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jueves, 3 de agosto de 2017

El Papa Francisco condena a los católicos “fanatizados” con la claridad doctrinal (comentado por José Martí)


Duración 1:46 minutos

Debajo presentamos fragmentos de la homilía del papa Francisco en Casa Santa Marta el viernes 19 de mayo de 2017 ... el mismo día de los discursos de los firmantes de la dubia, el cardenal Burke y el cardenal Caffarra, en el Foro Romano por la Vida.

¿Es ésta la respuesta del papa Francisco a las ‘Dubia’ de los cuatro cardenales?:

“Entonces nos enfrentamos con dos grupos de personas. El grupo de los apóstoles que quieren discutir el problema y los otros [¿éstos son también apóstoles?] que van y crean problemas, dividen, dividen a la Iglesia. Dicen que lo que predican los apóstoles no es lo que dijo Jesús, y que no es la verdad.”

“Han habido muchos [concilios], hasta el Vaticano II, que clarificaron la doctrina: por ejemplo, cuando recitamos el Credo, es el resultado de concilios que definieron la doctrina … Es un deber de la Iglesia clarificar la doctrina para que se comprenda mejor lo que Jesús dijo en los Evangelios, o cuál es el espíritu de los Evangelios ... “ 


[Esto es completamente cierto]

“Pero siempre existió aquella gente que sin ningún cargo va a turbar a la comunidad cristiana con razonamientos que trastornan a las almas 


[Si un razonamiento busca la verdad, sinceramente, no puede trastornar a las almas sino conducirlas a Jesús. La razón es para usarla, para eso nos la ha dado Dios. Y no se contrapone a la fe] 

‘Eh, no. Éste que ha dicho eso es herético, aquello no se puede decir, aquello no, la doctrina de la Iglesia es ésta …”. 

[El problema no es que digan eso o que dejen de decirlo sino la vedad de las cosas; si al decir que algo es herético, realmente lo es ... si al decir que la doctrina de la Iglesia es ésta, están diciendo la verdad, ¿de qué se les puede acusar?]  

Son fanáticos de cosas que no son claras [¿?] , como estos fanáticos que iban allí sembrando cizaña para dividir a la comunidad cristiana [no sé a qué fanáticos se refiere aquí el papa Francisco]. Y éste es el problema: cuando la Doctrina de la Iglesia, la que viene del Evangelio, la que se inspira en el Espíritu Santo – porque Jesús dijo: ‘Él les enseñará y les hará recordar lo que yo he enseñado’ – aquella Doctrina se vuelve ideología. Y ésta es la gran equivocación de esta gente.” 

[Eso es cierto; la Doctrina no puede convertirse en ideología, pues en éstas la verdad no cuenta; sólo el poder. Los ideólogos buscan imponerse, imponer sus ideas, sus prejuicios, olvidándose del bien común. Y lo hacen con violencia (física o moral) descalificando a quien no se somete a su pensamiento. Piensan que la verdad no existe sino que se construye o se inventa. Las ideologías surgen cuando se niega la posibilidad de la Metafísica y la existencia de la verdad. A ello se debe, en buena parte, la crisis por la que atraviesa tanto el mundo como la Iglesia, desde la Ilustración, con la filosofía moderna de Kant y el abandono de la filosofía perennis de Santo Tomás de Aquino]

“No debemos temer cuando escuchamos las opiniones de los ideólogos de la doctrina. La Iglesia tiene su propio Magisterio, el Magisterio del Papa, 


[ Esto no está bien expresado, a menos que se refiera al papado y a la Tradición constante de la Iglesia y no a lo que se le pueda ocurrir a cualquier papa]

de los obispos, de los concilios, y debemos ir por el camino que viene de la predicación de Jesús, y de la enseñanza y asistencia del Espíritu Santo, que está siempre abierto, siempre libre … ésta es la libertad del Espíritu, pero en la Doctrina … la Doctrina une, los Concilios siempre unieron a la comunidad cristiana … la ideología divide … para ellos la ideología es más importante que la Doctrina: ellos dejan de lado al Espíritu Santo.” 

[Hay que tener en cuenta que, precisamente porque el Espíritu es libre y sopla donde quiere, nadie puede pretender poseer y apropiarse de ese Espíritu, nadie puede hablar de las sorpresas del Espíritu si tales sorpresas son, en realidad, los propios pensamientos; y éstos, para colmo, se alejan de la Doctrina. Ésa es la señal evidente de que tales "sorpresas" no son las del Espíritu no, al menos, las del Espíritu de Jesucristo, las del Espíritu Santo.

¡Qué bueno sería que Francisco indicara con claridad a quiénes se refiere cuando dice "ellos"! ¿Quiénes son ellos? ... ¿Nos estamos refiriendo, tal vez, al cardenal Kasper, al cardenal Marx, al cardenal Schönborn?. No, no tendría mucho sentido que así fuera, puesto que éstos son los encargados de interpretar las palabras del papa; si fuesen ellos, entonces sería él mismo; y es absurdo que tire piedras sobre su propio tejado: ¡se estaría acusando, entonces, a sí mismo, de ideólogo, siendo así que, en su homilía, ataca a los que, según él, son ideólogos! 

Pero si no hablamos de Schonborn, ni de Kasper ni de ninguno de los cardenales que está nombrando, con claras ideas modernistas, ¿qué otra posibilidad hay? ¿En quienes piensa Francisco? Debería de ser más claro, para saber a qué atenernos. 

Y no sé por qué se me vienen a la mente los cuatro cardenales (hoy sólo tres, por el fallecimiento de uno de ellos) que le plantearon las Dubia con respecto a la correcta interpretación de la Amoris Laetitia; y todos aquellos que defienden a estos cardenales... no sé por qué, la verdad. 

Claro está que si eso es así, dado que ellos sólo han pedido, con sumo respeto y cariño, una aclaración con relación al significado exacto de algunos términos ambiguos de la exhortación apostólica Amoris Laetitia; y todo para que resplandezca la verdad y para que los fieles cristianos sepan a qué atenerse ...; digo, que si está pensando en ellos, nada tiene sentido, pues su fidelidad a la Iglesia de Siempre es bien clara y manifiesta y de todos conocida: no son ideólogos en absoluto, sino que se mantienen fieles a la Doctrina, al Magisterio Perenne de la Iglesia (el Papado) y a la Tradición. 

No hay más que fijarse en lo que dijo Jesús: "TODO el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y quien se casa con la repudiada por su marido, comete adulterio" (Lc 16, 18). Y esto es lo que ellos afirman que debe de seguir siendo, pues nadie puede cambiar las palabras de la Biblia. De ideólogos nada. ¿A quiénes se refiere entonces Francisco? Pues váyase usted a saber: tal vez , casi con toda seguridad, se refiera a ellos, pero utiliza un léxico que no es apropiado y que no tiene que ver nada con la realidad, a menos que se trata de un "nuevo insulto" a los que ya nos tiene acostumbrados, cada vez que "se supone" que se refiere a "los cristianos rígidos". Pero sigamos.

En Amoris Laetitia se habla de situaciones irregulares (que no pecados) y de que, con el debido discernimiento, "es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado (...) se pueda vivir en gracia de Dios" (núm 305 de AL) ... "y en ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos", destacando que "la Eucaristía no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y un alimento para los débiles" (nota 351 de AL).

Pero tal afirmación va en contra del Fundador de la Iglesia, esa Iglesia a la que ellos guardan fidelidad y obediencia, la Iglesia de dos mil años; el adulterio fue condenado por Jesucristo EN TODOS LOS CASOS. Y así lo ha sido siempre ... hasta que llegó la Amoris Laetitia ... Ergo, algo falla. La Amoris Laetitia es contraria a la Fe.

Los cuatro cardenales han actuado bien planteando sus Dubia, pues les preocupa la salvación de las almas de los fieles cristianos; saben muy bien que Dios les va a pedir cuentas en el día del Juicio Final acerca de lo que hicieron y, sobre todo, de lo que no hicieron. Si hubiesen callado y se hubieran avergonzado de su Maestro por el miedo al qué dirán o porque los puedan destituir o por cualquier otra razón, ello habría supuesto un grave mal para la Iglesia, para todos los fieles cristianos. Y, puesto que son conscientes de su grave responsabilidad ante Dios, por eso han hablado ... (aquí y aquí) ¡Y ojalá que lo hubieran hecho antes! Aunque hay que decir, en su favor, que este conocimiento público lo tenemos porque Francisco no les ha contestado a ninguna de sus dos cartas. Esto es algo que no dicen quienes los acusan de que tendrían que habérselo comunicado al Papa en privado: ¡Lo hicieron, pero obtuvieron la callada por respuesta! 

UNO CON UNA Y PARA SIEMPRE, HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE. Esto es el matrimonio cristiano, elevado a la categoría de sacramento por el mismo Jesús. Ésta es la Doctrina de la Iglesia. Estos cardenales y aquellos que los apoyan no son ideólogos, sino que aman la verdad, aman a Jesucristo; y se juegan todo por Él. Son dignos de admirar y de imitar. No es el caso de otros cardenales, como Kasper y Schönborn, por ejemplo, que consideran la AL como un acto de Magisterio, cuando no lo es. Éstos son los ideólogos ... 

Y con todo el respeto que me merece su Santidad, por el puesto que ocupa, considero que está cometiendo un grave error ideológico, condenando como ideólogos a los que son fieles y obedientes a la Doctrina y, en cambio, alabando a los que son fieles a Su Santidad (que no a Jesucristo), como si todo lo que dice su Santidad tuviese el carácter de infalible, lo cual es falso, como cualquiera sabe (o debería de saber). 

Hay aquí algo que falla ... y que saldrá a relucir, tarde o temprano, más bien temprano que tarde ... pues de Dios nadie se burla; y digo esto con el mayor respeto del que soy capaz. La Palabra de Dios no puede ser alterada por NADIE, ni siquiera por un Papa]

Hoy es mi deber pedir la gracia de una obediencia madura al Magisterio de la Iglesia, la obediencia a lo que la Iglesia ha enseñado siempre, y continúa enseñándonos 


[¿Es verdad lo que leen mis ojos? ¿De veras se está enseñando hoy lo que la Iglesia siempre ha enseñado? Umm...]. 

Se desarrolla en los Evangelios, se explica cada vez mejor, en fidelidad a Pedro, los obispos y, en última instancia, al Espíritu Santo que guía y apoya este proceso … recemos por aquéllos que transforman la doctrina en ideología, para que el Señor les de la gracia de la conversión a la unidad de la Iglesia, del Espíritu Santo y de la verdadera doctrina.” 

[ No sé por qué, pero esto me anima a rezar por el Papa, porque -a mi modo de ver y de entender- quien está transformando la doctrina en Ideología es el propio Francisco ... Insisto ... ¡a mi modo de ver, constatando el alto grado de confusión que existe hoy en la Iglesia! ]

L’Osservatore Romano, ed. quotidiana, Anno CLVII, n.116, 20/05/2017,

(Traducido por Marilina Manteiga. Artículo original)



José Martí