entretenidos analizando los meteoritos. Visto como están las cosas en nuestro pequeño planeta mejor buscar consuelo en la migajas que nos vienen del mundo extraterrestre. Hoy celebramos los 17 años del 11-S que ha cambiado tantas cosas en el mundo. Nos sumamos al dolor de los familiares.

«Los inmorales, idólatras, adúlteros, afeminados, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios» (1 Cor 6, 9-10)

Buena lectura.

Specola

ENLACES

IL CARD. WUERL PROIBISCE A UN GIORNALISTA SCOMODO DI ENTRARE IN CHIESA. LA FOTO SULLA LISTA “WANTED”.

caso-vigano-scelta-vaticano-non-stare-piu-silenzio-massimo-franco-vaticano-papa-francesco

Adesso Papa Francesco stravolge il Consiglio dei cardinali

Caso Viganò, in arrivo i “chiarimentiˮ della Santa Sede

Messa del prete gay, il tabù di una scomunica doverosa

Abusos; la cúpula del episcopado estadounidense se reunirá con el Papa

Alla Specola Vaticana il primo seminario sulla cura delle Meteoriti e dei campioni extraterrestri

Palermo, la missione di Biagio Conte in fermento: il Papa si fermerà a dormire

Benedetto ha ancora tanti nemici Negli Usa gli scandali sessuali dissanguano la Chiesa

Caso Viganò, in arrivo i “chiarimentiˮ della Santa Sede

Suore protestano in strada in India: «Rimuovete il vescovo che ha stuprato una consorella»

“Presto chiarimenti sul caso Viganò”. L’annuncio del Consiglio dei 9 cardinali

Il Papa pronto a cambiare alcuni cardinali del C9. A breve la risposta sul caso Viganò

Cardinal Bergoglio of Buenos Aires: Some More Unanswered Questions (Henry Sire)



When I wrote The Dictator Pope, I pointed out the failure of the cardinals in 2013 to inform themselves about Cardinal Jorge Bergoglio’s record as archbishop of Buenos Aires, for if they had known about it even superficially, they would not have voted for him. The more that is known about that record, the truer this appears. It is becoming increasingly clear that Cardinal Bergoglio was not merely below the standard usually expected in a papal candidate; he represented, in his close contacts if not in his own personal conduct, a link to some of the most corrupt features of the South American Church. Several examples of this need to be described.
  1. The swindle against the Sociedad Militar Seguro de Vida
In my book, I touched on a financial scandal in Buenos Aires that erupted shortly before Bergoglio became archbishop. The revelations made since then about the figure who was at the center of it, Monsignor Roberto Toledo, give it an even more sinister aspect than appeared at the time.
The story is as follows: in 1997, Jorge Bergoglio had been for five years an auxiliary bishop of Buenos Aires, and he had been granted the right of succession to Cardinal Quarracino, who was ailing and who died the following year. Quarracino had links with a bank, the Banco de Crédito Provincial, owned by the Trusso family, who were regarded as pillars of the Church and were close friends of the cardinal. Quarracino had been instrumental in securing for the BCP the large account of the Argentine military pension fund, the Sociedad Militar Seguro de Vida, and in 1997, the latter was asked to make a loan to the archdiocese of Buenos Aires of ten million dollars, underwritten by the BCP. The meeting to arrange this contract was held at the offices of the archdiocese, but Cardinal Quarracino was too ill to attend; he was represented by his general secretary, Monsignor Roberto Toledo. When the moment came to sign the contract, Monsignor Toledo took the document out of the room on the pretext of taking it to the cardinal, and he shortly brought it back with a signature, which, as later appeared, had in fact been forged by Toledo himself.
Monsignor Toledo was an egregious example of the corrupt clergy whose prominence in the Church is being highlighted ever more by the pontificate of Pope Francis. He was a homosexual and was known to have a male lover, a gym instructor, who served as a channel of the Trussos’ financial influence with the archdiocese. Within a few weeks of the conclusion of the loan, but for unrelated reasons, the BCP went into bankruptcy; it was revealed to have large debts that it could not pay, and the Sociedad Militar’s money, deposited with the bank, was lost. When the Sociedad tried to recover its loan of ten million dollars from the archdiocese, Cardinal Quarracino denied having ever signed the contract.
The cardinal died shortly afterward, and Archbishop Bergoglio took over as his successor. In his biography The Great Reformer, Austen Ivereigh represents Bergoglio as the man who brought financial probity to the finances of the archdiocese of Buenos Aires [1], but he omits a number of details crucial to the case. The first is the way Archbishop Bergoglio handled the Sociedad Militar’s claim for the restitution of its ten million dollars. He appointed as the archdiocese’s lawyer to manage the case one of the shadiest figures in the Argentine legal system, Roberto Dromi, a man who has been prosecuted for numerous offenses of corruption [2]. The mere employment of such a man by Archbishop Bergoglio should be a major cause of scandal. Dromi harassed the Sociedad to such an extent over its claim that in the end, the Sociedad was obliged to drop it.
The Trusso family were ruined by the collapse of their bank, and some of them claimed that they had suffered injustice. In 2002, the journalist Olga Wornat interviewed Francisco Trusso and asked him why he did not speak to Bergoglio about the forged signature. He replied: “I have asked for an audience, my wife has asked for an audience. My son. My brother. He won’t receive us[.] … He escapes, he doesn’t want to hear. It must be because his tail is not too clean. He must have signed something” [3].
Even more significant is Archbishop Bergoglio’s kid-glove handling of Monsignor Toledo. He was first sent back to his hometown without any sanctions. In 2005, he was tried for fraud, but no sentence was ever passed. This treatment falls into the pattern of Bergoglio’s habitual inaction in cases of misdemeanor, but there is a special detail to it: as secretary to Cardinal Quarracino back in 1991, Monsignor Toledo was the man responsible for rescuing Father Bergoglio from the internal exile to which the Jesuits had consigned him and getting him appointed auxiliary bishop of Buenos Aires. Ever since, Bergoglio has been interested in preventing the reputation of either Cardinal Quarracino or Monsignor Toledo from being tarnished by the scandals that gathered round them [4].
A macabre postscript to this story emerged in January 2017, when Monsignor Toledo, who had been officiating for eighteen years as a parish priest in his hometown, still unpunished, was accused of murdering a longtime friend of his and forging his will [5]. We are given a glimpse here into the consequences of Bergoglio’s famous clemency, and we begin to get a sense of the personalities to whom he owed his rise in the Church and with whom he consorted while in office.
  1. The Catholic University of Argentina and the IOR
Another incident mentioned in my book relates to the Catholic University of Argentina, of which Bergoglio was chancellor ex officio as archbishop of Buenos Aires. His agent here was Pablo Garrido, who was financial manager of the archdiocese and whom Bergoglio also appointed financial manager of the university (a post from which he was removed in 2017). The university, which had a rich endowment of 200 million dollars, provided Archbishop Bergoglio with the financial sinews he needed in his attempts to gain influence in the Vatican, whose finances had been left in a disastrous state by the illegal activities of Monsignor Marcinkus and his successor, Monsignor de Bonis.
Between 2005 and 2011, some 40 million dollars were transferred from the Catholic University of Argentina to the Istituto per le Opere di Religione (the Vatican Bank), in a transaction that was supposed to be a deposit but which the IOR has hitherto treated as a donation. (Just this year, the reports are that this misappropriation has begun to be remedied, but only partially.) Pablo Garrido was responsible for this transfer, against the protests of members of the university who pointed out that the university, as an educational foundation, could not make a donation to a foreign bank. Together with the case of the Sociedad Militar Seguro de Vida, this is one of the obscure financial episodes in Archbishop Bergoglio’s administration that deserve to be studied in depth by a qualified researcher.
  1. The episcopal cronies of Bergoglio
Equally revealing is a look at Cardinal Bergoglio’s close associates in the Buenos Aires episcopate. The first to consider is Juan Carlos Maccarone, whom Bergoglio made an auxiliary bishop at the beginning of his tenure, in 1999. In 2005, Maccarone was dismissed from the episcopate by Pope Benedict after he was filmed having sexual relations with a homosexual prostitute in the sacristy of his cathedral. Yet Cardinal Bergoglio publicly defended him, asserting that the filming was a setup to bring the bishop down because of his left-wing political commitment. Maccarone, it is worth noting, declared that everyone was aware of his homosexual activities and he had been appointed bishop regardless of them.
Another friend and protégé of Cardinal Bergoglio was Joaquín Mariano Sucunza, whom he consecrated auxiliary bishop in 2000 although he knew that Sucunza had been cited in a divorce case as the lover of a married woman, whose husband accused him of having destroyed their marriage [6]. Bishop Sucunza has continued ever since as auxiliary and was indeed appointed by Pope Francis as temporary administrator of the archdiocese in 2013 after Bergoglio’s own elevation to the papacy.
  1. Protection of sexual abusers
No offense has been more damaging to bishops in recent years than the accusation of not having acted with diligence against priests suspected of sexually abusing children. Several bishops have had their careers destroyed over this issue, not always in cases of obvious culpability. Pope Francis himself proclaimed a “zero tolerance” policy in this area and supposedly introduced a new reign of transparency. Yet if we look into it, we find that his own past career is studded with episodes deserving fully as much scrutiny as those that have brought other prelates down.
The first case to be noticed is that of the priest Rubén Pardo, who was reported to an auxiliary bishop of Buenos Aires in 2002 for having invited a fifteen-year-old boy to his house and sexually abused him in bed. The mother of the boy had great difficulty in getting the ecclesiastical authorities to admit the case; she considered that Cardinal Bergoglio was protecting the guilty priest and was indignant at his giving him lodging in a diocesan residence. She complained that when she tried to speak to the cardinal at the archiepiscopal residence, she was ejected by the security staff. The priest died of AIDS in 2005; in 2013, a Buenos Aires court obliged the Catholic Church to pay the family compensation for the harm they had suffered. The mother’s opinion on the handling of the case was: “Bergoglio’s commitment is just talk.” (Ese es el compromiso de Bergoglio: de la boca para fuera[7].
Another instructive case is that of Father Julio Grassi, who was convicted in 2009 of sexually abusing a teenage boy [8]. What surprises in this case is the exceptional efforts the Argentine Bishops’ Conference, under the chairmanship of Cardinal Bergoglio, devoted to getting Father Grassi cleared, commissioning a document of 2,600 pages for the purpose. It was submitted to the judges after Grassi’s conviction but before they had given sentence and was described by the attorney Juan Pablo Gallego as “a scandalous instance of lobbying and exerting pressure on the Court.”
Let us not deny the importance of defending innocent people against false accusations, but we are not left with the impression of a prelate with a “zero tolerance” record against sexual abuse. Perhaps more significant is a remark by Cardinal Bergoglio to Rabbi Abraham Skorka, published in 2010, a year after Father Grassi’s conviction, that cases of clerical sexual abuse “had never arisen” in his diocese [9]. It is an example of the characteristic habit of Jorge Bergoglio of disposing of inconvenient facts by denying their existence.
Another example of this foible is provided by the father of a pupil at the Jesuit school in Buenos Aires where Bergoglio had taught as a young man in the 1960s. Forty years later, when Bergoglio was cardinal-archbishop, that father was told by his son that the chaplain of the school had indecently propositioned him in the confessional. He reported the case to the cardinal and was shocked to find that he took no action, the response of Bergoglio that we find time and again in the face of misconduct of all kinds. Shortly afterward, the father was astonished to hear Cardinal Bergoglio, replying to a question in a meeting of parents of the school, declare that the problem of sexual abuse and of homosexual clergy was virtually nonexistent in his diocese.
In the light of these facts, the recent revelations about Pope Francis’s complicity in the cover-ups of sexual abuse in the United States fall easily into place. It is entirely in the character of a man who throughout his career had shown complete indifference to accusations of clerical corruption when they came to his notice. When we consider his promotions of Bishop Maccarone and Bishop Sucunza, it comes as no surprise that he was a friend of Cardinal McCarrick, who, in the years before Bergoglio’s election as pope, had already been disciplined by Pope Benedict for his widespread molestation of boys and young men but who was nevertheless able to play an influential role in Bergoglio’s election. It is also completely in character that, on becoming pope, he should have taken as his leading allies prelates such as Cardinal Danneels, who was known to have covered up child abuse in Belgium, and Cardinal Wuerl, whose role in the United States proves to have been equally murky.
We come back to the fact that, if the cardinals had had any inkling of the background of Cardinal Bergoglio’s Church in Buenos Aires, they would never have voted for him. They might not have foreseen Bergoglio’s cavalier attitude to Catholic doctrine, but what they were looking for was a man who would tackle the knotty problems, which had defeated Benedict XVI, of financial and moral reform in the Vatican and of the widespread plague of clerical sexual abuse. If they had been aware of the lack of moral integrity of the clergy with whom Bergoglio had surrounded himself in Buenos Aires, of the financial scandals in his diocese, of his habitual inaction in cases of wrongdoing, of his repeated turning away of people who came to him with complaints, and of his head-in-the-sand attitude toward criticism, it would have been clear to them that this was the last candidate to fit the profile of a reformer.
Henry Sire

[1] Austen Ivereigh, The Great Reformer, 2014, p. 244.
[2] See the articles “Acusan a Dromi de cobrar sobornos. Guillermo Laura dice que el exministro recibió US$ 7 millones de firmas viales” (“Dromi accused of taking bribes. Guillermo Laura says ex-minister received US$ 7 million from road construction firms”) in La Nación, 9 September 1999; and “La Justicia pidió un embargo millonario contra Menem y Dromi. Presunta venta irregular de un terreno de 241 ha. a Radio Nacional” (“Court demands embargo of millions against Menem and Dromi. Alleged irregular sale of 241 ha. plot to Radio Nacional”) in La Gaceta  (Tucumán), 23 April 2008.
[3] Olga Wornat, Nuestra Santa Madre, Buenos Aires, 2002.
[4] See Urgente24 (an Argentine online newspaper), 23 March 2013: “Una causa judicial que todavía le importa al papa” (“A court case that still matters to the pope”). In this article, published just after Bergoglio was elected pope, the author also reports the story related by Bishop Justo Laguna of Morón, that at the time of the 2005 Conclave the Argentine Cardinal Leonardo Sandri remarked to him, referring to Bergoglio: “You’d better pray to St Joseph that this man doesn’t become pope.”
[5] See https://www.infobae.com/sociedad/2017/01/29/una-muerte-dudosa-una-herencia-millonaria-y-un-cura-bajo-sospecha/ (“A suspicious death, a millionaire inheritance and a priest under suspicion”).
[6] See the article by Marcelo González in Panorama Católico Internacional, 20 September 2010: “Obispo Adúltero: Nombre y Pruebas” (“Adulterer Bishop: Name and Proofs).”
[7] See the article in Público, 3 May 2013, “El Papa encubrió al cura que abusó de mi hijo” (“The Pope covered up for the priest who abused my son”).
[8] See BBC News, 24 September 2013, “Argentine priest Julio Grassi jailed over sexual abuse.”
[9] Sobre el cielo y la tierra, a book of conversations between Cardinal Bergoglio and Rabbi Abraham Skorka, published in Buenos Aires in 2010.

martes, 11 de septiembre de 2018

El silencio ya no es tan santo (Carlos Esteban)



Al final, parece que el ‘silencio crístico’ no es la postura más adecuada para responder a las calumnias.

Los miembros del consejo privado de cardenales del Papa Francisco, el célebre C9, tras expresar la esperable “solidaridad plena” con Su Santidad en estos momentos en que la Iglesia está sumida en el escándalo, han anunciado que el Vaticano está preparando una respuesta a las acusaciones formuladas por Monseñor Viganò contra el Santo Padre y miembros presentes y pasados de la Curia.

De la Unión Soviética de Stalin solía decirse que era el único país del mundo en el que el futuro era fijo mientras que el pasado cambiaba continuamente. La razón es que mientras que el destino prefijado, ‘científico’, era la sociedad sin clases y el paraíso del proletariado profetizado por Marx, los cambios, a veces muy bruscos, en la política diaria hacían necesario pintar como ‘malo’ -incluso inexistente- a quien siempre había aparecido oficialmente como ‘bueno’, o sencillamente rebajar la importancia de un personaje para elevar la de otro.

En definitiva, lo agobiante de ser un fiel defensor de Stalin no era sencillamente apoyar políticas disparatadas, criminales y absurdas, sino tener que argumentar vehemente a favor de una postura hoy y de la contraria mañana.

Su Santidad tuvo una sorprendente reacción a la aparición del Informe Viganò, en el que se le acusaba a él mismo y a su Curia de conocer las fechorías de McCarrick y otros e ignorarlas. Ante una pregunta al respecto en la habitual rueda de prensa en el avión, de vuelta del Encuentro Mundial de las Familias en Dublín, dijo que no iba a decir una sola palabra.

Tan desconcertante fue la reacción, al menos para los opinadores, que en los días siguientes lo explicó de forma oblicua en la primera homilía de vuelta en Santa Marta, comparando su silencio con el de Cristo ante quienes le acusaban.

Los apologetas de cámara, los Rosica y los Spadaro, lo cogieron al vuelo y presentaron esta actitud como culmen de santidad y la actitud más adecuada para el hombre de fe injustamente difamado, con mayor o menor eficacia retórica.

Solo que no, parece que no era esa la postura adecuada o, al menos, ya no lo es. El silencio ha durado solo unos días, y ahora sus miñones en las redes tienen que recoger velas y procurar que la gente olvide sus elaborados y sentidos sermones sobre cómo ese santo silencio era la única postura adecuada.

Decía Chesterton que al cristiano se le pide que se quite el sombrero al entrar en la Iglesia, no la cabeza, y el silencio papal es difícil seguir interpretándolo, después del reciente anuncio, como el del santo que no abre la boca ante sus difamadores. Más bien parece el de un hábil político que ‘compra’ tiempo para organizar adecuadamente su defensa.

En realidad, el Papa tiene una defensa extraordinariamente fácil, que no exige preparación alguna ni tiempo para estudiarla, y el propio Viganò la señala en su testimonio: abrir los archivos


El arzobispo ‘traidor’ hace referencia en su texto que las pruebas de todo lo que dice están, en forma documental, en los archivos del Vaticano y de la Nunciatura Apostólica de Estados Unidos; Su Santidad solo tiene que abrirlos y quedar completamente exculpado de los cargos de los que se le acusa.

Carlos Esteban

5 motivos por los que muchos han perdido el miedo a que les llamen 'ultraderechistas’



Si hacemos caso a algunos políticos y periodistas, el principal problema de Europa es el auge de la “ultraderecha”, una palabra asociada a cosas tan feas como el fascismo, la xenofobia y el racismo.

Lo que significa ser ‘ultracatólico’ allí donde a nadie le llaman ‘ultraateo’ o ‘ultraprogre’

Neolengua: 5 métodos de manipular palabras que se usan para que no te atrevas a discrepar

Pero ¿hay tantos fascistas, xenófobos y racistas en Europa? ¿Dónde se habían escondido todos estos años? Tal vez lo que nos tendríamos que preguntar es si todo lo que ciertos políticos y medios nos presentan como “ultraderecha” lo es en realidad o no. El problema para contestar a esa pregunta es cómo identificamos lo que es la “ultraderecha”. Hoy la “ultraderecha” se ha vuelto un concepto cada vez más difuso. Y cuanto más difuso es, más gente le pierde el miedo a ser tachados de “ultraderechista”. 

Os señalo algunos motivos que podrían explicar este fenómeno:

1. A menudo la acusación de ‘ultraderecha’ disfraza el fanatismo del acusador

Aunque presume de “diálogo”, “tolerancia” y “diversidad”, dentro de la izquierda han ido en aumento las posturas dogmáticas, intransigentes e intolerantes de quienes se niegan a dialogar con los que no son progresistas. Para muchos, ser progresista se ha convertido en algo equivalente a ser moralmente superior a los demás, y para ellos no ser progresista equivale a ser una persona malvada y despreciable. Por eso muchos progresistas ya no admiten que nadie les contradiga. No aceptar contradicciones te hace perder facultades para debatir y, a medida que la izquierda va perdiendo habilidades para debatir ideas, el número de señalados como “ultraderechistas” se multiplica. Cada vez más gente asocia conceptos como “intolerancia”, “fanatismo” e “intransigencia” con la actitud, precisamente, de muchos izquierdistas que llaman “ultraderechista”, sin más, a todo el que les contradice.

2. El concepto ‘ultraderecha’ ya abarca a todo lo que no es izquierda

Desde hace años la izquierda está usando la palabra “ultraderecha” para señalar a derechistas, liberales, conservadores, católicos, anticomunistas y patriotas en general, como si todas esas ideas e incluso el mero hecho de amar a tu Patria te convirtiesen en algo equiparable al nazismo y el fascismo. 

La acusación se ha vuelto tan indiscriminada que ha acabado revelando un intento de acabar con el pluralismo ideológico. La idea que se está transmitiendo, en la práctica, es tan sencilla como burda: si no eres de izquierdas, entonces eres de ultraderecha. Como resultado de esto, cada vez más gente percibe que la “ultraderecha” se ha convertido en una acusación tramposa para imponer una especie de pensamiento único, de forma que ser tachado de “ultraderechista” se convierte en una forma de legítima rebeldía.

3. Te llaman ‘ultraderechista’ para que te dejes robar derechos y libertades

Esto lo estamos viendo claramente en España y en otros países con la imposición de la ideología de género. Nos imponen ideas disparatadas sobre la sexualidad e incluso establecen que sean obligatorias en las escuelas, sin posibilidad alguna de discutirlas. Y si lo cuestionas, eres de “ultraderecha”

De esta forma nos están arrebatando derechos y libertades fundamentales, como la libertad de pensamiento, la libertad de educación, la libertad de expresión e incluso la presunción de inocencia (en España se han creado leyes que establecen la inversión de la carga de prueba en casos de discriminación por orientación sexual; es decir, que si te acusan de discriminar, tienes que probar que eres inocente: algo puramente totalitario). 

El mero hecho de afirmar una obviedad biológica -que hombres y mujeres tienen órganos sexuales distintos- es tachado de “transfobia” (otra palabra-policía asociada a la “ultraderecha”), y es objeto de sanciones administrativas, es decir, ordenadas e impuestas por políticos y no por jueces, algo inadmisible en una democracia. Para muchos ciudadanos la elección es clara: tienen menos miedo de ser tachados de “ultraderechistas” que de dejarse robar derechos y libertades a manos de los políticos.

4. Usan la ‘ultraderecha’ para tapar graves problemas sociales

En Europa tenemos un ejemplo con los problemas de inseguridad provocados por la inmigración masiva. En países que sufren olas de violaciones y de otros crímenes provocados por inmigrantes, lo alarmante para el progresismo es que la gente se harte: a eso lo llaman “ultraderecha”

Se trata de problemas que vienen siendo advertidos desde hace años, pero el progresismo hizo oídos sordos a todas esas advertencias, porque no se ajustaban a su visión idealizada de la inmigración. Si los vecinos de un barrio se hartan de que los “okupas” se apropien de viviendas ajenas y deterioren la convivencia, a eso lo llaman “ultraderecha”. El caso es que para cualquier vecino, es mucho más insoportable la delincuencia en su barrio y la presencia de vecinos “okupas”, que el ser acusado de “ultraderechista” por partidos y medios cuyos dueños viven en zonas residenciales acomodadas, a las que no suelen llegar los problemas asociados a la inmigración masiva y a la ocupación ilegal de viviendas: quienes sufren estos problemas son los que menos recursos tienen.

5. Usan la ‘ultraderecha’ para borrar el pasado más incómodo de la izquierda

Recordemos que los nazis eran nacional-socialistas: proponían un socialismo nacionalista. Y el socialismo es una ideología de izquierdas

De hecho, nazis y comunistas se ayudaron entre sí para desestabilizar las instituciones de la República de Weimar: de 241 cuestiones votadas en el Reichstag y en el parlamento estatal de Prusia en 1929 y 1930, nazis y comunistas votaron juntos en el 70% de las ocasiones

Ya en la Segunda Guerra Mundial, el mayor movimiento de resistencia contra la ocupación nazi se organizó en la católica y conservadora Polonia, un país que Hitler y Stalin invadieron tras firmar un pacto secreto para repartirse su territorio. Alemanes y soviéticos llegaron a desfilar juntos en la Polonia ocupada para celebrar su victoria sobre los polacos, y el Partido Comunista de España defendió sin pudor la invasión, siguiendo las órdenes de Moscú.

En Francia, los comunistas contactaron con las autoridades nazis en 1940 para intentar pactar con ellos tras la ocupación alemana del país, y eso después de haber torpedeado el esfuerzo bélico de Francia contra el Tercer Reich. Cada vez más gente conoce estos hechos y ve en el concepto “ultraderecha” un burdo intento de falsear el pasado de la izquierda.

Elentir

NOTA: Hay un artículo de Adelante la Fe, de Christopher Fleming, titulado: "El demonio es de izquierdas". Muy original e interesante.
José Martí

lunes, 10 de septiembre de 2018

De “progres” y “carcas”, divide y vencerás, a rÍo revuelto, la última Misa en Europa, jabalíes romanos (Specola)



Es evidente que la cascada de noticias sobre temas de la iglesia ha crecido desde el testimonio Viganò.

Las noticias se centran en algunos aspectos muy concretos.

Los tenemos que defienden al Papa Francisco haga lo que haga o diga lo que diga. Es una postura un poco ridícula cuando el mismo Papa Francisco ha reconocido que se ha equivocado en diversas ocasiones y ha pedido perdón. El título que más gusta utilizar a los últimos pontífices es el de “siervo de los siervos de Dios” y eso nos indica cual es el verdadero sentido del sacerdocio católico.

Los tenemos también que critican todo lo que venga del Papa Francisco sea lo que sea. Tan absurdo como lo anterior y de hecho vemos como se intenta centrar la atención en algunas cosas y en otras no. Es evidente que el mundo no se divide entre buenos y malos y que las simplificaciones además de falsas llevan a decisiones equivocadas.

Nuestro deseo es ofrecer la información en estado puro y que cada cual , sin manipulaciones, pueda crearse su opinión y juzgar, o no juzgar, lo que crea oportuno.

Es más que evidente que estamos atravesando una crisis sin precedentes en la historia reciente de la iglesia. Los continuos anuncios de primaveras no los creen ni los anunciadores que cada vez lo anuncian menos y con menos entusiasmo.

Plantear lo que está sucediendo como una lucha entre “progres” y “carcas” solo puede ser fruto de ingenuos o de malvados. Nos quieren presentar una iglesia que tiene que ser absolutamente protestantizada y aceptar todos los postulados del nuevo orden mundial. Los cinco años de pontificado de Papa Francisco nos indican que si bien se ven simpatías, y cada uno tiene las que quiere, cambios sustanciales no se han producido. A los carcas se les quiere presentar como grupos que postulan una vuelta al pasado, algunos hablan de caverna, que se presenta como fuera del mundo. Son dos posturas que no dejan de ser caricaturas de la realidad y por tanto falsas. No tenemos dudas de que hay malvados, demoniacos, que juegan con estas caricaturas para llevar el agua a su molino.

Los enemigos de fuera no quieren otra cosa que la división, el divide y vencerás es más que evidente. La petición de unidad es esencial para salvaguardar la verdad revelada y está solo se puede dar en torno a una persona que es Jesucristo. Los retorcidos de dentro juegan con todo esto para que no se hable de lo esencial y las miradas se entretengan en una ridícula y ficticia lucha fratricida y piensan que a rio revuelto ganancia de pescadores.

Las noticias de estos días denotan el desconcierto de fondo que estamos sufriendo. Más mensajes y organismos que de nada sirven y en los que nadie cree. Que si el C9 pasa a ser C6 o no se sabe. Que si la comisión anti abusos promete un teléfono de la esperanza para víctimas. Que si discursos económicos y ecológicos que a nadie interesan. Que si el papa tiene que hablar. Que si es mejor que calle. Mientras tanto el número de fieles disminuye de forma dramática hasta el punto de que algunos pronostican que en 10 años se celebrara la última Misa en Europa.

Roma sigue mostrando sus heridas. Hoy tenemos un turista japonés robado en plena plaza de San Pedro y los jabalíes salvajes que campan a sus anchas por los parques romanos.

“Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús”.

Buena lectura


ENLACES:

Il Vaticano: ci sarà un chiarimento sulle accuse di Viganò

Dagli Usa all’Italia l’abbraccio tra sovranisti e delusi del Papa

Ecco cosa c’è dietro lo scontro interno al Vaticano

Caso Viganò, in arrivo i “chiarimentiˮ della Santa Sede

Neocatecumenali, telefonata a sorpresa del Papa a 800 seminaristi

Papa Francesco convoca a Santa Marta i cardinali consiglieri

Chiesa e pedofilia, attualmente l’Italia non ha speranza di risolvere il problema.

La Commissione anti-abusi: ascoltare le vittime priorità della Chiesa

DISPACCI DALLA CINA. LE PERPLESSITÀ SULL’ACCORDO PECHINO-SANTA SEDE NON VENGONO SOLO DAI CATTOLICI.

La carriera di McCarrick nella finanza vaticana

Ultim’ora: hanno iscritto il Papa alla Confindustria

Roma, branco di cinghiali a spasso vicino alla Cassia. La passante: “Mica vuoi salirmi sull’auto?”

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Caos pedofilia: vertice segreto in Vaticano tra Papa e cardinali Usa

L’eredità e la porpora mancata. Vi racconto l’ex nunzio ferito

Ora Francesco ordina un dossier contro le “bombe nemiche”

Specola

Francisco quiere cambiar la composición de su Consejo de Cardenales


El Consejo de Cardenales de Francisco, al reunirse en un encuentro de tres días hasta el miércoles, emitió una declaración del 10 de setiembre, expresando su “total solidaridad con el papa Francisco frente a lo que ha ocurrido en las últimas semanas”. La formulación se refiere a las explosivas revelaciones del arzobispo Viganò.

La declaración dice además que los miembros le pidieron a Francisco reflexionar sobre la composición del Consejo, “tomando en cuenta la edad avanzada de algunos miembros”.

Los miembros más ancianos son Errázuriz, de 85 años; Monsengwo, de 78 años; Pell, de 77 años; Bertello, de 75 años, y el amigo más íntimo de Francisco, Rodríguez Maradiaga, de 75 años.

Nuevas acusaciones contra el cardenal Rodríguez Maradiaga



El cardenal de Tegucigalpa (Honduras), Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, un aliado cercano del papa Francisco, es cómplice del sistema corrupto de Honduras, declaró el sacerdote de origen español Bernardo Font Ribot en una carta al papa Francisco fechada el 5 de julio. Font vive en Amapala (Honduras).

Él escribe que cayó en bancarrota después que, por orden de Rodríguez, colocó en las manos del cardenal sus activos patrimoniales, heredados de su familia. Cuando se quedó sin nada, Rodríguez lo rechazó y lo suspendió como sacerdote después de 50 años de servicio pastoral. En consecuencia, Font ha presentado una demanda civil contra Rodríguez.

Rodríguez designó a Font como secretario ejecutivo de los medios de comunicación católicos en Honduras. Font utilizó su propio dinero, heredado de sus padres (propiedades inmobiliarias, acciones y otros) para llevar a cabo su tarea.

También contribuyó con el Seminario Mayor de Nuestra Señora de Suyapa, y con una parroquia situada en la arquidiócesis de Tegucigalpa.

Desde el comienzo Font informó a Rodríguez sobre sus actividades de negocios en Puerto Rico. Rodríguez le dijo: “No abandone sus negocios, nos ayudan mejor”.

Después de una discusión sobre negocios, que posteriormente se resolvió en paz, junto con el obispo auxiliar Juan José Pineda, Rodríguez suspendió a Font en el 2005, sin brindarle ninguna explicación.

Font escribe que en la Iglesia hondureña hay abusos contra sacerdotes y una crisis dramática que, por ejemplo, consiste en la infiltración homosexual del Seminario Mayor de Nuestra Señora de Suyapa.

También declara que los clérigos que son marginados y perseguidos son los que no están vinculados con el gobierno, y que la jerarquía, con pocas excepciones, está en complicidad con el gobierno dictatorial, especialmente el cardenal Rodríguez.

El Vaticano, a punto de romper el silencio sobre el testimonio Viganò



Esta mañana ha vuelto a reunirse el Consejo de Cardenales con el Papa Francisco en el Vaticano. Se trata de la sesión número 26 desde que el grupo se formara hace 5 años. Lo especial de esta sesión, que acabará el miércoles, es el anuncio realizado por el Consejo en el que se anuncia que habrá cambios en la estructura del Consejo ‘por motivos de edad’ de algunos miembros. El Consejo adelanta también que la Santa Sede va a formular las ‘aclaraciones necesarias’ en relación a lo ocurrido las últimas semanas.

El Consejo de Cardenales, tras la primera reunión de su vigésimo sexto período de sesiones, ha emitido un comunicado a través de la Oficina de Prensa de la Santa Sede en el que dicen que han pedido al Papa “una reflexión sobre el trabajo, la estructura y composición del Consejo mismo, teniendo en cuenta la edad avanzada de algunos miembros”.

El grupo, recordamos, lo forman: el Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin (63); el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz Ossa (85), arzobispo emérito de Santiago de Chile; Oswald Gracias (73), cardenal y arzobispo de Bombay; el arzobispo de Munich y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Reinhard Marx (64); el arzobispo de Kinshasa y cardenal, Laurent Monsengwo Pasinya (78); el cardenal Sean Patrick O’Malley (74), arzobispo de Boston; el cardenal Maradiaga (75), arzobispo de Tegucigalpa; el gobernador de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello (75) y el prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, el cardenal George Pell (77). Como secretario está Marcello Semeraro (70), obispo de Albano.

A juzgar por las edades de los prelados, y refiriéndose a la edad avanzada “de algunos miembros”, podríamos deducir fácilmente la reestructuración en la que se está pensando. Si fuera a irse sólo uno cabría pensar en el cardenal Errázuriz, que es de lejos (quitando al Papa) el de edad más avanzada. Pero el mensaje habla en plural, con lo que en el segundo escalón nos encontramos al cardenal Pasinya, de 78 años, y al cardenal Pell, de 77. Éste último se encuentra aún en Sidney, defendiéndose en los tribunales por un supuesto caso de abusos. Los tres podrían acabar saliendo del Consejo.

En el comunicado se felicita al cardenal Farrell, al dicasterio que el preside, el de los Laicos, la Familia y la Vida y al arzobispo Diarmuid Martin por la organización del IX Encuentro Mundial de las Familias en Dublín.

Por último y no por ello menos importante, el Consejo expresó su “solidaridad plena” con el Papa Francisco frente a lo sucedido en las últimas semanas -entendemos que se refiere al asunto Viganó-, consciente de que en el debate actual la Santa Sede está a punto de hacer las aclaraciones necesarias.

George Weigel también confía en la buena fe de Viganó.



A continuación el fragmento de unas declaraciones de George Weigel a favor del ex-nuncio Viganó:

“La crisis actual de la Iglesia es una crisis de fidelidad y una crisis de santidad, una crisis de infidelidad y una crisis de pecado. También es una crisis de evangelización, porque los pastores sin credibilidad impiden la proclamación del Evangelio, que, como sugieren otros titulares del día, el mundo necesita con urgencia.

Inmediatamente después del “Testimonio” del Arzobispo Carlo María Viganò, y su declaración de que el Papa conocía los pecados de Theodore McCarrick, ex arzobispo de Washington, y levantó las sanciones contra McCarrick que el Papa había impuesto (pero nunca había aplicado seriamente) Benedicto XVI, las polémicas dentro de la Iglesia se intensificaron de inmediato y rebotaron a través de los medios. En este ambiente febril, es virtualmente imposible que alguien diga algo sin levantar sospechas y acusaciones. Pero como conocí bien al arzobispo Viganò durante su servicio como representante papal en Washington, me siento obligado a hablar de él, lo cual espero que ayude a otros a considerar sus muy, muy serios reclamos pensativamente.

En primer lugar, el arzobispo Viganò es un reformador valiente, que fue expulsado del Vaticano por sus superiores inmediatos porque estaba decidido a enfrentar la corrupción financiera en el Governatorato , la administración del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Segundo, el arzobispo Viganò es, en mi experiencia, un hombre honesto. Hablamos a menudo sobre muchas cosas, grandes y pequeñas, y nunca tuve la impresión de que me estuvieran dando otra cosa que no fuera lo que él creía en su conciencia como la verdad. Eso no significa que él consiguió todo bien; un hombre de humildad y oración, él sería el primero en conceder eso. Pero sugiere que los intentos de retratarlo como alguien que deliberadamente hace acusaciones falsas, alguien que no sea un testigo honesto de lo que él cree que es la verdad, no son convincentes. Cuando escribe en su testimonio que está “listo para afirmar [estas acusaciones] en un juramento llamando a Dios como mi testigo”, lo dice en serio. Y lo dice en serio. El arzobispo Viganò sabe que, al jurar tal juramento, estaría tomando su alma en sus manos; lo que significa que sabe que si hablara falsamente, es poco probable que encuentre su alma otra vez.

En tercer lugar, el arzobispo Viganò es un hombre de iglesia leal de cierta generación y formación, criado con una verdadera piedad acerca del papado. Su entrenamiento en el servicio diplomático papal instintivamente lo llevaría a hacer de la defensa del Papa su primera, segunda, tercera y cien prioridades.Si él cree que lo que ha dicho ahora es cierto, y que la Iglesia necesita aprender esa verdad para limpiarse de lo que está impidiendo su misión evangélica, entonces está anulando sus instintos arraigados por la más grave de las razones.

Lo que el Arzobispo Viganò testifica al conocer sobre la base de experiencias directas, personales y en muchos casos documentables en Roma y Washington, merece ser tomado en serio, no descartado perentoriamente o ignorado. El cardenal Daniel DiNardo, el presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, evidentemente está de acuerdo, como deja en claro su declaración del 27 de agosto. Ese es otro paso hacia la purificación y la reforma que necesitamos.”

https://www.firstthings.com/web-exclusives/2018/08/why-we-stay-and-the-vigan-testimony