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sábado, 12 de noviembre de 2016

El ecumenismo sigue sumando confusión y desconcierto (Mario Caponetto)



La conmemoración “ecuménica”, con el Papa Francisco a la cabeza, del Quinto Centenario de la herejía luterana está llevando las cosas a un punto límite: ya no es posible, en recta conciencia católica, no oponer siquiera alguna resistencia a esta enorme marea de confusión y desconcierto, ni pasar por alto las palabras y los gestos del Santo Padre respecto de esta conmemoración. No queda, por tanto, sino repetir con todo dolor pero con firmeza: non possumus! No podemos seguir con este ecumenismo que nos está llevando a la negación misma de la Fe y del mandato del Señor de evangelizar a las naciones.

Es cierto que desde hace tiempo el ecumenismo viene enervando la vida de la Iglesia. No es menos cierto que los dos Papas anteriores a Francisco tuvieron gestos y palabras de proximidad al protestantismo; se insinuó, incluso, la posibilidad de una conmemoración conjunta de este quinto centenario, la que ahora se consuma. Pero lo que hemos visto y oído en estos días supera sustancialmente todo lo anterior. En efecto, una cosa es el dialogo entendido como salutis colloquium, al decir de Paulo VI, aún con todas las desviaciones que ha exhibido en los últimos cincuenta años, y otra muy distinta es la asunción lisa y llana por parte de un Papa de las premisas fundamentales de la herejía protestante, premisas que ya no sólo no se condenan sino que ahora se las asume como bienes y dones de Dios para la Iglesia.

Nos explicamos. En toda esta llevada y traída conmemoración de la Reforma el problema central no es ni la figura de Lutero (al que se lo quiere poco menos que canonizar), ni los propósitos que lo movieron (a los que, sin ningún fundamento, se los presume nobles y loables), ni las circunstancias históricas que acompañaron el surgimiento del protestantismo (que se tergiversan y exageran de manera escandalosa con desprecio absoluto por la verdad histórica). No, el problema central es lo que significó y significa el protestantismo, en sus múltiples formas y expresiones, como radical subversión de la Fe, como herida impía inferida al Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia y como fuente del inmenso caudal de males que provocó no sólo en el orden estrictamente religioso sino, además, filosófico, cultural y político. Es esta esencia del protestantismo la que ha sido plenamente asumida y ratificada por el Papa.

Para calibrar hasta qué punto es cierto lo que acabamos de decir, vamos a examinar unas declaraciones del Papa Francisco a la Revista jesuita sueca Signum, luego reproducidas por la Civiltà Cattolica, el pasado 24 de octubre, en vísperas de su viaje a Suecia. En un momento de la entrevista, el periodista pregunta: “En los diálogos ecuménicos las diferentes comunidades deberían intentar enriquecerse recíprocamente con lo mejor de sus tradiciones. ¿Qué podría aprender la Iglesia Católica de la tradición luterana?”. La pregunta, en sí misma, formulada por quien hemos de presumir es un periodista católico, no puede ser más insidiosamente opuesta a la Fe; en efecto, si, como todo católico ha de creer, y la Iglesia enseña, la plenitud del depósito de la Fe está en la única Iglesia verdadera, esto es, la Católica, y si ella ha sido constituida por el mismo Cristo como Maestra de todo el género humano, ¿cómo se puede suponer que Ella pueda o deba “aprender” algo de quienes se han apartado de la Fe verdadera? ¿Cómo puede el error enseñar a la Verdad? Va de suyo que nadie niega la posibilidad de que en las confesiones protestantes haya hombres virtuosos y aún santos que puedan ser ejemplos aún para los católicos; pero no se trata de eso: la pregunta apunta claramente a otra cosa: si una herejía (y esto y no otra cosa esconde el eufemismo “tradición luterana”) tiene algo que enseñar a la fe verdadera.

Pero si la pregunta es, ella misma, radicalmente contraria a la verdad católica, no menos desconcertante es la respuesta. Vamos a trascribirla íntegra sin alterar una sola letra:

“Me vienen a la mente dos palabras: «reforma» y «Escritura». Trataré de explicarme. La primera es la palabra «reforma». Al inicio el de Lutero fue un gesto de reforma en un momento difícil para la Iglesia. Lutero quería proponer un remedio a la situación complicada. Después este gesto -también a causa de situaciones políticas, pensemos también en el cuius regio eius religio– se transformó en un «estado» de separación, y no en un «proceso» de reforma de toda la Iglesia, que sin embargo es fundamental, porque la Iglesia es semper reformanda (está en permanente reforma).

La segunda palabra es «Escritura», la Palabra de Dios. Lutero ha dado un gran paso para poner la Palabra de Dios en las manos del pueblo. Reforma y Escritura son las dos cosas fundamentales que en las que podemos profundizar mirando la tradición luterana.

Me vienen a la mente ahora las Congregaciones Generales antes del Cónclave y cómo se pidió vivamente una reforma y cómo estuvo presente en nuestras discusiones.”

Es decir, el Papa no sólo asiente a la pregunta y lo que ella supone, esto es, que la herejía puede enseñar algo a la verdad, sino que va mucho más allá todavía que la misma pregunta: aquello del luteranismo a lo que la Iglesia Católica ha de mirar es, nada menos, que el corazón mismo de la herejía protestante, esto es, la ruptura de la unidad de la Iglesia mediante la destitución de su misma Cabeza visible, es decir, la Cátedra de la Unidad establecida por el mismo Cristo (ese y no otro es el sentido de la “reforma” emprendida por Lutero y sus secuaces) y el deletéreo y nefasto principio del libre examen en la interpretación de la Palabra de Dios (“poner la palabra de Dios en manos del pueblo”). Estas dos cosas constituyen la esencia y el alma de la herejía protestante; cualquier otra consideración que se quiera hacer resultará siempre adventicia, accidental y secundaria.

En realidad estas dos cosas son una sola y responden al mismo espíritu que está en la base de la rebelión protestante que es el inicio de todas las rebeliones que se han venido sucediendo a través del proceso de la Revolución Anticristiana a partir de la Modernidad. Ese espíritu no es otro que el de la crítica revolucionaria, radicalmente subversiva, que iniciado por Lutero irá irradiando, en sucesivas etapas históricas, todos los errores y horrores de la Modernidad: de la Reforma Protestante a los Filósofos de la Ilustración, de éstos a la Revolución Francesa, de ésta al Comunismo ateo, de éste al Nuevo Orden Mundial el mayor y siniestro intento de implantar la Civitas Homini enemiga irreconciliable del Reino de Cristo. Se trata, en definitiva, de ese espíritu que cristaliza en el hombre nuevo, pero no en el sentido paulino sino en el de todas las utopías revolucionarias que desde hace cinco siglos vienen destruyendo todo cuanto, en esta tierra, lleva el nombre de Cristo y de Su Iglesia.

En 1960 se publicó en Argentina un libro profético: Libre examen y Comunismo; su autor, Jordán B. Genta quien catorce años después rubricaría su enseñanza con su sangre mártir. La tesis de este libro la expone el mismo autor en estos términos: “Este libro se propone demostrar que el Comunismo, y en particular, el Comunismo marxista, se reduce a una cuestión religiosa fundamental […] El Comunismo tiene su principio en la negación de la Verdad y en la posición del Libre Examen, que ha sustituido la teología de Cristo por una seudofilosofía de la Libertad y el Progreso Indefinido”[1] Más adelante, Genta abunda en razones. Refiriéndose a la Reforma Protestante (no sólo la de Lutero sino la de otros “reformadores” como Münzer y los anabaptistas) afirma: “Después de mil quinientos años de acción redentora y civilizadora de la Iglesia de Cristo, hubo cristianos que la desconocieron, rechazaron e intentaron destruirla. Las gentes y las naciones apartadas del Divino Reformador comenzaron a seguir a los reformadores improvisados que brotaban como hongos de todas las clases sociales, particularmente de las menos distinguidas y cultivadas; otros tantos “Cristos” demasiado humanos, nivelados en la vulgaridad, que osaron confundirse con el único Cristo, verdadero Dios y Hombre verdadero[2]”. La mirada de Genta es, esencialmente teológica y cristocéntrica; por eso advierte que en el principio del libre examen se contiene, in nuce, todas las demás revoluciones y confusiones: “Consumada la máxima subversión, confundida la Palabra de Dios con la de un hombre cualquiera que se cree iluminado de lo alto, todas las otras subversiones y confusiones que están comprendidas en la primera se van a seguir inexorablemente”[3].

Genta escribía en 1960 cuando el Comunismo, en el apogeo de su dominio y expansión mundial, representaba la última etapa del proceso de subversión y destrucción iniciado por el libre examen. Pero sus palabras tienen hoy más vigencia que nunca porque lo que ha sucedido a la implosión del Comunismo, al menos de aquel Comunismo de los sesenta y setenta, es la cristalización del más radical secularismo que es el Nuevo Orden Mundial, como hemos dicho. Lo fundamental es esto: el libre examen de Lutero no significó poner las Escrituras “en manos del pueblo” sino sustraerlas del Magisterio de la Iglesia. La Escritura se lee en la Iglesia y con la Iglesia. Bajo su guía y su magisterio infalible, la lectura de la Palabra de Dios, la lectio divina, fue elaborando a través de los siglos un corpus de sabiduría, divina y humana, que fue el fundamento de la Civilización Cristiana. El libre examen luterano significó una radical inversión: la Palabra de Dios, arrebatada a la Iglesia, fue puesta en el individuo lo que supuso la suficiencia del juicio individual, principio de la exaltación de la autonomía del hombre frente a Dios; supuso, también, la bondad natural y la rectitud del instinto sobre las que Rousseau construirá, siglos después, su Contrato Social con su secuela de igualitarismo y progreso indefinido. En el libre examen luterano tienen su origen el mundo moderno y esta posmodernidad que nos abruma. “El Libre Examen -concluía Genta- es avaricia intelectual, subjetivismo de la Verdad teológica, metafísica y moral, suficiencia del propio juicio con desprecio de toda autoridad […] el fraile triste arrebatado por Satanás, se instituyó a sí mismo en la Cátedra de Dios y creyó que su juicio era más, mucho más que el de los Papas y Obispos, que el de los teólogos y filósofos”.[4]

Maritain, en sus buenos tiempos, sostenía que el mundo moderno nació, entre otras cosas, en la celda en la que Lutero discutía con el Demonio. Es muy probable que sea así. Pero el mundo moderno, o mejor dicho, lo que este mundo representa paradigmáticamente, la rebelión del hombre endiosado contra Cristo y su Iglesia, nació y vuelve a nacer no sólo en el alma de aquel triste reformador (que sería piadoso encomendar a Dios antes que cubrir de loas su figura) sino en el alma de todos los reformadores, de todos los negadores de la grandeza y gloria de la Iglesia, de todos los destructores del orden cristiano, de los renegados del Nombre de Cristo aun cuando lo invoquen, de todos los desertores de la Verdad que no pasa, servidores de las utopías precarias y terribles.

Por todo eso, no podemos callar ni permanecer indiferentes frente a esta aventura ecuménica. No podemos. Non possumus.

Escribimos estas líneas en la Festividad de Todos los Santos. Hemos implorado al Señor, siguiendo las Letanías de los Santos: Ut omnes errantes ad unitatem Ecclesiae revocare, et infideles universos ad Evangelii lumen perducere digneris. Te rogamus, audi nos.

Mar del Plata, 1 de noviembre de 2016

Mario Caponnetto



[1] Jordán B. Genta, Libre Examen y Comunismo, en Jordán B. Genta, Biblioteca del Pensamiento nacionalista Argentino, Tomo VII, Buenos Aires, 1973, página 175.

[2] Jordán B. Genta, Libre examen y comunismo, o. c., páginas 177, 178.

[3] Ibidem.

[4] Jordán B. Genta, Libre examen y comunismo, o. c., páginas 183, 184.

jueves, 10 de noviembre de 2016

El NOM lo tiene claro: "El pueblo se equivocó" (Eulogio López)


Duración 3:25 minutos

OBISPOS PIDIENDO PERDÓN (Padre Alfonso Gálvez)

       Coloco aquí primero la noticia acerca de la cual viene el posterior comentario del padre Alfonso Gálvez.




Anuncian las redes sociales que los 115 Obispos de Francia han pedido perdón por el largo silencio culpable guardado ante los casos de pedofilia de los sacerdotes. El acto ha tenido lugar a propósito de las Jornadas de oración y penitencia celebradas según una iniciativa del Vaticano que tuvo lugar en el pasado mes de Septiembre, en la cual se dejaba a las Conferencias Episcopales la organización de las diferentes modalidades para llevarlas a cabo.

Como es de dominio público, el hecho de pedir perdón es una moda puesta muy en boga por la Jerarquía Católica que, como no podía ser menos, ha sido proclamada a los cuatro vientos por todos los media, con coreografía añadida por la misma Jerarquía Católica.

Aunque la moderna Sociedad no suele detenerse en examinar despacio determinados hechos sociales, salvo aquellos que resulten contrarios y dañinos contra la Fe y la Moral de la Iglesia para ser aireados y magnificados, parece que vale la pena parar la atención en este al que aludimos, teniendo en cuenta sobre todo la profundidad del contenido que encierra..., aparte de la absoluta falta de sinceridad que manifiesta.

Aunque el hecho en sí mismo no puede decirse que sea condenable puesto que responde a la verdad, sin embargo es otra prueba más del abismo de degradación en el que ha caído la que en otro tiempo fue brillante y respetada Jerarquía Católica.

Pedir perdón cuando se ha ofendido a alguien es indudablemente una cosa buena y por supuesto necesaria. Lo malo comienza cuando la petición de perdón por una acción cometida se utiliza como cortina de humo para ocultar otras, mucho más graves por supuesto, y acerca de las cuales no se dice nada. A veces la petición sirve para ocultar algo peor de lo cual no se quiere aparecer como culpable, o incluso otras para hacer aparecer como detestable e inicua una situación buena o incluso gloriosa. Como ha sucedido últimamente con el hecho de pedir perdón la Iglesia por la Evangelización de América, que fue un acto incalificable de faltar a la verdad y a la justicia.

El silencio ante los actos de pedofilia cometidos por algunos sacerdotes es algo efectivamente condenable en sí mismo. Pero puede ser utilizado para ocultar circunstancias que, si bien pueden pasar desapercibidas, son sin embargo de mayor gravedad y dignas de ser tenidas en cuenta.

Ante todo porque es un hecho que el famoso perdón goza de antemano con la garantía de que será jaleado favorablemente por los media. Los cuales no desaprovechan ocasión para airear situaciones que perjudiquen a la Iglesia. No pocos Obispos, cuya falta de carácter y de espíritu son bien notorios, llegan a creer ingenuamente incluso que van a quedar bien parados con esa circunstancia.

En segundo lugar, y según lo dicho más arriba, porque haciendo reconocimiento público de los trapos sucios menores pasan al olvido o al ocultamiento los trapos sucios mayores.

Para darse cuenta de lo cual habría que examinar ante todo las causas que dieron lugar al lamentable fenómeno de la pedofilia.

Pues la labor de pastoreo, de atención, de cuidado, de formación y de preocupación por los sacerdotes corresponde en primer lugar y ante todo a los Obispos. Lo cual apenas si se ha hecho, dejando al infeliz clero bajo en muchas ocasiones que campara por sus respetos como ovejas sin pastor. El abandono del clero, a partir sobre todo del Concilio Vaticano II, ha sido casi total. La famosa crisis de identidad sacerdotal, inventada por los teólogos y próceres del Concilio pero acunada por la Jerarquía, hizo estragos entre un clero bajo que se sintió en todo momento abandonado.

Fueron los Obispos quienes no tuvieron cuidado alguno de la formación que se estaba impartiendo en los Seminarios. En los Estados Unidos sobre todo se permitió la infiltración de elementos homosexuales en esos Centros de formación, e incluso en muchos lugares se alentó y fomentó tal tendencia. Al cabo de muchos años, Roma envió alguna Comisión que, como era de esperar, no llegó a ningún resultado, cuando las cosas eran sin embargo demasiado patentes.

No es ninguna noticia, puesto que es de dominio público universal, que las Facultades de Teología Católicas, y de un modo especial las radicadas en Roma, hace tiempo que dejaron de impartir enseñanzas conformes con la Fe de la Iglesia, y sí más bien saturadas de herejía modernista. Una vez cuestionada la existencia histórica de la Persona de Jesucristo, negada la validez de la Revelación, rechazado como obsoleto todo el Magisterio de la Iglesia anterior al Vaticano II (más de veinte siglos de Magisterio), ridiculizada la práctica de la oración, predicado y perdido todo sentido del pecado, preconizada la autonomía de la conciencia individual como única regla de conducta reconocida para un cristiano, etc., etc...., que diga cualquiera si muchos sacerdotes no se sentirían en crisis (no se trata de justificarlos) y decididos a admitir cualquier clase de conducta.

Ante todo lo cual, y mucho más de lo que se podría hablar aquí, no es justo cargar toda la culpa en el inferior y disimular o pasar por alto la responsabilidad del Superior. No vaya a ocurrir ahora lo que ya pasaba en las famosas Ordenanzas de Carlos III, las cuales enumeraban los posibles delitos a ser cometidos en el Ejército y acababan infaliblemente con la coletilla: se castigará siempre al inferior.

Los Obispos son los sucesores de los Apóstoles, Padres y Maestros en la Fe y Jefes de sus respectivas Iglesias. Unidos a Roma en la Fe y en la obediencia, pero no como funcionarios o títeres, controlados a su vez por una especie de Sindicatos conocidos como Conferencias Episcopales. Una vez que los Obispos perdieron su autoridad y su prestigio, las diferentes Iglesias se vinieron abajo, y con ellas la que a su vez es la Única, Santa y Verdadera y Católica Iglesia que es también el Cuerpo Místico de Cristo.

Los Obispos no se han enterado aún de que el Pueblo cristiano, después de haberlos visto danzar y bailar como artistas de circo en las famosas JMJs, necesitaría demasiada fe para seguir pensando que son Padres y Maestros en la Fe. No sería mala cosa que comenzaran a examinarse a sí mismos, como primer paso para abordar los problemas con verdad y en su raíz más profunda.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

La derrota de Hillary Clinton frente a Donald Trump o cómo el Papa Francisco pierde elección tras elección desde el trono de San Pedro (CATHOLICVS)

FUENTE: CATHOLICVS


¿Es el Papa Francisco "gafe"? Salvando las distancias, a uno le da la impresión de que se está convirtiendo en el "Zapatero" del Vaticano: no hay causa terrenal que apoye, que no fracase estrepitosamente, pese a las arengas lanzadas desde tan privilegiado púlpito, aumentadas por los altavoces de casi toda la prensa internacional.

Ningún católico duda de que el Papa, cualquier Papa, es infalible cuando habla ex Cathedra. Lo que también les queda bastante claro a cada vez más católicos es que este Papa no ha hablado ex Cathedra ni una sola vez, y que cuando pone de manifiesto sus querencias y expresa sus preferencias personales, especialmente en el ámbito político, no da ni una: si apoya los mal llamados "acuerdos de paz" con los terroristas de las FARC, los colombianos, mayoritariamente católicos, votan en contra en el correspondiente referendum; si Macri no es santo de su devoción, éste vence en las Elecciones de su Argentina natal; si predica y apuesta por el "papeles para todos" -inventado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero muchos años antes de que este Papa okupara la cátedra de San Pedro-, los países del este de Europa se blindan legalmente frente a la invasión de inmigrantes ilegales y hasta el Reino Unido prefiere salirse de la Unión Europea; si asiste a Suecia a celebrar el V Centenario de la herejía y cisma de Martín Lutero, un importante segmento de protestantes expresan públicamente su rechazo; si se niega a venir a España a conmemorar el V Centenario de Santa Teresa de Jesús para no "interferir" en la Elecciones -a Estados Unidos no le ha importado ir aunque "interfiriera"-, el socialismo español se hunde progresivamente en cada cita electoral y la extrema izquierda de los comunistas "Podemos" e "Izquierda Unida" toca techo, estancándose y permitiendo otro gobierno del PP...

Asimismo, el aumento imparable del Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia, pese a las maniobras obstructivas de la masonería patria, o el "Brexit" del Reino Unido, fundamentalmente contrario a la invasión migratoria fomentada desde el Vaticano, demuestran la poca influencia que los deseos personales del Papa tienen sobre los electores. Por otro lado, con esta última cita electoral estadounidense queda de manifiesto, una vez más, que las encuestas no sirven para nada -ya ni siquiera para manipular a la población, que era para lo que venían usándose-. El general apoyo de los medios de comunicación y de los grupos de poder a Hillary Clinton no ha tenido el mayoritario apoyo que cabía esperar; de hecho, ni siquiera puede decirse que Trump haya ganado por los pelos: le ha dado una paliza electoral a Hillary Clinton, representante de la anti-Iglesia y enemiga declarada de Cristo: laicista radical, pro-aborto, pro-eutanasia, pro-ideología de género, pro-gay, antifamilia...

Por otra parte, además de las encuestas, la mayor parte de los medios de comunicación, indisimuladamente partidarios de Hillary Clinton, han quedado nuevamente en entredicho. Caso más grave aún es el de Radio Vaticano o la COPE en España, que han quedado totalmente desacreditadas. Para ambos medios, los católicos deberían haber votado al partido demócrata, pues Donald Trump es machista, xenófobo, etc. Radio Vaticano habló incluso de que el voto católico daba 20 puntos de ventaja a Clinton. ¡Pues ni con esas! En el caso de la apuesta de la emisora de los obispos de España, la COPE, por Hillary Clinton, también la ha dejado a los pies de los caballos. De hecho, ahora mismo no deben de salir de su asombro, sólo atinando a dar el absurdo titular: "Un país dividido". Naturalmente: tras unas elecciones, unos ganan y otros pierden. ¿Eso es todo lo que se les ocurre decir? Quien ha ganado ha sido Donald Trump y quien ha perdido -mal perdido- ha sido Hillary Clinton, que en un primer momento ni siquiera se dignó a aparecer públicamente ante los suyos y el resto del país para aceptar la derrota y felicitar a Trump por su victoria.

Lo que salta a la vista es que la habitual injerencia del Papa en política -pese a que lo niegue según sea el caso-, no ha sido suficiente para disuadir a los católicos estadounidenses de votar al partido republicano. Ni siquiera su descalificación explícita a Donald Trump durante el vuelo de regreso a Roma desde México, el pasado mes de febrero, cuando se le preguntó por él por su intención de construir un muro en la frontera del país. Pese al "¿quién soy yo para juzgar?" cuando le preguntaron sobre las relaciones homosexuales, no dudó en descalificar a Trump como "no cristiano" por oponerse a la invasión migratoria fomentada por los grupos de poder. De hecho, Hillary Clinton cerró la campaña electoral en Raleigh, Carolina del Norte, parafraseando al Papa Francisco y pidiendo votar a quien "construya puentes y no muros": “Cuando miréis hacia atrás, podréis decir que votasteis por un país mejor, más justo, en el que construimos puentes y no muros”. Y todo, pese a considerar fanáticos a los cristianos, como han revelado las últimas filtraciones de Wikileaks.

No sabemos cómo gobernará Trump. Pero sí sabemos qué no hará, que incluye toda la política laicista y anticristiana ya impulsada por Obama y que pretendía continuar y ampliar Hillary Clinton. Tampoco pretende cambiar la Iglesia Católica desde dentro para hacerla sumisa, como pretendía Clinton, ni violentarla con la ideología de género o con la obligación de dispensar anticonceptivos o realizar abortos en hospitales católicos. Ahora ya no se nombrará a magistrados de la Corte Suprema con el único mérito de impulsar la ideología de género como prioridad de su agenda, incluso por encima de libertades básicas, como la religiosa y la libertad de conciencia.

Para finalizar, me vienen a la cabeza las relativamente recientes acusaciones lanzadas a diestro y siniestro por uno de los palmeros del Papa Francisco, Andrea Tornielli, cuando fantaseaba con una supuesta trama -sin duda ficticia- de supuestos católicos "contrarios al Papa Francisco", en un vergonzoso y digno de olvido artículo -articulo-ficción, más bien- publicado en el panfleto diario "La Stampa" el pasado 16 de octubre. Ante semejantes disparates, ahora sólo cabe preguntarse: ¿será el votante medio estadounidense, especialmente el católico, un terrible "tradicionalista" anti-Papa y pro-Putin? Pues, por lo visto, sí. Cada día parece más evidente la "conjura mundial" contra el Papa Francisco en lo que a sus prioridades materiales y gustos políticos se refiere.

Lamentable, por otro lado, que en algunos estados donde han ganado los demócratas, a quienes no les duelen prendas en morir matando -y nunca mejor dicho-, hayan aprobado durante estas mismas elecciones la eutanasia en Colorado y el uso de la marihuana en California. ¿Y aún alguien se asombra de que en aquellos estados con un amplio número de católicos, mayoritariamente inmigrantes, también éstos hayan apoyado en un gran porcentaje a Donald Trump?
CATHOLICVS

Victoria electoral de Trump tras la sucia campaña de la candidata demócrata (ELENTIR)

Fuente: ELENTIR

Mie 9·11·2016 

Donald Trump ha obtenido la victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Es una victoria lograda contra muchos pronósticos y con la amplia mayoría de los medios en contra.

Trump copia la ocurrencia de pagar deudas imprimiendo billetes: ¿qué puede salir mal?
Silencio mediático ante las pruebas de que Clinton ordenó reventar mítines de Trump

Mis reparos a Donald Trump

No siento alegría por la victoria de Trump. En materia de principios me parece un oportunista y habría preferido que las primarias del Partido Republicano las ganase Ted Cruz. Su falta de respeto a John McCain como veterano de guerra me sentó bastante mal. Su apoyo a la impresión de dinero como solución para la deuda pública me parece un absoluto disparate que, sin duda alguna, firmaría cualquier dirigente podemita. Y sus discursos sobre inmigración, anunciando la construcción de un muro con México, me parecieron una forma bastante criticable de intentar sacar tajada política del rechazo de muchos estadounidenses a la inmigración ilegal.

Mis reparos -mucho mayores- a Hillary Clinton

Hillary Clinton me cae mucho peor que Trump. Si él es un oportunista y un populista, ella es una déspota y una persona que defiende planteamientos muy hostiles hacia derechos humanos tan básicos como la libertad religiosa y el derecho a la vida. Cuando el año pasado anunció su propósito de cercenar la libertad de religión en EEUU tuve claro que esta mujer era una verdadera amenaza para la democracia en EEUU, que venía a añadirse a los ataques ya lanzados por Obama contra ese derecho, que han provocado el rechazo de amplios sectores de la población.

Además, Hillary no dudó en respaldar las tesis abortistas más radicales y crueles -incluido el monstruoso aborto por nacimiento parcial, que implica decapitar al bebé en medio del parto- y recibió el apoyo de un poderoso lobby proaborto (Planned Parenthood invirtió 50 millones de dólares en la campaña de la candidata demócrata).

Hay que recordar que en 2010 Hillary incluso elogió repetidamente al UNFPA como un programa modélico, y eso mientras el UNFPA servía para apoyar los abortos forzados en China. Un hecho que, como tantas otras cosas, ha sido silenciado por los mismos medios que presentaban a Trump como un machista.

Trump anunció que cortará los fondos públicos a Planned Parenthood

El mandato de Obama ya había servido para llenar las arcas de ese lobby con dinero de los contribuyentes y tapar los graves escándalos que le han ido salpicando: tráfico ilegal de órganos de bebés abortados, encubrimiento de abusos a menores, encubrimiento de mafias de la prostitución, abortos selectivos de niñasUna victoria de Hillary habría implicado, con total seguridad, una impunidad absoluta para ese lobby y sus repugnantes prácticas.

De hecho, Planned Parenthood apoyaba la campaña de Hillary como quien invierte en un negocio seguro. Frente a ese intercambio de favores entre los demócratas y el lobby del aborto, el anuncio de Trump de que cortará la financiación pública de ese lobby abortista me pareció, al menos, un acierto por parte del candidato republicano.

Que Trump no comparta la actitud hostil de Hillary hacia los creyentes también le habrá otorgado muchos apoyos. En este sentido, con sus prejuicios hacia la religión y sus proclamas liberticidas, ha sido la propia candidata la que ha asegurado su derrota.

Clinton se hunde con sus trampas y muchos medios naufragan con ella

A lo anterior hay que añadir que dentro de lo lamentable que ha sido esta campaña electoral, me ha parecido escandaloso el hecho de que se descubriese que el equipo de Hillary había ordenado reventar violentamente la campaña de Trump, y que muchos medios lo tapasen.

La violencia desatada por la izquierda contra Trump y sus seguidores llegó a cebarse incluso con una indigente, sin que ni Hillary ni su equipo dijesen nada para condenarlo.

La complicidad de muchos medios con la candidata demócrata ha sido vergonzosa. Wikileaks desveló los contactos del equipo de Clinton con diversos medios para favorecerla. Clinton ha protagonizado una de las campañas electorales más sucias de la historia de EEUU, y ya sólo por eso no merecía ganar. Por eso me alegro de su derrota, y también por el descarado apoyo mediático que ha recibido.

Hace tiempo que estoy convencido de que el pensamiento único progresista que promueve buena parte del periodismo es muy distante de la opinión de muchos ciudadanos de a pie; y este distanciamiento ha quedado más claro que nunca en Estados Unidos, cuya sociedad conserva en gran medida valores cristianos y planteamientos conservadores que son despreciados desde los grandes medios.

Las tareas que tiene por delante Donald Trump

No tengo una gran esperanza de que Trump arregle muchos de los problemas que deja tras de sí Obama. A decir verdad, son muy pocos los políticos que me infunden hoy en día alguna esperanza. Sí que espero que no sea lo bastante imprudente como para olvidar su promesa de retirar los fondos públicos a Planned Parenthood, y si la olvida espero que las organizaciones provida estadounidenses se movilicen para demandárselo.

En lo demás, ojalá su llegada al poder le haga entrar en razón y aparcar disparates como los que he citado al comienzo de esta entrada; y que, como presidente de los EEUU, se esfuerce por servir al Bien Común y a la causa de la Libertad.

Además, no tendrá excusa para echar abajo los disparates liberticidas de Obama: el Partido Republicano tendrá mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes.

Obama, el presidente más desastroso de la historia de los Estados Unidos,vende "sus ‘logros" (Eulogio López)


Obama y Hillary Clinton

Me ha encantado lo de Barack Obama, comprometido con el nuevo Orden Mundial (NOM) tanto como Hillary Clinton (ambos en la imagen). En la recta final de las elecciones del 8 de noviembre, Obama aseguró en un mitin por Hillary, que si gana Trump todo “lo que hemos logrado durante estos ocho años (sí, el lapso de su eficiente Gobierno) se tirará por la borda”. Pero, ¿qué es lo que has logrado campeón?
A ver, repaso somero:
Te has cargado el derecho a la vida, dando en Estados Unidos el último paso del Nuevo Orden en materia del derecho a la vida: el aborto ya no es algo despenalizable, es un derecho.
Más logros Barack: creó en Estados Unidos los nuevos campos de exterminios. Fue el primer acto de su mandato, retrasmitido en directo por las televisiones, del acuerdo para financiar la utilización de embriones humanos como cobayas de laboratorio. Eso, además de una nota derivada homicida del aborto, se ha convertido, apenas cuatro años después de la llegada de Obama a la Casa Blanca, en la mayor estada científica de la historia moderna. Con embriones no se ha curado ni un resfriado. Con la alternativa ética, las de las células adultas se avanza cada día. Pero no se crean que, ni por un momento, Obama se ha planteado rectificar.
Y para que no faltara de nada, ideología de género. Obama ha sido uno de los mejores propagandistas del homosexualismo y de cualquier tipo de feminismo radical, desde los vientres de alquiler a cualquier otra actitud que suponga valorar la feminidad.
En política exterior, Obama será recordado por su Primavera Árabe que ha provocado más matanzas que ninguna otra estrategia occidental desde el final de la II guerra mundial. Y,  naturalmente, el fenómeno del fanatismo islámico se ha disparado en todo el mundo.
Y con su espíritu chulesco, Obama y Hillary -su secretaria de Estado- nos han acercado al abismo de la III Guerra Mundial, a costa de un estúpido enfrentamiento con Putin, al más idiota grito que vieran las cancillerías del siglo XXI: ¡Que vienen los rusos!
En economía, los demócratas Obama y Clinton no sólo han entronizado el financismo y la especulación en los mercados, sino que Estados Unidos ha ampliado el océano de liquidez que ahoga… al resto del planeta, porque ese océano de liquidez ha devaluado toda la economía mundial y nos ha llevado a la crisis económica permanente, un fenómeno tan nuevo como siniestro.
¿Logros? ¿Qué logros?
Yo también quería un negro en la Casa Blanca, pero no a Obama.
Yo también quiero una mujer en la Casa Blanca, pero no Hillary.
Eulogio López

EL ÚLTIMO ERROR DE HILLARY CLINTON (Fray Gerundio)



No recuerdo, en mi larga vida monacal, haber asistido a unas elecciones presidenciales norteamericanas tan seguidas de cerca en mi monasterio. La culpa la han tenido mis novicios, que andan pegados a sus tuites y a las televisiones. Y mis Superiores, que andan servilmente pegados a los novicios. Son progresistas de nuevo cuño. Adquirieron un progresismo clerical en las Facultades de Teología que se les ha quedado pegado, como el pringue en el puchero de mi abuela. Menos mal que tengo a Fray Malaquías. Y desde luego, esta mañana hemos disfrutado al terminar los Maitines. Todos los monjes andaban cabizbajos, tristes y cetrinos. Con unas ojeras atribuladas y murriosas. Se han pasado la noche escuchando la radio (espero que no haya sido la COPE), mientras Fray Malaquías y yo dormíamos a pierna suelta. Por eso esta misma mañana, cuando cantábamos los dos vejestorios los Aleluyas, nos miraban de reojo para ver si en realidad lo decíamos por las elecciones norteamericanas.

He de reconocer que llevo varios meses escuchando que iba a ganar la Clinton, y casi casi me lo había creído. La veía tan apoyada y aupada por todos -unos y otros-, que pensaba que iba a funcionar una vez más la guillotina general. Se empecinaban -unos y otros-, en vaticinar el desastre monumental del Planeta en caso de que ganara Donald. Y la estabilidad y continunidad si ganaba Hilaria. El derrumbe del Sistema Financiero si uno ganaba y el Cielo en la Tierra si vencía la otra. No nos han dejado tener una opinión distinta de la prevista, a excepción de algunos medios periodísticos, calificados por eso mismo de anti-sistema. ¡Con lo que le gusta al Sistema eso del anti-sistema!

Cuando se aventaban los correos de Hillary, las graves acusaciones del FBI, los siniestros datos sobre su siniestra vida, negocios, arreglos y chanchullos, las noticias sobre sus participaciones en los líos del mundo árabe con su Isis y sus crímenes… nunca dejé de pensar que iba a ganar con toda seguridad. Ya sabemos que a los oscuros jefes mundiales les tiene todo esto sin cuidado. Además, suelen ser precisamente ellos los que lo organizan.

Frente a esto, las palabras despectivas de Trump hacia algunas mujeres, su machismo (pecado super-capital del mundo moderno), su dinero, sus modales y expresiones bastas, hasta su pelo… eran denunciados por todos. O sea, que se le podía perdonar todo a Hillary, ante este monstruo-pretendiente a la Casa Blanca. Realmente confieso que hasta ayer, tenía que reconocer que la victoria de la Clinton estaba cantada.

Pero según leí en su momento, Hillary cerró la campaña citando al Papa. ¡Zas! ahí me desperté de mi sueño dogmático. Si ha citado a Francisco, entonces ya tiene encima el mal de ojo, me dije. Como he denunciado en otras ocasiones, cada vez que algún presidenciable, ministeriable o primer ministrable acude a darle la mano a Bergoglio, su derrota electoral está cantada. Y si se relaciona con él de alguna manera, aunque sea de lejos, los augurios serán bastante malos. Ya sé que desde hace mucho es conocido que Francisco estaba decantado hacia la Candidata. Ya sé que el Soros es amiguete de los dos y ha financiado a los dos, y mantiene a Obispos financiados para apoyar a la Hilaria. Pero citarle como apoyo en el final de la campaña, ha hecho que se desataran todos los malos agüeros. Los hígados de los pollos demócratas se tornaron de un negro-infernal de forma automática.
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*Reproduzco, a continuación, en un vídeo,  lo que dijo el Papa Francisco, en febrero de este año, en contestación a una pregunta de un periodista:

Duración 2:20 minutos
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Por eso me acosté tranquilo. Bueno, antes de acostarme me fui a la celda de Fray Malaquías para que me escanciara una gota de su licor tridentino. Y brindamos en la celda mientras los novicios y demás monjes escuchaban la COPE.

Por cierto, ahora que lo pienso, también puede haber tenido algo que ver en la victoria de Trump el hecho de que la cadena de los Obispos apostó siempre por Doña Clinton. La prueba está en que ahora mismo presenta en su página la noticia con este titular: Un país dividido. Ahora me entero yo de que cuando alguien gana unas elecciones y otro las pierde, el país está dividido. Pues claro. Unos ganan y otros pierden. Seguro que estos de la cadena de los Obispos también recibieron instrucciones de Roma. Se les ve el plumero.

En fin, lo siento por los demócratas de todo el mundo, a los que siempre se les llena la boca diciendo que el pueblo debe hablar, que el pueblo vota y nunca se equivoca, que el pueblo es el que en cada papeleta deposita un trocito de soberanía … y otras memeces. En este caso, como en Colombia, el pueblo se equivoca. Faltaría más.

Yo le aconsejaría vivamente al nuevo Presidente de los Estados Divididos (Cope dixit) que ni se le ocurra ir a Roma. Por si acaso.

Fray Gerundio

martes, 8 de noviembre de 2016

¿Dos papas? (por José Martí)



Sobre este tema absurdo de la "bicefalia"en la Iglesia se ha hablado ya extensamente en este blog. Por ejemplo aquí

Benedicto XVI abdicó libremente y así lo ha expresado en múltiples ocasiones, aunque sean muchos aún los que piensen que fue forzado a dimitir y que, por lo tanto, Francisco no es el verdadero Papa sino que lo seguiría siendo Benedicto XVI. Eso es un error ... a menos que consideremos que Benedicto XVI es un mentiroso y que todo cuanto ha dicho, repetidas veces, acerca de su libre dimisión, sea falso. 

Dicen que habla así por miedo. Pero, ¿miedo de qué? No lo parece. Él ha dicho que se encontraba cansado y que le sobrepasaba la misión que tenía que ejercer y, ateniéndose a que ya se había contemplado la posibilidad de la dimisión de un Papa por Juan Pablo II, hizo uso de esa prerrogativa. Y punto. 

Benedicto XVI ya no es Benedicto XVI, puesto que ya no es Papa, sino que es el cardenal Ratzinger, por más que se le llame papa emérito: Tal figura es una contradicción. Pues de existir, aunque emérito, seguiría siendo Papa, lo que no puede ser de ninguna de las maneras, puesto que iría en contra de la estructura jerárquica de la Iglesia, tal como ha sido querida por Jesucristo, su Fundador. 

Con relación al llamado papa emérito podemos escuchar de nuevo lo que dice el padre Alfonso Gálvez:


El cardenal Müller ha escrito un libro de título: "Benedicto y Francisco, sucesores de Pedro al servicio de la Iglesia", según se lee en Secretum Meum Mihi, noticia que copio aquí:


Esta noticia aparece también en Gloria TV, como se puede ver y escuchar en este video:

Duración: 27 segundos

El vídeo está en inglés y como no aparece subtitulado, coloco aquí los subtítulos en inglés:

Two Popes? Cardinal Müller, the head of the Congregation for the Doctrine of the Faith, has claimed in an interview with the Italian journalist Aldo Maria Valli that Pope Francis and Benedict XVI are united through the same Petrine office. Using the present tense he said: “Both exercise an office in the service of the Faith and the Church.”

... siendo ésta la traducción [personal]:

¿Dos papas? El cardenal Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha afirmado, en una entrevista con el periodista italiano Aldo Maria Valli, que el Papa Francisco y Benedicto XVI están unidos a través del mismo oficio petrino. Usando el tiempo presente, dijo: "Ambos ejercen un oficio al servicio de la Fe y de la Iglesia".

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Una afirmación que, digámoslo de nuevo, raya en la herejía: "Papa no hay más que uno". Esto es una constante en la Tradición de la Iglesia -y así se ha mantenido durante dos mil años- y lo es por voluntad expresa de Jesucristo, su Fundador, quien -dirigiéndose a Pedro- dijo: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16, 18). Se lo dijo sólo a Pedro. Y luego se lo confirmó, sólo a él ... ¡y por tres veces!:  "Apacienta mis ovejas" (Jn 21, 15-17). ¡Estas palabras no fueron dirigidas al conjunto de los apóstoles!

¿Es que se quiere enmendarle la plana a Jesucristo? ¿A cuento de qué vienen todas estas elucubraciones heréticas de considerar que hay dos papas, uno activo (que sería Francisco ) y otro contemplativo (que sería Benedicto XVI)? 

Todo ello es señal de una profunda crisis en el seno de la Iglesia, una crisis que afecta al corazón mismo de la Iglesia, de una Iglesia que se ha vuelto mundana, influída por las corrientes modernistas, y que ya no cree en lo sobrenatural (exceptuando, claro está, los casos particulares, que los hay, que siguen teniendo fe).

Nadie puede enmendarle la plana a Dios ... Y si alguien lo intenta, como parece ocurrir, es señal de que ese tal ha perdido la fe en Jesucristo ... y concretamente, en la divinidad de Jesucristo. Jesucristo es Dios. Y éstas fueron sus palabras:  "El Cielo y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mt 24, 35) ... y esto será así  aun cuando el mundo entero se alzara en su contra.

José Martí

La difícil situación de los votantes católicos en las elecciones de Estados Unidos (Rome Reports)

DURACIÓN 2:58 minutos

Terremotos y castigos de Dios (Roberto de Mattei)


Desde el 24 de agosto de este año, Italia se ha visto sacudida por una serie de violentos movimientos sísmicos. Han pasado dos meses y no dan señales de disminuir. Según los sismólogos, se han producido millares de sismos de diversa intensidad y magnitud. Hasta el momento han causado pocas víctimas, pero han ocasionado graves daños en iglesias y edificios públicos y privados, y causado la pérdida de sus bienes y su vivienda a decenas de millares de italianos.

El movimiento telúrico del pasado 30 de octubre, que ha sido el más grave después del 24 de agosto, se sintió en toda la península, desde Bari hasta Bolzano, y se ha expresado simbólicamente con el derrumbamiento de la catedral de Nursia. La noticia de la destrucción de la basílica ha dado la vuelta al mundo. Apenas queda una frágil fachada de la iglesia que se alzaba sobre el lugar donde estaba la casa natal de San Benito. El resto desapareció estallando en una nube de polvo. Numerosos medios de difusión, como la cadena estadounidense CNN, han puesto de relieve el carácter simbólico del suceso, escogiendo para la página de acceso a su sitio web la imagen de la catedral en ruinas.

Hubo un tiempo en que los hombres eran capaces de captar los mensajes de Dios en todos los sucesos que escapaban a la voluntad de ellos. Todo lo que se sucede tiene, de hecho, un significado, que se expresa en el lenguaje de los símbolos. Un símbolo no es una representación convencional, sino la más profunda expresión del ser de las cosas.

El racionalismo moderno, de Descartes a Hegel, de Marx al neocientifismo, ha querido racionalizar la naturaleza, sustituyendo la verdad del símbolo por una interpretación puramente cuantitativa de la naturaleza. El racionalismo atraviesa actualmente una crisis, pero la cultura postmoderna que bebe de las mismas fuentes intelectuales, desde el nominalismo al evolucionismo, ha creado una nueva simbología, que a diferencia de la antigua no remite a la realidad de las cosas, sino que la deforman como espejos de feria. El código simbólico que se expresa en todas las formas de la comunicación postmoderna, desde los twits a los debates televisivos, tiene por objeto suscitar emociones y sentimientos, negándose a captar la razón íntima de las cosas.

La catedral de Nursia, por ejemplo, es símbolo de arte, de cultura y de fe. Para los medios informativos, su destrucción evoca la pérdida del patrimonio artístico de la Italia central, pero no puede verla como imagen del derrumbe de la fe o de los valores fundamentales de la civilización cristiana.

Por consiguiente, el terremoto, aunque se utilice en el lenguaje corriente para aludir a acontecimientos culturales y sociales, no pueden entenderlo como una intervención divina, porque sólo pueden presentar a Dios como un ser misericordioso, nunca como un ser justo.

Quien habla de castigo de Dios es inmediatamente objeto de difamación mediática, como le ha sucedido al padre Giovanni Cavalcoli, cuyas palabras en Radio María han sido calificadas de «afirmaciones ofensivas para los creyentes y escandalosas para los que no creen» por el Vicesecretario de Estado monseñor Angelo Becciu.

Pero para escándalo el provocado por la toma de posición del prelado vaticano, que demuestra desconocer la teología católica y las enseñanzas de los papas, por ejemplo Benedicto XVI, que en la audiencia del 18 de mayo de 2011, hablando de la intercesión de Abrahán por Sodoma y Gomorra, las dos ciudades bíblicas castigadas por Dios a causa de sus pecados, declaró:

«El Señor estaba dispuesto a perdonar, deseaba hacerlo, pero las ciudades estaban encerradas en un mal total y paralizante, sin contar ni siquiera con unos pocos inocentes de los cuales partir para transformar el mal en bien. Porque es éste precisamente el camino de salvación que también Abrahán pedía: ser salvados no quiere decir simplemente escapar del castigo, sino ser liberados del mal que hay en nosotros. No es el castigo el que debe ser eliminado, sino el pecado, ese rechazar a Dios y el amor que ya lleva en sí mismo el castigo. Dirá el profeta Jeremías al pueblo rebelde: “Tu propia apostasía te escarmentará. Aprende que es amargo y doloroso abandonar al Señor tu Dios” (Jer. 2,19)».

¿Como olvidar que entre agosto y septiembre de 2016 se han celebrado los primeros matrimonios civiles en Italia? «Lo reconstruiremos todo», ha declarado el primer ministro italiano Matteo Renzi.

Pero el pasado 23 de julio el mismo Renzi refrendó con su firma el decreto ejecutivo de la Ley 76/2016, conocida como Ley Cirinnà, que legaliza el matrimonio homosexual en Italia. Esta ley supone un terremoto moral, porque derriba los muros de la ley divina natural. Es impensable que una ley tan deplorable no vaya a tener consecuencias. Nadie que tenga dos dedos de frente puede dejar de darse cuenta. Hoy en día el hombre se rebela contra Dios, y a su vez la naturaleza se rebela contra el hombre. Mejor dicho, el hombre se rebela contra la ley natural, que tiene sus cimientos en Dios, y entonces estalla el desorden en la naturaleza.

La ley Cirinnà no destruye las viviendas, pero sí hace pedazos la institución familiar, originando una devastación moral y social igual de grave que la causada materialmente por el terremoto

No puede negársenos el derecho a pensar que el desorden de la naturaleza lo permite Dios a consecuencia de la negación del orden natural efectuada por las clases dirigentes de Occidente. Y dado que los símbolos admiten lecturas diversas, no se puede tildar de equivocados a quienes ven en la fachada de una catedral el símbolo de lo que hoy –considerándolo en su aspecto humano– parece permanecer en pie en la Iglesia Católica: una pila de escombros. Las declaraciones de monseñor Becciu, uno de los más estrechos colaboradores del papa Francisco, constituyen la expresión de un mundo eclesiástico en ruinas que desencadena otras ruinas.

De la promulgación de la exhortación Amoris Laetitia a los honores rendidos a Lutero en Lund, el papa Francisco no ha contribuido desde luego a poner orden en este mundo en ruinas.

El Papa no deja de repetir que no se deben construir muros, sino que es necesario abatirlos: pero los muros se vienen abajo, y con ellos se hunden la fe y la moral católica, y la civilización cristiana, que en Nursia –patria de San Benito– tiene su cuna simbólica.

No obstante, si la catedral está en pedazos, queda en pie frente a ella la estatua de San Benito en el centro de la plaza. En torno a esta estatua se ha congregado un grupo de monjes, monjas y laicos para rezar el rosario. Eso es igualmente un mensaje simbólico que nos habla de la única reconstrucción posible: la que se hace de rodillas, en oración.

Ahora bien, junto a la oración es asimismo necesaria la acción, la lucha, el testimonio público de nuestra fe en la Iglesia y en la civilización cristiana que resurgirá de las ruinas. La Virgen también lo prometió en Fátima. Pero para antes del triunfo de su Corazón Inmaculado, la Santísima Virgen anunció también un castigo planetario para una humanidad impenitente. Hay que tener valor para recordarlo.

Roberto de Mattei

domingo, 6 de noviembre de 2016

¿Un terremoto puede ser un castigo divino? (Padre Elías)





El domingo pasado, el sacerdote Giovanni Cavalcoli, de la Orden de los Dominicos, hizo unas declaraciones en Radio María, diciendo: "Que los terremotos de estos días en Italia son un castigo divino, por las uniones civiles entre homosexuales".

Sus palabras generaron tanto escándalo y desconcierto que el Vaticano condenó sus palabras y emitió un comunicado de la Secretaría del Estado, que lo podemos ver aquí. La noticia está en italiano y aquí la transcribo: “Son afirmaciones ofensivas para los creyentes y escandalosas para el que no cree”. Son palabras de Monseñor Angelo Becciu. Este obispo ha explicado que se trata de “afirmaciones del período precristiano y no responden a la teología de la Iglesia, porque son contrarias a la visión de Dios, ofrecida por Cristo. Los que han padecido el terremoto nos perdonen. A ellos solidaridad de parte del Papa” Y continúa Monseñor Becciu: “Cristo nos ha revelado el Rostro de Dios Amor, no de un Dios caprichoso y vengativo. Esta es una visión pagana, no cristiana”.

Radio María Italia lo ha suspendidoSin embargo, el padre Giovanni Cavalcoli en una entrevista a otro medio de comunicación, no ha pedido excusas, al contrario se ha reafirmado diciendo: “Confirmo todo, terremotos provocados por los pecados del hombre, como las uniones civiles. Y el Vaticano que repase el Catecismo”.

Una primera mirada a las declaraciones del sacerdote dominico, parece que le falta amor en el corazón y que el obispo que, en nombre del Vaticano, condena sus palabras y pide perdón a las víctimas de los terremotos, está de verdad hablando en nombre del Señor.

Esto merece una reflexión de parte nuestra. Estoy convencido que en las tragedias de la naturaleza como los terremotos, inundaciones, huracanes, hay cosas que se pueden explicar científicamente y que se puede salvar muchas vidas con prevención. Hay muchas muertes absurdas por errores humanos y por intereses personales, cuando por ejemplo se roban los dineros destinados a obras de construcción. La gente más pobre muchas veces construye sus casas en terrenos de alto riesgo y eso tendría una explicación. Hay también ciudades y pueblos en Europa que son muy antiguos y sus construcciones pueden fácilmente derrumbarse incluso ante temblores de magnitud moderada.

Personalmente y creo que todo buen cristiano siente cercanía hacia las personas que sufren y les ofrecemos todo nuestro afecto a los sobrevivientes y las familias que han perdido a sus seres queridos, pero otra cosa muy distinta es no saber discernir y condenar sin más a este sacerdote por sus palabras.

Es curioso que no se haya retractado y que tenga la osadía de decirle al Vaticano que estudie o repase el Catecismo. Veamos qué nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica, qué nos dicen los santos y sobre todo la Palabra de Dios.

Catecismo: “Es también el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo”. 2090. Ver aquí

Palabras de Benedicto XVI: “Si contemplamos la historia, nos vemos obligados a constatar a menudo la frialdad y la rebelión de cristianos incoherentes. Como consecuencia de esto, Dios, aun sin faltar jamás a su promesa de salvación, ha tenido que recurrir con frecuencia al CASTIGO”. Sus palabras se encuentran en esta homilia del 5 de octubre de 2008. Pues que alguno condene ahora al Papa por sus palabras. Y no estamos hablando del período precristiano.

San Juan Pablo II: “A lo largo de todo el cántico del capítulo 13 de Tobías se repite a menudo esta convicción: el Señor “castiga y tiene compasión… os ha castigado por vuestras injusticias, mas tiene compasión de todos vosotros… te castigó por las obras de tus hijos, pero volverá a apiadarse del pueblo justo” (vv. 2. 5. 10). Dios recurre al castigo como medio para llamar al recto camino a los pecadores sordos a otras llamadas. Sin embargo, la última palabra del Dios justo sigue siendo la del amor y el perdón; su deseo profundo es poder abrazar de nuevo a los hijos rebeldes que vuelven a él con corazón arrepentido”. Lean las palabras del Papa aquí

Y en la Sagrada Escritura que es Palabra de Dios, hay muchos textos y no solo en el Antiguo Testamento sino también en el Nuevo para que no nos digan que el lenguaje es precristiano. Entonces qué? Tiramos el Antiguo Testamento a la basura?

“E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna” (Mateo 25,46)

“Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia: cólera e indignación” (Romanos 2,5-8).

“Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal” (2 Corintios 5,10). “Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza; yo daré lo merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo” (Hebreos 10,30); “en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús” (2 Tesalonicenses 1,8)

“Sólo se oye hablar de inmoralidad entre vosotros, y una inmoralidad tal, que no se da ni entre los gentiles, hasta el punto de que uno de vosotros vive con la mujer de su padre…Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara presente, al que así obró: que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro, sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor” (1 Corintios 5,2-5). Sabemos bien que luego el apóstol Pablo explica que el castigo buscaba su conversión.

En los Hechos de los Apóstoles son castigados Ananás y su mujer Safira por haber mentido al Espíritu Santo. (Hechos 5,1-10).

La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados (CEC 1031)

Y en el Antiguo Testamento ¿dónde dejamos los relatos del Diluvio, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las Plagas de Egipto, la amenaza a la destrucción de Nínive, el castigo a David por el adulterio y asesinato de Urías?.

Bueno la lista es larga…

Creo que a este hermano sacerdote le faltó decir más motivos por los que el Señor nos puede castigar. No sólo por las uniones homosexuales, sino también por los abortos que son legales en muchos países de Europa y el mundo, por la incredulidad, por las injusticias, por el aburguesamiento del clero, por los sacrilegios cometidos contra la Eucaristía, por el ateísmo y la masonería de muchos eclesiásticos, por negociar la fe con los herejes, por arrodillarse ante Buda, ante los musulmanes, antes los judíos que aún no aceptan a Cristo, por el comunismo y marxismo que campea en las facultades de “teología” y en los seminarios. Por la homosexualidad en los conventos, por todo esto y mucho más…

Mueren muchos inocentes sí, pero también muchos culpables. No estamos apuntando el dedo contra nadie: que cada uno revise su corazón. Yo haré mi parte. ¡Le pido al Señor la gracia de mi conversión!

Viva el Sagrado Corazón Nuestro Rey y Viva el Corazón Inmaculado de María.

Maranatha, Ven Señor Jesús.

Padre Elías

sábado, 5 de noviembre de 2016

A PROPÓSITO DE LUTERO (ALGUNOS LINKS)




Anotaciones de Javier Barraycoa












INFOCATÓLICA








El Ecumenismo sigue sumando Confusión y Desconcierto (Mario Caponnetto)




«EL PROSELITISMO ES PECADO» (Alejandro Sosa Laprida)




LUTERO Y EL TERREMOTO (In Expectatione)



Hacia la desacralización final de la eucaristía (Antonio José Sánchez Sáez, del blog "Como vara de almendro")

Hay también una colección de 16 videos cuyo titulo es "Lutero, el monje maldito" de unos 45 minutos de duración cada uno. Aunque he escuchado solo un poco me dan una impresión bastante acertada, a mi entender, acerca de la objetividad de lo que se escucha en ellos.

Jose Martí


NOTA: Tenemos aquí solo una muestra de la ingente cantidad de tinta que se ha vertido sobre este asunto de Lutero. Para documentarse bien, lo mejor que conozco es lo que escribió el padre Ricardo García-Villoslada sobre Martin Lutero, en dos tomos editados por la BAC: "El fraile hambriento de Dios" (Tomo I) y "En lucha contra Roma" (Tomo II)