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sábado, 20 de mayo de 2017

A veces, es mejor no tener razón (Bruno Moreno)



Como dice mi mujer cuando discutimos por alguna cosa: “tú no te preocupes por tener o no razón que ya te lo diré yo si algún día la tienes”. Sabias palabras, ciertamente, y seguro que todas las lectoras del blog están de acuerdo con ella.

En cualquier caso, la verdad es que a veces es mejor no tener razón. Así ha sido en las últimas semanas. Escribí tres posts sobre temas diversos, advirtiendo sobre varios peligros graves, y, tristemente, los acontecimientos no tardaron en darme la razón.

(1) Por ejemplo, escribí un post titulado Budismo y cristianismo, como la noche y el día, diciendo que el budismo y el cristianismo no eran lo mismo, sino más bien lo contrario, y que era necesario recordarlo. Enseguida protestaron algunos, diciendo que “deberíamos vivir más las palabras del Señor y filosofar menos", cantando las alabanzas del budismo y de lo mucho que podíamos aprender del mismo, resaltando la importancia de todas las religiones “basadas en la paz y el amor” o incluso afirmando que reencarnación y purgatorio “vienen a ser sinónimos".

He aquí que, un par de días después, un sacerdote español, Pablo D’Ors, nombrado miembro del Pontificio Consejo de Cultura, presentó con grandes elogios un libro titulado “Sin Buda no podría ser cristiano

El autor del libro Paul F. Knitter, sacerdote secularizado, dice en su libro cosas como que “soy un cristiano budista, pero también un budista cristiano […] Tener a uno [Jesús] sin el otro [Buda] es no tener a ninguno de los dos”. Quizá no sorprenda a nadie que Knitter fuera uno de los firmantes en 1987 de una declaración de “teólogos” a favor de cambiar la postura de la Iglesia sobre el aborto. O que haya dado clase durante años en una universidad jesuita. O que en el libro dé las gracias a “Richard Bollman S. J. (mi antiguo sacerdote de la parroquia Belarmino, que predica sermones budistas de forma anónima)". O que su esposa abandonara el catolicismo para hacerse budista.

En el libro, según el copresentador José Tamayo, se considera a Cristo hijo de Dios… en el sentido de “el Despierto, el Iluminado” y, por supuesto, se reduce su resurrección a la “convicción de los discípulos” de que “Cristo estaba realmente vivo en ellos". El propio Pablo D’Ors aprovechó para decir que “no sólo no veo ninguna contradicción esencial entre el cristianismo y el budismo, sino una profunda afinidad” y que el hecho de “que el cristianismo tenga cosas que aprender del budismo, como el budismo del cristianismo, me parece muy bonito y necesario".

A mi juicio no solo el budismo y el cristianismo son cosas completamente distintas, sino que todo esto demuestra que, cuando se defiende lo contrario, se termina inevitablemente por convertir el cristianismo en budismo. O, con más frecuencia, en una especie de budismo light.

(2) También escribí sobre el principio del mal menor y las elecciones. El artículo estaba escrito en general, pero con aplicación obvia al caso español y a la sorprendente ceguera que hay que tener para no ver que, con la excusa del mal menor, llevamos medio siglo contribuyendo a males mayores gravísimos. Enseguida surgieron algunos lectores defendiendo esa forma de actuar (cosa poco sorprendente, por otra parte, porque la televisión y la radio de los obispos lo hacen constantemente).

He aquí que, gentilmente, el Partido Popular se digna confirmar públicamente (una vez más) lo que decía el artículo, apoyando unánimemente en el Senado una propuesta de Podemos de considerar el aborto como un derecho y, de paso, promover (todavía más) los anticonceptivos.

Algunos lectores dicen ahora que el PP les ha engañado, pero lo cierto es que no hace más que seguir haciendo lo que siempre ha hecho: 


Así mantuvo la ley del aborto (que en la práctica permitía el aborto libre) durante la mayoría absoluta del Presidente Aznar, 
así aprobó la píldora abortiva
así introdujo la experimentación con embriones (es difícil pensar en algo más horrible que hacer experimentos con niños pequeños, descuartizándolos y usándolos como material de laboratorio), 
así mantuvo el matrimonio de personas del mismo sexo
así ha estado financiando abortos y marchas del orgullo gay durante años en sus comunidades autónomas
así persigue con saña a los que se atreven a defender el matrimonio tradicional 
y así defiende hoy el aborto como un derecho

Y si quieren remontarse aún más atrás: 

así Fraga Iribarne (Dios le haya perdonado por ello) prometió hace 30 años que no cambiarían la ley del aborto si ganaban, pero, eso sí, que traerían bien de “liberalismo económico".


Supera a la imaginación que, después de décadas y décadas de todo esto, haya gente que siga defendiendo la idea de votar a un supuesto “mal menor” que defiende, aprueba e introduce orgullosamente en nuestro país males gravísimos y repugnantes. En fin, supongo que eso solo indica que mi imaginación es muy limitada.

(3) Hace dos meses, escribí un artículo titulado Alfa y Omega, quién te ha visto y quién te ve, señalando la tristísima decadencia del semanario, que se ha ido convirtiendo cada vez más en un panfleto obsesionado por todas las causas políticamente correctas y progresistas.

Resulta que, con gran oportunidad, Alfa y Omega publica esta semana un editorial en el que aseguran que la peregrinación del Papa a Fátima ha servido para “depurar la devoción mariana de elementos impropios o esotéricos”. El mismo título se refiere a eso: “El Papa actualiza y depura Fátima". Aparentemente, para Alfa y Omega, el Papa no va ante todo a Fátima para rezar, para escuchar a la Virgen y postrarse ante ella, sino para mostrar que los modernos sabemos mucho más que nadie y que la religiosidad tradicional hay que depurarla, actualizarla y cambiarla. Todo el artículo, en general, despide ese desagradable olorcillo a secularización y conversión del cristianismo en una ética políticamente correcta que se ha hecho característico del semanario en los tiempos más recientes.

En fin, en los tres casos me habría encantado estar equivocado.



Bruno Moreno

NOTA PERSONAL (para Bruno): El problema es que, por desgracia, en tu tercera apreciación con relación a lo que publica Alfa y Omega, me temo que, en este caso concreto de Fátima, todo parece indicar que algo de razón sí que tienen al decir eso de que el Papa depura Fátima. El mejor modo de explicarlo -yo no sabría hacerlo- es leyendo el artículo de Fray Gerundio, titulado "Fátima, recalificada" que he incluido en este Blog.

Fátima, recalificada (Fray Gerundio de Torres)



Recalificar un terreno, se convirtió hace años en una ocasión estupenda para enriquecimiento de políticos de todo pelaje. Una zona que estaba teniendo un uso rural, se recalificaba convenientemente para tener uso turístico, subía el precio de la tierra y en ese trayecto, nada por aquí, nada por allá… salían algunos milloncejos a distribuir entre los pillastres de turno, comisionistas, alcaldes o mediadores varios. Eso pasó en España durante todo el tiempo del boom turístico, aunque hay que reconocer que hoy en día este tipo de acciones se hacen con más descaro, más estilo y resultados de más volumen. En todo caso, la recalificación permitía dar un uso distinto al que se estaba dando hasta el momento, para lucrarse todo quisque.

Hoy día, en la Iglesia de Francisco (parece que él es el propietario) se está recalificando todo, sin prisa pero sin pausa
Siguiendo el calendario bergogliano y los estatutos de la mafia de Saint Gall que es la que parece ser que montó el negocio, probablemente con capital judío y otras aquiescencias multicolores. 

El caso es que la desmitologización propuesta por Bultmann fue un juego de niños, comparado con esto. El protestante Bultmann encandiló a todos los teólogos y jerarcas católicos de la época, al proponer desmitologizar los milagros y todo el contenido del Evangelio que se presumiera mito, o sea, no exactamente histórico. Con este método, se cargó los evangelios en su totalidad, pues se comprobó científicamente que todo era mito. Gracias a Bultmann y sus católicos monaguillos, babosos y corifeos varios, pudimos interpretar existencialmente lo que no era mas que una pura creencia mitológica, exagerada por el panolismo intelectual de la época y mantenida por los centro de poder interesados.

Ahora estamos en otros tiempos. Pasado el viejo Bultmann, hay que desmitificar de otra manera. Hay que recalificar, redefinir, redirigir, reordenar… eso que un post-moderno llamaría cambiar de paradigma. Sólo de esta forma se puede despertar al pueblo fiel de su sueño dogmático y hacerle ver que las cosas no son como se las habían contado antes del Concilio. Y como todavía quedan ciertos resquicios, atavismos y creencias en el tintero, pues se recalifican, se reinterpretan y se destruyen.

Hay que tener en cuenta que las apariciones de Fátima tuvieron lugar hace cien años, nada menos. En aquella época, la Iglesia era más bien madrastra. Todavía no se había determinado la Iglesia a poner la venda de la misericordia antes que el castigo de la intolerancia, y por eso no es de extrañar que estos niños hablaran de visiones del infierno, de almas que iban cayendo al abismo de fuego, o de castigos a este mundo ateo y descreído. Eran unos niños buenos, sin duda. Y por eso los canonizamos aprovechando el viaje

Pero habían estudiado el catecismo en el Astete seguramente y no habían conocido los Catecismos de las Conferencias Episcopales de ahora. Seguro que la catequesis de la Primera Comunión la hicieron con algún cura reaccionario que sólo pensaba en el castigo por el pecado y no en la misericordia. Y además, seguro que les enseñaron a ser rígidos a estos pobres niños. De hecho, parece que sí que lo eran, a juzgar por sus obsesiones por el infierno, por salvarse y por rezar por la conversión de los pecadores. Vamos a canonizarlos, pero nada de pensar que la Virgen vino a traer mensajes de castiguitos y llamaradas de fuego del infierno o de guerras para este mundo. Y mucho menos de que en la cúspide de la Iglesia se perdiera la fe.

El mensaje de Fátima ha sido sistemáticamente olvidado y despreciado por los Papas, de una u otra forma

Así, Juan XXIII no hizo caso de la Virgen y se negó a publicar el tercer secreto en la fecha que Ella había mandado a los niños videntes. Roncalli comprendió que la Virgen no estaba el tanto de los problemas de nuestro Mundo y que no se había percatado de que era altamente conveniente no publicarlo. La pobrecita de la Virgen exageraba un poco y era conveniente esperar.

Lo mismo hicieron sus sucesores. Aunque se dio un paso más al hacer público el tercer mensaje que, como han demostrado suficientes expertos en el tema, ha sido una especie de timo de la estampita. Un mensaje amañado, recortado, sesgado y censurado. Porque una vez más, había que reinterpretar a la Virgen, que no podía comprender que resultaba inadecuado, inconveniente y altamente desaconsejable publicarlo tal cual
Así, Juan Pablo II, con la ayuda de Bertone, Ratzinger y otros, elaboraron esta peculiar desdramatización, haciendo creer que todo se centraba en la persona de Juan Pablo II y su atentado. Mucho habría que hablar de todo esto, pero internet está poblado de informaciones sobre el tema.

Francisco, dando un paso más y en su más puro estilo destructor, ha recalificado y cambiado el paradigma de todo lo que Fátima representa

No sólo se mantiene en la línea de sus predecesores -¿a quién le interesa el tercer secreto, o si la segunda sor Lucía era auténtica o falsa?-, sino que, además, ha reinterpretado y recalificado el resto de mensajes de Fátima. Incluso los que no son secreto. La Virgen María, -dice Francisco-, no puede venir a darnos mensajes de avisos de castigos o de peligros, porque Ella es una Madre que nos ama.

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"Peregrinos con María… ¿Qué María? ¿Una maestra de vida espiritual, la primera que siguió a Cristo por el «camino estrecho» de la cruz dándonos ejemplo, o más bien una Señora «inalcanzable» y por tanto inimitable? ¿La «Bienaventurada porque ha creído» siempre y en todo momento en la palabra divina, o más bien una «santita», a la que se acude para conseguir gracias baratas? ¿La Virgen María del Evangelio, venerada por la Iglesia orante, o más bien una María retratada por sensibilidades subjetivas, como deteniendo el brazo justiciero de Dios listo para castigar: una María mejor que Cristo, considerado como juez implacable; más misericordiosa que el Cordero que se ha inmolado por nosotros?"
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Véase con cuidado las expresiones disyuntivas. Nada de una María retratada por sensibilidades subjetivas. Pobres pastorcillos de Fátima, que contaron los mensajes de la Virgen bajo su propia sensibilidad subjetiva de infierno, castigo y penitencia.

Yo creía que una verdadera Madre, también da avisos de peligros a sus hijos. Incluso a veces los castiga en directo y sin intermediarios. Cuanto mayor es el peligro, mayor es el aviso. Cuanto más insistente es el aviso, debe ser porque es mayor el peligro. No me imagino a una madre dándole palmaditas en la mejilla a su hijito mientras ve que se está hundiendo en una ciénaga. Pero bueno, ya se sabe que las comparaciones de Bergoglio no son exactamente las de un intelectual de altura. Pero sí que llevan su carga destructora

Se trata en este caso de que las visiones del infierno de los niños videntes estarían provocadas por un catolicismo que hoy día está superado. Nada de infiernos, nada de castigos.

Si acaso, el infierno estaría poblado de los hipócritas rígidos, de los que se niegan a la inmigración, de los que venden armas, de los que no creen en el cambio climático, de los que desean el poder a cualquier precio, de los que promueven la cultura del descarte. Y un largo etcétera.

Por cierto, ahora que lo pienso, la Virgen de Fátima también practicó la cultura del descarte. Mientras que permitió que Lucía y Jacinta escucharan sus mensajes, descartó a Francisco, a quien solamente le permitió verla, pero no escucharla. Como eso fue en 1917, se puede perdonar. Hoy día no haría eso la Virgen. Se habría aparecido a un niño blanco portugués de Lisboa, una niña negra portuguesa de Mozambique y un@ inmigrant@ musulmán@. Al fin y al cabo, Fátima es un nombre muy mahometano.

La imagen de Francisco recalificando Fátima, y la imagen del altar masónico (dentro de un templo masónico) con una custodia que más bien parece sacada de algún Gugenhein masónico, ha sido suficiente para celebrar con un nuevo paradigma este centenario. Por eso mismo quiso estar allí Francisco.

Fray Gerundio

viernes, 19 de mayo de 2017

Reflexiones en torno a la salvación universal (por José Martí) [1 de 2]


Reflexiones en torno a la salvación universal [1 de 2]

Esta entrada está formada por un conjunto de reflexiones sobre la situación actual de la Iglesia y del mundo, tomando como base lo escuchado en la anterior homilía del padre Alfonso Gálvez y, por supuesto, los textos del Nuevo Testamento.

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Decía Jesús: "Sin Mí nada podéis hacer" (Jn 15, 5). Y también: "Nadie va al Padre sino por Mí" (Jn 14, 6b), hasta el punto de que, según le dijo a Felipe: "El que me ve a Mí ve al Padre" (Jn 14, 9) pues "Yo y el Padre somos uno" (Jn 10, 30). "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14, 6a). "Si permanecéis en mi Palabra, seréis en verdad discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Jn 8, 31-32) pues "todo el que comete pecado es esclavo del pecado" (Jn 8,34).

¿Existe alguna persona humana que pueda hablar de este modo? Absolutamente, no. Sólo Jesús, por una razón muy sencilla: Jesús es Dios. Su Persona es divina: "Por Él fue hecho todo y sin Él nada se hizo de cuanto ha sido hecho" (Jn 1, 3-4).

De igual modo nos habla san Pablo: "En Él fueron creadas todas las cosas" [...] "Todo ha sido creado por Él y para Él" (Col 1, 16). "Él es antes que todas las cosas y todas subsisten en Él"(Col 1, 17)

Cierto que Jesús es igualmente hombre: se hizo uno de nosotros por Amor, para que también nosotros pudiéramos amarle. "Nacido de mujer, nacido bajo la Ley" (Gal 4, 4). Dios tomó sobre sí nuestra naturaleza humana, haciéndola realmente suya, sin dejar de poseer también su naturaleza divina: verdadero Dios y verdadero hombre. Ése es Jesucristo: Dos naturalezas, la humana y la divina, en una sola Persona divina. 

Su "Yo" es divino y se dirige a nuestro "yo" reclamando nuestro amor, lo que sería imposible si no hubiéramos podido percibirlo con nuestros sentidos. Y ésa es la razón profunda -a mi entender- por la que se hizo hombre. De otro modo nuestra relación con Él hubiera podido ser de adoración, pero nunca de amistad ni de amor libre y recíproco, condiciones éstas que son esenciales al verdadero amor; y sin las cuales no puede hablarse realmente de amor

Este Amor es - en mi opinión - la razón principal por la cual Dios se hizo hombre. Se hizo un niño en el vientre de la Virgen María y nació como lo hacen todos los niños, sin dañar la virginidad de su Madre, lo cual podía hacer perfectamente, pues tenía poder para ello: era Dios. 

A la pregunta de por qué el Verbo se hizo hombre, en el Credo Niceno-Constantinopolitano tenemos la respuesta, pues cada vez que rezamos el Credo decimos:  "Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre". (CEC núm 456). Con relación a esto me vienen a la mente dos ideas que considero importantes:

PRIMERO: Es cierto que el Verbo se encarnó para salvarnos ("por nuestra salvación", hemos podido leer). Así se encuentra en diversos lugares de la Biblia, cuyas citas podrían multiplicarse. Por ejemplo, cuando leemos que "Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10). O que "el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). O bien: "Él se manifestó para borrar los pecados" (1 Jn 3, 5) [CEC núm 457].

Pero nos engañaríamos si pensásemos que tales textos pueden ser interpretados como un argumento en favor de los que piensan que, por el mero hecho de que el Verbo se haya hecho hombre, desde ese mismo momento todo hombre ya está salvado. Tal interpretación por la que abogan todos los que apoyan la idea de la salvación universal es una falsedad

Debemos de tener en cuenta todas las expresiones y todos los textos del Nuevo Testamento para llegar a un conclusión lo más cercana posible a la realidad ... puesto que hay igualmente otra serie de textos bíblicos que, sin negar los anteriores, los matizan haciéndoles decir lo que realmente quieren decir. En todos los casos, una cosa es cierta: sin nuestra cooperación, [o sea, sin nuestro amor correspondiendo al suyo] Dios no nos salvará.

Así pues: por una parte no se puede escamotear la Palabra de DiosNo se puede añadir ni quitar nada al Mensaje recibido. A quien así actúe "Dios le quitará su parte del árbol de la Vida y de la Ciudad Santa" (Ap 22, 19). El Mensaje ha de ser transmitido íntegro. San Judas dice que debemos "luchar por la fe transmitida a los santos de una vez para siempre" (Jd, 3). 

Tal es nuestra obligación, en particular la de los pastores (sacerdotes, obispos, cardenales; y de un modo especial la del Papa), a saber, la de "guardar el depósito de la fe" (1 Tim 6,20). Y no puede ser de otro modo, puesto que "Jesucristo es el mismo ayer y hoy y lo será siempre" (Heb 13, 8). 

¿Significa esto que la Iglesia se opone al progreso? Todo lo contrario. Eso sí: se hace preciso hacer una distinción entre "progresar" y "perder la propia identidad". No son términos sinónimos. 

La Iglesia, como Cuerpo Místico de Cristo que es y, por lo tanto, un cuerpo vivo, no está estancada ni anquilosada en el pasado, sino que va creciendo, renovándose constante y continuamente. Esto es así. Y así se ha procedido siempre a lo largo del tiempo ... con la salvedad (¡muy importante!) de que quienes han contribuido a ese progreso que, de hecho, se ha ido produciendo desde que Jesucristo fundó su Iglesia, y que se ha puesto de manifiesto durante casi dos mil años, a lo largo de veinte Concilios previos al Concilio Vaticano II,  los Papas (dejando ahora aparte si han sido más o menos santos o pecadores), en todo momento, siempre han sabido y lo han tenido muy en cuenta, que dicho progreso -si quiere ser auténtico- consiste en PROFUNDIZAR en las palabras de Cristo, contenidas en el Nuevo Testamento, en la Tradición y en el Magisterio de la Iglesia. 

Pero profundizar para entender y conocer mejor a Jesucristo, "en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia" (Col 2, 3) no significa cambiar el Mensaje, sino acercarse al misterio de Dios, ayudados por su gracia, al objeto de ir haciendo nuestra su Vida.  En dicho proceso, la Iglesia debe de mantenerse siempre "idéntica a si misma", como así se ha hecho ... ¡hasta ahora!

En los 20 Concilios previos al Concilio Vaticano II, durante casi dos mil años, se ha ido definiendo con claridad cada vez mayor el Mensaje recibido, rebatiendo todas las herejías que iban surgiendo, gracias a a los Padres de la Iglesia y a los grandes santos. Pensemos, por poner algunos ejemplos, en san Atanasio, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, San Pío V y luego los últimos Papas de los dos últimos siglos como Gregorio XVI, Pío IX, León XIII, San Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII; todos ellos grandes y santos Papas, cuyos Pontificados han sido clarividentes, denunciando todos y cada uno de los errores que podrían hacer peligrar la integridad de la Iglesia

De un modo muy especial cabría citar a san Pío X quien en su encíclica Pascendi denunció el modernismo, lo condenó expresamente y lo definió como la "suma de todas las herejías".

En cambio, lo que no se puede hacer [¡y se está haciendo!] so pretexto de abrirse al mundo y a los tiempos modernos, es cambiar el Mensaje recibido. Esto es muy grave. Estamos llegando a un punto en el que la verdadera Iglesia es cada vez más difícil de reconocer. 

Nunca, como hoy, se cumplen con tanta exactitud, aquellas tremendas palabras del apóstol san Juan cuando decía que "el mundo entero está bajo el poder del Maligno" (1 Jn 5, 19), con la particularidad de que ahora es la propia Iglesia, [¡la Iglesia actual!], la que se ha "abierto" al mundo de manera tal que se está confundiendo con él. Y esto está ocurriendo a un ritmo trepidante, cada vez más intenso y con mayor envergadura

Podemos esconder la cabeza ante la realidad, como el avestruz, y pensar que no pasa nada. Pero lo cierto es que sí pasa. Y muy grave.

Tal apertura al mundo que comenzó básicamente con el discurso del papa Juan XXIII, en la inauguración del Concilio Vaticano II, el 11 de octubre de 1962, ha llegado a unos extremos tales que podría decirse que la Iglesia de siempre está desapareciendode un modo casi imperceptible por algunos, pero muy real y diabólico. Algo de ello vislumbraba ya el papa Pablo VI cuando en 1978 dijo aquellas famosas palabras: "El humo de Satanás se ha infiltrado en la Iglesia". Hoy, casi cuarenta años después, esa frase es mucho más cierta que cuando fue pronunciada.

La gran verdad y el gran problema - al mismo tiempo- es que el hombre se ha erigido a sí mismo como Dios y lucha contra Jesucristo ... ¡y esto se da también en muchos de los "pastores" y jerarcas que se encuentran infiltrados, como caballos de Troya, en el seno de la misma Iglesia, "pastores" que, en realidad, han perdido la fe en todo lo que es sobrenatural, dejándolo reducido a lo meramente mundano. 

¿Es que hay otra Iglesia? Porque si la hubiera, tal Iglesia, que ya no se parecería prácticamente en nada a la Iglesia bimilenaria, sería una falsa Iglesia. No sería la verdadera Iglesia, no sería la Iglesia Católica que Jesucristo fundó. Aun cuando "legalmente" siguiera siéndolo, al menos momentáneamente, habría ciertos puntos en los que no podría ser obedecida por quienes fuesen realmente católicos, porque -de hacerlo- ofenderían a Dios. Y ya sabemos que "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29).

[Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la exhortación apostólica "Amoris Laetitia", según la cual habría casos en los que en situaciones de pecado mortal objetivo se podría comulgar: la Palabra de Dios está por encima de las palabras de los hombres ... incluso aun cuando estos hombres fuesen nada menos que representantes suyos en la Tierra ... dado que no estarían actuando como buenos pastores, al manifestarse en contra del Buen Pastor, del Único Pastor, que es Jesucristo. Y, en realidad, esto de la AL no es sino el primer paso de un proceso en el que se quiere implantar el Nuevo Orden Mundial en el seno mismo de la Iglesia Católica, si Dios no lo remedia. Yo, al menos, así lo pienso]

Si nos apartamos de Jesucristo no tenemos nada que hacer, puesto que Él es el Camino (¡el único camino!), la Verdad (¡no hay otra verdad!) y la Vida (¡fuera de Cristo no hay vida!). Sabemos que "ningún otro Nombre hay bajo el cielo, dado a los hombres, por el que podamos salvarnos" (Hech 4, 12b) y que "en ningún otro hay salvación" (Hech 4, 12a). 

Y es a este Jesucristo al que se nos quiere robar. Y quien (o quienes) así quieren hacerlo se encuentran también (y en un número cada vez mayor) en el seno de la Iglesia. Falsos pastores de los que hay que huir, porque pretenden no ya matar nuestro cuerpo sino -lo que es peor- nuestra alma. Y eso un cristiano, que lo sea de verdad, no puede consentirlo. Si quien nos habla (sea quien sea) nos dice algo que contradiga todo cuanto la Iglesia nos enseña (¡me refiero a lo que siempre ha enseñado, manteniéndose fiel a las palabras de Jesús!) entonces ese tal no quiere nuestro bien. Y nos está engañando. No debemos de hacerle caso. 

Se podrían poner muchos ejemplos. Se me ocurren dos ahora mismo: 

- Si alguien (¡da lo mismo quién sea!) nos dice que todas las religiones son iguales, que en cualquier religión es posible la salvación, que lo mismo da Buda que Mahoma o Jesucristo, ese tal nos está engañando. Lo que dice es una falsedad. Y si le hacemos caso seremos culpables ante Dios de nuestra conducta y no podremos escudarnos diciendo que fuimos engañados. Sólo es engañado quien quiere ser engañado. Ya sabemos muy bien que quien así habla es un estafador de la Palabra de Dios y que, por lo tanto, no debemos de hacerle caso en lo que dice. 

- Si alguien dice que los dogmas pertenecen a los teólogos, pero no al simple pueblo cristiano. Si nos dice que eso son teorías y que hay que ser prácticos. Si nos dice que Jesús está en los demás, olvidándose de su Presencia Real en el Sagrario, de la cual no nos habla ... ¡estemos alerta! Esos tales nos están engañando. Lo que dicen es una falsedad. "Son falsos apóstoles, operarios engañosos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y no ha de extrañar, pues el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Por tanto, no es mucho si también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; pero su fin será según sus obras" (2 Cor 11, 13-15).

No olvidemos que los dogmas son esenciales en la Religión Católica y que no se pueden saltar a la torera. Es más: son verdades absolutas que deben de ser creídas, aun cuando no se comprendan del todo, puesto que nos adentramos en el misterio de Dios. No son algo meramente teórico, apartado de la realidad de la gente

Los Dogmas, que nos sirven para conocer a Jesucristo y a su Iglesia, son también la base -fundamental- sobre la que se sustenta la Moral y la Pastoral católicas. Si esta base se elimina -o simplemente se silencia, como si no existiera- todo el edificio se viene abajo ... o corre ese riesgo si no se actúa a tiempo ... aunque "el tiempo es breve" (1 Cor 7, 29). Se hace preciso actuar y pronto

Se diga lo que se diga, la salvación no es universal ... De lo contrario, no aparecerían estas hermosas palabras del Apocalipsis escritas como fuego en nuestros corazones:  "He aquí que vengo pronto y conmigo mi recompensa para dar a cada uno según sus obras(Ap 22, 12)

Continuará

miércoles, 17 de mayo de 2017

EL QUE ME AMA CUMPLE MIS MANDAMIENTOS (por el R P Custodio Ballester)

Duración 5:52 minutos

Sobre el día internacional de la familia ... y el twitter de la Policía Nacional española: ¿Tenemos que reírnos o llorar? (José Martí)


- Estamos llegando a una situación en la que prácticamente todo el mundo se está volviendo loco. Ahora le ha tocado el turno a la Policía Nacional.

- Para celebrar el día internacional de la Familia (día que se le ha asignado al 15 de mayo) no se les ocurre otra cosa que hacer gala de su adhesión a la ideología de género hasta extremos impensables en cualquier persona sencilla con un mínimo de sentido común. Una pena, porque eso les desacredita, dado que en otros aspectos merecen toda nuestra consideración y nuestro respeto.

- ¿Y qué es lo que han hecho? se preguntarán. Bueno, simplemente publicar un twitter, que ha salido en varios medios. Por ejemplo, en Aciprensa (pinchar aquí). Ver imagen en Twitter (aunque la coloco también aquí)



Éste es el Twitter al que me refiero. Dicen:  Sea como sea tu familia, velaremos por tus derechos, libertad e igualdad. TOD@S por la tolerancia y el respeto.  #DiaInternacionaldelaFamilia12:05 - 15 May 2017

- Entre los 16 iconos que aparecen, todos reconocidos como "familia", se incluye también a los animales (por cierto, que faltan los gatos, los loros, etc...; por lo visto, saldría cara la propaganda y se ha optado por colocar sólo al perro como símbolo genérico de cualquier mascota).

- Cabe destacar, en particular, el icono número 12, al final de la tercera fila, en donde se incluye también a un hombre embarazado.




Me parece que sobran los comentarios. Una imagen vale más que mil palabras. De todos modos, he encontrado un corto vídeo, cuya visualización nos puede proporcionar un rato agradable y más de una carcajada, ante la ridiculez, lo estrafalario, lo excéntrico y lo estrambótico de semejantes majaderías y desatinos. Que lo disfruten:

Duración 1:50 minutos

José Martí

martes, 16 de mayo de 2017

Y, sin embargo ... ¡el Papa también hace proselitismo ... sobre el Cambio Climático! [José Martí y Secretum Meum Mihi]


Como todo el mundo sabe, o debería saber, la influencia del hombre en el cambio climático (CC)  es una mera hipótesis de trabajo, aun cuando todo el mundo mediático quiere darla a conocer como un hecho científico probado. No es así. En la comunidad científica hay infinidad de científicos que no comulgan con esa hipótesis del CC ... pero sus trabajos son silenciados. Y hablo de científicos de prestigio. No se pone en duda el efecto en sí, pero sí la causa. Ésta es un tema de profundo debate. De hecho la Antártida se está enfriando aunque Groenlandia se caliente.


A modo de ejemplo podríamos citar el libro del escritor, profesor y ambientalista danés Bjorn Lomborg [en la actualidad director del Copenhagen Consensus Center] de título "El ecologista escéptico", (Espasa Calpe, Madrid, 2005) para quien el calentamiento global no es ni de lejos, el mayor de los problemas que afectan al mundo, amén de muchos otros libros como "Guía políticamente incorrecta de la ciencia", de Tom Bethell (ediciones Ciudadela) o "Las mentiras del cambio climático, un libro ecológicamente incorrecto", de Jorge Alcalde (Ed. Libros Libres) quien acaba diciendo: "¿De verdad es el cambio climático el único problema merecedor de este esfuerzo humano sin precedentes?" 

Y tenemos, sobre todo, el famoso estudio científico y riguroso del profesor Antón Uriarte Cantolla, en su libro "Historia del Clima de la Tierra" ISBN 84-457-2079-1 (1ª Edición del año 2003), quien en el capítulo 12 (apdo 6) de dicho libro habla sobre "las estrategias de reducción de las emisiones de gases invernadero y el protocolo de Kyoto" [páginas 213 a 215] y afirma:

"A pesar de la controversia y de las dificultades de asumirlo, el Protocolo de Kyoto, en sí, tendrá unos efectos muy modestos. De hecho, si se llevase a cabo en los próximos años la reducción original pactada, los modelos climáticos estiman que sólo se evitaría con ello una subida inferior a una décima de grado a la prevista en el caso de que no se tomase ninguna medida" (Parry, 1998).

Por eso, siendo esto así, uno se pregunta cómo es posible que a la "Laudato SI" del papa Francisco, que es un batiburrillo de ideas, se le haya dado tanta importancia (¡los políticos, claro está!) ... y ahora, para más INRI, nos encontramos con la noticia de que en la reunión que va a tener el papa Francisco con el presidente Trump, el 24 de mayo de 2017, va a intentar "convencerle" de la importancia de este tema capital para el bien de la Humanidad ... ¡por increíble que esto parezca! 

Con la fe no se puede hacer proselitismo, en palabras del Papa ... Sin embargo, con el cambio climático ... parece ser que sí: por lo visto en este asunto TODOS tienen que estar de acuerdo cuando, como digo, es sólo una mera hipótesis de trabajo. No es una certeza.

En cambio, de "la fe, que es seguridad de lo que se espera" (Heb 11, 1) y de la que, por lo tanto, hay certeza absoluta ... de esa fe ni siquiera hay que intentar convencer a nadie. Eso sería un pecado contra el ecumenismo

Pero, en fin, veamos lo que se nos dice en Secretum Meum Mihi, con relación a este tema. Además del enlace a dicha página, añado aquí una copia de su contenido:


José Martí y Secretum Meum Mihi

lunes, 15 de mayo de 2017

13 de mayo: el papa Francisco reinterpreta Fátima (Roberto de Mattei)



Quinientas mil personas esperaban al papa Francisco en la explanada del santuario de Fátima para asistir a la canonización de los pastorcitos Francisco y Jacinta, de 9 y 11 años respectivamente, y que junto con su primita Lucía Dos Santos vieron a la Virgen y escucharon sus palabras entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. La canonización se ha llevado a cabo, y la Iglesia ha inscrito en el elenco de los santos a los niños no mártires más pequeños de su historia. Su prima Lucía, fallecida en 2005, se encuentra en proceso de beatificación.

Eso sí, lo que esperaban los devotos de Fátima de todo el mundo no era sólo la canonización de los videntes, sino también el cumplimiento por parte del Papa de algunas peticiones de la Virgen no realizadas todavía.

Dos centenarios contrapuestos se cumplen este año: el de las apariciones de Fátima y el de la Revolución Bolchevique de Lenin y Trotsky, que tuvo lugar en Rusia el mismo mes en que en Portugal finalizaba el ciclo mariano. 

La Virgen anunció en Fátima que Rusia propagaría sus errores por el mundo, y que dichos errores darían lugar a guerras, revoluciones y persecuciones contra la Iglesia. Con miras a evitar estas desgracias, la Virgen pidió ante todo un sincero arrepentimiento de la humanidad y el regreso a los principios del orden moral cristiano

A esta necesaria enmienda por parte de los cristianos, la Virgen añadió dos pedidos concretos

la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, realizada por el Papa en unión con todos los obispos del mundo

y la difusión de la práctica de los primeros sábados de mes, consistente en unirse a Ella y confesar y comulgar durante cinco sábados consecutivos, meditando por quince minutos y rezando el Santo Rosario.

Las autoridades eclesiásticas nunca han promovido la difusión de la práctica de los primeros sábados de mes, y los actos pontificios de encomienda y consagración a la Virgen han sido parciales e incompletos, pero sobre todo -y desde hace al menos cincuenta años-, los sacerdotes han dejado de predicar el espíritu de sacrificio y de penitencia, tan íntimamente ligado a la espiritualidad de los pastorcillos recién canonizados

Cuando en 1919 Lucía visitó a Jacinta en el hospital en vísperas de la muerte de ésta, su conversación se centró en los padecimientos ofrecidos por ambas a fin de evitar a los pecadores las terribles penas del Infierno que les había mostrado la Virgen.

El papa Francisco, que nunca había estado en Fátima, ni siquiera siendo sacerdote, pasó por alto todos estos temas

El 12 de mayo, en la Capilla de las Apariciones, presentándose como «obispo vestido de blanco», el Papa declaró: «Vengo como profeta y mensajero para lavar los pies a todos, en torno a la misma mesa que nos une». Tampoco hubo invitación a imitar el ejemplo de Francisco y Jacinta. «Recorreremos, así, todas las rutas, seremos peregrinos de todos los caminos, derribaremos todos los muros y superaremos todas las fronteras, yendo a todas las periferias, para revelar allí la justicia y la paz de Dios».

En su homilía del 13 de mayo en la explanada del santuario, Francisco recordó a todos sus hermanos «en el bautismo y en la humanidad, en particular los enfermos y los discapacitados, los encarcelados y los desocupados, los pobres y los abandonados», e hizo una invitación a descubrir de nuevo «el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor».

La dimensión trágica del mensaje de Fátima, que gira en torno a los conceptos de pecado y castigo, ha quedado desechada

La Virgen le había dicho a la pequeña Jacinta que las guerras no son otra cosa que el castigo por los pecados del mundo, y que los pecados que llevan más almas al Infierno son los que atentan contra la pureza

Si actualmente vivimos una «tercera guerra mundial a pedazos», como ha afirmado con frecuencia el papa Francisco, es imposible no relacionarlo con la terrible avalancha de inmoralidad contemporánea, que ha llegado hasta el punto de legalizar la inversión de las leyes morales. 

La Virgen le dijo también a Jacinta que si no había enmienda y penitencia, la humanidad sería castigada, pero al final su Corazón Inmaculado triunfaría y el mundo entero se convertiría

Hoy en día no sólo se aborrece la palabra castigo porque la misericordia de Dios borra todo pecado, sino que la idea misma de conversión desagrada, ya que el proselitismo, según el papa Francisco, «es el veneno más fuerte contra el camino ecuménico».

Es necesario reconocer que el mensaje de Fátima, reinterpretado según la categorías sociológicas del papa Bergoglio, tiene poco que ver con el profético anuncio del triunfo del Corazón Inmaculado de María, que hace cien años la Virgen dirigió al mundo.

Roberto de Mattei

domingo, 14 de mayo de 2017

Fátima, un mensaje de lucha y de esperanza (Padre Santiago Martín FM)

Duración 7:33 minutos

A Francisco no le gusta lo que la Virgen dijo en Fátima. Análisis de su primer discurso por el Centenario de las apariciones, en el que tergiversa las palabras de Nuestra Señora y contradice al mismo Cristo



La tergiversación de las palabras de la Santísima Virgen por parte de Francisco durante su discurso de anoche, previo a la bendición de las velas y el rezo del Santo Rosario (puede leerse el discurso completo en la página de la Santa Sede en este enlace), al comienzo de su decimonoveno viaje apostólico por el Centenario de las apariciones de la Santísima Virgen María en Fátima (Portugal), a fin de acomodarlas a sus ideas socio-políticas y a su recurrente discurso sobre la pobreza y la justicia terrenal -sin referencias a Dios, ni a la trascendencia, ni al destino eterno de las almas de todos los seres humanos-, es manifiesta:

"...a todos os abrazo y os confío a Jesús, «especialmente a los más necesitados» —como la Virgen nos enseñó a pedir (Aparición, julio de 1917)—. Que ella, madre tierna y solícita con todos los necesitados, les obtenga la bendición del Señor. Que, sobre cada uno de los desheredados e infelices, a los que se les ha robado el presente, de los excluidos y abandonados a los que se les niega el futuro, de los huérfanos y las víctimas de la injusticia a los que no se les permite tener un pasado".
A pesar de estas palabras de Francisco, en la aparición del 13 julio de 1917 la Santísima Virgen María no dijo tal cosa, ni nada parecido, a los pastorcillos a quienes se apareció. Esto fue lo que realmente dijo Nuestra Señora:

"Cuando recen el Rosario, después de cada misterio digan: 'Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".
El mensaje de Nuestra Señora en Fátima es clarísimo: quienes necesitan la misericordia de Dios no son los que padecen pobreza e injusticia material, sino los pecadores, entre quienes no sólo hay pobres, sino también ricos; y entre los que también se incluye no sólo a los fieles laicos, sino también a los sacerdotes, obispos, cardenales... y hasta al mismo Papa; pues, en caso de no arrepentirse de sus pecados y hacer penitencia, además de las desgracias que podrían acaecer ya en este mundo, perecerán eternamente en el infierno.

A continuación, Francisco se refirió a la Santísima Virgen sólo por su nombre de pilaMaríaa la que define como una "maestra de vida espiritual", término bastante desafortunado que parece más adecuado para una chamana pagana, una médium espiritista o una gurú hinduista1, que para el ser humano más excelso que ha existido y existe después de Nuestro Señor Jesucristo, que además está libre de todo pecado, incluso del original -de ahí que se le llame Inmaculada- y que merece que se le rinda culto de hiperdulía, sólo por debajo de la latría debida a Dios.

Después, hace otra desafortunada burla de aquellos fieles católicos que supuestamente ven a la Santísima Virgen como una "santita" a la que acuden para conseguir lo que él denomina "gracias baratas", juzgando así el corazón y las intenciones de dichos fieles -a los que no conoce-, contradiciendo sus propias palabras (¿quién soy yo para juzgar?) y despreciando la fe popular frente a una supuesta "Virgen María del Evangelio"interpretada a la manera protestante.

La distorsionada visión que Francisco tiene de la fe de los simples fieles le lleva a presentar a la Santísima Virgen de forma despectiva "como deteniendo el brazo justiciero de Dios listo para castigar: una María mejor que Cristo, considerado como juez implacable; más misericordiosa que el Cordero que se ha inmolado por nosotros".

¿Qué católico, por poca formación que tenga, cree que Nuestra Señora es más misericordiosa que Dios? Quizás este Papa tenga un problema de comprensión sobre lo que significa la intercesión ante Dios, tanto de los Santos, como de la Santísima Virgen. Y quizás tampoco haya asimilado -o no quiera aceptar- que Dios es Remunerador y dará a cada uno según sus obras.

Más adelante y enlazando con lo anterior, además de contradecir lo dicho por la Santísima Virgen a los pastorcillos en Fátima, también se atrevió a contradecir las palabras del mismo Cristo Nuestro Señor y de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en los Santos Evangelios:

"A veces cometemos una gran injusticia contra Dios y su gracia cuando afirmamos en primer lugar que los pecados son castigados por su juicio, sin anteponer —como enseña el Evangelio— que son perdonados por su misericordia".
Pero, ¿enseña éso realmente el Evangelio? Veamos:

Cuando el Hijo de Hombre vuelva en su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará sobre su trono de gloria, y todas las naciones serán congregadas delante de Él, y separará a los hombres, unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los machos cabríos. Y colocará las ovejas a su derecha, y los machos cabríos a su izquierda [...] Entonces dirá también a los de su izquierda: "Alejaos de Mí, malditos, al fuego eterno; preparado para el diablo y sus ángeles [...] Y éstos irán al suplicio eterno, mas los justos a la eterna vida" (Mt 25,31-33;41;46).

Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Éste es Aquel que ha sido destinado por Dios a ser juez de los vivos y de los muertos (Hch 10,42).

Pasando, pues, por alto los tiempos de la ignorancia, Dios anuncia ahora a los hombres que todos en todas partes se arrepientan; por cuanto Él ha fijado un día en que ha de juzgar al orbe en justicia por medio de un Hombre que Él ha constituido, dando certeza a todos con haberle resucitado de entre los muertos (Hch 17,30-31).

Conforme a tu dureza y tu corazón impenitente, te atesoras ira para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual dará a cada uno el pago según sus obras: a los que, perseverando en el bien obrar, buscan gloria y honra e incorruptibilidad, vida eterna; mas a los rebeldes, y a los que no obedecen a la verdad, pero sí obedecen a la injusticia, ira y enojo (Rm 2,5-8).

Pero gracias a Dios siempre Él nos hace triunfar en Cristo, y por medio de nosotros derrama la fragancia de su conocimiento en todo lugar, porque somos para Dios buen olor de Cristo, entre los que se salvan, y entre los que se pierden; a los unos, olor de muerte para muerte; y a los otros, olor de vida para vida. Y para semejante ministerio ¿quién puede creerse capaz? Pues no somos como muchísimos que prostituyen la Palabra de Dios; sino que con ánimo sincero, como de parte de Dios y en presencia de Dios, hablamos en Cristo (II Co 2,15-17).

Pues todos hemos de ser manifestados ante el tribunal de Cristo, a fin de que en el cuerpo reciba cada uno según lo bueno o lo malo que haya hecho (II Co 5,10).

Ahora se extrañan de que vosotros no corráis con ellos a la misma desenfrenada disolución y se ponen a injuriar; pero darán cuenta a Aquel que está pronto para juzgar a vivos y a muertos [...] Porque es ya el tiempo en que comienza el juicio por la casa de Dios. Y si comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de los que no obedecen al Evangelio de Dios? (I Pe 4,4-5;17).

Y díjome: "No selles las palabras de la profecía de este libro, pues el tiempo está cerca. El inicuo siga en su iniquidad, y el sucio ensúciese más; el justo obre más justicia, y el santo santifíquese más. He aquí que vengo presto, y mi galardón viene conmigo para recompensar a cada uno según su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. Dichosos los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y a entrar en la ciudad por las puertas. ¡Fuera los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y obra mentira!" (Ap 22,12-15).

Y vi un gran trono esplendente y al sentado en él, de cuya faz huyó la tierra y también el cielo; y no se halló más lugar para ellos. Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, en pie ante el trono y se abrieron libros –se abrió también otro libro que es el de la vida– y fueron juzgados los muertos, de acuerdo con lo escrito en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; también la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron arrojados en el lago de fuego. Esta es la segunda muerte: el lago de fuego. Si alguno no se halló inscrito en el libro de la vida, fue arrojado al lago de fuego (Ap 20,11-14).
El quid de la cuestión es, sin duda, el ecumenismo mal entendido que se pretende seguir llevando a cabo durante el presente pontificado, y que busca una imposible unión con el protestantismo, del cual toma su visión sobre la justificación, condenada por la Iglesia; lo vemos en otra de las partes del discurso papal de ayer:

"Hay que anteponer la misericordia al juicio y, en cualquier caso, el juicio de Dios siempre se realiza a la luz de su misericordia. Por supuesto, la misericordia de Dios no niega la justicia, porque Jesús cargó sobre sí las consecuencias de nuestro pecado junto con su castigo conveniente. Él no negó el pecado, pero pagó por nosotros en la cruz. Y así, por la fe que nos une a la cruz de Cristo, quedamos libres de nuestros pecados".
Es decir, la "Sola Fide" (la fe sola o sólo por la fe) para salvarse, sin necesidad del arrepentimiento y el cambio de vida que implica el abandono del pecado y la realización de buenas obrasquien simplemente cree, ya se salva, pues Cristo ya murió para salvarnos. No hace falta decir que dicha creencia es totalmente contraria a las palabras de Cristo, como vemos en los Santos Evangelios, y, por tanto, a la Doctrina católica y al bimilenario e irreformable Magisterio de la Iglesia.

Hace cien años, en Fátima, la Santísima Virgen hizo un llamamiento al arrepentimiento y a la penitencia, en consonancia con el mensaje de Su Hijo, Nuestro Señor, en el Evangelio, y avisó de las terribles consecuencias de no hacer caso de sus advertencias.

A cien años de las apariciones marianas que hoy se conmemoran, a Francisco, digno émulo de Juan XXIII, las palabras de la Santísima Virgen María no le gustan, porque no son políticamente correctas, porque anuncian desgracias y porque recuerdan que la misericordia es sólo para los pecadores arrepentidos, mientras que el infierno será el destino final y eterno de todos los pecadores impenitentes.

Sin duda, la Santísima Virgen es piedra de escándalo para los ecumaníacosun obstáculo para la rendición unilateral e incondicional de la Santa Iglesia a la herejía protestante, tal como algunos pretenden. Pero al final, las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella, y, como la misma Virgen María profetizó en Fátima hace cien años, finalmente su Inmaculado Corazón triunfará.



1 El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra "gurú" en los mismos términos en que Francisco se ha referido a la Santísima Virgen María:

GURÚ:

1. m. En el hinduismo, maestro espiritual o jefe religioso.
2. m. y f. Persona a quien se considera maestro o guía espiritual, o a quien se le reconoce autoridad intelectual.