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sábado, 21 de julio de 2018

Famoso filósofo impactado por la deslealtad del cardenal de Viena, Christoph Schönborn ... y otras noticias de Gloria TV


Rebelión alemana sobre la comunión para los protestantes: la tierra se abre



Apenas acabó de decir todas estas palabras, cuando el suelo debajo de ellos se hendió, y la tierra abrió su boca tragándolos a ellos, sus casas y todos los partidarios de Coré, con todos sus bienes. Descendieron vivos al scheol con todo lo que tenían, y los cubrió la tierra. Así perecieron de en medio del pueblo. Y todo Israel que estaba en derredor de ellos, huyó al oír sus alaridos; porque decían: “No sea que nos trague la tierra.” También contra los doscientos cincuenta hombres que habían ofrecido el incienso, salió un fuego de Yahvé y los devoró(Números 16:31-35)

Otra vez más, en este pontificado, el tesoro más sagrado de la Iglesia, el Santísimo Sacramento del Altar, se convierte en un objeto de rebelión y división. Primero fue, por supuesto, la falsa controversia sobre la comunión para los adúlteros (los católicos “vueltos a casar”).

Ahora, después de varias negaciones de Roma pero una clara autorización concedida informalmente por Francisco en otra entrevista al regresar de Ginebra a Roma la semana pasada, el primer obispo alemán ha dado finalmente una autorización expresa para que la comunión se ofrezca con regularidad a los protestantes casados con católicos.

En la página de la agencia de noticias EWTN en alemán, está la noticia de que el arzobispo de Paderborn, Hans-Joseph Becker, ha dado plena autorización para la distribución de la sagrada comunión a esposos protestantes: La excusa brindada es que esto se hará “en casos individuales” y no como “norma general”. 

¡No se dejen engañar! Esta es una simple pantalla retórica, una treta para desinformar, son noticias falsas generadas por el arzobispo: lo que importa es que, incluso en estos “casos individuales”, la comunión se ofrecerá con regularidad.

Pero esto no es lo que dice el canon 844 del Código de Derecho Canónico, el cual SÓLO prevé esto ante el “peligro de muerte” u otra “necesidad grave” y sólo cuando profesen la fe católica y estén bien dispuestos – básicamente, en una situación muy urgente en la que los pasos formales para la conversión no son posibles ante un rápido desenlace de la situación personal del no católico. 

Sin duda no es el caso del cónyuge luterano de una persona católica que quiere recibir la comunión regularmente: la respuesta para este cónyuge es que, si está dispuesto, renuncie a su fe anterior y entre en la Iglesia Católica.

Este es un tiempo de sacrilegio, apostasía, cisma, es el tiempo de la rebelión de Coré conducida por miembros de la propia jerarquía en Alemania: Apartaos de las tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis cosa alguna de ellos, para que no seáis envueltos en todos sus pecados.” (Números 16:26) 

Esta rebelión ha sido provocada por la confusión y las declaraciones ambiguas de un Sumo Pontífice que sólo debiera brindar claridad y certeza.

¡Parce, Domine, parce populo tuo!

jueves, 19 de julio de 2018

"Humanae vitae". Así ha nacido y ¡ay de quien la toque! (Sandro Magister)


*
El ajetreo en curso para demoler la "Humanae vitae" –la encíclica de Pablo VI, de 1968, que ha dicho no a los anticonceptivos artificiales–, ha encontrado en estos días un inesperado contratiempo en un libro que reconstruye la génesis de aquél texto, gracias al acceso, por primera vez, a los documentos secretos que le conciernen; acceso autorizado en persona por el Papa Francisco:
El contratiempo es tanto más serio en cuanto que los promotores de un "cambio de paradigma", es decir, de una liberalización de los anticonceptivos –desde el cardenal Walter Kasper al teólogo Maurizio Chiodi, autor de la ya célebre conferencia en la Pontificia Universidad Gregoriana que ha desencadenado la campaña, con la aparente aprobación del Papa Francisco–, se esperaban precisamente de este libro no un obstáculo, sino un posterior apoyo a sus tesis.
De hecho, el autor del libro ha sido coordinador de un grupo de estudio constituido hace más de un año en el Vaticano, precisamente en el clima de una revisión de la "Humanae vitae". Además de Marengo, el grupo lo componían el teólogo Pierangelo Sequeri, nombrado por el Papa presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para las ciencias del matrimonio y de la familia, Angelo Maffeis del Instituto Paolo VI de Brescia y el histórico Philippe Chenaux, de la Pontificia Universidad Lateranense.
La institución del grupo de estudio había sido saludada con mucho fervor por los promotores de la "superación" de la enseñanza de la "Humanae vitae", dado que había sido lanzada precisamente por uno de ellos, monseñor Vincenzo Paglia, muy cercano al Papa Francisco, presidente de la Pontificia Academia para la Vida y Gran Canciller del Instituto Juan Pablo II. El pasado 8 de marzo, el periódico de la Conferencia Episcopal Italiana "Avvenire" –también plenamente alineado con los innovadores– había llegado a pronosticar "resultados sorprendentes por los estudios autorizados por la Pontificia Academia para la Vida", respecto a la génesis y, consiguientemente, también a la interpretación en términos más liberales de la "Humanae vitae".
Pero mientras tanto, el 9 de mayo, a los innovadores les ha llegado una primera desilusión del miembro más acreditado del grupo de estudio, Sequeri, que en una docta conferencia sobre la "Humanae vitae" en la Universidad Católica de Milán, ha vuelto a confirmar como "injustificable la práctica que procura e impone una esterilización artificial del acto conyugal":
Pero ahora, después de la salida del libro de Marengo, de la desilusión se ha pasado a la consternación. Porque el libro contradice con la fuerza de los hechos justo las tesis más queridas por los promotores del cambio.
De hecho, basta leer sólo la síntesis que Andrea Tornielli ha dado del libro en Vatican Insider –fuente no sospechosa dada su proximidad al Papa Francisco–, para entender cómo ha fracasado sustancialmente el cálculo de exhibir, de entre los papeles secretos de la preparación de la encíclica de Pablo VI, algún asidero que permita redimensionar su enseñanza.
Por ejemplo, es verdad que Pablo VI hizo reescribir a los futuros cardenales Jacques-Paul Martin e Paul Poupard, en la época funcionarios de la secretaría de Estado, el primer borrador de la encíclica, escrita por el entonces teólogo de la Casa Pontificia y también él futuro cardenal Mario Luigi Ciappi. Pero en ambos borradores los contenidos doctrinales eran los mismos, aunque formulados diversamente. Y tampoco el segundo borrador satisfizo a Pablo VI, hasta el punto que lo adaptó de nuevo para remover lo que le parecían ambigüedades, con correcciones de su propia mano o de su teólogo de confianza, el milanés Carlo Colombo.
Los hechos también desmienten que Pablo VI haya descuidado, en la preparación de la encíclica, las exigencias de sinodalidad y de colegialidad, hoy tan ensalzadas –paradójicamente– durante uno de los pontificados más monocráticos de la historia.
En 1967, el año precedente a su publicación, Pablo VI pidió a los casi doscientos padres sinodales reunidos en Roma para la primera asamblea ordinaria del Sínodo de los obispos, que le entregaran su opinión de manera reservada. Le respondieron 26, cuyas opiniones se encuentran en el libro; entre los que se decantaron por el no a los anticonceptivos artificiales había un futuro Papa y santo, Karol Wojtyla, y el entonces popularísimo obispo americano Fulton Sheen, un predicador de gran temple, también él en camino hacia los altares. Wojtyla, arzobispo de Cracovia en esa época, en sus apuntes entregados a Pablo VI anticipó las profundizaciones de la enseñanza de la "Humanae vitae" a las que después, como Papa, habría dado curso.
Entre los favorables a admitir los anticonceptivos había algunos cardenales y obispos destacados en el campo progresista, desde Suenens a Döpfner y a Léger. También en la importante comisión de estudio constituida por Juan XXIII, y después potenciada por su sucesor, los favorables eran más que los contrarios. Pero según el libro de Marengo, resulta también confirmado que Pablo VI "examinó con muchísima atención" sus posturas y las rechazó –como escribió después en el prólogo de la encíclica– sólo porque había reconocido en ellas "algunos criterios de soluciones que se separaban de la doctrina moral sobre el matrimonio propuesta por el Magisterio de la Iglesia con constante firmeza".
Con otras palabras, del libro se deduce que Pablo VI, lejos de vacilar y dudar hasta lo último, ejerció "en virtud del mandato que Cristo nos confió" precisamente ese "discernimiento" que hoy se exalta tanto y que, en ese mismo año 1968, le llevó a volver a confirmar solemnemente las verdades fundamentales de la fe católica contra las dudas difusas, con la proclamación pública de lo que definió el "Credo del Pueblo de Dios".
Como es sabido, la "Humanae vitae" fue inmediatamente sometida a una onda masiva de contestaciones, incluso por parte de importantes sectores de la jerarquía. Pero Pablo VI nunca retrocedió ni un solo paso. Al contrario, la consideró siempre uno de los puntos más altos de su misión de sucesor de Pedro. En su última homilía pública, en la fiesta de los santos Pedro y Pablo de 1978, al resumir su pontificado indicó sus actos más significativos precisamente en la "Humanae vitae" y en el "Credo del Pueblo de Dios".
A los partidarios de una revisión de la "Humanae vitae" no les queda más que insistir –como están haciendo– diciendo que su enseñanza no es "ni infalible ni irreformable", como efectivamente declaró, en la época de su publicación, un teólogo de primer plano de la Pontificia Universidad Laterananse, Ferdinando Lambruschini, que según la opinión corriente, se expresó de tal forma por petición directa del Papa.
El hecho es que, inmediatamente después de aquellas declaraciones, Lambruschini fue apartado de la enseñanza, nombrado arzobispo de Perugia y sustituido, en la Lateranense, por un teólogo moralista de extremo rigor, Ermenegildo Lio.
Por no decir que, planteada así, la cuestión parece más bien impropia, ya que la "Humanae vitae" no contiene proclamación alguna de un dogma de fe, por lo que la encíclica no configura un "magisterio definitorio", sino más bien un "magisterio definitivo", es decir, la reafirmación de una enseñanza constante en la historia de la Iglesia, como confirmó solemnemente Juan Pablo II, sucesor de Pablo VI, en un memorable discurso en el vigésimo aniversario de la encíclica:
Sandro Magister

Tres cosas que me gustaría decir al Sínodo de la Juventud – por el maestro Aurelio Porfiri



No son muchos los que pueden saber esto, pero en el pasado he participado en muchos sínodos vaticanos.

No, nunca fui un padre sinodal, pero fui el organista que acompañó a los Padres sinodales durante la Hora de Tercia. Nunca tuve la oportunidad de intervenir en estos encuentros, y dado lo que he estado escribiendo desde hace algunos años hasta ahora, supongo que no estaré invitado a hacerlo en el futuro.

Ahora que estoy entrando en la etapa de la madurez, tengo algo que decir respecto al próximo Sínodo de la Juventud, al menos 
en tres cosas. Y puesto que no puedo expresarme durante el sínodo, lo haré aquí.

(1) Jóvenes, no absoluticen su juventud. Es algo pasajero, un tiempo de maduración hacia la edad adulta. Los que elogian a la juventud por sí misma o bien son cínicos o son viejos. Por eso no puedo soportar las “misas juveniles”. Las Misas son para todos, no sólo para un segmento del Pueblo de Dios.

(2) Jóvenes, recuerden que el Papa les dice que sean protagonistas de su historia. No acepten pasivamente lo que los discursos dominantes les hacen creer, incluyendo algunos discursos presentes en nuestra Santa Madre Iglesia. Pidan a la Iglesia que desafíe al mundo, que le haga preguntas, si es necesario, que no se disuelva en el abrazo mortal del mundo.

(3) Jóvenes, experimenten la Tradición. No digo el “tradicionalismo”, sino la Tradición, los tesoros del arte, de la belleza, de la espiritualidad, de la oración y de la cultura que nuestros padres nos han transmitido. Recuerden que los que abrazan la Tradición ven más lejos. Veo cómo mi vida terrenal se vuelve más breve cada día. Ustedes son mi esperanza, ustedes son las piernas que continuarán lo que ustedes y yo hemos recibido.

miércoles, 18 de julio de 2018

Un sacerdote italiano propone convertir las iglesias en refugios para ilegales (Carlos Esteban)



Hablábamos el otro día de la conferencia que se prepara a vuelta de verano sobre el destino de los lugares de culto que han dejado de serlo, iglesias que -en alto número en la Europa rápidamente descristianizada- se convierten a veces en centros comerciales, garajes e incluso discotecas.

Pero no es siempre necesario que las iglesias pierdan su titularidad católica para que el culto quede, como mucho, como una actividad residual y accesoria.

El órgano de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire, entrevista en su último número al sacerdote comboniano Alex Zanotelli, uno de los ‘activistas’ que mantiene un ayuno-protesta contra el ‘dictador Salvini’ y su postura antiinmigracionista y que quiere que los templos católicos se conviertan en refugios para los recién llegados de las costas africanas.

Sí, es una mejora con respecto a las palabras del obispo emérito de Caserta, que se mostraba partidario de convertir todas las iglesias católicas en mezquitas, si eso podía ayudar a los ‘refugiados’, aunque nadie entienda bien cómo.
“Propongo a la Iglesia italiana seguir el ejemplo estadounidense y convertirse en ‘sanctuary’, refugio para quien está destinado a ser deportado de vuelta a países donde se arriesgan a morir”, declara el sacerdote a Avvenire. “Se trata de albergar dentro de los edificios sagrados a inmigrantes clandestinos, darles una ‘zona franca’, con el fin de que la policía no pueda arrestarles”.
Es curiosa esta confianza, digamos de pasada, en la inviolabilidad de los espacios sacros para la policía de un Estado laico, en un país tan afectado por la creciente secularización como cualquiera en el Occidente europeo. ‘Acogerse a sagrado’ era, sí, una vieja tradición europea, pero de cuando Europa era universal y oficialmente cristiana y, sobre todo, de cuando el centro de la vida cristiana estaba en la adoración más que en las periferias. Era entonces el catolicismo más una ‘Iglesia de entrada’ que de salida, a diferencia de ésta, caracterizada por la cantidad de cristianos que salen de ella cada año.

Pero igual que en su ayuno, Zanotelli y los suyos subrayan su condición de ayunantes, en lugar de perfumarse la cabeza y lavarse la cara como aconseja el Evangelio, también en esta propuesta se refleja esa hipócrita política de signos y poses que la realidad derriba de un soplido.

¿Convertir las iglesias en albergue de clandestinos? Ahí tiene el APSA, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica sus más de 5.000 propiedades inmobiliarias repartidas, sobre todo, por Italia. Hace poco que tiene un nuevo administrador, el ex secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, Nunzio Galantino, tan conmovido con la condición de los refugiados como el que más, a juzgar por sus constantes declaraciones en este sentido.

Pero eso sería vertiginosamente real, ¿verdad? Que la Iglesia sea realmente ‘pobre’,  como ha repetido el Santo Padre y dicen desear con él los clérigos con intenciones de ascender en la jerarquía, está al alcance de Galantino, que puede deshacerse de ese multimillonario patrimonio y cederlo a los refugiados con una firma. Pero mejor nos quedamos con los gestos, o cedemos las iglesias a las que, total, solo acude un puñado de cristianos sospechosos de rigidez, ese pecado del que debemos siempre guardarnos.

Este eclipse del culto, sin embargo, quizá fuera preferible a la profanación de la Santa Misa por quienes tienen la sagrada responsabilidad de celebrarla. Es el caso, por poner un ejemplo de ayer mismo, del padre Fabian Ploneczka, de la diócesis alemana de Augsburgo, en cuya primera misa, recién ordenado, bailó un joven en taparrabos y el nuevo cura habló en la homilía del “erotismo de la fe” y aconsejó un “amor sensual por Jesús”.


Para eso, sí, mejor refugios.

Carlos Esteban

Noticias varias del 17 de julio de 2018

ONE PETER FIVE

Dialogue or Disassociation: What to Do with Heretics and Public Sinners in the Church

Martín Lutero en la Dieta de Worms

EL ORIENTE EN LLAMAS



GLORIA TV


IOTA UNUM

Los santos que vienen (I)  (Capitán Ryder)


INFOCATÓLICA

El pueblo argentino está en contra de la legalización del aborto


A Mordor en tren



LIFE SITE NEWS

Papa elogia directrices de Lisboa que permiten la comunión a los divorciados vueltos a casar


ONE PETER FIVE

Un veterano periodista católico afirma que "Todos los obispos involucrados en escándalos de abusos sexuales deben renunciar"


LA  NUOVA BUSSOLA QUOTIDIANA

El año cero de las vocaciones. La esperanza es la tradición


KATHOLISCHES

Declaración ecuménica Anglicana-Católica




Selección por José Martí

martes, 17 de julio de 2018

‘Castigan’ a un sacerdote irlandés tras dar una homilía provida (Carlos Esteban) [breve comentario al final]



Bruscamente y sin previo aviso, el padre James E. Larkin, de la parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en Clonskeagh, ha sido obligado a abandonar su iglesia para ocuparse de la capellanía de las Hermanas de Loreto en Rathfarnham por su obispo, Diarmuid Martin, tras dar una homilía contra el aborto que molestó a algunos de sus parroquianos, informa Church Militant.

El inesperado traslado es, según fuentes consultadas por la web de información católica, resultado directo de la homilía que pronunció Larkin después del referéndum que el pasado mayo llevó a la derogación de la Octava Enmienda de la Constitución, que protegía expresamente la vida del no nacido.

Larkin recordó a sus feligreses que votar a favor de la matanza legal de niños es un grave pecado que exige el arrepentimiento y la confesión. De hecho, pidió a la congregación que consideraran acercarse al confesionario antes de comulgar si habían votado ‘Sí’.

La rapidez y la injusticia percibida del traslado han entristecido a numerosos parroquianos. La parroquia, por su parte, no ha querido comentar la noticia salvo para confirmarla, añadiendo sólo que el Padre Larkin era “un sacerdote preconciliar”.

El pasado 13 de julio, Larkin dio su última misa en la parroquia, ocasión en la que leyó a sus feligreses la carta en la que Monseñor Martin le ordenaba el traslado con efecto inmediato, prohibiéndole dar más misas públicas o mantener el contacto con sus antiguos feligreses.
En el episcopado se refieren a una simple forma de jubilación, aunque no comentan sobre lo súbito de la orden. Martin ha mantenido un empecinado silencio sobre el hecho de que, en un país en el que una abrumadora mayoría se confiesa aún católica, dos tercios hayan apoyado el derecho de las madres a eliminar a sus hijos no nacidos.

Martin será el anfitrión del Encuentro Mundial de las Familias de este agosto, en el que una de las estrellas invitadas será el jesuita Padre James Martin, famoso por su proximidad a los grupos LGBTI.

Carlos Esteban 

COMENTARIO

Vivir para ver. Esto es algo insólito y demuestra hasta qué punto el diablo se ha infiltrado en la Iglesia, tanto en las altas Jerarquías como en el pueblo llano. Una auténtica pena y una gran tristeza ... humanamente hablando. 

Pido por este valiente sacerdote, que no se ha arredrado de decir la verdad, aunque ello le haya costado el ser despedido 'ipso facto' de su parroquia, de un modo contundente y sin explicaciones ... y no por los "enemigos" de la Iglesia sino por su propio obispo, falso pastor que confunde a sus ovejas y abusa de su "poder". 

En realidad de verdad, me da más pena este señor obispo que el sacerdote. Éste ha actuado así cumpliendo su misión y actuando conforme a  la voluntad de Dios, pues "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres". No así su obispo, que tendrá que rendir cuentas a Dios por esta injusticia.

José Martí

Arzobispo Scicluna corta la rama de Amoris Laetitia en la que está sentado

GLORIA TV


“Si su superior le dice a usted que torture a un prisionero, usted tiene la obligación de no obedecer, porque hay principios que son superiores a la autoridad de su superior legítimo”
Esto dijo el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, a los policías, según la página web TimesOfMalta.com (aquí)

Scicluna pronunció estas palabras durante una Misa celebrada el sábado y “presidida” especialmente para fortalecer la aplicación de la ley.

Pero Scicluna no quiere que sus sacerdotes se comporten según los principios que él recomienda a otros, sino que más bien espera implementarlos ciegamente en las herejías contenidas en Amoris Laetitia.

En consecuencia, el usuario de Twitter “Stat Crux” le respondió rápidamente a Scicluna:

“Si su superior le dice a usted que respalde el adulterio, usted tiene la obligación de no obedecer, porque hay principios que son superiores a la autoridad de su superior legítimo”.

Monseñor Schneider: “hay un plan para islamizar Europa”



LaFedeQuotidiana.it  (aquí) preguntó el 15 de julio al obispo de Kazajistán, monseñor Athanasius Schneider, si hay un riesgo de islamización de Occidente. Su respuesta fue: 
“No hay tal riesgo, más bien la islamización ya progresa a toda velocidad”.
Según Schneider,
Hay “un plan orquestado por poderes internacionales para cambiar la identidad cristiana y nacional de los pueblos europeos”.
Agregó:
“Estos poderes utilizan el enorme potencial moral de la Iglesia y de sus estructuras para conseguir más efectivamente su objetivo anticristiano y antieuropeo”.

"Lugares de Culto abandonados" será tema de Simposio en la Gregoriana de Roma


 
 
 
 


lunes, 16 de julio de 2018

El escapulario y el amor a la Virgen María, nuestra Madre (Padre SANTIAGO MARTIN)


Duración 9:44 minutos

Noticias varias 14 a 16 de julio de 2018




LIFE SITE NEWS

En las Naciones Unidas, la anticoncepción es la respuesta a todos los problemas


INFOVATICANA

‘El último papa’, Malachi Martin vuelve a las librerías españolas



INFOCATÓLICA

Josef Seifert alerta sobre la reinterpretación de la «Humanae Vitae»



La Asociación de vírgenes consagradas de los Estados Unidos está «profundamente decepcionada»



CATHOLIC HERALD

Cause of Jesuit leader Fr Pedro Arrupe to open


CENTRO PIÉPER

La Legalización del Aborto está en Línea con las Exigencias del FMI - Roberto Castellano


EL ORIENTE EN LLAMAS

“Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral “.



ADELANTE LA FE

El engaño de Medjugorje
Selección por José Martí

El Papa vuelve a advertir del riesgo de dejar a nuestros descendientes un planeta expoliado (Carlos Esteban)




“Hay un peligro real de que dejemos a las generaciones futuras sólo escombros, desiertos y basura”, aseguró el Papa Francisco en la conferencia internacional con que marcó el tercer aniversario de su encíclica ecológica Laudato Si, informa Associated Press.

La encíclica, asegura AP, tenía como objetivo incitar a la acción en la Conferencia del Clima de París de 2015. De hecho, en este tercer aniversario Francisco ha urgido a los líderes mundiales a que se comprometan con lo acordado en los Acuerdos de París, formados por 195 países, aunque debilitados por la salida de Estados Unidos de los mismos, anunciada por Trump en 2017.

Su Santidad, que nunca ha ocultado su preferencia por los organismos supranacionales, subrayó también que organizaciones tales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial podrían desempeñar un papel esencial promoviendo reformas que conduzcan a un desarrollo sostenible, el ‘mantra’ del momento que pocos aciertan a definir de modo concreto.

“Nos duele ver las tierras de pueblos indígenas expropiadas y sus culturas destruidas por estrategias predatorias y por nuevas formas de colonialismo, alimentadas por la cultura del derroche y el consumo”, añadió Su Santidad. 
Conviene señalar que “indígena” no diseña, en ningún caso, los pueblos originarios de Europa, la destrucción de cuya cultura no es algo que deba doler a nadie.
“La civilización -ha recordado el Santo Padre- exige energía, pero el uso de la energía no debe destruir la civilización”. 
La relación que puedan tener estas urgentes y repetidas demandas de Su Santidad con su misión específica de líder de los católicos es, para muchos, misteriosa, especialmente cuando parecen ocupar una parte desproporcionada de su tiempo, energía y preocupación en un momento en que la Iglesia no atraviesa, precisamente, su época más brillante y reposada.

Carlos Esteban