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jueves, 24 de julio de 2014

¿Fundamentalismo cristiano? (3) [Manipulación del lenguaje]

Si se desea acceder al Índice de esta primera parte sobre Fundamentalismo cristiano, hacer clic aquí

Una vez llegados a la conclusión de que difícilmente se puede hablar de un Dios común a las tres grandes Religiones, lo que más me ha impresionado de la declaración del santo Padre -y sigo sin salir de mi asombro- es que diga, con toda la tranquilidad del mundo, que "las tres religiones tienen sus grupos fundamentalistas". Y añade, para que no quepa ninguna duda al respecto: "Los cristianos tenemos también grupos fundamentalistas"

Anteriormente el mismo Papa había dicho que la estructura del fundamentalismo es violenta (es violencia en nombre de Dios) y que lo esencial del fundamentalista es una violencia "ideológica", aunque no pegue ni mate a nadie. Se trata de una "ideología" en la que no hay ni acercamiento ni cercanía, sino que "defiende"; siendo su saludo "¡a ver dónde te puedo pegar!", aunque sólo sea ideológicamente.


Se trata, por lo visto, de una nueva definición de fundamentalismo, que yo desconocía, la verdad. Las definiciones que encuentro en la RAE son:


1. Movimiento religioso y político de masas que pretende restaurar la pureza islámica mediante la aplicación estricta de la ley coránica a la vida social.

2. Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida.

Aunque en estas definiciones no se diga expresamente, es lo cierto que estas exigencias intransigentes o aplicaciones estrictas de la Ley suponen siempre violencia, lo que está completamente de acuerdo con lo que el Papa ha dicho. Si examinamos, aunque sea muy por encima, cada uno de estos "fundamentalismos" por separado, se encuentra más o menos lo siguiente:

- El fundamentalismo islámico, con el que se asocia normalmente la palabra fundamentalista, es de todos conocido. Se manifiesta siempre de modo sangriento -y cobarde-, con asesinatos en masa ... a veces de dimensiones colosales, como ocurrió en el caso del 11-S de 2001, en el atentado a las torres gemelas de Nueva York, en donde hubo más de 3000 muertos y el doble de heridos. La explicación a estos sucesos se puede encontrar en el propio Corán, en el que hay llamadas expresas al asesinato y a la masacre. A modo de ejemplo, escribo dos citas: 

Matadlos dondequiera que los encontréis y expulsadlos de donde os hayan expulsado. La oposición [a vuestra creencia] es más grave que matar”[Corán 2:191] 


“Y no los matasteis vosotros, Alá los mató. Ni tirabas tú cuando tirabas sino que era Alá quien tiraba”.[Corán 8:17] 



El Corán

De modo que no sólo prescribe matar sino que, además, hay una absolución por adelantado para quien mata “en nombre de Alá”. Y por eso, el musulmán nunca tiene sentimientos de culpa tras las matanzas de infieles

- El fundamentalismo judío es igualmente violento aunque no suele manifestarse en forma de masacres humanas, como ocurre en el caso de los musulmanes sino, sobre todo, en un excesivo hincapié en las normas externas, que puede llegar incluso a la muerte de aquel que transgrede la Ley. Así: "Quien blasfeme contra el Nombre del Señor morirá sin remedio; le lapidará toda la comunidad, tanto si es nativo como si es extranjero" (Lv 24, 16). Sigue vigente la ley del Talión: "Cuando alguien cause a un compatriota suyo una lesión cualquiera, deberá sufrir lo mismo que él hizo: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. Se le hará la misma lesión que él hay causado (...) Quien hiera de muerte a un hombre, morirá. Esta norma será igual para el extranjero y para el nativo" (Lv 24, 19-22 . 

[Relacionado posiblemente con el fundamentalismo, hay también razones de tipo político; y es difícil deslindar unas de otras en lo relacionado con la creación del estado de Israel el viernes, 14 de mayo de 1948, a las 4 de la tarde. Estados Unidos, la Unión Soviética y prácticamente todos, a nivel mundial, reconocieron la declaración de independencia del nuevo estado de Israel (excepción hecha del mundo árabe, como Egipto, Siria, Irak, Líbano y Transjordania) pero esto es otra historia, en la que aquí no podemos entrar]

Ciertamente, en estos dos fundamentalismos la violencia externa es consecuencia de la estructura ideológica violenta. En ambos casos - los judíos con el Talmud y los musulmanes con el Corán- se cumple ese concepto de fundamentalismo al que alude el Papa


El Talmud

Yo me permito añadir -aunque está claramente implícita- la existencia de la coacción como elemento importante en todos los grupos fundamentalistas.  Como se dice vulgarmente: "O lo haces por las buenas o por las malas. Y si no lo haces, ya sabes lo que te espera". En otras palabras: Se trata de utilizar todos los medios que hagan falta para "convertir" al infiel -entendiendo por infiel a todo aquél que no piense y actúe como ellos- mediante la intimidación y la amenaza, privándole por completo de su libertad para elegir. La famosa expresión de que "el fin justifica los medios", atribuida a Maquiavelo, se pone en práctica con toda fidelidad en los fundamentalismos (mucho antes de que fuera enunciada pues aún faltaban más de 800 años para que naciera Maquiavelo).


Esto es lo que ocurre, como digo, en estas dos grandes religiones, cuales son la musulmana - particularmente-, y a su modo también la judía ... CON LA AGRAVANTE  (¡y éste es el punto clave y fundamental!) DE QUE ESA VIOLENCIA VIENE CONTENIDA YA EN SUS PROPIOS LIBROS SAGRADOS, el Talmud para los judíos (ver aquí , aquí  y aquí) y el Corán para los musulmanes (ver aquíaquí, y  aquí). 


Esto son hechos probados y comprobados diariamente. Insisto en que es muy importante caer en la cuenta de que la violencia forma parte esencial de los "libros sagrados" de los musulmanes y de los judíos. Si se me permite la expresión yo diría que aquellos judíos y musulmanes que mejor conocen su Ley y la ponen en práctica son los más peligrosos, porque esas leyes no son buenas, en sí mismas, sino invenciones humanas. 



Lo asombroso, por no decir otra cosa, es el consejo que da el papa Francisco a los musulmanes: "Es importante que hagáis eso durante vuestras reuniones: que aquellos que sean cristianos lo hagan con la Biblia y aquellos que sean musulmanes lo hagan con el Corán. La fe que os han inculcado vuestros padres os ayudará siempre a avanzar".  Hemos podido ver que el contenido del Corán es una constante llamada a la violencia y al asesinato: es realmente escandaloso que esas palabras salgan de la boca del Papa, cuya misión es la de confirmar a sus hermanos en la fe. Así le dice Jesús a Simón Pedro, prediciendo sus negaciones [que, luego, efectivamente, tuvieron lugar]: "Tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22,32) [La clave, tal vez se encuentre en la primera parte de esas palabras del Señor a Pedro: "Tú, cuando te hayas convertido". Puesto que la segunda parte: "Confirma a tus hermanos en la fe" no se está cumpliendo se puede concluir que estamos (¡Dios lo quiera!) en un proceso de conversión, por parte del santo Padre, que aún no ha llegado a término, y por el que tenemos que pedir, con insistencia, pues la Iglesia se hunde: necesitamos ser confirmados en la fe]

Dicho lo cual, yo me pregunto, con el corazón en la mano: ¿dónde se encuentra el fundamentalismo católico actualmente? Se suelen aducir razones de tipo histórico, como las Cruzadas, la Inquisición, etc ... A lo que se podría contestar diciendo que: 

Primero, para entender un determinado acontecimiento histórico de una época es preciso situarse "mentalmente" en esa época y conocerla muy bien, siendo muy conscientes de que no se puede juzgar con los criterios actuales algunos de los acontecimientos que ocurrieron. 


Segundo, habría que poseer un conocimiento lo más cercano posible  a la verdad para poder emitir algún tipo de juicio, lo que es poco menos que imposible. Esto sólo le es posible a unos pocos expertos, que sean grandes conocedores de la Historia que, por cierto, hoy en día, aunque los hay, no abundan demasiado. Además, no todos son fiables; sólo aquellos que actúen con profesionalidad, honradez intelectual y sin ideas preconcebidas; con lo que el número de verdaderos expertos sería aún más reducido. Y aquí radica otro de los grandes problemas, porque lo que aparece en los libros, por desgracia, no siempre refleja los hallazgos obtenidos por los auténticos expertos, sino que se encuentra normalmente manipulado, en el mejor de los casos. 


La idea que tenemos la mayoría de la gente sobre determinados sucesos del pasado es la que nos han querido transmitir. Pero, ¿quiénes son esos transmisores? Nuestro conocimiento real va a depender mucho de la calidad profesional y del amor a la verdad de las personas que nos enseñen.  Y éstas no abundan tanto como sería deseable, de modo que es muy frecuente que un porcentaje muy alto de personas tengan una idea tergiversada, falseada e incompleta de los hechos históricos del pasado. De modo que puede suceder -aunque no siempre, ni necesariamente- que lo que nos llega no se parezca en nada -o muy poco- a lo que efectivamente ocurrió. 


Una buena prueba de ello la estamos viviendo en la actualidad con la mal llamada ley de memoria histórica, cuyo nombre haría más honor a la verdad si se llamase ley de mentira histórica. El objetivo que se pretende con esa ley es el de adoctrinar a los niños en determinadas ideologías, no importando -si es necesario- reescribir el curso de la historia real e inventarse otra. Siguiendo a Maquiavelo se podría decir que el fin justifica los medios. Y el fin es conseguir ciudadanos que no piensen ni tengan un sentido crítico de la realidad para quienes estén en el poder -los que sean- puedan moverse a su antojo. Por cierto, todo lo que se enseña es de carácter obligatorio y con reconocimiento legal, publicado en el BOE, como no podía ser de otra manera. De ese modo todos los conocimientos adquiridos por los alumnos aparecerán como "científicos", cuando muchos de ellos -en particular, los referentes a la Historia y a la Religión, aunque no solamente- no son sino una una gran falsedad y una enorme patraña. 

(Continuará)

lunes, 21 de julio de 2014

¿Fundamentalismo cristiano? (2) [No existe un Dios común a las tres religiones]

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En una declaración al periodista ateo Scalfari, director de la Reppublica, el papa Francisco afirmó: "Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, PERO DIOS, EL PADRE, Abba, ES la luz y EL CREADOR


Al principio se queda uno perplejo, al oir estas palabras salidas nada menos que de la boca del santo Padre, que es el representante de Cristo en la Tierra. La misión del Papa, entre otras, y también la de todos los cristianos, es dar testimonio de Jesucristo, sin medias tintas y sin ánimo de quedar bien y agradar a todos: "Quien se avergüence de Mí y de mis palabras, de él se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y en la del Padre y en la de los santos ángeles" (Lc 9,26) No hay más que leer la Biblia, libro divino que tiene siempre una perenne actualidad. Cualquier problema, así como su solución, está contemplado en el libro Sagrado: "Muchas veces y de diversos modos habló Dios a los Padres en otro tiempo por medio de los Profetas; últimamente en estos días, nos ha hablado por su Hijo, a quien ha constituido heredero de todo, por quien hizo también el mundo" (Heb 1, 1-2).  "TODO FUE HECHO POR ÉL y sin Él nada se hizo de cuanto ha sido hecho" (Jn 1,3-4). Queda muy claro que Jesucristo es la Palabra de Dios y que por Él fueron creadas todas las cosas

El papa Francisco -en cambio- dice: Yo creo en Jesucristo, mi maestro (...) pero Dios, el Padre, (...) es el Creador.  Nadie lo niega. Eso es cierto. Pero está incompleto. No hay que tener miedo y hay que proclamar que ese Dios Padre Creador lo ha puesto TODO en las manos de su Hijo. ¿Acaso no recuerda el santo Padre aquello que dijo Jesús a Felipe: "Tanto tiempo como estoy con vosotros, ¿y no me has conocido, Felipe? El que me ve a Mí, ve al Padre" (Jn 14,9). Y en otro lugar es aún más explícito: "YO Y EL PADRE SOMOS UNO" (Jn 10, 30). Jesucristo es UNO con el PadrePor eso se dice en la Biblia, con toda propiedad, que todo fue hecho por Él. Esto es una verdad esencial de nuestra fe, base fundamental del Cristianismo. Así lo entendió su Fundador. 

Es cierto que Dios dijo a Moisés: "Yo soy el que soy" (Ex 3,14); es decir, Dios es el Ser y " mora en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni tampoco puede ver" (1 Tim 6,16). "A Dios nadie lo ha visto jamás", dice San Juan (1 Jn 4,12; Jn 1, 18a). En ese sentido, a Dios no le podemos añadir calificativos, que es lo que ocurre si dijéramos que Dios es un Dios católico. Sencillamente habría que decirDios es. Todo eso es rigurosamente cierto antes de la venida de Jesucristo ...  porque lo que antes era imposible, ahora ya no lo es.  Ahora podemos conocer a Dios (¡saber cómo es Dios!) que se nos ha revelado, en un momento determinado de la Historia, haciéndose hombre en la Persona de su Hijo"Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, Él mismo es quien nos lo ha dado a conocer" (Jn 1,18b). Jesucristo, que es verdadero hombre, como uno de nosotros, es también verdadero Dios, el Único Dios verdadero -no hay otro- que nos ha manifestado que "Dios es Amor" en Sí mismo (misterio de la Santísima Trinidad) y también en relación con nosotros, por quienes dio su vida, elevándonos a la categoría de amigos suyos, como ya hemos podido leer en otras entradas.

Sin embargo, ni los musulmanes ni los judíos reconocen a Jesucristo como verdadero Dios. Por eso, para no dar lugar a confusión se habla de un Dios musulmán, de un Dios judío, de un Dios católico, etc... Pero, como ya se ha dicho, el único Dios verdadero -y no hay otro- no es ni el Dios de los judíos ni el de los musulmanes, puesto que ellos -unos y otros- no reconocen a Jesucristo como Dios. Su dios no es el Dios auténtico y, por supuesto, en contra de lo que han dicho, incluso, algunos papas, no tenemos un Dios común. Es falso, de toda falsedad, lo diga quien lo diga, que, cuando se habla de Dios, se diga que las tres religiones tienen el mismo Dios, porque no es eso lo que dice la Biblia (incluido, claro está, el Nuevo Testamento). Y ésta, que es palabra de Dios, no puede equivocarse. De modo que, si para evitar confusiones, hablamos de que Dios es católico, tiene mucho sentido (en este contexto) puesto que "todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre"  (1 Jn 2,23). 

La Iglesia Católica, que es garante de la Revelación Divina, reconoce en Dios unos atributos que no tiene en absoluto en las demás religiones. Dios, tal como es realmente, se ha revelado única y exclusivamente en la Iglesia Católica, la que Él fundó. Si no se reconoce como verdadero y único Dios al que es predicado y enseñado por la Iglesia Católica, estamos hablando de un Dios FALSO


Aquí es preciso obrar con tiento y conocer, con la máxima profundidad que podamos y sepamos, las verdades que confesamos en el Credo, pues dentro de la Iglesia -en la actualidad- han surgido muchos falsos pastores -lobos disfrazados de ovejas- que están engañando al rebaño, un rebaño que no es el suyo, sino que es el rebaño de Jesucristo. Necesidad, pues, de estar muy alerta y de no tragarnos todo lo que nos digan, sino pasarlo primero por el tamiz de la Sagrada Biblia, rectamente interpretadaTodo lo que se oiga que contradiga la enseñanza de la Iglesia de veinte siglos, es falso y debe ser rechazado, aunque provenga del mismísimo Papa quien, al fin y al cabo, es- o debe ser- un fiel transmisor del depósito revelado. San Pablo- y en esto, como en todo- habla con una claridad meridiana, y dice taxativamente: "Aunque nosotros o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!" (Gal 1,8). Es imposible hablar más claro. 

Debemos grabar muy bien estas cosas, tanto en la mente como en el corazón, para no dejarnos extraviar por los "extraños" que, aun diciéndose católicos, han renegado, en realidad, de su fe: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí. En vano me dan culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres(Mc 7,7). Se está llegando a un nivel de hipocresía difícilmente superable, de modo que se hace necesario, más que nunca, mantenerse con las ideas claras para no ser engañados por aquellos que se dicen representantes de Cristo pero anuncian un mensaje que no es el de Cristo. Oigamos lo que nos dice San Pablo: "Todo el que se extralimita y no permanece en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; quien permanece en la doctrina de Cristo, ése tiene al Padre y al Hijo" (2 Jn, 9)


(Continuará)

sábado, 19 de julio de 2014

¿Fundamentalismo cristiano? (1) [Existe un solo Dios]

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Hablamos en las dos entradas anteriores de algunos puntos concretos de la entrevista que concedió el papa Francisco al periodista Henrique Cymerman el pasado 13 de Junio de 2014. Como dije, el vídeo de 52:09 minutos puede verse pinchando aquí. Pues bien: He hecho un recorte del mismo desde el minuto 9:59 al minuto 11:11 que coloco a continuación:


Escribo también lo que aparece reflejado en el vídeo, palabra por palabra. Los corchetes y los tipos de letra (cursiva, subrayado, negrita) son míos. Dice así el Papa:

Las tres religiones tenemos nuestros grupos fundamentalistas, pequeños en relación con todo el resto. Pero un grupo fundamentalista, su estructura, aunque no mate a nadie, aunque no le pegue a nadie, ...., es violenta. La estructura mental del fundamentalismo es violencia en nombre de Dios. Es violenta. O sea, el saludo que judíos, islámicos y cristianos nos damos es un saludo de aliento, un saludo de cercanía. Ustedes dicen "shalom" [el periodista que lo entrevista es judío], los árabes dicen "salaam"; nosotros decimos, a veces, paz, ¿cómo te va? Buenos días ... cosas de cercanía. El saludo del fundamentalista es ... ¡a ver dónde te puedo pegar! ... al menos ideológicamente. No es un saludo que acerque. El fundamentalismo defiende. Y ya le digo ... Los cristianos tenemos grupos fundamentalistas también.


De entrada, el Papa compara las tres grandes religiones (musulmana, judía y católica) poniéndolas al mismo nivel, suponiendo, además, que hay una conexión entre ellas; esta conexión consiste en que tienen un Dios común, que es el único Dios que existe. Bueno, sí ... ¡y no!

"En cierto modo", si nos fijamos en el origen histórico, tal como aparece en la Biblia, ..., en concreto, si nos fijamos en Abrahán, se podría decir que sí hay un Dios común. Me explico: Sara, esposa de Abrahán, era estéril y, entonces le concedió permiso a su esposo para que tuviese relaciones con su esclava egipcia Agar, por si ésta podía darle algún hijo (Gen 16,2). Y Agar dio a luz a Ismael; tenía entonces Abrahán ochenta y seis años (Gen 16,16). Pero a la edad de noventa y nueve años Dios se manifestó a Abrahán, diciéndole que su esposa Sara, de noventa años, aunque era estéril, le iba a dar un hijo, al que pondría por nombre Isaac. Y establecería una alianza con él y con su descendencia futura (Gen 17,19). 


Abrahán creyó estas palabras. Tenía Abrahán cien años cuando le nació su hijo Isaac (Gen 21,5).Al morir su esposa Sara, Abrahán volvió a tomar otra mujer llamada Queturá, que le dio seis hijos más (Gen 25,1). Los años de vida que alcanzó Abrahán fueron ciento setenta y cinco (Gen 25,7) y fue sepultado por sus hijos Ismael e Isaac (Gen 25,9). Se suele considerar a los musulmanes como descendientes de Ismael y a los judíos como descendientes de Isaac. Ambas religiones tienen en común, como digo, que consideran a Abrahán como su padre y en que hay un único Dios, un Dios a quien los judíos llaman Yavé y los musulmanes Alá. [Por cierto -y como curiosidad histórica- el Corán, que es el libro sagrado para los musulmanes, dictado a Mahoma, según éste dijo, por el ángel Gabriel, es posterior al año 632, año en el que murió Mahoma, a la edad de 62 años]. 

En el catolicismo hay también un único Dios, un Dios que es "el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob" (Hech 3,13a) y que coincide, por lo tanto, en principio, con el Dios de los judíos. Se trata de Aquel que dijo de Sí mismo: "Yo soy el que soy" (Ex 3,24). Aunque no podemos extendernos aquí en este tema, todas las profecías bíblicas del pueblo judío apuntan a un Mesías esperado. Y en Jesucristo esas profecías se cumplieron: todas. No olvidemos que Jesucristo fue judío y dijo: "Yo no he venido a abolir la Ley o los Profetas, sino a darle cumplimiento" (Mt 5,7). Él vino a mostrarnos cómo era Dios, en realidad. Y siendo esto así, sin embargo, "vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron" (Jn 1,11). El mismo Jesús, cuando hubo resucitado y se apareció a los discípulos de Emaús, les dijo: "¡Necios y torpes de corazón para creer todo lo que anunciaron los Profetas! ¿No era preciso que el Cristo padeciera estas cosas y entrara así en su Gloria? Y comenzando por Moisés y por todos los Profetas les interpretó lo que hay sobre Él en todas las Escrituras(Lc 24, 25-27). Pero así somos las personas, para desgracia nuestra.


¡El escándalo de la cruz! ¡La resurrección de Jesús por su propio Poder! Esto son hechos históricos acaecidos realmente, pero era algo que ni los judíos de entonces ni los de ahora están dispuestos a admitir. Ellos esperaban otro tipo de Mesías, un Mesías glorioso, una especie de Mesías político que los libraría del poder de los romanos. Ocurre, sin embargo, que "los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos" (Is 55,8)

[Hay que decir, no obstante, que se han producido verdaderas conversiones de hebreos al catolicismo, sobre todo en el caso de grandes estudiosos de la Biblia y amantes de la verdad. Tal fue el caso del Gran Rabino de Roma durante la segunda Guerra Mundial, Israel Zolli, que se bautizó el 13 de febrero de 1945 en la basílica de Santa María de los Ángeles; y escogió el nombre de Eugenio en honor al Papa Pío XII (cuyo nombre de nacimiento era Eugenio Pacelli) por quien profesaba una auténtica veneración. De ahí que se le reconozca siempre como Eugenio Zolli. El mismo día que él se bautizó también su mujer Emma. Y un año más tarde su hija Myriam. Murió el 2 de marzo de 1956, a los 74 años (el mismo día que Pío XII cumplía 80 años) ... "Curiosamente"  se trata de un rabino hoy olvidado, al igual que sucede con el papa Pío XII, de venerable memoria].

Por la gracia de Dios somos católicos y seguidores de Jesucristo, nuestro Maestro. Y observamos, hoy en día, cómo los cristianos que tienen fe son perseguidos, ridiculizados e incluso muertos por el mero hecho de confesar a Jesucristo como su único Dios y Señor. 



(Continuará)

martes, 15 de julio de 2014

Entrevista de Henrique Cymerman al papa Francisco (2 de 2)

 "No me avergüenzo del Evangelio -decía san Pablo-, porque es fuerza de Dios para la salvación de todo el que creedel judío en primer lugar y también del griego" (Rom 1,16). Y en otro lugar: "La justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los Profetas, se ha manifestado con independencia de la Ley; justicia de Diospor medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen, porque no hay distinción, ya que todos han pecado [judíos y gentiles] y están privados de la gloria de Dios y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la Redención que está en Cristo Jesús" (Rom 3, 21-25) 

Volviendo al principio he observado también, en esta entrevista, que el papa Francisco sopesa cada respuesta ... de modo que lo que dice es lo que dice ... o sea, lo que quiere decir. No hay que darle más vueltas... Pero -eso sí- lo que dice está tan bien pensado que cada cual puede sacar las conclusiones que quiera acerca de lo que ha dicho ... y así todos felices. Aquí se trata de no molestar a nadie y de limar aristas para que haya paz (paz como la entiende el mundo) ... aun a costa de la verdad

No entiendo por qué actúa así, pero la verdad es la verdad. Haciendo un sencillo uso de la recta razón (o sea, pensando un poco) cualquiera puede llegar a la conclusión de que el papa Francisco se preocupa en exceso en que la mayoría de la gente quede satisfecha ... [¡precisamente lo que hacen los políticos de hoy!] ... ¡como si ésa fuera su misión!. Y así consigue que, prácticamente, todos hablen bien de él ...¡Por desgracia los que mejor hablan de él son los enemigos declarados de la Iglesia! ¡Y eso él lo sabe perfectamente! ... ¡lo que es sumamente grave y da en qué pensar!


La Religión católica no es la religión del papa, ni el Papa es el papa de toda la humanidad, ni es el "papa de todos", como se oye ya en muchísimos ambientes. El Papa es el representante de Cristo en la tierra. Y su misión es la de "guardar el depósito que ha recibido" (1 Tim 6,20), pero no inventarse una religión suya, meramente humana. ¡No digo que lo esté haciendo ... pero lo parece!. Hay mucha gente para quien la Iglesia es ... lo que el Papa haya dicho ... o mejor, lo que haya querido decir (cada uno se encargará de interpretarlo de modo tal que su conciencia quede tranquila). Esto es un grave error ... máxime teniendo en cuenta la enorme cantidad de declaraciones que hace continuamente ... ¡Y si en todo lo que dice estuviera representando a Jesús... como debería de ser... pues magnífico! ¡Pero es que no es así! 


El  sencillo pueblo cristiano -los que quedan todavía con fe, que cada vez son menos- está confundido, como "ovejas sin pastor" (Mt 9,36). Aunque me duele decir esto, debo fidelidad a la verdad y  parece como si el propio Papa quisiera destruir la Iglesia, desde dentro, porque lo que enseña no es la doctrina católica. Y me reafirmo en lo dicho, pues hay multitud de ejemplos que lo demuestran: ¿Cómo puede bendecir las hojas de coca de los indígenas sabiendo el significado religioso que tiene para ellos? ¿Bendecir algo que es intrínsecamente malo?  ¿Cómo puede decir:  No estoy interesado en convertir a los Evangélicos al Catolicismo... y quedarse tan pancho?, etc

Todo esto no es doctrina católica, no es la doctrina que hemos recibido durante dos mil añosEs ... ¡otra cosa! ...  El pueblo cristiano está siendo engañado y la palabra de Dios escamoteada... El protagonista es Jesucristo, que es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Heb 13,8) ... ¡pero ésto no se ve por ninguna parte! ¿Por qué? ¡Algo no va bien! ¡Y no por cerrar los ojos dejará de estar pasando lo que está pasando!  El apóstol san Pablo no actuaba así: "¿Busco la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿O es que pretendo agradar a los hombres? Si todavía pretendiera agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo" (Gal 1,10). Y las palabras del propio Jesús no pueden ser más claras: "¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!" (Lc 6,26) 


¡Es preciso reaccionar! ... pero no a la manera del mundo, sino a la manera de Dios. "Ya es hora de que despertéis del sueño -nos dice san Pablo-, pues ahora está más cerca de nosotros la salvación que cuando creímos" (Rom 13, 11). ¿Por qué tanto complejo en confesar a Jesucristo? Pienso que la verdadera razón se encuentra en que se ha perdido la fe en Jesucristo, como verdadero Dios y como verdadero hombre. [Y al decir esto incluyo a muchos jerarcas de la Iglesia] ... Y esto, aunque por una parte me entristece y me hace sufrir, por otra me hace presentir que Él está ya muy cerca ... ¡lo que es motivo de gran gozo!]


Si no estamos ciegos del todo, es fácil constatar que en la actualidad se está perdiendo la fe a marchas forzadas. Si Dios no lo remedia, estamos llegando a lo que en la Biblia se conoce como la "Apostasía Universal" (1 Tes 2,3), que es uno de los signos más claros acerca de lo que sucederá al final de los tiempos: "Se ha de manifestar el hombre de iniquidad, el hijo de la perdición, que se opone y se alza sobre todo lo que se dice Dios o es adorado, hasta llegar a sentarse en el templo de Diosmanifestando que él es Dios(2 Tes 2,4) Por eso decía el Señor: "Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?" (Lc 18,8). Y también: "Cuando veáis estas cosas, sabed que [el tiempo] es inminente, que está a las puertas" (Mt 24,33). ¿Significa ésto que estamos en el final de los tiempos? No se puede decir con seguridad, pues sólo Dios lo sabe, pero ... desde luego, hay abundantes signos de que, si no estamos ya en ese tiempo, éste no debe de estar muy lejos. 

Vivimos en una época muy difícil -tal vez la más difícil de todas a lo largo de la Historia de la Iglesia-, pero es la época en la que nos ha colocado el Señor. Y, por lo tanto, es la mejor para nosotros. Puesto que "sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios" (Rom 8,28) si hay algo que debemos de tener muy claro es que "cada uno recibirá su propia recompensa conforme a su trabajo" (1 Cor 3,8), es decir, conforme a su amor. Dios nos juzgará personalmente a cada unoY no podremos escudarnos en lo que los demás hacen, sino trabajar al máximo, para que se implante su Reino, hasta que Él vuelva. Una vez más tenemos las palabras de san Pablo, palabras de la Escritura; o sea, palabra de Dios, palabra del Espíritu Santo, que es el verdadero autor de la Biblia: "Hermanos, manteneos firmes y guardad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de palabra o por carta" (2 Tes 2,15)

No debemos tener miedo. Escuchemos lo que nos dice Jesús"No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed, sobre todo, al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10,28). En definitiva, es de importancia vital que vivamos cristianamente.  "Vigilaos a vosotros mismos, para que vuestros corazones no estén ofuscados por la crápula, la embriaguez y los afanes de esta vida, y venga de improviso aquel día sobre vosotros, pues caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Velad, pues, orando en todo tiempopara que podáis evitar todos estos males que van a suceder, y estar en pie delante del Hijo del Hombre(Lc 21, 34-36) ... "Cuando comiencen a suceder estas cosas -nos dice Jesús - ERGUÍOS y levantad la cabeza, pues se acerca vuestra Redención" (Lc 21,28)

domingo, 13 de julio de 2014

Entrevista de Henrique Cymerman al Papa Francisco (1 de 2)

Entrevista entre el papa Francisco y el periodista Henrique Cymerman que tuvo lugar el pasado 13 de Junio de 2014. El vídeo de 52:09 minutos puede verse pinchando aquí. El contenido, prácticamente completo puede leerse aquí 




Yo he visto, oído y leído toda la entrevista y no voy a hacer aquí comentarios pormenorizados de cada punto, porque me llevaría mucho tiempo y espacio. Lo haré brevemente sólo de algunos. Y en particular, aunque no en esta entrada sino en la siguiente, el que se refiere a lo que el papa Francisco ha denominado fundamentalismo cristiano (¿?). 

En todo caso, lo que he podido percibir en toda la entrevista es la ambigüedad con la que se expresa nuestro querido Papa en la mayoría de las respuestas que da al periodista [Lo que aparezca entre corchetes y en cursiva se trata de comentarios personales a las respuestas del Papa] Veamos algunas:


- Hay países en los que hoy se persigue a los cristianos


- Los cristianos perseguidos son una preocupación que me toca de cerca como pastor. Sé muchas cosas de persecuciones que no me parece prudente contarlas aquí para no ofender a nadie. [¿Por qué tendríamos que ofendernos? Se trata de testimonios de personas que están dispuestas a dar su vida antes que renegar de Jesucristo]. Pero en algún sitio está prohibido tener una Biblia o enseñar catecismo o llevar una cruz ... Lo que sí quiero dejar claro es una cosa: estoy convencido de que la persecución contra los cristianos hoy es más fuerte que en los primeros siglos de la Iglesia. Hoy hay más cristianos mártires que en aquella época. Y no es por fantasía, es por números.


- Usted y su amigo el rabino Skorka se abrazaron frente al muro de las Lamentaciones. ¿Qué importancia ha tenido este gesto para la reconciliación entre cristianos y judíos?

Bueno, en el Muro también estaba mi buen amigo el profesor Omar Abu, presidente del Instituto del Diálogo Interreligioso de Buenos Aires. Quise invitarlo. Es un hombre muy religioso, padre de dos hijos. También es amigo del rabino Skorka y los quiero a los dos un montón, y quise que esta amistad entre los tres se viera como un testimonio.[De ahí el abrazo. Pero me pregunto:  ¿Testimonio de qué? ... ¿De Jesucristo? No parece que sea eso ... ¿entonces?  ... ¡pues que no queda claro a que testimonio se refiere! Por cierto, a los pocos días de este "abrazo"  los enfrentamientos entre judíos y musulmanes alcanzaron un nivel de violencia y de muertes sin precedentes cercanos. No estoy diciendo que el abrazo sea la causa ... ¡Dios me libre! ... pero así ha ocurrido. Lo que pretendo decir es que los gestos -EN SÍ MISMOS- no conducen a nada ... aunque las intenciones sean buenas. Jesús calificó de hipócritas a los fariseos, a los que llamó también sepulcros blanqueados, porque sus obras eran malas. Son los hechos los que verdaderamente cuentan ... y los hechos, al día de hoy, indican que ni judíos ni musulmanes están por la labor de la reconciliación. Los cristianos no están en lucha contra nadie y, sin embargo, sufren el odio, la animadversión, la persecución e incluso la muerte, por parte de judíos y musulmanes. ¡Esos abrazos suenan a falsedad! ... son sólo apariencia de una amistad que realmente no existe] 

- ¿Cómo ve el antisemitismo?

No sabría explicar por qué se da, pero creo que está muy unido, en general, y sin que sea una regla fija, a las derechas. El antisemitismo suele anidar mejor en las corrientes políticas de derecha que de izquierda, ¿no? Y aún continúa. [¿Qué entiende el papa por izquierdas y por derechas? ¿Qué significa realmente el ser de izquierdas o el ser de derechas? Son palabras que no tienen una definición unívoca o, al menos, eso me parece. El mismo Papa dice de sí mismo que nunca ha sido de derechas (¿?). Debería ser más claro y explícito, de modo que no diera lugar a que se puedan tergiversar sus palabras; aunque -no sé por qué-, pero me da la impresión de que eso es justo lo que él desea (¡armen lío!): el Papa es perfectamente consciente de la repercusión mediática que tiene todo lo que dice]. Incluso tenemos quien niega el holocausto, una locura. [Esto lo dice el Papa como escandalizado; a mí, al menos, me lo parece. Y tiene toda la razón: es de locura negar un hecho tan grave, como fue la muerte de millones de judíos ... Pero lo propio hubiera sido condenar también el comunismo y los campos de concentración rusos que supusieron un genocidio aún mayor, con muchísimos más millones de muertos? Por supuesto que el Papa no ha negado los gulags, pero los ha ignorado (y lo que no se recuerda, al final se olvida). "Teóricamente" los nazis son calificados como de derechas por casi todo el mundo (aunque, como digo, yo no estoy de acuerdo con esos calificativos de izquierdas y derechas ... De hecho, puestos a analizar, "nazi" significa nacional-socialista, de modo que los "nazis" serían, por lo tanto, de izquierdas). En fin, lo que está mal, está mal ... en teoría. Pero, de hecho, cuando "los malos" son los de izquierdas -en este caso del genocidio, serían los comunistas-, se corre un tupido velo ... como si la iniquidad que cometieron no hubiera existido nunca ... ¡Al final todo el mundo olvida los gulags comunistas y quedan tan solo en la memoria los campos de concentración nazi!. Esto también es una locura ... ¿o no?. Lo cierto es que volvemos a quedarnos con una verdad a medias ...]

- Me dijo hace un año que “dentro de cada cristiano hay un judío”.

- Quizá lo más correcto sería decir que “usted no puede vivir su cristianismo, usted no puede ser un verdadero cristiano, si no reconoce su raíz judía”. No hablo de judío en el sentido semítico de raza sino en sentido religioso. Creo que el diálogo interreligioso tiene que ahondar en esto, en la raíz judía del cristianismo y en el florecimiento cristiano del judaísmo. Entiendo que es un desafío, una papa caliente, pero se puede hacer como hermanos. Yo rezo todos los días el oficio divino con los salmos de David. Los 150 salmos los pasamos en una semana. Mi oración es judía, y luego tengo la eucaristía, que es cristiana. [Jesucristo era judío. Nadie puede negar, por lo tanto, que haya una raíz judía en el cristianismo. Eso es evidente. De ahí que diga san Juan que "la salvación viene de los judíos" (Jn 4,22); y luego, al decir que "la Ley fue dada por Moisés" (Jn 1,17a) completa la frase diciendo "pero la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo" (Jn 1,17b). Sí que habría que ahondar en esa raíz judía, en el sentido de estudiar bien las Escrituras, con sinceridad de corazón, porque ellas anuncian, con toda claridad, la venida de Jesucristo como el Mesías esperado. Los judíos no tienen que esperar a ningún otro Mesías, porque tal Mesías no existe.  El Mesías verdadero, el Mesías esperado, vino ya hace dos mil años. "Muchas veces y de diversos modos habló Dios a los Padres en otro tiempo por medio de los profetas: últimamente, en estos días, nos ha hablado por su Hijo, a quien ha constituido heredero de todo, por quien hizo también el mundo" (Heb 1, 1-2). El Papa habla acertadamente de un "florecimiento cristiano del judaísmo", pero no aclara en qué consiste dicho florecimiento; y no dice que el judaísmo alcanzará su plenitud cuando reconozca en el JUDÍO Jesucristo al Mesías que ha estado esperando durante tanto tiempo, pues en Él se cumplieron todas las profecías del Antiguo Testamento que hablaban del Mesías. ¿Acaso no es misión del Papa proclamar la fe en Jesucristo? Y, sin embargo, en la entrevista ni siquiera se menciona el nombre de Jesucristo. ¿Por qué tanto miedo a manifestar la Verdad de nuestra fe y de la Religión Católica?] 


(Continuará)

viernes, 11 de julio de 2014

La Religión católica es la verdadera (2 de 2)


Y visto lo visto, yo me pregunto: ¿Por qué esa FIJEZA desde el Concilio Vaticano II hasta ahora, en cuestiones que, mal entendidas, pueden resultar incluso heréticas, como son el "ecumenismo" y el "diálogo interreligioso", entre otras?

El único sentido que tiene el ecumenismo, bien entendido, es que "los que no creen vuelvan al redil de la única Iglesia verdadera, que es la Iglesia Católica". Sería necesario, en mi opinión, escoger bien los términos usados para no inducir a confusión o error al pueblo cristiano que se sigue manteniendo fiel a las enseñanzas de Jesucristo. Y así -pienso- habría que dejar de hablar tanto de ecumenismo (¡parece que no hay otro tema!) y cambiar esa palabra por la de catolicidad (por ejemplo) o algo parecido. ¿Por qué? Pues porque podría ocurrir -y es lo que está sucediendo- que un católico llegara a pensar que lo mismo da una religión que otra; al fin y al cabo, todos se van a salvar, cada uno en su religión; o incluso aunque no profese ninguna. Decir y enseñar estas cosas es antievangélico, no es conforme a las enseñanzas de Jesús quien dijo a sus discípulos: "Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado" (Mt 28, 19-20). "Quien crea y sea bautizado, se salvará; pero quien no crea, se condenará" (Mc 15,16).

Pero, en fin: continúo con el
e-mail que le dirigí a este amigo mío. Es lo que está escrito en letra Times. La primera parte del mismo ya se escribió y puede releerse pinchando aquí (de antemano, adelanto que puede haber ligeros cambios con relación al original, tales como señalar alguna cita bíblica, que había dicho de memoria o bien modificar la forma de alguna expresión. Por lo demás, todo ha quedado prácticamente igual:

Fíjate -le dije- en lo que dice san Pablo sobre las relaciones con los paganos: "No os unzáis a un mismo yugo con los infieles. Porque, ¿qué tiene que ver la justicia con la iniquidad? ¿O qué tienen de común la luz y las tinieblas? ¿Y qué armonía cabe entre Cristo y Belial? ¿O qué parte tiene el creyente con el infiel? ¿Y cómo es compatible el templo de Dios con los ídolos? Porque vosotros sois el templo de Dios vivo" (2 Cor 6, 14-16). Lo que dije en esa entrada del blog a la que te refieres no es una opinión mía personal, pues lo que escribí fue haciendo siempre uso de la palabra de Dios, interpretada correctamente, esto es, según el sentir de la Iglesia de veinte siglos, no según la opinión personal de algunos papas que, al no hablar ex cathedra, pueden equivocarse; y que, de hecho y por desgracia, se equivocan cuando contradicen aquello que es intocable en la Iglesia. 




El fundador de la Iglesia es Jesucristo y la misión de Pedro y de sus sucesores, los papas, es la de "confirmar a sus hermanos en la fe" (Lc 22, 32) y la de "guardar el depósito revelado" (1 Tim 6,20), "sin añadir ni quitar nada" (Ap 22,18-19).

Acerca de la Iglesia católica tenemos dos opciones: o es falsa o es verdadera. Si la Iglesia católica es la verdadera, entonces las demás no pueden serlo. Y si Dios nos ha concedido la gracia de la fe -único modo de adquirir esa seguridad- debemos estarle agradecidos, y pedirle que nos la aumente, porque cada día se hace más difícil mantenerse fiel en el mundo en que vivimos. No es soberbia ni presunción el estar absolutamente convencidos de estar en la verdad, porque este convencimiento no nos viene de nosotros, sino de Dios, que se fija precisamente en quienes menos se lo merecen: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido" (Mt 12,25). Dios ha escogido el desecho del mundo para confundir a los sabios y para que así se vea que la gloria es sólo suya y no nuestra.

Debe quedar bien claro que aquí no se está considerando a los demás como inferiores a nosotros; ni se está diciendo que sólo nosotros nos vamos a salvar y ellos no ... ¡En absoluto! ... Con relación a la salvación de cada persona concreta sólo Dios conoce todos los datos y las circunstancias de esa persona. Y el amor de Dios, que le llevó a entregar a su propio Hijo para que pudiéramos salvarnos, debería darnos bastante en qué pensar, y hacerlo en términos altamente positivos, pues "Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Tim 2,4). Dios es mucho más bueno e infinitamente más bondadoso que pudiera serlo la madre Teresa de Calcuta. No es ése el problema.

El problema radica en la incompatibilidad entre contrarios. Si el que dice que Jesucristo es Dios está en la verdad, todo aquel que lo niega está en la mentira. Así de sencillo. ¿Qué "diálogo" cabe entre esas dos posiciones? Según el sentido común ... ¡ninguno!. Según lo políticamente correcto (tal como se entiende hoy el diálogo) parece que sí se puede dar ... pero ahí no existe verdadero diálogo; se trata de farsas y de montajes ... y eso no tiene nada que ver con la Verdad: ésta se encuentra sólo en Jesucristo y en su verdadera Iglesia, que es la Católica.


(Hasta aquí el e-mail)


Qué bueno y deseable sería que Dios nos concediera una gran fe en la Iglesia -en la Iglesia de siempre, la de veinte siglos de historia- y que diera luz a nuestra mente y fortaleza a nuestro corazón para no dejarnos engañar, no ya por el mundo - que es enemigo natural de la Iglesia - sino por aquellos malos pastores que pretenden destruir la Iglesia desde dentro, enseñando doctrinas que son meramente humanas


Jesús nos previene contra ellos y les llama hipócritas: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan como doctrina preceptos de hombres" (Mt 15, 8-9). Y san Juan, hablando de los falsos hermanos: "De los nuestros proceden, pero no eran de los nuestros, porque si hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros; así fue para que se manifestase que no todos son de los nuestros" (1 Jn 2,19). Y continúa diciendo más adelante: "¿Quién es mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es el Anticristo, que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo también posee al Padre" (1 Jn 2, 22-23) "Lo que habéis oído desde el principio, eso permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que oísteis desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre" (1 Jn 2, 24). "Esto os he escrito respecto de los que tratan de engañaros" (1 Jn 2,26).

Todas estas ideas -y muchas más- podemos descubrirlas mediante la lectura meditada del Nuevo Testamento. El que se deje seducir -y sea engañado- será porque así lo ha decidido. La única voz que nos interesa es la del Buen Pastor, esto es, la voz de Jesús, en quien tenemos que permanecer si queremos salvarnos. Y no lo olvidemos: "Si alguien [no importa quien sea, aunque fuese un ángel del cielo o el mismísimo sucesor de Pedro] os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema!" (Gal 1,9). Por otra parte, no debemos preocuparnos, porque sólo será engañado aquel que quiera ser engañado, aquél que haya optado en su corazón por el camino fácil y el rechazo de Dios.


jueves, 10 de julio de 2014

La Religión Católica es la verdadera (1 de 2)

Por razones que no hacen al caso he estado algunos días sin escribir en el blog. En su momento, con relación al tema que nos ocupa, escribí una serie de prolegómenos a modo de conocimientos previos (convenientes, cuando no necesarios) para entender mejor la respuesta que di a un amigo mío cuando me dijo por e-mail (con cierta sorpresa, extrañándose de lo que yo había dicho en una entrada anterior): "... el hecho de que la Iglesia católica no pueda establecer ningún diálogo con otras religiones, por ser ella la única verdadera (¿?). En la primera entrada de los prolegómenos  aparece básicamente la primera parte de la contestación que le di,; al introducir nuevas ideas en sucesivas entradas, la carta se quedó a medio, por así decirlo. Espero ahora concluir lo que me faltó por escribir.

Sucede, sin embargo, que cuando he intentado -de nuevo- responder a la pregunta de por qué la Religión católica es la verdadera, me he percatado de que dar una respuesta -lo más completa posible- era una tarea bastante ardua, que requeriría de muchas entradas en este blog. Así que, aun cuando tengo en mi mente el hacerlo, voy a hacer uso tan solo de dos entradas. En ésta haré algunos matices que creo que son importantes y en la siguiente me limitaré -con algún ligero retoque- a escribir, sin más, la segunda parte de la contestación que le di a mi amigo por e-mail: ciertamente es más corta, y soy consciente de que queda incompleta; pero, por otra parte, pienso que por muchos estudios que se hagan al respecto, siempre quedarán cosas por decir, como no puede ser de otro modo, máxime en el presente caso en el que nos estamos refiriendo a las Sagradas Escrituras. Pero es que, además, aun cuando se tuviera todo el conocimiento posible, no valdría de nada si no se tiene fe. Ésta es la condición fundamental - la fe - sin la cual es imposible tener la seguridad absoluta de que, en efecto, la Religión Católica es la verdadera.

De ahí que, cuando proclamamos el Credo en la Santa Misa, decimos: "CREO en la Iglesia" ...  pues la Iglesia es verdaderamente un misterio, sólo accesible -en la medida en la que esto es posible en esta vida- a aquellos que -ayudados por la gracia, que nunca faltará a quien la pida sinceramente- se han dejado penetrar por las palabras de Jesús y que, como hacía nuestra Madre, la Virgen María, las meditan continuamente -y sin cansancio- en su corazón.

La pregunta que me hace mi amigo está relacionada con el "diálogo" con las demás religiones, un "diálogo" al que ya me he referido . Tal "diálogo" es imposible si supone, por parte de la Iglesia -como parece que es el caso- el que ésta ceda en verdades fundamentales. Como decía otro amigo mío: "¡Eso es imposible ... y, además, no puede ser! ... porque entonces la Iglesia perdería su propia identidad... En otras palabras, se destruiría a sí misma y desaparecería, puesto que el Mensaje recibido por su Fundador habría sido adulterado, tergiversado y cambiado ... Lo que quedara -si es que se pudiera decir que habría quedado algo- no sería ya la Palabra de Dios -que es Verdad, Espíritu y Vida -, sino palabras vacuas de hombres de inteligencia corrompida ... o sea, ¡absolutamente nada! ... sólo mentira y confusión.


Como digo, caer en la cuenta de que la Religión Católica es la verdadera sólo es posible mediante la fe. La misión que Jesucristo dio a sus apóstoles, poco antes de subir a los cielos, fue muy clara: "Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar TODO cuanto os he mandado" (Mt 28, 19-20b). Es preciso, pues, anunciar el mensaje de Jesucristo a todas las gentes. Se trata de un mandato expreso: Dios ha venido al mundo, en Jesucristo, para que el mundo se salve por Él, creyendo en Él, pues "en ningún otro hay salvación" (Hch 4,12). 


Así nos lo cuenta el autor de la carta a los Hebreos: En diversos momentos y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas. En estos últimos días nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien instituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo también el Universo. Él, que es resplandor de su Gloria e impronta de su sustancia y que sustenta todas las cosas con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó en los cielos a la diestra de la Majestad (Heb 1, 1-3).

De modo que lo primero que debemos de tener muy claro, en la mente y en el corazón, es que Jesucristo, que se hizo realmente uno de nosotros y que, por lo tanto, es verdadero hombre, también es verdadero Dios, el Único Dios: "Yo y el Padre somos uno" (Jn 10,30). "Creedme: Yo estoy en el Padre y el Padre en Mí; y si no, creed por las obras mismas" (Jn 14,10). La obra fundamental, en la que se hace patente la divinidad de Jesucristo es su Resurrección:  "Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicia de los que durmieron" (1 Cor 15,20).  Por eso nos fatigamos y luchamos con la esperanza puesta en el Señor, "pues Dios no es injusto para olvidarse de vuestras obras y del amor que habéis mostrado a su Nombre en el servicio que prestasteis y prestáis a los santos" (Heb 7,10). ¿Qué sentido tendría, si no, nuestra lucha, si todo acabase con la muerte? Y esa es la razón por la que - así lo dice San Pablo- "si sólo para esta vida tenemos puesta la esperanza en Cristo, somos los más desgraciados de todos los hombres(1 Cor 15,19). De modo tal que "si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos" (1 Cor 15,32)
[la expresión citada en rojo es del profeta Isaías: (Is 22,13)]. Decía el famoso escritor ruso Fédor Dostoyevski que "si Dios no existe, todo está permitido". Y así es: las mayores aberraciones -de todo tipo- en la historia de la humanidad se han dado, precisamente, en el mundo pagano y ateo que se ha erigido a sí mismo como Dios (las más recientes las tenemos en los campos de concentración nazi y en los gulags comunistas, por citar algún ejemplo que todos conocen) ... ¡y es preocupante que el mundo actual va camino de la apostasía universal!

Dando por sentado como un DATO HISTÓRICO CIERTO, la divinidad de Jesucristo (dato apoyado por infinidad de testimonios escritos de personas dignas de toda confianza); conociendo, además, que  "Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y por los siglos" (Heb 13,8), puesto que es Dios; y sabiendo, por lo tanto, que "todo se hizo por Él, y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho" (Jn 1,3), sólo resta admitir -lo que es de sentido común- que sus palabras poseen siempre actualidad y son válidas para todos los tiempos y todos los lugares. Y en concreto, son válidas para hoy, que es lo que, en este momento, nos interesa. El contenido de la fe está dado ya, de una vez por todas y para siempre. Y nadie (y al decir nadie quiero decir NADIE) puede cambiarlo. En palabras del apóstol Pablo: "Aunque nosotros o un ángel del cielo, [¡o el mismo Papa! -diría yo] os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!" (Gal 1,8), es decir, ¡maldito!. 


Sólo Jesucristo, que es Dios, puede decir con verdad: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis Palabras no pasarán" (Mt 11,35).  Y sólo de su divina boca han podido surgir estas sublimes y maravillosas palabras: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por Mí(Jn 14,6). "Mis Palabras son Espíritu y Vida" (Jn 6,63). Todas estas frases no se entienden si Jesucristo no es Dios ... a menos que sea un farsante, pero está demostrado que no es así ... Su Resurrección de entre los muertos es la prueba más concluyente de su Divinidad.


La Iglesia cumple bien con su misión en la medida en que anuncia FIELMENTE -sin corromper- el mensaje que ha recibido de su Maestro y Fundador. Debemos de tener en cuenta que el mensaje recibido es un don, un regalo recibido por Dios y no tenemos derecho a apropiarnos de él ni a modificarlo; no es algo privado, ni puede reducirse a la conciencia personal de cada uno:  "Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar TODO cuanto os he mandado" (Mt 28, 19-20b). Se trata de una exigencia: "Gratis lo habéis recibido, dadlo gratis" (Mt 10,8). La predicación es una obligación, en especial para los pastores: "¡Ay de mí si no evangelizara!" (1 Cor 9, 16). Se trata, además, de un mandato explícito: "Te ordeno, en presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que ante Poncio Pilato dio testimonio confesando la verdad, que conserves el mandamiento sin tacha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tim 6, 13-14). Y así en multitud de ocasiones: "Ten por norma la sana doctrina que oíste de mí, con la fe y la caridad, que están en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros" (2 Tim 1, 13-14), etc.



La Iglesia Católica, instituida por Jesucristo, tiene que dar testimonio de Él, sin avergonzarse de sus palabras y predicando íntegro el Mensaje. Es cierto que "las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella" (Mt 16,18), pero eso no nos exime de la responsabilidad que tenemos de "consolar a cuantos están afligidos con el consuelo con el que nosotros mismos somos consolados por Dios" (2 Cor1,4). En ese sentido somos imprescindibles para Dios. Él cuenta con nosotros para realizar SU obra en el mundo

Al ser Dios el autor de la Verdad Revelada, contenida en las Sagradas Escrituras, en particular en el Nuevo Testamento, sus palabras siempre son actuales, como ya se ha dicho. Y hoy más que nunca. El mundo necesita oír el Mensaje auténtico que viene sólo de Dios, manifestado en Jesucristo... ¡pero no lo oye! ... Se necesitan buenos pastores que hablen al pueblo cristiano de Jesucristo... Sin embargo, Jesucristo es cada vez menos conocido ... entre otras cosas, porque no abundan esos buenos pastores; más bien, con demasiada frecuencia, nos encontramos con malos pastores (lobos disfrazados de ovejas) que predican un mensaje que no es la Palabra de Dios, sino que es mundano.
[Y, por desgracia, muchas veces, lo hacen impunemente, sin ser amonestados por sus superiores] 

Hacen falta pastores como Jesús quien "al ver a las muchedumbres, se llenó de compasión hacia ellos, porque estaban cansados y abatidos, como ovejas sin pastor" (Mt 9,36). El mundo está necesitado de buenos pastores. ¿Qué podemos hacer? Como siempre, el Señor no nos deja solos y nos da la respuesta precisa en el momento preciso: "Entonces dijo a sus discípulos: 'La mies es mucha, pero los obreros pocos. ROGAD, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies' " (Mt 9,37). ¿Por qué la oración es el remedio? Pues porque el que ora posee la misma fuerza de Dios. Es Dios quien actúa y quien pone solución a todo, pero aunque conoce todas nuestras necesidades quiere que le pidamos, que contemos con Él y hablemos con Él, como un amigo habla con otro amigo; en este caso, se trata de hablar con el Amigo (con mayúscula), que siempre está disponible y nos escucha, dándonos siempre aquello que necesitamos, aunque no coincida con lo que le pedimos: "Bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis" (Mt 6,8). Y tenemos la seguridad de que nos concederá siempre lo que más nos conviene. 

Él no se olvida de nosotros, aunque bien es verdad aquello que decía el profeta Isaías, refiriéndose a Dios: "Mis pensamientos no son vuestros pensamientos" (Is 55,8). Lo que nosotros pensamos que es lo mejor no siempre es así; y al revés. De ahí la necesidad de la confianza en la Providencia:  "Así que no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis ansiosos. Porque son las gentes del mundo las que se afanan por estas cosas. Bien sabe vuestro Padre que las necesitáis. Buscad ante todo su Reino que esas otras cosas se os darán por añadidura" (Lc 12, 29-31). Y también: "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del Cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo piden?" (Lc 11,13)

Dada la tremenda actualidad de la palabra de Dios, cuyo seguimiento es el único camino que existe para alcanzar la felicidad -la felicidad verdadera, se entiende-, es de urgencia vital que la Iglesia no capitule ante el mundo: es el mundo el que debe abrirse a la Palabra de Dios, manifestada en Jesucristo, Nuestro Señor y, de ese modo, encontrar la paz (la paz de Cristo, no la que da el mundo). Cualquier otro camino que se siga está abocado al más rotundo fracaso. Ahí están las palabras del Señor: "¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!" (Lc 6,26). Y las del apóstol Santiago: "¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemiga de Dios? Por tanto, quien desee hacerse amigo del mundo se convierte en enemigo de Dios" (Sant 4,4)



(Continuará)