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sábado, 26 de agosto de 2023

NOTICIAS 26 de Agosto de 2023



HISPANIDAD

Google extiende su censura y eliminará videos de YouTube contrarios al aborto

Nicaragua disuelve a los jesuitas

INFOVATICANA

La grandeza insuperable del pensamiento cristiano

LA GACETA DE LA IBEROSFERA

Argentina maleducada




Selección por José Martí

Rubiales no dimite: ¡Bien por Rubiales!



Contra todo pronóstico, Luis Rubiales no ha dimitido al frente de la RFEF, tras cinco días de acoso y derribo mediático por su ‘pico’ con Jenny Hermoso. Insistimos: Rubiales es un guarro y un grosero, pero el feminismo actual es algo mucho peor: es una grandísima hipocresía.

“No voy a dimitir”, ha repetido Rubiales durante la asamblea extraordinaria de la RFEF, celebrada este viernes. “¿Un pico consentido es para sacarme de aquí?”, se ha preguntado. “Aquí se está ejecutando un asesinato social”, ha asegurado, para luego criticar el “falso feminismo” que ha motivado y propiciado toda la campaña desatada contra él desde la tarde-noche del pasado domingo 20.

Ahí se equivoca el presidente de la RFEF: no hay un feminismo falso y otro verdadero, sino sólo uno: el hipócrita, porque lejos de defender a la mujer lo que hace el feminismo es destruir su feminidad.

Luego está el relato de lo acontecido. Según Rubiales, el beso fue “espontáneo, mutuo, eufórico y consentido”. Según él, fue Hermoso quien le agarró y le levantó del suelo abrazándolo. “Casi nos caemos y al levantarnos, nos abrazamos y yo le dije: olvídate del penalti. Sin ti no habríamos ganado el Mundial. Me dijo que yo era un crack y le dije: ¿Un piquito? y ella me dijo: vale”.

Más allá de que el pico no fue una cuestión de consentimiento sino de pureza, como hemos explicado en Hispanidad, lo cierto es que su versión contradice la de todos los que le acusan de agresión sexual. Y es curioso, porque esa versión cuadra mejor con las primeras declaraciones de Hermoso, antes de desatarse la campaña de acoso y derribo contra Rubiales: “Fue un gesto natural y de cariño”, afirmó entonces la jugadora.

Sin embargo, para todo el lobby feminista y para gran parte de la sociedad española que ha comprado su mercancía sin rechistar -¡qué lástima!-, Rubiales es culpable y debe morir en la horca. Por ejemplo, TVE -la de todos- en su indignación por la no dimisión, insistió una y otra vez en sus crónicas que el beso había sido “sin consentimiento”... y punto.

Pero, todos esos que exigen su dimisión, ¿no le van a exigir lo mismo a Irene Montero por algo mucho peor como es la excarcelación de más de cien violadores y agresores sexuales? ¿O a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, por las agresiones sexuales a las menores tuteladas en Baleares? ¿Acaso es más grave un pico entre dos adultos que la violación de una menor tutelada por el Gobierno de Baleares? ¿En serio?

Lo peor de todo es que esto no ha terminado, ni mucho menos, porque el feminismo no descansará hasta ver la cabeza de Rubiales en bandeja de plata … en sentido figurado, claro está. Qué pena.

La brújula apunta al sur La primera parte de la respuesta de la FSSPX a La Bussola.

 CHIESA E POST CONCILIO

O cómo equivocarse en el rumbo a seguir en la crisis que afecta a la Iglesia: indicios de una respuesta a un dossier sobre la Fraternidad San Pío X escrito por el periódico conservador ON LINE La Nuova Bussola Quotidiana [1 ]


Introducción

Monseñor Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, consagró cuatro obispos sin mandato papal y contra la voluntad explícita del Papa Juan Pablo II el 30 de junio de 1988, justificando este acto en sí mismo grave como una "operación de supervivencia" de la Sacerdocio católico, ya que creía que la fe de toda la Iglesia estaba en peligro tras las derivas del Vaticano II. En el mundo de la Tradición de aquella época esto agradaba a muchos, pero no a todos. Hoy, siempre en el mundo de la Tradición, muchos agradecen a Monseñor el gesto heroico de hace treinta y cinco años, pero todavía hay alguien, cíclicamente, que persiste en criticarlo. Intentemos, una vez más, aclarar el problema, que es esencialmente y sobre todo teológico, pero que tiene naturalmente un fundamento canónico preciso [2].

El dossier del periódico online al que respondemos, bien redactado y aparentemente muy erudito, adolece de serios fallos por imprecisiones y sofismas canónicos, pero sobre todo tiene el colosal defecto de quedar, en todas sus líneas, un escalón por debajo del problema real de que no lo dejamos: desde hace sesenta años está en marcha una crisis gravísima que está trastornando a la Iglesia en todos sus ámbitos y afectando a todos los escalones de la jerarquía.

No sería necesario demostrar la existencia de esta crisis a un lector que frecuenta el mundo de la Tradición católica, pero hagamos un breve recorrido para identificar la verdadera clave del problema.

La crisis

Después del Concilio Vaticano II, sus errores y desvíos doctrinales y pastorales terminaron involucrando a todo el episcopado y en consecuencia al clero católico en su totalidad; desde hace sesenta años la predicación eclesiástica se ha alejado de la auténtica profesión de fe prefiriendo el ecumenismo, la libertad religiosa, el relativismo doctrinal y moral en la enseñanza catequética y homilética; las reformas litúrgicas de los años inmediatamente posteriores al Concilio afectaron a todos los sacramentos, sin excluir ninguno, para adaptarlos a las nuevas necesidades ecuménicas; sobre todo, el rito de la Misa ha sufrido una transformación aterradora que lo ha asimilado a un rito de sabor protestante, y que expresa "un alejamiento impresionante de la teología católica de la Santa Misa" [3]. 

En la vida cotidiana de la parroquia al fiel católico, muchas veces inconsciente, se le enseñan cosas nuevas completamente contrarias a la doctrina, y es testigo de abusos litúrgicos de todo tipo; el sacramento de la confesión es olvidado o maltratado, la necesidad de reparar el pecado es un tema ausente (porque el tema mismo del pecado está ausente en la predicación eclesiástica actual); la atmósfera que se respira es profundamente mundana y la dimensión sobrenatural de la gracia y de la salvación eterna ha desaparecido por completo. el tema del pecado mismo); la atmósfera que se respira es profundamente mundana y la dimensión sobrenatural de la gracia y de la salvación eterna ha desaparecido por completo. el tema del pecado mismo); la atmósfera que se respira es profundamente mundana y la dimensión sobrenatural de la gracia y de la salvación eterna ha desaparecido por completo.

Sin embargo, lo que hace aún más grave esta crisis es que procede y es fomentada directamente por la máxima autoridad: son los Papas posconciliares, todos sin excepción, quienes la fomentaron y agravaron. A partir de Pablo VI, todos los sumos pontífices se han convertido en protagonistas de la communicatio in sacriscon miembros de religiones falsas, escandalizando objetivamente a todo el planeta (el ejemplo más llamativo es el encuentro ecuménico de Asís en 1986 en presencia y participación de Juan Pablo II) [4]; todos los sumos pontífices posconciliares han expresado claramente la posibilidad de que miembros de religiones falsas o confesiones no cristianas puedan tener acceso a la salvación permaneciendo como tales, e incluso hay quienes han afirmado que la diversidad de religiones es voluntad de Dios mismo [5]. 

Desde hace décadas en algunas zonas atribuibles al área germánica (pero el uso se extiende progresivamente también a otros países) es una práctica común bendecir las "bodas" homosexuales en las iglesias y fomentar dichas uniones, sin que la Santa Sede intervenga sancionando realmente tales actos. Estos elementos gravemente problemáticos tienen la característica de constituir una crisis universal y permanente desde el Concilio hasta hoy, y ciertamente no un problema local o personal de nadie. Desgraciadamente, no es posible trazar en unas pocas líneas una imagen completa del desastre eclesial al que asistimos, por lo que nos hemos limitado a algunas indicaciones.

Sin embargo, el propósito de este brevísimo panorama catastrófico es mostrar cómo el conjunto de elementos constituye un estado de necesidad: ¿qué significa esto?

El estado de necesidad

Significa precisamente que el fiel católico, miembro de la Iglesia, si bien tiene derecho a recibir de ella la enseñanza de la fe y los sacramentos, ya no puede hacerlo en el contexto habitual de las parroquias y en general en el post- contexto eclesial conciliar ya que éste está viciado por errores doctrinales y malas reformas litúrgicas que no le permiten el acceso a los sacramentos tradicionales. Y, lo que importa, esta situación es lamentablemente refrendada por la jerarquía y por el propio pontífice reinante, hoy en 2023 como durante estos sesenta años desde el Concilio, sin interrupción alguna, por breve que sea. Está en peligro la salvación eterna de los fieles católicos, privados de la enseñanza de la fe y del alimento de los verdaderos sacramentos; esta crisis, repetimos, no es deplorada por la autoridad papal (como lo fue en la época de la crisis arriana o protestante), sino alentada por ella: es una crisis de autoridad en sí misma. El cortocircuito de los argumentos falaces de los conservadores reside precisamente en esto: se invoca la obediencia al Papa, garante de la Fe, cuyo vínculo es esencial para pertenecer a la Iglesia (y esto es sacrosanto), olvidando sin embargo que el modernismo profesada abiertamente vicia el uso mismo de la autoridad papal y en general de la jerarquía, que, aunque conserva siempre esta autoridad, se niega a utilizarla para el fin para el que fue instituida: la salvación de las almas.

Qué remedio

¿Qué hacer cuando surge una crisis así? A decir verdad, nadie podría haberlo sabido antes de que sucediera; De hecho, se trata de una crisis sin precedentes, sin precedentes históricos, aunque de vez en cuando se intenta encontrar comparaciones débiles que, en cualquier caso, nunca serán exhaustivas. No hay nada previsto explícitamente a tal efecto ni en el derecho canónico, ni en los manuales de teología moral o dogmática, ni en los de historia de la Iglesia. Aquí hay otra causa más del cortocircuito neoconservador: la respuesta a la crisis no pudo ni puede encontrarse en los libros, al menos digamos en forma de una receta precisa y detallada.

En la Tradición, sin embargo, y más generalmente en la Revelación misma, encontramos los principios que ayudan a resolver el problema en la medida de lo posible, y que ayudaron a Mons. Lefebvre a tomar la dolorosa elección de las consagraciones de 1988: salus animarum suprema lex, una vez más . ; Siendo el fin del hombre la salvación eterna, y siendo instituida la autoridad de la Iglesia jerárquica para llevar al hombre a esta salvación, todas las leyes canónicas y todo el aparato jurídico, bueno y santo porque apunta al bien, no pueden constituir un obstáculo cuando, por caso muy raro, la misma obediencia a la jerarquía debería llevar a profesar el error y cometer el mal.

Nadie puede consagrar a un obispo sin mandato pontificio, pero ningún Papa tiene el derecho de llevar a la Iglesia a enseñar cosas nuevas y a desviar a los fieles de la verdadera fe: y esta última eventualidad, sin precedentes, efectivamente se ha producido. Por tanto debe resolverse con un principio superior al de la obediencia a las leyes canónicas, y este principio es precisamente la salvaguarda de la Fe.

Pero la salvaguardia de la Fe pasa por la salvación del sacerdocio auténticamente católico, formado en los seminarios católicos; ahora no puede haber sacerdotes sin obispos. Es decir. Muy simple.

La historia real del arzobispo Lefebvre [6] muestra cómo los repetidos intentos de llegar a un acuerdo antes de junio de 1988 se llevaron a cabo de tal manera que la Santa Sede pospuso repetidas veces y durante el mayor tiempo posible la aceptación de una ceremonia de consagración con el mandato, y el prelado francés consideró con razón que esto era "andarse por las ramas"; pero sobre todo quedó y permanece, en las intenciones de la Santa Sede, una regularización canónica de la FSSPX, sujeta a la aceptación de aquellos principios doctrinales inaceptables que forman la base del nuevo rumbo eclesial. La urgencia estaba ahí, la necesidad también, y como el acto de prudencia consta de tres fases: la deliberación, el juicio y el precepto [7], al final el Arzobispo actuó. Y hoy, gracias a esto, 700 sacerdotes miembros de la Fraternidad fundada por Lefebvre, esparcidos por todo el mundo,

Dudas por disipar

«Válido» pero «ilegítimo». ¿Qué significa? La validez, lo sabemos, en el campo de la teología es la condición relativa a la eficacia metafísica de un sacramento (si la Eucaristía es válida, en lugar del pan está el cuerpo de Cristo, si no lo es, es sólo un poco de pan). . Dado que la validez de los sacramentos está ligada a elementos materiales de la institución divina, no existe una lex suprema que se mantenga: sin pan no se celebra la Misa; sin agua no se es bautizado.

La legitimidad, en cambio, es el cumplimiento de una ley: ¿cuál? Disipemos una duda y distingamos el término "legalidad" (conformidad literal a una ley positiva) del término más genérico "legitimidad" que indica conformidad a una ley moral y, por lo tanto, aquí es sinónimo de legitimidad o incluso de bondad.

Pasarse un semáforo en rojo es una violación del código de circulación, pero quien transporta a un herido puede hacerlo en virtud de un principio superior: su acto será más que legítimo. El uso del aborto en Italia y en casi todo el mundo respeta el derecho positivo del sistema jurídico; todos sabemos que ante la ley de Dios es ilegítimo, etc. Las consagraciones del año 88, por el peligro para la Fe y la necesidad de salvar a ésta y al sacerdocio, fueron un acto de prudencia sobrenatural en la aplicación de un principio superior al derecho canónico (además no excluido por este último en casos de necesidad). , como se demuestra ampliamente en los estudios reportados en la nota a pie de página de este artículo). Así que no sólo fueron legítimos sino incluso obedientes: la crisis en la Iglesia está lejos de terminar.

Conclusión El católico no puede vivir de artículos y editoriales, por muy interesantes y bien hechos que sean; De nada sirve denunciar una crisis si, a pesar de saber que es grave y que pone en peligro la salvación eterna, no se busca una solución. La diferencia entre monseñor Lefebvre y muchos otros, entre la Fraternidad San Pío X y muchas otras realidades, es que unos hablan, otros actúan.

Actuó monseñor Lefebvre al realizar este acto heroico de aparente desobediencia que le costó una excomunión (injusta e inexistente); la FSSPX actúa hoy permitiendo a muchos católicos recibir lo que normalmente deberían recibir de los ministros de la Iglesia Católica y que ya no es posible recibir de ellos en su totalidad, como ya se mencionó. Lo que inquieta a los redactores del periódico on line tan expertos en cuestiones canónicas es el gran número de fieles que llegan a las capillas de la FSSPX decepcionados por la Roma neomodernista, lo que es, en realidad, el signo del sensus fidei. El auténtico  sensus Ecclesiae sigue presente en la Iglesia católica: el vínculo jurídico y canónico, fundamental para la visibilidad de la Iglesia, desaparece más tarde si la fe está en peligro. Si la casa se quema vas a un lugar seguro sin esperar la autorización del administrador del condominio. Especialmente si él inició el fuego.

Por lo tanto, invitamos a los lectores católicos que llegan por la gracia de Dios al mundo de la Tradición a profundizar cada vez más en la validez de su elección de abandonar las parroquias para buscar un refugio seguro y así permanecer en la Iglesia profesando principalmente la verdadera Fe, transmitida por los papas de veinte siglos, y recibiendo los verdaderos sacramentos no reformados. No se trata de abandonar a la Iglesia sino de permanecer fieles a ella tomando los medios adecuados que la Providencia pone a su disposición. La FSSPX no es en modo alguno una solución cómoda ni una puerta de salida de la Iglesia Católica Romana, sino un medio para servirla y amarla, proporcional a la crisis actual, que -repetimos- toca a la propia autoridad.

También les invitamos a alimentarse del verdadero espíritu sobrenatural de la Fe Católica que pone la autoridad al servicio de la Verdad y no al revés; Por eso les invitamos a seguir la Tradición, como fuente auténtica de Revelación, en el Magisterio de todos los tiempos, en el catecismo de San Pío X, en los escritos de Santo Tomás de Aquino y de todos los autores recomendados por la Iglesia en el pasado.

Éstas son las verdaderas, buenas y antiguas brújulas para uso diario.
Las nuevas ocasionalmente se rompen.
___________________________
[2] Para el aspecto canónico nos remitimos a un estudio que pronto será publicado; sin embargo, señalamos ya tres referencias importantes:
Un artículo aparecido en La Tradizione Cattolica en 2010 (año XXI, n° 3 [76], 2010, páginas 18 - 24) y retomado recientemente: https://fsspx. it/ it/news-events/news/l-apostolato-della-fsspx-e-lo-stato...
El libro recientemente publicado por ediciones Radiospada de los sacerdotes de la FSSPX: Palabras claras sobre la Iglesia, disponible para su compra aquí : https://edizionipiane.it/prodotto/parole-chiare-sulla-chiesa-perche-ce-u...
El estudio más completo jamás escrito sobre el tema, y ​​tan actual como siempre: https://edizionipiane.it/prodotto/la-tradizione-scomunicata/
[3] Card. Bacci y Ottaviani, Breve examen crítico del Novus Ordo Missae , 1969.
[4] Las consideraciones que hemos publicado recientemente en nuestros sitios serán leídas con provecho:
[5 ] Documento sobre la fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia común firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed al-Tayyb, el 4 de febrero de 2019. [6]
[7] Santo Tomás, Summa Theologica, IIa-IIae, Quest. 47 años. 8.

Nicaragua, polvos y lodos | Actualidad Comentada 25-8-2023 | P. Santiago Martín | Magnificat.tv

FRANCISCANOS DE MARÍA - MAGNIFICAT TV

El padre Santiago Martín analiza en el vídeo de esta semana las últimas medidas tomadas por el régimen de Daniel Ortega respecto a la Iglesia y, en especial, a la Compañía de Jesús. El cierre de la Universidad Centroaméricana y, recientemente, la suspension de la personalidad jurídica de los jesuitas en Nicaragua se han convertido en noticia mundial y en todo un hecho novedoso, debido a los estrechos vínculos que han existido siempre entre sandinistas y jesuitas


Duración 13:14 minutos


viernes, 25 de agosto de 2023

Entrevista a SE Mons. Carlo Maria Viganò para Media Press

ECCLESIA E POST CONCILIO



Paul DEROGIS : Excelencia, con motivo de su presencia en el programa Géopolitique Profonde , cuando se le preguntó sobre sus contactos "romanos", el presidente de Civitas , Alain Escada, respondió que el arzobispo Viganò es hoy el único prelado romano, además de los consagrados. sin permiso de la Santa Sede, para luchar contra el Nuevo Orden Mundial y que ha expresado su apoyo a Civitas , que también lucha contra el globalismo. ¿Realmente te consideras una excepción entre los prelados romanos? Y en caso afirmativo, ¿cómo explica VE esta inquietante situación?

- No pretendo considerarme el único Prelado que ha denunciado el plan globalista subversivo: otros obispos (muy pocos, en realidad) han expresado su preocupación por la ideología del wake , la teoría de género y el ambientalismo verde . Sin embargo, lo que no les he oído denunciar es la complicidad de Bergoglio con el Nuevo Orden Mundial, que ha llegado a la cima de la esclavitud real a las BigPharma durante la farsa de la pandemia y al Foro Económico Mundial con el fraude climático . Sin embargo, creo que algunos Hermanos están empezando a abrir los ojos ante una crisis que ciertamente no comenzó en 2013.

El elemento que en mi opinión hay que entender -para que la denuncia sea completa- es la relación especular entre el golpe de Estado del Estado profundo en el ámbito civil y el análogo de la Iglesia profunda en el ámbito eclesiástico. Los métodos para llevar a cabo la acción subversiva son idénticos, al igual que los principios inspiradores que los mueven y las metas que se proponen. Es fundamental entender que el Concilio Vaticano II y el Novus Ordo han sido para la Iglesia lo que la Revolución y la Declaración de los Derechos Humanos han sido para las sociedades civiles, porque en la base de ambos se encuentra la semilla venenosa de la Revolución, es decir de subversión del orden natural que Dios ha establecido para el hombre y para las sociedades humanas.

Paul DEROGIS: ¿Cree usted, como el presidente de Civitas , que el globalismo es esencialmente satánico?

- La esencia del globalismo es satánica y la esencia del satanismo es globalista. Porque el plan de Satanás es establecer el reino del Anticristo, dándole la oportunidad de parodiar la vida terrena de Cristo, imitar Sus milagros con prodigios grotescos, arrastrar a las multitudes no con la sencillez de la Verdad sino con engaños y mentiras. El globalismo constituye, por así decirlo, la escenografía, el guión y el guión que debe preparar a la humanidad para el ascenso político del Anticristo, a quien los gobernantes del mundo -sus servidores- cederán la soberanía nacional para que se convierta en una especie de tirano mundial.

Pero el reino del Anticristo no surge de la nada: primero es necesario borrar lo que quedó del reino de Cristo en las instituciones, en la cultura y en la vida cotidiana de los ciudadanos. La disolución moral es una de las formas más sencillas de someter a las masas, incitándolas al vicio y burlándose de la virtud; y obviamente al destruir la familia natural, célula fundamental de la sociedad, una vez eliminada, los niños se convierten en mercancías., productos que quienes tienen dinero pueden pedir en Internet, alimentando una red criminal vasta y cada vez más floreciente, sin mencionar la industria de la gestación subrogada. El divorcio, el aborto, la eutanasia, el homosexualismo y el pansexualismo, las mutilaciones para la transición de género han demostrado ser herramientas eficaces para eliminar no sólo la Fe revelada, sino también los principios más sagrados de la Ley Natural.

Y de hecho es una religión que se está instaurando con la ideología del wake ; una religión que como la real, pero con propósitos diametralmente opuestos, pretende imponerse a la sociedad, impregnar las instituciones, las leyes, la educación, la cultura, las artes, las actividades humanas con sus propios dogmas. Los globalistas aplican los principios católicos de la “realeza social”, pero proclaman a Satanás rey de las corporaciones: Ten nationum præsides honore tollant publico: colant magistri, judices; leges et artes exprimant . Los Príncipes de las naciones se manifiestan Reyes con pública honra: los maestros, los jueces os adoran; las leyes y las artes expresan . Estas son las palabras del himno de Cristo Rey [ aquí ] 1, pero los vemos aplicados blasfemamente por los sacerdotes del Nuevo Orden Mundial a su Rey, el Príncipe de este mundo, y al Anticristo en su tiempo.

Pero cuidado: el globalismo, como emanación del pensamiento masónico y revolucionario, aparentemente proclama la democracia y condena los regímenes absolutos; pero en realidad sabe muy bien que la Monarquía de derecho divino es la mejor forma de gobierno posible, porque somete a todos -incluso al propio Rey, que es vicario de Cristo en las cosas temporales- a una ley trascendente a la que todos deben obedecer.

La censura de noticias no alineadas con la narrativa oficial, llevada a cabo con la complicidad de las plataformas sociales y los medios de comunicación, es la misma censura que los liberales del siglo XIX condenaron en sus hojas clandestinas, cuando sin embargo se aplicaba para evitar la difusión de Errores filosóficos y doctrinas contrarias a la verdadera religión católica. Y no es casualidad que la ficción democrática recurra a medios de represión violenta de las protestas populares que en una democracia libre deberían conducir a barricadas y a la execración internacional -pienso, entre otros, en Macron, un estudiante de los Jóvenes Líderes para el Mañana de el Foro Económico Mundialpor Klaus Schwab. No basta con llamar "democracia" a una dictadura para que se convierta en tal por arte de magia, sobre todo cuando el consentimiento de los ciudadanos a quienes interpretan su estado de ánimo y sus expectativas constituye una peligrosa amenaza para la supervivencia de estos parásitos subversivos.

Si Civitassi tuviera cien miembros y tuviera un programa genérico como los partidos "conservadores" del sistema, nadie se preocuparía; si lo atacan y tratan de disolver este movimiento político, es porque saben que como no puede ser manipulado con dinero o chantaje, si alguna vez consigue escaños, sus funcionarios electos se le irán de las manos. La paradoja se hace evidente cuando vemos a un partido católico francés acusado de extremismo y al mismo tiempo enviando armas y ayuda al régimen de Zelensky, apoyado por grupos neonazis que practican la limpieza étnica contra sus ciudadanos de habla rusa, persigue a los ministros del La Iglesia ortodoxa rusa (y también de rito católico oriental, en el lado húngaro), hace alarde de esvásticas y símbolos hitlerianos,

Repito: si la democracia funcionara, no dejarían a los ciudadanos jugar con la farsa de las elecciones y con la ilusión de estar representados en el Parlamento. Si lo permiten es porque la oligarquía masónica sabe que puede controlarla a través de sus emisarios, colocados por todas partes. Por otro lado, el Anticristo será rey, no presidente; ejercerá el poder de forma absoluta, totalitaria y dictatorial. Y aquellos que han creído en el cuento de hadas de la democracia descubrirán demasiado tarde que han sido engañados.

Paul DEROGIS: El Ministro del Interior quiere disolver Civitas , único partido católico presente en Francia. Esta disolución está lejos de implementarse y Civitas ha anunciado que está dispuesta a apelar en todos los foros legales posibles si la amenaza se materializa. ¿Qué mensaje le enviaría a Civitas , a sus dirigentes, a sus miembros y a sus simpatizantes, además de las bonitas palabras en X (antes Twitter) que nuestros lectores han podido leer [Mons. Viganò pone en su lugar al rector de Notre-Dame de París respecto a Civitas ]?

- Recordad las palabras de Nuestro Señor: Si el mundo os odia, sabed que a Mí me odió antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pues en cambio vosotros no sois del mundo, sino que yo os he escogido del mundo, por eso el mundo os aborrece (Jn 15, 18-19). Y un poco más adelante: Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán (Jn 15,20).
Por eso les pregunto: ¿preferirían ser aprobados y alentados por el Ministro del Interior de una nación que se enorgullece de estar fundada sobre la sangre de los soberanos legítimos de Francia? ¿Quién niega la Fe revelada por Cristo y pisotea Su Ley? ¿Qué impone el culto público al ateísmo, a la impiedad, a la perversión? La guerra mediática que libran contra Civitas es una medalla de la que estar orgullosos, en tiempos de mediocridad y cobardía cortesana. Los católicos no son enemigos del Estado ni de la autoridad civil. Si quienes gobiernan los consideran así es porque están utilizando las instituciones (temporales y espirituales) y la autoridad para sus propios fines, y no para el bien común: este golpe global es la verdadera amenaza a la que hay que hacer frente.

Pensemos en los vendeanos, perseguidos por los mismos motivos, por el mismo odio que Satanás no puede ocultar bajo los formalismos farisaicos de la burocracia republicana. Y no es a la República, ni al pueblo que os apoya, sino a Dios a quien debéis pedir ayuda, a Nuestro Señor Jesucristo, que es el Rey Universal, moderador supremo de la suerte del mundo, Señor de la Historia. y del tiempo: si como católicos creéis que todo poder proviene de Dios (Rom 13,1), debéis también estar convencidos de que Su Señorío es verdadero, eficaz, real. Y este Señorío, que Civitas quiere difundir y difundir para que Cristo vuelva a reinar sobre los franceses, pertenece a Dios Todopoderoso, que puede inflamar los corazones con su Caridad e iluminar las mentes con la Fe, reconvirtiendo Francia, Europa, el mundo.

Si pones tus esperanzas en tu acción mediática, o en la estrategia a adoptar en el tribunal, entrarás en un campo en el que el oponente está ciertamente por delante y probablemente sea el ganador; si sabéis ser, con la coherencia de vuestra vida diaria, católicos dignos del servicio militar bajo las insignias de Cristo Rey, la victoria será segura, porque Cristo ya conquistó el mundo, y no serán estos políticos corruptos quienes se oponen a vosotros, estos personajes sin moral, sin columna vertebral y sin honor, para impedir la derrota del Enemigo.

Paul DEROGIS : Un ex Ministro de Educación Nacional escribió hace algunos años que la República debería haber completado la Revolución Francesa y que era necesario inventar una religión republicana, es decir, el laicismo. De hecho, asistimos a una gran acción de descristianización en Francia, ayudada por la cooperación de cierto clero, como el rector de Notre-Dame de París que, durante un programa de televisión, se declaró partidario de disolver Civitas. ¿Qué podrías decir a todos aquellos que, entre los católicos pero también entre los que buscan un referente espiritual, se preguntan cómo actuar?

Este ex ministro tiene toda la razón. La Revolución se erige como contrapartedel orden social cristiano: se apropia del poder y la autoridad para subvertirlo en sus fines, siendo pervertido en sus principios, pero no cuestiona que un gobierno, para poder perseguir sus objetivos, debe ser guiado por una sola persona o por una elite muy pequeña. Lo que no acepta es que los buenos gobiernen con un poder que les permita paz, estabilidad y prosperidad. Como dije antes, la Revolución comparte la visión de una antítesis entre el Bien y el Mal, pero rechaza el Bien y promueve el Mal, blasfema a Cristo y celebra a Satanás, se burla de la santidad y las virtudes, al tiempo que fomenta el egoísmo y el vicio. No quiere la abolición del poder absoluto: simplemente quiere estar al mando; no quiere la abolición del poder temporal: exige inclinarse ante el Nuevo Orden,ordo christianus , pero manteniendo su influencia en el cuerpo social. No quiere abolir la religión: quiere que sea la religión de Satán y ya no la religión de Cristo, pero sigue imponiendo verdades que creer, ritos que asistir, penitencias que sufrir, mártires que invocar.

Es un enorme error creer que el secularismo es una elección de neutralidad del Estado: su misma imposición se basa en un supuesto teológico que decreta ex cathedrala indiferencia de la autoridad civil hacia la Ley de Dios y hacia el Señorío de Cristo, que sin embargo es real y del que nadie tiene derecho a escapar. No se trata de una elección de neutralidad, sino de una declaración de guerra basada en una visión del mundo que no acepta servir a Cristo, ni servir a Satanás. Las ceremonias de inauguración del túnel del San Gotardo, las ceremonias de inauguración de los Juegos Olímpicos de 2012 y los Juegos de la Commonwealth del año pasado, con machos cabríos y símbolos esotéricos, son la contrapartida de las procesiones, templos votivos, con los que las autoridades civiles de la Iglesia católica Las naciones reconocieron públicamente el reinado social de Cristo. La psicosis climática también es un culto público, completamente infundado científicamente,

Ayer, en nombre del Bien y de la Verdad, estaban prohibidos los sacrificios humanos y los ritos paganos; hoy en nombre del "bien de la comunidad" se ha impuesto un suero genético experimental que cosecha millones de víctimas, y en nombre de la ideología del despertar se amputan los cuerpos de menores para hacerles parecer lo que no son y nunca serán , y quien se opone es criminalizado, condenado al ostracismo y señalado como enemigo público. Los vitandi excomulgados del pasado, contra los cuales la retórica anticlerical se ha desgarrado, ahora se nos vuelven a proponer no bajo la apariencia de un Loisy, sino bajo la de un no-vax o de alguien que cuestiona los suicidios políticos verdes .. Los buenos son perseguidos, los malos recompensados. Es el reino distópico de Satanás: sólo puede ser lo opuesto al reino social de Cristo.

Paul DEROGIS : ¿Es consciente Su Excelencia también en otros Estados, además de Francia, de la misma hostilidad del mundo político y de los grandes medios de comunicación hacia el catolicismo?

La primera hostilidad hacia el catolicismo la vemos sobre todo en los exponentes de la Iglesia bergogliana, esta falsa Iglesia que se superpone a la verdadera Iglesia de Cristo. La Iglesia conciliar continúa desde hace setenta años su labor de demolición de la Iglesia católica: adultera su doctrina, subvierte su moral, corrompe su liturgia, borra su espiritualidad, castra su celo apostólico, adormece su acción social. La Iglesia del Vaticano II, que tanto quiere definirse así como antítesis de la "Iglesia preconciliar", ha sentado las bases teológicas para la disolución de la sociedad. Todos los errores doctrinales del Concilio se tradujeron en errores filosóficos, políticos y sociales con resultados desastrosos para las naciones católicas. La retirada del dogma de la Realeza social de Nuestro Señor del horizonte conciliar ha encontrado aplicación concreta - con el apoyo de partidos de inspiración cristiana y de matriz progresista, como los democristianos en Italia - en la cancelación de la religión estatal y en la secularización de la sociedad, cuyas leyes ya no debían expresar la fe católica sino responder a las exigencias de una sociedad multicultural y multireligiosa. AlláDignitatis humanade hecho decretó el suicidio de la Iglesia, ya que con ese Decreto el Concilio abdicó del papel exclusivo - repito: exclusivo - salvífico que Cristo confió sólo a la Iglesia católica. ¿Por qué confiar, en cambio, en los obispos o en un Papa que te dicen que su religión no es preferible a otras, en las que de todos modos uno puede salvarse, suponiendo que haya algo de qué salvarse? Notarán que el paralelo con las instituciones civiles está siempre presente: incluso el Estado, al demoler el concepto de autoridad y desacreditarlo con funcionarios corruptos, ha renunciado a su soberanía y se ha entregado a poderes supranacionales. Esperar que estos funcionarios corruptos –con mitra o sin ella– permitan la solución del problema del que son autores y colaboradores es, cuanto menos, absurdo.

A quienes se engañan pensando que pueden destruir la Iglesia católica, les sugiero que miren el destino de los grandes heresiarcas y perseguidores de los cristianos: la tumba, la putrefacción, el olvido. Julián el Apóstata está muerto, al igual que todos los enemigos de Cristo. Y la Iglesia ha sobrevivido siempre, porque es el Cuerpo Místico del que Cristo es la Cabeza divina. N on prævalebunt no es un presagio, una esperanza, una ilusión piadosa: es la promesa del Verbo eterno del Padre, y nada puede cambiar ni un ápice lo que el Señor ha decidido.

Paul DEROGIS: Excelencia, ¿qué aconsejaría a los sacerdotes de buena voluntad que desean ser fieles a la doctrina católica tradicional y están decepcionados por la actitud de sus superiores?

- La autoridad de los Santos Pastores proviene de Cristo, único poseedor del Poder en la Iglesia. El Papa y los obispos ejercen esta autoridad vicariamente: es Cristo quien se la confía, para que la utilicen según los fines para los que Él la quiso. En el momento en que un Papa utiliza su propia autoridad para imponer algo que es repugnante a la autoridad de Cristo, se vuelve ilegítimo porque corta el cordón umbilical con Dios. Obedecer esta autoridad sólo porque mantiene la apariencia de una autoridad sagrada no es obediencia. pero servilismo culpable.

Y para que este tema tan delicado no parezca demasiado arraigado en la teoría, quisiera poner en cuestión no sólo la Verdad divina, sino también la Caridad, ambos atributos esenciales de Dios: un fiel o un sacerdote que obedece a sus Superiores eclesiásticos o civiles de servilismo y sabiendo realizar una acción cuestionable o intrínsecamente mala, también realizan un acto contra la Caridad, porque callan ante una acción culpable, la ratifican con su cobardía y privan de enmendarse a quienes dan la mala orden. y comprender la gravedad de lo que hizo. A los superiores no se les ama apoyándolos en sus órdenes sin condiciones y sin ejercer un sano juicio crítico, sino estando a su lado como hijos que asisten a un padre, encubriendo sus vergüenzas, pero no ratificando sus errores y pecados. La autoridad no existe sin una persona que la detenta: Cristo en la gloriosa eternidad del Cielo, el Papa Su Vicario en la Iglesia, Sus Soberanos Vicarios en los gobiernos temporales. Si obedecer al Papa va en contra de la obediencia a Cristo, significa que el Papa se ha salido del cauce que Nuestro Señor estableció precisamente para que su autoridad no fuera absoluta, sino expresión fiel y humilde de la autoridad divina de Aquel que conquistó a la humanidad en la Cruz.

Invito a estos sacerdotes a considerar cómo se comportaron sus hermanos en situaciones similares en el pasado. Pensemos en las persecuciones en la Alemania luterana, en la Inglaterra de Enrique VIII e Isabel I, donde bastaba con llevar sotana o poseer un misal para ser torturado y descuartizado. Pensemos en la España en manos de los comunistas y en el México dominado por la masonería, donde sacerdotes, frailes y monjas fueron ahorcados o fusilados por no querer negar a Dios. Pensemos finalmente en los obispos y sacerdotes que resistieron la revolución conciliar hace sesenta años y continuó celebrando la Misa Apostólica, siendo por ello expulsado de diócesis, parroquias y monasterios a manos de quienes mientras tanto decían querer promover el diálogo con el mundo. La historia de la Iglesia está salpicada de ejemplos heroicos de santos y confesores de la fe que nunca cedieron a las presiones, chantajes y amenazas de quienes querían cambiar las enseñanzas de Cristo. Pensemos en las huestes de cristianos que afrontaron el martirio en los primeros siglos, porque en un mundo pagano y ecuménico la única fe perseguida era la única verdadera, la fe en Cristo. no puedo superar eldespreocupación con la que los partidarios de la horrible reforma litúrgica lograron cancelar de la oración pública de los clérigos el recitado de la Hora canónica de Prima, en la que el recuerdo diario de estas heroicas muertes en el Martirologio impulsaba a los sacerdotes a un gran entusiasmo. vida diferente.

Y pensemos también en aquellos que, por miedo o por no perder su empleo, eligieron cobardemente el camino del compromiso, de aceptar errores, de informar a sus hermanos. Responderán ante Dios, y no ante los poderosos de la tierra, por sus acciones. Y si el Señor quisiera privilegiarlos - como siempre hace con aquellos a quienes quiere hacer crecer en el camino de la perfección - con pruebas y persecuciones, que sepan que les ayudará a llevar su cruz colmándolos de Gracia y dándoles la fuerza para afrontar todo sufrimiento, cada discriminación, cada dificultad. Y si es la soledad lo que les asusta o desmoraliza, háganles saber que, como ellos, muchos otros sacerdotes y religiosos se encuentran en situaciones similares, y que uniéndose y discutiendo podrían animarse y ayudarse mutuamente. Por eso fundéExsurge Domine .

Ante nosotros hoy se abre un camino real hacia la santidad, un camino de los últimos tiempos que exige actos de heroísmo y de valentía, movidos por el amor incondicional al Señor y por la solicitud por las almas que Él ha redimido y que otros pastores indignos no sólo abandonar, sino empujar hacia el abismo de la condenación eterna fomentando vicios y herejías.Les pregunto, con las palabras del Señor: ¿ Ustedes también quieren irse? (Juan 6, 67)

Paul DEROGIS : Nuestros lectores – muchas decenas de miles al día, procedentes de los cinco continentes – siguen a Su Excelencia con gran interés y aprecian su valentía y su determinación. ¿Podrías darnos la dirección de tu sitio web y de las plataformas sociales en las que se pueden leer directamente tus publicaciones?

- Como dije antes, la Asociación Exsurge Domine , fundada por mí hace dos meses, tiene como objetivo la asistencia espiritual y material a los sacerdotes, religiosos y religiosas que hoy son objeto de persecución por parte de la secta bergogliana a causa de su fidelidad a Cristo.

Quienes en 1534 exigieron que el Clero se adhiriera con juramento al Acta de Supremacía de Enrique VIII o en 1790 impusieron la Constitución Civil del Clero no son muy diferentes en sus principios y objetivos de los de hoy -con el agravante de ser exponentes de la Jerarquía Católica – esencialmente afirman lo mismo en nombre del Vaticano II o del Sínodo sobre la Sinodalidad [ aquí ]. ¿No fue acaso la Asamblea Nacional la que impuso la elección de obispos y párrocos, que hoy se pregona como una conquista democrática? ¿Y qué hay de diferente en el comportamiento de Bergoglio respecto al de Enrique VIII, cuando pretende legislar como jefe de la "Iglesia conciliar y sinodal" con actos de gobierno encaminados a separar el cuerpo eclesial de la Iglesia de Cristo?

Quien quiera ayudar a estos sacerdotes y religiosos perseguidos puede hacerlo de muchas maneras, en primer lugar con la oración y la limosna: en el sitio web exsurgedomine.org es posible enviar donaciones, o celebrar misas y donar las donaciones a los sacerdotes privados de su sustento. También es posible contactarnos para recibir consejos, ayuda espiritual, una indicación para orientar la propia vocación. En el sitio también hay una sección donde se puede seguir el avance de las obras del primer proyecto importante de Exsurge Domine,que consiste en la construcción de un monasterio para la comunidad benedictina de Pienza. Los compromisos son muchos y muy onerosos, pero estamos seguros de que San José, tesorero de la Providencia, inspirará a los fieles a ayudarnos.

Hago un llamamiento a todos los buenos sacerdotes: ¡os necesitamos! Se necesitan sacerdotes buenos y valientes que organicen celebraciones para grupos de fieles privados de la tradicional Misa Traditionis custodes [ aquí ] o que han estado disgustados por las aberraciones y sacrilegios de las Misas del novus ordo . Muchos hogares esperan que un sacerdote se reúna en torno a él en las capillas domésticas. Es urgente que los sacerdotes garanticen la atención espiritual y la administración de los sacramentos a las comunidades religiosas femeninas - pienso en particular en las monjas carmelitas de Arlington, Texas, que han sido objeto de un ataque sin precedentes por parte del Ordinario y del Dicasterio por Órdenes religiosas de Bergoglio [ aquí]. Necesitamos unir fuerzas, con humildad y firmeza, para que quede un pusillus grex que pueda reconstruir lo destruido. Nuestros hijos nos lo agradecerán, como lo fueron los hijos de quienes supieron resistir al arrianismo, a la iconoclasia y a todas las herejías y persecuciones del pasado.

Y que quede claro: no tenemos la presunción de constituir una iglesia paralela de cátaros, de "pura", sino de dar una respuesta durante el tiempo que será necesaria en una situación de emergencia y crisis. Nadie quiere usurpar la autoridad de los Pastores legítimos: más bien tratamos de organizarnos para resistir a los Pastores heréticos y apóstatas, desobedientes a Nuestro Señor y rebeldes a Su divina enseñanza. Son ellos, y no los buenos católicos, los que se sitúan fuera de la Iglesia de Cristo y por eso mismo su autoridad queda totalmente invalidada por ella.

Oremos para que seamos dignos de esta tarea y podamos ver el día en que la Santa Iglesia sea purificada de los jabalíes que la asolan (Sal 79, 14). Dios de los ejércitos, vuélvete, mira desde el cielo y mira y visita esta viña (ibid., 15).
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Nota de la Iglesia y después del Concilio

1. En la Liturgia de las Horas, el himno de Vísperas es el mismo ( Te saeculorum Principem ), pero precisamente aquellos versos que hablan explícitamente de la realeza social (" Te nationum praesides ..." y " Submissa regum fulgeant ..." ). Además, en el segundo verso, la referencia al laicismo (" Scelesta turba clamitat : / Regnare Christum nolumus " = "La multitud impía grita: No queremos que Cristo reine") ha sido sustituida por una frase genérica e indefinida (" Quem prona adorable agmina / hymnisque laudant cælitum" = "Las huestes celestiales te adoran postrados y te alaban con himnos"). El himno del Oficio de Lecturas (los antiguos maitines) es completamente diferente, desprovisto también de cualquier referencia a la dimensión social y temporal del Reino de Cristo. Las lecturas tomadas de la encíclica Quas primas , que el antiguo Breviario asignaba al segundo Nocturno, han sido sustituidas por un pasaje de Orígenes, de carácter marcadamente espiritual. Asimismo, se buscaría en vano una alusión o referencia a la necesidad de Cristo reinará sobre la sociedad en el nuevo himno de la oración de la mañana La nueva oración sigue el modelo de la antigua, aunque cambia completamente su significado. 

El obispo de Tyler, Joseph Strickland ha dado un paso adelante de cara a la celebración del próximo Sínodo de la sinodalidad y ha denunciado los peligros a los que se enfrenta la Iglesia.



La reciente ‘visita apostólica’ del Vaticano a la diócesis del obispo estadounidense parece no haberle amedrentado lo más mínimo. En una reciente carta pastoral escrita por Strickland a los fieles de Tyler, hace un llamamiento a «salvaguardar el Depósito de la Fe como nos ha sido transmitido por Nuestro Señor mismo a través de los apóstoles, los santos y los mártires».

El prelado de Estados Unidos hace una enumeración de unas cuantas verdades y subraya que «serán examinadas como parte del Sínodo sobre la Sinodalidad«. Ante esta situación, Joseph Strickland remarca que «La base más segura que podemos encontrar es permanecer firmemente en las enseñanzas perennes de la fe».

Al mismo tiempo denuncia que «es posible que algunos tilden de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios que se proponen«. Es por ello que el obispo texano insiste en que «debemos permanecer descaradamente y verdaderamente católicos, independientemente de lo que pueda surgir. Debemos ser conscientes también de que no estamos dejando que la Iglesia se mantenga firme contra estos cambios propuestos».

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Les ofrecemos la carta completa escrita por el obispo Strickland:

Mis queridos hijos e hijas en Cristo:

¡Que el amor y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté con vosotros siempre!

En este tiempo de gran agitación en la Iglesia y en el mundo, debo hablaros con corazón de padre para advertiros de los males que nos amenazan y para aseguraros la alegría y la esperanza que siempre tenemos en nuestra Señor Jesucristo. El mensaje malvado y falso que ha invadido a la Iglesia, Esposa de Cristo, es que Jesús es sólo uno entre muchos, y que no es necesario que Su mensaje sea compartido con toda la humanidad. Esta idea debe ser evitada y refutada en todo momento. Debemos compartir la gozosa buena noticia de que Jesús es nuestro único Señor y que Él desea que toda la humanidad de todos los tiempos pueda abrazar la vida eterna en Él.

Una vez que comprendamos que Jesucristo, el Divino Hijo de Dios, es la plenitud de la revelación y el cumplimiento del plan de salvación del Padre para toda la humanidad para todos los tiempos, y lo aceptemos con todo nuestro corazón, entonces podremos abordar los otros errores que plagan nuestra Iglesia y nuestro mundo que han sido provocados por un alejamiento de la Verdad.

En la carta de San Pablo a los Gálatas, escribe: “Estoy asombrado de que tan pronto estéis abandonando al que os llamó por {la} gracia {de Cristo} por un evangelio diferente {no es que haya otro}. Pero hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero incluso si nosotros, o un ángel del cielo, os anunciamos un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema! Como hemos dicho antes, y ahora lo repito, si alguno os predica un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea anatema! (Gálatas 1:6-9)

Como su padre espiritual, creo que es importante reiterar las siguientes verdades básicas que la Iglesia siempre ha entendido desde tiempos inmemoriales, y enfatizar que la Iglesia existe no para redefinir las cuestiones de fe, sino para salvaguardar el Depósito de la Fe como nos ha sido transmitido por Nuestro Señor mismo a través de los apóstoles, los santos y los mártires. Nuevamente, recordando la advertencia de San Pablo a los Gálatas, cualquier intento de pervertir el verdadero mensaje del Evangelio debe ser rechazado categóricamente por ser perjudicial para la Esposa de Cristo y sus miembros individuales.

Cristo estableció Una Iglesia—la Iglesia Católica—y, por lo tanto, sólo la Iglesia Católica proporciona la plenitud de la verdad de Cristo y el camino auténtico hacia Su salvación para todos nosotros.

La Eucaristía y todos los sacramentos son divinamente instituidos, no desarrollados por el hombre. La Eucaristía es verdaderamente el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Cristo, y recibirlo en la Comunión indignamente (es decir, en un estado de pecado grave e impenitente) es un sacrilegio devastador para el individuo y para la Iglesia. (1 Corintios 11:27-29)

El Sacramento del Matrimonio es instituido por Dios. A través de la Ley Natural, Dios ha establecido el matrimonio entre un hombre y una mujer fieles el uno al otro de por vida y abiertos a los hijos. La humanidad no tiene el derecho ni la verdadera capacidad de redefinir el matrimonio.

Cada persona humana es creada a imagen y semejanza de Dios, hombre o mujer, y se debe ayudar a todas las personas a descubrir su verdadera identidad como hijos de Dios, y no apoyarlas en un intento desordenado de rechazar su innegable identidad biológica y dada por Dios.

La actividad sexual fuera del matrimonio es siempre un pecado grave y ninguna autoridad dentro de la Iglesia puede tolerarla, bendecirla ni considerarla permisible.

La creencia de que todos los hombres y mujeres serán salvos independientemente de cómo vivan sus vidas (un concepto comúnmente conocido como universalismo) es falsa y peligrosa, ya que contradice lo que Jesús nos dice repetidamente en el Evangelio. Jesús dice que debemos “negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirlo”. (Mateo 16:24) Él nos ha dado el camino, a través de Su gracia, a la victoria sobre el pecado y la muerte a través del arrepentimiento y la confesión sacramental. Es esencial que abracemos el gozo y la esperanza, así como la libertad, que provienen del arrepentimiento y de la confesión humilde de nuestros pecados. A través del arrepentimiento y la confesión sacramental, cada batalla contra la tentación y el pecado puede ser una pequeña victoria que nos lleve a abrazar la gran victoria que Cristo ha ganado por nosotros.

Para seguir a Jesucristo, debemos elegir voluntariamente tomar nuestra cruz en lugar de intentar evitar la cruz y el sufrimiento que Nuestro Señor nos ofrece a cada uno de nosotros individualmente en nuestra vida diaria. El misterio del sufrimiento redentor, es decir, el sufrimiento que Nuestro Señor nos permite experimentar y aceptar en este mundo y luego ofrecerle de nuevo en unión con Su sufrimiento, nos humilla, nos purifica y nos lleva más profundamente a la alegría de una vida vivida en Cristo. Eso no quiere decir que debamos disfrutar o buscar el sufrimiento, pero si estamos unidos a Cristo, al experimentar nuestros sufrimientos diarios podemos encontrar la esperanza y el gozo que existen en medio del sufrimiento y perseverar hasta el fin en todo nuestro sufrimiento. (cf. 2 Tim 4,6-8)

En las próximas semanas y meses, muchas de estas verdades serán examinadas como parte del Sínodo sobre la Sinodalidad. Debemos aferrarnos a estas verdades y ser cautelosos ante cualquier intento de presentar una alternativa al Evangelio de Jesucristo, o de impulsar una fe que hable de diálogo y hermandad, mientras intentamos eliminar la paternidad de Dios. Cuando buscamos innovar en lo que Dios en Su gran misericordia nos ha dado, nos encontramos en un terreno traicionero. La base más segura que podemos encontrar es permanecer firmemente en las enseñanzas perennes de la fe.

Lamentablemente, es posible que algunos tilden de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios que se proponen. Sin embargo, tenga la seguridad de que nadie que permanezca firmemente en la plomada de nuestra fe católica es un cismático. Debemos permanecer descaradamente y verdaderamente católicos, independientemente de lo que pueda surgir. Debemos ser conscientes también de que no estamos dejando que la Iglesia se mantenga firme contra estos cambios propuestos. Como dijo San Pedro: “¿Señor a quién iremos? Tu tienes las palabras de la vida eterna.» (Jn 6:68) Por lo tanto, permanecer firmes no significa que estemos buscando salir de la Iglesia. En cambio, aquellos que proponen cambios a lo que no se puede cambiar buscan apoderarse de la Iglesia de Cristo, y ellos son, de hecho, los verdaderos cismáticos.

Les insto, hijos e hijas míos en Cristo, a que ahora es el momento de asegurarse de mantenerse firmes en la fe católica de todos los tiempos. Todos fuimos creados para buscar el Camino, la Verdad y la Vida, y en esta era moderna de confusión, el verdadero camino es el que está iluminado por la luz de Jesucristo, porque la Verdad tiene un rostro y de hecho es Su rostro. . Tengan la seguridad de que Él no abandonará a Su Novia.

Sigo siendo tu humilde padre y servidor,

Todos los médicos de la Comunidad de Madrid son objetores al aborto/ Los médicos recuerdan el deber deontológico de preservar la vida ante el aborto



Dando Caña entrevista al presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Manuel Martínez-Sellés, para profundizar en el debate sobre el aborto. 

La preocupación por el hecho de que el aborto sea la primera causa de muerte en el mundo es una de las principales cuestiones que preocupa a Martínez-Sellés por no hacer nada «para revertir esta situación» y señala que se «está persiguiendo la objeción de conciencia» al tiempo que señala «una intención clara que busca que se practiquen abortos en hospitales públicos».

9:14 MINUTOS

https://youtu.be/L9jvJQiTuFs

Así es en realidad un aborto: lo que no te han contado

 EL TORO TV


Duración 3:59 minutos

NOTICIAS 23 A 25 DE AGOSTO DE 2023


EL DIESTRO

Si finalmente el Rey de España, Don Felipe VI se inhibe y deja hacer a los capos, oligarcas y caciques de los partidos políticos para que nombren a un canalla para presidir el gobierno… ¿Para qué sirve, entonces, tener un Rey?

martes, 22 de agosto de 2023

domingo, 20 de agosto de 2023

La esencia de la beatitud I (padre Alfonso Gálvez)



22:31 MINUTOS


Homilía pronunciada el 23 de agosto de 1982

RETRATO ROBOT del falso católico




Habla de todo.
Dialoga con todos(pero sin ánimo de evangelizar a nadie).
Tolera todo (especialmente lo intolerable).
Siempre acoge a los "migrantes", especialmente si no son cristianos.
Es "misericordioso" a su manera.
Cree que la Misa es una hermosa celebración donde la gente se reúne para cantar.
No cree en el infierno.
Y si cree, lo cree vacío.
No cree en el diablo.
Y si lo cree, lo cree inofensivo.
Argumenta que no ha habido papas antes del "buen" Papa Juan XXIII
Cree que todos los papas (afines a él) son santos e infalibles y que expresan solemnemente el magisterio, incluso estornudando.
"Nadie puede juzgar" ni siquiera las atrocidades que hay que condenar.
Se atreve a afirmar que las palabras de Jesús no están exactamente escritas en el Evangelio, porque en ese momento no había grabadora.
Se avergüenza de las cruzadas.
Cree que la Iglesia "católica" es una opción entre muchas y en todo caso no la mejor.
No considera al Vaticano II un Concilio, sino EL CONCILIO.

Y SIENDO CLARO:

¡No acepta que es dueño de la verdad!
No dialoga con aquellos que son fieles a la Tradición Católica Romana.
No tolera a los católicos demasiado convencidos por considerarlos "fariseos".
Nunca, nunca da la bienvenida a nadie que se atreva a "balbucear" sobre cosas con un sabor verdaderamente católico.
No es misericordioso con los que son fieles a la Tradición.
No soporta que la gente siga creyendo que la Santa Misa es el sacrificio de Cristo ... ¡Arruinaría la fiesta!
Sólo cree en el infierno para la mafia, los corruptos, los evasores de impuestos y los tradicionalistas.
Cree que el infierno está vacío de pecadores (¡¡Dios es misericordioso!!) pero está lleno de los que contaminan, maltratan a los animales, son mafiosos, etc. y claramente hay un grupo especial para los tradicionalistas...
Afirma que el diablo no tendrá cuernos, pero es un reparador "preconciliar"
Que el diablo sería inofensivo si no se cabreara cuando se quiere la Santa Misa en latín, la comunión de rodillas y en la lengua, la sotana y la Doctrina Católica (en fin, es un "diablo infernal" y hasta un poco al revés)
Cree que "respetar las reglas" es obligatorio, especialmente si se refieren al Covid y al clima y siempre que no se refieran a los preceptos de la Iglesia.

Roberto Buenaventura

viernes, 18 de agosto de 2023

Comentarios de monseñor Viganò a la declaraciones de Francisco a una revista española



Aldo Maria Valli (Duc in altum): Excelencia, a veces se dice motus in fine velocior (el movimiento se acelera al llegar al final) refiriéndonos a esa actitud de Francisco que apunta a liquidar lo que queda de doctrina católica y abrazar la mentalidad del mundo. Las noticias más recientes lo confirman, como otra entrevista que ha concedido. ¿Cómo lo ve V.E.?

+Carlo Maria Viganò: La Jornada Mundial de la Juventud, que este año se ha celebrado en Lisboa, confirma que el plan de Bergoglio para provocar un cisma está cobrando velocidad: sus últimos nombramientos (que como mínimo son provocadores; las cosas que han dicho los cardenales que ha nombrado últimamente, confirmando todos ellos la revolución bergogliana; la presencia de James Martin para predicar a los jóvenes la aceptación de la ideología LGTBQ; lo que dijo hace poco Bergoglio a una persona transgénero: «Dios nos quiere tal como somos, no te preocupes» (aquí). Lo único que faltaba era una entrevista en la que el argentino se confesó con un equipo de periodistas genuflexos y aduladores (aquí).

El tono adorante de la entrevista da vergüenza ajena : en alguien que afirma detestar la hipocresía y el servilismo resultaría trágico si no fuera tan grotesco. La empalagosa y lisonjera actitud de los reporteros llegó al extremo de afirmar que Bergogolio es «como un cura villero acostumbrado a tratar lo mismo con una mujer que se desvive de sol a sol para sacar adelante a su familia que con un traficante que intenta enganchar a los chavales de la barriada». Con todo, el lirismo abyecto de Vida nueva tiene la desventaja de que delata la falsa espontaneidad de las palabras del entrevistador, que de hecho las pronunció en momentos minuciosamente seleccionados, como bombas de relojería , a la espera de ver cómo estallaban.

Se deduce de la entrevista que lo que menos esperaba Bergoglio era ser elegido papa. Pero la realidad es muy diferente…

Me maravillan los talentos literarios de Bergoglio: que evoque tan teatralmente la sorpresa que se llevó con su elección no se condice con lo que sabemos que pasó en el cónclave de 2013, como ha revelado un cardenal elector que incapaz de decirlo en público. Además, al autopresentarse como un speculum totius humilitatis –espejo de toda humildad– dice que es «una víctima del Espíritu Santo y la Providencia», como achacando la desgracia de este pontificado al propio Dios, en vez de a los tejemanejes de la iglesia en las sombras mediante la mafia de San Galo y del estado en las sombras con los correos entre John Podestà y Hilary Clinton.

Veamos, pues, cuáles son las bombas.

Primera bomba: «El Sínodo fue el sueño de Pablo VI. Cuando terminó el Concilio Vaticano II, se dio cuenta de que la Iglesia en Occidente había perdido la dimensión sinodal». Estas palabras confirman el carácter subversivo de la colegialidad del Concilio para contrarrestar el primado petrino solemne e infaliblemente proclamado por el beato Pío IX en el Concilio Vaticano I. Nos enteramos así de que la colegialidad episcopal teorizada por los innovadores en Lumen Gentium tuvo que servirse del sínodo de obispos al modo de un parlamento, siguiendo el modelo de las fórmulas civiles de gobierno. En esencia, la colegialidad consistió en la aplicación en el ámbito eclesiástico del principio masónico difundido por la Revolución Francesa para derrocar las monarquías católicas. «Se trata de andar adelante para recuperar esa dimensión sinodal que la Iglesia oriental tiene y nosotros perdimos», afirmó Bergoglio. Pero esa dimensión sinodal no es sino una expresión de la jerga modernista que se utiliza para disimular su verdadera intención de derrocar el Papado en tanto que autoridad monárquica. Es un ataque contra la institución divina de la Iglesia perpetrado por aquél que precisamente tendría que defenderla de los herejes. Asistimos a la demolición de la suprema autoridad magisterial y gobernativa del Romano Pontífice, que es el vínculo de la unidad católica, y la está realizando nada menos que quien ocupa la Silla de San Pedro, que actúa y es obedecido en virtud de la autoridad que se le reconoce al Sumo Pontífice. Es como si el capitán de los bomberos ordenara a sus subalternos que derramaran gasolina en los arbustos y les prendieran fuego, después de vaciar los camiones tanque y despilfarrar el suministro de agua.

Se habla también del sínodo de 2001.

Sí. En la preocupante serie de reformulaciones bergoglianas de la realidad se evoca también el sínodo de 2001: «Entonces, el cardenal encargado de la coordinación venía, revisaba los papeles y empezaba a decir: “Esto no se vota… Esto, tampoco”. Yo le respondía: “Eminencia, esto salió de los grupos…”». Y el ingenuo reacciona pensando: «Qué bueno es Bergoglio: quiere que los católicos de a pie les digan a los obispos cuáles son sus verdaderos problemas, y bla bla bla…», para descubrir más tarde que lo que había salido de los grupos ya había sido presentado como tal. Ni más ni menos que como se hizo en aquel disparate del Sínodo de las Familias de 2015, en el que los documentos ya estaban preparados de antemano por la camarilla de Bergoglio y contaban con su aprobación previa. Y es más patente todavía ahora con el Sínodo de la Sinodalidad, para el que los cuestionarios enviados a las diócesis, parroquias y grupos diversos estaba redactado de tal forma que excluía ciertas preguntas y encaminaba las respuestas en una dirección previamente buscada. Cuando Bergoglio dice tranquilizadoramente: «Pero se ‘purificaban’ las cosas. Hemos ido avanzando y, hoy día, se vota y se escucha todo», hay que entender que los obstáculos que antes suponían la Congregación para la Doctrina de la Fe y otras similares han sido ya eliminados mediante el nombramiento de herejes perfectamente alineados y con la supresión de todo papel de coordinación de la Curia Romana en beneficio de las iglesias nacionales y conferencias episcopales, todas las cuales están ocupadas por herejes y corruptos al servicio de Santa Marta.

«Tenemos también el ejemplo del Sínodo de la Familia. Desde fuera se nos impuso como gran tema la comunión a los divorciados. En este caso, se dio aquello de la psicología de la onda, que buscaba expandirse. Pero, afortunadamente, el resultado fue mucho más allá… mucho más allá». Tanto ha ido más allá, diría yo, que ha provocado la protesta formal de algunos cardenales y de numerosos prelados, sacerdotes, religiosos y teólogos, en vista de cómo nos estamos alejando de la doctrina tradicional en cuestiones como adulterio, concubinato público y familia. No olvidemos el delito cometido por los que algunos secuaces de Bergoglio sustrajeron de los buzones de correo de los padres del Sínodo el libro sobre los errores de Amoris laetitia, en el que se denunciaban la interferencia de los progres en el desarrollo del Sínodo.

Incluso en regiones donde las diferencias de fieles y pastores contra el actual régimen vaticano es mayor, como por ejemplo en África, se han confiado puestos clave de autoridad a individuos que cuentan con el apoyo de Bergoglio, aunque sean los menos indicados para ocupar ciertas posiciones de máxima autoridad.

Se puede decir, pues, que una afirmación como «en el Sínodo, el protagonista es el Espíritu Santo» contribuye a arropar con un manto de autoridad las decisiones de Jorge Mario, que no tienen lo más mínimo de divino. Al contrario, demuestran ser intrínsecamente contrarias al magisterio católico.

Se habla también del Concilio Vaticano III...

En efecto, un reportero de Vida nueva pregunta provocadoramente: «Este Sínodo de la Sinodalidad parece que lo abarca todo: desde propuestas para una renovación litúrgica a la necesidad de comunidades más evangelizadoras, pasando por una verdadera opción preferencial por los pobres, un compromiso real en materia de ecología integral, la acogida a los colectivos LGTBI… ¿Se planteó en algún momento darle forma de Concilio Vaticano III?» La mera hipótesis de que un sínodo pueda abordar cuestiones tan delicadas como reforma litúrgicas y la evangelización pone los pelos de punta. Cosas como «una verdadera opción preferencial por los pobres, un compromiso real en materia de ecología integral, la acogida a los colectivos LGTBI». Pues son precisamente esos temas los que se están debatiendo estos días en la JMJ 2023, con el adoctrinamiento criminal de miles de jóvenes, hablándoles de supuestas emergencias ecológicas e ideología woke. Y esas mismas cuestiones, obsesivamente repetidas por los medios, en los colegios, en los puestos de trabajo y en la política, son las mismas de la Agenda 2030 y el Gran Reinicio, las cuales son ontológicamente incompatibles con la religión católica, por ser intrínsecamente anticrísticas y anticristianas.

Bergoglio da una respuesta inquietante: «No está madura la cosa para un Concilio Vaticano III. Y tampoco es necesario en este momento, puesto que no se ha puesto todavía en marcha el Vaticano II. Este fue muy arriesgado y hay que ponerlo en marcha. Pero siempre está ese miedo que a todos se nos contagió, escondidamente, por parte de los “viejos católicos” que, ya en el Vaticano I, se decían depositarios de la verdadera fe».

¿Cuál es la finalidad última?

Hemos entendido que lo que ante todo se propone Bergoglio es sembrar cizaña y destruir. Siempre ha tenido el mismo modus operandi. Empieza por provocar un debate artificial sobre temas que no son objeto de controversia en la Iglesia porque ya están definidos por el Magisterio. Enfrenta a los progres y los conservadores. Como ya expliqué, los católicos tradicionalistas llevan mucho tiempo sin dejarse arrastrar por los delirios de la neoiglesia, y hacen bien. Luego se ocupa de que su objetivo –ya sea una novedad doctrinal, moral, disciplinaria o litúrgica– lo proponga un mediador aparentemente neutral que se presenta como un conciliador que trata de poner de acuerdo a ambos bandos, cuando en realidad favorece a los progresistas. Entonces Bergoglio, desde arriba, fingiendo que hasta ese momento no tenía noticia de que había una cuestión que aclarar y que requiere una definición autorizada, impone una solución en apariencia menos radical que lo que pedían los progres pero que sigue siendo inadmisible para los católicos, que en esas circunstancias se ven obligados a desobedecer. Automáticamente esa desobediencia es calificada de herejía o cisma, para lo cual no tiene más que evocar los errores de los veterocatólicos que rechazaban el Concilio Vaticano I.

Y ahí es donde estriba la más pérfida de las imposturas: Bergoglio trivializa las desviaciones doctrinales de los veterocatólicos diciendo de modo simplista que se consideraban depositarios de la verdadera fe, cosa que han afirmado de sí mismos todos los heresiarcas, cuando los veterocatólicos demostraron que tenían más herejías en común con la iglesia bergogliana que con los tradicionalistas, empezando por el sacerdocio femenino. Parece mentira que Bergoglio no se acuerde de que las disputas doctrinales de los veterocatólicos comenzaron mucho antes del Concilio Vaticano I, por cuestiones relativas a nombramientos episcopales en Holanda, y que no tardaron en manifestar su afinidad con los modernistas, tanto por adherirse al movimiento ecuménico protestante –que había sido firmemente condenado por la Iglesia Católica– como por teorizar el regreso a la fe de la Iglesia unida del primer milenio, tema tan querido para partidarios del Concilio Vaticano II.

Entendemos por consiguiente que la identificación de un enemigo –en este caso los rígidos, es decir los católicos fieles al Magisterio inmutable– es el corolario de la deificación de la revolución en la Iglesia. El Sínodo es presentado como obra del Espíritu Santo y Bergoglio como una víctima de la Providencia. Por lo tanto, o aceptamos la apostasía como voluntad de Dios –lo cual es absurdo, además de blasfemo– o terminan ipso facto contándonos entre los enemigos de Bergoglio, y nos ganamos por ese solo motivo la condenación reservada a los herejes y cismáticos. Curiosa manera de entender la parresia (franqueza) y la inclusividad en la iglesia de la misericordia.

En la entrevista se habla también de los rígidos, que no le hacen ninguna gracia al Papa-

«Francisco no es, en modo alguno, ajeno a las resistencias a la reforma que tiene entre manos», comenta un periodista. Y cita las palabras de «un cura que tiene un pie en la Curia y otro en su diócesis”: “Me preocupa la rigidez de los curas jóvenes”», concluye Bergoglio. ¡Por supuesto!

Los lectores se tranquilizan, sorprendidos de que Bergoglio no haya soltado todavía una de sus peroratas contra los sacerdotes, no diré ya tradicionales, sino vagamente conservadores. Desde el primer día de su pontificad,o esos sacerdotes rígidos han sido precisamente el blanco de sus inigualados insultos y desprecios. La provocación de los sacerdotes que huelen a oveja –y que también visten pantalón vaquero y zapatillas deportivas– brinda una oportunidad magnífica a este actor, que la aprovecha sin falta y se apresura a responder:

«Reaccionan así porque tienen miedo ante un tiempo de inseguridad que estamos viviendo, y ese miedo no les deja andar. Hay que quitarles este temor y ayudarles». Esta táctica psicoanalítica nos deja ciertamente perplejos, y delata un deseo de reprogramar a los sacerdotes, que con razón andan preocupados en un tiempo de inseguridad que se prolonga desde hace sesenta años para llevarlos a aceptar las innovaciones y desviaciones conciliares. Pero las palabras de farisaica comprensión se convierten de pronto en insinuaciones y acusaciones: «Por otro lado, esa coraza esconde mucha podredumbre. Ya he tenido que intervenir algunas diócesis de varios países con unos parámetros parecidos. Detrás de ese tradicionalismo, hemos descubierto problemas morales y vicios graves, dobles vidas. Todos sabemos de obispos que, como necesitaban curas, han echado mano de personas a las que habían echado de otros seminarios por inmorales».

Es increíble la determinación de Bergoglio para erradicar el pecado nefando en los seminarios conservadores, y luego no querer reconocerlo ni ante las denuncias de las víctimas del depredador en serie McCarrick, el abusador de seminaristas y jóvenes sacerdotes, así como la mafia rosa de sus secuaces, que han sido creado cardenales y colocados en puestos diversos en los dicasterios romanos. Y no parece que este nuevo Pedro Damián de Santa Marta considere merecedor de sus diatribas al ex jesuita Rupnik, a quien revocó la excomunión de que había sido objeto por los gravísimos delitos e innombrables sacrilegios con que se había mancillado. Si alguien espera ver a Rupnik encerrado en una celda del castillo Sant’Angelo, antes lo verá cubierto con el capelo cardenalicio.

¿No se explicará mejor la tolerancia de Bergoglio hacia sus protegidos –entre los cuales figura una larga lista de compañeros jesuitas, unidos por la herejía en lo doctrinal y por la sodomía en lo moral– por el hecho de que cuando era maestro de novicios el argentino se comportaba igual que el ex arzobispo de Washington? Qui legit intelligat.

Olvidemos lo que dijo Nuestro Señor en los Evangelios, «¡Bien! siervo bueno y fiel; en lo poco has sido fiel» (Mt 25:21), y escuchemos en su lugar a la víctima del Espíritu Santo: «La rigidez no me gusta porque es un mal síntoma de vida interior. El pastor no puede darse el lujo de ser rígido.[…] Alguien me dijo hace poco que la rigidez de los sacerdotes jóvenes brota porque están cansados del actual relativismo, pero no siempre es así». Aquí vemos replanteado el típico lugar común de los anticlericales del siglo XIX: quienes en apariencia son virtuosos ocultan vicios impuros, en tanto que los que parecen viciosos e inmorales son en realidad buenos y hay que aceptarlos.

Seguidamente habla de las beatas imeldas –sospecho que se refiere a la beata Imelda Lambertini, monja dominica que falleció tras recibir milagrosamente la Santísima Eucaristía que le llevaron los ángeles–; o sea, los sacerdotes de un modelo irreal e irreverente de religiosidad que se comportan cual monjas ostentosas y ponen cara de santito, en contraste con los «seminaristas normales, con sus problemas, que jueguen al fútbol y no vayan a los barrios a dogmatizar». Mejor ser un buen laico que un mal cura, como decían con menos hipocresía los comecuras de otros tiempos, que sabían de sobra que la paradoja servía para estigmatizar a la mayoría de los buenos en vez de la mayoría de los malos.

Las observaciones de los redactores de Vida nueva resultan inquietantes: «Una vez ordenados esos sacerdotes identificados como “rígidos”, ¿cómo se les acompaña para que se sumen al Vaticano II? Porque, en el fondo, sufren por no ser capaces de acoger lo que viene».

En efecto, es como si alguien del Comité Central del Partido Comunista Chino dijera: ¿Cómo vamos a reprogramar a estos curas para obligarlos a aceptar las innovaciones conciliares? Mediante chantajes, autoritarismos, intimidaciones y, sobre todo, haciéndoles ver lo que les pasa a los inflexibles. Hay que ablandarlos: «Hay gente que vive atrapada en un manual de teología, incapaz de meterse en los problemas y hacer que la teología vaya adelante»». Como dice Bergoglio, hoy en día para meterse en problemas no hay que ser hereje ni corrupto, sino fiel al Magisterio, vivir »atrapado en un manual de teología». Y concluye con una de sus perlas de sabiduría: «La teología estancada me hace recordar eso de que el agua estancada es la primera que se corrompe, y la teología estancada crea corrupción». Cabe señalar que ese estancamiento teológico es en realidad característico de los innovadores: llevan medio siglo apegados a las afirmaciones heterodoxas de los protestantes de principios del siglo XX, a la ideología social de la opción preferencial por los pobres de los años setenta, y son incapaces de entender que la vitalidad de la revelación católica es muy diferente de la revolución permanente impuesta por el Concilio.

La solución propuesta por Bergoglio va por el camino de secularizar los institutos de formación clerical: «Tenemos que hacer hincapié en una formación humanística. Abrámonos a un horizonte cultural universal que los humanice. Los seminarios no pueden ser cocinas ideológicas. Los seminarios están para formar pastores, no ideólogos. El problema de los seminarios es serio».

Recordemos que las disciplinas humanísticas son las humanæ res et litteræ, las humanidades, con las que no tiene nada que ver la humanización de una formación secular y universal. Huelga decir que si un seminario no proporciona una formación intelectual y doctrinal –que Bergoglio se apresura a calificar de cocinas ideológicas–, los nuevos sacerdotes no tendrán nada que enseñar al mundo, y se volverán por tanto inútiles y superfluos.

Una vez más, Bergoglio denuncia la conducta de otros como reprensible en el mismo momento preciso en que él adopta esa misma conducta. En cuanto a la necesidad de privilegiar la relación del obispo con su grey, no se da cuenta de sus palabras suenan como una burla cuando dice: «Ya están viendo que en los nuevos nombramientos de obispos, no sólo en España, sino en todo el mundo, estoy aplicando un criterio general: una vez que un obispo es residencial y está destinado, ya está casado con esa diócesis. Si mira otra [si espera que lo destinen a otra], es adulterio episcopal. Quien busca un ascenso, comete adulterio episcopal». Sin embargo, obispos que son queridos por sus fieles, como Joseph Strickland en Texas, son objeto de intimidaciones y visitas apostólicas, con vistas a destituirlos, o los obliga a dimitir. Se da por otra parte la paradoja de que quien más comete adulterio espiritual es el propio Bergoglio, con su obsesión de homologar el episcopado a sus subversivos planes nombrando ia ndividuos corruptos para las sedes más importantes: Cupich, Gregory, Tobin, McElroy, Tagle, Hollerich, Greg, Zuppi, etc.,etc., etc.

En la multitudinaria entrevista se trata también el tema de la iniciativa verde.

Así es, inevitablemente: «Para noviembre, antes de que se celebre la Cumbre del Clima de Naciones Unidas en Dubai, estamos organizando un encuentro por la paz con los dirigentes religiosos en Abu Dabi. El cardenal Pietro Parolin está coordinando esta iniciativa, que busca hacerse fuera del Vaticano, en un territorio neutral que invite al encuentro de todos». Y es que, como hemos llegado a entender, lo más importante es el encuentro, caminar juntos, «en territorio neutral», aunque el camino conduzca al abismo. Pero sabemos muy bien que neutral quiere decir ostensiblemente no católico, que no queda lugar para Nuestro Señor. El afán que tiene Bergoglio de participar en todo acto que sea abiertamente hostil a Cristo debería bastar para hacernos entender que es totalmente extraño, ajeno, incompatible con el cargo que ejerce, algo heterogéneo. Manifiesta piedad hacia todos menos los católicos, en particular con los sacerdotes, porque son los que tienen potestad para ofrecer el Santo Sacrificio a la Divina Majestad y derramar sobre la Iglesia infinitas gracias que ponen trabas a los planes de los agentes de iniquidad.

¿Que prevé a corto plazo?

Dispongámonos a ver una serie in crescendo de provocaciones inauditas. Pero preparémonos también para el despertar de las conciencias, sobre todo entre los fieles y el clero pero, quiéralo Dios, también de algunos obispos ante semejantes barbaridades, que defiendan la Iglesia de Cristo. Muy pronto veremos a nuestro lado a personas valerosas, honradas y buenas que no podrán seguir tolerando los desvaríos de una secta de herejes sin fe, esperanza ni caridad.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Artículo original)