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jueves, 3 de agosto de 2017

El Papa Francisco condena a los católicos “fanatizados” con la claridad doctrinal (comentado por José Martí)


Duración 1:46 minutos

Debajo presentamos fragmentos de la homilía del papa Francisco en Casa Santa Marta el viernes 19 de mayo de 2017 ... el mismo día de los discursos de los firmantes de la dubia, el cardenal Burke y el cardenal Caffarra, en el Foro Romano por la Vida.

¿Es ésta la respuesta del papa Francisco a las ‘Dubia’ de los cuatro cardenales?:

“Entonces nos enfrentamos con dos grupos de personas. El grupo de los apóstoles que quieren discutir el problema y los otros [¿éstos son también apóstoles?] que van y crean problemas, dividen, dividen a la Iglesia. Dicen que lo que predican los apóstoles no es lo que dijo Jesús, y que no es la verdad.”

“Han habido muchos [concilios], hasta el Vaticano II, que clarificaron la doctrina: por ejemplo, cuando recitamos el Credo, es el resultado de concilios que definieron la doctrina … Es un deber de la Iglesia clarificar la doctrina para que se comprenda mejor lo que Jesús dijo en los Evangelios, o cuál es el espíritu de los Evangelios ... “ 


[Esto es completamente cierto]

“Pero siempre existió aquella gente que sin ningún cargo va a turbar a la comunidad cristiana con razonamientos que trastornan a las almas 


[Si un razonamiento busca la verdad, sinceramente, no puede trastornar a las almas sino conducirlas a Jesús. La razón es para usarla, para eso nos la ha dado Dios. Y no se contrapone a la fe] 

‘Eh, no. Éste que ha dicho eso es herético, aquello no se puede decir, aquello no, la doctrina de la Iglesia es ésta …”. 

[El problema no es que digan eso o que dejen de decirlo sino la vedad de las cosas; si al decir que algo es herético, realmente lo es ... si al decir que la doctrina de la Iglesia es ésta, están diciendo la verdad, ¿de qué se les puede acusar?]  

Son fanáticos de cosas que no son claras [¿?] , como estos fanáticos que iban allí sembrando cizaña para dividir a la comunidad cristiana [no sé a qué fanáticos se refiere aquí el papa Francisco]. Y éste es el problema: cuando la Doctrina de la Iglesia, la que viene del Evangelio, la que se inspira en el Espíritu Santo – porque Jesús dijo: ‘Él les enseñará y les hará recordar lo que yo he enseñado’ – aquella Doctrina se vuelve ideología. Y ésta es la gran equivocación de esta gente.” 

[Eso es cierto; la Doctrina no puede convertirse en ideología, pues en éstas la verdad no cuenta; sólo el poder. Los ideólogos buscan imponerse, imponer sus ideas, sus prejuicios, olvidándose del bien común. Y lo hacen con violencia (física o moral) descalificando a quien no se somete a su pensamiento. Piensan que la verdad no existe sino que se construye o se inventa. Las ideologías surgen cuando se niega la posibilidad de la Metafísica y la existencia de la verdad. A ello se debe, en buena parte, la crisis por la que atraviesa tanto el mundo como la Iglesia, desde la Ilustración, con la filosofía moderna de Kant y el abandono de la filosofía perennis de Santo Tomás de Aquino]

“No debemos temer cuando escuchamos las opiniones de los ideólogos de la doctrina. La Iglesia tiene su propio Magisterio, el Magisterio del Papa, 


[ Esto no está bien expresado, a menos que se refiera al papado y a la Tradición constante de la Iglesia y no a lo que se le pueda ocurrir a cualquier papa]

de los obispos, de los concilios, y debemos ir por el camino que viene de la predicación de Jesús, y de la enseñanza y asistencia del Espíritu Santo, que está siempre abierto, siempre libre … ésta es la libertad del Espíritu, pero en la Doctrina … la Doctrina une, los Concilios siempre unieron a la comunidad cristiana … la ideología divide … para ellos la ideología es más importante que la Doctrina: ellos dejan de lado al Espíritu Santo.” 

[Hay que tener en cuenta que, precisamente porque el Espíritu es libre y sopla donde quiere, nadie puede pretender poseer y apropiarse de ese Espíritu, nadie puede hablar de las sorpresas del Espíritu si tales sorpresas son, en realidad, los propios pensamientos; y éstos, para colmo, se alejan de la Doctrina. Ésa es la señal evidente de que tales "sorpresas" no son las del Espíritu no, al menos, las del Espíritu de Jesucristo, las del Espíritu Santo.

¡Qué bueno sería que Francisco indicara con claridad a quiénes se refiere cuando dice "ellos"! ¿Quiénes son ellos? ... ¿Nos estamos refiriendo, tal vez, al cardenal Kasper, al cardenal Marx, al cardenal Schönborn?. No, no tendría mucho sentido que así fuera, puesto que éstos son los encargados de interpretar las palabras del papa; si fuesen ellos, entonces sería él mismo; y es absurdo que tire piedras sobre su propio tejado: ¡se estaría acusando, entonces, a sí mismo, de ideólogo, siendo así que, en su homilía, ataca a los que, según él, son ideólogos! 

Pero si no hablamos de Schonborn, ni de Kasper ni de ninguno de los cardenales que está nombrando, con claras ideas modernistas, ¿qué otra posibilidad hay? ¿En quienes piensa Francisco? Debería de ser más claro, para saber a qué atenernos. 

Y no sé por qué se me vienen a la mente los cuatro cardenales (hoy sólo tres, por el fallecimiento de uno de ellos) que le plantearon las Dubia con respecto a la correcta interpretación de la Amoris Laetitia; y todos aquellos que defienden a estos cardenales... no sé por qué, la verdad. 

Claro está que si eso es así, dado que ellos sólo han pedido, con sumo respeto y cariño, una aclaración con relación al significado exacto de algunos términos ambiguos de la exhortación apostólica Amoris Laetitia; y todo para que resplandezca la verdad y para que los fieles cristianos sepan a qué atenerse ...; digo, que si está pensando en ellos, nada tiene sentido, pues su fidelidad a la Iglesia de Siempre es bien clara y manifiesta y de todos conocida: no son ideólogos en absoluto, sino que se mantienen fieles a la Doctrina, al Magisterio Perenne de la Iglesia (el Papado) y a la Tradición. 

No hay más que fijarse en lo que dijo Jesús: "TODO el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y quien se casa con la repudiada por su marido, comete adulterio" (Lc 16, 18). Y esto es lo que ellos afirman que debe de seguir siendo, pues nadie puede cambiar las palabras de la Biblia. De ideólogos nada. ¿A quiénes se refiere entonces Francisco? Pues váyase usted a saber: tal vez , casi con toda seguridad, se refiera a ellos, pero utiliza un léxico que no es apropiado y que no tiene que ver nada con la realidad, a menos que se trata de un "nuevo insulto" a los que ya nos tiene acostumbrados, cada vez que "se supone" que se refiere a "los cristianos rígidos". Pero sigamos.

En Amoris Laetitia se habla de situaciones irregulares (que no pecados) y de que, con el debido discernimiento, "es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado (...) se pueda vivir en gracia de Dios" (núm 305 de AL) ... "y en ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos", destacando que "la Eucaristía no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y un alimento para los débiles" (nota 351 de AL).

Pero tal afirmación va en contra del Fundador de la Iglesia, esa Iglesia a la que ellos guardan fidelidad y obediencia, la Iglesia de dos mil años; el adulterio fue condenado por Jesucristo EN TODOS LOS CASOS. Y así lo ha sido siempre ... hasta que llegó la Amoris Laetitia ... Ergo, algo falla. La Amoris Laetitia es contraria a la Fe.

Los cuatro cardenales han actuado bien planteando sus Dubia, pues les preocupa la salvación de las almas de los fieles cristianos; saben muy bien que Dios les va a pedir cuentas en el día del Juicio Final acerca de lo que hicieron y, sobre todo, de lo que no hicieron. Si hubiesen callado y se hubieran avergonzado de su Maestro por el miedo al qué dirán o porque los puedan destituir o por cualquier otra razón, ello habría supuesto un grave mal para la Iglesia, para todos los fieles cristianos. Y, puesto que son conscientes de su grave responsabilidad ante Dios, por eso han hablado ... (aquí y aquí) ¡Y ojalá que lo hubieran hecho antes! Aunque hay que decir, en su favor, que este conocimiento público lo tenemos porque Francisco no les ha contestado a ninguna de sus dos cartas. Esto es algo que no dicen quienes los acusan de que tendrían que habérselo comunicado al Papa en privado: ¡Lo hicieron, pero obtuvieron la callada por respuesta! 

UNO CON UNA Y PARA SIEMPRE, HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE. Esto es el matrimonio cristiano, elevado a la categoría de sacramento por el mismo Jesús. Ésta es la Doctrina de la Iglesia. Estos cardenales y aquellos que los apoyan no son ideólogos, sino que aman la verdad, aman a Jesucristo; y se juegan todo por Él. Son dignos de admirar y de imitar. No es el caso de otros cardenales, como Kasper y Schönborn, por ejemplo, que consideran la AL como un acto de Magisterio, cuando no lo es. Éstos son los ideólogos ... 

Y con todo el respeto que me merece su Santidad, por el puesto que ocupa, considero que está cometiendo un grave error ideológico, condenando como ideólogos a los que son fieles y obedientes a la Doctrina y, en cambio, alabando a los que son fieles a Su Santidad (que no a Jesucristo), como si todo lo que dice su Santidad tuviese el carácter de infalible, lo cual es falso, como cualquiera sabe (o debería de saber). 

Hay aquí algo que falla ... y que saldrá a relucir, tarde o temprano, más bien temprano que tarde ... pues de Dios nadie se burla; y digo esto con el mayor respeto del que soy capaz. La Palabra de Dios no puede ser alterada por NADIE, ni siquiera por un Papa]

Hoy es mi deber pedir la gracia de una obediencia madura al Magisterio de la Iglesia, la obediencia a lo que la Iglesia ha enseñado siempre, y continúa enseñándonos 


[¿Es verdad lo que leen mis ojos? ¿De veras se está enseñando hoy lo que la Iglesia siempre ha enseñado? Umm...]. 

Se desarrolla en los Evangelios, se explica cada vez mejor, en fidelidad a Pedro, los obispos y, en última instancia, al Espíritu Santo que guía y apoya este proceso … recemos por aquéllos que transforman la doctrina en ideología, para que el Señor les de la gracia de la conversión a la unidad de la Iglesia, del Espíritu Santo y de la verdadera doctrina.” 

[ No sé por qué, pero esto me anima a rezar por el Papa, porque -a mi modo de ver y de entender- quien está transformando la doctrina en Ideología es el propio Francisco ... Insisto ... ¡a mi modo de ver, constatando el alto grado de confusión que existe hoy en la Iglesia! ]

L’Osservatore Romano, ed. quotidiana, Anno CLVII, n.116, 20/05/2017,

(Traducido por Marilina Manteiga. Artículo original)



José Martí

¿Por que no se habla del Juicio Final? (Bruno Moreno)



El domingo pasado fui a Misa a una de esas parroquias que tienen libritos en los bancos con las lecturas de cada domingo. Los libritos resultan útiles, ciertamente, sobre todo cuando los lectores tienen lo que yo llamo el carisma antipentecostal, es decir, la asombrosa cualidad de resultar incomprensibles para los habitantes de todas las naciones de la tierra, incluida la propia.

El caso es que, merced al libro, además de poder enterarme de lo que se estaba leyendo, me di cuenta de algo muy curioso sobre la lectura del Evangelio de ese día.

Como sabrán los lectores, hay veces en que el Evangelio del día es muy largo y el leccionario litúrgico da al sacerdote la opción de abreviarlo un poco, poniendo una parte entre paréntesis que puede leerse o no, a juicio del celebrante. Por ejemplo, el quinto domingo de cuaresma (en el ciclo A) se lee la resurrección de Lázaro. La lectura completa abarca casi todo el capítulo 11 del Evangelio de San Juan, los versículos 1 a 45. Para que no se haga muy larga, el leccionario ofrece la posibilidad de suprimir todo lo “accesorio” y menos importante, como la conversación anterior con los discípulos y su miedo a ir a Judea, y dejar la lectura en los versículos 3 a 7, 17, 20 a 27 y 33 a 45. Es decir, se pasa de 45 versículos a 27, algo más de la mitad del original.

Esto de acortar las lecturas siempre me ha parecido una posibilidad algo absurda, porque la diferencia puede ser de un par de minutos, pero haciendo un esfuerzo se puede comprender. Lo que resulta mucho más difícil de comprender es lo del domingo pasado.

El domingo, que era el decimoséptimo del tiempo ordinario, el leccionario ofrecía también la opción de acortar el Evangelio (en varios países, no sé si en todos). ¿Por qué se daba esa opción en este caso? No era por la longitud, porque la versión “larga” era de solo 8 versículos, es decir, una lectura muy breve (la versión “corta” no tiene más que tres versículos). La gran mayoría de los Evangelios que se leen en las Misas dominicales son más largos que la versión “larga” del pasado domingo y no se acortan. ¿Por qué entonces esta lectura tan breve sí que se acortaba?

La única explicación imaginable es que a los que compusieron el leccionario les pareció que quizá no conviniese leer la parte que habla del juicio final y el infierno. Los redactores decidieron que siempre había que hablar de que el reino de los cielos era como un tesoro escondido o una perla preciosa y de la alegría de encontrarlos. Sin embargo, creyeron que no era necesario recordar que el reino de los cielos es como una red que recoge toda clase de peces y que, cuando está llena, la arrastran a la orilla para guardar los peces buenos en cestos y tirar los malos. Consideraron que no hacía falta repetir que lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

Es decir, dos de las verdades más olvidadas y rechazadas de nuestra fe y alguien decide que es mejor que no se lean mucho. Precisamente una de las partes del Evangelio que más necesitan escucharse se puede omitir, quizá porque no es tan “positiva” y feliz como el resto. Justamente lo que el mundo ridiculiza, nosotros lo callamos hasta en las iglesias, de modo que los cristianos nunca puedan estar preparados para defenderlo. El mundo camina hacia el abismo y nosotros preferimos no hablar de ese abismo, no sea que alguien se libre de caer en él.

No hay nada de raro en que, por ejemplo, José Antonio Pagola no mencione nunca en sus comentarios las verdades difíciles de nuestra fe, porque con ello no hace más que seguir el ejemplo que ha recibido. Basta leer su comentario al Evangelio de ese domingo para ver que Pagola da por sentado que no se va a leer más que lo de la perla y el tesoro escondido. ¿Cómo no va a concluir, de forma netamente pelagiana, que el “gran proyecto” de Dios es “hacer un mundo más humano”?

¿Cómo nos va a extrañar que una serie de predicadores no hablen nunca del Juicio Final, si el mismo leccionario se lo facilita? ¿Cómo no va a haber multitud de fieles que no crean en el infierno si puede que ni siquiera hayan oído nunca las partes de la Escritura que hablan de ello?

A muchos en la Iglesia les avergüenza una buena parte de la fe y hacen como si no existiera. El problema está en que, no pocas veces, se trata de los encargados de enseñar esa fe a los fieles. El enemigo está dentro y el resultado está a la vista: descristianización, apostasías por millones y aún más millones que permanecen teóricamente en la Iglesia aunque su mente y su corazón hace tiempo que ya están lejos de ella. ¿Qué más necesitamos para despertar de este sueño? Así no podemos seguir.

Bruno Moreno

martes, 1 de agosto de 2017

¿Cuándo va a hablar el Papa de Venezuela?



Secretum Meum Mihi recoge la noticia del diario Clarín, la cual copio a continuación:



OBJETIVO "1984": Respuesta cristiana y triunfo definitivo de Jesucristo (por José Martí) [6 de 6]

Nosotros, cristianos por la gracia de Dios, sí tenemos una respuesta que Winston no supo (¡no podía!) darle a O'brien: 

Frente a un mundo de mentiras, nosotros tenemos las armas necesarias para combatirlo, para su propio bien. Jesucristo ha conseguido ya la victoria para nosotros"En el mundo tendréis tribulación. Pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16, 33). Pero esta victoria, para hacerla efectivamente nuestra, debe de ser por medio de Él, viviendo su Vida en nosotros y estando junto a Él. Tenemos, pues, que poner de nuestra parte. Dios salva a aquellos que desean ser salvados y ponen los medios para ello. Un medio esencial es la fe. Sin ella estamos perdidos, pues "ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe" (1 Jn 5, 4). Según las palabras del mismo Jesús, sabemos que "¡todo es posible para el que cree!" (Mc 9, 23). Razón de más para que le pidamos a Jesús esa fe que tanto necesitamos: "Creo, Señor, pero aumenta mi fe" (Mc 9, 24).

El amor a la verdad es lo único que nos puede salvar; esa verdad que es el propio Cristo: "Yo soy la Verdad" (Jn 14, 6). La union con Él es esencial"Si permanecéis en mi Palabra, seréis en verdad discípulos míos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres"(Jn 8,32). En cambio, "todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Jn 8, 34).

¡Jesucristo es el Señor! Y la victoria final será suya, aun cuando ahora es el momento de la oscuridad y de la fe

Pero eso mismo es motivo de alegría porque una fe probada se fortalece y nos hace crecer en el amor de Dios, ese Dios único manifestado en la Persona de su Hijo el cual, haciéndose hombre, uno de nosotros, sin dejar de ser Dios, nos ha dado la posibilidad de ser uno con Él, con una unión real, que es pura gracia, y que nos hace partícipes de la naturaleza divina: unidos al Hijo, por el Espíritu Santo que se nos ha dado, y en el seno de la Iglesia (Cuerpo Místico de Cristo) podemos dirigirnos a Dios y llamarle realmente Padre, una prerrogativa que lo es sólo de los católicos ... y no por nuestros méritos, sino por su gran amor hacia nosotros, amor incomprensible pero real. De ahí que para un católico su verdadera Patria es el cielo. Aquí estamos de paso. Somos peregrinos. Pero desde ahora somos ya dichosos de poder padecer por el Nombre de Jesús, como hicieron los apóstoles. Es un modo de manifestar nuestro amor a Aquél que tanto nos ha amado, cual es el de compartir su propia Vida: "Si me persiguieron a Mí también os perseguirán a vosotros" (Jn 15, 20).

De modo que, puesto que sólo mediante la fe podemos vencer al mundo y escapar de
esta ingeniería social que padecemos y que cada vez se parece más a la novela 1984 de Orwell, es preciso que, con carácter de urgencia, volvamos nuestra mirada a Jesús, el Único que nos puede dar las fuerzas que vamos a necesitar para afrontar la situación actual que está atravesando la Iglesia y, en general, el mundo entero.

Mientras nos mantengamos unidos a Jesús nada podemos temer ni nada malo nos puede ocurrir, pues "TODAS LAS COSAS contribuyen al bien de los que aman a Dios" (Rom 8, 28). Claro está: necesitamos tener su Espíritu en nosotros, sin el cual estaríamos perdidos del todo, pues "nuestra lucha no es contra la sangre y la carne, sino contra los principados y potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos que están por las regiones aéreas" (Ef 6, 12). Y aunque esto no es algo que podamos conseguir por nosotros mismos, Jesucristo nos da, sin embargo, la solución para lograrlo. Una solución que, en realidad, es bastante sencilla: no tenemos que hacer sino pedirlo. Así dice: "Si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del Cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo piden?" (Lc 11, 13). Eso sí: tenemos que pedir con confianza y con un corazón sencillo: "Pedís y no recibís porque pedís mal, para malgastarlo en vuestras pasiones" (Sant 4, 3). Debemos pedir aquello que realmente nos conviene, que coincide con lo que Dios quiere para nosotros. Y no es necesario hablar mucho, sino orar en silencio, porque -así nos lo dice Jesús- "vuestro Padre sabe de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis" (Mt 6, 8). 


¿Es posible vencer el mal? Lo es, pero no sin sufrimiento. ¿Por qué el sufrimiento? ... ¡A causa del pecado! El misterio del pecado es también el misterio del mal en el mundo. Jesucristo nos lo recuerda en múltiples ocasiones: "Es preciso que el Hijo del Hombre sufra mucho ..." (Lc 9, 22). Y nos dice, además, que "el discípulo no está por encima de su Maestro ... ; al discípulo le basta llegar a ser como su Maestro" (Mt 10, 24.25). Y todo ello con vistas a prepararnos para lo que nos espera si es que, de verdad, queremos ser sus discípulos: "Si me persiguieron a Mí también os perseguirán a vosotros" (Jn 15, 20).

Y, sin embargo, esta victoria del mundo es sólo aparente y es permitida por Dios como una prueba que debe servir para aquilatar nuestra fe y nuestra confianza en Él, a pesar de todas las contrariedades y de todos los obstáculos -del tipo que sean- que nos encontremos: ¡que los habrá! Debemos de tener muy claro y no perder nunca de vista (tanto en nuestra mente como en nuestro corazón) que "nada hemos traído a este mundo, y nada tampoco podremos llevarnos de él" (1 Tim 6, 7). Y, lo más importante, que nos recuerda san Pablo, de nuevo: "Ya no sois extraños y advenedizos, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el fundamento de los Apóstoles y de los Profetas, siendo la piedra angular el mismo Cristo Jesús, sobre quien toda edificación bien trabada se alza para ser templo santo en el Señor, en quien también vosotros sois juntamente edificados para ser morada de Dios por el Espíritu" (Ef 2, 19 - 22). 

Por una parte, "sabemos que somos hijos de Dios" (1 Jn 5, 19a) y, por otra, sabemos también que "el mundo entero está bajo el poder del Maligno" (1 Jn 5, 19b). Conociendo que todo esto es así, porque así ha sido revelado, ¿qué podemos hacer? 

Desde luego, rezar y convertirnos de nuestros pecados, volviéndonos a Dios, manifestado en Jesucristo, el Único que es el Camino, la Verdad y la Vida (cfr Jn 14, 6). En este mundo de maldad y de mentira, sólo una cultura cristiana es capaz de regenerar la sociedad. [Véase el libro "Restauración de la cultura cristiana", de John Senior. Ed. Vórtice] 

Y luego, por supuesto, la Palabra de Dios, dentro de la máxima fidelidad a la Iglesia Católica de toda la vida. Me vienen ahora a la mente algunos versículos del Nuevo Testamento que pienso que pueden sernos de utilidad (¡todos lo son!). Uno de ellos es del apóstol san Pedro, cuando dice: "Sed sobrios y vigilad, pues vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar" (1 Pet 5, 8). 

De momento tenemos ya identificado quién es nuestro verdadero enemigo, quién está REALMENTE detrás de todo lo que está ocurriendo: el Diablo, el padre de la mentira y de todos los mentirosos. Y es por eso que contemplamos hoy, con asombro, cómo lo más extraño y pernicioso es considerado como lo más normal y saludable. Increíble pero los hechos cantan. Así, por ejemplo, el pecador es ensalzado (por su pecado) mientras que los virtuosos (por su virtud) son condenados y despreciados como hipócritas ...¡y esto lo hacen incluso las mismas autoridades eclesiásticas! Muy pronto se han olvidado las palabras del profeta Isaías: "¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal!" (Is 5, 20).  La locura se ha institucionalizado como lo más normal del mundo; y el sentido común se ha perdido por completo.

Esto es muy grave y no podemos permanecer inactivos ante esta defensa de lo malo, que se ha generalizado a nivel mundial. Pero ¿qué armas podemos utilizar para combatir este mal?

La respuesta, como se espera, está en el Nuevo Testamento. Tenemos esa suerte, pues junto al problema, siempre se encuentra la solución; señal inequívoca de que Jesucristo no nos ha dejado solos. Y no sólo eso sino que, además (¡y esto es sagrado!) se ha quedado Él mismo con nosotros, con su Presencia Real (oculta bajo las especies del pan y del vino). El mismo que estuvo presente históricamente hace dos mil años está realmente a nuestro lado (con su cuerpo, sangre, alma y divinidad) y podemos acudir a Él, con toda confianza, sabiendo que seremos escuchados: "Venid a Mí todos los que estáis fatigados y agobiados, que Yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis descanso para vuestras almas. Pues mi yugo es suave y mi carga ligera" (Mt 11, 28-30)

Veamos qué nos dice san Pablo: "Tomad la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo y, tras vencer en todo, permanecer firmes. Tened, pues, ceñida la cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia y calzados los pies, prontos para anunciar el evangelio de la paz, tomando, en todo momento, el escudo de la fe, con el cual podáis apagar los dardos encendidos del maligno. Tomad también el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, orando en todo tiempo en el Espíritu, con toda clase de oraciones y súplicas; vigilando, además, con toda constancia y súplica por todos los santos" (Ef 6, 13-18)




Si actuamos así la victoria será nuestra siempre. Pongamos nuestra esperanza completamente en Dios, pues Él no defrauda nunca: "Ésta es la razón por la que padezco esas cosas; pero no me avergüenzo, pues sé muy bien de quién me he fiado y estoy seguro de que tiene poder para conservar mi depósito hasta aquel día" (2 Tim 1, 12)

La victoria de Jesucristo se cuenta muy bien en el Apocalipsis (Ap 19, 11-21). Podemos escribir algún párrafo: 

"Y vi el cielo abierto: en él un caballo blanco; y el que lo monta se llama Fiel y Veraz, y con justicia juzga y combate. Sus ojos son como una llama de fuego y en la cabeza tiene muchas diademas; lleva escrito un Nombre que nadie conoce sino él mismo; está vestido con un manto teñido de sangre y su Nombre es: 'el Verbo de Dios'. Los ejércitos celestes, vestidos de lino blando y puro, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones; Él las apacentará con cetro de hierro (...) En el manto y en el muslo lleva escrito un nombre: 'Rey de reyes y Señor de señores' (...) Y vi a la bestia, a los reyes y a sus ejércitos congregados para hacer la guerra contra el que iba a caballo y contra su ejército. Pero apresaron a la bestia y con ella al falso profeta que, en su presencia, hacía prodigios, con los que seducía a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que habían adorado su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al estanque de fuego que arde con azufre. Los otros fueron exterminados con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo. Y las aves todas se saciaron de sus carnes" (Ap 19, 11-16; 19-21)

Y más adelante continúa:

"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron y el mar ya no existe. Vi también la ciudad santa, la Nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo. Y oí una fuerte voz procedente del trono, que decía: 'Ésta es la morada de Dios con los hombres: Habitará con ellos y ellos serán su pueblo; y Dios, habitando realmente en medio de ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos; y no habrá ya muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque todo lo anterior ya pasó. Y dijo el que estaba sentado en el trono: 'Mira, hago nuevas todas las cosas'. Y añadió: 'Escribe: estas palabras son dignas de crédito y verdaderas' (Ap 21, 1-5)

Y luego:

"Mira, vendré enseguida. Bienaventurado el que guarde las palabras de la profecía de este libro (Ap 22, 7) (...) Mira, he aquí que vengo pronto y conmigo mi recompensa para dar a cada uno según sus obras. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin. Bienaventurados los que lavan sus vestidos; así dispondrán del árbol de la vida y entrarán por las puertas de la ciudad. ¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los homicidas, los idólatras y todo el que ame y practique la mentira!" (Ap 22, 12-15) (...) 

Y acaba así el libro del Apocalipsis [Revelación]:

El que da testimonio de estas cosas dice: 'Sí, voy enseguida'. Amén. ¡Ven, Señor Jesús! La gracia del Señor Jesús esté con todos. (Ap 22, 20-21)

Recordar finalmente que es fundamental tener en cuenta, y muy en cuenta -y no olvidarlo nunca- que la Virgen María, que es Madre de Jesucristo y también es Madre nuestra, no nos va a dejar solos. Acudirá en nuestra ayuda con total seguridad, pues si una madre, normalmente, no abandona a sus hijos, en este caso podemos tener la absoluta certeza de que ella estará esperando, con ansias de madre, encontrarse con nosotros (uno a uno) para darnos un abrazo. Así lo esperamos. Y si acudimos a ella, de seguro que nos lo concederá.

De ahí la importancia que tiene el rezo del Santo Rosario, a ser posible diariamente; como también la tiene el que hagamos penitencia por nuestros pecados y por los de todos los hombres [ese fue uno de los mensajes de Fátima] en especial por los que formamos parte, por pura gracia, del Cuerpo Místico de Cristo que es la iglesia. 


José Martí

lunes, 31 de julio de 2017

Apostasía en la Iglesia y Nuevo Orden Mundial (Entrevista a Augusto Torch)





No hay más ciego que el que no quiere ver. Muchas personas se niegan a ver la apostasía en la Iglesia, cada vez más descarada en algunos de sus miembros, del mismo modo que se niegan a reconocer las imposiciones del Nuevo Orden Mundial y su pensamiento único. Ambas cosas están muy relacionadas. Abrir los ojos a la realidad no es ser conspiranoico. 

Ciertamente Dios es providente y nada sucede sin que Él lo permita en sus sabios designios. Es muy importante conocer lo que pasa en el mundo y en la Iglesia y quién mueve los hilos de todo para comprender los signos de los tiempos y obrar en consecuencia.

Augusto Torch, es el director del portal Nacionalismo Católico San Juan Bautista. Lleva años estudiando a fondo estos temas. Nos agradece la oportunidad de expresarse en Adelante la Fe, que tanto valora y aprecia.

[Realizo a continuación una selección de las preguntas de esta entrevista de Javier Navascués]



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- ¿Qué se entiende por Nuevo Orden Mundial?

Al hablar sobre Nuevo Orden Mundial, nos referimos específicamente a la implantación de un gobierno global destinado a regir sobre el mundo entero terminando con los estados-nación, y siendo manejado por una élite plutocrática. 


El término es relativamente nuevo. En los años 70’s el tecnócrata judío Zbigniew Brzezinski, asesor y funcionario de muchos gobiernos e ideólogo de la masónica Trilateral Comission ya empezó a usar esa expresión y posteriormente a principios de los 90’s en dos celebres discursos George Bush mencionó y abogó por ese Nuevo Orden Mundial; sin embargo, los planes para ponerlo en marcha tienen más de un siglo en su ejecución y varios más en cuanto a su planificación. 

Se suele desprestigiar a quienes lo denuncian tratándolos de “conspiranoicos” pero los hechos demuestran que se trata de una realidad inocultable, que hoy más que nunca gobierna DE HECHO al planeta y próximamente DE PLENO DERECHO, lo que conlleva la imposición de un pensamiento único determinado por esta gobernanza global que, como vemos en la ONU, pretende terminar con todos los valores cristianos en pos de una nueva religión global basada en el humanismo masónico. Y lo que se pretende como una acción política, termina teniendo un objetivo religioso.

(...)

- ¿Puede especificar cómo el nuevo orden que quieren imponer se opone radicalmente a la cristiandad?


Hoy a través de tratados internacionales, que se compele a las naciones a aceptar, la ONU y sus tentáculos imponen a sus miembros la ideología de género, con la que vienen la promoción no sólo de la homosexualidad desde la más tierna infancia, sino también del aborto; todo esto planteado como “derechos humanos”. (...) El rechazo de algunos países a estas políticas pervertidoras se sanciona severamente. Es decir, ingresar en esas comunidades internacionales, implica perder soberanía. Otras de las imposiciones que están padeciendo grandemente en Europa es la obligación de aceptar inmigrantes ilegales, y en esto juega un papel central el Vaticano de Bergoglio, promoviendo el multiculturalismo que destruye la identidad continental, especialmente en su aspecto más importante, el religioso. (...)

- ¿Cómo contribuye la profunda crisis en la Iglesia a la decadencia de la sociedad?

“Si la sal no sala…” Función esencial de la Iglesia es llevar el Evangelio al mundo entero para acercar así a la humanidad a la salvación, pero si las autoridades de esta neo-iglesia consideran que esto es algo que se consigue por el solo hecho de nacer, entonces no tiene sentido la existencia de la Iglesia, no sirven de nada los Sacramentos, ya que la sola buena conducta, o lo que es peor, la simple buena intención sirve
 para ser salvos. 

La pregunta hoy de muchos pasa a ser: ¿de qué nos sirve ser católicos y esforzarnos por vivir como Dios manda acudiendo a su gracia por medio de los sacramentos si lo mismo se salvan quienes no son católicos o desprecian la gracia? 

De ahí que la misericordia de la neo-Iglesia, a la que bien se puede llamar anti-Iglesia, quiera ser superior a la de Cristo mismo, pretendiendo los discípulos ser superiores a su Maestro quien, dicho sea de paso, fue enviado “para que por su propio medio el mundo se salve. Quién cree en Él no es juzgado; pero quien no cree, ya tiene sobre sí la condena…” (Jn.3:17,18). De esta manera queda abolido por la misericordia sin justicia de la neo jerarquía el dogma del “Extra Ecclesiam nullas salus”.

No puede en las sociedades haber más perfecto ordenamiento que el que tiene a Cristo como Rey absoluto. Al considerar el Reinado Social de Cristo como algo optativo, a nuestra religión como una de muchas, a la verdad como algo considerado subjetivamente, inevitablemente las sociedades naufragan de acuerdo a los caprichos de las masas. 


Masas que a su vez son dirigidas por los ideólogos de este Nuevo Orden Mundial. Y esto se consigue a través de la democracia, en donde la verdad se decide por mayoría. Así los hombres quieren ser como dioses, reviviendo el pecado de Adán y Eva y queriendo decidir por ellos mismos lo que está bien y lo que está mal; y la ausencia y silencio de los pastores ante tales acciones contribuyen a la decadencia de las sociedades; eso cuando no contribuyen más directamente tergiversando las verdades de fe que es lo que, lamentablemente, hace hoy el clero apóstata.

- ¿Espera una resistencia en la Iglesia frente al Nuevo Orden Mundial…con los grupos fieles a la Tradición, con algún Papa Santo que pudiera venir?

No. Hablando de la Iglesia en una forma coloquial e impropia en un carácter puramente humano, es decir, sin mencionar como corresponde su carácter de institución de origen Divino, se puede observar que el proceso de descomposición en la jerarquía eclesiástica es irreversible. Esto sumado a las presiones e infiltraciones judeo-masónicas que le dejan cada día menos posibilidades de acción


El pretender que Dios, en su condición de tal, cambie los corazones de toda la humanidad, en contra de su voluntad, sería violentar la naturaleza de una forma extrema, suprimiendo el libre albedrío.

- De momento, ¿Cómo podemos hacer frente a las ideologías dominantes?

Lo que se puede hacer es permanecer en la Verdad. Esa Verdad con mayúscula que es Cristo mismo. Y este permanecer en la Verdad, hoy más que nunca, nos lleva a una terrible soledad humana. Pero no es en las personas en quien debemos apoyarnos, ni en nuestras propias fuerzas, sino en Cristo que nos fortalece; por lo que, si padecemos por Su causa, no queda más que decir Deo gratias.

- ¿Quiere añadir algo más?

Castellani profetizaba que la religión del Anticristo sería la de un cristianismo sin Cristo, filantrópico antes que espiritual y antropocéntrico antes que cristocéntrico. Indudablemente es lo que se propone en la neo-Iglesia preocupada de las necesidades materiales e inmanentes de la humanidad y no de las espirituales y, por lo tanto, trascendentes.

Si antes se consideraban como enemigos del alma el mundo, la carne y el demonio, la neo-Iglesia hace tiempo optó por la conciliación con el mundo, por la satisfacción de la carne y, con relación al demonio, decidió considerarlo un simple símbolo. 


Así, las premisas masónicas, hoy están en perfecta consonancia con las del Vaticano; y si nos atenemos a los signos bíblicos respecto a los tiempos previos a la Parusía, entre los que podemos corroborar como actuales, los rumores de guerra o terremotos como nunca antes sucedieron en la historia en cuanto a frecuencia e intensidad, grandes olas, etc., sin lugar a dudas el más grande de todos es la advertencia de Jesucristo al decir “Cuando vuelva el Hijo del Hombre, por ventura, ¿hallará fe sobre la tierra?”, que hoy es más actual que nunca en la Historia. 

Así las masas idiotizadas por los judaicos medios de comunicación son presas de la reingeniería social anticristiana que los hace sentir modernos al rechazar los dogmas de nuestra fe, y hasta sentirse libres al emanciparse de toda autoridad, especialmente la Divina.

Pero la descomposición social no puede seguir sin límites, en algún momento tiene que estallar. Esto decía el recientemente fallecido David Rockefeller: “Todo lo que necesitamos es una gran crisis y las naciones aceptarán el Nuevo Orden Mundial”


Por lo que solamente estamos viviendo el principio de los dolores de parto en cuanto a los postreros tiempos de la Historia. Por lo que, sabiendo que todavía queda lo peor, fuera de desanimarnos, conviene poner nuestra confianza en Dios y no en ningún hombre, agrupación, o partido político; y aceptar los designios divinos para nuestra participación en los Últimos Tiempos y saber que, como nos anunció Nuestro Señor, “el que persevere hasta el final, ese se salvará”, por lo que ningún sacrificio es mucho, si la recompensa es tan grande.
Javier Navascués

Nuevos descubrimientos en la Sábana Santa: la sangre es de un hombre torturado (Rome Reports)



Léase, a este respecto, el artículo de Infocatólica, titulado La Sábana Santa de Turín lleva sangre de una víctima de tortura, según revela una nueva investigación científica.

Duración 2:23 minutos

Como complemento, añado también el siguiente artículo (aunque está escrito en francés; si puedo lo traduciré), de título: "Prueba de la autenticidad de la Sabana Santa. La fuente es medias-presse.info

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Encore un coup porté au puissant lobby négationiste, refusant d’admettre la divinité du Christ et l’authenticité du Saint-Suaire. Cette fois-ci, la preuve semble irréfutable : selon le quotidien italien de centre-droit La Stampa, dans son numéro du 11 juillet, des chercheurs italiens ont découvert que le tissu de l’artefact comprenait des nanoparticules de créatinine avec des éléments endommagés de ferrihydrite (ocre ferreuse), inhérente à la ferritine, une protéine qui permet le stockage du fer dans le corps. Selon le professeur Giulio Fanti de l’Université de Padoue, ce fait a montré que la «structure particulière, la taille et la répartition des nanoparticules ne pouvaient pas être dues à des artefacts apposés au fil des siècles sur le tissu du suaire». Le chef d’étude Elvio Carlino, professeur à l’Institut de Cristallographie de Bari, ajoute que «À l’aide des microscopes électroniques et microscopes grand angle à rayons X, nous avons réalisé une analyse de microscopie atomique du suaire. Grâce à cela, nous avons pu examiner pour la première fois les propriétés nanométriques des fibres de bois provenant du suaire de Turin».

Cette nouvelle vient après un premier coup de boutoir à la thèse des incroyants après les révélations faites en mai et dont MPI avait déjà parlé, à savoir la découverte d’une pièce romaine à l’effigie de Tibère César déposée sur l’œil gauche du Christ, et sur l’œil droit un lepton de cuivre à l’effigie du consul Lentulus, en poste en Palestine quand Pilate était gouverneur.

Voilà de quoi fermer le clapet des négationnistes genre Sciences & Avenir qui le 23 avril 2015 osait encore prétendre que le Saint-Suaire avait été « fabriqué au Moyen-âge », mais également aux intégristes conciliaires tels le blog paroissiens-progressistes dans son article du 10 mai 2013. Rappelons qu’une étude soviétique en était arrivée aux mêmes conclusions dans les années 80.

Rappelons que le suaire est celui d’un homme, mort, d’âge moyen, taille 1.80 m environ, bien bâti, cheveux longs, barbu, moustachu, de race blanche (alors que les romains se rasaient le visage et que les juifs portaient la barbe et les cheveux longs depuis au moins l’époque de Moïse et ne se rasaient la barbe qu’en signe de deuil), ses cheveux tombant jusqu’au niveau inférieur des omoplates, détail jamais représenté sur une image du Christ et qui n’est connu que depuis 1920, coutume juive de l’antiquité. Cet homme se présente couché sur le dos, tête un peu fléchie en avant, bras tendus, mains croisées sur le pubis, genoux légèrement pliés, pieds croisés et en hyperextension ; il s’agit d’un corps pris par la rigidité cadavérique.

Cette découverte de l’authenticité du Saint-Suaire est peut-être un signe avant coureur d’évènement de portée biblique. Prions et attendons…

Hristo XIEP

La creación por Dios versus la "creación alternativa" por el Diablo (Cardenal Carlo Caffarra)


El título original del artículo publicado por Life Site News es: "Cómo Satanás destruye la creación a través del aborto y la homosexualidad", del cardenal Carlo Caffarra, en Voice of the Family, el 19 de mayo de 2017. El contenido de su charla puede leerse en el siguiente video subtitulado en español. 

Duración 32:03 minutos



La "reforma progresista" está dejando las Iglesias vacías (P Santiago Martín)

Duración 8:37 minutos

Los tres mosqueteros de la corte del Papa Francisco (Sandro Magister)



Papa Francisco y Spadaro

> Todos los artículos de Settimo Cielo en español


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Los partidos comunistas clásicos tenían sus "intelectuales orgánicos". Pero también los tiene el Papa Francisco. Se llaman Antonio Spadaro, Marcelo Figueroa, Víctor Manuel Fernández.

El primero es italiano y jesuita, director de "La Civiltà Cattolica". Los otros dos son argentinos y el segundo no es ni siquiera católico, sino que es pastor presbiteriano, a pesar de lo cual Francisco lo ha puesto como director de la edición de Buenos Aires de "L'Osservatore Romano".

Spadaro ha transformado "La Civiltà Cattolica" en el órgano de la Casa Santa Marta, es decir, del Papa. Y junto a Figueroa ha firmado en el último número de la revista un artículo que se ha abatido sobre los Estados Unidos como un tornado: en él acusa a las corrientes conservadoras, tanto católicas como protestantes, de actuar en ese país "con una lógica que no es distinta de la que inspira el fundamentalismo islámico"; ni más ni menos que el de Osama bin Laden y el Califato.

¿Y respecto a qué luchan estos católicos y protestantes juntos como "neocruzados"? Respecto a "temas como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la educación religiosa en las escuelas"; en otras palabras, acerca de "una particular forma de defensa de la libertad religiosa"; con el resultado, según los dos autores del artículo, de fomentar un "ecumenismo del odio", que siente nostalgia de "un estado de rasgos teocráticos"; lo opuesto totalmente al ecumenismo de Jorge Mario Bergoglio, Papa "de la inclusión, la paz y el encuentro".

El problema es que la defensa de la vida, la familia, la libertad religiosa están, desde hace más de un decenio, en el primer puesto de la agenda de la Iglesia católica americana; que, por consiguiente, no podía no reaccionar al ver "a una parte de sus creyentes atacados por propios correligionarios sólo porque combaten por lo que su Iglesia ha creído siempre que es verdad".

La protesta de más alto nivel ha venido del arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, que ha tachado el artículo de Spadaro y Figueroa como "un ejercicio simplista e inadecuado". Pero otros comentarios han sido mucho más duros y les ha sido fácil individuar en el artículo una serie de burdos disparates históricos y lógicos.

Cualquier otra revista habría tirado a la basura un artículo como éste, ha escrito, por ejemplo, el canadiense Raymond J. de Souza en "Crux", el portal de información católica de los Estados Unidos más importante y equilibrado.

Pero en Santa Marta, en el escritorio de Francisco, no ha sucedido esto. Más bien al contrario, el artículo de Spadaro y Figueroa ha sido plenamente aprobado y ha causado impresión porque se le ha considerado expresión real no sólo del pensamiento del Papa, sino también de su estilo de gobierno: en este caso, un ataque de una fuerza inaudita contra el liderazgo "ratzingeriano" de la Iglesia católica de los Estados Unidos, lanzado por interpuestas personas.

En el campo doctrinal, el padre Spadaro es muy desenvuelto, teoriza que "en teología 2 más 2 suman 5", y es infalible cuando pronostica las grandes y pequeñas revoluciones de Bergoglio. 


Pero entre los consejeros y los confidentes, hay uno que está aún más cercano al Papa que él. Es el argentino Víctor Manuel Fernández, un teólogo cuya opera prima y reveladora fue, en 1995, un volumen titulado: "Sáname con tu boca. El arte de besar".

No sorprende que tras este inicio y después de otras publicaciones suyas no menos discutibles, Roma se opusiera al nombramiento de Fernández como rector de la Universidad Católica Argentina. Pero en 2009 tuvo que plegarse ante el entonces arzobispo de Buenos Aires, que removió cielo y tierra para obtener el nihil obstat con el fin de promover a su pupilo.

En 2013, apenas elegido Papa, Bergoglio incluso hizo arzobispo a Fernández. Desde entonces, este personaje pasa más tiempo en Roma que en Argentina, ocupadísimo como consejero y escritor fantasma de su amigo Papa.

Se ha descubierto que párrafos enteros del capítulo octavo de "Amoris laetitia", el documento del Papa Francisco que más terremoto ha causado dentro de la Iglesia, han sido copiados íntegros de artículos de Fernández escritos hace una decena de años.

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Entre las críticas al artículo de Spadaro y Figueroa, tal vez la más definitiva ha sido la de Thomas D. Williams, publicada en "Crux" el 28 de julio:

> "Ecumenism of hate" unjustly defames real Catholic-Evangelical dialogue

Sandro Magister