BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



miércoles, 16 de noviembre de 2016

El cardenal Burke explica la solicitud de claridad al Papa (Entrevista exclusiva del presidente de Acción Católica, Thomas McKenna)


Fuente: Adelante la Fe (Hemos visto)




El presidente de Acción Católica, Thomas McKenna, obtuvo la siguiente entrevista con el cardenal Raymond Burke para explicar las intenciones de los cuatro cardenales y los documentos publicados titulados “Buscando la claridad: una súplica para desatar los nudos en Amoris Laetitia“. El texto completo se proporciona al final de la entrevista.

-----

Acción Católica: Su Eminencia, gracias por tomarse el tiempo para tener esta entrevista con nosotros sobre lo que ha publicado hoy. La sustancia de los documentos que usted y los otros cardenales han hecho público se llama "Dubia". ¿Puede explicar por favor lo que significa dubia y lo que implica la presentación de Dubia?

Cardenal Burke: Es un placer hablar con usted de estos asuntos importantes. El título del documento es: "La búsqueda de la claridad: una súplica para desatar los nudos en Amoris Laetitia". Tiene como co-autores a cuatro cardenales: cardenal Walter Brandmüller, cardenal Carlo Caffarra, cardenal Joachim Meisner y yo. Mis compañeros cardenales y yo estamos dando a conocer una súplica que hemos hecho al Santo Padre, el papa Francisco, en relación con su reciente Exhortación Apostólica, Amoris Laetitia. Porciones del documento contienen ambigüedades y declaraciones que son como nudos que no pueden ser fácilmente desatados y están causando gran confusión. Compartiendo la devoción del Papa a Nuestra Señora, Desatadora de Nudos, le estamos pidiendo que aclare estas declaraciones ambiguas y, con la ayuda de Dios, desatar algunas de las declaraciones nudosas del documento para el bien de las almas.

Dubia es la forma plural de la palabra latina, dubium, que significa una pregunta o una duda. Cuando en la Iglesia surge una cuestión o duda importante acerca de la fe misma o de su práctica, es costumbre que los obispos o sacerdotes o los fieles mismos expresen formalmente la pregunta o duda y la presenten al Romano Pontífice y a la oficina que tenga competencia para tratar con ella. La formulación de una pregunta o duda individual se llama simplemente dubium. Si se articula más de una pregunta o duda, se les llama dubia. La exhortación apostólica post-sinodal Amoris Laetitia ha planteado una serie de preguntas y dudas en la mente de los obispos, sacerdotes y fieles, muchos de los cuales ya han sido presentados al Santo Padre y discutidos públicamente. En el presente caso, cuatro cardenales han presentado formalmente al Santo Padre cinco preguntas fundamentales o dudas sobre la fe y la moral basadas en la lectura de Amoris Laetitia.

CA: Muchas personas en la Iglesia ahora están discutiendo lo que se designa como “pastoral”. ¿Puede decirnos un poco sobre el documento que ha publicado hoy, y cómo se relaciona con ser pastoral?

CB: La verdad, hablada con caridad, es clara y pastoral. Nunca es útil pastoralmente dejar asuntos importantes, en el presente caso asuntos que tocan la salvación de las almas, en la duda o en la confusión. Nosotros, cuatro cardenales, como obispos comprometidos con la pastoral de la Iglesia universal y como cardenales que tienen la responsabilidad particular de asistir al Santo Padre en la enseñanza de la fe y en el fomento de su práctica en la Iglesia universal, hemos juzgado que es nuestra responsabilidad hacer públicas estas preguntas por el bien de las almas.

CA: Este documento escrito conjuntamente es en realidad una serie de documentos, como lo indican los encabezados. ¿Le importaría explicar por qué hay partes diferentes, y lo que significan?

CB: El núcleo de lo que estamos publicando hoy es una carta que nosotros cuatro cardenales enviamos inicialmente al papa Francisco, junto con la dubia – es decir, junto con una serie de preguntas formales y serias – acerca de Amoris Laetitia. El proceso de presentar preguntas formales es una práctica venerable y bien establecida en la Iglesia. Cuando la pregunta se refiere a un asunto grave que afecta a muchos de los fieles, la Iglesia responde a estas preguntas con un “sí” o “no”, a veces con explicación. También enviamos una copia de la carta y de la dubia al cardenal Gerhard Ludwig Müller, jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que tiene especial competencia en relación con estas cuestiones.

Con el fin de proporcionar los antecedentes de la carta y nuestras preguntas sobre Amoris Laetitia, también estamos publicando un breve prólogo y una nota explicativa, que explican el contexto de la carta y la dubia o preguntas junto con un comentario sobre cada una de las preguntas en sí.

CA: Entonces usted está diciendo que está publicando una carta que envió al Papa en privado. Esto es extraordinario. ¿No es objetable esta acción desde un punto de vista cristiano? Nuestro Señor dijo en el Evangelio de Mateo (18 15) que si tenemos un problema con un hermano, se supone que debemos hablar con él en privado, uno a uno, no públicamente.

CB : En la misma parte de la Sagrada Escritura a la que se refiere, Nuestro Señor también dijo que, después de dirigir una dificultad a un hermano, individualmente y junto con otros, sin que se resuelva, entonces, para el bien de la Iglesia el asunto debe ser presentado a toda la Iglesia. Esto es precisamente lo que estamos haciendo.

Ha habido muchas otras declaraciones de preocupación con respecto a Amoris Laetitia, todas las cuales no han recibido una respuesta oficial del Papa o de sus representantes. Por lo tanto, para buscar claridad en estos asuntos, otros tres cardenales y yo usamos la formalidad de presentar preguntas fundamentales directamente al Santo Padre y al Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe. Tampoco se ha respondido a estas preguntas. Por lo tanto, al hacer públicas nuestras preguntas o dubia, estamos siendo fieles al mandato de Cristo de hablar primero con una persona en privado, luego en un pequeño grupo y, finalmente, llevando el asunto a la Iglesia en su conjunto.

CA: Como usted ha dicho, Amoris Laetitia ha sido objeto de muchas discusiones, e incluso críticas. Por ejemplo, es por todos conocido que usted ha declarado que cree que no es un documento magisterial. ¿Podría usted explicar cómo sus preguntas actuales al Santo Padre se relacionan con estos otros análisis de la Exhortación Apostólica?

CB : Para entender la presente publicación, necesitamos considerar qué ha conducido a ella. Justo después de su elección, en su primer mensaje del Angelus del domingo, el papa Francisco elogió la comprensión de la misericordia del cardenal Walter Kasper, que es un tema fundamental en Amoris Laetitia. Sólo unos meses más tarde, el Vaticano anunció un Sínodo Extraordinario sobre Matrimonio y Familia para octubre de 2014.

En preparación para el Sínodo, yo, junto con otros cuatro cardenales, un arzobispo y tres teólogos, publiqué un libro, Permaneciendo en la Verdad de Cristo. Como miembro del Sínodo, observé que el informe de mitad de período carecía de una base sólida en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia. Más tarde, estuve de acuerdo con otros cardenales en que había manipulación en el funcionamiento del propio Sínodo y en la redacción del informe final del Sínodo.

Antes del Sínodo de 2015, al que no fui invitado, once cardenales contribuyeron a un libro sobre el matrimonio y la familia. Aunque no contribuí a este libro, lo leí con gran interés. También antes del Sínodo Ordinario de la Familia de 2015, más de 790,000 católicos firmaron un “llamamiento filial” al papa Francisco sobre el futuro de la familia, pidiéndole que dijera “una palabra clarificadora” para disipar la “confusión generalizada” sobre la enseñanza de la Iglesia. Junto con otros cardenales, yo era un signatario. Durante la sesión de 2015 del Sínodo, trece cardenales participantes firmaron una carta al Papa que indicaba su preocupación por la manipulación del proceso del Sínodo.

En abril de 2016, el papa Francisco publicó Amoris Laetitia como el fruto de las sesiones de 2014 y 2015 del Sínodo de los Obispos. En el verano de 2016, cuarenta y cinco académicos, entre ellos algunos prelados, escribieron al Santo Padre y al Colegio de Cardenales, pidiendo al Papa repudiar una lista de proposiciones erróneas que se pueden extraer de partes de Amoris Laetitia. Esto no recibió respuesta pública.

El 29 de agosto de 2016, me uní a muchos obispos, sacerdotes y fieles laicos en la firma de una Declaración de fidelidad a la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y su disciplina ininterrumpida. Esto tampoco ha recibido respuesta pública.

Mi posición es que Amoris Laetitia no es magisterial porque contiene serias ambigüedades que confunden a la gente y pueden conducirlos al error y al pecado grave. Un documento con estos defectos no puede ser parte de la enseñanza perenne de la Iglesia. Porque este es el caso, la Iglesia necesita claridad absoluta en lo que el papa Francisco está enseñando y alentando.

CA: A algunos católicos les puede preocupar que su publicación actual sea un acto de deslealtad.

CB: Yo, junto con los otros tres cardenales, nos esforzamos por ser leales al Santo Padre al ser leales a Cristo sobre todo. Haciendo pública nuestra súplica para la claridad de la doctrina y de la práctica pastoral, esperamos hacer esto una discusión para todos los católicos, especialmente nuestros compañeros obispos. Todos los bautizados deben estar preocupados por la doctrina y las prácticas morales con respecto a la santa Eucaristía y el santo matrimonio y sobre cómo identificar las acciones buenas y malas. Estos asuntos nos afectan a todos.

En lugar de ser una cuestión de deslealtad hacia el Papa, nuestra acción es profundamente leal a todo lo que el Papa representa y está obligado a defender en su capacidad oficial. El papa Francisco ha pedido un discurso sincero en la Iglesia en muchas ocasiones, y ha pedido a los miembros de la jerarquía apertura y responsabilidad. Estamos siendo sinceros, con el más absoluto respeto por el oficio del Santo Padre, y ejercitando, a la luz de nuestras conciencias, la apertura y responsabilidad que la Iglesia tiene derecho a esperar de nosotros.

Este es mi deber como cardenal de la Iglesia católica. No fui creado cardenal para recibir una posición honorífica. Más bien, el papa Benedicto XVI me hizo cardenal para ayudarlo a él y a sus sucesores a gobernar la Iglesia y enseñar la fe. Todos los cardenales tienen el deber de trabajar en estrecha colaboración con el Papa para el bien de las almas, y esto es precisamente lo que estoy haciendo al plantear cuestiones de gran importancia en cuanto a la fe y la moral. No estaría cumpliendo mi deber como cardenal y, por lo tanto, como consejero del Papa, si guardara silencio sobre un asunto tan grave.

CA: Si me permite, me gustaría continuar con esta línea de pensamiento. No está claro cómo su publicación está siendo dócil al deseo del Papa de una mayor sensibilidad pastoral y creatividad en la Iglesia. ¿No ha indicado el Papa su posición en una carta a los obispos argentinos? Otros cardenales han dicho que la forma correcta de leer Amoris Laetitia es que permite a las parejas divorciadas y casadas de nuevo a recibir la comunión en ciertas circunstancias. En esa luz, uno podría argumentar que su documento está creando más confusión.

CB: En primer lugar, un punto de aclaración. La cuestión no es acerca de las parejas divorciadas y vueltas a casar que reciben la santa comunión. Se trata de parejas sexualmente activas pero no válidamente casadas que reciben la sagrada comunión. Cuando una pareja obtiene un divorcio civil y una declaración canónica de que nunca estuvieron casados legalmente, entonces son libres de casarse por la Iglesia y recibir la santa comunión, cuando están adecuadamente dispuestos a recibirla. La propuesta de Kasper es permitir que una persona reciba la sagrada comunión cuando él o ella ha pronunciado válidamente los votos matrimoniales pero ya no vive con su cónyuge y ahora vive con otra persona con quien es sexualmente activa. En realidad, esta propuesta abre la puerta a cualquier persona que cometa algún pecado para recibir la sagrada comunión sin arrepentirse del pecado.

También quisiera señalar que sólo la primera de nuestras preguntas al Santo Padre se centra en el santo matrimonio y la santa Eucaristía. Las preguntas dos, tres y cuatro tratan sobre cuestiones fundamentales relativas a la vida moral: si existen actos intrínsecamente malos, si una persona que habitualmente comete un grave mal está en estado de “pecado grave” y si un pecado grave puede llegar a ser una buena elección debido a circunstancias o intenciones.

Es cierto que el Santo Padre escribió una carta a los obispos argentinos y que algunos cardenales han propuesto las interpretaciones de Amoris Laetitia que ustedes han mencionado. Sin embargo, el propio Santo Padre no ha aclarado algunas de las cuestiones “nudosas”

Contradice a la fe si algún católico, incluyendo al Papa, dice que una persona puede recibir la sagrada comunión sin arrepentirse de pecado grave, o que vivir en forma matrimonial con alguien que no sea su esposo no es un estado de grave pecado, o que no existe tal cosa como un acto que es siempre y en todas partes malvado y puede enviar a una persona a la perdición. 

Así, me uno a mis hermanos cardenales en hacer una petición para una aclaración inconfundible del mismo papa Francisco. Su voz, la voz del sucesor de san Pedro, puede disipar cualquier pregunta sobre el tema.

[Traducido por Rocío Salas, equipo de traducción de Adelante la Fe. Artículo original]

URGENTE: Burke advierte que si el Papa no aclara la confusión harán “un acto formal de corrección de un error grave” (Entrevista de Edward Pentin al cardenal Burke)



Edward Pentin, vaticanista del National Catholic Register, entrevista al Cardenal Burke sobre la reciente carta al Papa firmada por cuatro cardenales. InfoVaticana les ofrece la traducción de la entrevista.


Eminencia, ¿qué es lo que se pretende alcanzar con esta iniciativa?

La iniciativa está dirigida a una sola cosa, a saber, el bien de la Iglesia, que, en este momento, está sufriendo una tremenda confusión en al menos estos cinco puntos. Hay una serie de otras cuestiones también, pero estos cinco puntos críticos tienen que ver con los principios morales irreformables. Así que, como cardenales, juzgamos que es nuestra responsabilidad solicitar una aclaración con respecto a estas cuestiones, con el fin de poner fin a esta propagación de la confusión que en realidad está llevando a la gente al error.

¿Está escuchando a mucha gente con esta preocupación por la confusión?

Donde quiera que vaya lo escucho. Los sacerdotes están divididos entre sí, sacerdotes de obispos, obispos entre sí. Hay una tremenda división en la Iglesia, y ese no es el camino de la Iglesia. Es por ello que fijamos estas cuestiones morales fundamentales que nos unifican.

¿Por qué es el capítulo 8 de Amoris Laetitia de tal preocupación en particular?

Debido a que ha sido la fuente de todas estas discusiones confusas. Incluso las directrices diocesanas están confundidas y en el error. Tenemos un conjunto de directivas en una diócesis; por ejemplo, diciendo que los sacerdotes son libres en el confesionario, si lo juzgan necesario, para permitir que una persona que está viviendo en una unión adúltera y continúa haciéndolo tenga acceso a los sacramentos – mientras que, en otra diócesis, de acuerdo con lo que la práctica de la Iglesia ha sido siempre, un sacerdote es capaz de conceder tal permiso a los que hacen el firme propósito de enmienda a vivir la castidad en el matrimonio, es decir, como hermano y hermana, y sólo para recibir los sacramentos en un lugar donde no sean motivo de escándalo. Esto realmente tiene que ser abordado. Pero luego están las cuestiones adicionales en duda, aparte de esa pregunta en particular de los divorciados y vueltos a casar, que se engloban bajo el término “mal intrínseco”, con el estado de pecado y con la noción correcta de conciencia.

Sin la aclaración que están buscando, ¿está diciendo, por lo tanto, que esta y otras enseñanzas en Amoris Laetitia van en contra del principio de no contradicción (que indica que una afirmación no puede ser a la vez verdadera y falsa al mismo tiempo cuando se trata con el mismo contexto )?

Por supuesto, ya que, por ejemplo, si se toma el tema del matrimonio, la Iglesia enseña que el matrimonio es indisoluble, de acuerdo con la palabra de Cristo: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio.” Por lo tanto, si usted está divorciado , no puedes entrar en una relación matrimonial con otra persona a menos que el vínculo indisoluble al que estás sujeto sea declarado nulo, inexistente. Pero si decimos, bueno, en ciertos casos, una persona que vive en una unión matrimonial irregular puede recibir la sagrada comunión, a continuación, una de las dos cosas tiene que ser el caso:

O bien el matrimonio en realidad no es indisoluble – como, por ejemplo, en la “teoría de la iluminación” del cardenal Kasper, quien sostiene que el matrimonio es un ideal al que no podemos llegar de forma realista las personas. En tal caso, hemos perdido el sentido de la gracia del sacramento, que permite a los casados vivir la verdad de su pacto matrimonial -, o bien la santa comunión no es comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Por supuesto, ninguno de los dos es posible. Están en contradicción con las enseñanzas constantes de la Iglesia desde el principio y, por lo tanto, no puede ser verdad.

Algunos verán esta iniciativa a través de una lente política y la criticarán como un conflicto “conservador versus liberal” , algo que usted y los otros firmantes rechazan. ¿Cuál es su respuesta a esa acusación?

Nuestra respuesta es simplemente esto: No estamos tomando algún tipo de posición dentro de la Iglesia, como una decisión política, por ejemplo. Los fariseos acusaron a Jesús de tomar parte en un lado de un debate entre los expertos en la ley judía, pero Jesús no hizo eso en absoluto. Hizo un llamamiento al orden que Dios puso en la naturaleza desde el omento de la creación. Dijo: A Moisés se le permite el divorcio debido a su dureza de corazón, pero no fue así desde el principio. Así que simplemente estamos exponiendo lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado al hacer estas cinco preguntas que se ocupan de la enseñanza y la práctica constante de la Iglesia. Las respuestas a estas preguntas proporcionan una herramienta esencial para la interpretación de Amoris Laetitia. Tienen que ser expuestas públicamente debido a que muchas personas están diciendo: “Estamos confundidos, y no entendemos por qué los cardenales o alguien con autoridad no habla y nos ayudan.”

¿Es un deber pastoral?

Así es, y yo puedo asegurar que conozco a todos los cardenales que participan, y esto ha sido algo que hemos llevado a cabo con el mayor sentido de nuestra responsabilidad como obispos y cardenales. Pero también se ha llevado a cabo con el mayor respeto por el ministerio de Pedro, porque si el Ministerio Petrino no se atiene a estos principios fundamentales de la doctrina y la disciplina, entonces, en la práctica, la división ha entrado en la Iglesia, lo cual es contrario a nuestra propia naturaleza .

¿Y el ministerio de Pedro, también, cuyo propósito principal es la unidad?

Sí, como dice el Concilio Vaticano II, el Papa es el fundamento de la unidad de los obispos y de todos los fieles. Esta idea, por tanto, de que el Papa tiene que ser algún tipo de innovador, que encabeza una revolución en la Iglesia o algo similar, es completamente ajena a la Función de Pedro. El Papa es un gran servidor de las verdades de la fe, ya que han sido pronunciadas en una línea ininterrumpida desde los tiempos de los apóstoles.

¿Es por eso que hacen hincapié en que lo que está haciendo es un acto de caridad y la justicia?

Absolutamente. Tenemos esta responsabilidad ante las personas para las que somos obispos, e incluso un mayor responsabilidad como cardenales, que son los principales asesores del Papa. Para nosotros permanecer en silencio acerca de estas dudas fundamentales, que han surgido como resultado del texto de Amoris Laetitia, sería, por nuestra parte, una grave falta de caridad hacia el Papa y una grave falta en el cumplimiento de los deberes de nuestra propia misión en la iglesia.

Algunos podrían argumentar que solamente son cuatro cardenales, entre los cuales usted es el único que no está retirado, y esto no es muy representativa de toda la Iglesia. En ese caso, se podría preguntar: ¿Por qué el Papa debería escucharles y responderles?

Bueno, los números no son el problema. La cuestión es la verdad. En el juicio sobre Santo Tomás Moro, alguien le dijo que la mayoría de los obispos ingleses habían aceptado la orden del rey, y él dijo que podía ser cierto, pero que los santos en el cielo no la aceptaban. Ese es el punto aquí. Me gustaría pensar que a pesar de que otros cardenales no firmaron este documento, comparten la misma preocupación. Pero eso no me molesta. Incluso si fuéramos uno, dos o tres, si se trata de una cuestión de algo que es cierto y es esencial para la salvación de las almas, entonces tiene que ser dicho.

¿Qué pasa si el Papa no responde a su acto de justicia y de la caridad y no da la aclaración de las enseñanzas de la Iglesia que se espera lograr?

Entonces tendríamos que hacer frente a esta situación. Existe, en la Tradición de la Iglesia, la práctica de la corrección al Romano Pontífice. Es algo que es claramente bastante raro, pero si no hay respuesta a estas preguntas, entonces yo diría que sería cuestión de hacer un acto formal de corrección de un error grave.

En un conflicto entre la autoridad eclesial y la Sagrada Tradición de la Iglesia ¿cuál es vinculante para el creyente y que tiene la autoridad para determinar esto?

Lo que es vinculante es la tradición, y la autoridad eclesial existe sólo en servicio de la tradición. Pienso en ese pasaje de San Pablo en la Carta a los Gálatas (1: 8): “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.”

Si el Papa enseñara un grave error o herejía, ¿qué autoridad legítima puede declarar esto y cuáles serían las consecuencias?

Es deber en tales casos, e históricamente ha sucedido, de cardenales y obispos, dejar claro que el Papa está enseñando un error y pedirle corregirlo.


Publicada en National Catholic Register. Traducción de InfoVaticana




COMENTARIO

Gracias a Dios que, por fin, se han decidido -algunos cardenales-a enfrentarse, con sumo respeto y delicadeza, pero con firmeza, al Santo Padre, para que se defina formalmente con respecto a puntos que son cruciales para la fe católica y la supervivencia de la Iglesia (la verdadera, se entiende, no la inaugurada hace cincuenta años con el Concilio Vaticano II que, por su lenguaje ambiguo, ha dado lugar a lo que ahora estamos presenciando en esta Iglesia nuestra, que se encuentra al borde del abismo).

Es ahora el momento de la prueba y, por lo tanto, el momento clave para redoblar o triplicar nuestra fe en la Palabra de Dios: "El Cielo y la Tierra pasarán pero mis palabras no pasarán". Nadie puede enfrentarse a Dios y quedar indemne, puesto que "de Dios nadie se burla", como dice san Pablo.

Mientras tanto, los católicos debemos rezar; y hacerlo de modo especial por Francisco para que Dios lo ilumine y salga de esa "rigidez" de la que tanto acusa a los tradicionalistas y de la que, sin embargo, él mismo padece, aunque en un sentido opuesto y erróneo, claro está.

Sólo nos queda ahora el estar preparados para lo que ocurra, tal y como decía Jesús a sus discípulos ... y hacerlo sin perder nunca ni la alegría ni la confianza en Dios quien ciertamente permite el mal, pero hasta cierto punto. Pues las puertas del infierno no pueden prevalecer contra la Iglesia que Él fundó: la que Él fundó, no la que otros se han inventado, que no es la verdadera Iglesia.

martes, 15 de noviembre de 2016

¿Es Francisco un político de izquierdas? (Vídeo de Gloria TV)

Duración 1:56 minutos

[El vídeo puede visualizarse en Youtube, con subtítulos en inglés, los cuales están escritos también aquí debajo. Al finalizar su lectura se encuentra la traducción al español, que he realizado, tomando como ayuda y apoyo el traductor de Google]

A New Che Guevara? Vittorio Agnoletto, the Italian speaker of the left-wing alter-globalization movement considers Pope Francis the ethical and moral reference of his movement, especially since the election of Donald Trump. On November 5th, Pope Francis held an international meeting of 180 left-wing agitators in the Vatican.

Ideological Fanaticism: At the meeting of these agitators, Francis said: “I make your cry mine.” The Roman historian Roberto di Mattei commented: “Unfortunately, this cry is characterized by ideological fanaticism.”

Strange Sympathies: De Mattei also points out that Francis has sympathy for bankrupt left-wing regimes like China, Cuba, Bolivia, Ecuador or Venezuela. But he never approved the extraordinary gesture of Perù’s president Pedro Pablo Kuczynski who, on October 21st, consecrated his country to the Sacred Heart of Jesus and the Immaculate Heart of Mary.

A Politician: According to the Italian journalist Antonio Socci, Francis behaves more like a politician than like a pope. Quote: “He is much more interested in social questions than in spiritual or doctrinal matters which he always handles with contempt.”


TRADUCCIÓN PERSONAL 

¿Un Nuevo Che Guevara? Vittorio Agnoletto, el orador italiano del movimiento anti-globalización de izquierda, considera al Papa Francisco como la referencia ética y moral de su movimiento, especialmente desde la elección de Donald Trump. El 5 de noviembre, el Papa Francisco celebró en el Vaticano una reunión internacional de 180 agitadores de izquierda.

Fanatismo ideológico: En el encuentro de estos agitadores, Francisco dijo: "Yo hago tu grito mío". El historiador romano Roberto de Mattei comentó: "Desafortunadamente, este grito se caracteriza por el fanatismo ideológico".

Simpatías extrañas: De Mattei también señala que Francisco tiene simpatía por regímenes de izquierda en bancarrota como China, Cuba, Bolivia, Ecuador o Venezuela. Pero nunca aprobó el extraordinario gesto del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, quien el 21 de octubre consagró su país al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.

Un político: Según el periodista italiano Antonio Socci, Francisco se comporta más como un político que como un papa. Cita: "Él está mucho más interesado en cuestiones sociales que en asuntos espirituales o doctrinales que siempre maneja con desprecio".

José Martí

lunes, 14 de noviembre de 2016

Cuatro cardenales hacen pública su declaración (Sandro Magister)




Por fin: ¡Ya era hora! He tenido acceso inicial a la noticia leyendo el último artículo de Sandro Magister, fechado hoy, 14 de noviembre, de título:  "Clarificar". La apelación de cuatro cardenales al Papa. Lo mismo, pero con la traducción corregida se encuentra en CATHOLICVS. Y así en infinidad de medios: Infocatólica, Amor por la verdad, Edward Pentin, Rorate Caeli, Novus Ordo Watch, Life Site News, etc...

Yo tomo como referencia la noticia de Secretum Mihi Meum

 

Una carta. Cinco preguntas sobre los puntos más controvertidos de "Amoris laetitia". Se le envió el 19 de septiembre, el mismo día en el que hubo una carta de acusación al Papa por The Remnant y Catholic Family News. Sin embargo, Francisco no respondió. Eso es lo que les ha llevado a hacerlas públicas, cuando han transcurrido casi dos meses desde que el santo Padre tuvo acceso a ellas. "Un motivo más", dicen, "para informar de nuestra iniciativa al pueblo de Dios"

De modo que el asunto clave de la Amoris Laetitia, el de la comunión de los divorciados vueltos a casar, sigue sin estar resuelto, pese a todas las peticiones de aclaración hechas al papa Francisco, quien afirma que acudamos al cardenal Schönborn y a lo que han dicho los obispos de Buenos Aires. A este respecto remito al lector a un artículo que escribí y en el que aparecen reflejados estos hechos, titulado El padre Jacques Hamel, Francisco ... y Amoris Laetitia. De especial interés es el escrito titulado "Con ardiente preocupación: acusamos al papa Francisco" (The Remnant and Catholic Family News), desglosado posteriormente:

Libro de acusación al papa Francisco por el grave daño que está haciendo a la Iglesia (Blog 29 de septiembre)

Libro de Acusación al Papa Francisco (Resumido en vídeos de Gloria TV) (Blog 30 de septiembre)

Parte primera de la Acusación contra Francisco (publicada el 19 de septiembre de 2016) (Blog 2 de octubre)

Parte segunda de la acusación contra Francisco (publicada el 22 de septiembre) (Blog 3 de octubre)

Parte tercera de la acusación contra Francisco (publicada el 23 de septiembre) (Blog 8 de octubre)

. Ya en julio de este año LÍDERES INTERNACIONALES DE LA FAMILIA Y DE LA VIDA SUPLICAN AL PAPA QUE "TERMINE CON LA CONFUSIÓN" (Life Site News). Puede leerse aquí . La versión completa, con subtítulos en español aquí

. Quien esté especialmente interesado en este tema puede leer otros artículos anteriores, de los que coloco algunos a continuación:

Pensamientos previos a la exhortación apostólica Amoris Laetitia [José Martí] - Blog 7 de abril 2016

Y, por supuesto, encontrará muchos más en la siguiente entrada: INFINIDAD DE ARTÍCULOS CON RESPECTO A LA AMORIS LAETITIA  - [Selección por José Martí] - 19 de abril 2016

Hay que decir que, a día de hoy, los artículos existentes serán mucho más abundantes de los aquí seleccionados, los cuales son sólo una simple muestra que se tomó de algunos de los que salieron hasta el 27 de julio. Y de esto hace ya más de tres meses y medio.

La mayoría de dichos artículos (aparte de los escritos por mí) provienen de personas de gran prestigio como Roberto de Mattei, el padre Iraburu (de Infocatólica), Michael Matt, Christopher Ferrara (de The Remnant), John Vennari (de Catholic Family News), Sandro Magister y bastantes más de Adelante la Fe, Infovaticana, Denzinger-Bergoglio y Stat Veritas, etc... amén de otros, tal vez menos conocidos, (pues usan pseudónimos) pero que aciertan en lo que dicen. Tal es el caso de Fray Gerundio, The Wanderer, Flavio Infante, Catholicvs y Secretum Mihi Meum.

En fin: la batalla no ha hecho más que empezar. Esperemos que el Santo Padre les conteste, dándoles una respuesta formal a las preguntas que hacen. Son muchos los cardenales que piensan de igual modo que estos cuatro, pero están en la sombra y con cierto miedo, por decirlo de alguna manera. Esperemos que el Espíritu Santo les ilumine y les dé fortaleza para que no piensen en sí mismos sino en el bien de la Iglesia, que está atravesando por el momento más crítico de su historia durante dos mil años.

Como se sabe, el papa ha elegido ya diecisiete cardenales, de afinidades análogas a las suyas (trece de ellos son papables) y serán elevados a dicha categoría el día antes del término del "año de la misericordia", el 20 de Noviembre, festividad de Cristo Rey y último domingo del tiempo ordinario. En Rome Reports se explican las razones de ese tercer nombramiento de cardenales en lo que lleva de Pontificado (serían 44 en total los cardenales nombrados por Francisco).


NOTA

Estas son las cinco dudas que los cardenales piden al Santo Padre que aclare:

Primera

Se pregunta si, según lo afirmado en «Amoris Laetitia» nn. 300-305, es posible ahora conceder la absolución en el sacramento de la Penitencia y, en consecuencia, admitir a la Santa Eucaristía a una persona que, estando unida por un vínculo matrimonial válido, convive «more uxorio» con otra, sin que se hayan cumplido las condiciones previstas por «Familiaris consortio» n. 84 y luego confirmadas por «Reconciliatio et paenitentia» n. 34 y por «Sacramentum caritatis» n. 29. La expresión «en ciertos casos» de la nota 351 (n. 305) de la exhortación «Amoris Laetitia», ¿puede aplicarse a divorciados que están en una nueva unión y siguen viviendo «more uxorio»?

Segunda

¿Sigue siendo válida, después de la exhortación post-sinodal «Amoris Laetitia» (cfr. n. 304), la enseñanza de la encíclica de san Juan Pablo II, «Veritatis splendor» n. 79, fundamentada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, respecto a la existencia de normas morales absolutas, válidas sin excepción alguna, que prohíben acciones intrínsecamente malas?

Tercera

Después de «Amoris Laetitia» n. 301, ¿es posible afirmar todavía que una persona que vive habitualmente en contradicción con un mandamiento de la ley de Dios, como por ejemplo el que prohíbe el adulterio (cfr. Mt 19, 3-9), se encuentra en situación objetiva de pecado grave habitual (cfr. Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración del 24 de junio del 2000)?

Cuarta

Después de las afirmaciones de «Amoris Laetitia» n. 302 sobre las «circunstancias que atenúan la responsabilidad moral», ¿se debe considerar todavía válida la enseñanza de la encíclica de San Juan Pablo II, «Veritatis splendor» n. 81, fundamentada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, según la cual: «las circunstancias o las intenciones nunca podrán transformar un acto intrínsecamente deshonesto por su objeto en un acto subjetivamente honesto o justificable como elección»?

Quinta

Después de «Amoris Laetitia» n. 303, ¿se debe considerar todavía válida la enseñanza de la encíclica de San Juan Pablo II, «Veritatis splendor» n. 56, fundamentada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, que excluye una interpretación creativa del papel de la conciencia y afirma que ésta nunca está autorizada para legitimar excepciones a las normas morales absolutas que prohíben acciones intrínsecamente malas por su objeto?

UNA INFORMACIÓN MÁS COMPLETA PUEDE VERSE EN SANDRO MAGISTER, tal y como se señala al principio de esta entrada.


José Martí

El perdón no se opone a la lucha por la justicia (Homilía del cardenal Rivera, México, 12 Nov 2016)

Duración 11:43 minutos

Aquí sólo se reproduce la homilía dentro del conjunto de la misa. Refiriéndose a ese conjunto, se puede escuchar en el minuto 28:32 lo que está escrito a continuación (tomado de Secretum Mihi Meum). En el video de este post hay que ir al minuto 10:12 y escuchar hasta el final 11:42 (un minuto y  medio)


sábado, 12 de noviembre de 2016

Una desgracia para la sede papal (The Vortex)


Magnífico vídeo, altamente ilustrativo para cualquier católico. Expresado con una claridad meridiana, Michael Voris explica, mediante un breve análisis histórico, la necesidad que tenemos los católicos de tener las ideas claras para discernir entre "lo que dice un Papa" y la realidad eclesial. Ni el Papa es elegido directamente por el Espíritu Santo ni cualquier cosa que diga un Papa, en cualquier ocasión, debe de ser considerada como un dogma de fe. Es más: hay temas en los que la opinión del Papa no cuenta para nada. Tal es el caso cuando habla, por ejemplo, del cambio climático o de los inmigrantes, por poner algún ejemplo. Pero lo mejor es ver y escuchar a Michael Voris. Es aleccionador y ameno, al mismo tiempo.

Duración 9:54 minutos

Francisco el Incapaz (Wanderer)



La incapacidad de Bergoglio ha quedada demostrada, y de un modo escandaloso. Este personaje menor que en un mundo ordenado no habría superado la categoría de párroco de pueblo y que, merced a la sandez del colegio cardenalicio, se convirtió en el sucesor de Pedro, ha fracasado una vez más. Hasta ahora, no puede enarbolar ningún triunfo ni dar cumplidas ninguna de sus promesas: no limpió la Curia Romana (nada se supo de las famosas cajas que tanto amargaban al papa Benedicto), no saneó las financias vaticanas, no acabó con la pedofilia y demás inmoralidades del clero (nombró a Mons. Ricca, personaje escandaloso si los hay, en un puesto de alta responsabilidad) y se está ganando poco a poco el fastidio de todo el mundo: en el Vaticano están hartos de él; muchos cardenales rezan para que inicie pronto su viaje a la Casa del Padre y hasta los sanpietrini prefieren evitarlo.

Pero su fracaso más estruendoso ha sido en el ámbito político, justamente el que más le interesa. Su objetivo final era, sin duda, convertirse en líder mundial de progresismo como varias veces lo explicó Ludovicus en este blog, y es por eso que apoyó descaradamente cualquier proyecto populista e izquierdoso que asomara la cabeza. Y todos le salieron mal: ganó Macri y perdió Scioli; ganó Rajoy y perdió Podemos; ganó el Brexit y perdió la inmigración masiva; ganó el No y perdió el Sí en Colombia; ganó Trump y perdió Hillary; y no sería extraño que en las próximas elecciones francesas ganara Marine Le Pen. 

Bergoglio se quedó solo, acompañado apenas por los Luis D’Elia y las Milagro Salas planetarios que conforman los Movimientos Populares, a los que hace apenas cuatro días arengaba con estas palabras enmohecidas: “¿Quién gobierna entonces? El dinero ¿Cómo gobierna? Con el látigo del miedo, de la inequidad, de la violencia económica, social, cultural y militar que engendra más y más violencia en una espiral descendente que parece no acabar jamás”. Y probablemente se convierta también en un outsider en su ya desembozada defensa de los "derechos" que asisten a los homosexuales, como ha quedado demostrado en los sucesos de México ocurridos esta semana: prohibió a los obispos y católicos de ese país manifestarse en contra del "matrimonio" homosexual, tal cual lo hizo en Argentina. 

Pero intentemos pensar de qué modo puede afectar todo esto ad intra. Como razonaba un amigo, esta serie de estrepitosos fracasos ha instalado una suerte de contra-sinergia en el mundo entero y por eso, cada vez que Bergoglio abra la boca, se activará un poderoso dinamismo en favor de lo contrario que diga. Olvidémonos de Argentina, porque los obispos autóctonos son de la peor ralea que haya producido la Iglesia, pero los cardenales y obispos de otras regiones -y sobre todo los que son bwanas-, por más bergoglianos que sean, no son tontos. Una buena parte de ellos tendrá el sentido del olfato suficientemente desarrollado para comprender que el libreto que había preparado la progresía internacional se está cayendo a pedazos y que lo peor que podrían hacer sería, justamente, elegir a un próximo Papa que siga dando patadas contra el aguijón. 

Una de las escasas ventajas que veíamos en este blog con respecto a la elección de Bergoglio, y que declaramos en varias oportunidades, era que iba a demostrar a todo el mundo que el rey estaba desnudo, es decir, que las primaveras conciliares, las aperturas al mundo y los diálogos interplanetarios no eran más que cháchara vacía, condenada al fracaso. Y los últimos acontecimientos demuestran que, efectivamente, es así. Quizás sea una vez más una sorpresa de la Providencia lo que depare el próximo, y más que anhelado, cónclave.

Bergoglio, de aspirante a líder mundial del progresismo político, se ha convertido en asistente privilegiado a su funeral o, si hacemos caso a su bien ganada fama de yeta, en su sepulturero. Y así como el papa Gregorio fue conocido como Magno, Francisco lo será como Incapaz.

San Lutero y el suicidio de Occidente (Video)


Duración 59:58 minutos

Severa confusión: “Son los comunistas los que piensan como los cristianos” (Francisco)



En una entrevista reciente realizada por el diario italiano “La Reppúbblica” al papa Francisco, por Eugenio Scalfari, el vicario de Cristo afirma “que son los comunistas los que piensan como los cristianos”, refiriéndose a la preocupación y trabajo por la situación de los más pobres y marginados de nuestro mundo.

Es una afirmación, leída totalmente en el contexto de la entrevista, que toca también otros temas como la reciente elección de Trump, que no deja de preocupar por varias razones.

En primer lugar porque no es verdad que los comunistas piensen igual que los cristianos. Ellos son materialistas y ateos y no creen, consecuencialmente, en ninguna revelación inspirada por Dios. En segundo lugar, son partidarios de que el fin justifica los medios, a diferencia de los cristianos. Por lo que en la supuesta lucha a favor de los desposeídos de la tierra no dudan en usar medios violentos. Por lo demás, la historia lo demuestra. No han dudado en usar la violencia y matar a los opositores tanto en la revolución bolchevique de 1917, como en la Cuba castrista, como antes en China durante la dictadura de Mao Tsetung.

En tercer término, si alguien tuviera dudas, puede consultar toda la Doctrina Social de la Iglesia Católica, que se encuentra resumida en el Compendio correspondiente, aprobado bajo el pontificado de San Juan Pablo II. De allí puede apreciarse cuál es la doctrina de la Iglesia sobre los temas sociales y los medios lícitos para luchar por la promoción humana.

Creo además que se trata de una afirmación insultante para los cristianos víctimas de las dictaduras comunistas ya citadas y otras, muchos de ellos luchadores sociales pero por los caminos que la moral cristiana indica. Por citar solo un caso, viene a mi mente la muerte que el régimen castrista le dio al dirigente opositor católico cubano Oswaldo Payá hace pocos años. Y naturalmente también resulta ofensiva para los que nos consideramos socialcristianos, que se nos iguale o compare con los comunistas, por las razones que acabo de exponer.

Y como ya ha sucedido con declaraciones anteriores, quizás nuevamente la Oficina de Prensa Vaticana, ahora con nuevos oficiales, tenga que salir a aclarar lo que terminará oscureciendo o mejor, confirmando, la terrible y desgraciada comparación formulada por el papa.

Es con dolor que tenemos que escribir esto como católicos apostólicos y romanos pero como la verdad no está encadenada, ella siempre termina luciendo con el resplandor que le es propio.

Carlos Alvarez Cozzi

El ecumenismo sigue sumando confusión y desconcierto (Mario Caponetto)



La conmemoración “ecuménica”, con el Papa Francisco a la cabeza, del Quinto Centenario de la herejía luterana está llevando las cosas a un punto límite: ya no es posible, en recta conciencia católica, no oponer siquiera alguna resistencia a esta enorme marea de confusión y desconcierto, ni pasar por alto las palabras y los gestos del Santo Padre respecto de esta conmemoración. No queda, por tanto, sino repetir con todo dolor pero con firmeza: non possumus! No podemos seguir con este ecumenismo que nos está llevando a la negación misma de la Fe y del mandato del Señor de evangelizar a las naciones.

Es cierto que desde hace tiempo el ecumenismo viene enervando la vida de la Iglesia. No es menos cierto que los dos Papas anteriores a Francisco tuvieron gestos y palabras de proximidad al protestantismo; se insinuó, incluso, la posibilidad de una conmemoración conjunta de este quinto centenario, la que ahora se consuma. Pero lo que hemos visto y oído en estos días supera sustancialmente todo lo anterior. En efecto, una cosa es el dialogo entendido como salutis colloquium, al decir de Paulo VI, aún con todas las desviaciones que ha exhibido en los últimos cincuenta años, y otra muy distinta es la asunción lisa y llana por parte de un Papa de las premisas fundamentales de la herejía protestante, premisas que ya no sólo no se condenan sino que ahora se las asume como bienes y dones de Dios para la Iglesia.

Nos explicamos. En toda esta llevada y traída conmemoración de la Reforma el problema central no es ni la figura de Lutero (al que se lo quiere poco menos que canonizar), ni los propósitos que lo movieron (a los que, sin ningún fundamento, se los presume nobles y loables), ni las circunstancias históricas que acompañaron el surgimiento del protestantismo (que se tergiversan y exageran de manera escandalosa con desprecio absoluto por la verdad histórica). No, el problema central es lo que significó y significa el protestantismo, en sus múltiples formas y expresiones, como radical subversión de la Fe, como herida impía inferida al Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia y como fuente del inmenso caudal de males que provocó no sólo en el orden estrictamente religioso sino, además, filosófico, cultural y político. Es esta esencia del protestantismo la que ha sido plenamente asumida y ratificada por el Papa.

Para calibrar hasta qué punto es cierto lo que acabamos de decir, vamos a examinar unas declaraciones del Papa Francisco a la Revista jesuita sueca Signum, luego reproducidas por la Civiltà Cattolica, el pasado 24 de octubre, en vísperas de su viaje a Suecia. En un momento de la entrevista, el periodista pregunta: “En los diálogos ecuménicos las diferentes comunidades deberían intentar enriquecerse recíprocamente con lo mejor de sus tradiciones. ¿Qué podría aprender la Iglesia Católica de la tradición luterana?”. La pregunta, en sí misma, formulada por quien hemos de presumir es un periodista católico, no puede ser más insidiosamente opuesta a la Fe; en efecto, si, como todo católico ha de creer, y la Iglesia enseña, la plenitud del depósito de la Fe está en la única Iglesia verdadera, esto es, la Católica, y si ella ha sido constituida por el mismo Cristo como Maestra de todo el género humano, ¿cómo se puede suponer que Ella pueda o deba “aprender” algo de quienes se han apartado de la Fe verdadera? ¿Cómo puede el error enseñar a la Verdad? Va de suyo que nadie niega la posibilidad de que en las confesiones protestantes haya hombres virtuosos y aún santos que puedan ser ejemplos aún para los católicos; pero no se trata de eso: la pregunta apunta claramente a otra cosa: si una herejía (y esto y no otra cosa esconde el eufemismo “tradición luterana”) tiene algo que enseñar a la fe verdadera.

Pero si la pregunta es, ella misma, radicalmente contraria a la verdad católica, no menos desconcertante es la respuesta. Vamos a trascribirla íntegra sin alterar una sola letra:

“Me vienen a la mente dos palabras: «reforma» y «Escritura». Trataré de explicarme. La primera es la palabra «reforma». Al inicio el de Lutero fue un gesto de reforma en un momento difícil para la Iglesia. Lutero quería proponer un remedio a la situación complicada. Después este gesto -también a causa de situaciones políticas, pensemos también en el cuius regio eius religio– se transformó en un «estado» de separación, y no en un «proceso» de reforma de toda la Iglesia, que sin embargo es fundamental, porque la Iglesia es semper reformanda (está en permanente reforma).

La segunda palabra es «Escritura», la Palabra de Dios. Lutero ha dado un gran paso para poner la Palabra de Dios en las manos del pueblo. Reforma y Escritura son las dos cosas fundamentales que en las que podemos profundizar mirando la tradición luterana.

Me vienen a la mente ahora las Congregaciones Generales antes del Cónclave y cómo se pidió vivamente una reforma y cómo estuvo presente en nuestras discusiones.”

Es decir, el Papa no sólo asiente a la pregunta y lo que ella supone, esto es, que la herejía puede enseñar algo a la verdad, sino que va mucho más allá todavía que la misma pregunta: aquello del luteranismo a lo que la Iglesia Católica ha de mirar es, nada menos, que el corazón mismo de la herejía protestante, esto es, la ruptura de la unidad de la Iglesia mediante la destitución de su misma Cabeza visible, es decir, la Cátedra de la Unidad establecida por el mismo Cristo (ese y no otro es el sentido de la “reforma” emprendida por Lutero y sus secuaces) y el deletéreo y nefasto principio del libre examen en la interpretación de la Palabra de Dios (“poner la palabra de Dios en manos del pueblo”). Estas dos cosas constituyen la esencia y el alma de la herejía protestante; cualquier otra consideración que se quiera hacer resultará siempre adventicia, accidental y secundaria.

En realidad estas dos cosas son una sola y responden al mismo espíritu que está en la base de la rebelión protestante que es el inicio de todas las rebeliones que se han venido sucediendo a través del proceso de la Revolución Anticristiana a partir de la Modernidad. Ese espíritu no es otro que el de la crítica revolucionaria, radicalmente subversiva, que iniciado por Lutero irá irradiando, en sucesivas etapas históricas, todos los errores y horrores de la Modernidad: de la Reforma Protestante a los Filósofos de la Ilustración, de éstos a la Revolución Francesa, de ésta al Comunismo ateo, de éste al Nuevo Orden Mundial el mayor y siniestro intento de implantar la Civitas Homini enemiga irreconciliable del Reino de Cristo. Se trata, en definitiva, de ese espíritu que cristaliza en el hombre nuevo, pero no en el sentido paulino sino en el de todas las utopías revolucionarias que desde hace cinco siglos vienen destruyendo todo cuanto, en esta tierra, lleva el nombre de Cristo y de Su Iglesia.

En 1960 se publicó en Argentina un libro profético: Libre examen y Comunismo; su autor, Jordán B. Genta quien catorce años después rubricaría su enseñanza con su sangre mártir. La tesis de este libro la expone el mismo autor en estos términos: “Este libro se propone demostrar que el Comunismo, y en particular, el Comunismo marxista, se reduce a una cuestión religiosa fundamental […] El Comunismo tiene su principio en la negación de la Verdad y en la posición del Libre Examen, que ha sustituido la teología de Cristo por una seudofilosofía de la Libertad y el Progreso Indefinido”[1] Más adelante, Genta abunda en razones. Refiriéndose a la Reforma Protestante (no sólo la de Lutero sino la de otros “reformadores” como Münzer y los anabaptistas) afirma: “Después de mil quinientos años de acción redentora y civilizadora de la Iglesia de Cristo, hubo cristianos que la desconocieron, rechazaron e intentaron destruirla. Las gentes y las naciones apartadas del Divino Reformador comenzaron a seguir a los reformadores improvisados que brotaban como hongos de todas las clases sociales, particularmente de las menos distinguidas y cultivadas; otros tantos “Cristos” demasiado humanos, nivelados en la vulgaridad, que osaron confundirse con el único Cristo, verdadero Dios y Hombre verdadero[2]”. La mirada de Genta es, esencialmente teológica y cristocéntrica; por eso advierte que en el principio del libre examen se contiene, in nuce, todas las demás revoluciones y confusiones: “Consumada la máxima subversión, confundida la Palabra de Dios con la de un hombre cualquiera que se cree iluminado de lo alto, todas las otras subversiones y confusiones que están comprendidas en la primera se van a seguir inexorablemente”[3].

Genta escribía en 1960 cuando el Comunismo, en el apogeo de su dominio y expansión mundial, representaba la última etapa del proceso de subversión y destrucción iniciado por el libre examen. Pero sus palabras tienen hoy más vigencia que nunca porque lo que ha sucedido a la implosión del Comunismo, al menos de aquel Comunismo de los sesenta y setenta, es la cristalización del más radical secularismo que es el Nuevo Orden Mundial, como hemos dicho. Lo fundamental es esto: el libre examen de Lutero no significó poner las Escrituras “en manos del pueblo” sino sustraerlas del Magisterio de la Iglesia. La Escritura se lee en la Iglesia y con la Iglesia. Bajo su guía y su magisterio infalible, la lectura de la Palabra de Dios, la lectio divina, fue elaborando a través de los siglos un corpus de sabiduría, divina y humana, que fue el fundamento de la Civilización Cristiana. El libre examen luterano significó una radical inversión: la Palabra de Dios, arrebatada a la Iglesia, fue puesta en el individuo lo que supuso la suficiencia del juicio individual, principio de la exaltación de la autonomía del hombre frente a Dios; supuso, también, la bondad natural y la rectitud del instinto sobre las que Rousseau construirá, siglos después, su Contrato Social con su secuela de igualitarismo y progreso indefinido. En el libre examen luterano tienen su origen el mundo moderno y esta posmodernidad que nos abruma. “El Libre Examen -concluía Genta- es avaricia intelectual, subjetivismo de la Verdad teológica, metafísica y moral, suficiencia del propio juicio con desprecio de toda autoridad […] el fraile triste arrebatado por Satanás, se instituyó a sí mismo en la Cátedra de Dios y creyó que su juicio era más, mucho más que el de los Papas y Obispos, que el de los teólogos y filósofos”.[4]

Maritain, en sus buenos tiempos, sostenía que el mundo moderno nació, entre otras cosas, en la celda en la que Lutero discutía con el Demonio. Es muy probable que sea así. Pero el mundo moderno, o mejor dicho, lo que este mundo representa paradigmáticamente, la rebelión del hombre endiosado contra Cristo y su Iglesia, nació y vuelve a nacer no sólo en el alma de aquel triste reformador (que sería piadoso encomendar a Dios antes que cubrir de loas su figura) sino en el alma de todos los reformadores, de todos los negadores de la grandeza y gloria de la Iglesia, de todos los destructores del orden cristiano, de los renegados del Nombre de Cristo aun cuando lo invoquen, de todos los desertores de la Verdad que no pasa, servidores de las utopías precarias y terribles.

Por todo eso, no podemos callar ni permanecer indiferentes frente a esta aventura ecuménica. No podemos. Non possumus.

Escribimos estas líneas en la Festividad de Todos los Santos. Hemos implorado al Señor, siguiendo las Letanías de los Santos: Ut omnes errantes ad unitatem Ecclesiae revocare, et infideles universos ad Evangelii lumen perducere digneris. Te rogamus, audi nos.

Mar del Plata, 1 de noviembre de 2016

Mario Caponnetto



[1] Jordán B. Genta, Libre Examen y Comunismo, en Jordán B. Genta, Biblioteca del Pensamiento nacionalista Argentino, Tomo VII, Buenos Aires, 1973, página 175.

[2] Jordán B. Genta, Libre examen y comunismo, o. c., páginas 177, 178.

[3] Ibidem.

[4] Jordán B. Genta, Libre examen y comunismo, o. c., páginas 183, 184.

jueves, 10 de noviembre de 2016

El NOM lo tiene claro: "El pueblo se equivocó" (Eulogio López)


Duración 3:25 minutos

OBISPOS PIDIENDO PERDÓN (Padre Alfonso Gálvez)

       Coloco aquí primero la noticia acerca de la cual viene el posterior comentario del padre Alfonso Gálvez.




Anuncian las redes sociales que los 115 Obispos de Francia han pedido perdón por el largo silencio culpable guardado ante los casos de pedofilia de los sacerdotes. El acto ha tenido lugar a propósito de las Jornadas de oración y penitencia celebradas según una iniciativa del Vaticano que tuvo lugar en el pasado mes de Septiembre, en la cual se dejaba a las Conferencias Episcopales la organización de las diferentes modalidades para llevarlas a cabo.

Como es de dominio público, el hecho de pedir perdón es una moda puesta muy en boga por la Jerarquía Católica que, como no podía ser menos, ha sido proclamada a los cuatro vientos por todos los media, con coreografía añadida por la misma Jerarquía Católica.

Aunque la moderna Sociedad no suele detenerse en examinar despacio determinados hechos sociales, salvo aquellos que resulten contrarios y dañinos contra la Fe y la Moral de la Iglesia para ser aireados y magnificados, parece que vale la pena parar la atención en este al que aludimos, teniendo en cuenta sobre todo la profundidad del contenido que encierra..., aparte de la absoluta falta de sinceridad que manifiesta.

Aunque el hecho en sí mismo no puede decirse que sea condenable puesto que responde a la verdad, sin embargo es otra prueba más del abismo de degradación en el que ha caído la que en otro tiempo fue brillante y respetada Jerarquía Católica.

Pedir perdón cuando se ha ofendido a alguien es indudablemente una cosa buena y por supuesto necesaria. Lo malo comienza cuando la petición de perdón por una acción cometida se utiliza como cortina de humo para ocultar otras, mucho más graves por supuesto, y acerca de las cuales no se dice nada. A veces la petición sirve para ocultar algo peor de lo cual no se quiere aparecer como culpable, o incluso otras para hacer aparecer como detestable e inicua una situación buena o incluso gloriosa. Como ha sucedido últimamente con el hecho de pedir perdón la Iglesia por la Evangelización de América, que fue un acto incalificable de faltar a la verdad y a la justicia.

El silencio ante los actos de pedofilia cometidos por algunos sacerdotes es algo efectivamente condenable en sí mismo. Pero puede ser utilizado para ocultar circunstancias que, si bien pueden pasar desapercibidas, son sin embargo de mayor gravedad y dignas de ser tenidas en cuenta.

Ante todo porque es un hecho que el famoso perdón goza de antemano con la garantía de que será jaleado favorablemente por los media. Los cuales no desaprovechan ocasión para airear situaciones que perjudiquen a la Iglesia. No pocos Obispos, cuya falta de carácter y de espíritu son bien notorios, llegan a creer ingenuamente incluso que van a quedar bien parados con esa circunstancia.

En segundo lugar, y según lo dicho más arriba, porque haciendo reconocimiento público de los trapos sucios menores pasan al olvido o al ocultamiento los trapos sucios mayores.

Para darse cuenta de lo cual habría que examinar ante todo las causas que dieron lugar al lamentable fenómeno de la pedofilia.

Pues la labor de pastoreo, de atención, de cuidado, de formación y de preocupación por los sacerdotes corresponde en primer lugar y ante todo a los Obispos. Lo cual apenas si se ha hecho, dejando al infeliz clero bajo en muchas ocasiones que campara por sus respetos como ovejas sin pastor. El abandono del clero, a partir sobre todo del Concilio Vaticano II, ha sido casi total. La famosa crisis de identidad sacerdotal, inventada por los teólogos y próceres del Concilio pero acunada por la Jerarquía, hizo estragos entre un clero bajo que se sintió en todo momento abandonado.

Fueron los Obispos quienes no tuvieron cuidado alguno de la formación que se estaba impartiendo en los Seminarios. En los Estados Unidos sobre todo se permitió la infiltración de elementos homosexuales en esos Centros de formación, e incluso en muchos lugares se alentó y fomentó tal tendencia. Al cabo de muchos años, Roma envió alguna Comisión que, como era de esperar, no llegó a ningún resultado, cuando las cosas eran sin embargo demasiado patentes.

No es ninguna noticia, puesto que es de dominio público universal, que las Facultades de Teología Católicas, y de un modo especial las radicadas en Roma, hace tiempo que dejaron de impartir enseñanzas conformes con la Fe de la Iglesia, y sí más bien saturadas de herejía modernista. Una vez cuestionada la existencia histórica de la Persona de Jesucristo, negada la validez de la Revelación, rechazado como obsoleto todo el Magisterio de la Iglesia anterior al Vaticano II (más de veinte siglos de Magisterio), ridiculizada la práctica de la oración, predicado y perdido todo sentido del pecado, preconizada la autonomía de la conciencia individual como única regla de conducta reconocida para un cristiano, etc., etc...., que diga cualquiera si muchos sacerdotes no se sentirían en crisis (no se trata de justificarlos) y decididos a admitir cualquier clase de conducta.

Ante todo lo cual, y mucho más de lo que se podría hablar aquí, no es justo cargar toda la culpa en el inferior y disimular o pasar por alto la responsabilidad del Superior. No vaya a ocurrir ahora lo que ya pasaba en las famosas Ordenanzas de Carlos III, las cuales enumeraban los posibles delitos a ser cometidos en el Ejército y acababan infaliblemente con la coletilla: se castigará siempre al inferior.

Los Obispos son los sucesores de los Apóstoles, Padres y Maestros en la Fe y Jefes de sus respectivas Iglesias. Unidos a Roma en la Fe y en la obediencia, pero no como funcionarios o títeres, controlados a su vez por una especie de Sindicatos conocidos como Conferencias Episcopales. Una vez que los Obispos perdieron su autoridad y su prestigio, las diferentes Iglesias se vinieron abajo, y con ellas la que a su vez es la Única, Santa y Verdadera y Católica Iglesia que es también el Cuerpo Místico de Cristo.

Los Obispos no se han enterado aún de que el Pueblo cristiano, después de haberlos visto danzar y bailar como artistas de circo en las famosas JMJs, necesitaría demasiada fe para seguir pensando que son Padres y Maestros en la Fe. No sería mala cosa que comenzaran a examinarse a sí mismos, como primer paso para abordar los problemas con verdad y en su raíz más profunda.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

La derrota de Hillary Clinton frente a Donald Trump o cómo el Papa Francisco pierde elección tras elección desde el trono de San Pedro (CATHOLICVS)

FUENTE: CATHOLICVS


¿Es el Papa Francisco "gafe"? Salvando las distancias, a uno le da la impresión de que se está convirtiendo en el "Zapatero" del Vaticano: no hay causa terrenal que apoye, que no fracase estrepitosamente, pese a las arengas lanzadas desde tan privilegiado púlpito, aumentadas por los altavoces de casi toda la prensa internacional.

Ningún católico duda de que el Papa, cualquier Papa, es infalible cuando habla ex Cathedra. Lo que también les queda bastante claro a cada vez más católicos es que este Papa no ha hablado ex Cathedra ni una sola vez, y que cuando pone de manifiesto sus querencias y expresa sus preferencias personales, especialmente en el ámbito político, no da ni una: si apoya los mal llamados "acuerdos de paz" con los terroristas de las FARC, los colombianos, mayoritariamente católicos, votan en contra en el correspondiente referendum; si Macri no es santo de su devoción, éste vence en las Elecciones de su Argentina natal; si predica y apuesta por el "papeles para todos" -inventado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero muchos años antes de que este Papa okupara la cátedra de San Pedro-, los países del este de Europa se blindan legalmente frente a la invasión de inmigrantes ilegales y hasta el Reino Unido prefiere salirse de la Unión Europea; si asiste a Suecia a celebrar el V Centenario de la herejía y cisma de Martín Lutero, un importante segmento de protestantes expresan públicamente su rechazo; si se niega a venir a España a conmemorar el V Centenario de Santa Teresa de Jesús para no "interferir" en la Elecciones -a Estados Unidos no le ha importado ir aunque "interfiriera"-, el socialismo español se hunde progresivamente en cada cita electoral y la extrema izquierda de los comunistas "Podemos" e "Izquierda Unida" toca techo, estancándose y permitiendo otro gobierno del PP...

Asimismo, el aumento imparable del Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia, pese a las maniobras obstructivas de la masonería patria, o el "Brexit" del Reino Unido, fundamentalmente contrario a la invasión migratoria fomentada desde el Vaticano, demuestran la poca influencia que los deseos personales del Papa tienen sobre los electores. Por otro lado, con esta última cita electoral estadounidense queda de manifiesto, una vez más, que las encuestas no sirven para nada -ya ni siquiera para manipular a la población, que era para lo que venían usándose-. El general apoyo de los medios de comunicación y de los grupos de poder a Hillary Clinton no ha tenido el mayoritario apoyo que cabía esperar; de hecho, ni siquiera puede decirse que Trump haya ganado por los pelos: le ha dado una paliza electoral a Hillary Clinton, representante de la anti-Iglesia y enemiga declarada de Cristo: laicista radical, pro-aborto, pro-eutanasia, pro-ideología de género, pro-gay, antifamilia...

Por otra parte, además de las encuestas, la mayor parte de los medios de comunicación, indisimuladamente partidarios de Hillary Clinton, han quedado nuevamente en entredicho. Caso más grave aún es el de Radio Vaticano o la COPE en España, que han quedado totalmente desacreditadas. Para ambos medios, los católicos deberían haber votado al partido demócrata, pues Donald Trump es machista, xenófobo, etc. Radio Vaticano habló incluso de que el voto católico daba 20 puntos de ventaja a Clinton. ¡Pues ni con esas! En el caso de la apuesta de la emisora de los obispos de España, la COPE, por Hillary Clinton, también la ha dejado a los pies de los caballos. De hecho, ahora mismo no deben de salir de su asombro, sólo atinando a dar el absurdo titular: "Un país dividido". Naturalmente: tras unas elecciones, unos ganan y otros pierden. ¿Eso es todo lo que se les ocurre decir? Quien ha ganado ha sido Donald Trump y quien ha perdido -mal perdido- ha sido Hillary Clinton, que en un primer momento ni siquiera se dignó a aparecer públicamente ante los suyos y el resto del país para aceptar la derrota y felicitar a Trump por su victoria.

Lo que salta a la vista es que la habitual injerencia del Papa en política -pese a que lo niegue según sea el caso-, no ha sido suficiente para disuadir a los católicos estadounidenses de votar al partido republicano. Ni siquiera su descalificación explícita a Donald Trump durante el vuelo de regreso a Roma desde México, el pasado mes de febrero, cuando se le preguntó por él por su intención de construir un muro en la frontera del país. Pese al "¿quién soy yo para juzgar?" cuando le preguntaron sobre las relaciones homosexuales, no dudó en descalificar a Trump como "no cristiano" por oponerse a la invasión migratoria fomentada por los grupos de poder. De hecho, Hillary Clinton cerró la campaña electoral en Raleigh, Carolina del Norte, parafraseando al Papa Francisco y pidiendo votar a quien "construya puentes y no muros": “Cuando miréis hacia atrás, podréis decir que votasteis por un país mejor, más justo, en el que construimos puentes y no muros”. Y todo, pese a considerar fanáticos a los cristianos, como han revelado las últimas filtraciones de Wikileaks.

No sabemos cómo gobernará Trump. Pero sí sabemos qué no hará, que incluye toda la política laicista y anticristiana ya impulsada por Obama y que pretendía continuar y ampliar Hillary Clinton. Tampoco pretende cambiar la Iglesia Católica desde dentro para hacerla sumisa, como pretendía Clinton, ni violentarla con la ideología de género o con la obligación de dispensar anticonceptivos o realizar abortos en hospitales católicos. Ahora ya no se nombrará a magistrados de la Corte Suprema con el único mérito de impulsar la ideología de género como prioridad de su agenda, incluso por encima de libertades básicas, como la religiosa y la libertad de conciencia.

Para finalizar, me vienen a la cabeza las relativamente recientes acusaciones lanzadas a diestro y siniestro por uno de los palmeros del Papa Francisco, Andrea Tornielli, cuando fantaseaba con una supuesta trama -sin duda ficticia- de supuestos católicos "contrarios al Papa Francisco", en un vergonzoso y digno de olvido artículo -articulo-ficción, más bien- publicado en el panfleto diario "La Stampa" el pasado 16 de octubre. Ante semejantes disparates, ahora sólo cabe preguntarse: ¿será el votante medio estadounidense, especialmente el católico, un terrible "tradicionalista" anti-Papa y pro-Putin? Pues, por lo visto, sí. Cada día parece más evidente la "conjura mundial" contra el Papa Francisco en lo que a sus prioridades materiales y gustos políticos se refiere.

Lamentable, por otro lado, que en algunos estados donde han ganado los demócratas, a quienes no les duelen prendas en morir matando -y nunca mejor dicho-, hayan aprobado durante estas mismas elecciones la eutanasia en Colorado y el uso de la marihuana en California. ¿Y aún alguien se asombra de que en aquellos estados con un amplio número de católicos, mayoritariamente inmigrantes, también éstos hayan apoyado en un gran porcentaje a Donald Trump?
CATHOLICVS

Victoria electoral de Trump tras la sucia campaña de la candidata demócrata (ELENTIR)

Fuente: ELENTIR

Mie 9·11·2016 

Donald Trump ha obtenido la victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Es una victoria lograda contra muchos pronósticos y con la amplia mayoría de los medios en contra.

Trump copia la ocurrencia de pagar deudas imprimiendo billetes: ¿qué puede salir mal?
Silencio mediático ante las pruebas de que Clinton ordenó reventar mítines de Trump

Mis reparos a Donald Trump

No siento alegría por la victoria de Trump. En materia de principios me parece un oportunista y habría preferido que las primarias del Partido Republicano las ganase Ted Cruz. Su falta de respeto a John McCain como veterano de guerra me sentó bastante mal. Su apoyo a la impresión de dinero como solución para la deuda pública me parece un absoluto disparate que, sin duda alguna, firmaría cualquier dirigente podemita. Y sus discursos sobre inmigración, anunciando la construcción de un muro con México, me parecieron una forma bastante criticable de intentar sacar tajada política del rechazo de muchos estadounidenses a la inmigración ilegal.

Mis reparos -mucho mayores- a Hillary Clinton

Hillary Clinton me cae mucho peor que Trump. Si él es un oportunista y un populista, ella es una déspota y una persona que defiende planteamientos muy hostiles hacia derechos humanos tan básicos como la libertad religiosa y el derecho a la vida. Cuando el año pasado anunció su propósito de cercenar la libertad de religión en EEUU tuve claro que esta mujer era una verdadera amenaza para la democracia en EEUU, que venía a añadirse a los ataques ya lanzados por Obama contra ese derecho, que han provocado el rechazo de amplios sectores de la población.

Además, Hillary no dudó en respaldar las tesis abortistas más radicales y crueles -incluido el monstruoso aborto por nacimiento parcial, que implica decapitar al bebé en medio del parto- y recibió el apoyo de un poderoso lobby proaborto (Planned Parenthood invirtió 50 millones de dólares en la campaña de la candidata demócrata).

Hay que recordar que en 2010 Hillary incluso elogió repetidamente al UNFPA como un programa modélico, y eso mientras el UNFPA servía para apoyar los abortos forzados en China. Un hecho que, como tantas otras cosas, ha sido silenciado por los mismos medios que presentaban a Trump como un machista.

Trump anunció que cortará los fondos públicos a Planned Parenthood

El mandato de Obama ya había servido para llenar las arcas de ese lobby con dinero de los contribuyentes y tapar los graves escándalos que le han ido salpicando: tráfico ilegal de órganos de bebés abortados, encubrimiento de abusos a menores, encubrimiento de mafias de la prostitución, abortos selectivos de niñasUna victoria de Hillary habría implicado, con total seguridad, una impunidad absoluta para ese lobby y sus repugnantes prácticas.

De hecho, Planned Parenthood apoyaba la campaña de Hillary como quien invierte en un negocio seguro. Frente a ese intercambio de favores entre los demócratas y el lobby del aborto, el anuncio de Trump de que cortará la financiación pública de ese lobby abortista me pareció, al menos, un acierto por parte del candidato republicano.

Que Trump no comparta la actitud hostil de Hillary hacia los creyentes también le habrá otorgado muchos apoyos. En este sentido, con sus prejuicios hacia la religión y sus proclamas liberticidas, ha sido la propia candidata la que ha asegurado su derrota.

Clinton se hunde con sus trampas y muchos medios naufragan con ella

A lo anterior hay que añadir que dentro de lo lamentable que ha sido esta campaña electoral, me ha parecido escandaloso el hecho de que se descubriese que el equipo de Hillary había ordenado reventar violentamente la campaña de Trump, y que muchos medios lo tapasen.

La violencia desatada por la izquierda contra Trump y sus seguidores llegó a cebarse incluso con una indigente, sin que ni Hillary ni su equipo dijesen nada para condenarlo.

La complicidad de muchos medios con la candidata demócrata ha sido vergonzosa. Wikileaks desveló los contactos del equipo de Clinton con diversos medios para favorecerla. Clinton ha protagonizado una de las campañas electorales más sucias de la historia de EEUU, y ya sólo por eso no merecía ganar. Por eso me alegro de su derrota, y también por el descarado apoyo mediático que ha recibido.

Hace tiempo que estoy convencido de que el pensamiento único progresista que promueve buena parte del periodismo es muy distante de la opinión de muchos ciudadanos de a pie; y este distanciamiento ha quedado más claro que nunca en Estados Unidos, cuya sociedad conserva en gran medida valores cristianos y planteamientos conservadores que son despreciados desde los grandes medios.

Las tareas que tiene por delante Donald Trump

No tengo una gran esperanza de que Trump arregle muchos de los problemas que deja tras de sí Obama. A decir verdad, son muy pocos los políticos que me infunden hoy en día alguna esperanza. Sí que espero que no sea lo bastante imprudente como para olvidar su promesa de retirar los fondos públicos a Planned Parenthood, y si la olvida espero que las organizaciones provida estadounidenses se movilicen para demandárselo.

En lo demás, ojalá su llegada al poder le haga entrar en razón y aparcar disparates como los que he citado al comienzo de esta entrada; y que, como presidente de los EEUU, se esfuerce por servir al Bien Común y a la causa de la Libertad.

Además, no tendrá excusa para echar abajo los disparates liberticidas de Obama: el Partido Republicano tendrá mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes.