Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
Fue a él a quien recurrió el alcalde de Callosa de Segura, el socialista Fran Maciá, para cerrar la Plaza de la Iglesia e impedir a los vecinos el paso por ella mientras se procedía al derribo de la cruz dedicada a las 81 personas asesinadas por el Frente Popular en ese municipio durante la Guerra Civil española.
El subdelegado será, este año, el pregonero de la Semana Santa alicantina
La paradoja es que, según informó el 11 de diciembre el Diario Información, José Miguel Saval será el pregonero de la Semana Santa de Alicante este año, por decisión del Consejo Rector de la Junta Mayor de la Semana Santa en esa ciudad. El acto tendrá lugar el 17 de febrero en la Concatedral de San Nicolás.
Según el citado diario, Saval es miembro de la Hermandad de El Perdón, que sale en procesión cada Jueves Santo casi a la medianoche, con los pasos de María Medianera de Todas las Gracias y de Jesús entre los dos ladrones.
La Iglesia Católica en China, obligada a vivir en la clandestinidad, y la Iglesia del Régimen, controlada por el Estado “no son dos Iglesias, sino dos comunidades de fe”, según el cardenal Pietro Parolin, el secretario de Estado del Vaticano. Dijo el 31 de enero a La Stampa queél quiere que ellos “vivan su fe juntos”[bajo control comunista].
Parolin anticipa sufrimientos[para la Iglesia Católica]: “Si se le pide a alguien que haga un sacrificio, pequeño o grande, debe ser claro para todos que éste no es el precio de un acuerdo político”. A través de esta negación, Parolin confirma lo que es evidente.
El cardenal intenta imponer su postura controvertida con fuerza, demandando“fidelidad al sucesor de Pedro”y “obediencia”, aun cuando“no todo parece inmediatamente claro y comprensible”. Además, reclama “confianza, la cual no responde a lógicas mundanas”, pero sacrificar el bien por el mal, jugando con los poderosos para obtener ganancias a corto plazo, es una lógica mundana.
Parolin cree que cambia la realidad a través del cambio de palabras: “Expresiones tales como poder, traición, resistencia, sometimiento, confrontación, fracaso, compromiso, etc., deben dejar paso a otras, tales como servicio diálogo, misericordia, perdón, reconciliación, colaboración, comunión”.
Confirma también que el papa Francisco sigue personalmente los contactos actuales con el régimen chino: “todos sus colaboradores actúan en concordancia con él”.
Sacrificar católicos para agradar a gobiernos anticlericales tiene alguna tradición en el Vaticano:
León XIII sacrificó el catolicismo político en Francia para favorecer al gobierno masónico y Pío XI hizo lo mismo con los cristeros mexicanos.
Adiós "Humanae vitae". A medio siglo de distancia, la encíclica contra los métodos artificiales de regulación de la natalidad que marcó el momento más dramático del pontificado de Pablo VI, rechazada por episcopados enteros, criticada por innumerables teólogos, desobedecida por miles de fieles, ahora cede el paso a una radical reinterpretación, a un “cambio de paradigma” indudablemente querido y alentado por el papa Francisco en persona.
La paradoja quiere que sea Pablo VIel Papa que Jorge Mario Bergoglio más admira y alaba. Y precisamente – son sus palabras – por "la genialidad profética" con la que escribió esa encíclica y por su "valentía de alinearse contra la mayoría, de defender la disciplina moral, de ejercer un freno cultural, de oponerse al neomaltusianismo presente y futuro".
Pero precisamente, "todo depende de cómo se interprete la Humanae vitae", no deja de comentar cada vez el papa Francisco: porque “la cuestión no es cambiar la doctrina, sino profundizar y hacer efectivamente que la pastoral tenga en cuenta las situaciones y lo que es posible hacer para las personas".
Dicho y hecho. Para dar un rol importante al nuevo paradigma interpretativo de "Humanae vitae", con una explicita vía libre a los anticonceptivos artificiales, intervino Maurizio Chiodi, un teólogo de los más acreditados ante al actual Papa, profesor de teología moral en la Facultad Teológica de la Italia septentrional y miembro recién nombrado de la Pontificia Academia para la Vida, ya autor en el 2006 de un libro, "Etica della vita", en el que sostenía la licitud de la procreación artificial.
La importancia de su toma de posición es corroborada por dos hechos concatenados.
El primero es el contexto en el que Chiodi ha dictado la nueva interpretación de "Humanae vitae": una conferencia en la Pontificia Universidad Gregoriana, el 14 de diciembre, en el marco de un ciclo de encuentros, todos dedicados a esa encíclica en el cincuentenario de su publicación, promovidos por la Facultad de Teología Moral de la universidad, dirigida por el jesuita argentino Humberto Miguel Yáñez, pupilo de Bergoglio.
De esta conferencia ha dado un detallado informe la periodista estadounidense Diane Montagna en Life Site News, en su edición del 8 de enero, al cual han seguido las vivaces reacciones de los defensores de la debatida encíclica:
Pero ahora hay más. El domingo 28 de enero la conferencia de Chiodi fue publicada nuevamente con gran relieve en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, "Avvenire", en el suplemento mensual "Noi, Famiglia & Vita", con una nota introductoria que lleva por titulo "Da papa Montini a Francesco, sviluppo nella fedeltà", [Del papa Montini a Francisco, desarrollo en la fidelidad], en la que se lee:
"Es una posición [la de Chiodi] que se inserta acreditadamente en el debate en curso, y que no se entiende como una superación o una crítica a 'Humanae vitae', texto que es y permanece como fruto de una elección profética y valiente para el tiempo y para la situación histórica en la que el papa Montini la concibió, no sin tormentas y no sin haber aclarado que se trataba de magisterio que no era ni infalible ni irreformable. En esta perspectiva, la reflexión del teólogo se entiende como una propuesta que pretende representar el desarrollo de una tradición. Y una tradición, para ser viva y continuar hablando a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, no se esclerotiza sino que se hace dinámica, es decir, se hace coherente con una sociedad que cambia. Don Chiodi tiene la valentía de definir el problema que se plantean desde hace algunas décadas teólogos y expertos de pastoral. ¿Verdaderamente los métodos naturales se entienden como el único camino posible de planificación familiar?".
La nota, como se ve, termina con un interrogante, pero que es totalmente retórico. Las tesis expuestas por Chiodi en su conferencia, en efecto, no son hipotéticas, sino asertóricas. Hay circunstancias – sostiene – que no solo consienten, sino que "requieren" otros métodos, no naturales, para la regulación de la natalidad.
El texto íntegro de la conferencia de Chiodi publicada nuevamente en "Avvenire" – con algún recorte insignificante respecto a la pronunciada en la Gregoriana – está en esta otra página de Settimo Cielo: > Rileggere "Humanae vitae" alla luce di "Amoris laetitia"
Después de haber rediscutido "la responsabilidad subjetiva de la conciencia y la relación constitutiva entre norma y discernimiento" en el surco de la exhortación postsinodal del papa Francisco, Chiodi plantea "la pregunta si los métodos naturales pueden/deben ser la única forma de generación responsable".
Y éstas son las conclusiones a las que llega:
"Lo que la práctica de los 'métodos naturales de fecundidad' atestigua es el carácter responsorial de la generación: también ellos dicen que generar no es crear. Pero el método atestigua más de cuanto pueda garantizar por sí mismo, revela un sentido que lo trasciende. Si la responsabilidad de generar es aquello a lo cual remiten estos 'métodos', entonces se puede comprender cómo en las situaciones en los que son imposibles o impracticables, es necesario encontrar otras formas de responsabilidad: estas 'circunstancias', por responsabilidad, requieren otros métodos para la regulación de la natalidad. En estos casos, la intervención 'técnica' no niega la responsabilidad de la relación generante, así como además una relación conyugal que recurre a los métodos naturales no es automáticamente responsable.
"La insistencia del magisterio sobre los métodos naturales no puede entonces interpretarse como una norma que tiene fin en sí misma ni como una mera conformidad a las leyes biológicas, porque la norma remite al bien de la responsabilidad conyugal y las leyes físicas (physis) de la infecundidad se inscriben en un cuerpo de carne y en relaciones humanas irreductibles a leyes biológicas.
"La técnica, en circunstancias determinadas, puede consentir custodiar la cualidad responsable del acto sexual. Por eso ella no puede ser rechazada a priori, cuando está en juego el nacimiento de un hijo, porque también ella es una forma del obrar y, como tal, requiere un discernimiento sobre la base de criterios morales irreductibles a una aplicación silogístico-deductiva de la norma".
Para beneficio de los lectores, "Avvenire" sintetiza de este modo, en el centro de la página, la reinterpretación de "Humanae vitae" hecha por Chiodi:
"Si hay situaciones en las que los métodos naturales son imposibles o impracticables, es necesario encontrar otros caminos, porque una generación responsable no puede ignorar las ofertas de la técnica".
Es útil agregar que el 27 de junio, el día anterior a la publicación de esta conferencia de Chiodi, también monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida y gran canciller del Instituto Juan Pablo II, dijo en una entrevista publicada en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, aludiendo a "Humanae vitae", que se han hecho "posteriores profundizaciones en el frente de la responsabilidad de la generación", porque "las normas son para hacer vivir a los seres humanos, no para hacer funcionar a los robots" y, en consecuencia, "requieren un proceso de evaluación que debe tomar en cuenta el conjunto concreto de las circunstancias y de las relaciones en las que se encuentra la persona".
Y ya antes que Chiodi pronunciara su conferencia en la Gregoriana, también monseñor Luigi Bettazzi, de 94 años, uno de los poquísimos obispos todavía vivo que participó en el Concilio Vaticano II, había dicho en "Avvenire", el 29 de octubre del 2017, que a cincuenta años de la "Humanae vitae", "ha llegado ahora el momento de repensar la cuestión", porque "no son las doctrinas las que deben cambiar, sino que somos nosotros, con el transcurrir de los años, quienes llegamos a comprender siempre mejor el significado, leyéndolas a la luz de los signos de los tiempos".
Además, ya está actuando desde la primavera pasada la comisión de estudio instituida en el Vaticano para reconstruir la génesis de "Humanae vitae" desde el punto de vista histórico y documental.
Forman parte de esa comisión los monseñores Gilfredo Marengo y Pierangelo Sequeri, del Instituto Juan Pablo II; Angelo Maffeis, del Instituto Pablo Vi, de Brescia, y el historiador Philippe Chenaux, de la Pontificia Universidad Lateranense.
Marengo y Paglia han negado que los trabajos de la comisión respecto a los contenidos de "Humanae vitae" sean una reinterpretación.
Pero es demasiado evidente que la revisación [1] del atormentado recorrido de preparación de esa encíclica – en la que ya entonces las corrientes favorables a la anticoncepción artificial eran mucho más fuertes y apremiantes que las contrarias, apoyadas por Pablo VI – solo podrá beneficiar al cambio de paradigma que está teniendo lugar.
Sandro Magister
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[1] REVISACIÓN: “Examen que se le hace a algo o a alguien”. Los ejemplos que se incluye son: Para entrar en la pileta, es necesario que todos se hagan la revisación médica. Los vehículos de pasajeros deberán ser sometidos a una revisación técnica anual. Destacamos que el vocablo es aplicable a objetos y a personas.
Catholic media is, overall, in a woeful state, most especially Catholic Establishment Media, meaning those who will not or cannot report everything going on in the Church because their bread is buttered by the bishops and their lackeys. It's astonishing really — the claim to be "journalists" and "reporters" and "sources of information" — not really, at least not everything and certainly not the most important things: the dreadful miserable horrible job the bishops and the establishment have done at passing on the Faith. And most Catholic media, with rare exception, who get paid by the Establishment directly or indirectly, report on next to none of this and certainly never place the blame where it needs to go because they would have their names stricken from every monument in Egypt like Pharaoh did to Moses in Cecil B. DeMille's The Ten Commandments.
There are even memes appearing now on social media. When non-journalists start posting memes or news about what Catholic so-called journalists will not report on, then the Establishment Catholic Media has lost all credibility. It's very similar to the networks simply refusing to report on the largest annual gathering in Washington each and every year, the March for Life. Half a million people show up and crickets.
Consider this story, collectively ignored by Catholic so-called journalists. We live in a country where there is mass abortion, sodomites are praised as ideal citizens, there is mass proliferation of pornography, more divorces than marriage, parents mutilating their children's genitals, universal cohabitation and fornication, where it is next to impossible to raise a family with just one parent working, and within the Church liturgical abuse is universal, where there is a massive contingent of sodomite clergy destroying the Church with bishops who covered for their sex crimes against altar boys, where heretical clergy deliberately confuse the faithful and are given platforms to speak from by bishops at conferences, with the Church on the brink of perhaps its greatest schism ever, where Catholic schools are in complete financial ruin and Catholic universities are almost guarantees of losing your faith, where heretical and sodomite clergy create a vocation crisis by booting out or not allowing in various orthodox young men, where these same heterodox clergy pound the drum for women's ordination, where a huge majority of women religious deny some or most of the teachings of the Church and where a huge massive number of poorly formed laity are converting to what essentially amounts to Low Church Protestantism.
All of that is going on and much, much more, and yet President Trump begins enforcing laws about deporting illegal immigrants, and the bishops go ballistic. How on God's green earth could any so-called journalist or reporter within the Catholic world think all of that is not worth reporting on? In private, many will tell you, of course, all of that is newsworthy and needs to be reported but will not say a peep in public because they are paid not to report on it.
The same is true of course of all the rest of the "Catholic glitterati" who make a living tramping from men's to women's conferences and write books and get on Catholic radio to push themselves as reliable Catholics. When they talk about the Faith, for the most part, no real problem. But it's not what they are saying but what they are not saying. They will not talk about the reason — the failure of the hierarchy — as the major contributing factor to the loss of faith of your family and loved ones. To talk about these things means they become unemployed.
They should start speaking the full truth of the chaos in the Church or stop posing as reliable sources. They are every bit as bad as the CNN fake news empire, but in some ways even worse. They deprive you of the necessary knowledge to understand the full context of what is going on in the Church, even though they know it themselves. And for those of you "journalists" who have been forwarded this Vortex and are watching it, do you think that your selfishness will not be weighed in the scales against you at your judgments? Unlike millions of peasant Catholics, you have a bullhorn and know the Truth, but you will not announce it for fear of losing the respect and money afforded you by the shops and Establishment.
In fact, all that only stands to reason. The bishops will not announce the fullness of truth because they fear the loss of respect of men, and you all won't say what needs to be said about them for fear of loss of their respect and your paychecks. You know the truth and will not say it, and the failure to tell the truth and expose the wickedness in the Church costs souls. You hide behind self-motivated claims of saying the truth is "not charitable" when the reality is that you won't say it because you are afraid of the consequences. You are among the most egregious of hypocrites in the Church because you hide behind "charity" while being the least charitable of all because you place your own self-interest over those of souls. So keep soothing yourselves with thoughts of rushing off to speak at this or that Catholic conference and appearing on radio or TV shows. Have you noticed that your audiences are growing smaller and smaller as they age and die? You have contributed to this greatly by your silence. You should fear God much more than men.
From those to whom much is given, much will be demanded.
En el documento se incluye que “quienes imparten materias relativas a la fe y a la moral tienen que ser conscientes de su deber de llevar a cabo su tarea en plena comunión con el auténtico Magisterio de la Iglesia, sobre todo, con el del Romano Pontífice”.
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Pasaré de puntillas, sin ahondar demasiado, sobre el estado, digamos, cuestionable de los estudios eclesiásticos católicos, a juzgar por sus frutos, pero creo no ser el único en pensar que una revisión en profundidad de los mismos no llega ni un minuto demasiado pronto. Por eso he leído con esperanza la noticia sobre la iniciativa de la Santa Sede que supone la publicación de 'Veritatis gaudium', nueva constitución apostólicasobre las universidades y facultades eclesiásticas. Esperanza, no les voy a engañar, teñida de un creo que comprensible recelo. Leo y me encuentro la palabra ‘renovación’, término católico donde los haya. Cristo “hace nuevas todas las cosas” y la perpetua conversión que debe ser la vida de un cristiano no es otra cosa que una continua renovación espiritual. Ese “equilibrio inestable” de lo nuevo y lo eterno -o de lo que es siempre nuevo porque es eterno- es lo que convierte la aventura de la fe en una verdadera ‘historia interminable’. Pero el equilibrio se rompe cuando se pone demasiado énfasis en “nuevo” a expensas del otro término, no menos necesario, de “perenne”. Leo “nueva etapa de la misión de la Iglesia”, “renovación sabia y valiente”, “transformación misionera de una Iglesia «en salida»”, “renovación adecuada del sistema de los estudios eclesiásticos”, “cambio radical de paradigma” (???), “valiente revolución cultural”, “abierta a nuevos escenarios y a nuevas propuestas”… Todo tan nuevo, en fin, que se diría que estamos ante una realidad distinta a la conocida. Uno echa de menos, quizá, alguna referencia más a la Tradición, y de más ese lenguaje tan revolucionario. O, si lo de Tradición suena feo, a los orígenes, a la razón de ser, a la fuente. Por ejemplo, cuando habla de que los nuevos centros de estudio deben empeñarse en un diálogo “orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad”. ¿No falta nada ahí?¿Por ejemplo, no sé, Cristo, la salvación de las almas, la vida eterna, la difusión de la fe, esas bagatelas? Si a lo que deben estar orientadas es a la “naturaleza y a la defensa de los pobres”, cualquier partido de izquierda radical puede cumplir esa misión sin todo el farragoso aparato eclesial. Pero no es ese el punto que más ha llamado mi atención en la constitución apostólica. Quizá recuerden que hace unos días nos hicimos eco de un rumor que recogimos como tal rumor, sin dar credibilidad alguna a su contenido pero señalando cómo resultaba sintomático de la creciente confusión en la Iglesia el hecho de que fuera creíble para no pocos conocedores de los vericuetos vaticanos. Y si es, más que deseable, urgente, que los docentes en materias eclesiásticas impartan sus clases en plena comunión con el Magisterio de la Iglesia, llama un tanto la atención la redacción de Veritatis Gaudium en este aspecto:
“Quienes imparten materias relativas a la fe y a la moral tienen que ser conscientes de su deber de llevar a cabo su tarea en plena comunión con el auténtico Magisterio de la Iglesia, sobre todo, con el del Romano Pontífice”.
¿Sobre todo? ¿Por qué ‘sobre todo’?¿Es más magisterio el que plantea hoy Francisco que el acumulado estos dos últimos milenios? Entendemos que se pueda incluir, aunque resulte redundante, el magisterio que se pueda derivar de este pontificado, pero, ¿sobre todo? Uno no quiere pensar en la reacción airada y unánime de los que hoy saltan voluntarios en feroz defensa de los ‘nuevo aires’ si un Juan Pablo II o un Benedicto XVI hubieran incluido ese “sobre todo” en una constitución similar, poniendo las enseñanzas de sus papados por encima del resto del magisterio.
Este cuadro quedaría incompleto sin referirnos a la Iglesia del Silencio, expresión con la que Pío XII se refería a la Iglesia que sufría la persecución comunista, especialmente en los países de Europa del Este. Esta Iglesia se hacía visible en los cardenales Mindszenty, Beran, Stepinac y Slipyj y en los obispos mártires de China.
Esta Iglesia sufrió, y de qué manera, los nuevos vientos que soplaban de Roma, antes y después del Vaticano II. En su Encíclica Pacem in Terris, año 1963, Juan XXIII ya había blanqueado indirectamente el comunismo al afirmar:
"Se ha de distinguir también cuidadosamente, entre las teorías filosóficas sobre la naturaleza, el origen, el fin del mundo y del hombre, y las iniciativas de orden económico, social, cultural o político, por más que estas iniciativas hayan sido originadas e inspiradas en tales teorías filosóficas, porque las doctrinas, una vez elaboradas y definidas, ya no cambian, mientras que las iniciativas, encontrándose en situaciones históricas continuamente variables, están forzosamente sujetas a los mismos cambios. Además ¿quién puede negar que, en la medida en que estas iniciativas sean conformes a los dictados de la recta razón e intérpretes de las justas aspiraciones del hombre, pueden tener elementos buenos y merecedores de aprobación?"
Habíamos pasado en sólo 16 años de calificar el comunismo como algo “intrínsecamente perverso” a ver los “elementos buenos y merecedores de aprobación”.
Esta encíclica fue tan bien recibida en Moscú que fue publicada en la prensa soviética. En esta situación, y con un Vaticano deseoso de llegar a cualquier pacto con los comunistas es como nace el pacto de Metzy la posterior Ostpolitik. Huelga decir, que para este pacto eran una molestia, tanto los mensajes de las apariciones de Fátima como los cardenales de la Iglesia del silencio.
Para continuar por esta vía abierta antes del Concilio, la llamada Ostpolitik, era necesario reducir al silencio a los mencionados cardenales. Así,Mindszenty y Slipyj encontraron refugio en el Vaticano pero ninguna comprensión. Las altas autoridades de la Curia les calificaban como locos.
Los padres Peter Alagiagian y Peter Leoni habían desempeñado misiones apostólicas de alto riesgo en la URSS. A su vuelta denunciaron la infiltración soviética en la Iglesia ortodoxa, lo que venía a estropear las nuevas amistades ecuménicas. Fueron calificados oficiosamente en círculos eclesiásticos como mentalmente desequilibrados.
En este ambiente se desarrollaron toda una serie de visitas, gestos, discursos y silencios a cual más sorprendente:
- En el año 1963Juan XXIII había recibido en audiencia privada a Alexis Adjubei, director de “Izvestia” –órgano del gobierno soviético-, y a su esposa Rada, hija de Jruschov.
- En 1971monseñor Casaroli registraba en Moscú (podía haberlo hecho en EEUU o Londres) la adhesión de la Santa Sede al tratado de no proliferación nuclear.
- En 1974, también Casaroli, visitaba a Fidel Castro y le manifestaba “la lealtad de la Iglesia católica”. Mientras Fidel inflaba el movimiento de “Cristianos por el socialismo”.
- Monseñor Rotger Etchegaray proclamaba en el Sínodo romano de los obispos celebrado en 1974 que la Iglesia no condenaba el marxismo.
- El ministro soviético Gromyko visitaba cordialmente a Pablo VI en febrero de 1974. En ese momento se estaba desarrollando una persecución terrible sobre Soljenitsin, de la que Pablo VI no dijo nada.
- Esta es la razón por la que el jesuita Floridi criticó duramente a Pablo VI,quien manifestó una enérgica advertencia al general Franco durante el proceso de Burgosmientras nada decía sobre la persecución a los disidentes soviéticos.
- La madre de Vladimir Bukovski, detenido en una manifestación e internado en un psiquiátrico, apeló directamente a Pablo VI sin resultado.
- Durante esos años la Teología de la Liberación se expandió de manera vertiginosa.
Es preciso recordar aquellos años, tristes años, antes de afrontar la simpatía, indudable, de Francisco por el comunismo.
Será indignante, no lo niego, pero no es original.
Capitán Ryder
NOTA: Ricardo de la Cierva se hace eco del trabajo del jesuita Alexis Ulysses Floridi en su libro “La hoz y la Cruz”.
When the great recession occurred in the United States 10 years ago, large banks and corporations got bailed out by the federal government because it was said of them, "They were too big to fail." We see something of that mentality now in the ongoing saga unfolding in the FBI, as regards what is becoming more and more and more clear was an effort to both cover up for Hillary's crimes while at the same time torpedo Trump's campaign.
Emerging evidence now strongly suggests that very high-ranking, anti-Trump personnel at the FBI and the Department of Justice got together and invented the Russia-Trump collusion story as an "insurance policy" just in case Trump won. That quote, by the way, is from one of the inner circle FBI top brass that pulled out every stop to make sure Trump did not win, and if he won, his presidency would be undermined from day one. Having done everything they could do, including apparently spy on him and his campaign, using Democratic and Hillary opposition research as a ploy to get court approval to wiretap him without revealing to the court that it was bought and paid for Democratic Party "research," they then had to create a narrative that if he somehow won, they could immediately launch a smear campaign, implying the election was rigged, phony, manipulated by Russia — illegitimate.
This was done because the belief among the ruling liberal elites was and is their worldview is simply too big to fail. It must be preserved at all costs, even cheating, lying, cover-up, criminal activity. Nothing was too out of bounds to preserve the liberal status quo.
You might begin to see where we are going with this vis-a-vis the Church. There is a worldview among theological liberals, just as there is among political and cultural liberals, that their worldview is correct, is too big to fail and nothing can be allowed to happen which threatens that worldview. Political and cultural liberals are called Democrats with some Republicans In Name Only included.
Theological liberals are called Modernists. Collectively they all comprise what we call the Left. But whether Democrats or Modernists, they all feed from the same trough. They have the same political cultural views and push them aggressively in their respective arenas. And just as in the political world, no lie or disinformation campaign is a bridge too far to conquer the hearts and minds of men. So too in the theological realm, any tactic is acceptable to the modernist cleric to make sure his worldview is advanced and the status quo maintained. This is why solid, orthodox priests are threatened and bullied. This is why if anyone objects to the regular abuses at Masses all over the country or to the horrible Protestant-inspired catechesis or evangelization programs being adopted everywhere by modernist bishops, those people are sidelined, marginalized, practically demonized and discredited as being "divisive" or troublemakers.
The "worldview" in the Church among its liberal elite rulers and cheerleaders is that the Catholic Church needs to abandon its tradition in every area — morality, liturgy, theology and sign on to a more man-centered approach. This, of course, precludes preaching the hard truths and necessitates the destruction of those who stand in the sanctuary and point to the fact that the emperor or bishop has no clothes.This view of a man-centered religion has held sway in the Church for nearly 50 years now and has resulted in the spiritual destruction of hundreds of millions of souls, even those in your own families as you already know.
There has been a desertion of the Faith which has absolutely no precedent in 2,000 years. And just as liberal politics leads to the destruction of economies, nations and civilizations, so too liberal theology leads to the destruction of faith. Yet, the modernists push forward, claiming that the problem in the Church is that liberal so-called reforms have not been implemented enough. All the Church needs according to the likes of various cardinals, bishops and priests is for same-sex marriages to be blessed, to tone down the cultural war language, to ordain women, to downplay or ignore contraception and abortion, to make Mass more happy-clappy and welcoming, to give Holy Communion to those in mortal sin and be less judgmental, to focus on immigration and climate change, to play up the gifts and qualities of homosexuals, especially in the priesthood.
Just like their political counterparts who cling to the idiotic notion that the way you improve an economy is keep raising taxes, these religious leaders believe the way to improve the Church is to keep destroying tradition. Political types are able to refashion a nation to its demise. But while modernists have done much to refashion Catholics' self-view and understanding, they can never reshape the actual Church because that they do not control. She belongs to Our Blessed Lord, and Our Blessed Lord has called each one of us into existence at this precise moment in time to resist these workers of evil in the Church. Many of the leaders are simply wicked. Others are delusional, having been hoodwinked since their seminary days into swallowing this anti-Catholic Catholicism.
It's all based on their view that the Church has been wrong for 2,000 years and now has to get up to date. And they will stop at nothing — nothing — to ensure that tradition is ultimately stamped out, just as their political counterparts feeding at the same trough will stop at nothing to discredit Trump because he is an anathema to their worldview.
It's all part of one large giant mindset dominating both the theological and the political worlds. It must be exposed and opposed, just as political conservatives have started doing as revelations come to light about the crimes and cover-ups of the elites in their circles. Remember, the uproar and furor and feigned shock when Trump tweeted that Obama had wiretapped him. Turns out — looks like — he was right. Political and theological elites will stop at nothing because they believe their worldview is too big to fail.
True Shepherds Remove Confusion: On Friday, Pope Francis told the members of the Congregation for the Doctrine of the Faith how true shepherds should be. True shepherds, according to him, are those "who let the faithful not remain in confusion and in error". Francis himself is accused by leading cardinals and bishops of failing in this point.
Cardinal Asks Francis to Remove Confusion: Cardinal Willem Eijk of Utrecht, Netherlands, speaking to the newspaper Trouw, criticized that there is confusion regarding communion for adulterers. The Vaticanista Francis Rocca sums up Eijk's demand to Pope Francis: "Can divorced and remarried Catholics receive communion or not, just be clear."
No legitimate exceptions: The canon lawyer Father Gerald Murray writes on "The Catholic Thing" that adultery offends God in all circumstances and always. Nobody is allowed to decide whether an evil action is a sin or not. A priest must encourage people to stop sinning. He should not seek reasons that justify clinging to sin.
Communion for adulterers is heretical: The archdiocese of Braga in Portugal, the bishops of Malta and Germany, and the Buenos Aires bishops who received support from Francis, are obviously and seriously wrong in introducing communion for adulterers, the Canon Lawyer Edward Peters writes on his "Canonlawblog". Peters notes that the arguments are known. His conclusion - quote - "we are right in this point and they are wrong."
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TRANSCRIPCIÓN al español
- Los Verdaderos pastores quitan la confusión: El viernes, el Papa Francisco les dijo a los miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe cómo deben de ser los verdaderos pastores. Los verdaderos pastores, según él, son aquellos "que no dejan que los fieles permanezcan confundidos y en error". Francisco es acusado por los principales cardenales y obispos de fallar en este punto.
- Un cardenal pide a Francisco que elimine la confusión: el cardenal Willem Eijk de Utrecht (Países Bajos), hablando en el periódico Trouw, criticó que existe confusión con respecto a la comunión de los adúlteros. El Vaticanista Francis Rocca remite la demanda de Eijk al Papa Francisco: "¿Pueden los católicos divorciados y vueltos a casar recibir la comunión o no, así de claro?".
- No hay excepciones legítimas: el abogado canónigo padre Gerald Murray escribe en "The Catholic Thing" que el adulterio ofende a Dios en todas las circunstancias y siempre. Nadie puede decidir si una acción malvada es un pecado o no. Un sacerdote debe alentar a las personas a dejar de pecar: no debe buscar razones que justifiquen aferrarse al pecado.
- La comunión para los adúlteros es herética: la arquidiócesis de Braga en Portugal, los obispos de Malta y Alemania, y los obispos de Buenos Aires que recibieron apoyo de Francisco, están obvia y seriamente equivocados al conceder la comunión a los adúlteros, escribe el abogado canonista Edward Peters en su blog. Peters nota que los argumentos son conocidos. Su conclusión - cita - es: "Tenemos razón en este punto y ellos están equivocados".