BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



lunes, 17 de marzo de 2025

Masacran cristianos en Siria… y el PP vota con Al-Qaeda con el silencio cómplice de la COPE


Mientras los cadáveres de cristianos y otras minorías aún humeaban en los escombros de Latakia y Tartus, el Parlamento Europeo aprobaba el pasado 12 de marzo —con fervor ecuménico y geoestratégico— una resolución que respalda al “gobierno interino” de Siria, encabezado por Ahmed al-Sharaa, un personaje con vínculos más que documentados con Hay’at Tahrir al-Sham, es decir, la Al-Qaeda reciclada en versión democrática para consumo europeo.

Sí, han leído bien. Y sí, el Partido Popular Europeo —con el español incluido, faltaría más— votó a favor. Y lo hizo después de que entre el 6 y el 9 de marzo se perpetraran auténticas masacres contra comunidades cristianas y alauitas en Siria, especialmente en las regiones costeras del país. Las cifras oscilan entre 2.000 y 7.000 muertos, según distintas fuentes. ¿Responsables? Milicias “aliadas” al gobierno interino respaldado por Bruselas. O sea, los amigos de los amigos del PPE.

La resolución europea, titulada con el eufemismo de siempre —»La necesidad del apoyo de la UE para una transición y reconstrucción justas en Siria»—, no contiene ni una sola palabra de condena explícita a estas matanzas. Ni una. No por olvido, sino porque molesta. Condenar a los verdugos podría hacer incómodo el respaldo al nuevo gobierno, y ya sabemos que en política exterior todo se negocia, incluso la sangre de los inocentes.

Resulta grotesco que el Partido Popular, tan dado a posar en procesiones, firmar tuits sobre la “Navidad en familia” y apelar a las raíces cristianas de Europa, haya votado a favor de una resolución que calla ante la masacre de cristianos en tiempo real. No hablamos de algo lejano o difuso. Hablamos del viernes negro del 7 de marzo, cuando las iglesias de Jabla, Banias y Tartus fueron saqueadas, sus fieles ejecutados y los altares profanados.

Pero no se preocupen: si el asesino promete democracia, el PP le da su bendición parlamentaria.

Mientras el Arzobispo grecocatólico de Homs clamaba por justicia, mientras los Patriarcas sirios firmaban un llamamiento conjunto para frenar “las horribles masacres”, el PPE, los socialistas, Renew y los Verdes sellaban con entusiasmo una resolución que premia a los patrocinadores del terror. Todo sea por aislar a Bashar al-Ásad, el mal oficial, aunque eso implique pactar con los hijos bastardos del yihadismo.

¿Y los obispos españoles? Nada. El silencio es atronador. Tal vez estén demasiado ocupados preparando su “Semana Santa inclusiva”.

Y mientras tanto, ni una sola palabra en la COPE, la emisora propiedad de los obispos. Nada en sus informativos. Nada en sus tertulias. Y Ángel Expósito —con su habitual tono indignado selectivo— tampoco ha dedicado ni un minuto a denunciar la masacre de cristianos en Siria. ¿Se les habrá pasado por alto? ¿O están demasiado ocupados bendiciendo desde el micrófono las consignas del PP?

¿Serán cómplices también los purpurados de sangre inocente por no usar un medio de comunicación pagado con los cepillos de misa para defender a los cristianos martirizados? ¿O acaso el fin justifica los medios? Si no, que se lo pregunten a don Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario de asuntos económicos de la Conferencia Episcopal Española, quien no pierde ocasión de presumir —donde se lo permitan— de su influencia directa sobre “su” COPE, esa que manipula con guante de seda y sonrisa beatífica.

De los socialistas y su cacareada “corriente cristiana” ya no se espera nada. Hace tiempo que se echaron al monte y solo conservan el nombre como adorno nostálgico. Ni siquiera duele su traición, porque ya es parte del paisaje. Pero lo del PP… lo del PP clama al cielo.

Mientras se redactan estas líneas, los cementerios en Siria siguen recibiendo a nuestros hermanos cristianos. Y en Bruselas, el PP levanta el pulgar. En Madrid, la COPE calla. Y en las sacristías, se planifica el próximo desayuno con políticos.

Pero tranquilos, que luego vendrán a hablarnos de mártires. Cuando les convenga.

Aurora Buendía

El P. Spadaro SJ y el nuevo arrianismo (Bruno Moreno)



En este blog y en InfoCatólica en general, hemos señalado en varias ocasiones las preocupantes afirmaciones de algunos de los colaboradores más cercanos del Papa Francisco: desde Mons. Paglia a Mons. Sánchez Sorondo, el cardenal Kasper, el cardenal Hollerich, el (ya casi) cardenal Víctor Manuel Fernández, el nuevo arzobispo de La Plata o los nuevos miembros favorables a la eutanasia, el aborto o los anticonceptivos de la Pontificia Academia para la Vida. Debido a la confusión que suele acompañar a sus palabras, no siempre es fácil decir en qué creen exactamente estos eclesiásticos, pero caben pocas dudas de que esas creencias se apartan sustancialmente de lo que la Iglesia siempre ha enseñado sobre varios temas.

Para completar este elenco de colaboradores, me ha parecido oportuno traer al blog el último artículo del P. Spadaro SJ en el diario italiano Il Fatto Quotidiano. En el artículo, el jesuita y director de La Civilta Cattolica hace gala de lo que podríamos llamar el nuevo arrianismo, que, sin negar expresamente la divinidad de Cristo, lo concibe en la práctica como un mero ser humano, falible y lleno de defectos y limitaciones como los demás hijos de Adán.

El artículo se refiere al Evangelio del pasado domingo, en el que se relata el episodio de la curación por nuestro Señor de la hija de una mujer cananea, que estaba atormentada por un demonio. En el texto evangélico, se describe cómo Jesús se hace de rogar antes de concederle a la mujer lo que pide, algo que la Tradición de la Iglesia siempre ha interpretado como un ejemplo de la pedagogía de Jesús, que quiere suscitar una mayor fe en la cananea. Como decía San Agustín, Cristo actuó así con ella “no para negarle su misericordia, sino para encender su deseo”.

La escena que nos pinta Spadaro, en cambio, es completamente diferente. Cuando la mujer le suplica, “Jesús permanece indiferente” ante el asombro de sus discípulos. “A Jesús no le importa” y le da a la cananea una “respuesta airada e insensible”, en la que se manifiesta que “la dureza del Maestro es inquebrantable”, porque “Jesús hace de teólogo” (algo que, en el vocabulario de Spadaro, es netamente negativo) y considera que “la misericordia no es para ella”.

Por si esto fuera poco, cuando la cananea dice “¡Señor, ayúdame!”, reconociendo así su autoridad, Jesús “responde de manera burlona e irrespetuosa hacia esa pobre mujer”, con “una caída de tono, de estilo y de humanidad”. Según Spadaro, “Jesús parece cegado por el nacionalismo y el rigorismo teológico”. No hay aquí una pedagogía de Jesús, como en la interpretación de los padres de la Iglesia, sino más bien una manifestación de graves defectos y limitaciones del propio Jesús, por contagio de su tiempo, que le impiden responder con misericordia.

Ante esa falta de humanidad de Jesús, las palabras de la cananea, diciendo con humildad que también los perritos comen los mendrugos que caen de la mesa de sus amos, lo cambian todo. Son “pocas palabras, pero bien planteadas y capaces de trastornar la rigidez de Jesús, de confundirlo, de ‘convertirlo‘ a sí mismo”.

Es decir, aunque la hija es curada por Jesús, la verdadera salvadora es la mujer, porque “también Jesús aparece curado y al final se muestra libre de la rigidez de los elementos teológicos, políticos y culturales dominantes de su tiempo”. Era Jesús el que necesitaba ser curado de algo mucho más grave y, cuando recibe esa curación y “le da la razón” a la mujer pagana, ese hecho es “la semilla de una revolución”.

La explicación de Spadaro es, evidentemente, opuesta a la que siempre ha dado la Iglesia. En lugar de aparecer como Maestro, Jesús aparece como discípulo; en lugar de liberar, es liberado de su rigidez; en lugar de suscitar la fe y la conversión en la cananea, es Jesús el que necesita convertirse; en lugar de ser el Amor mismo hecho carne, Jesús actúa de forma burlona, irrespetuosa, indiferente y airada; en lugar de ser la Verdad encarnada, muestra que es un hombre equivocado y “cegado” más, que al final tiene que dar la razón a la mujer; en vez de ser el único que conoce al Padre y nos lo revela, “hace de teólogo” y mete la pata hasta el fondo; en lugar de ser el Logos mismo, la sabiduría divina y eterna, Cristo comparte los prejuicios de su tiempo hasta que una mujer le saca de ellos y consigue que, por fin, opine lo mismo que el P. Spadaro.

En ningún momento se dice que Jesús no sea Dios, pero, en la práctica, tal como lo entiende el P. Spadaro, no hay nada de divino en Él: es pecador, ignorante, obstinado, rígido, mundano, inhumano, necesitado de conversión y un ciego que guía a otros ciegos. Se consigue así un criterio perfecto para desechar todo lo que resulta incómodo o demasiado poco moderno del Evangelio, atribuyéndolo simplemente a cosas en las que Jesús se equivocó, “cegado” por la mentalidad de su tiempo, algo que nosotros podemos juzgar con la ventaja de vivir en una época mucho mejor que la suya.

Desgraciadamente, esta idea no es algo aislado ni mucho menos exclusivo del célebre jesuita. En esencia es lo mismo por lo que, en pontificados anteriores, fueron condenados o desautorizados Pagola, Queiruga, Arregui, Küng, Boff, Jon Sobrino y tantos otros hasta llegar a Loisy o Tyrrell. El nuevo arrianismo, en efecto, es hijo del modernismo y no se coloca en el terreno racional de las afirmaciones dogmáticas, sino en el terreno puramente emotivo de lo que se sugiere y se da a entender (siempre contra la fe y a favor del mundo), la omisión sistemática de la divinidad de Cristo y todo elemento sobrenatural del Evangelio, la increencia práctica, el sentimiento de superioridad sobre todo lo antiguo y la risita satisfecha y engreída frente a la Tradición y la fe de los fieles.

El resultado, como puede verse en el artículo en cuestión, es bastante pobre, contradictorio y a menudo ridículo. Al menos yo no he podido evitar reírme al ver que el P. Spadaro atribuye a Cristo precisamente las cosas de las que acusa a sus enemigos, como la rigidez o la fidelidad a las verdades teológicas. Soy tan viejo que aún recuerdo tiempos en que ser comparado con Cristo era un elogio, pero parece que ahora hay otros estándares.

La falta de coherencia y racionalidad del nuevo arrianismo del P. Spadaro y compañía, sin embargo, hace que sea aún más disolvente que el antiguo y mucho más peligroso, porque no se sujeta a nada exterior a él, incluida la razón. La Tradición, la Escritura y el Magisterio solo tienen valor para estos autores en cuanto se puedan retorcer para adaptarse a la mentalidad modernista y resultan irrelevantes cuando obviamente se oponen a esa mentalidad. Se trata de una nueva fe, irracional y dogmática, para la cual lo nuevo y progresista siempre es mejor que lo antiguo y todo, absolutamente todo, incluido el mismo Jesucristo, debe hincar la rodilla ante la posmodernidad salvadora y omnisciente.

Bruno Moreno

viernes, 14 de marzo de 2025

Curso de Formación para Universitarios – “Santo Tomás de Aquino Eterno”

TOMÁSDEAQUINO.ORG


1 – Introducción al curso – R. P. Lic. Martín Juillerat IVE
2 – El ateísmo – R. P. Lic. Prof. Fernando Vicchi, IVE
3 – La Teodicea de Santo Tomás – R. P. Lic. Prof. Fernando Vicchi, IVE
4 – Posthumanismo – R. P. Dr. Miguel Fuentes, IVE
5 – El Hombre cristiano – R. P. Dr.Marcelo Latanzio, IVE
6 – La Tecnología, Las nuevas tiranías (Comunicación) – R. P. Dr. Miguel Fuentes, IVE
7 – La sociabilidad del hombre – Dr. Marcos Randle
8 – La Inteligencia Artificial – R. P. Lic. Martín Juillerat, IVE
9 – El desafío del conocimiento intelectual del hombre: Su espiritualidad – R. P. Lic. Martín Juillerat, IVE
10 – La formación del hombre (Desafíos sobre la educación) – R. P. Lic. Martín Juillerat, IVE
11 – La política reducida a la economía – Prof. Eduardo González
12 – Santo Tomás y el Bien Común – Lic. Cristian Rodríguez


Del 16 al 24 de enero tuvo lugar en San Rafael (Mendoza) la XIX edición del Curso de Formación Católica para universitarios y jóvenes profesionales. La últimas dos ediciones estuvieron dedicadas a introducir a la vida y al pensamiento de Santo Tomás.

El año pasado, las conferencias abordaron el contexto histórico del santo (CLICK AQUÍ PARA VER LAS CONFERENCIAS). Este año, en cambio, desde una perspectiva doctrinal, se presentaron algunos de los puntos esenciales de su pensamiento en relación con cuestiones de actualidad.

Cada día pondremos una conferencia


Duración 27:28 minutos

Un político inmoral y que ve aceptable negarse a condenar el terrorismo de ETA


Ayer, las víctimas del terrorismo de ETA sufrieron una nueva humillación por parte del gobierno izquierdista de Pedro Sánchez.



Esa nueva humillación quedó plasmada en una foto de la vergüenza en la que Pedro Sánchez aparece estrechando la mano de Mercedes Aizpurúa, portavoz de EH Bildu en La Moncloa. Es la imagen que encabeza este artículo. Aquí podéis ver a sus protagonistas con más detalle (pulsad sobre la imagen para verla ampliada):


Era la primera vez que Bildu era invitado al palacio de La Moncloa, la residencia del presidente del gobierno de España. Ese partido separatista de extrema izquierda, que muestra un odio manifiesto por España y sus Fuerzas Armadas, fue invitado a hablar con Sánchez sobre la defensa nacional. Es una situación tan absurda como invitar a un partido nazi a hablar sobre la lucha contra el antisemitismo.

Esa invitación ha sido parte de una ronda de consultas de Sánchez con todos los grupos parlamentarios menos uno. Exhibiendo una actitud claramente antidemocrática, Sánchez excluyó a Vox de esta ronda de reuniones. El presidente del gobierno no explicó el motivo, pero es fácil de adivinar: Vox es el único partido del Congreso que discrepa del llamado consenso progresista, un consenso que abarca cuestiones como el apoyo al aborto, la ideología de género, la inmigración masiva y el catastrofismo climático. Con independencia de lo que cada persona piense sobre él, Vox es el tercer partido más votado de España y es un partido democrático, que condena el terrorismo y no apoya a dictaduras.

Esto último es algo que no se puede decir de algunos de los socios de ultraizquierda del gobierno de Pedro Sánchez. Recordemos, sin ir más lejos, que el Partido Comunista de España (al que pertenecen la vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra Sira Rego) apoya a dictaduras como Cuba, Venezuela, la China comunista e incluso Corea del Norte.

Por otra parte, EH Bildu nunca ha condenado los atentados terroristas de ETA. No ha condenado ninguno de los 853 asesinatos perpetrados por esa banda criminal, ni siquiera los asesinatos de 22 niños y bebés. En 2023 EH Bildu también se negó a condenar el ataque terrorista de Hamás contra Israel, que dio lugar a la mayor masacre sufrida por el pueblo judío desde el Holocausto. Por otra parte, Bildu viene rechazando las condenas de agresiones separatistas contra rivales políticos, demostrando con todo ello que no es un partido democrático.

Sin embargo, Sánchez invita a Bildu a Moncloa pero no a Vox. De esta forma, el dirigente socialista vuelve a demostrar su profundo sectarismo y su vacío moral, y deja claro que para él negarse a condenar el terrorismo es aceptable si eres de izquierdas, pero ser de derechas le parece inaceptable, salvo que digas que lo eres y al mismo tiempo muestres sumisión a los dogmas de la izquierda, como hace el Partido Popular. Con ello, Sánchez demuestra tener tan poco respeto por los principios democráticos como sus aliados de Bildu.

ELENTIR

¿Tiene algún sentido no comer carne los viernes de Cuaresma?



De los cinco mandamientos de la Iglesia, el que habla de “ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia”, es probablemente el más desconocido, despreciado e ignorado de todos. Dudo que una encuesta en España entre restaurantes, cafeterías, mercados o servicios de comida a domicilio revelase una gran diferencia entre el consumo de carne los viernes de cuaresma y el resto del año. Hace un par de años, fui de convivencias con la parroquia durante la Cuaresma a una casa regentada por religiosos y, el viernes, nos pusieron para comer muslitos de pollo.

¿Por qué sucede esto? Generalmente, cuando una norma o un mandamiento son olvidados o despreciados de forma casi universal, se debe a una de dos causas: o bien se trata de una norma obsoleta, que ya no tiene sentido en el tiempo actual, o bien sucede exactamente lo contrario, la norma pone el dedo donde más duele y, por eso, se evita. Creo que conviene que intentemos discernir a cuál de los dos casos corresponde la abstinencia de carne los viernes de Cuaresma.

A mi juicio, el problema fundamental que impide comprender adecuadamente este tema ya existía en tiempos de San Pablo: es la obsesión con la ley. Si lo importante de esto para nosotros es, ante todo, cumplir o no cumplir un precepto, no entenderemos nada. Si sólo se trata de marcar con una crucecita otra obligación cumplida, para que podamos estar tranquilos, estamos engañándonos a nosotros mismos.

No comer carne los viernes de Cuaresma simplemente porque está mandado y quedarnos ahí apenas tiene valor. Dios no gana nada con que comamos merluza en lugar de ternera, porque no tiene acciones de pescaderías ni está obsesionado por el colesterol. Es como si alguien dijera, con respecto al 7º mandamiento: “yo no robo nunca, así que soy un buen cristiano”, a la vez que tiene el corazón totalmente esclavizado por el dinero y sólo piensa en ganar más todos los días de su vida. Se estaría engañando, porque Dios lo que quiere es su corazón, su vida entera. No podemos negociar con Dios y decirle: “Yo hago esto por ti, pero luego me dejas en paz para que viva mi vida”.

Este engaño de limitarnos a la letra de la ley, sin embargo, no se limita a las personas cumplidoras que se abstienen de carne. Generalmente, los que desprecian esta práctica caen en lo mismo. Las objeciones más habituales a la abstinencia de carne los viernes de cuaresma son: ¿Y si alguien no come carne y se da un banquetazo con una mariscada? Y, si a mí me encanta el pescado ¿no es una tontería que coma pescado en lugar de carne? Estas preguntas llevan implícita la convicción de que lo único importante es la materialidad de comer o no comer carne, pero lo que nos pide la Iglesia es muchísimo más que eso. Quien se quede ahí, ya sea para hacerlo o para no hacerlo, no ha entendido nada.

La abstinencia de carne es, ante todo, un signo que nos regala la Iglesia, que nos recuerda que estamos en un momento de gracia, en la Cuaresma. Nos despierta de nuestro letargo, para que no se nos pase este tiempo maravilloso de conversión sin pena ni gloria, porque quizá sea la última Cuaresma que vivamos, quizá no tengamos otro momento para volvernos a Dios. Y es un signo especialmente útil, porque no se queda en el templo, como las vestiduras moradas o la falta del “Aleluya”, sino que se mete en nuestra casa, en nuestra vida, porque la conversión cambia el corazón, es decir, la vida entera y absolutamente todos los segundos de nuestra existencia.

Y parece que, a pesar de todo, cumple su cometido, porque, de otro modo, no estaríamos hablando de esto. Todos los viernes del año, la Iglesia nos recomienda recordar la pasión de Cristo para convertirnos, pero yo diría que son poquísimos los cristianos que se acuerdan de ello. En cambio, en Cuaresma, la obligación de abstenernos de carne los viernes es un recordatorio de que estos días son especiales, que no podemos seguir en nuestros mismos pecados, siendo los mismos hombres viejos, comiendo y bebiendo y esperando la muerte.

La abstinencia tiene también otra utilidad: es un clavo que la Iglesia pone en nuestro sofá, es una señal de peligro que nos avisa de nuestro aburguesamiento. La pequeña incomodidad de no comernos esas lonchas de jamón pata negra que acabamos de comprar nos puede recordar que es Dios quien nos da lo que necesitamos para vivir. Así podremos decir con más sinceridad “Danos hoy nuestro pan de cada día”, en lugar de pensar secretamente que es nuestro esfuerzo el que verdaderamente se gana el pan de cada día. Tener que renunciar a alguna cosa que nos gusta debería mostrarnos también en nuestra propia carne una pequeña parte del sufrimiento de aquellos que apenas tienen que comer y que son hermanos nuestros.

Además, la abstinencia, si se vive adecuadamente, puede ser una preciosa catequesis familiar, en la que la familia entera vive ese signo cuaresmal, de forma comunitaria, como una iglesia doméstica. El padre puede mencionarlo en la bendición de la mesa e incluso puede aprovechar para dar una breve catequesis sobre la cuaresma a los hijos que van a comer pescado. Así, los hijos verán que la Cuaresma no es de esas cosas que los padres dicen pero no cumplen, como cruzar las calles por el paso de zebra. De forma similar, es también un signo externo, una forma de dar testimonio del cristianismo si coincide una comida de trabajo o familiar.

Por otra parte, la abstinencia es una puerta muy baja, como la de la basílica de Belén. Es un gesto de humildad, de obediencia a nuestra Madre y no a nuestros propios criterios. Nos obliga a ajustarnos a los planes de la Iglesia, que no son los nuestros, aunque sea en un detalle sin importancia. Esto es quizá, lo que más molesta de la abstinencia, el hecho de tener que obedecer en lugar de ser como Dios y hacer siempre y en todo lo que nos da la gana. Sólo este pequeño detalle haría ya que no comer carne los viernes de Cuaresma mereciera la pena. Pocas cosas hay que necesitemos más que la humildad.

Finalmente, la abstinencia es una flecha que señala más allá de sí misma. Si nos quedamos en simplemente cambiar el menú, apenas habremos hecho nada. La abstinencia, como todos los signos y prácticas de Cuaresma, señala hacia Cristo y hacia la Pascua. Abre nuestro apetito de disfrutar del cordero pascual, que es Jesucristo, y de celebrar la noche santa de su Resurrección. Ojalá lleguemos todos a esa noche con un hambre voraz de recibir el Cuerpo glorioso del Resucitado, que es la única verdadera medicina de inmortalidad.

Bruno Moreno

miércoles, 12 de marzo de 2025

«Cartas por el Valle» para salvarlo, por Jesús García-Conde Del Castillo



Entrevistamos al promotor de la iniciativa. Jesús García-Conde Del Castillo es economista, colaborador de Razón Española, Informa Radio, Periodista Digital, Distrito TV y El Toro TV. Conferenciante ocasional sobre Memoria Histórica.

¿Cómo se fue fraguando esta iniciativa Cartas por el Valle con objeto de salvar este bastión de la fe y de la cultura?

Un grupo de amigos llevábamos tiempo planteándonos qué podíamos hacer por el Valle De Los Caídos ante la situación de acoso por parte del gobierno (PSOE) y el abandono por la administración regional (PP). Habíamos pensado en algunas acciones tendentes a la concienciación de la gente. Y en eso vi un Tweet, post se llaman ahora, de Jürgen de (Terra Ignota) en el que daba las instrucciones para enviar una Carta al Papa para Salvar el Valle.

Añadimos a Getro, también de Terra Ignota y nos pusimos a hacer la iniciativa viral. Después, a Gasca se le ocurrió hacer un vídeo en el que personas conocidas por su cercanía con el Valle, animaran a escribir la Carta. Me puse con el texto y las llamadas a las personas que salen en el vídeo. Lanzamos el vídeo por redes y se hizo viral en muy poco tiempo. Nos han escrito desde muchos sitios. Yo mismo he enviado casi 500 cartas que la gente me ha ido firmando en la calle y es muy frecuente que me encuentre gente que me dice que ha enviado la carta por su cuenta.

¿Por qué es importante mandar cartas al Papa pidiendo que impida la expulsión de los monjes del Valle?


Estoy seguro de que si el Papa supiera el espíritu de unión con Dios que se respira en el Valle, la cantidad de jóvenes y mayores que vienen los fines de semana a recuperar el camino desviado y a aislarse de este mundo para tener un pedacito del otro, si compartiera un rato de los retiros de sacerdotes que tienen lugar en este centro y la cantidad de conversiones que aquí se dan, todo ello gracias al calor espiritual que le dan los monjes, él mismo vendría con los cardenales a hacer un retiro aquí.

Antes que Francisco otros papas Juan XXIII o Pío XII percibieron con claridad el abrazo de esas ‘alas protectoras de la Cruz del Valle’ en palabras de Juan XXIII que se da por la cruz de piedra de fuera y la cruz de palo de dentro. Es el mismo abrazo en el que se mantienen los españoles de uno y otro bando aquí enterrados.

¿Cuál es la principal misión de los monjes y qué trascendencia tiene?

Los monjes son los que están custodiando los restos de nuestros héroes y mártires, y de todos los españoles que están enterrados en el Valle de Los Caídos. Mantienen el culto en la Basílica. Rezan todos los días por la reconciliación de los españoles y porque se mantenga la ‘herencia católica de España y el respeto a su Santa Ley’. Son también los encargados de la Escolanía, que no es un conjunto musical cualquiera, por muchas que sean sus virtudes musicales. Es un grupo que reza cantando. Y eso solo tendrá sentido si se mantiene el culto en el Valle y esto lo hacen los monjes.

Igualmente es clave preservar la cruz, no solo la parte que sobresale en la montaña sino la que llega al altar…

Desde que salió la iniciativa hemos ido a muchos programas de radio y televisión a incidir precisamente en esto. No se trata de conservar la Cruz mas alta de la Cristiandad por su singularidad arquitectónica y para que forme parte del skyline de Madrid. Aunque la Cruz del Valle fuera una cruz de 1 metro, hecha de palo y sostenida con dos piedras, el Valle habría que conservarlo igual por lo que esa modestísima cruz tendría debajo. Lo importante de la cruz, es que corona una basílica asociada a un camposanto donde los españoles de uno y otro lado ‘mantienen eternamente el abrazo bajo la cruz, signo de reconciliación y símbolo de los cristianos’ como dice Elsa al final del vídeo. No nos olvidemos que el Valle fue proyectado para esto desde el mismo decreto de 1940 y luego el de 1957 que afirma que el Valle de los Caídos será el Monumento a todos los Caídos, sobre cuyo sacrificio triunfen los brazos pacificadores de la Cruz. Franco tenía un poder indiscutible en ese año y quiso, y lo dejó escrito que el Valle de los Caídos fuera un monumento a todos los caídos.

¿Qué repercusión espera que tengan estas cartas?


En este momento de fragilidad de salud del Papa, como mínimo esperamos que el Santo Padre sepa que se reza ante la imagen de la Virgen del Valle de los Caídos por su salud. Hace poco enseñamos en el programa de Josué Cárdenas la estampa de la Virgen del Valle que metemos en las cartas y de la misma manera en El Gato al Agua con Esparza compartimos la oración que esa estampa lleva escrita. A raíz de esta iniciativa, mucha gente nos ha escrito para agradecer el gesto de unirnos en oración por la salud del papa Francisco. No hay ninguna sorpresa, los que llevamos esta iniciativa somos católicos con un profundo sentido de la caridad y como tal sabemos que visitar, (y rezar) por los enfermos, y el Papa lo es ahora, es una obra de misericordia. Las cartas están llegando, sabemos que la Conferencia Episcopal ve con sorpresa, y yo espero que agrado, que el pueblo de Dios quiere proteger la gruta del Guadarrama en la que rezan y honran a unos héroes y unos beatos a cuyo sacrificio debemos la catolicidad de España, tan gravemente amenazada en la Guerra Civil.

Al mismo tiempo, por ese sentido de la caridad y de la misericordia honramos a los caídos que de buena voluntad cayeron en el bando de enfrente y están aquí enterrados esperando que se les abran las puertas del Cielo. Las cartas están moviendo a personas de fuera de España, nos han escrito de Italia, Polonia, Argentina…. – el Padre Ravasi aparece en el vídeo y yo mismo he participado en un programa argentino. La movilización a través de las cartas permite la participación de personas en todo el mundo y así está siendo.

¿Cuántas han podido mandar hasta ahora?

Yo mismo he podido mandar cerca de 500 que me ha firmado la gente por la calle pero hay muchas más. Hay personas que las mandan por su cuenta con el mismo texto que hay escrito en la web ( www.cartasporelvalle.es ) u otros.

¿Cómo se puede hacer llegar una carta en defensa del Valle a Roma?

Hemos puesto las instrucciones en la web www.cartasporelvalle.es y en mi cuenta de twitter @JGCDelCastillo, pero por si acaso aquí dejo la dirección:

Sua Santitá Francesco

Secretaría de Estado

Palazzo Apostólico Vaticano

00120 Cittá Del Vaticano

martes, 11 de marzo de 2025

Fallece D. Gil de la Pisa, tras una vida muy combativa y edificante. Pedimos oraciones por su alma. Por Javier Navascués



Acabo de recibir la triste noticia. Se nos va una persona muy cercana, que siempre nos apoyó, nos dio consejos y nos animó a seguir con entusiasmo.

Mientras la salud le acompañó prácticamente ningún día de su vida dejó de asistir a la Santa Misa. Hace muchos años que en Agnus Dei Prod tuvimos la oportunidad de conocerle y empezamos a dar a conocer sus conferencias en defensa de la cristiandad y denunciando la acción de la Sinagoga de Satanás.

Hace dos años quisimos hacerle un pequeño homenaje en vida repasando toda su trayectoria. Espero que el vídeo sea para su edificación y aprovechamiento espiritual.

He aquí una entrevista para comprender que lo más importante en la vida de un hombre es llenarse de Dios, vivir una vida cristiana plena, buscar la sana formación doctrinal, la vida de sacramentos, los santos Ejercicios Espirituales, etc…

Falleció el 8 de marzo de 2025, a los 96 años de edad.

La popularidad de la ceniza (BRUNO MORENO)



El otro día leí en algún sitio que un sacerdote se quejaba de la popularidad del Miércoles de Ceniza. Con razón, señalaba que cualquier domingo de Cuaresma es más importante que el Miércoles de Ceniza y se preguntaba por qué iba más gente a recibir la ceniza el miércoles que a Misa esos domingos.

Por supuesto, no es mi intención criticar al sacerdote, que tenía razón y, además, si no recuerdo mal, era ortodoxo y benemérito. Hablando en general, sin embargo, me llama la atención que justo cuando la Iglesia se declaró a sí misma “experta en humanidad” (cf. Populorum progressio, Pablo VI), los clérigos parezcan haber perdido cualquier conocimiento de lo que es la naturaleza humana.

La respuesta de la pregunta que se hacía el sacerdote es muy sencilla: a los fieles nos encantan los sacramentales. Puede que muchos no sepan siquiera lo que son los sacramentales, pero lo cierto es que nos encantan y notamos con desazón su intencionada ausencia desde hace muchas décadas. Tenemos hambre de sacramentales.

Los cristianos no somos ángeles, sino seres humanos, con cuerpo y alma, así que, comprensiblemente, nos gustan las cosas materiales que podemos ver y tocar. Tenemos, en ese sentido, predilección por lo concreto sobre lo abstracto e, instintivamente, sabemos desde pequeñitos que se puede llegar a lo invisible e intangible a través de lo visible y lo que se puede tocar.

Testarudamente, a los fieles nos gusta el sacramental de la ceniza, como signo de penitencia y conversión, de que somos polvo y al polvo volveremos. Nos encantan el agua bendita abundante y el incienso generoso, aunque parece que los curas paguen ambas cosas de su bolsillo, a juzgar por lo cicateros que a menudo son con ellas. Nos gustan los ramos del Domingo de Ramos, las campanillas en el canto del gloria, la postración el Viernes Santo, las luces de la vigilia pascual, los belenes en Navidad y los monaguillos siempre.

Diga lo que diga el Papa, a los fieles nos gusta que los ornamentos litúrgicos sean de la mayor calidad posible, porque el sensus fidei del fiel más analfabeto entiende que solo lo mejor es apropiado para el culto a Dios. Nos gusta la liturgia bien cuidada, los cantos dignos y que los cálices, copones y patenas sean de metales preciosos y no de barro, ya que en ellos se recogen el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nos gustan las flores hermosas y abundantes en honor a la realeza de Cristo y a la hermosura de nuestra Señora. Nos gustan los lampadarios y las velas de verdad, no las bombillas eléctricas.

A diferencia de los encargados de diseñar los templos modernos, los católicos de a pie apreciamos muchísimo las iglesias bonitas, que parecen iglesias y no fábricas o monstruosidades de cemento. Lejos de los minimalismos de moda, que no revelan más que una pavorosa falta de fe, alimentamos nuestra piedad con iconos, imágenes y mosaicos que sean piadosos y nos hablen de Dios, de nuestra Señora, de los santos y de los misterios de la salvación, porque una nube de testigos nos rodea. Nos gusta que los sacerdotes vistan como sacerdotes y que los religiosos y las monjas lleven su hábito, para que su misma vestimenta nos recuerde que son del todo de Dios y nos hable del cielo.

Disfrutamos cuando se bendicen medallas, casas, coches, animales e imágenes y, en general, nos gustaría que los sacerdotes bendijeran mucho más, porque hemos sido llamados a heredar una bendición. Nos gusta el crisma perfumado, nos gustaría ver bautismos durante la Misa de los domingos, que nos recuerden el nuestro, y nos gustaba la sal que se daba a los que se bautizaban, antes de que dejara de hacerse. Nos gusta besar la cruz y tocar con los dedos las cuentas del rosario. Nos gustan los santuarios, que conmemoran las acciones y los milagros que Dios ha hecho y sigue haciendo en la historia de la salvación. Nos gustan las procesiones y las peregrinaciones, porque, como dice el salmista, peregrino soy sobre la tierra.

Como es lógico, cada fiel en particular tendrá sus preferencias, pero, en conjunto, nos gustan esas cosas. Y es bueno y justo que nos gusten, porque Cristo no nos dijo “buscadme en el vacío”, sino que se encarnó por nosotros, se hizo carne de nuestra carne, para que se le pudiera ver, oír y tocar. Nuestra religión es esencialmente sacramental. Somos católicos y sabemos que nuestro cuerpo, que se ha santificado a través de esos sacramentales, un día resucitará.

A quien no le gusta todo eso, aparentemente, es a un gran número de clérigos, que se han empeñado en que los sacramentales caigan en desuso, los sustituyen por el feísmo, el minimalismo o el pobrismo, los cambian por abstracciones y consignas, los usan a regañadientes, los desprecian o, simplemente, son incapaces de entenderlos. Una vez más, se cumple que Dios ha ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las ha revelado a los pequeños.
 
Bruno Moreno

Mons. José Munilla y la misa tradicional



La semana pasada se publicó en Youtube una entrevista al obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla. (En este blog se encuentra en este link: http://www.blogcatolico.com/2025/03/munilla-y-el-dedito-del-listillo.html 

Pasa por ser un obispo conservador; un prelado moderado y bienpensante, alejado de la medianía progresista de sus colegas. Probablemente sea así; no lo conozco lo suficiente y tengo buenos amigos españoles que sí lo conocen. Pero lo cortés no quita lo valiente, y hay que decir que en los minutos que dedica Mons. Munilla a responder la pregunta del periodista sobre la misa tradicional da muestra de una sorprendente ignorancia y, me animaría a decir, de una riesgosa imprudencia que lo impulsa a afirmar lo que no sólo lo que no está probado sino lo que simplemente es mentira. Veamos:

1. “La misa tradicional fue aprobada por el Papa Benedicto XVI para conformar a ciertos grupos que se habían alejado de la Iglesia y para destacar el aspecto sacrificial que tiene la misa”. FALSO.

Joseph Ratzinger, siendo todavía sacerdote, fue un acérrimo defensor de la permanencia de la misa tradicional en la Iglesia, a punto tal que, cuando fue elegido arzobispo de Munich en 1977, muchos sacerdotes de la arquidiócesis obstaculizaron su ingreso en la catedral el día de la toma de posesión justamente porque rechazaban la defensa de la misa de su nuevo obispo. Pero no se trató sólo de este hecho anecdótico. A lo largo de toda su vida, y mucho antes de la aparición de “ciertos grupos alejados de la Iglesia”, Ratzinger se manifestó crítico del novus ordo y defensor del vetus. Por ejemplo, en 1976 —siendo aún sacerdote—, escribía lo siguiente:

El problema del nuevo Misal radica en el abandono de un proceso histórico que siempre fue continuo, antes y después de San Pío V, y en la creación de un libro completamente nuevo, aunque compilado con material antiguo, cuya publicación fue acompañada de una prohibición de todo lo que le precedió, lo cual, por lo demás, es inaudito en la historia tanto del derecho como de la liturgia. Y puedo afirmar con certeza, basándome en mi conocimiento de los debates conciliares y en la lectura reiterada de los discursos de los Padres conciliares, que esto no se corresponde con las intenciones del Concilio Vaticano II. (Wolfgang Waldstein, «Zum motuproprio Summorum Pontificum», en Una Voce Korrespondenz 38/3 [2008], 201-214)

Y treinta años después, siendo Papa, escribió:

En la historia de la liturgia hay crecimiento y progreso, pero no ruptura. Lo que las generaciones anteriores consideraban sagrado, sigue siendo sagrado y grandioso también para nosotros, y no puede ser de repente totalmente prohibido o incluso considerado perjudicial. A todos nos incumbe preservar las riquezas que se han desarrollado en la fe y en la oración de la Iglesia, y darles el lugar que les corresponde. (Carta Apostólica que acompañó a Summorum Pontificum).

A lo largo de esos treinta años, y después también, pueden citarse decenas de intervenciones por el estilo (recopiladas en este sitio), y en todas ellas se muestra que la voluntad de Benedicto XVI fue exactamente la contraria a la que postula Mons. Munilla: no hay mención alguna a los grupos disidentes y no hay mención alguna a una mayor evidencia del aspecto sacrificial de la misa tradicional. Hay algo mucho más profundo y metafísico que el obispo de Alicante no conoce, o es incapaz de ver.

2. “Joseph Ratzinger nunca celebró públicamente después del Concilio la misa tradicional”. FALSO

El cardenal Ratzinger celebró en numerosas ocasiones la misa tradicional públicamente, con pompa y circunstancia. Aquí propongo sólo algunos ejemplos de los muchos que se pueden encontrar en la web:

Misa solemne en el seminario de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro (1995).
(Más fotos pueden verse aquí)
Misa solemne en una parroquia de Weimer, en 1989 y 1999 (aquí y aquí)

Misa en el monasterio de Le Barroux en 1995 (aquí)

3. “No es obvio que en la intencionalidad de Benedicto XVI estuviera que la liturgia tradicional pudiera ser celebrada de modo ordinario”. FALSO

Esa intencionalidad es obvia para cualquiera que lee el motu proprio Summorum Pontificum, en el que el Papa Benedicto “libera” la misa tradicional a fin de que pueda ser celebrada de modo ordinario, es decir, diario, por cualquier sacerdote y en cualquier iglesia. Las únicas restricciones que pone son las mismas que tiene la celebración de la misa de Pablo VI: acuerdo para los días y horarios con el rector de la Iglesia. Por ejemplo:

Art. 2.- En las Misas celebradas sin el pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso, puede utilizar tanto el Misal Romano editado por el beato Papa Juan XXIII en 1962 como el Misal Romano promulgado por el Papa Pablo VI en 1970, en cualquier día, […]

Art. 5 § 2. La celebración [con asistencia de fieles] según el Misal del beato Juan XXIII puede tener lugar en día ferial; los domingos y las festividades puede haber también una celebración de ese tipo.

4. “Es un error decir que el Vaticano II empobreció la liturgia”. FALSO.

Evidentemente, aquí entran en juego diversas opiniones, pero Mons. Munilla se está refiriendo a la enseñanza del Papa Benedicto XVI. Los ejemplos sobre la opinión del pontífice acerca del empobrecimiento de la liturgia posconciliar son múltiples y pueden ser corroborados en el enlace anterior. Pongo un solo ejemplo:

La reforma litúrgica, en su ejecución concreta, se ha alejado cada vez más de este origen [en el mejor del Movimiento Litúrgico]. El resultado no ha sido la revitalización sino la devastación.... En lugar de la liturgia que se había desarrollado, se ha puesto una liturgia que se ha hecho. (Commentary in Simandron—Der Wachklopfer. Gedenkschrift für Klaus Gamber (1919-1989), ed. Wilhelm Nyssen [Cologne: Luthe-Verlag, 1989], 13–15, citado in Theologisches, 20.2 (Feb. 1990), 103–4)

5. “Nos olvidamos lo que dice el adagio lex orandi, lex credendi”. FALSO

En primer lugar, la expresión aludida no es un adagio, ni un refrán, sino que es un principio que posee carácter dogmático y normativo, refrendado por la Tradición explicitada en los Padres de la Iglesia (San Agustín y Próspero de Aquitania, por ejemplo) y en el Magisterio.

En segundo lugar, el Papa Benedicto XVI dice en el comienzo mismo de Summorum Pontificum:

Art. 1.- El Misal Romano promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la «Lex orandi» («Ley de la oración»), de la Iglesia católica de rito latino. No obstante, el Misal Romano promulgado por san Pío V, y nuevamente por el beato Juan XXIII, debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma «Lex orandi» y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo. Estas dos expresiones de la «Lex orandi» de la Iglesia en modo alguno inducen a una división de la «Lex credendi» («Ley de la fe») de la Iglesia; en efecto, son dos usos del único rito romano.

6. “Si hubiera en el seno de la Iglesia comunidades que celebran diferentes ritos litúrgicos, eso iría en detrimento de la unidad”. ESCANDALOSAMENTE FALSO

En la iglesia católica hay muchos ritos (romano, bizantino, copto, etíope, maronita, armenio, sirio malabar, caldeo, sirio malankar) y jamás a nadie se le ocurrió decir que esta diversidad era un obstáculo para la unidad y, consecuentemente, habría que suprimirlos. Más aún, dentro del mismo rito romano hay otros ritos. A pocos kilómetros de la residencia de Mons. Munilla se celebra el rito mozárabe, por ejemplo. Se trata de un disparate que en el que no es necesario detenerse demasiado.

7. “No sería prudente que todos los domingos se asista a la misa tradicional”. FALSO

En primer lugar, el motu proprio del Papa Benedicto tendía a que en todas las parroquias se celebraran los dos ritos, y los fieles fueran libremente a uno u otro, según les apeteciera. Y eso ocurrió y ocurre todavía en varios sitios. Y no genera división, ni peleas ni desencuentros. Pareciera que Mons. Munilla cae en una actitud rígida y clerical queriendo imponer a los fieles dónde, cómo y cuándo deben asistir a la Santa Misa.

Y en segundo lugar, porque nunca la Iglesia dijo, por ejemplo, en Milán: “No es prudente que los fieles vayan todos los domingos a misa en rito ambrosiano, sino que deben asistir también al rito romano”. Un disparate.

Total que, refutando el título del video publicado (“¿Qué piensa de la Misa Tradicional? - Munilla lo tiene claro”), hay que decir que Munilla no lo tiene para nada claro. La evidencia documental que he mostrado lleva a la conclusión que, o bien Mons. Munilla no leyó Summorum Pontificum o, si lo leyó, no lo entendió: y si lo leyó y lo entendió, lo olvidó. Y se concluye también que el obispo de Alicante, en ocasiones al menos, habla sin saber. Cualquiera sea el caso, es muy preocupante que un obispo considerado faro del pensamiento conservador en España, sea tan débil en sus conocimientos y argumentaciones.

Al obispo mártir San Dionisio lo decapitaron en París los esbirros del emperador Decio en el siglo III, y por eso se lo representa descabezado y con la testa en sus manos. Hay otros obispos, en cambio, que sin ser mártires, también perdieron la sesera, y nadie sabe dónde la han dejado.

Wanderer

sábado, 8 de marzo de 2025

8M o el feminismo radical: una farsa contra la mujer y un negocio de los chiringuitos



El feminismo actual ha demostrado ser una de las grandes farsas de nuestro tiempo. Presentado como un movimiento de defensa de la mujer, en realidad se ha convertido en un instrumento de división, odio y manipulación ideológica. Su verdadero objetivo no es la igualdad, sino la imposición de una agenda que enfrenta a hombres y mujeres, destruyendo los pilares fundamentales de la sociedad y beneficiando económicamente a los lobbies que lo impulsan.

El feminismo no busca igualdad, busca venganza. No lucha por la igualdad, porque la igualdad legal ya existe. Lo que busca es una revancha histórica contra el hombre, promoviendo un discurso de odio y resentimiento. Este feminismo actual odia al hombre y se ha convertido en un arma para personas vengativas. A la par, victimiza a la mujer, convirtiéndose en una píldora de autoestima para aquellas que arrastran complejos de inferioridad.

El feminismo hoy ni lucha por la igualdad, ni por las mujeres, ni favorece la liberación femenina. Su verdadero interés radica en la creación de mujeres serviles y dependientes del propio movimiento. De hecho, desprecia a la mujer libre e independiente, que piensa por sí misma y no necesita del feminismo para alcanzar sus metas.

El feminismo actual es un dogma totalitario que criminaliza la discrepancia. Ha convertido cualquier crítica a su doctrina en un delito social. Persiguen a quienes lo denuncian, silenciando a los discrepantes mediante censura, escraches y cancelación social.

Este movimiento se ha vuelto dictatorial: practica la censura contra sus detractores, es violento y presenta modos totalitarios. Si no eres feminista, eres machista y opresor; si eres mujer y no sigues su dogma, te tildan de alineada y colaboracionista con el patriarcado. El lobby feminista niega la libertad de expresión a quienes denuncian su agenda sectaria.

El objetivo de estas estrategias es claro: controlar el discurso público e imponer una narrativa en la que la mujer siempre es víctima y el hombre siempre es culpable. Sin embargo, la realidad es otra. En nuestra sociedad, los derechos son iguales para todos, y la denominada «discriminación positiva» es, en realidad, una forma de imponer una discriminación negativa contra el hombre y la familia.

El feminismo actual es un negocio basado en la mentira y el enfrentamiento. El feminismo radical divide a la sociedad en base a falsas opresiones, enfrentando a hombres contra mujeres, heterosexuales contra homosexuales, etc. Estas leyes, basadas en mentiras interesadas, solo benefician a los lobbies que se lucran con ellas.

El feminismo actual exige leyes y fondos públicos para resolver problemas marginales y casi inexistentes, fomentando subvenciones y chiringuitos feministas que han convertido la ideología de género en su medio de vida. El objetivo no es ayudar a las mujeres, sino perpetuar su papel de víctimas para seguir justificando el derroche de dinero público en estructuras innecesarias.

El feminismo actual y la imposición de la ideología de género. El feminismo radical no está solo en su cruzada. Forma parte de una agenda más amplia que incluye leyes homosexualistas y la imposición de la ideología de género en las escuelas.

En los colegios, esta agenda ideológica se ha impuesto con fuerza, hipersexualizando a la infancia y promoviendo la homosexualidad como un estilo de vida deseable. Bajo el pretexto de la inclusión, se excluye a todo aquel que no comulgue con la agenda feminista y de género, animando a los menores a probar «nuevas experiencias» que refuerzan el discurso de estos lobbies.

8M: una celebración de la farsa. El 8M no es un día para celebrar, sino para denunciar a los cuatro vientos que el feminismo radical es una farsa contra la mujer y a favor de los chiringuitos. No es una jornada de lucha, sino de propaganda financiada con dinero público para reforzar una ideología que no busca igualdad, sino privilegios y enfrentamiento social.

Es hora de desenmascarar el feminismo radical por lo que es: una estructura de poder y control que vive del enfrentamiento artificial entre hombres y mujeres. La verdadera lucha debe ser por la libertad, la familia y la justicia, sin manipulaciones ideológicas ni lobbies parasitarios.

La gente debe despertar y resistir. No podemos permitir que las mentiras ideológicas destruyan la familia, la infancia y los valores sobre los que se ha construido nuestra civilización.

viernes, 7 de marzo de 2025

Munilla y el dedito del listillo



Hay una clase de hombres que, cuando ven a otro haciendo algo bueno, lo primero que sienten no es gratitud, sino la necesidad de corregirle. No pueden simplemente reconocer que alguien está dando la batalla, que alguien está poniendo el cuerpo y el prestigio donde ellos no se atreverían. No. Ellos necesitan señalar. Matizar. Añadir su cucharadita de «originalidad».

Monseñor Munilla pertenece a esa estirpe. No puede limitarse a agradecer que un político como JD Vance, en un mundo donde la mayoría de dirigentes se venden al globalismo, tenga la valentía de decir en Múnich que Europa ha traicionado sus propios principios. No puede simplemente asentir y decir: este hombre ha hablado con verdad. No. Munilla necesita poner su notita de color. Porque no hay nada más insoportable para un cierto tipo de clérigo que estar de acuerdo sin más.

Y así, en su carta de Cuaresma, lo que podría haber sido un reconocimiento de una verdad incómoda, se convierte en una lección moralista. Munilla, desde su púlpito clerical, se permite corregir a Vance: sí, sí, tiene razón en parte, pero se ha equivocado en el tiempo verbal, porque en realidad la traición es de todos, también de Trump, también de los suyos, también de nosotros. Y ahí es donde asoma el problema. Porque esa frase no está puesta por justicia, ni por equilibrio, ni por análisis político. Está puesta por vanidad intelectual.

Es el típico ejercicio del dedito listillo que describe Miguel Ángel Quintana Paz: la necesidad de demostrar que uno no es un vulgar aplaudidor, que no está de parte de nadie sin una pequeña corrección, que no es un palmero más. Pero lo que esta gente no entiende es que a veces la inteligencia está en saber callarse. En saber estar donde se debe estar sin la compulsión de demostrar la propia lucidez con una apostilla ingeniosa.

Porque la realidad es esta: JD Vance, con todas sus imperfecciones, está haciendo más por la fe, por las costumbres y por la civilización cristiana de lo que harían cien Munillas en cien vidas. Vance está en la trinchera. Munilla, en la gradería. Y lo mínimo que se espera de alguien que no está en el combate es que al menos respete a los que sí lo están. Que se guarde sus ganas de marcar distancias y que, por una vez, enmudezca el dedito corrector.

Pero no. Porque ser parte de la gradería tiene su propio código. Y una de sus reglas no escritas es que nunca debes parecer demasiado entregado a los que están luchando. Siempre hay que añadir un matiz, una corrección, un «sí, pero». Siempre hay que dar a entender que uno ve las cosas con más perspectiva que los que están en la refriega.

Y así, mientras Vance trata de poner un freno a la disolución de Occidente, Munilla está ahí, no para apoyarle, sino para hacerle un pequeño examen de conciencia en público. Porque, claro, no vaya a ser que alguien piense que él simplemente le da la razón.

Hay clérigos que se han olvidado de lo esencial. De que su misión no es la crítica sutil desde la distancia, sino el apoyo decidido a quienes, con sus errores y defectos, están peleando por lo que es bueno y verdadero. Que a veces, lo más inteligente no es demostrar la propia inteligencia, sino saber callarse y estar del lado correcto sin peros.

JD Vance merece muchas cosas. Pero lo que menos necesita es la corrección condescendiente de un obispo que no ha arriesgado nada. Porque cuando la fe, la verdad y la civilización están en juego, los que más estorban no son los enemigos declarados. Son los que, desde la comodidad de su púlpito, no pueden resistir la tentación de levantar el dedito.

Jaime Gurpegui

Quién será el próximo Papa


Francisco se muere. Irremediablemente. Podrán decirnos los partes diarios que emite la vocería vaticana que durmió toda la noche como un angelito, que luego se levantó, rezó en la capilla, se sentó en un sofá donde desayunó café con leche y medialunas, leyó los diarios, escribió varios documentos y discursos y recibió a un par de cardenales. A este paso, no sería raro que nos dijeran que jugó una partida de bridge con una monja, el cardenal Fernández y Miss Marple. Como bien repite con frecuencia Specola, los personajes que se encargan de la comunicación de la Santa Sede son de los más simplotes y elementales, y suponen que la gente es idiota.

Bajo estas circunstancias, entonces, es lo más normal del mundo que la Iglesia se encuentre en situación de pre-cónclave y que, consecuentemente, las quinielas de nombres de candidatos a ocupar el puesto que dejará libre Bergoglio se meneen en medios de prensa, en blogs y en trattorias romanas. Pero todos sabemos que no son más que eso: quinielas, suposiciones, cálculos, predicciones. No más que eso. Y esto es así porque el nombre del futuro Papa depende de la voluntad de 137 cardenales, y nadie sabe cómo se coordinarán esas voluntades. Y en este punto hay que ser muy claro: al Papa no lo elige el Espíritu Santo sino que lo eligen los cardenales. Ya verá luego el Paráclito cómo se las arregla para iluminar al que le pusieron debajo, pero lo que es seguro es que Él no lo elige.

Y como es época de predicciones y apuestas, me sumo también a los apostadores. Y junto a afirmar que no sé quién será el próximo Papa, sé en cambio quién o quiénes no serán los próximos Papas. No será elegido ningún cardenal latinoamericano ni tampoco ninguno que venga de las periferias. Bastante mal y bastante caro le salió a la Iglesia el divertimento de los purpurados que en 2013 quisieron experimentar con un hombre del fin del mundo. Por tanto, el cardenal Tagle, aunque los medios progres lo consideren papabile, no tiene la menor chance. Y no la tienen tampoco ninguno de los exóticos ejemplares a los que Bergoglio vistió de colorado. El que se quemó con leche, ve una vaca y llora, dice el refranero hispanoamericano.

Quedan entonces en carrera los cardenales norteamericanos y europeos. Si miramos a los canadienses, un buen candidato sería Francis Leo, arzobispo de Toronto. Posee todas las cualificaciones necesarias para ser elegido y seguramente sería mirado muy de cerca por sus colegas si no fuera por su juventud: tiene apenas 53 años, y nadie se arriesgaría a tener en el solio petrino a una misma persona durante cuarenta años. En cambio, el cardenal Lacroix, arzobispo de Quebec, y al que muchos ven como papabili carga consigo una acusación de abuso sexual que, aunque fue desestimada, lo obligó a dejar su cargo durante seis meses, y no están las cosas para andar jugando con fuego.

Y creo que no vale la pena considerar a los cardenales de Estados Unidos. Hay perfiles que se ajustan en un sector o en otro, como Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, o el cardenal Blase Cupich, de Chicago, pero el Sacro Colegio no elegirá a un cardenal americano en circunstancias en las que Donald Trump ha asumido un rol tan protagónico y disruptivo en todo el mundo. No les interesará que la Iglesia quede como complemento del caudillo. Más de uno temería que, como hizo León III con Carlomagno, lo corone emperador de un nuevo sacro imperio romano-americano.

En mi opinión entonces, el próximo Papa será necesariamente europeo. Y aunque esto es decir algo, no es decir mucho, pues hay que pensar qué condiciones debe reunir para enfrentar el estado catastrófico que deja Bergoglio a la Iglesia (los peronistas sólo saben ruinas cuando dejan el poder), y esto más allá de su tendencia doctrinal. En primer lugar, debe ser un hombre de orden y unidad, es decir, que sea capaz de ordenar el enorme desaguisado que encontrará en muchos niveles. Y el primero de todos, y no sólo por necesidad sobrenatural sino también por necesidad política, es lograr la unidad en la fe. En la actualidad, ser católico tiene las prerrogativas del ser: se dice de muchas maneras, y este estado de confusión ha sido buscado y querido por Francisco. Pero resulta imposible continuar por el mismo camino. El próximo pontífice, sea del bando que sea, deberá tender a clarificar la fe católica. No me parece que sea algo que pueda hacerse de modo abrupto ni de un día para otro, pero resulta imprescindible, si se quiere que la Iglesia continúe existiendo, que se retorne a una doctrina común, a que todos asintamos al mismo Credo y se dejen de lado las veleidades doctrinales.

Por eso mismo, deberá ser un hombre de personalidad fuerte y decidida, que no tema hacer en los primeros días de su pontificado lo que deba hacer. No creo que sea un della Chiesa, o un Montini, o un Ratzinger. Si lo que dijimos en el párrafo anterior tiene algún sentido, una de las primeras cosas que deberá hacer el próximo Papa será poner de patitas en la calle a varios paniaguados de la Curia, sobre todo los que no vienen “de la escuela”, que son difíciles de tocar, empezando por el cardenal Tucho Fernández, responsable en buena medida del desbarajuste actual.

¿Será el próximo Papa un bergogliano? El bergoglianismo, como hemos dicho, expirará junto con Bergoglio. En todo caso, podríamos hablar de cardenales bergoglianos lato sensu, lo que en otras palabras sería hablar de “cardenales progresistas”. Luis Badilla, un respetado conocedor del Vaticano, incluye varios nombres dentro de este sector en un artículo reproducido por Missa in Latino. Me parece demasiado generoso. Nunca será elegido otro jesuita, por lo que Hollerich está descartado; Marengo es muy joven (50 años), como también Pizzaballa (59), y Omella demasiado viejo (casi 80 años); Tolentino de Mendonca desangelado y demasiado intelectual y Arborelius demasiado exótico, pues Suecia entra, para la Iglesia, dentro de esa categoría. De ese listado quedan Pietro Parolin, Secretario de Estado; Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, y Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella.

Pietro Parolin, sería un buen candidato, pero creo que está ya demasiado remanido y fácilmente y con razón pueden adjudicársele a él los errores colosales de Bergoglio. No me parece que sea una opción aunque sí puede es un buen y poderoso king maker, y en esa función no me extrañaría que orientara los votos que le responden al cardenal Claudio Gurgerotti, pertenecientes ambos a la cordata del cardenal difunto Silvestrini.

Matteo Zuppi, aunque no tiene el physique du rol, sería el candidato ideal del progresismo y, curiosamente, también de muchos círculos tradicionalistas, porque es un liberal coherente: con él sí habría lugar en la Iglesia para todos, todos, todos, y no para los todos secundum quid de Bergoglio. Pero quizás sea justamente eso lo que le bloquee el camino: su progresismo desembozado y, consecuentemente, antitrumpismo, propio de la comunidad de Sant’Egidio a la que pertenece. En las circunstancias actuales del mundo, el Sacro Colegio no elegirá a un abierto enemigo de Trump.

En los últimos días han comenzado a circular rumores que circulan que Francisco, o quien sostiene su mano, antes de morir firmaría una reforma de las reglas del cónclave estableciendo que para ser elegido Papa es suficiente alcanzar la mayoría absoluta de los votos. No parece probable porque eso sería romper con un tradicion de setecientos años, cosa que no le importaría a Bergoglio, pero sí creo que le importaría que cuando un Papa, Gregorio XI en 1378 estableció esa medida, provocó en la elección de su sucesor el Cisma de Occidente, y no sería nada raro que en esta ocasión ocurriera lo mismo. Sin embargo, el sólo de que ese rumor corra significa que los bergoglianos, o los progresistas, están preocupados y nada seguros con que el próximo pontífice de Roma sea uno de ellos.

El grupo de los abiertamente no bergoglianos creo que no tienen posibilidad alguna de ser elegidos. A no ser que un terremoto hiciera temblar los cimientos de la Sixtina y que, aterrorizados, los cardenales se decidieran por un candidato claramente católico, no veo que sea posible. Lo que sí pueden hacer, y sin duda harán, será formar junto a los conservadores lato sensu un tercio de bloqueo que fuerce, luego de varios días de intentos, la elección de un candidato de compromiso. Y uno e ellos puede ser el húngaro Péter Erdö o el holandés Willem Eijk, o algún otro que surga inesperadamente como el fue el caso de Wojtyla, que zanjó la disputa entre Siri y Benelli.

Si las cosas son así, podemos adoptar estas claves para asistir al cónclave por televisión. Si la fumata bianca aparece pronto, es decir, luego de cuatro o cinco votaciones, encomendémonos a Dios, porque no creo que sea una buena señal. Una elección, en las circunstancias actuales, en tan poco tiempo, significaría que el tercio de bloqueo no funcionó y que fue elegido un cardenal con alta intensidad de bergoglianismo en sangre. Si dura más de tres días, sería una muy buena señal.

Wanderer

El mundo no se acaba: la realidad desmonta la farsa del discurso ambientalista apocalíptico



El discurso alarmista de los climatólogos catastrofistas se tambalean y debilitan cada vez más, enfrentándose a datos científicos que contradicen sus predicciones apocalípticas e interesadas. Desde hace décadas, los profetas del desastre han anunciado graves catástrofes con fechas límite que nunca se cumplen basándose en modelos climáticos imprecisos, sesgados e incluso manipulados. Sin embargo, la realidad se impone y evidencia la falta de rigor de estas afirmaciones..

Los modelos climáticos han fracasado una y otra vez en sus predicciones, dejando en evidencia la fragilidad de sus afirmaciones.

Primero fue el agujero de la capa de ozono que «generó alarma mundial» sobre el aumento del cáncer de piel y otros efectos negativos. La realidad es que desde el año 2000 se ha ido reduciendo progresivamente, alcanzando en la actualidad sus niveles más bajos en décadas. Ahora, otro de los ejemplos más flagrantes de esta manipulación es la situación del Ártico. A pesar de los titulares sensacionalistas que anuncian su desaparición inminente, la extensión del hielo marino sigue existiendo, desmintiendo las reiteradas afirmaciones de los ambientalistas radicales. Los modelos climáticos han fracasado una y otra vez en sus predicciones, dejando en evidencia la fragilidad de sus afirmaciones.

Por otra parte, en los últimos 50 años, la humanidad ha logrado avances significativos en la reducción de la contaminación atmosférica. «Estamos respirando uno de los aires más limpios que hemos tenido en generaciones«. No son las palabras de un «negacionista conspiranoico» del cambio climático, como dirían los ecologistas radicales fanáticos, sino de Hannah Ritchie, científica de la Universidad de Oxford. Este hecho desmonta el discurso catastrofista que ignora los avances ambientales.»

Este sesgo hacia el catastrofismo climático es una estrategia de manipular a la opinión pública mediante el miedo. Se ha llegado al punto de presentar cualquier fenómeno meteorológico como «prueba irrefutable» del desastre inminente. No importa si se trata de una ola de calor o de una tormenta de nieve inusual; cualquier evento se utiliza para reforzar una narrativa de emergencia perpetua. Recordemos las palabras de Pedro Sánchez «El cambio climático mata», refiriéndose a la gota fría de Valencia como efectos del cambio climático

Entre 1998 y 2014, el planeta experimentó una pausa en el calentamiento global que desafió las expectativas de los modelos climáticos. Pero en lugar de admitir la inexactitud de sus cálculos, ciertos sectores de la comunidad científica optaron por «ajustar» las series de datos oficiales para minimizar la pausa, haciendo obsoletos estudios anteriores que demostraban inconsistencias en las proyecciones.

Tras cinco décadas de predicciones alarmistas fallidas, la Asociación de Realistas Climáticos (ARC) concluye que «la crisis no es climática, sino de credibilidad científica y mediática«. Los supuestos expertos que han vivido décadas pronosticando tragedias incumplidas han perdido toda legitimidad.

En lugar de caer en el juego del miedo, es necesario replantear el enfoque con el que se comunican los problemas ambientales, basándose en el rigor científico y no en la propaganda ideológica. Es hora de rechazar el alarmismo infundado y apostar por soluciones pragmáticas, racionales y basadas en datos objetivos, no en la histeria colectiva promovida por quienes buscan imponer una agenda política disfrazada de ecologismo.